LA ÉTICA PROFECIONAL Y SUS IMPLICACIONES EN EL AULA DE CLASE
La labor docente merece ser considerada como el principal elemento en la
construcción y el mejoramiento de la sociedad, desconocer su importancia es abandonar todo principio y asumirla como algo que no es inherente al mejoramiento de la vida misma.
Cuando asumimos un rol especial en la sociedad automáticamente empezamos a
desarrollar conceptos de deontología, de ética lo que implica asumir mis deberes y hacerlos de la forma correcta sin quebrantar en ningún momento la relación con el otro y propendiendo siempre ser un modelo a seguir.
En la época actual, en un mundo globalizado donde prima lo económico, donde todo
se basa en la productividad, no podemos descuidar el sistema educativo, pues al tener la responsabilidad de formar las nuevas generaciones se debe fortalecer el cumplimiento de la norma, el separar lo bueno de lo malo, fortalecer la práctica sin descuidar la teoría.
Dentro de ese contexto educativo debemos tener en cuenta tres principios
fundamentales, para mejorar nuestra forma de ver y afrontar la vida, deontológicamente, éticamente y moralmente:
El principio de beneficencia. El principio de la autonomía. El principio de la justicia.