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3 dificultades psicológicas que generan problemas de pareja

Parece una regla: cuando tenemos problemas importantes no resueltos con nosotros
mismos también solemos generarlos con los demás. En particular, es claro que hay algunas
dificultades psicológicas que se convierten en caldo de cultivo para determinados problemas
de pareja. Se trata de inconvenientes de orden subjetivo que impiden la buena marcha de las
relaciones.

El obstáculo, o más bien la tentación, estriba en que, sin darnos cuenta, intentamos llenar
vacíos o resolver problemas muy personales depositando todo su peso en la pareja. Como en
muchos casos esto es imposible, no solo no logramos nuestro cometido, sino que además
podemos llegar a dañar la relación con esas expectativas neuróticas.

Lo más complicado es que todo esto se da en el terreno de lo inconsciente. Por eso nunca
terminamos de identificar las dificultades psicológicas que generan problemas de pareja. Solo
percibimos sus consecuencias y, usualmente, buscamos la causa en otro lado. Veamos en
detalle tres dificultades de ese tipo.

“La señal de que no amamos a alguien es que no le damos todo lo mejor que hay en nosotros”.

-Paul Claudel-

1. Ausencia emocional, una de las dificultades psicológicas que generan problemas de pareja

La ausencia emocional es, sin duda alguna, una de las principales dificultades psicológicas que
generan problemas de pareja. Se define como la falta de disposición emocional para atender
las necesidades de la otra persona que compone la pareja. En otras palabras, apatía e
indiferencia frente a lo que le sucede.

En muchas ocasiones esto no ocurre deliberadamente. Simplemente la persona pudo haber


tenido un estilo de crianza en el cual era el centro de atención. O todo lo contrario, pudo
padecer los rigores del abandono emocional. En ambos casos se produce una especie de
bloqueo frente a la capacidad para establecer cercanía emocional con los otros.

A veces esas barreras logran levantarse por un tiempo, pero luego aparecen de nuevo. Es
entonces cuando uno de los miembros de la pareja, o ambos se encierra en una burbuja y no
logra ver las necesidades del otro. Su carencia o su egocentrismo son tan fuertes que no les
permiten mirar más allá de sus propios requerimientos.

2. Ver a una madre o a un padre en la pareja

Esta es otra de esas dificultades psicológicas que genera problemas de pareja con
frecuencia. Lo saludable es que el proceso de crecimiento haya traído consigo un desapego
progresivo de las figuras paternas. Esto debería conducir a una autonomía paulatina, en
donde la persona se vea con capacidad para influir sobre su propio destino.

A veces eso no ocurre. Si alguien fue educado de una manera dependiente, de no superarlo, es
muy probable que no solo busque en la pareja un “partner”, sino también una fuente de
protección, apoyo y cuidado. De este modo, comienzan a distorsionarse los roles.
Sucede entonces que alguien resulta ser muy demandante con su pareja. No le exige solo
disponibilidad emocional, sino también incondicionalidad. Además, es posible que espere
que su pareja se haga cargo de las situaciones difíciles, o que tenga que lidiar con los aspectos
problemáticos de la relación tal y como lo haría una madre o un padre.

3. Falta de equilibrio entre el recibir y el dar

Es una dificultad que muchas veces aparece de manera simultánea con las dos anteriores.
Tiene que ver con la falta de equidad entre el dar y el recibir. Tanto lo uno como lo otro, en
exceso, terminan por generar fuertes grietas en una relación, al punto de destruirla.

Hay quienes se esmeran en dar. Exageran en esa conducta al extremo que asfixian al otro con
sus mimos, atenciones y disponibilidad absoluta. No le dejan dar. No le dejan aportar en la
construcción de la relación. A la vez, lo usual es que, en algún punto, quien da de más, espere
que el otro haga lo mismo. Si esto no ocurre, se siente defraudado y hasta estafado. Esta
situación también termina minando el amor. Para que se sostenga tiene que haber algo de
vacío, de carencia, ya que eso es lo que alimenta el deseo.

Así mismo, están los que solo quieren recibir. Son niños grandes que no esperan ser amados,
sino adoptados por el otro. Se sienten desvalidos y creen que es obligación de su pareja el
compensar su vulnerabilidad.

Las dificultades psicológicas que generan problemas de pareja nos hablan de procesos
individuales incompletos. El amor adulto exige generosidad, madurez, paciencia y flexibilidad.
Todo ello debe ser mutuo para que la relación se afiance y perdure. De no ser así, hasta los
más grandes amores terminan sucumbiendo ante la contaminación neurótica.

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