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¿En qué medida los Tres Grandes Muralistas comunicaban las inconformidades del pueblo
mexicano de forma efectiva en su arte?
Artes Visuales
Resumen
Es bien sabido que el movimiento muralista mexicano fue exitoso en transmitir ideas de
orgullo nacional y concientizar al pueblo sobre el valor de su pasado indígena, siguiendo la pauta
del movimiento revolucionario que inconforme, derrocaba las ideas impuestas por el gobierno
que promovían lo contrario, y que gracias a esto adquirió una fama internacional. Sin embargo,
no hay tanta información que diga concretamente cómo o a través de qué aspectos artísticos es
que era exitoso cumpliendo su misión de comunicar dichos mensajes.
Se esperaba que con un pueblo inconforme, se reflejaran las inconformidades del pueblo
en el arte de la época. Es por esto que en este ensayo se analizan tres obras de los llamados Tres
Grandes Muralistas, quienes se consideran los máximos exponentes del movimiento muralista
mexicano: “Eco de un grito” de David Alfaro Siqueiros, “La historia de México: de la conquista
al futuro” de Diego Rivera y “La trinchera” y “La destrucción del viejo orden” de José Clemente
Orozco. Por medio de estas obras, se buscaba encontrar: “¿En qué medida los tres grandes
muralistas comunicaban las inconformidades del pueblo mexicano de forma efectiva en su
arte?”
A través de los acercamientos de la historia y la crítica del arte, y utilizando
principalmente los elementos y principios del arte se consiguió encontrar posibles simbolismos
en las obras que reflejaban adecuadamente el contexto histórico de un pueblo inconforme,
oprimido e ignorado. Se concluye que la razón de la efectividad del movimiento en comunicar
sus mensajes era precisamente debido a estos símbolos que comunicaban los ideales
revolucionarios de forma gráfica y visible al pueblo, además que se afirma que el movimiento
era exitoso en cumplir su propósito de educar y concientizar al pueblo mexicano debido a esto
mismo.
Índice
Introducción………………………………………………..……..pág. 4
Desarrollo y análisis………………………………………….…...pág. 6
David Alfaro Siqueiros………………………...... pág. 6
Diego Rivera ……………………………………..pág. 10
José Clemente Orozco …………………...……….pág. 14
Conclusión…………………………………………………….….pág. 17
Referencias……………………………………………………......pág. 19
Sifuentes 4
Introducción
El movimiento muralista mexicano es sin lugar a dudas uno de los movimientos más
representativos de la cultura mexicana (Sullivan, 1996). Debido a una combinación de factores
tanto políticos como artísticos, ha logrado cruzar fronteras y ganar una fama mundial. Nacido de
la Revolución Mexicana, el arte muralista tenía como principal misión educar a través de arte
didáctico al pueblo mexicano concientizando acerca de su propia historia y cultura, tanto en
aspectos positivos como inconformidades de la época, y rescatar los valores indígenas
anteriormente eliminados por el régimen porfiriano, con el fin de encontrar una identidad
nacional verdaderamente mexicana. Dentro de esto se encontraba precisamente la práctica de
decorar edificios públicos con murales, que fue utilizada por culturas prehispánicas en el pasado.
Los máximos exponentes de este movimiento se denominan los “Tres Grandes Muralistas:” José
Clemente Orozco, Diego Rivera y David Alfaro Siqueiros. (Monsiváis, 1986) En este trabajo se
analizará una obra de cada uno de estos artistas: “Eco de un grito” de Siqueiros, una sección de
“La historia de México: de la conquista al futuro” de Rivera y las secciones vecinas “La
Trinchera” y “La destrucción del viejo orden” del mural “Por los ideales, falsedades sociales, el
campo y el ideal” de Orozco.
La motivación para investigar sobre este tema viene de las observaciones que he hecho
alrededor de mi país. Como mexicano, puedo apreciar obras bastante importantes del
movimiento muralista dentro de mi propio país, y en las que he podido observar me han
fascinado sus vivas representaciones simbólicas de aspectos tanto positivos como negativos de la
historia y cultura mexicana. También el periodo de la Revolución Mexicana me parece un giro
muy importante en la historia de México no sólo por los acontecimientos históricos, sino por los
componentes políticos y culturales que trajo consigo esta, como diría Orozco, destrucción del
viejo orden. Un aspecto que me parece relevante de este orden es la ideología que vanagloriaba a
lo europeo impuesta por Díaz, así como su extensivo clasismo, por lo que asumí que la
inconformidad del pueblo por estas ideas debería poderse ver reflejado en las obras que
ocurrieron a base de la destrucción de ese orden. Es así como llegué a la pregunta: ¿En qué
medida los tres grandes muralistas comunicaban las inconformidades del pueblo mexicano
de forma efectiva en su arte?
Sin embargo, mientras que se habla mucho de cómo este movimiento fue sumamente
exitoso en representar a la cultura e inconformidades del pueblo mexicano de la época de la
Sifuentes 5
Desarrollo y análisis
México que trajo el porfiriato1, descrita por Brígida von Mentz como una “industrialización
incipiente,” al grado que las regiones fronterizas se convirtieron en “verdaderas islas fabriles
modernas.” (von Mentz, 2001) Esta modernización comenzó con el ferrocarril y se extendió a
ramas como la fundición de acero y minería; todo esto dependía del metal. De hecho, a la
derecha de la imagen se ven dos tubos fuera de la zona, pero que por su tamaño relativo parecen
ser mucho más grandes que los demás, que pueden ser una vaga representación de fundidoras de
algún metal. Es notable cómo esta fundidora parece estar plantada sobre montañas, ya que
incluso se puede interpretar que es la Fundidora de Acero de Monterrey, debido a que Monterrey
es conocida como “la ciudad de las montañas.” (Haro, 2004) Esta fundidora puede ser un
símbolo de la modernidad de México en la época, ya que se dice que “la industria siderúrgica
mexicana nació con el siglo XX, al establecerse, el 5 de mayo de 1900, la Compañía Fundidora
de Fierro y Acero de Monterrey, SA.” (Villanueva, 1986)2
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Se conoce como “porfiriato” al periodo en que Pofririo Díaz fue presidente de México.
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Acercamiento hecho por el autor a través de Preview
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cuadro, mismo que es descrito por Roblin como “un trabajo que trata con el horror de la guerra o
la destrucción traída por productos de la tecnología.” (Roblin, 1977) Este sentimiento junto con
la impresión antes mencionada de un espacio amplio y moderno destruido puede ser una alusión
a la Revolución Mexicana, con el desastre siendo el resultado de este conflicto; un país moderno
destruido. El que sea un espacio grande el destruido puede ser una alusión a que la Revolución
Mexicana fue un conflicto nacional que dejó al país en ruinas, con más de un millón de
mexicanos muertos. Sin embargo, acerca de la cita de Roblin, la destrucción puede no
necesariamente implicar que el artista le estaba dando un aire negativo a la modernidad y
tecnología, pero puede comunicar un mensaje que hasta en países modernos pueden haber
conflictos catastróficos. Además, al igual que la posible referencia a la Fundidora de Fierro y
Acero de Monterrey, la destrucción puede ser meramente una indicador que ayuda al espectador
a colocarse en el contexto histórico y cultural de la obra.
por servidumbres seculares, en hombres libres, dignos del respeto de la Historia,” (Valero, 1970)
y que, particularmente los indígenas, pudieran “asegurar su porvenir como raza, su soberanía
como hombres, como ciudadanos.” (Valero, 1970) Tomando esto en cuenta, y siguiendo con la
afirmación previa acerca de cómo Siqueiros no necesariamente daba un aire negativo a la
tecnología traída por Díaz representándola destruida, se puede también decir que tampoco se le
daba un aire negativo al conflicto que ocasionó el caos representado, ya que la destrucción del
sistema antiguo trajo efectos positivos para el pueblo mexicano, e incluso comunica un mensaje
de esperanza. De las ruinas del México viejo hay esperanza, aquí nace un pueblo mexicano
nuevo, un bebé que llora por la inconformidad de los malos tratos que había recibido
anteriormente y por el conflicto que cobró muchas vidas y dejó al país en ruinas. Siqueiros
realiza, en resumen, una expresión de inconformidad por el conflicto nacional mas comunica un
mensaje de esperanza, que algo bueno puede salir de eso; el nacimiento de un nuevo país.
Sifuentes 10
Diego Rivera
“Historia de México: de la conquista al futuro” es un mural del pintor mexicano Diego
Rivera. Este es un mural de gran tamaño, cubriendo 274 metros cuadrados de muros en el
Palacio de Bellas Artes, realizado por Diego Rivera. Debido a sus dimensiones, el proyecto tardó
22 años en ser completado; se elaboró de 1929 a 1951.
Figura 4: El mural “Historia de México: de la conquista al futuro” de Diego Rivera en el Palacio de Bellas Artes.
Molins, J. (Photographer). (2010). Palacio de Bellas Artes. Retrieved from: http://www.javiermolins.com/mexico-arqueologico-
y-gastronomico.asp
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Acercamiento hecho por el autor a través de Preview.
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estimado en cerca del 84% (Bazant, 1993) durante el porfiriato. Además, se consideraba esencial
educar a la gente acerca de la influencia indígena como parte de la identidad mexicana. Porfirio
Díaz quería que México emulara el crecimiento de las grandes ciudades europeas, a su vez
imponiendo una ideología que ignoraba la influencia indígena de México, (Telles, 2011) al grado
que el país se convirtió en, según Carlos Fuentes: “Una elegante fachada muy afrancesada.
Paseabas por el paseo Montejo en Mérida […] y veías todas aquellas mansiones francesas a lo
largo del bulevar. [...] Todo era una fachada. El ejército seguía el modelo del ejército prusiano:
los cascos, manera de marchar, los uniformes. La aristocracia de Porfirio Díaz era blanca; no
tenía nada que ver con el país.”4 (Harris, 2005) Mientras tanto, la historia de la clase baja era
“del campesino siempre esclavizado, y del indígena eternamente proscrito.” (Valero, 1970) La
Revolución Mexicana vino a derrocar el gobierno de Díaz, y junto con esto esta ideología que
había impuesto, de manera que en el arte revolucionario, el movimiento muralista, se podía ver a
“el mestizaje como destino ineludible y el signo político-social que se derivan de estos hitos
marcarán las pautas de reflexión nacionalista de artistas como [...] Diego Rivera.” (Azuela, 2010)
Y esta influencia indígena que se buscaba
rescatar se puede apreciar en esta obra de
Rivera.
Una manera en la que se protesta por
la inconformidad acerca del esfuerzo que se
había hecho para eliminar el pasado indígena
del país es a través del uso de la técnica del
mural en sí. A pesar de que Rivera había
estudiado en Europa las corrientes
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Traducido por el autor.
Sifuentes 13
representaban la cultura maya. Estos murales fueron realizados originalmente en el siglo IX a.c.
y fueron descubiertos en una expedición por el arqueólogo Leopoldo Batres a finales del Siglo
XIX (Miller, 1972), por lo que la revolución junto con el reciente descubrimiento de algo que fue
un arte auténticamente mexicano pudieron servir de inspiración para un renacimiento de este
arte.
Volviendo a la obra, rodeando a dichos personajes de la Independencia y Revolución se
encuentra “el pueblo,” es decir, principalmente campesinos e indígenas. Se pueden apreciar caras
de gente anónima esparcidos por todo el cuadro, contribuyendo al espacio denso de la obra, mas
sin recibir el énfasis que se les da a los héroes de la patria. Están pintados con una muy baja
intensidad y colores insaturados, como si estuvieran hechos para ser parte del fondo. Sus
vestimentas son bastante simples - sombreros y camisas de manta, que refleja su clase social - y
se limitan a mostrar solo la cara de los personajes; un contraste con las vestimentas elaboradas y
características de los héroes patrios, de quienes se muestra más de su cuerpo. Estos personajes
aportan al espacio amontonado y denso, mas sin el énfasis que se les da a los héroes de la patria.
A través de la representación de estos personajes anónimos, Rivera puede comunicar una
inconformidad del pueblo acerca de cómo además de los abusos que se cometían contra ellos
durante el porfiriato, eran ignorados por la historia mexicana, y la colocación del pueblo junto
con los héroes de la patria puede ser una protesta hacia esto. El mensaje se puede interpretar de
cómo a pesar de que son personajes anónimos, el pueblo estaba ahí con los héroes y ha
contribuido a la historia de México.
Sifuentes 14
puede regir con la teoría del imitacionalismo; las proporciones de los cuerpos de los personajes
están correctas y en general la representación de los personajes es realista, lo que puede
interpretarse como si el artista buscara hacer una generalización, hablar de un mal colectivo, de
lo que estaban sufriendo personajes como los que aparecen en la obra. Esto cobra sentido debido
a que era característico de Orozco incluir al pueblo en sus obras, al grado que “Sus murales,
muchos de sus cuadro de caballete, grabados y litografías saben a pueblo, porque Orozco
socialmente era pueblo. (Carrillo, 81)”
Los personajes se encuentran en una escena caótica, apoyada por una presencia de tonos
oscuros y una paleta limitada, que incluye simplemente rojos, amarillos y tonos de gris. El caos
puede ser una referencia al conflicto, que a juzgar por el rojo, es posiblemente un símbolo para
sangre derramada, puede tratarse de la revolución mexicana. La yuxtaposición de este conflicto
con una representación del estado en el que se encontraban los campesinos parecen indicar que
hay una conexión entre los dos; Orozco puede comunicar que los campesinos están peleando
debido a las injusticias de las que son víctimas.
Es aquí donde entra la relevancia de su obra vecina, “La destrucción del viejo orden.” En
esta sección se puede observar a dos campesinos similares, aunque no tan devastados o heridos
como los de “La Trinchera,” hablando. A juzgar por las poses y la orientación de sus cabezas,
están conversando acerca del desastre que provocó el caos a sus espaldas. La mayoría de los
elementos y principios del arte encontrados en “La Trinchera” prevalecen en esta obra; la paleta
es limitada y prevalecen tonos oscuros. El fondo, a pesar de que ahora contiene elementos más
detallados, mantiene ese tono rojo sangre, que puede ser una conexión entre las dos obras,
interpretándose como si el mismo conflicto causante del derrame de sangre representado por el
fondo rojo sólido de “La Trinchera,” la Revolución Mexicana, hubiera causado el colapso
“sangriento” de aquella ciudad en el fondo.
“La destrucción del viejo orden” es relevante primeramente por su título y el mensaje de
cambio que comunica. Las dos obras han sido comentadas en conjunto, siendo resaltadas por el
autor en como se “trato de mostrar cómo se desplomaron los símbolos de la tradición, para que el
nuevo nombre emergiera.” Con esto se puede retomar una idea planteada con la obra de “Eco de
un Grito” acerca de dar un giro negativo a los conflictos que traigan cambio a través del
sufrimiento y la miseria. Mientras que Orozco representa la miseria del pueblo mexicano y como
Sifuentes 16
Conclusión
En base a las obras que fueron presentadas, es posible ver cómo a través de los elementos y
principios del arte se crean símbolos que logran conectarse de manera adecuada con el contexto
histórico que rodeaba a las obras. Las obras incluidas de Siqueiros y de Orozco tenían un aire
caótico y la de Rivera un aire un tanto depresivo hacia el pueblo anónimo, pero se puede decir
que a través de símbolos los tres buscaban reflejar inconformidades de alguna manera u otra,
conectándose con el contexto histórico. Esta es la pieza que faltaba en el aspecto mencionado en
la introducción. Es bien sabido lo que el arte muralista buscaba hacer, y que tuvo éxito
haciéndolo, pero a través de estas obras se puede ver como es a través de simbología y
representaciones realistas que se logra relacionar con el pueblo representando sus
inconformidades. Entendiendo esto, se puede ver cómo este movimiento se volvió tan exitoso y
reconocido en todo el mundo: ponía lo que el pueblo sentía, y al pueblo mismo, representado en
pinturas en edificios públicos a la vista de todos. Esto pudo haber traído efectos positivos para el
pueblo ya que después de siglos de haber sido ignorados y maltratados, por fin se estaban viendo
a ellos representados, a ellos formando parte de la historia de México y por fin el pueblo podía
estar orgullosos de su legado indígena. Sin embargo, no todos están de acuerdo con este éxito
con las masas.
Fabiola Palapa, de Jornada UNAM resalta cómo “los campesinos, obreros e indígenas a los
que se exaltaba en los murales nunca constituyeron el verdadero público de este trabajo.”
(Palapa, 2006) Por otra parte, la misión del movimiento muralista, según Diego Rivera, era
“escribir en enormes murales públicos la historia de la gente iletrada que no puede leerla en los
libros.” (Monsiváis, 1986) Además, Rafael Carrillo argumenta que “desde 1922 hasta nuestros
días no han dejado de hacerse murales” y que “el número de artistas que hacen pintura mural es
muy grande.” (Carrillo, 1981) Tomando en cuenta estas dos frases de Rivera y Carrillo y que la
propia Palapa menciona que el Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA) tiene 95 obras de 38
pintores en 22 recintos, se puede decir que el propósito de educar a la gente sí se cumplió debido
a que, aún y si no es el público al que iba orientado, la gran cantidad de obras producidas a lo
largo de décadas hizo que el arte muralista, y por lo tanto la historia e identidad mexicana que
buscaba transmitir, ganará visibilidad ante el público en general, por lo que el movimiento
comunicó sus ideales eficazmente. En base a todo esto, reafirmo mi postura acerca de la
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