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El Test de La Familia
El Test de La Familia
1- Pautas de aplicación
La administración de esta prueba puede realizarse indicando al niño que pinte a su familia o
a una familia sin concretar más datos. Según algunos autores, esta segunda opción permite
dar al niño más libertad para expresar sus sentimientos más íntimos pero tiene algunas
limitaciones. Por ejemplo, no podemos conocer la valoración de los personajes reales sino
que tenemos que efectuar inferencias de los supuestos personajes y roles sobre los
miembros de su familia.
Particularmente me inclino por la opción de pedir al niño que represente a su propia familia
pero dándole libertad para que lo haga en la situación y con los detalles que él prefiera.
De todas formas, todos estos aspectos deben ser decididos en cada situación y en función de
las características del niño.
1º- Darle instrucciones para que efectué el dibujo pero dándole libertad absoluta y
tranquilizándolo en el sentido de que no vamos a ponerle nota y que no es importante que el
dibujo sea perfecto. El establecimiento de una buena relación previa y motivación hacia la
tarea es fundamental. No hay límite de tiempo.
2º- Controlar discretamente al niño pero sin que se sienta muy observado. Debemos ir
memorizando (o anotando) detalles de interés como posibles pausas, errores, actitud, etc.
También el orden en el que va pintando los diferentes personajes.
3º- Una vez acabado el dibujo mostrar interés por el trabajo efectuado. No se trata de
felicitarlo gratuitamente sino de destacar algunos aspectos del mismo: el color, la forma,
algún objeto en particular. El niño debe percibir que estamos interesados, sorprendidos, con
lo que ha hecho y evidentemente que estamos satisfechos. A partir de aquí podemos
empezar a indagar en aspectos concretos del dibujo. El orden de las preguntas puede variar
según transcurra el diálogo.
En el caso de que el niño haya efectuado el dibujo de una familia sin concretar deberemos
preguntarle con quién de los personajes dibujados se identifica y qué es lo que le sucede a
cada uno de ellos.
2- Sugerencias generales
1º- La interpretación de un dibujo infantil debe basarse en aproximaciones estadísticas, es
decir, en que la presencia de una determinada característica del dibujo se asocie con una
elevada probabilidad de presentar un rasgo de temperamento o personalidad concreto.
También, desde el posicionamiento teórico del psicoanálisis, se ofrecen algunas
explicaciones. No obstante, de ningún modo, se trata de una ciencia exacta, por lo tanto, hay
que ser prudentes en la interpretación de estas pruebas. Los datos deben analizarse en
conjunto y no tan sólo individualmente. Hemos de tener en cuenta, además, que el niño es un
ser en desarrollo, en constante cambio y no siempre es fácil determinar qué piensa y por qué
actúa de determinadas maneras. Sin embargo, esta reflexión no debe hacernos perder de vista
la gran utilidad de estas pruebas como canal comunicativo y de conexión con el mundo
interior infantil.
2º- Las diferentes características del niño que podemos ir suponiendo del análisis de esta
prueba, sólo tiene validez en tanto en cuanto sean complementadas con otras pruebas u
observaciones. Por lo tanto, sólo nos permiten formular hipótesis de trabajo que luego
debemos contrastar con otras pruebas. La peculiaridad de cada niño, de cada caso, hace muy
difícil establecer el mismo significado incluso para dibujos muy parecidos. De aquí la
necesidad de este tipo de pruebas sean subordinadas o complementarias de otras más
objetivas.
3º- Las interpretaciones del dibujo deberán tener en cuenta la edad del niño. Una misma
característica puede tener diferentes significados según la edad.
4º- El dibujo debe analizarse en varios niveles. Primero en su conjunto, teniendo en cuenta
aspectos de la situación general en el papel tamaño, forma; distancia de los personajes;
presencia o no de elementos añadidos (animales, objetos, etc). En segundo lugar, hay que
analizar individualmente cada figura representada: su tamaño, forma, situación respecto a
otros, etc. En último lugar hay que verificar la información aportada verbalmente por el niño
con respecto a lo que ha plasmado en el dibujo. Puede ser que un niño manifieste verbalmente
mucho amor por su padre pero, en el dibujo, aparece desplazado y pequeño.
A pesar de que muchas personas consideran que las técnicas proyectivas podrían estar
desfasadas o no tienen ningún tipo de validez, la información que brindan nos permite
conocer más detalles sobre la historia del sujeto que tenemos frente a nosotros, sobre aquello
que aún no ha podido poner en palabras o ha podido compartir en las entrevistas.
Respecto al test de la familia, este test nos permite conocer cuáles son sus lazos afectivos,
cómo es su relación con cada uno de los familiares que representa y también con aquellos
que nos dibuja, pues la ausencia de alguien de la familia puede decirnos tanto como la
presencia. A su vez, también nos habla de cómo el percibe las relaciones entre sus familiares
y la historia que hay detrás de ellos.
La administración de esta prueba es muy sencilla. En primer lugar, se pone a disposición del
paciente las herramientas necesarias para poder llevar a cabo el dibujo (un lápiz o lápices de
colores, una goma y un folio). A continuación, se le indica que “dibuja una familia“, sin
necesidad de concretar más datos (Corman).
El hecho de que se indique al niño que dibuje una familia cualquiera, la que él elija, le permite
que él pueda trazar sobre el papel todo aquello que puede no querer o no ser capaz de poner
en palabras ya que son sus sentimientos más íntimos, sería mostrar a una persona, que no es
del todo un desconocido pero casi, sus secretos y su realidad subjetiva sobre su familia.
Algunos profesionales prefieren indicarle al niño de forma directa que dibuje a su propia
familia con total libertad, de la forma que prefiera. Desde mi punto de vista, creo que
perdemos una gran riqueza con esto.
Personalmente, creo que es preferible tomar nota para poder estudiarlo luego con detalle y
contrastarlo con las hipótesis que vayamos creando junto con la interpretación del dibujo.
Por ejemplo, anotar en qué lugar de la hoja comienza a dibujar, de qué figura se trata, si borra
con mucha frecuencia y en qué zona, el orden de las figuras que traza, si hay espacios entre
figuras de inactividad, etc.
Una vez que ha terminado el dibujo llega el momento de felicitarle por el dibujo sin
extralimitarnos y pedirle que nos cuente la historia de esa familia, nos indique quiénes son
cada uno de los personajes (nombre, edades…). En un principio es mejor dejarle hablar para
que pueda expresarse libremente, pero tenemos que tener en cuenta que hay algunas
preguntas que necesitamos que sean resultas.
Por ejemplo, preguntas que los situarán en un espacio y en un tiempo: dónde están y qué es
lo que hacen ahí. Después, empezaremos con preguntas afectivas como:
También será el momento de esclarecer las dudas e hipótesis que hayamos ido creando a lo
largo de las entrevistas iniciales, podemos preguntarle acerca de esos sentimientos o historias
que hayamos captado mediante el dibujo y los personajes representados. A su vez, también
intentaremos aclarar sobre las preguntas que nos vayan surgiendo con sus contestaciones para
poder acercarnos más a su realidad psíquica y su inconsciente.
Tras esto, es importante que le situemos dentro del dibujo preguntándole directamente
“Suponiendo que formases parte de esta familia, ¿quién serías tú?”. También nos
interesaríamos por saber por qué habría escogido ser ese personaje y, siempre observando
cuáles y cómo son sus respuestas, tanto verbales como no verbales.
Una pregunta interesante para finalizar con la parte de la administración, sería saber si está
contento con el dibujo que ha hecho, si tuviera que hacerlo de nuevo lo haría parecido y si
cambiaría alguna cosa (si la respuesta es afirmativa, escuchar qué cambiaría).
INTERPRETACIÓN DEL TEST DE LA FAMILIA
La interpretación del test de la familia debe de tener en cuenta la edad del niño y debe
analizarse en diferentes niveles:
• Interpretación global: En qué lugar del folio ha situado a los personajes y el tamaño
que tienen respecto al espacio, la forma de los personajes, el tipo de trazo la distancia que
hay entre ellos, si falta algún personaje o hay objetos que nos resultan “extras”.
• Interpretación individual: Hay que observar cada una de las figuras comparándolas
con las demás en tamaños y formas, podemos ver si hay diferenciación sexual, la situación
respecto a los otros, etc.
Podéis encontrar información más específica de cada uno de los rasgos en el libro de Corman
“El test del dibujo de la familia“. Por supuesto, siempre tenemos que tener en cuenta todas
las notas que hemos tomado mientras lo dibujaba como en la historia.
A su vez, os comparto este cuadro de la Universidad Chilena que me ha parecido muy
completo en cuanto a una interpretación gráfica que podemos tener en cuenta a la hora de
interpretar un dibujo. Después, la interpretación analítica dependerá de la unión de los
detalles globales e individuales que hayamos visto en el punto anterior junto con los datos
recogidos de la historia y, es imprescindible la formación psicoanalítica para una buena
interpretación.