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SANITARIA. Primera Edición 2011.
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Diseño Portada: María Torres Gutiérre
Drogadicción: Evaluación, Tratamiento y Rehabilitación
AUTORA
Mª Teresa Guerrero Tello.
Licenciada en Psicología
Drogadicción: Evaluación, Tratamiento y Rehabilitación
DROGADICCIÓN:
EVALUACIÓN, TRATAMIENTO Y REHABILITACIÓN
Drogadicción: Evaluación, Tratamiento y Rehabilitación
PRÓLOGO__________________________________________________
drogas.
Este manual es valioso porque aporta un conjunto de informaciones importantes
sobre el aspecto de las drogodependencias. Por eso, es un instrumento de primer
orden para todos los que se dedican a reducir la incidencia y la prevanlencia de las
conductas adictivas y para los que se ocupan de dar tratamiento a las personas
drogodependientes que lo demandan.
Quiero terminar este prólogo dedicándoselo a mis padres Jesús y Tere, que
siempre se preocuparon porque yo tuviera una buena formación. Y a mi marido
David por su apoyo en todos mis proyectos.
PREFACIO___________________________________________________
ción, quien puede hacerla, y cuales son los factores de riesgo y protección que un
profesional debe tener en cuenta a la hora de hablar de drogas. Y termino esta parte
analizando el modelo de prevención comunitario que es el que se debe llevar a cabo
para reducir o paliar el uso y abuso de drogas en la sociedad.
- En la tercera parte o curso del manual hablo de los distintos tipos de cues-
tionarios o test que existen para evaluar los trastornos adictivos. Hago referencia a 3
cuestionarios que son el IES, (índice europeo de severidad de la adicción), el ASI-6,
y el Teen-ASI (para adolescentes).
- En la cuarta y última parte o curso del manual explico los distintos trata-
mientos y terapias que existen a parte de las farmacológicas para tratar las adiccio-
nes, empezando por la entrevista motivacional, pasando por las terapias cognitivo-
conductuales y acabando por las terapias centradas en la familia.
Por último deseo que este manual sirva de gran ayuda a quien lo escoja para
aprender y adquirir conocimientos acerca de las drogodependencias, ya que lo he
realizado con toda mi ilusión para que los profesionales que se van a dedicar a
trabajar en el mundo de las adicciones lo utilicen como recurso para estar bien
informado y poder realizar el trabajo lo mejor posible, ya que trabajamos con
personas que por desgracia han caído en este mundo gris y oscuro del que quieren
salir porque se destruyen ellos mismos y a todos los que tienen a su alrededor.
Quisiera acabar con una dedicatoria para los que trabajan dentro del campo de
las drogodependencias: Antes o después tendemos que abrir el libro de nuestra vida
y leer lo que hayamos sido capaces de escribir en él, sin la angustia de encontrar-
nos con las neuronas mutiladas y el entendimiento caduco. Nuestros esfuerzos por
trabajar con los que serán consumidores, por narices, a pesar de nuestro empeño,
no cesarán ni serán objeto de desencanto. “Anónima”.
Drogadicción: Evaluación, Tratamiento y Rehabilitación
ÍNDICE______________________________________________________
- Instrumento.
- ¿Cómo pasamos la escala?
UNIDAD 3: ÍNDICE DE GRAVEDAD DE LA ADICCIÓN
(VERSIÓN 6)ASI-6.__________________________________________394
- Introducción.
- Instrumento (ASI-6).
- ¿Cómo lo pasamos?
UNIDAD 4: TEEN-ASI.______________________________________ 430
- Introducción y propiedades psicométricas.
- Instrumento.
- Aplicación.
- Terapia cognitiva.
- Duración del tratamiento.
UNIDAD 4: TERAPIAS CENTRADAS EN LAS FAMILIAS.___________528
- Introducción.
- Terapia familiar multidimensional.
- Terapia familiar breve estratégica.
- Terapia familiar multisistémica.
- Terapia conductual de pareja.
- Terapias psicodinámicas.
UNIDAD 5: CASOS PRÁCTICOS______________________________543
- introducción
- Caso María.
- Caso práctico de tratamiento de adicciones.
CURSO I
DROGADICCIÓN:
EVALUACIÓN, TRATAMIENTO Y REHABILITACIÓN
Drogadicción: Evaluación, Tratamiento y Rehabilitación
1. CONCEPTOS BÁSICOS.
La salud es un concepto que ha ido modificándose con el paso del tiempo y
con los cambios sociales, culturales y económicos, no obstante podemos partir
del concepto que tiene la Organización Mundial de la Salud (OMS), en la que se
introdujeron elementos relacionados con lo que hoy nombramos, en un sentido
amplio, como bienestar: “La salud es el estado completo de bienestar físico,
psíquico y social y no sólo la ausencia de enfermedad”.
Se puede decir que el estilo de vida y el medio ambiente son dos factores
esenciales que inciden en un buen estado de salud. En estilos de vida poco
saludables, las personas incorporan el uso de sustancias como algo normali-
zado dentro de sus hábitos de vida cotidianos. Este sería el caso del consumo
de sustancias como el alcohol y el tabaco que no impiden al individuo llevar
una vida “normal”, ya que son sustancias que forman parte de nuestra cultura e
incluso que usamos como elementos para la integración y/o relación con otras
personas.
Drogodependencias. Hay diferentes definiciones de drogas, pero la más
clara es la que dice que droga es “toda sustancia natural o sintética que se
puede introducir en un organismo vivo y al hacerlo afecta al Sistema Nervioso
produciendo una serie de cambios a nivel de la percepción de las sensaciones y
modificando la conducta del individuo”. Estos cambios, tanto los inmediatos (psico-
activos) como los persistentes (crónicos) hacen que la persona sienta la necesidad
de consumir repetidamente la sustancia, haciendo que se haga dependiente de la
misma, tanto física como psicológicamente y disminuyendo su capacidad de elegir
con libertad.
No obstante existen muchas clasificaciones y aproximaciones al concepto de
droga. Vamos a señalar algunas de ellas que nos acerquen a su comprensión y
mejor contextualización.
La OMS apunta una definición clásicamente utilizada y admitida: “Toda sustancia
que introducida en el organismo vivo, puede modificar una o más funciones de éste,
capaz de generar dependencia caracterizada por la pulsión a tomar la sustancia de
un modo continuado o periódico, a fin de obtener sus efectos y, a veces, de evitar
el malestar de su falta”.En esta definición no se contempla el carácter cultural de
muchas sustancias, que aun cumpliendo con las características expuestas en esta
definición y consideradas así por sus efectos farmacológicos, sin embargo, muchas
personas no considerarían que las están utilizando como droga al consumirlas. Es
el caso de las drogas legales. El alcohol y el tabaco, el café o el té del que muchas
personas dependen por su efecto estimulador.
Por ello, Domingo Comas (1985) afirma que “droga pueden ser muchas sustan-
cias, mas sólo lo son aquéllas que culturalmente se califican como tales”.
Jaime Funes (1988) define droga como “cualquiera de las múltiples sustancias
que el hombre ha usado, usa o inventará a lo largo de los siglos, con capacidad para
modificar las funciones del organismo vivo que tienen que ver con su conducta, su
juicio, su comportamiento, su percepción o su estado anímico”.
Por lo tanto, a modo de conclusión, para que una sustancia sea considerada
como droga deben darse las siguientes características, como apuntan Berjano y
Musitu (1987):
- Sea una sustancia consumida voluntariamente
tener “el mono”). Este síndrome es específico para cada tipo de droga, variando
según las sustancias. Uno de los más peligrosos para la salud es el síndrome de
abstinencia del alcohol, de los menos peligrosos hacemos referencia a la abstinen-
cia al café o al té.
El síndrome de abstinencia se puede manifestar a 3 niveles:
a) Con trastornos físicos; malestar, dolor de cabeza, dolores musculares,
náuseas, vómitos, temblores de las extremidades...
b) Con trastornos psicológicos; depresión, excitación, irritabilidad, nerviosis-
mo, o en muchos casos las dos fases consecutivas, o sea, se pasa de la depresión
a la excitación y de ésta a la depresión.
c) Con trastornos psicosociales o relacionales; se da una dependencia al
ambiente y a las relaciones sociales, establecidas alrededor del consumo. Esto se
ve claramente cuando una persona deja de consumir una droga, pero está inmerso
en un ambiente de consumo, si deja a este grupo de consumidores se sentirá solo,
pero si no lo deja estará continuamente tentado a consumir.
La tolerancia a alguna sustancia se produce cuando, como resultado de su ad-
ministración (o autoadministración) el sujeto presenta menor sensibilidad a ella. Así,
la dosis habitual de la sustancia produce menos efectos, con lo que se necesitan
dosis más altas para producir los mismos efectos. Sin embargo, pese a lo que se
cree, se puede desarrollar tolerancia sólo hacia algunos efectos de una sustancia y
no hacia todos; incluso desarrollar tolerancia a algunos efectos y sensibilización a
otros (por ejemplo; en el caso del alcohol una persona puede tardar más en embo-
rracharse, necesitar más dosis, pero ser igual o más sensible a otros efectos, como
la resaca, por una peor.
La tolerancia inversa cuando debido a las características de la sustancia, la
dosis que produce el efecto es menor, en vez de necesitar más dosis, el individuo
presenta los efectos de la misma con una ingesta de menor cantidad, este sería
el caso de los alcohólicos muy cronificados que con menor cantidad de alcohol
ya presentan los efectos de una “borrachera”. Tolerancia cruzada se desarrolla
respecto a otras sustancias del mismo tipo que ella que se consume, incluso hacia
otra droga de otro tipo conexo, aunque no se haya tomado nunca. Por ejemplo
cuando se mezcla alcohol con barbitúricos, la heroína provoca tolerancia cruzada
con la morfina.
Desintoxicación y deshabituación, son procesos mediante los cuales la persona
drogodependiente interrumpe el consumo hasta que su organismo vuelva a un
estado normal y autorregulado de funcionamiento. La persona también intenta
eliminar o modificar las causas que le incitan al consumo. La diferencia básica entre
ambos procesos es que la desintoxicación afecta fundamentalmente al aspecto
físico mientras que la deshabituación incide en el psicológico y en el social.
La recaída se define como el proceso de retroceso a los patrones de compor-
tamiento y pensamiento típicos de la adicción activa, que ya se habían superado, y
que finalmente llevan de vuelta al uso, retrocediendo hasta llegar de vuelta al estado
de enfermedad adictiva que existía antes de comenzar la recuperación. Para poder
hablar de recaída una persona debe haber estado previamente en recuperación, o
sea abstinente y con cambios de conducta, por un período significativo de tiempo.
Por el simple hecho de no haber usado por un tiempo, el volver a usar, no necesa-
riamente es una recaída. Podría tratarse de episodios de consumo alternos, dentro
de un período de adicción activa. A pesar de que una recaída puede ser peligrosa
y se traduce finalmente en sufrimiento y pérdida de tiempo y energía, a veces las
recaídas también son períodos de aprendizaje, para una persona que desea recu-
perarse. A pesar de estar concientes de su problema y de tener buena disposición
para la recuperación, un adicto puede recaer, sino maneja bien las situaciones de
riesgo o descuida su proceso de cambios. Luego de una recaída es más probable
que el adicto este más claro en que cosas ha estado haciendo mal. Aún así no es
necesario recaer para poder aprender o avanzar en la recuperación.
La Patología Dual es un término que se aplica para designar la existencia si-
multánea de un trastorno adictivo y un trastorno mental en una misma persona.
Se puede considerar pues como la intersección entre los trastornos adictivos y los
trastornos mentales. Otros términos que hacen referencia a la misma realidad son
antes.
El primer alcaloide en identificarse, en 1803, es la morfina, a partir del opio,
considerada el mejor medicamento de todos los tiempos. Usada abundantemente
en medicina, creó un numeroso colectivo de morfinómanos.
Cada nueva droga como la codeína, la atropina, la cocaína o la heroína... se
presentó como la panacea, capaz de curarlo todo, y de acabar, de paso, con los
problemas de adicción creados por las sustancias precedentes.
La cocaína se aisló por primera vez en 1859 y se comercializa durante medio
siglo bajo la forma de tónicos curativos y estimulantes. Ignorando su capacidad
adictiva, Sigmund Freud se convirtió en uno de sus más entusiastas defensores, re-
cetándola a sus pacientes y contribuyendo a promocionar su uso como anestésico
local, hasta que cambió de opinión tras la muerte de su mentor por sobredosis de
esta droga.
La cocaína ha sido utilizada para incrementar el ardor de las tropas en las
guerras, fue consumida por Edison o el Papa León XIII bajo la forma de tónico
estimulante. Bajo sus efectos, Stevenson escribió “El Dr. Jeckyll y Mr. Hyde” en una
semana, una obra modélica que narra en clave de ficción los pavorosos efectos de
la adicción a las drogas sobre un hombre.
A finales de siglo se sintetizó la diacetilmorfina, también llamada heroína, cuyo
descubrimiento, paralelo a la aspirina, convirtió a su modesto inventor, los laborato-
rios Bayer, en un gigante de la química. A finales de siglo se aísla el principio activo
del peyote, la mescalina.
El cloral y los primeros somníferos y barbitúricos aparecen en escena, y hacia
el 1900 todas las drogas conocidas, lo mismo que las jeringuillas hipodérmicas,
se encuentran en farmacias o boticas, se anuncian libremente y pueden, incluso,
comprarse por correo. Son símbolos del progreso en su lucha contra la enferme-
dad.
Pero una serie de movimientos levantan sus voces contra el uso de drogas,
empujando a gobiernos y organismos internacionales a controlarlas cada vez más.
síntesis se han unido a este mercado siniestro. Junto a esto, y no por último menos
importante, no puedo perder de vista que sólo he hablado de la secuenciación de
las drogas ilegales y en ningún caso podemos asumir esta panorámica sino como
algo parcial y sesgado.
Desde la perspectiva histórica hay que subrayar otro positivo social: el reco-
nocimiento social de que el alcohol y el tabaco son drogas. Social o culturalmente
integradas pero con un enorme peligro para la salud de la población, estas sustan-
cias, legal y tradicionalmente admitidas en nuestra sociedad son, cada día más,
consideradas como un peligro real y no sólo potencial. Esta es una cuestión muy
importante para actuar ante los problemas asociados al consumo de drogas ya
que, como tantas otras cosas, si definimos erróneamente el problema, difícilmente
podremos reaccionar adecuadamente y subsanarlo.
Reconocer la coexistencia de diferentes drogas y los fenómenos crecientes del
policonsumo -consumidores de diversas drogas- y la politoxicomanía -dependencia
simultánea de varias drogas-, favorece también la posibilidad de un buen diagnósti-
co que haga posible llevar a cabo acciones acertadas.
Uno de los mayores problemas asociados al consumo de drogas entre los
jóvenes es el abuso del alcohol, que puede facilitar el acceso a otro tipo de drogas.
En efecto, «los usuarios de ciertas drogas se reclutan entre los usuarios de otras y
no entre los abstemios. Esto ocurre siguiendo un orden: alcohol, tabaco, cánnabis,
otras drogas ilegales» (D. Comas. 1985).
Algunos trabajos ponen de manifiesto que la edad de inicio en el consumo de
alcohol está fuertemente relacionada con la edad de inicio en el consumo de tabaco.
Casi todos los jóvenes que consumen cánnabis se inician con el alcohol y el tabaco
y, cuanto antes se empieza a consumir alcohol y tabaco, antes se empieza con el
cánnabis. Por lo tanto, la precocidad y la intensidad de consumo de alcohol consti-
tuye una de las variables más frecuentemente correlacionadas con el uso posterior
de otras drogas ilegales. Cuanto más baja es la edad de inicio en el consumo de
alcohol, mayor es la probabilidad de que se usen otras sustancias después y, por
supuesto, de que aparezcan más problemas para las personas.
personas, abarcando diferentes áreas del individuo y su entorno: salud, familia, rela-
ciones sociales, fracaso escolar, situación laboral, legal, etc. Además, quiero insistir
en que el consumo abusivo de bebidas alcohólicas resulta un punto crítico en el
proceso de aprendizaje de uso de otras sustancias.
Puedo decir que existe, en estos momentos, en nuestra sociedad una impor-
tante percepción sobre las coordenadas del problema del alcohol entre la población
juvenil que facilita que puedan asumirse propuestas preventivas dirigidas a estos
grupos de jóvenes, pero debemos de ser capaces de entender que aún uno de los
principales e inmediatos retos es no volver a depositar en los jóvenes la exclusiva
de los problemas relacionados con el alcohol. Falta una conciencia clara de cómo
otros grupos sociales usa y abusa de las drogas y que este no sólo es un problema
juvenil.
Amas de casa, trabajadores, viejos, son colectivos entre los que es posible
encontrar consumos claramente problemáticos y que permanecen ocultos y sin
atención por falta de conciencia y presión social.
Las dimensiones del problema de las drogodependencias son considerables
pero, debe existir en la ciudadanía el convencimiento de que se puede avanzar
en su solución con acciones coordinadas desde las instituciones públicas y desde
la sociedad civil. En una encuesta reciente se ha puesto de manifiesto el hecho
de que un porcentaje ligeramente superior al 40% de entrevistados considera que
La Educación para la Salud es uno de los mejores instrumentos para combatir las
drogodependencias.
Para hacer la valoración moral del consumo de drogas es necesario, previa-
mente, determinar en qué consiste. Se debe reconocer que la expresión “consumo
de drogas” es un término amplio que comprende varios hechos semejantes, aún
conexos, aunque diferentes entre sí. Distingamos, por eso:
- El consumo por razones médicas.
- El consumo ocasional. Por curiosidad, imitación, moda, etc.
- El consumo habitual. Aquél que se da cuando se consume la droga con
Sin considerar el tabaco, la droga percibida como más accesible por los es-
tudiantes es el alcohol, seguida del cánnabis y de los tranquilizantes. En 2008 un
93,8% de los estudiantes de 14-18 años considera que es fácil o muy fácil conseguir
bebidas alcohólicas, un 71,8% cánnabis y un 67,3% tranquilizantes.
En este sentido, las encuestas ratifican un cambio en los patrones de consumo
y un descenso en la percepción de la gravedad que supone el fenómeno de las
drogas.
Claramente, la prevención tiene un lugar destacado para que consigamos que
nuevas personas no se hagan adictas. Las que ya lo son deben se tratadas para
dejar su adicción y evitar que recaigan. Pero de poco van a servir estas acciones
si no conseguimos que no aparezcan nuevos adictos o, al menos, mantener en el
mismo nivel o en un nivel inferior al actual el número de personas que se hacen
dependientes a las distintas sustancias, esto es tabaco, alcohol, heroína, cocaína,
marihuana, drogas de síntesis, etc...
cuestión (las drogas) y la opinión pública se refiere más bien a la distribución social
de las diferentes posiciones que adopta cada ciudadano o cada grupo de ciudadanos
en relación a una cuestión particular. Por ejemplo, existe una percepción social en
torno a los efectos negativos de las drogas sobre la salud, pero mientras una parte
de la opinión pública considera que se trata de consecuencias relevantes frente a
los problemas de inseguridad ciudadana, otra parte de esta misma opinión pública
manifiesta que los problemas más importantes son justamente los de salud.
En la misma línea se supone que la percepción social es más estable, mientras
que la opinión pública es más variable y cambia rápidamente según se van modifi-
cando las circunstancias. Por este motivo, en los últimos treinta años, se supone que
la percepción social de las drogas ha cambiado muy poco, mientras que la opinión
pública ha ido adoptando posiciones diferentes en cada uno de los momentos o
circunstancias por las que ha atravesado el consumo y los problemas asociados al
mismo.
No obstante, la percepción social modela los contenidos de la opinión pública
y, a su vez, ésta se debe mover dentro de los parámetros que delimitan los valores
sociales. En este sentido, la opinión pública es la manifestación de valores, percep-
ciones y de representaciones sociales. Comas 2002.
Por lo tanto podemos decir que lo que hace que el consumo de una deter-
minada sustancia se “convierta” en droga y deba ser objeto de prevención en un
momento histórico determinado y en un contexto social específico rebasa los límites
de lo farmacológico.
Consideraciones de tipo ético, político, económico, social y cultural influyen
en cómo son tratadas las sustancias psicoactivas y determinan en parte si son
fármacos, venenos, drogas, etc.
Cualquier análisis del fenómeno del consumo de drogas debe tener en cuenta
estos factores de tipo socio-cultural si quiere abordar adecuadamente los problemas
derivados de su uso. Así, por ejemplo, en nuestros días, el hecho de que algunas
drogas sean legales y otras ilegales influye en las expectativas que tenemos sobre
ellas, los modos en que se usan, los riesgos de su consumo, etc. La sociedad de
La visión que en una sociedad determinada tiene de las drogas está a menudo
viciada por falsos estereotipos que deforman la realidad. Desprendernos de ellos
es un primer paso esencial para poder actuar preventivamente. A continuación
mostramos algunos de los principales perjuicios existentes en nuestra sociedad.
Las drogas son ilegales. Hay drogas cuyo consumo y venta son
legales en determinadas circunstancias
(alcohol, tabaco) y otras que no los son
en ningún caso.
PERSONAS
Por último, el consumo de drogas es una conducta que practica una persona
concreta, y las características de ésta influirán decisivamente en el tipo de relación
que establecerá con las drogas, los efectos que obtendrá de éstas, las consecuen-
cias que se derivarán de su uso, etc. no es lo mismo que un adolescente bebe o
fume porros a que lo haga un adulto, ni que lo haga una persona estable y madura
que una inestable o inmadura...
Hay rasgos de personalidad (como la baja autoestima o la poca tolerancia a
la frustración, por ejemplo), algunas actitudes o sistemas de valores y modos de
relacionarse con los grupos que incrementan el riesgo de tener problemas con las
drogas; modificarlos es uno de los principales objetivos de la prevención.
A modo de conclusión, vamos a ver como ha ido cambiado la percepción social
en España:
José Ortega y Julián Marías formularon la “Teoría de las generaciones”, en la
que en resumidas cuentas vienen a decir que esta teoría permite captar el cambio
social y de una forma muy precisa cómo los sistemas de mentalidades se van reem-
plazando al ritmo que cambian las generaciones. Así por ejemplo la percepción de
las drogas puede cambiar radicalmente de una generación a otra.
La clave del cambio de la mentalidad de los jóvenes en relación con las drogas
se puede relacionar con dos series de acontecimientos: por una parte el momento
que ocupa en su propio ciclo vital y por otra, la presencia de los problemas que
causan las drogas en nuestra sociedad. Es decir, por un lado nos identificamos
con una generación, con una estética, con su forma de hablar y quizás de pensar,
mientras somos sujetos dependientes, incluso hasta cuando nos hayamos eman-
cipado y seamos padres, asimismo quedaremos indeleblemente unidos a dicha
generación. Y, por otro lado, los acontecimientos relacionados con las drogas en la
segunda mitad del siglo XX a su vez pueden dividirse en dos, el primero, la irrupción
del consumo de drogas ilegales con sus problemas asociados y un notable impacto
social en la primera mitad de los años setenta y el segundo, el proceso de normali-
zación institucional y social vivido en la primera mitad de los noventa.
Si combinamos estas dos series de acontecimientos, es decir los cambios de
ciclo vital y los cambios en las drogas en nuestra sociedad, podemos describir tres
generaciones muy diferentes, con tres mentalidades muy distintas en relación con
las drogas, lo que a su vez nos proporcionará una visión evolutiva con relación a la
percepción social del tema en España.
La primera será una generación de ajenos que se emanciparon y fueron padres
antes de que las drogas ilegales comenzaran a ocasionar problemas en nuestro
país, la segunda una generación de acosados que vivieron la eclosión cultural de
las drogas con muy pocos recursos (sociales y personales) para hacerles frente en
su adolescencia y la tercera, una generación de informados que se sienten más
seguros aún cuando consumen. Los ajenos son los padres de los acosados, por
lo que pudieron ayudarles poco y vivieron la situación de impotencia con mucha
angustia, mientras que los acosados son los padres de la actual generación de
informados, que no saben muy bien como reaccionar ante la aparente tranquilidad
de sus hijos.
En todo caso, estas tres generaciones representan tres etapas históricas en la
percepción social de las drogas que a continuación se resumen:
- Tiempo pasado. Desde una perspectiva muy global podemos afirmar que,
históricamente, los españoles nunca tuvieron una mala relación con las drogas, ni
en los tiempos que se prolongan a principios del siglo XX, en los que todas ellas
dad ciudadana. Los españoles, los ciudadanos de este país, la gente en general,
vivió desde finales de los años setenta y gran parte de los ochenta, con el miedo que
producía una transición; desde un modelo de delincuencia integrado, típico de las
sociedades europeas menos desarrolladas hacia otro modelo de delincuencia, más
marginal, trasgresor y atrevido en el que cada vez había menos hurtos y muchos
más atracos. Los atracadores eran “drogadictos” y esta condición aumentaba el
temor de los ciudadanos. Un temor que no sólo se relacionaba con la condición
de posible víctima sino que además se refrendaba con la condición de ocupación,
por parte de los adictos, tanto para trapichear como para consumir, de los centros
históricos y los lugares más emblemáticos de las ciudades. Se sentía que la calle
pertenecía a los delincuentes y éstos eran especialmente los adictos a la heroína.
Todo esto era cierto, pero en parte exagerado, porque, de hecho, cuando en
1992 entró en vigor la Ley de Protección a la Seguridad Ciudadana, la acción policial
subsiguiente sirvió para “trasladar” a los adictos desde los centros urbanos hacia
los núcleos marginales y, aunque la delincuencia se mantuvo en tasas similares,
los ciudadanos se sintieron relajados porque ahora ya no veían a los adictos (ni sus
actitudes a veces provocativas) en los lugares de paseo. Sólo los veían en la televi-
sión en los poblados de chabolas. Como consecuencia, esta sensación de inseguri-
dad ciudadana ligada a las drogas se fue reduciendo y, de hecho, a partir de 1992,
las drogas comenzaron a ocupar puestos menos relevantes en las encuestas del
CIS e incluso en algunos barómetros de opinión desaparecieron como problema.
Pero la preocupación de los ciudadanos tenía una segunda arista, relacionada,
esta, con el riesgo que corrían los jóvenes en general y los hijos, así como los
hijos de los amigos y vecinos, los sobrinos y otros conocidos, en particular. Era el
riesgo de “caer en la droga” y las consecuencias, peores que la muerte, que esto
acarreaba, no sólo para el joven en cuestión sino para toda su familia. La “droga” era
una “desgracia” frente a la que prácticamente nada podía hacerse. El miedo, la pre-
ocupación, consistía entonces en que estos jóvenes, estos hijos o vecinos “cayeran”
y arrastraran a todo el mundo en su caída. Era el miedo a algo que contaminaba y
de lo que no se sabía cómo defenderse. Se trataba además de una contaminación
que parecía elegir sus víctimas al azar, entre cualquier tipo de familia, aun entre los
ron la idea de “enfermedad crónica pero controlable”, que resultaba muy congruente
con la percepción social de “que las drogas no se salía” y que había propiciado a
principios de los años ochenta una notable expansión de las comunidades terapéu-
ticas como un recurso de exclusión física “para alejarse de la calle”. Los programas
de reducción del daño fueron visualizados, al menos por una parte importante de
la opinión pública, como una estrategia virtual de exclusión que permitía también
“alejar de la calle a la delincuencia”, con menos costes y una mayor efectividad.
En todo caso, al llegar a este momento, los ciudadanos respiraron tranquilos, por
que si alguien “sabia” cómo hacerlo el problema tenía solución. Una solución que,
por tanto, se delegaba en aquellos que tenían conocimientos para que adoptaran las
medidas y las estrategias de afrontamiento adecuadas. De hecho, en los noventa
no cambió tanto el consumo y los problemas asociados como la percepción social
que pasó de alarma extrema a una cierta despreocupación porque ahora unos es-
pecialistas, es decir profesionales e instituciones, se iban a ocupar del tema. Obvia-
mente esto no se vivió así sino desde una perspectiva muy diferente: se pensaba
que había menos drogas y los pocos consumidores que quedaban disponían de una
oferta asistencial adecuada y suficiente.
- Complejo equilibrio del presente. Al final de la década de los noventa la
cuestión se plantea en términos de un difícil equilibrio, ya que por una parte la
opinión pública mayoritaria afirma que ya no hay graves problemas con las drogas,
que se trata de una cuestión del pasado que no debemos incluir entre nuestras
preocupaciones prioritarias. Esta es una percepción que es construida a partir de
la “crisis del modelo de inseguridad ciudadana” a partir de la puesta en vigor de
la Ley de Protección a la Seguridad Ciudadana en 1992, y especialmente por la
emergencia de la imagen de que las drogas tienen solución si su afrontamiento se
delega a los profesionales e instituciones adecuadas. De hecho la “normalización
“ del tema ha implicado su desaparición social y sólo reaparece episódicamente,
como el monstruo del lago Ness, cuando no hay otras informaciones que dar.
Pero, por otra parte, los problemas de drogas no sólo no han desaparecido
sino que han aumentado (cada vez hay más jóvenes consumidores experimentales
ANÁLISIS DE LA SITUACIÓN
En la actualidad, uno de los problemas socio sanitario más preocupante de
los países desarrollados, entre los que se encuentra España, es el del consumo de
drogas.
En realidad todos “sabemos algo” sobre el problema de las drogas o de la
1. Existe una amplia penetración social de los consumos de drogas, sobre todo
alcohol, tabaco y derivados del cánnabis, que no sólo presentan altos niveles de
prevalencia sino que también son percibidas por los ciudadanos españoles como
menos peligrosas que otras.
2. Si bien el consumo de drogas ilícitas continúa siendo, en la actualidad, uno
de los principales problemas existentes para casi la mitad de los españoles, se
observa un progresivo descenso de la sensación de alarma social asociada a este
fenómeno.
3. La evolución global del consumo de drogas en España en los últimos años,
viene determinada por la presencia de dos procesos compatibles entre sí: mientras
aumenta el número de personas que admiten haber tenido algún consumo de
drogas, sean legales o no, así como las cantidades utilizadas por una parte impor-
tante de los consumidores habituales, decrece de forma continuada el número de
personas que utilizan drogas con frecuencia.
4. La tendencia referida en el punto anterior es más clara entre los sectores
adolescentes y juveniles de nuestra población que, como es conocido, presentan
las tasas de prevalencia más altas de consumo de drogas, en su conjunto.
5. Entre los adolescentes y jóvenes que usan frecuentemente drogas, el poli-
consumo presenta altas cotas de penetración, con asociaciones muy variadas, que
a su vez muestran tendencias cambiantes en el tiempo.
Según los datos aportados por un reciente estudio epidemiológico realizado en
Galicia, que en líneas generales se podrían extender a toda España, en la actuali-
dad predominan los siguientes modelos de policonsumo:
- El modelo más importante, con una explicación de la varianza del 26,8%,
está constituido por un grupo que integra alucinógenos, anfetaminas y drogas de
síntesis, cocaína y cánnabis.
- El segundo modelo, con una explicación de la varianza del 11,8%, estaría
formado por la heroína, junto con otros derivados opiáceos, la cocaína y los inha-
lables.
- El tercer grupo, con una explicación de la varianza del 7%, está formado por
tabaco, alcohol y derivados del cánnabis.
Hay que tener en cuenta que a finales de los años 80 el principal modelo estaba
liderado por la heroína. Actualmente ocupa el segundo lugar. En relación con la
cocaína, e igual que en los 80, se observa el mantenimiento de su presencia en
los dos principales modelos de policonsumo, con un peso similar en cada uno de
ellos.
Si nos aproximamos a un análisis evolutivo del consumo de diferentes drogas,
observamos cómo las evoluciones presentan tendencias poco uniformes y solamente
entendibles, aunque de forma parcial, por la sobredeterminación de la vida cotidiana
y el papel que representan en la misma el uso de drogas por determinados sectores
sociales, como en el caso de los jóvenes.
Analizando los cambios de pautas de consumo de diferentes drogas, tomando
como referencia principal los datos de 2005 y su relación con informes de años
precedentes, podemos observar, entre otras, las siguientes tendencias:
- Tabaco: Su consumo habitual parece estabilizado tras bastantes años de
descenso sostenido, debido fundamentalmente a la incorporación de mujeres
jóvenes al hábito, contrarrestando así el aumento en el número de ex-fumadores.
Parece que su papel como “factor de riesgo e inicio” de otros consumos es menor,
aunque el cambio de pautas de consumo es tan rápido y pronunciado que hace
difícil precisar las tendencias. El 70% de los españoles de 15 a 65 años admite
haber fumado.
- Alcohol: Su consumo en España sigue siendo muy alto, observándose una
tendencia a su estabilización o moderada reducción, en términos absolutos. En 2005,
respecto a anteriores años, aumenta el porcentaje de quienes lo han consumido
alguna vez y en el último año (89,9% y 77,7% respectivamente), descendiendo los
consumos realizados en el último mes y diariamente (28,9% y 12,9%). Entre los
jóvenes se asiste a un comportamiento divergente, con una tendencia al aumento
vigente. En esta etapa nos encontramos que tanto la generación de hijos como la
de padres se han socializado en los valores modernos unidos a la sociedad de
consumo.
Utilizando la terminología de M. Mead, la autarquía fue un período “postfigu-
rativo”, en tanto los hijos aprendían de los padres, mientras que durante el Desa-
rrollismo asistimos a un período “prefigurativo”, en el que los padres observan y
aprenden a través de sus hijos. Finalmente, la etapa democrática constituye un
período “configurativo”, en el que padres e hijos se socializan con nuevas pautas
basadas en la modernidad y la sociedad de consumo. Desde esta perspectiva, los
jóvenes de la década de los 80, que constituyen la “generación de la droga”, son
los niños de una sociedad de consumo cuyos padres se socializaron en una cultura
tradicional. Los padres de estos jóvenes actúan con las normas prefigurativas de
los años 60, convirtiendo la tolerancia en un bien absoluto, de la misma forma que
la obediencia lo era para los padres e hijos de la etapa autárquica.
Tener en cuenta estos aspectos nos parece importante para interpretar psico-
socialmente el fenómeno. Al respecto no se debe pasar por alto que las tres cuartas
partes de los heroinómanos a tratamiento entre 1987 y 1995 nacieron en la década
de los 60, iniciándose en el consumo habitual entre los 18 y 20 años. En este contexto
se puede entender la reacción de nuestra sociedad cuando irrumpe el consumo
epidérmico de drogas en España, a finales de los años 70. Ramírez Goicoechea
describe, a partir de aquí, la reacción social ante el fenómeno, en diferentes fases:
- La primera, denominada “fase periférica”, es dominante hasta el inicio de los
años 80. La opinión social hegemónica ante las drogas es de alarma, aunque como
fenómeno propio se sitúa al margen de los procesos sociales.
- La segunda fase, denominada “fase técnica”, se inicia en la primera mitad
de la década de los 80, siendo hegemónica en su segunda mitad. Se priorizan la
búsqueda de respuestas operativas y profesionalizadas a los problemas derivados
del abuso de drogas, fundamentalmente ilegales, que afectaban a crecientes
sectores juveniles, sin que las respuestas disminuyan la ansiedad social existente
ante esta problemática.
antes de la llegada de los españoles. Ya un siglo antes de nuestra era había sido
consumido por los indios americanos, introduciéndolo en tubos de madera o barro,
o liando sus hojas en ritos y ceremonias religiosas o con un marcado carácter
mágico.
La llegada de Colón a América supone el primer contacto de los españoles con
esta preciada planta. A partir de entonces, pronto se extenderá su uso por Europa,
impulsado, sobre todo, por el gran valor terapéutico que se le atribuía. Tal fue la
aceptación y velocidad con que se difundió que la Corona Española optó por someter
el comercio a un régimen de monopolio estatal. Rápidamente ingleses y españoles
invadieron el mundo con una sustancia hasta entonces desconocida lo que provocó
una fuerte represión por parte de múltiples autoridades, incluso la Iglesia católica
prohibió su consumo durante el papado de Urbano VIII.
A partir del siglo XVIII, las prohibiciones cesan y el uso del tabaco crece de
forma gradual. A lo largo del siglo pasado, el cigarrillo se aceptaba socialmente y
con la revolución industrial, que facilitó la fabricación de cigarros manufacturados a
gran escala, se difunde y arraiga este hábito.
Como es sabido, son muchas las razones que han contribuido a su expansión:
los grandes intereses económicos de los países productores y empresas multina-
cionales, las propias características de las sustancias, el tremendo despliegue pu-
blicitario que acompaña su difusión, etc.
El tabaco es una planta del género nicotiana, originaria del Nuevo Mundo, de
la que existen más de cincuenta especies diferentes, dentro de éstas es la Nicotina
Tabacum la que suscita mayor interés. Se elabora a partir de las hojas secas de esta
planta, tras un proceso de secado y manufacturación y contiene varias sustancias,
destacando la nicotina que es la responsable de generar dependencia.
El aspecto que presenta es el de hojas secas en forma de hebras y de color
marrón. En la actualidad su mayor consumo es fumándolo aunque en otras épocas
se aspiraba ligeramente, previamente pulverizado. A esta labor se le denomina rapé.
Existe también una labor de tabaco de mascar.
El tabaco no causó problemas de salud pública de una manera real hasta que
no se inventó la maquina para elaborar cigarrillos, esta es la manera en la se “popu-
larizó”, especialmente a raíz de la 1ª Guerra Mundial, la también llamada Guerra de
las trincheras. El cigarrillo “ayudaba” a los soldados a pasar las largas jornadas que
permanecían en las mismas. Otra manera de fumarlo, especialmente en Turquía y
otros países de su entorno es a través de la Narguile, instrumento en el que el humo
del tabaco es filtrado y aromatizado tras pasar por un depósito de agua. No obstante
la Narguile también es utilizada para fumar otro tipo se sustancias.
Esta creación de la máquina para elaborar tabaco supuso las bases de un
consumo masivo que en la actualidad es responsable de la muerte de muchos
ciudadanos cada año. La industria tabaquera ha mantenido ocultos, hasta fechas
recientes, informes propios que mostraban la capacidad del tabaco para generar
dependencia y numerosos problemas de salud.
El humo de los cigarrillos tiene cerca de 4.000 componentes tóxicos, produci-
dos no sólo por la combustión del tabaco sino por la de los añadidos que la industria
tabaquera utiliza en su elaboración y por la combustión propia del papel que se usa
para este formato.
Los componentes tóxicos más importantes que contiene el tabaco son:
- Nicotina; sustancia estimulante del sistema nervioso central, responsable
de los efectos psicoactivos de la sustancia y de la intensa dependencia física que
el tabaco provoca. Es una droga de alto poder adictivo. Esta es un alcaloide cuya
absorción depende del tipo de labor que se consuma, si es fumada en forma de
puros o en pipas, la absorción es bucofaríngea y si se fuma como cigarrillos, la
absorción, fundamental mente es pulmonar.
- Alquitranes; Sustancias probadamente cancerígenas, como el benzopireno,
que inhala el fumador y quienes estén a su alrededor.
- Irritantes; tóxicos responsables de la irritación del sistema respiratorio oca-
sionado pro el consumo de tabaco (faringitis, tos, mucosidad...)
- Monóxido de carbono; sustancia que se adhiere a la sangre, dificultando la
el volumen y el flujo tidal en recién nacidos sanos, al igual que la elasticidad del
sistema respiratorio, independientemente de la disminución del tamaño corporal
que también se produce como resultado de la exposición in útero al cigarrillo.
El estudio fue conducido por el Dr. Lodrup Carlsen del departamento de pediatría
del hospital Ulleval de Oslo.
Los especialistas evaluaron a 803 casos. Mediante un cuestionario se obtuvo
información a cerca del consumo o no de cigarrillos y, luego del nacimiento, alrededor
de los 2.7 días, se determinó la relación entre el volumen pulmonar y el flujo tidal
(el tiempo transcurrido hasta alcanzar el flujo expiratorio máximo respecto al tiempo
total de expiración), al igual que la elasticidad y la resistencia del sistema respira-
torio.
En las niñas de madres que fumaron durante el embarazo, señalan los expertos,
la relación entre el volumen pulmonar y el flujo tidal y la elasticidad fueron notoria-
mente mas bajos que en las niñas de madres no fumadoras.
Un análisis más detallado, parece indicar que el efecto estuvo asociado con el
consumo activo de cigarrillo, y no con el pasivo.
También se ha observado que los niños prematuros que durante su gestación
sufrieron la exposición al tabaco, por el habito de sus madres, evidencian alteracio-
nes en su función respiratoria; las cuales pueden demostrarse incluso hasta siete
semanas antes de la fecha esperada de parto.
Los investigadores comprobaron que los neonatos cuyas madres fumaron
durante su gestación, presentaron un evidente déficit en las pruebas de funcionali-
dad respiratoria.
Los efectos potenciales que el tabaco puede provocar durante la gestación, en
la maduración de los pulmones y el desarrollo de las vías aéreas, incluyen alteracio-
nes estructurales, interferencias con el control de la respiración y el desarrollo del
sistema inmunológico.
En resumen, los autores del presente estudio pudieron comprobar que los
Entre los tipos de madres no fumadoras, la lactancia natural está asociada con
una reducción de un 60 por ciento el riesgo de muerte súbita.
La muerte súbita es, en los estados unidos, la principal causa de muerte en
los bebés de un mes a un año de vida y representa casi la mitad de las muertes de
bebés de 3 a 4 meses.
Los investigadores hallaron que la exposición pasiva al humo de tabaco a partir
de los adultos que convivan con el bebé, eleva tres veces y media el riesgo de
muerte súbita.
El riesgo más alto aparece cuando la gente fuma habitualmente en la misma
habitación del bebé e incrementa la posibilidad de muerte súbita en 8.5 veces.
Aparte de la exposición después del nacimiento, el riesgo de muerte súbita se
triplica cuando alguien fuma cerca de la mujer embarazada aunque ella no fume.
Es decir, el riesgo es casi el mismo que si la madre hubiera fumado habitual-
mente durante el actual embarazo.
Además, el estudio halló una relación directa entre el riesgo de Muerte súbita y
la dosis de humo de tabaco a la que fueron expuesto los bebés: a mayor exposición
al humo de cigarrillo mayor frecuencia de muerte súbita intrauterina o en el recién
nacido.
De la lectura de éstas líneas sacamos como conclusiones que el hábito del
cigarrillo durante el embarazo puede provocar en su hijo:
*Enfermedad Cardiovascular
*Cáncer Pediátrico
*Cáncer en el Adulto
*Mayor Frecuencia de Abortos
*Fibrosis Quística
*Otitis Media
Los investigadores concluyen que una de las tareas prioritarias de los pediatras
consiste en conseguir ambientes domésticos libres de humo tabáquico.
ALCOHOL
cumplir la Ley siendo abstemio, pues en todas las ocasiones de señalada importan-
cia social (circuncisión, fiestas, matrimonios, banquetes por el alma de los difuntos...)
es correcto apurar al menos un vaso” (Escohotado, A., 1994).
• También América conoce fermentaciones alcohólicas de escasa graduación
desde tiempos remotos: el pulque y la chicha gozaron de amplia aceptación entre
los pueblos aborígenes, quienes les atribuían un significado religioso, curativo y/o
mágico.
• Por su parte, parece ser que fueron los árabes quienes descubrieron la
destilación y de cuya mano se introdujo este proceso en el continente europeo.
• El consumo de bebidas alcohólicas se asoció durante la Edad Media con
salud y bienestar. De hecho, el alcohol adoptó ese nombre a finales del siglo XVI
pues hasta entonces se le conocía con el elocuente apelativo de “aqua vitae”.
• Será a partir de la Revolución Industrial del siglo XIX cuando el consumo
de esta sustancia alcance niveles hasta entonces desconocidos y que se verán
notablemente incrementados desde la segunda mitad de esta centuria.
El alcohol es la droga más consumida en España, de la que más se abusa y la
que más problemas sociales y sanitarios causa (accidentes de tráfico y laborales,
conductas violentas, problemas de salud, familiares...).
Es un depresor del sistema nervioso central que adormece progresivamente
el funcionamiento de los centros cerebrales posteriores, produciendo desinhibición
conductual y emocional. Aunque la gente crea que el alcohol ayuda en las relacio-
nes sociales, en realidad, el primer efecto de euforia que se produce al consumirlo
se debe a que el alcohol adormece primero la parte del cerebro que tiene que ver
con el autocontrol.
Las bebidas alcohólicas se clasifican en dos tipos:
a) Bebidas fermentadas: proceden de la fermentación de los azúcares con-
tenidos en diferentes frutas (uvas, manzanas, etc...) son características de este
grupo la cerveza, la sidra, y el vino. Su graduación alcohólica oscila entre 4º y 12º
(la graduación de una bebida indica el volumen de alcohol etílico que contiene: así
una botella de vino de 12º tiene un 12% de alcohol puro).
b) Bebidas destiladas: resultan de la depuración de las bebidas fermentadas
para obtener mayores concentraciones de alcohol. Retrata de bebidas como el
vodka, la ginebra o el ron y oscilan entre 40º y 50º. La destilación fue inventada en el
siglo VII por los alquimistas árabes, de quienes procede el nombre de la sustancia,
al-kohl.
El marcado carácter social del alcohol y la gran aceptación que goza permite
que se cataloguen como normales patrones y formas de consumo que, en verdad,
son claramente desmesurados. Según el Observatorio Español sobre Drogas, el
consumo de alcohol causó 12.000 muertes en España durante el año 2001 por
patologías asociadas a su consumo y accidentes de tráfico. El 37,4% de los 5.400
conductores muertos en accidentes de tráfico durante el año 2002 habían ingerido
alcohol en cantidades que sobrepasan la tasa de alcoholemia permitida en sangre.
Casi dos mil personas murieron el año pasado al volante habiendo consumido
alcohol. Los costes directos e indirectos provocados por el alcohol ascienden a
4.400 millones de euros, la tercera parte de los cuales son sanitarios y el resto, los
indirectos, se deben al absentismo laboral y a la pérdida de productividad, cantidad
mucho mayor que el coste atribuible al consumo de drogas ilegales.
En lo referente a nuestros/as escolares (14-18 años), podemos decir que la
edad media de inicio en el consumo de alcohol se sitúa en 13´7 años y que un
82´0% lo ha probado alguna vez en el último año, de los que un 65´6% lo ha tomado
en los últimos 30 días. El consumo de alcohol en estas edades se concentra sobre
todo en los fines de semana, un 40´6% que bebe el fin de semana y un 14´4% que
lo hace a lo largo de la semana.
Efectos:
Los efectos del alcohol dependen de:
- La edad (beber alcohol mientras el organismo todavía esté madurando es
especialmente nocivo).
- El peso (afecta de modo más severo a las personas con menor masa
corporal).
- El sexo (por factores fisiológicos, la tolerancia femenina es, en general,
menor que la masculina).
- La cantidad simultánea de comida (el estómago lleno, sobre todo de
alimentos grasos, dificulta la intoxicación).
- La combinación con bebidas carbónicas (tónica, coca cola, etc.) que
aceleran la intoxicación.
Los efectos inmediatos son euforia inicial seguida de desinhibición conductual
y emocional, debido a la inhibición de los centros cerebrales responsables del auto-
control, esto es lo que se percibe cuando vemos cualquier fiesta, reunión o feria a
alguien que “ha tomado dos copitas de más”.
Efectos orgánicos:
Transcurridos pocos minutos tras la ingesta del alcohol, éste pasa al torrente
sanguíneo donde puede llegar a mantenerse durante varias horas y desde el cual
ejerce su acción sobre los diversos órganos del cuerpo.
El etanol afecta a todo el organismo, sin embargo uno de los órganos más
perjudicado es el hígado; éste cumple con la misión de transformar el alcohol en
otras sustancias que no resulten peligrosas para el sujeto, pero tiene una capacidad
limitada: puede metabolizar entre 20 y 30 gramos de alcohol por hora y mientras
tanto la bebida circula por la sangre dañando al resto de órganos por los que pasa.
En contra de lo que pueda creerse, el alcohol no es un estimulante del Sistema
Nervioso Central sino un depresor del mismo, pues a la sensación inicial de euforia
y desinhibición, le sigue un estado de somnolencia con visión borrosa, incoordina-
ción muscular, aumento del tiempo de respuesta, disminución de la capacidad de
atender y comprender, fatiga muscular, etc.
Hay que recordar que los efectos del alcohol dependen de la cantidad presente
en la sangre 8tasa de alcoholemia medida en gramos por litro de sangre):
Tendencias en el consumo:
El marcado carácter social del alcohol y la gran aceptación que goza permite
que se cataloguen como normales los patrones y formas de consumo que, en
verdad, son claramente desmesurados.
Además asistimos a una tendencia general descendente del consumo de
bebidas alcohólicas, que se encuentra, en todo caso en proporciones muy elevadas.
Para todos los sectores de población, excluida la infancia, es más fácil encontrar un
consumidor que una persona abstemia.
Se ha producido un descenso en el consumo de bebidas como el vino y la
cerveza, incrementándose el consumo de combinados y alcoholes de alta gradua-
ción.
Tanto en hombre como en mujeres, la mayoría de edad coincide con un aumento
significativo en la proporción de consumidores/as habituales de alcohol. La tasa
más elevada de consumos habituales entre hombre y mujeres se produce entre los
18 y 25 años.
El consumo juvenil de alcohol, frente al estilo adulto, se ha ido concentrando
en las tardes-noches de los fines de semana, en los que el consumo se hace con
facilidad abusivo como consecuencia de beber durante varias horas seguidas.
Datos de consumo en España:
El 80´9% de los españoles de 12 años en adelante lo ha consumido alguna vez
en su vida, siendo el 67´5% los que han consumido alguna vez durante el último
año. El 59.2% lo ha consumid durante el último mes, así como el 31´6% toman
alguna cantidad de alcohol diariamente.
Según el Observatorio Español sobre Drogas, el consumo de alcohol causó
12.000 muertes en España durante el año 2001 por patologías asociadas a su
consumo y accidentes de tráfico. El 37,4% de los 5.400 conductores muertos en
accidentes de tráfico durante el año 2002 habían ingerido alcohol en cantidades
que sobrepasan la tasa de alcoholemia permitida en sangre. Casi dos mil personas
murieron el año pasado al volante habiendo consumido alcohol. Los costes directos
e indirectos provocados por el alcohol ascienden a 4.400 millones de euros, la
tercera parte de los cuales son sanitarios y el resto, los indirectos, se deben al
absentismo laboral y a la pérdida de productividad, cantidad mucho mayor que el
coste atribuible al consumo de drogas ilegales.
FÁRMACOS
ANFETAMINAS, BENZODIACEPINAS, BARBITÚRICOS
ANFETAMINAS
También hay que destacar que; En 1.887 se aisló de la conífera “Efedra vulgaris”
una sustancia, la efedrina, que poseía propiedades estimulantes cerebrales y era
dilatadora de los bronquios y antihemorrágica. Debido a estos efectos tan beneficio-
sos, se empezaron a sintetizar en el laboratorio sustancias químicas que, aunque
diferentes, poseían unas propiedades semejantes a las que se denominó “aminas
del despertar”. La primera anfetamina fue sintetizada a mediados de los años 30
por Gorden Alles y fue ampliamente utilizada como tratamiento para el asma, ya
que al ser elaborada como una sustancia volátil (becedrina) tenía la ventaja de ser
administrada directamente en los bronquios por inhalación.
Su forma de presentación es; Tabletas, cápsulas y en polvo, con texturas y
colores diferentes. Su pureza es variable; las principales sustancias de corte son
lactosa, manitol, cafeína, paracetamol, etc.
Su forma de administrase es; El método más común es la administración oral.
También pueden inyectarse o esnifarse.
Su uso terapéutico; Fueron empleados para el tratamiento de la narcolepsia,
hiperactividad infantil, epilepsia, Parkinson, depresión, cansancio extremo y como
supresor del apetito en regímenes de adelgazamiento.
En la actualidad, el empleo de estas sustancias desde el ámbito médico se ha
visto muy restringido hasta tal punto que es casi inexistente.
Las analíticas habituales realizadas en orina detectan restos de la sustancia de
2 a 4 días después del último consumo.
Los efectos provocados por el consumo de anfetaminas recuerdan en gran
medida a los producidos por la cocaína.
Efectos orgánicos
Se produce un incremento de la tensión arterial, con taquicardia e insomnio,
dolor de cabeza, náuseas, sed, sudoración. Hay una cierta reducción del apetito
y sudoración. Un síntoma orgánico que presenta es que produce una contracción
mandibular, es decir con muecas exageradas y anormales de la mandíbula. Como
• Fase inicial (crash): desde pocas horas hasta 9 días. Cambios bruscos
de humor, depresión, falta de energía, ansiedad, insomnio y un intenso deseo de
consumir.
• Fase intermedia o de abstinencia: de 1 a 10 semanas. Fatiga, falta de
energía y de motivación y depresión.
• Fase indefinida: pueden aparecer intensos episodios que hagan recaer al
consumidor. Ideas suicidas.
Cuestiones legales:
Su consumo y distribución están permitidos bajo estricto control médico.
Al margen de este uso, está perseguida su elaboración, tráfico, promoción o
venta, ya que el Código Penal las incluye entre las “drogas que causan grave daño
a la salud”. Por lo tanto, aquellas personas que promuevan, favorezcan o faciliten
su consumo o lo posean con tales fines serán penalizados. También será penada la
conducción de un vehículo bajo sus efectos.
El consumo en lugares, vías, establecimientos o transportes públicos de esta
sustancia no es un delito, pero sí constituye una infracción sujeta a sanción adminis-
trativa que puede ser sustituida por un tratamiento de deshabituación adecuado.
BENZODIACEPINAS
Conocida como; Ansiolíticos, pastillas para dormir, pastillas para los nervios, re-
lajantes, tranquilizantes. Algunos de sus nombres comerciales son: Orfidal, Valium,
Trankimazin, Lexatin, Tranxilium, Rohipnol…
Desde la antigüedad se han utilizado diferentes productos para causar sedación.
El primer compuesto químico introducido para este fin, a mediados del siglo XIX, fue
el bromuro. A principios del siglo XX se comenzaron a usar los barbitúricos, que en
la primera mitad del siglo pasado fueron los fármacos que dominaron el tratamiento
de la ansiedad, el insomnio, la epilepsia y todo tipo de trastornos psiquiátricos.
En la década de los años 50 se sintetizó el primer neuroléptico, grupo de me-
dicamentos utilizados para el tratamiento de enfermedades mentales graves como
BARBITÚRICOS
Conocidos Como pastilla para dormir. Son psicofármacos depresores. Familia
de derivados del ácido barbitúrico o malonilurea
Von Baeger fue el primero que sintetizó el ácido barbitúrico en 1.863, y a partir
de este momento se han investigado más de 2.500 derivados de esta sustancia.
Algunos de estos derivados son: seconal, nembutal, fenobarbital, pentobarbital,
pentotal, barbital, veronal,…
Su forma de presentación; Pastillas, píldoras, supositorios o en forma líquida
(ampollas inyectables).
Su forma de administración; Oral, rectal o inyección intravenosa
Se prescribían para tratar el insomnio severo, algunas formas de epilepsia,
ciertos cuadros convulsivos y determinados desórdenes psicológicos. Pero, actual-
mente están en desuso puesto que existen otras sustancias con mayores beneficios
terapéuticos.
Su consumo se detecta a través de analítica en orina de hasta las 24-48 horas
después del último consumo.
El consumo continuado facilita la instauración de dependencia y tolerancia. Si
se disminuye o suprime la dosis habitual sobreviene un peligroso síndrome de abs-
tinencia.
La retirada brusca de la droga puede resultar peligrosa, su abandono debe rea-
lizarse de forma gradual. El síndrome de abstinencia se caracteriza por: aumento de
la ansiedad, insomnio, irritabilidad, náuseas, dolor de cabeza, tensiones musculares,
palpitaciones, disforia y, en casos muy graves, convulsiones y “estatus epilépticus”.
Conlleva un riesgo vital serio y requiere, por tanto, atención médica puesto que
puede llegar incluso a causar la muerte.
Efectos orgánicos y psicológicos:
Todos los barbitúricos son depresores del sistema nervioso central; sin embargo,
existen distintas variedades (larga, media y corta duración) con diferentes efectos,
vida media y toxicidad.
A dosis bajas, producen sensaciones de tranquilidad, ayudan a conciliar el
sueño. También pueden provocar un estado eufórico, la “borrachera barbitúrica”
METADONA
Conocido como; Muñeca, chiste, jungo (nombres coloquiales), metasedin
(nombre comercial). Es un Depresor/opiáceo. Su nombre químico; 6-dimetilamino-
4,4-difenil-3 heptanona. Su origen es del; Opioide agonista sintético. Su forma de
presentación disponible en varias formas: comprimidos, supositorios, autoinyecta-
bles. Su forma de consumo es oral, rectal o inyectada. Las analíticas habituales
realizadas en orina detectan restos de la sustancia de 1 a 4 días después del último
consumo.
La metadona se creó a finales de la II guerra Mundial en un laboratorio alemán
debido a la escasez de la morfina. En un primer momento se la denominó amidona,
más tarde metadona y se comercializó inicialmente como Dolophine. No se utilizó
hasta después de la II guerra Mundial como analgésico. En 1947 aparecieron en la
revista científica JAMA los primeros resultados del uso de la metadona como trata-
miento para el síndrome de abstinencia de la morfina. En 1950 aparece la forma oral
de la sustancia aunque las propiedades farmacocinéticas no fueron conocidas hasta
1964. Fue en la década de los 60 cuando se utilizó por primera vez la metadona
como terapia de mantenimiento para heroinómanos en un hospital penitenciario de
Kentucky (EEUU).
En la actualidad es la sustancia usada de forma mayoritaria en los programas
de sustitución para el tratamiento de los consumidores de heroína.
Ampliamente utilizada en programas de mantenimiento (PMM) para adictos a
heroína. Presenta importantes ventajas frente a ésta en su utilización:
XANTINAS
clima templado.
El cacao es una fruta tropical con la que se elabora el chocolate. Se cultiva en
arbustos que están a la sombra, por lo que normalmente se encuentran bajo árboles
de mayores dimensiones.
Los árboles de la cola son poco cultivados, pero crecen de manera espontánea
en África occidental. El polvo que se obtiene a la hora de moler sus semillas se
utiliza en la elaboración de batidos y refrescos.
El guaraná es una liana arbustiva, trepadora, con tallo flexible y largo, y cuya
fruta tiene forma de semilla de nuez.
El mate es una planta arbórea, de cuyas hojas se obtiene una infusión conocida
como mate, té de Paraguay o yerba mate.
Los orígenes del árbol de café se sitúan entre Etiopía y el Cabo de Hornos,
teniendo un largo peregrinar desde Oriente hasta llegar a tierras americanas, donde
actualmente existe la mayor producción de estas plantas.
Una de las leyendas más famosas (año 850) acerca de las propiedades de
esta planta narra como un pastor se dio cuenta de la agilidad e inquietud de su
rebaño tras ingerir unas bayas rojas. Él las probó y notó los efectos estimulantes
que poseía. Esta experiencia la fue relatando a los sacerdotes de un monasterio
cercano, que a su vez empezaron a tomar decocciones del fruto, puesto que les
ayudaba a mantenerse despiertos para los cultos. A partir de entonces, la voz se fue
extendiendo hasta llegar a Europa a través de comerciantes venecianos.
El té se conoce en Oriente desde tiempos muy antiguos. La infusión se prepara
a partir de las hojas secadas y ligeramente tostadas. En cambio, el té negro y el té
verde se obtienen de distinta manera: el primero, tostando las hojas ya secas con
su pecíolo, y el segundo, quitando el pecíolo de las hojas y tostándolas cuando aún
están frescas.
El árbol del cacao suele tener entre 10 – 15 frutos. Existen dos tipos de cacao:
uno es rojo y cuando madura se torna morado, y el otro es verde y al madurar se
torna amarillo.
Cuando el cacao está maduro, se corta el árbol y se deja a la sombra sobre
hojas de plátano para que fermente. Es importante que tengan humedad, y a con-
tinuación, se pone al sol para proceder al secado. Una vez que los granos están
secos, se tuestan en un horno, se les quita la cáscara y se trituran.
El guaraná ha sido muy utilizado por los brasileños en la prevención de enfer-
medades, y como energético y bebida refrescante.
El empleo de la yerba mate es muy antiguo, pues los indios ya masticaban las
hojas verdes. Estas hojas, secadas, tostadas, pulverizadas y molidas se utilizan
para la preparación de una infusión muy parecida al té, de sabor agradable y refres-
cante
Las aplicaciones médicas de las xantinas son:
• Teofilina: se utiliza para el asma bronquial y en la enfermedad pulmonar
obstructiva crónica, puesto que es un broncodilatador.
• Cafeína: se utiliza contra la cefalea y la migraña por su efecto constrictor de
los vasos cerebrales.
• Guaraná: su uso terapéutico está dirigido al tratamiento de la obesidad, y la
astenia (debilidad) y en convalecencias.
El consumo crónico de cafeína puede producir dependencia, tolerancia y
síndrome de abstinencia si se suspende bruscamente su consumo.
Su síndrome de abstinencia es; Dolor de cabeza, somnolencia, depresión,
flojera, ansiedad,…Estos síntomas aparecen a las 12 – 14 horas de no consumir
cafeína. No son graves y van desapareciendo gradualmente.
Efectos orgánicos y psicológicos:
• Aumento de la atención y de la concentración.
• Ligera euforia.
INHALABLES
personas se han planteado que la gasolina que echan a sus vehículos, el pegamento
que utilizan sus hijos para la escuela y otras muchos productos que utilizamos
a diario puedan llegar a producir daños tan graves, muchas veces difíciles de
remediar. Es preciso recordar, sin embargo, que estas sustancias no son dañinas si
las empleamos adecuadamente.
Muchos niños y adolescentes recurren a estos objetos para conseguir los
efectos anteriormente descritos. Por su reducido precio y su fácil adquisición (¿quién
no tiene en su casa un bote de pegamento?), el consumo de estas sustancias sigue
aumentando sobre todo en poblaciones más desfavorecidas.
COCAÍNA
coca jugó un papel importante en las culturas nativas y se la involucró en los mitos,
en las celebraciones y en las prácticas mágicas; fue rodeada de tabúes y de prohi-
biciones estrictas, y su uso fue limitado a ciertas capas sociales y a determinadas
circunstancias”.
Tras el descubrimiento de América, la coca no despertó gran interés entre
los conquistadores. Su actitud fue bastante ambigua al respecto: por una parte, la
Iglesia prohibió la masticación de las hojas de coca por considerarlo un vicio pagano
y despreciable, pero a la vez, se percataron del beneficio que a ellos les reportaba
permitir a los indios trabajar bajo los efectos de dicha sustancia.
En el siglo XIX, etapa de grandes progresos científicos y profundos cambios
económicos y sociales, se aisló el principio activo responsable de los efectos de la
planta, un alcaloide que acordaron llamar “cocaína”.
En los años siguientes, el interés por la sustancia fue cada vez mayor; se co-
mercializó a gran escala convirtiéndose en ingrediente fundamental de productos
como el vino tónico de Angelo Mariani, este vino procedía de la maceración de hojas
de coca y tuvo una gran aceptación popular, incluyendo al entonces Papa León XIII,
innumerables medicinas caseras e, incluso, se constituyó en un componente más
de la popular Coca-Cola durante diecisiete años.
S. Freud experimentó con ella y tras revisar la copiosa literatura existente al
respecto, la recomendó para múltiples afecciones: tratamiento de la depresión, tras-
tornos digestivos, asma, deshabituación de morfinómanos, excelente estimulante y
afrodisíaco, etc.
Poco tiempo después comienzan a variar estas opiniones al irse manifestando
los graves efectos negativos del consumo de cocaína.
En 1.914, se prohibieron en Norteamérica las bebidas y productos patentados
que contuvieran cocaína, quedando restringido su uso fundamentalmente al ámbito
médico. La prohibición se extiende a otros países y el patrón de consumo limitado
perduró durante la primera mitad de este siglo. A partir de entonces el consumo
masivo de sustancias psicoactivas ha ido en aumento hasta convertirse, hoy día, en
consumo o lo posean con tales fines serán penalizados. También será penada la
conducción de un vehículo bajo los efectos de la cocaína.
En nuestro país el consumo en lugares, vías, establecimientos o transportes
públicos de la cocaína constituye una infracción administrativa grave a la seguridad
ciudadana, según la Ley Orgánica 1/1992 de Protección de la Seguridad Ciudadana.
Es decir, no es un delito, sino una infracción que está sujeta a una sanción ad-
ministrativa (multa) que puede sustituirse por un tratamiento de deshabituación
adecuado.
DROGAS DE SÍNTESIS
algunos años se las ha denominado “drogas de diseño”, con este nombre se popu-
larizaron en la última década del siglo XX.
Las drogas de síntesis se presentan bajo la forma de pastillas y comprimidos
de colores y formas diversas decorados con un dibujo que sirven como elemento
identificación. Estas imágenes suelen ser reproducciones manipuladas de marcas
comerciales e iconos juveniles con el fin de hacerlas “más” atractivas a los /as
jóvenes.
La “pasti” más conocida es el éxtasis(MDMA3,4-Metilenodioximetanfetamina),
descubierto y abandonado para su uso terapéutico por los laboratorios Merck.
El MDMA, tiene a sus espaldas un largo recorrido, en 1914 fue patentado en
Alemania por los laboratorios Merck como supresor del apetito pero su uso quedó
relegado hasta la década de los 50, época en que se rescató con fines experimen-
tales: (interrogatorios, psicoterapias).
Los primeros consumos ilegales se detectaron durante los años 60 y 70 en el
oeste de EE.UU., lo que propició su prohibición en 1985 en aquel país. Desde la
década pasada irrumpe en Europa con una fuerza cada vez mayor.
El éxtasis fue investigado en la década de los cincuenta por el ejército norte-
americano a la búsqueda de un fármaco que forzara a los prisioneros a declarar.
Posteriormente, en plena ebullición de los movimientos contraculturales y psico-
délicos, fue objeto de experimentación por algunos/as psicólogos/as y psiquiatras
norteamericanos que pensaban que esta sustancia tenía capacidad para hacer más
comunicativos/as a sus pacientes y liberarlos de algunas de sus represiones.
La década de los ochenta conoce un cierto auge de ésta y otras sustancias
de síntesis. Los clubs de música house de Estados unidos, Australia y Europa (
Reino Unido, Holanda y Alemania en un primer momento, para extenderse después
prácticamente a toda la Unión Europea) son el escenario desde mediados de los 80
del consumo de estas drogas.
Con la entrada del siglo XXI, su penetración parece haberse frenado e incluso
va en retroceso en algunos lugares. Este hecho puede estar relacionado con el
impacto que han tenido en la opinión pública las muertes vinculadas al éxtasis
habidas en España y otros países europeos.
Aunque en un primer momento se divulgó la idea de que los/as consumidores
de estas sustancias se abstenían del consumo de otras drogas, investigaciones
españolas e europeas muestran cómo las combinan con diversas sustancias;
alcohol, tabaco, hachís y en ocasiones, cocaína, agravando enormemente los
riesgos de su consumo.
Aunque el éxtasis posee capacidad de inducir adicción, el alto número de
personas que se supone han empleado esta sustancia a lo largo de las últimas
décadas y la inexistencia de poblaciones que mantengan una utilización crónica,
parece razonable inferir que el patrón de consumo con el que se ingiere esta droga
no favorece el establecimiento de dependencia, aún cuando no esté exento, como
se verá, de otros riesgos debido a su toxicidad.
Su uso continuado podría favorecer el desarrollo de tolerancia, pero los patrones
de consumo compulsivos que se han constatado no permiten hacer todavía afirma-
ciones categóricas al respecto.
El síndrome de abstinencia puede provocar problemas para conciliar el sueño,
sensación de decaimiento, cansancio, aumento de reacciones agresivas.
Las analíticas habituales realizadas en orina detectan restos de la sustancia de
2 a 3 días después del último consumo.
Efectos:
Dan lugar a una experiencia mixta entre la estimulación, facilitadotes de la co-
municación y la percepción alterada, por lo que se les ha comparado con una mezcla
de anfetaminas y un alucinógeno llamado mescalina. Al consumirse en forma de
pastillas, su absorción en el aparato digestivo, de donde pasa al torrente sanguíneo,
es más lenta que otras vías de administración. También hay que tener en cuenta
que casi nunca se sabe con precisión cuales son los componentes de lo que se
vende como éxtasis, y por tanto sus efectos pueden variar de forma considerable.
Efectos orgánicos:
Actúan sobre el corazón provocando taquicardia, arritmia, hipertensión y
aumento de la frecuencia cardiaca; sequedad de boca, sudoración, contracción de
la mandíbula, temblores, vértigo, deshidratación, hipertermia, sobreestimulación
(aumento del estado de alerta, insomnio,…), aumento de la temperatura corporal
(hipertemia).
Efectos psicológicos:
Ansiedad, irritabilidad, sensación de euforia, locuacidad, vivencia de energía
física y emocional, emotividad desinhibida y mayor facilidad para las relaciones
sociales. Los consumidores sienten una mayor confianza en ellos mismos, mejora
su autoestima, sienten un mayor deseo de relacionarse con los demás, un mayor
deseo sexual, a la vez que disminuyen sus inhibiciones.
Con dosis elevadas puede producir ansiedad, pánico, confusión, insomnio, alu-
cinaciones visuales o auditivas y posibilidad de alteraciones psicóticas.
Riesgos:
Después de unas horas la euforia inicial da paso a un estado de agotamiento,
de tristeza, de ansiedad y agresividad, de ahí las ganas de consumir de nuevo esa
misma sustancia u otras que reduzcan la ansiedad (tranquilizantes, alcohol, heroína).
Esta fase puede durar varios días por lo que los peligros de nuevos consumos se
ven claramente aumentados.
Riesgos orgánicos:
Se asocian al contexto en que se suele consumir el éxtasis, ambientes caldeados
en los que se baila intensamente:
Alteración grave del ritmo cardíaco. Subida de la temperatura corporal: el
consumo de éxtasis aumenta la temperatura corporal y da sed, pudiendo provocar el
llamado “golpe de calor”, aumento de la temperatura hasta niveles peligrosos para el
organismo con riesgo de deshidratación. Contracción de la mandíbula. Temblores y
delito, pero sí es una infracción sujeta a sanción administrativa (multa) que puede
sustituirse por un tratamiento de deshabituación adecuado.
Algunas curiosidades:
Se investiga actualmente la capacidad del éxtasis para provocar en humanos la
neurotoxicidad detectada en animales de laboratorio, habiendo evidencias respecto
a su impacto negativo en la memoria.
El consumo de éxtasis ya se ha cobrado vidas en España. A lo largo de una
década, se han detectado la presencia de esta sustancia en , al menos, 140 falleci-
dos, 38 de los cuales no habían combinado esta droga con ninguna otra.
HEROÍNA
a ambientes marginales.
En la actualidad es una droga en desuso, sin atractivo para los/as jóvenes,
que no se interesan por ella. Es objeto de consumo por parte de heroinómanos /
as veteranos/as, con edades entorno a los treinta-cuarenta años, en situación de
elevado deterioro orgánico, psicológico y social.
Alta dependencia. Transcurridas varias horas desde la última administración de
la sustancia, el adicto necesita una nueva dosis.
Alta tolerancia. La tolerancia aparece con rapidez. Se tiende a aumentar la
cantidad de heroína para conseguir los mismos efectos que antes se lograban con
dosis menores, lo cual desencadena una manifiesta habituación y dependencia.
El síndrome de abstinencia es el conjunto de signos y síntomas que aparecen
tras el abandono del consumo de heroína se inician en torno a las 8 horas de la
última dosis, siendo máximo el malestar entre las 36 y 72 horas para decrecer pro-
gresivamente hasta los 5-10 días. Es el llamado “mono”.
El síndrome de abstinencia presenta diferentes fases; en el estadio inicial
aparece lagrimeo, sudoración, sensación de debilidad, deseo de la droga, bostezos
y rinorrea, (secreción intensa de moco nasal). En la fase intermedia el sujeto se
encuentra inquieto, con un alto grado de ansiedad, sufre temblores, dolores mus-
culares, irritabilidad, piloerección, dilatación de las pupilas, insomnio, escalofríos,
agitación psicomotriz, (movimientos frecuentes y con dificultad para su inhibición),
etc. A medida que el cuadro de abstinencia progresa sobreviene diarrea, náuseas,
vómitos, eyaculación espontánea, fuertes dolores y calambres en las extremidades,
fiebres... Aproximadamente en una semana suelen desaparecer estos síntomas,
aunque permanece el recuerdo constante de la droga.
El síndrome descrito, si bien se percibe insufrible por muchos heroinómanos, no
reviste gravedad y puede superarse sin riesgo para la salud. Además de variables
como la cantidad ingerida, frecuencia y vía de administración, su intensidad depende
en gran parte de la motivación y expectativas del sujeto, del apoyo familiar y profe-
sional con el que cuente, etc.
Efectos:
Durante un intervalo de 2-3 horas, tras una posible reacción inicial desagradable
(vómitos, mareo, etc.), el sujeto percibe una Intensa sensación de placer (“flash”):
sedación y cierta euforia y alivio de cualquier malestar o tensión.
Efectos orgánicos:
Los primeros consumos suelen generar náuseas y vómitos con inhibición del
apetito y cierta necesidad de ingerir alimentos dulces. Como sustancia sintetizada
de un alcaloide opiáceo, el efecto que provoca en el organismo es el de la analgesia,
una cierta insensibilidad a los procesos dolorosos. Sequedad de boca, estreñimien-
to, miosis (disminución del tamaño de la pupila), depresión del sistema respiratorio,
disminución del temperatura corporal, enlentecimiento del ritmo cardíaco, hipoten-
sión.
Al hablar de efectos de la heroína, es importante destacar el hecho de que
éstos no son iguales al inicio del consumo que una vez generada la dependen-
cia: en el primer caso, el motivo para administrarse la droga será la búsqueda de
una intensa acción placentera y euforizante. En un momento posterior, el sujeto se
ve impulsado a su utilización para evitar el estado aversivo que la ausencia de la
sustancia provoca. Es decir, el opiáceo se torna un poderoso refuerzo de su propio
consumo.
Efectos psicológicos:
Euforia, sensación de bienestar y placer.
Riesgos:
Es probablemente, junto con el alcohol, la droga mejor conocida entre todos
nosotros. Esto se debe a que la mayor parte de las personas en tratamiento por
problemas asociados al consumo de drogas ilícitas han sido, hasta hace unos años,
consumidores/as de heroína. En la actualidad este porcentaje ha ido disminuyen-
do para ser otro tipo de drogas ( cocaína, alcohol y cánnabis sobre todo) las que
originan mayor demanda de inicios de tratamiento.
Riesgos orgánicos:
Dependiendo de muchas variables tales como tiempo de consumo, vía de ad-
ministración, hábitos sanitarios, estilo de vida, etc.; las consecuencias pueden ser:
Alteraciones de la nutrición (adelgazamiento extremo). Afecciones gastrointes-
tinales (estreñimiento severo). Dolencias cardiovasculares. Complicaciones pulmo-
nares. Alteraciones hepáticas, asociadas a las condiciones higiénico-sanitarias en
que tiene lugar el consumo y al estilo de vida del consumidor/a. Alteraciones renales.
Problemas dentales (caries). Patologías ginecológicas (ausencia de menstruación,
problemas ovulatorios, etc.). Ausencia de deseo e impotencia sexual. Abortos es-
pontáneos. Anemia. Insomnio.
Riesgos psicológicos:
Alteraciones de la personalidad, alteraciones cognitivas, como problemas de
memoria, trastorno de ansiedad y depresión, dependencia psicológica, que hace
que la vida del consumidor/a gire obsesivamente en torno a la sustancia.
Muchas de las complicaciones típicas que sufren los heroinómanos guardan
estrecha relación con infecciones facilitadas por la inyección, con la falta de
adecuados hábitos higiénicos, sanitarios, alimenticios, etc. y con la adulteración
del opiáceo mediante productos tóxicos o perjudiciales (es usual encontrar azúcar
molida, talco, lactosa, cacao, etc.). Ello justifica la gran incidencia en el paciente de
llagas, abscesos, procesos infecciosos como hepatitis, neumonías, SIDA.
El consumo continuado de la heroína puede conducir a serios déficit en el ámbito
social del individuo: desestructuración familiar, situación de desempleo, ruptura de
relaciones interpersonales, ausencia de recursos económicos, etc.
Datos del consumo en España:
El consumo de heroína es en la actualidad absolutamente minoritario y desde
mediados de la década de los noventa experimenta una clara tendencia descenden-
te. Este proceso está confirmado por el envejecimiento progresivo de la población
heroinómana que contacta con el sistema sanitario.
Hoy en día sólo seis de cada mil españoles/as s interesan por probar esta
droga, siendo una proporción aún menor quienes la consumen de manera regular.
A pesar de estos datos es muy usual encontrar drogodependientes que tomen
la heroína mezclada con otras drogas, por ejemplo cocaína (“speedball”), para
prolongar e intensificar los efectos de ambos productos.
Condiciones legales:
De acuerdo con el Código Penal español, se considera a la heroína como
una “droga que causa grave daño para la salud” y, por lo tanto, serán penalizados
todos aquellos individuos que cultiven, elaboren, trafiquen, promuevan, favorezcan
o faciliten su consumo o lo posean con esos objetivos. También será penada la
conducción de un vehículo bajo los efectos de la heroína.
Igualmente, el consumo de heroína en lugares, vías, establecimientos o trans-
portes públicos o el abandono del material para su uso constituye una infracción
administrativa grave, objeto de sanción (multa) que puede sustituirse por un trata-
miento de deshabituación adecuado.
alucinaciones.
Estas sustancias han estado presentes en el desarrollo del ser humano desde
siempre, en todas las culturas primitivas, animistas de cualquier otro tipo que ha
habido sobre la Tierra. Fundamentalmente su uso ritual se circunscribía a las cere-
monias religiosas, de visualización de los dioses, curativas e iniciáticas.
La mayoría de las drogas de esta familia proceden de hongos cultivados en
países latinoamericanos y africanos, como es el caso del Peyote mexicano, del que
se extrae la mescalina; del colobiano Yagé, o de la planta procedente de Gabón
conocida como Tabernathe iboga, de la que se extrae la ibogaina. Aquí en Europa
es clásica la utilización de la Amanita muscaria, seta alucinógena que es utilizada
con carácter ritual.
El alucinógeno más utilizado en nuestro país es la dietilamida del ácido lisérgico,
LSD (conocido en el argot de la calle como ácidoo tripa, del inglés trip, viaje).
Vamos a ver 2 tipos de sustancias alucinatorias como son: LSD y hongos alu-
cinatorios.
LSD
Efectos psicológicos:
Los efectos de la sustancia no se pueden predecir, pudiendo resultar muy gratos
y divertidos o conllevar experiencias francamente desagradables, (“mal viaje”). En
éste último caso, el sujeto suele experimentar una pérdida completa de control
emocional, estados de pánico, ideas de persecución, vértigos, desorientación, etc.
En general, los efectos alucinógenos son:
• Sensación de mayor agudeza sensorial y de intercambio de percepciones:
colores más brillantes, se oyen sonidos inaudibles, se “escuchan los colores”, “se
visualizan las notas musicales”.
• Experiencias místicas o emocionales, profundo sentimiento de alegría, de
paz, de sintonización y unión con los demás, etc.
• Alteración de la imagen corporal y de las distancias.
Además, hay otros efectos:
• Dificultad de concentración, de control del pensamiento y de la memoria.
• Se reduce la coordinación muscular y la percepción del dolor.
• Fluctuaciones del humor.
Riesgos orgánicos:
Dado lo esporádico de su consumo, no existen pruebas de daños físicos,
siendo en la esfera psicológica donde está la mayor probabilidad de consecuencias
adversas.
Riesgos psicológicos:
Existen datos contundentes en cuanto a las secuelas en la esfera psicológi-
ca producidas por el consumo de LSD. Destacan los trastornos de depresión y
ansiedad.
Uno de los mayores peligros en relación con el consumo de LSD lo constituye
el llamado “flash- back” o retorno de la vivencia tenida con la droga. Puede ocurrir
tiempo después de la ingesta - sin mediar una nueva dosis- y conlleva riesgos con-
siderables para la integridad de la persona.
También se pueden presentar episodios depresivos graves, cuadros psicóticos
de tipo esquizofrénico, conductas de carácter paranoide, deficiencias en la memoria
y en el pensamiento abstracto.
Otro riesgo asociado al consumo de LSD guarda relación con las alucinaciones
que vive el sujeto que pueden conllevar imprudencias. La experimentación no debe
realizarse nunca en soledad.
No se ha demostrado que genere dependencia.
La tolerancia se desarrolla con bastante rapidez, pero desaparece tras varios
días de abstinencia.
No existen evidencias de síndrome de abstinencia.
Las analíticas habituales realizadas en orina detectan restos de la sustancia
hasta 5 días tras la suspensión del consumo.
Datos del consumo en España:
Los alucinógenos son drogas de consumo muy minoritario. Según datos del
Plan Nacional sobre Drogas lo han probado alguna vez el 2´9% de la población, y
de forma habitual un 0´2%.
En el caso de los/as estudiantes de 14 a 18 años lo han probado alguna vez el
4´7 % y un 1´5% lo toman de forma habitual (últimos 30 días). La edad de inicio se
sitúa en torno a los 15´8 años.
Condiciones legales:
Según el Código Penal español, el LSD es considerada una “sustancia que
produce grave daño a la salud” y en tal sentido, serán castigadas todas aquellas
personas que elaboren, trafiquen, promuevan, favorezcan o faciliten el consumo o
lo posean con dichos fines. La conducción de un vehículo bajo sus efectos también
será penada.
HONGOS ALUCINÓGENOS
El uso inicial de esta sustancia se remonta a siglos atrás. Se utilizaba con fines
místico- religiosos y lúdico-festivos, ya que se les otorgó la capacidad de ver el
futuro y de curación, siendo utilizados por los chamanes en sus rituales. En la época
precolombina se consumían en público los hongos sagrados o “carne de Dios”,
convirtiéndose en un rito más de sus ceremonias. Fue ante esta práctica cuando la
Iglesia católica inició una persecución que hizo que este consumo fuera clandestino.
Al ser Centroamérica y Sudamérica las zonas donde más uso se hacía de esta
sustancia, es fácil hallar, en la actualidad en estos lugares, esculturas y templos con
forma de hongo.
Efectos orgánicos y psicológicos:
En general, los hongos alucinógenos o setas, producen cambios fisiológicos
y psicológicos: risa, llanto, malestar del estómago, temblores, hormigueo en los
dedos, sensibilidad cutánea, euforia, dificultad para el razonamiento, percepción del
tiempo y espacio alterada, despersonalización, delirios, sensación de alma liberada,
sensación de bienestar, de control, confusión.
Todos estos efectos, dependerán de la cantidad que se consuma y del tipo de
seta que sea. La dosis activa en el hombre es de 6 a 12 mg, provocando fuertes
visiones si se acerca a los 25 mg. Pero de forma específica se pueden concretar los
efectos de la siguiente forma:
• A dosis bajas: embriaguez aguda, dilatación pupilar, problemas para
coordinar movimientos, sudoración, visión borrosa, enrojecimiento de la cara, etc.
• A dosis altas: alucinaciones, posible psicosis tóxica.
• El “mal viaje” se caracteriza por: pánico, ansiedad, angustia, delirios de per-
secución, confusión, depresión, etc.
Riesgos orgánicos y psicológicos:
Aunque no se conocen claramente los riesgos del consumo a largo plazo ya que
este no se realiza durante tiempo prolongado, un consumo abusivo puede provocar
importantes alteraciones psicológicas (crisis de ansiedad y pánico) e inestabilidad
GHB
KETAMINA
Fuera de este uso el consumo o tenencia en espacios públicos puede ser san-
cionado y cualquier acción que pueda relacionarse con la intencionalidad de vender
o facilitar el consumo podría suponer la apertura de un proceso penal.
Es por tanto, una sustancia muy peligrosa. Puede provocar depresión respira-
toria, paro cardíaco, trastorno de ansiedad, paranoias y su consumo de forma conti-
nuada, problemas de memoria, concentración y deterioro de otras habilidades.
La ketamina provoca dependencia psicológica muy alta y una tolerancia
rápida.
Como en otras sustancias, la mezcla con alcohol u otras drogas aumenta las
posibilidades de perder el conocimiento, de sufrir una depresión respiratoria y paro
cardiaco. Mezclar ketamina con psicoestimulantes y/o alucinógenos puede provocar
una reacción impredecible y muy peligrosa.
Conocida como Polvo de ángel, píldora de la paz, barco del amor...Es un per-
turbador del sistema nervioso central y su fórmula química es Fenciclidina, arilci-
clohexilamina.
Se trata de un polvo blanco, cristalino, que se disuelve fácilmente en agua
o alcohol. Tiene un sabor amargo distintivo y se puede mezclar con facilidad con
colorantes. Se presenta en forma de diversas clases de tabletas, cápsulas y polvos
de colores.. Por lo general, se usa inhalada, fumada o ingerida.
Produce dependencia con facilidad ya que es una sustancia muy adictiva.
ADICCIÓN A INTERNET
Se da adicción a internet cuando existe un patrón desadaptativo de uso de
internet, que conlleva un deterioro o malestar clínicamente significativo, expresado
por tres o más de los ítems siguientes en algún momento de un periodo continuado
de 12 meses:
1.- Tolerancia, definida por cualquiera de las siguientes afirmaciones; una
necesidad de incrementar notablemente la cantidad de tiempo en internet para
lograr satisfacción. Notable disminución de los efectos con el uso continuado de la
misma cantidad de tiempo en internet.
2.- Abstinencia, manifestado por cualquiera de las siguientes afirmaciones:
cesación o reducción de un uso en internet que ha sido grande y prolongado. Dos
o más de los siguientes, desarrollados algunos días durante al menos un mes;
agitación psicomotora, ansiedad, pensamientos obsesivos acerca de lo que estará
sucediendo en internet, fantasías o sueños a cerca de internet, movimientos de
tecleo voluntarios o involuntarios. Los síntomas causan malestar o deterioro en la
áreas sociales, laboral u otra área importante del funcionamiento. El uso de internet
o un servicio similar está dirigido a aliviar o evitar los síntomas de la abstinencia.
3.- Se accede a internet con más frecuencia o por períodos más largos de
lo que inicialmente se pretendía.
4.- Deseo persistente o esfuerzos infructuosos de controlar o interrumpir el
uso de internet.
5.- Se emplea mucho tiempo en actividades relacionadas al uso de internet
(por ejemplo: comprando libros sobre la materia, probando nuevos navegadores,
indagando proveedores de internet, organizando fichero o descargando materia-
les.).
6.- actividades sociales, ocupacionales o recreativas se dejan o reducen a
causa del uso de internet.
7.- Internet se continúa usando a pesar de saber que tiene un persistente o
recurrente problema físico, social, ocupacional o psicológico que parece ser causado
o exacerbado por el uso de internet (privación de sueño, dificultades maritales,
llegar tarde a las citas por la mañanas, abandono de los deberes profesionales o
sentimientos de abandono de personas significativas.).
JUEGO PATOLÓGICO
El juego es intrínseco al ser humano y se vincula con la sensación de placer,
se convierte en patológico cuando se pierde la libertad y pasa a ser una necesidad
prioritaria.
Desde 1990 se considera un trastorno de tipo adictivo. Los criterios diagnós-
ticos que se valoran a la hora de determinar esta adicción son, entre otros, los
siguientes; progresión en las cantidades y en el tiempo que se dedican al juego,
preocupación sistemática por todo lo relacionado con el juego, intolerancia a las
pérdidas e indiferencia a las consecuencias.
Según la asociación Americana de Psiquiatría el juego” es una enfermedad
Robert Custer, en los años 80 del pasado siglo XX, determina una serie de
patrones y de fases durante la vida del jugador patológico o ludópata: Fase de
ganancia, de pérdida y de desesperación, con posterioridad otros autores añaden
la fase de desesperanza.
- Fase de ganancia: Los episodios de ganancia generan una mayor excita-
ción por el juego. El jugador social se para en esta fase, el jugador patológico se
cree excepcional y aumentan sus expectativas, con lo que continúa jugando.
- Fase de pérdida: hay una actitud excesivamente optimista y se aumentan
las cantidades invertidas en el juego. El ludópata comienza a jugar solo. Comienzan
a aparecer fuertes pérdidas y se recurre a usar el dinero familiar destinado para
otros menesteres, así como surgen las primeras peticiones de préstamos a familia-
res y entidades bancarias o en la empresa en la que trabaja. Empieza el deterioro
familiar, social y laboral.
- Fase de desesperación: Aparecen las treguas de autoconvencimiento,
pruebas de tiempo que el ludópata, al igual que el alcohólico se pone para auto-
convencerse de que controla la dependencia. Surge el pánico por las deudas no
devueltas y comienzan vías de liquidez no legales, con irritabilidad e hipersensibili-
dad.
- Fase de desesperanza: hay un claro abandono personal, signos claros de
depresión y pueden aparecer la comisión de delitos.
Datos de España de la adición al juego:
La franja estadística de mayor uso de máquina tragaperras en los últimos
problemas vinculados a los consumos de drogas, sirvió de base para que, a partir
de la aprobación del Plan Nacional sobre Drogas en 1985, se articulase una política
que, en general, ha sido y continúa siendo un referente de calidad en el marco de
la Unión Europea (UE).
La puesta en marcha del Plan Nacional sobre Drogas y la creación de sus
órganos de coordinación contribuyó de forma decisiva a la cohesión entre las
distintas Administraciones Públicas con competencias en esta materia. A ello hay
que añadir la buena relación de cooperación sólidamente establecida con las ONGs
del sector, así como con otras entidades sociales.
Por otro lado, desde hace años se dispone de estudios epidemiológicos y de
otro tipo, así como de herramientas de recogida de información de calidad, que
permiten conocer datos fiables y actualizados sobre consumo, actitudes de la
población, perfil de los consumidores, programas de carácter preventivo, asistencial
y de inserción social, que resultan imprescindibles para informar y orientar adecua-
damente la toma de decisiones en esta materia.
Todo ello parece indicar que el enfoque adoptado hasta ahora está bien orientado
y permite mantener un cierto grado de esperanza respecto al futuro. No obstante, es
necesario tener presente que se trata de afrontar retos complicados que requieren
respuestas sostenibles a largo plazo y que, por ello, las distintas etapas todavía
pendientes no estarán exentas de previsibles e importantes dificultades.
Después de más de 20 años de trabajo, los avances conseguidos son patentes
en todos los ámbitos de intervención: prevención, asistencia a los consumidores,
apoyo a la inserción social de éstos, lucha contra el narcotráfico y las actividades
delictivas asociadas al mismo, formación de profesionales, investigación en diversos
campos, etc.
Además, y aunque se trata de datos que habrá que ver si se mantienen en el
futuro, los últimos estudios y encuestas muestran una mejora de diversos indicado-
res relacionados con las prevalencias de los consumos y la percepción del riesgo
por parte de la población.
Situación actual
1. Sistemas de información.
Desde hace más de una década, España cuenta con un número importante,
variado y fiable de sistemas de información e investigaciones diversas que facilitan
datos sobre multitud de aspectos relacionados con las drogas y las drogodependen-
cias: prevalencias de consumo y perfil de los consumidores; actitudes y percepcio-
nes de diversos sectores sociales; número y características de las personas en tra-
tamiento o atendidas en servicios de urgencia; morbilidad y mortalidad relacionadas
con los consumos de drogas; actuaciones en prevención, asistencia y reinserción
social, así como aquellas otras relacionadas con la intervención judicial y policial en
el ámbito del control de la oferta.
Cabe destacar la realización de dos tipos de Encuestas periódicas que se
llevan a cabo por la Delegación del Gobierno para el PNSD, desde mediados de la
década de los noventa y que se han potenciado a partir del año 2005: la Encuesta
Domiciliaria sobre Alcohol y Drogas en España (EDADES) y la Encuesta Estatal
sobre Uso de Drogas en Enseñanzas Secundarias (ESTUDES).
Además de ellas, en los últimos años se han llevado a cabo otras encuestas
dirigidas a personas admitidas a tratamiento por heroína o cocaína, así como a
internos en instituciones penitenciarias. Igualmente, en EDADES 2007 se ha intro-
ducido un módulo específico para estudiar el consumo de drogas y sus implicacio-
nes en el medio laboral. En ESTUDES 2006 a su vez se introdujo un cuestionario
para conocer el consumo problemático de cánnabis.
Por otra parte, se cuenta desde 1987 con indicadores que ofrecen información
anual sobre admisiones a tratamiento por consumo de drogas, urgencias hospitala-
rias y mortalidad en consumidores de drogas.
Asimismo, y también con carácter anual, existen sistemas de información y
datos de tipo policial y judicial sobre aprehensiones de drogas y características de
las mismas, detenidos por tráfico, procedimientos judiciales incoados, etc.
Muchos de los datos e indicadores antes citados utilizan métodos que son
comparables a nivel internacional, por lo que no sólo se puede seguir su evolución
temporal desde un marco nacional, sino que los datos españoles pueden analizarse
en comparación con los de otros países de nuestro entorno.
Entre las fuentes más importantes que proporcionan información hay que
señalar, en primer lugar, los Planes Autonómicos de Drogas. Junto a ellos, diversos
departamentos y órganos ministeriales, las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del
Estado y la Fiscalía Especial Antidroga. De forma creciente, también las Administra-
ciones Locales y la Federación Española de Municipios y Provincias están aportando
información valiosa sobre las actuaciones que se llevan a cabo desde ese ámbito.
2. Evolución de los consumos y de los problemas asociados.
Desde los inicios del Plan Nacional sobre Drogas, a mediados de la década de
los ochenta, el perfil de las personas que consumen drogas en España ha experi-
mentado cambios notables. En aquella época y, de forma más o menos aproximada
hasta principios de los años noventa, la sustancia que más alarma social causaba
era la heroína.
Las personas usuarias de esta sustancia psicoactiva presentaban, en general,
ilegales, aunque persiste un número apreciable de muertes por esta causa (casi 800
en 2004).
Después de muchos años de descenso continuado del consumo de heroína,
algunos datos parecen apuntar a una estabilización del mismo o a un cierto incre-
mento en el caso de la heroína fumada.
Ha descendido el consumo de tabaco, aunque la proporción de personas
fumadoras sigue siendo alta.
Ha descendido la proporción de consumidores de bebidas alcohólicas, aunque
ha aumentado la frecuencia de episodios de consumos intensivos (borracheras).
La droga ilegal más consumida en España es el cánnabis. En el año 2007, la
prevalencia de consumo en los últimos doce meses entre la población adulta, de
quince a sesenta y cuatro años de edad, que se había estabilizado entre 2003 y 2005
en torno al 11,2 por 100, disminuyó dos puntos porcentuales (9,2 por 100) hasta las
cifras del año 2001. Esta evolución del consumo de cánnabis es consistente con los
datos registrados para la prevalencia de consumo diario en los últimos treinta días
que en 2007 se aproxima a los niveles apreciados en 2001 (1,6 por 100).
Evolución similar se observa en la población escolar de catorce a dieciocho
años, ya que tras varios años de aumento continuado, la prevalencia de consumo
en los últimos doce meses ha descendido a partir de 2004, pasando del 36,6 por
100 en dicho año al 29,8 por 100 en 2006.
La cocaína ocupa el segundo lugar entre las drogas ilegales que se consumen
en España. A partir del año 2001, la prevalencia de consumo en los últimos doce
meses entre la población de quince a sesenta y cuatro años de edad creció hasta
situarse en el 3 por 100, cifra en la que se ha mantenido según los datos de la última
Encuesta correspondiente a 2007.
Como en el caso del cánnabis, también la prevalencia de consumo de cocaína
en los últimos doce meses, entre los escolares de catorce a dieciocho años de
edad, ha experimentado una considerable reducción en los últimos años: tras el
aumento continuado desde el año 2000 hasta el 2004 en el que esta tasa llegó a
situarse en el 7,2 por 100, los datos de la Encuesta de 2006 mostraron un brusco
descenso hasta el 4,1 por 100, cifra inferior a la registrada en el año 2000.
Entre la población adulta (quince a sesenta y cuatro años de edad), se ha in-
crementado discretamente la percepción del riesgo ante el consumo esporádico de
cánnabis y en mayor cuantía por lo que se refiere al uso esporádico de cocaína (del
93,3 al 95,8 por 100) y de éxtasis (del 93,3 al 95,8 por 100). Más significativo ha sido
el incremento del riesgo percibido ante el consumo habitual de cánnabis entre los
escolares (de catorce a dieciocho años), que del 82,8 por 100 de 2000 se situaba en
el 89 por 100 en 2006, mientras que el riesgo percibido ante el consumo habitual de
cocaína, ha permanecido prácticamente estable en este grupo de población entre el
año 2000 y el año 2006, siempre en niveles elevados en torno al 96,8 por 100.
En lo que respecta al tabaco y el alcohol, las últimas encuestas disponibles
muestran tendencias generales a la reducción de las prevalencias en los consumos.
El porcentaje de estudiantes de catorce a dieciocho años que fuma diariamente ha
pasado del 21,5 por 100 en 2004 al 14,8 por 100 en 2006. También ha descendido la
prevalencia del consumo de bebidas alcohólicas entre los jóvenes, así como entre
la población adulta.
Debe destacarse que el consumo abusivo de alcohol en los jóvenes se produce,
fundamentalmente, en relación con las bebidas alcohólicas destiladas, cuya con-
centración de alcohol es mayor y que, además, se mezclan con bebidas carbónicas,
lo que refuerza su efecto intoxicador.
3. Impacto de los consumos: morbilidad, mortalidad, y otros costes sanitarios
y sociales.
El daño sanitario y social directamente atribuible al consumo de drogas se ma-
nifiesta de diversas formas.
En primer lugar, cuando el consumo alcanza la fase de adicción o dependencia,
puede hablarse de una enfermedad en sí misma, en la que la persona afectada está
periódica o crónicamente intoxicada, muestra una compulsión a tomar una o varias
sustancias y tiene gran dificultad para modificar o abandonar el consumo.
2. Objetivos generales.
Promover una conciencia social sobre la importancia de los problemas, los
daños y los costes personales y sociales relacionados con las drogas, sobre la po-
sibilidad real de evitarlos, y sobre la importancia de que la sociedad en su conjunto,
sea parte activa en su solución.
Aumentar las capacidades y habilidades personales de resistencia a la oferta
de drogas y a los determinantes de los comportamientos problemáticos relaciona-
dos con las mismas.
Retrasar la edad de inicio del contacto con las drogas.
Disminuir el consumo de drogas legales e ilegales.
Garantizar una asistencia de calidad y adaptada a sus necesidades, a todas
aquellas personas directa o indirectamente afectadas por consumo de drogas.
Reducir o limitar los daños ocasionados a la salud de las personas que consumen
con la participación del Foro “La Sociedad ante las Drogas” y la de otros órganos
representativos como son la Comisión Nacional de Prevención y Tratamiento de
las Drogodependencias en el Ámbito Laboral, o la Comisión Clínica y el Grupo de
Atención Primaria en el ámbito asistencial sanitario. Especial atención merecen las
asociaciones de personas afectadas por adicciones, tanto directa como indirecta-
mente.
Se deben potenciar, también, las relaciones de coordinación con otros agentes
implicados, como: el Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud; el co-
rrespondiente órgano de coordinación estatal de los servicios sociales (en cuanto
a las políticas de apoyo y reinserción); los de educación, los de trabajo (políticas
de reinserción laboral y de prevención de riesgos laborales); los responsables de
la coordinación de las políticas penitenciarias; las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad
(en cuanto a las políticas de represión y control del tráfico y venta de drogas); el Mi-
nisterio de Economía y Hacienda, en cuanto a las políticas de fiscalidad de drogas
legales, etc.
Finalmente, es preciso seguir potenciando y mejorando la cooperación con los
agentes sociales (patronales y sindicatos) así como con los profesionales (socieda-
des científicas y órganos de representación de las distintas disciplinas académicas
y profesionales implicadas).
En todo caso, las relaciones de coordinación establecidas en el plano estatal
deben extenderse a cada uno de los ámbitos autonómicos y locales, desde donde
se llevan a cabo las intervenciones sobre las poblaciones y las personas.
Entre los elementos de actuación que se requieren para mejorar y reforzar la
coordinación cabe señalar:
Elaboración de criterios comunes para el establecimiento operativo de prio-
ridades y para la formulación de los objetivos de los programas de prevención,
protección y control.
Definición de papeles y actividades de los agentes participantes, así como de
los compromisos de colaboración a compartir.
en su solución.
En segundo lugar, aumentar las capacidades y habilidades personales de resis-
tencia a la oferta de drogas y a los determinantes de los comportamientos proble-
máticos relacionados con las mismas, es decir, promover el desarrollo de recursos
propios que faciliten las actitudes y las conductas de rechazo, que serán distintas
según el tipo de droga y el ámbito y nivel de la intervención.
Y, en tercer lugar, conseguir retrasar la edad de inicio del contacto con las
drogas, dado que además de acortar el tiempo potencial de exposición, cuanto
mayor es la edad de las personas que entran en contacto con las drogas, menor
es la probabilidad de desarrollar problemas de adicción y de padecer otro tipo de
consecuencias indeseables.
Es preciso diferenciar y considerar separadamente los objetivos y las actuacio-
nes dirigidos al «consumo habitual» y al «consumo ocasional», no porque uno tenga
mayor importancia que el otro, que la tiene, sino porque las circunstancias que los
rodean suelen ser distintas y, por lo tanto, también su abordaje.
También hay que tener en cuenta que, aun cuando el propósito sea el mismo y
algunas intervenciones, básicamente educativas e informativas, puedan compartir-
se, las circunstancias que afectan a la exposición y al consumo de drogas legales,
medicamentos y sustancias eventualmente adictivas de fácil acceso, son diferentes
que las correspondientes a las drogas ilegales.
La prevención del consumo es el ámbito clave sobre el que se apoya la nueva
Estrategia 2009-2016. En este sentido, y como ya se ha apuntado anteriormente,
resulta fundamental tener presente los siguientes aspectos estratégicos:
Fortalecer y ampliar el desarrollo y aplicación de políticas y programas de
protección y control, prestando especial atención a aquellas personas y grupos
poblacionales expuestos a un mayor número de factores de riesgo y, por tanto,
particularmente susceptibles a desarrollar problemas en relación con las drogas.
Profundizar en la adopción de medidas políticas, programas y actuaciones con
base en la evidencia científica.
durante las últimas décadas y que han supuesto una transformación de su estruc-
tura. Es, además, una de las referencias más sólidas para los adolescentes que, en
general, la consideran, junto con los amigos, entre los ámbitos más importantes de
su vida.
De acuerdo con ello, deben facilitarse las actuaciones que impliquen una
mejora de las competencias educativas y de gestión familiar, así como aquellas que
faciliten el incremento de la cohesión familiar y refuercen la resistencia de todo el
núcleo familiar, especialmente de los miembros más jóvenes, a la exposición y el
consumo.
Debe promoverse, asimismo, el desarrollo transversal de la participación social
de las familias, potenciar las redes informales existentes entre éstas, así como
reforzar y facilitar al máximo la participación familiar en los centros educativos.
La información y los programas y actividades a desarrollar se adaptarán a las
circunstancias y condiciones culturales y sociales de los diversos tipos de familia.
c) Población infantil, adolescentes y jóvenes: Se trata de sectores de la
población que por diversas razones (situación en la etapa de desarrollo hacia la
madurez, especial vulnerabilidad a los estímulos hacia el consumismo en general,
curiosidad ante las novedades, etcétera), pueden verse afectado en mayor medida
en relación con el uso de drogas.
De otro lado, cabe señalar que son los adolescentes y los jóvenes quienes
más participan en los denominados «consumos recreativos» de drogas como el
cánnabis o el alcohol y, en menor medida, la cocaína. Es imprescindible contar con
ellos, tanto a la hora de aplicar las actuaciones preventivas, como incluso en el
diseño y elaboración de las mismas.
d) La comunidad educativa: La comunidad educativa, en su acepción más
amplia, constituye, junto a la familia, la instancia más importante para la socializa-
ción de las personas. Para optimizar los resultados de la educación sobre drogas
es imprescindible, tanto la implicación de los tres elementos que constituyen la
comunidad educativa (alumnado, familias y profesorado), como la adecuada coor-
dinación entre los mismos y con los recursos sociales y sanitarios existentes en el
territorio local.
Por tanto, será necesario conseguir un alto grado de interrelación entre las
actuaciones que se lleven a cabo desde los ámbitos social, sanitario y educativo, así
como buscar y facilitar al máximo la colaboración y complicidad de las Asociaciones
de Madres y Padres de Alumnos y del personal docente, para la potenciación de la
educación en valores y en la promoción y educación para la salud en general.
e) La población laboral: La población laboral incluye a una capa muy amplia de
la sociedad (población activa) y posee unas características comunes: estructuración
social, espacial, temporal, recursos humanos, técnicos y económicos. Estas carac-
terísticas no sólo facilitan y favorecen la intervención preventiva sino que, además,
contribuyen de forma muy positiva a alcanzar objetivos preventivos, tanto en su
propio medio como en el conjunto de la comunidad, además de facilitar la integra-
ción social.
Las actividades desarrolladas con población laboral han de regirse por el
enfoque de salud integral que propugna el Plan Nacional sobre Drogas y deben
contemplarse incardinadas como parte del desarrollo de la Ley de Prevención de
Riesgos Laborales.
El abordaje de la prevención del consumo de drogas en el ámbito laboral
requiere de estrategias y actuaciones específicas en las que son necesarias la im-
plicación tanto de las empresas como de los trabajadores y sus representantes
(sindicatos), conjuntamente con los servicios de prevención de riesgos laborales.
En este sentido, se considera muy importante el papel que deben desarrollar las
Comisiones para la Prevención y el Tratamiento de las Drogodependencias en el
Ámbito Laboral, tanto en su acepción estatal como autonómica.
En relación con este apartado, conviene referirse a lo que se conoce como
Responsabilidad Social Corporativa o Responsabilidad Social de la Empresa. Con
ella se alude al conjunto de obligaciones y compromisos, legales y éticos, tanto
nacionales como internacionales, que se derivan del impacto que la actividad de
las empresas producen en los ámbitos social, laboral, medioambiental y de los
Los objetivos a los que deben dirigirse las intervenciones en este ámbito son:
evitar que el consumo experimental y el uso esporádico se conviertan en uso con-
tinuado y, sobre todo, reducir o limitar los daños ocasionados a la salud de las
personas que consumen drogas y, en general, los efectos socio sanitarios indesea-
bles relacionados con su uso.
Las actividades que deben mantenerse y las que deberán mejorar en el marco
de esta Estrategia son distintas cuando se relacionan tanto con los riesgos como
con los daños producidos por el consumo de drogas legales, medicamentos y sus-
tancias eventualmente adictivas de fácil acceso, que cuando se refieren al consumo
de drogas ilegales, aunque, no obstante, comparten algunos aspectos.
Poblaciones diana:
Es razonable afirmar que la sociedad en su conjunto debe tener una información
adecuada y suficiente sobre la intención, las características y la sólida evidencia de
efectividad que informa aquellos programas y actividades dirigidos a disminuir los
riesgos y reducir los daños que ocasiona el consumo de drogas. Al mismo tiempo,
es preciso enfatizar la necesidad de velar para que programas, campañas y mate-
riales específicos, no acaben utilizándose en contextos inadecuados (por ejemplo,
con población general).
Los grupos de población beneficiarios de estos programas y actividades son:
Sectores de población consumidores de drogas, no susceptibles de inclusión
en programas encaminados a la abstención del consumo.
Consumidores de heroína de larga duración.
Entornos de población en situación de marginalidad o exclusión social (por
ejemplo, personas que viven en barrios marginales, grupos vinculados a los
«mercados de las drogas», personas internas en centros penitenciarios, etc.).
Grupos de población que frecuentan entornos y participan en situaciones
donde existe una especial facilidad para el consumo (por ejemplo, concentraciones
juveniles en contextos de ocio y fiesta, discotecas, etc.).
nales como por el propio paciente y el entorno familiar y social que le rodea.
Se debe tener en cuenta que, para muchas personas, el problema no es única
y exclusivamente el abandonar el consumo de una determinada sustancia, sino
otras circunstancias: policonsumos, enfermedad mental, precariedad económica,
desarraigo social, laboral y/o familiar, y en general ruptura o inexistencia de vínculos
sociales integradores. En este sentido, se debe prestar una especial atención a la
potenciación y mejora de los recursos de inserción social para aquellas personas
que abandonan las instituciones penitenciarias.
Asimismo, es fundamental reforzar los mecanismos que promueven la «no des-
vinculación» de las personas en tratamiento de su medio laboral y, en todo caso,
que faciliten la reinserción en el mismo. Se hace necesaria una atención integral
y coordinada dirigida a la incorporación social de la persona, al acceso y disfrute
de los derechos sociales básicos (vivienda, empleo, educación, salud, protección
social, etc.), que, además, tenga en cuenta los distintos perfiles de las personas, no
sólo desde las carencias, sino, sobre todo, desde sus potencialidades y capacida-
des, lo que exige la diversidad y personalización en la atención, acompañamiento
y tratamiento.
Poblaciones diana:
En este apartado, los sectores de población sobre los que se debe trabajar
son:
Personas con problemas de adicción que se hallan en tratamiento en los
diversos recursos de la red pública o específica de atención (centros ambulatorios,
comunidades terapéuticas, etc.).
Personas que consumen drogas y que acuden a la red sanitaria general por
problemas relacionados con su consumo o por otros problemas de salud.
Personas con problemas de adicción o que han logrado la abstinencia y, en
ambos casos, se hallan en vías de inserción social (laboral, formativa, etc.).
Personas que se hallan internas en centros penitenciarios o están siguiendo
ANEXO _______________________________________________________
PLANES AUTONÓMICOS DE DROGODEPENDENCIAS.
GALICIA
PLAN DE GALICIA SOBRE DROGAS
CONSEJERÍA DE SANIDAD
Edificio Administrativo San Lázaro, s/n
15783 Santiago de Compostela -A Coruña-
Teléfonos: 981 54 18 55 y 981 54 18 56
Fax: 981 541865
ASTURIAS
UNIDAD DE COORDINACIÓN DEL PLAN DE DROGAS PARA ASTURIAS
CONSEJERÍA DE SALUD Y SERVICIOS SANITARIOS
C/ Ciriaco Miguel Vigil, nº 9. 33006 Oviedo
Teléfono: 985 668 153. Fax: 985 668 152
E-mail: drogas@asturias.org
Página web: www.princast.es/pls/portal301/url/page/PAG_SANIDAD/PAG_SAN_PREV_DROGAS_FP
CANTABRIA
DIRECCIÓN GENERAL DE SALUD PÚBLICA -
SERVICIO DE DROGODEPENDENCIAS
Consejería de Sanidad y Servicios Sociales
PAIS VASCO
DEPARTAMENTO DE VIVIENDA Y ASUNTOS SOCIALES
DIRECCIÓN DE DROGODEPENDENCIAS
C/ Donostia-San Sebastián, 1
01010 Victoria-Gasteiz
Teléfono: 945 018 104
Páginas web: www.gizartegaiak.ej-gv.net // www.drogomedia.com
NAVARRA
PLAN FORAL DE DROGODEPENDENCIAS. DIRECCIÓN TÉCNICA
CONSEJERÍA DE SALUD
C/ Amaya , 2ª A, PTA. BAJA
31002 Pamplona
Teléfonos: 848 421438 / 848 421439 / 848 421440 / 848 421441 / 848 421443
Fax: 848 42 35 10
E-mail: pfdrogod@cfnavarra.es
ARAGÓN
SECCIÓN DE DROGODEPENDENCIAS DE LA DIRECCIÓN GENERAL
DE SALUD PÚBLICA
CONSEJERÍA DE SALUD Y CONSUMO
C/ Ramón y Cajal, 68
50004 Zaragoza
Tfno: 976 714591
Fax: 976 714338
E-mail: cbaranguan@aragon.es
CATALUÑA
SUBDIRECCIÓN GENERAL DE DROGODEPENDENCIAS
DEPARTAMENTO DE SALUD
Roc Boronat, 81-85
08005 Barcelona
Teléfono: 93 551 35 88 // Atención al público 93 412 04 12
Página web: www.gencat.cat/salut/depsan/units/sanitat/html/ca/alcohol/index.html
A RIOJA
COMISIONADO REGIONAL PARA LA DROGAS
CONSEJERÍA DE SALUD
C/ Gran Vía Juan Carlos I, 18-8º
26071 Logroño
Teléfono: 941 291870
Fax: 941 291871
E-mail: comisionado.drogas@larioja.org
Página web: http://infodrogas.riojasalud.es/
CASTILLA Y LEÓN
COMISIONADO REGIONAL PARA LA DROGA
CONSEJERIA DE FAMILIA E IGUALDAD DE OPORTUNIDADES
C/ Mieses, 26
47071 - VALLADOLID
Teléfono: 983 41 23 31 y 983 41 22 72
Fax: 983 41 24 29
Página web:www.jcyl.es/scsiau/Satellite/up/es/Familia/Page/PlantillaN2DGLemaBuscadores/1132826308792/_/_/_
EXTREMADURA
SECRETARÍA TÉCNICA DE DROGODEPENDENCIAS
CONSEJERÍA DE SANIDAD Y DEPENDENCIA
Avda. de las Américas, nº 2
06800 Merida
Teléfono: 924 382770 // Atención al público: 900 210994
Fax: 924 382769
MADRID
AGENCIA ANTIDROGA DE LA COMUNIDAD DE MADRID
CONSEJERÍA DE SANIDAD Y CONSUMO
C/ Julián Camarillo, 4-B
28037 Madrid
Teléfonos: 91 426 95 60 y 91 426 95 58 // Atención al público: 901 350350
Fax: 91 426 95 66
Página web:
www.madrid.org/cs/Satellite?idConsejeria=1109266187266&idListConsj=11092654447
10&c=CM_Agrupador_FP&pagename=ComunidadMadrid%2FEstructura&idOrganismo=110
9266228185&language=es&cid=1109266187266
CASTILLA-LA MANCHA
DIRECCIÓN GENERAL DE PLANIFICACIÓN Y ATENCIÓN
SOCIOSANITARIA
CONSEJERÍA DE SANIDAD
Pza. Zocodover, 7- 1º
45005 Toledo
Teléfono: 925 389 200
Página web: www.jccm.es/sanidad/salud/index.htm
COMUNIDAD VALENCIANA
DIRECCIÓN GENERAL DE DROGODEPENDENCIAS
CONSEJERÍA DE SANIDAD
Guardia Civil, 30 entlo.
46020 Valencia
Teléfono: 963870392. Fax: 963870354 // Atención al público 900 161515
ANDALUCÍA
COMISIONADO PARA LAS DROGAS
CONSEJERÍA PARA LA IGUALDAD Y BIENESTAR SOCIAL
C/ Héroes de Toledo, 14. Edificio Junta de Andalucía
41006 Sevilla
Teléfonos: 95 5048323 y 95 5048333 // Atención al público: 900 845 040
Página web: www.juntadeandalucia.es/igualdadybienestarsocial/export/Drogodependencia/HTML/index.html/
MURCIA
CONSEJERIA DE SANIDAD
Secretaría Autonómica de Atención al Ciudadano, Ordenación Sanitaria y
Drogodependencias
Ronda de Levante, 11. 30008 Murcia
Teléfonos: 968 365 849 y 968 367 831
Atención Prevención: 968 366 822
Atención Asistencia: 968 365 813
Observatorio Regional sobre Drogas: 968 368 969
CANARIAS
DIRECCION GENERAL DE ATENCIÓN A LAS DROGODEPENDENCIAS
CONSEJERÍA DE SANIDAD
Rambla General Franco, nº 53
38071 Santa Cruz de Tenerife
Teléfono: 922.474.669
Fax: 922.474.36
BALEARES
PLAN AUTONÒMIC DE DROGUES
CONSELLERIA DE SALUT I CONSUM
C/ Zuloaga, nº 2
07005 Palma de Mallorca
Teléfono: 971 47 30 38 Fax: 971 47 33 85
E-mail: pladrogues@dgsanita.caib.es
Página web: www.infodrogues.caib.es
CEUTA
PLAN SOBRE DROGAS Y SIDA
CONSEJERÍA DE SANIDAD Y BIENESTAR SOCIAL
C/ Juan de Juanes, nº 4
51002 Ceuta
Teléfonos: 956 503 359 (centralita) y 956 507 541 (Unidad Administrativa)
MELILLA
COMISIONADO AUTONÓMICO PARA EL PLAN DE DROGAS
CONSEJERÍA DE BIENESTAR SOCIAL Y SANIDAD
Carlos Ramírez de Arellano, nº 10
52004 Melilla
Teléfono: 952 699 301
Fax: 952 699 302
también hay que resolver los problemas técnicos que se derivan de tratar de influir
sobre dichos factores.
La palabra PREVENCIÓN se define como la acción o efecto de prevenir. En su
segunda acepción, preparación o precaución para evitar un riesgo y la provisión de
mantenimiento o de otra cosa. Diccionario Julio Casares.
Si nos adentramos en el significado de la prevención del consumo de drogas,
como señala Martín (1995), se entiende como “un proceso activo de implementación
de iniciativas tendentes a modificar y mejorar la formación integral y la calidad de
vida de los individuos, fomentando el autocontrol individual y la resistencia colectiva
ante la oferta de drogas”.
La actuación preventiva será toda acción tendente a evitar o disminuir el
consumo de drogas o a paliar los efectos que el consumo de drogas produce en
los consumidores, sus familias y allegados y en la sociedad en general, todo ellos
actuando desde y sobre la propia sociedad y sobre los individuos, buscando la
potenciación de los propios recursos personales y comunitarios y la promoción de
unas personas y unos grupos sociales más libres, más seguros y más solidarios
ante los problemas de las drogas.
La prevención se consolida como una herramienta fundamental con la que
evitar o retrasar los comportamientos de abuso de drogas. Algunos de su objetivos
más importantes son:
• Educar a los individuos para que sean capaces de mantener relaciones
responsables con las drogas.
• Retrasar la edad de inicio del consumo.
• Modificar aquellas condiciones del entorno socio-cultural que favorecen el
aprendizaje del uso de drogas.
• Intervenir en las causas del malestar individual, bien modificando aquello
que los produce, bien ayudando al sujeto a superarlo.
• Ofertar alternativas de vida saludable.
Para llevar a cabo con éxito cualquier programa de prevención conviene tener
en cuenta, entre otras, las siguientes consideraciones:
• El uso de drogas varía entre individuos, generaciones, subculturas y socie-
dades. Existen diferencias en las propias sustancias, en las formas de consumo, en
las motivaciones y expectativas, ...
• No se da una relación simple causa-efecto; ésta viene determinada por
el individuo (su esquema de valores, creencias, grado de madurez, ...) su familia,
grupo de iguales, escuela, cultura, religión, medios de comunicación, etc.
• Todo comportamiento se produce en un contexto socio-cultural concreto
dentro del cual cobra sentido. Así, el significado que una determinada sociedad
otorga a la utilización de drogas será más importante a la hora de valorar el problema
que el propio consumo de las mismas.
A pesar de tener en cuenta para la prevención todo esto, es muy importante
tener en cuenta en cualquier tipo de drogadicción el producto utilizado. Además del
producto, se requiere todo un conjunto de factores a través de los que se despierta
el interés del sujeto por su consumo, que facilitan el acceso al mismo, y que deter-
minan un tipo de uso que acabará en la adicción.
En una drogodependencia, el producto en sí mismo, sea el alcohol, tabaco,
cocaína.., es sólo uno entre los muchos factores que conducen a la adicción. Hay que
tener muy presentes otros factores como son la propia personalidad del individuo, la
presión grupal, las modas, el ambiente permisivo... Es decir, que los descubrimien-
tos sobre el funcionamiento de los receptores cerebrales, las enzimas diversos que
intervienen en la metabolización de las drogas o las acomodaciones del organismo
ante el tóxico, pueden tener alguna importancia en el tratamiento de las adicciones,
pero tienen poco peso a la hora de plantear un programa preventivo.
En materia de prevención de drogas, las intervenciones que se centran en el
producto se basan en planteamientos que se han mostrado inadecuados tanto en
lo que se refiere a la etiología de las drogadicciones, como en lo que concierne a la
diadores sociales, etc.). Reformular dicha demanda puede dar pie al tratamiento de
otras cuestiones más generales e inespecíficas: educación de los hijos, comunica-
ción entre estos y los padres, cómo influye la publicidad,...
• Del mismo modo, es conveniente la especificidad para disipar estereoti-
pos, información errónea o insuficiente. Ofrecer contenidos concretos y razonados,
ajustados al receptor, no tiene porqué resultar negativo.
• Por otro lado, en lo que se refiere a evaluación, hay quien opina que a
los métodos más específicos se les exigen resultados inequívocos, mientras que a
algunas intervenciones inespecíficas simplemente se les supone eficacia aunque
en la práctica no lleguen a demostrarlo (Comas D. 1992).
En la actualidad se puede afirmar que los programas europeos están tratando
de conseguir un mayor grado de especificidad y concreción, sin perder la visión
integral de la etiología y dinámica del uso - abuso de drogas y sin renunciar a ese
esfuerzo de contextualizar las actuaciones preventivas dentro de los ámbitos, por
ejemplo, de la educación para la salud (Calafat A. en Becoña E., 1995).
B) Prevención inespecífica: Se centra en el desarrollo de programas
generales de promoción de las salud, el desarrollo personal y social, las alternativas
de ocio y tiempo libre y el fomento del asociacionismo. Es decir, a través de diferen-
tes propuestas, se intentan potenciar actividades que son positivas en sí mismas y
de las que se puede esperar que ayuden a disminuir las situaciones y conductas de
riesgo respecto al consumo de drogas.
“Es inespecífica porque el destinatario no es consciente de que se están traba-
jando con él las problemáticas relacionadas con el uso de drogas y su prevención.
Para el planificador sí es específica porque se persiguen claramente objetivos de
descenso en el uso de drogas, aunque de forma complementaria se produzcan
otros avances en el desarrollo del individuo y/o la comunidad” (GID, 1995).
Aunque el propio Calafat (1995), que no hay que renunciar a una posible síntesis
entre una y otra, la prevención debe ser fundamentalmente específica, evaluable y
claramente dirigida al objetivo que se pretende y a una población diana claramente
Ámbitos de prevención:
En este apartado se describen los espacios institucionales o contextos sociales
en los que se pueden desarrollar intervenciones preventivas. Cada uno de los
ámbitos tiene relación con los demás y por ello, es necesario desarrollar estrategias
preventivas en paralelo.
del modelo de salud que está transmitiendo, debiendo considerar la salud, como
algo que va más allá de la enseñanza de comportamientos individuales para evitar la
enfermedad física, y que incluye también, el bienestar mental y social del individuo.
De este modo, se considera que una persona está sana cuando mantiene un equili-
brio adecuado entre todo lo relacionado con su físico, con su mente y con su forma
de relacionarse.
Asimismo, en el seno familiar y en base a un proceso de imitación, tiene su
origen el aprendizaje de competencias sociales. A medida que se avanza evoluti-
vamente, este comportamiento mimético dará paso a otro tipo de mecanismos más
complejos, pero perdurará, en mayor o menor medida, dependiendo de la capacidad
de autonomía que se adquiera. Desde esta posición, se plantea la importancia de
analizar y valorar todos aquellos aspectos que, de forma intencional o no, se trans-
miten en la familia y que van impregnando la cultura de los hijos.
A su vez, la familia, como grupo social de convivencia, se rige en torno a unas
normas. Éstas surgen con la finalidad de generar entendimiento en la vida de la
familia, permiten repartir las funciones y responsabilidades que hacen operativa
la marcha familiar. Las normas necesitan ser respetadas y para ello, requieren del
derecho y el deber del ejercicio de autoridad de los padres, de tal forma que el
ejercicio de autoridad firme y razonable hará que la convivencia familiar sea fluida y
tenga la capacidad para generar espacios de libertad individual.
La organización y el adecuado engranaje de estos tres elementos va a permitir,
que los padres reflexionen acerca de su responsabilidad en la prevención del
consumo de drogas en la familia, así como en las actuaciones que para ello puedan
poner en marcha. No se debe olvidar que el ámbito familiar cuenta con una capacidad
natural y unas fortalezas propias que le convierten en un espacio privilegiado para la
prevención del consumo de drogas. Sus cualidades principales son:
• La familia es la forma más elemental de sociedad humana y desempeña un
papel fundamental en la transmisión de información y experiencias, valores y reglas
de conducta, de generación en generación, proporcionando a los hijos perspectivas
positivas para la vida.
tiempo libre son espacios en los que el consumo está presente. Por esto, desde
hace años los expertos en drogodependencias constatan y reiteran la necesidad de
generar espacios de ocio alternativos a la cultura de consumo de drogas.
El ocio reúne una serie de condiciones que le designan como marco idóneo
para la prevención del consumo de drogas porque es un espacio:
• Elegido voluntariamente, lo que predispone positivamente a las personas
que participan en él.
• Donde los procesos educativos están y se dan sin el carácter formal que el
marco escolar confiere, convirtiéndose en un lugar excepcional para la formación.
• De aprendizaje e interacción social y desarrollo personal, donde se puede
aprender habilidades sociales que contribuyen al desarrollo de la personalidad.
• Que puede ser un catalizador de las relaciones entre los individuos que en
otros espacios tienen dificultades de integración y en éste pueden realizar procesos
de aprendizaje que contribuyan a una incorporación social más amplia.
El ocio y el tiempo libre es un importante espacio desde el cual desarrollar
actuaciones dirigidas a la prevención de los consumos de drogas, que puede ser
trabajado en el ámbito escolar aunque también en otros como el familiar o el aso-
ciativo, etc.
e) Ámbito laboral: No cabe duda de que el contexto laboral es un ámbito
de socialización más para las personas. El lugar y el tiempo de trabajo no pueden
separarse radicalmente de las otras dimensiones de la vida de las personas. Lo
que somos y lo que vivimos, inevitablemente afecta a nuestra forma de trabajar.
También, a su vez, las circunstancias laborales inciden de forma inevitable en el
resto de nuestra vida. Por eso, sabemos que los problemas de orden psicosocial
que puedan afectar a lo laboral van a venir condicionados siempre por las circuns-
tancias (por factores de riesgo) de diverso tipo: familiares, sociales y personales. Y
al revés: lo laboral puede suponer un riesgo, o una protección, para otros aspectos
de la vida. La prevención en el marco laboral, por tanto, hay que desarrollarla de
forma paralela y conjunta con el resto de los ámbitos.
(1997).
• La incidencia de las drogas en el medio laboral en Canarias (1998)
f) Ámbito de la comunicación social: El creciente protagonismo que los medios
de comunicación social tienen como transmisores de información (también de la
referida a las drogas) y como generadores de opiniones y discursos sociales, ha
hecho de éstos un sector estratégico de la intervención preventiva.
La colaboración de los medios de comunicación puede resultar clave en la mo-
dificación de ciertas actitudes y percepciones sociales hacia las drogas (que facilitan
su uso y abuso) y los consumidores, de determinados valores y hábitos sociales
que actúan como factores de riesgo en relación con los consumos de drogas. La
colaboración de los medios de comunicación también puede ser fundamental para
reforzar otras estrategias preventivas que se desarrollen en diferentes escenarios
o ámbitos.
Estrategias de prevención.
De los conceptos señalados anteriormente se derivan distintas estrategias de
intervención en el ámbito preventivo. El modelo teórico imperante en la concepción
del fenómeno de las drogodependencias determinará, en gran medida, el tipo de
intervención que se realice en cada momento. A continuación se exponen las estra-
tegias más reconocidas en la actualidad:
1) Estrategias informativas; En cualquier intervención en prevención, la in-
formación es una condición necesaria aunque, por sí sola, no suficiente. Debe estar
acompañada de otras estrategias, por ejemplo, la formación.
Con la experiencia en prevención y el transcurso del tiempo, se han ido detec-
tando algunos errores referidos a esta estrategia; así, las campañas informativas
dirigidas al público de manera indiscriminada y poco objetiva, basadas además en
el recurso al miedo – “La droga mata” – fueron generalizadas en diversos medios
de comunicación. Tal y como indica Macía Antón (1995) sobre estas intervenciones,
de difícil evaluación, recayó la sospecha de resultar contrapreventivas al vulnerar
principios elementales bien conocidos sobre comunicación y persuasión.
Cuando los colectivos destinatarios están sensibilizados, bien porque las drogas
les preocupan, las viven como un riesgo próximo o bien porque se han sensibilizado
a través de campañas, la información constituye un eslabón más en la educación
preventiva del uso de drogas. Pero para que la información influya en un compor-
tamiento debe englobarse en un proceso activo de aprendizaje, en el marco de un
programa integral de prevención.
No obstante, para que la información sobre drogas tenga un carácter preventi-
vo, conviene tener en cuenta que:
• La información debe ser objetiva, veraz y realista
• Es importante no dramatizar. Recurrir al miedo puede ser ineficaz e incluso
contraproducente
• La información debe estar adaptada a la edad, capacidad de comprensión,
experiencia previa y expectativas de los destinatarios
• Se deben resaltar las ventajas de no consumir drogas antes que enfatizar lo
negativo de su consumo
• Es necesario responder siempre a las demandas de información pero no
hay que lanzar mensajes continuamente
• Es importante buscar el momento y el lenguaje adecuados para informar
sobre este tema
Las campañas de sensibilización que la FAD (Fundación de ayuda a la dro-
gadicción) ha realizado a largo de estos años, han ido variando en paralelo a la
evolución del consumo de sustancias y la percepción social del mismo en España.
Las campañas de sensibilización pueden predisponer a los destinatarios hacia un
interés por saber más sobre el fenómeno de las drogas y, por tanto, a buscar infor-
mación.
2) Estrategias formativas: La educación sobre drogas parece ser la vía más
eficaz para prevenir su abuso y la formación de profesionales y mediadores es una
de las medidas preventivas más necesarias y eficaces. Se trata de una forma de
de llegar a la mayor parte de los ciudadanos. Además, como señala el estudio del
Grupo Interdisciplinar sobre Drogas acerca de la reducción de la demanda de las
mismas en España, con importantes segmentos de la población se trabaja más
allá de la información o sensibilización, proporcionándoles formación específica y
procurando la corrección de potenciales factores de riesgo. (G.I.P. en Plan Nacional
sobre Drogas, 1997).
• Cada vez más se cuenta con voluntarios y profesionales bien formados
para la tarea de prevenir.
• En el diseño y aplicación de los diversos programas se constata una evolución
hacia planteamientos más eficaces y operativos. Algunos rasgos que reflejan esta
evolución quedan de manifiesto en los siguientes aspectos: se reconoce que el
problema fundamental se refiere a las sustancias legales y socialmente admitidas;
la prevención se enmarca en el concepto de educación para la salud y con una
visión positiva; se reconoce que prevenir es una responsabilidad compartida y no
tarea exclusivamente de profesionales; se asume que la disponibilidad de drogas
es inevitable, por lo que hay que fomentar la toma de decisiones libre y responsable
hacia el no consumo, etc.
• Se constatan ciertos cambios en las actitudes de la población que suponen
una tendencia positiva: existe una mayor concienciación frente al consumo de
tabaco y alcohol; cada vez se recurre menos a las vías de administración de drogas
más dañinas; se ralentizan las cifras de consumidores habituales de sustancias
como heroína y cocaína; la sociedad ha comenzado a reducir sus índices de alarma
reflejándose una visión más madura y reflexiva, etc.
• Se ha aprobado el Real Decreto 1911/99 a través de cual se establece
el compromiso en el desarrollo de la “Estrategia Nacional sobre Drogas” 2000 –
2008, cuya finalidad es la de actualizar el Plan Nacional sobre Drogas, orientando,
impulsando y coordinando las diferentes actuaciones en materia de drogas que
se desarrollen en España en el periodo establecido. Debe servir de marco de re-
ferencia para el establecimiento de la necesaria cooperación y coordinación entre
las diferentes Administraciones Públicas y las Organizaciones no Gubernamentales
Quien debe tomar estas medidas es la sociedad en su conjunto; cada uno puede
hacer cosas distintas. Padres y madres, profesores, jueces, policías, profesionales
de los medios de comunicación.... todos pueden aportar algo.
Los principales agentes preventivos son; escuela, familia y comunidad y su
papel fundamental en la prevención es:
Desde el medio escolar, como profesores; pueden actuar sobre el clima general
del centro, el proceso de formación de los alumnos, el modo en que se relacionan
entre ellos o los conocimientos que tienen sobre las drogas.
Desde el medio familiar; la familia sirve de modelo para el aprendizaje de
conductas, actitudes y valores. Debe orientar y apoyar el proceso de desarrollo
desde la infancia favoreciendo el proceso de crecimiento y maduración. Debe
cooperar en las estructuras de participación (AMPAS, consejos escolares, asocia-
ciones de vecinos) para mejorar los recursos e intentar solucionar los recursos e
intentar solucionar los problemas que surjan en la comunidad.
Desde el medio social; la comunidad puede y debe fomentar conductas saluda-
bles en la comunidad. Puede movilizar y coordinar los servicios existentes de cara
a realizar actuaciones preventivas. Puede formar a distintos agentes sociales en
materia de prevención de drogas. Puede mejorar, canalizar y aumentar las activida-
des de ocio y tiempo libre. Puede promocionar el no consumo de drogas.
Son innumerables las clasificaciones de las distintas modalidades de preven-
ción, algunas más afortunadas que otras. Términos como específica o inespecífica,
primaria o secundaria son de uso frecuente en los manuales de prevención. Todos
estos tipos de prevención los hemos visto anteriormente.
La prevención la podemos hacer atendiendo a distintos criterios así tenemos:
- Según sus objetivos: Los programas preventivos que tratan de eliminar
patrones de consumo patológicos. Los que intentan evitar el paso de la experi-
mentación al consumo continuado. Los que pretenden evitar cualquier tipo de de
consumo. Los que buscan retrasar la edad de inicio. Los que intentan controlar
las circunstancias del consumo de drogas. Los que provocan atenuar aquellos
factores (propios del individuo o de su entorno) que incrementan los riesgos de sufrir
problemas de drogas.
- Según sus destinatarios; Población general, minorías, jóvenes, población
escolar, familias, población laboral, mujeres..
- según estrategias; informativas, generadoras de alternativas, educación
socio-afectiva, entrenamiento en habilidades...
violencia entre los miembros de la familia); el uso de drogas por parte de los padres,
actitudes permisivas con respecto al uso de sustancias; la asociación con compa-
ñeros consumidores de drogas, fuerte implicación emocional con respecto al grupo
de iguales; la identificación con grupos no convencionales; y, el fracaso escolar, un
bajo rendimiento escolar o el abandono temprano de la escuela.
Desde mi Formación y mi práctica entiendo que una de las visiones más
globales y completas, a la vez que acertada y cercana a nuestra realidad es la que
realiza Becoña (2002) a partir de los datos del CSAP (2001) y que reflejo a conti-
nuación en el siguiente cuadro.
FACTORES DE
DOMINIO FACTORES DE RIESGO PROTECCIÓN
-No fácilmente
influenciables por los
iguales.
-Historia familiar de conductas de alto -Apego.
riesgo.
-Creencias saludables
-Problemas de manejo de la familia. y claros estándares de
conducta.
-Conflicto familiar.
Familia. -Altas expectativas
-Actitudes parentales e implicación en la parentales.
conducta problema.
-Un sentido de confianza
básico.
-Dinámica familiar
positiva.
-Temprana y persistente conducta -Oportunidades para la
antisocial. implicación prosocial.
-Clima instruccional
positivo.
FACTORES DE
DOMINIO FACTORES DE RIESGO
PROTECCIÓN.
-Discriminación. -Descenso de
accesibilidad.
SOCIEDAD.
-Incremento del
precio a través de los
impuestos.
-Aumentar la edad de
compra y acceso.
Leyes
Fomento y /o apoyo a las iniciativas sociales. Como base para lograr una
mayor implicación social.
Implicación de los diferentes sectores de la sociedad, familias, educadores,
empresarios, políticos, técnicos,... como base de la intervención comunitaria.
Formación e información de mediadores. Siendo el medio más efectivo para
llegar a un mayor número de población.
los padres, así como resolver problemas, controlar sus impulsos, afrontar las frus-
traciones, limitaciones y fracasos. Esto lleva luego a la inmediata gratificación y a la
incapacidad de retrasar el retuerzo. Hay por tanto, un problema de autocontrol de
la conducta. También distintas circunstancias de la vida son importantes factores de
riesgo, como los trastornos psiquiátricos, fracaso escolar, abuso sexual, violencia,
no tener hogar, vivir en una familia donde se abusa de sustancias, desempleo,
problemas emocionales. Junto a todo esto tener amigos que consuman drogas.
Otro hecho que a veces se ha olvidado es el análisis de la problemática de las
drogodependencias de modo separado. Es habitual encontrar mucha información
para el alcohol y el tabaco. El análisis independiente de estas sustancias lleva a que
luego sea difícil integrar lo obtenido separadamente en década una de ellas para
lado juntas, y más cuando añadimos otra como la marihuana, las drogas de síntesis
y otras. Este es otro aspecto que exigirá en el futuro una mayor clasificación. Orte
(1993) indica toda una serie de factores que hacen difícil y compleja la comprensión
de los factores causales en el consumo de sustancias. Son los siguientes:
1) es posible hacer uso de las drogas de forma independiente o bien junto con
otras, por lo que pueden encontrarse personas que consumen una sola sustancia o,
lo que es más común que mezclen varias de ellas a la vez.
2) Los usuarios de drogas no llegan al consumo crónico o al abuso de forma
repentina sino que experimentan variaciones en los patrones de uso, bien experi-
mentando con drogas de forma esporádica, bien estableciendo períodos de uso
discontinuo o por el contrario, continuando el uso de forma habitual.
3) Las drogas utilizadas varían tanto en su disponibilidad como en su capacidad
de producir riesgo en el futuro.
4) No es posible hablar de efectos universales de las drogas ya que éstos
dependen de aspectos como la cantidad de sustancia consumida, la idiosincrasia
del consumidor/a y/ o de las ocasiones y lugares de consumo.
5) Los efectos farmacológicos producidos por las sustancias de consumo son
específicos para cada una de ellas al igual que las características de utilización.
Este tipo de modelos se le llamaba también modelo tradicional por ser el que
se ha utilizado desde los inicios de la Prevención y el que más se ha mantenido en
el tiempo (Becoña et al., 1994).
Se basaban en la creencia de que lo que ocurría era que el adolescente no
tenía suficiente información sobre los efectos negativos del uso de sustancias y, por
tanto, proporcionarle dicha información solucionaría el problema. Lo que se hacía
con este tipo de programas era mostrar las consecuencias negativas a corto, medio
y largo plazo que tenían las sustancias, tanto las legales como las ilegales.
Se le denomina modelo racional puesto que se espera que haya una concor-
dancia entre el conocimiento, las actitudes y la conducta. Sin embargo esto no
siempre es así (Becoña, 1986).
En algunas ocasiones estos programas no sólo no conseguían sus efectos,
la prevención, sino que eran contrapreventivos. La investigación clarificó muchos
aspectos relacionados con el consumo de drogas y la facilitación del surgimiento de
nuevos y eficaces programas.
El modelo de influencias sociales o psicosociales.
Este modelo parte de distintos estudios, tanto de la psicología social (Evans,
1976), como del aprendizaje social (Bandura, 1986) y de los estudios sobre los ante-
cedentes del consumo de drogas (Jessor y Jessor, 1977). Consideran la existencia
de tres factores de riesgo que son imprescindibles considerar para el desarrollo de
programas de prevención efectivos (Perry y Kelder, 1992):
1. Los factores de riesgo del ambiente.
2. Los factores de riesgo de la personalidad.
3. Los factores de riesgo de tipo conductual.
Este modelo tiene varios de los componentes más ampliamente utilizados
dentro de los programas preventivos eficaces.
El modelo de habilidades generales.
Este modelo parte de que es necesario entrenar a los jóvenes no sólo en ha-
bilidades específicas para rechazar el ofrecimiento de drogas, sino entrenarlos en
habilidades generales más allá de lo que se venía haciendo en el campo de la
prevención. Se basan en la idea de que existe una multicausalidad en el proceso
de comenzar a usar una sustancia y por lo tanto cubren diversas áreas que pueden
ser deficitarias en los jóvenes y les facilitan el que sean capaces de hacer frente a
la tentación de usar cualquier sustancia como forma de compensación de dichas
deficiencias.
Dos de los programas más representativos de este modelo son el de Botvin y
el de Johnson:
- Entrenamiento en habilidades para la vida (“Life Skills Training”, Botvin et al.,
1980- 1997)
- Proyecto de Prevención de Midwstern (“Midwestern Prevention Project”,
Jonson et al., 1990)
Los Programas diseñados mediante este modelo se les denominan también
Programas multicomponentes y su eficacia está demostrada mediante evidencias
científicas.
Otros modelos de actualidad, relevancia y apoyo empírico.
Teorías parciales o basadas en pocos componentes. Dentro de estas teorías o
modelos se encuentra el modelo biológico que explica la adicción como un trastorno
con base biológica, donde se reduce la explicación del trastorno a una causa
biológica y la hipótesis de la automedicación, en donde la persona consumidora ha
probado los efectos positivos de esa sustancia, solucionando así sus problemas, en
muchos casos psicopatológicos, o por otro lado, su organismo necesita autorregu-
larse mediante la misma (Casas et al., 1992).
Modelo de Salud y de Competencias. El modelo de Salud lo elaboraron un
grupo de investigadores en Estados Unidos entre los años 50 y 60, este modelo
ha sido una de las aproximaciones más ampliamente utilizadas durante las últimas
décadas para explicar la conducta relacionada con la salud. Sus elementos funda-
mentales son:
- La susceptibilidad percibida.
- La severidad percibida.
- Los beneficios percibidos.
- Las barreras percibidas.
En los años 70, distintos autores abogan por un modelo de competencia
como alternativa al modelo de déficit. La clave de este modelo es anticiparse a los
problemas para evitarlos, más que ayudar a las personas a superar sus problemas
(Costa y López, 1996). Este modelo tiene dos objetivos fundamentales:
- Promover la competencia personal.
- Desarrollar comunidades y organizaciones competentes.
Entienden que la relación salud-enfermedad y la promoción de la salud
dependen de la mejora del entorno y del repertorio del individuo. Según estos
autores Albee (1982) y Rhodes y Janson (1988), el riesgo de empezar a consumir
sustancias se puede expresar mediante una fracción en la que en el numerador se
colocaría el estrés y en el denominador el apego, las habilidades de afrontamiento
y los recursos disponibles.
El modelo o teoría del aprendizaje, ésta explica la conducta como un fenómeno
de adquisición que sigue unas leyes, las del condicionamiento clásico, operante y
aprendizaje social. De todas estas explicaciones la teoría del aprendizaje social es
la que tiene un gran apoyo empírico sobre todo para el inicio del consumo. Estas
teorías fundamentan la psicología científica y se utilizan sus principios, técnicas y
procedimientos derivados en los programas de prevención, dado que se centra en:
cómo se aprende una conducta y cómo se pueden aprender conductas nuevas o
desaprender o debilitar las conductas que ya están en el repertorio conductual de
la persona.
Teorías actitud-conducta, estas teorías surgen a mediados de los años 70,
de ellas destacan la teoría de la acción razonada de Fishbein y Ajzen (1975) y la
favorece las adicciones al tener como valores centrales el logro y el éxito individual
y al ser difícil conseguirlo, el refugiarse en una adicción es un modo de escapar de
esta situación.
Teorías de estadios y evolutivas. La primera de ellas y más conocida, es el
modelo evolutivo de Kandel del cual hemos hablado anteriormente (Ver: Modelo
teórico general subyacente…) y que la idea que plantea es que el consumo de
drogas se produce de modo secuencial o evolutivo, partiendo de las drogas legales
al consumo de drogas ilegales y que hay otras influencias que se relacionan con el
consumo (Familia, amigos, escuela, personalidad, actividades…).
El modelo de estadios o etapas de Werch y DiClemente (1994), basado en los
estadios de cambio de Prochaska y DiClemente (1983), estos estadios van desde
el no uso de drogas hasta el uso continuo:
1. Precontemplación, cuando no se considera utilizar drogas.
2. Contemplación, cuando se piensa seriamente en iniciar el consumo de
drogas.
3. Preparación, cuando se pretende utilizarlas en el futuro inmediato.
4. Acción, cuando se inicia el consumo.
5. Mantenimiento, cuando se continúa el consumo
El modelo del proceso de reafirmación de los jóvenes de Kim et al. (1998). Se
basa en un amplio conjunto de teorías y componentes de ellas, como la teoría del
control social, el modelo del desarrollo social, la teoría de la conducta problema,
la teoría del aprendizaje social y la teoría de los estados-expectativas. En este
modelo se da gran importancia a la familia como elemento de socialización de los
valores dominantes en la sociedad. Se entiende que la conducta social se adquiere
a través del aprendizaje vicario (imitación) con los procesos de refuerzo y castigo.
La de estados-expectativas se basa en la idea de que el modo en que pensamos y
creemos es en gran parte una función de cómo los otros nos ven y nos tratan. Esta
teoría también se la conoce como el efecto Pigmalión o modelo de comunicación
de expectativas.
El modelo de la madurez sobre el consumo de drogas de Labouvie (1996)
plantea un modelo de madurez sobre el consumo de drogas, basado en la autorre-
gulación, donde algunos de los elementos clave son el control personal y la eficacia.
Cuando estos fallan, la persona responde a sus necesidades inmediatas y a las
presiones situacionales inmediatas. Sus estudios demuestran que conforme pasa el
tiempo, hay un descenso en el consumo de sustancias en la persona.
La teoría de la pseudomadurez o del desarrollo precoz de Newcomb (1996).
Dentro de esta teoría se considera que hay dos etapas de gran importancia:
- La transición de la infancia a la adolescencia.
- La transición de la adolescencia a la adultez.
Esta diferenciación se basa en que existen hechos críticos en la vida que
permiten la transición de unas etapas a otras y que según sea dicha transición el
resultado será el adecuado o no.
La teoría de la socialización primaria de Oetting et al. (1998). Esta teoría indica
que el consumo de drogas se puede producir por dos vías:
- La adicción a las drogas como un resultado de la socialización.
- La dependencia de un estilo de vida basado en el consumo de drogas.
No asumen que se pueda consumir drogas para aliviar problemas emocionales,
aunque sí afirman que utilizando drogas la persona puede conseguir aliviar sus
problemas emocionales y ello facilitar que pase del uso a la dependencia. Explican
el paso del consumo al abandono mediante cambios de ambiente, lugar, iguales,
etc.
Teorías integrativas y comprensivas Estas teorías explican la conducta de
consumo integrando distintos componentes de diversas teorías, o bien plantean
una teoría comprensiva que permite explicar por sí sola dicha problemática.
El modelo de promoción de la salud se aplica en distintos ámbitos de tipo
sanitario. Las estrategias básicas que utiliza son el establecer una política pública
saludable, crear entornos que apoyan la salud, fortalecer una acción comunitaria
para la salud, desarrollar las habilidades personales y reorientar los recursos sa-
nitarios (Green y Kreuter, 1991) Siendo la Educación para la salud el elemento
operativo para llevar sus acciones a la práctica.
La teoría del aprendizaje social de Bandura (1986). Es una teoría psicológi-
ca basada en los principios del aprendizaje, la persona y su cognición junto a los
aspectos del ambiente en que lleva a cabo su conducta. Es una de las teorías más
utilizadas en el ámbito de las drogodependencias y varios de los programas preven-
tivos más eficaces parten de la misma (Abrams y Niaura, 1987; Claveland, 1994).
El modelo del desarrollo social de Catalano y Hawkins (1996). Parten de la
hipótesis que los procesos de desarrollo que llevan tanto a la conducta prosocial
como a la antisocial son similares. Dan gran peso a los factores de riesgo y pro-
tección. La asunción principal de este modelo es que los seres humanos son bus-
cadores de satisfacción y que la conducta humana depende del interés percibido
por la persona de sus actos; esto es, las personas se implican en actividades o
interacciones a causa de la satisfacción que esperan recibir de ellas.
La Teoría de la conducta problema de Jessor y Jessor (1977). Desde su for-
mulación, ha sido un punto de referencia, la implicación que tiene esta teoría tanto
para la prevención como para la intervención (Jessor, 1991) es que un abordaje
comprensivo es más eficaz que un abordaje parcial, además tiene más probabilida-
des que los efectos se mantengan a largo plazo. Según su teoría se deben reducir
los factores de riesgo y aumentar los de protección con la idea de un cambio en los
estilos de vida. Uno de los principios de esta teoría es no cargar toda la responsa-
bilidad en la persona, ya que también es de gran importancia la responsabilidad del
contexto social en causar y mantener muchas conductas de riesgo.
El modelo integrado general de la conducta del uso de drogas de Botvin (1999).
Botvin que ha desarrollado un Programa preventivo efectivo (Botvin, 1995), había
esbozado los elementos que sostenían el mismo pero no los había operativizado
formalmente en un modelo. Lo fundamenta en la teoría del aprendizaje social, en la
de autocontrol. Propone que para los programas preventivos resulta de gran utilidad
y debe tenerse en cuenta trabajar este concepto, dado que la habilidad de autocon-
trol se aprende.
Persigue:
• Curar al drogodependiente, manteniéndolo aislado del resto de las sociedad
para evitar contagios y preservar así la salud pública
• Informar acerca de los riesgos que conlleva el consumo de drogas para
el organismo. En esta línea se sitúan la mayoría de las estrategias preventivas
realizadas hasta la fecha: charlas en los colegios, folletos divulgativos repletos de
advertencias y recomendaciones, mensajes televisados, etc
• Incluir entre las sustancias adictivas el tabaco o alcohol, pues desde este
enfoque carece de importancia el estatus legal de las drogas y pasa a tener relevan-
cia su capacidad de generar adicción
• Prevenir y curar como si de cualquier otra enfermedad infecciosa se
tratara
Inconvenientes:
• Algunas de las desventajas propias del modelo ético-jurídico lo son también
del enfoque sanitario, en concreto las referidas a la información como principal
estrategia de intervención y al encarecimiento de las drogas como sistema para
reducir el consumo.
• El uso o abuso de las drogas no se puede comprender sin atender a los tres
vértices de un mismo triángulo: sustancia, individuo y contexto. Por tanto, carece de
rigor considerar la droga como el agente causante de la adicción y al sujeto como
un ser pasivo a merced de los efectos de dicha sustancia.
• Por la misma razón, no se puede considerar la droga como un germen
ante el que vacunándose ya se está protegido. Cualquier programa preventivo debe
centrarse, más que en las sustancia en sí, en la confluencia de factores de riesgo
que pueden hacer a los individuos más vulnerables.
• La adolescencia se erige como la edad en la que el inicio al consumo de
drogas es más probable; sin embargo, la salud no es un valor fundamental en esta
etapa de la vida, porque no parece efectivo centrar en ella los programas preventi-
vos.
• Equiparar al drogodependiente con un enfermo puede conllevar la falta de
responsabilidad, pues es probable que el afectado se vea como una víctima sin
control alguno sobre el mal que le aqueja.
Inconvenientes:
• No da la suficiente importancia a las consecuencias físicas del consumo de
drogas ni a las consideraciones legales referentes a las mismas
• Aunque este modelo sí tiene en cuenta el contexto en el que el individuo se
desenvuelve, esa atención se centra en el entorno más inmediato pasando por alto
las condiciones macroeconómicas o políticas en las que dicho sujeto está inmerso.
y sanitario, para que disminuya la aceptabilidad social de las drogas y varíen los
valores que están manteniendo su utilización
Inconvenientes:
• Como ocurría con el enfoque psicosocial, también aquí se dedica escasa o
nula atención a aspectos relacionados con la sustancias: sus efectos, las disponibi-
lidad de las mismas, el tratamiento legal que reciben, etc
• Una vez más el sujeto consumidor carecería de importancia, pues el
verdadero responsable en el consumo de drogas y en la aparición de una adicción
es el contexto en el que la persona se desenvuelve.
• Potenciar una relación coherente entre los niveles y entre los distintos
agentes que intervienen en cada nivel. Por ejemplo potenciar la relación entre la
familia y la escuela, entre la familia y los amigos, entre la formación profesional y las
condiciones del mercado laboral, etc
Estos modelos de referencia, complementarios entre sí, se constituyen como
bases teóricas sobre las que fundamentar la intervención, la cuál en el fenómeno
del consumo de drogas, pretende el desarrollo de factores de protección y la dis-
minución de factores de riesgo, tomando la participación de desarrollo personal y
colectivo.
1. CONCEPTO.
Entendemos por prevención el conjunto de estrategias que una comunidad par-
ticular ensaya para anticiparse a la aparición de fenómenos no deseados (los usos
inadecuados de drogas, en el caso que nos ocupa), a fin de evitarlos o reducir su
presencia a mínimos socialmente aceptables.
La prevención se plantea así, como objetivo general, promover estilos de vida
que hagan a los individuos y grupos que conforman la comunidad menos proclives
a involucrarse en relaciones problemáticas con las drogas. Conscientes de la
necesidad de sostener tales pretensiones con humildad (es evidente que no se
puede prevenir todo malestar humano ni todo desacierto en la construcción personal
de estilos de vida), la prevención tendrá que ver con aprender a manejar situaciones
de desconcierto, sin embarcarse en comportamientos que conlleven un plus inacep-
table de conflicto psicosocial.
Una concepción de la prevención ajustada al saber actual de las ciencias
sociales que acentúan la importancia de las dinámicas psicosociales en la genera-
ción de relaciones problemáticas con las drogas, y al encuadre sistémico en el que
Nada que ver, por tanto, con patrullas de ciudadanos airados persiguiendo su
propia obsesión (en tantas ocasiones las drogas que consumen otros), un remake
del “despotismo ilustrado”: todo por la comunidad, pero sin la comunidad, la dele-
gación en la Administración de la solución a los conflictos que los usos indebidos
de drogas representan, movilizaciones, espectáculos: maratones, partidos de fútbol
contra las drogas, etc., que, aisladas, carecen de utilidad, actuaciones puntuales, no
planificadas, descontextualizadas.
Impulsar la prevención de las drogodependencias según un enfoque comunita-
rio supone señalar un marco caracterizado por:
1. La comunidad como territorio simbólico, sujeto y destinatario de la acción.
2. El ámbito local, como escenario articulador de las propuestas a impulsar.
3. La necesidad de dinamizar a la comunidad organizada, impulsando redes
entre las entidades implicadas.
4. La creación de espacios de encuentro que favorezcan actuaciones coordi-
nadas.
5. El papel clave de la figura del mediador social a la que más adelante aludi-
remos.
6. La formación de los diversos agentes sociales comprometidos con la preven-
ción, en una tentativa de socializar un saber para la acción.
7. La multiplicidad de programas: en función de espacios, poblaciones, etc.
Sánchez encuentra las siguientes características para definir la intervención
social (Sánchez,1996):
1. Población diana, sobre la que se interviene. En la intervención social se actúa
sobre sistemas sociales y procesos complejos que se dan en el entorno donde se
desarrollan los individuos. Las intervenciones suelen centrarse en problemas o ne-
cesidades sociales.
2. Punto inicial. Es un momento dinámico, un punto en un proceso que debe ser
2. OBJETIVOS.
Los objetivos de los programas de prevención comunitaria de las drogodepen-
dencias y adicciones en España, deben estar integrados en el marco general que
proporciona el Plan Nacional sobre Drogas y Adicciones.
Objetivos generales y específicos del Plan Nacional Sobre Drogas y Adiccio-
nes:
1. Aumentar la capacidad de la población para la toma de decisiones libres y
responsables.
7.3 Promover que los niños no fumen, beban alcohol, tomen medicamentos o
jueguen compulsivamente, por lo menos, antes de los 18 años.
Como se ha mencionado anteriormente el objetivo principal de toda interven-
ción comunitaria es el cambio social. Al proponer un marco teórico de intervención
comunitaria, lo que se persigue es que el programa de prevención de adicciones,
por medio de las distintas actuaciones, provoque una intervención/acción social in-
tencional y organizada, de manera que el resultado sea lo más previsible posible,
sin olvidar que los cambios que se produzcan no van a ser solo fruto de su acción
sino que hay una parte que se va a deber a la propia dinámica del sistema.
Martín, Chacón y Martínez (1993), hacen una propuesta de intervención co-
munitaria por objetivos, basada en la revisión de Bloom (1984), Heller y Monahan
(1977), Rappaport (1977) y Rothman (1978). Se trata de una propuesta práctica y
realista según los objetivos de la intervención social en la comunidad sean:
1. Prestación de servicios.
2. Desarrollo de recursos humanos.
3. Prevención.
4. Reconstrucción comunitaria.
5. Cambio social.
orientación y apoyo.
La educación, sensibilización e información dirigidas al ámbito familiar suponen
labores fundamentales para quienes trabajan en el ámbito de las adicciones. Son
actuaciones clave para evitar o retrasar el inicio en el consumo de drogas de los
miembros más jóvenes de las familias o para evitar el establecimiento de relaciones
problemáticas con las sustancias.
El principal reto para la aplicación de intervenciones preventivas con los proge-
nitores -como mediadores de la conducta de sus hijos e hijas- es diseñar actuacio-
nes que se adapten a las características de los diferentes colectivos de familias a
los que nos dirijamos. Ello supone considerar una gran variedad de modelos fami-
liares vigentes hoy en día: familias monoparentales, familias reconstituidas, abuelos
y abuelas cuidadores de los miembros más pequeños de la familia, etc.
Los programas de prevención familiar han de destinarse tanto a aquellos
segmentos de población general en los que no concurren especiales situaciones
de riesgo, desde el nivel de la prevención universal, como a aquellas otras familias
cuyos hijos e hijas están expuestos a mayores riesgos en relación con el uso o
abuso de drogas. En este grupo se encuentran las familias con problemas de in-
tegración por su pertenencia a minorías étnicas, las que residen en barrios con
altos índices de marginación social, las que tienen miembros toxicómanos en su
seno, etc. Nos situaríamos, en este caso, en un nivel de prevención selectiva. Por
último, cabe señalar a familias cuyos hijos e hijas realizan los primeros consumos
sistemáticos de sustancias adictivas. Nos encontraríamos, en este caso, en un nivel
de prevención indicada.
En el primer caso, la intervención es inespecífica y está dirigida a promover es-
trategias genéricas, para potenciar la generación de una adecuada relación familiar
con los menores, atendiendo fundamentalmente a su papel modélico y a la mejora
de las habilidades educativas y de la comunicación entre sus diferentes miembros.
En el caso de las familias que requieren actuaciones selectivas o indicadas, las ac-
tuaciones incluirán además otras pautas, destinadas a capacitar a los progenitores,
para afrontar las situaciones de riesgo ante las que se encuentran los y las adoles-
OBJETIVOS
• Sensibilizar a las familias sobre la importancia de su papel como agentes de
prevención.
• Potenciar su implicación y colaboración para que participen de forma activa en
el desarrollo de acciones preventivas.
• Promover actuaciones formativas, dirigidas a potenciar las habilidades educa-
tivas y de manejo familiar, necesarias para prevenir y proteger frente a la incidencia
de las drogas en la en la descendencia. Delimitar, de forma clara, cuáles son los
factores de riesgo que propician el consumo de drogas dentro del ámbito familiar
• Proporcionar a los responsables familiares la información necesaria para in-
tervenir precozmente ante situaciones de consumo experimental o incipiente en la
adolescencia.
• Atender a familias en situación de riesgo mediante intervenciones informati-
vas, formativas y de apoyo.
• Dar a conocer los recursos específicos o inespecíficos que cumplan una
función preventiva respecto a las drogodependencias y otras adicciones.
ACCIONES
Cada uno de estos objetivos puede articularse a partir de una multiplicidad de
actuaciones. Algunas de éstas serían las siguientes:
1. Acciones de sensibilización para favorecer la asistencia y el compromiso
de las familias en las propuestas preventivas, mediante convocatorias directas de
las entidades municipales o a través de los centros educativos, servicios sociales,
centros para menores, etc.
INFANCIA Y JUVENTUD
Decir que el proceso de aprendizaje en la vida del ser humano es constante,
durante toda su existencia, es obvio. Pero en ese proceso hay una etapa que
destaca de modo llamativo, porque todo es aprendizaje, todo es asimilación práctica
de conceptos y todos los estímulos del entorno son herramientas que la persona
aprovecha para su integración en el grupo social donde le ha tocado vivir. Esta
etapa es la infancia.
La infancia se define como el “Periodo que transcurre desde el nacimiento
hasta la pubertad”, pero la concepción que tiene la sociedad sobre ella, ha ido evo-
lucionando a lo largo de la historia. Hoy en día, se puede decir que es un sector es-
pecialmente protegido, por tratarse de un segmento de la población especialmente
vulnerable. La infancia merece una atención especial, ya que es la etapa donde se
comienzan a interiorizar los conceptos y valores que serán la base del desarrollo de
la persona en un futuro.
Todos los agentes socializadores, que intervienen durante la infancia, sobre
todo la familia y su entorno más cercano, son claves para la formación de la persona
y la adquisición de habilidades sociales necesarias para afrontar los momentos
críticos de la vida.
Otra etapa esencial en el desarrollo de la persona durante su evolución es la
juventud. Se asocia a una época de conflictos, de rebeldía, de incomprensiones,
pero también a una época de descubrimientos, de amistad, de utopías, de transfor-
maciones. Realmente, la juventud es un proceso de cambios físicos, mentales, edu-
trabajar en diferentes edades son distintas, pero los valores a transmitir son los
mismos.
OBJETIVOS
• Conocer las necesidades básicas de la población juvenil, desde su punto de
vista.
• Intentar dar cobertura a estas necesidades, apoyándonos en unos valores
constructivos.
• Dotar a la juventud de un sistema de valores dirigido a fortalecer el desarrollo
personal.
• Fomentar, trabajar y fortalecer el desarrollo de:
• Las habilidades de interacción.
• La autoestima.
• El autocontrol.
• La toma de decisiones.
• El punto de vista crítico, lógico y consecuente.
• La empatía.
• La autoafirmación.
• Aumentar la capacidad para la resolución de conflictos: la identificación,
abordaje y resolución de problemas.
• Crear cauces de comunicación a todos los niveles:
• Intergeneracionales: progenitores/descendientes.
• Educativos: profesorado/alumnado.
• Institucionales.
• Grupo de iguales.
• Otros jóvenes.
• Dar las pautas necesarias para crear un hábito y una capacidad de negocia-
ción.
• Establecer una red de trabajo adaptada a las diferentes edades, infancia,
adolescencia y juventud.
ACCIONES
1. Acciones dirigidas a conocer la población destinataria, entendidas como
técnicas para comenzar a trabajar con la juventud. Una buena técnica para ello
es la observación participante. Con el pretexto de recoger información para actua-
ciones futuras, el acercamiento paulatino y constante facilita la apertura del grupo.
Cualquier actividad debe tener sentido propio y resultados a corto plazo, aunque
nuestro objetivo sea a largo plazo.
2. Talleres de temáticas muy actuales, de interés para la población joven y que
faciliten el diálogo y el intercambio de ideas. Para obtener resultados, es impres-
cindible su participación desde las fases iniciales, así tomarán conciencia de que
los recursos son limitados y de la importancia de ser imaginativos. El contenido de
los talleres estará en función de las preferencias de la población con la que trabaja-
mos, pueden ser desde un taller de hip-hop, hasta uno de deportes de aventura, de
mecánica y arreglo de motos o creación de páginas web. La temática es la excusa
para atraer a la juventud, los tiempos de formación específica se conjugarán con la
formación en valores, para lo que es importante planificar cada acción. Se respeta-
rán tanto los tiempos de trabajo como los de descanso, que servirán para fomentar
la distensión y favorecer la comunicación informal.
3. Creación de material preventivo adaptado a la población donde se lleve a
cabo el programa. Este puede ser el objetivo de un taller de prevención, por ejemplo,
un taller de fotografía que tiene como fin la creación de un cartel sobre prevención
comunitaria. Los talleres trabajan los contenidos propios de la prevención de las
drogodependencias y adicciones, al tiempo que generan un material preventivo
ADOLESCENTES EN RIESGO
La intervención con adolescentes en riesgo tiene las mismas características
que el trabajo con el resto de la población juvenil, pero las habilidades para trabajar
con este sector deben estar mucho más desarrolladas. Son jóvenes que a causa
de su situación socio-familiar, han desplegado un sistema de autoprotección para
evitar nuevos daños. Es necesario conocer lo antes posible sus carencias para
poder trabajar con ellas y así apoyarnos de manera mas efectiva en los recursos
de la comunidad. Se tendrá en cuenta que el concepto de adolescentes en riesgo
se encuentra sometido a variables de carácter personal, familiar, social o laboral y
no únicamente con aquellas que se centran en el consumo de sustancias o en la
presencia de conductas adictivas.
A los objetivos expresados para toda la adolescencia, añadiremos por un lado
la creación de cauces de integración con el resto de la población joven, exigiendo
los mismos compromisos y recibiendo los mismos beneficios y por otro, la reducción
de daños.
Los programas de reducción de daños o reducción de riesgos, en su inicio se
dirigieron a la población de jóvenes en riesgo consumidores de drogas habitua-
les y que no utilizaban los programas de ocio alternativo, ni recibían mensajes de
carácter preventivo frente a conductas de riesgo. Ante la evidencia del consumo, el
mensaje busca la reducción de sus riesgos directos e indirectos. Estos programas
se han extendiendo al resto de la población juvenil, incidiendo específicamente en
el consumo de alcohol y las conductas de riesgo asociadas.
Uno de los atractivos de los programas de reducción de daños, es que pueden
ser puerta de entrada para la formación de grupos con los que trabajar la toma de
decisiones, la responsabilidad, la autoprotección, el diálogo y la mediación. Algunos
de los objetivos que presentan son:
• Reducir los daños directos derivados del consumo.
• Reducir daños indirectos derivados de este consumo.
• Realizar una intervención directa en el espacio de consumo.
• Crear cauces de comunicación dirigidos a fomentar un ocio responsable y sin
problemas de salud.
COMUNIDAD EDUCATIVA
La escuela es el principal ámbito de aplicación de las estrategias educativas,
aunque no el único ni suficiente. Estas estrategias ocupan un lugar preferente dentro
de los programas de prevención comunitaria y tienen como objetivo la creación de
des relacionadas con el cuidado de uno mismo y la salud, donde se pueden experi-
mentar de modo menos formal nuevas formas de relacionarse con los demás.
La sensibilización de los agentes que trabajan en la escuela constituye otra
función importante que no se debe despreciar. Es esencial crear la necesidad de
actuar frente a las drogas y adicciones en aquellas personas que por sus funciones
decidirán la preferencia de estas actuaciones en sus centros, como son los que
tienen responsabilidad política, inspectora, de dirección o pertenecientes a los
consejos escolares.
Dos estrategias de enorme utilidad son, la formación en conocimientos y
actitudes frente a las drogas de quienes ejercen como mediadores en los centros
escolares, ya sean profesorado, padres y madres, orientadores o personal auxiliar,
así como facilitar asesoramiento en los casos necesarios.
También es posible realizar actividades de prevención fuera del aula, por
ejemplo las propuestas en el programa FORMA JOVEN. Su objetivo es facilitar a
jóvenes y adolescentes, información y formación sobre temas de su interés como
son el afectivo-sexual, adicciones y salud mental. La característica más acusada
de esta actuación, es acercar la información mediante asesorías de información a
sus espacios de encuentro, principalmente centros de estudio, lugares de diversión,
asociaciones juveniles y otros.
COLECTIVOS PROFESIONALES
Los servicios sociales, los servicios sanitarios o los centros educativos son
lugares donde acude la población para atender sus necesidades sociales o de salud.
Esto los hace idóneos para iniciar actuaciones de prevención de cualquier tipo y
para intervenir en situaciones de riesgo. Una vez definidos los escenarios donde
efectuar las intervenciones, antes de priorizar los grupos de población hacia los
que irán dirigidos, es necesario plantear la colaboración entre servicios, entidades y
profesionales inmersos en la prevención comunitaria.
En el ámbito de las estrategias de prevención comunitaria, la coordinación
de todas las instituciones, entidades, las y los profesionales que trabajan en ellas,
adquiere un papel fundamental. Este nivel de coordinación es especialmente
necesario en el ámbito local. Se pretende propiciar la intervención comunitaria y
la aplicación de estrategias integrales, con todas las instituciones relacionadas y
con todos los agentes implicados, para el desarrollo planificado de las acciones
preventivas, buscando una mayor exigencia metodológica. El impulso y la coordi-
nación de los recursos profesionales comunitarios, en el marco de una planificación
global, puede facilitar la adaptación específica de las intervenciones preventivas a
los contextos concretos.
La aplicación de estrategias de prevención fuera de los ámbitos a los que la
población acude habitualmente para resolver sus necesidades sociales o de salud,
no siempre es fácil. Existen culturas profesionales muy marcadas, falta de hábitos
de comunicación entre entidades, ausencia de formación y de aptitudes para el
trabajo conjunto, dificultad para la distribución y asunción de funciones y tareas, etc.
Por tanto, este trabajo aparece como un proceso escalonado de convergencia con
otros sectores para articular una colaboración viable. El trabajo conjunto de pro-
fesionales de diferentes ámbitos, no debe interpretarse como intromisión ni como
voluntarismo, no es derivación de responsabilidades ni supone inhibición. Está fun-
damentado en el mejor aprovechamiento de los recursos, en mejorar la calidad de
la respuesta en las distintas fases de actuación y en la heterogeneidad como suma
de experiencias y de conocimientos que enriquecen la acción.
El refuerzo mutuo entre los y las profesionales, cuando se trabaja en coor-
dinación, evita el derroche de esfuerzos y recursos, la percepción de duplicidad
y competencia entre instituciones por la población destinataria, la disminución de
efectividad de las actuaciones y el desgaste del personal técnico y de las entidades
implicadas.
OBJETIVOS
• Establecer redes o cauces de comunicación entre los y las profesionales de
la comunidad y las entidades en las que trabajan para rentabilizar las iniciativas e
intervenciones comunitarias y los recursos empleados así como hacerlas llegar a
más segmentos de la comunidad.
• Aportar las diferentes perspectivas que tiene el personal técnico y las institu-
ciones de la comunidad en las que trabajan sobre la prevención comunitaria de las
drogodependencias y adicciones, así como conocer los objetivos y las líneas de
actuación que en este sentido aplican desde su ámbito profesional y laboral.
• Crear estructuras de colaboración en el proceso de planificación e interven-
ción a través del cual, las diferentes entidades y profesionales afronten el objetivo
común de la prevención en su espacio comunitario.
• Facilitar la formación en drogodependencias y adicciones del personal técnico
implicado en la prevención comunitaria.
• Implicar y sensibilizar a los medios de comunicación para difundir información
sobre drogodependencias y adicciones y hacer más visibles a la comunidad las
actuaciones de prevención que se desarrollen.
ACCIONES
Profesionales de la salud
Los profesionales de la salud en todos sus estamentos, tanto sanitarios como no
sanitarios, ocupan una posición muy ventajosa como mediadores en la prevención
de las drogodependencias y adicciones, ya que son agentes de salud, favorecen la
creación de hábitos saludables, son reconocidos informadores y se atribuye credi-
bilidad a la información que ofrecen. Trabajan en uno de los recursos más visitados
por diferentes sectores de la población, puesto que toda la población de la zona
hace uso alguna vez de sus servicios.
Las acciones que se dirigen a este colectivo profesional se enfocarán desde las
siguientes premisas:
1. Los contenidos y estrategias serán específicos, relacionados directamente
nidos:
• Conceptos relacionados con el consumo de sustancias y sus efectos
• Conceptos relacionados con la prevención de las drogodependencias y adic-
ciones.
• Información sobre los recursos asistenciales y programas de prevención de
las drogodependencias y adicciones ubicados en la comunidad
• Aspectos jurídicos relacionados con la venta, tenencia, consumo y tráfico de
sustancias
Profesionales de los medios de comunicación
La capacidad que los medios de comunicación tienen para crear estados de
opinión e interés sobre los temas y para apoyar campañas informativas dirigidas a
la población en general, es indicativa de la necesidad de cuidar especialmente la
formación de sus profesionales.
Las acciones dirigidas a este colectivo profesional se enfocarán desde las si-
guientes premisas:
• Implicar a los medios de comunicación local en las estrategias de preven-
ción planificadas para su desarrollo en la comunidad, propiciando su difusión y un
análisis periodístico adecuado
• Apoyar con formación específica a los y las profesionales de los medios de co-
municación para que los mensajes trasmitidos en sus informaciones no produzcan
efectos contrapreventivos o de rechazo de la comunidad a los temas relacionados
con las drogodependencias y adicciones
• Aportar apoyo técnico especializado a los y las profesionales de los medios de
comunicación en el diseño de campañas preventivas.
Profesionales de la hostelería
Contar con la implicación de profesionales de la industria hostelera puede con-
tribuir a que las actuaciones y actitudes preventivas obtengan eco en un ámbito
ÁMBITO LABORAL
El Plan Nacional sobre Drogas y Adicciones, establece una doble finalidad
a la hora de realizar prevención desde el ámbito laboral. Por una parte, la inter-
vención genera elementos necesarios para que la empresa se constituya como un
espacio libre de drogas y adicciones comportamentales, y por otro lado, faculta a
trabajadores y trabajadoras, que a su vez son padres y madres, como agentes en el
desarrollo de su propia salud y la de sus familias, al tiempo que como ciudadanos y
ciudadanas pudieran incidir en el ecosistema en el que viven, planteando actuacio-
nes y colaboraciones sinérgicas con el resto de las políticas preventivas de carácter
sociosanitario, familiar y educativo.
Se propone una metodología de intervención que use como herramienta funda-
mental el “Grupo de Trabajo”, donde estén representados todos los estamentos de la
empresa, y que permita conocer la realidad de forma efectiva y amplia, que genere
actuaciones flexibles y exitosas, y que trabaje sobre la base del modelo operativo
(con sus fases de contextualización, cognoscitiva, programación y operativa), es
decir, que el grupo se constituye en acelerador de cambio dentro del propio ámbito
laboral, al recoger información, diagnosticar la situación, programar, realizar y
evaluar las actuaciones.
Todo ello deberá repercutir en la elaboración consensuada y sancionada de un
plan de intervención en la empresa. Siguiendo, por tanto, lo indicado para el resto
de las intervenciones que, al amparo de la actual Ley de Prevención de Riesgos
Laborales, se realicen en la empresa en materia de Salud Laboral.
Se parte por tanto de una doble concepción:
1. Que el escenario laboral es adecuado para la realización de campañas infor-
mativas y formativas de carácter universalista, como complemento indispensable en
la transversalidad comunitaria.
2. Que es susceptible de planes específicos en aquellas empresas que pudieran
existir con cierta vulnerabilidad o sensibilidad sobre la consecuencia negativa de los
consumos, independientemente de que éstos sean potenciados por características
personales, sociales o de factores de riesgo existentes en el propio medio laboral.
El enfoque de la prevención de las drogodependencias y adicciones en el
ámbito laboral buscará la creación de climas saludables en las empresas. Conlleva
tanto la necesidad de realizar actuaciones en materia de educación y promoción
para la salud de los trabajadores y trabajadoras, como de optimizar las condiciones
y medio ambiente de trabajo para mejorar la calidad de vida.
POBLACIÓN GENERAL
Al hablar de población general incluimos a los diversos grupos que conforman
la comunidad. Las actuaciones en prevención de las drogodependencias tienen ya
una cierta historia, por lo que una parte de esa población general se encuentra
sensibilizada en relación con este fenómeno.
Fases de evaluación.
1) PLANIFICACIÓN DE LA EVALUACIÓN
Es la fase principal del proceso evaluativo La planificación detallada de la eva-
luación de un programa facilitará el desarrollo de las posteriores etapas, por tanto,
es imprescindible dar respuesta a las siguientes cuestiones:
¿Qué tipo de evaluación queremos hacer? ¿ Con qué objetivo?
¿Quién la va a realizar?
¿De qué recursos disponemos?
¿En qué momentos vamos a evaluar?
¿Qué instrumentos podemos usar?
¿Se prevé evaluación del proceso?
¿Es posible realizar una evaluación del resultado?
¿Qué indicadores nos servirían para medir el éxito o el fracaso?
Responder a estas cuestiones antes de realizar la evaluación, influirá decidida-
mente en la evaluación que se realice. Es esencial responder a la primera pregunta,
esto definirá el tipo de información a recoger en cada caso. Siguiendo a Becoña
(PNSD. 2002), se distinguen varios tipos de evaluación dependiendo del objetivo de
ésta y a quien va dirigida:
Evaluación para la Administración: Suele ser el organismo financiador, para
lo cual la información fundamental es la cantidad de actividades y el número de
2) EVALUACIÓN DE LA PLANIFICACIÓN.
Una vez contestadas las cuestiones anteriores y definidos los aspectos más im-
portantes en los que se basará la evaluación del programa, es interesante analizar
las dificultades surgidas en el proceso de planificación. Es conveniente contar con
una evaluación externa, que analice de forma objetiva la planificación realizada, la
temporalización y los indicadores, y en definitiva, todos los elementos incluidos en
el diseño evaluativo.
En este proceso se podría responder a las siguientes cuestiones:
¿Quién ha participado en la elaboración de la planificación? ¿Podrían haber
participado otras personas?
¿Cuál es la valoración del proceso?
¿Qué dificultades han aparecido?
¿Qué tiempo y recursos se han destinado?
1.-INTRODUCCIÓN
Resulta imprescindible que el ejercicio de la Psiquiatría y Psicología se funda-
mente en pruebas al igual que sucede en las demás especialidades médicas.
En el desarrollo de la medición estandarizada en Psiquiatría y Psicología dos
sucesos han sido claves. En primer lugar la creación y desarrollo de las Clasifica-
ciones Internacionales de los Trastornos Mentales y del Comportamiento, actuales
CIE-10 (OMS, 1992) y DSM-IV-TR (APA, 2000), al proporcionar un lenguaje común
a la Psiquiatría y Psicología y por lo tanto unos criterios diagnósticos universales
de los trastornos mentales y del comportamiento. En segundo lugar, el nacimiento
y desarrollo de la Psicometría como disciplina encargada del conjunto de métodos,
técnicas y teorías implicadas en la medición de las variables psicológicas, centrada
y especializada en las propiedades psicométricas exigibles a las mediciones psico-
lógicas (Muñiz, 1998).
En el caso de los trastornos adictivos, la necesidad de instrumentos de evalua-
ción de la gravedad del abuso/dependencia resulta igualmente obvia. En el contexto
sanitario actual de una Medicina eficiente que busca proporcionar mejor las nece-
sidades de los pacientes a los sistemas de cuidados, es imprescindible conocer y
monitorizar los problemas que presentan los pacientes y su gravedad, así como
evaluar los resultados de nuestras intervenciones de una forma estandarizada. El
Plan de Acción en Salud Mental para Europa aprobado en la WHO European Mi-
nisterial Conference on Mental Health, celebrada en Helsinki en 2005, contempla
en su área de acción 12 la necesidad de “Evaluar la efectividad y generar nueva
evidencia“, acción imposible de emprender si no se dispone de los instrumentos de
evaluación adecuados.
La evaluación de los resultados de las intervenciones en las adicciones está
muy poco desarrollada. Conceptos como respuesta, remisión y recuperación no
están operativizados en los trastornos adictivos a diferencia de la mayor parte de los
trastornos mentales. Así por ejemplo, en los trastornos depresivos se entiende por
respuesta la disminución de la sintomatología en al menos el 50% en la puntuación
basal (Frank E et al, 1991) en la Escala de Hamilton para la Depresión –HDRS–
(Hamilton, 1960). En los trastornos esquizofrénicos el criterio de remisión se define
como una puntuación ≤3 en los siguientes ítems de la Escala para el Síndrome
Positivo y Negativo de la Esquizofrenia –PANSS– (Kay et al, 1987) durante al
menos 6 meses: delirios, desorganización conceptual, comportamiento alucinatorio,
embotamiento afectivo, retraimiento social, ausencia de espontaneidad y fluidez de
la conversación, manierismos y posturas, y contenidos del pensamiento inusuales
(Andreasen, 2005).
Dentro de los instrumentos para la evaluación de la gravedad de la adicción
podemos diferenciar entre instrumentos globales y específicos:
• Instrumentos globales: evalúan la gravedad de la adicción al alcohol y a las
drogas, y además evalúan problemas en otras áreas de la vida del paciente que
pueden estar en relación con la adicción. Son instrumentos de evaluación global
el Índice Europeo de Gravedad de la Adicción (EuropASI) y la familia del Índice de
Gravedad de la Adicción 6ª versión (ASI6: entrevista basal o ASI6, entrevista de
seguimiento o ASI6-FU y versión para adolescentes o TEEN-ASI).
• Instrumentos específicos: evalúan únicamente la gravedad de la adicción al
alcohol o a una sustancia en particular. Dentro de estos contemplamos los siguien-
tes:
- capacidad para sugerir métodos para dar la respuesta, como por ejemplo
estructurar el tiempo
- habilidad para decidir sobre la veracidad y consistencia de las manifestacio-
nes del paciente.
2.- INSTRUMENTO INDICE EUROPEO DE GRAVEDAD DE LA ADICCIÓN
(EUROPA ASI).
INSTRUCIONES
1. Cumplimentar totalmente. Cuando sea preciso utilizar:
X = pregunta no contestada
N = pregunta no aplicable
Use un solo carácter por ítem
2. Las preguntas rodeadas por un círculo van dirigidas al estudio de segui-
miento. Las preguntas con asterisco son acumulativas, y deberían ser reformula-
das para el seguimiento
3. Existe espacio al final de cada sección para realizar comentarios adicio-
nales.
ESCALAS DE GRAVEDAD
Las escalas de gravedad miden estimaciones de necesidades de tratamiento
en cada área.
El rango de la escala oscila desde 0 (no necesita ningún tratamiento) hasta
9 (tratamiento necesario en situación de riesgo vital).
Cada escala está basada en historia de síntomas problema, estado actual y
valoración subjetiva de sus necesidades de tratamiento en cada área. Para una
mejor calificación de la gravedad, consultar el manual.
A. N.º de identificación.: □ □ □ □ □ □ □ □
B. TIPO DE TRATAMIENTO: □
1. Desintoxicación ambulatoria
2. Desintoxicación residencial
3. Tratamiento sustitutivo ambulatorio
4. Tratamiento libre de drogas ambulatorio
5. Tratamiento libre de drogas residencial
6. Centro de día
7. Hospital psiquiátrico/ Servicio de psiquiatría
8. Otro hospital/servicio
9. Otro:
0. Sin tratamiento
C. FECHA DE ADMISIÓN: □ □ □ □ □ □
D. FECHA DE LA ENTREVISTA: □ □ □ □ □ □
E. Hora de inicio: □ □ □ □
F. Hora de finalización: □ □ □ □
G. TIPO: □
1. Ingreso
2. Seguimiento
H. CÓDIGO DE CONTACTO: □
1. Personal
2. Telefónico
I. SEXO: □
1. Varón
2. Mujer
J. CÓDIGO DEL ENTREVISTADOR: □ □ □
K. ESPECIAL: □
1. Paciente finalizó la entrevista
2. Paciente rehusó
3. Paciente incapaz de responder
Evaluación de los Trastornos Adictivos 373
Drogadicción: Evaluación, Tratamiento y Rehabilitación
INFORMACIÓN GENERAL
1. LUGAR DE RESIDENCIA ACTUAL: □
1. Ciudad grande (> 100.000)
2. Mediana (10-100.000)
3. Pequeña (rural) (< 10.000)
C. Madre □ □ □
2. Cárcel
3. Tratamiento de alcohol o drogas
4. Tratamiento médico
5. Tratamiento psiquiátrico
6. Únicamente desintoxicación
7. Otro:
9. ¿Cuántos días? □ □
RESULTADOS DE LOS INSTRUMENTOS DE EVALUACIÓN ADICIONALES
........................................................ □ □ □
........................................................ □ □ □
........................................................ □ □ □
........................................................ □ □ □
374 Evaluación de los trastornos Adictivos
Drogadicción: Evaluación, Tratamiento y Rehabilitación
PERFIL DE GRAVEDAD
9
0
SALUD FISICA
PROBLEMAS
SITUACIÓN
ALCOHOL
EMPLEO/
DROGAS
FAMILIA/
SALUD
RECURSOS
MENTAL
SOCIAL
LEGAL
SALUD FÍSICA
1. ¿Cuántas veces en su vida ha estado hospitalizado por problemas de salud física? (incluir sobredosis, delirium
tremens, excluir desintoxicaciones)
2. ¿Hace cuánto tiempo estuvo hospitalizado por última vez por problemas de salud física?
□ □ □ □ años meses
3. ¿Padece algún problema de salud física crónico que continúa interfiriendo en su vida?
0. No □
1. Sí □
4. ¿Alguna vez ha estado infectado de hepatitis? □
0. No
1. Sí
2. No lo sé
3. Rehúsa contestar
5. ¿Alguna vez se ha realizado las pruebas del VIH? □ 0. No 1. Sí 2. No lo sé
3. Rehúsa contestar
PARA LAS PREGUNTAS 12 Y 13, POR FAVOR, PIDA AL PACIENTE QUE UTILICE LA
ESCALA DE AUTOEVALUACIÓN
12. ¿Cuánto le han molestado o preocupado estos problemas médicos en el último
mes? □
13. ¿Qué importancia tiene ahora para usted el tratamiento de estos problemas
médicos? □
PUNTUACIONES DE VALIDEZ
La información anterior está significativamente distorsionada por:
15. ¿Imagen distorsionada del paciente? □
0.No 1 . Sí
16. ¿La incapacidad para comprender del paciente? □
0.No 1. Sí
Comentarios
EMPLEO/RECURSOS
1. Años de educación básica: □ □
2. Años de educación superior (Universidad/Técnicos): □ □
3. Título académico superior obtenido: □
4. ¿Tiene carnet de conducir en vigor? □
0. No 1. Sí
5. ¿Cuánto duró el período más largo de empleo regular? (ver el manual para defini-
ción)
□ □ □ □ años meses
6. ¿Cuánto duró el período más largo de desempleo? años meses □ □ □ □ años meses
7. Profesión habitual (o última): ..................................................... □
(especificar detalladamente)
8. Patrón de empleo usual en los últimos 3 años: □
1. Tiempo completo 2. Tiempo parcial (horario regular)
3. Tiempo parcial (horario irregular, temporal) 4. Estudiante
5. Servicio militar 6. Retirado/invalidez
7. Desempleado (incluir ama de casa) 8. En ambiente protegido
9. ¿Cuántos días trabajó durante el último mes? (excluir tráfico, prostitución u otras
actividades ilegales) □ □
¿Recibió dinero para su mantenimiento de alguna de las siguientes fuentes durante el
último mes?
10. ¿Empleo? □ 0. No 1. Sí
11. ¿Paro? □ 0. No 1. Sí
12. ¿Ayuda social? □ 0.No 1. Sí
13. ¿Pensión o seguridad social? □ 0.No 1. Sí
14. Cónyugue, familia o amigos? □ 0.No 1. Sí
15. ¿Ilegal? □ 0.No 1. Sí
16. ¿Prostitución? □ 0.No 1. Sí
17. ¿Otras fuentes? □ 0.No 1. Sí
18. ¿Cuál es la principal fuente de ingresos que tiene? (utilice los códigos 10-17) □
19. ¿Tiene deudas? □ 0.No 1. Sí:..................................... (cantidad)
9. Otro tratamiento □ □ □ □
17. ¿Cuántos meses duró el período más largo que estuvo abstinente como conse-
cuencia de uno de estos tratamientos?
Alcohol (meses) □ □ Drogas (meses) □ □
18. ¿Qué sustancia es el principal problema? □ □
Por favor, utilice los códigos anteriores o: 00 = no problemas; 15 = alcohol y otras
drogas (adicción doble); 16 = politoxicómano. Cuando tenga dudas, pregunte al paciente
19. ¿Cuánto tiempo duró el último □ □ período de abstinencia voluntaria de esta
sustancia principal, sin que fuese como consecuencia de tratamiento? (meses) (00 = nunca
abstinente)
380 Evaluación de los trastornos Adictivos
Drogadicción: Evaluación, Tratamiento y Rehabilitación
20. ¿Hace cuántos meses que terminó esa abstinencia? □ □
(00 = todavía abstinente) (meses)
21. ¿Cuánto dinero diría usted que ha gastado en el último mes en:
alcohol? (euros) ......................................
drogas? (euros)........................................
22. ¿Cuántos días ha estado recibiendo tratamiento ambulatorio para alcohol o drogas
en el último mes? □ □
(Incluye grupos de autoayuda del tipo Alcohólicos Anónimos [AA], Narcóticos Anónimos
[NA])
23. ¿Cuántos días en el último mes ha experimentado usted problemas relacionados
con el alcohol? (días) □ □ problemas con otras drogas? (días) □ □
PARA LAS PREGUNTAS 24 Y 25, POR FAVOR, PIDA AL PACIENTE QUE UTILICE
LA ESCALA DE AUTOEVALUACIÓN
24. ¿Cuánto le han molestado o preocupado en el último mes estos problemas relacio-
nados con el alcohol? □ □ problemas con otras drogas? □ □
25. ¿Qué importancia tiene ahora para usted el tratamiento para estos problemas
relacionados con el alcohol? □ □ con otras drogas? □ □
ESCALA DE GRAVEDAD PARA EL ENTREVISTADOR
26. ¿Cómo puntuaría la necesidad del paciente de tratamiento para:
abuso de alcohol? □ □
abuso de otras drogas? □ □
PUNTUACIONES DE VALIDEZ
La información anterior está significativamente distorsionada por:
27. ¿Imagen distorsionada del paciente? □ 0.No 1. Sí
Abuela
Abuelo
Madre
Tía
Tío
Otro impte.
Evaluación de los Trastornos Adictivos 383
Drogadicción: Evaluación, Tratamiento y Rehabilitación
Rama Paterna
Alcohol Drogas Psiquiátrico
Abuela
Abuelo
Madre
Tía
Tío
Otro impte.
Hermanos
Alcohol Drogas Psiquiátrico
Hermano1
Hermano2
Hermana1
Hermana2
Hermqanastro
Otro impte
2. ¿Cuánto tiempo hace que tiene este estado civil? □ □ □ □ años meses
9A. ¿Diría usted que ha tenido relaciones personales próximas, duraderas, con alguna
de las siguientes personas en su vida?
0.No 1. Sí
Último mes A lo largo de la vida
Madre
Padre
Hermanos
/hermanas
Pareja sexual/
esposo
Hijos
Amigos íntimo
Amigos íntimo
¿Alguna de estas personas ha abusado de usted?0.No 1. Sí
Último mes A lo largo de la vida
□ Emocionalmente? (insultándole, etc.)
□ Fisicamente? (produciendole danos fisicos)
□ Sexualmente? (forzandole a mantener relaciones sexuales)
19. ¿Cuántos días en el último mes ha tenido problemas serios
A. Con su familia? □ B. Con otras personas? □
PARA LAS PREGUNTAS 20 Y 23, POR FAVOR, PIDA AL PACIENTE QUE UTILICE
LA ESCALA DE AUTOEVALUACIÓN.
Evaluación de los Trastornos Adictivos 387
Drogadicción: Evaluación, Tratamiento y Rehabilitación
SALUD MENTAL
1. ¿Cuántas veces ha recibido tratamiento por problemas psicológicos o emocionales?
Tratamiento hospitalario: □ □ □ □
Tratamiento ambulatorio: □ □ □ □
2. ¿Recibe una pensión por incapacidad psíquica? □ 0. No 1. Sí
¿Ha pasado un período de tiempo significativo (no directamente debido al uso de
alcohol o drogas) en el cual usted (consulte el manual para definiciones):
0. No 1. Sí
1. INTRODUCCIÓN.
El ASI es una herramienta dinámica que se ha ido adaptando progresivamen-
te a las modificaciones en las tendencias y patologías de los consumos que se
han producido con el paso de los años. Ha evolucionado hasta nuestro días con la
versión nueva de ASI 6 que es el instrumento que desarrollaremos en esta unidad.
El Índice de Gravedad de la Adicción (Addiction Severity Index, ASI) es una
entrevista multidimensional empleada para valorar la gravedad del uso de sustan-
cias (alcohol y drogas), del estado de salud y de los problemas laborales, fami-
liares, sociales y legales que pudieran estar asociados al consumo de alcohol y
otras drogas, con el principal objetivo de proporcionar tratamientos específicos e
individualizados para cada paciente en función de sus necesidades. El ASI tiene
tanto una importancia conceptual como práctica dado su acercamiento multidimen-
sional a la evaluación de la gravedad de la adicción. Además las investigaciones
han obtenido datos que apoyan la capacidad del instrumento para diseñar y medir
la efectividad del tratamiento.
2. INSTRUMENTO.
INFORMACIÓN GENERAL
Esta es una entrevista estandarizada que formula preguntas acerca de varios
aspectos de su vida-salud, empleo, uso de alcohol y drogas, etc. Algunas de las
preguntas se refieren a los últimos 30 días o a los últimos 6 meses, mientras que
otras abarcan toda su vida. Toda la información que Vd. nos dé es confidencial
(explicar con precisión) y será utilizada para (explicar el propósito). Por favor,
conteste a las preguntas con la mayor precisión. Si hay preguntas que no entiende
o que prefiere no contestar, por favor dígamelo.
La entrevista dura aproximadamente una hora. ¿Tiene alguna pregunta antes
de comenzar?… Primero empezaremos con algunas preguntas de información
general.
SF16. ¿Tiene algún tipo de discapacidad física que afecte gravemente a su visión,
audición o movilidad? □ -si la respuesta es “Sí” especifique:.............................
[NOTA: Si SF3 - SF16 son todas 0-No, ignorar SF17.]
SF17. ¿Alguna vez le han prescrito medicación para alguna de esas enfermedades? □
0. No 1. Sí, todavía tomo todos los medicamentos prescritos
2. Sí, debería estar tomando la medicación pero no la tomo
SF25. ¿Cuántas veces en su vida ha estado hospitalizado (al menos una noche) por
problemas de salud física? □ □ Veces
-No incluir tratamiento de alcohol/drogas, hospitalizaciones psiquiátricas, o parto sin
complicaciones
SF26. ¿Cuántas veces ha acudido a un servicio de urgencias por cualquier problema
de salud física? 000 ➔ SF27
A B.
□□□ □□
SF27. ¿Cuántos días ha tomado la medicación prescrita para una enfermedad física?
000 ➔ SF28
A B.
□□□ □□
-No incluir medicación para problemas de alcohol/drogas/psiquiátricos.
SF28. ¿Cuántas consultas ambulatorias ha realizado con un médico u otro profesional
sanitario? 000 ➔ E/R A B.
□□□ □□
ej. exploraciones físicas o cualquier otro control o seguimiento por alguna enfermedad
física.
-No incluir tratamiento para alcohol/drogas o psiquiátrico.
Empleo/Recursos
Las siguientes preguntas se refieren a su educación, empleo y situación económica.
E1. ¿Cuál es el máximo nivel de estudios alcanzado? □
1. Obligatoria (1ª y 2ª); 2. Bachillerato/ FP; 3. Diplomatura; 4. Licenciatura; 5. Postgrado (Máster/
Doctorado)
6. Ninguno
E2. ¿Tiene algún otro título, diploma o certificado de enseñanzas regladas? □ 1-Sí,
0-No
E3. ¿Cuál es el último curso que completó? □ □
01= 1º Primaria; 02= 2º Primaria …; 03= 2º ESO/ Graduado Escolar (antiguo);
04= 4º ESO/ Graduado en Educación Secundaria; 05= 2º Bachillerato/ FP;
06= 1º Carrera/ Estudios Superiores; 07= 2º Carrera, 08 = Diplomatura,
E4. ¿Ha servido alguna vez en las Fuerzas Armadas españolas? □ 1-Sí, 0-No
E5. ¿Actualmente cursa algún tipo de estudio académico o de formación laboral?
ej. clases para el Graduado en Educación Secundaria, formación profesional, universi-
dad, etc.
□ 0-No, 1-Tiempo parcial, 2-Tiempo completo
E6. ¿Tiene carnet de conducir en vigor? □ 1-Sí, 0-No
E7. ¿Tiene coche propio? □ 1-Sí, 0-No
E8. Actualmente, ¿le resulta difícil acudir al tratamiento, al trabajo/estudios, o encontrar
trabajo por culpa del transporte? □ 1-Sí, 0-No
[NO TA: Codifique E9. Haga la pregunta sólo si no puede codificarla basándose en la
información previa.]
E9. ¿Lee/escribe (español) lo suficientemente bien como para rellenar una solicitud
de empleo? □ 1-Sí, 0-No
Empleo/Recursos
Las siguientes preguntas se refieren a su educación, empleo y situación económica.
E1. ¿Cuál es el máximo nivel de estudios alcanzado? □
1. Obligatoria (1ª y 2ª); 2. Bachillerato/ FP; 3. Diplomatura; 4. Licenciatura; 5. Postgrado (Máster/
Doctorado); 6. Ninguno
E4. ¿Ha servido alguna vez en las Fuerzas Armadas españolas? □ 1-Sí, 0-No
E5. ¿Actualmente cursa algún tipo de estudio académico o de formación laboral?
ej. clases para el Graduado en Educación Secundaria, formación profesional, universi-
dad, etc.
□ 0-No, 1-Tiempo parcial, 2-Tiempo completo
E6. ¿Tiene carnet de conducir en vigor? □ 1-Sí, 0-No
E7. ¿Tiene coche propio? □ 1-Sí, 0-No
E8. Actualmente, ¿le resulta difícil acudir al tratamiento, al trabajo/estudios, o encontrar
trabajo por culpa del transporte? □ 1-Sí, 0-No
[NO TA: Codifique E9. Haga la pregunta sólo si no puede codificarla basándose en la
información previa.]
E9. ¿Lee/escribe (español) lo suficientemente bien como para rellenar una solicitud
de empleo? □ 1-Sí, 0-No
7. Otro □
12. Fuerzas Armadas; 13. Empleado/a del servicio doméstico; 14. Otros
Evaluación de los Trastornos Adictivos 403
Drogadicción: Evaluación, Tratamiento y Rehabilitación
E23. ¿Cuánta importancia tiene para Vd. ahora cualquier tipo de orientación laboral
(como asesoramiento, formación o educación) que le ayude a encontrar un empleo o a
solucionar los problemas relacionados con el trabajo? □
-asistencia actual o adicional
0. Ninguna; 1. Leve; 2. Moderada; 3. Considerable; 4. Extrema
Las siguientes preguntas (E24-E32) se refieren a sus fuentes de ingresos y recursos
económicos.
E24. ¿Vive en un alojamiento pagado por el gobierno o recibe algún tipo de subven-
ción para la vivienda? □ 1-Sí, 0-No
En los últimos 30 días, ¿cuánto dinero ha recibido de:
E25. pensión, seguridad social, o paro? □ □ □ □ □ €
E25b. …últimos 6 meses? □ □ □ □ □ €
E26. servicios sociales? €
p.e. subsidio social, ONGs
E26b. … últimos 6 meses? □ □ □ □ □ €
E27. otras ayudas institucionales? □ □ □ □ □ €
p.e. alimentación, facturas luz, agua…
E27b. … últimos 6 meses? □ □ □ □ □ €
E28. pensión alimenticia y compensatoria? □ □ □ □ □ €
-del padre/madre de los hijos o ex-cónyuge
E28b. … últimos 6 meses? □ □ □ □ □ €
E29. actividades ilegales? □ □ □ □ □ €
p.e. tráfico de drogas, prostitución, juego ilegal, venta de objetos robados
E29b. … últimos 6 meses? □ □ □ □ □ €
E30b. … últimos 6 meses? □ □ □ □ □ €
E31. ¿Cuáles son en la actualidad sus fuentes de ingresos para los gastos de vivienda,
alimentación y otros gastos?
[Señale todas las que correspondan]
□ 1. Empleo □ 2. Jubilación
-ej. plan de pensiones privado, seguridad social
□ 3. Incapacidad
ej. seguro privado, seguridad social por incapacidad
□ 4. Paro □ 5. Servicios sociales
-ej. subsidios, préstamos, prestación social, ONGs
□ 6. Pensión alimenticia o compensatoria
□ 7. Familia, amigos o asociados
□ 8. Ingresos ilegales
□ 9. Institución o alojamiento supervisado
-p.e. hospital, comunidad terapéutica, piso protegido, centro de acogida, etc.
□ 10. Otros, ej. ahorros, etc: Especifique:...........................................
□ 11. Ninguno
Drogas/Alcohol
Las siguientes preguntas se refieren a su uso de alcohol y otras drogas, y a cualquier
tratamiento para abuso de sustancias que haya recibido.
• Historial de Tratamientos
D1. ¿Cuántas veces ha estado en tratamiento por su uso de alcohol/drogas?
-Incluya las evaluaciones en persona incluso si no se han seguido de tratamiento □ □
Si tu respuesta es 00 pasa a la pregunta D6
D2. ¿Cuántos de esos tratamientos fueron sólo de desintoxicación? □ □
-Desintoxcación no seguida de tratamiento adicional
D3. ¿Qué edad tenía la primera vez que entró en un tratamiento para abuso de
alcohol/drogas? □ □ Cuántos días ha:
D4. acudido a un programa ambulatorio o a consulta (para tratamiento de alcohol/
drogas)
A .Últimos 6 meses B. 30 Días
□□□ □□
Si tu respuesta es 000 pasa a la pregunta D5
D5. tomado medicación prescrita para tratar su uso de alcohol/drogas?
ej. metadona, naltrexona, Revia, etc.-Excluya fármacos para la dependencia nicotínica
A .Últimos 6 meses B. 30 Días
□□□ □□
Si tu respuesta es 000 pasa a la pregunta D5
D6. acudido a grupos de autoayuda como AA, NA?
A .Últimos 6 meses B. 30 Días
□□□ □□
Si tu respuesta es 000 pasa a la pregunta D5
D7. ¿Cuánto duró el período de tiempo continuado más largo que estuvo acudiendo a
grupos de autoayuda al menos 2 días por semana?
□ □ años □ □ meses 407
Evaluación de los Trastornos Adictivos
Drogadicción: Evaluación, Tratamiento y Rehabilitación
• Uso de Alcohol
D8. ¿Cuántos años ha bebido alcohol de forma regular, 3 o más dias a la semana?
- Excluya el tiempo sin consumo □ □ años
Si tu respuesta es 00 pasa a la pregunta D10
D9. ¿Cuántos años ha bebido bebidas alcoholicas al días de forma regular ? □ □
Si tu respuesta es 00 pasa a la pregunta D11
D10. ¿ha bebido mas de 4 bebidas alcolicas en un día durante 50 o más días de su
vida? □ 1-Sí, 0-No
D11. ¿Qué edad tenía la primera vez que bebió alcohol y notó sus efectos? □ □
D12. En los últimos 6 meses, durante el mes que más bebía, ¿con qué frecuencia
bebía? □
0. Abstinente; 1. 1-3 veces al mes; 2. 1-2 veces a la semana; 3. 3-6 veces a la semana
4. Diariamente.
D13. En los últimos 30 días, ¿cuántos días ha bebido alcohol? □ □
Si tu respuesta es 00 pasa a la pregunta D20
D14. ¿Cuándo bebió por última vez? □ □
[00 si hoy, 01 si ayer, 02 si hace 2 días, etc.]
D15. En los últimos 30 días, ¿cuántos días ha tomado al menos 4 bebidas alcoholicas
en un día? □ □
D16. En los últimos 30 días, ¿cuánto dinero ha gastado en alcohol para usted mismo?
□□□□□€
• Síntomatología Alcohólica
En los últimos 30 días:
D17. ¿Ha experimentado síntomas de abstinencia (se ha sentido enfermo) tras
disminuir el consumo o dejar de beber? □ 1-Sí, 0-No
D18. ¿Ha tenido algún problema para controlar, disminuir o abstenerse de beber
alcohol; o ha empleado la mayor parte del día bebiendo? □ 1-Sí, 0-No
D19. Debido a la bebida, ¿ha tenido problemas médicos o psicológicos; o en el trabajo
(colegio) o en el hogar, o se ha visto envuelto en discusiones o problemas con la ley? □
1-Sí, 0-No
D20. ¿El ansia o los impulsos de beber han supuesto un problema para usted? □
1-Sí, 0-No
D21. ¿Cuántos días ha tenido estas u otras dificultades debido al consumo de alcohol?
□□
Si tu respuesta es 00 pasa a la pregunta D23
D22. En los últimos 30 días, ¿cuánta preocupación ha tenido por estos problemas
relacionados con el alcohol? □
0. Ninguna; 1. Leve; 2. Moderada; 3. Considerable; 4. Extrema
D23. ¿Cuánta importancia tiene ahora para Vd. el tratamiento (actual o adicional) para
dejar de beber? □
0. Ninguna; 1. Leve; 2. Moderada; 3. Considerable; 4. Extrema
D24. ¿Cuánta importancia tiene para Vd. lograr/mantener la abstinencia total del
alcohol (es decir, no beber nada)? □
0. Ninguna; 1. Leve; 2. Moderada; 3. Considerable; 4. Extrema
D25. Marihuana □□ □□ □□ □□ □□
D26. Sedantes □□ □□ □□ □□ □□
D27. Cocaína □□ □□ □□ □□ □□
D28. □□ □□ □□ □□ □□
Estimulantes
D29. □□ □□ □□ □□ □□
Alucinógenos
D30. Heroína □□ □□ □□ □□ □□
D31. Metadona □□ □□ □□ □□ □□
D32. Otros □□ □□ □□ □□ □□
Opiáceos
D33. Inhalantes □□ □□ □□ □□ □□
Problema Principal
D34. ¿Cuál de las sustancias listadas (01-12) es para usted la mas problemática y
puede haberle llevado a iniciar tratamiento?
A . Categoría □ □
Si tu respuesta es 00 pasa a la pregunta D37
. Indique la sustancia específica de la categoría codificada:..............................
Problema Secundario
D35. ¿Cuál de las sustancias listadas (01-12) es para usted la 2ª mas problemática y
puede haberle llevado a iniciar tratamiento?
A. Categoría □ □
Si tu respuesta es 00 pasa a la pregunta D37
. Indique la sustancia específica de la categoría codificada:..............................
Problema Terciario
D36. ¿Cuál de las sustancias listadas (01-12) es para usted la 3ª mas problemática y
puede haberle llevado a iniciar tratamiento?
A. Categoría □ □
Si tu respuesta es 00 pasa a la pregunta D37
. Indique la sustancia específica de la categoría codificada:..............................
Vía(s) de Administración
¿De qué forma ha consumido ................................ ?
B. A lo largo de la vida C. Últimos 30 días
[señale las que correspondan] [señale las que correspondan]
..........1. Oral ............1. Oral
......... .2. Inhalada ............ 2. Inhalada
......... .3. Fumada 3. Fumada
......... .4. Inyectada ............ 4. Inyectada
......... .5. Otro ............ 5. Otro
[NO TA: 4. Inyectada = inyección IV y no- IV; ej. intramuscular, subcutánea, etc.]
Consumo de Drogas- Aspectos Globales
D37. ¿Cuántos años ha consumido 3 o más días a la semana drogas ilegales (exclu-
yendo alcohol), o ha abusado de la medicación prescrita? □ □
D38. En los últimos 6 meses, en el mes de máximo consumo de drogas ilegales (y/o
abuso de la medicación prescrita), ¿con qué frecuencia estuvo consumiendo drogas? □
0 - No Consumo ;
1 - 1-3 veces al mes
2 - 1-2 veces a la semana
3 - 3-6 veces a la semana
4 - Diariamente
D40. ¿Cuándo consumió por última vez drogas ilegales o abusó de la medicación
prescrita? □ □
00 si hoy: 01 si ayer; 02 si hace 2 días, etc.
D41. En los últimos 30 días, ¿cuánto dinero gastó en drogas? □ □ □ □ €
-Excluya el dinero para los medicamentos que son parte del tratamiento de drogas (e.j.
metadona, medicamentos de desintoxicación, etc.)
Síntomas relacionados con el Consumo de Drogas En los últimos 30 días:
D42. ¿Ha experimentado síntomas de abstinencia (se ha sentido enfermo) tras
disminuir o dejar de consumir alguna droga? □ 1-Sí, 0-No
D43. ¿Ha tenido alguna problema para controlar, disminuir o dejar de consumir alguna
droga; O ha empleado la mayor parte del día consumiendo alguna droga, recuperándose de
sus efectos ointentando conseguirla? □ 1-Sí, 0-No
D44. Debido a las drogas, ¿ha tenido problemas médicos o psicológicos; o en el
trabajo (colegio) o en el hogar, o se ha visto envuelto en discusiones o problemas con la
ley? □ 1-Sí, 0-No
D45. ¿El ansia o los impulsos de consumir drogas han supuesto un problema para
usted? □ 1-Sí, 0-No
D46. ¿Cuántos días ha tenido estas u otras dificultades debido al consumo de drogas?
□□
Si tu respuesta es 00 pasa a la pregunta D48
D47. En los últimos 30 días, ¿cuánta preocupación ha tenido por culpa de estos
problemas relacionados con las drogas? □
L10. Otros delitos contra la propiedad? -hurtos en tiendas, robos -fraude, venta de
objetos robados, vandalismo, provocación de incendios, allanamiento
A .Total B. 6 meses
□ □□ □□
L15. ¿Hace cuánto que le detuvieron por última vez? □ □ Años □ □ Meses [Codifique
00 si en el último mes (30 días)]
L16. ¿Cuántas veces le han condenado por un delito cometido después de los 18 años
de edad?
□ □ Veces -ej. libertad provisional, encarcelamiento, multas
L17. Desde los 18 años, ¿cuánto tiempo en total ha pasado en la cárcel o prisión? □ □
Años □ □ Meses
Evaluación de los Trastornos Adictivos 415
Drogadicción: Evaluación, Tratamiento y Rehabilitación
L18. ¿Su admisión a tratamiento es judicial? □ 1-Sí, 0-No -ej. por orden judicia
Actualmente, ¿se encuentra en alguna de las siguientes situaciones?
1-Sí, 0-No
L19. Libertad provisional □
L20. Libertad condicional □
L21. Pendiente de juicio o cargos □
L22. Pendiente de sentencia □
L23. Participando en un programa de reinserción □
L24. Otros □
-ej. pendiente de auto de prisión, bajo juicio de amparo, arresto domiciliario, monitori-
zación electrónica
L25. ¿Cuánta gravedad tienen para usted sus problemas judiciales actuales? □
0 - Ninguna; 1 - Leve, 2 - Moderada; 3 - Considerable; 4 – Extrema
(L26 - L30) En los últimos 6 meses:
Pre-A. ¿Ha ............................................... ?
[NO TA: Si No, codifique 000 en A. y vaya al siguiente ítem]
A. número de días, últimos 6 meses
B. número de días, últimos 30 días
L26. vendido o fabricado drogas? -tráfico o distribución para obtener dinero, sexo, o
cualquier otro beneficio
A .Últimos 6 meses B. 30 Días
□□□ □□
L27. robado a alguien?
A .Últimos 6 meses B. 30 Días
□□□ □□
L28. robado algo, vendido objetos robados, falsificado recetas o cheques, destruido propiedades
o provocado incendios?
A .Últimos 6 meses B. 30 Días
□□□ □□
L28c. …hurtos en tiendas
A .Últimos 6 meses B. 30 Días
□□□ □□
L28d. …robos / allanamiento
A .Últimos 6 meses B. 30 Días
□□□ □□
L28e. …robo de vehículos
A .Últimos 6 meses B. 30 Días
□□□ □□
L28f. …falsificación
A .Últimos 6 meses B. 30 Días
□□□ □□
L28g. …fraude
A .Últimos 6 meses B. 30 Días
□□□ □□
L28h. …vandalismo
A .Últimos 6 meses B. 30 Días
□□□ □□
L28i. …provocado incendios
A .Últimos 6 meses B. 30 Días
□□□ □□
L28j. …otros delitos de robo/ contra la propiedad
A .Últimos 6 meses B. 30 Días
□□□ □□
L30. cometido algún otro acto ilegal? -tenencia ilícita de armas, envuelto en prosti-
tución o proxenetismo o juego ilegal, etc. [excluya uso o posesión de drogas para uso
personal, CBE]
A .Últimos 6 meses B. 30 Días
□□□ □□
L30a. …tenencia ilícita de armas
A .Últimos 6 meses B. 30 Días
□□□ □□
L30b. …prostitución/proxenetismo
A .Últimos 6 meses B. 30 Días
□□□ □□
L30c. …juego ilegal
A .Últimos 6 meses B. 30 Días
□□□ □□
L31. En los últimos 30 días, ¿cuántos días ha estado involucrado en alguno de los
delitos anteriores? □□
L32. ¿Cuántos días en total ha conducido bajo los efectos del alcohol o drogas? □
□
Familia/Red Social: Las siguientes preguntas se refieren a sus relaciones famil-
iares y sociales.
F1. ¿Ha mantenido alguna relación romántica o sexual con una pareja en el último
mes? □ 1-Sí, 0-No
[NO TA: Si No, salte F3A-F9A.]
F2. ¿Cuántos amigos íntimos tiene? □ □
-Excluya cónyuge / pareja sexual, y cualquier otro familiar adulto
[NO TA: Si 00, salte F3C-F9C.]
F18. ¿Es importante para usted tener relaciones cercanas con alguien? □ 1-Sí, 0-No
F52. ¿Alguna vez los SPM se han llevado a alguno de sus hijos del domicilio familiar?
□ 1-Sí, 0-No
F53. ¿Alguna vez le han quitado la patria potestad? □ 1-Sí, 0-No
-Sus derechos de paternidad fueron suspendidos permanentemente por decisión
judicial
F54. ¿Actualmente se halla envuelto en un caso de custodia o está siendo investigado
o tutelado por los servicios de protección del menor? □ 1-Sí, 0-No
Salud Mental: Las siguientes preguntas se refieren a cualquier tratamiento o evalua-
ciones que pueda haber recibido debido a problemas emocionales o psicológicos.
P1. En su vida, ¿cuántas veces ha estado hospitalizado debido a problemas emocio-
nales o psicológicos? ej. en un hospital o comunidad terapéutica □ □ Veces
P2. En su vida, ¿Alguna vez le han prescrito fármacos para tratar problemas emocio-
nales/psicológicos? □ 1-Sí, 0-No Si tu respuesta es 0 pasa a la pregunta P4
P3. ¿Cuántos días ha tomado medicación para tratar problemas emocionales o
psicológicos? Si tu respuesta es 0 pasa a la pregunta P4
A .Últimos 6 meses B. 30 Días
□□□ □□
P4. En su vida, ¿a cuántas consultas ambulatorias ha acudido por problemas emocio-
nales/psicológicos? □
-Incluya evaluaciones en persona incluso si no se han seguido de tratamiento adicional -Incluya
también consultas relacionadas = médico de atención primaria por problemas psicológicos, y monitori-
zación de psicofármacos
P6. ¿Qué edad tenía la primera vez que recibió un tratamiento o fue evaluado por
problemas emocionales o psicológicos? □ □ Años
EP7.
valuación de los Trastornos Adictivos 423
¿Actualmente recibe una pensión por discapacidad psicológica? □ 1-Sí, 0-No
Drogadicción: Evaluación, Tratamiento y Rehabilitación
Las siguientes preguntas se refieren a diferentes maneras en que vd puede haberse sentido o
actuado. Algunas preguntas se refieren a si alguna vez en su vida se sintió o actuó de una manera
determinada, y otras se centran sólo en los últimos 30 días.
□ □ □□
□ □ □□
P14. (desde los 18 años) empujado, golpeado o tirado objetos a alguien, o utilizado un
arma contra alguien?
A. B. C.
Vida 30 Días Hace “x” días
□ □ □□
P15. pensado seriamente en suicidarse?
A. B. C.
Vida 30 Días Hace “x” días
□ □ □□
P16. intentado suicidarse?
A. B. C.
Vida 30 Días Hace “x” días
□ □ □□
P17. experimentado otros problemas emocionales o psicológicos no mencionados
anteriormente? -ej. trastorno de la conducta alimentaria, manía, etc.
A. B. C.
Vida 30 Días Hace “x” días
□ □ □□
Especifique:..................................................
[NO TA: Si P9 - P17 son todos 0-No, es decir, no problemas o síntomas psiquiátricos
en los últimos 30 días, vaya a P21]
(P18 - P20) En los últimos 30 días: -Excluya P8 (problemas con el sueño) para
P18 - P21
P18. ¿Cuántos días ha experimentado estos problemas emocionales o psicológicos?
□ □ Días
P19. ¿Cuántos días ha sido incapaz de realizar sus actividades normales debido a
problemas o síntomas psicológicos/emocionales? □ □ Días
P20. ¿Cuánta molestia o preocupación ha tenido por estos problemas psicológicos o
mocionales? □
0 - Ninguna; 1 - Leve; 2 - Moderada; 3 - Considerable; 4 - Extrema
P21. ¿Cuánta importancia tiene ahora para vd el tratamiento (actual o adicional) para
sus problemas psicológicos? □
0 - Ninguna; 1 - Leve; 2 - Moderada; 3 - Considerable; 4 - Extrema
desintoxicación.
Otras normas de codificación de respuestas.
Estas normas se aplican tanto para la codificación como observador de una
entrevista como para cuando se es el realizador de la entrevista. Cuando usted
realice la entrevista obtenga tanta precisión como sea razonable para codificar el
ítem adecuadamente y, al mismo tiempo, no prolongue excesivamente la entrevista
o se detenga en disquisiciones
superfluas o de poco valor. También es preferible, si el tiempo lo permite, que
realice los “cálculos” durante el curso de la entrevista, y ofrezca su estimación al
paciente para que la valide o incluso le de una respuesta mas precisa.
Los pacientes en ocasiones responden con fechas aproximadas y no con
valores. Puesto que a menudo los pacientes no pueden decirle fácilmente cuantos
días han hecho/ experimentado algo durante los últimos 6 meses, Vd. puede encon-
trarse con respuestas del tipo: “Estuve en el hospital desde mayo a julio”. Asumiendo
la codificación de 30 días/mes, el paciente pudo estar hasta 90 días (si es que per-
maneció cada día de los tres meses en el hospital) o solo 32 días (si permaneció un
día de mayo, todo junio y un día de julio). Aunque no podamos obtener información
precisa siempre, el rango (32-90) para el ejemplo anterior es demasiado impreciso
y será necesario indagar mas. Si el paciente recuerda las fechas exactas seria lo
optimo, pero esto no suele ser frecuente. Por tanto, si las fechas se desconocen,
unas aclaraciones indagatorias como “.era al principio de mayo, a mediados o a
finales de mayo?”, y de forma similar para el mes de julio, permitirán al entrevistador
estrechar el rango de respuesta sustancialmente. Por ejemplo, la mitad de los dos
meses lo acotarían a unos 60 días, o el comienzo de mayo hasta el final de julio
serian unos 75-80 días.
ser distintos. Algunas de las diferencias mas relevantes que se han mencionado en
la literatura son las siguientes:
a) Diferencias en los patrones de uso. Los adolescentes tienden a realizar un
consumo mas ligado al tiempo de ocio que los adultos. Algunos estudios en pobla-
ciones clínicas y comunitarias muestras que mientras que los adultos tienden a usar
solamente alcohol, los adolescentes acompañan ese uso con el de otras drogas
tales como el cánnabis.
b) Diferencias en razones para el consumo. Una de las razones que mas
parece afectar en el inicio y mantenimiento de los consumos de sustancias entre
los adolescentes es el hecho de que estos consumos adquieren la función de dis-
tanciamiento o diferenciación del grupo normativo, aspecto que no parece tener
excesiva relevancia entre los adultos.
c) Diferencias en el curso de los trastornos de abuso y dependencia de sus-
tancias psicoactivas. Algunos trabajos han mostrado que mientras que los adoles-
centes pueden llegar a cumplir los criterios de dependencia o abuso tan solo un
año después de iniciado el consumo, en el caso de los adultos la evolución es mas
lenta.
d) Diferencias en áreas de la vida afectadas. Debido a la situación económica,
social e incluso psicológica y sanitaria que atraviesan los adolescentes, la eva-
luación ha de ser distinta. Por ejemplo, mientras que en los adultos es interesante
evaluar la situación laboral, entre los adolescentes parece mas interesante la eva-
luación de la situación escolar, ya que hasta los 16 años como mínimo, estos se
encuentran en periodo de educación obligatoria.
técnicos entrenados.
3. Población: Adolescentes (12-18 anos), y en su caso, padres o tutores del
adolescente para contrastar la información.
4. Proporciona información básica sobre un adolescente antes de entrar en un
programa de tratamiento para el uso de sustancias y problemas relacionados.
5. Propósitos en la evaluación del abuso de sustancias en adolescentes: evaluar
la gravedad de la adicción, proporcionar un perfil de gravedad de la adicción a
través de la puntuación de gravedad en cada área evaluada y hacer un seguimiento
y cuantificar el cambio en los problemas comúnmente asociados al abuso de sus-
tancias con su aplicación periódica.
6. Se compone de 7 áreas independientes entre si:
1) Uso de sustancias (24 ítems)
2) Estatus escolar (20 ítems)
3) Empleo/soporte económico (34 ítems)
4) Relaciones familiares (20 ítems)
5) Relaciones con iguales/sociales (18 items)
6) Estatus legal (16 items)
7) Estatus psiquiátrico (22 ítems)
7. Las distintas áreas cuentan con tres tipos de ítems:
a) El primer tipo se refiere a las preguntas objetivas de la entrevista, que facilitan
información del estado actual del adolescente en las áreas evaluadas.
b) El segundo tipo se centra en la valoración subjetiva que el paciente realiza
de sus problemas y de la necesidad de tratamiento, para lo cual se utiliza una
escala de autoevaluación del paciente de 5 puntos, donde: 0 significa ninguna, 1
leve, 2 moderada, 3 bastante, 4 considerable y 5 extrema.
c) El tercer tipo son preguntas que el evaluador utiliza para valorar la veracidad
de la información que el evaluado aporta.
8. La gravedad de la adicción del adolescente se evalúa en función de la
necesidad de tratamiento para su problema adictivo. La gravedad se puntúa en una
2. INSTRUMENTO
Teen-ASI INFORMACIÓN
Nombre del paciente:.......................................................................................
Nombre del informante: ...................................................................................
Relación del informante con el paciente:..........................................................
Dirección actual.................................................................................................
Nº de identificación (PEEDRO):............(Nº de Historia Clínica): ........................
Fecha de admisión (1ª visita):................ /............/............./...............................
Fecha de la entrevista:............./............/............./........................................................
Tipo de entrevista: ..................................(primera: E1/ seguimiento: E2, E3, E4)
Entrevista llevada a cabo:........................................(personalmente, por teléfono)
Género:...........................................................................(M= masculino; F= femenino)
Iniciales del entrevistador:..........................................................................................
Motivo del fin de la entrevista:....................
1= el entrevistador suspendió la entrevista; 2= el paciente rehusó ser entrevistado;
3= el paciente fue incapaz de responder.
Fecha de nacimiento:......................................................................................................
Raza Religión
Blanca Protestante
Negra Católica
Asiática Griega ortodoxa
Hispano Judía
Mestizo-biracial Islámica
Otra: ........................ Atea-no creyente
Evaluación de los Trastornos Adictivos 433
Otra: ..............................
Drogadicción: Evaluación, Tratamiento y Rehabilitación
AREA DE
PROBLEMA Nada Un poco Media Mucho Extremo
Drogas 0 1 2 3 4
Estudios 0 1 2 3 4
Trabajo 0 1 2 3 4
Familiar 0 1 2 3 4
Social 0 1 2 3 4
Legal 0 1 2 3 4
Psiquiá-
tricos 0 1 2 3 4
COMENTARIOS:
Según el entrevistador:
AREA DE
PROBLEMA/
NECESIDAD DE No Consi-
TRATAMIENTO problema Leve Moderado derable Grave
Drogas 0 1 2 3 4
Estudios 0 1 2 3 4
Trabajo 0 1 2 3 4
Familiar 0 1 2 3 4
Social 0 1 2 3 4
Legal 0 1 2 3 4
Psiquiátricos 0 1 2 3 4
COMENTARIOS:________________________________________________
______________________________________________________________
______________________________________________________________
______________________________________________________________
________________________________________________________
USO DE DROGAS
¿Qué drogas has tomado/usado durante el último mes?
Frecuencia
Edad de inicio Edad de finaliz.
Droga/s (A/M) (A/M)
Nombra las combinaciones (mezclas) de drogas y/o alcohol que has hecho durante
este último mes:
Drogas Nº días/veces
5- ¿Por qué crees que esa/esas drogas es/ son la(s) que más te perjudica(n)?.
¿Te crean problemas con...
los amigos o la sociedad?
el trabajo o el sustento económico?
la familia?
la escuela?
las leyes?
síntomas psiquiátricos?
436 Evaluación de los trastornos Adictivos
pérdida de control y/o deseo compulsivo/ansia de consumir (craving)?
Drogadicción: Evaluación, Tratamiento y Rehabilitación
11- ¿Cuánto dinero dirías que has gastado en el último mes en: alcohol?
drogas?
12- ¿Alguna/s vez/veces has obtenido drogas a través de: favores sexuales?
actividades ilegales?
13- ¿Cuántos días has tenido visita de tratamiento ambulatorio por alcohol u otras
drogas durante el último mes?
15- ¿Cuántos días has asistido a los grupos de autoayuda (tipo AA RR, AA AA) desde
tu última reunión de seguimiento?
16- ¿Cuántos días has tenido visita de tratamiento ambulatorio por alcohol u otras
drogas desde tu última reunión de seguimiento?
COMENTARIOS:_______________________________________________
___________________________________________________________
17- ¿Cuántos días has estado ingresado en algún centro hospitalario o
residencial por alcohol / drogas desde tu última visita de seguimiento?
18- ¿Cuántos días durante el último mes has tenido problemas con:
el alcohol?
otras drogas?
19- ¿Cuánto te han preocupado durante el mes pasado esos problemas con:
AREA ESCOLAR
1- ¿Vas a la escuela/instituto? SI NO
10- ¿Cuántos días te has “saltado” alguna clase (has “hecho campana”) durante el
último mes?
11- ¿Y en los últimos 3 meses?
12- ¿Cuál fue tu nota media en el boletín de notas de la última evaluación?
13- ¿Cuál fue tu nota media en el último curso (terminado)?
14- ¿Has ayudado a organizar alguna actividad extra-curricular en tu escuela en el
último mes?
SI NO
COMENTARIOS:_______________________________________________
_____________________________________________________________
_____________________________________________________________
SI NO
16- ¿Cómo has estado de preocupado por esos problemas escolares durante
el último mes?
0 1 2 3 4
No Consider-
problema Leve Moderado able Grave
0 1 2 3 4
VALORACIÓN DE LA FIABILIDAD DE LOS DATOS
COMENTAOS:_________________________________________________________
_________________________________________________________________________
_________________________________________________________________________
13- ¿Y durante los últimos 3 meses?
14- ¿Cuántos días has dejado de ir al trabajo durante el último mes por estar enfermo?
442
19- ¿Y durante los 3 últimos meses?Evaluación de los trastornos Adictivos
Drogadicción: Evaluación, Tratamiento y Rehabilitación
20- ¿Cómo te has sentido de satisfecho con tu rendimiento en el trabajo durante este
último mes?
0 1 2 3 4
0 1 2 3 4
22- Si está desempleado: ¿Cuántos días has estado buscando trabajo durante el
último mes?
23- ¿Y durante los últimos 3 meses?
24- ¿Cuántos días has tenido problemas para encontrar trabajo o bien problemas en el
trabajo en el último mes?
25- ¿Y en los últimos 3 meses?
26- ¿Recibes algún tipo de ayuda económica de algún familiar/amigo o del Gobierno,
que suponga la mayoría de tu sustento?
30- ¿Cuánto te han preocupado tus problemas laborales durante el último mes?
0 1 2 3 4
31- ¿Cómo es de importante para ti recibir ayuda (counselling) para tus problemas
laborales?
0 1 2 3 4
No Consider-
problema Leve Moderado able Grave
0 1 2 3 4
COMENTARIOS___________________________________________________
_________________________________________________
444 Evaluación de los trastornos Adictivos
Drogadicción: Evaluación, Tratamiento y Rehabilitación
RELACIONES FAMILIARES
1- ¿Con quién vives actualmente?
con ambos padres (en la misma casa)
con el padre o con la madre (separados)
con otro/s miembro/s de la familia (especificar: .......................)
con amigos
con novio/a o esposo/a
solo
en una institución (internado o residencia)
Últimos 3
NO SI Ultimo mes meses
Madre?
Padre?
Hermanos/
as?
Otro
familiar?
Tutor o
responsable
5 - ¿Cuántas veces / días en el mes pasado? (anotar en la tabla)
5 bis - ¿Y en los últimos 3 meses? (anotar en la tabla)
0 1 2 3 4
10- ¿Cómo valorarías el grado de confianza que tienes con tus padres o con tu tutor o
persona que se encarga de ti?
0 1 2 3 4
COMENTARIOS_______________________________________________
____________________________________________________________
____________________________________________________________
11- ¿En tu familia es posible expresar los sentimientos y las opiniones y ser escuchado
y tenido en cuenta por los demás?:
12- ¿Has sufrido abusos físicos (te han pegado o te han hecho daño) de algún
miembro de tu familia durante el último mes?
14- ¿Has tenido algún tipo de relación sexual con algún miembro de tu familia
(excluido esposo/a) durante el último mes?
16- ¿Cómo de preocupado has estado durante este último mes por tus problemas
familiares?
17- ¿Cómo de importante es para ti recibir ayuda para tus problemas familiares?
No Conside-
problema Leve Moderado rable Grave
0 1 2 3 4
2- ¿Cuántos de estos amigos íntimos suelen tomar drogas como: alcohol (habitual-
mente)?: SÍ NO
marihuana (habitualmente)?: SÍ NO
cocaína (ocasionalmente)?: SÍ NO
otras drogas ilegales (ocasionalmente)?: SÍ NO
5- ¿Cómo te sientes de satisfecho con el tipo / la calidad de relación que tienes con tus
amigos?
6- ¿Tienes novio/a? SI NO
RELACIONES FAMILIARES
1- ¿Con quién vives actualmente?
con ambos padres (en la misma casa)
con el padre o con la madre (separados)
con otro/s miembro/s de la familia (especificar: .......................)
con amigos
con novio/a o esposo/a
solo
Een
valuación de los
una institución Trastornos
(internado Adictivos
o residencia)
449
Últimos 3
NO SI Ultimo mes meses
Madre?
Padre?
Hermanos/
as?
Otro
familiar?
Tutor o
responsable
COMENTARIOS_______________________________________________________
____________________________________________________________________
____________________________________________________________________
10- ¿Cómo valorarías el grado de confianza que tienes con tus padres o con
tu tutor o persona que se encarga de ti?
11- ¿En tu familia es posible expresar los sentimientos y las opiniones y ser
escuchado y tenido en cuenta por los demás?:
12- ¿Has sufrido abusos físicos (te han pegado o te han hecho daño) de algún
Evaluación de los Trastornos Adictivos 451
miembro de tu familia durante el último mes?
Drogadicción: Evaluación, Tratamiento y Rehabilitación
14- ¿Has tenido algún tipo de relación sexual con algún miembro de tu familia
(excluido esposo/a) durante el último mes?
16- ¿Cómo de preocupado has estado durante este último mes por tus problemas
familiares?
0 1 2 3 4
17- ¿Cómo de importante es para ti recibir ayuda para tus problemas familiares?
COMENTARIOS:__________________________________________________
____________________________________________________________
____________________________________________________________
No Conside-
problema Leve Moderado rable Grave
0 1 2 3 4
6- ¿Tienes novio/a? SI NO
7- ¿Cuánto tiempo hace que sois novios?:...................................(meses/años)
8- ¿Cuántos/as novios/as has tenido durante el último año?
9- ¿Tu actual novio/a suele tomar:
alcohol (habitualmente)?: SÍ NO
marihuana (habitualmente)?: SÍ NO
cocaína (ocasionalmente)?: SÍ NO
otras drogas ilegales (ocasionalmente)?: SÍ NO
10- ¿En cuántas ocasiones has tenido conflictos/discusiones serias con tu novio/a
durante el último mes?:
11- ¿Y durante los últimos 3 meses?
12- ¿Cómo te sientes de satisfecho con la calidad de la relación con tu novio/a?
COMENTARIOS:_____________________________________________________
___________________________________________________________________
454 Evaluación de los trastornos Adictivos
Drogadicción: Evaluación, Tratamiento y Rehabilitación
15- ¿Cómo de importante es para ti ahora recibir ayuda/tratamiento por los problemas
que tienes con tus amigos o con tu novio/a?
SI NO
una depresión importante (grave)?
ansiedad o tensión importante (grave)?
delirios (creer cosas que los demás decían que no eran ciertas)?
Alucinaciones (ver u oír cosas que los demás no podían ver/oir)?
dificultades para concentrarte, recordar o comprender las cosas?
dificultades para controlar tu comportamiento agresivo/violento?
pensamientos (graves) de suicidio (ideas de quitarte la vida)?
alguna/s tentativa/s de suicidio (quitarte la vida)?
COMENTARIOS:________________________________________________
____________________________________________________________
____________________________________________________________
3- ¿Has tomado alguna medicación (prescrita por el médico) para algún trastorno
psicológico-psiquiátrico (emocional o de conducta)?
4- ¿Cuántos días durante el último mes has experimentado alguno de los anteriores
problemas psicológicos?
5- ¿Cómo valorarías tu grado de preocupación/malestar por los anteriores problemas
psicológicos durante el mes pasado?
SI NO
está claramente deprimido/muy reservado/retraído
se muestra claramente hostil
se muestra claramente ansioso/nervioso
tiene dificultades con la percepción de la realidad, trastornos del
COMENTARIOS: ________________________________________________
__________________________________________________________________
__________________________________________________________________
3. Aplicación.
El Índice de Gravedad de la Adicción (T-ASI) es una entrevista estructurada
breve diseñada para proporcionar información importante sobre aspectos de la
vida del paciente que pueden contribuir al abuso de sustancias y/o síndrome de
dependencia. Es un primer paso en el desarrollo del perfil del paciente para el uso
posterior del personal clínico e investigador. Así, es particularmente importante que
el paciente y los padres del paciente o cuidadores perciban la entrevista como un
primer paso clínico en un intento de ayudarle.
Puesto que el adolescente no siempre es un buen informador del tiempo y de la
situación, también se le administrara la misma entrevista a sus padres o cuidadores.
El instrumento será administrado a cada uno por separado. A ser posible, el ado-
lescente será entrevistado primero, de tal forma que la información pueda ser con-
trastada con sus padres. El formulario del paciente o del adolescente se denomina
T-ASI-A y el formulario para sus padres T-ASI-P. Las preguntas están formuladas
para guiar al paciente. Sin embargo, dichas preguntas podrán ser reformuladas
apropiadamente, para evaluar al paciente, cuando se entreviste a sus padres.
El entrevistador debe presentarse y decir brevemente que tiene deseo de
hacerle unas preguntas al paciente en relación al plan para su tratamiento. Además,
deberá añadir que estas preguntas se le hacen a todas las personas que buscan
tratamiento, que la entrevista es totalmente confidencial y que la información no
saldrá del contexto de tratamiento.
El ultimo paso de la introducción es la explicación de la escala de autoevalua-
ción del paciente. Esta escala de 5 puntos la empleara el paciente para responder
preguntas subjetivas de cada área problema y se le presentara como referencia en
este punto de la entrevista. El entrevistador describirá el uso de la escala y se dará
un ejemplo para comprobar que el paciente lo ha entendido.
Es especialmente importante que el paciente desarrolle la capacidad para
comunicar el grado en que ha experimentado problemas en cada una de las áreas
1.-Tratamiento psicológico.
Tengo que comenzar diciendo que no existe una única forma de entender los
procesos y determinantes de la conducta adictiva desde la psicología. Es decir, que
los tratamientos psicológicos se apoyan en un modelo psicológico, cuya naturaleza
esencial consiste en comprender la conducta por su relación con el contexto, sea de
carácter biográfico o social.
Hay que señalar que el uso de alcohol y drogas es hoy en día uno de los factores
de riesgo más importantes en la mortalidad y la morbilidad en el mundo, en especial
en los países de Europa y América. El tratamiento de los trastornos adictivos ha
experimentado importantes cambios en los últimos 25 años, y en la actualidad, di-
ferentes alternativas de tratamiento pueden utilizarse para aquellas personas con
problemas derivados del uso de sustancias psicoactivas. Los afectados tienen a su
vez, el derecho a recibir el mejor de los tratamientos disponibles. En este contexto
surge la necesidad de la validación empírica de los tratamientos psicológicos en
educativos, médicos, etc). Sin embargo, las características de los pacientes antes y
después de los tratamientos, así como su entorno social, influyen en el éxito del tra-
tamiento. Los individuos que sufren de trastornos psíquicos graves y los que carecen
de apoyo social para alcanzar un estado de abstinencia o disminuir su consumo, por
lo general no obtienen tan buenos resultados como los otros (Roberts, Ogborne,
Leigh y Adam, 1999). En general, es conveniente favorecer el tratamiento grupal y
ambulatorio, las intervenciones de corta duración, y la aplicación de los tratamientos
por parte de terapeutas con sólidas cualidades de comunicación interpersonal (con
empatía y capacidad para forjar una buena alianza terapéutica) (NIDA, 1999).
Las principales orientaciones de psicoterapia que se han estudiado en pacientes
con trastornos por consumo de sustancias son la terapia conductual, la terapia cog-
nitivo-conductual, la terapia motivacional, y la terapia psicodinámica/interpersonal.
Además se ha evaluado la efectividad de las terapias de grupo, la terapia familiar/
conyugal, y la asistencia a grupos de autoayuda. Los datos empíricos existentes
junto con la experiencia clínica, sugieren que los tratamientos psicológicos son
útiles si se adaptan a las necesidades especiales de este tipo de pacientes.
Se ha comprobado que la terapia conductual individual y la terapia conyugal
conductual son tratamientos eficaces en los pacientes con trastornos por consumo
de alcohol (Holder, Longabaugh, Miller y Rubonis, 1991; Miller y Hester, 1986). Entre
los tratamientos mejor establecidos por su efectividad en el tratamiento de la depen-
dencia a cocaína se encuentra el Programa de Refuerzo Comunitario más Terapia
de Incentivo (Budney y Higgins, 1998; Higgins, Budney, Bickel, Hughes, Foerg y
Badger, 1993); y el Tratamiento Cognitivo-Conductual (PR) (Carroll, Rousanville y
Kleber, 1991; Carroll, Rousanville, Nich, Gordon, Whirt y Gawin, 1994). En la depen-
dencia a opiáceos, se ha argumentado evidencia a favor del manejo de contingen-
cias (Jones, Haugh, Stizer, y Svikis, 2000; Gruber, Chutuape y Stizer, 2000). Se ha
evidenciado también eficacia en diversos procedimientos para el tratamiento de la
dependencia a la nicotina: Programas Conductuales Multicomponentes (Baker, Fox
y Hasselbald, 2000; Sánchez-Meca, Olivares y Alcazar, 2000; APA 1995; USDHSS,
1996). Recientes revisiones (Gil, 2003), señalan que las intervenciones en las que
se utiliza un solo componente de tratamiento (saciación, reducción gradual, etc) son
2.-Motivación al tratamiento.
La motivación es uno de los principios para que el tratamiento sea efectivo. Y
no se habla de motivación para entrar y seguir en el tratamiento, sino también de
motivación para el cambio.
Los principios que hay que tener en cuenta son:
1) “El tratamiento necesita estar disponible fácilmente”, se refiere a la mo-
tivación para entrar en el tratamiento y promueve la eliminación de barreras que
dificulten el acceso.
2) “El tratamiento no necesita ser voluntario para que sea efectivo”. Lo
esencial es que el paciente reciba el tratamiento en la dosis adecuada, no siendo
tan relevante cómo llega a él.
3) “El tratamiento efectivo atiende a múltiples necesidades del individuo, no
3.-Recaídas.
La recaída es el resultado de mecanismos psicológicos de aprendizaje y condi-
cionamiento en los que actúan distintos factores antecedentes y consecuentes que
incluyen los sucesos ambientales, cognitivo-afectivos, fisiológicos y conductuales.
La exclusividad explicativa de los modelos psicológicos se observa también en que
las revisiones modernas (Brandon, Vidrine y Litvin, 2007), que no sólo no aportan
ninguna perspectiva radicalmente diferente sino que siguen insistiendo en que la
efectividad a largo plazo de los tratamientos requieren la comprensión de las causas
y procesos de las recaídas, con el fin último de desarrollar estrategias que reduzcan
su presencia.
Marlatt y Gordon (1985) clasificaron los determinantes de la recaída en dos
grandes categorías: intrapersonales e interpersonales. Los primeros abarcan los
estados emocionales negativos, los estados fisiológicos negativos derivados o no
del uso de la sustancia, el deseo de incrementar los estados emocionales positivos,
las pruebas de control personal, y la cesión ante tentaciones o impulsos. Los
segundos, los llamados factores interpersonales, incluyen el afrontamiento con con-
flictos interpersonales, la presión social, y el incremento de los estados emocionales
positivos (tales como los sentimientos de placer, excitación sexual, euforia, etc.)
asociados a situaciones de carácter primordialmente interpersonal. Se reconoce
un componente primario de carácter biológico, lo relevante para el modelo no es
tanto su condición fisiológica cuanto su carácter de eventos condicionados por el
contexto y la propia reacción del sujeto ante dicha actividad biológica, es decir, su
afrontamiento cognitivo-conductual por parte de la persona que lo sufre.
Los programas de tratamiento incluyen, casi sistemáticamente, estrategias
psicológicas que pretenden reducir las probabilidades de recaída y, por lo tanto,
mejorar la efectividad de las intervenciones.
Pero que entendemos realmente por recaídas, la recaída se define como el
proceso de retroceso a los patrones de comportamiento y pensamiento típicos de la
adicción activa, que ya se habían superado, y que finalmente llevan de vuelta al uso,
retrocediendo hasta llegar de vuelta al estado de enfermedad adictiva que existía
antes de comenzar la recuperación. Hay que tener muy claro que para hablar de
una recaída una persona debe haber estado previamente en recuperación, o sea
abstinente y con cambios de conducta, por un período significativo de tiempo. Por el
simple hecho de no haber usado por un tiempo, el volver a usar, no necesariamente
es una recaída. Podría tratarse de episodios de consumo alternos, dentro de un
período de adicción activa.
A pesar de que una recaída puede ser peligrosa y se traduce finalmente en su-
frimiento y pérdida de tiempo y energía, a veces las recaídas también son períodos
de aprendizaje, para una persona que desea recuperarse. A pesar de estar cons-
cientes de su problema y de tener buena disposición para la recuperación, un adicto
puede recaer, sino maneja bien las situaciones de riesgo o descuida su proceso
de cambios. Luego de una recaída es mas probable que el adicto este más claro
en que cosas ha estado haciendo mal. Aún así no es necesario recaer para poder
aprender o avanzar en la recuperación.
Síntomas de una Recaída Una persona en recuperación puede comenzar a
mostrar síntomas de una recaída mucho antes del consumo. Poder identificar estos
síntomas y tratarlos a tiempo puede ayudar a prevenir una recaída:
1.- Retorno del pensamiento obsesivo con respecto al uso: Podrían ser pensa-
mientos relativos al uso, sueños o deseos de usar que vuelven luego de que habían
desaparecido
2.- Actitud de desafío con respecto al plan de recuperación: Volver a los lugares
de riesgo, volver a ver las personas relacionadas con el uso.
3.- Descuidar el plan de recuperación: Dejar de ir a reuniones, o faltar a las citas
con el terapeuta, dejar de leer o hacer ejercicio.
4.- Aislamiento o pérdida de contacto: con las nuevas relaciones de recupera-
ción.
5.- Irritabilidad: especialmente en las relaciones significativas del adicto.
6.- Obsesión con la imagen o los defectos físicos: dietas excesivas, preocupa-
manifiesta como una serie de síntomas o cambios, que son en realidad regresiones
a los antiguos patrones de conducta y pensamiento que ya se habían superado.
Usualmente este proceso esta formado por pequeñas deciciones riesgosas (5) que
la persona toma, y que, enlazadas unas con otras, van llevando a construir el camino
de la recaída. Estas pequeñas deciciones, llamadas tambien “deciciones de riesgo
relativo”(5), son aparentemente sin importancia, pero su efecto es acumulativo y
van llevando al adicto hacia una situación imposible de resistir (7), donde será inevi-
table el uso, pues los márgenes de suceptibilidad se sobrepasan. Existe una línea
imaginaria, o línea de no-retorno (6) luego de la cual no es posible dar marcha atrás
a la conducta de búsqueda y el uso es inminente. Aún así en la zona de transición
entre la línea de no retorno y el uso, la recaída es primariamente conductual y de
actitud, sin que hubiese ocurrido aún el uso.
1.-Entrevista motivacional.
Tengo que comentar antes de centrarme en la entrevista motivacional que
para personas con problemas de consumo de sustancias las técnicas motivacio-
nales se basan principalmente en el respeto al paciente, a sus creencias y escala
de valores. Intentan estimular la motivación y favorecer el posicionamiento hacia
hábitos sanos enfatizando los puntos de vista del paciente y su libertad de escoger.
No es posible motivar a nadie a sacrificarse si no se ve muy claro que va a sacar
beneficio. Tampoco nadie empieza un cambio si no tiene claro que podrá con él,
siendo muy subjetiva la percepción de la magnitud de esta tarea.
Sin embargo existen otros modelos de entrevista para el cambio de hábitos
(coercitivo, argumentativo, persuasivo), aunque voy a destacar las diferencias entre
entrevista informativa clásica y entrevista motivacional centrada en el paciente:
Modelo informativo:
Da consejos expertos.
Intenta persuadir.
Repite los consejos.
Cada estadio registra una actitud mental diferente e implica un tipo de motiva-
ción también distinto:
- Precontemplación. En esta fase la persona no ve, o no quiere ver, ningún
problema en su conducta como lo demuestran frases del tipo “de algo hay que
morir”, “yo soy fuerte y a mí el alcohol no me hace daño” y “mi abuelo murió con 95
años y fumaba”. Es decir La persona no considera la conducta motivo de preocu-
pación aunque la gente de su entorno cercano sufra las consecuencias. En esta
fase podemos intentar, previa creación de un clima adecuado, incrementar el nivel
de contradicción para que afloren motivos de preocupación. Hay que evitar las re-
sistencias, la información no solicitada y la petición de cambios prematuros, siendo
importante aprovechar el momento y la oportunidad de intervenir. Por esta razón no
acuden a tratamiento, o si lo hacen, es presionados por circunstancias ambienta-
les, abandonando el cambio en cuanto disminuyen dichas presiones. En esta fase
nuestra intervención debería centrarse en darle mucha información con el fin de que
pueda salvar el nivel de ambivalencia e indefinición que trae. Es decir tenemos que
intentar darle toda la información posible para que el paciente observe que tiene un
problema.
Ejemplo; Acude a nuestra consulta un joven de 19 años acompañado por sus
padres, los padres nos comentan que el joven fuma porros, que ha bajado el ren-
dimiento en los estudios, que falta mucho a clase y que en casa está aislado, pero
él nos cuenta que todo el mundo fuma porros y que no les pasa nada y que ha odio
hablar de que la marihuana es buena para curar el cáncer. Nuestra labor como
terapeutas es darle la información sobre los efectos de los porros y algunos estudios
que hablen sobre la marihuana y el cáncer. Es decir tendremos que desmitificar las
ideas del joven, para que él vea que tiene un problema.
- Contemplación. La persona empieza a tener algunas dudas sobre su conducta.
Empieza a sopesar los pros y contras aunque no se ve todavía con ánimo de intentar
un cambio: “Tendría que dejar el tabaco porque llevo muchos años fumando” o
“Me gustaría hacer más ejercicio pero me aburre”. Aquí el paciente ya considera
el problema y la posibilidad del cambio pero la ambivalencia puede cronificar este
estadio y hacerlo muy frustrante. La actuación del terapeuta se centrará en de-
sarrollar estrategias adecuadas para moverlo hacia la determinación sin olvidar
que la toma de decisiones la hace el propio individuo y no tanto por la información
recibida. Las estrategias más adecuadas parecen las técnicas de apoyo narrativo y
tienen como finalidad aumentar la disonancia cognitiva del paciente (discordancia
entre conocimientos y conducta) dentro de un clima empático, ya que la persona se
encuentra más receptiva a conectar con las implicaciones personales que comporta
el cambio. Son útiles, en esta fase, el diario de salud y la hoja de balance. El diario
de salud es un registro escrito de la frecuencia con que suceden los hechos que
se quieren estudiar y otros aspectos importantes relacionados con ella. Ayuda al
paciente a aumentar la autopercepción sobre la conducta y sus consecuencias y al
terapeuta a realizar observaciones que le permitan proponer cambios específicos en
los hábitos. Es más útil y preciso que la recogida de información sea diaria en lugar
de semanal. La hoja de balance es un registro escrito de las razones para continuar
igual y las razones para desear el cambio. Sirve para clarificar las dificultades y los
beneficios de la conducta y de cualquier cambio. En su forma más sencilla es una
hoja de dos columnas y resulta útil dividirla en apartados sobre diferentes aspectos
paciente suele referir que siente que ahora está tomando el control de su vida, éste
es un momento muy estresante y duro de sobrellevar por lo que suele ser necesaria
una ayuda práctica y emocional. Debemos incrementar el sentido de autoeficacia
del paciente y podemos ofrecerle información sobre otros modelos que hayan tenido
éxito. Tanto en esta fase como en la siguiente hay que estar muy atentos para
proporcionar apoyo, si fuera necesario, y minimizar la frecuencia de las recaídas.
Consecución de objetivos durante un tiempo. Prolongación durante 6 meses tras
la modificación de la conducta. Se trabaja con el paciente la estrategia necesaria
para el cambio. Se trabajan técnicas de afrontamiento del deseo de volver al hábito
anterior.
En el caso anterior al cabo de varias sesiones nos encontramos con el paciente
que realmente quiere el cambio ya que está observando que el consumo no le
conduce a nada. Y se empieza con él a trabajar el abandono total de la sustancia,
y él los cambios que realiza son no salir de fiesta, no beber alcohol, no juntarse
con compañeros consumidores, no llevar dinero encima.... y más cosas que se irán
consiguiendo a lo largo de las semanas.
- Mantenimiento. La persona ha de concentrarse activamente en mantener el
cambio y consolidarlo ya que las tentaciones (atracción por la conducta antigua)
están presentes. Tras un primer periodo de cambio, en que está elevado el sen-
timiento de confianza en la propia capacidad para controlar la nueva conducta,
aparece una crisis de distinta intensidad en cada persona. En esta crisis interviene,
entre otros factores, la añoranza por el placer asociado a la conducta que está
abandonando. Para prevenir las recaídas, que ya hemos comentado que es un
fenómeno muy frecuente, podemos evaluar con el paciente las situaciones de alto
riesgo y desarrollar conjuntamente habilidades de afrontamiento para consolidar la
nueva conducta: “¿Qué harás cuando te ofrezcan tabaco?”. Se inicia a los 6 meses
de producirse el cambio. Finaliza cuando desaparecen las posibilidades de ocurren-
cia de todas las situaciones problema. Es un periodo de cambio continuo.
En el caso anterior a lo largo del tiempo y viendo que la persona ha dejado por
completo el consumo se trabaja con él habilidades para cuando tenga que ir a un bar
a comer o a tomarse algo sin alcohol y habilidades de comunicación para cuando
se encuentre con sus antiguos colegas. Ya que hemos podido comprobar que a
lo largo de todas estas sesiones tiene controlado el no consumir porque todavía
no lo hemos dejado entrar a un bar , beber alcohol que eren sus estímulos para el
consumo de cocaína.
- Recaída. Se vuelve a la conducta anterior y a estadios anteriores, precon-
templación o contemplación. Las recaídas han de entenderse como algo frecuente
y normal en el proceso del cambio e incluso necesario en un contexto de aprendi-
zaje como es el cambio de hábitos arraigados. Conviene distinguir entre una caída
ocasional, “un simple resbalón”, y una recaída mantenida. Una actitud por nuestra
parte cálida, exenta de punición y con un mensaje claro de que un desliz aislado
no tiene que implicar una recaída puede ser efectiva para reforzar el sentido de
autoestima del paciente y que no abandone la nueva conducta iniciada. Conviene
evaluar los intentos previos de cambio y los sentimientos asociados a la aparición
de la conducta (culpa, enfado, placer, alivio de estrés), así como la falta de habi-
lidades para afrontar la nueva conducta o la presencia de situaciones estresantes
del entorno. Evitar dramatizar cuando se llega a este estadio, hay que contemplar
desde el inicio como algo posible, se debe utilizar como aprendizaje, y se debe
evitar siempre culpabilizar.
En nuestro caso observamos que a lo largo de las semanas le damos vía libre
para entrar a un bar y tomarse un refresco, pero lo invitan a una copa y la acepta
por lo que el paciente nos comenta que después de la copa hubo otra y eso lo llevó
a consumir otra vez cocaína, al cabo de un mes sin aparecer por la consulta vuelve
y comenta que ha estado consumiendo pero que se ha dado cuenta y no quiere
volver a consumir. Le explicamos que ha tenido una recaída y que le ha servido
para que se de cuenta que todavía le falta tratamiento y que de esta situación ha
aprendido que hay que seguir trabajando porque no está preparado todavía para
beber alcohol.
La ayuda que el profesional puede ofrecer a sus pacientes consiste en facilitar
avances hacia el siguiente estadio, conociendo que tienen necesidades y carac-
terísticas diferentes en cada uno de ellos. Podemos identificar en qué fase del
El paciente nos está comentando como es su vida desde que está consumien-
do y nos dice “cuando consumo me siento mal porque creo que hago daño a mi
familia”, y el terapeuta responde piensas que haces daño a tu familia.
- Refraseo. Es como lo anterior pero cambiando alguna palabra por sinónimos o
alterando ligeramente lo dicho para clarificarlo. Con el mismo ejemplo que el anterior
el terapeuta responde, piensas que de estás deteriorando a tu familia.
- Parafraseo. Aquí se refleja lo dicho con nuevas palabras porque el terapeuta
intuye el significado de lo hablado por el paciente. Con el mismo ejemplo que el
anterior el terapeuta responde, es decir que me dices que estás viendo que puede
ser que si sigues consumiendo pierdas a tu familia porque lo estás haciendo mal.
- Señalamiento emocional. Es la forma más profunda de reflexión y consiste
en decir frases que muestran sentimientos o emociones: “Te veo un poco triste”,
“parece que esto que hablamos te emociona”.
- Silencios. Utilizados de forma adecuada tienen un potente efecto reflexivo en
el paciente porque de forma no verbal le estamos indicando que le entendemos y
aceptamos. Permiten, también, un tiempo imprescindible de autoobservación acerca
de lo que acaba de decir y sentir.
Con la escucha reflexiva se trata de intentar comprender y deducir lo que el
paciente quiere decir con exactitud.
3. Reestructuración positiva. Significa afirmar y apoyar al paciente, destacar sus
aspectos positivos y apoyar lo dicho por él mediante comentarios y frases de com-
prensión. Sirve para rehabilitar su autoestima y el sentido de autoconfianza ( “Debe
ser difícil para ti mantenerte sin cocaína”, “Pareces una persona muy optimista”).
A medida que el paciente se siente escuchado y aceptado por el terapeuta, él se
vuelve capaz de escucharse y aceptarse, aumenta la comprensión y el control sobre
sí mismo y su sensación de poder.
4. Resumir intentando destacar de lo dicho por el paciente lo que nos parece
más crucial.
decisión. Pero tiene que ser el paciente el que exprese los argumentos para cambiar.
El trabajo del terapeuta es facilitar que el paciente exprese esos argumentos de: re-
conocimiento del problema, preocupación, intención de cambio y optimismo. ¿Con
qué técnicas?:
Preguntas evocadoras: Preguntas que favorezcan que el paciente exprese
dichas expresiones de reconocimiento y preocupación por el problema y de intención
de cambiar
Balance decisional: Ayudarla a razonar los aspectos positivos y negativos de la
antigua y de la nueva conducta
Pedir ejemplos: Provocar la elaboración pidiendo que detalle ejemplos específi-
cos. Utilizar los extremos: Imaginar la peor de las consecuencias posibles
Mirar hacia atrás ¿cómo era el paciente antes del inicio del hábito?
Mirar hacia delante ¿cómo se encontrará después de abandonarlo?
Explorar los valores que son realmente importantes para su vida
Paradoja terapéutica: El terapeuta adopta el papel de que no hay problema o
no es el momento de solucionarlo, provocando que el paciente le convenza de lo
contrario.
7- EVITAR TRAMPAS
1- Trampa de la pregunta –respuesta
Implica una relación entre un experto activo y un paciente pasivo y proporciona
pocas ocasiones para que el paciente analice su situación
2- Trampa del enfrentamiento –negación
Cuando el terapeuta empieza a decir al paciente que tiene un serio problema
y prescribe un patrón de conducta que hay que seguir el paciente suele expresar
reticencias (“realmente no es para tanto”)
3- Trampa del experto
1- Diario de salud
Registro sistemático de la frecuencia en que se produce una conducta y de otros
aspectos relevantes relacionados con ella. Automonitorización. Ayuda al paciente a
aumentar su percepción sobre sus patrones de conducta y sus consecuencias. Pro-
porciona información sobre aspectos de cómo conseguir el cambio, permite ver las
pautas y el estilo de vida de la persona, sacando observaciones que nos permitan
proponer cambios específicos en sus hábitos.
2- Hoja de balance
Es una hoja de dos columnas con razones en contra y a favor del cambio.
Clarifica al máximo las dificultados y los beneficios de una determinada conducta
y de cualquier cambio. Permiten al paciente ampliar la conciencia sobre su hábito,
aumentar el nivel de conflicto y empezar a pensar seriamente en cambiar.
FASE DE ACCION
Las tareas a realizar en esta fase serían ayudar al paciente a verbalizar el
compromiso del cambio y desarrollar un plan de actuación conjunto
1- Sumarios
2- Preguntas activadoras
Para que el paciente piense y hable sobre el cambio ¿Qué ha de hacer?
¿Cómo piensa cambiar? La pregunta activadora pretende que el paciente verbalice
el cambio.
3- Elaboración del plan Una vez que el paciente ha respondido a las preguntas
activadores, se empezará a elaborar y negociar un plan que debería incluir:
4- Las metas del cambio
El profesional debe ayudar a paciente a encontrarlas pero sin imponer-
las. Se puede dar un consejo pero siempre es el paciente el que ha de escoger.
“¿Cómo le gustaría que fueran las cosas para que fueran distintas?”,“¿Qué quiere
cambiar?”,“¿Por donde quiere empezar?”
1.INTRODUCCIÓN.
Son la integración de los principios derivados de la teoría del comportamiento,
la teoría del aprendizaje social y la terapia cognitiva (Finney, Wilbourne y Moos,
2007). Suponen el enfoque más comprensivo para tratar los problemas derivados
del uso de sustancias.
Estas terapias consisten en modificar comportamientos y pensamientos, antes
que brindarle al paciente la oportunidad de simplemente descargar sus sentimien-
tos. Está orientada hacia el presente ,se investiga el funcionamiento actual y no
hay mayores exploraciones del pasado, aunque por supuesto se hace una historia
clínica y se pone énfasis en los patrones disfuncionales actuales de los pensamien-
tos y conductas; aunque últimamente algunos terapeutas cognitivos, su énfasis en
la terapia cognitivo conductual está puesto más en el “Qué tengo que hacer para
cambiar” que en el “Por qué”.
El explorar expresamente y conocer cuáles son los motivos de lo que nos ocurre
no alcanza a brindar una solución y no es suficiente para producir un cambio. Se
utiliza terapias a corto plazo . Pone énfasis en la cuantificación, y se pueden medir
los progresos obtenidos Desde la primera sesión se administran cuestionarios en
los que se evalúan los síntomas específicos, en su frecuencia, duración, intensidad
y características. Esta medición es repetida periódicamente hasta la sesión final,
para tener una idea del cambio obtenido. La relación terapeuta-paciente es de cola-
boración y el enfoque es didáctico. Paciente y terapeuta se comprometen a trabajar
con un objetivo común. Los pacientes pueden aportar sugerencias y participar en el
diseño de las tareas para el hogar. En muchos casos, se utiliza la biblioterapia, que
consiste en que el terapeuta recomiende o facilite libros, folletos o apuntes acerca
del problema para que el paciente se informe de lo que le sucede. Tiende a fomentar
la independencia del paciente.
Como este tipo de terapia busca lograr un funcionamiento independiente, en
ella se enfatiza el aprendizaje, la modificación de conducta, las tareas de autoayuda
y el entrenamiento de habilidades intersesión. Además, se refuerza el comporta-
miento independiente. Está centrada en los síntomas y su resolución. El objetivo de
la terapia es aumentar o reducir conductas específicas.
En lugar de promover un, se definen objetivos concretos a lograr y de esa forma
es mucho más fácil evaluar o modificar los síntomas específicos y saber claramente
lo que se quiere obtener o hacia adonde apunta la terapia. Rechaza el principio de
sustitución de síntomas.
La meta de la terapia cognitivo-conmductal es eliminar, o al menos reducir los
síntomas, y postula que si desaparecen, va a haber una mejoría en otras áreas, sin
que aparezcan otros síntomas que los reemplacen. Pone el énfasis en el cambio.
Desafía la posición del paciente, sus conductas y sus creencias. lo confronta con la
idea de que existen alternativas posibles para sus pensamientos y patrones habi-
tuales de conducta, se promueve al autocuestionamiento.
Al comienzo de cada sesión el terapeuta indaga acerca de los problemas en los
que el paciente focalizó su trabajo y cuáles necesita resolver en ese momento. Al
CUADRO 1
CUADRO 2
Técnicas cognitivo-conductuales
Terapia racional
emotiva (TRE)
(Terapia Racional
Emotiva Conductual
TREC). Solución de problemas.
. Terapia cognitiva . Inoculación de estrés.
o de
. Técnicas terapéuticas
reestructuración
encubiertas.
semántica de Beck.
. Técnicas de autocontrol.
. Técnica de auto-
instrucciones. . Habilidades sociales.
El módulo uno se compone de nueve sesiones a las que se añade una última
sesión de repaso de contenidos y una posterior evaluación. Los objetivos de este
primer módulo denominado “Identificación de antecedentes” son los siguientes:
1. Aprender a analizar el comportamiento desde una perspectiva conductual.
2. Comprender la función que ejercen los antecedentes y las consecuencias
sobre los comportamientos.
3. Identificar las situaciones estimulares antecedentes al consumo de drogas.
4. Aprender a valorar las consecuencias que se derivan de cada comportamien-
to.
El Módulo Dos, denominado “Estrategias de afrontamiento” está compuesto por
doce sesiones de las cuales tres son opcionales, más las ya consabidas sesiones
de repaso y evaluación. Las sesiones opcionales lo son por la posibilidad de haber
sido ya trabajadas previamente durante el proceso de tratamiento. Los objetivos
generales de este módulo son los siguientes:
1. Aprender estrategias de afrontamiento ante los antecedentes del consumo
de drogas.
2. Constatar la importancia de disponer de situaciones y actividades que faciliten
la aparición de comportamientos alternativos al consumo de drogas.
3. Incrementar las habilidades de autorrefuerzo.
El Módulo Tres denominado “Identificación y control de un proceso de recaída”
está compuesto por cinco sesiones a las que se suman dos más, una de repaso y
otra de evaluación. Los objetivos generales de este módulo son los siguientes:
1. Conocer la diferencia entre una recaída y un fallo, así como la forma más
eficaz de intervenir en cada uno de ellos para facilitar el mantenimiento de la abs-
tinencia.
2. Aprender a identificar aquellos sucesos y comportamientos que anteceden a
un proceso de recaída, con objeto de hacer más fácil su control.
3. Dotar de un esquema teórico que facilite el análisis de una recaída, así como
de estrategias que ayuden a combatir los efectos de violación de la abstinencia.
4.MANEJO DE CONTINGENCIAS.
Estas técnicas se proponen como los procedimientos más eficaces para el
tratamiento de los problemas de abuso de drogas. Implica la aplicación sistemática
de reforzadores o castigos contingentes a la ocurrencia de la conducta objeto o a la
ausencia de la misma.
Las intervenciones basadas en el manejo de contingencias pueden entenderse
como intervenciones que de forma directa y sistemática incrementan el coste de
oportunidad (reforzadores alternativos) del uso de drogas. Este tipo de programas
establecen ciertas condiciones bajo las cuales, el paciente pierde reforzadores
potenciales si consume una o varias sustancias. Cuando un paciente usa drogas
durante el tratamiento, además del precio asociado a su consumo, éste perdería
determinados reforzadores que estarían a su disposición si se hubiese mantenido
abstinente (Higgins, 1996).
Los programas de manejo de contingencias han empleado una amplia variedad
de reforzadores tales como privilegios clínicos, acceso a empleo o alojamiento,
dinero en metálico o vales y descuentos canjeables por bienes o servicios en la
comunidad (Petry, 2000).
La intervención de manejo de contingencias que ha recibido mayor atención en
las investigaciones es aquella en la que los pacientes ganan vouchers (vales) can-
jeables por bienes o servicios, contingentes a la ausencia de consumo de drogas.
Además de reforzar la abstinencia, los programas de manejo de ocntingencias
basados en el uso de vouchers han sido empleados para reforzar otros objetivos
terapéuticos, como por ejemplo, el incremento de la adherencia a la medicación
(naltrexona, terapia antiretroviral, etc) o la retención y la asistencia a las sesiones
de tratamiento.
A lo largo de la década de los noventa se publicaron varias decenas de artículos
en donde se empleaban los vouchers como estrategia de reforzamiento y la gran
ficar y modificar las creencias relacionadas con las drogas, relajación, solución de
problemas, etc. Conforme avanza el tratamiento, junto al control de las urgencias y
creencias asociadas a las mismas, cobra más relevancia la práctica de la activación
de creencias de control, los otros problemas asociados a los problemas de consumo
y la prevención de la recaída.
A lo largo de toda esta unidad hablo de técnicas de autocontol como estrategias
para el tratamiento de las drogas
6. DURACION DEL TRATAMIENTO.
Un elemento clave es la duración del tratamiento: ¿cuánto debe durar éste para
alcanzar la efectividad?
- La terapia cognitivo-conductual breve (2-4 sesiones) ha mostrado eficacia
en la probabilidad de alcanzar abstinencia en el consumo (Baker, Boggs y Lewin,
2001), avance en los estadios de cambio, uso de benzodiazepinas, tabaco y otras
drogas, conductas de riesgo (inyección), actividades criminales, malestar psicológi-
co y depresión (Baker et al., 2005).
- La terapia cognitiva breve (1-6 sesiones) ha mostrado su eficacia en consumi-
dores de cannabis en tratamiento sobre grupo control en lista de espera (Copeland,
Swift, Roffman y Stephens, 2001).
- Las intervenciones breves son más eficaces en los bebedores menos severos
pero existen diferencias signi_ cativas entre los resultados obtenidos por interven-
ciones breves y los de intervenciones más extensas en bebedores más severos que
no buscan tratamiento (Moyer, Finney, Swearingen y Vergun, 2002).
- La terapia cognitivo-conductual intensiva durante 6 meses se ha mostrado
eficaz en dependientes de cocaína, aunque la eficacia no es lineal, sino producto
de la interacción entre características del paciente y elementos de la terapia
(Rosenblum, Magura, Palij, Foote, Handelsman y Stimmel, 1999).
- La alianza paciente-terapeuta, establecida desde las primeras sesiones, es
mejor predictor de resultados que la modalidad de terapia o la duración de la terapia
la heroína)
Objetivo básico: desintoxicación física de la sustancia.
Elementos a considerar: tipo de desintoxicación en función de su petición, posi-
bilidades asistenciales, recursos, etc., desde la ambulatoria a la hospitalaria.
Procedimientos técnicos: intervención médica frente a la hospitalaria para la
consecución de la desintoxicación sin sufrir los síntomas del síndrome de abstinen-
cia de los opiáceos.
Fase II. Deshabituación psicológica o consecución de la abstinencia de la
sustancia o dejar de realizar la conducta
Objetivo básico: lograr la completa deshabituación psicológica a los indicios
que conducen al paciente al consumo de la droga o a la realización de la conducta
adictiva.
Elementos a considerar: adherencia al tratamiento, fase del tratamiento, acep-
tación del tratamiento propuesto, etc.
Procedimientos técnicos: técnicas conductuales y cognitivas para la consecu-
ción de la abstinencia (por ejemplo, exposición con prevención de la respuesta,
control de estímulos, entrenamiento en solución de problemas, entrenamiento en
reducción del estrés, relajación, entrenamiento en habilidades sociales, técnicas de
afrontamiento, reestructuración cognitiva, etc.). Se utilizará terapia individual, grupal
y familiar.
Fase III. Normalización, cambio del estilo de vida anterior y búsqueda de nuevas
metas alternativas a su conducta adictiva.
Objetivo básico: normalización en el sentido de ir adquiriendo más responsa-
bilidades en el trabajo, en los estudios, en la familia, con los amigos, con la pareja,
etc.; pago de las deudas; búsqueda de trabajo si no lo tiene, etc.
Elementos a considerar: grado de deterioro, si trabaja o no, si está o no
separado, si padece enfermedades físicas (ej., VIH, hepatitis), etc.
1.INTRODUCCION.
El principio básico de estos modelos consiste en asumir que el abuso de drogas
acaba siendo un eje central alrededor del cual se organiza la vida de las familias, y
que por lo tanto cualquier solución a largo plazo requiere que la familia colabore y
se implique en el tratamiento.
Cancrini (1982) desarrolla los primeros estudios en Europa donde se pone de
manifiesto la influencia de los factores familiares en las toxicomanías. Se centra en
un mayor número de aspectos, tanto individuales como familiares y relacionales,
concediendo una especial importancia a los modelos de organización y comunica-
ción familiar. Su hipótesis relativa a la implicación de la familia y a las posibilidades
de un trabajo terapéutico, ampliado a los grupos familiares completos, ha permane-
cido intacta hasta la actualidad.
En esos años, el programa de investigación Addicts and Families Project,
tomando como referencia el trabajo desarrollado por Minuchin y Haley, supone una
de las aportaciones más significativas del ámbito de la investigación sobre terapia
(1981) y consiste en una terapia sistémica breve (el tratamiento dura entre 8 y 24
sesiones, dependiendo de la severidad del problema) y estratégica, es decir, plani-
ficada, focalizada en el problema y pragmática.
Desde este modelo el uso de drogas es concebido como una señal de malestar
del funcionamiento familiar y la terapia se va a centrar en la función que cumple este
síntoma en el sistema familiar.
El modelo se basa en dos principios generales (Szapocznik, Hervis y Schwartz,
2003; Szapocznik y Williams, 2000):
1. La familia es un sistema y por lo tanto lo que afecta a un miembro de la familia
afecta a todos los miembros del sistema familiar. Según el enfoque sistémico, el
consumo de drogas y otras conductas problema que realiza el adolescente son
síntomas que nos señalan que el sistema familiar funciona inadecuadamente.
2. Los patrones de interacción familiar influyen en el comportamiento de cada
miembro de la familia.
La intervención del terapeuta se orienta en el sentido de eliminar dichos patrones
interactivos que están directamente vinculados a las conductas que muestra el ado-
lescente (abuso de drogas u otras conductas problema).
En todo programa de tratamiento se persiguen dos objetivos fundamentales:
a) que el adolescente deje de consumir drogas y cesen las conductas proble-
máticas.
b) modificar los patrones de interacción familiar que mantienen el síntoma.
El enfoque de estratégico breve establece que los cambios en las familias con
adolescentes consumidores de drogas están directamente relacionados con:
1. La calidad de la relación terapéutica entre el terapeuta y la familia (“alianza
terapéutica”) siendo ésta un importante predictor de eficacia de la terapia.
2. La utilización de la reestructuración para el cambio en los patrones de inte-
racción disfuncionales.
Este modelo plantea que los servicios basados en el hogar y enfocados hacia
la familia sean intensivos, de duración determinada y muy prácticos para conseguir
un objetivo principal: capacitar a los padres a través de habilidades y recursos para
resolver las dificultades de crianza de los adolescentes y relacionarse de forma
efectiva y autónoma con el entorno. Además, la intervención se realiza en los
contextos en los que se desenvuelve el adolescente (casa, escuela, centros recrea-
tivos), con la intención de desarrollar una red de apoyo social entre los padres y el
entorno social.
En la terapia multisistémica se utilizan estrategias enfocadas en el presente y
orientadas hacia la acción, incluyendo técnicas derivadas de la terapia de conducta
y la terapia cognitivo-conductual, pero todo esto dentro de un marco integrador y
ecológico. Dado que el conjunto de factores de riesgo y protección son únicos para
cada familia, el terapeuta desarrolla planes de tratamiento individualizados que se
utilizan para mejorar las debilidades específicas de cada caso (Alba, 2004).
A pesar de que no existen estudios que evidencien la eficacia de este enfoque de
terapia en comparación con otras intervenciones con jóvenes no existen pruebas de
que esta intervención tenga efectos perjudiciales (Littell, Popa y Forsythe, 2007).
Los candidatos para recibir este tipo de tratamiento son pacientes que están
casados o que conviven con parejas no consumidoras de drogas.
Diversos estudios han comprobado la eficacia de la Terapia conductual familiar
y de pareja dirigida a mejorar las relaciones familiares, para ayudar a incrementar
las tasas de
abstinencia (Becoña y Cortés, 2008).
6.-TERAPIAS PSICODINÁMICAS.
En no pocas ocasiones encontramos que teóricos e investigadores del campo
de la terapia familiar han utilizado puentes entre las teorías psicodinámicas y
sistémica familiar.
Los terapeutas sistémicos familiares, a diferencia de los teóricos psicoanalí-
ticos más ortodoxos que hacían depender primariamente el desarrollo normal o
patológico de los individuos de las influencias maternales en la niñez temprana,
pusieron su atención en los procesos dinámicos continuados de la familia como una
unidad social, por encima del desarrollo familiar o individual.
En los modelos psicodinámicos en terapia familiar la interacción familiar se con-
ceptualiza en términos de relación entre objetos, internalizaciones relacionadas y
procesos de introyección y proyección (Meissner, 1978). Los padres son contempla-
dos, tanto de forma individual, como por las relaciones maritales y paternales que
crean, como piezas fundamentales del funcionamiento familiar “saludable” o “pato-
lógico”, y del necesario proceso de individualización de los hijos. En gran medida
se asume que dicha capacidad de funcionar como esposo y como padre vienen
influenciadas por sus propias experiencias individuales en su familia de origen.
Para estos modelos las toxicomanías se deben a procesos proyectivos fami-
liares compartidos que provienen de conflictos pasados no resueltos o de pérdidas
en la familia de origen. El miembro sintomático puede ser utilizado como víctima
expiatoria de los conflictos familiares no resueltos (Ackerman, 1958). La pérdida
en la toxicomanía.
Aplica una clasificación basada en la asunción de la existencia de cuatro tipos
diferentes de toxicomanía con un importante componente psicopatológico en su
génesis.
Dichas tipologías son: a) traumáticas, b) a partir de neurosis actual, c) de tran-
sición y sociopáticas.
A) Toxicomanías traumáticas lo que describe este tipo de adicción es un acon-
tecimiento traumático que desmorona el equilibrio psíquico de la persona y, ante la
imposibilidad de expresar el duelo, se produce una evolución patológica. Clínica-
mente, la toxicomanía se manifiesta con una aparición rápida del consumo y una
ruptura brusca con el anterior estilo de vida, así como de una conducta autodestruc-
tiva y teatral.
B)Toxicomanías a partir de neurosis actual, el comportamiento toxicómano del
hijo se da en un escenario de crisis parental, atrayendo la tensión familiar y distra-
yendo la de sus padres, cumpliendo una función homeostática. El comportamiento
es más bien controlado y de tendencia no muy grave, connotación depresiva del
estado de ánimo y actitud de exhibicionismo.
C) Toxicomanías de transición la adicción compensa o cubre rasgos de perso-
nalidad inmadura (estructura borderline o alternancia de fases maniaco-depresivas).
Se da un comportamiento ritualista, compulsivo y destructivo y frecuentemente se
da politoxicomanía.
D) Toxicomanías sociopáticas engloban comportamientos antisociales y familias
profundamente deterioradas. El conflicto psíquico se expresa a través del acting-
out: actitud desafiante, frialdad en un ambiente hostil, de marginación, conductas
antisociales previas al consumo, etc. Descuido hacia sí mismo, uso no selectivo de
fármacos y débil capacidad de sentir emociones.
En relación a los tratamientos más idóneos Cancrini señala que en las toxico-
manías traumáticas lo idóneo sería la psicoterapia individual; en las toxicomanías
a partir de neurosis actual y de transición la terapia familiar; en las sociopáticas la
do por el paciente en su recorrido vital, conectándolo con una carencia real sufrida y
permitiendo que sus padres lo reconozcan en tanto transposición fiel pero agravada
del sufrimiento experimentado por ellos mismos en sus familias de origen.
c) Alivia el peso de las “responsabilidades” individuales favoreciendo una mejor
colaboración en la terapia, en un clima de constructiva corresponsabilización tanto
por parte de los padres como del paciente.
d) Quita al síntoma de la toxicodependencia (y a su cronicidad) la etiqueta de
“enfermedad de la voluntad”, que a menudo se le ha atribuido, dándole un significa-
do más amplio respecto al mero uso autogratificante.
1.Introducción.
Hay que señalar y que recalcar que el trastorno adictivo, sea de tipo compor-
tamental o derivado del consumo de sustancias tóxicas, suele constituir una fuente
de problemas no solo para quien lo mantiene sino también para su entorno: familia,
amigos, compañeros de estudio o de trabajo, etc.. Puede alterarse la dinámica
familiar, social y laboral, encontrándose, con frecuencia, el mayor desequilibrio en la
primera. Los familiares se hallarán afectados a diferentes niveles: físico, psicológico
(conductual, cognitivo, emocional) social y familiar. etc.
“…desde hace algunos años se considera a la intervención familiar como uno
de los factores que más contribuye al éxito de los procesos terapéuticos en adic-
ciones…”. “…la familia que colabora en el tratamiento consigue mejores resultados
tanto en la recuperación de una dinámica relacional más sana como en el fomento
y mantenimiento de los avances efectuados por el miembro adicto”. (Palacios, L,
documento no publicado).
Pero no siempre es así, y a veces esta colaboración puede ser inadecuada
convirtiéndose en un obstáculo para el proceso terapéutico del propio paciente, y
conllevando un aumento del malestar del familiar.
2. CASO MARIA
1. DATOS BIOGRÁFICOS
MARIA es una chica de 27 años que acude por primera vez a consulta por de-
rivación del médico psiquiatra que le atiende en la Unidad de Salud mental, donde
recibe asistencia por derivación del médico de cabecera. Es soltera, reside en el
hogar de su familia de origen en un pequeño pueblo. Trabaja como dependiente en
la tienda de alimentación de su tía, sin contrato. No posee graduado escolar.
2. MOTIVO DE CONSULTA. EXPLORACION INICIAL
Pidió atención médico-psicológica por encontrarse mal emocionalmente. Refería
sentir tristeza y ansiedad, incomodidad consigo misma, auto-imagen negativa,
encontrarse con escasa capacidad para afrontar todo, con una fuerte apatía para
cuidarse (aparente dejadez en su aspecto).
tes criterios:
• Toda su conducta (y su vida gira en torno a la satisfacción de las necesidades
del adicto que es la persona con la que se halla involucrada afectivamente, en forma
de sumisión, subordinación y entrega, en un intento de control de su vida.
Considera que el cuidado y la entrega es fruto de su amor hacia él y la educación
que ha recibido.
• Necesidad obsesiva de control de los demás (hipervigilancia e hipercontrol):
de su padre, su hermana pequeña, su novio…
• Auto-imagen negativa, auto-concepto basado en el éxito o fracaso del adicto.
• Baja auto-estima, que intenta incrementar resolviendo los problemas de los
demás (auto-estima basado en el logro y en la aprobación de los demás. Suministro
externo)
• Necesidad de aprobación.
• Miedo atroz a la ruptura (con aceptación de humillaciones, vejaciones,
maltrato…) por intolerancia a la soledad
• Sensación de indefensión e inescapabilidad, mezclado con sentimientos de
culpa.
• Siente un fuerte malestar, que le impide “hacer una vida normal”: “No quiero
trabajar en la tienda y atender a las clientas, no estoy a gusto en la calle ni en mi
casa, me siento sin fuerzas para hacer mi vida y resolver todos los problemas que
me rodean….”
TRATAMIENTO
6. OBJETIVOS TERAPEUTICOS
• Estabilización del estado de ánimo.
• Recuperar la sensación de control sobre la propia vida personal, aumentando
su seguridad personal y autonomía.
donde pasan los fines de semana y donde organizan sus actividades: coro para
cantar en bodas y comparsas, excursiones y entradas a conciertos. Ella se ha
integrado perfectamente en el grupo, para lo cual deja de ir con su novio.
• Ha decidido volver a presentarse a las pruebas para entrar en el ejército (que
llevará a cabo en la próxima convocatoria), está centrada en sus estudios del carnet
de conducir y secundaria.
• Ha practicado habilidades de auto-cuidado: alimentación, ocio, auto-refuerzo,
gratificaciones.
• Ha mejorado su asertividad y aprendido a establecer y mantener límites.
• Ha equilibrado su relación de pareja, haciéndola más igualitaria, pero en estos
momentos no sabe sin continuar con esta relación, porque ya no le aporta mucho.
Ha roto con él, pero le pide volver. Ya no entra en los juegos dramáticos y estresan-
tes de discusiones sin fin. Él fuma menos porros, pero le importa poco, porque ha
eliminado su idealización.
que su problema no es tan grave. Hace unos años su vida giraba en torno a sus
seres queridos, pero duda que ahora sea eso lo que motiva su vida.
Consecuencias a corto y largo plazo:
A corto plazo
Son positivos por los efectos que la cocaína tiene en su cuerpo, en todos los
sentidos
A largo plazo
Personal: perdida de estima personal por el deterioro físico, cambio de carácter
cada vez más conservador, cada vez la gente se lo hecha más en cara, y eso la
agobia.
Familiar: Como todo gira alrededor de este núcleo, lo dicho para las personales
vale: distanciamiento, empeoramiento de las relaciones, etc.
Laboral: Bajo rendimiento y alguna vez a tenido un error, poco importante de
momento, al dispensar un medicamento al no tener en ese momento droga y estar
nerviosa.
Económicas: No demasiado buena. La droga es cara y aunque en general su
marido gana lo bastante, le es difícil disponer de ese dinero y debe usar el que
recauda en la farmacia, con lo que le negocio amenaza venirse abajo
Física: Deterioro de apariencia: envejecimiento apresurado, empeora su re-
sistencia y cada vez le cuesta más andar. Tiene lapsus de memoria y problemas
motrices. Los efectos mientras está bajo el síndrome de abstinencia son aun más
acusados
3) Análisis de otros hábitos.
Aparte de cocaína es bebedora habitual, consume entre 6 y 8 botellines de
cerveza diarios, combinando esta droga (sobre todo en fiestas) con la cocaína. Fuma
habitualmente dos cajetillas diarias y en ocasiones consume marihuana, aunque de
esto las menos veces.
4) Autocontrol
No se ha planteado dejar de consumir nunca, hasta el día de hoy, pero reconoce
que no tiene demasiado control de lo que consume o no. La única vez que ha dejado
de consumir por un tiempo fue el día en que adquirió su farmacia, pero siguió con-
sumiendo los fines de semana y pronto volvió a drogarse a diario. Ahora tiene el
motivo de su familia, que es lo único que vale para ella.
5) Autoimagen
Le preocupa su autoimagen, pero esta no es su principal preocupación; no
obstante siempre se ha considerado bastante poco agraciada y ya esta acostum-
brada a “competir” con sus hermanas que, según ellas, son más guapas. En cuanto
al efecto negativo que da a otras personas al depender de una droga y además
normalmente estar “colocada”, ella afirma no darse cuenta de hacer el ridículo ni
nada parecido, es más, piensa que su imagen mejora al consumir no solo cocaína
sino también alcohol, y este es su principal miedo de dejarlo, el hecho de que se va
a ver mal continuamente.
6) Adquisición del problema.
Comenzó a consumir a una edad tardía, entre los 18 y 20 años (no lo recuerda
exactamente), y lo hacía de forma ocasional con los amigos y la pandilla en verano,
alternándolo con hachís y marihuana, así como ingentes cantidades de alcohol. Al
poco tiempo se casó, y consumía de vez en cuando con su marido, aunque este
también era consumidor habitual y pronto los dos empezaron a esnifar más y más.
A los 25 años murió su padre y esto representó para ella un problema más, era
la mayor y sus hermanas pequeñas lo pasaron mal, pero no tanto como ella, porque
estaba muy unida a su padre. Aunque esto no incrementó su consumo, si lo hizo
relativamente estable. Su madre ha sido alcohólica, probablemente este ha sido el
ejemplo a seguir que ha tenido en la vida, sin embargo, esta lo dejó más o menos
cuando ella empezó a consumir cocaína regularmente, con una fuerza de voluntad
que cree tener para ella misma
Cuando a los 30 años su marido dejó de consumir por problemas laborales (es
y sus métodos, aunque reconoce que va a hacer todo lo que la digan ya que ella
tampoco se siente a gusto consigo misma y sabe que tiene un vicio caro. Le gustaría
invertir el dinero en otras cosas y así que no perdiera la farmacia, que sabe que si
sigue consumiendo, este será el fin de su negocio.
10) Situación psicopatológica
Se lleva la evaluación psicopatológica a través del SCL-90, cuyos resultados
nos indican una puntuación superior a la media en las escalas de depresión, sen-
sibilidad interpersonal, ansiedad fóbica y paranoidismo. Las demás escalas tienen
una puntuación normal.
HISTORIA SOCIAL COMUNITARIA
1) Situación familiar
Actualmente tiene problemas maritales, su hija la ignora por su problema, y
su principal apoyo lo representa su madre y sus hermanas. Solamente saben su
problema estos miembros de la familia, el resto de ella no tienen idea, así como
tampoco sus amigos
2) Nivel educativo
Tiene un nivel cultural alto, ha cursado los estudios de Farmacia sin repetir
ningún curso, aunque después de conseguir esto no pudo trabajar como farmacéu-
tica hasta hace 2 años. No le gusta leer ni realizar ninguna actividad intelectual que
le suponga esfuerzo, aunque de joven frecuentaba el teatro y leía mucho.
3) Situación laboral
Sin duda lo más satisfactorio de su vida actual es su trabajo. Siempre había
querido tener su propia farmacia, y no poder trabajar nunca la había llenado de
amargura y frustración hacia sí misma, devaluando su autoestima al pensar que no
era capaz de hacer nada a derechas.
Trabaja todos los días que tiene que abrir y no tiene ayudantes para ahorrar y
poder pagar las deudas que la compra del negocio y el de la doga le han supuesto.
Tiene pensado trabajar en la farmacia hasta que no pueda hacerlo más por cualquier
razón.
4) Situación sociocomunitaria
Su relación con los alrededores de su vivienda y trabajo es bastante poco,
es más, prácticamente no se relaciona. Antes iba al mercado y charlaba con sus
vecinas, pero desde que trabaja no tiene tiempo y su marido e hija deben ocuparse
de eso. Amistades no tiene ni de la infancia ni actuales, solamente quienes le pro-
porcionan la cocaína, pero no se les puede llamar amigos.
Su trabajo y el gran apoyo de su familia son los principales motivos por los que
pensamos que pueda tener éxito su terapia, pero la falta de colaboración del marido
puede ser un problema, ya que este ni siquiera ha acudido a la consulta, y por lo que
nos dice, es posible que esté preparando el divorcio, aunque tiene la esperanza de
poder mantener su matrimonio si triunfa en la terapia.
5) Situación legal
Nunca ha tenido problemas con la ley.
6) Recursos personales
No tiene aficiones, apenas ve la televisión y no lee ni hace labor intelectual
conocida. Lo que más hace los fines de semana cuando va con su familia es
dedicarse a juegos de mesa en los que todos participan.
VARIABLES DEPENDIENTES
1) Variables sociodemográficas y adictivas.
Variables Sociodemográficas
Edad:
Sexo:
Estado Civil:
Situación familiar:
Adaptación familiar: 0 (bastante buena, aunque con roces)
FORMULACIÓN
Presenta un cuadro de adicción a la cocaína desde hace 15 años. En las
primeras fases, esta droga sólo se manifestaba cuando estaba con sus amigos y en
periodos de más o menos relax, combinada con otras drogas menos importantes
que eran más asequibles que la cocaína. Con le tiempo, la cocaína fue sustituyendo
a las demás, pero en un consumo ocasional que no presentaba dependencia ni
física ni psicológica.
En la adquisición del problema se basa fundamentalmente su matrimonio. Se
casó y con su marido empezaron a consumir cocaína más regularmente (todo esto
después de tener a su hija, periodo durante el cual ella dejo de fumar y beber pero
no de tomar cocaína regularmente), hasta que esta se convirtió en su único aliciente
en la vida, fracasada como estaba en la vida laboral y personal. El hecho de haber
tenido de refuerzo al marido, y el ejemplo de su madre, alcohólica que supo salir
adelante sin ayuda de nadie, hicieron que se confiase y se abandonase al hábito
sin intentar siquiera solucionarlo. Cuando su marido lo dejo, ella no encontró motivo
para hacer los mismo, ya que no solo la droga no interfería en su vida si no que la
mejoraba.
El hecho de que la droga le haya supuesto que las relaciones con su familia
fueran desde su propia perspectiva, mejores, es lo que mantuvo su consumo diario.
Su consumo se desarrolló en su hogar y bajo una serie de características concretas,
si bien no marca su modo de consumo ya que al cambiar el lugar de trabajo, el
consumo sigue siendo el mismo (tras un intento frustrado de dejarlo, sin mucha
convicción), e incluso la facilidad para adquirir la droga se vuelve mayor al disponer
de dinero que la financie, y así, podemos decir que lo que la mantiene y que podría
sacarla de la droga por ser uno de los principales alicientes, también la retiene ya
que es el medio mas fácil de conseguirla, y además esta le ayuda a hacer mejor su
trabajo, pues cuando tiene ansiedad por no tener la dosis, hace peor este.
Cuando las relaciones con su familia más cercana amenazan con romperse
definitivamente, reconoce su problema y acude a consulta, aun cuando aun no
esta convencida de la gravedad de su adicción, y tampoco confía demasiado en la
terapia.
Familiar:
Adecuación de contingencias de reforzamiento por parte de su hija y marido
Fomento de habilidades de comunicación
Establecer cambio de actitud de la familia hacia el paciente mediante programa
de intervención familiar
Social:
Vuelta a los ambientes culturales anteriores al consumo de drogas, como el
cine, teatros, círculos culturales, etc.
Establecimiento de relaciones vecinales.
El proceso de tratamiento de desintoxicación del paciente se adecuará al
progreso de este y se tomarán las medidas oportunas para la estructuración en
función de los objetivos alcanzados y las metas que se vayan logrando.