En 1982, la disminución de las ganancias había obligado a realizar algunos
recortes en las "gratificaciones ejecutivas" a la que muchos de los ejecutivos se habían acostumbrado. En una ocasión un joven gerente fue por poco despedido debido a que se negaba a volar si no estaba ubicado en primera clase
Es por esto que Dubinsky se mantuvo firme en su política de reducir los
costos.
Sin embargo muchos de los funcionarios estaban en desacuerdo con esta
política. Alegando que sabían que tenían que reducir el número de bancos en la organización sin embargo no creían que la manera de conseguir que el interés margen neto suba era reduciendo los costos.
Ellos no estaban de acuerdo, es más, querían mantenerse siendo una
empresa de servicios personales
Dijeron que la experiencia que tuvieron con la contracción de la empresa
fue muy incómoda sin embargo, esta misma, o incluso una desaceleración en el crecimiento, iba en contra de las tradiciones y el espíritu de Mark Twain
Según algunos funcionarios la eficiencia era el principal problema, no la
geografía. La centralización funcional ya estaba en proceso, y se sugirió centralizar algunas operaciones y otras no. El plan de acción seria empujar más productos a través de las estructuras físicas existentes”. Bajo todo este ambiente de incertidumbre la preocupación primordial de Adam Aronson fue mantener los valores de Mark Twain intactos y que las decisiones fueran con extremo cuidado, basándose en que habían sido exitosos en el pasado debido a la calidad que ofrecían a sus clientes y no por atacar a la competencia o diferenciarse cortando costos, que según su perspectiva era la manera fácil de solucionar los problemas.
Podemos llegar a la conclusión de que el reto que enfrentaba Mark Twain
Bankshares era sobre todo un reto de transición pero a la vez un reto activista debido a los malos y lujosos hábitos de algunos funcionarios. M.D.B.R