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11.1.

- LA CRISIS DE 1808: GUERRA DE INDEPENDENCIA Y LOS COMIENZOS DE LA


REVOLUCIÓN LIBERAL.
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A finales del siglo XVIII, la Revolución Francesa ejerció una influencia determinante en
los acontecimientos que tuvieron lugar en España durante el reinado de Carlos IV. Entra en
crisis la vieja sociedad y se abre la posibilidad de una revolución política: el establecimiento de
un sistema liberal.
La situación de España era de crisis económica, política y social: el aumento
incontrolado de los precios; el colapso del comercio exterior tras la destrucción de la flota en
Trafalgar (1805); el endeudamiento del Estado por causa de las continuas guerra; y un pueblo
indignado contra su rey y su valido por la mala gestión de gobierno.
España se había aliado a otras monarquías absolutistas contra la Revolución Francesa.
Será en la Guerra de los Pirineos, cuando las monarquías europeas intentan liberar al rey
francés Luis XVI, donde España será derrotada por el ejército revolucionario francés. España
perderá la isla de Santo Domingo con la firma del Tratado de Paz de Basilea (1795).
Esta derrota provocará un cambio de las alianzas y, más tarde, la llegada al poder de
Napoleón Bonaparte (1799) pondrá a España al servicio de Napoleón y de su política
expansionista.
La monarquía española desde la llegada de los Borbones había firmado unos acuerdos
llamados “los Pactos de Familia” en los que unían sus intereses en política exterior a Francia,
y en base a estos pactos se renovarán las alianzas entre España y Francia, por lo que
quedaremos ligados a los vaivenes de la política exterior francesa, son los Tratados de San
Ildefonso, en 1796 se firmará el Primer Tratado de San Ildefonso y en 1800 el Segundo
Tratado de San Ildefonso, y supusieron una alianza de defensa mutua entre Francia y España.
Para los planes de Bonaparte es fundamental la figura de Manuel Godoy, el valido de
Carlos IV y quien dirigió los destinos de España en este complicado periodo de la historia.
Como aliada de Francia, España se enfrentará en varias ocasiones a Inglaterra y sus
aliados. Ejemplo de ello son: la derrota española en la batalla de Cabo San Vicente contra
Inglaterra por la cual se pierde la isla de Trinidad y se paraliza el comercio con América;
poco después y como consecuencia del apoyo prestado por Portugal a Inglaterra, tiene lugar la
Guerra de las Naranjas, contra los portugueses por la cual España se anexiona el Foso de
Olivenza (a Badajoz). Este ataque provoca un nuevo conflicto. Inglaterra ataca a España,
venciendo en la famosa batalla de Trafalgar, (1805) cuyo resultado fue la derrota y
destrucción de la marina española y como consecuencia el principio del fin del imperio español
y por el contrario para Inglaterra será el despegue del imperialismo británico.
Como consecuencia de la pérdida de la flota, España dejará desprotegidos sus
territorios en América lo que les obligará a defenderse a si mismas y a organizarse sin la
intervención de España, lo que les hará tomar conciencia de su capacidad de emancipación.
Toda esta situación creará un descontento popular y se creará un grupo opositor a la
política de Godoy en torno al Príncipe de Asturias, Fernando.
El 27 de octubre de 1807 Godoy firma con Napoleón el Tratado de Fontainebleau, en
el que se establece una alianza contra Inglaterra e implica ceder paso libre a través de
España de las tropas francesas que querían invadir Portugal (por haberse negado al bloqueo
continental a Inglaterra).
Sin embargo, el objetivo de Napoleón abarcaba más aspectos. Se trataba de desalojar a
los Borbones del trono español, ocupándolo él mismo a través de un miembro de su familia,
José Bonaparte.

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En 1808 entran las tropas francesas por Cataluña y ocupará las principales fortalezas
y plazas fuertes de España. Es entonces cuando Godoy ve las intenciones de Napoleón y quiere
trasladar a la familia real a Sevilla.
De camino a Sevilla la primera etapa del viaje termina en el Real Sitio de Aranjuez,
donde se va a producir el Motín de Aranjuez.
El Príncipe de Asturias y sus partidarios, ante los acontecimientos y conociendo el
descontento popular, movilizan al pueblo tomando por asalto el Palacio de Aranjuez, detienen
a Godoy que es depuesto (noche del 17 al 18 de marzo de 1808) y Carlos IV es obligado a
abdicar en su hijo.
El nuevo rey Fernando VII y su padre Carlos IV regresan a Madrid que ha sido ocupada
por el ejército del General Murat donde quedan como rehenes del ejército de ocupación
francés. La corona colaborará con el ejército napoleónico. En las semanas siguientes tanto
Carlos IV como Fernando VII buscan el apoyo de Napoleón a fin de ser apoyados.
Esta situación provoca una crisis en la corona de España que no conviene a los fines de
Napoleón ya que teme la pérdida de los territorios españoles en América y, que de ello, se vea
beneficiada su enemiga Inglaterra.
Esta situación obliga a Napoleón a convocar a Fernando VII y a Carlos IV en Bayona
en abril de 1808. Antes de salir hacia Bayona, Fernando VII deja una Junta de Gobierno con
orden de no enfrentarse a las tropas francesas y colaborar con ellas.
Tras una serie de conversaciones en las que Carlos IV y su hijo Fernando se enfrentan y
discuten acaloradamente, se producen las abdicaciones de Bayona: Fernando restituye la
corona a Carlos IV y éste abdica en Napoleón Bonaparte quien a su vez abdica en su hermano
José Bonaparte. Se ha mantenido la legitimidad monárquica en el cambio de dinastía.
Mientras tanto en Madrid la salida de la familia real a Bayona provoca descontento
en el pueblo que se subleva contra el ejército ocupante y se producen los levantamientos del
2 de Mayo. La población madrileña apoyada por algunos sectores del ejército (los capitanes de
artillería D. Luis Daoiz de Torres y D. Pedro Velarde de Santiyán presentarán batalla en el
Parque de Artillería de Monteleón de desobedeciendo las órdenes de sus jefes y acompañados
de civiles lucharon contra las tropas de Napoleón superiores en número. Este levantamiento
será reprimido duramente por el General Murat, llevando a cabo los conocidos fusilamientos
del 3 de mayo, (estos hechos fueron recogidos por el pintor español Francisco de Goya en sus
obras “La carga de los mamelucos” y “Los fusilamientos del 3 de mayo”).
La noticia del levantamiento llega a todas las poblaciones que se levantarán contra el
ocupante francés.
El desarrollo de la guerra de la Independencia (1808-1814)
Se organizarán los dos bandos que lucharán en una guerra desde 1808 hasta 1813.
Por un lado está la España de José I Bonaparte, apoyado por los afrancesados que
veían en la ocupación francesa la oportunidad de modernizar España inspirándose en las ideas
de la Ilustración. El ejército era muy numeroso y bien organizado.
Por otro lado la España de la insurrección y la resistencia formada por dos grupos
ideológicos sólo unidos por su rechazo al invasor y por la restauración en el trono de
Fernando VII: los liberales que pretendían una nueva monarquía liberal y parlamentaria y los
absolutistas, que pretendían la vuelta al absolutismo. Pueblo y ejército a pesar de su
inferioridad presentará batalla al francés invasor. Los elementos fundamentales serán la
guerrilla y la ayuda de los ejércitos portugués e inglés. Destacamos entre los defensores a
generales como Castaños en Bailén, Palafox en Zaragoza y guerrilleros como Espoz y Mina o el
Empecinado.
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Así da comienzo la guerra que ocupará los próximos cinco años (1808-1813). La Guerra
de Independencia tendrá un carácter nacional y patriótico, siendo a la vez una guerra civil
(se enfrentan españoles contra españoles) y una guerra internacional (actúan el ejército
inglés y portugués contra Francia).
Lo que en un principio parece que va a ser un paseo militar se transforma en una larga
guerra que desbarata los proyectos de Napoleón.
La guerra se desarrollará en tres fases
1ª fase: éxitos iniciales españoles. De junio a noviembre de 1808.
Las ciudades se defienden del invasor destacando el primer sitio de Zaragoza: con el General
Palafox al frente, resistieron y vencieron a los franceses. Pero el hecho más destacado es la
Batalla de Bailén: el ejército francés del General Dupont es derrotado por un ejército español
al mando de la misma el General Castaños. Esta batalla es muy importante porque será la
primera en la que se derrota que sufre el ejército de Napoleón en campo abierto. Los
prisioneros (alrededor de 14.000 hombres) fueron confinados en la Isla de Cabrera donde
murieron de hambre y de sed. El rey José I tendrá que trasladar la Corte a Vitoria
abandonando Madrid.
2ª fase: Reacción francesa. (noviembre de 1808-enero de 1812).
Ante esta situación Napoleón organiza la Grande Armée (250.000 soldados al mando de
Napoleón). Caen las ciudades de Burgos, Tudela y Madrid. Zaragoza sufre el Segundo sitio
cayendo finalmente en poder francés. Sólo Cádiz queda libre de ocupación.
En esta fase lo más importante es destacar la guerra de desgaste o guerra de guerrillas, que
realizan los españoles y que resultará una auténtica pesadilla para el ejército francés. La guerra
de guerrilla es la mejor manera de lucha ante los grandes ejércitos nacionales. El principio acción-represión-acción,
favorece la guerra de guerrilla en cuanto a que es apoyada por el pueblo. La guerra de guerrilla debilita o inmoviliza a
Para eso hay que combinarlo con un ejército convencional para
un ejército superior pero no le vence.
que una vez debilitado el enemigo, ataque y consiga la victoria. Esto es lo que ocurrió en España
con el ejército británico de Wellington.
3ª fase: Derrota del invasor (de 1812 hasta agosto de 1813).
En primavera de 1812 Napoleón retiró parte de su ejército en España para engrosar el
ejército que iba a invadir Rusia. Esta circunstancia fue aprovechada por los ejércitos anglo-
españoles que intensifican la ofensiva. La victoria de los Arapiles (Salamanca, 22 de julio de
1812), será el principio del fin. El desastre del ejército francés en Rusia favoreció a España ya
que los franceses no querían quedar encerrados en España y se replegaron hacia el Norte.
Derrotados primero en Vitoria y más tarde en Irún y San Marcial (31 de agosto de 1813),
dejó libre de franceses la Península Ibérica y obligará a Napoleón a firmar el Tratado de
Valençay, (11 diciembre 1813) por el cual devuelve la corona de España a Fernando VII.
Las consecuencias de la guerra: pérdida del 5% de la población entre fallecidos,
desterrados y exiliados. Destrucción de infraestructuras, ciudades, agricultura, industria y
patrimonio cultural.
La revolución política.
La negativa a aceptar la situación impuesta por Napoleón por parte del pueblo español
dio lugar a una verdadera revolución liberal. El vacío de poder y para hacer frente al gobierno
francés, considerado ilegítimo, el pueblo creará las Juntas Locales que asumieron el poder en
nombre de Fernando VII y organizará la resistencia. Fue la primera vez que se ejerció la
soberanía nacional. Las Juntas Locales se agruparon en Juntas provinciales que se coordinaron
en la Junta Suprema Central, presidida por el que fuera primer ministro de Carlos IV, el
conde de Floridablanca, que serán quienes convoquen a Cortes que pondrán en marcha una
política de reformas políticas, sociales y económicas.
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