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1.

INTRODUCCIÓN

Este tipo de cimentación es a la que se recurre cuando el estrato se encuentra a gran


profundidad, o no existe y tenemos la necesidad de cimentar en estratos superficiales con
tensiones admisibles bajas.

La losa de cimentación está realizada con hormigón armado y se extienden en toda la


base del edificio para distribuir las cargas sobre todo el terreno y conseguir tensiones de
trabajo por debajo de los valores que aportarían zapatas aisladas. Se debe tener en cuenta
que cuando las zapatas aisladas superen el 50 % de la superficie en planta de la base del
edificio, se recomienda recurrir a ejecutar una losa.

En cuanto a la trasmisión de esfuerzos de este tipo de cimentación, debemos tener en


cuenta que es muy importante el bulbo de presiones (es el lugar geométrico del espacio
de suelo en cuyos puntos se producen incrementos de carga vertical considerables por
efecto de la aplicación de una carga.) que transmite al terreno a pesar de que el valor de
las tensiones sea menor. Este bulbo de presiones afectará a mayor cantidad de terreno
(más estratos) y esto supone el riesgo de alcanzar estratos de terreno más débiles.

Debemos cuidar la geometría en las plantas del edificio para tratar que la trasmisión
que aportan los soportes sea más o menos uniforme, ya que de no ser así podrían
producirse asientos que afecten al edificio. En caso de que no fuera posible
geométricamente unificar el conjunto, se recomienda realizar dos losas separadas, en las
que cada una de ellas tenga unas capacidades portantes de acuerdo a las necesidades que
presenta la estructura.

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