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persa: تخدیشمج ت جمشید, Tajt-e Yamshid ‘el trono de Yamshid’) fue la capital del Imperio persa durante la época
aqueménida. Se encuentra a unos 70 km de la ciudad iraní de Shiraz (provincia de Fars), cerca del
lugar en que el río Pulwar desemboca en el Kur (Kyrus).
Su edificación comenzó en 521 a. C. por orden de Darío I como parte de un vasto programa de
construcciones monumentales enfocadas a enfatizar la unidad y diversidad del Imperio persa
aqueménida, la legitimidad del poder real y mostrar la grandeza de su reino. Las obras de Persépolis
atrajeron trabajadores y artesanos venidos de todas las satrapías del imperio y por ello su
arquitectura resultó de una combinación original de formas de estas provincias que crearon un estilo
arquitectónico persa ya antes esbozado en Pasargada y que también se encuentra en Susa y
Ecbatana. Esta combinación de saberes marcó igualmente el resto de las artes persas, como la
escultura y la orfebrería. La construcción de Persépolis continuó durante dos siglos, hasta la
conquista del imperio y la destrucción parcial de la ciudad por Alejandro Magno en 331 a. C.
El sitio fue visitado a lo largo de los siglos por viajeros occidentales, pero no fue hasta el siglo XVII
que las ruinas se certificaron como la antigua capital aqueménida. Numerosas expediciones
arqueológicas han permitido comprender mejor las estructuras, su aspecto original y las funciones
que cumplieron.
Persépolis comprende un enorme complejo palacial sobre una terraza monumental que soporta
múltiples edificios hipóstilos que tuvieron funciones protocolarias, rituales, emblemáticas o
administrativas precisas: audiencias, apartamentos reales, administración del tesoro o recepción.
Cerca de la terraza había otros elementos: tumbas reales, altares y jardines. También estaban las
casas de la ciudad baja, de la que casi nada visible queda hoy. Muchos bajorrelieves esculpidos en
las escalinatas y puertas del palacio representan la diversidad de los pueblos que componían el
imperio. Otros consagran la imagen de un poder real protector, soberano, legítimo y absoluto, donde
se designa a Jerjes I como sucesor legítimo de Darío el Grande. Las múltiples inscripciones reales
en escritura cuneiforme de Persépolis están redactadas en persa antiguo, babilonio o elamita. Están
grabadas en varios lugares del sitio, destinadas a los mismos fines y especifican qué reyes
ordenaron el levantamiento de los edificios.
La idea de que Persépolis tenía una ocupación únicamente anual y ritual dedicada a la recepción por
el rey de los tributos ofrecidos por las naciones del imperio durante las ceremonias del Año Nuevo
persa ha prevalecido durante mucho tiempo. Ahora sabemos con seguridad que la ciudad estaba
permanentemente ocupada y que tenía un papel administrativo y político central para el gobierno
del imperio. Los muchos archivos inscritos en tablillas de arcilla descubiertos en los edificios del
tesoro y en las fortificaciones han permitido establecer estas funciones y proporcionan información
valiosa sobre la administración imperial aqueménida y la construcción del complejo. Persépolis está
inscrita en la lista del Patrimonio de la Humanidad de la Unesco desde 1979.
Índice
• 1 Historia
• 1.1 Construcción
• 1.2 Destrucción
• 1.3 Primeras visitas a las ruinas: la época de los viajeros
• 1.4 Misiones arqueológicas: la época de los científicos
• 1.5 Historia reciente
• 2 El arte persepolitano
• 2.1 Arquitectura
• 2.2 Escultura
• 2.3 Pintura
• 3 Complejo principal
• 3.1 Terraza
• 3.2 Escalera principal (o escalera de Persépolis)
• 3.3 Puerta de todas las Naciones
• 3.4 Vía de las procesiones y Puerta inacabada
• 3.5 Apadana (o Sala de audiencias de Darío)
• 3.5.1 Palacio
• 3.5.2 Escalera este
• 3.5.3 Escalera norte
• 3.6 Tachara
• 3.7 Tripylon
• 3.8 Hadish
• 3.9 Palacio de las 100 columnas
• 3.10 Tesoro
• 3.11 Guarnición y sala de las 32 columnas
• 3.12 Harén y museo
• 3.13 Otras construcciones
• 4 Elementos anexos
• 4.1 Habitaciones
• 4.2 Jardines
• 4.3 Red hidráulica
• 4.4 Sepulturas reales
• 5 Tablillas de Persépolis
• 6 Controversias sobre las funciones de Persépolis
• 7 Citas
• 8 Véase también
• 9 Notas y referencias
• 10 Bibliografía
• 11 Enlaces externos
Historia
Probable historia de las construcciones1
Primer periodo: Darío I
• Terraza
• Apadana (palacio, escalera Este)
• Tesoro
Segundo periodo: Darío I - Jerjes I
• Tachara
• Escalera de Persépolis
• Puerta de todas las Naciones
• Apadana (escalera norte)
• Hadish
• Harén
• Tripylon
• Palacio D
Quinto periodo
• Tumba de Artajerjes II
• Palacio de Artajerjes III
• Sala de las 32 columnas
• Tumba de Artajerjes III
• Vía de las procesiones
• Puerta inacabada
• Tumba inacabada
Desconocido
La primera capital del Imperio persa aqueménida fue Pasargada, pero hacia 512 a. C. el rey Darío I
el Grande emprendió la construcción de este masivo complejo palaciego, ampliado posteriormente
por su hijo Jerjes I y su nieto Artajerjes I. Mientras las capitales administrativas de los reyes
aqueménidas fueron Susa, Ecbatana y Babilonia, la ciudadela de Persépolis mantuvo la función de
capital ceremonial, donde se celebraban las fiestas de Año Nuevo. Construida en una región remota
y montañosa, Persépolis era una residencia real poco conveniente y era visitada principalmente en
primavera.
En 330 a. C., Alejandro Magno, en su campaña de Oriente, ocupó y saqueó Persépolis, incendiando
el palacio de Jerjes, para simbolizar quizá el fin de la guerra panhelénica de revancha contra los
persas. En 316 a. C., Persépolis era todavía la capital de Persis, una provincia del nuevo Imperio
macedónico. La ciudad decayó gradualmente durante el periodo seléucida y las épocas posteriores.
En el siglo III, la cercana ciudad de Istajr se convirtió en centro del Imperio sasánida.
Construcción
Tras haber continuado la obra de Ciro II en Pasargada y paralelamente a los importantes trabajos de
construcción emprendidos en Susa, Darío I decidió establecer una nueva capital; esta decisión es
generalmente interpretada como una voluntad de distinguirse de la rama principal de los
aqueménidas, a la que Pasargada estaba fuertemente ligada.
Eligió para eso una ciudad que ha sido identificada con Uvādaicaya (Mattezsi en babilonio). Esta
ciudad debía tener ya cierta importancia política, puesto que Darío hizo ejecutar a Vahyazdāta, su
principal opositor persa, en 521 a. C. Por otro lado, se atestigua la presencia de palacios y de puertas
monumentales que se remontan a Ciro y Cambises II, así como una tumba inacabada probablemente
destinada a Cambises.
Las tablillas babilonias muestran que se trataba de un centro urbano desarrollado, activo y poblado,
que tenía relaciones comerciales con Babilonia y era capaz de asegurar los medios logísticos y
alimenticios para una obra de esta magnitud.2 Pierre Briant, historiador de la Persia aqueménida,
apunta que la puesta en práctica, cronológicamente cercana, de obras importantes en Susa y
Persépolis supuso la movilización de medios considerables. De hecho, estas construcciones entran
en el marco de un plan global de reajuste de las residencias reales con vistas a enseñar a todos que
«el advenimiento del nuevo rey marca una refundación del imperio».3
Capitales aqueménidas
Darío eligió como emplazamiento para su nueva construcción la parte baja de la formación rocosa
del Kuh-e Rahmat, que se convirtió así en el símbolo de la dinastía aqueménida. Hizo erigir la
terraza, los palacios (Apadana, Tachara), las salas del Tesoro, así como las murallas. Es difícil datar
con precisión la construcción de cada monumento. La única indicación irrefutable es suministrada
por las tablillas encontradas en el sitio que atestiguan la existencia de actividad constructiva al
menos desde 509 a. C., cuando se produjo la construcción de las fortificaciones.
Se puede atribuir, en cambio, la mayoría de las construcciones a los períodos correspondientes a los
reinados de los soberanos posteriores.4
Las construcciones de Darío fueron luego acabadas y completadas por sus sucesores: su hijo Jerjes I
añadió al complejo la Puerta de todas las Naciones, el Hadish, o incluso el Tripylon, y bajo
Artajerjes I en 460 a. C., 1149 artesanos se encontraban presentes en las obras.5 El sitio permaneció
en construcción hasta, por lo menos, 424 a. C., y quizás hasta la caída del Imperio persa: una puerta
quedó inacabada, así como un palacio atribuido a Artajerjes III.6
Al contrario de otras construcciones monumentales antiguas, griegas o romanas, la construcción de
Persépolis no se llevó a cabo con mano de obra esclava, sino que trabajaron en ella obreros
provenientes de todos los países del imperio: Babilonia, Caria, Jonia o Egipto.7
Destrucción
El Imperio aqueménida
Protegida por su ubicación en el corazón del Imperio aqueménida, Persépolis no contaba con
defensas sólidas. Además, la posición al pie del Kuh-e Ramât representa un punto flaco a causa del
débil desnivel al este, entre la terraza y el suelo. Este lado estaba protegido por una muralla y por
torres.8
La información acerca de la conquista y destrucción de Persépolis por Alejandro Magno procede
principalmente de los textos de historiadores antiguos, especialmente Plutarco,9 Diodoro Sículo,10
y Quinto Curcio Rufo.11
Ciertos elementos arqueológicos corroboran sus juicios, pero su versión de la destrucción de la
ciudad es discutida: Duruy la pone en duda, pues «vemos que poco tiempo después de la muerte del
conquistador, el sátrapa Peucestas sacrifica allí a las almas de Filipo y de Alejandro».12
Según Plutarco, Diodoro Sículo y Quinto Curcio Rufo, la caída de Persépolis fue seguida de la
matanza de sus habitantes y del saqueo de sus riquezas. Tiridatas, guardia del tesoro, hizo llevar
ante Alejandro, cuyo ejército se acercaba, una carta de rendición en la que le ofrecía entrar en
Persépolis como vencedor. De este modo, Alejandro podría hacerse rápidamente con las riquezas de
la ciudad. Los textos, sin embargo, no mencionan su respuesta. Diodoro y Quinto Curcio Rufo se
refieren, así mismo, al encuentro del ejército macedonio con un grupo de 4000 prisioneros griegos
mutilados, o que habían sufrido malos tratos por parte de los persas, en camino hacia Persépolis.
Busto de Alejandro Magno (Museo Británico de Londres)
Tras haber tomado la ciudad en 331 a. C., Alejandro dejó allí una parte de su ejército y continuó su
marcha. No regresó a Persépolis hasta algún tiempo después. Al final de un día de borrachera en
honor de la victoria, Persépolis fue incendiada por orden del conquistador en mayo de 330 a. C.13
Las razones que motivaron esta destrucción son controvertidas. Plutarco y Diodoro relatan que un
Alejandro borracho de vino habría lanzado la primera antorcha sobre el palacio de Jerjes a
instigación de Tais, más tarde esposa de Ptolomeo, quien lanzó la segunda. Tais habría incitado a
Alejandro y sus compañeros de armas a vengar así el saqueo de Atenas por Jerjes I. Esta hipótesis
podría ser corroborada por la intensidad de las destrucciones del Tripylon y del Hadish, que muestra
que estos edificios construidos por Jerjes sufrieron en el incendio más que otros.14 Algunos autores
afirman que el encuentro de los prisioneros mutilados, que provocaron la cólera y la tristeza del
soberano, constituyó un motivo suplementario de represalias.
En realidad, los historiadores suelen sostener hoy en día que la razón de la destrucción de Persépolis
fue aparentemente de orden político, reflejándose una decisión meditada por parte de Alejandro.
Cuando el vencedor había ordenado salvar las ciudades tomadas y especialmente Babilonia, no
ahorrando ningún gesto para reconciliarse con la población persa, hizo en Persépolis un gesto de
alto alcance simbólico dictado por el contexto persa: el corazón ideológico del poder aqueménida se
hallaba siempre en las capitales persas. Habiendo hecho la población un acto de sumisión forzada o
voluntaria, seguía, sin embargo, vinculada ideológicamente a Darío III, el soberano legítimo, y
estaba en malos términos con los conquistadores. La decisión fue, pues, incendiar el santuario
dinástico persa para hacer patente a la población el cambio de poder.15 Duruy dice que así
«Alejandro quiso anunciar a todo el Oriente, mediante esta destrucción del santuario nacional, el fin
del dominio persa».12
Los escritos antiguos mencionan el arrepentimiento expresado más tarde por un Alejandro apenado
por su comportamiento. Para Briant, este arrepentimiento implica, de hecho, que Alejandro
reconocía su fracaso político.15 La destrucción de Persépolis marca el fin del símbolo del poder
aqueménida. El primer Imperio persa desapareció completamente con la muerte de Darío III, último
emperador de su dinastía. La helenización comenzó con los seléucidas. Persépolis continuó, sin
embargo, siendo utilizada por las dinastías persas sucesivas. Al pie de la terraza se encuentra un
templo, quizás construido por los aqueménidas, y reutilizado por los seléucidas, luego por los
fratadaras.
La ciudad baja fue abandonada progresivamente en beneficio de su vecina Istajr en la época parta.
Los grafitis atribuibles a los últimos reyes de Persia bajo los partos o al principio de la época
sasánida muestran que el sitio había quedado, sin embargo, ligado a la monarquía persa, al menos
simbólicamente. Por otra parte, una inscripción en pahlavi relata que un hijo de Ormuz I u Ormuz II
dio un banquete y procedió a ofrecer un servicio de culto en Persépolis, que pudo seguir como lugar
de culto varios siglos después del incendio de 330 a. C. Persépolis sirvió igualmente de referencia
arquitectónica para ciertos elementos de las construcciones sasánidas como el palacio de
Firuzabad.16
Historia reciente
En 1971 tuvieron lugar en Persépolis ceremonias fastuosas durante tres días con motivo de la
celebración de los 2500 años de la monarquía. El sah Mohammad Reza Pahlevi invitó a numerosas
personalidades internacionales. El fasto de las ceremonias, que movilizaron más de 200 servidores
venidos de Francia para los banquetes, suscitó polémica en la prensa y contribuyó a empañar la
imagen del sah. El monto de los gastos fue evaluado en más de 22 millones de dólares, y la
financiación fue realizada en detrimento de otros proyectos urbanísticos o sociales. Además, las
fiestas fueron acompañadas por la represión de los opositores al sah.
El arte persepolitano
Arquitectura
Los persas no poseían un bagaje arquitectónico propio: se trataba de un pueblo seminómada de
pastores y jinetes.26 Ahora bien, desde su fundación por Ciro II, el Imperio persa se dota de
construcciones monumentales. Al principio, inspiradas en los pueblos conquistados, los arquitectos
aqueménidas integran estas influencias y proponen rápidamente un arte original. Si en Pasargada, el
plan general muestra aún influencias nómadas con sus edificios estirados, dispersos en un inmenso
parque, cincuenta años más tarde el de Persépolis es prueba de racionalización y de equilibrio: el
plano cuadrado es sistematizado, las columnas son estrictamente colocadas (6×6 en la Apadana,
10×10 en el palacio de las Cien Columnas...), y comprende la mayor parte de las pequeñas salas del
Harén y los anexos de los palacios. Las transiciones de los pórticos a los lados son unidas por torres
angulares en la Apadana. Las dos grandes puertas y los diferentes pasos distribuyen la circulación
hacia los edificios principales.27
Estas realizaciones son creaciones originales, cuyo estilo resulta de la combinación de elementos
resultantes de civilizaciones sometidas. No se trata de una hibridación, sino más bien de una fusión
de estilos que crean uno nuevo. Resultante del saber hacer de los arquitectos y obreros de todo el
imperio, la arquitectura persa es utilitaria, ritual y emblemática. Persépolis muestra así numerosos
elementos que atestiguan estas fuentes múltiples.28
De hecho, con la inclusión de Jonia en las satrapías del imperio, la arquitectura persa aqueménida
está marcada por una fuerte influencia griega jónica, particularmente visible en las salas hipóstilas y
los pórticos de los palacios de Persépolis.29 El auge del estilo jónico en Grecia es quebrado de
golpe después de la invasión persa, pero se expresa de manera brillante en Persia, por medio de
monumentos grandiosos. Arquitectos lidios y jonios son contratados en las obras de Pasargada, más
tarde en las de Persépolis y Susa, quienes realizan los principales elementos, y se encuentran así
grafitis en griego en las canteras próximas a Persépolis, que mencionan los nombres de los jefes
canteros. Juegan un papel principal en la eclosión del estilo persa. La participación de griegos en la
erección de columnas y en el ornamento de palacios en Persia se menciona en la inscripción de Susa
(DSf), así como por Plinio el Viejo.3031 Las columnas de Persépolis son efectivamente de estilo
jónico, con un fuste acanalado y delgado: el diámetro es inferior a la décima parte de la altura,
ninguna columna de Persépolis es más ancha de 1,9 m. Algunos capiteles llevan grifos inspirados en
los grifos de bronce arcaicos griegos.28
Entre los elementos de estilo faraónico egipcio fácilmente reconocibles, se pueden citar los sostenes
de las cornisas que sobresalen en las puertas, así como el nacimiento de los capiteles.28 Algunos
atribuyen también a los egipcios el aporte del pórtico.27
La influencia de Mesopotamia está muy presente, en particular en la fórmula palatina asociada a dos
palacios, uno para la audiencia pública y otro para la audiencia privada. Esta influencia es también
visible en los motivos de palmetas o de rosetones florales que decoran relieves y palacio, o en los
merlones dentados que recuerdan la forma de los zigurats, y que adornan las escaleras de los
palacios. Los relieves esmaltados y policromos son de inspiración babilonia. Los ortostatos
adornados con bajorrelieves de la Apadana, los hombres-toros alados de las puertas son de estilo
asirio.28
Presente en el Medio oriente antes de los persas, el principio de los espacios internos creados para
los soportes y techos de madera, la sala hipóstila llega a ser el elemento central del palacio. El
aporte de técnicas griegas permite a la arquitectura persa llevar a buen término diferentes
construcciones donde el espacio tiene funciones diferentes: el despeje de vastos espacios por medio
de altas y finas columnas constituye una revolución arquitectónica propia de Persia. Las salas
hipóstilas están destinadas a las multitudes y no sólo a los sacerdotes como en Grecia o en
Egipto.32
Escultura
La forma más conocida y más extendida de la escultura aqueménida es el bajorrelieve,
expresándose particularmente en Persépolis. Decoran sistemáticamente las escaleras, los lados de
las plataformas de los palacios y el interior de los vanos. Se supone igualmente que eran utilizados
en la decoración de las salas hipóstilas. Se pueden ver las inspiraciones egipcias y asirias, incluso
griega por la fineza de la ejecución. Se encuentra la mayoría de los estereotipos de las
representaciones orientales antiguas: todos los personajes son representados de perfil. Si la
perspectiva está presente de vez en cuando, los diferentes planos son reflejados generalmente uno
bajo otro. Las proporciones entre los personajes, los animales y los árboles no son respetados.
Además, el principio de isocefalia es aplicado estrictamente, incluso en diferentes peldaños de las
escaleras. Los temas representados se componen de los desfiles de representantes de los pueblos del
imperio, de nobles persas, de guardias, de escenas de audiencia, de representaciones reales y de
figuras de combates que oponen un héroe real a animales reales o imaginarios. Estos bajorrelieves
son notables por su calidad de ejecución, cada detalle es reflejado con una gran fineza.27
Pintura
La utilización de colores ha sido desestimada, a menudo, debido a las numerosas alteraciones que
sufren los pigmentos durante el tiempo. Intemperie, fragilidad de las capas, o perecibilidad de los
pigmentos orgánicos, son las razones principales. Otras degradaciones pueden sobrevenir debido a
manipulaciones, tratamientos de conservación, y de renovación de las obras. Limpiezas,
aplicaciones de barniz, capas protectoras, incluso retoques coloreados han sido la causa de la
aparición de falsos tintes, o de degradación de objetos. Estas manipulaciones, como la evidencia de
componentes artificiales de pinturas modernas sobre ciertas obras empujan a los científicos a
examinar con prudencia y minucia todo descubrimiento de rastros coloreados en las esculturas y
objetos aqueménidas.34
La evidencia de múltiples colores en numerosas obras en la mayoría de los palacios y edificios
persepolitanos atestiguan la riqueza y la omnipresencia de pinturas policromas en Persépolis. No se
trata sólo de pruebas que descansan en rastros pigmentarios persistentes en los objetos, sino de
pruebas consistentes, como los aglomerados de pinturas que forman grumos, de colores que han
sido encontrados en masa en recipientes, en múltiples lugares del sitio.34
Dichos colores eran utilizados no sólo en los elementos arquitectónicos (muros, relieves, columnas,
puertas, suelos, escaleras, estatuas), sino también en los tejidos y otras decoraciones. Ladrillos
barnizados, revestimiento de suelos de cal coloreada con ocre rojo o suelos yesosos verde grisáceos,
columnas pintadas y otras colgaduras engalanaban así de múltiples colores los interiores y
exteriores de los palacios. Pocos rastros de color rojo han sido encontrados en la estatua de Darío
conservada en el Museo nacional de Teherán.3534
La gran paleta de los colores encontrada da una idea de la riqueza polícroma: negro (asfalto), rojo,
(vidrio rojo opaco, bermellón, hematites de ocre rojo), verde, azul egipcio, blanco, amarillo (ocre o
dorado). La utilización de pigmentos vegetales es evocada, pero no ha sido demostrada.34
Puede, sin embargo, ser difícil reconstituir con precisión la verdadera paleta de colores presente en
un lugar preciso, varios relieves o palacios restaurados utilizan piezas o fragmentos procedentes de
varios lugares. El examen de las diferencias entre ciertos relieves y sus dibujos anteriores por
Flandin, ha permitido, por ejemplo, poner en evidencia los errores de restauraciones de una
esfinge.34 Persépolis era conocida como una de las ciudades más ricas en pintura.
Complejo principal
Terraza
Plano de Persépolis
El complejo palatino de Persépolis descansa sobre una terraza de 450 m por 300, y 14 m de alto,
que presenta cuatro niveles de 2 m. La entrada desemboca en el nivel reservado a las delegaciones.
Los barrios de los nobles están en un nivel superior. Los barrios reservados al servicio y a la
administración están situados en el nivel más bajo. Los barrios reales están en nivel más alto,
visibles por todos. La piedra más utilizada para la construcción es la caliza gris. La organización de
las construcciones sigue un plano rigurosamente ortogonal o hipodámico.3637
El lado este de la terraza está formado por el Kuh-e Rahmat, en cuya pared rocosa están excavadas
las sepulturas reales que dominan el sitio. Los otros tres lados están formados por un muro de
contención cuya altura varía de 5 a 14 m. El muro está compuesto por enormes piedras talladas,
ajustadas sin mortero y fijadas por medio de clavijas metálicas. La fachada oeste constituye la
entrada del complejo y presenta el acceso principal a la terraza bajo la forma de una escalera
monumental.38
La nivelación del suelo rocoso está asegurado por el relleno de las depresiones con tierra y piedras.
El aterrazamiento final está realizado por medio de pesadas piedras unidas entre ellas por clavijas
metálicas. En el curso de esta primera fase preparatoria, la red de drenaje y de abducción de agua es
puesta en marcha, a veces tallada en la misma roca.13 Los bloques han sido tallados y formateados
con la ayuda de buriles y con herramientas mineras, permitiendo la fragmentación de las piedras en
superficies planas. El levantamiento y posicionamiento de las piedras han sido asegurados por
medio de maderos.39
En la fachada sur, han sido encontradas inscripciones cuneiformes trilingües. El texto, redactado en
elamita, es comparado con una inscripción del palacio de Susa.3 Estas inscripciones podrían
corresponder al emplazamiento de la entrada inicial del complejo, antes de la construcción de la
escalera monumental y la adición de la puerta de todas las naciones.40
La configuración de la terraza sugiere que su concepción ha tomado en cuenta imperativos de
defensa del sitio en caso de ataque. Un muro y las torres constituían el perímetro, reforzado en el
este por un terraplén y por torres. La angularidad de los muros permite a los defensores cubrir un
máximo de campo visual del exterior.41 La terraza soporta un número impresionante de
construcciones colosales, realizadas en caliza gris procedente de la montaña adyacente. Estas
construcciones se distinguen por la gran utilización de columnatas y de pilares, de las que un buen
número ha quedado en pie. Los espacios hipóstilos son constantes, cualquiera que sea su dimensión.
Asocian las salas que cuentan con 99, 100, 32, o 16 columnas, seguidas de arreglos variables (20x5
para una sala del Tesoro, 10x10 para el Palacio de las cien columnas). Algunas de estas
construcciones no han sido acabadas. Los materiales y restos utilizados por los obreros han sido
encontrados también, no habiendo sido limpiados.42 Fragmentos de recipientes que sirvieron para
almacenar pintura han sido sacados a la luz por casualidad en 2005 cerca de la Apadana. Confirman
los indicios ya conocidos que atestiguan la utilización de pinturas para la decoración de los palacios.
Escalera principal (o escalera de Persépolis)
Escalera principal
El acceso a la terraza se hace por la fachada occidental, mediante de una escalera monumental,
simétrica y de dos tramos divergentes que luego convergen. Este acceso, añadido por Jerjes,
reemplaza el acceso original del sur de la terraza. La escalera se convierte entonces en la única
entrada importante. Unos accesos secundarios pudieron existir en el tramo este, cuya altura era
menor debido a la inclinación del suelo. Está construida con bloques de piedra tallada unidos por
clavijas. Cada tramo consta de 111 escalones de 6,9 m de anchura, 31 cm de huella y 10 cm de
tabica. El lado bajo permite el acceso a los jinetes y caballos. Algunas piedras permitieron la talla de
cinco escalones. La escalera estaba cerrada en lo alto por puertas de madera cuyas charnelas
pivotaban en alvéolos tallados en el suelo. Desembocaba en un pequeño patio que se abría sobre la
puerta de todas las naciones.36
•
Toros de la Puerta de las naciones (acceso oeste)
•
Puerta de las naciones (vista oeste)
•
Detalle de uno de los toros
•
Puerta de las naciones: Inscripción cuneiforme de Jerjes
•
Capitel de columna con prótomes de grifos (vía procesional)
Una inscripción cuneiforme está grabada encima de los toros de la fachada occidental, en las tres
lenguas principales del imperio (antiguo idioma persa, babilonio, y elamita):
Ahuramazda es un gran dios que creó esta tierra, que creó el cielo, que creó al hombre,
que creó la felicidad del hombre, que hizo a Jerjes rey, rey de muchos, señor de muchos.
«Yo soy Jerjes, el gran rey, rey de reyes, el rey de los pueblos con numerosos orígenes,
el rey de esta gran tierra, el hijo del rey Darío, el aqueménida.
El rey Jerjes declara: «Gracias a Ahuramazda, yo he hecho este Pórtico de todos los
pueblos; hay muchas cosas buenas que han sido hechas en Persia, que yo he hecho y
que mi padre ha hecho. Todo lo que ha sido hecho más allá, que parece bueno, todo eso
lo hemos hecho gracias a Ahuramazda.
El rey Jerjes declara: «Que Ahuramazda me protege, así como a mi reino, y lo que yo
he hecho, y lo que mi padre ha hecho, que Ahuramazda lo proteja también.48
Esta inscripción permite pensar que la Puerta de todas las naciones fue llamada así por Jerjes en
referencia a los múltiples pueblos y reinos que formaban el imperio aqueménida.44 Esta inscripción
se halla también encima de los lammasus.49
Palacio
El palacio tiene una planta cuadrada de 60,5 m de lado. Consta de 36 columnas de las que 13 están
aún en pie. Las columnas, de cerca de 20 m de alto, fueron erigidas probablemente por medio de
rampas de tierra que permitían llevarlas luego de colocar las piedras a la altura requerida. Las
rampas debían ser elevadas a la vez que el avance de las columnas, después la tierra era
evacuada.53 Testimonian la influencia jonia: las columnas de la Apadana presentan el mismo
diámetro y una altura similar a las del templo de Hera en Samos, además, presentan acanaladuras
similares.54
•
Columnas jónicas y elementos de columnas (Apadana)
•
Capitel de columna con prótome de toro (Apadana)
Elementos de mármol gris, encima de una columna de la Apadana. Museo Nacional de Irán,
Teherán.
Los planos iniciales del palacio eran más simples: habiendo sido construidas después la escalera de
Persépolis y la puerta de todas las naciones, llegó a ser necesario un acceso al palacio por el norte.
Eso explica el añadido de una escalera en el lado norte del basamento. La parte central, una gran
sala hipóstila de forma cuadrada, constaba de 36 columnas ordenadas en seis filas. Estaba rodeada
al oeste, al norte y al este, por tres pórticos rectangulares con doce columnas cada uno, dispuestas
en dos filas. La parte sur consistía en una serie de pequeñas salas, y se abría sobre el palacio de
Darío, el Tachara. Las esquinas estaban ocupadas por cuatro torres.555657
El techo era sostenido por vigas que descansaban sobre prótomes de toros y de leones. Opuestos, los
prótomes formaban un banco sobre el que había sido puesta una viga principal. Las dos cabezas
formaban así una protrusión, lateralmente, de alrededor de un metro. Unos vigas transversales
habían sido puestas directamente sobre las cabezas, estabilizadas por las orejas o los cuernos del
animal esculpido. Estos elementos de animales fueron fijados con plomo. Las vigas transversales
unían las columnas de las filas vecinas. Los restantes espacios estaban cubiertos por vigas
secundarias. El conjunto fue calafateado y cubierto por una capa de mortero de barro seco. Las
vigas eran de encina, de ébano, y de cedro del Líbano.5855 La utilización de tejados ligeros de
cedro junto a las técnicas de las columnatas jonias, permitían la liberación de un espacio importante:
la separación de las filas de columnas de la Apadana es de 8,9 m, para una relación entre diámetro
de las columnas y distancia entre los fustes de sólo 1 por 3,6. En comparación, la de la sala hipóstila
del templo de Karnak es de 1 por 1,2.55
El conjunto estaba pintado ricamente como lo atestiguan los múltiples rastros de pigmentos
encontrados sobre las bases de algunas columnas, los muros y los bajorrelieves de las escaleras. El
interior de la garganta de un león esculpido todavía posee distinto restos de color rojo. Cubiertos de
una capa de estuco del que se han encontrado fragmentos, los muros eran adornados con colgaduras
bordadas de oro, enlosados de cerámicas, y decorados con pinturas que representan a leones, toros,
flores y plantas. Las puertas de madera y las vigas llevaban placas de oro, incrustaciones de marfil y
de metales preciosos. Los adornos de los capiteles de las columnas difieren según su posición: toros
para las columnas del vestíbulo central y del pórtico norte, y otras figuras de animales para los
pórticos este y oeste.59,60
•
Capitel de columna con prótome de león (Apadana)
•
Tejado de la Apadana, por Charles Chipiez (1884)
•
Reconstrucción de la Apadana, por Charles Chipiez (1884)
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Cabeza de león y base campaniforme de columna (Apadana)
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Detalle de una columna
Según el arqueólogo David Stronach, la configuración de un palacio como la Apadana responde a
dos funciones principales. Sus dimensiones podrían permitir la recepción de 10 000 personas, lo que
facilitaba la audiencia del rey. Por otra parte, su altura permitía al rey observar las ceremonias y
desfiles que tenían lugar en la llanura.60 Las excavaciones realizadas en Susa, en un palacio
realizado también por Darío I, han sacado a la luz una losa de la Apadana, situada en el eje del
palacio frente al muro sur. Ambos palacios tienen parecidas concepciones. Es probable la existencia
de un trono fijado al suelo de la Apadana. Además, dos pasos cercanos permitían al rey retirarse a
los apartamentos y barrios reales adyacentes.6162
Cuando Alejandro Magno incendió Persépolis, el tejado de la Apadana se derrumbó hacia el este,
protegiendo los relieves de esta parte del desgaste cerca de 2100 años. Ha sido hallada una cabeza
maciza de león en un hoyo, cerca del muro que separa la Apadana del Palacio de las 100 columnas.
Su función parece haber sido sostener una viga principal del tejado. Su presencia en un hoyo
situado bajo el nivel del suelo no está explicada. Se halla una réplica del pórtico de la Apadana en el
museo del sitio y da una idea de la magnificencia del palacio.63
Escalera este
Entrepaño sur. Es un entrepaño notable porque representa la llegada de las delegaciones que
proceden de veintitrés naciones sometidas, conducidas alternativamente por guías persas y
medos. Cada delegación está separada por pinos, El guía lleva al delegado a la cabeza, de la
mano. La calidad del acabado difiere para cada obra: todos los relieves no han sido pulidos, y
su detalle es variable. Este desfile presenta cerca de 250 personajes, cuarenta animales, y
carros. De una altura de 90 cm, los registros tienen una longitud total de 145 m.74,.75 Para
Dutz, los símbolos de Persépolis están cargados de sentido, y su organización no es fruto del
azar. La disposición de las representaciones podría corresponder a un orden protocolar, sin
que pueda saberse si tal orden sigue una secuencia determinada por las filas horizontales o
verticales (ver esquema). En todo caso, parecería claramente que los medos eran los primeros,
y los etíopes los últimos. Además, ninguno sigue la lista secuencial de las satrapías dada por
la inscripción del rey. La disposición de las delegaciones no parece seguir tampoco el orden
de incorporación de los diferentes satrapías al imperio. En cambio, podría estar en función del
tiempo de viaje que las separa de Persépolis.74 Este razonamiento se apoya en los textos de
Heródoto: «de todas las naciones, los persas honran primero a las que tienen más cerca, en
segundo lugar a las que están más distantes, y tienen menos estima a las más lejanos».76 Se
sabe por las tablillas del Tesoro que las ofrendas llevadas por las delegaciones no
corresponden a un impuesto. Corresponden a regalos destinados al rey o a un uso
ceremonial.77 En ausencia de inscripción, la identificación de las delegaciones supone
siempre un problema, pues se centra sobre todo en los trajes, y ofrendas. A pesar de la
similitud con otras representaciones, subsisten numerosas incertidumbres. La presencia o la
ausencia, el orden de citación o de presentación, incluso la denominación de cada pueblo del
imperio varía mucho, tanto en las esculturas como en las inscripciones reales. Estas últimas
no constituyen un inventario administrativo realizado para la posteridad, sino que
corresponden más bien a la visión ideal del imperio cuyo rey desea quiere dejar huella.78
• 1 Medos: conducidos por un persa, esta delegación es la más importante. Los sujetos llevan
trajes, pulseras o brazaletes, una espada, copas y un vaso. Se trata probablemente de otras
tribus medas que las que sirve al imperio desde su fundación, lo que explicaría el estatuto de
sometidos. Al principio del imperio, tales tribus permanecieron fieles a Astiages, habiendo
reunido Ciro a las otras.
• 2 Elamitas: Elam es persa desde la fundación del imperio por Ciro el Grande. La delegación
conducida por un medo ofrece una leona y dos leoncitos, así como espadas y arcos.
• 3 Armenios: esta delegación lleva un vaso con dos asas, finamente trabajado, y un caballo.
• 4 Aracosios: Los pantalones son aún llevados en Baluchistán. Uno de los sujetos está vestido
con una piel de felino. Las ofrendas consisten en un camello y jarras.
• 5 Babilonios: esta delegación ofrece un toro, tazones, y una colgadura idéntica a las de las
representaciones del palacio de las 100 columnas, el Tesoro o el Tripylon.
• 6 Asirios y fenicios (o lidios): este relieve está muy detallado. Las ofrendas consisten en
vasos y copas labradas (vasos de bronce o de plata), con asas dobles que representan toros
alados, joyas (brazaletes con broche adornados con grifos alados), y un carro enganchado
con caballos de pequeña talla. Los trajes y peinados de los sujetos están muy trabajados, se
distinguen incluso papillotes llevados por judío s ortodoxos. La identidad de la ropa
mantiene una controversia sobre los orígenes de estas delegaciones.
• 7 Arios (o Aracosios): los sujetos de este satrapía corresponden a las regiones de Herat y de
Mashhad. Son prácticamente indiferenciables de los aracosios. Las ofrendas consisten en un
camello y vasos.
• 8 Cilicios o asirios: que proceden del sur de Asia Menor, esta delegación ofrece dos
carneros, pieles, un traje, copas y vasos. Esta representación está trabajada minuciosamente,
y aparece el detalle de los trajes (cordones, cinturones, cofias,).
• 9 Capadocios: caracterizados por la atadura de su capa en la parte superior del hombro;
pertenecen al mismo grupo que los armenios, medos, y sagartios. Ofrecen presentes de un
caballo y trajes.
• 10 Egipcios: el altorrelieve que representa esta delegación ha sido perjudicado severamente
por la destrucción de la Apadana. Las partes inferiores bastan para identificar el origen de
los sujetos, gracias a las características de su vestido.
• 11 Escitas (también llamados sacas): esta satrapía se extendía desde Ucrania a las estepas del
norte del Cáucaso, hasta el norte de Sogdiana. Los sujetos están tocados con un típico gorro
escita. Llevan un caballo, trajes, y lo que podrían ser brazaletes con broches.
Escalera norte
Tachara
Así nombrado por una inscripción situada en un montante de su puerta sur, el Tachara, o palacio de
Darío, está situado al sur de la Apadana. Es el único de los palacios en tener un acceso al sur por
medio de un pórtico. La entrada del palacio se hacía inicialmente por este lado, por una doble
escalera. Construido por Darío I, el palacio es completado luego por Jerjes I quien lo amplió, luego
por Artajerjes III, quien añadió una segunda escalera al oeste. Esta nueva entrada crea una asimetría
inédita. Los trajes de los personajes medos, silicios y sogdianos representados son diferentes de los
de las otras escaleras anteriores, lo que sugiere un cambio de moda, y refuerzan la idea de una
construcción ulterior.83
•
Vista general
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Escalera sur del Tachara (Apadana en último plano)
•
Tachara
•
Rey combatiendo el mal (Tachara)
•
Detalle de un bajorrelieve en Tachara
Las mochetas de la escalera sur presentan símbolos de Noruz: león que devora un toro. Las partes
ascendentes representan a medos y aracosios que traen animales, jarras y otras cosas. Se trata
probablemente de sacerdotes que vienen de lugares santos zoroástricos tales como el lago Urmía en
Media y el lago Helmand en Aracosia, y que llevan lo necesario para las ceremonias.83 El
entrepaño central muestra dos grupos de guardias nuevos y tres paneles que llevan una inscripción
trilingüe de Jerjes II, que indica que este palacio ha sido construido por su padre; está coronada por
el disco alado, símbolo o bien de Ahuramazda o de la gloria real, encuadrado por dos esfinges.84
•
Reconstrucción del Tachara, por Charles Chipiez (1884)
•
Estudio del tejado del Tachara, por Charles Chipiez (1884)
•
La entrada del palacio se hace por una sala, mediante una puerta, donde un relieve representa a los
guardias. Esta sala es seguida por otra puerta que se abre al vestíbulo principal, sobre la que se
encuentra un relieve que representa al rey que combate al mal con forma de un animal. Este tema
está en otras puertas del palacio, en el Palacio de las 100 columnas, y en el harén. La figura
maléfica es simbolizada por un león, un toro, o un animal quimérico. El tipo de figura podría tener
una relación con la función de la obra, o con temas astrológicos.85
En el cuarto de baño real se abre una puerta. Está adornada con un relieve que muestra a un rey
preparado para una ceremonia y seguido de dos servidores que tienen una sombrilla y un
espantamoscas. El rey está coronado, vestido con un rico aderezo adornado con piedras preciosas.
Lleva pulseras, y las joyas penden de su barba trenzada.83 Otro relieve muestra probablemente a un
eunuco, única representación imberbe del sitio. Lleva una botella de ungüento y una servilleta. La
circulación de agua estaba asegurada por un canal cubierto en el suelo que pasaba por medio de la
estancia. Pueden observarse restos del cemento rojo que alfombraba el suelo de la sala.85
El palacio consta de otras dos pequeñas salas situadas en sus lados. El pórtico sur se abre a un patio
rodeado por los otros palacios. Sobre cada dintel de las puertas y ventanas está grabada una curiosa
inscripción:
ventana de piedra hecha en la casa de Darío.
El nombre de Tachara procede de una inscripción cuneiforme trilingüe sobre cada montante del
pórtico sur:
Darío el gran rey, el rey de reyes, el rey de los pueblos, el hijo de Vistaspa, el
aqueménida, que ha hecho este Tachara.
Sin embargo, es dudoso que esta palabra, cuyo significado exacto es desconocido, designe al
edificio en sí mismo: se ha encontrado en las bases de columnas de otros lugares de Persépolis, que
llevan inscripciones de Jerjes y que mencionan esta palabra:
Soy Jerjes, el gran rey, el rey de reyes, el rey de los pueblos, el rey de esta tierra, el hijo
del rey Darío, el aqueménida». El rey Jerjes declara: «He hecho este Tachara.
48
Tripylon
Hadish
Procesión real (Hadish)
El Hadish, o palacio de Jerjes, se encuentra al sur del Tripylon; está construido sobre un plano
semejante al Tachara, pero dos veces más grandes. Su vestíbulo central constaba de treinta y seis
columnas de piedra y de madera. Se trataba de troncos de árboles de grandes proporciones y
grandes diámetros de los que no queda nada. Está rodeado por el este y el oeste por pequeñas
habitaciones y pasillos, cuyas puertas presentan relieves esculpidos. Se encuentran allí procesiones
reales que representan a Jerjes I acompañado de servidores que le ponen a cubierto bajo una
sombrilla. La parte sur del palacio está compuesta de apartamentos cuya función es controvertida:
en un tiempo descritos como de la reina, son considerados como almacenes o anexos del Tesoro.86
El acceso a la terraza del Hadish se hacía por una escalera monumental al este, de doble tramo,
primero divergentes y luego convergentes, y una escalera más pequeña de tramos convergentes al
oeste; as dos presentan la misma decoración que la escalera sur del Tachara: toros y leones, guardias
persas, disco alado y esfinge.87
Hadish es una palabra en antiguo persa que figura en una inscripción trilingüe en cuatro ejemplares,
sobre el pórtico y la escalera: significa «palacio». Son los arqueólogos quienes llaman a este palacio
hadish, no siendo conocido el nombre original. La atribución a Jerjes es seguraa, pues éste, además
de estas cuatro inscripciones, hizo grabar su nombre y sus títulos al menos catorce veces.48
•
El palacio de las 100 columnas reconstruido por Charles Chipiez (1884)
•
Estudio del tejado del palacio de las 100 columnas, por Charles Chipiez (1884)
•
Detalle de dos columnas.
•
Vista general
•
Columna con un toro
•
Detalle inferior del relieve sur (Guardia de los Inmortales)
•
Detalle superior del relieve sur
•
Palacio de las 100 columnas (vista norte)
El palacio está decorado con numerosos relieves en notable estado de conservación, que representan
toros, leones, flores y bellotas.89
La puerta sur del palacio presenta un relieve completamente diferente. Simboliza el sostén aportado
al rey por las diferentes naciones que componen el imperio. Los soldados que componen las cinco
filas inferiores pertenecen a muchas naciones, reconocibles por su tocado y armamentos. Vuelto
hacia el Tesoro, este mensaje se dirige más bien a los servidores y les recuerda que las riquezas que
transitan por esta puerta se deben a la cohesión del imperio. Unas tablillas cuneiformes detallan los
archivos de los tributos, dando así una estimación de las riquezas que transitaban por estas
puertas.90
Si los relieves de las entradas norte y sur del palacio conciernen esencialmente a la afirmación de la
monarquía, los de las partes este y oeste presentan, como en otros palacios, escenas heroicas de rey
combatiendo al mal.49
Tesoro
Harén y museo
Inscripción del Harén, de Jerjes I. Se trata de una inscripción bilingüe en persa antiguo (izquierda) y
babilonio (derecha). (Museo nacional de Irán, Teherán)
Se accede al harén por la puerta sur del palacio de las 100 Columnas. El edificio tiene forma de "
L", cuya ala principal tiene una orientación norte-sur. El centro consiste en una sala con columnatas,
abierta al norte a un patio por un pórtico. Esta sala tenía cuatro entradas, cuyas puertas estaban
decoradas con relieves. Los relieves laterales muestran todavía escenas de combate heroico que
recuerdan las del Tachara o del palacio de las 100 Columnas. El rey es mostrado en lucha con un
animal quimérico (toro-león cornudo y alado), con cuello de cuervo, cola de alacrán, que puede ser
una representación de Ahriman, divinidad maléfica. El héroe hunde su espada en el vientre de la
bestia que le hace frente. El relieve sur muestra a Jerjes I seguido de servidores, según una escena
idéntica a las del Hadish. La parte sur del ala y la otra ala que la prolonga hacia el oeste consiste en
una serie de 25 apartamentos, hipóstilos de 16 columnas cada uno. El edificio presenta además dos
escaleras que lo enlazan al Hadish, y dos patios pequeños que podrían corresponder a jardines
cerrados.4995
No es cierto, que el harén haya podido ser un lugar de residencia de mujeres. Según unos, la sección
central habría podido estar destinada a la reina y a su séquito. Otros piensan que las mujeres
residían en el exterior de los muros.49 La función del edificio es pues controvertida. La presencia
de relieves elaborados, así como su situación, en un nivel alto es el de un edificio que tiene una
función importante. Por el contrario, su tamaño y su posición sugieren más bien una función
administrativa.9449 Es probable que la denominación de "harén" sea errónea: los buscadores
occidentales han proyectado su visión de los harenes otomanos sobre la Persia aqueménida que
carecía de ellos.96
El harén ha sido excavado y ha sido restaurado parcialmente por E. Hertzfeld por un procedimiento
de anastilosis. Reconstruyó varias salas, que sirvieron de talleres de restauración y de presentación
de las obras encontradas en el complejo. Una parte del harén se transformó en museo.97 El museo
del sitio presenta una gran variedad de objetos encontrados:
• cerámicas, platos y vasos de terracota, azulejos de cerámica;
• piezas de monedas;
• herramientas de todo género: de mampostería, de talla, de cocina, o utensilios de boca,
morteros;
• artesanías de hierro forjado, puntas de lanza y de flechas, fragmentos de trompetas o de
adornos metálicos, clavijas metálicas;
• restos de tejidos o restos de madera que componen la infraestructura;
• bocados metálicos y trozos de saeta;
• tablillas grabadas.
Hay obras encontradas en los alrededores, que datan de ocupaciones posteriores, sasánidas e
islámicas, incluso anteriores (prehistóricas). La gran diversidad de las obras que recogen usos
diarios, permiten tener una idea de la vida de la época. Además, la comparación de las obras con
algunas obras pictóricas (bocado, lanzas) dan una idea de la minucia del trabajo de los obreros en la
talla de los relieves.94
Otras construcciones
Habitaciones
Son ruinas que aún no han sido excavadas completamente y visibles a 300 m al sur de la terraza.
Posiblemente anteriores a los palacios, estas construcciones constan de muchas casas. La más
amplia consiste en un vestíbulo central rodeado de salas secundarias y es accesible por una escalera.
Parecen haber estado destinadas a personas de alto rango social. Una construcción se encuentra al
norte de la terraza, cuya función es desconocida.99
Jardines
Exploraciones geológicas recientes han puesto en evidencia las ruinas de jardines aqueménidas y
sus canales de irrigación en el exterior del complejo. Una parte de ellos fueron perjudicados en
1971, durante las ceremonias de celebración de los 2500 años de la monarquía de Irán. Otros daños
han resultado de la construcción de una carretera asfaltada después de la revolución. Dichos
jardines llamados Pairidaeza (palabra persa antigua de la que proviene la palabra "paraíso"), eran
realizados a menudo al lado de los palacios aqueménidas.
Red hidráulica
El sistema de canalización de la terraza encierra todavía preciosos secretos, lo que motiva
excavaciones profundas. Se trata de extraer y analizar los sedimentos. Más de 2 km de red han sido
descubiertos, que recorren la terraza y sus alrededores, y que pasan bajo los palacios. Las variables
dimensiones de los canales (60 a 160 cm de ancho, 80 cm a varios metros de profundidad) explican
la importancia del volumen sedimentario y el valor del potencial arqueológico. Los restos que
contienen pueden así revelarse preciosos: ha sido hallado una parte del supuesto trono de Darío,
igual que unos 600 fragmentos de cerámica que han conservado sus colores. Los trabajos tropiezan,
sin embargo, con un problema complejo: la retirada de los sedimentos permite la infiltración de
agua, lo que perjudicaría la estructura del complejo.
La red de colectores y de canales de agua atraviesa los cimientos y el suelo de la terraza. Es, pues,
probable que los planos de la totalidad del complejo hayan sido realizados en detalle antes de su
construcción.13 Cortados directamente en la piedra de la base de los muros, antes de su erección,
los colectores permitían evacuar las infiltraciones pluviales.39
Sepulturas reales
Situadas a algunas decenas de metros de la terraza, dos tumbas cavadas en la roca de Kuh-e Ramat
dominan el sitio. Estas tumbas son atribuidas a Artajerjes II y a Artajerjes III. Cada sepulcro está
rodeado por esculturas en columnatas que representan las fachadas de palacio, resaltadas con
grabados. Estas representaciones, como las de las tumbas de Naqsh-e Rostam, han permitido
comprender mejor la arquitectura de las construcciones palatinas persas. En la parte superior del
sepulcro de Artajerjes III, el rey está representado sobre un pedestal a tres niveles, haciendo frente a
Ahuramazda y a un fuego sagrado igualmente realzado. Un muro presenta una inscripción trilingüe
que recuerda que Darío el Grande ha dado una descendencia, que ha construido Persépolis, y hace
una lista de sus bienes. Cada versión difiere ligeramente de las otras dos. Una tercera tumba
inacabada se encuentra más al sur. Parece haber estado destinada a Darío III, último rey
aqueménida.100101 Al pie de la montaña han sido encontradas restos de sepulturas post-
aqueménidas, a un kilómetro al norte de la terraza.49
•
La tumba de Artajerjes II
•
La tumba de Artajerjes III
Tablillas de Persépolis
Durante las excavaciones de Herzfeld y Schmidt, han sido descubiertas en Persépolis dos series de
archivos que comprenden numerosas tablillas cuneiformes de madera y de arcilla. La primera serie
es conocida bajo el nombre de Tablillas de la Fortaleza de Persépolis pues ha sido encontrada en la
zona correspondiente a las fortificaciones del ángulo noreste de la terraza. Consta de alrededor de
30 000 piezas de las que 6000 son legibles. El contenido de 5000 de ellas ha sido ya estudiado, pero
no se han publicado en su totalidad. Contienen principalmente textos administrativos reeditados en
elamita, lengua de los cancilleres, entre 506 a. C. y 497 a. C., pero las tablillas reeditadas en arameo
unos 500 textos han sido descifrados;102 una tablilla en acadio, una en griego, una en una lengua y
grafía de Anatolia,103 una en persa antiguo104 han sido encontradas.
Estas tablillas pueden ser clasificadas en dos subgrupos. El primero concierne al transporte de
materiales de un lugar a otro del imperio; el otro es más un registro de cuentas. Estas piezas han
permitido la obtención de información preciosa que permite comprender el funcionamiento del
imperio y de su administración en los dominios tan diversos de la construcción, la circulación, los
correos, los pasaportes, o las finanzas. Algunos cuerpos de oficios han podido ser así conocidos,
como el gobernador del Tesoro, o ganzabara. Las tablillas han permitido también conocer el
nombre de las personas que trabajaron en Persépolis, del humilde obrero al gobernador del Tesoro.
Además, algunos permiten precisar el estatuto de las mujeres de toda clase social en la época
aqueménida.
La otra serie, conocida bajo el nombre de Tablillas del Tesoro de Persépolis, cuenta con 139 piezas
que describen los pagos realizados en oro y plata entre 492 a. C. y 458 a. C. Varias están marcadas
con la huella de sellos, y constituyen cartas y memorándums dirigidos por los funcionarios al
gobernador del Tesoro.105 La asombrosa conservación de tablillas de arcilla seca se explica por el
hecho que han sido cocidas a alta temperatura por el incendio de Persépolis. Esta transformación
involuntaria en terracota ha permitido paradójicamente su mejor resistencia al tiempo evitando que
se convirtiesen en polvo.49
Representando un patrimonio científico inestimable, han contribuido a un mejor conocimiento
lingüístico del elamita y del antiguo persa, o de la organización política y de las prácticas religiosas
de los aqueménidas. Este patrimonio se encuentra en el centro de una polémica de orden político:
un proceso que quiere obtener el embargo para realizar una venta en provecho de las «víctimas del
terrorismo de Hamás».106 El Instituto Oriental de la Universidad de Chicago tiene la custodia de
las tablillas desde su descubrimiento.
Citas
No sé si mi Descripción, y las Figuras que la acompañan, darán una gran idea; pero
puedo asegurar que aquella se concibe por la vista, va más allá de todas las expresiones:
pues no tengo jamás nada por visto, ni concebido, ni tan grande ni tan magnífico.
¿Cuántos millares de hombres deben haber trabajado, y durante cuántos años? No es
sólo aquí una Obra maestra, donde hay sólo trabajo y pena, como en las Pirámides de
Egipto, que Horacio tiene mucha razón en llamar una maravilla Bárbara, pues no son
después de todo más que un montón de piedras: aquí hay un arte infinito, orden e
industria; y puede decirse que es una obra digna de los más grandes maestros y de las
sabias manos que lo han formado.
Jean Chardin113
Roman Ghirshman55
Marcel Dieulafoy12
Véase también
• Pasargada
• Dinastía aqueménida
• Naqsh-e Rostam
• Tablillas de la Fortaleza de Persépolis
• Imperio aqueménida
• Fars
• Shiraz
• Istajr
• Zoroastrismo
Notas y referencias
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de 2012).
• Pierre Briant, p. 99.
• Pierre Briant, p. 182.
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• Pierre Briant, p. 590.
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LXV, Chicago, 1948.
• Werner F. Dutz & Sylvia A. Matheson, p. 12.
• Plutarco, Vida de Alejandro
• (en inglés) Diodorus Siculus Library Book 17 Chap 69 to 72 (enlace roto disponible en
Internet Archive; véase el historial y la última versión)., Perseus Digital Library.
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Lovaina.
• (en francés) Victor Duruy, Histoire des Grecs 7ePériode - Suprématie de la Macédoine -
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