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CAPÍTULO IX: Control de las acciones hidrodinámicas

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UNIDAD IX

CONTROL DE LAS ACCIONES HIDRODINÁMICAS:


OBRAS DE ABRIGO

Benicio S. Szymula – Vías de Comunicación II 116


CAPÍTULO IX: Control de las acciones hidrodinámicas: obras de abrigo
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CAPÍTULO IX: Control de las acciones hidrodinámicas
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IX.1.- Categorización de las acciones hidrodinámicas

Se definen como efectos hidrodinámicos aquellos movimientos del agua que pueden
afectar la operación de las embarcaciones, los procesos de carga y/o descarga en los
puestos de atraque, las estructuras portuarias y la estabilidad de las costas y riberas.-

Existen dos grandes acciones hidrodinámicos que afectan directa o indirectamente a


los puertos y las operaciones que se realizan en los mismos, así como las vías navegables:
por un lado las ondas y por el otro las corrientes marinas y/o fluviales (9).-

Las ondas, a su vez, pueden ser de tres tipos según sus orígenes:

∙ Ondas de corto período: originadas por los vientos.-


∙ Ondas de mediano y largo período: originadas por las mareas y los seiches
(ondas estacionarias en espacios encerrados).-
∙ Ondas sísmicas: originadas por movimientos tectónicos en los fondos marinos.-

En el primer caso, es decir las ondas, es necesario proteger a las embarcaciones para
que puedan concretar las diferentes operaciones de carga y/o descarga, así como los
ingresos, atraques y egresos, a cuyos efectos se construyen diques dispuestos
transversalmente a la acción de los oleajes, y tal cual se describe en el Capítulo II los
mismos se agrupan en aquellos de muro vertical y los denominados trapezoidales.-

En el segundo, se trata de controlar las erosiones y/o sedimentaciones que pueden


afectar las estructuras portuarias así como los canales de navegación, ya sean naturales o
artificiales, a cuyos efectos existen múltiples alternativas y elementos, fundamentalmente
teniendo en cuenta las variadas combinaciones que se pueden dar entre los factores
intervinientes.-

Las corrientes marinas y/o fluviales pueden, a su vez, generar inconvenientes a la


navegación y a las maniobras de las embarcaciones, tal es el caso de aquellos sectores
sujetos a mareas de gran amplitud, cuando importantes volúmenes de agua ingresan y se
retiran de lugares estrechos, como es el caso de los estuarios o sistemas fluviales como el
Río Támesis en Inglaterra.-

En lo que se refiere al primer grupo, tal cual se detallará más adelante, las
embarcaciones necesitan estar lo menos expuestas posibles a las acciones de los oleajes,
tanto durante los fondeos, como en los accesos al área portuaria, las diferentes maniobras
de atraque y desatraque, y, por supuesto, durante los procesos de carga y/descarga.-

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Es por ello que, en primer lugar, y durante las etapas concernientes a la localización
de los puertos, se tratan de detectar conformaciones geomorfológicas naturales que por sus
propias características tengan la facultad de proteger todas las actividades náuticas
señaladas precedentemente (ver Capítulo III).-

En caso de no ser posible lograr emplazamientos naturales, deben concretarse las


obras de protección necesarias y posibles, que en la jerga de la ingeniería se los identifica
como obras de abrigo.-

En el párrafo anterior se mencionan dos conceptos que siempre deben tenerse en


cuenta en los correspondientes diseños, y que en muchas oportunidades son difíciles de
compatibilizar.-

La primera de ellas correspondiente a la ejecución de las obras de abrigo


necesarias, es decir aquellas que eliminen o al menos disminuyan al máximo las acciones
hidrodinámicas perjudiciales.-

El segundo concepto se vincula a las obras de abrigo posibles, ya que no siempre


se pueden llevar a cabo las necesarias, sea por la complejidad de las mismas asociadas a
los costos resultantes, que no siempre se justifican en función del tráfico previsto o de los
recursos económicos disponibles.-

Es por ello que, en definitiva, siempre hay preveer diseños de obras de abrigo que
reduzcan a niveles aceptables los efectos generados por las acciones hidrodinámicas
prevalecientes.-

Las consecuencias más nocivas provocadas por las olas se producen cuando el buque
se encuentra en proceso de atraque, ya que a la propia inercia de la embarcación se pueden
sumar los empujes provocados por las primeras, exigiendo un análisis detallado cuando se
diseñan las defensas de los muelles (ver Capítulo VIII).-

Sin embargo, resuelto lo anterior, los efectos perjudiciales de los oleajes se


materializan en los movimientos de los buques durante los períodos de amarre y,
fundamentalmente en los procesos de carga y/o descarga.-

Existen cargas sensibles a tales evoluciones, como es el caso de los contenedores, que
al ser izados o descendidos dentro de las bodegas están sujetos al riesgo de sufrir golpes
con las demás cargas o la propia estructura de las embarcaciones si la acción de los oleajes
fuera desmedida (9).-

A ello debe sumarse, tal cual se analizó en el Capítulo IV, que en función del costo de
las embarcaciones, no es aconsejable ni razonable aplicar suspensiones en la manipulación
de las cargas en situaciones extremas; aparte de que se disminuiría el ritmo de rotación de
los buques, vital en la economía del transporte.-

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Es por ello que la ejecución de obras de abrigo siempre formaron parte de las
construcciones portuarias, incluso cuando las características de las embarcaciones y el
volumen de las cargas eran muchos menores a las que se movilizan actualmente, tal cual se
puede observar en la Fotografía Nº IX.1, donde existe un eficiente doble sistema de
protección para el aquietamiento de las aguas.-

FOTOGRAFÍA Nº IX.1
Puerto de Alicante (España) a principios del siglo XX

Más hacia atrás, se destaca, a título de ejemplo, el Puerto Claudio, una de las
mayores obras de ingeniería del Imperio Romano, iniciado precisamente por el Emperador
Claudio en el año 42 d.C. y finalizado en el año 64 d.C.-

Se trataba de una solución de ingeniería simple, emplazada sobre la desembocadura


del Río Tíber, expuesta a importantes tempestades. Se aprovechó para ello una zona de la
costa más resguardada entre humedales y playas para crear una ensenada artificial hecha
con un doble rompeolas que ingresaba en el mar (Figura Nº IX.1).-

Entre ambos extremos se construyó una pequeña isla que servía de faro y que
generaba una doble bocana para ordenar el tráfico de entrada y de salida del puerto. El
resultado fue una superficie cercada de mar que hasta hace poco se calculaba en 70
hectáreas, y que según las últimas excavaciones realizadas entre 2000/2007 se han
aumentado a más de 200 hectáreas. El frente portuario formaría dos sectores de 1600x
1200 metros de lado, mitad playa y mitad muelles, pórticos y almacenes.-

Para asentar los cimientos se ejecutó una base mediante el hundimiento de grandes y
viejas naves de transporte hasta 15 metros de profundidad, cargadas de cajones de piedra
hasta emerger sobre la superficie del agua. Cuando ya fue posible construir sobre seco, se
ejecutó un muro de escollera.-

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FIGURA Nº IX.1
Esquema del Puerto Claudio sobre la desembocadura del Tíber
con sus correspondientes obras de abrigo

Aún así, el puerto todavía estaba muy expuesto a las tempestades, y ya en el año 62
d.C., antes de acabar los trabajos de construcción, una tempestad hundió a 200 navíos.
Además su mantenimiento era muy costoso, porque se producía una alta sedimentación de
arena.-

Indudablemente en ese entonces no existían los métodos de evaluación utilizados


actualmente, sino que se aplicaban análisis empíricos.-

IX.2.- Movimientos admisibles de las embarcaciones

En función de lo señalado precedentemente, las obras de abrigo necesarias serían


aquellas que logren aquietar totalmente a las aguas en los espacios acuáticos utilizados
para las diferentes maniobras de las embarcaciones; condición muy difícil de lograr en un
ciento por ciento, teniendo en cuenta que siempre existirá una abertura en las obras de
abrigo por donde deberán ingresar y egresar los buques, y por el cual siempre subsistirá al
menos algún efecto colateral (9).-

Por ello deben analizarse diferentes alternativas en lo que respecta a la conformación


en planta de las obras de abrigo, a efectos de lograr encontrar la opción que minimice todo
lo posible los efectos hidrodinámicos internos a los que pueden considerarse como
admisibles para las diferentes operaciones portuarias.-
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A tal efecto, se utilizan los denominados diagramas de difracción, que permiten


establecer las agitaciones acuáticas en los espacios internos de las obras de abrigo, sobre la
base de las condiciones de las olas y el diseño de tales obras.-

En la Figura Nº IX.2 se encuentran clasificados y graficados los seis diferentes


movimientos a los cuales pueden estar sujetas las embarcaciones como consecuencia de la
acción de las olas.-

MOVIMIENTO DE LAS EMBARCACIONES

Avance y retroceso (surge)

Desplazamiento lateral (sway)

Elevación y descenso (heave)

Rolido (roll)

Cabeceo (pitch)

Giro (yaw)

Según (9) FIGURA Nº IX.2

En la Figura Nº IX.3 se determinan los valores admisibles de los movimientos


señalados precedentemente en los procesos de carga y/o descarga; los cuales dependen de
las características de las embarcaciones y de la modalidad utilizada para la carga y/o
descarga.-

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VALORES ADMISIBLES EN LOS MOVIMIENTOS DE LAS EMBARCACIONES

Buque y modo de Surge Sway Heave Roll Yaw


carga y/o m. m. m. grados grados
descarga
Petrolero ± 2,3 ± 1,0 ± 0,5 ± 4 ±3
Mineraleros ± 1,5 ± 0,5 ± 0,5 ± 4 ±2
(almeja)
Cerealeros
(elevador y ± 0,5 ± 0,5 ± 0,5 ± 1 ±1
succión)
Contenedores ± 0,5 ± 0,5 ± 0,3 ± 3 ±2
(lifto n-lift off)
Contenedores
(ro-ro, puerta ± 0,2 ± 0,2 ± 0,1 -- --
lateral)
Contenedores
(ro-ro, puerta ± 0,1 -- ± 0,1 -- --
proa/popa)
Carga general ± 1,0 ± 0,5 ± 0,5 ± 3 ±2
Gas ± 0,1 ± 0,1 -- -- --

Según (9)
FIGURA Nº IX.3

IX.3.- Contenidos y consideraciones de las evaluaciones para el diseño de las obras


de abrigo

Definido el lugar de emplazamiento de la zona portuaria, y en el caso de que no se


encuentre protegida naturalmente y, por lo tanto, deban diseñarse obras de abrigo, es
necesario inicialmente determinar las condiciones y características físicas que
necesariamente quedan involucradas en tales obras de ingeniería.-

Dichos factores a tener en cuenta, se pueden sintetizar en los siguientes elementos:

a.- Oleajes: alturas, períodos y longitudes. Direcciones y frecuencias correlacionadas;

b.- Corrientes: intensidades y direcciones;

c.- Mareas: niveles máximos, mínimo y medios;

d.- Seiches: Alturas y períodos;

e.- Ondas sísmicas: alturas y frecuencias;

f.- Condiciones batimétricas: profundidades y pendientes;

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g.- Condiciones geotécnicas: tipos y características físicas de los suelos y/o las
rocas, así como su capacidad portante;

h.- Erosión y sedimentación: procesos vinculados a las corrientes del litoral y/o
fluviales;

i.- Superficies a proteger: canales de acceso, fondeaderos, áreas de maniobras y


muelles de atraque;

j.- Requerimientos de movimientos de las embarcaciones: según tipo y tamaño


de las embarcaciones, tipos de cargas, modalidades de carga y/o descarga;

k.- Características de los materiales disponibles en la zona para las obras de


abrigo;

l.- Equipamientos e instalaciones disponibles para los procesos constructivos


de las obras de abrigo.-

Con respecto a las características físicas concernientes a la zona de influencia de las


obras de abrigo, es necesario tener en cuenta algunas cuestiones inherentes que deben
contemplarse de las mismas (9):

∙ En lo que respecta al oleaje, es indispensable tener en cuenta que normalmente los


relevamientos disponibles están realizados en aguas profundas, alejados de la costa;
razón por la cual es necesario acondicionar los datos a las situaciones prevalecientes
en los sectores de emplazamiento de las obras de abrigo, mediante la utilización de
diagramas de refracción.-

∙ Para el diseño de las obras de protección debe establecerse la denomina altura


significativa de las olas en los sectores de emplazamiento de las mismas,
correspondiente a H1/3; pero en algunas circunstancias es necesario determinar la
altura máxima y los correspondientes a H1/10 y H1/100.-

∙ Es esencial determinar la rotura de las olas, sobre la base de la relación entre las
alturas de las mismas y las pendientes de fondo de las zonas de emplazamiento de
las obras de abrigo, teniendo en cuenta su influencia sobre la estabilidad de estas
últimas.-

∙ Teniendo en cuenta que a diferencia de las olas que son detenidas en su avance por
las obras de protección, las corrientes del litoral son desviadas, pudiendo generar
efectos colaterales, como ser socavaciones de las bases de asiento de las obras de
abrigo o depósitos de materiales en los accesos portuarias que luego deben ser
dragados permanentemente.-

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Incluso tales desvíos pueden generar efectos molestos en los sectores de acceso a
las superficies acuáticas interiores.-
∙ Las condiciones geotécnicas sobre las cual se apoyarán las obras de abrigo podrán
exigir el mejoramiento de las mismas a través de diferentes alternativas posibles y
probadas en modelos y a escala real.-

IX.4.- Condiciones generales vinculadas con el diseño geométrico y estructural de


las obras de abrigo

X.4.1.- Trazado de las obras de abrigo

Definido el espacio terrestre para el desarrollo de las diferentes actividades portuarias,


la primera cuestión a definir es el trazado de las obras de abrigo en función de las
condiciones hidrodinámicas prevalecientes, a efectos de minimizar los efectos adversos
para la operación de las embarcaciones y los procesos de carga y/o descarga de las
mercancías.-

A tal efecto, una de las cuestiones a tener en cuenta se vincula a la batimetría de toda
el área de influencia, con el objetivo de lograr determinar los fenómenos de refracción de
las olas. Ello implica establecer aquellas zonas donde al acercarse a las costas, la energía de
las olas tienda a reducirse o disiparse lo más posible por unidad de ancho de frente de
ataque, en contraposición a aquellas condiciones donde puedan producirse concentraciones
que signifiquen mayor cantidad de energía por unidad de frente de ataque (8).-

Para ello es importante, en la medida de las posibilidades, aprovechar las condiciones


naturales que pudieran existir en las superficies acuáticas, tal es el caso de islas o
elevaciones en el fondo marino.-

A tal efecto es fundamental dedicar todo el tiempo necesario a estas evaluaciones,


estableciendo todas las alternativas posibles mediante el uso de los diagramas de refracción
y de difracción, así como la realización de eventuales ensayos sobre modelos físicos y/o
matemáticos tridimensionales; ya que de la decisión que finalmente se adopte dependerá el
resultado que se obtenga para el aquietamiento de las aguas interiores.-

Existen múltiples ejemplos de puertos que tuvieron que ir adecuando el desarrollo de


las obras de abrigo hasta encontrar una solución que se ajuste como mínimo a los
requerimientos de las operaciones establecidos en el ítem IX.2.-

IX.4.2.- Alternativas estructurales de obras de abrigo

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Dentro de las alternativas estructurales que se mencionarán a continuación, deben


tenerse en cuenta los materiales disponibles y los procedimientos constructivos existentes
en el mercado, ya que lo puede parecer como solución más conveniente desde el punto de
vista de las condiciones de estabilidad y comportamiento general, puede tener
inconvenientes en los procesos de ejecución, repercutiendo en los costos finales (9).-
En cuanto a las posibles estructuras, tal cual se describió en el Capítulo II las mismas
pueden ser englobadas en los siguientes tres tipos:

∙ Diques de paramento o muro vertical


∙ Diques de sección trapezoidal o de talud tendido
∙ Diques mixtos

Las obras de abrigo de paramento o muro vertical responden en términos


generales a las condiciones que se pueden observar en la Figura Nº IX.4, cuya característica
más definida es que la cara que da hacia el mar es indefectiblemente vertical. La cara
interior por razones constructivas también suele ser vertical, pero en algunas obras se han
adoptado paramentos escalonados.-

OBRA DE ABRIGO DE MURO VERTICAL

contrafuerte de hormigón
manto de defensa
espacios rellenos de hormigón primario (de rocas o
elementos artificiales)

lado interno lado del mar

cajones prefabricados

bloques de piedra
bloques de
piedra

nivel lecho del mar


escollera sin clasificar y
según UNCTAD (10) desechos de cantera FIGURA Nº IX.4

En su coronamiento suele construirse un contrafuerte de hormigón, que suele actuar


como un factor de seguridad frente a oleajes por encima de las adoptadas para el
correspondiente diseño, así como el desplazamiento de equipamientos y vehículos
vinculados al mantenimiento de la obra de abrigo o por necesidades vinculadas a la
operación portuaria.-

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Estructuralmente pueden estar conformados en base a:

∙ Cajones prefabricados flotantes o cilindros de hormigón armado (Figura Nº IX.4 y


Fotografía Nº IX.2).-

FOTOGRAFÍA Nº IX.2
Cajón flotante prefabricado para dique de muro vertical
Puerto de Santa Cruz de Tenerife

∙ Bloques de hormigón simple yuxtapuestos (Fotografía Nº IX.3).-


∙ Tablestacados de pared doble anclados o tablestacas hincadas.-
∙ Gaviones de tablestacas planas de acero.-

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FOTOGRAFÍA Nº IX.3
Construcción de una obra de abrigo con bloques de
hormigón yuxtapuestos – Puerto Sagunto (Valencia)

Merecen una análisis particular los cajones flotantes (Figura Nº IX.2), los cuales
constituyen estructuras de grandes dimensiones, que por su sección transversal aligerada
(multicelular) pueden flotar una vez terminadas.-

Eso les confiere una gran versatilidad en cuanto a construcción (mediante


hormigonado deslizante), transporte flotando y colocación en la obra prevista; existiendo
moles que superan los 10.000 m3 de materiales.-

Desde el punto de vista económico, existen razones para plantear la construcción de


diques flotantes, teniendo en cuenta el menor costo relativo que ofrecen estas estructuras
frente a otros tipos de configuraciones en obras que deben construirse en sitios con
grandes profundidades; ya que su valor de construcción es prácticamente independiente
de las mismas, mientras que el de un dique en talud crece exponencialmente con la altura,
teniendo en cuenta el incremento de los volúmenes.-

En los dos primeros casos, es decir los cajones y los bloques, se requieren de bases de
apoyo con la capacidad portante suficiente para soportar las importantes cargas que suelen
generar, así como superficies adecuadamente niveladas para lograr la necesaria verticalidad
de los paramentos.-

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Tales estructuras transmiten a la base no solamente los esfuerzos provenientes de sus


propios pesos, sino además los empujes resultantes de la acción dinámica de las olas que,
en definitiva, son las que deben contener para que no afecten los espacios portuarios
involucrados.-

Por otra parte, tratándose de cajones o bloques, las condiciones de la base de asiento
deben ser lo más homogéneas posibles a efectos de evitar asentamientos diferenciales que
puedan desacomodar la estructura, incluso con roturas en el contrafuerte o la estructura
corrida de hormigón que suelen ejecutarse en la parte superior (Figura Nº IX.4).-

Es por ello que la evaluación de las condiciones de las bases de asiento es un requisito
inicial e indispensable, debiendo ser mejoradas en aquellos casos en que sus condiciones
no cumplan con las exigencias que los proyectos determinan, mediante alguna de las
siguientes alternativas (8):

∙ Una capa sobreelevada de arena, grava y/o piedra, o con bolsas rellenas con
hormigón pobre encargadas de distribuir las solicitaciones (Figura Nº IX.4).-

∙ El reemplazo de de la capa superior por materiales más acordes para soportar las
solicitaciones, como ser la arena o la grava.-

∙ Consolidación mediante procesos de compactación.-

∙ Colocación de geotextiles o membranas que cumplan la función de distribuir


homogéneamente las solicitaciones.-

∙ Mejoramiento de la capacidad portante mediante la utilización de pilotes de arena,


suelo-cemento o productos de consolidación química.-

En los diseños con bloques y cajones deben contemplarse los efectos de socavación
que pueden producir las olas reflejadas y/o las corrientes de deriva litoral; razón por las
cuales es necesario ejecutar las correspondientes protecciones, normalmente consistentes
en la colocación de bloques de piedra u hormigón al pié de las obras de abrigo (Figura Nº
IX.4).-

En lo que respecta a los gaviones de tablestacas o los tablestacados de pared doble,


los mismos transmiten las solicitaciones a través de los rellenos que se colocan en el
interior, debiendo también contemplarse los efectos de las socavaciones, para lo cual las
tablestacas deben hincarse por debajo de los niveles previstos o mediante la ejecución de la
alternativa mencionada para los bloques y cajones.-

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Las obras de abrigo de sección trapezoidal o talud tendido corresponden a


aquellas cuyos paramentos son inclinados, y cuya base tiene un ancho superior a la cresta,
sobre el sustento que para su ejecución se utilizan materiales sueltos, desde grandes
bloques de piedra hasta suelos o arena de diferentes granulometrías (Figura Nº IX.5 y Nº
IX.6).-

OBRA DE ABRIGO DE SECCIÓN TRAPEZOIDAL

contrafuerte de hormigón manto de defensa


primario (de rocas o
manto de defensa elementos artificiales)
secundario (de rocas)

lado interno lado del mar

núcleo de rocas
tal cual sale de las
canteras o refulado
de arena

manto de defensa
secundario (de rocas)

nivel lecho del mar


según UNCTAD (10) FIGURA Nº IX.5

Las condiciones estructurales responden, en términos generales, a una composición


de las siguientes características (9):

∙ un núcleo ejecutado con material granular o impermeable.-

∙ capas sucesivas de rocas, cuyos tamaños cumplan la función de asegurar la


estanqueidad para que no se produzcan fugas de materiales.-

∙ una capa exterior de rocas o piezas premoldeadas de hormigón, con el objeto de


soportar y disipar la energía producida por la olas.-

En caso necesario, la base de asiento debe mejorarse mediante alguna de las


alternativas ya señaladas precedentemente para las obras de abrigo de paramento vertical.-

En cualquier circunstancia debe evitarse la migración de los materiales del núcleo a


través de la capa superior de la base de asiento por efectos de subpresión.-

Es necesario prestar especial atención a la capa externa la cual, como ya se mencionó,


es la encarga de soportar y disipar la energía del oleaje. Pueden estar constituidas por rocas
de relativamente gran tamaño, pero también se utilizan elementos prefabricados de
hormigón, las cuales pueden ser de formas cúbicas o de configuración abierta.-

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OBRA DE ABRIGO DE SECCIÓN TRAPEZOIDAL

FIGURA Nº IX.6

Desde la Fotografía Nº IX.4 hasta la Fotografía Nº IX.15 se pueden visualizar algunos


de los diferentes elementos de hormigón utilizados para el control y/o la disipación de la
energía producida por las olas y que se pueden encontrar disponibles en el mercado o
eventualmente ser fabricados in situ.-

En lo que respecta al coronamiento, la misma puede estar conformada por los


idénticos materiales o elementos utilizados para la protección del conjunto de la obra; pero
también suelen disponerse estructuras de hormigón que actúan como contrafuertes para
dar mayor rigidez a la estructura y/o como calzadas para la circulación de vehículos y
equipamientos para el mantenimiento y/o la operación portuaria.-

Ante la falta de materiales rocosos, se suele utilizar la alternativa de diseñar las obras
de abrigo con un núcleo compuesto con refulado de arena o incluso suelos cohesivos, con
una capa exterior conformada con rocas de menor tamaño ligadas con algún producto
asfáltico o de características equivalentes.-

ELEMENTOS PREFABRICADOS PARA COLOCACIÓN EN LAS CAPAS


EXTERNAS DE LAS OBRAS DE ABRIGO TRAPEZOIDALES

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FOTOGRAFÍA Nº IX.4
Sistema CODE – Se colocan FOTOGRAFÍA Nº IX.5
por encastramiento Colocación de elementos CODE sobre
membrana de geotextil

FOTOGRAFÍA Nº IX.6
Elementos de tetrápodos – Son estructuras FOTOGRAFÍA Nº IX.7
formadas por cuatro ejes, reposando siempre sobre Tetrápodos colocados en una obra
tres de ellas, formando composiciones de gran de abrigo trapezoidal
capacidad para absorber energía

FOTOGRAFÍA Nº IX.8
Elementos de dolos – Son estructuras
formadas por cuatro ejes, reposando siempre sobre
tres de ellas, formando composiciones de gran FOTOGRAFÍA Nº IX.9
capacidad para absorber energía Dolos colocados en una obra
de abrigo trapezoidal

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FOTOGRAFÍA Nº IX.10 FOTOGRAFÍA Nº IX.11


Elemento de hormigón tipo akmon – Se Elementos de cúbido – Se disponen al igual
utilizan del mismo modo que los dolos que los akmon, los dolos y los tetrápodos

FOTOGRAFÍA Nº IX.12 FOTOGRAFÍA Nº IX.13


Elementos Xbloc colocados en un Proceso de colocación de elementos Xbloc
dique trapezoidal rompeolas

FOTOGRAFÍA Nº IX.14
Colocación de elementos de protección cúbicos FOTOGRAFÍA Nº IX.15
Elementos de protección doloses

En estos casos las pendientes suelen más tendidas, generalmente menores a 1:7,
debiendo tenerse en cuenta que tal capa exterior no sea deteriorada por subpresiones que
puedan acontecer en las condiciones prevalecientes entre la acción de las olas y las
características de las obras diseñadas, razón por la cual suelen utilizarse en sectores de
poca profundidad (9).-

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Las obras de abrigo mixtas o compuestas, son aquellas que se encuentran


conformadas en la base por una estructura que responde a las condiciones de una obra de
abrigo trapezoidal y, en su parte superior por un dique de paramento vertical (Figura Nº
IX.6).-

OBRA DE ABRIGO MIXTA

Contrafuerte y calzada de
hormigón

lado lado del mar


interno
obra de abrigo de
paramento vertical

obra de
abrigo
trapezoidal

nivel lecho del mar

FIGURA Nº IX.6

El objetivo es que la parte inferior tenga una altura suficiente para atenuar la acción de
las olas sobre la estructura vertical reduciendo los efectos de reflexión, pero sin alcanzar un
altura tal que la haga absorber casi la totalidad de la energía.-

El dique de paramento vertical se diseña disminuyendo el ancho desde la base hasta la


parte superior, mediante el escalonamiento de bermas y cuya función es dinámica, ya que
influye en la disipación de la energía remanente de las olas.-

IX.4.3.- Ponderaciones para la elección y definición de las obras de abrigo

La elección del tipo de obra de abrigo para un determinado puerto depende de una
serie de factores, los cuales deben analizarse y ponderarse en lo que respecta a los niveles
de incidencia.-

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a.- Objetivos de la obra: Corresponde a la cuestión central previa a cualquier inicio


de los diseños y cálculos de una obra de abrigo. Comprenden cuestiones tales
como los requerimientos y los resultados que deberán cumplir (por ejemplo, si
además de su rol de resguardo se las utilizarán para disponer de instalaciones,
como es el caso de oleoductos o cintas transportadoras); así como el nivel de
protección y aquietamiento de las aguas en la zona portuaria.-

Ello permite definir su vida útil, sus roles y si estarán sujetas a cargas adicionales.
Para el caso de obras de gran envergadura, se agrega la necesidad de analizar los
niveles de riesgo, que implica definir las características del trazado y la
composición de las estructuras (9).-

b.- Condiciones batimétricas: Indudablemente en el transcurso de las trazas de las


obras de abrigo las profundidades son variables, avanzado generalmente desde la
costa hacia mar adentro.-

En las evaluaciones se adoptan las condiciones prevalecientes en los sitios de


máxima profundidad, donde las solicitaciones y el volumen de las obras serán
mayores.-

Como criterio de orden general, a grandes profundidades la tendencia aconseja


por razones de economía utilizar obras de abrigo de paramento vertical, ya que,
indudablemente, las obras de abrigo de talud tendido exigen mayores cantidades
de materiales a medida que aumentan lasalturas; siendo también posible como
solución intermedia la conformación de obras de abrigo mixtas (8).-

c.- Fundaciones: Como se ha señalado precedentemente, las condiciones de la base


de apoyo son fundamentales para la estabilidad y la vida útil de las obras de
abrigo.-

Tales aspectos deben ser analizados en función del diseño de las estructuras que
finalmente se adopte, ya que cada una de ellas tendrán necesidades y exigencias
diferentes, todo lo cual quedará a su vez sujeto a las condiciones geotécnicas,
normalmente cambiantes a lo largo de la traza.-

Para el caso de las obras de abrigo trapezoidales, la energía cinética producida


por las olas son absorbidas en su totalidad por las capas externas de rocas o
elementos premoldeados ya mencionados precedentemente, así como por el peso
propio de la estructura, sin que por lo tanto tales acciones sean transmitidas a la
base (9).-

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Por lo tanto, la fundación debe soportar únicamente el peso propio de la obra de


abrigo. Sin embargo es necesario tener en cuenta que la transmisión a la base de
dicho peso se realiza a través de las rocas y/o los materiales granulares utilizados
en la parte inferior de las estructuras; produciéndose la penetración de los mismos
en la capa de apoyo si las condiciones prevalecientes así lo determinan.-

Dicha situación puede acontecer incluso durante el período de vida útil de las
obras, estando en condiciones de producir desacomodamientos en el perfil de las
estructuras, los cuales, incluso, pueden propiciar colapsos o condiciones no
compatibles con las finalidades para las cuales fueron diseñadas. En otras alcanza
con la simple reposición de los perfiles mediante el agregado de materiales.-

También es necesario tener en cuenta que en determinados tipos de suelos


pueden producirse deslizamientos, generando fallas extremas en las obras de
abrigo.-

Los asentamientos diferenciales, cualquiera sea su origen, terminan afectando


indudablemente las estructuras de hormigón que eventualmente puedan
construirse en el coronamiento (Fotografía Nº IX.16).-

Cualesquiera sean las necesidades, las alternativas de mejoramiento de las bases


de asiento son aquellas ya señaladas en este mismo ítem.-

Por las características de las estructuras, las obras de abrigo de paramento


vertical funcionan monolíticamente ante la acción dinámica de las olas sobre la
superficie que se encuentra del lado del mar, produciendo tres tipos de
reacciones:

∙ Momentos de volcamientos
∙ Tendencias de deslizamientos en la base
∙ Solicitaciones en las bases de asiento

Benicio S. Szymula – Vías de Comunicación II 135


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CAPÍTULO IX: Control de las acciones hidrodinámicas
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FOTOGRAFÍA Nº IX.16
Fisuras en la estructura de hormigón de un dique trapezoidal

A las situaciones anteriores deben sumarse los pesos propios que obviamente se
transmiten a las bases de asientos y que, por estar situados sobre una menor
superficie que las obras de abrigo trapezoidales, obviamente transmiten mayores
esfuerzos, los cuales deben ser contenidos adecuadamente teniendo en cuenta las
condiciones intrínsecas de rigidez, que conllevan el riesgo de rupturas ante los
posibles asentamientos diferenciales (9).-

Teniendo en cuenta tales escenarios, los cajones flotantes por su gran tamaño
(Fotografía Nº IX.2) son menos sensibles a los asentamientos diferenciales, ya que
permiten una mejor distribución de las cargas ante eventuales
deshomogeneidades en las bases de asiento.-

Las soluciones para mejorar las condiciones de las fundaciones de las obras de
abrigo de paramento vertical, son las mismas que para el caso de las estructuras
de talud tendido.-

En lo que respecta a las obras de abrigo mixtas, deben aplicarse los conceptos
señalados precedentemente, en cuanto a que la parte trapezoidal tiene que estar
en condiciones de soportar adecuadamente la parte superior constituida por una
estructura de paramento vertical y, por supuesto, la base de asiento en el lecho
marino debe estar adecuada para sostener todo el conjunto así diseñado.-

d.- Disponibilidad de materiales: Este rubro es un factor fundamental para la


elección del tipo de estructura, fundamentalmente en aquellas de talud tendido,
conformadas por rocas de diferentes tamaños (9).-

Benicio S. Szymula – Vías de Comunicación II 136


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CAPÍTULO IX: Control de las acciones hidrodinámicas
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Teniendo en cuenta que para su ejecución se necesitan disponer de importantes


volúmenes de piedra que respondan a las calidades requeridas, esto es tamaño y
capacidad a la resistencia mecánica y a la meteorización, por razones económicas
los yacimientos no se pueden encontrar muy alejados de los baricentros de las
obras.-

FOTOGRAFÍA Nº IX.17
Carga de materiales rocosos sobre pontones a pié del yacimiento

El material pétreo se obtiene mediante procesos de voladura de aquellos macizos


rocosos que garanticen las características físicas, químicas y mecánicas
determinadas como requisitos mínimos.-

Normalmente se tratan de ubicar tales yacimientos cercanos a las costas, a


efectos de poder ser colocados directamente en embarcaciones identificadas como
gánguil o pontón (Fotografía Nº IX.17).-

Dichas embarcaciones se caracterizan por disponer de un fondo plano, con la proa


y la popa de igual forma, utilizados para depositar materiales granulares dentro
del mar. Están formadas por un flotador de acero, normalmente periférico, con
una base que se abre por abatimiento; lo cual permite la descarga por gravedad
(Fotografía Nº IX.18).-

Muchas veces existen dificultades y es costosa la obtención de los bloques de gran


tamaño que se colocan en la parte exterior, razón por la cual debe analizarse la
factibilidad de utilizar elementos premoldeados de hormigón, teniendo en cuenta
que deberá conformarse un obrador especialmente para la fabricación de los
mismos, teniendo en cuenta que en algunos casos deben abonarse los derechos
por patente (9).-

Benicio S. Szymula – Vías de Comunicación II 137


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CAPÍTULO IX: Control de las acciones hidrodinámicas
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En estos casos, se produce una necesidad equivalente a las obras de abrigo de


paramento vertical, cual es la de disponer de los agregados suficientes y
necesarios en cuanto a granulometría y resistencia para ser utilizados en los
concretos de hormigón.-

FOTOGRAFÍA Nº IX.18
Abatimiento de un pontón para descarga de piedras

Los materiales utilizados para las bases sobre las cuales se fundan tales obras,
exigen menores condiciones que las restantes, no obstante lo cual deben
contemplarse cuestiones tales como los posibles procesos de disgregación y
meteorización a lo largo de su vida útil.-

d.- Disponibilidad de equipos de construcción: La disponibilidad y los costos de


los equipamientos necesarios para la construcción de obras de abrigo deben ser
evaluados conjuntamente con las cuestiones concernientes a los materiales a ser
utilizados en el diseño de las estructuras.-

Por la cantidad y las características de los materiales a ser consumidos, así como
por la necesidad de trabajar en los sectores acuáticos y a distintas profundidades,
los equipamientos esenciales para la totalidad de los trabajos previstos (desde la
obtención de los materiales en cantera, pasando por el transporte y colocación en
los sitios asignados) deben reunir en su mayoría características especiales,
algunos de los cuales se pueden observar en las Fotografías Nº 17 a Nº 20.-

Benicio S. Szymula – Vías de Comunicación II 138


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CAPÍTULO IX: Control de las acciones hidrodinámicas
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Teniendo en cuenta las características distintivas y únicas de las obras de abrigo,


muchos de los equipamientos, como es el caso de los pontones para el transporte
acuático de las rocas (Fotografía Nº IX.18), no se encuentran frecuentemente en el
mercado, a lo cual se asocia que en caso de existir las cantidades y rendimientos
pueden no ser los que se prevén para la ejecución de la totalidad de ítems
proyectados.-

FOTOGRAFÍA Nº IX.19
Ejecución de una obra de abrigo de talud tendido

Ello obliga, por lo tanto, a analizar adecuadamente los métodos de ejecución de


las obras, los rendimientos posibles de lograr y, por lo tanto, los tiempos
necesarios para cada una de las etapas y para el total de lo consignado.-

Dicha cuestión debe ser analizada, no solamente por el Contratista, sino también
por el Comitente, quién en algunas circunstancias diseña ciertos tipos de
estructuras que exigen la disponibilidad de equipamientos difíciles de conseguir
habitualmente en el mercado, debiendo ser obtenidos en otros lugares, lo cual
puede terminar distorsionando inadecuadamente el costo final de la obra.-

En el caso de las obras de abrigo de paramento vertical, es necesario proceder a la


instalación de un obrador, tanto para la construcción de los cajones flotantes
(Fotografía Nº IX.2) como los bloques (Fotografía Nº IX.3).-

Los cajones flotantes construidos en diques secos, muelles o diques flotantes


(Fotografía Nº IX.21), exigen luego de remolcadores para ser traslados hasta los
sitios de emplazamiento (Fotografía Nº IX.22) y equipos para su posicionamiento.-

Benicio S. Szymula – Vías de Comunicación II 139


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CAPÍTULO IX: Control de las acciones hidrodinámicas
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FOTOGRAFÍA Nº IX.20
Gabarra para la ejecución de pilotes de refuerzo
de las bases de asiento de las obras de abrigo

FOTOGRAFÍA Nº IX.21
Dique flotante para fabricación de cajones para obras de abrigo
Puerto de Santa Cruz de Tenerife

Benicio S. Szymula – Vías de Comunicación II 140


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CAPÍTULO IX: Control de las acciones hidrodinámicas
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FOTOGRAFÍA Nº IX.22
Remolque de un dique flotante para obras de abrigo

e.- Daños en las obras de abrigo: A pesar de las experiencias producto de las
innumerables obras de abrigo ejecutadas en todo el mundo, así como de los
múltiples métodos de diseños y cálculos, siempre existen situaciones que
conllevan el riesgo de daños parciales (Fotografía Nº IX.23) o colapsos de gran
magnitud.-

Las características de la rotura varían según las estructuras adoptadas, cuestión


que, por lo tanto, merece un análisis particular en función de las condiciones
prevalecientes en los sitios de emplazamiento, tales como la dinámica del oleaje,
la batimetría o las particularidades de la base de asiento, entre otros factores (8).-

En el caso de las obras de abrigo de talud tendido, las mismas están sujetas a
procesos de degradación y fuga de materiales que exigen un continuo
mantenimiento a efectos de mantener el gálibo proyectado.-

Por otra parte, los daños o roturas suelen producirse en tramos parciales, lo cual
permite en la mayoría de los casos su recuperación sin mayores inconvenientes,
siendo necesario, por supuesto, actuar rápidamente.-

En el caso de las obras de abrigo de paramento vertical, los mantenimientos


periódicos prácticamente no son necesarios, salvo por los efectos de cavitación en
las paredes de hormigón externos (9).-

Ante solicitaciones extremas los colapsos suelen ser instantáneos, siendo muy
difícil recuperar los tramos deteriorados, razón por la cual la solución más
frecuente es la de ejecutar en tales sectores un dique de escollera.-

Benicio S. Szymula – Vías de Comunicación II 141


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CAPÍTULO IX: Control de las acciones hidrodinámicas
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FOTOGRAFÍA Nº IX.23
Rotura de un tramo de obra de abrigo de escollera - Tenerife

e.- Condicionantes por los oleajes: Las características dinámicas y temporales de


las olas es parte necesaria de los análisis referentes al tipo de estructura a
adoptar, en lo que se refiere en este caso a las cuestiones vinculadas a la ejecución
de las obras (9).-

Si las olas de gran magnitud se presentan en determinados períodos del año, es


necesario preveer, por lo tanto, la ejecución de los trabajos en los momentos de
mayor calma, adelantando todo lo posible al menos en los ítems centrales, como
lo es el transporte y la colocación de los cajones flotantes, pudiendo
posteriormente terminarse con el relleno de los huecos y otras cuestiones
inherentes a tales estructuras.-

Por otra parte, debe tenerse en cuenta que una obra de abrigo de talud tendido
tiene la característica de poseer bajos coeficientes de reflexión, ya que se diseñan
para absorber la mayor cantidad posible de la energía que generan las olas
(Fotografía Nº IX.24; en cambio una obra de abrigo de paramento vertical, cuya
condición es la de reflejar a las olas, suelen generar como consecuencia una gran
agitación de las aguas que pueden dificultar localmente la construcción de las
partes componentes de la misma (Fotografía Nº IX.25).-

IX.4.4.- Condiciones de los materiales a emplear

Como en cualquier obra de ingeniería, indudablemente las características de los


materiales tienen un rol preponderante en las características y los resultados de las obras
de abrigo a lo largo de su vida útil; siendo tres los componentes esenciales: rocas,
hormigón y acero (9).-

Benicio S. Szymula – Vías de Comunicación II 142


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CAPÍTULO IX: Control de las acciones hidrodinámicas
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FOTOGRAFÍA Nº IX.24 FOTOGRAFÍA Nº IX.25


Baja reflexión de energía en una obra de abrigo Alta reflexión de olas en una obra de abrigo de
de paramento de escollera inclinado paramento vertical

a.- Rocas: También identificadas como escolleras, corresponden a los materiales


naturales rocosos obtenidos en canteras mediante procesos de voladura.-

Deben poseer condiciones intrínsecas tales como alto peso específico y


características mineralógicas que permitan su durabilidad ante condiciones
adversas, soportando adecuadamente las acciones físicas, químicas y mecánicas,
potenciales factores para dar lugar a los procesos de meteorización física y/o
química.-

Es esencial su análisis en laboratorio, efectuando los ensayos recomendados para


estos casos por las teorías de la mecánica de roca: examen petrográfico, peso
específico, resistencia a la compresión y a las acciones dinámicas, tenacidad ante
fenómenos de congelamiento/descongelamiento, descomposición por acción de
las aguas eventualmente contaminadas, entre otros aspectos.-

Ante los procedimientos de voladuras, los mantos rocosos deben lograr la


conformación de elementos con los tamaños requeridos pero, además, que las
formas sean cúbicas, esto es ni chata ni oblonga, a efectos de lograr una adecuada
trabazón, fundamentalmente en las capas externas (9).-

En todos los casos deben evaluarse la calidad de los mantos rocosos en relación a
los costos, no solamente de explotación, sino de transporte cuando los
yacimientos se encuentren alejados.-

En estos casos es necesario comparar con la utilización de elementos de hormigón


prefabricados, cuyas características se analizaron precedentemente.-

Benicio S. Szymula – Vías de Comunicación II 143


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CAPÍTULO IX: Control de las acciones hidrodinámicas
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Un aspecto particular a tener en cuenta se vincula a la dispersión de los tamaños


de las rocas luego de las voladuras, cuyos porcentajes varían según las
características geotécnicas de las mismas, pero que a efectos de tener una
referencia general, se pueden establecer los siguientes porcentajes para
formaciones rocosas altamente consolidadas y de peso específico elevado (8) (es el
caso de los basaltos y los granitos dentro de las rocas eruptivas, o las cuarcitas y
los gneis dentro de las rocas metamórficas, entre otras):

∙ hasta 0,2 tn. ……………. 50 %


∙ entre 02 a 1,0 tn. ……….. 15 %
∙ entre 1,0 a 4,0 tn. ………. 20 %
∙ entre 4,0 a más tn. ……… 15 %

Para el caso de ser necesarios por las exigencias dinámicas de las olas bloques de
tamaños mayores a las 10 toneladas, es necesario recurrir a los elementos de
hormigón, ya que es muy difícil lograr a partir de la voladura de los mantos
rocosos.-

El peso y la cantidad de material rocoso en cada capa variará según el diseño


correspo0ndiente, pero siempre cumpliendo las condiciones establecidas por la
Ley de Filtro de Terzaghi, quién ha determinado que un filtro debe cumplir dos
condiciones: retención y permeabilidad.-

Para cumplir con la primera, esto es la retención, Terzaghi estableció que en


principio la misma se cumple cuando el tamaño de las partículas del filtro que
corresponde al 15% más fino identificado como D 15 es cuatro veces menor que el
tamaño de la partícula del material base que corresponde al 85% más fino
identificado como d 85; y para cumplir con la segunda condición estableció que la
relación de permeabilidad entre el material de base y el material del filtro debe
variar entre 25 y 100, es decir que el requerimiento se cumple cuando el tamaño
de las partículas del filtro que corresponde al 15% más fino D 15 es por lo menos
cuatro veces mayor que el tamaño de las partículas del material base que
corresponde al 15% más fino, identificado como d 15, es decir:

4 d 15 < D 15 < 4 d 85

A efectos de realizar una rápida estimación de los volúmenes de materiales


necesarios una vez que se haya prediseñada la sección de la estructura, debe
tenerse en cuenta los espacios vacíos que conformarán los elementos rocosos,
pudiendo adoptarse para el caso de piedras de tamaños variables entre un 25 a un
30%, y para el caso de piedra cúbicas de tamaños relativamente similares de entre
un 35 a 40% de volúmenes vacíos.-

Benicio S. Szymula – Vías de Comunicación II 144


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CAPÍTULO IX: Control de las acciones hidrodinámicas
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b.- Hormigón: Las características de los hormigones dependen fundamentalmente


del tipo de estructura adoptado. Los elementos cúbicos premoldeados (Fotografía
Nº IX.3) tienen menos exigencias que aquellos utilizados para los cajones flotantes
(Fotografía Nº IX.2) (9).-

Sin embargo, en obras de esta naturaleza, los hormigones utilizados no solamente


deben cumplir con las especificaciones establecidas para cualquier obra de
ingeniería, sino, además, hay que tener en cuenta los ataques físicos, mecánicos y
químicos producidos por el mar.-

Las agresiones físicas y mecánicas son aquellas que se producen por la abrasión
de los materiales granulares o impactos de bloques que se encuentran en el agua,
la cavitación originadas por las olas, el permanente accionar de desgaste de las
aguas, o el congelamiento/descongelamiento de las aguas que se introducen en
los vacíos (Fotografía Nº IX.26).-

FOTOGRAFÍA Nº IX.26
Deterioro del hormigón por agresión de factores marinos

Benicio S. Szymula – Vías de Comunicación II 145


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CAPÍTULO IX: Control de las acciones hidrodinámicas
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En cambio los ataques químicos se originan por reacciones químicas de los áridos,
a raíz del magnesio y el sulfato que suelen contener las aguas marinas, así como
por los elementos provenientes de los desechos industriales y/o domésticos que
puedan descargarse en el mar.-

A tal efecto, se aconseja que el hormigón contenga la mínima porosidad posible


de lograr, máxima impermeabilidad, buenas terminaciones superficiales y, por
supuesto, mediante apropiados métodos de curados (9).-

Las obras de hormigón se encuentran relacionadas con el agua del mar de acuerdo
a tres modalidades específicas:

∙ En la zona totalmente sumergida


∙ En el sector que fluctúan los niveles por la acción de las mareas
∙ La extensión fuera del agua expuesta a la acción de las olas y sus efectos
colaterales

Evidentemente, para las estructuras de hormigón las dos últimas son las más
comprometidas y, por lo tanto, las que exigen un análisis más particular.-

Las normas aconsejan una resistencia de las probetas a los 28 días que no sea
inferior a los 300 kg/m 3, pero sin superar los 500 kg/m 3 a fin de evitar
fisuramientos o roturas de origen térmico, a cuyos efectos es necesario un
porcentaje de cemento mayor que las obras de ingeniería no expuestas a tales
condiciones extremas (9).-

Debe prestarse atención al tipo de cemento a utilizar, ya que debe ser resistente a
los sulfatos, siendo recomendable que el contenido de aluminato tricálcico sea
bajo (9).-

Para los casos en que aparezcan reacciones de álcali-áridos, deberá procederse a


limitar la cantidad de sales de potasio y de sodio (9).-

En lo que respecta a los agregados, los mismos, en principio, deben cumplir los
mismos requisitos de cualquier hormigón: granulometría, dureza, forma y
limpieza.-

El agua debe ser dulce y sin componentes de ninguna naturaleza. Mientras que la
relación agua-cemento debe ser lo más baja posible pero compatible con una
adecuada trabajabilidad, no debiendo superar los 0,50 para hormigones armados
y los 0,65 para los bloques u hormigones masivos sin armaduras (9).-

A efectos de mejorar la impermeabilidad se aconseja la incorporación de aire que


no supere el 4%.-

Benicio S. Szymula – Vías de Comunicación II 146


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CAPÍTULO IX: Control de las acciones hidrodinámicas
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c.- Acero: Los aceros utilizados en las estructuras de hormigón sufren una fuerte
afectación en función de las características de las aguas del entorno sobre las
cuales se encuentran emplazadas las obras de abrigo, específicamente cuando
entran en contacto con las mismas a raíz de fisuras, disgregaciones o cavitaciones
en la capa superficial de tales estructuras.-

Sin embargo las mayores consecuencias suelen producirse en las tablestacas de


acero laminado, las cuales se fabrican de diferentes calidades y resistencias, así
como para disímiles exigencias estructurales de las obras de abrigo de paramento
vertical (9).-

Obviamente que están sujetas a altos potenciales de corrosión, fundamentalmente


en los sectores donde se producen las fluctuaciones de los niveles del mar, ya sea
por las mareas, oleajes y/o salpicaduras, favorecido cuando se tratan de aguas
cálidas.-

Se suelen utilizar diferentes procedimientos para minimizar dichos efectos, tal es


el caso de pinturas anticorrosivas, revestimientos bituminosos y expoxis, cincados
y protecciones catódicas. Se han experimentado con el agregado de elementos
adicionales al acero original, como ser el cobre, pero no han proporcionado
ningún resultado satisfactorio.-

En función de los costos, las alternativas más utilizadas son las pinturas y los
revestimientos. En cualquiera de los casos deben aplicarse sobre superficies
limpias de óxidos y, además, el hincado de las mismas debe concretarse con
mucho cuidado a efectos de evitar que los rozamientos y/o golpes eliminen parte
de tales aplicaciones.-

Los cincados y las protecciones catódicas son más costosos y, además, su


aplicación es difícil de controlar.-

Por lo tanto en la práctica, y a efectos de alargar la vida útil de tales elementos, se


suelen utilizar aceros laminados de mayor espesor, con la correspondiente
aplicación de pinturas o revestimientos (9).-

IX.5.- Características y dinámica de las olas

El mar sufre perturbaciones que se materializan a través de ondas, ocasionadas por


factores tales como las fuerzas de atracción del sol y la luna, las variaciones rápidas de la
presión atmosférica, los sismos y las erupciones volcánicas en los fondos oceánicos, y las
acciones de los vientos (6).-

Benicio S. Szymula – Vías de Comunicación II 147


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CAPÍTULO IX: Control de las acciones hidrodinámicas
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Las ondas exhiben propiedades que dependen fundamentalmente de los factores que
las originan, siendo una de tales características el período oscilatorio, elemento que suele
utilizarse para su clasificación.-

Teniendo en cuenta la diversidad de causas que generan las ondas del mar, también
son múltiples los períodos oscilatorios, de manera tal que puede establecerse la siguiente
clasificación (Figura Nº IX.7) (6):

CLASIFICACIÓN DE LAS ONDAS DEL MAR EN


FUNCIÓN DE SU PERÍODO

ALTURA RELATIVA PERÍODO DE LA ONDA


DE LAS ONDAS
0,1 seg. 1 seg. 30 seg. 5 min. 12 hs. 24 hs.

ondas de ondas de ondas de


olas ondas de infra largo mareas
capilares ultra ondas de gravedad período
gravedad gravedad
viento y sol y
ondas de tormentas luna
gravedad y sismos
viento

0 0,1 1 10 102 103 104 105 106

s/ (6) PERÍODO DE LA ONDA EN SEGUNDOS FIGURA Nº IX.7

∙ Ondas capilares: con períodos menores a 0,1 segundo


∙ Ondas de ultragravedad: con períodos que van desde 0,1 a 1 segundo
∙ Ondas de gravedad: con períodos de 1 a 30 segundos
∙ Ondas de infragravedad: con períodos de 0,5 a 5 minutos
∙ Ondas de largo período: con períodos de 5 minutos a 12 horas
∙ Ondas de marea: con períodos de 12 a 24 horas
∙ Ondas transtidales: con períodos superiores a las 24 horas

Las ondas capilares se identifican como rizos, las cuales se producen principalmente
por la tensión superficial de las aguas que actúan como fuerzas restitutivas del estado de
equilibrio de la superficie (Fotografía Nº IX.26). Tienen un período inferior a 0,1 segundo,
una longitud de onda menor a los 2 centímetros y una muy pequeña altura, siendo su
velocidad de propagación mayor cuando menor es su período, pero siendo siempre superior
a los 23 centímetros por segundo (Figura Nº IX.7).-

Benicio S. Szymula – Vías de Comunicación II 148


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CAPÍTULO IX: Control de las acciones hidrodinámicas
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FOTOGRAFÍA Nº IX.27
Ondas capilares – Mar rizado

Las ondas de ultragravedad y de gravedad son originadas por la tensión superficial y


la gravedad terrestre las primeras, y por la gravedad principalmente las segundas, que
actúan como fuerzas restitutivas; y se producen como consecuencia de la acción de los
vientos que actúan sobre la superficie del mar.-

FOTOGRAFÍA Nº IX.28
Mar de viento

Dichas ondas se denominan, según el lugar en el que se encuentren, en (6):

∙ olas o mar de viento: cuando se encuentran en las zonas donde son generadas por
los vientos y aparecen simultáneamente a los vientos que la han formado, o que la
están formando (Fotografía Nº IX.28).-

Benicio S. Szymula – Vías de Comunicación II 149


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CAPÍTULO IX: Control de las acciones hidrodinámicas
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En la mar de viento hay olas de todos los tamaños y todas las longitudes de onda. Se
propagan en direcciones diferentes; las crestas son cortas y se entrecruzan unas con
otras. Todo ello es debido a que las olas son engendradas continuamente (unas van
creciendo mientras que otras ya son grandes) por el viento instantáneo real que se
sabe que es rechazado, variando continuamente en dirección y fuerza.-

En estas situaciones casi siempre es posible ver unas características y una dirección
de propagación dominantes. La tendencia es a fijarse en las olas más altas,
prescindiendo de los pequeños rizos que también coexisten.-

Por tal razón se define como altura significativa de la mar de viento (Hs) al
promedio de las alturas del tercio de olas que son más altas. Es a la altura
significativa a la que se refieren los partes meteorológicos mientras no se
especifique lo contrario.-

Entre la altura significativa (Hs), la altura media verdadera (Hm) (promedio de todas
las olas, tanto grandes como pequeñas), y la altura máxima (Hx), de un mar de
viento, existen las siguientes relaciones:

Hs = 1,6 Hm = 0,7 . Hx

Para definir la altura significativa de la mar de viento se suele utilizar la Escala de


Douglas:

Grado Nombre Altura


en metros
0 ……………………… Calma …………………………………. 0
1 ……………………… Rizada ………………………………… 0a1
2 ……………………… Marejadilla …………………………… 0,1 a 0,5
3 ……………………… Marejada ……………………………. 0,1 a 1,25

4 ……………………… Fuerte marejada ……………………. 1,25 a 2,5


5 ……………………… Mar gruesa ………………………… 2,5 a 4,0
6 ……………………… Mar muy gruesa …………………… 4,0 a 6,0
7 ……………………… Arbolada …………………………….. 6,0 a 9,0
8 ……………………… Montañosa ………………….……… 9,0 a 14,0
9 ……………………… Enorme …………………………….. más de 14

En la mar de viento la complejidad es tal que debería considerarse que cada ola se
propaga por su cuenta, a la velocidad dada por la ecuación de la ola simple.

No hay duda de que es el viento el que engendra el oleaje, aunque hay alguna
laguna en el conocimiento teórico detallado del mecanismo.-

Benicio S. Szymula – Vías de Comunicación II 150


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CAPÍTULO IX: Control de las acciones hidrodinámicas
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Se tiene conocimiento de que a partir de un cierto límite (2 nudos), el viento


comienza a originar olas, al principio muy pequeñas (algunos centímetros de
longitud de onda), pero que van creciendo progresivamente en altura y longitud de
onda.-

Al principio la altura de la ola progresa más deprisa que su longitud, por lo que se
encrespa y la pendiente se hace mayor. Después de un cierto límite empieza a
ocurrir al revés. Sigue creciendo la longitud de onda, pero la altura aumenta cada
vez más despacio, de modo que la ola va haciéndose más suave.-

La relación entre la velocidad de propagación de la ola (c), y la del viento generador


(W), establecida como c/W, es un índice de vejez de la ola que se utiliza para
relacionarla con la pendiente y que se expresa en %.-

c/W H/L
0,2 6
0,4 9
0,5 10
0,6 8
0,8 6
1,0 4
1,4 2,5

El oleaje tiende a adquirir gran parte de sus características, tales como la altura, el
periodo, la longitud y la velocidad, en función de la velocidad del viento generador.-

Tales particularidades, que teóricamente sólo se alcanzarían después de un tiempo


infinitamente largo (persistencia infinita) y de un recorrido (actuando el viento
encima de la ola), también infinitamente largo (fetch), corresponden a la llamada
mar plenamente desarrollada.-

El tiempo que está soplando el viento sobre el área generadora (persistencia) y la


longitud de dicha área (fetch), son los límites al oleaje real, de modo que éste queda
por debajo de la mar plenamente desarrollada.-

∙ mar de fondo: es el movimiento de las olas (también llamado oleaje o sistema de


olas) que se propaga fuera de la zona donde se ha generado, pudiendo llegar a
lugares muy alejados. Por tanto este estado del mar no tiene relación alguna con el
viento presente, aunque su causa es el viento que se haya originado en otra área
distinta (Fotografía Nº IX.29).-

Las olas del mar de fondo se caracterizan por su período regular y sus crestas
suaves. La longitud de la onda es muy superior a su altura, presentando crestas
redondeadas que no rompen nunca en alta mar. La altura de las olas es
sensiblemente igual y su perfil tiende hacia la forma sinusoidal.-

Benicio S. Szymula – Vías de Comunicación II 151


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CAPÍTULO IX: Control de las acciones hidrodinámicas
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Las olas pequeñas, que enmascaran a las más grandes en la mar de viento,
desaparecen muy pronto, después de que han abandonado el área generadora,
quedando sólo las de mayor longitud de onda, pues el amortiguamiento es tanto
más rápido cuanto menor es la longitud de onda. Esto hace más fácil la distinción
de las características o parámetros de la mar de fondo que la de estos parámetros
en la mar de viento.-

Todo lo anteriormente expuesto tiene validez solamente en alta mar (olas de aguas
profundas, definidas con la condición de que su longitud de onda sea menor que el
doble de la profundidad).-

FOTOGRAFÍA Nº IX.29
Mar de fondo

∙ mar de leva: cuando se encuentran fuera de las zonas de generación, en regiones


de calma o vientos débiles, y se diferencian del mar de fondo porque se producen
donde la profundidad del mar es poca (Fotografía Nº IX.30).-

Se caracterizan por el aumento anormal de la altura del oleaje, incremento que es


ocasionado por el efecto de fricción entre la superficie del mar y el viento, el cual es
intensificado con el paso de sistemas atmosféricos de mal tiempo (bajas presiones)
que empujan las aguas oceánicas hacia la costa causando fuertes oleajes.-

∙ rompientes o precursoras de la mar de fondo: originadas en aguas profundas


como mar de viento, únicamente rompen las olas que son inestables, o lo que es lo
mismo las muy abruptas, las de pendiente suficientemente acusada para que la
velocidad de las partículas de agua en las crestas sea mayor que la de propagación
de la ola, entonces se escapa el agua de la cresta hacia adelante originándose los
denominados rociones.-

Benicio S. Szymula – Vías de Comunicación II 152


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CAPÍTULO IX: Control de las acciones hidrodinámicas
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Dicha pendiente se obtiene dividiendo la altura de la ola (H) por la longitud de


onda (L). Cuando esa pendiente es mayor a 1/7, la ola rompe (Fotografía Nº
IX.31).-

FOTOGRAFÍA Nº IX.30
Mar de leva

La mar de fondo, después de un largo recorrido sólo contiene olas con líneas de
crestas muy largas, de poca pendiente (poca altura y mucha longitud de onda).
Cuando el oleaje se aproxima a una playa la ola empieza a deformarse en cuanto el
fondo marino está a una profundidad igual a su longitud de onda; a partir de
entonces el perfil de la ola se hace asimétrico con la cara delantera
progresivamente más vertical, hasta que el agua de la cresta cae por delante en
rociones, rompiendo a veces en forma violenta.-

FOTOGRAFÍA Nº IX.31

Benicio S. Szymula – Vías de Comunicación II 153


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CAPÍTULO IX: Control de las acciones hidrodinámicas
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Rompientes

Al mismo tiempo el oleaje es frenado, de manera más acentuada donde el fondo es


menos profundo, con lo que la línea de cresta va girando hasta ponerse paralela a
los sucesivos veriles (líneas de igual profundidad del fondo), y por fin a la línea de
costa, si es que se desplaza atravesada a ésta.-

Teórica y experimentalmente, se ha llegado a la conclusión que en el caso de aguas


someras las olas rompen en cuando la profundidad del fondo marino es igual a la
altura de la ola multiplicada por 1,3 (d = 1,3H). Con una carta de veriles puede
pronosticarse a que distancia de la línea de costa comenzarán las rompientes.-

Las de ultragravedad y gravedad tienen un período entre 0,1 a 30 segundos,


longitudes y velocidades de propagación variables, que pueden ser de hasta 1.000 metros y
45 metros/segundo, respectivamente, y alturas que van desde los pocos centímetros hasta
los 20 metros aproximadamente.-

Las olas o mar de viento, la mar de fondo, la mar de leva y las rompientes son en la
práctica cuatro etapas o procesos en la vida de un mismo fenómeno, que se presenta
progresiva y continuamente cambiante durante su propagación desde la región en que se
generan hasta las costas donde finalizan su proceso.-

Las ondas de infragravedad son denominadas también como pulsaciones de la


resaca, ya que se originan en las zonas de las rompientes como consecuencia de la
variabilidad que es propia de las alturas de las olas, propagándose en sentido contrario, es
decir hacia alta mar con períodos de 30 segundos a 4 minutos, con ondas de gran longitud
y alturas que son aproximadamente el 10% de la elevación media de las rompientes que las
generan (Figura Nº IX.7).-

Las ondas de largo período actúan con períodos que van desde los 15 a los 20
minutos, y con una altura no mayor de los 5 centímetros. Han sido correlacionadas con la
situación meteorológica prevaleciente, pero sin que hasta ahora se tenga absoluta
seguridad respecto a su origen (Figura Nº IX.7).-

Los seiches tienen un período de hasta 60 minutos y corresponden a una onda


estacionaria en un cuerpo de agua encerrado o parcialmente encerrado. Los seiches y los
fenómenos relacionados a los seiches se han observado en lagos, embalses, piletas,
bahías, mares (Figura Nº IX.7).-

La clave de requerimiento para formar un seiche es que el cuerpo de agua esté al


menos parcialmente delimitado (tal es el caso de los espacios encerrados por las obras de
abrigo, lo que permite la formación de la onda estacionaria.-

Tienen la particularidad de que pueden ser aumentadas cuando el período de la


oscilación que las causa coincide con el período de oscilación natural del espejo de agua
donde se verifican, o con una armónica de tal período, por producirse resonancia (6).-
Benicio S. Szymula – Vías de Comunicación II 154
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CAPÍTULO IX: Control de las acciones hidrodinámicas
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PROCESO DE FORMACIÓN DE LOS SEICHES

ONDA ESTACIONARIA DE UN NODO


Elevación
Presión atmosférica Viento

Nivel de equilibrio
Depresión hidrostático

Elevación
Elevación ONDA ESTACIONARIA DE DOS NODOS

Presión atmosférica

Depresión

Nodo Antinodo FIGURA Nº IX.8

Son frecuentemente imperceptibles a simple vista, y un observador navegando sobre


la superficie puede no darse cuenta que dicho fenómeno está ocurriendo debido a las
longitudes de ondas extremadamente largas.-

El efecto es causado por resonancias en el cuerpo de agua que está siendo


disturbada por uno o más factores, y frecuentemente por efectos meteorológicos (viento,
variaciones de la presión atmosférica), sismicidad o tsunamis.-

La gravedad siempre trata de restaurar la superficie horizontal de un cuerpo de agua


líquida, ya que representa la configuración en la que el agua está en equilibrio hidrostático
(Figura Nº IX.8).-

Los resultados de movimiento vertical armónico, produce un impulso que se moviliza


a lo largo de la masa de acuática a una velocidad que depende de la profundidad del agua.
El impulso se refleja de vuelta al final de la cuenca, generando interferencias. Las
reflexiones repetidas producen ondas estacionarias con uno o más nodos, o puntos que no
experimentan ningún movimiento vertical (Figura Nº IX.8).-

Benicio S. Szymula – Vías de Comunicación II 155


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CAPÍTULO IX: Control de las acciones hidrodinámicas
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La frecuencia de la oscilación está determinada por el tamaño de la cuenca, su


profundidad y las formas dispuestas en el lecho, así como la temperatura del agua.-

FOTOGRAFÍA Nº IX.32
Efectos de la depresión de un seiche – Puerto de Palma de Mallorca

El período natural más largo para una seiche en un cuerpo de agua


rectangularmente encerrado, es usualmente representada por la fórmula de Merian:

Período (T) = 2L
√ gh

donde:
L: es la longitud de la superficie acuática;
h: la profundidad promedio del cuerpo de agua;
g: la aceleración de la gravedad.-

FOTOGRAFÍA Nº IX.33

Benicio S. Szymula – Vías de Comunicación II 156


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CAPÍTULO IX: Control de las acciones hidrodinámicas
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Olas sísmicas

En relación con los fenómenos sísmicos o volcánicos submarinos, existen ondas con
períodos de entre los 10 a los 20 minutos, que se denominan olas sísmicas (Figura Nº
IX.7).-

Tienen una gran longitud y alta velocidad de propagación, del orden de los 200
kilómetros y los 150 mts./seg., respectivamente, y cuando llegan a las costas se elevan
entre 10 1 20 metros, produciendo inundaciones con consecuencias desastrosas (6)
(Fotografía Nº IX.33).-

Las mareas son ondas de período semidiurno o diurno, ya que es el resultado de la


atracción que el Sol y la Luna ejercen sobre las masas acuáticas (Figura Nº IX.7). Se
manifiestan a lo largo de las costas con elevaciones del nivel del mar que en algunos
lugares pueden llegar hasta los 18 metros (6).-

FOTOGRAFÍA Nº IX.34
Bajamar en el Golfo de Vizcaya – Embarcaciones asentadas sobre el lecho

Finalmente, las ondas transtidales tienen períodos superiores a las 24 horas y se


deben a fenómenos meteorológicos que se reflejan como elevaciones y depresiones del
nivel del mar.-

Cuando se propagan hacia las costas se levantan unos 5 metros o más, causando
graves daños, como los que provocan las ondas de tormenta producidas por los vientos
fuertes de los ciclones que se encuentran en el mar.-

IX.5.1.- Refracción, reflexión, difracción e interferencia de las olas

Las olas se desplazan más lentamente a medida que es menor la profundidad del
agua y en masas acuáticas de profundidad variable; es por ello que aquellas situadas en
aguas menos profundas disminuyen de velocidad, mientras que las que se hallan en aguas
más profundas la aumentan.-

Benicio S. Szymula – Vías de Comunicación II 157


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CAPÍTULO IX: Control de las acciones hidrodinámicas
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Las olas que tienden hacia las aguas menos profundas al sufrir el proceso de frenado
por las condiciones prevalecientes en el lecho desvían su trayectoria original tendiendo a
disponerse paralelas a las costas, dando lugar a un proceso denominado com0 refracción
(Fotografía Nº IX.35).-

Debido a las distintas profundidades del fondo del océano, las trayectorias de la
refracción de olas pueden ser muy complicadas. Además las olas que llegan a las islas
pueden ser refractadas y después reflejadas en una dirección completamente distinta
(Fotografía Nº IX.35).-

FOTOGRAFÍA Nº IX.35
Ondas de refracción

En cambio el fenómeno de reflexión es análogo al que sufre la luz, ya que el rayo


luminoso es sustituido por la línea perpendicular al frente de la ola, y ésta se refleja al
encontrar un obstáculo adecuado, cumpliendo con las leyes de reflexión, es decir, el
ángulo de incidencia y el de reflexión son iguales, quedando en un mismo plano el rayo
incidente, el reflejado y la perpendicular a la superficie reflectora en el punto de
incidencia.-

Benicio S. Szymula – Vías de Comunicación II 158


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CAPÍTULO IX: Control de las acciones hidrodinámicas
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Las conformaciones geomorfológicas tales como cabos, islas, entradas estrechas a


bahías, pasos estrechos entre dos islas, etc.; o procesos náuticos, tales como las corrientes
marinas, son los obstáculos más comunes que pueden oponerse o interponerse al oleaje,
produciendo los fenómenos de reflexión.-

El fenómeno de la difracción puede ser comparado con lo que ocurre con la luz,
ya que se trata del fenómeno mediante el cual si en una habitación oscura hay un orificio
en una pared, se observa desde dentro la luz exterior desde cualquier lugar en que se
pueda divisar el agujero, aunque no se esté enfrente de él.-

FOTOGRAFÍA Nº IX.36
Ondas de difracción en la entrada a una bahía

En el caso del oleaje el fenómeno se origina con "agujeros" enormemente mayores


que en el caso de las ondas luminosas, como pueden serlo la boca de un puerto o de una
bahía suficientemente cerrada.-

Los bordes de entrada al recibir el oleaje exterior se convierten en centros emisores


de oleaje por difracción, remitiendo hacia el interior del puerto o bahía un oleaje distinto
al recepcionado, y que se propagan como abriéndose en abanico, siendo más débil que el
que le dio origen.-

Como esto se produce en ambos extremos de la entrada, las dos ondulaciones que
penetran al interior se interfieren entre sí pudiendo llegar a agitarse las superficies
acuáticas internas si es importante el oleaje que procede desde mar adentro (Fotografía Nº
IX.36).-

Benicio S. Szymula – Vías de Comunicación II 159


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CAPÍTULO IX: Control de las acciones hidrodinámicas
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Pero esas olas generadas por difracción también son emitidas hacia el exterior del
puerto, interfiriéndose con el oleaje que llega; y si este último es suficientemente uniforme
puede llegar a surgir un fenómeno definido como olas estacionarias, siendo esta una
ondulación que no se propaga, por lo que sus crestas y senos aparecen siempre en los
mismos lugares.-

Dicho oleaje estacionario no siempre tiene lugar, siendo necesarias determinadas


características concernientes a la longitud de onda.-

Tratándose de una isla, el oleaje que llega se divide a barlovento (lugar desde donde
viene el viento), en dos brazos o conjuntos de ondas distintos que rodean el obstáculo,
volviéndose a reunir a sotavento (lugar hacia donde va el viento), donde se interfieren,
pudiendo dar lugar a un oleaje más alto que el de cada uno de tales grupos de ondas por
separado. Eso ocurre especialmente si la isla o la interferencia no presentan en sus
contornos salientes pronunciadas.-

Cuando el oleaje se encuentra con una corriente marina de sentido contrario al de


propagación de las olas; la velocidad de transmisión de las mismas disminuye, al mismo
tiempo que se hacen más cortas y más altas. La consecuencia es que aumenta la pendiente
del oleaje, apareciendo la mar con crestas que rompen en el lugar (borreguillos).-

Para tener una situación de la ganancia en altura que adquieren las olas en estos
casos, basta tener en cuenta que sólo con que la corriente marina contraria sea de 2 a 5
nudos de velocidad, la altura de las olas aumenta entre un 50 y un 100 por ciento. Así por
ejemplo, si la altura del oleaje es de alrededor de 3 metros, una corriente contraria de 2 a
5 nudos le hace aumentar hasta alcanzar valores entre 4½ y 6 metros.-

En consecuencia, basta que este bajando la marea, para que las olas que llegan a la
costa aumenten notablemente de tamaño.-

Por el contrario, en el caso de que el oleaje alcance un área donde haya una corriente
marina de su misma dirección y sentido, las olas adquieren una velocidad de propagación
mayor, se hacen más rápidas, aumentan su longitud y disminuyen su altura, haciéndose
menos abruptas, más tendidas y por tanto más estables.-

De esta forma, el oleaje que se propaga hacia la costa se hace más tendido, más
largo y menos veloz durante la pleamar.-

IX.5.2.- Elementos de las olas

En las Figuras Nº IX.9 y Nº IX.10 se pueden visualizar los elementos que se utilizan
para definir e identificar a las olas.-

Benicio S. Szymula – Vías de Comunicación II 160


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CAPÍTULO IX: Control de las acciones hidrodinámicas
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La cresta corresponde a la parte más elevada de la superficie del agua y que se


identifica por la línea que discurre por los puntos más altos; mientras que el seno es el
sector más bajo que se registra por la línea que pasa por los puntos más deprimidos;
atravesadas ambas líneas a la dirección de propagación de las olas, definiéndose como
ortogonal a toda línea horizontal paralela a la dirección de propagación (6).-

Los demás componentes de las olas se corresponden a:

∙ Altura (H): incumbe a la distancia vertical entre la cresta y el seno de una ola.-

∙ Amplitud (A): corresponde a la distancia vertical entre la cresta o el seno y el nivel


de aguas tranquilas o medias.-

ELEMENTOS DE LAS OLAS

dirección de propagación Órbita y giro de


una partícula
Ψ
CRESTA CRESTA

NIVEL u
DEL MAR
w
v
A = amplitud H = altura de la ola

d = profundidad
del fondo SENO

L = Longitud de la ola

lecho del mar

FIGURA Nº IX.9

∙ Longitud de de la ola (L): atañe a la distancia entre dos crestas o dos senos.-

∙ Pendiente (δ): corresponde a la relación entre la altura (H) y la longitud (L);

∙ Número (k): se refiere a la relación 2 Π / L.-

∙ Período (T): concierne al intervalo de tiempo que transcurre entre dos apariciones
sucesivas por un determinado punto fijo de dos crestas o dos senos.-

Benicio S. Szymula – Vías de Comunicación II 161


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CAPÍTULO IX: Control de las acciones hidrodinámicas
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∙ Velocidad (C): es aquella a la que se traslada sobre la superficie del mar una fase
de la ola, ya sea de crestas o senos.-

∙ Frecuencia (σ): se define como la relación 2 Π /T.-

∙ Edad (β): corresponde a la relación entre la velocidad de la ola y la del viento que la
genera,-

∙ Velocidad orbital (v): concierne a la que tienen las partículas del agua en virtud de
la existencia del movimiento ondulatorio de la ola, siendo igual a la suma vectorial
de la velocidad orbital (u) y la velocidad orbital vertical (W) (Figura Nº IX.9).-

∙ Dirección (Ψ): se refiere a la orientación de las ortogonales en la dirección y


propagación de la ola.-

∙ Profundidad relativa (d/L): corresponde a la relación que existe entre la


profundidad del fondo en el lugar que se analiza y la longitud de la ola.-

Cuando la profundidad relativa es mayor de 0,5 se considera que las olas están en
aguas profundas, y cuando tal relación es menor que 0,5, que están en aguas
poco profundas.-

DIAGRAMA IDEALIZADO DE UNA OLA OCEÁNICA

Diagrama idealizado de una ola oceánica no rompiente que muestra los componentes básicos, así
como el movimiento de las partículas de agua en las profundidades. A una profundidad igual a la
mitad de la longitud de onda, esto es L/2 (nivel de línea punteada), dicho movimiento es
despreciable.-
FIGURA Nº IX.10

Benicio S. Szymula – Vías de Comunicación II 162


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IX.5.3.- Desarrollo y propagación de las olas

Las olas originadas por los vientos comienzan a formarse cuando los mismos
alcanzan a soplar con una velocidad de aproximadamente 110 centímetros por segundo
(alrededor de los 3 km/h), a partir del cual las primeras tienden a crecer de tamaño debido
a una doble acción transmisora de energía por parte de los vientos a las aguas en las cuales
actúan: en la forma de presión normal a las ondas y mediante arrastre friccional (6).-

Por razón de los factores de duración e intensidad de los vientos, las olas así formadas
aumentan en altura y acrecientan su período, longitud y velocidad, hasta adquirir límites
determinantes de un estado de equilibrio que depende también de la extensión del mar
sobre la cual actúan los primeros, y que se identifican como alcance de los vientos.-

Las magnitudes de los elementos de las olas presentes en un determinado lugar y en


un cierto instante dependen, entonces, de las velocidades de los vientos, el alcance de los
vientos, así como el tiempo durante el cual actúan los vientos (denominados duración de
los vientos), así como las olas existentes en el momento en que empiezan a soplar los
vientos prevalecientes (6).-

La energía que acumulan las olas es directamente proporcional al cuadrado de su


altura, y el efecto de la viscosidad de las aguas en amortiguarlas durante su traslado es
mayor en las olas más cortas, pudiéndose observar como las olas pequeñas decaen
rápidamente una vez que se alejan de las áreas donde han sido generadas, mientras que las
de mayor tamaño se conservan y propagan mejor para subsistir y transformarse en mar de
fondo.-

El estado de la superficie del mar en un lugar determinado es, en general, el resultado


de la combinación de varios conjuntos de olas de diferentes períodos y alturas originados
en diferentes regiones por la acción irregular de los vientos que suelen poseer una gran
variabilidad en sus velocidades, duraciones y direcciones; de manera tal que las olas que se
producen forman parte de grupos de olas cada uno de ellos con elementos de diferentes
magnitudes (6).-

La energía que contienen las olas de una determinada agrupación producidas por una
cierta perturbación eólica, se propaga en el mar a una velocidad que se define como
velocidad de grupo, siendo igual, en aguas profundas, a la mitad de la velocidad de las
olas individuales.-

Dicha velocidad de grupo aumenta a medida que disminuye la profundidad del fondo
hasta ser, en aguas poco profundas, igual a la velocidad de las olas.-

Benicio S. Szymula – Vías de Comunicación II 163


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CAPÍTULO IX: Control de las acciones hidrodinámicas
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Entonces, de acuerdo a lo señalado precedentemente, en las regiones de máximas


alturas de las olas los grupos se trasladan a la mitad de la velocidad de las olas;
particularidad que da lugar que al observar la primera ola de un grupo se la vea desaparecer
a la misma rápidamente para ser sustituida inmediatamente por la siguiente, y así
sucesivamente; lo cual significa que las olas individuales atraviesan el grupo entrando por
detrás y saliendo por delante del mismo, dejando la mitad de su energía durante tal avance
y poniendo de manifiesto la existencia de un sector poco extenso que comprende a la ola
del centro en la que se produce un rápido aumento de su altura que establece un frente de
la perturbación que se traslada a la velocidad del grupo.-

IX.5.4.- Teoría de las olas

Tal cual ya fuera mencionado, las fuerzas que intervienen en la generación de las
ondas en las masas acuáticas provienen de la presión atmosférica, la gravedad, la rotación
terrestre, la tensión superficial y la fricción interna; sin embargo para el análisis de las olas
producidas por el viento suelen no tenerse en cuenta las tres últimas por su relativamente
baja incidencia (6).-

Las olas tienen un perfil sinusoidal y su velocidad de propagación depende de la


longitud (L) y de la profundidad (d) del fondo. La energía aportada por el viento al agua es
transmitida no sólo a lo largo de la superficie del mar, sino también hacia abajo.-

Sin embargo, el movimiento circular disminuye hacia la parte inferior hasta que, a
una profundidad igual a aproximadamente la mitad de la longitud de ola medida desde el
nivel de aguas tranquilas (d = L/2), el movimiento de las partículas de agua resulta
despreciable. Esa profundidad es conocida como base del oleaje.-

La disminución de la energía de la ola con la profundidad se muestra en la Figura Nº


IX.10 mediante los diámetros rápidamente decrecientes de las órbitas de las partículas de
agua. A pesar de que se anula el diámetro de los movimientos orbitales, no ocurre lo
mismo con el horizontal, siendo allí rectilíneo y periódico el desplazamiento de las
partículas involucradas.-

En las aguas profundas, esto es d > 0,5 L, la velocidad de propagación depende sólo
de la longitud de la ola, que a su vez depende únicamente del período, según la siguiente
relación:

C 0 = √ g x L 0 /2 x Π
donde:
C0 : velocidad de propagación de las olas en aguas profundas
L0 : longitud de las olas en aguas profundas

Del desarrollo de tal expresión, y siendo T el período, pueden obtenerse:

Benicio S. Szymula – Vías de Comunicación II 164


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CAPÍTULO IX: Control de las acciones hidrodinámicas
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C 0 = 156 x T

L 0 = 156 x T 2

Tal cual se puede observar en la Figura Nº IX.10, las órbitas circulares de las
partículas van decreciendo hacia el fondo, de modo que a una distancia de la superficie
igual a la mitad de la longitud de onda (L/2), no existe casi movimiento porque su
diámetro es 23 veces menor (6).-

En las aguas muy poco profundas, donde la profundidad relativa (d/L) es menor de
0,05, la velocidad de las olas depende solamente de la profundidad del fondo, siendo igual
a:
C=√ g xd

donde:
C : velocidad de propagación
g : aceleración de la gravedad
d : profundidad

IX.5.4.1.- Movimiento orbital circular

Las olas pueden recorrer grandes distancias a través de las cuencas oceánicas. En uno
de los tantos estudios, se siguió el movimiento de las ondas generadas cerca de la
Antártida durante su desplazamiento a través de la cuenca del Océano Pacífico. Tras más
de 10.000 kilómetros, las olas acabaron disipando su energía una semana después en la
línea de costa de las islas Aleutianas de Alaska.-

El agua en sí misma no recorre toda la distancia, pero sí lo hace la forma de onda. A


media que la ola se desplaza, el agua transfiere la energía moviéndose en círculo. Este
movimiento se denomina movimiento orbital circular (Figura Nº IX.11).-

La observación de un objeto que flote sobre las olas revela que no sólo se mueve
hacia arriba y hacia abajo, sino que también tiene un ligero movimiento adelante y atrás
con cada ola sucesiva.-

En la Figura Nº IX.11 se muestra que cuando se acerca una cresta, un objeto


flotante se mueve al principio hacia atrás y luego hacia delante, pero siempre en ascenso;
luego hacia adelante y finalmente hacia atrás pero siempre en descenso cuando la cresta
pasa, repitiéndose el mismo ciclo ante el avance de una nueva ola.-

Benicio S. Szymula – Vías de Comunicación II 165


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CAPÍTULO IX: Control de las acciones hidrodinámicas
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MOVIMIENTO ORBITAL DE LAS PARTÍCULAS DE AGUA

FIGURA Nº IX.11

Cuando se traza el movimiento de la embarcación que aparece en la Figura Nº IX.11,


puede observarse que el barco se mueve casi en un círculo y regresa prácticamente al
mismo lugar. El movimiento orbital casi circular permite que la forma ondulada (la forma
de la ola) avance a través del agua, mientras que cada partícula que transmite la ola rote
en el lugar.-

IX.5.4.2.- Comportamiento de las olas en las zonas de rompiente

Cuando las olas están en zonas de aguas profundas no se ven afectadas por las
profundidades de las mismas; sin embargo, cuando se aproximan al litoral, los calados
van disminuyendo e influyen en el comportamiento de las mismas (Figura Nº IX.12).-

Las olas empiezan a modificarse a partir de profundidades menores al de la base


del oleaje. Los lechos comienzan a interferir en el movimiento de las aguas actuando en la
parte inferior de las mismas, ralentizado los avances, tal como ocurre con la parte central
de la Figura Nº IX.12.-

Benicio S. Szymula – Vías de Comunicación II 166


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CAPÍTULO IX: Control de las acciones hidrodinámicas
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A medida que las olas avanzan hacia el litoral, las mismas actúan ligeramente más
rápidas, produciéndose un efecto de lanzamiento hacia delante y una reducción de la
longitud (L).-

Mientras que las velocidades y las longitudes de las ondas disminuyen, estas últimas
aumentan sus alturas; alcanzando por último un punto crucial cuando las olas se disponen
con un porte fuertemente empinado para mantenerse en tales condiciones, de manera tal
que los frentes de las mismas se desploman y rompen, dando lugar a un avance de las
aguas sobre las áreas continentales (Figura Nº IX.12).-

MODIFICACIONES DE LAS OLAS SOBRE LAS ÁREAS DEL LITORAL

Cambios que se producen cuando las olas se desplazan sobre el litoral. Las mismas tocan el lecho
cuando se encuentran con profundidades de agua inferiores a la mitad de la longitud de onda. Las
velocidades de las olas disminuyen y se amontonan contra el litoral, haciendo que las longitudes
de las ondas disminuyan, lo cual resulta en un aumento de la altura de las olas hasta el punto en el
que en función de los necesarios equilibrios caen hacia adelante y rompen en la zona de arrastre.-

FIGURA Nº IX.12

El agua turbulenta creada por las olas rompientes se denomina arrastre. En las
superficies tierra adentro de las zonas de rompientes, las láminas turbulentas de las aguas
creadas por las masas que ascienden por las pendientes de las playas se denominan
batidas. Cuando la energía de la batida se ha disipado, el agua vuelve desde las playas
hacia la zona de rompiente, en un proceso que se identifica como resaca.-

Benicio S. Szymula – Vías de Comunicación II 167


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CAPÍTULO IX: Control de las acciones hidrodinámicas
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Cuando el tiempo es relativamente calmo, las acciones de las olas son mínimas. Sin
embargo, durante las tormentas las energías suelen ser de gran magnitud, dando lugar a
que cada ola implique el lanzamiento de miles de toneladas de agua hacia las costas o los
elementos artificiales que se encuentren en su trayectoria; y cuyas presiones pueden llegar
a superar varios miles de kilogramos por metro cuadrado.-

Una de las consecuencias es la formación de grietas y hendiduras en los acantilados,


los diques, los rompeolas y en cualquier otro elemento que esté sometido a esos enormes
impactos.-

El agua es forzada al interior de cualquier abertura, lo que hace que el aire contenido
en las grietas se comprima por el empuje de las olas, y cuando las mismas se retiran dicho
aire se expande rápidamente, desarrollando fragmentaciones de las estructuras sólidas,
aumentando de tamaño las grietas y extendiendo las fracturas.-

En las zonas de rompientes también se producen procesos de abrasión mediante la


combinación de las aguas con los fragmentos sólidos. De hecho, la abrasión es más
intensa en los sectores de rompientes que en cualquier otro entorno.-

IX.5.5.- Roturas de las olas

A efectos del diseño y el cálculo de estabilidad de las obras de abrigo, interesa


fundamentalmente la componente dinámica que se identifica como roturas de las olas;
teniendo en cuenta que en esas condiciones se produce la liberación de energía cinética que
se transforma en esfuerzos sobre las estructuras que deben contener los oleajes a efectos
de lograr el adecuado abrigo de las zonas portuarias (9).-

Tal cual se manifiesta en la Figura Nº IX.12, la rotura de las olas se pone de manifiesto
por el cambio de forma y el posterior colapso de las mismas, liberando energía que afecta a
las estructuras naturales y/o artificiales sobre las cuales actúa.-

En función de ello, en los diseños y en los cálculos es necesario conocer en que estado
actuarán las olas a lo largo de las trazas adoptadas; es decir si las olas serán normales, si se
estarán deformando o si corresponderán a rompientes.-

En aguas relativamente profundas, donde la relación d/L supera el valor de 0,50, las
olas rompen cuando su pendiente H/L supera un determinado valor, que según Mitchell
sería de H/L = 0,1418, o sea aproximadamente de 1/7, en cuyo caso adoptan la forma
que muestra la Figura Nº IX.13.-

En tales circunstancias, la velocidad de las partículas de agua en las crestas en sus


movimientos orbitales (Figura Nº IX.9), se iguala con la velocidad de desplazamiento de la
ola, siendo el ángulo de la cresta de α = 120º (9).-

Benicio S. Szymula – Vías de Comunicación II 168


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PENDIENTE MÁXIMA SIN ROTURA DE LAS OLAS

L= 7 H

Perfil de las olas de altura moderada y grande cuando tienen la máxima pendiente teóricamente posible de 1/7
FIGURA Nº IX.13

Las roturas de las olas, ya sea por superar la pendiente máxima admisible o por
ingresar a los sectores de rompientes, pueden adquirir tres modos diferentes, según lo
definido por Patrick y Wiegel, cuales son el spilling, el plunging y el surfing; a lo cual se
suma el collapsing establecido por Galvin (9) (Figura Nº IX.14), cada una de las cuales
responde a las siguientes características:

∙ Spilling: en este tipo de rotura, la ola se deprime y desestabiliza, transformándose


en un roller sobre el frente de la ola, que adquiere un aspecto espumoso. Tiene
lugar sobre todo en playas de pendientes suaves.-

∙ Plunging: es la forma más contundente de rotura del oleaje. La cresta de la ola gira
sobre misma y luego se desploma hacia su pié, creando una considerable
salpicadura. Tiende a producirse en playas con pendientes relativamente
pronunciadas.-

∙ Surging: este tipo de rotura se da en playas muy empinadas, en la cual la ola avanza
sin llegar a romper, deformándose y alisándose desde el fondo. El frente de de la ola
avanza hacia la cresta, produciéndose un proceso de reflexión.-

∙ Collapsing: este tipo de rotura se encuentra en la mitad de camino entre el


plunging y el surfing. La cresta nunca llega a romperse, si bien su frente se peralta y
colapsa, cuyo resultado es la generación de una gran cantidad de espuma.-

Según las evaluaciones realizadas por Patrick y Wiegel, el modo de rotura de las olas
depende fundamentalmente de la relación entre las alturas y las longitudes de las mismas
(H/L), así como del gradiente del fondo (i), y cuyos valores corresponden a (9):

Gradiente Valores de H/L (en profundidades ilimitadas)


i Surging Plunging Spilling
1:50 ≤ 0,0039 0,0039 a 0,02 > 0,02
1:20 ≤ 0,0079 0,0079 a 0,035 >0,035
1:10 ≤ 0,009 0,009 a 0,06 > 0,06

Benicio S. Szymula – Vías de Comunicación II 169


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TIPOS DE ROTURAS DE OLAS

FOTOGRAFÍA Nº IX.37 FOTOGRAFÍA Nº IX.38


Rotura de olas spilling Rotura de olas plunging

FOTOGRAFÍA Nº IX.39 FOTOGRAFÍA Nº IX.40


Rotura de olas surging Rotura de olas collapsing

Esquema de rotura de olas plunging

FIGURA Nº IX.14

La profundidad del agua está determinada por su nivel de equilibrio (Figura Nº IX.9) y
a su vez, por supuesto del estado de las mareas.-

De acuerdo a evaluaciones realizadas por Mc Cowan y Munk, la profundidad en la cual


se inicia la rotura de una ola surge de la siguiente relación:

Benicio S. Szymula – Vías de Comunicación II 170


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CAPÍTULO IX: Control de las acciones hidrodinámicas
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H b / d b = 0,78

donde:
Hb: altura de la ola en el momento de la rotura (Figura Nº IX.16)
db : profundidad del agua en el lugar que transcurre la ola (Figura Nº IX.16)

Entre las condiciones de rotura para aguas profundas (primera descripción) y las de
aguas poco profundas (segunda descripción), existe una zona de transición en la cual la
rotura de una ola se produce cuando la tangente hiperbólica (tanh) es igual a (9):

a) En cercanías de las aguas profundas:

H b = 0,14 tan h ( 2 Π d )
Lb Lb

b) En cercanías de las aguas poco profundas

H b = 0,14 tan h ( 5,6 Π d )


Lb Lb

En la Figura Nº IX.15 se pueden visualizar las diferentes zonas en los cuales se


producirían las roturas de las olas, en función de las pendientes de las mismas en aguas
profundas (H0 / g T2) y la profundidad relativa (H0 /g T2).-

En tales determinaciones no se ha tenido en cuenta la influencia de la pendiente del


fondo del lecho (i); a cuyos efectos es posible basarse en las investigaciones realizadas por
Galvin, Goda e Iversen, quienes han logrado establecer que la relación H b/d b varía con la
pendiente i y la articulación H 0/L 0.-

Las curvas que se presentan en las Figuras Nº IX.17 y Nº. IX.18 permiten establecer el
valor de H b, esto es la altura de rotura de una determinada ola, en función de H 0, L 0, T e i
(Figura Nº IX.14).-

De igual manera, las curvas de la Figura Nº IX.19 relacionan los valores de H’ 0 con H b,
T e i, mientras que las representaciones de la Figura Nº IX.20 acoplan las estimaciones de
H b con d b, i y T; teniendo en cuenta que H’ 0 corresponde a la altura de una ola en aguas
profundas que se encuentra en aguas no profundas, y bajo el supuesto de que la misma
solo ha sufrido modificaciones en la altura por efectos de los menores calados, no así como
consecuencia de la refracción (9).-

En las obras de abrigo, indudablemente las máximas solicitaciones tienen lugar


cuando las olas rompen sobre las mismas, efectos que deben determinarse para los
respectivos cálculos y diseños de las primeras.-

Benicio S. Szymula – Vías de Comunicación II 171


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CAPÍTULO IX: Control de las acciones hidrodinámicas
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CRITERIOS DE ROTURA DE LAS OLAS EN


AGUAS BAJAS Y PROFUNDAS

H0 / g T 2
H0 / L0 =
0,1
transición
0,01 ROTURA

Hb /db = 0,78

NO ROTURA
0,001

0,0001

aguas
aguas profundidad profunda
bajas de transición
s

0,001 0,01
d / g T2
0,1
según (9)
FIGURA Nº IX.15

La rotura de una ola comienza a producirse a una distancia X b, identificada como


trayectoria de rotura, la cual, según Hedar, suele ser (Figura Nº IX.16) (9):

Xb = L / 2

Con tal expresión, y estableciendo la profundidad de las aguas al pié de las obras de
abrigo, esto es d s (Figura Nº IX.16), puede determinarse la profundidad a la cual comenzaría
a producirse la rotura de las olas (Figura Nº IX.16 y gráfico de la Figura Nº IX.21):

db = ds + L . m
2

Benicio S. Szymula – Vías de Comunicación II 172


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CAPÍTULO IX: Control de las acciones hidrodinámicas
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Otras investigaciones estiman que la trayectoria de la rotura es igual a entre 6 y 7


veces la altura de la ola en rompiente (9) (Figuras Nº IX.14 y Nº IX.21):

Ds + 6 Hb . m < db < ds + 7 Hb . m
En ambos casos H b se puede obtener de la Figura Nº IX.20, aplicando sucesivos
cálculos hasta obtener el valor que se corresponda con el período T de la ola utilizada para
el diseño (9).-

Dicho período T se encuentra asociado en el mencionado gráfico de la Figura Nº IX.20


con la denominada pendiente de la ola en el momento de la rompiente, esto es H b /g .
T 2.-

PARAMETROS DE LAS OLAS EN ESTADO DE ROTURA

distancia de rotura de la ola

Xb

Hb
Obra
ds
de abrigo
db

1
gradiente (i)
l

según (9)
FIGURA Nº IX.16

Para el caso de las olas de mayor rompiente, tal es el caso de las plunging, Galvin,
Goda e Iversen proponen las siguientes condiciones (9):

X b = (4 – 9,25 . i) . H b

d b = d s + (4 – 9,25 . i) . H b . i

Del gráfico de la Figura Nº IX.2 se puede obtener el valor de H b en función de d s e i;


mientras que el gráfico de la Figura Nº IX.22 permite establecer los aspectos geométricos de
la rotura (9).-

Benicio S. Szymula – Vías de Comunicación II 173


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CAPÍTULO IX: Control de las acciones hidrodinámicas
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DETERMINACIÓN DE Hb SEGÚN: i - H0 - L0

2,2
zona de SURGING

2,0

1,8
transición a PLUNGING
Hb / H 0
1,6 zona de PLUNGING

1,4
transición a SPILLING

1,2
i = 0,100 – 1:10
i = 0,100 – 1:10
1,0
i = 0,100 – 1:10
zona de SPILLING
i = 0,100 – 1:10
0,8
0 0,01 0,02 0,03 0,04 0,05 0,06 0,07 0,08 0,09 0,10

según (9) H0 / L 0
FIGURA Nº IX.17

DETERMINACIÓN DE Hb SEGÚN: i - T

3,0

2,5

2,0

Hb / H 0
1,5 i= 0,100
i = 0,050
1,0 i = 0,033
i = 0,020

0,5
0,0004
0,0002

0,001

0,002
0,004
0,006

0,02
0,03
0,01

H0 / g T 2

según (9)
FIGURA Nº IX.18

Benicio S. Szymula – Vías de Comunicación II 174


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CAPÍTULO IX: Control de las acciones hidrodinámicas
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DETERMINACIÓN DE H0 SEGÚN: Hb – H´0 - T

2,8

2,4

2,0

Hb / H´0 1,6
i = 0,100
1,2 i = 0,050
i = 0,035
i = 0,020
0,8
0,6
0,0004
0,0002

0,001

0,002

0,004
0,006

0,02
0,03
0,01
según (9)
H0 / g T 2 FIGURA Nº IX.19

PROFUNDIDAD ADIMENSIONAL EN LA ROMPIENTE vs. PENDIENTE


DE ROTURA
Hb (ft /sec2) / T2

0 0,1 0,2 0,3 0,4 0,5 0,6 0,7

2,0

1,8 i = 0,00 – 1:∞


i = 0,01 – 1:100
i = 0,02 – 1:50
1,6
i = 0,03 – 1:33

i = 0,05 – 1:20
1,4
i = 0,07 – 1:14
i = 0,10 – 1:10
dB / Hb
1,2 i = 0,15 – 1:6,7
i = 0,20 – 1:5

1,0

0,8

0,6
0,002

0,004

0,006

0,008

0,010

0,012

0,014

0,016

0,018

0,020
0

según (9)
HB / g T 2 FIGURA Nº IX.20

Benicio S. Szymula – Vías de Comunicación II 175


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CAPÍTULO IX: Control de las acciones hidrodinámicas
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ALTURA DE ROTURA DE DISEÑO ADIMENSIONAL vs. PROFUNDIDAD


RELATIVA EN LA ESTRUCTURA
ds (ft /sec2) / T2
0 0,1 0,2 0,3 0,4 0,5 0,6 0,7

3,5

3,0

2,5

i = 0,10 – 1:5
2,0
i = 0,07 – 1:14

Hb / ds i = 0,05 – 1:20
1,5
i = 0,03 – 1:33
i = 0,02 – 1:50
1,0 i = 0,01 – 1:100
i = 0,0 – 1:∞

0,5

0
0,010

0,012
0,002

0,004

0,006

0,008

0,014

0,016

0,018

0,020
0

según (9)
ds / g T2 FIGURA Nº IX.21

Para lograr una adecuada determinación del efecto de rotura de la ola de diseño sobre
una obra de abrigo, es fundamental haber analizado adecuadamente cual es la altura de la
ola H 0 en aguas profundas que deberá adoptarse para los correspondientes cálculos y
proyectos.-

A su vez, es necesario analizar en que condiciones y en que lugar se produce la rotura


de la ola de diseño, ya que como se puede deducir, para un valor considerable de H 0, la
rompiente puede comenzar a una distancia tal de la obra de abrigo de manera que su efecto
se atenúe pudiendo llegar a ser despreciable.-

Las evaluaciones deben apuntar a establecer las condiciones de oleajes más críticas,
ya que basta que ocurran sola vez en el período de vida útil considerado para que se
produzcan deterioros e incluso colapsos en las estructuras.-

Benicio S. Szymula – Vías de Comunicación II 176


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CAPÍTULO IX: Control de las acciones hidrodinámicas
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VINCULACIONES GEOMÉTRICAS DE LA ROTURA DE UNA OLA

Hb . (ft /sec2) / g . T2
0 0,1 0,2 0,3 0,4 0,5 0,6 0,7

1,75

1,5

1,25
i = 0 – 1:0

1,0 i = 0,01 – 1:100


i = 0,02 – 1:50

db / Hb i = 0,03 – 1:33
0,75
i = 0,05 – 1:20
i = 0,070 – 1:14
0,5 i = 0,10 – 1:10
i = 0,20 – 1:5

0,25 β = d 0 / H0

0
0,002

0,004

0,006

0,008

0,010

0,012

0,014

0,016

0,018

0,020
0

según (9)
Hb / g . T2 FIGURA Nº IX.22

TRAYECTORIA DE LAS OLAS EN ESTADO DE ROTURA

X = Tp . H b
Comienzo de la
rotura

Hb

(db) máx. =α . Hb

(db) m-in. =β . Hb

gradiente i l

según (9)
FIGURA Nº IX.23

Benicio S. Szymula – Vías de Comunicación II 177


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CAPÍTULO IX: Control de las acciones hidrodinámicas
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IX.6.- Diseño de obras de abrigo de talud tendido

En el ítem IX.4.2.- Alternativas estructurales de obras de abrigo, se efectúa una


descripción de las características y condiciones generales de aquellas definidas como
trapezoidales o de talud tendido.-

Tal cual se pueden observar en las Figuras Nº IX.5 y Nº IX.6, las estructuras se
componen por materiales de diferentes tamaños, siendo la capa exterior en contacto con
los oleajes una conformación de bloques de rocas de gran tamaño o elementos
premoldeados como los que se pueden visualizar de las Fotografías Nº IX.4 a la Nº IX.15,
cuya finalidad es la resistir y disipar la energía cinética de los mismos.-

El objetivo es que se produzca un determinado grado de trabazón entre tales


elementos, dependiendo del tamaño, la forma y del modo de colocación, ya que en este
último caso pueden ser ubicados en forma masiva (método random) o depositados uno a la
vez.-

Como consecuencia de la acción de las olas tales componentes están sujetos a


desplazamientos e incluso deslizamientos de sectores localizados de la estructura.-

La complejidad de los fenómenos que se producen ha determinado una profusa


investigación en función de las múltiples estructuras existentes en todo el planeta; siendo
también diversos los métodos de diseños y cálculos existentes al respecto, las cuales en
términos generales establecen una vinculación entre las características de los elementos
utilizados en la capa exterior (fundamentalmente pesos específicos, trabazón y vacíos entre
los mismos), el ángulo del talud externo (hacia el mar), y las particularidades de los oleajes
de acuerdo a lo analizado en el ítem precedente (lugares y peculiaridades de las acciones).-

Cualquiera de las metodologías utilizadas tienen la finalidad de determinar el peso de


los elementos que deberán formar parte de la capa exterior, como componente de una
estructura que puede tener diversas conformaciones, cuyos casos más usuales se presentan
más adelante.-

Los datos necesarios para el diseño de una obra de abrigo de talud tendido
corresponden a (9):

a.- El nivel de protección que se desea alcanza en los espacios internos del puerto,
de acuerdo a los criterios sustentados en el ítem IX.2.- Movimientos admisibles
de las embarcaciones;

b.- Las condiciones batimétricas de toda el área de influencia según el trazado


adoptado, incluido las pendientes del lecho marino;

Benicio S. Szymula – Vías de Comunicación II 178


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CAPÍTULO IX: Control de las acciones hidrodinámicas
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c.- El comportamiento de las olas de diseño , determinando los parámetros


correspondientes a las alturas, los períodos, las alturas en los sectores de
emplazamiento de las obras; o en aguas profundas si se pueden disponer de los
elementos para confeccionar los diagramas de refracción correspondientes;

d.- Los niveles del mar en condiciones de reposo, teniendo en cuenta las acciones
de las mareas y otros factores que puedan ser determinantes en los sectores en
evaluación;

e.- El peso específico del agua;

f.- El peso específico de los materiales a ser utilizados en la capa exterior, ya sean
los bloques de piedra extraídos de canteras o los elementos de hormigón
premoldeados;

g.- El tamaño máximo de los bloques de piedra que pueden obtenerse de la o las
canteras dispuestas al respecto;

h.- Las instalaciones y equipamientos posibles de disponer para el caso de optarse


por la alternativa de utilizar bloques de hormigón premoldeados.-

En el marco de los datos necesarios enumerados precedentemente para el diseño de


obras de abrigo de talud inclinado, las más complejas corresponden al comportamiento de
las olas y, como parte de las mismas, a la determinación de la ola de diseño.-

Tal cual se estableció oportunamente, en las expresiones que se utilizan para el


diseño de las obras de abrigo se recurren a los parámetros correspondientes a las olas que
tienen una altura significativa correspondiente a H 1/3 ; la cual se define como aquella que
surge de considerar la altura media del tercio mayor de todas las olas relevadas o
detectadas.-

Por naturaleza, quienes que se encargan del relevamiento de las olas ponen más
atención en aquellas de mayor envergadura, razón por la cual el reporte de las mismas
normalmente suele aproximarse al valor de la altura significativa.-

Las olas significativas se pueden identificar por los siguientes parámetros:

C (velocidad) = 3,03 T

L (longitud) = 1,56 T2
siendo: C en nudos, L en metros y T en segundos.-

Para mayor seguridad, en la elaboración de los proyecto de las obras de abrigo suelen
adoptarse las olas con máximas alturas H máx. , o para los valores H 1/10 yH 1/100 .-

Benicio S. Szymula – Vías de Comunicación II 179


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CAPÍTULO IX: Control de las acciones hidrodinámicas
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En función de ello y considerando H 1/3 = 1,00, se pueden obtener las siguientes


relaciones:

H = 0,64 H 1/3

H 1/10 = 1,29 H 1/3

H máx. = 1,87 H 1/3

Las olas pueden provenir de diferentes direcciones, debiendo tenerse en cuenta que
aquellas que actúan normalmente serán indudablemente las que contendrán mayor energía
cinética a ser disipada por los elementos de los taludes.-

En todos los casos, es responsabilidad del proyectista adoptar la ola de diseño,


estimando la probabilidad de retorno en función de la vida útil de la obra y, obviamente,
establecer los denominados criterios de riesgo (9).-

IX.6.1.- Procedimiento de Hudson

Entre los múltiples métodos existentes y utilizados para el cálculo de las obras de
abrigo de talud tendido, uno de los más aplicados corresponde al procedimiento
desarrollado por Hudson en el Waterways Experiment Station (WES) del Cuerpo de
Ingenieros del Ejercito de los Estados Unidos; sobre la base de experimentaciones
realizadas con modelos reducidos y obras a escala real.-

La expresión que determina el cálculo de los elementos naturales y/o artificiales a ser
utilizados en la capa de protección exterior de tales obras de abrigo, se corresponde a:

W = ɣ r . H 3/ K Δ . (S r – 1) 3 . cotg α

en la cual:

W : peso de cada elemento de la capa de protección externa


ɣr : peso específico del material componente de dicho elemento
H : altura de la ola de diseño
Sr : relación entre el peso específico del material del elemento de protección
y del agua, es decir ɣr /ɣa
α : ángulo del talud adoptado para la obra de abrigo
KΔ : coeficiente definido en función de las características de los elementos
de protección adoptados, y que contempla factores tales como la forma,
el grado de trabazón y la rugosidad de la superficie (Figura Nº IX.24).-

Benicio S. Szymula – Vías de Comunicación II 180


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CAPÍTULO IX: Control de las acciones hidrodinámicas
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VALORES DE KΔ, ke y p

Tipo de Capas Colocación K Δ según condiciones


elemento preexistentes cotg. α ke P (%)
coef. de porosida
a b c d
capa d
tramo tramo extrem extremo
o
Roca
▪ redondeada 2 s/orden 2,4 1,2 1,9 1,1 1,5-3,0 1,02 38
▪ redondeada 3 s/orden 3,2 1,4 2,3 1,4 1,5-5,0 1,00 37
▪ angulosa 2 s/orden 4,0 2,0 3,2 1,9 1,5
2 s/orden 4,0 2,0 2,8 1,6 2,0
2 s/orden 4,0 2,0 2,3 1,3 3,0
▪ angulosa 3 s/orden 4,5 2,2 4,2 2,1 1,5-5,0 1,00 40
Tetrapodo y 2 s/orden 8,0 7,0 6,0 5,0 1,5 1,04(T) 50
quadrípodo 2 s/orden 8,0 7,0 5,5 4,5 2,0 0,95(Q) 49
2 s/orden 8,0 7,0 4,0 3,5 3,0
Tribar 2 s/orden 10 9,0 9,0 8,3 1,5 1,02 54
2 s/orden 10 9,0 8,5 7,8 2,0
2 s/orden 10 9,0 6,5 6,0 3,0
2 uniforme 15 12,0 9,5 7,5
Cubo 2 s/orden 7,5 6,5 5,0 -- 1,5-5,0 1,10 47
modificado
Hexápodo 2 s/orden 9,5 8,0 7,0 5,0 1,5-5,0 1,15 47
Dolos (*) 2 s/orden 31 15,0 16,0 8,0 2,0 0,94 56
2 s/orden 31 15,0 14,0 7,0 3,0
Nota: - Los valores subrayados fueron obtenidos mediante ensayos
- Para las condiciones a y b, en caso de optarse por suprimir los movimientos de los elementos
de protección, los valores de K Δ deben reducirse a la mitad
- Para el caso de los dolos (*) se aconseja efectuar los ensayos pertinentes

FIGURA Nº IX.24

Teniendo en cuenta que el denominador es adimensional, las unidades utilizadas


pueden ser las más adecuadas para el proyectista.-

La fórmula de Hudson presenta algunas restricciones que merecen ser consideradas


cuando se realizan las correspondientes evaluaciones:

▪ No contempla el período de la ola de diseño

▪ No analiza el ángulo de incidencia de la ola diseño, ya que supone que actúa


normalmente a la traza de la obra de abrigo, y que en esas condiciones produce las
máximas solicitaciones.-

Benicio S. Szymula – Vías de Comunicación II 181


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CAPÍTULO IX: Control de las acciones hidrodinámicas
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Los coeficientes KΔ que se utilizan en la Fórmula de Hudson y que se presentan en la


tabla de la Figura Nº IX.24, se obtuvieron mediante ensayos realizados para diferentes
elementos que suelen incorporarse a la capa de protección; y a cada uno de ellos les
corresponden cuatro valores según el tramo de la obra de abrigo y la condición de la ola de
diseño:

a.- En el tramo con olas sin rotura


b.- En el tramo con olas rompiendo
c.- En el extremo con olas sin rotura
d.- En el tramo con olas rompiendo

Del análisis de la tabla de la Figura Nº IX.24 se puede concluir que los coeficientes K Δ
disminuyen para los estados de rotura de ola y también para los extremos libres de una
obra de abrigo; lo cual significa que los elementos necesarios en la capa de protección
deberán ser de mayor peso que las necesarias para las otras condiciones.-

Es fácil advertir la razón de la necesidad de elementos de mayor peso para los estados
de rotura de ola, sin embargo los requerimientos en los extremos surgen en principio por
su forma usualmente cónica, de manera tal que al menos parte de su talud es
permanentemente sobrepasado por las olas (Fotografía Nº IX.41).-

cono de la obra de abrigo


de talud tendido

FOTOGRAFÍA Nº IX.41
Obra de abrigo de talud tendido con extremo cónico

Benicio S. Szymula – Vías de Comunicación II 182


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CAPÍTULO IX: Control de las acciones hidrodinámicas
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Por otra parte dichos extremos no solo reciben las acciones de las olas en un ángulo
de 90º según las condiciones impuestas en la Fórmula de Hudson, sino además en
diferentes direcciones, que en algunas circunstancias pueden acontecer la coincidencia de
crestas o sobreelevaciones de olas en la parte exterior con senos en el sector interior, lo
cual tiende a producir presiones hidrostáticas con el consiguiente flujo de las aguas a través
de los vacíos de la estructura adoptada, dando lugar a mayores solicitaciones que las que se
producen en el tramo (Fotografía Nº IX.41).-

Los valores de los coeficientes K Δ son independientes del ángulo α del talud, en la
medida que cotg. Α sea mayor a 1,5 e inferior a 5. Sin embargo en la tabla de la Figura Nº
IX.24 se encuentran incorporadas dependencias de dicho ángulo a efectos de ser utilizadas
en los extremos de las obras de abrigo, que como se vio precedentemente soportan
mayores solicitaciones.-

IX.6.2.- Criterios de daños, riesgos y seguridad

Como aplicación de orden general, la fórmula de Hudson se basa en el principio de


que en base a la ola de diseño no debieran existir daños en la capa externa de protección
de una obra de abrigo de talud tendido (9).-

Sin embargo, como ya se determinó precedentemente, la ola utilizada para el diseño


no es la máxima que estadísticamente pudiera acontecer en cada sector que se evalúe;
siendo por lo tanto aconsejable establecer cuales podrían ser los posibles daños en la capa
externa cuando se produciría la acción de olas de mayor altura.-

PORCENTAJE DE DAÑO EN BASE A Hmáx / H daño cero


ELEMENTO PORCENTAJE DE DAÑO
0,5 5-10 10-15 15-20 20-30 30-40 40-50
Roca redonda 1,00 1,08 1,14 1,20 1,29 1,41 1,54
Roca angulosa 1,00 1,08 1,19 1,27 1,37 1,47 1,56
Tetrapodos y 1,00 1,09 1,17 1,24 1,32 1,41 1,50
quadripodos
Tribars 1,00 1,11 1,25 1,36 1,50 1,59 1,64
Dolos 1,00 1,10 1,14 1,17 1,20 1,24 1,27

FIGURA Nº IX.25

A tal efecto se efectuaron ensayos y análisis al respecto, determinándose que


porcentaje de daño podrían producirse sobre la base de la relación altura máxima de las
olas/altura de ola de daño cero, cuyos resultados figuran en la tabla de la Figura Nº
IX.25.-

Benicio S. Szymula – Vías de Comunicación II 183


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CAPÍTULO IX: Control de las acciones hidrodinámicas
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En todos los casos tales valores deben ser utilizados con adecuados criterios y
análisis, fundamentalmente cuando la relación altura máxima de las olas/altura de ola de
daño cero supera los 1,10, ya que suelen existir factores aleatorios que pueden potenciar
los daños.-

De todas maneras es sabido que las seguridades de las obras de ingeniería están
finalmente ligadas al costo que se está en condiciones o se desea asumir. A mayor inversión
obviamente es menor el riesgo de alguna falla o colapso.-

En las evaluaciones relacionadas con la seguridad de las obras de abrigo se suelen


establecer dos estados límites o condiciones de estabilidad: uno es el denominado límite
de trabajo de la estructura y el otro el definido como límite último (9).-

El límite de trabajo suele ser identificado como aquel en la cual una rotura, falla o
desplazamiento de algunos elementos de la capa de protección exterior no ponen en
situación de colapso de la obra ni condicionan la prosecución de las actividades portuarias
ante una eventual mayor agitación de las aguas internas.-

En cambio el límite último es aquel que implica la posibilidad cierta de un colapso


total o casi total, con afectaciones a las operaciones portuarias.-

Obviamente que, tal cual se mencionó precedentemente, a medida que el diseño de la


obra tiende a contemplar el límite último, aumentan los requerimientos estructurales y los
consecuentes costos.-

Dichos límites están vinculados, por un lado a la adopción de la ola de diseño lo más
adecuada posible a las condiciones prevalecientes en el sector.-

Por el otro, a la estabilidad de los elementos utilizados en la conformación de la


capa exterior de protección, teniendo en cuenta que tal inmovilidad está en función, tal cual
ya se analizó, del peso propio de cada unidad, el rozamiento y la trabazón.-

El rozamiento y la trabazón entre los elementos son tan decisivos como el peso
propio, ya que permite lograr precisamente la estabilidad de la capa, y no solamente de
cada bloque en forma aislada.-

Ello es así, porque el agua penetra aleatoriamente a través de propia su inercia por los
huecos que conforman el manto de protección, cuyas solicitaciones no son uniformes, de
manera tal que cuando se concentran en un sector, el rozamiento y la trabazón permite la
colaboración de los elementos aledaños.-

Como bien lo señala Schawartz (9), cada elemento de la capa exterior tiene por su
posición, ya sea la disponible cuando es inicialmente colocada o después la acción de las
olas, un grado de estabilidad en vinculación a las demás unidades de su entorno que nunca
llega al 100 de la inmovilidad considerada como óptima.-

Benicio S. Szymula – Vías de Comunicación II 184


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CAPÍTULO IX: Control de las acciones hidrodinámicas
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Ello trae aparejado el movimiento de bloques, cuyos resultados varían según sus
características y conformación.-

En el caso de los elementos cúbicos, ya sean rocas (Fotografía Nº IX.17) o fabricados


con hormigón (Fotografía Nº IX.14), cuando alguno de ellos es movilizado de la posición en
que se encontraba, se produce el reacomodamiento de todos aquellos que se encuentran en
un determinado espacio a su alrededor, y la capa de protección no pierde mayormente sus
condiciones iniciales, en la medida que ello sea localizado.-

No ocurre lo mismos con los elementos de hormigón cuya trabazón se produce según
las características del diseño adoptado, en función del cual la remoción de alguno de ellos
quita sostén a los restantes con los que se intervincula, propagándose tal efecto hacia su
alrededor, con la potencialidad de producirse un efecto en cadena, fundamentalmente ante
la acción de oleajes de gran magnitud.-

Como conclusión, se puede establecer que en el caso de los elementos cúbicos, existe
una gran separación entre el límite de trabajo y el límite último, la cual se achica para los
elementos de hormigón de configuración abierta (9).-

Es por ello que, cuando no existe certeza respecto al comportamiento del mar y
específicamente respecto a la adopción de la ola de diseño, es aconsejable utilizar
elementos cúbicos; destinando aquellos de configuración abierta para contextos donde
existe certeza respecto a los parámetros utilizados para definir los oleajes.-

Siguiendo la concatenación de este análisis, es importante tener en cuenta la


necesidad de proceder a la inmediata reparación o reposición de los sectores que sufrieran
daños luego de estar sujetos a solicitaciones extrema.-

Sin embargo las observaciones a escala real permiten afirmar que ante
mantenimientos no adecuados o deficientes, las capas de protección con elementos cúbicos
ofrecen mayor capacidad de adecuación que las construidas con elementos de hormigón de
configuración abierta (9).-

En definitiva, el diseño de las obras de abrigo siempre entrañan incertidumbres


respecto a la solución más adecuada en relación a los costos resultantes.-

Es por ello que ante las acciones aleatorias de los oleajes, y teniendo en cuenta que la
destrucción o el daño de una obra de abrigo depende de tales eventos, es necesario
efectuar el análisis mediante métodos estadísticos; teniendo en cuenta las siguientes
cuestiones para su mejor determinación (9):

▪ El análisis de estabilidad de la estructura, ya sea parcialmente o en su totalidad,


sobre la base de las solicitaciones que actuarán en cada sector considerado.-

Benicio S. Szymula – Vías de Comunicación II 185


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CAPÍTULO IX: Control de las acciones hidrodinámicas
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▪ La probabilidad de ocurrencia de combinaciones de hechos cuyas características


puedan producir daños; determinando si tales deterioros podrán ser graduales o
repentinos.-

▪ La determinación de la vida útil, teniendo en cuenta que la misma puede estar


acotada por:

- Finalización de los requerimientos de la obra


- Obsolescencia que obligan a cambios en las estructuras
- Envejecimiento y/o fallas en las estructuras
- Durabilidad de los diferentes materiales que componen las
estructuras

Tal cual lo señala A. Schwars (9), definido el tiempo de vida útil otorgado a la obra, la
probabilidad de riesgo puede determinarse por dos procesos:

▪ Considerando el evento anual de mayor magnitud:

R 1 = 1 – (1 – 1) L
T

▪ Aplicando todos los eventos que exceden cierta magnitud (valor de diseño):

R2 = 1 – e –L/T

donde:
- L : vida útil de la obra bajo análisis
- T : período de retorno de las condiciones críticas
- R : riesgo de ocurrencia de las condiciones críticas durante la vida útil

Ambas expresiones se igualan para L tendiendo a infinito, y su aplicación permite


encarar el diseño de las obras de abrigo de dos maneras diferentes:

▪ En el primer proceso se fija el riesgo (R), y a partir de la misma se obtiene el valor T,


el cual obviamente se encuentra asociado a una dimensión del evento, mediante el
cual surgen las condiciones de diseño de la estructura.-

▪ En el segundo proceso se proyectan variantes encadenadas cada una de ellas a


diferentes eventos, lo cual obviamente determina distintos diseños de la estructura;
correspondiendo a cada una de ellas un valor T. Conociendo la vida útil (L), se puede
determinar el riesgo (R) de cada variante evaluada; de manera tal que la estructura
óptima surgirá en base a todas las variantes analizadas; desarrollos que dependerán
de (9):

Benicio S. Szymula – Vías de Comunicación II 186


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CAPÍTULO IX: Control de las acciones hidrodinámicas
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a.- Características de la obra: se vinculan a la estructura de la obra, relacionando


con el comportamiento del daño, ya sea gradual o repentino, parcial o total, así
como con la separación entre los límites de trabajo y último analizados
precedentemente.-

b.- Peligro de afectación de bienes y vidas humanas: cuando mayor es tal


amenaza, menor deberá ser riesgo de la obra.-

c.- Efecto de la rotura: si la destrucción de una obra de abrigo afecta


considerablemente la operatoria portuaria y las actividades económicas y
productivas conexas, el riesgo indudablemente debe ser menor.-

d.- Consistencia de los datos de diseño: Si todos los parámetros inherentes al


diseño de la obra de abrigo, tales como el comportamiento de las olas o las
características de la base de fundación, fuesen incompletas o poco confiables,
debe compensarse utilizando un menor coeficiente de riesgo.-

IX.6.3.- Diseño de la sección transversal

La forma general de una obra de abrigo de talud tendido se parece a un trapecio,


razón por la cual también se las suele identificar como obras de abrigo trapezoidales, y
están constituidas por varias capas (Figuras Nº IX.26 a Nº IX.28).-

La capa externa se compone con elementos de peso W determinadas por cualquiera


de las expresiones vigentes, tal es el caso del analizado en el ítem IX.6.1.- Procedimiento
de Hudson.-

A partir de de dicha capa exterior se aplican hacia el interior otras capas, las cuales
pueden adoptar diferentes configuraciones, tal como los ejemplos de los esquemas que se
muestran desde las Figuras Nº IX.26 a Nº IX.28, recomendadas por el Cuerpo d Ingenieros
de los Estados Unidos (9).-

Dichos diseños corresponden a estructuras compuestas por tres capas, dependiendo


de la profundidad del agua donde se construya la obra, la que establece indudablemente las
condiciones de rotura o no rotura de las olas.-

Obviamente que las condiciones estructurales mejoran si se diseñan con más tres
capas, pero a mayor cantidad de tamaños de piedras los costos de elaboración de los
materiales y la propia ejecución de la obra se incrementa.-

El tamaño de los elementos de las diferentes capas o partes de las mismas se


expresan en peso como una fracción de aquella adoptada para la capa exterior de
protección (W), tal cual se puede observar en las Figuras citadas.-

Benicio S. Szymula – Vías de Comunicación II 187


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CAPÍTULO IX: Control de las acciones hidrodinámicas
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SECCIÓN DE OBRA DE ABRIGO DE TALUD TENDIDO PARA AGUAS


PROFUNDAS – SECCIÓN TEÓRICA DE MÚLTIPLES CAPAS

Para olas sin romper y profundidad > 1,3 altura de ola

ancho de cresta
LADO
coronamiento CONTINENTAL
LADO MAR

W
Nivel máximo
diseño
Nivel mínimo
diseño
W/2 W/2
H
1,5 H W/10

W/20
0
W/15
W/15 W/30 W/30
5´ 0 0
mín. W/6000

Nota: W es el peso máximo del elemento adoptado para la capa


exterior FIGURA Nº IX.26
según Cuerpo de Ingenieros de los Estados Unidos

La relación fundamental entre los tamaños de las rocas que integran los diferentes
mantos, es la de evitar que se produzca el arrastre de aquellas de menor tamaño a través de
los vacíos que conforman las de mayor dimensión.-

Considerando que lo elementos rocosos tienden a una forma esférica, la relación


entre los diámetros debería cumplir la siguiente condición:

Ø menor ≥ (√2 -1) Ø mayor

expresado en pesos:

W menor ≥ o,414 3 W mayor = W mayor


14

De manera tal que denominando los pesos de los elementos que integran los
diferentes mantos como W, W1, W2, W3, y así sucesivamente, se deduce que:

W 1 = W ; W 2 =( 1 ) 2 . W ≅ W ; W 3 = ( 1 ) 3 . W ≅ W
14 14 200 14 2.700

Benicio S. Szymula – Vías de Comunicación II 188


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CAPÍTULO IX: Control de las acciones hidrodinámicas
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Otra alternativa es la aplicación de la ley de filtros que ya se mencionó en el ítem


IX.4.4.- Condiciones de los materiales a emplear.-

SECCIÓN DE OBRA DE ABRIGO DE TALUD TENDIDO PARA AGUAS


PROFUNDAS – SECCIÓN RECOMENDADA DE TRES CAPAS

Para olas sin romper y profundidad > 1,3 altura de ola


ancho de cresta
coronamiento LADO
LADO MAR CONTINENTAL
W
Nivel máximo
diseño
Nivel mínimo
W diseño
a
H
1,5 H W/2

W/10
a W/300
5´ W/15
W/200 a W/6000
mín.

Nota: W es el peso máximo del elemento adoptado para la capa exterior

según Cuerpo de Ingenieros de los Estados Unidos FIGURA Nº IX.27

En lo que respecta al espesor de una capa, la misma puede determinarse mediante la


siguiente expresión:

e = n . k e ( W ) 1/3
ɣr

En la cual k e es un factor que depende del elemento utilizado, y cuyos valores se


encuentran consignados en a tabla de la Figura Nº IX.24.-

En cuanto al ancho de coronamiento de una obra de abrigo de escollera, la misma


puede determinarse mediante la siguiente expresión (9):

A = n . k e ( W ) 1/3 siendo n ≥ 3
ɣr

Se considera conveniente que el ancho mínimo sea igual a tres elementos colocados
uno al lado del otro; valor que puede ser incrementado por las siguientes razones:

▪ Necesidad de poder circular por encima del coronamiento para el mantenimiento.-


Benicio S. Szymula – Vías de Comunicación II 189
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CAPÍTULO IX: Control de las acciones hidrodinámicas
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▪ Necesidad de utilizar el coronamiento para diversos fines vinculados a la operación


portuaria.-

▪ Necesidad de adaptar el coronamiento a las técnicas constructivas.-

▪ Necesidad de reducir el sobrepaso de las olas.-

SECCIÓN DE OBRA DE ABRIGO DE TALUD TENDIDO PARA AGUAS POCO


PROFUNDAS – SECCIÓN TEÓRICA DE CAPAS MÚLTIPLES

Para olas en rompiente y profundidad ≤ 1,3 altura de ola


ancho de cresta
coronamiento LADO
LADO MAR CONTINENTAL
W
Nivel máximo
diseño
Nivel mínimo
diseño

W/10

W/200

mín.
1,3 H W/4000

Nota: W es el peso máximo del elemento adoptado para la capa exterior

según Cuerpo de Ingenieros de los Estados Unidos FIGURA Nº IX.28

A efectos de conocer la cantidad de elementos necesarios y poder planificar la


explotación de las canteras o la fabricación de bloques artificiales, el mismo puede
determinarse mediante la siguiente expresión (9):

N = S. n . k e . (1 – p ) . ( ɣ r ) 2/3
100 W
En la cual:
- S: superficie del talud de la obra de abrigo
- P: porosidad (según tabla de la Figura Nº IX.22)
- N: número de elementos por unidad de superficie

De manera tal que el peso total de material por unidad de superficie resultará:
Ws = W . N

Benicio S. Szymula – Vías de Comunicación II 190


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CAPÍTULO IX: Control de las acciones hidrodinámicas
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SECCIÓN DE OBRA DE ABRIGO DE TALUD TENDIDO PARA AGUAS POCO


PROFUNDAS – SECCIÓN RECOMENDADA DE TRES CAPAS

Para olas en rompiente y profundidad ≤ 1,3 altura de ola


ancho de cresta
coronamiento LADO
LADO MAR CONTINENTAL
W
Nivel máximo
diseño
Nivel mínimo
diseño

W/10


mín.
1,3 H W/200 a W/4000

Nota: W es el peso máximo del elemento adoptado para la capa exterior

según Cuerpo de Ingenieros de los Estados Unidos FIGURA Nº IX.29

IX.6.4.- Determinación de la altura de coronamiento

A las cuestiones analizadas precedentemente, se debe sumar la necesidad de


establecer la cota de coronamiento, el cual depende fundamentalmente del comportamiento
de las mareas, de las características de las olas, así como del fenómeno conocido como
run-up, correspondiente al corrimiento de las olas sobre el consecuente talud, tal cual se
puede observar en la Fotografía Nº IX.24.-

Por lo tanto, el remonte del oleaje (wave rup-up) es la cota que alcanza el oleaje al
incidir sobre una estructura respecto el nivel del mar en reposo. Este fenómeno se produce
después de que se origina la rotura de la ola, provocando el movimiento hacia delante de la
masa de agua hasta que la energía de la ola que no ha sido disipada en el proceso de
ruptura se invierte en subir por el talud.-

Indudablemente, si por la acción parcial y/o conjunta de los factores descriptos el


agua proveniente del mar supera el nivel de coronamiento, la misma se volcará al sector
protegido pudiendo producir la agitación de las masas acuáticas interiores.-

Benicio S. Szymula – Vías de Comunicación II 191


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CAPÍTULO IX: Control de las acciones hidrodinámicas
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De manera tal que resulta imprescindible determinar la altura R en función del run-up
(Figura Nº IX.30), el cual depende tanto de las características de las olas como el de la obra,
así como de la profundidad al pie de la estructura y la pendiente del lecho marino; aunque
su precisión resulta dificultosa, siendo por lo tanto aconsejable en la medida de las
posibilidades comprobar mediante ensayos físicos a escala (9).-

ALTURA DE SOBREPASO (R) POR ACCIÓN DEL RUN-UP

run-
LADO MAR up
LADO
CONTINENTAL
Ru

FIGURA Nº IX.30

Debido a su importancia, un gran número de investigadores se han dedicado en


hacer medidas del remonte del oleaje y analizar los datos como funciones de las
condiciones del oleaje y de la morfología del lecho marino.-

Paralelamente se han realizado estudios del run-up en estructuras de ingeniería a


efectos de establecer criterios de diseño como la cota de coronación máxima que debe
alcanzar la estructura para que ésta sea no rebasable.-

El run-up depende principalmente del talud, rugosidad y porosidad de la estructura,


así como de la existencia de una berma y de su geometría, y de las características del
oleaje incidente.-

El problema reside en que no se ha podido encontrar hasta el momento una ley


única y general que cubra todas las situaciones posibles, por lo que el cálculo debe
realizarse a partir de aproximaciones del problema específico a soluciones propuestas para
distintas combinaciones estudiadas.-

La existencia de formulaciones o métodos de estimación están limitadas


principalmente a aproximaciones semi-empíricas basadas en resultados obtenidos en
ensayos de laboratorio, por lo que su resultado aplicado a condiciones reales debe
adoptarse con criterio; aunque puedan ser utilizadas para estimar el orden de magnitud de
dicho proceso.-

Benicio S. Szymula – Vías de Comunicación II 192


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CAPÍTULO IX: Control de las acciones hidrodinámicas
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De todas las evaluaciones y experimentaciones realizadas por diferentes


investigadores, las efectuadas por Guza y Thornton (1982) son las que dan una mayor
altura R u, lo cual permite adoptar una mayor seguridad por los efectos del run-up.-

Los resultados reflejan una dependencia de la altura de la ola incidente en aguas


profundas del levante expresado como un remonte significativo R u (media del tercio mayor
de los niveles de run-up), y que obedece a la siguiente expresión:

R u = H 1/3 . 0,7

Los estudios de Holman y Sallenger (1985) establecieron que el ratio R u /H 1/3 no es


constante, sino que vuelve a depender de denominado número de Iribarren en aguas
profundas ξ 1/3 , medido, no sobre el nivel medio del mar en reposo, sino sobre la línea de
costa efectiva, es decir, sin contar el set-up del oleaje, que debe evaluarse aparte.-

En función de ello han obtenido la siguiente correlación:

R 2% = 0,45 . ξ 1/3
H 1/3

Donde en este caso R 2% es el nivel del remonte excedido un 2%; y ξ 1/3 = tan. α .-
√ H/L 1/3

Realizando algunas operaciones a partir de la expresión anterior se puede llegar a la


siguiente ecuación dimensional:

R 2% = 0,18.g 1/2 . tan.α .(H 1/3 ) 1/2 . T

Expresión que permite interpretar mejor la dependencia de la pendiente del talud de


la obra de abrigo (tan. α), de la altura de ola significativa en aguas profundas (H1/3), y del
periodo de la ola (T).-

De acuerdo a lo señalado al principio, la altura R 2% depende también del grado de


rugosidad y permeabilidad de los materiales que conforman el manto de protección de la
obra de abrigo, razón por la cual los valores de remonte que se obtienen aplicando la
expresión precedentemente analizada, deben ser corregidos mediante la aplicación de un
factor de reducción f r, como son aquellos que se indican en la tabla de la Figura Nº IX.31.-

A la altura R 2%, debiera sumarse el efecto denominado set-up, que es aquel que se
produce cuando las olas al romper en contacto con el lecho del mar provocan el
incremento del nivel medio del mar, el cual tiene lugar en la zona de rompientes y consiste
en una pendiente ascendente del agua en la dirección hacia el continente, siendo la misma
inferior a la del fondo, con lo que el agua intercepta la superficie del lecho en un punto de
ésta.-

Benicio S. Szymula – Vías de Comunicación II 193


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CAPÍTULO IX: Control de las acciones hidrodinámicas
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FACTORES DE CORRECCIÓN DE LOS REMONTES (fr)

TIPO DE SUPERFICIE fr
Plana, impermeable 1
Losas de hormigón 0,9
Pavimento de bloques de piedra u hormigón 0,85 a 0,9
Cesped sobre arcilla 0,85 a 0,9
Pedregullo 0,8
Piedras acomodadas 0,75 a 0,8
Piedras lanzadas 0,6 a 0,65
Rip-rap 0,5 a 0,6
Tetrapodos 0,5

FIGURA Nº IX31

Cuando las alturas del oleaje incidente alcanzan valores muy importantes, como
suele ocurrir durante las tormentas, el set-up puede adquirir valores que aumentan la
probabilidad de rebase de una obra de abrigo.-

Existen algunas ecuaciones para predecir el valor de la máxima elevación del set-up,
y que dependen esencialmente de las condiciones del oleaje y de la pendiente media del
lecho del mar.-

Tal es el caso de las investigaciones de Guza y Thornton (1981), los cuales


encontraron que el set-up máximo en los sectores de la costa con relativamente baja
pendiente y sobre el nivel del mar en reposo, corresponde a:

η máx. = 0,17 H 1/3


Para el caso lechos con pendientes mayores, Holman y Sallenger (1985) obtuvieron la
siguiente relación:

η máx. = 0,45. ξ 1/3


H 1/3
La suma de la máxima elevación del set-up y del run-up representa la prominencia
total debida al oleaje sobre el nivel del mar determinado por la marea y otros posibles
factores que suelen afectar el nivel medio del mar en un determinado momento:

Rt 2% = η máx. + R 2%

A partir de la máxima elevación por la combinación del set-up y del run-up, es


necesario determinar la altura del coronamiento, que por cuestiones económicas no
siempre suele estar por encima de los valores obtenidos precedentemente.-

Benicio S. Szymula – Vías de Comunicación II 194


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CAPÍTULO IX: Control de las acciones hidrodinámicas
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En aquellos puertos en los cuales operan embarcaciones de gran porte y el espejo de


agua detrás de las obras de abrigo es relativamente importante como para permitir la
disipación de las olas que eventualmente sobrepasen a las mismas, la altura de
coronamiento puede tomarse en valor de alrededor 0,6 H 1/3 , siempre y cuando no existan
tormentas que puedan alterar sustancialmente las condiciones dinámicas de las aguas.-

Sin en cambio el espejo de agua detrás de la obra de abrigo es pequeño y las


embarcaciones que acceden al puerto también son de relativamente menor porte, la altura
de coronamiento recomendable es que no sea inferior a 1,25 H 1/3 (9).-

En algunas circunstancias el arrastre de arena por parte de las olas que superan el
coronamiento de las obras de abrigo de talud tendido, con la capacidad de producir
importantes depósitos en las áreas protegidas, también es un factor que puede inducir a
una mayor elevación del coronamiento.-

En definitiva, en cada puerto deberá analizarse las condiciones prevalecientes y los


costos resultantes de las obras para adoptar el nivel de coronamiento compatible con tales
contextos.-

IX.7.- Diseño de obras de abrigo de paramento vertical

En el ítem IX.4.2.- Alternativas estructurales de obras de abrigo, se efectúa una


descripción de las características y condiciones generales de aquellas definidas como de
paramento vertical (Figura Nº IX.4).-

A diferencia de las obras de abrigo de talud tendido, las olas chocan directamente
sobre el paramento vertical, de manera tal que parte de la energía es absorbida como
solicitación horizontal y otra cantidad es reflejada al mar, razón por la cual estas obras
también son identificadas como diques reflejantes.-

Es por ello que una de las características esenciales son los pesos con las cuales se
diseñan, ya que de esa manera reaccionan para no ser desplazadas o volcadas ante acciones
extremas del mar.-

El mayor inconveniente que presentan es la agitación de las aguas que se producen


por la reflexión de parte del oleaje, lo cual puede en determinadas circunstancias afectar la
navegación de las embarcaciones, fundamentalmente en los sectores de ingreso, exigiendo
por lo tanto especial cuidado, por ejemplo, en la definición de las trazas, que de acuerdo a
su disposición pueden al menos minimizar los efectos resultantes de la interacción con las
acciones hidrodinámicas.-

Benicio S. Szymula – Vías de Comunicación II 195


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CAPÍTULO IX: Control de las acciones hidrodinámicas
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Para lograr la merma de tales derivaciones, también suelen utilizarse cajones con
paramentos perforados o con aberturas que permiten el ingreso parcial de las aguas a
cámaras disipadoras de la energía, siendo múltiples los diseños y las patentes, algunos de
cuyos casos se presentan en las Fotografías Nº IX.42 y Nº IX.43. Dichas aberturas o
perforaciones se efectúan solamente en la parte superior, según la altura de las olas que
actuarán sobre el paramento,-

FOTOGRAFÍA Nº IX.42
Cámaras curvilíneas perforadas en la parte superior a modo de ventanas
Puerto de Tanger (Marruecos)

FOTOGRAFÍA Nº IX.43
Vista esquemática del dique antirreflejante de cámara cilíndrica
del Puerto de Nagashima (Japón)

Como se verá más adelante, las formas y dimensiones de las obras de abrigo de
paramento vertical se obtienen por sucesivas interacciones, hasta lograr aquella que más se
ajustaría a las condiciones prevalecientes.-

Benicio S. Szymula – Vías de Comunicación II 196


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CAPÍTULO IX: Control de las acciones hidrodinámicas
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Sin embargo existen recomendaciones para el predimensionamiento inicial, tales


como las realizadas por la P.I.A.N.C. (corresponde a una asociación internacional creada
para promover el desarrollo en el diseño, construcción, mejora, conservación y explotación
de las vías navegables interiores y marítimas, los puertos y las zonas costeras), y cuyo
esquema general se puede visualizar en la Figura Nº IX.32.-

RECOMENDACIONES PARA EL PREDIMENSIONAMIENTO DE OBRAS


DE ABRIGO DE PARAMENTO VERTICAL SEGÚN P.I.A.N.C.

0,75 H

1,2 a
1,5 H
0,5 H nivel máx.
H

nivel mín.
H

0,15 H
a ≥ 0,8 d
d ≥ 1,5 H

bloques de 0,2 a 0,5 ton. c/u

según (9)
FIGURA Nº IX.32

En lo que respecta a la altura de coronamiento, valen las consideraciones efectuadas


en el ítem IX.6.4.- Determinación de la altura de coronamiento para las obras de abrigo de
talud tendido.-

Para la elaboración del proyecto de una obra de abrigo de paramento vertical, los
datos necesarios corresponden a:

a.- El nivel de protección que se desea alcanza en los espacios internos del puerto,
de acuerdo a los criterios sustentados en el ítem X.2.- Movimientos admisibles de
las embarcaciones;

b.- Las condiciones batimétricas de toda el área de influencia según el trazado


adoptado, incluidas las pendientes del lecho marino;

Benicio S. Szymula – Vías de Comunicación II 197


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CAPÍTULO IX: Control de las acciones hidrodinámicas
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c.- El comportamiento de las olas de diseño , determinando los parámetros


correspondientes a las alturas, los períodos, las alturas en los sectores de
emplazamiento de las obras; o en aguas profundas si se pueden disponer de los
elementos para confeccionar los diagramas de refracción correspondientes;

d.- Los niveles del mar en condiciones de reposo, teniendo en cuenta las acciones
de las mareas y otros factores que puedan ser determinantes en los sectores en
evaluación;

e.- El peso específico del agua;

f.- La características geotécnicas y la consiguiente capacidad portante de la base


de sustentación a lo largo de la traza;

g.-El origen y las particularidades de los diferentes agregados necesarios para la


ejecución, tanto de las estructuras de hormigón, como aquellas necesarias para el
relleno y el asiento y/o protección de las bases.-

h.- Los equipos e instalaciones disponibles para la construcción y colocación de los


elementos estructurales (ver ítem IX.8.- Pautas para la elaboración de un Plan de
Ejecución de las obras de abrigo).-

IX.7.1.- Diseño y dimensionamiento de una obra de abrigo de paramento vertical

Como se ya se ha mencionado precedentemente, en la Figura Nª IX.32 se presentan


los parámetros de un predimensionamiento de una obra de paramento vertical, de acuerdo
a la recomendación de la P.I.A.N.C.; a partir de los cuales deben realizarse las
correspondientes verificaciones de estabilidad hasta lograr encontrar la estructura que
cumpla con las consistencias mínimas y necesarias.-

Indudablemente la primera cuestión es transformar la acción dinámica de las olas en


solicitaciones equivalentes, teniendo en cuenta que a diferencia de lo analizado para las
obras de abrigo de talud tendido, en esos casos las olas actúan de lleno sobre paramentos
verticales las cuales son reflejadas nuevamente hacia el mar.-

Quienes han investigado tales comportamientos, como es el caso de Sainflou (cuyo


método se analizará en detalle), Goda, Hiroi y otros, han transformado tales acciones
dinámicas en solicitaciones horizontales.-

Como ya se ha citado en varias oportunidades, los paramentos verticales reflejan las


olas que inciden perpendicularmente; lo cual suele ser expresado a través del coeficiente de
reflexión K r (la utilización del apóstrofe en las alturas es para indicar que corresponde al de
la cresta o el seno, y no el total entre ambas tal cual se describió oportunamente; siguiendo
la forma que introduce Sainflou en las diferentes expresiones):

Benicio S. Szymula – Vías de Comunicación II 198


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CAPÍTULO IX: Control de las acciones hidrodinámicas
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K r =H r´ / H i´

siendo:
- Hr ´: altura de la ola reflejada
- Hi´: altura de la ola incidente

De manera tal que si la ola reflejada fuese igual al de la ola incidente, el coeficiente
de reflexión será igual a 1. En estas condiciones, como las características de la olas
reflejadas se pueden considerar aproximadamente iguales a las incidentes (cuestión que
depende de un conjunto de factores, entre ellos la conformación del paramento vertical
como acontece con los ejemplos de las Fotografía Nº IX.42 y Nº IX.43), suele producirse
olas de igual longitud y período que las incidentes, pero del doble de altura si se consideran
las condiciones en los puntos de paso de la cresta de uno y el seno del otro(Figura Nº
IX.33).-

SUMATORIA DE LA OLA INCIDENTE Y LA OLA REFLEJADA

Hi´
2 H´
Hr´

OLA INCIDENTE

OLA REFLEJADA

según (9)
FIGURA Nº IX.33

Estas olas son estacionarias, lo cual significa que no se trasladan horizontalmente,


sino que actúan mediante una oscilación vertical, lo cual produce un fenómeno como el que
se visualiza en la Figura Nº IX.33.-

Obtenida la solicitación horizontal (en nuestro caso por el método de Sainflou), tal
cual fuera mencionado, la estructura predimendionada debe ser verificada en cuanto a si
responde a las condiciones de estabilidad con la aplicación de los coeficientes de seguridad
que correspondan; siendo las comprobaciones sobre la base de establecer los posibles
deslizamientos y volcamientos (Figura Nº IX.34).-

Benicio S. Szymula – Vías de Comunicación II 199


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CAPÍTULO IX: Control de las acciones hidrodinámicas
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SOLICITACIONES QUE ACTÚAN SOBRE UNA OBRA DE


ABRIGO DE PARAMENTO VERTICAL

SOLICITACIÓN
HORIZONTAL (Fh)

MOMENTO DE
VOLCAMIENTO

Fh
Fv

según (9) FIGURA Nº IX.34


Fb

Complementariamente deben analizarse las condiciones de la base de asiento, a


efectos de que las tensiones resultantes no superen los valores admisibles, ya que en caso
contrario deberá procederse a su mejoramiento mediante algunas de las soluciones citadas
en el ítem IX.4.2.- Alternativas estructurales de obras de abrigo.-

Como se puede observar en la Figura Nº IX.34, la fuerza que actúa sobre la base F b
surge de la acción del peso propio de la estructura F v y de la solicitación horizontal F h.-

De acuerdo a investigaciones efectuadas respecto a la acción de las olas sobre los


paramentos verticales, las mismas han determinado que la acción dinámica de las olas
aumenta cuando al chocar contra tales superficies incorporan aire a la masa de agua. Ello
se produce en función de que el agua es incompresible, de manera tal que al empujar el
aire produce elevadas presiones que se suman a las propias de las olas, son de muy corta
duración y suelen ocurrir cuando las olas rompen antes del paramento (9).-

Estructuras como las que se muestran en las Fotografías Nº IX.43 y Nº IX.44 permiten
también resolver los efectos de tales factores.-

IX.7.2.- Método de Sainflou para el diseño de obras de abrigo de paramento vertical

Benicio S. Szymula – Vías de Comunicación II 200


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CAPÍTULO IX: Control de las acciones hidrodinámicas
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Existen diversos métodos para el cálculo de las obras de abrigo de paramento vertical,
cuyos resultados han sido verificados a través del análisis del comportamiento de las
múltiples estructuras construidas en diversas partes del mundo.-

Uno de los procedimientos más utilizados corresponde al desarrollado por Sainflou en


el año 1.928, basado en la teoría de las olas de amplitud finita, y a pesar del tiempo y
algunas recomendaciones introducidas posteriormente, los resultados han sido
suficientemente satisfactorios.-

Se recomienda su utilización en aguas cuya relación entre la profundidad al pié de la


obra y la altura de la ola significativa sea mayor que dos; es decir (9):

d >2
H 1/3

En estos casos se admite la instauración de ondas estacionarias en el frente del


paramento, siendo esta condición una de las hipótesis del método de Sainflou.-

Otra de las hipótesis surge de la expresión anterior, en la cual Sainflou adopta como
parámetro de diseño la altura de ola significativa.-

Sin embargo el P.I.A.N.C. ha recomendado aplicar el límite de trabajo y el límite último


para determinar la altura de ola de diseño, recordando que el límite de trabajo suele ser
identificado como aquel en la cual una rotura, falla o desplazamiento de algunos elementos
de la capa de protección exterior no ponen en situación de colapso de la obra ni
condicionan la prosecución de las actividades portuarias ante una eventual mayor agitación
de las aguas internas; siendo en cambio el límite último aquel que implica la posibilidad
cierta de un colapso total o casi total, con afectaciones a las operaciones portuarias.-

En función de ello las alturas recomendadas son (9):

- Para el límite de trabajo: H 1/10 y ζ – Expresando H 1/10 el promedio del décimo de olas
más altas que sobrepasan el nivel de aguas quietas y que solamente pueden ser
excedidas en un período de recurrencia igual a ζ.-

- Para el límite último: H máx, - Correspondiendo a la altura máxima que se produciría


probabilísticamente una sola vez durante un período del orden de 1,5 a 2 veces el
período de recurrencia ζ.-

Definidas de tal manera la altura de diseño H D´ para ser utilizada en el método de


Sainflou, a continuación debe determinarse la denominada altura de sobreelevación del
nivel del agua (h 0), medida desde el nivel de reposo (9) (Figura Nº IX.35).-

Benicio S. Szymula – Vías de Comunicación II 201


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CAPÍTULO IX: Control de las acciones hidrodinámicas
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Dicha sobreelevación surge como consecuencia de la teoría de la ola adoptada, que


determina una forma no simétrica entre las crestas y los senos, de manera tal que la altura
de las crestas es más elevada que la de los senos medidos a partir del nivel de reposo
(Figura Nº IX.35).-

SOLICITACIONES QUE ACTÚAN SOBRE UNA OBRA DE


ABRIGO DE PARAMENTO VERTICAL

nivel de reposo
HD
S1 S1
h0 ´

S2 HD
´

según (9) FIGURA Nº IX.35

Aplicando las condiciones de equilibrio, mediante las cuales las superficies S 1 y S 2


deben ser iguales, se tendrá que el eje de referencia de la altura H D´ deberá estar por
encima del nivel de reposo de las aguas (Figura Nº IX.35); razón por la cual dicha
sobreelevación será igual a:

h 0 = π . H D´ 2 .cos (h . 2πd)
L L

en la cual:

- d : profundidad al pié de la obra, siendo igual a la distancia entre el


nivel de las aguas en reposo y el lecho del mar. El nivel de reposo
corresponde a la pleamar de sicigias equinocciales de perigeo (ver
aclaración a continuación en Nota), lo cual permite obtener las
máximas solicitaciones sobre las obras de abrigo.-

- L : longitud de la ola

Benicio S. Szymula – Vías de Comunicación II 202


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CAPÍTULO IX: Control de las acciones hidrodinámicas
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sobre una misma línea se suman las fuerzas de atracción de la luna y el sol, por lo
que se producen las pleamares de mayor valor, y en consecuencia también las
bajamares son inferiores al promedio, a lo cual se denomina como mareas de
sicigias (Figura Nº IX.36).-

Cuando la luna se encuentra entre la tierra y el sol se la denomina de conjunción


(luna nueva); y cuando la tierra se encuentra entre la luna y el sol se las identifica
como de oposición (luna llena).-

Dentro de las mareas de sicigia hay dos con valores máximos, y son las que se
producen en los equinoccios de otoño y primavera, cuando el sol y la luna se
encuentran sobre el ecuador.-

A mayor amplitud de marea corresponden mayores corrientes por el volumen de


agua que se traslada por unidad de tiempo.-

FIGURA Nº IX.36
Alineación de la tierra, la luna y el sol
(Caso conjunción)

A continuación se determinan las ordenadas de los diagramas de presiones, utilizando


para ello las siguientes funciones hiperbólicas, sobre la base del esquema que se presenta
en la Figura Nº IX.37 (9):

p1 = γ . H D´
Cos h . (2 . π . d / L)

p 2 = (p 1 + γ . d) . [ H D´ + h 0 ]
h 0 + H D´+ d

siendo: γ el peso específico del agua en la zona de diseño

Con tales expresiones pueden construirse dos diagramas de presiones (Figuras Nº


IX.37 y Nº IX.38):

Benicio S. Szymula – Vías de Comunicación II 203


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CAPÍTULO IX: Control de las acciones hidrodinámicas
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DIAGRAMAS DE PRESIONES QUE ACTÚAN SOBRE UNA OBRA DE


ABRIGO DE PARAMENTO VERTICAL POR ACCIÓN DE LA CRESTA
nivel de
reposo (NAR)

HD
presión
´
p2 hidrostática por
h0
HD aguas en reposo

presión de
d
la ola

p1
γ. p1
d

según (9) FIGURA Nº IX.37

DIAGRAMAS DE PRESIONES QUE ACTÚAN SOBRE UNA OBRA DE


ABRIGO DE PARAMENTO VERTICAL POR ACCIÓN DEL SENO
nivel de
reposo (NAR)

HD
´
presión
HD h0 hidrostática por
p3
´ aguas en reposo

presión de
d
la ola

p1
γ. p1
d

según (9) FIGURA Nº IX.38

Benicio S. Szymula – Vías de Comunicación II 204


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CAPÍTULO IX: Control de las acciones hidrodinámicas
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▪ Por acción de la cresta de las olas, en función del choque que producen las mismas
(Figura Nº IX.37).-

▪ Por acción del seno de las olas, producto del efecto inverso que producen las
mismas al retirarse (Figura Nº IX.38), en cuyo caso, a diferencia de la ocurrencia
anterior, en la parte superior se produce una presión p 3 igual a:

P 3 = γ (H D´ - h 0)

Tal cual se había señalado al principio del presente ítem, inicialmente el método de
Sainflou fue previsto para su aplicación cuando en el paramento vertical actuase una ola
estacionaria.-

Sin embargo es más común que las olas estén sujetas a una rotura al menos parcial,
razón por la cual surge la necesidad de prever tales efectos, agregando un diagrama de
presiones en la cresta identificado como p b = 1,5 . γ . H D, dando como resultado una
distribución como la que se representa en la Figura Nº IX.39. La aplicación sigue siendo
válida siempre y cuando d/H 1/3 < 2.-

DIAGRAMAS DE PRESIONES QUE ACTÚAN SOBRE UNA OBRA DE ABRIGO


DE PARAMENTO VERTICAL POR ROTURA PARCIAL DE UNA OLA

nivel de
reposo (NAR)

H D´+h 0

HD
P2
h0 ´
HD
´

p1

pb
según (9) FIGURA Nº IX.39

Benicio S. Szymula – Vías de Comunicación II 205


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CAPÍTULO IX: Control de las acciones hidrodinámicas
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Cuando la altura de la ola,, más la correspondiente sobreelevación, esto es H D´ + h 0,


supere al nivel de coronamiento de la obra de abrigo, no se tienen en cuenta las eventuales
presiones que generarían en la parte superior, reduciéndose por lo tanto la solicitación
horizontal resultante, tal cual se puede observar en la Figura Nº IX.40.-

DIAGRAMAS DE PRESIONES QUE ACTÚAN SOBRE UNA OBRA DE ABRIGO


DE PARAMENTO VERTICAL CUANDO LAS ALTURAS DE LAS OLAS
SUPERAN EL NIVEL DE CORONAMIENTO

nivel de
reposo (NAR)
H D´+h 0

p2

p1

según (9) FIGURA Nº IX.40

Determinados los diagramas de presiones de acuerdo a los procedimientos


establecidos precedentemente, mediante su integración se obtienen las solicitaciones
horizontales actuantes por metro lineal de frente.-

Con dichas solicitaciones, más el peso de de la estructura y las correspondientes


subpresiones, se obtiene el sistema de fuerzas al cual se opondrá la obra de abrigo a
efectos de evitar los deslizamientos y/o los volcamientos (Figura Nº IX.34).-

Las correspondientes verificaciones suelen efectuarse solamente para las condiciones


en que actúan las crestas de las olas (Figura Nº IX.37), ya que son las mismas las que
producen las máximas solicitaciones, salvo cuestiones particulares como ser la geometría
de la estructura que eventualmente conlleve la necesidad de efectuar comprobaciones para
otros estados de las olas.-

Para tales condiciones, la fuerza horizontal resultante será igual a (9) (Figura Nº
IX.37):

Benicio S. Szymula – Vías de Comunicación II 206


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CAPÍTULO IX: Control de las acciones hidrodinámicas
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Fh = F1 + F2

F 1 = P 2 . H D´+ h 0
2

F2 = P1 + P2 . d
2

Mientras que el momento de volcamiento producto de tales fuerzas horizontales será


igual a (9) (Figura Nº IX.37):

Mv = M1 + M2

M1 = F1 . [ d + H + h0 ]
3

M2 = d2 . [ p2 + p1 ]
3 2

La determinación de las restantes dos solicitaciones, cual lo es el peso propio y la


subpresión por empujes hidráulicos, dependen de las siguientes hipótesis que se
establezcan para la estructura:

a.- La altura adoptada para la obra admite el sobrepaso de la ola de diseño.-

b.- La altura adoptada para la obra no admite el sobrepaso de la ola de diseño, en


cuyo caso pueden darse las siguientes dos situaciones:

b 1: Las ondas sean estacionarias, esto es d ≥ 2 H D´

b 2: Se produzca la rotura de las olas, lo cual significa que d < 2 H D´

En la primer hipótesis a, se adopta una subpresión igual a cero, ya que se estima que
la obra de abrigo se encontraría totalmente sumergida en las situaciones críticas, por lo que
el peso propio de la estructura por metro lineal es igual a (9):

P v = V . (ɣ estruc. – γ agua )

en la cual V es el volumen de la estructura por metro frontal.-

Mientras que en la hipótesis b 1 la subpresiones función de un diagrama triangular de


presiones tal cual se puede visualizar en la Figura Nº IX.41, cuyo valor máximo se produciría
en el pié exterior, siendo igual a (9):

Benicio S. Szymula – Vías de Comunicación II 207


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CAPÍTULO IX: Control de las acciones hidrodinámicas
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pu = ɣa . HD
cos h . (2.Π.d/L)

El peso propio, por lo tanto, se compone de la parte sumergida hasta el nivel de


reposo (NAR) (ɣ´ = ɣ estruc. - ɣagua) y de la fracción que se encuentra por encima (Figura Nº
IX.41).-

En lo que respecta a las condiciones planteadas en la hipótesis b 2, se procede igual


que en la b 1, pero cambiando de valor, es decir:

p u =1,25 . ɣ .H D

DIAGRAMAS DE PRESIONES Y SUBPRESIONESQUE ACTÚAN SOBRE UNA


OBRA DE ABRIGO DE PARAMENTO VERTICAL CUANDO LAS OLAS SON
ESTACIONARIAS

nivel de
reposo (NAR)

HD F1
ɣ
P2
h0
Fh ɣ´

F2 P
d

t
punto de
giro
Hp

Fs
P1
pu

según (9) FIGURA Nº IX.41

Con las solicitaciones determinadas precedentemente, es posible ir resolviendo las


demás cuestiones vinculadas a la estabilidad de la estructura, dentro de la cual
corresponde, en primer lugar, determinar los factores que involucran la capacidad de evitar
la potencialidad al deslizamiento.-

Benicio S. Szymula – Vías de Comunicación II 208


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CAPÍTULO IX: Control de las acciones hidrodinámicas
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El peso propio P de la estructura permite la generación de una reacción a las fuerzas


horizontales igual a H p = μ . P, en la cual μ es el coeficiente de fricción entre el cimiento de
la obra de abrigo y la base de la fundación. En el caso de una obra de abrigo que se ejecuta
con hormigón y una base de material granular, se puede adoptar un coeficiente de fricción
μ = 0,5 (9).-

En segundo término, incumbe establecer la capacidad de reacción al momento de


volcamiento, el cual queda constituida por la siguiente expresión (Figura Nº IX.41):

Mp = P . t

En lo que concierne a las fuerzas de subpresión, las mismas tienen un sentido


contrario al peso de la estructura (Figura Nº IX.41), generando la siguiente resultante:

Fs = ½ . p u . b

El momento causado por tales subpresiones, será igual a:

M s = Fs . 2/3 . b

En función del conjunto de fuerzas así determinadas, se pueden plantear las


correspondientes ecuaciones de equilibrio:

▪ Equilibrio al deslizamiento

F h ≤ λ d . μ .[P - F s]

siendo λ d un coeficiente de seguridad contra el deslizamiento, que en el caso del


P.I.A.N.C. recomienda adoptar un valor igual a 1,5 para las condiciones señaladas
como límite de trabajo de la estructura; debiendo ser tal coeficiente mayor que 1 para
las circunstancias correspondientes al límite último.-

▪ Equilibrio al volcamiento

M h ≤ λ v . [M p - M s]

Siendo λ v un coeficiente de seguridad al volcamiento, que en el caso citado del


P.I.A.N.C. sugiere adoptar un valor de 2 para las condiciones determinadas como
límite de trabajo, y mayor que 1 para el límite último.-

Por último, en este conjunto de verificaciones, deben comprobarse las tensiones en la


base de asiento, para las cuales deben tenerse en cuenta las acciones de las fuerzas
verticales N v y los momentos baricéntricos M generados por la estructura (Figura Nº IX.42):

Benicio S. Szymula – Vías de Comunicación II 209


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CAPÍTULO IX: Control de las acciones hidrodinámicas
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Nv = P - Fs

M = P . s - [F h . h + F s . r]

SOLICITACIONES QUE GENERAN TENSIONES EN LA BASE DE LAS


ESTRUCTURAS DE LAS OBRAS DE ABRIGO DE PARAMENTO VERTICAL

s
Fh

Fs r

1,0

Tensiones de igual signo +σ 1 +


σ2
e b/2

b
a
-
σ2
Tensiones de signo +σ 1
contrario

a/3
según (9)
FIGURA Nº IX.42

De manera tal que las tensiones en la base quedarán conformadas de acuerdo a la


siguiente expresión (Figura Nº IX.42):
Σ 1,2 = N ± M = N ± 6 . M
Benicio S. Szymula – Vías de Comunicación II 210
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CAPÍTULO IX: Control de las acciones hidrodinámicas
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S W b b2
De acuerdo al diseño estructural y a la acción de las solicitaciones, en algunas
circunstancias puede ocurrir que las tensiones σ 1 y σ2 tengan signos diferentes (Figura Nº
IX.42), lo cual implica un diagrama cruzado y, obviamente, la fusión entre la estructura y la
base de asiento no puede absorber esfuerzos de tracción; razón por la cual la aplicación de
las solicitaciones se transforman en (Figura Nº IX.42):

e = M
N

siendo e la excentricidad de la carga; de manera tal que la tensión positiva resultante


σ 1 será igual a:
σ1 . a . ½ = N

σ1 = 2 . N
a

Como por razones de equilibrio la resultante de las tensiones y N deben ser iguales y
además actuar en la misma recta de acción, se obtiene la condición (9):

a/3 = b/2 – e

de manera tal que:


a = 3 . (b/2 – e)

IX.7.3.- Verificación de la estabilidad al deslizamiento

Tal cual se puede apreciar en diferentes imágenes que se encuentran incorporadas en


el presente capítulo, las estructuras de las obras de abrigo de paramento vertical suelen ser
de tal envergadura que exigen, al igual que cualquier otro proyecto de ingeniería de
idénticas características, la correspondiente verificación respecto a la estabilidad de las
bases de asiento.-

En estos casos la estabilidad supone que no se produzcan deslizamientos, los


cuales pueden ser de dos tipos potenciales:

a.- Superficies planas que se vinculan al pie frontal de la estructura, en cuyo caso
los correspondientes análisis se fundamentan en la fricción interna de los materiales que
conforman la base de asiento, debiéndose analizar varios planos hasta determinar aquel
que ofrezca la menor resistencia, con el cual se establece el coeficiente de seguridad (Figura
Nº IX.43).-

Benicio S. Szymula – Vías de Comunicación II 211


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CAPÍTULO IX: Control de las acciones hidrodinámicas
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TIPOS POTENCIALES DE DESLIZAMIENTOS EN OBRAS DE ABRIGO


DE PARAMENTO VERTICAL

DESLIZAMIENTO EN SUPERFICIES
PLANAS

I
II

DESLIZAMIENTO EN SUPERFICIES
CURVAS

II

según (9)
FIGURA Nº IX.43

Benicio S. Szymula – Vías de Comunicación II 212


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CAPÍTULO IX: Control de las acciones hidrodinámicas
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Dicho coeficiente depende obviamente de la seguridad que se posee respecto a las


características y condiciones de los materiales que conforman la base de asiento, pero se
aconseja que nunca sea menor que 1,2 para el límite de trabajo, ni menor a 1 para el límite
último (9).-

b.-Superficies curvas que se vinculan al pié posterior de la estructura, en cuyo caso


los necesarios equilibrios deben analizarse atendiendo a la acción de todas las fuerzas que
actúan sobre la estructura en relación a las fuerzas de reacción que provocarían diferentes
superficies por la actuación conjunta de la fricción y cohesión del material que conforma la
base de asiento (Figura Nº IX.43).-

En lo que respecta a la adopción del coeficiente de seguridad, se siguen los mismos


criterios del caso anterior, pero para el caso del límite de trabajo se recomienda que no sea
inferior a 1,5 (9).-

Para llevar a cabo los correspondientes cálculos, se utilizan las metodologías que
surgen de la aplicación de los principios de la mecánica de suelos y fundaciones.-

IX.8.- Pautas para la elaboración de un Plan de Ejecución de las obras de abrigo

El cumplimiento en tiempo y forma de la totalidad de los componentes de las obras de


abrigo, dependen de haber contemplado por parte del Contratista de cada una de las
cuestiones inherentes a las mismas, teniendo en cuenta la diversidad y complejidad de las
secciones.-

Es por ello que un Plan de Ejecución de las obras de abrigo debe contener toda la
información necesaria para ejecutar cada una de las partes de forma adecuada y en el plazo
requerido.-

A tal efecto, el Comitente suele exigir que su elaboración por parte del Contratista se
componga como mínimo de los siguientes documentos:

- Memoria constructiva
- Asignación de medios
- Programa de trabajos
- Procedimientos de ejecución
- Sistemas de seguimiento y control

Las normativas vigentes y las de buen uso obligan a que se redacten


complementariamente, pero separadamente del Plan de Ejecución específico
señalado precedentemente, los siguientes manuscritos que, en cualquier caso,
se tendrán en cuenta para la elaboración del primero :

- Plan de Seguridad y Salud.-

Benicio S. Szymula – Vías de Comunicación II 213


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CAPÍTULO IX: Control de las acciones hidrodinámicas
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- Plan de Vigilancia Ambiental.-


- Planes de Protección de los Patrimonios Artísticos y Arqueológicos, si
correspondiera.-

El Plan de Ejecución debe formar parte de la oferta del Contratista y, en algunas


ocasiones, puede ser necesario complementarlo y/o ampliarlo posteriormente con la obra
ya iniciada.-

En estos casos es necesario elaborar, además, un cronograma en el que deberán


fijarse las fechas de finalización de cada una de las partes, así como del plan completo de
todo el sistema previsto.-

a.- Memoria constructiva

La memoria constructiva debe explicar cómo se van a ejecutar las obras y debe
constar de los siguientes apartados:

- Descripción de los procesos constructivos.-


- Conclusiones obtenidas del análisis del proyecto y la relación de las medidas
adoptadas en función del mismo.-
- Los principales condicionantes del proceso constructivo y las actuaciones que
conllevan. Se prestará especial atención al estudio de la estabilidad estructural de
las fases constructivas, así como el riesgo admisible de las mismas.-
- Permisos y licencias necesarios para la ejecución de la obra.-
- Mediciones más representativas de la obra.-
- Descripción de la forma de ejecutar los trabajos más significativos.-
- Personal adscrito a las obras.-
- Identificación y disponibilidad de las maquinarias y equipamientos más
característicos.-
- Relación de los principales materiales, con indicación de sus procedencias y de las
cuantías, con el correspondiente cronograma de suministros.-
- Esquema del cronograma de actividades.-

b.- Actividades a considerar

El PLAN DE EJECUCIÓN debe considerar todas las actividades que afectan o forman
parte de la obra. Entre las actividades que se pueden presentar en estos tipos de obras, se
destacan:

b.1.- Obligaciones contractuales, licencias y permisos

Contractuales:

- Firma del Contrato.-

Benicio S. Szymula – Vías de Comunicación II 214


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CAPÍTULO IX: Control de las acciones hidrodinámicas
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- Redacción y aprobación de los Planes de Seguridad y Salud, Calidad y Medio


Ambiental.-
- Aviso previo a la Autoridad laboral.-
- Comprobación del Acta de Replanteo y orden de inicio de las obras, que fija la
fecha del inicio del plazo de ejecución de las mismas a los efectos contractuales.-

Licencias:

- Obtención de licencias, teniendo en cuenta que determinadas obras pueden


requerir la redacción de proyectos y la elaboración de estudios de impacto
ambiental que, si son sometidos a audiencia pública, necesitan para su tramitación
de plazos relativamente prolongados.-
- La obtención de las licencias de explotación de canteras, de extracción de
material de los yacimientos marinos y para el vertido de materiales procedentes de
dragado, tanto en los fondos marinos como en los recintos terrestres que suelen
entrañar una especial dificultad.-
- Disponibilidad de los terrenos donde se ubican las obras en situación, extensión y fecha.-

Permisos:

- Permisos para la apertura de canteras, transportes especiales, trasporte de


explosivos, instalación de parques de fabricación, etc., cuando sean necesarios.-
- Actuaciones medioambientales requeridas.-
- Posibles actuaciones relacionadas con el Patrimonio Artístico o Arqueológico.-

El Plan de Seguridad y Salud tiene que estar aprobado antes de la apertura de los frentes de trabajo,
por lo que condiciona de forma absoluta la ejecución de la obra. Además, si se modifica alguno de
los procesos constructivos previstos en el Proyecto de la Obra, es necesario proceder a la adaptación
de los diferentes planes, redactándolos de nuevo y sometiéndolos a aprobación.-

b.2.- Instalaciones

- Disponibilidad de terrenos.-
- Superficies necesarias para el montaje de instalaciones, acopio de materiales,
adecuaciones de los accesos y otras demandas de espaciod que no estén incluidas
entre las que el Comitente facilita al Constructor.-
- Instalaciones de agua, energía, saneamiento y comunicaciones.-
- Instalaciones de oficinas, talleres, almacenes, vestuarios, comedores, etc.-
- Apertura de préstamos y canteras.-
- Preparación de zonas destinadas a vertederos.-
- Construcción de muelles auxiliares, cargaderos (Fotografía Nª IX.17), obras de
abrigo provisionales y puerto auxiliar.-
- Construcción de encofrados de bloques, hormigón sumergido, viga cantil, espaldón, etc.-
- Taller de elaboración de armaduras.-

Benicio S. Szymula – Vías de Comunicación II 215


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CAPÍTULO IX: Control de las acciones hidrodinámicas
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- Instalaciones específicas como plantas de fabricación de áridos, aglomerado


asfáltico, hormigón, fabricación de cajones flotantes, etc.-
- Adquisición de cámara de descompresión.-
- Adquisición de equipos de medición y control.-

b.3.- Movilización y montaje de equipos

Cuando la movilización, el transporte y el montaje de los equipos tienen especial


incidencia en el proceso constructivo se considerarán como una actividad específica, lo que
ocurre con frecuencia en los siguientes casos:

- Equipos de dragado. A veces es necesario modificar alguno de los elementos de las dragas para
adaptarlos a los trabajos que se van a realizar. Por ejemplo, puede ser necesario variar la
longitud de la escala o tubos de las dragas de succión, sustituir los cangilones en las dragas con
tales equipamientos, transportar e instalar la tubería en las dragas de cortador, etc.-
- Gánguiles para transporte y vertido de materiales.-
- Grúas flotantes y cabrias.-
- Cajoneros (Fotografía Nº IX.44). Además de la movilización y del montaje del
cajonero (Fotografía Nº IX.45), se debe tener en cuenta la implantación de las
instalaciones auxiliares.-
- Equipos para enrasar.-
- Grúas terrestres. En ocasiones son de gran porte y requieren elementos
específicos de izado que tienen que ser diseñados y construidos al efecto.-

FOTOGRAFÍA Nº IX.44
Cajonero para la construcción de cajones flotantes

b.4.- Contrataciones

Benicio S. Szymula – Vías de Comunicación II 216


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CAPÍTULO IX: Control de las acciones hidrodinámicas
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La contratación de equipos o subcontratación de tareas requiere, para efectuarse


correctamente, la recopilación de datos y la realización de estudios de mercado.
Consecuentemente, la asignación de medios y el plazo temporal deben estar contemplados
en el Plan de Ejecución cuando su importancia así lo requiera.-

FOTOGRAFÍA Nº IX.45
Remolcador en situación de transporte de cajones flotantes

b.5.- Actividades de construcción

Corresponden a las actividades que ejecutan de forma directa las unidades


de obra. A efectos de la plani ficación deben considerarse como actividades de
construcción las efectuadas por unidades de producción, las cuales pueden
corresponder o no con unidades de cobro o certificación, y viceversa. -

b.6.- Actividades de esperas

Los desfases temporales requeridos en algunas unidades de obra se planifican como


actividades de espera, como por ejemplo en las actividades de:

- Consolidación de rellenos.-
- Adquisición de resistencia de los hormigones.-

c.- Diseño de instalaciones

El montaje de las instalaciones puede llegar a presentar tanta dificultad como la misma obra y, de
forma particular, en aquellas obras de mucha envergadura como es el caso de:

- Plantas de machaqueo de áridos.- Plantas de fabricación de hormigón. Parques de


fabricación de bloques y otros prefabricados de hormigón.-
- Grandes encofrados.-

Benicio S. Szymula – Vías de Comunicación II 217


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CAPÍTULO IX: Control de las acciones hidrodinámicas
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- Instalaciones para la fabricación de cajones.-

Tales instalaciones se deben proyectar y planificar adecuadamente dado que


habitualmente no están contempladas en el proyecto. Con frecuencia el montaje de
las instalaciones forma parte del camino crítico del programa de trabajo.-

d.- Cantidades de obra

A cada una de las actividades consideradas se le asignará el cómputo o la cantidad


de obra a realizar, es decir, la medición de la unidad de producción.-

Se debe tener en cuenta que las cantidades de obra que se ejecutarán pueden ser
distintas de las que figuran en los computos del Proyecto, dependiendo fundamentalmente
de la forma que se ha definido el precio de la unidad.-

A título de ejemplo, se puede citar el caso de los rellenos de explanadas. Estos


rellenos, sobre todo si son de tipo hidráulico, pueden estar sujetos a importantes
asentamientos, con lo que será necesario complementar el volumen teórico. El pago de
metro cúbico de relleno puede incluir o no este incremento de volumen.-

Tener en cuenta estas diferencias y su control durante la ejecución evita desajustes


posteriores entre las cantidades aportadas y empleadas de estos materiales.-

e.- Asignación de recursos

A cada una de las actividades se le asigna una cantidad de recursos económicos que
permite realizar los trabajos encomendados.-

Es conveniente que la asignación se haga agrupando los recursos en los siguientes


rubros:

- Mano de obra
- Maquinaria
- Materiales
- Instalaciones
- Subcontratos
- Varios

Una vez dimensionados los equipos de producción por los recursos asignados
deberán estimarse, para cada actividad, los correspondientes rendimientos, debiendo
tenerse en consideración los condicionantes que pudieran haber. Además, se tendrá que
determinar la duración de las actividades una vez conocidas las cantidades de obra a
ejecutar por cada uno de los equipos.-

f.- Relaciones entre actividades

Benicio S. Szymula – Vías de Comunicación II 218


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CAPÍTULO IX: Control de las acciones hidrodinámicas
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Deben establecerse las relaciones de dependencia entre las actividades. Cada


actividad puede tener con cada una de las restantes uno, varios o ninguno de los
siguientes vínculos:

∙ Ninguno: en cuyo caso no se reseñan.-


∙ De comienzo a comienzo: el comienzo de la actividad no se puede acometer
hasta pasados n cantidad de días desde el comienzo de la actividad con la que se
está relacionando.-
∙ De comienzo a final: el comienzo de la actividad no se puede acometer hasta
pasados n cantidad de días desde el final de la actividad con la que se está
relacionando.-
∙ De final a final: el final de la actividad no puede tener lugar hasta pasados n
cantidad de días desde el final de la actividad con la que se está relacionando.-
∙ Puede estar condicionado el inicio de una actividad por una fecha concreta.-

g.- Programa de trabajos

El Programa de Trabajos debe elaborarse a partir del conocimiento de las actividades


previstas, de cómo están condicionadas, de los recursos asignados y de la duración de las
mismas.-

La elección de un soporte informático adecuado permite una gran flexibilidad en la


presentación y en las decisiones que deban adoptarse permanentemente (tales como el
diagrama de Gantt, red de precedencias, Pert, entre otros) y la obtención de información
complementaria (camino crítico, holguras, histogramas de recursos, diagramas de flujos,
etc.).-

Es conveniente que el soporte elegido facilite las actualizaciones y las correcciones


del Programa de Trabajos y el seguimiento de las actividades críticas.-

h.- Procedimientos de ejecución

Los procedimientos de ejecución de cada una de las actividades de producción, se


elaboran en un documento -habitualmente en forma de ficha- en el que se recogen:

- Las características de los materiales a emplear y las normas de recepción.-


- Las características de la maquinaria.-
- La forma de ejecución.-
- Los controles y las comprobaciones durante la ejecución.-
- Las unidades de medida, los criterios y los procedimientos de medición.-
- El establecimiento de las medidas de los Planes de Seguridad y Salud, Calidad y
Vigilancia Medioambiental.-

Benicio S. Szymula – Vías de Comunicación II 219


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CAPÍTULO IX: Control de las acciones hidrodinámicas
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ANTECEDENTES BIBLIOGRÁFICOS

(1) BRUN, P. M. – Port engineering – Gulf Publishing Co. Houston – 1976

(2) CARREIRO POUSADA, Manuela – Sobre la respuesta estática de suelos finos blandos bajo
diques verticales – Universidad Politécnica de Madrid - 2007

(3) CHAPAPRÍA, Vicent Esteban – Obras marítimas – Editorial Universidad Politécnica de Valencia –
España - 2004

(4) COPEIRO DEL VILLAR MARTINEZ, Enrique – GARCÍA CAMPOS, Miguel Ángel – Diques de
escollera: elementos del cálculo resistente y de la estimación del oleaje – Diz Santos Ediciones
– España – 2008

(5) MACIÑEIRA, Alonso – La estabilidad de los morros en los diques en talud – Universidad de la
Coruña – España – 2004

(6) PANZARINI, Rodolfo N. – Introducción a la oceanografía general – EUDEBA – Buenos Aires –


1970

(7) ROMANOVSKY, V. – Física del océano – Ediciones Martinez Roca, S. A. – Barcelona - 1968

(8) SERRA, J. – BAUTISTA, R. – MAIA, L. P. y MONTORI, C: - Sistema de protección de costas (II):


drenaje de costas – GEOGACETA Nº 25 – Universidad de Barcelona España)/Universidad
Federal de Ceará (Brasil) – 1999

(9) SCHWARZ, Ricardo A. – Obras de abrigo – Universidad de Buenos Aires - 1986

(10)UNCTAD (Naciones Unidas) - Desarrollo portuario - Manual de planificación para los países en
desarrollo - Nueva York – 1984

(11) VALLECANTOS, Vicente Negro – Diseño de diques rompeolas – Librería de Ingeniería y Arte –
España -2012

Benicio S. Szymula – Vías de Comunicación II 220


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