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La fe cristiana.

Un llamado a la Gracia
Por naturaleza toda persona tiene la gracia de la salvación, pero ya depende de la persona

seguir cultivando este don tan hermoso que Dios da sin excluir a nadie. Es decir si Dios le da la

gracia al Hombre o al ser humano depende de sí mismo seguir cultivándola desde lo mismo que

profesa. La fe de cada Cristiano debe de llevar a sentir un llamado de fe en su propia vida, un

llamado de fe hacia la gracia que es dada desde mucho más antes de nacer, pero que el ser

humano por distintas obras la va opacando y no la deja alumbrar como lo que es y debe ser

(Gracia).

San Agustín en el tomo VI en el tratado sobre la gracia dice: “Que ningún cristiano se aparte

de esta fe, que es la única cristiana. Ni haya nadie que, no atreviéndose a afirmar que nos

hacemos justos por nosotros mismos y no por obra de la gracia de Dios…” (1949, pág. 733). Si

este gran doctor de la Iglesia habla de lo anteriormente citado, es porque siempre el hombre

tiende a irse a los extremos, es decir en negar el actuar de Dios que actúa o apartarse de la misma

gracia de Dios porque dicen que la gracia no depende de Dios sino de ellos y esto los lleva a no

tener fe en lo que deben de tener.

Sin más preámbulo el siguiente texto haciendo referencia al tema de la gracia en la fe del

creyente se enfocaran en los siguientes puntos:

 El espíritu santo, Señor y vivificador.

 la fe cristiana procede del auxilio de la gracia. profecía de Jeremías sobre el Nuevo

Testamento. la ley. la gracia. (Tratado sobre la Gracia. San Agustín)

 Naturaleza y gracia. (Karl Rahner)


El espíritu santo señor y vivificador: se tomó este primer punto dado que la gracia no está por

sí solo, sino que es Dios el que la da y las da a través del mismo espíritu santo el cual vivifica a

la persona humana. Es el que se profesa en el credo de los Apóstoles, dándole de este modo un

fundamento muy profundo a la misma fe. Así pues la acción del espíritu santo tiene mucha

repercusión en los hechos del Antiguo Testamento, en donde se habla de la inspiración profética

por el espíritu en Moisés esto se puede detallar mucho más en (Núm 11, 25). De esta forma la

gracia salvífica de Dios se revela a Moisés, por medio del mismo espíritu Santo.

Walter Kasper en su libro el Dios de Jesucristo hace alusión explícitamente a la gracia del

espíritu Santo al momento del bautismo de Jesús por eso este gran autor dice la siguiente: “Los

cuatro evangelios colocan al comienzo de su evangelio el relato del bautismo de Jesús por Juan y

de la bajada del Espíritu sobre Jesús (Mc 1, 9 -11)” (2005, pág. 237). Con este acontecimiento,

resaltar la gracia de Jesucristo es un momento muy grato y esta se reafirma más al momento del

espíritu santo bajar sobre el por medio del Santo bautismo. En otras palabras es el mismo Jesús

que invita a los cristianos a vivir con la gracia que él mismo da para todos.

La fe cristiana procede del auxilio de la gracia. Profecía de Jeremías sobre el Nuevo

Testamento. La ley. La gracia: “luego por causa de las heridas del hombre viejo, que no se

curaba por la letra preceptiva y amenazadora, es llamado aquel testamento viejo, y Nuevo éste,

por la renovación del espíritu que sana al hombre nuevo de la heridas del viejo” (Capanaga,

1949).así pues se sigue viendo como actúa la gracia de Dios en el nuevo testamento a causa de

los mismos sucesos del antiguo, eso sin menos despreciar al antiguo testamento.

Cabe destacar cuando Dios Dice; que ahora no establecerá la ley en tablas sino en los

corazones de la misma humanidad. Cumple, por consiguiente, el hombre naturalmente lo


preceptos de la ley; pero por su culpa no la cumple, pero esto no quiere decir que por la

naturaleza del hombre se excluya la gracia que se tiene, a causa de su mismo pecado. Está

privado de la gloria de Dios, pero justificado por su gracia.

A pesar que el hombre lo limite el mismo pecado, la gracia es algo que está en él, y es esta la

que le permite volver a Dios desde que haya un arrepentimiento de verdad. En otras palabras es

el hombre que limita el actuar de la gracia en él. Aunque es por medio de la misma gracia que se

restaura la naturaleza. “porque por un solo hombre entro el pecado en el mundo, y por el pecado,

la muerte, y así a todos los hombres alcanzó la muerte, por cuanto todos pecaron.” (Capanaga P.

V., 1949) Pero la misma gracia es tan inmensa que no hace distinción antes bien renueva al

hombre viejo y lo llena del hombre nuevo que es el mismo Cristo.

Naturaleza y Gracia: Es uno de los temas más cuestionados, dado que muchos ven la gracia

como aquella que está separada de la naturaliza, por causa del pecado, o para otros por causa del

castigo que Dios tiene para los hombres. Pero según el Teólogo Karl Rahaner la gracia es:

“propiamente sobrenatural, por la que el hombre es justificado y capaz de actos eficaces en orden

a su salvación, fue considerada como una realidad en sí totalmente a extramuros de la

conciencia.” Es decir Dios le concede la gracia al hombre, por medio de la cual, el mismo

hombre tiene la oportunidad de decirle si o decirle no al mismo amor que Dios le tiene.

El hombre siempre debe buscar mantener esa llama de la gracia encendida, y si sabe que esta

le da vida a su existencia tiene que preocuparse ciertamente por ella a través de la misma fe que

es la que ayuda a seguir firmes, en la misma fe. Por su parte, la fe se debe ver también reflejada

en los actos morales y en las prácticas sacramentales que el ser humano realiza y que se muestran

en su estilo de vida.
La gracia en sí misma es la más difundida, esto se da porque respecta la existencia consciente

del hombre moral y espiritual, así pues esto se ve reflejado en la misma conciencia del hombre

aunque también se desarrolla en su propia fe y, en tanto supremo y divino, es reconocido como

lo único que en el hombre posee virtud de salvación. De esta forma cabe ver la trascendencia

que la misma gracia le da al hombre, en tanto ser espiritual, que lo refleja en su vida diaria.

Por su parte Karl Rahner en el tomo IV de Escritos de la Teología dice: “La naturaleza y la

gracia conciben que tal relación (gracia y naturaleza) es más estrecha de lo que aparece en la

concepción al uso. No habrá que negar aunque aquí y allá no se oiga con gusto que tal

concepción en la práctica no carece de peligros.” (1964, pág. 219)

De esta forma, se puede dar a entender que la misma gracia, no atropella la realidad de la

naturaleza, antes bien le da un realce mucho más cercano a la perfección. Siendo esto así, no se

puede extrañar de amucho, aunque no siempre está justificada, de que el hombre se interese poco

de ese misterio, el cual es añadido a su existencia. Dado que tal gracia no está donde él está: en la

misma realidad inmediata de su existencia espiritual. Así pues se puede llegar a entender que lo

que originalmente fue designado con el nombre de gracia se concibió, en una forma muy natural

pero a la misma vez trascendental. Esa forma o esa manera es la del amor.

La necesidad de la gracia propiamente sobrenatural e interna para todo acto de salvación;

posibilidad y límites de la distinción entre moralidad natural y sobrenatural. Mostrando así una

evolución en la misma conciencia del hombre y en su vida espiritual que lo lleva a tener presente

la existencia de lo sobrenatural, es decir; de aquello que también hace parte del ser humano pero

que no está con el ser humano.

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