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Ciudad Romana

La Roma antigua se ubicó en el continente europeo en la península Itálica bañada por el Mar
Mediterráneo.

Al norte la península limita con la cadena montañosa de los Alpes, al sur se encuentra el Mar
Jónico, al este con el Mar Adriático y al oeste con el mar Tirreno.

La ciudad de Roma, situada entre colinas y en lugar de comunicación estratégica, fue la cuna de la
civilización romana y con el tiempo, los romanos iniciaron su expansión por todo el mar
Mediterráneo, al que llamaron Mare Nostrum.

¿Cómo era una ciudad romana?

Los primeros asentamientos romanos carecían de planificación y su trazado respondía a la


adaptación al medio físico, lo que determinaba una estructura caótica.

La planificación urbana, que se observa en las diferentes ampliaciones de Roma y en las ciudades
de nueva creación, utilizaba el modelo hipodámico partía de un trazado rectangular y geométrico
con calles paralelas y perpendiculares entre sí. Cada cuadrado formaba una manzana, ínsula.

Los romanos protegían sus ciudades con poderosas defensas, símbolos de su poder y prestigio. La
primera muralla de Roma llamada Muri Serviani.

Los romanos construyeron numerosos monumentos de carácter honorífico o funerario que


presidían los lugares más importantes de la ciudad.

En todas las ciudades romanas se construyeron estatuas en honor a dioses, emperadores,


ciudadanos ilustres, o magistrados, servían para fomentar el orgullo nacional. Como por ejemplo
los Arcos de triunfo que celebraban alguna victoria o hecho solemne. Estaban decoradas con
inscripciones, relieves, columnas, estatuas.... Entre estos arcos de triunfo sobresalen los de Tito y
Constantino en el foro de Roma o el de Bará (en las proximidades de Tarraco).

Las calles de las ciudades romanas estaban pavimentadas. Además había aceras para los peatones.

Entre todas las calles destacan dos grandes avenidas que recorrían de norte a sur (cardo) y de este
a oeste (decumano) la ciudad. Estas dos calles convergían en el centro del rectángulo en el foro,
autentico corazón de la ciudad.

En la cuidad romana también encontramos , el foro romano es heredero del ágora griega. Se
diseñó como un espacio rectangular porticado, que concentraba toda la vida pública. En él se
levantaban los principales edificios de gobierno (asambleas, senado), de culto (templos),
económicos o judiciales (basílicas y mercados). Además, al aire libre realizaban los grandes
discursos los magistrados y los alabanzas funerarias los parientes de los fallecidos.
En el Foro de Roma se encuentra el punto cero del que parten todas las calzadas (miliarium
aureum). Para facilitar la orientación y saber en cada momento las distancias cada mil pasos (1472
metros) se colocaba un miliario señal que indicaba la distancia con respecto al miliario cero, de ahí
la expresión castellana "todos los caminos conducen a Roma"

Los romanos tuvieron a lo largo de su historia una gran preocupación en mejorar las condiciones
de vida y seguridad de sus ciudadanos. Se empleó el material más resistente la piedra, tallada en
sillares (excepto en las termas que son de ladrillo u opus caementicium)

Generalmente, las ciudades romanas estaban bien provistas de agua. Arquitectos e ingenieros
mostraron sus capacidades en la construcción de puentes, acueductos, sistema de alcantarillado y
termas. Destacan los acueductos de Segovia y de Mérida (España).

El ocio era muy importante para los romanos. En concreto la pasión por los juegos fue paralela al
alejamiento de los romanos de los asuntos públicos. El centro de la vida política estaba en el foro,
la vida social se hacía en las termas y, sobre todo, en los juegos, ludi publici.

Los espectáculos, teatro, circo y anfiteatro, los organizaban magistrados y luego emperadores
durante las festividades religiosas,

El anfiteatro
El anfiteatro era el lugar donde los romanos acudían para ver las luchas entre animales
(venationes), combates entre gladiadores o entre gladiadores y animales, e incluso batallas
navales simuladas.

El circo romano era el edificio preparado para las carreras de carros. Por otro lado, poseían un
teatro en cada todas las ciudades, pero no eran tan aficionados como los griegos.

Las termas

Los romanos estaban muy preocupados por su aseo personal. Se bañaban a menudo y en todas
las ciudades existían baños públicos, especialmente para los ciudadanos más modestos que no
podían permitirse el lujo de tener baño propio en su casa. De todos modos si solían tener al menos
una bañera o un barreño para este uso. Los baños romanos nos muestran un cuidadoso estudio de
lo que hoy llamaríamos 'hidroterapia': el uso del agua para el cuidado de la salud.

Las termas se calentaban mediante un ingenioso sistema de hornos y galerías llamado hipocausto.

A menudo existían dos zonas separadas para hombres y mujeres y, cuando esto no era posible,
había dos horarios distintos para su utilización.

Las casas de los romanos

Plano de una domus, casas romanas más lujosas unifamiliares se llamaban domus. Eran de una
sola planta y su estructura evidencia el carácter cerrado de la organización familiar antigua.
Estaban orientadas hacia el interior, sin apenas ventanas y en torno a un patio central, atrium.
Las casas ofrecían todo tipo de comodidades incluyendo calefacción, con un hipocausto. A la
entrada había un vestíbulo y las fauces.

Al atrio daban las distintas dependencias de la casa: dormitorio, cubiculum, comedor ( triclinium ),
cocina (culina), y recintos laterales (alae).

Las casas de los romanos más modestos se llamaban ínsulae (como nuestras 'manzanas' de casas).
Eran de muchos pisos algunas medían más de 18 metros de altura, como la famosa ínsula Felicles.
Los inquilinos vivían en pisos alquilados que se llamaban cenacula. Pero, como los alquileres eran
muy caros, era frecuente que el inquilino realquilara habitaciones a otros hasta llegarse a un
tremendo hacinamiento. Uno de los peligros más temibles era el de los incendios debido a que los
inquilinos usaban braseros en invierno.

La sociedad Romana

Se estructuraba según la riqueza y los derechos legales. Había hombres libres y esclavos. Dentro
de los hombres libres están:
Los Patricios: descendientes de los fundadores de Roma y se agrupaban en gentes, familias con un
antepasado común. Formaban una clase privilegiada. Únicos con derechos políticos.

Plebeyos: ciudadanos que se establecieron en Roma tras su fundación y únicamente poseían


derechos civiles. Vivían de la artesanía y el comercio o pequeñas propiedades rurales.

Cliente: eran libres pero mantenían alguna relación de dependencia jurídica con el patrono del
que recibían protección.

Libertos: eran antiguos esclavos que habían conseguido la libertad por compra o por los méritos
realizados.

Esclavos: pertenecían a un señor o al Estado y carecían de derechos. Habían llegado a esta


situación por nacimiento, delitos o como prisioneros de guerra.

Creencias Romanas

Era una religión politeísta, pues los romanos adoraban a numerosos dioses. Cada uno de ellos
poseía el dominio sobre un ámbito de la existencia humana (Júpiter dios del cielo y la tierra,
Minerva diosa de la guerra y la inteligencia, Neptuno dios del mar y las tormentas...). Tenían una
organización jerárquica: por encima de todos se encontraba Júpiter, dios del cielo, de la tierra y de
los hombres. Debajo había una serie de dioses principales que conformaban el panteón romano; y,
por debajo de éstos, existían otros menores, como las Musas o las Ninfas.

La religión romana se caracterizó también por su capacidad de sincretismo y asimilación. Las ideas
religiosas del pueblo romano no fueron siempre las mismas sino que recibieron numerosas
influencias de los pueblos con los que entró en contacto y supo asimilarlas e integrarlas en sus
creencias.

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