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SANAR LA HERIDA

CON LA MADRE
UN RETORNO A LA ESENCIA FEMENINA
TALLER DE AUTOCONOCIMIENTO Y CREATIVIDAD FEMENINA

CREADO Y COORDINADO POR GERMANA MARTIN


CUADERNO/TALLER

COLECCIÓN PALABRA CHAMÁNICA – SERIE CUADERNOS/TALLER


EDICIONES PALABRA CHAMÁNICA
Cuaderno – Taller a distancia Sanar la herida con la madre: Un retorno a la esencia femenina
Creado y coordinado por Germana Martin

SANARLA HERIDA
CON LA MADRE
UN RETORNO A LA ESENCIA FEMENINA

COLECCIÓN PALABRA CHAMÁNICA – SERIE CUADERNOS/TALLER

EDICIONES PALABRA CHAMÁNICA

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Cuaderno – Taller a distancia Sanar la herida con la madre: Un retorno a la esencia femenina
Creado y coordinado por Germana Martin

Colección Palabra Chamánica – Serie Cuadernos/Taller

Otros Cuadernos/Taller de la misma autora:


- El regreso a mí misma. De crisálida a mariposa.
- Desde el útero. Escribir con el cuerpo.
- Creando con mis Lunas.

Otros títulos de la misma autora:


Colección Palabra Chamánica – Serie Poesía
- Mujer Raíz. Poemas.

Colección Palabra Chamánica – Serie Cuentos Iniciáticos


- Ludmila y sus Lunas.
Una Historia Iniciática para madres e hijas en el portal de la menarquia.

ilustración de tapa: I’ll always Hold You de Gioia Albano.


Gioia Albano: www.albanogioia.com

edición y diseño integral: Omar Pereira.

Ediciones Palabra Chamánica


La Plata, Buenos Aires, Argentina
e-mail: palabrachamanica.libros@gmail.com

© Germana Martin, 2012.


1ª edición, © 2012.
2ª edición (corregida y aumentada), © 2013.

La Plata, Buenos Aires, Argentina.

Prohibida su reproducción, duplicación o copiado electrónico sin autorización de la


autora.
Todos los derechos reservados.

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Cuaderno – Taller a distancia Sanar la herida con la madre: Un retorno a la esencia femenina
Creado y coordinado por Germana Martin

ADVERTENCIA Y EXENCIÓN DE RESPONSABILIDAD

Este Cuaderno/Taller forma parte del material de trabajo del


taller a distancia Sanar la herida con la madre: Un retorno a
la esencia femenina brindado exclusivamente por su autora.
Debido a la profundidad y compromiso íntimo que implica su
abordaje, sólo se autoriza su uso personal y privado.
Esta obra no ha sido creada ni diseñada para su utilización en
círculos, talleres o encuentros grupales de ningún tipo. Por lo
tanto, la autora, no autoriza su uso en los mismos; como así
tampoco la adaptación y/o modificación de la misma para dicho
uso, empleando o reproduciendo total o parcialmente su conteni-
do.
La autora declina cualquier responsabilidad legal que pudiera
generar un uso inadecuado y/o no autorizado que involucre a
mujeres tanto menores de edad como adultas mayores.

EDICIONES PALABRA CHAMÁNICA

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Cuaderno – Taller a distancia Sanar la herida con la madre: Un retorno a la esencia femenina
Creado y coordinado por Germana Martin

INTRODUCCIÓN
De la mano de tu propia creatividad, comenzarás hoy a transitar un camino
de aprendizaje y sanación del vínculo con tu madre, no limitándote a la
relación con tu madre personal sino también conectándote con la energía
interna de tu Madre Interior.
Guiada por tu intuición y tu apertura al cambio, realizarás un profundo
trabajo contigo misma.
En este sendero, seguramente, te encontrarás con escollos o resistencias que
procurarás salvar para poder avanzar un poco más en este intento de
acercamiento –desde un lugar nuevo y más profundo– a esa mujer que te dio
la vida.
Será todo un desafío a tu capacidad para ver dentro de ti misma, sin velos ni
prejuicios, y atreverte a observarla con una nueva mirada.
Transitarás el recorrido de este Cuaderno/Taller atravesando diferentes
propuestas que he denominado Nanas, pues tres de los usos más frecuentes
de la palabra nana hacen referencia al maternaje:
- Una nana es el dulce canto, o canción de cuna, con que se arrulla a los
niños para dormirlos amorosamente.
- Se llama así a la nodrizas, aquellas mujeres que amamantan o crían niños
que no son suyos cumpliendo el rol de madre.
- En el lenguaje infantil, una nana también nos remite a cualquier daño
corporal sufrido.
De esta manera, iniciarás tu viaje reviviendo el mito de Deméter y
Perséfone, que te permitirá entender el por qué de la necesidad de un
quiebre o ruptura en la relación con tu madre, para comprender que el
despegar de la fusión original te ha acercado un poco más al desarrollo de tu
propia individualidad.
Desde allí, continuando la búsqueda de ti misma, te espejarás en ella para
encontrar las huellas que ha dejado en ti, permitiéndote con esta nueva
mirada identificar aquello que te agrada y aquello que te disgusta.

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Cuaderno – Taller a distancia Sanar la herida con la madre: Un retorno a la esencia femenina
Creado y coordinado por Germana Martin

Atravesarás el dolor del sentir su rechazo, redescubriendo la historia del


Patito feo, que te permitirá encontrar y apreciar tus valiosas singularidades,
más allá de la aprobación de tu madre.
Las reconocerás –quizás por primera vez– como mujer con una vida propia
anterior a la maternidad, buceando en su historia personal.
Utilizando la palabra como herramienta de transformación renombrarás y
resignificarás el rol materno, desde tu universo femenino.
Conectarás con tu Madre Interior, despertándola y alimentando sus
cualidades positivas.
Te regalarás La historia de Jazmín que te acercará a la aceptación y el
perdón, brindándote la posibilidad de sanar la herida abierta con tu madre.
¡Gracias por la confianza, el valor y la entrega!
¡Bienvenida!

¿CÓMO ABORDAR LAS PROPUESTAS DE ESTE CUADERNO/TALLER?


Si bien te invito a seguir un recorrido ordenado, desde la primera hasta la
última Nana, podrás volver hacia atrás cuando lo desees ya que éste es un
viaje en espiral que te permitirá pasar, una y otra vez, por cada ejercicio o
propuesta con una intensidad y una mirada diferentes.
Aunque cada Nana está pensada para desarrollarse en una semana, quizás
el tiempo que necesites para incursionar en cada una de ellas sea otro –
mayor o menor–, distinto al propuesto.
Al principio es posible que te sientas desorientada e ilusionada, ansiosa y
temerosa. Todas estas emociones podrán aparecer en forma aislada o
entremezcladas pero, más allá de su aparente contradicción, lo importante
es que sepas que lo natural es que esto ocurra.
Generalmente, frente a un posible cambio se generan bloqueos y resisten-
cias, pues solemos resistirnos a aquello que más necesitamos. Esto puede
paralizarte momentáneamente pero lo importante será fluir y no quedar
detenida allí. No deberás presionarte ni auto-exigirte, sólo bastará con escu-
char la voz de tu corazón y dejar que sean tus emociones quienes te guíen.
Tal vez te sientas detenida en algún otro momento pero lo importante es que
encuentres tu propio ritmo y continúes avanzando.
La energía sanadora surgirá, más allá de ti misma, al ir conectando con tus
intuiciones más profundas y tu creatividad.

“Para tener salud y felicidad óptimas, cada una de nosotras debe tener claro de qué
modo la historia de nuestra madre influyó en nuestro estado de salud, nuestras
creencias y nuestra manera de vivir la vida, y continúa haciéndolo. Cada mujer que
se sana a sí misma contribuye a sanar a todas las mujeres que la precedieron y a
todas aquellas que vendrán después de ella.”

Christiane Northrup

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Cuaderno – Taller a distancia Sanar la herida con la madre: Un retorno a la esencia femenina
Creado y coordinado por Germana Martin

SEMANA 1
“Nuestros cuerpos y los de nuestras hijas fueron formados por una
red sin solución de continuidad de naturaleza y sustento, de una
biología imbuida por la conciencia que podemos remontar hasta el
principio de los tiempos. Así, cada hija contiene a su madre y a
todas las mujeres que la precedieron.
Los sueños no realizados de nuestras antepasadas maternas
forman parte de nuestro legado.”
Christiane Northrup

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Cuaderno – Taller a distancia Sanar la herida con la madre: Un retorno a la esencia femenina
Creado y coordinado por Germana Martin

NANA 1
LA HERIDA CON LA MADRE

“La pérdida de la hija para la madre, y de la madre para la hija, es la tragedia feme-
nina esencial.”
Adrienne Rich.

Mientras avanzábamos en nuestro camino de


crecimiento individual hubo un momento en el
que, inevitablemente, se produjo un distan-
ciamiento con nuestras madres, habiendo lle-
gado en ocasiones a producirse una “ruptura”
del vínculo que nos unía.
Este quiebre pudo haber sido más o menos
conflictivo y doloroso, según cada caso, pero
fue necesario e inevitable –aunque nos cueste
comprenderlo y aceptarlo– para desarrollar
nuestra propia identidad.
Al ocurrir esto, una profunda herida se abrió
en nosotras.
Madres e hijas sufrimos, cada una a su mane-
ra, el dolor de sentirnos distanciadas, incom-
prendidas y abandonadas la una por la otra.
Los lazos entre madre e hija son profundos y
misteriosamente fuertes. Esto suele dificultar
el distanciamiento que es necesario para cre-
cer, generándose muchas veces culpa y re-
mordímiento en ambas.
Pero si continuásemos unidas de manera in-
consciente a nuestra madre, cumpliendo sus
sueños, repitiendo su historia, perpetuando
una relación simbiótica, no podríamos asu-
mirnos como mujeres adultas e independien-
tes.
Al hacernos conscientes de esto podríamos
atrevernos a modificar la relación que nos une
con ellas y es posible que también les brindemos la oportunidad de conti-
nuar su crecimiento individual, pudiendo desarrollarse como mujeres plenas
más allá de su rol materno.
Es necesario comprender que las mujeres han debido aprender y sostener a
lo largo de la historia una forma de ser madres, distorsionada y enferma, que
el sistema patriarcal les impuso ferozmente.
Para ello han debido adaptarse a cumplir un “rol de madre”, que responde a
la necesidad de perpetuar una visión negadora y deformada de los valores
genuinamente femeninos.

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Cuaderno – Taller a distancia Sanar la herida con la madre: Un retorno a la esencia femenina
Creado y coordinado por Germana Martin

La mujer se ha visto obligada a transmitir a sus hijas una actitud pasiva y


sumisa, frente al mundo de los hombres, para de esta manera continuar
reproduciendo el modelo impuesto por los mandatos sociales y permitir,
desde su inconsciencia, la opresión de lo Femenino Consciente con sus
consecuencias nefastas para la humanidad y el planeta.
Es en el mito de Deméter y Perséfone donde se refleja la tensión inconsciente
que impregna este tipo de relación entre madre e hija.
Por ello es necesario que leas la historia que encontrarás a continuación y
cuya fuente original es el Himno a Deméter de Homero1.

EL RAPTO DE PERSÉFONE2
Perséfone estaba cogiendo flores
en un prado con sus compañeras,
cuando fue atraída por un narciso
asombrosamente bello. Al acercar-
se para cogerlo, el suelo se abrió
ante ella. De las profundidades de
la tierra emergió Hades en su ca-
rro de oro tirado por caballos ne-
gros, la arrebató y se sumergió en
el abismo con la misma rapidez
con la que había llegado. Persé-
fone se debatió y gritó pidiendo
ayuda a Zeus, pero nadie la ayu-
dó.
Deméter escuchó los ecos de los
gritos de Perséfone y salió corrien-
do en su ayuda. Buscó durante
nueve días y nueve noches a su
hija raptada, por toda la tierra y
por todos los mares. No se detuvo
ni un instante para comer o para
lavarse durante toda su frenética
búsqueda.
Al atardecer del décimo día, De-
méter encontró a Hécate, diosa de
la luna oscura y de las encrucija-
das, que le sugirió acudir juntas a
Helios, dios del sol (una deidad de la naturaleza que compartía este título

1
“The Hymn to Demeter”. En The Homeric Hymns, trad. (al inglés) por Charles Boer, 2ª ed. (Rev.
Irving, Texas: primavera de 1979), pp. 89-135.
2
Jean Shinoda Bolen, Las diosas de cada mujer, 15ª ed. (Barcelona, 2008, Editorial Kairós), cap. 9,
pp. 226-228.

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Cuaderno – Taller a distancia Sanar la herida con la madre: Un retorno a la esencia femenina
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con Apolo). Helios les informó que era Hades quien había raptado a Persé-
fone y que la había llevado al mundo subterráneo para ser su novia por la
fuerza. Además, añadió que el rapto y la violación de Perséfone habían sido
castigados por Zeus. Pidió a Deméter que dejase de llorar y aceptase lo que
había sucedido; al fin y al cabo, Hades “no era un yerno tan insignificante”.
Deméter rechazó este consejo. Se sentía ultrajada y traicionada por Zeus, y
también afligida. Se marchó del monte Olimpo, disfrazada de vieja, y vagó de
incógnito por ciudades y campos. Un día llegó a Eleusis, se sentó junto al
pozo, donde fue encontrada por las hijas de Celeo, rey de esa ciudad. Algo de
su porte y de su belleza las había atraído hacia ella. Cuando Deméter les dijo
que estaba buscando trabajo como niñera, la llevaron a su casa ante su
madre Metanira, ya que tenían un hermano recién nacido, al que querían
mucho, llamado Demofoonte.
Bajo los cuidados de Deméter, Demofoonte creció como un dios. Le alimentó
con ambrosía (el manjar de los dioses), y en secreto lo mantuvo en un fuego
que le habría hecho inmortal, si no hubiera sido por la interrupción de
Metanira que empezó a gritar temiendo por la vida de su hijo. Deméter
reaccionó con furia, regañó a Metanira por su estupidez y le reveló su
verdadera identidad. Al manifestar que era Deméter, la diosa cambió de ta-
maño y forma, revelando su belleza divina. Sus cabellos dorados cayeron so-
bre sus hombros, su fragancia y su resplandor llenaron la casa de luz.
Deméter ordenó entonces que se construyera un templo para ella. En él se
instaló, se sentó sola con su pesar producido por la ausencia de su hija rap-
tada, y se negó a cumplir sus funciones. Como consecuencia, nada podía na-
cer ni crecer. La hambruna amenazaba con extinguir la raza humana, pri-
vando a los dioses y diosas del
Olimpo de sus ofrendas y sacrifi-
cios.
Al final, Zeus se dio por enterado.
Primero envió a su mensajera Iris
a implorar a Deméter que volvie-
se. Después, como Deméter per-
manecía inamovible, cada deidad
del Olimpo acudió, a su vez, lle-
vándole regalos y presentándole
honores. Furiosa, Deméter hizo
saber a cada una de ellas que no
pondría el pie en el monte Olimpo
ni permitiría que nada creciera
hasta que Perséfone le fuera de-
vuelta.
Por último, Zeus respondió. Envió
a Hermes, el dios mensajero, a
Hades, ordenándole que devolvie-
ra a Perséfone, para que “su ma-
dre, al verla con sus propios ojos,
abandonara su cólera”. Hermes
bajó al mundo subterráneo y

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Cuaderno – Taller a distancia Sanar la herida con la madre: Un retorno a la esencia femenina
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encontró a Hades sentado en un diván junto a una Perséfone deprimida.


Al escuchar que era libre para irse, Perséfone se regocijó y saltó llena de ale-
gría para acompañar a Hermes. Pero antes, Hades le dio algunos granos de
granada, que ella comió.
Hermes tomó prestado el carro de Hades para llevar a Perséfone a su hogar.
Los caballos volaron veloces desde el mundo subterráneo al mundo superior,
deteniéndose frente al templo en el que Deméter estaba esperando. Cuando
ésta les vio, Deméter acudió corriendo, con los brazos extendidos para abra-
zar a su hija, que a su vez se lanzó con igual alegría a los brazos de su ma-
dre. Entonces, Deméter le preguntó ansiosamente si había comido algo del
mundo subterráneo. Si no había comido nada, Perséfone le habría sido de-
vuelta íntegramente. Pero, como había comido los granos de la granada, de-
bería pasar dos tercios del año con Deméter y los restantes meses en el
mundo subterráneo con Hades.
Una vez madre e hija juntas, Deméter devolvió la fertilidad y el crecimiento a
la tierra.

CONSIGNA: VIVIR EL MITO


Luego de realizar una lectura dete-
nida y en profundidad del mito de
Deméter y Perséfone, para aclarar
aún más los conceptos que de él
surgen, lee el texto Algunas voces
sobre el mito, que encontrarás en
la página 3 del CUADERNILLO DE
LECTURAS COMPLEMENTARIAS.
Dicho texto te aportará la visión de
otros autores, que le han dado
mayor significado y poder a esta
historia.
A continuación te propongo vivir
tu propio mito en la búsqueda de
la o las heridas con tu madre.
Esta vez, serás tú la que descienda
por tu propia voluntad al Mundo
Subterráneo, acompañada por la
diosa Hécate, la voz de tu intuí-
ción.
Para ello, busca un lugar tranqui-
lo, donde nadie te interrumpa y
que tenga el suficiente espacio co-
mo para desplazarte libremente.
Puedes aromatizar el ambiente con
la fragancia que sea de tu agrado.
Para realizar esta actividad deberás utilizar el siguiente tema musical:
Persephone’s Song, interpretado por Gabrielle Roth & The Mirrors, que has
recibido con el material de trabajo del taller.

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Creado y coordinado por Germana Martin

Al iniciar la música, comienza a moverte suavemente, danzando como tu


cuerpo lo sugiera, dejándote llevar por los sonidos que te envuelven.
Recuerda que es un mito de descenso, por lo tanto no te sorprendas si tu
cuerpo desea ir hacia abajo, si tu torso y tus brazos se inclinan hacia la
tierra (el suelo) con movimientos que buscan rozarla, palparla, acariciarla,
sentir que la atraviesan y penetran en ese mundo misterioso que está debajo
de ella.
Tal vez desees continuar tu danza deslizándote o meciéndote de un lado a
otro, suavemente, sobre el piso de la habitación. No lo impidas, disfrútalo.
Déjate llevar por los sonidos, déjate llevar por la música que está dentro de
ti.
Si lo deseas, también puedes escuchar el tema musical recostada sobre una
manta, sin necesidad de danzar o moverte con la música y sólo propiciando
que sean tu mente y tu corazón quienes desciendan con ella.
Tu conciencia acompañará a tu cuerpo y realizarás así un viaje a tu mundo
subterráneo, guiada por la sabiduría ancestral de tu instintiva naturaleza
femenina.
Al finalizar la música, lentamente, regresa a un estado de quietud.
Siéntate cómoda y respira suavemente, dejando que tu respiración se armo-
nice con tu nueva posición.
Ahora estás aquí. Nuevamente. Has regresado al mundo de arriba, sobre la
hierba luminosa de tu vida consciente.
Desde una actitud abierta y receptiva, escuchando la voz de tu corazón, el
susurro de tu intuición, lee las siguientes preguntas. Éstas te guiarán para
bucear, junto a tu Hécate, tu Anciana Sabia, en el océano de tu incons-
ciente:
- ¿Cuáles han sido tus sensaciones al sentir que descendías hacia ti misma y
te alejabas de tu madre?
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- ¿Qué emociones han aparecido frente a la separación y al desprendimiento
de su presencia materna: miedo, tristeza, ansiedad, furia, melancolía, alivio,
alegría?
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- ¿Recuerdas haberte sentido así, alguna vez, en tu vida cotidiana (siendo


muy pequeña, adolescente, joven, adulta, en la actualidad)?
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- ¿Has tenido algún sueño que se asemeje a esta experiencia?
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- ¿Cómo te has sentido en el mundo subterráneo, en ese lugar pleno de
misterios y desafíos?
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- ¿Cuándo fue la última vez que has vivenciado un distanciamiento con tu
madre? ¿Cómo te has sentido con respecto a ello?
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- ¿Has encontrado algo especial para ti en el mundo subterráneo?
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- ¿Has descubierto algún aspecto de tu personalidad que permanecía sin ser
revelado o se encontraba reprimido?
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- ¿Has podido sentir, en el transcurso de tu vida, algún momento de quiebre
en la relación con tu madre? ¿Cuándo ha sido esto? ¿A partir de qué hechos,
comportamientos o actitudes –tuyas o de ella– fue que se generó esta herida?
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Ahora que estás aquí, de regreso del viaje al mundo de Hades, ha llegado el
momento de expresarte libremente sobre todo aquello que se haya desper-
tado en ti.
Para ello puedes utilizar los lenguajes expresivos que desees: palabras, dibu-
jos, poemas, collages, narraciones, fotografías, etc.
Para acompañarte mientras realizas tus creaciones cuentas con los siguien-
tes temas musicales: Mother Night, Seducing Hades y Labyrinth, todos
ellos interpretados por Gabrielle Roth & The Mirrors, que también has
recibido con el material de trabajo del taller.
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MIS COMENTARIOS FINALES PARA LA NANA 1:


“Las mujeres encuentran el camino de vuelta hacia sí mismas, no, como los hombres,
ascendiendo hacia la luz para salir por arriba, sino avanzando hacia las profundida-
des de la tierra de su ser.”
Maureen Murdock

Es posible que al experimentar, a través de la danza, tu descenso al incons-


ciente hayas sentido ciertas resistencias, temores y, en algunos casos, an-
gustia. No te preocupes, ni te sientas mal por ello, ya que es muy común que
las mujeres tratemos de evitar los descensos.
Éstos se manifiestan, muchas veces, en la vida cotidiana, como momentos
de confusión, desasosiego y depresión, que solemos atravesar –inconsciente-
mente–, sin obtener ningún provecho, o aprendizaje de ellos.
Pero cuando nos atrevemos a descender de una manera consciente y dirigida
por nuestra necesidad de avanzar en el conocimiento de nosotras mismas,
podemos transformarlos en momentos sagrados dentro de la búsqueda de
nuestra esencia femenina.
Si bien no suele ser un viaje que nos resulte atractivo de afrontar, siempre
nos fortalecerá y nos dará una visión más clara y consciente de nosotras
mismas.
En el mundo subterráneo de nuestra psique se hallan ocultos, negados o
desconocidos, muchos de los sentimientos y recuerdos de nuestro incons-
ciente personal.
Al haberte dejado llevar por la música y la danza, por el lenguaje de tu
cuerpo, tal vez hayas podido reencontrarte con tu mundo instintivo y placen-
tero, permitiéndote conectar libremente con el deseo, la seducción, el erotis-
mo natural de tu esencia femenina y con la seguridad de ser tú misma, en
plenitud, para expresarte sin temores o culpas.
Habiendo logrado la conexión con todos estos aspectos positivos y fecundos
de tu psique habrás comenzado a soltar el lazo que te une con tu madre.
Esta ruptura simbólica con nuestras madres es algo que necesariamente
debemos realizar todas las mujeres, tarde o temprano, para permitir que
nuestra individualidad se exprese, encontrarnos a nosotras mismas y dis-
frutar de todo aquello que ya somos en esencia y de todas las potenciali-
dades que portamos en nosotras, y que el llamado de la vida nos anima a
desarrollar.
Tendrás que poder ver a tu madre como una mujer diferente a ti, como una
individualidad separada, que ha gestado su propia vida de acuerdo a las de-
cisiones y elecciones que realizó, a partir de las circunstancias de su historia
personal.
En la psique humana existen dos modelos arquetípicos de la madre: la
Madre Positiva, que es aquella que nos alimenta, nos sostiene y nos protege
incondicionalmente; y la Madre Negativa, que es la que nos ahoga, nos es-
tanca, nos hace sentir culpables y nos devora.

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Cuaderno – Taller a distancia Sanar la herida con la madre: Un retorno a la esencia femenina
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Cuando una mujer tiene, o ha tenido, una madre que en algunos aspectos es
percibida como ausente, manipuladora, o castradora de sus deseos, la sentí-
rá como una madre destructiva.
Es probable que a lo largo de tu vida te hayas enfrentado más de una vez
con la Madre Negativa que tu madre también posee.
Es muy importante que, para sanar la herida con tu madre, comiences
reconociendo –primeramente– que ella también ha sido víctima de los terri-
bles mandatos que han sojuzgado y sometido a la mujer.
Es muy probable que ella no haya conocido otra manera de ser madre y,
seguramente, ha repetido un modelo arraigado por siglos, y transmitido de
mujer a mujer en tu familia.
Al realizar las actividades de esta primera Nana, has debido identificar sólo
sus aspectos negativos para poder separarte de ella y dejarla partir. Esto no
significa un distanciamiento físico sino interno.
No tendrá sentido continuar culpándote o culpándola, atribuyéndole tus
limitaciones y carencias.
Ella ha sido la madre que ha podido ser, con los límites que el contexto de la
época en la que vivió le permitieron, con su propia historia personal de sufri-
miento y postergación.
Es necesario, entonces, que comiences a perdonarla para poder soltarte y
encontrar tu propia individualidad.
Con el tiempo, también irás descubriendo cualidades de ella que querrás
conservar, que están vivas en ti, y que son positivas y enriquecedoras para
tu alma femenina.
Eres tú quien debe curar la herida y atreverse al desafío de ser tú misma.
Será de esa herida sanada que nacerán todos los recursos y la fuerza
femenina para lograr tu propia plenitud, para transformarte en una mujer
nueva, creativa, libre y plena.
Ahora es el momento del quiebre, de la ruptura, del soltar.
Esto debes realizarlo de una manera consciente y amorosa, hacia ella y
hacia ti. Sin culpas, sin rencores, dejando que el dolor parta ya y se trans-
forme en un nuevo espacio donde sembrar tus propios sueños.
El paso más difícil ha sido atreverte al descenso, a ese salto hacia lo desco-
nocido, o negado, y traerlo a la superficie.
Ahora ya está aquí.
La herida está frente a tus ojos y espera ser sanada.
Tienes todos los recursos en ti misma para hacerlo, sólo será necesario que
los descubras…

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Cuaderno – Taller a distancia Sanar la herida con la madre: Un retorno a la esencia femenina
Creado y coordinado por Germana Martin

SEMANA 2
“La necesidad que tiene la hija de su madre es biológica, y
continúa a lo largo de toda la vida. No sólo el cuerpo de nuestra
madre fue el origen de nuestra vida sino que además era su cara
la que mirábamos para ver cómo éramos y cómo lo estábamos
haciendo.
Mirando los ojos de nuestra madre y experimentando su reacción a
nosotras aprendimos las primeras y esenciales lecciones acerca de
nuestra valía.”
Christiane Northrup

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Cuaderno – Taller a distancia Sanar la herida con la madre: Un retorno a la esencia femenina
Creado y coordinado por Germana Martin

NANA 2
TU MADRE COMO ESPEJO:
BUSCANDO TU PROPIA IDENTIDAD

El espejarnos, es decir, el ver re-


flejado en otras personas aspectos
de nuestra personalidad, nos per-
mite apreciar una imagen de no-
sotras mismas diferente, tal vez
ignorada o negada.
Nos resulta más fácil y placentero
espejar en otros nuestros aspec-
tos agradables y conocidos que
permitirnos el reflejo de todo aque-
llo que nos desagrada o nos sor-
prende de nosotras mismas.
Si nos propusiéramos encontrar
en nuestras madres un espejo de
nuestro ser femenino, se nos de-
velarían muchas cualidades nega-
tivas y positivas que aún no he-
mos reconocido en nosotras mismas. El espejarse en el otro suele ser un
ejercicio de auto-observación muy enriquecedor ya que, frente a la imagen
que el espejo materno nos devuelve, podremos descubrir mucho de lo que
nos une y nos separa de ellas, y de esta forma dar un paso más hacia la
sanación del vínculo que nos une.
¿En cuánto te pareces, no sólo desde lo físico sino también desde lo
emocional y espiritual, a tu madre?
¿Qué te dicen esas arrugas, esa mirada, ese gesto, ese mohín, esa mueca,
esa sonrisa? ¿Qué sentimientos y heridas se esconden detrás de cada huella
en tu rostro y en tu cuerpo?
¿En qué aspectos eres totalmente diferente a ella?
¿Qué expresa esa manera de pararte, de ceñir los brazos, de estar encor-
vada, de recoger el cabello, de cruzar las piernas, de disimular tu aumento
de peso? ¿En cuánto se parece a la de tu madre?
¿Cuánta represión y sufrimiento cargan sus cuerpos femeninos, el de ella y
el tuyo, como víctimas de una cultura patriarcal que los ha manipulado a su
antojo?
Mirándote en ella, puedes descubrirte.
Mirándote en ella, puedes cambiar.
Mirándote en ella, puedes reconocer quién eres.
Mirándote en ella, puedes mostrarle que se puede ser diferente.

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Cuaderno – Taller a distancia Sanar la herida con la madre: Un retorno a la esencia femenina
Creado y coordinado por Germana Martin

El ser espejos, una de otra, muchas veces nos distancia, ya que no nos ale-
gra ver reflejado en nuestro comportamiento mucho de lo que rechazamos de
nuestra madre.
Pero es al espejarnos que podemos observar y comprender muchas de esas
actitudes no deseadas por nosotras y que manifestamos en nuestro cotidiano
andar por el mundo. Muchas de ellas son aprendidas de nuestras madres,
otras tantas no.
Es muy interesante poder ver e identificar los lados más sombríos de nuestra
personalidad para comprenderlos, tanto en ellas como en nosotras.
Algo, seguramente, hizo que estos rasgos de conducta estuvieran allí.
En algún momento, quizás cuando aparecieron por primera vez, tuvieron
una razón de ser que hoy ya no tienen.
El problema es que esa conducta se quedó anclada, instalada en la psique, y
se transmitió de generación en generación.
Espejándonos con nuestras madres tenemos la oportunidad de otorgarle el
significado que realmente deseamos darle y quitarle esa energía psíquica que
nos ha atado a dicha conducta no deseada.
Puedes ver en las arrugas de tu ceño fruncido, similares a las que observas en el ros-
tro de tu madre, el enojo de cargar con tareas que no les agradan y les han sido im-
puestas.
Puedes comprender, entonces, su enojo y el tuyo.
Puedes aceptar su falta de recursos personales para enfrentarse a esa situación,
comprendiéndola y aceptándola.
Otro tanto puedes hacer contigo.
Puedes comprenderte y aceptarte.

Tenemos la oportunidad de darnos cuenta que esto ha sido así hasta hoy, y
que existe la posibilidad de cambiar la situación que la provocó, para volver
a dibujar nuestros rostros con nuevas arrugas de sonrisas y carcajadas de
placer.
Podremos construir, día a día, una nueva mirada de nosotras mismas.
Nuestra madre-espejo tendrá la oportunidad de saber que siempre se puede
cambiar y, tal vez, al espejarse en nosotras, lo intente.
Hemos hablado sólo del espejo negativo, que si bien está muy presente, no
es exclusivamente el único que nos refleja en ellas.
Existe también un brillante y luminoso espejo positivo, donde muchas
cualidades que creemos propias también son el reflejo de nuestras madres
en nosotras.
Muchas veces te sorprendes repitiendo los gestos y ademanes graciosos de tu madre,
su manera de sentir, su capacidad de sobreponerse a las adversidades...
Al espejarte en ella puedes también descubrir habilidades, dones, costumbres, ritos
y, sobre todo, una energía particular y poderosa que viene desde muy lejos atrave-
sando tu linaje femenino: la fuerza y la sabiduría vital e instintiva de tus abuelas y
bisabuelas, que se refleja en el rostro de cada una de ellas, para que tú te busques y
te encuentres espejada en ellos cada día.

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Cuaderno – Taller a distancia Sanar la herida con la madre: Un retorno a la esencia femenina
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CONSIGNA:
CREA TU IMAGEN-ESPEJO
Para llevar a cabo esta actividad
tienes que buscar fotografías de tu
madre. Puedes elegir las que más te
agraden, las que sean más repre-
sentativas de su persona, las que la
muestren en diferentes etapas de
su vida, o las más actuales. Éstas
serán utilizadas como modelos en
la tarea que realizarás.
Una vez elegidas las fotos, encuen-
tra un lugar agradable y en el que
te sea posible dibujar cómodamen-
te.
Durante esta actividad acompáñate
con los siguientes temas musicales:
Mouneissa y Kanan Neni, ambos
interpretados por Rokia Traoré, y
Ancestor’s Voices, interpretado por Baka Beyond; todos ellos han sido in-
cluidos en el material de trabajo que has recibido.
Ya dispuesta y abierta al lenguaje de tu intuición, sin exigencias ni presio-
nes, dibuja la silueta de tu madre de cuerpo entero en una cartulina. El
tamaño de la misma debe ser el adecuado para que puedas trabajar en su
interior.
En ella, en esa imagen-espejo que has creado, señala con palabras significa-
tivas o frases, con imágenes recortadas o con tus propios dibujos o símbolos,
las características que sientes que se reflejan de su persona en ti.
Puedes hacer una imagen-espejo para los aspectos positivos –los que te
resulten agradables, nuevos o que quieras destacar– y otra para aquellos que
te resulten negativos y desees hacer conscientes para integrarlos de una
manera más sana a tu persona.
Luego dibuja, alrededor de la silueta, el marco de un espejo y adórnalo como
prefieras.
¡Ya tienes una nueva imagen de tu madre-espejo donde mirarte y recono-
certe, para modificar y sanar lo que creas necesario!
¡Te invito a celebrar con una danza, en la que podrás espejar las emociones
que esta tarea haya despertado en ti!
Para ello utiliza la canción Danza, interpretada por Marilina Ross, que tam-
bién hallarás con la música que te ha sido suministrada con el material de
trabajo.

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Cuaderno – Taller a distancia Sanar la herida con la madre: Un retorno a la esencia femenina
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Para comprender con mayor profundidad la idea de espejarnos en otra per-


sona contarás, durante esta semana, con el texto El otro como espejo, de
Graciela Cohen, que se encuentra en la página 5 del CUADERNILLO DE LECTU-
RAS COMPLEMENTARIAS.
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Cuaderno – Taller a distancia Sanar la herida con la madre: Un retorno a la esencia femenina
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MIS COMENTARIOS FINALES PARA LA NANA 2:


El dibujo de la silueta de tu madre con sus cualidades, positivas y negativas,
que has encontrado y plasmado en el espejo que has creado puede conver-
tirse en una poderosa obra muy significativa para ti.
Sería, tal vez, una buena idea colocar esta imagen en algún lugar de tu
hogar para recordar lo que te haya resultado importante de ella.
¿Has notado con cuánta facilidad uno olvida aquello que se propone o que
desea modificar?
¡Y, lo que es peor, cómo olvidamos las ideas, los poemas, las palabras que
nos han resonado en el corazón, haciéndonos sentir bien o movilizando
nuestros pensamientos y emociones!
Por ello es importante –y a la vez agradable– tener a la vista todo aquello que
nos mantenga despiertas y en nuestro camino: fotos, frases, dibujos, que
nos evoquen lo que deseamos tener presente.
Al espejarte en tu madre, tal vez hayas podido conectar con el lado más sa-
grado y femenino de ambas, abriendo una puerta infinita para intercambiar
saberes como sólo puede hacerse de mujer a mujer.
¿Cuántas historias acerca de las mujeres de tu familia, de tus ancestras,
conocerá tu madre y podrá narrarte?
¿Cuántos de sus secretos –sobre comidas deliciosas, hierbas medicinales y
curaciones naturales– conservará y podrá transmitirte?
¿Cuánta de su experiencia y sabiduría femenina atesorará y podrá legarte?

Más allá de que no todo lo que se transmita de madres a hijas sea lo espe-
rado o lo más sano, siempre existe una esencia femenina y natural que se
preserva y se brinda a través de este sagrado vínculo.
Muchas veces es difícil sanar las heridas pero el corazón siempre resguar-
dará esa llama encendida de coraje, instinto, belleza y amor femenino que
toda mujer encierra en sí misma.

Podrás disfrutar de esta puerta que comienza a abrirse entre ustedes, de-
mostrándole que confías en ella como mujer y como madre, haciéndole saber
todo lo que la valoras, descubriendo su mundo y compartiéndolo. Abriéndote
a su universo, seguramente, será más simple para ti ir a su encuentro.
Dejando que tu madre sea tu espejo, tal vez muy pronto notes qué bello espejo
puedes ser tú, también, para ella.

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Cuaderno – Taller a distancia Sanar la herida con la madre: Un retorno a la esencia femenina
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SEMANA 3
“La calidad de la atención que recibimos cuando somos bebés
determina en parte lo valiosas que nos sentimos por estar en el
planeta.
Cuando nuestra madre demuestra su aprobación sonriéndonos y
hablándonos, codificamos la idea de que estamos bien. En cambio,
si no está presente, por el motivo que sea, o nos retira su cariño
cuando no hacemos lo que ella desea que hagamos, nos sentimos
abandonadas.
Hacemos todo lo que sea necesario para recuperar su atención.”
Christiane Northrup

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Cuaderno – Taller a distancia Sanar la herida con la madre: Un retorno a la esencia femenina
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NANA 3
AL ENCUENTRO DE TU INDIVIDUALIDAD: EL PATITO FEO

Algunas veces las


madres rechazan a
sus hijas, llegando
al extremo de aban-
donarlas o expul-
sarlas de su lado,
generando un in-
comprensible dolor
muy difícil de acep-
tar para sus ellas.
La herida, en estos
casos, se vuelve tan
profunda que pare-
ce imposible de sa-
nar.
Las niñas que han sufrido este tipo de rechazo suelen ser aquellas que han
manifestado, desde muy pequeñas, una notoria y particular manera de com-
portarse en el mundo que contraría las conductas esperadas por sus madres
y las normas sociales establecidas.
Como nos dice Clarissa Pinkola Estés:
“… Por regla general, el temprano exilio se inicia sin culpa por parte del interesado y
se intensifica por medio de la incomprensión, la crueldad de la ignorancia o la mal-
dad deliberada de los demás. En tal caso, el yo básico de la psique sufre una tempra-
na herida. Cuando ello ocurre, una niña empieza a creer que las imágenes negativas
que su familia y su cultura le ofrecen de ella no sólo son totalmente ciertas sino que,
además, están totalmente libres de prejuicios, opiniones y preferencias personales.
La niña empieza a creer que es débil, fea e inaceptable y así lo seguirá creyendo por
mucho que se esfuerce en modificar la situación…
… En muchas culturas, cuando nace una niña se espera de ella que sea o se convier-
ta en un determinado tipo de persona, se comporte de una cierta manera convencio-
nal, tenga una serie de valores que, aunque no sean idénticos a los de su familia, sí
por lo menos se basen en ellos y, en cualquier caso, no provoque sobresaltos de nin-
gún tipo. Estas expectativas quedan muy bien definidas cuando uno o ambos proge-
nitores experimentan el deseo de una “hija angelical”, es decir, de una hija sumisa-
mente “perfecta”.”3

3
Clarissa Pinkola Estés, Mujeres que corren con los lobos, 1ª ed. (Barcelona, 2000, Ediciones B), cap.
6, p. 188.

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Cuaderno – Taller a distancia Sanar la herida con la madre: Un retorno a la esencia femenina
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Por el contrario, la naturaleza particular de estas niñas, que es de carácter


más instintivo –son más curiosas, intuitivas, inquietas y originales que la
mayoría de sus pares–, es muy valiosa. Todas esas características que sor-
prenden, asustan y alejan a dichas madres son la base de la creatividad de
estas futuras mujeres, que encontrarán allí el alimento para desarrollarse
plenamente como personas únicas e irrepetibles.
Para que esto pueda suceder es necesario sanar, ya sea con la propia madre
o internamente, la profunda herida ocasionada.
Esta ruptura en la relación con sus madres no sólo las distancia de ellas si-
no que, también, las aleja del universo de lo genuinamente femenino. La au-
sencia de madre les dificultará conectarse con las cualidades femeninas que
ellas les hubieran transmitido de no haberlas empujado al “exilio”.
Si la madre no logra comprender y aceptar las “particularidades” o “diferen-
cias” que la alejan de su hija, será ésta quien deba reconocer las limitaciones
y carencias de su madre para poder entender y aceptar este rechazo, pudien-
do sanar la herida con su madre sin sacrificar su individualidad.
Esto no hace que deje de ser un camino conflictivo y doloroso, pero conlleva-
rá un profundo y transformador aprendizaje.
Para vivenciar la experiencia del abandono materno y sus posibles vías de
sanación, te propongo leer el cuento de Hans Christian Andersen: El patito
feo, que fue publicado por primera vez en 1845.

EL PATITO FEO
Se acercaba la estación de la cosecha. Las viejas estaban confeccionando
unas muñequitas verdes con gavillas de maíz. Los viejos remendaban las
mantas. Las muchachas bordaban sus vestidos blancos con flores de color
rojo sangre. Los chicos cantaban mientras aventaban el dorado heno. Las
mujeres tejían unas ásperas camisas para el cercano invierno. Los hombres
ayudaban a recoger, arrancar, cortar y cavar los frutos que los campos
habían ofrecido. El
viento estaba em-
pezando a arrancar
las hojas de los ár-
boles, cada día un
poquito más. Y allá
abajo en la orilla del
río una mamá pata
estaba empollando
sus huevos.
Para la pata todo
marchaba según lo
previsto hasta que,
al final uno a uno
los huevos empeza-
ron a estremecerse
y a temblar, los
cascarones se rom-

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Cuaderno – Taller a distancia Sanar la herida con la madre: Un retorno a la esencia femenina
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pieron y los nuevos patitos salieron tambaleándose. Pero quedaba todavía un


huevo, un huevo muy grande, inmóvil como una piedra.
Pasó por allí una vieja pata y la mamá le mostró su nueva prole.
—¿A que son bonitos?— preguntó con orgullo.
Pero la vieja pata se fijó en el huevo que no se había abierto y trató de disua-
dir a su amiga de que siguiera empollándolo.
—Es un huevo de pavo— sentenció la vieja pata, —no es un huevo
apropiado. A un pavo no se le puede meter en el agua, ¿sabes?
Ella lo sabía porque lo había intentado una vez.
Pero la pata pensó que, puesto que ya se había pasado tanto tiempo empo-
llando, no le molestaría hacerlo un poco más.
—Eso no es lo que más me preocupa— dijo. —¿Sabes que el muy bribón del
padre de estos patitos no ha venido a verme ni una sola vez?
Al final, el enorme huevo empezó a estremecerse y a vibrar, la cáscara se
rompió y apareció una inmensa y desgarbada criatura. Tenía la piel surcada
por unas tortuosas venas rojas y azules. Las patas eran de color morado
claro y sus ojos eran de color de rosa transparente.
La mamá pata ladeó la cabeza y estiró el cuello para examinarlo y no tuvo
más remedio que reconocerlo: era decididamente feo.
—A lo mejor, es un pavo— pensó, preocupada. Sin embargo, cuando el
patito feo entró en el agua con los demás polluelos de la nidada, la mamá
pata vio que sabía nadar perfectamente. —Sí, es uno de los míos, a pesar de
este aspecto tan raro que tiene. Aunque, bien mirado… me parece casi guapo.
Así pues lo presentó a las demás criaturas de la granja, pero, antes de que
se pudiera dar cuenta, otro pato cruzó como una exhalación el patio y pico-
teó al patito feo directamente en el cuello.
—¡Detente!— gritó la mamá pata.
Pero el matón replicó:
—Es tan feo y tan raro que necesita que lo intimiden un poco.
La reina de los patos con su cinta roja en la pata comentó:
—¡Vaya, otra nidada! Como si no tuviéramos suficientes bocas que
alimentar. Y aquel de allí tan grande y tan feo tiene que ser una equivocación.
—No es una equivocación— dijo la mamá pata. —Será muy fuerte. Lo que
ocurre es que se ha pasado demasiado tiempo en el huevo y aún está un poco
deformado. Pero todo se arreglará, ya lo verás— añadió, alisando las plumas
del patito feo y lamiéndole los remolinos de plumas que le caían sobre la
frente.
Sin embargo los demás hacían todo lo posible por hostigar de mil maneras al
patito feo. Se le echaban encima volando, lo mordían, lo picoteaban, le silba-

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ban y le gritaban. Conforme pasaba el tiempo, el tormento era cada vez peor.
El patito se escondía, procuraba esquivarlos, zigzagueaba de derecha a iz-
quierda, pero no podía escapar. Era la criatura más desdichada que jamás
hubiera existido en este mundo.
Al principio, su madre lo defendía, pero después hasta ella se cansó y excla-
mó exasperada:
—Ojalá te fueras de aquí.
Entonces el patito feo huyó. Con casi todas las plumas alborotadas y un as-
pecto extremadamente lastimoso, corrió sin parar hasta que llegó a una ma-
risma. Allí se tendió al borde del agua con el cuello estirado, bebiendo agua
de vez en cuando. Dos gansos lo observaban desde los cañaverales.

—Oye, tú, feúcho— le dijeron en tono de burla, —¿quieres venir con


nosotros al siguiente condado? Allí hay un montón de ocas solteras para
elegir.
De repente se oyeron unos disparos, los gansos cayeron con un sordo rumor
y el agua de la marisma se tiñó de rojo con su sangre. El patito feo se sumer-
gió mientras a su alrededor sonaban disparos, se oían los ladridos de los pe-
rros y el aire se llenaba de humo.
Al final, la marisma quedó en silencio y el patito corrió y se fue volando lo
más lejos que pudo. Al anochecer llegó a una pobre choza; la puerta colgaba
de un hilo y había más grietas que paredes. Allí vivía una vieja andrajosa
con su gato despeinado y su gallina bizca. El gato se ganaba el sustento ca-
zando ratones. Y la gallina se lo ganaba poniendo huevos.
La vieja se alegró de haber encontrado un pato. A lo mejor, pondrá huevos,
pensó, y, si no los pone, podremos matarlo y comérnoslo. El pato se quedó
allí, donde constantemente lo atormentaban el gato y la gallina, los cuales le
preguntaban:
—¿De qué sirves si no puedes poner huevos y no sabes cazar?
—A mí lo que más me gusta es estar debajo— dijo el patito, lanzando un
suspiro, —debajo del vasto cielo azul o debajo de la fría agua azul.
El gato no comprendía qué sentido tenía permanecer debajo del agua y criti-
caba al patito por sus estúpidos sueños. La gallina tampoco comprendía qué
sentido tenía mojarse las plumas y también se burlaba del patito. Al final, el
patito se convenció de que allí no podría gozar de paz y se fue camino abajo
para ver si allí había algo mejor.
Llegó a un estanque y, mientras nadaba, notó que el agua estaba cada vez
más fría. Una bandada de criaturas volaba por encima de su cabeza; eran
las más hermosas que él jamás hubiera visto. Desde arriba le gritaban y el
hecho de oír sus gritos hizo que el corazón le saltara de gozo y se le partiera
de pena al mismo tiempo. Les contestó con un grito que jamás había emitido
anteriormente. En su vida había visto unas criaturas más bellas y nunca se
había sentido más desvalido.

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Cuaderno – Taller a distancia Sanar la herida con la madre: Un retorno a la esencia femenina
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Dio vueltas y más vueltas en el agua para contemplarlas hasta que ellas se
alejaron volando y se perdieron de vista. Entonces descendió al fondo del la-
go y allí se quedó acurrucado, temblando. Estaba desesperado, pues no
acertaba a comprender el ardiente amor que sentía por aquellos grandes
pájaros blancos.
Se levantó un viento frío que sopló durante varios días y la nieve cayó sobre
la escarcha. Los viejos rompían el hielo de las lecheras y las viejas hilaban
hasta altas horas de la noche. Las madres amamantaban a tres criaturas a
la vez a la luz de las velas y los hombres buscaban a las ovejas bajo los
blancos cielos a medianoche. Los jóvenes se hundían hasta la cintura en la
nieve para ir a ordeñar y las muchachas creían ver los rostros de apuestos
jóvenes en las llamas del fuego de la chimenea mientras preparaban la
comida. Allá abajo en el estanque el patito tenía que nadar en círculos cada
vez más rápidos para conservar su sitio en el hielo.
Una mañana el patito se encontró congelado en el hielo y fue entonces cuan-
do comprendió que se iba a morir. Dos ánades reales descendieron volando y
resbalaron sobre el hielo. Una vez allí estudiaron al patito.
—Cuidado que eres feo— le graznaron. —Es una pena. No se puede hacer
nada por los que son como tú.
Y se alejaron volando.
Por suerte, pasó un granjero y liberó al patito rompiendo el hielo con su bas-
tón. Tomó en brazos al patito, se lo colocó bajo la chaqueta y se fue a casa
con él. En la casa del granjero los niños alargaron las manos hacia el patito,
pero éste tenía miedo. Voló hacia las vigas y todo el polvo allí acumulado
cayó sobre la mantequilla. Desde allí se sumergió directamente en la jarra de
la leche y, cuando salió todo mojado y aturdido, cayó en el tonel de la hari-
na. La esposa del granjero lo persiguió con la escoba mientras los niños se
partían de risa.
El patito salió a través de la gatera y, una vez en el exterior, se tendió medio
muerto sobre la nieve. Desde allí siguió adelante con gran esfuerzo hasta que
llegó a otro estanque y otra casa, otro estanque y otra casa y se pasó todo el
invierno de esta manera, alternando entre la vida y la muerte.
Así volvió el suave soplo de la primavera, las viejas sacudieron los lechos de
pluma y los viejos guardaron sus calzoncillos largos. Nuevos niños nacieron
en mitad de la noche mientras los padres paseaban por el patio bajo el cielo
estrellado. De día las muchachas se adornaban el pelo con narcisos y los
muchachos contemplaban los tobillos de las chicas. Y en un cercano estan-
que el agua empezó a calentarse y el patito feo que flotaba en ella extendió
las alas.
Qué grandes y fuertes eran sus alas. Lo levantaron muy alto por encima de
la tierra. Desde el aire vio los huertos cubiertos por sus blancos mantos, a
los granjeros arando y toda suerte de criaturas, empollando, avanzando a
trompicones, zumbando y nadando. Vio también en el estanque tres cisnes,
las mismas hermosas criaturas que había visto el otoño anterior, las que le
habían robado el corazón, y sintió el deseo de reunirse con ellas.

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Cuaderno – Taller a distancia Sanar la herida con la madre: Un retorno a la esencia femenina
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¿Y si fingen apreciarme y, cuando me acerco a ellas, se alejan volando entre


risas?, pensó el patito. Pero bajó planeando y se posó en el estanque mien-
tras el corazón le martilleaba con fuerza en el pecho.
En cuanto lo vieron, los cisnes se acercaron nadando hacia él. No cabe duda
de que estoy a punto de alcanzar mi propósito, pensó el patito, pero, si me
tienen que matar, prefiero que lo hagan estas hermosas criaturas y no los
cazadores, las mujeres de los granjeros o los largos inviernos. E inclinó la ca-
beza para esperar los golpes.
Pero ¡oh prodigio! En el espejo del agua vio reflejado un cisne en todo su es-
plendor: plumaje blanco como la nieve, ojos negros como las endrinas y todo
lo demás. Al principio, el patito feo no se reconoció, pues su aspecto era el
mismo que el de aquellas preciosas criaturas que tanto había admirado des-
de lejos.
Y resultó que era una de ellas. Su huevo había rodado accidentalmente ha-
cia el nido de una familia de patos. Era un cisne, un espléndido cisne. Y, por
primera vez, los de su clase se acercaron a él y lo acariciaron suave y amoro-
samente con las puntas de sus alas. Le atusaron las plumas con sus picos y
nadaron repetidamente a su alrededor en señal de saludo.
Y los niños que se acercaron para arrojar migas de pan a los cisnes excla-
maron:
—Hay uno nuevo.
Y, tal como suelen hacer los niños en todas partes, corrieron a anunciarlo a
todo el mundo. Y las viejas bajaron al estanque y se soltaron sus largas tren-
zas plateadas. Y los mozos recogieron en el cuenco de sus manos el agua
verde del lago y se la arrojaron a las mozas, quienes se ruborizaron como pé-
talos. Los hombres dejaron de ordeñar simplemente para aspirar bocanadas
de aire. Las mujeres abandonaron sus remiendos para reírse con sus compa-
ñeros. Y los viejos contaron historias sobre la longitud de las guerras y la
brevedad de la vida.
Y uno a uno, a causa de la vida, la pasión y el paso del tiempo, todos se ale-
jaron danzando; los mozos y las mozas se alejaron danzando. Los viejos, los
maridos y las esposas también se alejaron danzando. Los niños y los cisnes
se alejaron danzando… y nos dejaron solos… con la primavera… y allá abajo
junto a la orilla del río otra mamá pata empezó a empollar los huevos de su
nido.

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CONSIGNA:
DESCUBRE TUS DONES
“Aunque estemos apartadas de nuestra
vida creativa, aunque nos hayan expul-
sado de una cultura o de una religión,
aunque estemos sufriendo un exilio fa-
miliar, un destierro por parte de un gru-
po, un castigo a nuestros movimientos,
pensamientos y sentimientos, la vida
salvaje interior seguirá y nosotras se-
guiremos avanzando.”
Clarissa Pinkola Estés

Al igual que en las tareas anterio-


res, encuentra un momento de
tranquilidad y un lugar adecuado
para trabajar cómodamente.
Para esta actividad necesitas una
hoja de papel que utilizarás en for-
ma apaisada (horizontal).
Antes de iniciar la actividad, relá-
jate y escucha desde el corazón el
tema musical: Yo soy la que soy,
interpretado por Rosa Zaragoza, que has recibido con el material de trabajo
del taller.
Esta bella canción te dice:
Yo, que estoy hecha de luz,
soy parte de eso que eres Tú.
Todo está en mi interior
para que escoja lo mejor.
Beso tierno de mi alma
que me sonríe a mí
si yo acepto todo mi dolor
y mi valor.
Yo soy de amor
y soy la que esperó,
soy la que tiembla
y la que se entregará.
Agotada, yo soy la que renacerá.
Amo todo mi pasado
con todo lo que pasó.
Amo lo que tengo ahora,
amo todo lo que soy.
Tengo lo que necesito
para sentirme feliz,
aunque a veces se me olvida,
todo está en mí.

Letra: Rosa Zaragoza / Música: Ralph Zurmühle.

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Ahora, ya dispuesta a bucear en tu interior, divide la hoja con una línea en


dos sectores iguales.
En el sector izquierdo, con un color que simbolice para ti lo negativo, escribe
todos aquellos aspectos que tu madre rechazaba o rechaza de ti.
Al concluir, en el sector derecho, utilizando tu color preferido, escribe en
tiempo presente, como una afirmación, todos los logros que has obtenido con
tu propio esfuerzo y fluyendo con la fuerza de tu energía femenina.
Por ejemplo:
En el sector izquierdo “A mi madre no le interesaban mis poemas, se mostra-
ba indiferente cuando se los leía”.
En el sector derecho “Escribo bellos poemas, sin pensar en agradar a otros”.
Es importante que valores –al observar el diagrama ya confeccionado– cómo
con tu propio poder, y atravesando el dolor, habrás logrado transformar los
mensajes negativos en sueños concretados.
“Resiste. Sigue resistiendo. Haz tu trabajo. Encontrarás tu camino. Al final del cuento,
los cisnes reconocen al patito como uno de los suyos antes de que él lo haga. Eso es
muy típico en las mujeres exiliadas. Después de su duro peregrinaje, consiguen cru-
zar la frontera y entrar en su territorio doméstico, pero a menudo tardan algún tiempo
en darse cuenta de que las miradas de la gente ya no son despectivas y con frecuen-
cia son neutrales cuando no admirativas y aprobatorias.”
Clarissa Pinkola Estés

¡Celebra tu coraje y fortaleza por defender, sostener y alimentar tu bella e


inigualable singularidad, danzando con alegría y libertad!
Para ello acompáñate con la canción Soy lo que soy, interpretada por
Sandra Mihanovich, que también has recibido con el material de trabajo.
¡Espero que la disfrutes y te disfrutes intensamente!

Para bucear y comprender con mayor profundidad el tema presentado en es-


ta Nana contarás, durante esta semana, con el texto El arquetipo del ni-
ño/niña sin madre, de Clarissa Pinkola Estés, que se encuentra en la pági-
na 11 del CUADERNILLO DE LECTURAS COMPLEMENTARIAS.
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Cuaderno – Taller a distancia Sanar la herida con la madre: Un retorno a la esencia femenina
Creado y coordinado por Germana Martin

MIS COMENTARIOS FINALES PARA LA NANA 3:


Mirando con atención el proceso que has transitado y la tarea que has
realizado podrás observar que a cada aspecto señalado como negativo –por
tu madre–, seguramente habrás podido contraponerle una cualidad positiva
de tu personalidad que se ha afianzado en ti, desde tu ser mujer diferente a
ella, respetando tus propios deseos y necesidades.
A partir de ello podrás aceptar las diferencias entre ustedes, respetando y
reconociendo a tu madre como una mujer diferente que ha tenido su propio
sendero de aprendizaje, con todos los “dragones” que ha debido enfrentar en
el mismo –a veces venciéndolos y otras no– para llegar a ser la mujer que es
hoy con sus logros y sus limitaciones.
También podrás notar, como algo realmente significativo, el deseo de afirmar
y sostener tu individualidad y tu naturaleza femenina que, de esa manera, se
abrirán lentamente a la transformación.
¡Qué maravilla será cuando logres esos profundos cambios en ti misma, para
luego multiplicarlos y expandirlos a tu alrededor!
Muchas veces corrernos de lugar, tomar otra perspectiva, mirar desde la in-
tuición, escuchar otras voces, nos hace percibir la realidad y las personas
desde un lugar nuevo, viéndolas diferentes y comprendiéndolas desde el
corazón.

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Cuaderno – Taller a distancia Sanar la herida con la madre: Un retorno a la esencia femenina
Creado y coordinado por Germana Martin

SEMANA 4
“Culpar a nuestras madres por sus defectos (y por consiguiente los
nuestros) o sentirnos culpables por nuestros fallos como madres
son maneras seguras de continuar en la modalidad de víctimas
como mujeres, un estado que nos aleja de nuestro poder personal y
nos predispone para la enfermedad y más fracasos.
Aunque hemos de ser sinceras con nosotras mismas acerca de
nuestra infancia, aunque hemos de reconocer en qué no hemos
acertado, no nos sirve para nada continuar estancadas en el
sentimiento de culpa. En lugar de eso, tenemos que aprender a
continuar adelante conscientemente, con los ojos y el corazón
abiertos.”
Christiane Northrup

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Cuaderno – Taller a distancia Sanar la herida con la madre: Un retorno a la esencia femenina
Creado y coordinado por Germana Martin

NANA 4
TU MADRE CUANDO NO ERA TU MADRE

Algo muy importante, que nos


cuesta recordar, es que nuestra
madre también es una mujer.
Ella, como todas las mujeres, ha
nacido en un determinado tiempo
y en una determinada cultura. Ha
tenido una historia personal col-
mada de buenas y malas expe-
riencias. Ha debido sobrevivir, mu-
chas veces, a maltratos físicos y
psicológicos de sus propios proge-
nitores, de sus parejas y hasta de
otras mujeres.
Ha sufrido un sistema patriarcal
que sofocó y anuló muchos de sus
deseos. Se ha sentido vulnerable y
sola en un mundo injusto y des-
piadado con las mujeres. Ha creci-
do sin guías o referentes que la
apoyaran para enfrentar y modifi-
car tal estado de cosas.
Es necesario que puedas aceptar a
tu madre como una persona que, más allá de la maternidad, habita un
cuerpo y una esencia femenina.
A través de la meditación guiada que realizarás a continuación, dejando de
lado los roles madre-hija y todos los conflictos y desgarros que la relación
entre ambas ha presentado, podrás conectar con tu madre percibiéndola
como una mujer.

MEDITACIÓN GUIADA PARA CONECTAR CON TU MUJER-MADRE


Busca un lugar agradable donde no seas interrumpida y te sientas cómoda y
segura.
Necesitarás almohadones o cojines (puedes utilizar también almohadas) para
crear un espacio circular y cobijado, similar al útero de tu madre, donde
puedas recostarte, o sentarte, y sentirte contenida.
La luz debe ser tenue. (Si utilizas velas, ten la precaución de ubicarlas en un
sitio que no resulte peligroso).
También es importante que tengas a mano una manta para abrigarte si
llegas a sentir frío.
Necesitarás tener a mano un reproductor de audio y la música que
acompañará la meditación.

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Cuaderno – Taller a distancia Sanar la herida con la madre: Un retorno a la esencia femenina
Creado y coordinado por Germana Martin

Cuando estés dispuesta en el mullido espacio gestado por ti, pon a reprodu-
cir (a bajo volumen) el tema musical Aad Guray, interpretado por Deva Pre-
mal, que has recibido con el material de trabajo.
Meditación:
Comienza a respirar muy suavemente.
Observa tu respiración.
Percibe como entra y sale el aire naturalmente.
Concéntrate en ella.
No tienes que hacer nada especial, sólo seguir su ritmo.
Fluye con tu respiración, sin controlar, sin dirigir.
Continúa respirando suavemente.
Siente cómo lentamente todo tu cuerpo se relaja.
Déjate llevar por esta sensación de liviandad y de calma.
Inspira y exhala con tranquilidad respetando tu ritmo.
Deja que los pensamientos pasen sin detenerte en ellos.
Míralos pasar pero no te aferres a ellos, déjalos ir, déjalos partir.
Tu mente se acompasa con el ritmo de tu respiración.
Conecta, cada vez con mayor profundidad, con tu parte intuitiva y con tu
cuerpo.
Continúa respirando con tranquilidad.
Ahora, suavemente, coloca la mano izquierda sobre tu vientre.
Si es posible, hazlo directamente sobre tu piel.
Nota el movimiento de tu vientre al respirar: cómo sube y cómo baja.
Siente la suave danza de tu vientre que sube y baja, sin apuros, sin
ansiedades.
Deja tu mano allí unos minutos.
Disfruta de esta sensación de leve movimiento, de mecimiento y armonía.
Reconoce el ritmo de tu cuerpo en tu vientre.
Disfrútalo.
Disfruta del movimiento de tu vientre como una suave marea, como un ir y
venir, como un sube y baja acompasado por tu respiración, por tu corazón,
por tu alma.
Continúa respirando con calma.
Busca con tu mano izquierda tu pequeño ombligo, esa profunda huella de
nuestro origen.
Rodea tu ombligo con caricias circulares y amorosas.
Puedes introducir, delicadamente, tu dedo en él, sentir que está allí.
Continúa acariciándolo circularmente.
Deja fluir tus sensaciones y disfrútalas.
Y ahora, reconoce ese pequeño espacio de tu cuerpo como una señal.
La señal que te recuerda que vienes de otro cuerpo.
La señal que te recuerda que vienes de un cuerpo de mujer.

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Cuaderno – Taller a distancia Sanar la herida con la madre: Un retorno a la esencia femenina
Creado y coordinado por Germana Martin

Sigue respirando suavemente.


Continúa acariciando tu ombligo.
Siente la unión con la mujer que brindó su cuerpo para que tú estés hoy
aquí.
Acarícialo y conecta con la mujer que abrió su cuerpo para darte vida.
Acarícialo y conecta con tu origen.
Conecta con la mujer que te cobijó durante varios meses para darte el don
de la vida.
Disfruta de esta sensación de unión, de fusión con ella.
Quédate allí.
Descansa allí.
Acaricia esa unión amorosa y profunda.
Siente, a través de tu ombligo, la presencia de esa mujer que es tu madre.
Evócala como mujer gestadora.
Percíbela como la mujer poderosa que te obsequió la vida.
Siente el pulso de la existencia a través de tu ombligo.
Siente la profunda unión con la mujer que es tu madre.
Quédate allí.
Descansa allí.
Ahora concéntrate nuevamente en tu respiración.
Inspira y exhala suavemente.
Conserva tu propio ritmo.
Respeta tu pulso vital, tu estar aquí y ahora.
Relájate aún más.
Cuando te sientas relajada y tranquila, evoca tu primera infancia.
Vuelve a tus primeros recuerdos.
Intenta conectar con alguna sensación.
Déjate llevar, sin temor.
Puede surgir algún recuerdo, una mirada, un olor, un gesto, una caricia.
Conecta desde allí con tu madre.
Deja que afloren los primeros recuerdos que tienes de ella.
Respira suavemente.
Conecta con tu madre desde ese momento,
cuando aún no existía la crítica ni el dolor ni el rencor.
Conecta con ella desde la transparencia de tu niña, sin juzgarla.
Siente a tu madre sin el filtro de los conflictos y las angustias.
Obsérvala más allá de su rol, más allá del rol de ¨madre¨.
Conecta con la ¨mujer¨ antes de que fuera nombrada como ¨madre¨.
Reconoce que tu madre es una mujer con sus necesidades, con sus miedos,
con sus deseos, con sus frustraciones, con sus tristezas, con su fragilidad.
Respira profundamente.
Siente que detrás de mamá hay una mujer.
Es la mujer que es.
Con sus defectos, sus virtudes, su vulnerabilidad y su soledad.
Igual que tú, es una mujer.
Integra en tu corazón el encuentro con tu mujer-madre.

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Cuaderno – Taller a distancia Sanar la herida con la madre: Un retorno a la esencia femenina
Creado y coordinado por Germana Martin

Guárdala en un espacio de tu alma.


Conectando con ella sanarás la herida que pueda separarlas.
Respira suavemente.
Observa tu respiración.
Concéntrate en ella.
Lentamente, regresa al presente.
Regresa aquí y ahora.
Abre despacio los ojos:
¡Bienvenidas, tú y tu mujer-madre!
¡Gracias por confiar!
¡Un abrazo de luz!

CONSIGNA:
CREANDO DESDE TU OMBLIGO
Para realizar esta actividad necesi-
tarás una fotografía de tu madre
de una etapa previa a la materni-
dad. Puede ser de cuando ella era
adolescente, o joven, pero es muy
importante que sea de un tiempo
anterior a que fuese tu madre.
Esta fotografía junto con las emo-
ciones que ha despertado en ti la
meditación guiada serán la fuente
de inspiración para que puedas
expresar todo aquello que desees
sobre el encuentro con tu madre
antes de ser tu madre, es decir,
cuando sólo era una mujer.
Como siempre podrás utilizar dife-
rentes lenguajes expresivos: la es-
critura (poemas, historias, frases)
y/o la plástica (dibujo, collage, fo-
tografías); para plasmar este nue-
vo descubrimiento que has hecho
de ella.
Si deseas incluir la fotografía de tu madre, en tu creación, escanéala o haz
una fotocopia que te permita integrarla conservando el original.
Esta actividad podrás acompañarla con temas musicales que fuesen del
agrado de tu madre y que deberás buscar por ti misma.

Para acompañar desde una mirada poética el tema abordado en esta Nana
contarás, en esta semana, con algunos Poemas de Nara Mansur Cao, se-
leccionados especialmente por mí, que encontrarás en la página 13 del CUA-
DERNILLO DE LECTURAS COMPLEMENTARIAS.

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Cuaderno – Taller a distancia Sanar la herida con la madre: Un retorno a la esencia femenina
Creado y coordinado por Germana Martin

MIS COMENTARIOS FINALES PARA LA NANA 4:


Luego de recorrer un buen tramo del sendero que te ha conducido hasta
aquí –en este proceso de sanación del vínculo con tu madre–, has hallado
distintas piezas del rompecabezas que representa vuestro universo madre-
hija.
Con cada una de ellas que has podido encontrar y ubicar en él, habrás po-
dido reconocer la naturaleza femenina de tu madre y, de esta manera, inte-
grar, revalorizar y resignificar el vínculo materno que las unirá siempre.
Habrás descubierto en ella a alguien que es mucho más que una persona de-
sempeñando un rol materno.
Habrás descubierto que tu madre ha sido, es y siempre será una mujer.
Una mujer plena de experiencias, de dolores, de alegrías, de sueños, de pre-
guntas, de respuestas, de misterios.
Una mujer.
Una mujer como tú.
Una mujer única.
Cada una de ustedes es una mujer diferente, unida a la otra por un lazo má-
gico de amor insustituible.
Habrás descubierto mucho de lo que tienen en común y aceptado lo que tie-
nen de diferente.
Habrás visto sus tristezas, sus ilusiones, sus miedos, sus deseos, su intensa
y particular manera de ser ella: una mujer irrepetible que sigue creciendo,
que se equivoca, que aprende, que ríe, que canta, que llora, que tiene en sí la
poderosa y sabia esencia femenina que todas compartimos.
Ella y tú.
Tú y ella.
Dos mujeres construyéndose a sí mismas.
Cada una contando con sus propios recursos interiores, cada una abriendo-
se camino en el desafío cotidiano, con sus aciertos y sus errores. Algunas ve-
ces dando pasos a tientas; otras, pisando con firmeza.
Dos mujeres, madre e hija, que se abrazan en un camino de crecimiento y
profundo significado que las invita a recorrerlo cada día: la Vida.
Entonces, podrás mirar a tu madre a los ojos de una manera nueva.
Ya no desde tu rol de niña que demanda y espera sino como una persona
adulta que descubre en ella, más allá de todos los aciertos y errores que ha-
ya podido tener como madre, a una valiente y poderosa mujer. Como tam-
bién lo ha sido su madre y la madre de su madre, todas unidas por un cor-
dón invisible de sabiduría y dones femeninos.
Tus ancestras fueron hijas, fueron niñas, fueron madres, fueron mujeres, así
como lo eres tú, hoy. Sus penas y sus alegrías fueron similares a las tuyas.

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Cuaderno – Taller a distancia Sanar la herida con la madre: Un retorno a la esencia femenina
Creado y coordinado por Germana Martin

Ellas tuvieron sus propios deseos, algunos fueron concretados y otros fueron
sojuzgados por una sociedad que no les permitía ser ellas mismas, en liber-
tad y plenitud.
Podrás ver y sentir a tu madre como mujer, no desde el vínculo exclusivo de
la sangre familiar sino a través del vínculo universal que nos une a las muje-
res como manada.
Encontrarás que tu madre ha atesorado, en sí misma, a una mujer llena de
poder. Una mujer a la que podrás valorar, admirar y amar desde un lugar
nuevo.
Fue necesario, tal vez, atravesar años de búsqueda y conflicto, de reproches
y lados sombríos, para poder ver el verdadero rostro de la mujer que te gestó,
te nutrió y te crió de la mejor manera que pudo hacerlo, y así integrarla ti-
biamente en tu corazón y en tu alma.
Tu madre también fue hija, como lo fue tu abuela y todas tus ancestras.
Todas ellas compartieron el sagrado origen de vuestro linaje femenino y sólo
espejándote en ellas podrás conocerte realmente.
Nuestro sagrado útero no sólo contiene la memoria de nuestras vivencias si-
no también las de todas aquellas mujeres que nos precedieron.
Conectándonos con él, con su energía, podemos integrar las experiencias y
emociones que son positivas para nosotras y descartar todas aquellas que
nos hacen daño o nos detienen en nuestro camino.
Sanando la herida con nuestra madre es como sanaremos la herida con
nuestro linaje femenino.
Sanando la herida con nuestra madre también contribuiremos a la sanación
del planeta, alimentando lo Femenino Consciente y nutriendo con sus cuali-
dades el alma colectiva.
“La salud de la mujer es el terreno sobre el que crece toda la humanidad. Mejorar la
salud de una mujer fertiliza y aprovisiona el terreno para todos, hombres, mujeres, ni-
ños, animales, plantas y el propio planeta. El vínculo madre-hija, en toda su belleza,
dolor y complejidad, forma el cimiento mismo del estado de salud de una mujer. Esta
relación primordial deja su huella en todas y cada una de nuestras células para toda
la vida.”
Christiane Northrup

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Cuaderno – Taller a distancia Sanar la herida con la madre: Un retorno a la esencia femenina
Creado y coordinado por Germana Martin

SEMANA 5
“No podemos legislar el cariño y la compasión. Pero en el instante
en que la mujer decide que es digna de amor y cuidado, comienzan
a cambiar las cosas. Una mujer que tiene el valor de romper el ciclo
de martirio asegura su propia salud y contribuye a que su hija u
otros seres queridos hagan lo mismo. La única manera de enseñar
a la hija a reconocer y expresar sus necesidades emocionales es
hacerlo uno.
Y cuando la hija vea esto, tendrá menos probabilidades de llevar la
carga de su madre en su vida.”
Christiane Northrup

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Cuaderno – Taller a distancia Sanar la herida con la madre: Un retorno a la esencia femenina
Creado y coordinado por Germana Martin

NANA 5
RESIGNIFICA Y RENOMBRA EL ROL MATERNO:
UN NIDO DE PALABRAS

Muchas de nosotras hemos


crecido cuestionadas, des-
valorizadas, temidas o igno-
radas por nuestras madres.
Más allá de su amor o de su
entrega, nos hemos sentido
solas y sin una figura ma-
terna que nos acompañe en
el descubrimiento de nues-
tras vivencias femeninas.
Sin embargo, nos ha costa-
do mucho tiempo entender
que ellas –aún más que no-
sotras– han sido víctimas
de un mundo patriarcal que
les impidió crecer o expre-
sarse.
Nos ha dolido comprender que ellas también fueron alejadas de lo femenino
instintivo, de sus recursos sanadores, de sus cualidades nutricias y contene-
doras.
Poco a poco, nos hemos dado cuenta que ellas también carecieron de una
madre que las guiara y las alentara en sus búsquedas, que se vieron sepa-
radas de la sabiduría de sus intuiciones más profundas y fueron víctimas de
un mundo donde las cualidades positivas de lo femenino estaban, y aún es-
tán, ausentes.
Todas hemos sido víctimas de palabras propias de un mundo dominado por
lo masculino que fueron usadas para engañarnos, someternos y teñir lo fe-
menino de oscuridad y miedo.
Para sanar el vínculo con tu madre y cerrar la herida que te separa de ella y
de tu Madre Interior, para sanar tus lazos con lo femenino materno, te será
necesario resignificar el rol materno y renombrarlo.
Resignificar es volver a dar sentido a aquello que lo ha perdido –o que re-
quiere uno nuevo– con el fin de hacerlo propio nuevamente. Es pensarlo des-
de otro lugar. Este proceso de resignificación es una tarea ardua y constante
en la que hay que replantearse lo que se siente, se piensa, se dice y se hace.
Para ello será necesario un cambio interno que se reflejará, finalmente, en el
cambio externo que tanto anhelamos.
Una vez más las palabras podrán cumplir su misión transformadora.

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Cuaderno – Taller a distancia Sanar la herida con la madre: Un retorno a la esencia femenina
Creado y coordinado por Germana Martin

CONSIGNA:
SANANDO CON LAS PALABRAS
En esta actividad renombrarás el
vínculo con tu madre, esencia de
tu universo femenino, para otor-
garle el significado real que encie-
rra desde siempre.
Resignificándolo con palabras pro-
pias, tuyas, nacidas de tus viven-
cias y emociones.
Así, de ti podrán surgir las pala-
bras que te curen, te transformen,
te despierten.
Encuentra un lugar donde te sien-
tas guarecida, cómoda y relajada.
Busca el momento apropiado para
que nada ni nadie pueda interrum-
pirte.
Siéntate, o recuéstate si lo deseas.
Cierra los ojos.
Respira suave y acompasadamente
hasta entrar en un estado medita-
tivo, de calma y silencio interior.
Piensa en tu madre.
Conéctate con ella.
Vuelve a nacer de su útero.
Déjate mecer por su tibieza.
Siéntela
mujer-hermana-compañera.
Ve su mirada de niña asustada,
su rebelión frustrada,
su postergación,
su sometimiento a una vida dibujada por otros.
Percibe sus deseos acallados,
su llanto escondido,
su silencio.
Escúchala, entiéndela,
recupera su ternura,
intégrala a ti misma.
Puedes nombrarla,
abrazarla y comprenderla dentro de ti.

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Cuaderno – Taller a distancia Sanar la herida con la madre: Un retorno a la esencia femenina
Creado y coordinado por Germana Martin

Conservando el estado de profunda conexión con tu madre, que has logrado


durante la meditación, busca dentro de ti las palabras que resignifiquen tu
vínculo con ella.
Escribe cinco palabras (o más) que nombren a tu madre o lo que ella te su-
giere. Palabras mágicas y poderosas que curen esa vieja herida.
Luego, con ellas, podrás gestar lo que desees: frases, un poema, un relato.
Esta tarea podrás acompañarla con nanas o canciones de cuna que te re-
cuerden tu infancia o aquellos temas musicales que te conecten con la ma-
ternidad.

Nuevamente, será el lenguaje poético el que acompañe el tema abordado en


esta Nana. Para ello contarás, en esta semana, con algunos Poemas de Ana
Istarú, escogidos especialmente por mí, que encontrarás en la página 17 del
CUADERNILLO DE LECTURAS COMPLEMENTARIAS.
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Creado y coordinado por Germana Martin

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Cuaderno – Taller a distancia Sanar la herida con la madre: Un retorno a la esencia femenina
Creado y coordinado por Germana Martin

MIS COMENTARIOS FINALES PARA LA NANA 5:


Las bellas y profundas palabras surgidas de la actividad que acabas de tran-
sitar, han renombrado el vínculo con tu madre otorgándole un significado
nuevo y revelador para ti.
Cada sílaba ha ahondado y colmado de connotaciones tu nueva mirada so-
bre ella, cada letra ha profundizado y descubierto sentidos que pueden
sorprenderte y despertarte a otras realidades atesoradas en esta relación que
mutará, se transformará, se abrirá a múltiples posibilidades de conocimiento
y sanación.
El lazo original entre madre e hija es, y siempre será, el núcleo de tu poder y
sabiduría femenina.
Las palabras que has gestado son un aporte al universo del lenguaje colec-
tivo, desde una visión más propia, menos patriarcal, más amorosa y compa-
siva, más representativa de nuestra auténtica esencia de mujer.

…Y Ella permanece, radiante en la luz, Cáliz que Vierte Sabiduría, y nos convoca a
recordar que para llamarla no necesitamos nada complejo. Sólo tenemos que recor-
darla. Sólo tenemos que llamarla por el nombre de corazón que cada ser humano tie-
ne incrustado en el alma misma antes de venir a la tierra, esa única palabra que ca-
da uno de nosotros supo antes de poder siquiera alimentarnos por nosotros mismos,
antes de poder siquiera caminar.
Esa primerísima Palabra inscrita en los corazones de toda la humanidad a lo largo
del planeta entero:

Ma
Mamá
Mami
Madre
Mamo
Mommie
Makuahine
Maji
Majka
Moer
MànaAnya
Móthair
Maman
Máti
Mère
Okaasan
Mutter
Mor
Mari
Motina
Matka
Mother

Clarissa Pinkola Estés

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Cuaderno – Taller a distancia Sanar la herida con la madre: Un retorno a la esencia femenina
Creado y coordinado por Germana Martin

SEMANA 6
“Para recuperar nuestros instintos de autoconservación y
autoestima naturales, la mente necesita ser liberada de pasado y
futuro, de manera que pueda estar más plenamente presente,
espontánea, mágica e intuitiva. Es necesario conocer el pasado
para borrarlo; y borrar el pasado borra el futuro, abriendo los
espacios para que suceda algo real, algo nuevo.”
Gabrielle Roth

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Cuaderno – Taller a distancia Sanar la herida con la madre: Un retorno a la esencia femenina
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NANA 6
DESCUBRE EL AMOR COMPASIVO

¨Me pregunto si el dolor asociado con la ruptura madre/hija se origina al nacer, cuan-
do la hija no está ya fusionada con la madre y anhela ese vientre seguro, deseando
volver a él. En algún lugar de nuestra psique todos anhelamos el calor del líquido am-
niótico que nos baña suavemente y nos mece a la vida.¨
Maureen Murdock

Muchas veces se nos hace


difícil escapar del laberinto
del conflicto y el enojo con
nuestras madres.
Los caminos parecen ce-
rrarse frente a nuestros in-
tentos de acercamiento y
comprensión.
El dolor se profundiza, la
incomunicación nos aleja
cada vez más y la ira gene-
ra abismos de miedo, des-
confianza y soledad.
Todo parece perdido en
nuestro intento de regresar
a la fuente del amor mater-
no. Las resistencias y limi-
taciones levantan un muro
que parece insalvable.
El rumbo se pierde.
¿Cómo despertar aquel deseo primordial, que nos permita olvidar todo lo ne-
gativo, para correr al regazo simbólico de nuestra madre y, desde una nueva
mirada, comprenderla y aceptarla?
Ha llegado el momento de descubrir y despertar, en nuestra alma de mujer,
una cualidad trascendente: la compasión, que está profundamente vincula-
da con la bondad.
“El desarrollo de la compasión es parecido al de la sabiduría: aumenta con la expe-
riencia vital.”
Jean Shinoda Bolen

¿Pero, qué entendemos por compasión?


Podemos definirla como un sentimiento de empatía con las desgracias de los
otros y el deseo de mitigar su sufrimiento.
A medida que avanzamos por los senderos de la vida, atravesando nuestras
propias circunstancias y, también, conociendo las de los demás, tenemos la

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Cuaderno – Taller a distancia Sanar la herida con la madre: Un retorno a la esencia femenina
Creado y coordinado por Germana Martin

posibilidad de desarrollar una actitud más reflexiva y receptiva que nos lleve
a comprender y, muchas veces, perdonar y perdonarnos.
Sentir compasión por el otro no debe confundirse con la lástima o el pesar
sino que debe entenderse como tener la capacidad de ponernos en su lugar
y, de alguna manera, sentir su dolor como propio.
Cultivar la compasión con tu madre es una tarea, tanto psicológica como es-
piritual, que deberás abordar necesariamente si deseas sanar la herida con
ella.
La compasión te permitirá ver con claridad, saber cuál es el camino a tomar
y de esta manera acercarte a tu madre con una actitud más abierta y amo-
rosa.
“La rabia exige justicia, pero cuando se une a la compasión, se torna justicia miseri-
cordiosa. Si la compasión se halla presente, la risa y la alegría nunca son mezquinas.
La compasión sirve para aliviar el sufrimiento, tanto el propio como el de los demás.”
Jean Shinoda Bolen

Para lograr una verdadera sanación del vínculo con tu madre deberás trans-
formar la energía de la frustración y la ira en una energía bondadosa y com-
pasiva hacia ella.

CONSIGNA:
MEDITAR PARA SANAR
Para ayudarte en este proceso de
transformación emocional y espiri-
tual realiza la meditación guiada
Sanando la herida con tu ma-
dre, que he creado especialmente
para el taller. Puedes grabarla y
reproducirla para facilitarte su re-
alización.
Encuentra un lugar en el que te
sientas a gusto, tranquila y prote-
gida. Es importante que halles el
momento adecuado para que nada
ni nadie te interrumpa.
Siéntate, o recuéstate si lo deseas.
Ten a mano una manta para cu-
brirte en caso de sientas frío.
Pon a reproducir el audio indicado
más arriba y cierra los ojos.
Comienza a respirar muy suavemente.
Observa tu respiración.
Percibe cómo entra y sale el aire naturalmente.
Concéntrate en ella.

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Cuaderno – Taller a distancia Sanar la herida con la madre: Un retorno a la esencia femenina
Creado y coordinado por Germana Martin

No tienes que hacer nada especial, sólo seguir su ritmo.


Fluye con tu respiración, sin controlar, sin dirigir.
Continúa respirando suavemente.
Siente cómo lentamente tu cuerpo se relaja.
Déjate llevar por esta sensación de liviandad y de calma.
Inspira y exhala con tranquilidad respetando tu ritmo.
Deja que los pensamientos pasen sin detenerte en ellos.
Míralos pasar pero no te aferres a ellos, déjalos ir, déjalos partir.
Tu mente se acompasa con el ritmo de tu respiración.
Conecta, cada vez con mayor profundidad, con tu parte intuitiva y con tu cuer-
po.
Continúa respirando con tranquilidad.
Una vez cómoda, en ese estado de relajación y calma, te invito a evocar la
imagen de tu madre.
Ella se encuentra frente a ti.
Concéntrate en su rostro que te mira con dulzura.
Siente todo su ser e intenta percibir quién es ella.
Recuerda cómo se comporta con las demás personas, cómo se desempeña en
su mundo, cómo se comporta con sus seres queridos, cómo es su relación con-
tigo.
Continúa respirando con calma.
Pregúntale a tu cuerpo y a tu corazón qué sientes frente a esta imagen ma-
terna.
¿Qué emociones te recuerda?
Quédate allí.
Descansa allí.
Deja que los sentimientos que surgen de ti hacia ella te embarguen.
No los fuerces, no los controles, no los juzgues.
Sólo obsérvalos y déjalos pasar.
Ahora concéntrate nuevamente en tu respiración.
Inspira y exhala suavemente.
Conserva tu propio ritmo.
Respeta tu pulso vital, tu estar aquí y ahora.
Relájate aún más.
Cuando te sientas relajada y tranquila:
- Piensa en tres cualidades que te agraden de tu madre.
Continúa respirando suavemente.
- Ahora trae a tu mente tres cualidades que te disgusten de ella.
Sigue respirando con calma y respetando tu propio ritmo.
- Abre tu corazón y piensa en tres deseos que tu madre pueda atesorar en su
alma.

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Cuaderno – Taller a distancia Sanar la herida con la madre: Un retorno a la esencia femenina
Creado y coordinado por Germana Martin

Respira con suavidad y calma. Relájate.


- Ahora piensa en tres temores que tu madre cargue consigo.
Míralos de frente, sin miedo ni culpa.
Respira suavemente.
Observa tu respiración.
Concéntrate en ella.
Y entonces, ahora, bucea dentro de ti.
Observa, intuye y percibe cómo estas cualidades y vivencias influyen en tu
persona, cómo forman parte de tu vida y de tu estar en el mundo.
Quizás son espacios de tu psique que te niegas a reconocer y considerar tam-
bién como propios.
Quédate allí.
Descansa allí.
Deja que estas emociones nuevas te embarguen libremente, sin juzgar, sin re-
primir.
Acepta todo aquello que encuentres de tu madre integrando tu ser femenino.
Continúa respirando con suavidad.
Relájate cada vez más.
Ahora imagina alguna forma de acercamiento físico con tu madre.
Procura, a través de tu imaginación, contactar con su cuerpo.
Mécela en tus brazos, masajea su agotada espalda, acaricia su rostro con ter-
nura, reposa tu cabeza sobre su vientre y descansa allí.
Quédate allí.
No existe el tiempo, no hay apuro.
No hay separaciones ni distancias.
Siente profundamente, con tu corazón y con tu cuerpo, esta íntima conexión.
Respira suavemente.
Vuelve a imaginar a tu madre sentada frente a ti.
Conecta con su mirada y busca, dentro de ti, la energía de tu amor y compa-
sión para agradecerle y perdonarla totalmente.
Dale las gracias por haberte obsequiado el don de la existencia, por haberte
concebido y gestado dentro de su cuerpo, por nutrirte y cuidarte, dentro de sus
posibilidades y limitaciones.
Perdona, desde el alma, sus errores, sus carencias, sus defectos, sus vulnera-
bilidades.
Exprésale que comprendes desde lo profundo de tu alma las dificultades que
tuvo que atravesar en la vida, como mujer y como madre.
Agradécele lo que eres, tus dones y tus debilidades, tus logros y tus tropiezos,
tus aprendizajes y tus heridas.
Percibe con tu cuerpo y con tu corazón que eres perfecta tal como eres, con to-
das tus imperfecciones, dudas y temores.

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Cuaderno – Taller a distancia Sanar la herida con la madre: Un retorno a la esencia femenina
Creado y coordinado por Germana Martin

Percibe con tu cuerpo y con tu corazón que tu madre también es perfecta tal co-
mo es, con todas sus imperfecciones, dudas y temores.
Abre tu alma para sentir que ella, tu madre, es el origen de tu ser mujer.
Lentamente, regresa al presente.
Regresa aquí y ahora.
Abre despacio los ojos:
¡Gracias por confiar!
¡Un abrazo de luz!
Luego, conservando la energía amorosa y compasiva que has logrado a
través de la meditación, expresa los nuevos sentimientos que hayan nacido,
de ti, hacia tu madre.
Para ello utiliza los recursos y materiales que desees. Siéntete libre para
escribir, dibujar, pintar, realizar un collage, y todo aquello que tu creatividad
te sugiera.
Si quieres puedes acompañarte con la música que sea de tu agrado.

Para ampliar y profundizar el tema del amor compasivo contarás, durante


esta semana, con el texto Kuan Yin, la diosa china de la compasión, de
Jean Shinoda Bolen, que encontrarás en la página 23 del CUADERNILLO DE
LECTURAS COMPLEMENTARIAS.
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Creado y coordinado por Germana Martin

MIS COMENTARIOS FINALES PARA LA NANA 6:


Para aportarte una mirada diferente sobre el tema de la compasión comparto
contigo un breve texto de Jean Shinoda Bolen:
“Utiliza la imaginación para despertar tus instintos compasivos

Hay meditaciones budistas para el bienestar de todos los seres sensibles, y recitacio-
nes católicas del rosario que tocan la misma fibra sensible.
Existen muchas tradiciones y oraciones para despertar la compasión por uno mismo
y por los demás.
¿Qué podríamos hacer?
¿Qué hacemos en realidad?

La oración de San Francisco comienza así: ¨Deja que sea el instrumento de Tu Paz…¨.
Thich Nhat Hanh, el monje vietnamita enseña a meditar andando.

Inspirar…
Expirar…
Son actos decisivos en la meditación.
¿Qué es lo que deseas inspirar, pasar por el cedazo de la compasión y expirar luego?”

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Cuaderno – Taller a distancia Sanar la herida con la madre: Un retorno a la esencia femenina
Creado y coordinado por Germana Martin

SEMANA 7
“Una madre sólo puede dar lo que ha recibido, es decir, sólo puede
enseñar a su hijo o hija a cuidarse tan bien como ella se cuida a sí
misma. Cuánto más se valora y se cuida a sí misma una mujer,
mejor madre puede ser.”
Gabrielle Roth

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Cuaderno – Taller a distancia Sanar la herida con la madre: Un retorno a la esencia femenina
Creado y coordinado por Germana Martin

NANA 7
TU MADRE INTERIOR

Como nos suele suceder a muchas


mujeres, la relación con nuestras
madres no ha sido siempre como
la esperábamos y hemos sentido
carencias con respecto a lo que
como niñas, adolescentes, y aún
mujeres, necesitábamos del víncu-
lo con ellas.
Eso ha generado, según el grado
de necesidad o deseo insatisfecho,
una herida no sólo con nuestra
madre sino también en nuestro
propio instinto maternal, es decir,
en nuestra capacidad de activar en
nosotras las cualidades materna-
les, la capacidad de ser personas
nutricias, dadoras, protectoras,
sostenedoras, guías, no sólo con
los demás sino, sobre todo, con
nosotras mismas.
¿Qué hacer entonces?
Para comenzar a resolver este conflicto, contarás con un interesante y clari-
ficador texto de Connie Zweig que te invito a leer a continuación:

Hacer de madres de nosotras mismas4


¨Debemos estar dispuestas a sufrir a nuestras madres dentro de nosotras, a ver las
raíces de su comportamiento en nuestro interior, y a transformarlas y perdonarlas en
nosotras mismas. También tenemos que ser capaces de ver a través de nuestra he-
rencia común de mujeres, encontrando dentro de nuestra madre interior las respues-
tas a la falta de poder, las perversiones del espíritu, y los potenciales desviados. No
basta con volvernos conscientes de los efectos negativos de nuestras madres en
nuestras vidas; es como si tuviéramos que llevar psicológicamente a nuestras madres
dentro de nosotras, al igual que ellas nos llevaron un día físicamente.¨
Kathie Carlson

El Mundo-Madre es el reino de la vida que contiene a las mujeres y a lo Fe-


menino. Para las mujeres, éste incluye nuestras madres, hijas y hermanas

4
Connie Zweig, Ser Mujer, 5ª ed. (Barcelona, 2007, Editorial Kairós), Introducción a la Segunda Parte,
pp. 93-96.

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Cuaderno – Taller a distancia Sanar la herida con la madre: Un retorno a la esencia femenina
Creado y coordinado por Germana Martin

respectivas, y tal vez hoy día podamos añadir nuestro sentido de hermandad
con todas las mujeres.
En otro nivel, este reino contiene el arquetipo de la Madre, en su aspecto po-
sitivo (nutridor, protector y amoroso), y en su aspecto negativo (seductor, de-
vorador y destructivo).
El arquetipo de la Gran Madre también aparece como nuestro origen corpo-
ral, la tierra, y como nuestro origen espiritual, la Diosa Divina. (Para los
hombres, el Mundo-Madre también incluye esposas y el ánima, o elemento
inconsciente femenino en la psique del varón, a veces llamada alma.)
Para las mujeres, el Mundo-Madre es el mundo del origen, la fuente del co-
nocimiento de nuestras identidades, nuestros cuerpos y nuestros futuros.
En una temprana época de la psicología profunda, Erich Neumann escribió
que todos los egos eran masculinos por naturaleza, mientras que el incons-
ciente se consideraba femenino. Hoy día es ampliamente aceptado que los
egos de las mujeres son femeninos, que son un legado de nuestras madres.
Por esta razón solucionar nuestras relaciones con nuestras madres (tanto
con la persona real como con las imágenes que hemos ido recolectando
durante años) es un primer paso hacia la creación de nuestras identidades
distintas e independientes como mujeres.
Podemos empezar intentando hacer conscientes esos aspectos de nostras
mismas que hemos absorbido de nuestras madres sin saberlo. Éstos pueden
incluir rasgos creativos y útiles, como el sentido artístico, o el amor por los
hijos, los negocios o la naturaleza.
También pueden abarcar los ¨aspectos-sombra¨, que constituyen un exceso
de equipaje del que es mejor deshacerse, como la dependencia de los hom-
bres, la adicción a ciertas cosas, o un sentimiento de inseguridad.
Tenemos que volvernos conscientes de estos aspectos que hemos rechazado
de ellas, que no nos gustan y con los que hemos luchado por no tener, que
han podido entrar inconscientemente en nosotras, porque probablemente
continúan influenciándonos más allá de las fronteras de nuestra conciencia.
Éstos son los primeros pasos para hacernos de madres de nosotras mismas,
separando nuestras propias identidades como distintas de las de nuestras
madres y del arquetipo.
Sólo entonces podemos proporcionarnos, como adultas, las cualidades esen-
ciales que nos han podido faltar cuando éramos niñas, y que nutrirán y sos-
tendrán nuestra evolución.
De esta manera, podemos aprender a honrar los legados del Mundo-Madre,
escogiendo los que queremos heredar.
Kathie Carlson lo escribe en su libro In Her Image, de la siguiente manera:
Al volvernos hacia nuestra madre interior, en lugar de intentar liberarnos de su pose-
sión indeseada en nostras, ponemos a nuestras madres en un contexto diferente, en
nuestra propia totalidad. Nos convertimos así en sus matrices; de alguna manera,
nos embarazamos de nuestras madres y portamos dentro de nosotras la posibilidad
de su transformación y renacimiento.

Hay tantas maneras de volvernos a hacernos de madres como mujeres indi-


viduales existen. Ninguna fórmula conviene a todas.

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Cuaderno – Taller a distancia Sanar la herida con la madre: Un retorno a la esencia femenina
Creado y coordinado por Germana Martin

Podemos intentar encontrar una relación enriquecedora y creativa con una


madre suplente, como una amiga, una consejera, una abuela o una psicote-
rapeuta; podemos unirnos a grupos de mujeres que están iniciando y guian-
do a otras mujeres para despertar la Conciencia Femenina; y podemos utili-
zar la escritura, la pintura y la imaginación creativa para expresar las partes
latentes de nosotras mismas, para hablar con las voces que normalmente
son silenciadas.
Algunas de nosotras podemos de-
sarrollar una relación más cons-
ciente y revitalizada con nuestras
madres reales. Es muy posible que
esto suceda después de haber rea-
lizado un cierto trabajo interno y
de haber liberado intensos sentí-
mientos de rabia y vergüenza.
También creo que nuestra actual
fascinación generalizada por la
ecología profunda, y nuestros es-
fuerzos para reconectar con la tie-
rra y nuestras raíces en el mundo
natural, son un reflejo de la nece-
sidad de volvernos a alinear con el
arquetipo de la Madre.
Para algunas mujeres, trabajar
con los arquetipos de la Diosa
cumple también este objetivo, al
proporcionarnos una fuente feme-
nina que es mucho más vasta que
nuestras madres individuales.

Luego de la lectura del texto de Connie Zweig reflexiona sobre las siguientes
preguntas:
- ¿Qué aspectos positivos del arquetipo de la Madre encuentras dentro de ti?
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- ¿Cuáles crees que has recibido de tu madre?
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Cuaderno – Taller a distancia Sanar la herida con la madre: Un retorno a la esencia femenina
Creado y coordinado por Germana Martin

- ¿Cuáles has recibido de otras mujeres de tu entorno (familiares, amigas,


compañeras)?
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- ¿Te has identificado, desde tu arquetipo materno, con alguna figura
pública (artista, política, científica, religiosa, etc.)?
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- ¿Qué aspectos negativos del arquetipo de la Madre reconoces en ti?
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- ¿Cuáles supones que has recibido de tu madre?
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- ¿Cuáles de otras mujeres de tu entorno?
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- ¿Cuáles de figuras públicas?
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- ¿Has podido desarrollar los aspectos positivos del arquetipo materno?
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¿Has intentado modificar los aspectos negativos del mismo?
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Cuaderno – Taller a distancia Sanar la herida con la madre: Un retorno a la esencia femenina
Creado y coordinado por Germana Martin

CONSIGNA:
VISUALIZO Y ALIMENTO MI
MADRE INTERIOR

Es el momento de conectar con tu


Madre Interior, de gestar dentro de
ti un espacio para ella al que pue-
das recurrir cada vez que la nece-
sites.
En ella encontrarás lo que muchas
veces no puedes (o no has podido)
hallar en tu madre o en otras per-
sonas.
Es importante que desarrolles una
conexión cada vez más profunda y
fluida con ella para no tener que
buscar en otros lo que está dentro
de ti.
Tú puedes encontrar tu propia
Madre Interior, aquella que guie,
sustente, proteja, alimente y brin-
de ternura a tu Niña Interior. Na-
die mejor que tú para saber lo que
necesitas en cada momento.
Busca un lugar cómodo y tranquilo, donde puedas llevar adelante la si-
guiente actividad.
Ten a mano un reproductor de audio y el tema musical que te acompañará
durante la misma: Desde el nido interior, interpretado por Rosa Zaragoza,
que has recibido con el material del taller.
Te propongo nutrir la imagen que tienes de tu Madre Interior (representada
por el dibujo que encontrarás a continuación), guardando dentro su abul-
tado vientre todas aquellas cualidades que desees que atesore para ti (por
ejemplo: bondad, templanza, calidez, protección, etc.).
Podrás escribir, dibujar, pegar imágenes recortadas, stickers, adornando co-
mo desees su nutricio y amoroso vientre.
¡Espero disfrutes de la gestación de tu Madre Interior y que se torne una
compañía cotidiana para ti!

Para ampliar el tema abordado en esta Nana contarás, en esta semana, con
el texto Deméter, el arquetipo, de Jean Shinoda Bolen, que hallarás en la
página 27 del CUADERNILLO DE LECTURAS COMPLEMENTARIAS.

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Cuaderno – Taller a distancia Sanar la herida con la madre: Un retorno a la esencia femenina
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Cuaderno – Taller a distancia Sanar la herida con la madre: Un retorno a la esencia femenina
Creado y coordinado por Germana Martin

MIS COMENTARIOS FINALES PARA LA NANA 7:


La ausencia de rol materno es una herida que puede ser leve para algunas
mujeres y para otras puede representar una carencia total.
Para poder sanar es necesario que aprendamos, de manera creativa, a trans-
formarnos en nuestra propia madre, siendo nosotras mismas quienes nos
prestemos atención, nos mimemos, estemos atentas a nuestros deseos y ne-
cesidades, nos cuidemos de todo aquello que pueda ser negativo y nos apo-
yemos en la tarea de poner límites a lo que nos invade o nos agrede –ya sean
personas o situaciones.
Para vincularte con tu Madre Interior debes comenzar por conectarte contigo
misma desde un lugar diferente que, tal vez, aún desconozcas: tu aspecto
maternal.
Para ello es necesario que desarrolles una escucha de tus voces internas
desde el rol de Madre Positiva y prestes atención a ellas:
¿Qué necesito hoy para sentirme bien?
¿Qué es lo que me está molestando en mi vida cotidiana?
¿Qué me dice mi cuerpo cuando se enferma?
¿Qué sueños busco cumplir en mi vida?
¿Cuáles son mis temores?
Tu Madre Interior escuchará sin juzgar, sin criticar, sin escandalizarse, sin
proyectar sobre ti sus propias inseguridades y temores.
Tu Madre Interior escuchará amorosamente la voz de tu alma y la abrazará
con fuerza para brindarte energía y contención.
Recurriendo a ella podrás emprender nuevos caminos sin temor ya que sen-
tirás su guía y su orientación.
Ella estará siempre allí para protegerte.
Deberás alimentar, día a día, a tu Madre Interior.
¿Cómo?
Fortaleciendo todas tus cualidades maternales:
- Nutrir tu cuerpo con alimentos sanos, sabiendo que es ella, este aspecto
materno de ti misma, quien te está cuidando.
- Nutrir tu persona con actividades que te permitan crecer integralmente: re-
galándote buenas lecturas, estudiando los temas que te interesan, apren-
diendo nuevas habilidades, atreviéndote a conocer nuevos lugares.
- Nutrir tu espíritu: regalándote momentos de contemplación y conexión con
la naturaleza, buscando espacios de quietud y silencio para conectar con tu
espiritualidad, conectándote con el arte en todas sus expresiones (literatura,
cine, música, obras pictóricas, fotografías y todo aquello que te acerque a la
belleza) y descubriendo pequeños momentos de placer en lo cotidiano.
- Desarrollar actitudes como la firmeza, no permitiendo el avasallamiento de
nada ni nadie que te resulte dañino o paralizante, destructivo o boicoteador.

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Cuaderno – Taller a distancia Sanar la herida con la madre: Un retorno a la esencia femenina
Creado y coordinado por Germana Martin

Es importante que siempre conserves bien presente la figura que has creado
de tu Madre Interior y desarrolles en ti las cualidades que señalaste en ella.
Éstas, si bien pueden no estar completamente activadas, se encuentran la-
tentes dentro de ti y se han manifestado en tu trabajo de la Madre Interior.
El lograr desarrollar una Madre Interior nutricia te permitirá, también, no li-
mitar a tu madre personal, exclusivamente, a su función de madre. Enton-
ces podrás verla como mujer, tal como lo has hecho en actividades previas
de este taller.

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Cuaderno – Taller a distancia Sanar la herida con la madre: Un retorno a la esencia femenina
Creado y coordinado por Germana Martin

SEMANA 8
“Si amarse y atenderse a uno mismo, apreciar y honrar el propio
ser, nos brota como algo instintivo, debemos agradecer a la madre.
Si todo lo anterior resulta dificultoso, conviene perdonar a la madre
y curarnos a nosotros mismos. Conocemos cuán difícil es vivir con
carencias en este instinto, y debe haber sido igual o aún más difícil
para nuestra madre. Las fortalezas y las debilidades de cada uno
se transmiten a la generación siguiente, y requiere valor romper
estos ciclos descendentes.”
Gabrielle Roth

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Cuaderno – Taller a distancia Sanar la herida con la madre: Un retorno a la esencia femenina
Creado y coordinado por Germana Martin

NANA 8
UN RELATO SANADOR: LA HISTORIA DE JAZMÍN5

“¿Cómo sabe una mujer si ha perdonado o no? En caso afirmativo, tiende a compade-
cerse de las circunstancias en lugar de sentir cólera, tiende a compadecerse de la
persona en lugar de estar enojada con ella. Tiende a olvidar lo que tenía que decir al
respecto. Comprende el sufrimiento que dio lugar a la ofensa. Prefiere permanecer al
margen. No espera nada. No quiere nada. Ningún estrecho lazo alrededor de los tobi-
llos tira de ella desde lejos para arrastrarla hacia allá. Es libre de ir a donde quiera.
Puede que la cosa no termine con un ¨vivieron felices y comieron perdices¨, pero a
partir de ahora estará esperándola con toda certeza un nuevo ¨había una vez¨.”

Clarissa Pinkola Estés

Había una vez y no había una


vez, en ese lugar de los cuentos
donde todo es posible, una niña
llamada Jazmín.
Jazmín no era igual a ninguna de
sus otras tres hermanas. Tenía su
propia fragancia, única y descono-
cida para todos, también para ella
misma que a veces se sorprendía
embriagada por caricias perfuma-
das que nacían de su cuerpo, de
su aliento, de sus lágrimas.
¿Por qué estaba triste Jazmín?
Su tristeza se debía a que su ma-
dre siempre la despreciaba y mal-
trataba, a diferencia de sus otras
tres hermanas: Una, Dos y Tres, a
quienes trataba con ternura y pa-
ciencia demostrándoles un pro-
fundo amor.
Jazmín, a pesar de ser la más pequeña, era siempre regañada y olvidada por
su madre, que nunca se cansaba de señalar las virtudes de sus hermanas,
que eran hermosas, obedientes y gentiles.
A pesar de su tristeza seguía disfrutando de los colores del arcoíris, de las
gotas de rocío en la hierba, de las estrellas fugaces y los cantos de los pája-
ros.

5
N. del E.: La historia de Jazmín, escrita por Germana Martin para este libro, es una adaptación libre de El
cuento de Mesmeranda que aparece en: Maureen Murdock, El viaje heroico de la mujer, 1ª ed. (Madrid, 1999,
Gaia Ediciones). Éste a su vez es una versión de Diane Wolkstein publicada en: The Magic Orange Tree and
Other Haitian Folk Tales (Nueva York, 1978, Ed. Knopf).

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Cuaderno – Taller a distancia Sanar la herida con la madre: Un retorno a la esencia femenina
Creado y coordinado por Germana Martin

A Jazmín le gustaba jugar y no se cansaba de curiosear cada rincón de la fo-


resta, aprendiendo los secretos de la naturaleza de sus únicos amigos, los
animalitos y los árboles.
Era inquieta, alegre, vital y amaba a todos los seres que la rodeaban.
Sabía que nadie podría arrebatarle ese lazo mágico que la unía al bosque.
Su madre pensaba que el comportamiento de Jazmín no era el adecuado pa-
ra una niña, no podía soportar la vivacidad y la libertad que su hija disfru-
taba naturalmente.
Cada día la madre salía a buscar comida para sus hijas. Al regresar a la ca-
sa, entonaba siempre la misma canción:
Mis queridas hijas
Una, Dos y Tres,
Venid a mamá, venid a mí.
Jazmín, cuarta hija,
quédate allí,
quédate en la cocina,
lejos de mí.
Las niñas corrían presurosas a la puerta para dejar entrar a su madre, que
llegaba con deliciosos y frescos alimentos, pero Jazmín debía quedarse en la
cocina, apenada y sola, no entendiendo el por qué su familia la rechazaba.
Luego la madre prepara-
ba la cena para las tres
hermanas mayores y,
mientras comían juntas,
hablando y riendo, le da-
ban los restos a Jazmín,
quien entre lágrimas y
suspiros saboreaba unos
pocos bocados.
Las niñas mayores cre-
cieron robustas y radian-
tes, pero Jazmín perma-
neció delgada y débil.
Un día que parecía no te-
ner nada en especial, su-
cedió algo inesperado.
De un lejano paraje en la montaña, bajó un hambriento y malvado ogro. Éste
comenzó a rondar la casa de la madre y sus niñas.
Cada día se dedicaba a observar, con detenimiento, las idas y venidas de la
madre, pues deseaba comerse a las tres tiernas y apetitosas hijas.
El astuto ogro creía que podría atraparlas simulando la voz de la madre al
cantar su canción. Practicó días y noches y, una tarde, mientras la madre
estaba en la aldea, se acercó a la puerta y cantó:

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Cuaderno – Taller a distancia Sanar la herida con la madre: Un retorno a la esencia femenina
Creado y coordinado por Germana Martin

Mis queridas hijas


Una, Dos y Tres,
Venid a mamá, venid a mí.
Jazmín, cuarta hija,
quédate allí,
quédate en la cocina,
lejos de mí.
No ocurrió nada. Las niñas no abrieron la puerta porque la voz del ogro era
profunda y ronca. Frustrado, el ogro se fue a ver a un hechicero que lo reci-
bió en su morada.
Allí, el ogro le dijo:
—Necesito una voz de madre, haz que mi voz suene timbrada y suave.
El hechicero miró al ogro y le preguntó:
—¿Qué me darás a cambio?
—Una de las hijas de la madre—, contestó el ogro.
Luego de preparar un extraño brebaje, que dio al ogro y éste bebió de un sor-
bo, el hechicero le aseguró que al cantar su voz sonaría igual que la de la
madre de las niñas.
El ogro volvió frente a la casa y cantó:
Mis queridas hijas
Una, Dos y Tres,
Venid a mamá, venid a mí.
Jazmín, cuarta hija,
quédate allí,
quédate en la cocina,
lejos de mí.
Esta vez, la voz del ogro era tan
aguda que se la llevó el viento.
Las niñas se rieron y se dijeron
unas a otras:
“Oh, no es más que el susurro de
las hojas”, y no abrieron la puer-
ta.
Algún tiempo después volvió la
madre y les cantó a sus hijas su
canción. Enseguida abrieron la
puerta y de nuevo se sentaron las
cuatro a comer, dejándole a Jaz-
mín las sobras.
Al día siguiente el ogro volvió a la
choza del hechicero y protestó:

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Cuaderno – Taller a distancia Sanar la herida con la madre: Un retorno a la esencia femenina
Creado y coordinado por Germana Martin

—Me hiciste la voz demasiado fina. Arréglala para que parezca la de una mu-
jer.
El hechicero hizo una serie de pases mágicos y pronunció extrañas palabras,
realizando un poderoso hechizo que transformaría la voz del ogro en la voz
de la madre, sin que se notara alguna diferencia.
El ogro volvió a la casa de las niñas y cantó igual que su madre:
Mis queridas hijas
Una, Dos y Tres,
Venid a mamá, venid a mí.
Jazmín, cuarta hija,
quédate allí,
quédate en la cocina,
lejos de mí.
Las niñas corrieron felices a recibir a su madre y, al abrir la puerta, se
encontraron con la espeluznante presencia del ogro, quien rápidamente las
metió en un gran saco y se las llevó.
Jazmín, como siempre lo hacía, permaneció en la cocina.
Más tarde ese día, la madre volvió y cantó a la puerta:
Mis queridas hijas
Una, Dos y Tres,
Venid a mamá, venid a mí.
Jazmín, cuarta hija,
quédate allí,
quédate en la cocina,
lejos de mí.
Nadie acudió, así que cantó de nuevo su canción.
Nuevamente, nadie acudió. Aterrorizada, comenzó a temer lo peor.
Entonces oyó una voz tenue que cantaba:
Mamá, tus hijas
Una, Dos y Tres,
Ya no pueden oír, ya no pueden ver.
Se han ido más allá de la tierra y el mar.
Jazmín está aquí, mírame.
La madre abrió la puerta y, al no ver a sus queridas hijas, salió corriendo de
la casa como enloquecida, tirándose de los cabellos y cantando su canción
una y otra vez.
Jazmín recorrió con su mirada el cuarto vacío y salió desolada por la puerta
que aún estaba abierta.

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Cuaderno – Taller a distancia Sanar la herida con la madre: Un retorno a la esencia femenina
Creado y coordinado por Germana Martin

Comenzó un largo viaje que la lle-


vó a lugares desconocidos, donde
encontró personas que la valora-
ban y la amaban tal como ella era.
Poco a poco se abrió camino en el
mundo, intentando olvidar el triste
destino de sus hermanas y su
madre.

Con el tiempo, transformada en


una bella y bondadosa mujer, en
un baile al que fue invitada, cono-
ció al hijo del rey. Ambos se ena-
moraron instantáneamente el uno
del otro y, sin esperar siquiera un
día, se casaron.

Pasaron varios años, durante los


cuales Jazmín era feliz junto a su
amado príncipe, compartiendo las
alegrías y tristezas de la vida, sin-
tiéndose amada y valorada.
Un día, a las puertas del palacio, se oyó cantar a una vieja loca con el pelo
enmarañado como una zarza:
Mis queridas hijas
Una, Dos y Tres,
Ya no pueden oír, ya no pueden ver.
Jazmín, cuarta hija,
óyeme ahora,
estoy a tu puerta,
estoy aquí.
La gente se reía al pasar delante de ella y los guardias del palacio le decían
que se fuera, pero cada tarde la mujer volvía con sus harapos y cantaba:
Mis queridas hijas
Una, Dos y Tres,
Ya no pueden oír, ya no pueden ver.
Jazmín, cuarta hija,
óyeme ahora,
estoy a tu puerta,
estoy aquí.
La reina se enteró de que había una loca en las calles que cantaba a su hija
Jazmín y se lo comentó a su nuera, pero Jazmín contestó:
—No conozco a ninguna loca y no tengo madre.

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Cuaderno – Taller a distancia Sanar la herida con la madre: Un retorno a la esencia femenina
Creado y coordinado por Germana Martin

Un día, Jazmín estaba recogiendo flores en el jardín del palacio y oyó su


nombre en la canción de la loca. Abrió la puerta y miró el rostro de aquella
mujer que entonaba la canción. Reconociéndola, la tomó de la mano y la hizo
entrar, diciéndole:
—Mamá, las demás se han ido; pe-
ro mírame, soy Jazmín. No me qui-
siste antes y me quedé en la coci-
na. Pero ahora estoy aquí y te cui-
daré.
Jazmín abrazó a su madre y am-
bas rompieron en llanto.
Luego bañó, vistió y cepilló el largo
cabello de su madre.
Cuando por primera vez pudieron
sentirse juntas una de la otra, sus
corazones se unieron en una larga
y profunda mirada de amor y per-
dón.

¡Y colorín colorado, este cuento,


una y otra vez será iniciado!

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Cuaderno – Taller a distancia Sanar la herida con la madre: Un retorno a la esencia femenina
Creado y coordinado por Germana Martin

CONSIGNA:
DA GRACIAS A TU MADRE
Nuestra madre nos ha obsequia-
do, al darnos la vida, el don de la
existencia.
Estamos aquí en el mundo –con
todo lo maravilloso que éste nos
ofrece y todo aquello que no lo es–
gracias al acto de dar vida que ha
protagonizado nuestra madre, a-
briendo su cuerpo a la materni-
dad.
Independientemente de lo conflic-
tivo que suele ser este vínculo en-
tre madre e hija, con todo el dolor
y los distanciamientos que aca-
rrea, nuestra madre nos ha rega-
lado el don de estar inmersas en la
intensidad y el misterio de la vida.
Gracias a ella somos y estamos en este viaje de conocimiento y plenitud.

¨En el momento en que da gracias a la madre, una hija cumple una práctica simbólica
mediante la cual vuelve a poner en juego el don mismo: continúa de alguna manera la
cadena abierta por la madre con el don inicial de la vida y de la lengua. Y está prepa-
rada, a su vez, para otros dones. Los vínculos que así se instauran son vínculos entre
seres humanos que ofrecen la posibilidad de una convivencia sólida y abierta, sin que
esto se haga visible más que en algunos momentos concretos.¨
Chiara Zamboni

Finalmente, te ha llegado el momento de escribir un mensaje de gratitud a tu


madre.
Hazlo con las palabras que broten de tu corazón, con la sencillez y la humil-
dad de estar paradas en un mundo de infinitas posibilidades, gracias al acto
de poder y generosidad que tu madre, al parirte, ha atravesado con valentía
y amor.
Luego de finalizar el mensaje celebra, este acto mágico y creativo de sana-
ción, danzando libremente acompañada por la canción Rumba de las
madres, compuesta e interpretada por Rosa Zaragoza6, que has recibido
con la música del taller.

6
N. del E.: cantante y musicóloga catalana, especializada en música sefardita y folclore tradicional de las
antiguas culturas de España (sefardí, andalusí y cristiana). Comenzó su carrera en 1984 y ha grabado
numerosos discos.

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Cuaderno – Taller a distancia Sanar la herida con la madre: Un retorno a la esencia femenina
Creado y coordinado por Germana Martin

Encontrarás la letra de la canción Rumba de las madres, de Rosa Zarago-


za, en la página 41 del CUADERNILLO DE LECTURAS COMPLEMENTARIAS.

ABUELAS, MADRES E HIJAS: UNA MIRADA DEL LINAJE FEMENINO DESDE EL CINE
Para finalizar este viaje de sanación del vínculo con tu madre, te invito a ver
la película El Club de la Buena Estrella (The Joy Luck Club) dirigida por
Wayne Wang7; basada en la novela homónima de Amy Tan8.
En el “Club de la buena estrella”, todas las semanas, las fundadoras –cuatro
mujeres ya maduras, que han emigrado de China a los Estados Unidos– se
reúnen para jugar al mahjong.
Durante el film se irán conociendo sus historias personales –narradas por
ellas mismas o por algún testigo privilegiado–, en algunos casos se apreciará
la relación con sus propias madres y, en todos, la relación con sus respecti-
vas hijas.
¡Espero sea de tu agrado!
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7
N. del E.: director de cine norteamericano, nacido en Hong Kong en 1949 (se trasladó a los Estados Unidos a
los 17 años). Entre muchas otras, una de sus últimas películas es Flor de Nieve y el Abanico Secreto (Snow
Flower and the Secret Fan), estrenada en 2011.
8
N. del E.: escritora estadounidense, cuyos trabajos exploran las relaciones entre madres e hijas. Hija de
inmigrantes chinos, nació en Oakland, California, en 1952. El club de la buena estrella fue su primer novela y ha
sido traducida a 35 idiomas.

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Cuaderno – Taller a distancia Sanar la herida con la madre: Un retorno a la esencia femenina
Creado y coordinado por Germana Martin

MIS COMENTARIOS FINALES PARA LA NANA 8:


“Hay un vacío que sienten en estos tiempos hombres y mujeres, que sospechan que
su naturaleza femenina, como Perséfone, se ha ido al Infierno. Donde quiera que exis-
ta tal vacío, tal brecha o ágape de dolor, la sanación debe buscarse en la sangre de la
misma herida. Es otra de las antiguas verdades de la alquimia: ¨No habrá solución
alguna sino en la propia sangre¨. Así, el vacío femenino no puede sanarse en conjun-
ción con lo masculino, sino más bien por una conjunción interna, por una integración
de sus propias partes, por un recordar o reunificar el cuerpo de la madre/hija.”
Nor Hall

Hemos transitado juntas este viaje creativo para arribar a una nueva mirada
sobre la relación con tu madre y lo femenino.
Desde aquel inicio, descendiendo al Hades de la mano del mito de Deméter y
Perséfone hasta La Historia de Jazmín, has atravesado diferentes etapas en
un proceso de re-significación sanadora con respecto al vínculo que tenías
con tu madre y tu esencia femenina.
Como agradecimiento por tu confiar en mí y por brindarme un espacio en tu
corazón para acompañarte en el reencuentro con tu madre, caminando de la
mano de las palabras que transforman y sanan, quiero obsequiarte este poe-
ma de Gioconda Belli dedicado a su madre:
Madre mía de las palabras
Soy una mujer hecha de palabras
desde la antigüedad
mi sangre flotó en la sopa de letras
del vientre de mi madre
-esa mujer que me soñó y llamó
Gioconda-
una mujer frágil y pequeña
que escribía inquietantes historias
de tíos y jardines;
la tía solterona
los íntimos parientes
mi infancia la hizo mi madre
como un mosaico
de ésos que ella armaba
sentada en una silla de hierro
escogiendo colores, formas
en frascos de cristal
donde una profusión de verdes y azules
translúcidos, minúsculos, recuadros
devenían en sus dedos en peces y tortugas
que salían a poblar las jardineras de
mi casa
y a instalarse en paisajes submarinos
cuando sus manos largas y delgadas
yendo del frasco al lienzo
colocaban las algas y la espuma
yo perseguía sus manos con mis ojos,

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Cuaderno – Taller a distancia Sanar la herida con la madre: Un retorno a la esencia femenina
Creado y coordinado por Germana Martin

mientras ella describía Pompeya,


Roma, los mitos y trajines de los Dioses
en el Olimpo o el Partenón de Atenas
porque era mi madre una mujer de sueños
soñaba con Pegasos que la llevaban lejos
a esa otra existencia que habría deseado para sí:
la de anchos bulevares
y hermosos monumentos,
no la del pobre, iletrado país
donde atinó la vida a colocarla
mi madre siempre tuvo un algo de
Cristobal Colón en su mirada
una inquietud de exploradora
y el deseo ferviente de mutarse
en algún encantado personaje
por eso en su patria de sueños estancados
ella fue actriz. Reclutó y dirigió a sus amigas
en grandes puestas en escena
nunca antes vistas en la ciudad
así fue que crecí en una casa
de anaqueles repletos, donde Lope, Shakespeare
y Lorca convivían con Jardiel Poncela
una casa de libros, de libretos y ensayos
con una madre que detestaba la cocina
los oficios domésticos
pero que amaba armar nacimientos
urdir extraños árboles de Navidad
formas rellenas de musgo en las paredes
una mujer siempre distinta:
rubia, a veces castaña
a veces con mechones dorados
que cosía pacientemente disfraces encantados
para sus hijos:
trajes de luces, de torero
-cada lentejuela pegada a mano por ella-
tarde tras tarde junto a la puerta del jardín
la mirada en la tela
pero las palabras siempre viajando
de su boca a mi boca abierta de niña deslumbrada
sentada a sus pies en el pretil
comiéndome su gozo de contar
imaginando con ella
esas otras ciudades
esos tiempos que invocaba
conjurando palabras
haciéndome sin saberlo esto que soy,
este esqueleto de consonantes y vocales
que esta noche,
amorosamente,
la recuerda.

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Cuaderno – Taller a distancia Sanar la herida con la madre: Un retorno a la esencia femenina
Creado y coordinado por Germana Martin

Y también me gustaría que atesores en ti esta oración basada en los rituales


de Diane Stein, para que, de hoy en más, siempre te acompañe:
Bendíceme madre pues soy tu hija.
Bendice los ojos de mi mente para poder pensarte y verte claramente.
Bendice mi garganta para poder hablar bien y hablar de ti.
Bendice mi corazón para que se abra a tu esencia.
Bendice el centro de mi energía para estar sentada en la tierra.
Bendice mi matriz para crear nuevas vidas, nuevas ideas en tu nombre.
Bendice mi vagina, puerta de la vida y el placer, lugar de vida, el laberinto.
Bendice mis manos para hacer tu trabajo y curaciones.
Bendice mis pies para poder seguir en tus caminos.
Bendíceme madre, bendice a quien es parte de ti.

¡Un abrazo de madres lunas!


Germana Martin

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Cuaderno – Taller a distancia Sanar la herida con la madre: Un retorno a la esencia femenina
Creado y coordinado por Germana Martin

ÍNDICE DE TEMAS MUSICALES

Nana 1:
– Persephone’s Song
por Gabrielle Roth & The Mirrors
del álbum Luna.
– Mother Night
por Gabrielle Roth & The Mirrors
del álbum Luna.
– Seducing Hades
por Gabrielle Roth & The Mirrors
del álbum Luna.
– Labyrinth
por Gabrielle Roth & The Mirrors
del álbum Luna.

Nana 2:
– Mouneissa
por Rokia Traoré del álbum Mouneissa.
– Kanan Neni por Rokia Traoré del álbum Wanita.
– Ancestor’s Voices por Baka Beyond del álbum The Meeting Pool.
– Danza por Marilina Ross del álbum Soles.

Nana 3:
– Yo soy la que soy por Rosa Zaragoza del álbum Nacer Renacer.
– Soy lo que soy por Sandra Mihanovich del álbum Soy lo que soy.

Nana 4:
– Aad Guray por Deva Premal del álbum Dakshina.

Nana 7:
– Desde el nido interior por Rosa Zaragoza del álbum Nacer, Renacer.

Nana 8:
– Rumba de las madres por Rosa Zaragoza del álbum Nacer, Renacer.

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Cuaderno – Taller a distancia Sanar la herida con la madre: Un retorno a la esencia femenina
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ÍNDICE DE PINTURAS E ILUSTRACIONES


– Dos mujeres (fotografía), Henry Lemasson, pág. 7.
– Madre e hija (pintura), Paul Gauguin, pág. 7.
– Perséfone (pintura), Dante Gabriel Rossetti, pág. 11.
– El rapto de Perséfone (escultura), Gian Lorenzo Bernini, pág. 12.
– El retorno de Perséfone (pintura), Frederic Leighton, pág. 13.
– Narcissus (pintura), John William Waterhouse, pág. 14.
– Mujer ante el espejo (pintura), Berthe Morisot, pág. 23.
– Frente al espejo (pintura), Berthe Morisot, pág. 25.
– Waterfoll (pintura), Hans Zatzka, pág. 31.
– Enten am Teich (pintura), Alexander Max Koester, pág. 32.
– Sin título (pintura), Abdalieva Akzhan, pág. 37.
– Jeanne Hébuterne con grande capello (pintura), Amedeo Modigliani, pág. 43.
– Janie (pintura), Amedeo Modigliani, pág. 46.
– Flying Mum (pintura), Gioia Albano, pág. 51.
– Your Little Hands (pintura), Gioia Albano, pág. 52.
– Italia y Alemania (pintura), Johann Friedrich Overbeck, pág. 59.
– The Soul of the Rose (pintura), John William Waterhouse, pág. 60.
– Retrato en azul (pintura), Odilon Redon, pág. 69.
– Mujer con flores (pintura), Odilon Redon, pág. 71.
– Muchacha (pintura), Odilon Redon, pág. 73.
– El vientre de la Madre Interna (dibujo-diagrama), Omar Pereira, pág. 75.
– Ilustraciones de La historia de Jazmín, (pinturas), Abdalieva Akhzan, págs.
81, 82, 83, 85 y 86.
– Contemplación (pintura), Valeri Tsenov, pág. 87.
– In Home Concert (pintura), Yuri Kuznetsov, pág. 93.

The Lady of Shallot (pintura), John


William Waterhouse.

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Cuaderno – Taller a distancia Sanar la herida con la madre: Un retorno a la esencia femenina
Creado y coordinado por Germana Martin

GERMANA MARTIN
Comunicadora e investigadora de lo Femenino, con
un enfoque fundado en la psicología junguiana y
una visión integradora con lo Masculino.
Artesana con las palabras, poeta, escritora, docente
(con experiencia, especialmente, en áreas rurales).
Creadora de los Talleres de Autoconocimiento y
Creatividad Femenina – Palabra Chamánica, que
facilita y coordina en sus modalidades presenciales
y a distancia.
Creadora y facilitadora, junto a Adriana Barbato,
del taller presencial “Danzando las palabras en tu
piel”, dictado en la ciudad de Bariloche, Río Negro, Argentina.
Creadora de Ediciones Palabra Chamánica, proyecto editorial auto-gestio-
nado en el que ha publicado:
- El regreso a mí misma. De crisálida a mariposa.
- Desde el útero. Escribir con el cuerpo.
- Creando con mis lunas.
- Sanar la herida con la madre: Un retorno a la esencia femenina.
- Ludmila y sus Lunas. Una Historia Iniciática para madres e hijas en el
portal de la menarquia.
- Mujer Raíz - Poemas
Gestadora de videos y blogs que buscan re-significar el universo femenino a
través de re-nombrar el cuerpo, los ciclos y la naturaleza femenina con un
lenguaje propio creado con el aporte de mujeres de todo el mundo.
Creadora de la red Mujeres en círculo, desde diciembre de 2008, actual-
mente en Facebook, en la que ha reunido a más de 9.400 mujeres de todo el
mundo.
Creadora de la página Palabra Chamánica Espacio Creativo, en Facebook,
desde mayo de 2009, que actualmente cuenta con más de 8.600 seguidores.

FORMACIÓN:
Profesora para la Enseñanza Primaria.
Alumna de la Escuela de Biodanza de La Plata (EbiSur), perteneciente a la
International Biocentric Foundation, en la que ha aprobado los siguientes
módulos: “Afectividad”, dictado por la profesora Estela Piperno; “Contacto y
caricias”, dictado por la profesora Patricia Martello; “Educación Biocéntrica”,
dictado por la profesora María Adela Cremona; “Proyecto Minotauro”, dictado
por los profesores Ana María Vitale y Horacio Vitagliano.

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Cuaderno – Taller a distancia Sanar la herida con la madre: Un retorno a la esencia femenina
Creado y coordinado por Germana Martin

Experiencia de terapia transcultural (vinculada al chamanismo) con el Dr.


Arturo Philip.
Asistencia a diferentes talleres presenciales (Plenitud; Luz de Luna:
ciclicidad y sexualidad femenina) y experiencias chamánicas (temazcal,
machitún, ceremonias del tabaco) con la chamana y abuela chilena Luzclara.
Profundización en el tema de la menopausia a través del taller presencial
sobre la “Plenitud de la mujer”, brindado por la chamana Luzclara en la
Conferencia de la Diosa (diciembre de 2009, Capilla del Monte, Córdoba,
Argentina).
Asistencia al taller presencial de Vicki Noble, sobre el tarot Mother Peace,
dictado en la Conferencia de la Diosa (diciembre de 2009, Capilla del Monte,
Córdoba, Argentina).
Asistencia al taller presencial “Vientre Rubí: La Mujer y sus Ciclos” brindado
por Mahi Caro Barahona, psicóloga y cofundadora del Círculo Matríztico de
Chile.
Asistencia al taller presencial “Danza Mandálica Espiral de Tara” con la
maestra portuguesa Lila Vestury.
Participación en el Seminario a distancia “Vínculos y emociones desde
Oriente y Occidente”, dictado por Virginia Gawel, directora del Centro
Transpersonal de Buenos Aires.

E-mail:
Contacto: palabrachamanica@gmail.com
Secretaría Talleres Palabra Chamánica: palabrachamanica.info@gmail.com
Ediciones Palabra Chamánica: palabrachamanica.libros@gmail.com

Blogs:
Palabra Chamánica: www.lapalabrachamanica.blogspot.com.ar
Útero… Jardín Sagrado: www.jardinsagrado.blogspot.com.ar
Deméter y Perséfone: www.demeterypersefone.blogspot.com.ar
Luna adentro… hacia la menopausia: www.lunaadentro.blogspot.com.ar
Gestando Círculos de Mujeres: www.ger-mujeresencirculo.blogspot.com.ar
Embarazo: mandala de panza y lunas:
www.embarazomandaladenuevelunas.blogspot.com.ar
Pareja Creadora… masculino y femenino en vuelo:
www.parejacreadora.blogspot.com.ar
Hilo de estrellas: www.hilodeestrellas.blogspot.com.ar

Facebook:
Palabra Chamánica Espacio Creativo (página).
Mujeres En Círculo (perfil).
Mujeres en Círculo (página).
Ludmila y sus Lunas de Germana Martin (página).

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Cuaderno – Taller a distancia Sanar la herida con la madre: Un retorno a la esencia femenina
Creado y coordinado por Germana Martin

ÍNDICE
INTRODUCCIÓN ……………………………………….. 7

SEMANA 1 ……………………………………….. 9
NANA 1
LA HERIDA CON LA MADRE ……………………………………….. 11

SEMANA 2 ……………………………………….. 21
NANA 2
TU MADRE COMO ESPEJO:
BUSCANDO TU PROPIA IDENTIDAD ……………………………………….. 23

SEMANA 3 ……………………………………….. 29
NANA 3
AL ENCUENTRO DE TU INDIVIDUALIDAD:
EL PATITO FEO ……………………………………….. 31

SEMANA 4 ……………………………………….. 41
NANA 4
TU MADRE CUANDO NO ERA TU MADRE ……………………………………….. 43

SEMANA 5 ……………………………………….. 49
NANA 5
RESIGNIFICA Y RENOMBRA EL ROL
MATERNO: UN NIDO DE PALABRAS ……………………………………….. 51

SEMANA 6 ……………………………………….. 57
NANA 6
DESCUBRE EL AMOR COMPASIVO ……………………………………….. 59

SEMANA 7 ……………………………………….. 67
NANA 7
TU MADRE INTERIOR ……………………………………….. 69

SEMANA 8 ……………………………………….. 79
NANA 8
UN RELATO SANADOR:
LA HISTORIA DE JAZMÍN ……………………………………….. 81
ÍNDICE DE TEMAS MUSICALES ……………………………………….. 93
ÍNDICE DE PINTURAS E ILUSTRACIONES ……………………………………….. 94
GERMANA MARTIN (RESEÑA) ……………………………………….. 95

97
98
Cuaderno – Taller a distancia Sanar la herida con la madre: Un retorno a la esencia femenina
Creado y coordinado por Germana Martin

Este Cuaderno/Taller se terminó de nutrir el 1 de septiembre de 2013, en la ciudad


de La Plata, Buenos Aires, Argentina.

99
100
SANAR
LA HERIDA CON LA MADRE
UN RETORNO A LA ESENCIA FEMENINA

Germana Martin
Nació el 4 de julio de 1961, en La Plata.
Vivió los primeros años de su vida bajo los soles
y las lunas de su amada City Bell.
Luego regresó a su ciudad natal, donde cursó
sus estudios.
En la actualidad escribe y coordina talleres de
autoconocimiento y creatividad.

“De la mano de nuestra creatividad procuraremos recorrer un


camino de acercamiento al vínculo con nuestras madres, buceando
y descubriendo nuevos aspectos de esta relación y abriendo la
puerta a una posible sanación interior de la herida que nos separa
de ellas.”

COLECCIÓN PALABRA CHAMÁNICA – SERIE CUADERNOS/TALLER


EDICIONES PALABRA CHAMÁNICA

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