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La sociedad del cansancio, de Byung-Chul Han:

filosofía sobre/para las masas

¿Puede un filósofo convertirse en un best seller? Si respondemos a esta pregunta desde la habitual
perspectiva sistémico-pesimista-culturalista-intelectualoide que nos rodea, lo normal sería
responder: “¡En la sociedad en la que vivimos, donde el programa más visto por la noche es Gran
Hermano VIP, no; es imposible que haya un “filósofo de moda”!”. Ahora bien, si dejamos a un lado
los prejuicios y nos acercamos a dar una vuelta por la librerías (especializadas o no), podremos
observar que están proliferando unos libritos de tapa blanda firmados por un pensador
contemporáneo llamado Byung-Chul Han, y lo más fascinante es que: ¡la gente los compra! Así pues,
paladeen la paradoja, disfruten de la contradicción porque su existencia significa que nuestro sistema
cultural está vivo, rían y celebren que hoy mismo alguien puede comprar un libro de filosofía
contemporánea para leerlo mientras en una tele, de fondo, televisan el Sálvame, o Saber y Ganar o
los octavos de final de Liga de Campeones.
¿Quién es Byung-Chul Han?

Byung-Chul Han nació en Seúl, pero es de formación germana. Su carrera académica no ha sido
monocromática, más bien, todo lo contrario (estudió Filosofía, Literatura Alemana y Teología) lo
que, desde mi punto de vista, ha dotado a su pensamiento de un rasgo de originalidad que
resulta muy raro hoy en día debido al alto grado de especialización al que se someten las
élites culturales. Byung-Chul es en la actualidad profesor en la Universidad de Berlín y un
reconocido escritor e intelectual en un país en el que sus obras se han convertido en best
seller capaces de acaparar incluso la atención de los medios de comunicación de masas
(¿fascinante no?). En España podemos leer ya traducidos gracias a la editorial Herder: El aroma del
tiempo (2015), En el enjambre (2014),Filosofía y budismo zen (2015), La agonía del eros (2014), La
salvación de lo bello (2015), La sociedad de la transparencia (2013), La sociedad del
cansancio (2012) y Psicopolítica (2014).
Byung-Chul Han 2014

Resumir su pensamiento en unas líneas dentro de una reseña como esta supondría un ejercicio de
soberbia que pocos me perdonarían. Al fin y al cabo, sus obras (densas pero gráciles en la
argumentación) son capaces de romper con ciertos esquemas mentales instaurados desde el
siglo XX y que pretenden perpetuarse en el siglo XXI, aunque esto sea imposible y contradictorio
debido al enorme cambio de paradigma que ha impuesto internet, la globalización y el neoliberalismo.
Por esta razón, voy a hablar solo de una obra y de manera breve. Ya habrá expertos que
sistematizarán en el futuro sus ideas.
La sociedad del cansancio

La sociedad del cansancio (Herder, 2012) es quizás su obra de divulgación más popular y con la que
Han ha conseguido colonizar un espacio en todas las conversaciones de intelectuales que abordan
el devenir de la sociedad contemporánea. Esta obra es un ensayo breve que el lector puede devorar
en una tarde, pero que le costará digerirlo unos meses. Su estilo es llano, lejos de la “doctrina
del púlpito”, pero no cae en la generalización ni en la abstracción de la que pecan muchas obras
de divulgación.

En La sociedad del cansancio el filósofo se centra en la


descripción de un cambio de paradigma conductual y sistémico que se ha producido durante las
últimas décadas, pero del que aún no somos conscientes como sociedad. Byung-Chul Han explica
que durante el pasado siglo la civilización occidental se organizaba mediante unos patrones mentales
muy concretos:
El siglo pasado era una época inmunológica, mediada por una clara división entre el adentro y el
afuera, el amigo y el enemigo o entre lo propio y lo extraño. También la guerra fría obedecía a este
esquema inmunológico (…) Este dispositivo, que se extendía más allá de lo biológico hasta el campo
de lo social, o sea, a la sociedad en su conjunto, encerraba una ceguera: se repele todo lo que es
extraño. El objeto de la resistencia inmunológica es la extrañeza como tal. Aun cuando el extraño
no tenga ninguna intención hostil, incluso cuando de él no parta ningún peligro, será eliminado a
causa de su otredad.

En relación con esta época inmunológica estaría el concepto que propuso Foucault de la “sociedad
disciplinaria”. Así pues, atendiendo a estas dos ideas podemos deducir que existía una constante
negativa en nuestra manera de relacionarnos con el mundo. Mientras el Estado nos decía lo que
NO podíamos hacer (sociedad disciplinaria), los ciudadanos se relacionaban con el mundo
mediante dicotomías (sí, no). Explica Han: “A la sociedad disciplinaria todavía le rige el no. Su
negatividad genera locos y criminales”.
Ahora bien, esto cambia cuando “con el fin de aumentar la productividad se sustituye el paradigma
disciplinario por el de rendimiento. (…) Sin embargo, el poder no anula el deber”. Y aquí es donde,
desde mi punto de vista, radica la reflexión más brillante de toda la obra y que nos pueden ayudar a
entender los movimientos sociales y sus contradicciones:
“La supresión de un dominio externo no conduce hacia la libertad; más bien hace que la libertad y
la coacción coincidan. Así, el sujeto de rendimiento se abandona a la libertad obligada o a la libre
obligación de maximizar el rendimiento”.

El sistema nos ha convertido en esclavizadores y esclavos. Así pues, buscar una respuesta desde
la izquierda a esta contradicción se hace indispensable. Prueba de ello es que hay un filósofo
que está de moda mientras la social-democracia europea baja la mirada ante el alambre de
espino y las posibles deportaciones masivas.

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