Está en la página 1de 2

ALUMNA: FIORELLA MASSIEL SIESQUEN TINEO

COMENTARIO ARTICULO N° 25 DE LA CONSTITUCION POLITICA DEL


PERU
ARTÍCULO 25:
Jornada ordinaria de trabajo La jornada ordinaria de trabajo es de ocho horas
diarias o cuarenta y ocho horas semanales, como máximo. En caso de jornadas
acumulativas o atípicas, el promedio de horas trabajadas en el período
correspondiente no puede superar dicho máximo. Los trabajadores tienen
derecho a descanso semanal y anual remunerados. Su disfrute y su
compensación se regulan por ley o por convenio.
COMENTARIO:
El trabajador no puede exceder las ocho horas diarias como máximo salvo
acuerdos establecidos por ambas partes. El hecho de trabajar además desgasta
y afectan la salud e integridad del trabajador.
La Constitución fija siempre la jornada máxima y esta es una tradición que viene
desde el siglo XIX. Cuando el capitalismo empezó a organizar las relaciones de
producción, allá a fines del siglo XVIII o principios del siguiente según los países,
no había ley laboral alguna. Las personas empezaron trabajando dieciséis horas
al día, sin domingos ni feriados. La inhumanidad de éste régimen originó pronto
grandes revueltas que fueron extrayendo poco apoco las horas de descanso. La
fórmula de estabilización fue de ocho horas diarias de trabajo por seis días a la
semana. Esta es la fórmula que recoge la Constitución como máximo. Podrá
haber jornadas menores.
La Constitución de 1993 pretende, en materia de jornada de trabajo, introducir
una sustancia modificación a la tradicional “jornada de ocho horas”, permitiendo
que el empleador pueda programar las actividades de forma acumulativa
mediante una “jornada atípica”, respondiendo así a las necesidades operativas
que requieren una labor intensiva pero que se compense con períodos de
descanso más amplios. Ello ocurre, por ejemplo, en las labores que se
desarrollan en campamentos mineros, en centrales hidroeléctricas apartadas de
centros urbanos, en centro de prospección petrolífera, y otros de similar
naturaleza. En estas especiales actividades, se requiere una específica
regulación de la prestación de los servicios, permitiéndose la posibilidad de
acumular días de trabajo que excedan la jornada de ocho horas diarias, pero que
en promedio semanal no excedan e tope constitucional de 48 horas semanales.
La consecuencia lógica de la existencia de una jornada de trabajo, que en sí
implica un límite a la extensión de esta, es que surge el concepto de Horas extras
y Horas extraordinarias. Por ella entenderemos el período de tiempo laborado
adicionalmente a la jornada de trabajo, que sea aplicable al trabajador en
particular.
Por descanso semanal, debe entenderse como aquel día de la semana durante
el cual el trabajador no está obligado a poner a disposición del empleador su
fuerza de trabajo, persistiendo la obligación de este de remunerarlo, como si se
tratara de un día laborado ordinario. Por vacaciones anuales, se considera que
es el disfrute de un período continuado de varios días de descanso al año por
parte del trabajador, percibiendo durante dicho descanso una remuneración
equivalente a la ordinaria.

También podría gustarte