CORTE SUPREMA DE JUSTICIA CORTE SUPREMA -

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SEDE PALACIO DE JUSTICIA,

CORTE SUPREMA DE JUSTICIA
DE LA REPÚBLICA
Secretario De Sala - Suprema:CHAVEZ VERAMENDI
SALA PENAL TRANSITORIA
DINY YURIANIEVA /Servicio Digital - Poder Judicial
del Perú
RECURSO DE NULIDAD N.º
Fecha:655-2018
10/10/2018 11:12:35,Razón: RESOLUCIÓN
JUDICIAL,D.Judicial: CORTE SUPREMA /
LIMA SUR LIMA,FIRMA DIGITAL - CERTIFICACIÓN DEL

Error de tipo vencible

Sumilla. La configuración de un error vencible
requiere el análisis de las condiciones personales
del agente y las circunstancias concomitantes al
hecho, para determinar si existió o no falsa
representación de la realidad.

Lima, cuatro de octubre de dos mil dieciocho

VISTO: el Recurso de Nulidad

interpuesto por la defensa técnica del procesado WILDER TRIGOSO VARGAS
contra la sentencia del treinta y uno de enero de dos mil dieciocho (folio 415),

que lo condenó como autor del delito contra la libertad sexual-violación

sexual de menor de edad, en perjuicio de la menor identificada con clave
N.° 2149-2010; y como tal le impuso quince años de pena privativa de
libertad y cinco mil soles por concepto de reparación civil.

Intervino como ponente el señor juez supremo QUINTANILLA CHACÓN.

CONSIDERANDO

PRIMERO. Argumentos del recurrente

La defensa, en su escrito de fundamentación (folio 429), sostiene que
la sentencia le causa agravio, por lo siguiente:

1.1. Su patrocinado y la agraviada fueron enamorados por tres meses y

producto de ello mantuvieron relaciones sexuales consentidas. Esta le
indicó que tenía dieciséis años, lo que fue corroborado cuando concurrió
a juicio oral; por ello se configuraría el error de tipo.

1.2. Respecto al motivo de la denuncia, la menor declaró en audiencia

que ello ocurrió por el temor que tenía a su padre, quien la agredía
físicamente, lo que fue probado con la evaluación sicológica.

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1.3. La hermana de la menor declaró que sabía de la relación sentimental

entre el acusado y la víctima; lo que fue corroborado por la hermana del
procesado.

1.4. Su defendido no sabía de la denuncia en su contra, incluso fue

miembro de mesa en las últimas elecciones y se desplazaba
constantemente fuera de la ciudad de Lima.

SEGUNDO. Imputación
2.1. Fáctica
El acusado abusó de la menor en dos oportunidades, entre los meses de
abril y mayo de dos mil cinco, en el interior de la vivienda ubicada en la
manzana d, lote 20, sector 01, barrio 2, IV etapa, del distrito de Villa El
Salvador; producto de ello la agraviada resultó embarazada.

La primera vez ocurrió cuando la menor jugaba con una amiga frente a su
casa; el acusado la llamó –este se encontraba en la puerta de su vivienda–, la
menor se acercó y este la jaló violentamente a su domicilio y cerró la
puerta, la llevó a una habitación (primer nivel), la desnudó y echó sobre la
cama, tapó la boca, bajó su pantalón e introdujo su miembro viril
produciéndole sangrado; luego, la amenazó con golpearla si contaba lo
ocurrido a sus padres.

El segundo abuso sexual ocurrió cuando la menor salió a comprar a una

tienda cercana a la vivienda del acusado; al pasar por el frontis, este la
hizo entrar a la fuerza; como estaban solos en dicha vivienda,
nuevamente abusó de ella, en el piso de la sala.

Como resultado de tales relaciones sexuales no consentidas, la menor

quedó embarazada.

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2.2. Jurídica
La conducta descrita fue subsumida en el numeral tres, del artículo ciento
setenta y tres, del Código Penal, que contenía un marco punitivo
abstracto no menor de veinte ni mayor de veinticinco años, cuando la
víctima tenía más de diez y menos de catorce años (norma vigente a la
fecha de los hechos mediante Ley veintiocho mil doscientos cincuenta y
uno).

TERCERO. Aspectos generales

El fin del proceso es alcanzar la verdad respecto de los hechos que se
ventilan, y que la decisión del juzgador esté condicionada al
descubrimiento de esta verdad judicial, que se sustenta en el mérito de las
pruebas que se hayan recabado en el curso de la instrucción y actuado
en juicio oral (pues solo en esta etapa se genera la prueba). De otro lado,
la condena no debe sustentarse en la simple apariencia de la comisión del
delito y la responsabilidad penal, sino que debe apoyarse en actividad
probatoria de cargo que provoque convicción plena en el juzgador
despejando toda duda razonable.

ANÁLISIS DEL COLEGIADO

CUARTO. Delimitación del pronunciamiento
4.1. En los delitos sexuales, las circunstancias del hecho permiten
identificar la pertinencia y utilidad de la prueba, tal y como se
indica en el fundamento 29 del Acuerdo Plenario N.° 01-2011/CJ-116,
sobre valoración de la prueba en los delitos contra la libertad
sexual.

A efectos de no sobreabundar en aspectos que no son objeto de

cuestionamiento, es un hecho incontrovertido la materialidad de las

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relaciones sexuales, aun cuando el Certifico Médico Legal N.°

004001-CLS describa que la examinada presenta himen
complaciente, debido a que la menor resultó gestando un hijo del
acusado.

4.2. De modo que, se analizará las circunstancias del hecho, debido

a que la Fiscalía sostiene que el acusado abusó sexualmente de la
menor, y aquel refiere que los actos sexuales fueron consentidos.

QUINTO. Análisis de la prueba actuada en juicio

5.1. El representante del Ministerio Público sostuvo en la acusación
fiscal que en el juicio se acreditaría la responsabilidad penal del
acusado a título de autor del delito de violación de la libertad
sexual, pues este, mediante violencia, abusó de la menor en dos
oportunidades al interior de su vivienda.

Hasta ese momento se contaba con la versión inculpatoria de la

agraviada, contenida en su denuncia con presencia de una
representante del Ministerio Público (folio 01), su referencial a nivel
policial (folio 15) y en su preventiva ante el juez de la instrucción (folio 44).

5.2. Parte de la actividad probatoria en juicio comprendía la

concurrencia de la víctima, quien acudió a la segunda sesión de
audiencia, oportunidad en la que se rectificó del contenido de su
versión y sostuvo que las relaciones sexuales fueron consentidas.

5.3. En el escenario descrito, lo que corresponde en primer

momento es identificar cuál de las versiones de la víctima es la que
prevalece, en atención a su compatibilidad con los demás actos
de prueba.

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5.4. Al respecto, las circunstancias en las cuales se denuncia un

evento delictivo resultan relevantes, tanto más si aquellas involucran
a menores de edad, pues en determinado contexto, por su
fragilidad y temor, pueden denunciar situaciones que se alejan de
la realidad. En ese mismo sentido, por la condición de
dependientes que tengan respecto de otras personas, los menores
pueden ser instrumentalizados con la finalidad de perjudicar a
alguien (allí radica uno de los fundamentos de la ausencia de incredibilidad
subjetiva).

5.5. En el caso de autos, la denuncia fue interpuesta por la menor y

su madre, María Gómez Guevara, el día veintitrés de agosto de dos
mil cinco, después de aproximadamente dos meses de ocurridos los
hechos, pues la agraviada señaló que la primera vez que fue
víctima de abuso fue en mayo y, la segunda –indicó no recordar
bien–, habría sido ese mismo mes o en junio.

5.6. Para una mejor comprensión, es necesario citar parte de la

denuncia. Sobre el primer acto de abuso que habría sufrido:

En el mes de mayo del presente año, cuando me encontraba jugando al

frente de mi casa con mi amiga Katy Medina, había un chico que nos
molestaba, de nombre Wilder, no sé su apellido ni su edad,
aproximadamente veintisiete años pero que vive en la manzana D-2, lote
veinte, sector 1, barrio 2-IV, urbanización Pachacamac, él me llamó a su
puerta, una vez allí me hizo ingresar a la fuerza, una vez dentro cerró la
puerta y me llevó a su cuarto y me desnudó, me echó a la cama, se bajó su
pantalón y me decía “quieta”, y cuando intentaba gritar me tapaba la
boca con su mano y me introdujo su pene haciéndome sangrar. Luego me
vestí y me dijo que me vaya amenazando con golpearme si le contaba a
mis padres1.

1 El resaltado es nuestro.

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5.7. Con relación al segundo abuso que habría sufrido, refirió:

“No recuerdo si en el mes de mayo o junio yo iba a comprar a la tienda, al

pasar por su casa él se encontraba en su puerta y me hizo entrar a la
fuerza; no había nadie en la calle y me volvió a violar en el piso”2.

5.8. Después de una semana, el siete de setiembre de dos mil cinco,

la menor declaró nuevamente, reiterando los términos de su
denuncia e introdujo información de relevancia que merece ser
citada:
Yo me fui a mi casa y me duché (luego del segundo acto de abuso). No
dije nada hasta el día veintidós de agosto de dos mil cinco, por la noche
tenía vómitos y no me venía mi regla; mi madre me preguntó por qué no
me venía mi regla; entonces yo le conté la verdad a mi mamá, que el
vecino conocido como Wilder había abusado de mí en el mes de mayo3.

5.9. Lo primero que debemos resaltar es el hecho de que la

denuncia se haya interpuesto a raíz de que la víctima tuvo un
retraso en su periodo menstrual. Si bien aquello pudo haber
obedecido, como sostuvo en su momento, al hecho de encontrarse
amenazada por el acusado, cobra relevancia la explicación que
dio cuando concurrió al plenario y fue examinada por el
Colegiado, donde señaló que por ese entonces (agosto de dos mil
cinco): “[…] era una chibola, tenía miedo a mis padres; embarazada
a esa edad, estaba tensa y con miedo, por eso declaré esas
cosas”4.

5.10. Respuestas como la citada se dieron en varios momentos, con

expresiones como: “Ellos son muy estrictos; mi papá tenía un
carácter horrible y yo le tenía miedo a él”, “yo hablé todo eso por

2 El resaltado es nuestro.
3 El resaltado es nuestro.
4 El resaltado es nuestro.

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miedo a mis padres”; y cuando se le preguntó el motivo por el que

mintió, dijo: “Cualquier chiquilla lo haría por temor a sus padres”,

5.11. Lo explicado evidencia, por un lado, la situación de

vulnerabilidad de la víctima, quien se vio sorprendida por salir
gestando a tan corta edad; de otro, un sentimiento de temor ante
sus padres, quienes -a su criterio-, le reprocharían por la situación en
la que se encontraba.

5.12. Un aspecto que también debe ponerse en evidencia a partir

de su relato, es el relacionado con las circunstancias en las que
habría sido víctima de abuso por segunda vez:

A. La agraviada, en aquella oportunidad, declaró que el

acusado la forzó a ingresar a su vivienda mientras pasaba por
la puerta del inmueble.

B. Al respecto, aplicando las reglas de experiencia, alguien

que fue víctima de violencia sexual evita exponerse
nuevamente a situaciones similares. Además, es claro que
esto se flexibiliza si existe, respecto del agresor, algún vínculo o
relación de dependencia (por ejemplo, cuando se trata de un
miembro de la familia).

C. Así, en el caso que nos ocupa, en un contexto en el cual el

acusado y la víctima no tenían vínculo familiar o parental, si la
menor se hubiera sentido amenazada por parte del acusado,
al verlo en la puerta de la vivienda en la cual había sido
víctima de abuso, no habría caminado por aquel lugar por un
sentido natural de autoprotección. Muestra de esto es lo

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señalado en el acápite “Historia personal” del dictamen

sicológico de la menor (folio 23), en donde se anota que la
agraviada refirió que le “daba miedo” que su agresor le
vuelva a hacer daño.

5.13. Por otro lado, la Fiscalía argumentó (y aquello fue validado por el
Colegiado), que la versión incriminatoria de la víctima tenía respaldo
en la pericia sicológica de la agraviada, plasmada en el Informe de
Pericia Sicológica N.° 004270-2005-PSC (folio 23).

5.14. Sobre el particular, lo que se debe tener presente, en primer

lugar, es que toda pericia es orientadora; segundo, que las
conclusiones de la misma deben ser sometidas a un control, pues
aun cuando su naturaleza científica le otorgue un sólido soporte
probatorio, aquello no es definitivo, en tanto otras pruebas pueden
generarle al juez un convencimiento distinto e incompatible con las
conclusiones de la pericia.

A. En esa lógica tenemos que la evaluación sicológica de la

menor estuvo a cargo del perito Rosario Arbieto Sarmiento, en
sesiones que se realizaron los días nueve y dieciséis de
setiembre de dos mil cinco:

i. En el acápite “Relato” del dictamen se describen los

hechos de abuso relatados por la menor y que no son
más que los mismos que se registran en la denuncia.

ii. En el acápite “Operaciones”, describe que desde

pequeña sufre del corazón, además, describe
situaciones que se le han presentado luego del abuso
sexual, relatando que aquello le ha producido

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pesadillas, sobre todo cuando recuerda lo que le

sucedió. Niega su embarazo y rechaza a su bebé.

iii. En cuanto a la relación intrafamiliar, en “Historia

familiar”, la menor describe a su padre como una
persona de carácter fuerte, agresivo, que le “pega
poco”, le insulta; es ofensivo y culpa de todo lo que
sucedió a su madre. Es más, refirió que su padre se
encontraba de viaje y “tenía miedo que regrese y
lastime a su madre”.

B. La sicóloga, en el plenario, ratificó los términos de la

evaluación, donde concluyó que la peritada presentaba:
“Reacción aguda a estresor sicosexual”. Cuando se le
preguntó qué implica una conclusión como esa, explicó que
una persona que presenta un cuadro de estas características
se recupera en menos tiempo respecto de otra que presenta
estrés postraumático. También precisó que una pericia
sicológica no puede determinar que una persona haya sido
víctima de abuso sexual (radica en ello su naturaleza orientadora), y
que las conclusiones abarcan el análisis de todo el contexto
de situaciones a los que está expuesta la víctima. Es
importante destacar la respuesta que dio cuando se le
preguntó si las pesadillas estaban relacionadas con el
embarazo no deseado, a lo que respondió que su carácter
inmaduro e inestable, y el no contar con recursos propios para
enfrentar esa situación, producen manifestaciones fisiológicas
como las pesadillas.

C. Recogiendo los alcances de la especialista y analizando el

contexto situacional que, por ese entonces, enfrentaba la

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menor, nos permite relacionar las conclusiones de la pericia

no a un acto de abuso sexual, sino, al hecho de encontrarse
embarazada a tan corta edad, lo cual le generó rechazo no
solo al acto sexual, sino manifestaciones que la llevaban,
incluso, a negar su estado de gestación.

5.15. Lo expuesto nos permite concluir que la retractación de la

menor (quien acudió al juicio siendo mayor de edad), encuentra lógica y
permite sostener que, contrariamente a la posición de la Fiscalía, las
relaciones sexuales se suscitaron en el marco de una relación
sentimental; y, que las manifestaciones de orden psicológico de la
agraviada no guardan relación con actos de abuso sexual, sino de
rechazo a las consecuencias, como su embarazo a una edad
prematura.

5.16. En ese entender, los criterios de análisis de retractación

expuestos son compatibles a los desarrollados en el Acuerdo
Plenario 1-2011/CJ-116, sobre “Apreciación de la prueba en los
delitos contra la libertad sexual”; asimismo, que el análisis de la
pericia sicológica de la víctima consideró las pautas que han sido
plasmadas en el Acuerdo Plenario Nº 4-2015/CJ-116, sobre
“Valoración de la prueba en los delitos de violación sexual”.

SEXTO. Análisis sobre el error de tipo

6.1. Tratándose de una persona con trece años y seis meses de edad en el
mes de mayo de dos mil cinco, conforme con su partida de nacimiento
(folio 03), el consentimiento resulta irrelevante jurídicamente, pues a
esa edad se protege el hecho de que la víctima no se encuentra
en capacidad de poder decidir asuntos relacionados con el

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ejercicio de su sexualidad. Salinas Siccha lo explica en los siguientes

términos:

[…] La indemnidad o intangibilidad sexual se entiende como la protección del

desarrollo normal de la sexualidad de los menores, quienes todavía no han
alcanzado el grado de madurez suficiente para determinarse en forma libre y
espontánea”5.

6.2. Por otro lado, el error, como indica Villavicencio Terreros, es “[…] la
ignorancia sobre uno o todos los elementos que integran en tipo objetivo”6;
es decir, el agente no se motiva por algún elemento descriptivo o normativo.

A. Para que se admita una situación de esta naturaleza se debe

tomar en cuenta, como señala García Cavero:

“[…] las competencias de conocimiento que imponen los roles jurídicamente

relevantes, atendiendo siempre a las circunstancias personales del autor”7; asimismo,
considerar que la concurrencia del error estará condicionada a las circunstancias en
las que se desarrolló el hecho; aspectos que justifican la existencia de errores de
naturaleza vencible e invencible.

B. El error de tipo invencible excluye la responsabilidad penal o anula

la agravación. El error de tipo vencible requiere la observancia de
deberes objetivos de cuidado, esto es, de las capacidades del
agente de verse en la posibilidad de valorar correctamente un hecho,
siendo sancionada únicamente si el delito ampara una modalidad de
responsabilidad culposa.

5 SALINAS SICCHA, Ramiro. Los delitos de carácter sexual en el Código Penal peruano. Lima: Jurista Editores,

2008, pág. 161.

6 VILLAVICENCIO TERREROS, Felipe. Derecho penal. Parte general. Lima: Grijley, 2016, pág. 361.
7 GARCÍA CAVERO, Percy. Lecciones de derecho penal. Lima: Editorial Grijley, 2008, pág. 428.

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6.3. Esta Sala Suprema, en la Sentencia de Casación 742-16 ICA8, se

identificó los elementos que se deben tener en cuenta al momento de
analizar un supuesto de error relevante, desde la valoración del
conocimiento del agente:

a. En el caso de la “prueba del conocimiento” exige analizar el contenido de las

denominadas reglas de la experiencia y de forma más precisa, de aquellas que
pueden denominarse “reglas de la experiencia sobre el conocimiento ajeno”, que
servirán para determinar, a partir de la concurrencia de ciertos datos extremos,
qué es lo que se representó una persona en el momento de llevar a cabo una
determinada conducta.

b. El parámetro para decidir sobre la corrección de una determinada regla de

experiencia no puede ser otro que la existencia de amplio consenso social en
torno a su vigencia.

c. A fin de verificar el error de tipo –vencible o invencible– se deberá tener en

cuenta, según las reglas de la experiencia, que en el agente existió una falsa
representación de la realidad ex ante a la conducta imputada. Esta situación se
genera cuando el agente desconocía alguno de los elementos normativos y
descriptivos que conforman el tipo penal como: la calidad del sujeto; de la
víctima, el comportamiento activo u omisivo, las formas o medios de comisión de
la acción, el objeto material, el resultado, la acción de causalidad y los criterios
para imputar objetivamente el resultado al comportamiento activo u omisivo,
pudiendo el error recaer en cualquier elemento del tipo penal.9

6.4. En ese contexto, corresponde identificar la existencia o no de los

factores que pudieron llevar al acusado a incurrir en error y, luego, analizar
si se trató de un error de naturaleza vencible o invencible.

A. Cuando se inició la relación sentimental entre el acusado y la

agraviada (mes de abril de dos mil cinco), según los datos consignados

8 Ponencia a cargo del señor doctor Lecaros Cornejo.

9 Resaltado es propio.

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en la base de datos del Registro de Identificación y Estado Civil, el

imputado tenía veinte años con cinco meses (folio 314), y su nivel de
instrucción era secundaria completa.

Por su parte, la agraviada tenía trece años con seis meses de edad;
sin embargo, cuando concurrió a juicio, manifestó que le había
dicho al procesado que tenía dieciséis años y en ese contexto
entablaron una relación sentimental.

B. En cuanto a las circunstancias, lo primero que se debe esclarecer

es cuánto tiempo conocía el acusado a la menor, pues si se trata de
personas que se conocían desde edad temprana, un argumento de
error de tipo debería desestimarse.

Para esclarecer ello, son relevantes la versión de la agraviada y del

acusado (que constituyó un hecho probado en la sentencia recurrida), siendo
indiscutible que el imputado llegó a vivir a la ciudad de Lima en abril
del año dos mil cinco; concluyéndose que la relación entre ambos
inició poco tiempo después de la llegada del imputado a esta
ciudad.

C. Ahora, será importante contar con un espacio temporal, pues la

agraviada no recuerda fechas, solo que los actos sexuales se dieron
entre los meses de mayo y abril (como lo precisa la acusación). Para
ello, es útil remitimos al Certificado Médico Legal N.° 004001-CLS,
puntualmente al apartado que describe el Informe ecográfico
obstétrico, el cual se emitió el día veintitrés de agosto y que
determinó gestación de veinte semanas10.

10 Respalda este dato el informe del Sistema Metropolitano de Solidaridad sobre gestación de la menor, que

realizado el veintinueve de setiembre de dos mil cinco, arroja veinticuatro a veinticinco semanas de gestación.

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Haciendo un cálculo regresivo, considerando el tiempo de

gestación de la menor a la fecha que se indica (veinte semanas),
concluimos que los actos sexuales se habrían suscitado en el mes de
abril, obteniendo certeza que el acusado y la agraviada
mantuvieron relaciones sexuales cuando el primero llevaba poco
tiempo viviendo en la ciudad de Lima y producto de ello la menor
resultó embarazada.

D. Aunado a lo anterior, el contexto socioeconómico de aquel

entonces para ambos agentes, quienes vivían en el distrito de Villa El
Salvador y evidencian escasos recursos económicos (los padres de la
menor realizaban trabajos eventuales), la menor había dejado sus estudios
escolares por problemas de salud y el acusado había llegado de su
natal Huambo-Amazonas con la finalidad de trabajar.

E. En el ámbito del desenvolvimiento y capacidad para interactuar

en el año dos mil cinco, el acceso a la telefonía móvil e internet era
limitado (no como ahora que permiten una constante y fluida comunicación),
nos lleva a concluir que la capacidad de comunicación entre
ambos era escasa.

Los factores desarrollados permiten concluir que el acusado llegó en el

mes de abril y al poco tiempo entabló relación amical y sentimental con
la víctima, quien le había manifestado tener dieciséis años. El contexto
personal y social en el cual se desarrolló esta relación no le permitió al
acusado conocer la edad real de la menor incurriendo en error sobre este
elemento del tipo. Si bien se le podría exigir un comportamiento diligente
pues la relación sentimental se extendió hasta los primeros días de junio, su
falta de diligencia configura imprudencia, configurándose el error de
naturaleza vencible. Para una mejor comprensión, útil es citar parte del

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contenido del quinto considerando del Recurso de Nulidad 2824-2015

Cañete11, que señala:

Se aprecia que el procesado estuvo en la posibilidad de conocer la verdadera

edad de la menor si tomaba la diligencia debida, pues cuando menos pudo
preocuparse por averiguarlo; por tanto, actuó de forma imprudente, de tal forma
que se configura error de tipo vencible; no obstante, dado que nos encontramos
ante una figura culposa, la conducta del acusado deviene en atípica.12

6.5. Verificada la existencia de un error de tipo vencible, de conformidad

con lo señalado en la segunda parte, del primer párrafo, del artículo
catorce, del Código sustantivo, el cual señala: “[…] la infracción será
castigada como culposa cuando se hallara prevista como tal en la ley”; en
consecuencia, en atención a que nuestra legislación no contempla el
abuso sexual culposo, se mantiene incólume la inocencia del acusado,
procediéndose con la absolución del procesado en aplicación del artículo
doscientos ochenta y cuatro del Código de Procedimientos Penales.

6.6. Por último, no compartimos el criterio de la Sala Superior que desestimó

el error de tipo argumentando que la agraviada en juicio no aparenta ser
mayor de edad, debido a que la presunta víctima acudió al juicio después
de doce años y medio, por lo que aun cuando ciertas características
físicas puedan mantenerse en el tiempo, no se puede concluir ello de
forma inequívoca.

DECISIÓN
Por estos fundamentos, con lo expuesto en el dictamen emitido por el
señor fiscal supremo en lo penal:
I. DECLARAMOS, HABER NULIDAD en la sentencia del treinta y uno de enero
de dos mil dieciocho (foja 415), que condenó a WILDER TRIGOSO VARGAS como
11 Ponencia a cargo de la señora doctora Barrios Alvarado.
12 Resaltado es nuestro.

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autor del delito contra la libertad sexual-violación sexual de menor de

edad, en perjuicio de la menor identificada con clave N.° 2149-2010; y
como tal le impuso quince años de pena privativa de libertad y cinco mil
soles por concepto de reparación civil; con lo demás que al respecto
contiene; y, REFORMÁNDOLA, ABSOLVIERON a WILDER TRIGOSO VARGAS de la
acusación fiscal formulada por el delito y agraviada mencionados.

II. DISPUSIERON la inmediata libertad de WILDER TRIGOSO VARGAS, siempre y

cuando no cuente con mandato de detención emanado por autoridad
competente en otro proceso penal; por consiguiente, OFÍCIESE a la Sala
Penal Transitoria de la Corte Superior de Justicia de Lima Sur, a fin de que
cumpla con lo dispuesto en la presente Ejecutoria.

III. ORDENARON se anulen los antecedentes policiales y judiciales del

mencionado encausado generados por este proceso.

V. MANDARON que los autos se archiven de forma definitiva donde

corresponda. Hágase saber a las partes apersonadas en esta Suprema
Instancia.

S. S.

LECAROS CORNEJO

FIGUEROA NAVARRO

QUINTANILLA CHACÓN

CASTAÑEDA ESPINOZA

PACHECO HUANCAS
QC/parc

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