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UNIVERSIDAD ABIERTA PARA ADULTOS

(UAPA)

ASIGNATURA:
Fundamentos Filosóficos e Historia de la Educación
Dom.
TEMA:
Unidad 5
FACILITADOR(A):
Yomali Jiménez
PARTICIPANTE:
Wendy Martínez Hernández
MATRICULA:
16-11989
1.- Presentación de un informe que incluya de manera
cronológica los aspectos más significativos de la educación en
la República Dominicana la Primera y Segunda República
(1844-1861) y el período de anexión a España (1861-1865) .
 La Primera Republica
Una vez proclamada la independencia de nuestro país, hecho
ocurrido el 27 de febrero de 1844, se inicia un período llamado por
los historiadores dominicanos como la primera República. Este
período comprende los años 1844 hasta 1861, año este último, en
que se proclama la anexión a España por el entonces presidente
Pedro Santana. Con la anexión a España, pierde la República
Dominicana su independencia y por lo tanto su soberanía. En esos
17 años de duración que tuvo la primera República ocurrieron una
serie de cambios en todos los órdenes en este país.
Nuestra nación, luego de proclamada la independencia debió irse
organizando, no sólo en el aparato político, sino también en el
económico, educativo, religioso y social.
El aparato educativo es la parte del sistema encargada de
mantener y reproducir el sistema establecido.
Es de orden señalar, antes de abordar el aspecto educativo, que es
el título que lleva esta investigación que, durante el período de la
primera República, en la mayor parte de este tiempo el país se vio
envuelto en guerra contra los haitianos que se resistían a aceptar la
independencia de esta nación. Resulta imposible referirse sólo a
educación obviando los hechos históricos, pues son los hombres y
mujeres tiene hacia la historia y por lo tanto son ellos quienes
dirigen y planificar la educación.
Dos sectores políticos tuvieron vigencia y dominaron el escenario
nacional; los liberales o trinitarios y los conservadores o
anexionistas, los primeros dirigidos por Duarte y los segundos por
Pedro Santana y Buenaventura Báez.
En su proceso de organización del Estado, el sistema educativo dio
paso a la creación del ministerio de instrucción, cuyo primer ministro
lo fue Tomás Bobadilla, quien fue presidente de la junta central
gubernativa, primer gobierno colegiado nuestro país.
Influenciado por el estado de guerra constante con los haitianos y al
hecho de que no se disponía de un sistema impositivo como del que
dispone el gobierno actual, los pocos ingresos que percibía al
Estado provenían de los impuestos a las exportaciones e
importaciones y tenían que destinarse a los gastos de guerra. Visto
esto, el ministerio de educación no contaba con los recursos
suficientes para desarrollar la educación.
Como se puede apreciar en la actualidad, el sistema educativo
requiere de un sistema legal que lo oriente y sustente para el
cumplimiento de esto el 13 de mayo de 1845 se creó la primera ley
de instrucción pública, donde se establecían las primeras normas
para los maestros, alumnos, autoridades y salarios. Debido a los
cambios políticos, cuando llegaba un nuevo mandatario se
derogaban las leyes educativas y se creaban otras. Esto ocasiona
efectos negativos para el desarrollo educativo de cualquier nación.
En 1848 se legisló para dar origen al seminario conciliar como
institución de educación superior en el período de la primera
República. En los inicios de 1844, currículo de la educación primaria
era muy limitado, enseñaba lectura, escritura, cálculo y cuentas,
bordados y oración a coro.
En aspecto ideológico, la Iglesia Católica continuaba ejerciendo una
gran influencia en el aparato educativo, esta influencia provenía
desde la época colonial. Siendo esta institución la que mayor
influencia ejerció, la filosofía educativa no tuvo gran diferencia
respecto a la época colonial, pues los fines educativos durante la
primera República perseguía la formación de personas obedientes
al gobierno, a las leyes y a Dios, con una actitud conformista. Como
puede notarse, se obviaba el desarrollo de un pensamiento crítico y
racional. Se aspiraba a formar sujetos conservadores.
Duarte se opuso a esta ideología conservadora y conformista,
propuso un currículo más amplio y de formación universal. No pudo
llevarse a cabo debido a la oposición de los anexionistas
encabezados por Santana. No todos los individuos tenían acceso a
la educación, este era un privilegio de los miembros de las clases
privilegiadas. El sector privado, debido a las limitaciones del Estado
en lo que se refiere a los recursos, tuvo un papel destacado en lo
que a oferta educativa se refiere. Durante ese período, florecieron
escuelas privadas, predominando las de varones.
Dentro de los ministros de educación que tuvo el país durante el
período histórico analizado, cabe mencionar especial José María
Caminero, quien para el año 1851 concretizó la modificación de la
línea curricular.
Sistema educativo se divide en niveles y los niveles en ciclo.
Para la primera República, como resultado de las reformas de 1851
en el nivel primario o básico se estableció el castigo por ley, se le
dio importancia a la lectura, escritura, caligrafía, análisis de texto y
se estableció premios para los alumnos meritorios. Para el nivel
medio ofreció formación en las áreas de administración e industrial
a nivel superior universitario se ofertaban cuatro facultades:
filosofía, jurisprudencia o derecho, ciencias médicas y sagradas
letras las leyes de instrucción establecían que se debían crear una
escuela de primera letra por cada común pueblo y dos en cada
cabecera de provincia o capital de provincia. Dentro del ámbito
privado, alcanzó gran renombre el colegio Buenaventura que fue
fundado durante el primer gobierno de Báez (1849-1853).
Los varones estudiaban sólo en escuelas para ellos y las hembras
tenían las de ellas. Dentro de los maestros que más destacaron se
debe mencionar a Manuel Aybar, en cuya escuela llegó a estudiar
Juan Pablo Duarte, también el coronel Lorenzo Santana María,
Socorro del Rosario Sánchez (hermana de Sánchez), Manuel María
Valencia (llegó a ser ministro de educación) también Ulises
Francisco Espaillat quien fue un gran defensor de la independencia
e incluso llegó a ser presidente en 1876, siendo un gran intelectual
y hombre honesto y finalmente Pedro Francisco Bono un gran
defensor de la nacionalidad.
 Segunda Republica
El 18 de marzo de 1861 se firmó el acuerdo de anexión de la
Republica Dominicana al registro de España. Esta acción fue obra
del general Pedro Santana en su tercer gobierno. Con la anexión
incluye el período de la llamada primera República y la nación
dominicana perdió su soberanía pasando a convertirse en una
provincia de España. Ante tal acontecimiento, los liberales,
defensores de la nación, organizan el movimiento restaurador,
creado por Santiago Rodríguez y al cual se van a unir una gran
cantidad de figuras que más tarde que convertirían en héroes y
próceres del pueblo dominicano. Este movimiento dio impulso a la
guerra de la restauración, con la cual se logró la salida de las tropas
españolas en 1865 y la recuperación de la soberanía nacional. La
guerra restauradora fue una guerra por la independencia.
Recuperada la soberanía nacional se inicia el período de la historia
dominicana oscila como la segunda República, que comprende los
años 1865-1916, año este último en que se produce la primera
ocupación militar norteamericana.
Un nuevo período histórico conllevó varios cambios en todos los
órdenes respecto a la primera República. En el ámbito político
vamos a tener nuevos actores: la desaparición de Pedro Santana, el
predominio de Báez (sectores anexionistas y conservadores) que va
a ser enfrentado por Gregorio Lutero (sectores liberales y
nacionalistas); el establecimiento de dictaduras como la de Ulises
Heureaux y de Báez cuarto gobierno; intervenciones constantes del
gobierno de Estados Unidos. En aspecto económico, la industria
azucarera se convirtió en la principal actividad económica del país;
también el aumento de la deuda externa con la toma de préstamos
como el Westendorp y el Harmont, así como la hipoteca de las
aduanas dominicanas. En el orden social, los sectores en pugna
van a ser los dueños de los ingenios y representantes de casas
comerciales extranjeras contra los pequeños comerciantes
burgueses. En fin, la segunda República tuvo sus características
propias de acuerdo al aumento histórico que estaba viviendo la
humanidad.
La educación no quedó atrás en este período y continuó su
evolución, con nuevos maestros y figuras destacadas, leyes y
organización nueva.
Los dos principales pensadores educadores en la primera mitad de
la segunda República lo fueron Pedro Francisco Bono y Ulises
Francisco Espaillat, este último paso a ser presidente de la
República con el apoyo del partido azul liderado por Luperón.
Debido al proceso de inestabilidad política que se vivió en esa etapa
de nuestra historia, sus ideales no se pudieron implementar, pues
los liberales gobernaron muy poco tiempo comparado con el tiempo
que gobernaron los conservadores.
Los mayores avances en términos educativos que tuvo el país
durante el periodo de la segunda República ocurrieron durante el
llamado período de los gobiernos azules 1879-1899. En este
período se estableció en el país el insigne educador puertorriqueño
Eugenio María de Hostos, quien debido a ser un luchador de la
independencia de su país, tuvo que emigrar hacia nuestro país,
donde fue bien acogido por Luperón.
Hostos era partidario del positivismo filosófico, creada por el francés
Augusto Comte es una corriente filosófica que afirma que el único
conocimiento auténtico es el conocimiento científico, y que tal
conocimiento solamente puede surgir de la afirmación de las teorías
a través del método científico. Hostos se opuso a la escuela
religiosa que era dirigida por Francisco Javier Billini. Defendía el uso
de la razón, la igualdad entre el hombre y la mujer y por lo tanto el
derecho de esta a la educación. A su llegada al país se dio cuenta
del atraso en términos educativos que tenía el país, decidió crear la
escuela normal para formar maestros.
Hostos enfatizó sus principios en la enseñanza de las matemáticas,
propuso un currículo basado en las tres ramas del conocimiento,
que para el eran las más importantes: la naturaleza humana, la
naturaleza exterior y la naturaleza de la sociedad.
En virtud de que Hostos defendía el uso de la razón, también
propuso una educación laica o libre de la religión y esto entró en
contradicción con los intereses de la Iglesia Católica que defendía
una educación dogmática. El obispo Fernando Arturo de Meriño
enfrentó a Hostos en el plano intelectual.
Cuando Ulises Heureaux logró establecer su dictadura, Hostos se
vio obligado a tomar el exilio, pues para los fines del dictador, la
idea de Hostos era muy avanzada y constituían un peligro.
También las mujeres se destacaron en el plano educativo durante el
periodo de la segunda República. Es bien reconocida la labor
desempeñada por Salomé Ureña de Henríquez, quien recibió no
sólo influencias de Hostos sino también ayuda para crear el Instituto
de señoritas donde se formaron las primeras maestras
dominicanas: Luisa Ozema Pellerano, Mercedes Laura Aguilar,
Altagracia Enríquez Perdomo, Ana Josefa Puello, Leonor María
Feltz y Catalina Pou. Salomé aparte de maestra fue una gran poeta.
El presupuesto de educación durante ese periodo en vez de
aumentar disminuyó durante la primera mitad de la segunda
República lo que nos muestra el poco interés que tenía los
gobernantes en que el país avanzara; pues sólo la educación
permite a los pueblos salir del subdesarrollo. Es necesario señalar
que luego fue aumentado sobre todo en el período de 1882-1888
gracias a la creación de impuestos con el objetivo de favorecer el
desarrollo de la educación. No se lograron grandes avances en lo
que se refiere a los métodos implementados pues se incluía el
castigo, golpear a los estudiantes con reglas o látigo y ponerlos de
rodilla al sol y sobre un guayo.
Existían altas tasa de analfabetismo en la mayor parte de la
población. Se estima que el 80% de la población era analfabeta. En
el 1884 se creó la ley general de estudios, que se cree fue
elaborada por Eugenio María de Hostos. Pero una vez que se
estableció la dictadura de Lilís, se elaboró una nueva ley general de
estudios.
Debido a las diferencias del sistema público, siguieron fluyendo los
colegios sobre todo en Santo Domingo y en Santiago. Otros
maestros destacados durante este período aparte de Hostos y
Salomé, lo fue Manuel de Jesús Peña y Reynoso, quien llegó a ser
profesor en varias ciudades del país y fundó el colegio La Paz.

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