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Berger cree que existe reciprocidad causal entre los procesos institucionales y los
procesos a nivel de la conciencia (enfoque weberiano). Esto significa que las ideas afectan a
la realidad, y la realidad afecta también a las ideas. Los vectores institucionales decisivos (los
portadores primarios) de la modernidad son la economía y la política: la producción
tecnológica y el Estado burocráticamente organizado. Los portadores secundarios son muchos
procesos sociales y culturales que se basan en los portadores primarios (urbanización,
estratificación “móvil”, etc etc etc).
Existen más vinculaciones intrínsecas entre los procesos institucionales y los agregados de
conciencia en los portadores primarios que en lo secundarios, sobre todo en el caso de la
producción tecnológica más que en el de la burocracia. Los vectores institucionales variables
afectan a la conciencia, y ésta afecta al universo simbólico de la modernidad.
Burocracia:
- La idea de que los derechos humanos guardan relación con unos derechos
burocráticamente identificables: se supone que existe alguna burocracia que sea
responsable de los derechos humanos concretos (las leyes, por ejemplo); siempre
tiene que haber alguien con quien poder quejarse.
LA TRANSMISIÓN DE PAQUETES
Sólo una pequeña parte de los individuos se transforma en individuos modernos; logran
interiorizar esquemas cognitivos y normativos propios de las economías modernas. Suelen ser
individuos que no han logrado integrarse al modelo tradicional que existía antes. Para que la
modernización económica se difunda e interiorice es necesario que perdure bastante tiempo.
Cada etapa del establecimiento de las instituciones económicas implica un cambio cognitivo.
Existen variables muy importantes que hay considerar al relacionar la transmisión de
paquetes por medio de portadores económicos: la actividad económica moderna que se da en
una situación determinada; el tiempo en que una actividad económica moderna ha estado en
una determinada área; la relación de los individuos con la actividad económica
modernizadora. Estas variables se aplican también al otro portador de modernización, el
Estado burocrático. Sin embrago existen diferencias entre estos dos portadores:
- El Estado moderno y la economía se imponen a las sociedades tercermundistas como
realidades extrañas, ajenas; pero el Estado se presenta como un agente que
promueve el desarrollo y como representante de las aspiraciones colectivas. Es por
esto a la gente le resulta más fácil identificarse con el Estado que con el sistema
económico.
- El estado se puede acomodar a los modelos tradicionales con más facilidad que la
economía. La familia, el clan, la fidelidad tribal se pueden incorporar al
funcionamiento de la burocracia.
- Otro motivo por el que es más fácil “aceptar” el Estado es porque es más fácil subir
en la jerarquía política que la económica.
- En las sociedades más avanzadas ha surgido una clase media política cuya
concepción de modernización está más determinada por las estructuras de
conciencia burocráticas que económicas.
La modernización con modelos capitalistas tiende a generar una población más inquieta e
insegura, no así los modelos socialistas, que tiene sus metas claramente definidas. En el
tercer mundo, además, se experimenta con muchas dificultades la separación de las esferas
pública y privada, lo cual genere anomia. El socialismo intenta solucionar este problema. En
el tercer mundo el socialismo intensifica la centralidad del Estado y su aparto, pues la gente
deposita sus esperanzas de desarrollo en las promesas políticas.