Está en la página 1de 3

Arte, literatura y biografía e

Elena Urrutia

Al ser el surrealismo un arte ilustrativo basado en temas literarios, que usa elementos
realistas y reconocibles, que se alimenta del universo de la mente inconsciente
-expresada por fantasías y sueños-, y que tiene una realidad superior a la del mundo
fenomenológico -constituyendo ambas realidades una superrealidad-, resulta
perfectamente natural, como para Lourdes Andrade, dedicarse hasta su muerte al
estudio del surrealismo, transitar de la historia del arte al análisis de la literatura, o
viceversa, y con mayor razón si la obra estudiada procede de una misma persona,
a la vez artista plástica y escritora, como es el caso de Leonora Carrington.
En efecto, a lo largo de dos décadas Andrade centró su interés Rivas Mercado. Los cuadros de Frida Kahlo, por ejemplo,
en el surrealismo, ese movimiento revolucionario de las artes "impresionan porque revelan la vida 'interior' de la pintora,
promovido por André Breton, que lo describe en El manifiesto no en forma de espíritu, sino materialmente [oo.] exhiben la
como "puro automatismo síquico que pretende expresar, sea vida interior de la mujer demostrando que su vida interior es
verbalmente, por escrito o de cualquier otra forma, el ver- su cuerpo interior" .
dadero proceso del pensamiento". Centrados sus estudios en Para la crítica literaria, acercarse a la obra de un artista por la
el movimiento surrealista en México, Lourdes Andrade vía de su biografía no es un acercamiento valoratorio objetivo
publicó varios artículos y libros, entre los que cabe destacar: de la obra en sí, que se desearía fuera considerada exclusivamente
Leonora Carrington, historia en dos tiemposl y Leyendas de por sus características estéticas o ideológicas y no por elementos
la novia del viento. Leonora Carrington escritora. 2 En ellos anecdóticos, biográficos e incluso morbosos, como puede ser el
se entremezcla no sólo la obra pictórica y literaria de la artista; caso de Frida Kahlo y sus padecimientos y limitaciones físicas.
también su vida, es decir, se hace un recorrido por los universos Se me ocurre sin embargo que en este caso el asunto es más
que van conformando su desarrollo; el espacio arquitectónico complejo porque, si bien para muchas expresiones artísticas la
donde nace y crece, el ambiente regional que la circunda, los biografía del sujeto en cuestión puede ser irrelevante -pienso en
cuentos de la madre y de la nanny con toda la tradición tras de el canto, la danza o la pintura en general-, en el caso del
ellos, las lecturas, las visitas al zoológico, a las salas del Museo surrealismo, al expresar fantasías y sueños de la mente
Británico, su iniciación a la pintura, el rechazo a su medio, su inconsciente, tiene su asiento y fundamento en la historia per-
encuentro con el universo surrealista y sus oficiantes... sonal e intransferible del o la artista.
La crítica literaria quiere que separemos la obra y la vida. Las leyendas de la novia del viento, como se llamaba a las
"No obstante -señala Jean Franco en su ensayo 'Cuerpo y hechiceras amadas de Satanás, y como llamaba Loplop, Pájaro
alma: las mujeres y el mesianismo posrevolucionari03 - ' (en Superior -Marx Emst- a Leonora Carrington, es el título del
las primeras décadas del siglo xx) se planteó de manera crítica libro de Lourdes Andrade constituido por dos ensayos: "Juegos
el problema de la identidad de las mujeres... y no sólo en prohibidos" y "La luna y sus consecuencias", precedidos de
México. Por toda Latinoamérica, las mujeres parecían plantear un prólogo, "La extraña historia del origen de este libro", con un
exigencias contradictorias: pensemos en el suicidio de epílogo, "Monstruos del alma", y un breve "Esbozo y bibliogra-
Alfonsina Stomi en Argentina, en el asesinato de Delmira fía de Leonora Carrington".
Agustíni en Uruguay, en la paranoia de Gabriela Mistral en El origen del título del libro Leyendas de la novia del viento...
Chile." Y al plantear Jean Franco el deseo de la crítica literaria se encuentra en el prefacio que Max Ernst escribió en 1938 al
de separar la obra y la vida, señala que, "sin embargo, la relato "La casa del miedo" de Leonora Carringtonoo. 4 "¿De
violencia y la representación de la violencia hacia la mujer dónde han salido esos dos personajes extraños que vienen
no es sólo un problema de textualidad". En este ensayo, despacio por la calle, seguidos de mil enanos? ¿Es éste el
habla la autora de dos mujeres: Frida Kahlo y Antonieta hombre al que llaman Loplop, el Ave Superior, por su carácter
amable y feroz? [...] Ningún temor tiene. Viene de la casa del sea sacrificado en la corte del emperador mexica, quemado y
miedo. Y la mujer [...] no debe ser otra que la Desposada engullido en un banquete en honor al "rey pederasta de
del Viento." Texcoco".
No lo he dicho: Leyendas de la novia del viento. LeonoTa En el mencionado ensayo se destaca de entre su bestiario
Carrington escritora es un bello libro en la mejor tradición la importancia que Leonora Carrington concede al caba-
de artes de México, ilustrado profusamente con imágenes llo, sea metamodoseado en mujer, o bien en su curiosa relación
tomadas de los conventos de Acolman, Actopan e Ixmiquil- con una joven. Al Tártaro de "La dama oval", destruido fi-
pan; y el prólogo del libro no es otra cosa que la explicación nalmente con fuego, que incita a la protagonista Lucrecia al
que Lourdes Andrade da acerca de la proximidad de las juego de imaginarse convertida en caballo de nieve, y que es
imágenes de esas construcciones del siglo XVI; adornos ca- modelo para la misma cuando se debate furiosa pateando,
prichosos de animales' fantásticos, bichos, quimeras y follajes chillando, bufando, relinchando de rabia, dando coces y
que "tienen algo de gárgola medieval, algo de grutesco rompiendo todo lo que encuentra a su alcance, y que sugiere,
renacentista, aunque fueron trazados por una mano indígena en fin, una sensualidad que anuda el cuerpo del animal y el
que no conoció la Edad Media ni el Renacimiento", inspi- de la joven, a ese caballo se suman imágenes equinas de otros
radas seguramente, como señala, en los manuscritos ilumina- relatos. Panthilde, la protagonista de "Monsieur Cyril de
dos traídos de ultramar para ser frecuentados por los monjes, Guindre", tiene tal misteriosa afinidad con el caballo que,
imágenes cercanas a los inquietantes personajes que pueblan al acercársele Cyril, advierte en ella el olor a amoniaco de la
los relatos de Carrington, "curiosos habitantes del alma de orina de las caballerizas. En "El séptimo caballo" aparece de
Leonora", apunta Lourdes Andrade. nuevo "una criatura de aspecto extraño" cuya identidad
"Juegos prohibidos", el primer ensayo del libro y el más imprecisa hace dudar si se trata de un animal o una mujer:
largo, establece puntos de relación entre varios de los textos Hevaline, que "se arrodillaba a comer la yerba corta", iden-
de Leonora Carrington y hechos de la vida y del entorno de tificada con la hermosa yegua negra sospechosa de haber
la autora. Así Tártaro, del relato "La dama oval", amado por pisoteado, al asesinar a Mildred, la esposa de Philip, que presa
Lucrecia, la protagonista que se entrega a la lúdica pasión de amor pasión por la joven-yegua galopa libremente sobre
por su caballo -"Tártaro es mi preferido"- a su vez detesta al su lomo. Curiosamente, en la novela corta "El pequeño
padre de ésta, que ha prometido quemarlo hasta que no quede Francis", que sufre una metamodosis volviéndose caballo, es
nada de él. Promesa que finalmente cumplirá: "Arriba se oían el protagonista masculino. Por supuesto que éstas no son más
los relinchos más espantosos, como si un animal estuviese su- que unas pocas menciones a los equinos presentes en la obra
friendo torturas extremas". Esta quema en el cuarto de juegos literaria y pictórica de Leonora Carrington; tan numerosos
de una "morada suntuosa", en que se pretende castigar el de- que parecen formar una extensa familia que destaca par-
safío a la autoridad paterna, induce a Andrade a establecer ticularmente de entre su bestiario. Lourdes Andrade apunta
un paralelismo con otra quema, en 1612, en el propio condado que la identidad animal cobra con frecuencia un sentido
de Lancashire: la que reduce a cenizas la trasgresión, la insu- autobiográfico y añade que entre los celtas, el caballo es un
misión de un puñado de mujeres, de "brujas" que se han atre- animal de sacrificio. "Su belleza y su liviandad lo convierten
vido a desafiar esa implacable jerarquía masculina que acaba en un inapreciable vehículo para penetrar en la órbita de lo
sometiéndolas por la fuerza del fuego". En este punto resulta sagrado."
inevitable la asociación con el autorretrato de Carrington de El segundo ensayo del libro, "La luna y sus consecuencias" ,
1936-1937, The Inn of the Dawn Horse, que representa a la se ocupa de dos de las protagonistas de los relatos de Leonora
autora con una generosa y suelta cabellera vistiendo pan- Carrington, caracterizadas por una naturaleza apasionada
talones de montar, un balancín de madera detrás de ella y un que puede llevarlas al punto de la antropofagia. Criaturas
corcel blanco, galopando libre en los jardines, del otro lado nocturnas, furtivas, hermosas al mismo tiempo que terribles,
de la ventana. peligrosas. "Las criaturas de la noche; señala Andrade,
Para continuar con las asociaciones, Andrade recuerda la encarnan los deseos y' las fantasías que conforman la ima-
comedia La invención del mole, escrita por Carrington ginación: a veces son bellas y seductoras; eI1' otras ocasiones
décadas después en México, que da vida al arzobispo de Can- aparecen horribles, monstruosas, amenazantes, como las
terbury cuyas creencias interpela Moctezuma, y que en opinión pasiones sombrías que nos corroen." Así Drusille, del relato
de la autora resulta una especie de pequeña venganza plena de Las hermanas, terrorífica y bella, no oculta su procedencia
humor e imaginación, señalando que Leonora propone como nocturna: su voz, "más conmovedora que el trueno" y sus
una compensación por el sufrimiento de las mujeres de Lan- ojos "más arrolladores que el relámpago"; con "risa de hiena"
cashire acusadas de brujería, que el arzobispo de Canterbury y rostro "igual que el de un espectro". Su cara, "una hoja de 9
/Ir Ir' H''''-lI1!'''''---''Jf
____________________\l=.~~"'••uLrz 1.~ 1'--"6.........,""....d".1l- _

un verde tan pálido que ha tenido que crecer bajo la luz de vigilia y el sueño, pero ¿cómo llegaron ahí? También es cierto
la luna". Drusille ama apasionadamente a Jumare y para que son necesarios, como apunta Jorge Luis Borges, citado
no sufrir por su ausencia decide guardarlo dentro de sÍ, "se lo en el epígrafe al referirse al dragón: "Es, por decirlo así, un
bebe, ingiere su sangre", identificando de esta manera monstruo necesario". Si bien en la pilUura de Leonora Ca~
erotismo con muerte. Lourdes Andrade señala que Drusille rdngton "la monstruosidad existe como indefinición", los
"no es propiamente vampiro, ni claramente una bruja, ni es suyos son "seres desdibujados, inacabados, imprecisos en
verdaderamente un fantasma. Es un ser infinitamente más cuanto a su esencia, a su identidad. Su sustancia suele diluirse
inquietante en cuanto que es equívoca. No podernos clasifi- en la del fondo del cuadro, su ser se disuelve en el color, en la
carla -dice- entre los monstruos conocidos; no podemos sombra", en su obra escrita "nos sumerge en el universo de
definirla sino como una mujer". los monstruos nocturnos que hechizaron la inspiración román~
La relación de una oscura pareja se encuentra en otro texto tica, los monstruos oscuros de la fantasía neogótica". y como
de Cacrington, Cuando iban por el sendero en bicicleta: ahí ejemplo de esa perturbadora y vulnerable fauna en el ámbito
afloran. las pasiones entre Virginia Fur, la mujer nocturna de la literatura, refiere la extraña identidad de Júniper, her-
y su bestial amante, envueltos en una capa de misterio. mana y víctima de Drusille. Ese ser monstruoso encerrado
Virginia "es secreta, nocturna, antisocial y maléfica", una por su cruel y autoritaria hermana en el ático de la casa, cuya
auténtica bruja que ha tenido, según señala Andrade, la cualidad más evidente es su indeterminación, que parece dul-
coquetería de cambiar su escoba por una bicicleta; que sa~ ce y sumisa y que sin embargo es capaz de inusitados actos
le en sus correrías nocturnas sembrando a su paso la muer- de insurrección, cuya agresividad no es evidente pero que se
te. Igname el jabalí, su pareja, es una bestia y no un ser abre paso en una oscura red de recovecos, ese ser logra al fin
humano, que tiene, sin embargo, características humanas: es descender del palo donde estaba posada observando la luna, y
vanidoso, narcisista, y decide llevarse a Virginia como su al lograr escapar de su encierro, en plena noche, ataca a la
amante, a la que hace sucumbir al fin, obteniendo de ella que sirvienta obteniendo al morderla la sangre, que rransforma
le venda el alma y le entregue el cuerpo. Un desenlace desa- su apariencia frágil y pálida: "Su cuerpo se volvió enorme,
fortunado hace que el monje que aspira a la posesión de Vir- luminoso y espléndido. Sus plumas brillaban como la nieve
ginia, movido por la envidia y los celos, induzca a los caza- bajo el sol, su cola resplandecía con todos los colores del
dores furtivos a matar a Igname sembrando la desolación en arcoiris". Vampitismo y canibalismo campean tranquilamente
todo el lugar. De los siete jabatos que ha dado a luz Virginia, en ambos rela tos.
luego de conservar el que más se parecía a Igname, guisa los Así, el prólogo "La extraña historia del origen de este libro"
seis restantes para devorarlos ella y los gatos "a modo de se explica y explica las ilustraciones del mismo por la analogía
banquete fúnebre". encontrada entre éstas y la fauna fantástica de Leonora
Lourdes Andrade estableció un paralelismo entre las Carrington; el primer texto del libro se relaciona ímimamente
protagonistas de La dama oval de Cuando iban por el lindero con el último. Finalmente, tres breves páginas entregan un
en bicicleta, y la autora de los relatos en el periodo de su vida esbozo biográfico de Leonora Carringron, clausurando el libro
previo a la época en que fueron escritos. con una bibliografía de la autora que despierta el imerés
¿De dónde provienen?, ¿cómo pudo imaginarlos?, se pre- por conocer todas aquellas publicaciones a que la obra literaria
gunta Andrade en el ensayo "Monstruos del alma", acerca de Leonora Carrington ha dado lugar, en múltiples ediciones
de esa fauna extraña que puebla la obra de Leonora Carring- y diversas lenguas.._ .
ron. "Monstruos inéditos, inclasificables", esfinges o quimeras
que no lo son pero que "tienen un aire particular, entre amena- 1 Conaculta/Dirección General de Publicaciones/Círculo de Arte,
México, 1998.
zante y desvalido, que les otorga el sello de la autora". Y
2 Artes de México/Conaculta, (Libros de la espira!), México, 2001.
continúa preguntándose" ¿De dónde provienen? ¿Cómo pudo
J En Las conspiradoras. La representación de la mujer en
Leonora imaginarlos?" Es cierto, como el título del ensayo México, El Colegio de MéxicolrlEM/FCE, México, 1994.
indica, que son seres que han salido del fondo del alma, que .. En La casa del miedo. Memorias de aba;o, Siglo XXI, México,
surgen desde su interior, desde un espacio intermedio entre la 1992.

Descubra México en un recorrido por lo más


,
VOleES sobresaliente de sus manifestaciones artísticas y
culturales. La revista Voices o/ Mexico editada
totalmente en inglés, incluye ensayos, crónicas,


.. o[ iUex';co reportajes y entrevistas sobre economía, política,
____,ecoloa.íaJL.relaciones inh:::¡rn~dnn~lp_~

También podría gustarte