ETNOFARMACIA
La farmacopea tibetana
MANUEL PIJOAN
Biólogo y químico.
Plantas medicinales,
en un tratado tibetano
del siglo XVII.
La importancia de la religión en
la medicina tibetana determina
que todos sus practicantes sean
monjes, lo cual no quiere decir
por supuesto que todos los mon-
jes puedan convertirse en médi-
cos. Para poder ejercer esta prácti-
ca, el monje tiene que estudiar los
Gyudshi y muchos otros textos,
completar su formación médica
con astrología y otras materias de
carácter más o menos mágico y,
sobre todo, con meditaciones
y rezos.
Durante los 5 años de estudios
en el centro médico de Dharamsa-
la, las jornadas semanales comien-
zan a las cinco de la mañana con
oraciones y meditación y terminan Representación de las enfermedades relacionadas con los trastornos del aire.
a las ocho de la noche con nuevas
plegarias. Los sábados se dedican a
la preparación de los medicamen- los, entre ellos muchos de los tibe- desorden de la bilis no necesaria-
tos, según técnicas a menudo len- tanos e indios que frecuentan las mente alude a la vesícula que
tas y complejas. Para aprender la largas aulas vacías del nuevo segrega este fluido, sino que puede
difícil farmacopea, el alumno uti- Mentsikhang de Dharamsala, y estar hablando asimismo del intes-
liza numerosos textos complemen- por supuesto todos los occidentales tino delgado, de los pulmones o
tarios, además de los Cuatro Tan- que, acudiendo a las mismas aulas, incluso de la vista.
tras o Gyudshi. Estos últimos sue- intentan desentrañar los secretos Así pues, los significados de estos
len ser bastante explícitos en cuan- de la medicina tibetana, sólo con- tres humores son muy amplios, tan
to a síntomas y tratamientos: en sigue conocer meros fragmentos de amplios como complejas y distin-
uno de ellos, por ejemplo, se ve a estas complejas enseñanzas. tas son las funciones que aseguran.
un monje que vomita en un campo Pese a su abrumadora compleji- No es de extrañar, por tanto, que
y en la leyenda se lee el tratamien- dad y a la diversidad de los modos esta complejidad se refleje en los
to prescrito. En otra lámina del de tratamiento, desde la moxibus- Gyudshi, y más específicamente en
mismo libro, una pareja hace el tión y el masaje hasta la adminis- el más introductorio y breve de los
amor, una escena que más parece tración de píldoras, la medicina cuatro, que es el Tantra Raíz, en el
aludir a la alegría de vivir que a un tibetana se basa en un modelo apa- que se explica que cada uno de los
estado patológico; pero lo que se rentemente simple. Más que el tres humores se divide, de hecho, en
pretende transmitir con esta ilus- diagnóstico y el tratamiento con- cinco tipos principales. Así, por
tración es el peligro que entraña la cretos de cada una de las miles de ejemplo, el viento puede ser susten-
actividad sexual excesiva —o más enfermedades que aparecen en los tador de vida, ascendente, penetran-
genéricamente el exceso de una Gyudshi, lo realmente importante te (esto es, que existe en todas las
actividad física— para el desequi- para los médicos del Tíbet es el partes del cuerpo), acompañante del
librio de los humores del cuerpo. mantenimiento y la restauración fuego —es decir, digestivo— o
Una vez formado, el monje del equilibrio entre tres factores vaciador hacia abajo. Análogamen-
médico accede a una posición físicos o humores: el viento o aire, te, la bilis puede ser digestiva, regu-
jerárquica tan sólo inferior a la del la bilis y la flema. ladora del color de la piel, determi-
lama. A veces, incluso, cumple las Cuando un médico tibetano nante visual (que permite ver) o res-
mismas funciones que este último, diagnostica una dolencia como ponsable del aclaramiento de la tez.
lo que incrementa su rango, aun- viento, suele referirse a un desor- Del equilibrio de los tres humo-
que no todos los médicos tibetanos den funcional, a un trastorno del res o, mejor dicho, del de los quin-
acceden al mismo nivel de conoci- sistema digestivo, del corazón o ce tipos en los que se subdividen
mientos. En vida, cada maestro del aparato circulatorio, a una estos tres, depende en definitiva la
elige, en efecto, un único discípulo afección del intestino grueso o a salud del individuo. Si, por algún
al que transmite todo su saber. Así un problema psicológico. Cuando factor externo, tal como una ropa
las cosas, el número de personas este mismo médico habla de un inapropiada para el clima, una
cuya elección por un maestro les trastorno de la flema, se refiere dieta inapropiada o un «espíritu
ha permitido aprender de memoria sobre todo a una condición no repentino» —esto es, un factor al
los conocimientos médicos trans- inflamatoria o a una afección cró- que, en términos más modernos,
mitidos y elaborados durante nica del estómago, del bazo o de denominaríamos infección bacte-
siglos no supera, según se estima, los riñones. Y en fin, cuando diag- riana o vírica—, se activa alguna
el centenar. El resto de los discípu- nostica una enfermedad como de las emociones aflictivas graba-
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