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Período clásico antiguo (siglo IV a.C. – siglo VI d.C.). Período que formalmente se
inicia con Aristóteles, pero que puede rastrearse a algunos pensadores previos. El
inicio de la lógica formal suele trazarse con Aristóteles porque fue él quien concibió
por primera vez en la historia del pensamiento occidental la lógica como un
instrumento y, por ende, como una disciplina independiente de otras áreas del
conocimiento humano, en el sentido de que tiene sus propios mecanismo de
análisis, no en el sentido de que no guarda relación con otras disciplinas.
Alta edad media (siglo VII – siglo XI d.C.). Según Bochenski, este período se
caracteriza por la ausencia de creación y de investigaciones lógicas; por este
motivo, no nos detendremos en él durante la exposición.
Escolástica (siglo XI – siglo XV d.C.). Este período, ubicado en plena Edad Media,
se caracteriza por ser una etapa fecunda en creación e investigaciones lógicas.
Cuando se suele hablar del alto grado de desarrollo de la lógica medieval, se alude
a esta etapa.
Época moderna de la lógica clásica ((siglo XVI – siglo XIX d.C.). Esta etapa también
se distingue por la ausencia de creación en lógica formal; los trabajos realizados
durante este período estaban orientados en una dirección muy distinta de lo que
entendemos hoy por lógica formal.
Lógica matemática o simbólica (desde la segunda mitad del siglo XIX en adelante).
Éste es el momento clave de cambios en el desarrollo de la lógica; es aquí cuando
nuestra ciencia sufre una transformación sustancial que la convierte en lo que
conocemos hoy por lógica formal y simbólica.
Cabe insistir en que estas cinco etapas están únicamente referidas a la lógica occidental,
la iniciada con Aristóteles. Sin embargo, es necesario mencionar que hubo un
Lógica proposicional: es una parte de la lógica que estudia las relaciones entre
las proposiciones, las conexiones lógicas entre ellas, sin considerar los elementos
lógicos que pueden hallarse dentro de las proposiciones simples –como los
cuantificadores, los predicados, los operadores modales, etc.–, sino solamente
operadores tales como la conjunción, la negación, el condicional, el bicondicional
y la disyunción.
2 Así se refiere Bochenski a la lógica oriental, como una de las formas de la lógica.
3 Al respecto, véase Bochenski 1966, págs. 431-463 y Prior 1976, págs. 39-60.
Anexos 155
analizadas. Sin embargo, se suele llamar de manera general "lógica modal" sólo
a la lógica modal alética, aquella que estudia los operadores modales "necesario"
y "posible".
Esta aproximación general a estas nociones nos servirá para comprender muchos de
los detalles a los que aludiremos a lo largo de la presentación. Empezaremos ahora la
revisión histórica de los momentos en el desarrollo de la lógica.
156 LÓGICA
Zenón de Elea (460 a.C.)
Aristóteles
Las categorías. Entre los temas que se abordan, cabe destacar la teoría sobre los
términos, la teoría de la predicación y la teoría de la oposición. Esta última
plantea las relaciones entre las cuatro proposiciones categóricas típicas de
manera tal que Aristóteles formula ya aquí algunas reglas de inferencia y de
equivalencia entre proposiciones.
"Antes que nada hay que exponer qué es un nombre y qué es un verbo y,
a continuación, qué es una negación, qué una afirmación, qué una
declaración y qué un enunciado." (16a)
Anexos 157
Con este plan de trabajo, Aristóteles pone en claro el contenido del Peri
hermeneias: el estudio de la proposición o sentencia; ello incluye también, y
necesariamente, la teoría de la oposición entre proposiciones.
En cambio, el silogismo dialéctico es aquel que es válido pero cuyas premisas son
probables; por ello, este tipo de razonamiento no nos hace saber, en el sentido
fuerte de la palabra, pues no demuestra.
158 LÓGICA
En cuanto a la lógica proposicional, no se halla en Aristóteles un desarrollo sistemático,
sino básicamente la formulación de algunas reglas de inferencia proposicionales. Del
mismo modo, tampoco encontramos en el Organon un desarrollo sistemático de
semántica o interpretación formal para los sistemas lógicos creados.
Anexos 159
ALTA EDAD MEDIA (siglo VII – siglo XI d.C.)
Por otro lado, también es relevante el hecho de que los escolásticos hicieron una
explícita distinción entre leyes y reglas lógicas. Esta distinción es un avance técnico
muy importante pues al establecer que las reglas son instrucciones que permiten
construir inferencias válidas y que las leyes son afirmaciones válidas en sí mismas y
formalmente. Al mismo tiempo con esta distinción se está logrando establecer la
fundamental diferencia entre lenguaje objeto y metalenguaje, distinción que ha
permitido resolver muchos problemas al interior de diversos sistemas lógicos. Algunas
de las reglas que formularon los escolásticos conservan hasta hoy los nombres que
ellos les dieron, por ejemplo, el Modus Ponendo Ponens, el Modus Tollendo Tollens,
Ex Contradictione Quodlibet y otras.
Para terminar de reseñar el trabajo lógico de los escolásticos hay que señalar que sus
investigaciones en lógica modal llegaron a un nivel de desarrollo más sofisticado que
el de los estoicos y que en cuanto al trabajo con las antinomias o paradojas, se dio
160 LÓGICA
solución a problemas completamente nuevos. Sin embargo, diversos especialistas
concuerdan en que el trabajo de los escolásticos, especialmente en lógica proposicional,
debe haber sido más un redescubrimiento del trabajo de los estoicos que una
evolución.
En los inicios de la modernidad, los trabajos en lógica estuvieron marcados por una
profunda falta de interés y valoración de lo formal, es más, hasta podría hablarse de
una serie de prejuicios hacia el análisis formal. El rechazo por el formalismo de alguna
manera estuvo vinculado al humanismo, en tanto éste último recogió de la tradición
griega diversos elementos en desmedro de los trabajos del medioevo.
El hecho de que esta etapa de la lógica haya estado marcada por el psicologismo, en
un sentido negativo, implica que la lógica no era vista como el instrumento de análisis
formal que permite deslindar los argumentos válidos de los inválidos. De ahí también
parte el rechazo hacia el formalismo.
Algunas de las características básicas que distinguen este nuevo y último período en
el desarrollo de la lógica son la creación de cálculos lógicos, es decir, construcciones
puramente simbólicas basadas en principio en los cálculos matemáticos; los sistemas
formales se construyen primero y sólo después pasan a ser traducidos al lenguaje
natural, esto es un innovación respecto de todos los trabajos lógicos anteriores; las
leyes lógicas se formulan en los lenguajes artificiales. Así, pues, es en esta última etapa
que se inicia el desarrollo del simbolismo lógico, elemento sustancial en toda la lógica
posterior.
Anexos 161
De acuerdo con Bochenski, la lógica matemática puede dividirse en cuatro períodos:
Veamos ahora, uno a uno, los aspectos más importantes de cada una de estas etapas.
Leibniz (1646-1716)
Su idea era crear un método combinatorio puro para enfrentar los problemas de la
deducción rigurosa y exacta. Pensó en crear un alfabeto del pensamiento. Este alfabeto
era lo que él llamó la characteristica universalis y consistía en asignar a cada idea simple
un signo y así resolver las operaciones de deducción por combinación. Con esta
caracteristica universalis, pretendió aplicar lo que él llamó la Mathesis Universalis, esto
es, el empleo del cálculo para efectuar deducciones de manera rigurosa e
independientemente del lenguaje natural en que se realicen dichas deducciones.
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Sin embargo, sus pretensiones de crear un simbolismo no llegaron a dar los frutos
esperados pues su proyecto carecía del instrumental adecuado y práctico. A pesar de
que no llegó a crear el simbolismo que hubiese querido, se le considera el fundador de
la lógica matemática porque fue el primero en intentar la construcción de un cálculo
lógico que permitiese efectuar deducciones independientemente del lenguaje natural.
Boole (1815-1864)
Jevons (1835-1882)
Este lógico inglés estableció un quiebre importante con respecto a Boole: se propuso
desmatematizar la lógica, es decir, resolver las deficiencias que el cálculo booleano
tenía. Lo consiguió proponiendo nuevas operaciones para el álgebra de clases. Por otro
lado, también son importantes sus trabajos en relación con la posibilidad de crear una
máquina pensante (calculadora); esto implica que tenía muy clara la idea de que la
deducción es puramente mecánica.
Peirce (1839-1914)
Anexos 163
Entre sus principales aportes, todos ellos de orden técnico, cabe destacar el haber
concebido un nuevo operador, la inclusión de clases, para expresar la proposición
universal afirmativa (todo A es B = A B); también se cuenta entre sus aportes el haber
profundizado el estudio de la implicación material a partir de la matriz de Filón; esto
lo llevó a desarrollar la lógica proposicional al punto de haber creado lo que ahora
conocemos como las tablas de verdad. Con esto logró desarrollar la semántica
proposicional a niveles técnicos no alcanzados antes, pues logró establecer la
interdependencia de los operadores.
Finalmente, con los trabajos de este lógico americano se establece que la matemática
es una rama de la lógica y así se da un paso adelante en la relación entre estas dos
ciencias formales, paso que luego, en la siguiente etapa de la lógica formal, se verá
fortalecido y llevado hasta sus últimas consecuencias.
Schröder (1841-1902)
En su texto Vorlesungen uber die Algebra der Logik (Lecciones sobre el álgebra de la lógica;
1890-1895), se halla el tratamiento más sistemático y completo de la lógica matemática
pues contiene una síntesis completa y detallada de lo que se había hecho sobre lógica
en el siglo XIX. El período de Boole culmina con este trabajo.
Frege (1848-1925)
Con él comienza una nueva etapa en la lógica matemática, aquella en la que empiezan
a prevalecer los intentos por fundamentar la matemática. Frege sostuvo que todos los
conceptos matemáticos se pueden obtener por definición a partir de conceptos lógicos
y, por tanto, las operaciones matemáticas se pueden reducir a operaciones lógicas. Así,
de aquí en adelante, la labor primordial de la lógica sería encontrar los fundamentos
últimos de las matemáticas.
Del mismo modo en que Aristóteles pensaba que las premisas de una demostración
debían ser verdaderas, Frege creía que los axiomas que están en la base de un sistema
axiomático debían ser indemostrables y apodícticos, sólo eso garantizaría la solidez
del sistema. Esto implica una toma de posición respecto de cuál debe ser la función de
los axiomas y de cómo deben ser elegidos y formulados. Así, los axiomas en un sistema
no serían sólo los puntos de partida necesarios como requisito práctico u operativo
para efectuar las demostraciones para las cuales ha sido creado el sistema, sino las
verdades evidentes por sí mismas que hacen que el edificio axiomático se base en
consideraciones no puramente sintácticas.
Según Agazzi, los principales aportes de Frege a la lógica se pueden resumir del modo
siguiente: Frege fue el primero en formular la diferencia entre una variable y una
constante lógicas, en establecer con total precisión el concepto de función lógica, en
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establecer de manera rigurosa y formal la diferencia entre ley lógica y regla de
inferencia. Por otro lado, encontramos en la obra de este pensador un agudo desarrollo
de la lógica de proposiciones, pues formuló nuevas leyes y reformuló otras ya
conocidas.
Sin dejar de dar importancia a los demás aportes, uno de los principales fue el crear la
lógica de predicados como sistema riguroso y formal. Frege estableció la diferencia
entre inclusión de una clase en otra y la pertenencia de un individuo a una clase; esto
implica establecer la diferencia entre el operador inclusión de clases y la predicación
de que un individuo pertenece a una clase.
A pesar del indudable valor del trabajo lógico de Frege, su obra no fue conocida sino
hasta veinte años más tarde y sus aportes tuvieron que ser redescubiertos al punto de
que no se consideró que él fuera el autor de los mismos. Se dice que su trabajo era muy
filosófico para los matemáticos y muy matemático para los lógicos.
Peano
Russell
Del mismo modo que Frege, Russell consideraba que la matemática es un rama de la
lógica y, por tanto, la fundamentación de la matemática debía construirse desde y en
la lógica. Junto a Alfred Whitehead, escribió el texto fundamental con el que culmina
este período: Principia Methamatica (1910-1913). En él, se halla la síntesis de los trabajos
de Frege y Peano: la deducción de la aritmética desde la lógica. La obra, escrita en tres
volúmenes, contiene en una primera parte los fundamentos de la lógica matemática,
el cálculo proposicional, el álgebra de clases y los prolegómenos a la aritmética
cardinal; en la segunda y tercera parte se halla el desarrollo de la aritmética. Así, pues,
con la obra de Russell se cierra esta etapa en la lógica matemática, aquella centrada en
buscar los fundamentos de la matemática en la lógica; mientras que en la etapa
anterior, los trabajos de lógica estaban centrados en desarrollos técnicos para
perfeccionar el nuevo instrumental simbólico que había empezado a crearse.
Anexos 165
En resumen, y siguiendo nuevamente a Bochenski, los logros más saltantes de este
periodo son los siguientes:
Período contemporáneo6
Ya entrado el siglo XX, la lógica se enfrentó a nuevos problemas, una vez que había
logrado un desarrollo técnico adecuado y suficiente para sus propósitos. Estos
problemas estaban vinculados a su nueva orientación, a la búsqueda de los
fundamentos de la matemática en la lógica.
Con la aparición de éstas y otras paradojas lógicas, la tarea de los lógicos se reorientó
a la búsqueda de soluciones que no trajeran abajo la nueva base del edificio
matemático, la teoría de conjuntos. Una de las soluciones fue la axiomatización de la
6 Cfr. Agazzi 1986: 114-147.
166 LÓGICA
teoría de conjuntos, desarrollada por Zermelo; sin embargo, esta titánica tarea no
evitaba la aparición de nuevas y posibles paradojas más adelante. En este punto,
surgen dos grandes escuelas lógicas.
Una es la escuela logicista, de la que Russell formó parte. Esta escuela sostenía la
existencia independiente de las entidades matemáticas y, por tanto, la solución de las
paradojas debía darse en la manera en que nos referimos a dichas entidades, es decir,
en el lenguaje, pues si las entidades matemáticas existen y también las paradojas, éstas
últimas sólo pueden deberse al modo en que "hablamos" de dichas entidades porque
no pueden ser paradójicas si existen. Así, una de las alternativas para resolver las
paradojas la propuso el propio Rusell, con la teoría de los tipos lógicos. Esta teoría
estipulaba la forma en que es correcto atribuir predicados a los conjuntos –y otras
entidades– estableciendo jerarquías para los predicados posibles.
La otra escuela fue la formalista, desarrollada por Hilbert. Esta escuela sostenía que las
entidades matemáticas son creación del intelecto humano y, por tanto, la solución a las
paradojas debía hallarse en la axiomatización de todas las construcciones matemáticas,
pues sólo así se llegaría a una construcción libre de paradojas. Esta alternativa se
constituye en una tarea titánica y bastante difícil.
Las investigaciones lógicas se ven, así, reorientadas en nuevas direcciones. Por un lado
se abre camino a nuevos desarrollos en la semántica de los lenguajes formalizados, a
interpretaciones rigurosas y sistemáticas de los lenguaje artificiales creados y de los
que parten las soluciones a los problemas existentes. A su vez, el desarrollo de la
semántica conduce al desarrollo de las lógicas polivalentes y éstas, al de las lógicas
modales. Estos desarrollos no son novedosos, pues como ya hemos señalado, ya desde
Aristóteles se había abierto camino a la lógica modal; sin embargo, en el siglo XX, tanto
las lógicas polivalentes como las modales se trabajan con el instrumental simbólico que
ya había alcanzado notables progresos técnicos.
Recapitulación
Anexos 167
¿Cómo podríamos sintetizar y caracterizar el largo proceso de desarrollo de la lógica
formal? La lógica desde sus inicios puede caracterizarse como formal, pues ya desde
Aristóteles está presente la consideración de reglas de validez universal y el uso de
variables para efectuar las demostraciones; esto último implica necesariamente la idea
de que la deducción es un proceso que depende de la estructura lógica formal de los
enunciados y no de su contenido y, al mismo tiempo, implica la concepción de
elementos constantes que hoy conocemos como operadores o functores.
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