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EL PÁJARO LENTO
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EL
PÁJARO
LENTO
FICCIÓN CURATORIAL
CLAUDIA FONTES
33bienal/sp
Había una vez un pájaro, Dios mío.
Clarice Lispector
Había una voz una vez con alas que, adiós mío.
Creatrice Pliscol
EL MISTERIO DE CUARTO CERRADO
Pablo Martín Ruiz
CONFIGURACIONES
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lengua a otra. Siempre me gustó imaginarlas en distintas con-
figuraciones, desplazarlas, invertirlas, abstraerlas de la página,
rotarlas, cambiarlas de escala, someterlas a la permutación y
la combinatoria, tratarlas como las piezas de un todo que hay
que reconstruir, como si fueran la clave de un problema des-
conocido. No es difícil notar que se prestan a la contemplación
múltiple. Sus dos dimensiones visuales se amplían fácilmente
a la musicalidad: cada letra es una instrucción sonora, todo
texto una partitura. Se puede imaginar que crecen en volumen
y se transforman en un abecedario tridimensional, como esos
juguetes con forma de letra que ya Jerónimo, en el siglo IV,
recomendaba construir para la educación de los niños. Y que
una vez que las dejamos crecer en el espacio crean a su vez sus
propias disposiciones espaciales, como constelaciones escul-
tóricas, estatuas que olvidan y se desprenden de lo que alguna
vez representaron. Dibujos, imágenes, sonidos, volúmenes,
que ya no son texto sin dejar de ser texto. Detengámonos en
una cualquiera. Podría ser la C o la I o la S, acabadas en su
concisión, en su forma depurada y en su diferir de las demás.
Elijamos la P: una línea recta vertical y un semicírculo en la
parte superior derecha. Observemos el espacio abierto que
crea a su alrededor, el espacio cerrado que deja en su interior.
Pienso en las palabras que incluyen la letra P, en las palabras
y los nombres que empiezan con P. Ahora mirémosla suelta,
previa a toda pertenencia, anterior a su propio diseño, abierta
a su potencialidad: puede ser la P de una palabra en español, o
de una palabra en otra lengua, o de una palabra en una lengua
cuyo sistema de escritura la excluye. Puede ser la P de una no
lengua, representando algo puramente visual o algo que no
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podemos imaginar o algo que está siempre desplazándose, que
simultáneamente significa y no significa y que se agota en su
contemplación. Si tuviéramos que imaginar un enigma cuya
solución fuera la letra P, ¿qué enigma imaginaríamos?
HECHOS INQUIETANTES
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varias de sus investigaciones y ensayos. Uno de esos ensayos,
una reflexión sobre el concepto de original, termina con una
serie de preguntas que suelo citar en clase, ejemplares en su
precisa formulación:
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que hay estantes con libros que cubren las paredes, un escrito-
rio grande de madera y un par de vitrinas en las que se exhiben
ejemplares de la colección de la Fundación. Las ventanas de la
sala dan a un parque: al verde de los árboles, al pequeño lago, a
los pájaros que pasan. Es un lugar ideal para trabajar. El testigo
directo de la desaparición, si es que puede haber un testigo
directo de algo que ocurre por omisión, fue el propio Guasch.
La sala del primer piso es un habitual lugar de trabajo que se
otorga por turnos a los investigadores o becarios que la piden y
él tenía el turno inmediatamente posterior al de Litvín. Dado el
pasado de confrontación entre ambos, del que todos estábamos
al tanto, esa casualidad no pasó desapercibida.
Yo no conocía bien a Guasch, pero sabía que tenía cierta
tendencia al conflicto, que le gustaba ser provocador. Una vez
le oí decir: “Yo traduzco todo tipo de textos, excepto literarios.
A los escritores les importan las palabras, y se puede traducir
cualquier cosa menos las palabras.” Por supuesto que era un
excelente traductor literario, tanto de ficción como de poesía,
además de reconocido especialista en estudios de traducción.
Aunque tampoco estaba libre de polémicas: alguna vez lo acu-
saron de haber alterado textos que había traducido, de haber
transformado párrafos enteros en una breve frase o directa-
mente de haberlos eliminado. La cuestión es que Litvín había
entrado a la sala y no había salido, o nadie la había visto salir.
No volvió a su casa y nadie entre sus conocidos tenía noticias
de ella. Los días pasaron sin novedades. Se había, como quien
dice, evaporado.
Como muchos de mis colegas, además de traducir doy
clases. También hago trabajos de periodismo cuando los
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encargos de traducciones no abundan, o sea con frecuencia.
El caso tuvo inmediata repercusión y me puse a escribir una
nota para un diario. La noticia era preocupante, pero cuando
empecé a enterarme de los detalles me dio risa. De pronto
me imaginé escribiendo un misterio de cuarto cerrado, esos
policiales en los que alguien es asesinado en una habitación
herméticamente cerrada en la que el asesinato parece un he-
cho imposible, un sub-género del policial que en una época
cultivé meticulosamente como lector. Pensé en los muchos
que había leído empezando por el fundacional, el del gorila
parisino de Poe. Los de Zangwill, Leroux, Dickson Carr, los
de los autores dobles Ellery Queen y Boileau-Narcejac. Pensé
sobre todo en ejemplos laterales, escritos por autores que se
dedicaron al policial ocasionalmente pero en los que uno
siente que ocupaba un centro secreto de sus preocupaciones.
Como el crimen casi perfecto de Roberto Arlt: el asesinato
de una anciana que está sola en un departamento cerrado
solucionado con un cubito de hielo; o el cuento “El caso de la
habitación cerrada” de Fernando Pessoa, quien junto a tantos
heterónimos imaginó al detective y razonador infalible Qua-
resma y dejó cientos de páginas de borradores de narraciones
policiales. Qué curiosa la imagen de estos dos escritores tan
extraordinarios y tan disímiles, el gran novelista del conflicto
social y el gran poeta de la identidad fragmentada, abocados
casi contemporáneamente a inventar esos enigmas herméticos
de fórmula fija, hechos de cerraduras, ventanas selladas y ca-
dáveres. Y pensé en uno que ni siquiera fue escrito por un es-
critor sino por un músico: el norteamericano George Antheil,
compositor del explosivo Ballet mécanique admirado por los
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dadaístas, que con el seudónimo Stacey Bishop escribió una
novela policial en la que ocurren no uno sino tres asesinatos
imposibles y cuyo detective es experto en música dodecafónica
y en arte de vanguardia. Ahora yo me veía en la situación de
redactar una nota policial sobre la increíble desaparición de
una persona que estaba en un cuarto perfectamente cerrado.
Y encima, casi como si fuera una broma, protagonizada por
traductores.
Máquinas de leer
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Almirante Bradley Fiske, que en 1926 inventó una má-
quina que había que acercar al ojo para leer a través de un
complejo sistema de lupas, en la que el material de lectura
mecanografiado era procesado fotográficamente, en un
tamaño tan microscópico que era indescifrable a simple
vista. (Brown descalificó esta máquina por considerar
que, en última instancia, no era otra cosa que “el libro de
siempre escondido atrás de una lupa”.) Muy diferentes
son los dispositivos basados en el modelo de Juan Esteban
Fassio, que pasamos a considerar a continuación.
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duce, digamos, a Baudelaire o a Flaubert por amor al francés,
sino por la atracción de los textos particulares de esos autores.
Que el texto inicial esté en una lengua y el resultado en otra es
una condición, incluso una necesidad de la tarea, pero solo lo es
secundariamente. Es hora de que tengamos una comprensión
materialista de la traducción. Mi crítica de lo que podríamos
llamar el idealismo teórico de la traducción es equivalente a
la que Marx hizo de Hegel.”
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las ruinas sintácticas y gramaticales que se acumulan como frag-
mentos despedazados que él quiere amorosamente recomponer,
y que es llevado hacia adelante por el viento de la Lengua Pura
que llena sus alas y que lo empuja irremediablemente hacia el
futuro, un futuro en el que él desaparecerá y no será nada y en
el que todo estará hecho de palabra total y de cielo.”
− Dato:
En un concurso para jefe de cátedra de Historia y Teoría de la
Traducción, Litvín y Guasch fueron los finalistas y ella la que,
después de un largo y conflictivo proceso de impugnaciones,
denuncias cruzadas y acérrima confrontación, finalmente se
quedó con el cargo.
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varios años. La secretaria abrió la puerta con una segunda llave.
La sala estaba vacía, las ventanas estaban cerradas y trabadas
desde adentro, todo estaba perfectamente en orden.
DIÁLOGO DE TRADUCTORES
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ta, junto con la detallada historia del enfrentamiento con
Guasch, para alentar hipótesis escandalosas. Un periodista
imaginativo o astuto tomó literalmente el contenido de la
ponencia de Guasch y propuso la hipótesis de que Litvín se
había desmaterializado como consecuencia y culminación de
su tarea de traductora y (agregaba el periodista con dudosa
ironía) como confirmación involuntaria de las teorías de su
rival. Empezó a circular el rumor de que en la comunidad de
traductores se creía que había una lengua que era el estado
superior del mundo y al que los traductores podían acceder
antes que los demás. Pronto se sumaron especulaciones hasta
teológicas, y cuando empezó a circular la hipótesis fantástica
de que la traductora en realidad no había desaparecido sino
que su cuerpo se había hecho espíritu porque había alcanzado
el absoluto de la lengua de Dios, el episodio se transformó en
mención obligada de los programas de noticias y en asunto de
debate acalorado en las redes sociales. De pronto la traducción
se transformó en tema de conversación en bares y cafés, casi
nadie se privaba de especular sobre la naturaleza del lenguaje
y sus posibilidades.
Fue entonces, a menos de dos semanas de su desapari-
ción, cuando empezó a circular un mensaje con posibles pistas.
En ese mensaje, tomado seriamente por los investigadores
por la precisión de los detalles que incluía sobre Litvín, se
anunciaban los pasos a seguir para encontrarla. El problema
es que esas supuestas instrucciones, que cerraban el mensaje,
estaban incluidas en un par de párrafos escritos en una len-
gua incomprensible, y con letras que parecían provenir de un
alfabeto distorsionado o nuevo.
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Encuentros de la muerte y la razón
LA TRAMA SE COMPLICA
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por una copia de mala calidad. Se trataba de una obra inédita
de un reconocido poeta visual ya muerto, un cuaderno cubier-
to en cada página con figuras, dibujos y esquemas carentes de
palabras, y cuyo sentido y criterio de organización general,
si lo tenía, permanecía impenetrable para los especialistas.
La vitrina estaba perfectamente cerrada y entera, no parecía
haber sido forzada, no había de hecho ninguna señal de que
alguien hubiera tratado de abrirla. ¿Había Sara Litvín robado
el manuscrito? Y en ese caso, ¿cómo? ¿Se había simplemente
desmaterializado? ¿O había que pensar en alguien que había
raptado a Litvín y además había robado el manuscrito? ¿O
no había ninguna relación entre los dos hechos? Una nueva
ausencia enigmática se sumaba a la primera. Este era ahora un
misterio de cuarto cerrado que incluía un misterio de cuarto
cerrado. Y no pude dejar de pensar que el manuscrito de con-
tenido inaccesible no dejaba de ser un tercer cuarto cerrado en
esa triple cadena concéntrica de la perplejidad.
ASUNTOS EXEGÉTICOS
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Se pesan las cosas en
kilos y en gramos,
pero lo que las hace
inamovibles son los
(fallida); un grupo de traducción experimental
pactos y el pasado.
propuso hacer una ultra-proto-neo-multi-tra-
Habría que cambiar los
ducción del texto; discípulos de Charles Bernstein
gestos, dejar de empujar
mandaron cien resultados distintos de traduccio-
con la cintura, levantar
nes posibles al inglés; desde Montevideo llegó la
una pierna y luego otra,
hipótesis de que se trataba de un derivado de la
como cuando se cruza
escritura en clave de Felisberto Hernández; un
un alambrado.
traductor de Armenia mandó una traducción a
Ese lugar del otro lado
una lengua totalmente incomprensible afirmando
es difícil de imaginar,
que las dos incomprensiones se cancelarían mu-
una sombra apenas.
tuamente y que el equilibrio semántico universal
Pero sabemos que
así restaurado revelaría los significados de ambos
existe, lo buscamos.
textos. El caos parecía haberse adueñado de las
noticias y de los acontecimientos.
La primera mitad de la solución provino de Campinas,
Brasil. Una profesora universitaria, especialista en historia
antigua de Medio Oriente, decía haber reconocido palabras
y fragmentos de frases en arameo o en algo muy parecido al
arameo, siempre que se aceptara una transcripción al alfabeto
romano por simple “asimilación mimético-analógica” (es
decir, si una letra parecía una A se la transcribía como A).
Las traducciones que propuso fueron ratificadas en casi todos
los casos por los especialistas en arameo consultados. La sola
mención de esta lengua disparó un sinnúmero de hipótesis
más o menos bíblicas que iban de los rollos del Mar Muerto a
los textos gnósticos de Nag Hammadi. Alguien debería publi-
car un volumen dedicado a las traducciones alternativas que se
propusieron, de una riqueza y variedad de resultados notable.
La segunda mitad de la solución llegó de Toronto, Ca-
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nadá. Un especialista en textos budistas estaba seguro de que
una parte del manuscrito (que coincidía con la parte que no
estaba en arameo) se correspondía con bastante aproximación
con palabras y frases en pali, la antigua lengua de los primeros
sutras. La combinación de las aproximativas traducciones del
arameo y del pali dio por resultado un texto relativamente
aquí
coherente que parecía ser la descripción de un lugar, aunque
ella baila
imposible de identificar con alguna precisión. En
subiendo la escalera
seguida empezaron a proliferar las interpretaciones,
del oído interior
menos de las características y la ubicación del lugar
acumula
descripto que de su posible significado. El consenso previsible
fragmentos
era que podía tratarse del lugar en el que se encon-
para protegerse del fuego
traba la traductora secuestrada. O su cadáver.
DIÁLOGO DE TRADUCTORES II
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la gramática de Dios, esa hipótesis disparatada basada en las
teorías esotéricas de Guasch fue puesta a circular para generar
atención y para no ser creída. Es una historia inventada para
esconder otra historia. Yo lo que creo es que es el mismo Guasch
el que la armó y la hizo circular, usando sus teorías esotéricas
para ocultar los verdaderos hechos tal vez atroces: que la mató,
la despedazó y la enterró en algún lado. Probablemente solo
quería hacerle pasar un mal rato pero las
Una ballena nada en una acequia.
cosas se descontrolaron y la tuvo
Una persona se arrastra por un médano.
que matar. Porque
Una frase busca un lugar en un texto escrito en otra lengua.
no podía tolerar
Un sentimiento, nacido del encuentro de dos desconocidos, se
la superioridad
enrosca en las raíces de un algarrobo.
de ella, por el
Alguien entra a una reunión familiar donde están sus hermanos,
rencor de los
sus padres, primos y tíos, con los que tiene una relación cercana, y
conflictos
no reconoce a nadie.
pasados, por haber perdido el concurso por el cargo
o por la acumulación de esos hechos a lo largo de los años, quién
sabe. Él siempre fue algo agresivo y de ego sensible.
—…
— Decime qué pensás. Hace rato que estás callada.
— Estoy de acuerdo en que está todo armado, pero hay algo
que no cierra en esa explicación. Parece demasiado obvia para
un hombre como Guasch, que si bien puede ser excéntrico o
provocativo sin duda es inteligente. Yo creo lo contrario, que
la que armó todo fue Litvín. Ella vio en la lista de reservas
que él tenía asignada la sala en el turno inmediatamente pos-
terior y decidió tenderle una trampa. Sabía que él iba a ser el
principal sospechoso, que el pasado de conflictos entre ellos
iba a ser recordado muy pronto, y sencillamente por rencor, o
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para ratificar su dominio sobre él, o por algo que puede haber
pasado entre ellos que desconocemos, decidió armar su propia
desaparición para que el acusado fuera él.
— No está mal la explicación, aunque queda el problema de
qué piensa hacer ella con su vida de ahora en adelante. Y agre-
go que no deja de ser gracioso ver a dos traductores haciendo
de detectives. Los dos deberíamos tener razón.
— Puede ser gracioso, pero no es tan sorprendente. Pensalo
así. Todo traductor cuando hace su trabajo es un razonador
que busca la solución de un problema, como un matemático.
Y avanza hacia esa solución con la intuición de las palabras,
como un poeta. ¿Te acordás del detective ideal de Poe, que
tenía que reunir las virtudes de la matemática y de la poesía?
Ese ideal en ningún otro oficio está mejor encarnado que en
el de traductor.
Ra felma tameca
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géneo, aunque más no sea gramaticalmente, y que en
realidad no hiciera más que girar sobre su propio vacío,
su punto ciego, su origen perdido u olvidado. Y sobre
todo mostrar, casi como si se lo estuviera exhibiendo,
la potencia significativa de lo ausente, la capacidad de
producir sentido a cargo de una materialidad que crea
junto a su ser tangible su propio doble intangible, su
oquedad, su espacio de sombra como repetición negativa
y complementaria de lo mismo. Como esa visión que
tuvo un santo penitente en el desierto que consistía en
una criatura que ni el recuerdo era capaz de modificar,
de naturaleza simultáneamente monstruosa y divina, y
que solo alcanzó a describir como un ser intolerable que
era mitad pájaro y mitad pájaro. Hay una canción posible
cuya letra es la matemática y cuya melodía es la sinrazón.
Ra felma tameca zabial mi, deno i gandres. Una frase de
sintaxis transparente y que sin embargo estuviera hecha
de partes incongruentes, que obligara a un eventual
exégeta a preguntarse no tanto por su proveniencia y su
origen como por su futuro y su destino, como si se tratara
de una frase que fuera no el resultado de transformacio-
nes lingüísticas pasadas sino que estuviera señalando
el devenir de una lengua que en su permanente trans-
formación no fuera más que una constante traducción,
una semántica hecha de pura promesa y de sentidos por
venir, una lengua cuya forma futura fuera, por decirlo
así, la de un pájaro infinito, de modo que la inmensidad
del espacio por el que volara, aún cuando estuviera en
permanente expansión, estuviera siempre dentro de sí.
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DIÁLOGO DE TRADUCTORES III
RECONSTRUCCIÓN PARCIAL
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paseo por el sur de Francia. Los años de discordia les habían
ocurrido a dos avatares de ellos mismos a los que acababan
de declarar caducos y de los que ya no querían tener noticias.
Entre las muchas historias que intercambiaron, él contó una
sobre un manuscrito incomprensible escrito por su abuelo
materno, León Dordino, descendiente
¿es una canción o es un código
de judíos sefaradíes que antes de
lo que tenés que descifrar?
la expulsión se habían asentado en Andorra
(¿hay alguna diferencia?)
(el apellido original era D’Ordino).
¿es un recuerdo que olvidaste que tenías
Este abuelo de Guasch había vivido
o un sueño perdido
de sus actividades de comerciante intermitente,
cuya conmoción vuelve
aunque también era muy lector y había
con un dolor agudo en los talones?
dedicado años al estudio de las lenguas
sacras de la antigüedad, que llegó a conocer imperfectamente.
El manuscrito era en realidad una nota breve, escrita en un
papel levemente amarillo sin renglones, en la que según la
leyenda familiar estaban las instrucciones para encontrar un
cuadro valioso que, por enemistad con la familia, por rencor,
o por quién sabe qué razón recóndita, el abuelo había deci-
dido esconder. Si Guasch había encontrado la nota era solo
porque unos días antes de morir su abuela le había insistido
en que le preguntara al abuelo por el cuadro. “Que te lo diga
antes de que se muera”. El abuelo en realidad ya había muerto,
pero la insistencia del delirio agonizante de la abuela hizo que
Guasch fuera a revolver papeles viejos.
en el aire exponer
La nota estaba encabezada por una frase
perfectamente clara: “Acá está Jerónimo”. ahora invisible distancia
El resto era totalmente incomprensible, sigue meciéndome
escrito prolijamente a mano en una lengua
acá colgado alcanzo a oír
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Considerar el nombre Georges de La Tour como posible seudó-
nimo: combina el nombre de Perec con un apellido puramente
babélico.
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una lengua que parezca derivada no del canto sino de la furia
de los pájaros.”
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religiones. Dordino se interesa por un problema de traducción
en particular: los hapax legomena.
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CONVERSACIÓN ENTRE TRADUCTORES IV
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la tarea
es respirar
desde adentro de tu centro
hasta que olvidás la idea
hasta que olvidás que olvidaste la idea
hasta que olvidás que olvidaste
y el afuera se mete en tu interior
sin romper nada
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TRANSCREACIONES
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predeterminado y pueden ser el resultado de procedimientos y so-
luciones creativas diversas.
Las transcreaciones incluidas en este libro fueron escritas
por miembros del Outranspo, un grupo de escritores, traductores e
investigadores dedicado a la traducción creativa y experimental, del
cual Ruiz es uno de los fundadores.
A continuación se incluyen las referencias a las transcreaciones
con el nombre del autor de cada una y la obra que les dio origen:
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P. 31. Rachel Galvin
sobre la obra sin título de Elba Bairon.
P. 32 (1). Camille Bloomfield
sobre Content, de Katrín Sigurdadóttir.
P. 32 (2). Jean-Jacques Poucel
sobre You Can’t Imagine Nothing, de Ben Rivers.
P. 34. Irène Gayraud
sobre Ex Situ, de Sebastián Castagna.
P. 35. Rachel Galvin
sobre Hidden Sun, de Žilvinas Landzbergas.
Imagen de tapa:
Fragmento de Nota al pie*.
Obra de Claudia Fontes realizada para El pájaro lento.
Cuento policial y ornamentos de porcelana
rotos por pájaros en 5500 fragmentos,
cubiertos en tela de algodón cosida a mano.
2018
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EL PÁJARO LENTO
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