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Si mi preocupación más importante en este momento es cómo hacer para comer, no puedo
ponerme a pensar porqué sale el sol. Además hay gente que, aunque tenga todas sus
necesidades cubiertas, nunca se preocuparía por filosofar.
Este es el comienzo del filosofar. Lo que se enseña en los institutos es el resultado de esto,
después de muchos siglos de filosofar, lo cual no quiere decir que la filosofía sea un cuerpo de
verdades canonizado. Lo que se enseña es el resultado de lo que han pensado todos los
filósofos que han vivido, que constituye un acervo que no puede ser dejado de lado y por eso
se lo estudia. Pero una vez enterado de todo lo que otros han pensado, cada uno es libre de
aceptarlo o de ponerse a pensar por su cuenta.
La actividad de filosofar implica liberarse de todo preconcepto, ya sea por propia decisión o
por una causa exterior.
a 399 a. de C. Nació en la ciudad de Atenas y vivió en la misma casi toda su vida, salvo para
participar en la guerra del Peloponeso.
Antes de Sócrates existieron otros filósofos, pues la filosofía, tal como hoy la entendemos,
comienza en el siglo VI a. de C. en las costas del Asia Menor e islas adyacentes, y se extiende
después a las colonias griegas en el sur de la península itálica.
Estos filósofos, a los que se suele llamar presocráticos, se ocuparon de un tema filosófico que
se llama el problema ontológico. Entre ellos tenemos a Thales de Mileto, Anaximandro,
Anaxímenes, Empédocles, Pitágoras, Heráclito, Parménides y Zenón de Elea.
Luego apareció Sócrates, que se ganaba la vida como escultor y que no dejó ningún escrito. Lo
que nos ha llegado de su pensamiento, lo ha sido a través de su discípulo Platón.
Sócrates introduce en la filosofía la idea de que, además de los objetos del mundo físico,
existen cosas intangibles como la justicia, la moderación, la valentía, de las que se puede dar el
concepto, que se pueden definir; y lo que él busca es precisamente la definición de esos
conceptos.
Esta es la aportación fundamental que hizo Sócrates y la razón por la cual opino que es el
primer filósofo que se ocupó de los problemas que atañen al hombre común.
Sócrates pensaba que a través del entendimiento y de la razón, se puede llegar a decir qué es
el amor, la compasión, el valor, etc. Para él, el tema fundamental de la filosofía era la moral, la
cual debía llegar a elaborar, de los objetos que estudiaba, conceptos tan precisos como los de
la geometría, de manera que pudiese ser enseñada como lo es una disciplina matemática. De
esa manera, decía, se eliminaría la maldad, dado que, en su concepción, la maldad era el
producto de la ignorancia. Enseñaba que el sabio es el que sabe vivir, quien se conoce a sí
mismo y sabe controlarse, y no aquel que sabe muchas cosas.
¿Filosofando?
Sócrates era feo y excéntrico, pero sus enseñanzas atraían a muchos discípulos. También había
mucha gente que lo odiaba, porque en sus conversaciones desafiaba, a cualquiera que se decía
conocedor de algo, a demostrarlo y muchas veces ponía en ridículo a los supuestos
entendidos.
Cuando tenía alrededor de setenta años, fue acusado por las autoridades de su ciudad de
faltar el respeto a los dioses y de corromper a la juventud por impartirle enseñanzas en contra
de la tradición. Fue celebrado un juicio, cuyo resultado fue condenar a Sócrates a darse muerte
ingiriendo un veneno, la cicuta.
Decía Sócrates que la filosofía era la preparación para la muerte, y que quien sabe vivir, sabe
morir. Fiel a sus enseñanzas, supo controlarse hasta el final, y murió acatando lo que le
indicaba la razón, que era respetar las leyes de la ciudad en que había nacido y vivido.
Lo que nos hace dudar es el inconveniente, lo que se interpone en nuestro camino para llegar
a alguna parte. El que es feliz no se preocupa acerca de la felicidad. Cuando algo nos falta,
entonces empezamos a dudar de las apariencias y a buscar un sustento más sólido para
nuestra vida, un saber que vaya más allá de lo que comúnmente nos ofrece el mundo.
Lo que buscamos es la filosofía, el saber que parece más inútil y al mismo tiempo es el más
importante, porque no tiene otra consecuencia práctica más que la de enseñarnos a vivir.
Empezamos entonces a crecer, pero intelectualmente, a expensas de dominar las porciones
menos evolucionadas de nuestro ser.
En tanto todo transcurra apaciblemente, podemos manejarnos en la vida con los usos y
costumbres establecidos en el tiempo y el lugar en que nos ha tocado vivir. Cuando la crisis se
produce, la única manera de vivir racionalmente es ponernos a ver qué son las cosas y qué se
ha de hacer con ellas. Buscamos salir de lo particular y llegar a lo general.
Nos planteamos: ¿qué puede hacerse para vivir mejor, para ser más felices? Aprendemos a
controlar las pasiones en la búsqueda de valores más trascendentes, descubrimos que es más
sabio dominarnos que dar rienda suelta a nuestras emociones.
El hombre está formado por cuerpo y alma (o espíritu), pero es esto último lo que nos hace
hombres, lo que nos diferencia de los otros animales. Para algunos pensadores importantes, la
forma correcta de ser humano es dar preponderancia a nuestra parte espiritual en detrimento
de nuestra parte animal. Controlándonos y dominándonos, es como crecemos
espiritualmente, como más plenamente realizamos el ideal del ser humano.
La vida según la inteligencia, nos dice Aristóteles, es la que procura la mayor felicidad, porque
es vivir de acuerdo con lo más excelente que tiene el hombre.
LA FILOSOFÍA DE LA CONTABILIDAD
Las ciencias pueden ser clasificadas entre exactas e inexactas. Lo que hace particular alas
ciencias exactas es su carácter matemático. Esto hace, por ejemplo, que lasllamadas ciencias
humanas sean ciencias blandas , frente a las ciencias duras queson las exactas.Un
caso especial es el de la contabilidad, que tiene campos de estudio que exigenexactitud y el
uso de la matemática. Y por lo tanto esta dentro de lo que son lasciencias exactas. Pero
también es una ciencia práctica, porque su marco teórico tieneuna aplicación de tipo técnico.
La filosofía es un ejercicio crítico que busca cuestionar cualquier objeto de estudio.Incluso las
ciencias exactas no están libres de este cuestionamiento, pues sefundamentan en decisiones
determinadas por los prejuicios compartidos de loscientíficos de la época.Gracias a la filosofía,
la ciencia a dado grandes avances. Los principios exactos einmóviles de la ciencia, conocidos
como ciencia normal, permitieron a los científicosmejorarlos o cambiarlos, surgiendo así las
revoluciones científicas.En conclusión, hay momentos en que los científicos dejan de aceptar lo
dogmatico delos principios científicos, para pensar en alternativas diferentes, porque lo creen
mejoro mas científico y esto a permitido avanzar a la ciencia o por lo menos
cambiarparadigmas científicos.
Las ideas filosóficas tienen la pretensión de validez en todo momento y lugar, en todo tiempo y
en toda circunstancia. El filósofo trata de encontrar los fundamentos o principios válidos y
explicativos sobre la esencia de las cosas sin excepción, los elementos comunes a todos los
hombres, a los animales, a las piedras y a las plantas y las reglas generales del actuar del
hombre.
La Filosofía es una aspiración al saber total posible y concreto y que no excluye nada, pues
todo lo incluye; la Filosofía circunscribe su estudio sobre la totalidad de sentido -no de partes-
de lo que hay en el Universo o en la realidad natural y realidad social.
Por ejemplo, desde el punto de vista científico el hombre es estudiado como ser físico, ser
biológico, ser psicológico o ser social, desde el punto de vista filosófico se reflexiona sobre el
hombre y se trata de describirlo y explicarlo como ser unitario o ser total, es decir como una
unidad biopsiosocial.
Para la filosofía el todo es más importante que la parte; el todo es ilimitado en extensión, no
tiene confines, es ilimitado en “intensidad problemática”, el todo es un problema absoluto y
como tal hay la posibilidad de que sea incognoscible.
La filosofía busca los fundamentos, los principios y las primeras causas de todo cuanto hay en
el universo, hasta lograr captar la esencia de la cosas y profundizar la aprehensión de las cosas.
La extrañeza de la filosofía es radical en cuanto se extraña de todo.
La filosofía por mucho tiempo abarcó todos los conocimientos humanos, comprendía a todas
las ciencias, era entonces denominada ciencia universal.
Simmel, Dilthey, Maritain y Ortega y Gasset nos ilustrarán en líneas siguientes con sus
reflexiones sobre el carácter de universalidad de la filosofía.
Viene al caso la expresión feliz de J. Simmel, cuando dice que “el filósofo es aquel que tiene un
órgano de reacción para la totalidad del ser”.
Wilhelm Dilthey, manifiesta que la filosofía se caracteriza por su universalidad por cuanto
tiende a “relacionar lo aislado, a establecer conexiones y extenderse sin considerar los límites
de las ciencias particulares y a alcanzar la última fundamentación de la ciencia”.
Para Jacques Maritain la filosofía “es el instrumento más perfecto, a nuestra disposición, para
una mirada de conjunto sobre la totalidad del ser”. En fin, la filosofía persigue la raíz de todo
fundamento. Con las palabras del filósofo español, José Ortega y Gasset, diríamos: “el afán
intelectual, hacia el todo, lo que yo llamo pantonomía”.
Las ideas filosóficas tienen la pretensión de validez en todo momento y lugar, en todo tiempo y
en toda circunstancia. El filósofo trata de encontrar los fundamentos o principios válidos y
explicativos sobre la esencia de las cosas sin excepción, los elementos comunes a todos los
hombres, a los animales, a las piedras y a las plantas y las reglas generales del actuar del
hombre.
La Filosofía es una aspiración al saber total posible y concreto y que no excluye nada, pues
todo lo incluye; la Filosofía circunscribe su estudio sobre la totalidad de sentido -no de partes-
de lo que hay en el Universo o en la realidad natural y realidad social.
Por ejemplo, desde el punto de vista científico el hombre es estudiado como ser físico, ser
biológico, ser psicológico o ser social, desde el punto de vista filosófico se reflexiona sobre el
hombre y se trata de describirlo y explicarlo como ser unitario o ser total, es decir como una
unidad biopsiosocial.
Para la filosofía el todo es más importante que la parte; el todo es ilimitado en extensión, no
tiene confines, es ilimitado en “intensidad problemática”, el todo es un problema absoluto y
como tal hay la posibilidad de que sea incognoscible.
La filosofía busca los fundamentos, los principios y las primeras causas de todo cuanto hay en
el universo, hasta lograr captar la esencia de la cosas y profundizar la aprehensión de las cosas.
La extrañeza de la filosofía es radical en cuanto se extraña de todo.
La filosofía por mucho tiempo abarcó todos los conocimientos humanos, comprendía a todas
las ciencias, era entonces denominada ciencia universal.
Simmel, Dilthey, Maritain y Ortega y Gasset nos ilustrarán en líneas siguientes con sus
reflexiones sobre el carácter de universalidad de la filosofía.
Viene al caso la expresión feliz de J. Simmel, cuando dice que “el filósofo es aquel que tiene un
órgano de reacción para la totalidad del ser”.
Wilhelm Dilthey, manifiesta que la filosofía se caracteriza por su universalidad por cuanto
tiende a “relacionar lo aislado, a establecer conexiones y extenderse sin considerar los límites
de las ciencias particulares y a alcanzar la última fundamentación de la ciencia”.
Para Jacques Maritain la filosofía “es el instrumento más perfecto, a nuestra disposición, para
una mirada de conjunto sobre la totalidad del ser”. En fin, la filosofía persigue la raíz de todo
fundamento. Con las palabras del filósofo español, José Ortega y Gasset, diríamos: “el afán
intelectual, hacia el todo, lo que yo llamo pantonomía”.
. La filosofía no es ciencia.
La base del conocimiento científico es la coherencia lógica (en las ciencias formales) y la
observación y la experimentación (en las ciencias naturales y humanas). La filosofía, por
supuesto, tiene que ser lógicamente coherente y ha de respetar los conocimientos que, desde
la observación y experimentación, establecen las ciencias naturales y humanas.
La filosofía tiene vocación práctica, es decir, pretende ser un saber que nos ofrezca
orientaciones, consejos para la vida buena, cosa que la ciencia en tanto que ciencia no puede
hacer, porque se limita a describir fenómenos, pero no a prescribir conductas. Por ejemplo,
suponiendo que sepas lo que es la salud, un médico puede decirte que “para estar sano hace
falta…”. Pero la cuestión es, ¿y por qué debo estar sano? A lo mejor, más importante que estar
sano es acompañar a un enfermo a pesar del peligro de contagio, o renunciar a la medicación
para seguir desarrollando mi creación artística. El establecimiento de lo bueno y de lo malo es
asunto propio de la reflexión filosófica, no de la ciencia.
Estas son diferencias fundamentales entre filosofía y ciencia, pero de ellas se derivan otras dos
que preocuparon mucho a Kant:
a) Porque la filosofía reflexiona sobre sí misma, todo filósofo, si de verdad quiere hacer
filosofía, tiene que revisar la tradición filosófica que le precede y adoptar una postura frente a
ella: “estoy de acuerdo con…”, “y en desacuerdo con…”. Digamos que no puede dar por bueno
ningún saber acumulado en la tradición, que la reflexión tiene que empezar, por así decirlo,
desde el principio. En ciencias esto no pasa, o no pasa tanto. El científico puede dar por válida
buena parte de la enorme cantidad de información que la tradición pone a su disposición. Se
puede decir, por tanto, que en filosofía no se da una acumulación del saber como acontece en
la ciencia.
b) Esta tendencia a la acumulación del saber, se traduce en la tendencia al acuerdo entre los
científicos sobre las teorías fundamentales de referencia, mientras que los filósofos viven en
perpetua e irreductible discrepancia y, por eso mismo, son muy poco amigos de la idea de la
acumulación del saber en filosofía. Se puede decir, en conclusión, que en filosofía es muy raro
el acuerdo entre los filósofos.
2. La filosofía no es religión.
*El saber filosófico es el que conquista el ser humano desde la reflexión racional sobre la
totalidad de la experiencia de la humanidad.
Esta conquista se realiza a través de razones, porque conocemos aquello de lo que podemos
dar razón. La filosofía es un saber racional. En religión hay, sin embargo, una dimensión del
saber que no se basa en la razón, sino en la fe: “creo…”, porque, aunque no lo pueda entender
con mi razón, confío en la palabra de quien me lo revela.
La religión da lugar a:
*Un dogma, el conjunto de creencias fundamentales que definen una opción religiosa.
*Un ritual, el repertorio ceremonial con el que el ser humano expresa su vínculo con lo
sagrado.
Frente a ello, nada hay de dogmático en la filosofía, pues razonando, todo es discutible; no hay
ritual, y las orientaciones morales que propone la filosofía nunca se remiten para su
justificación al saber que nos ha sido revelado.
Establecidas las diferencias entre filosofía y religión, hay que decir que las relaciones entre
ambas han sido uno de los puntos que mayor discrepancia han producido en la historia de la
filosofía: desde los filósofos que ven en la religión una mentira y perversión moral de la que
hay que liberarse definitivamente, hasta aquellos que ven la religión como el saber que
culmina el anhelo oculto que alienta en la filosofía.
3. La filosofía no es literatura.
Son dos los tipos de diferencias que separan la literatura de la filosofía: de forma y de
contenido.
*En cuanto a las diferencias formales, es obvio que la literatura trabaja con tramas y
personajes en la novela y el teatro, y con imágenes y evocaciones en la poesía. Sin embargo, la
filosofía aspira a ofrecer textos que presenten conceptos verdaderos y argumentaciones
correctas (a veces, por cierto, con muy poca claridad, esa que Ortega y Gasset reconocía como
cortesía exigible a los filósofos). Estas diferencias formales obedecen a preocupaciones
fundamentales diferentes: la de la filosofía es primariamente gnoseológica, la verdad de
cuanto se dice; la de la literatura, estética, la belleza de la palabra escrita.
*En cuanto a las diferencias de contenido, la filosofía tiende a integrar las experiencias
individuales en teorías sistemáticas de la totalidad de lo real, en tanto que la literatura tiende a
consagrar lo que lo individual tiene de único e irrepetible. Supongamos, por ejemplo, que
poeta y filósofo se enfrentan a un mismo hecho de experiencia individual: la muerte.
-El poeta cantará lo que la muerte supone para él, la frustración de sus proyectos, la
separación de los seres queridos, etc.
Por tanto, podemos concluir que la filosofía no es religión, ni ciencia, ni literatura, pero
filosofar exige tener presente lo que cada una de estas disciplinas nos desvela de lo real.
Entre la gran variedad de textos existentes se encuentran los textos argumentativos, que son
aquellos que presentan argumentos o apoyan un argumento determinado, exponiendo ideas y
razonamientos, en favor o en contra de un tema, cuestión, posición, tesis o proyecto y que
están organizados con la intención o fin último de convencer al lector o a un determinado
público lector, por medio de la exposición de los diversos puntos de vista (favorables o
contrarios), al tema en cuestión que este tratando el texto en particular; este tipo de textos
forman parte de la lógica y generalmente se basan en premisas.
• Tesis
• Cuerpo
• Conclusión
Tesis.- La tesis consiste en la idea fundamental de nuestro texto, es en donde se exponen las
ideas, razonamientos y posturas referentes al tema que se esté tratando.
Cuerpo.- El cuerpo del texto es en donde se despliegan las ideas y razonamientos, haciendo
exposición de puntos de vista, se inspeccionan diversas perspectivas sobre el tema, se hacen
refutaciones, o se defienden los puntos e ideas propias, frente a las ideas o las refutaciones
que se pudieran hacer a nuestro razonamiento, así como tratar diversas perspectivas sobre el
tema.
Conclusión.- La conclusión debe ser el punto culminante del texto, en ella aquello que se halla
expuesto debe ser reflexionado desde todos los ángulos posibles, buscando reafirmar o
cimentar nuestro argumento, de forma convincente y demostrable para la persona o público a
la que este dirigido el texto, ya sea por medio de cartas, libros, ensayos, revistas, periódicos,
boletines, textos virtuales, etc.).
Es usado en varios ámbitos.- Este tipo de texto es muy usado en temáticas como: Filosofía,
derecho, política, ciencias sociales, periodismo, así como en diversas ramas de la ciencia, en
donde se deben exponer argumentos, hechos, sucesos, razonamientos, hipótesis o tesis, que
expongan las ideas de una persona sobre de un tema o en su caso se refutan argumentos
previos de otra persona o grupo, con los que se está inconforme o que se cree son erróneos,
planteando en el texto razonamientos que expliquen mejor un tema, o que contradigan
razonablemente los argumentos previos, tendiendo a convencer a favor de nuestros
argumentos a quien lee dicho texto.
En un pasquín político se puede aseverar que si se votase por tal o cual candidato,
perteneciente a un determinado partido político, que hubiera gobernado de manera opresiva
o anti democrática, se podría aludir a la idea de que si se votara por el candidato actual de
dicho partido, se estaría votando por un retroceso social, o que se obtendría un gobierno
opresivo, aludiendo a que el candidato de ese partido, implantaría todo lo malo o aquello
detestable acaecido anteriormente por ese partido, induciendo al sentimiento de rechazo por
miedo, por parte de quien lee el texto, por lo que este tipo de ejemplos “emotivo-afectivo”,
hace uso frecuente de las falacias, con las que apelando a sentimientos más que al
razonamiento, logran dar un mayor convencimiento al lector, lo cual se puede hacer junto con
los argumentos (argumentos racionales) expuestos en el resto del texto.