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nes de la teoria con la practica. Claro, en la medida en que institucionalmente ‘operemos desde estas formas derelacionarnos con el conocimiento y con la practica, la ensefianza de la ética y la ciudadania tendrd toda la fuerza de un verdadero proyecto institucional. Novedades Edvcaivas. 1996. Carlos Cullenes profesor ds Filosofiade Ia UBA. EDUCADORES CON VOCACION DEMOCRATICA n publicuda en el N58 de la Revista Novedades Educativas, Elpresente articulo esta dirigido a formular algunas reflexiones destinadas a-coadyuvar en la busqueda de un ejercicio democratico del rol docente; aspiraa colaborar de algin modo con el educador que se orienta en tal direccién. Desde hace muchos afios -alrededor de dos déca- das- venimos realizando tareas de capacitacion do- cente centrados en lo que denominamos las “inva- riantes pedagdgicas’,""’ particularmente en lo que hace a los aspectos vinculares (profesor-alumno), la coordinacién grupalyelejerciciodelaautoridadenelaula. A lo largo de todos estos afios, en que pusimos en practica y fuimos profundizando un encuadre para la formacién y perfeccionamiento docente,” realiza- mos numerosas experiencias de capacitacion en distintas ciudades e instituciones del pais, para distin- tos niveles de ensefianza y diversos grupos docentes maestros de grado, profesores, directivos, superviso- res, educadores de adultos, etcétera). En estos multiples y sucesivos encuentros tuvimos ocasién de tomar contacto con muchos educadores, preocupados por ejercer un estilo de autoridad que fuera auténticamente democratico. Una de las pre- ocupaciones que manifestaban, y siguen manifestan- do, estos docentes, es la de como resolver determina- das situaciones conflictivas que pueden presentarse en la labor pedagégica cotidiana por la emergencia de algunas conductas disruptivas de los alumnos, sin tener que apelara recursos propios del autoritarismo. Esto nos Ilev6 a realizar una investigacién en esta direccién. Hemos de presentar aqui algunas de las conclusiones obtenidas. Este articulo esta destinado, pues, especialmente, a todos aquellos colegas que, desde su accionar coti- diano, pugnan por establecer con los alumnos un vinculo de respeto y de cuidado, que intentan contr buirrealmente a su crecimiento, quetratan, enfin, de promoveren el aula un clima constructivo de trabajo y no desean hacer un uso coercitivo, impositivo o represivo de su autoridad, ni recurrir a la amenaza del castigo o de las sanciones."” Estos serfan, a nues- tro juicio, docentes con vocacién democratica, lo cual implica todo un desafio, y una tentativa de construccién. Los conflictos Asi, pues, un tipo de problemas con que puede topar el educador que desea ser democratico y pro- gresista en su accionar, es la sensacion de que hay situaciones grupales que se le “escapan de las ma- Educadores con vocacién democratica 83 eee ee eee ee = nos”, de que hay grupos, 0 personas dentro de los grupos, que parecen requerir 0 demandar, con su conducta, un ejercicio represivo de la autoridad. 3Cémo manejar, entonces, desde un estilo verda- deramente democratico, situaciones conflictivas en el aula cuando se altera lo que tradicionalmente se denomina “disciplina’? ;Como lograr realmente, sin apelar a las sanciones 0 al temor, un clima grupal donde se pueda trabajar y llevar a cabo la labor de ensefanza-aprendizaje para la que se convoca en la escuela? Una de las conclusiones a las que arribamos a partir de nuestras investigaciones, que continua- mos realizando en los cursos de capacitacion, © tiene que ver con la incidencia que tiene sobre toda esta problematica la adhesion a determinado sistema de supuestos por parte del propio educador. La perspectiva desde la cual concebimos y “miramos” el fenomeno de la disciplina en el aula condiciona nuestras actitudes; condiciona también el anilisis que practicamos de los hechos disruptivos, la indole dela resonancia emocional quenos suscita el enfren- tarnos con tales hechos y, por supuesto, el tipo de resolucién que podamos darle a las situaciones. Expresado en forma un tanto esquematica, postu- lamos la existencia de dos grandes marcos cognitivo- valorativos, de dos paradigmas distintos, a partir de los cuales podemos asomarnos a esta realidad.

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