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Marco teórico

1. La atenuación, su clasificación y las estrategias de atenuación


La atenuación ha sido definida de diferentes maneras, Briz (2006) afirma que
se trata

de un mecanismo más complejo, incluso aparentemente contradictorio, en


tanto me alejo del mensaje, suavizándolo, evitando algo de lo que digo o
hago, para acercarme o no alejarme demasiado del otro y de ese modo evitar
posibles tensiones, malentendidos, amenazas a la imagen propia y, sobre
todo, ajena. Una estrategia, así pues, de distancia lingüística a la vez que
una estrategia de acercamiento social.

(pág. 228)

Por lo que valora dos vertientes de la atenuación; la social y la lingüística, y


considera que hay una relación intrínseca entre ambas, puesto que toda atenuación
conlleva dos razones para ser cortés, la razón social y la estratégica a nivel
lingüístico.

Para este autor, el uso del empleo de atenuaciones “hacen que la


conversación progrese sin demasiadas tensiones, aparezcan tanto aquí como allí,
con una diferencia quizá de frecuencia o de grado.” (Briz, 2006:230).

Siguiendo al autor, Albelda y Cestero (2012) definen la atenuación como “una


función o categoría pragmática al servicio de la comunicación” (pág. 10) y agregan
que se consigue mediante numerosos mecanismos lingüísticos.

Además, de forma simétrica, Briz (2006) y Albelda y Cestero (2012) plantean


la noción de que existen diversas maneras para llevar a cabo las atenuaciones, por
ejemplo, comenta el autor que se puede realizar mediante elementos
paralingüísticos corteses, tácticas verbales como el circunloquio, la
impersonalización del YO, las dudas, el desconocimiento fingido, entre otros.

Otro rasgo comentado por los autores es la característica de la atenuación


en cuanto a su vinculación con los principios de cooperación postulado por Grice, el
cual plantea lo siguiente: “Haga que su contribución a la conversación sea, en cada
momento, la requerida por el propósito o la dirección del intercambio comunicativo
en el que está usted involucrado”, además plantea las máximas conversacionales
para lograr la cooperación: cualidad, cantidad, modalidad y relación, dentro de las
cuales se ubica la noción de “sea cortés”, que da partida al principio de la cortesía
verbal.

El segundo principio con el que relacionan la atenuación es el de cortesía,


noción planteada por Lakoff (1973), Leech (1983), entre otros. El principio de
cortesía puede definirse como

el principio regular de la distancia social y su equilibrio: gracias a ella,


mantenemos o disminuimos la distancia social. Debe interpretarse y valorar
como el necesario punto de referencia que nos permite medir la adecuación
entre el enunciado y el grado de distancia social que media entre los
interlocutores.

Escandell (1996:144)

Estos dos planteamientos los resume Escandell (1996:139) de la siguiente


maner: “el principio de cooperación tiene como meta asegurar una transmisión de
información eficaz. La cortesía, en cambio, es una estrategia al servicio de las
relaciones sociales.”

Considerando lo anterior, la relación que se establece entre estos dos


principios y la atenuación es por su carácter social, pues busca el mantenimiento de
las relaciones interpersonales, el cual se logra mediante el uso de atenuadores, que
han sido definidos por Briz (2006) como

una especie de reguladores de las máximas, sobre todo, del tacto, de la


modestia y de la unanimidad, cuya función podría concretarse todavía más
en la minoración del beneficio del que habla, minoración de su contribución y
del posible desacuerdo; y consiguientemente, en la maximización en relación
con el receptor.
En cuanto a la clasificaciones concernientes, el tema de la atenuación
considerando sus múltiples sentidos ha sido ampliamente estudiado en cuanto a
diferentes clasificaciones, entre estas se puede encontrar las investigaciones de
Lakoff (1972), quien valoraba la noción de hedges como forma para evadir el
significado total o directo de las palabras, de modo que se utilizaban para disminuir
el compromiso del hablante ante lo dicho, es decir, para no ser directo. Además de
Lakoff (1972), Caffi (1999) realiza una clasificación tripartita de las mecanismos
empleados por los hablantes para la mitigación. Para esto, propone tres
componentes del enunciado que pueden ser modificados y servir de atenuadores;
bushes (afectan el contenido proposicional), hedges (modificar la fuerza ilocutiva) y
shields (se emplean para atenuar el origen o la fuente del enunciado, por lo que
cambian la dirección, la desplazan, los papeles del enunciador) (Caffi 1999 citado
por Albelda y Cestero 2012).

Asimismo, Briz (2005) realiza una clasificación considerando los ámbitos del
dictum (lo dicho) y del modus (el decir). En cuanto a la primera manera, el autor la
llama “atenuación semántico-pragmática” y la describe como aquella estrategia en
la que se emplean atenuantes que afectan al contenido proposicional, ya sea parcial
o totalmente; “minimizan las acciones a través de la modificación directa de alguno
de los elementos que integran la proposición de esta en su totalidad” (Briz,
2006:242). En este tipo de atenuación, Briz (2006) agrega una subclasificación, la
cual consisten en:

- Atenuación de un elemento por modificación gramatical o léxica:


cuantificadores (poco), partículas (como), eufemismos, lítotes.
- Atenuación de toda la proposición: uso de “si, pero…”, el primer miembro
preludia de forma cortés la oposición o restricción expresada en el segundo
miembro y marcada inicialmente por “pero”.

Por otro lado, en cuanto al modus o a la estrategia que altera el sentido del
enunciado en el nivel de la fuerza ilocutiva, el autor plantea la siguiente
subclasificación de las estrategias de atenuación estrictamente pragmáticas:
- Atenuación por la acción de por sí atenuadora del verbo performativo: expresa
la acción la intención o punto de vista mediante el verbo empleado: yo pienso,
me parece, imagino.
- Atenuación por modificación del verbo performativo: empleo del tiempo
imperfecto o del condicional, con el fin de marcar una distancia interpersonal:
podrías, quería.
- Atenuación por modificaciones modalizadoras <<al margen>>: aparición de
elementos modalizadores al principio o al final del acto de habla: fórmulas
estereotipadas, locuciones, modismos y otro tipo de expresiones: En mi
opinión, a lo mejor, por favor, puede que me equivoque.
- Atenuación por elipsis de la conclusión: estructuras suspendidas. De haberlo
sabido…
- Atenuación por impersonalización del yo: para evitar responsabilidades sobre
lo que dice, se minimiza el papel del yo.
 La forma se: Se dice que
 El indefinido: uno, una: Uno no sabe
 El tú impersonalizado: Hay cosas que tú vas aguantando…
- Atenuación por la despersonalización del tú: el yo mitiga su acción, su acto de
habla, más aún cuando el tú queda afectado directamente. Hay que leer más,
en vez de “Tú debes leer más”.

Aunque la teoría desarrollada en Briz (1998, 2006, entre otros) ha sido


ampliamente utilizada para el análisis de la atenuación, en el presente estudio se
utilizará la clasificación de Albelda y Cestero (2012), quienes, a su vez, relacionan
su propuesta con los elementos teóricos de Briz y Caffi, expuestos anteriormente,
pero realizan una clasificación más detallada y precisa de las estrategias de
atenuación y clasificación de las mismas.

La propuesta de las autoras parte del análisis de los corpus PRESEEA


Madrid y Valencia. Las técnicas desarrolladas por las autoras se clasifica en dos;
la estrategia uno se relaciona con el dictum de Briz y la noción de bushes de
Caffi (1999), mientras que las restantes 8 se vinculan con el modus y los demás
planteamientos de Caffi (1999), “puesto que inciden sobre todo el acto de habla
o sobre los papeles de los interlocutores en la enunciación” (Albelda y Cestero,
2012:17).

Concretamente, la teoría de las autoras presenta las tácticas de atenuación


clasificadas de la siguiente manera:

a. Minimizar o disminuir la cantidad o cualidad de lo dicho


1. Sufijos: Más que todo diminutivos (gordita)
2. Cuantificadores y modificadores Minimizadores: un poco, solo,
simplemente Aproximativos: prácticamente, aproximadamente, en plan, más
o menos. Difusores significativos: algo, algo así, no mucho. Modificación
mediante el entrecomillado de una palabra o expresión.
3. Términos o estructuras léxicas más suaves en el contenido significativo:
- Lítotes
- Eufemismos léxicos, metáforas
- Palabras extranjeras u onomatopeyas

b. Rebajar la aserción expresándola en forma de duda o de incertidumbre.


1. Verbos y/o adverbios modales de creencia o pensamiento: duda,
probabilidad.
2. Verbos, adverbios o estructuras verbales que expresen incertidumbre:
incompetencia, fingimiento de ignorancia; seguramente…

c. Desfocalizar los elementos de la enunciación: personal o temporal


1. Impersonalización del sujeto sintáctico o semántico de un acto de habla:
Pronombres impersonales (se, uno, tú, nosotros inclusivo), modificaciones de
la persona verbal y estructuras lexicalizadas de despersonalización del
origen deíctico del enunciado: por lo que dicen, según cuentan, por lo visto,
al parecer, supuestamente, presuntamente).
2. Impersonalización mediante la evidencialidad o modalizadores
enunciativos de sinceridad: estructuras y marcadores discursivos que inciden
en la franqueza de lo dicho y lo objetivan, haciendo ver que es algo
normalmente compartido por los demás: la verdad, a decir verdad,
sinceramente, francamente, realmente.
3. Recurrencia o simulación del estilo directo en la expresión de la propia
opinión, recurrir a la polifonía: Y yo pensé…
4. Modificación temporal del verbo.

d. Acotar o restringir lo dicho (la opinión, la aserción, la petición)


1. Mecanismos que acotan la opinión expresada a la propia persona: para
mí, digo yo, en mi opinión…
2. Restricciones del acto de habla mediante construcciones sintácticas
condicionales, concesivas o temporales: si no me equivoco, si no te importa,
si te parece bien, si no me fallan los cálculos.

e. Justificar
1. Justificaciones y excusas de lo dicho o del decir: es que, porque, como,
que, lo que pasa es que…
2. Marcadores discursivos que presentan una consecuencia lógica:
entonces, en consecuencia, por lo tanto, pues bien…

f. Corregir o reparar
1. Marcadores del discurso atenuantes correctores (bien para minimizar la
disconformidad dialógica o bien para atenuar y proteger la propia imagen
monológicamente): bueno, o sea, pues, hombre…
2. Empleo de elementos paralingüístico como mecanismos de atenuación,
fundamentalmente las risas.
3. Petición de disculpas ante una interrupción, una información negativa
para el oyente, una pregunta, la solicitud de un favor: perdone que moleste…
g. Realizar concesiones
1. Primero se formula la concesión (sí, cierto, de acuerdo, aunque +
subordinada concesiva…) y después se discrepa o se introduce la afirmación
peyorativa (pero, sin embargo…)
2. Primero se discrepa y después se atenúa mediante una concesión.
3. Unido a la lítote, se consigue mitigar una valoración negativa que podría
poner en entredicho la imagen de alguien: no excesivamente larga pero sí de
tres cuartos de hora…

h. Implicar al tú-oyente en lo dicho por el hablante


1. Fórmulas fáticas de petición consentimiento al tú: ¿no?, ¿vale?, ¿qué te
parece?
2. Elipsis de la conclusión mediante estructuras sintácticamente inacabadas:
porque si no hiciera trampas…

i. Formular actos directivos de forma indirecta


1. Empleo de preguntas (directas o indirectas) y aserciones en lugar de
exhortaciones: hace falta encender la luz, quisiera que me ayudaras a subir
la maleta.
2. Negación del supuesto de lo que se quiere pedir o preguntar: Supongo
que no les importará que vaya con ustedes en el carro, ¿no tendrá un cigarro?
3. Incluir la petición en el posible rechazo del interlocutor o expresar la
improbabilidad de que se le conceda lo que solicita: Entenderé que no sea
posible, pero ¿podría volver a pensar en mi oferta?, ¿Sería mucho pedir?

En la presente investigación se utilizará como de análisis la propuesta de


Albelda y Cestero (2012), pues se desarrollan con más detalle las estrategias de
atenuación, es decir, “estas categorías mayores y procedimientos mecanismos o
recursos para aludir a las realizaciones concretas de las estrategias atenuantes”
(pág. 16), y porque esta consiste en un relectura de las clasificaciones más
predominantes existentes, en la cual se superan algunas deficiencias de propuestas
anteriores.

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