ULTIMA CONVERSACION DE RUDOLPH HESS Y ADOLF HITLER

Mi Führer hoy te siento muy lejano.

- Estas cansado, no te esfuerces.

Te he llamado para decirte que no sé si resistiré todo esto. Cuando vinimos a este mundo nos
sentíamos Dioses, fríos como el hielo, nada nos hacía daño; ahora siento dolor, angustia;
siento el dolor de los humanos dentro de mí. La tortura día a día me deteriora, no se si podré
soportarlo hasta el final.

- Solo te pido que mueras conciente.

No sé si lo logre. Ese Espíritu que estuvo con nosotros ya no esta más; me siento humano.

- Haz esfuerzos y traspasa esa barrera concientemente, tú sabes que esa es la única manera de
poder librarte.

Sí, pero diariamente me torturan y siento que succionan hasta mis pensamientos. No sé
cuando soy yo mismo.

- El esfuerzo es sobrehumano, lo sé, por eso debes mantenerte firme hasta el final, no pierdas la
conciencia.

No entiendo muchas cosas; tengo dudas. Todos los esfuerzos que hicimos, toda la sangre
derramada de nuestros héroes, nos han dejado solos. ¿Mi Führer por quién luchamos ahora?

- Nada ha sido en vano, la guerra ha sido ganada. Hemos ganado perdiendo. Repito hemos
ganado. Sin embargo la lucha continúa. Ellos tendrán que volver, la muerte no significa nada.
Muchos ya lo hicieron. ¡Lucha ahora hasta la muerte por el hombre que vendrá!

Sí, ¿pero como sabrán por qué luchar, como sabrán lo que sucedió?

- Habrá quienes lo hagan, vendrán como ellos y les abrirán los ojos.

¿Si a pesar de ello no lo recuerdan?

- Será por que no son. La explicación se encuentra entre el ser y no ser. En adelante la lucha
será peor, porque el enemigo ya no es visible. Te pido que mueras conciente, haz tu último esfuerzo. Hay
un lugar aquí que espera por ti.

Mis fuerzas se van extinguiendo a cada instante. Te escucho, lejos muy lejos.

- No te esfuerces, yo sostengo la conversación por los dos.

Haré lo que me pides. Siento que esta es la última vez que vamos a comunicarnos.

- Sí lo sé.

Allí vienen otra vez por mí. ¡Sieg heil!

- ¡Sieg Heil!