Está en la página 1de 10

Estrategia y Táctica en Ajedrez - Max Euwe - Prof.

José Luis Matamoros

Capítulo I

ESTRATEGIA Y TACTICA

Uno se halla incesantemente ante dificultades y, de este modo, fijar su


dos problemas: ¿Qué debo hacer y meta por el momento en un nivel mu-
cómo debo hacerlo? cho más bajo.
En algunos casos, uno de estos dos Cuando debemos resolver una difí-
problemas excede, probablemente, al cil prueba matemática, jamás nos lan-
otro en importancia; a tal punto, que zamos directamente hacia el resultado
parecería que sólo tuviéramos que final, sino que tratamos de hallar pun-
ocuparnos de uno solo. En realidad, tos de apoyo que nos capaciten para
sin embargo, los dos problemas están separar las dificultades y, de ese modo,
presentes siempre. simplificar el problema en cuestión.
A veces nos sentimos inclinados a Lo mismo ocurre en ajedrez:
atribuir una importancia inferior al quienquiera que no vea otro objetivo
primer problema -el de la tarea que en el juego que el de dar jaque mate
debemos emprender-, limitándonos a su contrario, nunca llegará a ser un
exclusivamente a la forma en que de- buen jugador. Debemos primeramen-
bemos realizarla; con ello, sin embar- te reemplazar la tarea verdadera de
go, eliminamos una parte importante dar jaque mate a nuestro contrario por
de nuestras posibilidades y, a la larga, otra más simple: la ganancia de una u
los resultados estarán de acuerdo con otra pequeña ventaja posicional. Y no
ello. sólo es de gran importancia el hecho
El alpinista que intenta ascender a en sí de esta distinción, sino que ella
un glaciar difícil no puede contentarse debe ser efectiva en sí misma; la meta
con sólo lanzar sus miradas en la direc- preliminar debe estar en consonancia
ción de la cima, confiando para el resto con la naturaleza de la posición. El que
en la fuerza bruta. Antes de iniciar la se fije una meta demasiado elevada o
verdadera ascensión, deberá adquirir, tome una dirección equivocada come-
hasta donde sea posible, un adecuado te un error tan grande como el jugador
conocimiento de las peculiaridades que no se ha trazado ningún objetivo.
del terreno, a fin de poder analizar las En ajedrez debemos distinguir en-

-8-
Estrategia y Táctica en Ajedrez - Max Euwe - Prof. José Luis Matamoros
tre estrategia y táctica. Esto se debe principalmente a dos ra-
A la estrategia concierne la fijación zones:
de una meta y la formación de los pla- Primera: el desarrollo del proce-
nes para alcanzarla. A la táctica com- so táctico es, en su mayor parte, una
pete la ejecución de estos planes. La cuestión de práctica y de rutina.
estrategia es abstracta; la táctica, con- Segunda: los problemas de táctica
creta. Para decirlo en forma sencilla: la son tan numerosos y de índole tan di-
estrategia requiere pensar; la táctica, versa que parece empresa casi imposi-
observar. ble clasificarlos y analizarlos de mane-
Hemos dicho que la estrategia cons- ra sistemática.
tituye un elemento indispensable en el Precisamente porque se ha descui-
tratamiento adecuado de una partida dado tanto la táctica en la literatura
de ajedrez; lo mismo puede decirse, y ajedrecística le dedicaremos especial
quizá con mayor razón, respecto de la atención en este libro, en tanto que lo
táctica. El jugador de ajedrez que pue- relativo a la estrategia lo reduciremos
da juzgar muy claramente una posición al mínimum necesario.
y adaptar sus planes a esta posición no Antes de entrar más a fondo en este
logrará hacer uso de estas ventajas si, asunto, observemos la siguiente par-
al mismo tiempo, no sabe aplicar los tida, la cual servirá para explicarnos
principios de la táctica. Por regla gene- más claramente los conceptos de es-
ral, un error táctico acarrea más graves trategia y táctica.
consecuencias que un error estratégi-
co. Un jugador que ataca en el flanco Blancas: M. Botvinnik
de la dama en vez de en el flanco del Negras: Dr. M. Euwe
rey se encontrará gradualmente en di- Torneo de Leningrado, 1934
ficultades si su contrario juega bien.
Pero quien no prevé un mate en dos 1.e4 e5
jugadas será inmediatamente derro- 2.¤f3 ¤c6
tado. Más aún, teniendo en conside- 3.¥b5 a6
ración que los problemas tácticos son 4.¥a4 ¤f6
más frecuentes, en el trascurso de una 5.O-O ¤xe4
partida, que los problemas estratégi- 6.d4 b5
cos, resulta evidente que son muchas 7.¥b3 d5
las ocasiones en que el táctico tiene 8.dxe5 ¥e6
ventaja sobre el estratego. Esta es una bien conocida varian-
A pesar de la evidente grande im- te de la apertura Ruy López, que con-
portancia de la táctica, casi todos los tiene tanto ventajas como desventajas
manuales existentes tratan casi exclu- que no necesitamos discutir más deta-
sivamente de problemas estratégicos. lladamente. Pero debemos examinar la

-9-
Estrategia y Táctica en Ajedrez - Max Euwe - Prof. José Luis Matamoros
posición que se ha presentado ahora, Si las blancas pretenden atacar en el
porque contiene los elementos básicos flanco del rey negro, entonces el caba-
de la estrategia. llo negro que está en e4 deberá, antes
Mientras las blancas tienen cuatro que nada, ser desalojado. Mientras ese
peones contra tres en el flanco del rey, caballo esté allí, es imposible para las
poseen sólo tres peones contra cuatro blancas aproximarse al flanco del rey
de las negras en el flanco de la dama. negro. Por consiguiente, las jugadas si-
Debido a esta mayoría de peones en guientes de las blancas tienden a este
el flanco del rey, las blancas. Deberán fin: desalojar el caballo de e4.
tratar de tomar allí la iniciativa, em- De este modo percibimos que el
pleando, entre otros medios, el avance plan estratégico de las blancas está di-
de sus peones. El mismo principio rige vidido en varios planes subordinados,
para las negras en el flanco de la dama. el primero de los cuales consiste en
Las movidas siguientes, tanto de desalojar el caballo negro de e5. Deci-
las blancas como de las negras, están dir cuál de las cuatro piezas disponi-
completamente en armonía con estos bles: el alfil de b3, el caballo de d2, la
planes estratégicos. dama o la torre, habrá de cooperar en
9.c3 ... este plan, es de táctica.
Para el ataque contra el flanco del 10. ... O-O
rey (estrategia de las blancas), estas re- Esto completa el desarrollo, que es
quieren su peón c, lo cual explica su parte necesaria de la estrategia de las
última jugada, que evita el cambio de negras. Salvo que la posición del rey
su alfil b3, si las negras juegan 9...¤a5, sea segura, las negras no pueden ejecu-
y al mismo tiempo prepara el traslado tar sus proyectados planes en el flanco
del alfil a c2. Actualmente suele jugarse de la dama.
9.£e2, lo cual acarrea algunas compli- Los elementos tácticos de esta ju-
caciones que no vamos a tratar ahora. gada comprenden, entre otros, el cál-
9... ¥e7 culo de la siguiente serie de jugadas:
Resulta evidente por qué esta juga- 11.¤xe4 dxe4 12.¥xe6 fxe6 13.¤d4
da es mejor, desde un punto de vista £d5 14.¤xc6 £xc6; así como una es-
estratégico, que 9...¥c5. timación de la posición final, que es la
En la casilla c5, el alfil entorpece- de que las negras tienen mayor movi-
ría ciertamente el posterior avance del lidad y que el peón e5 blanco es más
peón c7 negro, al mismo tiempo que débil que el peón negro de e4.
una mayor actividad del alfil en c5, en 11.£e2 ...
la dirección del flanco del rey blanco, Segundo ataque contra el caballo
no estaría de acuerdo con el plan es- negro de e4, que obliga a esa pieza a
tratégico de las negras. retirarse.
10.¤bd2 ... 11... ¤c5

-10-
Estrategia y Táctica en Ajedrez - Max Euwe - Prof. José Luis Matamoros
12.¤d4 ... posición de las negras no habría em-
Aquí habríamos esperado 12.¥c2. peorado, en comparación con la del
Sin embargo, a esto hubiera seguido comienzo, a causa de las siguientes
12. ... d4!, y si por ejemplo 13.cxd4 consideraciones:
¤xd4 14.¤xd4 £xd4; con el resulta- 1) El cambio de varias piezas ha
do de que las negras habrían aumenta- disminuido las probabilidades de ata-
do grandemente su libertad de acción, que de las blancas.
que, a su vez, habría reducido consi- 2) Las negras pueden movilizar fá-
derablemente las posibilidades de las cilmente, o poner en movimiento su
blancas de atacar al rey. Más aún, la mayoría en el flanco de la dama, con
mayoría de peones negros se afirmaría ... c5.
hasta tal punto que un rápido avance 3) Las blancas no podrán realizar
del peón c7 a c5 y c4 no podría impe- fácilmente el avance de su peón f2 a f4
dirse. y a f5.
La continuación que se eligió (12. 13.¤2xb3 £d7
¤d4) se fundaba en la siguiente consi- Como lo habíamos hecho notar
deración: si 12...¤xd4 13.cxd4 ¤xb3 previamente, el plan subordinado de
14.¤xb3, con lo que las blancas lo- las blancas era desalojar el caballo de
gran el dominio de la casilla c5. En e4. Ahora podemos ver que las negras
este caso, las negras no pueden jugar buscan, en primer lugar, hacer la juga-
...., c5; como consecuencia de lo cual da ..., c5. Sólo después de que hayan
su mayoría se ve paralizada, mientras efectuado ese avance decidirán respec-
que, por la otra parte, las blancas tie- to a los nuevos detalles de su actividad
nen ahora la oportunidad de aprove- en el flanco de la dama. Veremos aho-
char su mayoría, haciendo avanzar su ra que durante algún tiempo las juga-
peón f2. das, tanto de las blancas como de las
12... ¤xb3 negras, se concentrarán en torno de la
El hecho de que las negras puedan casilla c5 negra.
eliminar el alfil blanco sin cambiar 14.¤xc6! ...
previamente su caballo por el caballo Sin este cambio, las negras hubie-
blanco de d4 se debe a una sutileza ran podido fácilmente ir a c5, después
táctica, a saber: que 13.¤xc6, pue- de ... ¤d8. Una objeción a la jugada
de contrarrestarse con 13. ... ¤xc1!; del texto es la de que las blancas per-
14.¤xd8, no puede jugarse enton- miten a su contrario retener los dos
ces, a causa de 14...¤xe2+, que ten- alfiles, pero el hecho de dificultar la
dría como consecuencia la pérdida de jugada ...., c5, bien vale, sin duda, esa
dos piezas; mientras que 14.¦axc1, concesión.
o 14.¦fxc1, sería seguido por 14. ... Nuevamente nos referiremos a la
£d7 15.¤xe7+ £xe7; con lo que la importancia de los “dos alfiles” en el

-11-
Estrategia y Táctica en Ajedrez - Max Euwe - Prof. José Luis Matamoros
Capítulo III. Por el momento basta sario, con ... £g6, aumentando de ese
con hacer notar que, por regla general, modo la actividad de sus piezas.
dos alfiles son más fuertes que dos ca- Aquí debemos llamar la atención
ballos, o que un caballo y un alfil. hacia un giro táctico en la partida, que
14... £xc6 es de gran importancia para nuestras
15.¥e3 ... investigaciones, porque parecería que
Después de esta explicación no es las blancas podrían ocupar inmediata-
difícil comprender que el alfil de e3 se mente la casilla c5, por medio de ¤a5
propone ir a c5. Si las negras continua- y ¤b7, por ejemplo: 17. ¤a5, £g6;
ran ahora, por ejemplo, 15...£d7, las 18.¤b7 (todo ello con ganancia de
blancas, por medio de 16.¥c5, mata- tiempo), seguido de 19.¤c5 o 19.¥c5.
rían dos pájaros de un tiro: obtendrían Las negras, sin embargo, pueden en-
el dominio de la casilla c5, con lo que tonces contestar sorprendentemente
paralizarían a la mayoría contraria y con 18...d4!, amenazando ...¥e4 y un
forzarían el cambio de uno de los dos doble ataque sobre las casillas b7 y g2
alfiles de las negras, de modo que éstas blancas. Después de la evidentemente
no dispondrían ya de esa ventaja. obligada continuación 19.¤xd8, dxe3,
15. ... ¥f5 el caballo blanco queda copado, pues-
16.¦fd1 ¦fd8 to que 20.¤b7 no sirve, debido a la
contestación ¥e4.
DIAGRAMA Nº 1 ¿A qué debemos esta inespera-
da combinación? O, para decirlo con
más exactitud, ¿contiene esta posi-
ción peculiaridades sobre las que se
basa la combinación? La respuesta a
esta pregunta es de la mayor impor-
tancia, porque el conocimiento de las
peculiaridades que hacen posible una
combinación es algo así como un car-
tel que dijera: ¡Tenga cuidado! Sin ese
cartel de advertencia, hasta un jugador
muy fuerte puede caer, víctima de ta-
les combinaciones, porque es prácti-
Las negras no pueden apoyar su ca- camente imposible calcular un gran
silla c5 y tendrán que resignarse a ver número de movidas en distintas direc-
a las blancas tomar posesión de ella. La ciones.
movida del texto permite dar protec- Pero, afortunadamente, el cartel
ción extra al peón d5, de modo que las está presente y no es muy difícil reco-
negras puedan continuar, si es nece- nocerlo. Quien avance una pieza den-

-12-
Estrategia y Táctica en Ajedrez - Max Euwe - Prof. José Luis Matamoros
tro de una posición hostil debe tener también se ha vuelto tácticamente dé-
cautela; su pieza se ha convertido en bil, atacado una vez y defendido una
objeto de ataque y está expuesta. En tal vez. La jugada siguiente de las blancas,
caso, debe prestarse especial atención 18.¤b7, convierte esa casilla suya de
al doble ataque. Si hay un segundo b7 en una tercera debilidad, y ahora la
punto débil en la posición y un posible cuestión principal para las negras es
ataque simultáneo sobre ambos puntos la de ver si pueden o no atacar simul-
débiles, entonces, por regla general, no táneamente a dos de esas debilidades.
puede evitarse la pérdida de material. En rigor, esto es posible: el alfil f5 de
Expresaremos esto con más exactitud. las negras puede ocupar la diagonal
Por debilidad, entendemos una pieza o que conecta las dos debilidades más
una casilla importante que se halla en importantes y, de ese modo, desarro-
estado de equilibrio, es decir, que está llar un doble ataque que conduce a
tan amenazada como defendida, pero una ventaja material.
contra la cual puede ejercerse presión Hemos discutido en detalle esta
extra con facilidad. En la posición del combinación porque nos da una pri-
precedente diagrama, el peón e5 blan- mera idea de cómo podrá más adelan-
co, por ejemplo, es una debilidad (ni te clasificarse a la táctica.
atacado ni defendido) aunque nos Continuemos ahora la partida.
apresuramos a agregar que esa debili- 17.f3 ...
dad es sólo temporaria —si las blancas Prepara el camino para £f2, juga-
lo desean—, porque pueden proteger da sin la cual perdería el dominio de la
ese peón suficientemente. Tácticamen- casilla c5.
te, esto no tiene importancia. Sin em- 17... ¥f8
bargo, afecta a la estrategia; un ataque Las negras advierten la posibilidad
sistemático contra la casilla e5 blanca, de que el alfil blanco aparezca pronto
es decir, un ataque estratégico, a nada en c5 y, por adelantado, ponen su pro-
conduciría, puesto que este peón pue- pio alfil a cubierto, de modo que no
de ser fácilmente apoyado. tengan que perder tiempo más adelan-
Por consiguiente, tenemos que dis- te.
tinguir entre debilidades estratégicas, 18.£f2 ...
que son difíciles de defender (pero que El destino de la casilla c5 negra está
por el momento pueden ser suficien- decidido. El plan subordinado de las
temente protegidas), y debilidades tác- negras ha fracasado: su casilla c5 está
ticas, que por el momento muestran dominada por las blancas y el peón
una peligrosa carencia de protección. c7 negro continúa retrasado. ¿Qué se
El peón e5 blanco es, por lo tanto, tác- debe hacer ahora? Las negras tienen
ticamente débil. Después de 17. ¤a5, todavía sus dos alfiles disponibles y
£g6; sin embargo, el peón g2 blanco deben, por lo tanto, evitar a todo tran-

-13-
Estrategia y Táctica en Ajedrez - Max Euwe - Prof. José Luis Matamoros
ce que las blancas disputen esa ventaja bil (estratégicamente).
por medio de ¥c5. 20.¦c1 £a4
18. ... a5 Continúa el ataque contra el flan-
La ejecución táctica de este plan co de la dama. El peón a2 blanco sólo
(la conservación de los “dos alfiles”). podrá ser protegido en la forma usual
Después de 19.¥c5, seguirá 19. ... a4 con 21. ¦a1, pero entonces, después
20.¥xf8 axb3 21.¥a3 ¥c2; con 22 ... de 21. ... bxc3 22.bxc3, el peón c3 se
¦xa3, que dará a las negras una parti- volvería débil (estratégicamente).
da prometedora. 21.¤d4 ...
Hay, con todo, otro camino por el Con esta jugada, las blancas renun-
cual el alfil de las blancas puede ocu- cian al dominio de la casilla c5, a fin de
par la casilla c5; 19.¤d4 £g6 20.¤xf5 salvar su peón a2.
£xf5. Pero ahora la debilidad (táctica) 21... ¥g6
del peón e5 de las blancas impide a és- 22.b3 ...
tas desarrollar su plan, y, después de El peón a2 ya está defendido, pero
21.f4 b4; será imposible 22.¥c5, debi- después de
do al cambio de los alfiles y £xc3. 22. ... £e8
19.¦d2? ... Ya no podrá evitarse el avance del
Las blancas pasaron por alto el he- peón negro a c5.
cho de que la última movida de las ne- 23.cxb4 ¥xb4
gras es también de importancia estra- 24.¦dd1 c5!
tégica, además de tener la intención de Conviene hacer notar que
impedir ¥c5. El plan principal de las 24...£xe5, fracasaría, a causa de la
negras consiste todavía en atacar en el contestación 25.¤c6.
flanco de la dama y el de las blancas
en trastornar los planes contrarios en DIAGRAMA Nº 2
el flanco de la dama (las operaciones
en el flanco del rey deben quedar en
suspenso por el momento). La última
jugada de las negras preparó un nue-
vo ataque por medio de … b4; y el
objetivo de las blancas debería haber
sido prevenir esa jugada por medio de
19.¦ac1.
19... b4
Atacando así al peón c3 blanco, 20.
cxb4 sería desfavorable para las blan-
cas, a causa de 20. … axb4, con lo que
la casilla a2 de las blancas quedaría dé- Las negras han logrado su objetivo:

-14-
Estrategia y Táctica en Ajedrez - Max Euwe - Prof. José Luis Matamoros
... c5; además, su mayoría en el flanco 26.¦xc2 d4
de la dama está movilizada. 27.¥g5 ¦d5?
25.¤c2 ¥xc2 Esta es una debilidad táctica para
Deberían haberse considerado aquí las negras, pues aquí su torre d5 no está
otras dos continuaciones: resguardada. Esta torre estaría mejor
A) 25...£xe5 26.¥xc5 ¥xc5 situada en d7, como se verá pronto.
27.£xc5 ¦ac8 28.£d4 (si 28.£xa5 Con 27...¦d7; las negras podrían ha-
¦a8 29.£d2 £b2!), 28...f6 29.f4 £c7 ber mantenido su ventaja: 28.f4 £e6
30.¤e3 £xc1 31.¦xc1 ¦xc1+ 32.¢f2 29.£f3 £d5; o si 29.¦e2 d3! 30.¦e4
¥e4; con probabilidades de ganar para (si 30.¦e3 c4), 30...£g4, etc.
las negras. 28.f4 a4
B) 25...c4 26.¥d4 (si 26.¤xb4 axb4 Después de 28...£e6; vendría
27.bxc4, dxc4; 28.¦xd8, ¦xd8, que 29.£f3!, que dejaría a la torre negra
lleva a una pérdida para las blancas; de d5 absurdamente clavada.
de igual modo 27.¥b6 ¦d7 28.bxc4 29.£f3 ...
dxc4 29.¦xd7 £xd7), 26...¦ac8; que Este ataque contra la torre gana un
mantiene el ataque en el flanco de la importante tiempo. Así puede apre-
dama, sin que las blancas obtengan las ciarse la gravedad de una debilidad
correspondientes oportunidades en el táctica, tal como la de la torre negra
otro flanco. en d5, que permite al contrario ganar
La variante A) es puramente tácti- un tiempo, al atacar el punto débil. Las
ca, al hacer uso del débil peón e5, por blancas realizan, como dijéramos, dos
lo que las blancas se ven forzadas a se- movidas a un mismo tiempo: £f3 y f5.
guir una línea determinada de juego. 29... axb3
La estrategia queda ahora enteramente 30.axb3 ¦d7
abandonada -desaparece la mayoría en 31.f5 ...
el flanco de la dama- y durante varias DIAGRAMA Nº 3
de las próximas jugadas ninguna otra
cosa cuenta sino las necesidades del
momento; ambos bandos están ocupa-
dos con las consecuencias inmediatas
del ataque y la defensa.
La variante B) difiere del curso que
siguió el juego en que, debido a que no
se cambió el alfil b4 de las negras, el
ataque de las blancas sobre el flanco
del rey queda, por fuerza, enteramente
abandonado, cosa que no ocurre en la
partida.

-15-
Estrategia y Táctica en Ajedrez - Max Euwe - Prof. José Luis Matamoros
Aquí se percibe la verdadera impor- Las blancas podrían haber jugado
tancia de un “tiempo”: debido a que la aquí 38. e6. Esto hubiera hecho forzo-
dama blanca está en f3, las negras no so 38. ... f6 (si 38...fxe6 39.f6, y ga-
pueden tomar el peón con 31...£xe5, nan). Las negras tendrían entonces
a causa de 32. £xa8+. que luchar muy raídamente, puesto
Una nueva fase en la lucha. La ma- que el protegido peón e5 habría sido
yoría de las blancas en el flanco del rey especialmente poderoso.
está movilizada y su ataque allí se ha Un segundo plan de ataque por
convertido en hecho real. Ambos con- parte de las blancas habría consistido
trincantes siguen todavía persiguiendo en avanzar su peón h3 a h4 y luego a
sus proyectos estratégicos del comien- h5, en forma de obligar a las negras a
zo. En este momento, sin embargo, las debilitar el flanco del rey y entonces
blancas tienen mejor posición: su alfil continuar con f6 y e6.
en g5 ataca al mismo tiempo que de- Sin duda alguna, uno u otro méto-
fiende, mientras que el alfil negro en do prometía mayores probabilidades
b4 no es aprovechable para la defensa. de triunfo que las ofrecidas por la ju-
31. ... ¦da7 gada del texto, que proporciona a las
32.£g3 ¦a1 negras la oportunidad de retirar su al-
33.¦cc1 ¦xc1 fil dentro de la línea de defensa.
34.¦xc1 ... 38... ¥a5
Es muy dudoso que las negras ha- Esto no era posible mientras la to-
yan mejorado su posición con el cam- rre blanca se hallaba en f1, a causa de
bio de las torres. ¦a1.
34. ... ¢h8 39.¥f4 ¥c7
Para prevenir ya sea ¥f6 o ¥h6. 40.¦f1 ¦a8
35.¦f1 ¦a6 41.¦e1 £c6
Es claro que 35...¦a2 sería un error, Las negras tienen todavía suficien-
pues 36. 36.f6! g6 37.e6!, ganando, tes medios de defensa contra el avance
puesto que si 37. ... £xe6, seguiría del peón e5 blanco.
38.£b8+. Esta variante muestra cuán 42.e6 ...
crítica se ha vuelto la posición de las No 42.f6, porque entonces 42. ...
negras. gxf6 43.exf6 ¦g8.
36.h3 ... 42... ¥xf4
Las blancas primeramente cuidan 43.£xf4 fxe6
la seguridad de su rey; nada hay que 44.fxe6 ...
las negras puedan hacer. A 44.¦xe6, habría seguido £b7
37. ... £a8 45.£e5 £b8!
37.¢h2 £e8 44... ¦e8
38.¦f3 ... El empate es ahora inevitable. El

-16-
Estrategia y Táctica en Ajedrez - Max Euwe - Prof. José Luis Matamoros
peón e6 pasado está aislado y no pue- para reducir a la impotencia la mayo-
de forzar una decisión. ría de peones blancos.
45.e7 h6 No todas las partidas, sin embargo,
46.£f5 ... tienen un desarrollo estratégico tan
Después de 46.¦f1 £f6 47.£xf6 claramente definido como ésta. Puede
gxf6 48.¦xf6, se habría llegado a un ocurrir que el plan estratégico tenga
final que llevaría al empate, mientras que sufrir cambios frecuentes, y es de
que las blancas, después de 46.£f7 igual modo posible que, durante cierto
¢h7 47.£f5+ ¢g8; no habrían obte- período de la partida, tenga que que-
nido ninguna ventaja. dar en suspenso. Ya hemos visto ese
46... £d6+ caso en la variante A) al comentar la
47.¢h1 ¢g8 jugada 25 de las negras.
48.¦e6 £d7 A las partidas como la que hemos
49.£e5 ... analizado, en las que la estrategia des-
1/2-1/2 empeña un papel tan importante, da-
Las blancas propusieron tablas, mos el nombre de partidas posicio-
en vista de la continuación 49. ... d3 nales, en contraste con las partidas
50.¦d6 £xe7 51.£xe7 ¦xe7 52.¦xd3. combinativas, en las que la estrategia
Sintetizando brevemente el aspecto tiene una importancia secundaria.
estratégico de esta partida, vemos que, Con todo, no debe identificarse a la
tanto en el caso de las blancas como de estrategia con el juego posicional, por-
las negras, mantuvo constantemente que la estrategia es un designio y el
su preeminencia una idea principal. juego posicional representa un cierto
Otros puntos estratégicos dignos de método de juego.
mención son: Tampoco son idénticas las concep-
Jugadas 9-11 (blancas), para des- ciones de táctica y juego combinativo.
alojar el caballo negro de su casilla de Podría decirse que la táctica compren-
e4. de todas las jugadas de una partida, y,
Jugadas 14-18 (blancas), para im- así, incluye también todas las combi-
pedir a las negras jugar c5. naciones que ocurran en ella.
Jugadas 17-18 (negras), para con-
servar los dos alfiles.
Jugadas 18-20 (negras), para atacar
sin haber jugado c5.
Jugadas 21-24 (negras), para efec-
tuar c5.
Jugadas 27-31 (blancas), para avan-
zar su peón f.
Jugada 38 hasta el final (negras),

-17-

También podría gustarte