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CONFERENCIA CLINICOPATOLÓGICA

Editor: Francesc Cardellach


Editor asociado: Òscar Miró
99.701
Caso: 150-2005

Varón de 54 años con fiebre intrahospitalaria


tras intervención quirúrgica
Nieves Sopenaa, Marcelo Sánchezb, Anna M. Merinoc
a
Unidad de enfermedades Infecciosas. Servicio de Medicina Interna. Hospital Universitari Germans Trias i Pujol. Badalona. Barcelona.
b
Centro de Diagnostico por la imagen. Hospital Clínic de Barcelona. Barcelona.
c
Centro de Diagnostico Biológico. Hospital Clínic de Barcelona. Barcelona. España.

Varón de 54 años de edad, trabajador de una lavandería, Se realizó un pontaje mamariocoronario a la descendente
sin viajes recientes y fumador habitual, con los siguientes anterior y 3 pontajes aortocoronarios a la primera diagonal,
antecedentes: diabetes melitus tipo 2 tratada con glibencla- oblicua marginal e interventricular posterior. El paciente
mida, enfermedad pulmonar obstructiva crónica de tipo en- tuvo dificultades para salir de la circulación extracorpórea y
fisematoso (diagnosticada mediante pruebas funcionales y presentó inestabilidad hemodinámica. Los datos electrocar-
tomografía computarizada torácica) sin tratamiento y cardio- diográficos y analíticos fueron diagnósticos de infarto de
patía isquémica que se había iniciado hacía 8 años en for- miocardio inferoposterior intraoperatorio, y en el ecocardio-
ma de un infarto de miocardio inferior y por la que seguía grama destacaba un ventrículo izquierdo ligeramente dilata-
tratamiento con ácido acetilsalicílico. Durante los últimos do, con acinesia inferoposterior e hipocinesia lateral. Había
meses había presentado clínica indicativa de angina de es- insuficiencia mitral moderada y la fracción de eyección del
fuerzo y, en un cateterismo cardíaco, se observó una este- ventrículo izquierdo era del 40%. El enfermo precisó trata-
nosis de la arteria coronaria descendente anterior (70%), de miento con dobutamina, dopamina y noradrenalina. Ade-
la segunda diagonal (70%) y del ostium de la interventricu- más, recibía tratamiento con midazolam en perfusión conti-
lar posterior (90%). A pesar de intensificarse el tratamiento nua, ranitidina (50 mg/6 h) e insulina rápida subcutánea
médico antianginoso, el paciente seguía sintomático y por cada 6 h, salbutamol y bromuro de ipratropio a través del
dicho motivo ingresó en el Hospital Clínic para tratamiento tubo endotraqueal. Durante las horas siguientes se objetivó
de revascularización coronaria. un descenso del hematocrito (hasta 0,22 l/l), del recuento
En la exploración física destacaba la presencia de algunos de plaquetas (hasta 23 × 109/l), de la actividad de protrom-
roncus en las bases pulmonares. El estudio preoperatorio bina (hasta el 32%) y positividad para los productos de de-
consistió en una radiografía de tórax en la que no existían gradación del fibrinógeno, por lo que se le transfundieron
datos relevantes, un electrocardiograma en el que se obser- 6 unidades de concentrado de hematíes, 6 unidades de
vaba un ritmo sinusal con ondas q en DIII y aVF, sin altera- plaquetas y 2.000 ml de plasma fresco congelado, y se aña-
ciones en la despolarización ni en la repolarización, y una dió vitamina K al tratamiento. La situación hemodinámica
analítica en la que se documentó una velocidad de sedi- del paciente mejoró progresivamente y pudo extubarse a los
mentación globular de 33 mm/primera hora, 4,4 × 1012/l de 3 días de la intervención quirúrgica. En ese momento, en la
hematíes, hemoglobina de 141 g/l, hematocrito de 0,41 l/l, analítica sólo destacaban una creatincinasa de 356 U/l, tro-
volumen corpuscular medio de 93 fl, hemoglobina corpus- ponina I de 32,7 ng/ml (valor normal: inferior a 0,01), AST
cular media de 32 pg, 8,2 × 109/l de leucocitos (61% neu- de 1.901, lactatodeshidrogenasa de 1.521 y hematocrito de
trófilos, 2% de bandas, 0% eosinófilos, 1% basófilos, 30% 0,29 l/l.
linfocitos, 6% monocitos), 344 × 109/l de plaquetas, activi- Al día siguiente presentó fiebre de 38,5 °C acompañada de
dad de protrombina del 92%, glucemia de 110 mg/dl (6,1 tos. En la radiografía de tórax se observó un patrón alveolar en
mmol/l), nitrógeno ureico de 14 mg/dl (3,2 mmol/l), creatini- la base derecha. Se inició tratamiento antibiótico con cefepime
na de 1,3 mg/dl (115 µmol/l), sodio de 135 mmol/l, potasio (2 g/12 h), amikacina (1g/24 h) y vancomicina (1 g/12 h),
de 4,2 mmol/l, calcio de 8,7 mg/dl (2,0 mmol/l), fósforo de a pesar de lo cual desarrolló insuficiencia respiratoria con
3,4 mg/dl (1,1 mmol/l), sideremia de 190 µg/dl (34 µmol/l), fracaso ventilatorio y tuvo que intubarse a las 24 h. Se cur-
aspartatoaminotransferasa (AST) de 28 U/l, alaninamino- saron 2 hemocultivos que fueron negativos y un cultivo de
transferasa de 24 U/l, lactatodeshidrogenasa de 432 U/l secreciones bronquiales en el que creció flora mixta con
(valor normal: 250-450), gammaglutamiltranspeptidasa de presencia de bacilos gramnegativos. La situación hemodiná-
41 U/l, fosfatasa alcalina de 81 U/l, bilirrubina total de 1,0 mica del paciente se mantuvo conservada, pero presentó
mg/dl (17 µmol/l), colesterol de 164 mg/dl (4,1 mmol/l), tri- oligoanuria con aumento de las cifras de creatinina y pota-
glicéridos de 231 mg/dl (2,6 mmol/l), creatincinasa de 56 sio, por lo que se inició tratamiento con hemodiálisis el déci-
U/l, proteínas totales de 63 g/l (albúmina: 63%; alfa-1: 3%; mo día tras la intervención. Las dosis de antibiótico se ajus-
alfa-2: 8%; beta: 11%; gammaglobulina: 15%). El sedimen- taron según el aclaramiento de creatinina. Durante los días
to de orina era normal. siguientes el paciente quedó afebril, la situación hemodiná-
mica se mantuvo conservada mediante perfusión de dobu-
tamina a dosis betaadrenérgicas, la situación gasométrica
mejoró y la imagen radiológica de condensación pulmonar
Conferencia celebrada el 25-11-2004 en el Hospital Clínic de Barcelona. disminuyó. En una analítica practicada el día 15 tras la ciru-

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Fig. 1. Izquierda: radiografía de tórax preoperatoria. Centro: radiografía de tórax del cuarto día posquirúrgico que muestra condensación alveolar basal derecha.
Derecha: radiografía de tórax posterior, realizada a los 17 dias de la cirugía, donde se observa la resolución del proceso.

gía destacaba una creatinina de 6,9 mg/dl, nitrógeno ureico enfermedad de 3 vasos sintomática, que ingresó para revas-
de 98 mg/dl, fósforo de 5,7 mg/dl, AST de 100 U/l, alanina- cularización coronaria. Tras la intervención quirúrgica tuvo
minotransferasa de 105 U/l, gammaglutamiltranspeptidasa dificultades para salir de la circulación extracorpórea al pre-
de 514 U/l, fosfatasa alcalina de 671 U/l y bilirrubina total sentar un infarto de miocardio intraoperatorio. Se constata-
de 10,7 mg/dl (conjugada: 8,6 mg/dl). El paciente pudo ex- ron un descenso acusado del hematocrito, plaquetopenia y
tubarse de nuevo a los 17 días tras la cirugía. datos analíticos de coagulación intravascular diseminada,
Al día siguiente volvió a presentar febrícula. En la exploración por lo que requirió la transfusión de hematíes, plaquetas y
clínica únicamente destacaban ictericia cutaneomucosa y al- plasma. Al cuarto día desarrolló una neumonía con fracaso
gunos roncus en las bases pulmonares. No había soplos car- ventilatorio y, posteriormente una insuficiencia renal aguda
díacos, el abdomen era blando, depresible, no doloroso y sin por la que precisó hemodiálisis. El día 18 tras la interven-
signos de irritación peritoneal, y no se palpaban viscerome- ción, presentó de nuevo fiebre y anemia hemolítica con
galias. La cicatriz de esternotomía presentaba un buen esta- pruebas de antiglobulina directa e indirecta negativas. Se de-
do de cicatrización sin signos de infección. En la radiografía tectó leucocituria y se inició tratamiento antimicrobiano em-
de tórax no se observaron alteraciones valorables. En las pírico de amplio espectro, aunque la exploración física, los
analíticas seriadas se observó, durante los días siguientes, diversos cultivos y las pruebas de imagen realizadas en los
un ascenso de las cifras de bilirrubina total hasta 18,3 mg/dl días siguientes no mostraron foco de infección. Finalmente,
(conjugada: 15,0 mg/dl), además de un descenso del hema- el día 29 poscirugía se objetivó en una extensión de sangre
tocrito hasta 0,22 l/l el día 23 poscirugía. La cifra de reticulo- periférica un punteado intraeritrocitario compatible con pará-
citos era del 5% (corregidos: 2,8%) con un valor absoluto de sitos. A continuación me gustaría que el radiólogo comentara
115.000 × 109/l, y la haptoglobina era de 0,07 g/l. Las prue- las pruebas de imagen realizadas a este paciente.
bas de la antiglobulina directa e indirecta fueron negativas.
Un ecocardiograma transtorácico no objetivó presencia de Dr. Marcelo Sánchez. Comentaré la evolución de la radiolo-
vegetaciones valvulares. En el sedimento de orina se obser- gía de tórax del presente caso (fig. 1). En la exploración pre-
varon 20 leucocitos por campo. Se inició tratamiento empíri- operatoria no se observaban alteraciones pleuroparenqui-
co con meropenem (500 mg cada 12 h), teicoplanina (400 matosas ni en la silueta cardíaca ni en las estructuras
mg cada 48 h), levofloxacino (500 mg cada 24 h) y flucona- vasculares mediastínicas. En el cuarto día del postoperatorio
zol (200 mg cada 48 h), y se transfundieron 2 concentrados se realizó una nueva radiografía de tórax, en decúbito, que
de hematíes. A pesar de ello el paciente continuaba con fe- mostró una condensación alveolar con broncograma aéreo
brícula y presentaba ocasionalmente determinaciones febri- en la base pulmonar derecha asociada a engrosamiento ci-
les de hasta 39,5 °C. Se practicaron 4 hemocultivos, cultivo sural que, 17 días después, había desaparecido.
de secreciones bronquiales, urinocultivo y cultivo del catéter
de diálisis, que fueron negativos. Una ecografía abdominal el Dra. N. Sopena. A mi juicio, las complicaciones postoperato-
día 26 poscirugía mostró una vesícula biliar de paredes finas rias que presentó el paciente se pueden agrupar cronológi-
con barro biliar en su interior, vía biliar no dilatada, vena por- camente en 3 apartados.
ta de calibre normal, páncreas sin alteraciones, riñones y En primer lugar, los acontecimientos ocurridos en las prime-
vías urinarias sin alteraciones y presencia de una mínima ras 72 h tras la cirugía serían debidos al infarto de miorcar-
cantidad de líquido libre subhepático y en pelvis menor. En dio intraoperatorio, la inestabilidad hemodinámica y la pro-
un nuevo ecocardiograma transtorácico no se visualizaron longación de la circulación extracorpórea consecuente. Esta
imágenes de vegetaciones valvulares. Se realizaron 2 nuevos última produce una activación patológica de la coagulación
hemocultivos, que fueron negativos. El día 29 poscirugía se debida al contacto con el material sintético del circuito y a la
descubrió en una extensión de sangre periférica un puntea- aspiración de la sangre estancada en el sistema cardiocircu-
do intraeritrocitario compatible con parásitos. A continuación latorio, con formación de coágulos de fibrina en la microcir-
se solicitó una prueba diagnóstica. culación y activación de la fibrinólisis. La intensidad de estos
fenómenos aumenta con la duración de la circulación extra-
corpórea, hasta causar un síndrome de coagulación intravas-
DIAGNÓSTICO DIFERENCIAL
cular diseminada, que podría explicar la trombocitopenia, el
Dra. Nieves Sopena. En resumen, se trata de un varón de 54 descenso de la actividad de protrombina y la positividad de
años, con antecedentes de diabetes mellitus, enfermedad los productos de degradación del fibrinógeno que presentó
pulmonar obstructiva crónica y cardiopatía isquémica con el paciente en las horas siguientes a la intervención. La ane-

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mización se explicaría por la hemólisis microangiopática se- de babesiosis (3 de ellos en España), la mayoría en indivi-
cundaria tanto al trauma intravascular como a la coagulación duos esplenectomizados que presentaron un síndrome fe-
intravascular diseminada, y dada su intensidad, por la eleva- bril con anemia hemolítica, de evolución fulminante en la
da tendencia a la hemorragia que tienen estos pacientes. mitad de ellos5. En EE.UU. se han registrado unos 400 ca-
En segundo lugar, me gustaría comentar el cuadro febril sos, la mayoría en individuos mayores de 50 años residen-
que presentó el paciente en los primeros días del postope- tes o visitantes de zonas endémicas. La forma de presenta-
ratorio. Los enfermos sometidos a circulación extracorpórea ción más frecuente de la infección por B. microtii es un
pueden presentar fiebre bien tolerada, debida a una reac- cuadro seudogripal autolimitado con hemólisis leve, aunque
ción a la técnica, hasta 7-10 días después de la interven- también se han descrito cuadros fulminantes en pacientes
ción. Sin embargo, siempre se debe descartar una infección inmunodeprimidos6. Sin embargo, la infección es asintomá-
nosocomial, que ocurre hasta en un 20% de los casos1. Las tica en la mayoría de los casos, aunque la parasitemia pue-
infecciones más frecuentes son la neumonía del enfermo de persistir varios meses7. Atendiendo a la baja prevalencia
ventilado, la infección urinaria, la infección de la herida qui- de la enfermedad en nuestro país, la falta de antecedentes
rúgica y la bacteriemia de punto de partida del catéter. La epidemiológicos y de inmunodepresión grave del paciente,
duración de la ventilación mecánica es el factor predispo- es poco probable que se trate de una babesiosis adquirida
nente más importante de la neumonía, si bien también se antes del ingreso, por lo que nos centraremos en la forma
ha descrito un aumento del riesgo en los pacientes poli- postransfusional. La babesiosis se considera la segunda in-
transfundidos por un efecto inmunomodulador2. La apari- fección parasitaria postransfusional, con una incidencia de
ción de fiebre y de un infiltrado pulmonar nuevo permiten el hasta 6 casos por 1.000.000 de unidades donadas en re-
diagnóstico sindrómico de neumonía, aunque no es posible giones endémicas de EE.UU. Se han descrito unos 40 ca-
filiar su etiología, dada la escasa sensibilidad de los hemo- sos de babesiosis postransfusional causadas por B. microtii,
cultivos y del cultivo de las secreciones respiratorias. La evo- todos ellos en EE.UU. y Canadá8-10. La mayoría de las infec-
lución clínica favorable con remisión de la fiebre, resolución ciones se relacionaron con la transfusión de hematíes, aun-
de la insuficiencia respiratoria, estabilización de la situación que también se ha descrito con plaquetas o plasma no con-
hemodinámica y mejoría radiológica tras el tratamiento anti- gelado contaminados con hematíes. Los donantes tenían
biótico apoyarían también dicho diagnóstico. La insuficiencia antecedentes de babesiosis o habían estado en zonas endé-
renal oligoanúrica grave que presentó el paciente en ese mo- micas en la mayoría de los casos.
mento podría atribuirse a una necrosis tubular aguda secun- La malaria es la parasitosis intraeritrocitaria más frecuente,
daria a nefrotoxicidad por amikacina y vancomicina en el aunque es rara en zonas no endémicas. En España se de-
contexto de la inestabilidad hemodinámica previa. claran unos 400 casos anuales, la mayoría importados11.
Finalmente, comentaré el síndrome febril que reapareció a Otras formas de infección son la adquirida en los aeropuer-
los 18 días de la intervención quirúrgica. En primer lugar, tos y el denominado paludismo inducido, transmitido por las
en un paciente crítico deberíamos considerar una nueva in- transfusiones y la inyección accidental con agujas contami-
fección nosocomial, que se descarta por la exploración físi- nadas. El antecedente laboral del paciente en una lavande-
ca, los cultivos y las exploraciones realizadas, así como por ría me hace considerar también el paludismo ocupacional.
la falta de respuesta al tratamiento antimicrobiano de am- Los trabajadores de lavanderías, principalmente de hospita-
plio espectro. La fiebre medicamentosa también debe sos- les, pueden adquirir infecciones por vía parenteral (entre
pecharse tras descartar otras causas, ya que la retirada del ellas, por los virus de la hepatitis B y C, de la inmunodefi-
fármaco responsable suele conducir a su desaparición. Sin ciencia humana y, más raramente, Plasmodium en áreas
embargo, en el presente caso hay que mencionar de mane- endémicas) en relación con la incorrecta manipulación de
ra relevante las infecciones transmitidas por las transfusio- los materiales12. Sin embargo, como desconocemos la loca-
nes sanguíneas recibidas3. Las infecciones víricas postrans- lización de la lavandería, y dada la excepcionalidad de este
fusionales, como las hepatitis por los virus C y B, y el virus mecanismo de transmisión en nuestro medio, consideraré
de la inmunodeficiencia humana, son poco probables aten- que se trata de un paludismo adquirido en el hospital. En
diendo al período de incubación más largo y a su baja pre- España se han descrito unos 60 casos de paludismo induci-
valencia con las pruebas de cribado habituales. En este do en los últimos 30 años. En la mayoría de ellos, la infec-
caso, la anemia hemolítica y la posterior observación de pa- ción se produjo tras la transfusión de sangre o hemoderiva-
rásitos intraeritrocitarios en la extensión de sangre periférica dos, y con menos frecuencia por el uso de agujas o equipos
nos obligan a considerar las infecciones parasitarias como de inyección contaminados con sangre de un paciente in-
la opción más probable. Por lo que se refiere a la anemia fectado13. El riesgo de paludismo postransfusional en zonas
hemolítica, descartado el origen autoinmunitario, es poco no endémicas como EE.UU. y Canadá se estima en 0,25
probable la etiología mecánica microangiopática (una vez casos por 1.000.000 de unidades donadas14,15. La fuente de
resuelta la coagulación intravascular diseminada) o cardía- infección suelen ser los individuos semiinmunes o aquellos
ca, dado que el paciente no era portador de prótesis cardía- tratados de forma inadecuada, con parasitemia baja no de-
cas ni de válvulas disfuncionantes. tectable con las pruebas de cribado16. La parasitación asin-
Dentro de las parasitosis intraeritrocitarias, se plantea el tomática por Plasmodium puede persistir entre 1 y 5 años,
diagnóstico diferencial entre el paludismo y la babesiosis, e incluso ser más prolongada en el caso de P. malariae, es-
que discutiré a continuación con mayor detalle. pecie asociada con mayor frecuencia al paludismo induci-
La babesiosis es una zoonosis causada por protozoos del do. Sin embargo, en los últimos años ha aumentado la fre-
género Babesia, que se transmite por garrapatas y afecta al cuencia relativa de paludismo postransfusional por P.
ser humano de forma ocasional4. Se distinguen 2 grupos de falciparum debido al incremento de los donantes que han
Babesia, atendiendo a su distribución geográfica, hospeda- viajado a zonas endémicas o han vivido en ellas.
dores principales y presentación clínica más habitual. B. di- La presentación clínica y las complicaciones de ambas pa-
vergens causa la babesiosis bovina y la mayoría de los ca- rasitosis son bastante similares, dependiendo de la tasa de
sos registrados en Europa, mientras que B. microtii, cuyo parasitación, del grado de inmunodepresión del paciente y
reservorio son los roedores silvestres, es endémica en el no- de la especie implicada. Es frecuente la alteración de la bio-
roeste de EE.UU. En Europa se han descrito unos 40 casos química hepática, como en este caso, y puede producirse

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Fig. 2. Extensión de sangre periférica teñida con May-Grünwal-Giemsa Fig. 3. Presencia de un hematíe con varios anillos en su interior (flecha), ca-
(×1.000) en la que se observan varios hematíes parasitados por P. falcipa- racterístico de la infección por P. falciparum.
rum. Presencia de formas en anillo con doble núcleo de cromatina (flecha) y
un gametocito con la forma alargada (en media luna) característica.

en ocasiones una insuficiencia renal secundaria a glomeru- El diagnóstico que considero más probable es un paludismo
lonefritis aguda, aunque en este caso no se observaron alte- adquirido por vía transfusional. Para establecer el diagnósti-
raciones del sedimento urinario compatibles. La plaqueto- co definitivo realizaría una PCR para Plasmodium y, si es
penia también es frecuente, aunque en este caso no se negativa, para Babesia.
menciona su existencia.
En el caso que nos ocupa, sin disponer de la extensión de
DIAGNÓSTICO DE LA DRA. N. SOPENA
sangre periférica, me gustaría considerar algunos datos que
me inclinarían al diagnóstico de paludismo como más proba- Paludismo inducido (postransfusional).
ble. En primer lugar, el bajo riesgo de infección por Babesia
asintomática en los donantes, atendiendo a la prevalencia de
dicha enfermedad en nuestro medio. En segundo lugar, el DIAGNÓSTICO CLÍNICO
período de incubación, de unas 2-3 semanas, es más com-
Paludismo inducido (postransfusional).
patible con un paludismo postransfusional, ya que en los ca-
sos descritos de babesiosis osciló entre 3 y 9 semanas4. El
período de incubación del paludismo inducido osciló entre 8
DISCUSIÓN ANATOMOPATOLÓGICA
y 40 días, aunque puede ser más corto al carecer de la fase
exoeritrocitaria y más prolongado por P. malariae que alcan- Dra. Anna M. Merino. El diagnóstico del paciente se realizó
zó los 90 días14. En tercer lugar, la intensidad de la anemia mediante la observación de la morfología eritrocitaria en la
hemolítica es más compatible con un paludismo, dada la in- analítica de control practicada a los 29 días de su ingreso.
tegridad de la inmunidad del paciente. La especie más pro- El hemograma mostró una cifra de leucocitos de 18,1 ×
bable sería P. falciparum, atendiendo a la gravedad del cua- 109/l, hematíes de 2,87 × 1012/l, hemoglobina de 85 g/l, he-
dro en un paciente no expuesto previamente17. matocrito de 0,25 l/l y plaquetas de 30 × 109/l. El recuento
El diagnóstico etiológico se basará en la observación atenta, leucocitario manual fue: un 52% de neutrófilos segmenta-
por una persona experimentada, de las características del dos, un 33% de bandas, un 7% de linfocitos, un 3% de
parásito en la extensión de sangre periférica obtenida du- monocitos, un 5% de células linfoides reactivas y un total
rante varios días, que también permitirá determinar el grado de 16 eritroblastos.
de parasitación y la especie implicada. Babesia suele con- La observación de la morfología eritrocitaria puso de mani-
fundirse con Plasmodium, dado que los anillos intraeritroci- fiesto la ausencia de esquistocitos (anemia normocítica) y la
tarios son bastante similares y pueden ser múltiples en am- presencia de hematíes parasitados por P. falciparum con
bos. Sin embargo, los trofozoítos de Babesia pueden ser una o varias formas en anillo (trofozoítos jóvenes) en su in-
piriformes y agruparse en tétradas características conocidas terior (figs. 2-4). Algunos de los parásitos mostraron 2 finos
como cruz de Malta. Además, a diferencia de Plasmodium, núcleos de cromatina, frecuentes en los trofozoítos de P.
en las babesiosis no se observan pigmento intraeritrocitario falciparum. Se objetivó además la presencia de gametocitos
ni gametocitos. de forma alargada en media luna característicos de P. falci-
En ocasiones, dado que con frecuencia la baja tasa de pa- parum (fig. 4). También se observaron esquizontes o formas
rasitación de las infecciones postransfusionales no permite más maduras del parásito (fig. 5), que indican una infec-
el diagnóstico microscópico, puede ser necesario recurrir a ción avanzada y, por tanto, un peor pronóstico. En el cito-
técnicas de amplificación –como la reacción en cadena de plasma de algunos neutrófilos y monocitos se objetivó la
la polimerasa (PCR)–, que tienen mayor sensibilidad y una presencia de pigmento de Maurer, derivado de la hemoglo-
especificidad elevada. Dichas técnicas permiten además bina procedente de los hematíes hemolizados que el parási-
conocer la especie de Plasmodium e identificar las infeccio- to transforma en hemozoína (figs. 6 y 7). El diagnóstico de
nes mixtas. La serología es menos útil en el diagnóstico de infección por P. falciparum se confirmó mediante el examen
infección aguda por ambos parásitos, ya que se han descri- de una gota gruesa, que puso de manifiesto la existencia de
to reacciones cruzadas a títulos bajos entre ellos. un 35% de hematíes parasitados.

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Fig. 4. Hematíe que contiene un anillo con doble núcleo de cromatina. Ob- Fig. 5. Presencia de un esquizonte o forma más madura del parásito en san-
sérvese la presencia de un gametocito característico de P. falciparum (fle- gre periférica (flecha).
cha).

Fig. 6. Monocito que contiene en su citoplasma pigmento de Maurer, que Fig. 7. Pigmento de Maurer en el citoplasma de 2 neutrófilos (flecha).
procede de la degradación de la hemoglobina por el parásito (flecha).

La infección por P. falciparum se transmite al humano fueron debidos a P. falciparum, un 27% a P. vivax, un 27%
usualmente por la picadura del mosquito Anopheles. El ci- a P. malariae, un 3% a P. ovale y un 2% a especies no
clo del parásito se inicia en el mosquito hembra con la in- identificadas2. La mortalidad de los casos de malaria asocia-
gestión de sangre humana que contiene las formas sexuales da a transfusiones es de alrededor de un 11%, y los princi-
o gametocitos. Los gametocitos llegan al tubo digestivo del pales factores de riesgo son la edad y la infección por P. fal-
mosquito, donde tiene lugar su fecundación y posteriormen- ciparum.
te sufren una serie de cambios que finalizan con la forma- Se han descrito infecciones por P. falciparum asociadas a la
ción de formas infectivas o esporozoítos. La gran mayoría de transmisión local a partir de pacientes con paludismo im-
los esporozoítos formados permanecen almacenados en las portado, transmitidas por especies de mosquito autóctonas
glándulas salivales del mosquito y, a través de su picadura, como, por ejemplo, Anopheles plumbeus en Alemania23. Fi-
se transmiten de nuevo al ser humano. El paludismo es en- nalmente, la ruta de transmisión no es lo suficientemente
démico en aproximadamente unos 100 países18 y su inci- clara en algunos casos de paludismo, que reciben el nom-
dencia está aumentando, por lo que la malaria se considera bre de paludismo críptico24-27. En este grupo se incluyen los
una enfermedad reemergente. En países no endémicos la casos transmitidos por mosquitos procedentes de zonas en-
incidencia del paludismo también ha experimentado un au- démicas y transportados en aviones, barcos e incluso en el
mento considerable debido fundamentalmente a casos de equipaje de los viajeros.
paludismo importado. El paciente del caso comentado presentó una infección por
Aunque mucho menos frecuentes, se han dado casos de P. falciparum después de recibir un tratamiento quirúrgico
transmisión de malaria a través de la transfusión de produc- revascularizador coronario 29 días antes y no tenía antece-
tos sanguíneos14,15,19-21, si bien la incidencia en países in- dentes de viajes a zonas endémicas durante los últimos
dustrializados es inferior a un caso por cada 1.000.000 de 20 años. Con motivo de la intervención quirúrgica y de sus
unidades sanguíneas procesadas22, como ya ha comentado complicaciones, recibió transfusiones de productos sanguí-
la Dra. Sopena. En un estudio realizado en EE.UU. sobre los neos (6 unidades de concentrado de hematíes, 6 unidades
casos de malaria transmitidos por transfusiones, un 35% de plaquetas y 2.000 ml de plasma). Sin embargo, no se

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SOPENA N, ET AL. VARÓN DE 54 AÑOS CON FIEBRE INTRAHOSPITALARIA TRAS INTERVENCIÓN QUIRÚRGICA

pudo demostrar la transmisión del paludismo a través de las servir en la investigación epidemiológica de casos como
transfusiones recibidas durante su estancia en el hospital, éste. Las serologías para Plasmodium tienen muchos falsos
dado que los estudios practicados a los donantes con los negativos, por lo que creo que la PCR in vivo de los donan-
que se estableció contacto (gota gruesa y serologías) fueron tes es la mejor opción.
negativos en todos ellos. Otra posibilidad sería la infección
previa al ingreso en el hospital y debida a la ocupación del Dr. Jordi Casademont. Dado que las fórmulas leucocitarias se
paciente, trabajador en una lavandería (manipulación de ro- realizan actualmente de forma automatizada y no detectan
pas de personas procedentes de zonas endémicas que pu- parásitos, ¿cuándo se realizan de forma manual?
dieran transportar mosquitos infectados).
Dra. A.M. Merino. En este caso, se efectuó al activarse una
Dr. Roberto Mazzara. Quisiera destacar que el paciente recibió alarma de desviación a la izquierda.
derivados sanguíneos procedentes de 45 donantes diferen-
tes, que el proceso de localización fue dificultoso y que por Dr. J.M. Grau. ¿Existen alarmas para anomalias potenciales
ello el estudio serológico no alcanzó a todos los donantes. de la serie roja?

Dr. Josep M. Grau. ¿Qué controles se les exige a los donantes Dra. A.M. Merino. Si la morfología del hematíe está alterada,
de sangre para evitar la transmisión de paludismo? la máquina también lo indica. De todas formas, está indica-
do que el clínico pida de forma explícita una fórmula ma-
Dr. Miguel Lozano. Actualmente la normativa basa la selec- nual cuando se está estudiando una fiebre de origen desco-
ción de los donantes respecto al paludismo en la entrevista. nocido.
Se excluye durante 3 años a las personas nacidas en un
país con endemia palúdica y a los que han padecido el pa- Dr. R. Mazzara. Sería esperable que el tiempo de incubación
ludismo. Estos últimos, pasado ese período, sólo podrán ser fuese más corto en estos paludismos inducidos, pero llama
aceptados como donantes si las pruebas inmunológicas son la atención que en este y otros casos recogidos en la biblio-
negativas. Los visitantes de zona endémica, si no han pre- grafía fueron muy parecidos al observado en los paludismos
sentado síntomas, quedan excluidos durante 6 meses. To- autóctonos.
dos los donantes firman un documento en el que declaran
que han leído y entendido las situaciones excluyentes y que Dr. J. Gascón. Como quiera que el parásito requiere de un
no se encuentran en ninguna de ellas. Pero esta práctica se tiempo de maduración y las parasitemias del donante sue-
basa únicamente en la buena fe de su declaración. De he- len ser bajas, esto hace que los tiempos de incubación de
cho, entre los donantes de los concentrados de hematíes estos 2 tipos de paludismo sean similares. Quisiera además
con los que se estableció contacto identificamos un donante comentar que en los casos de paludismo grave está indica-
natural de Guinea-Conakry, pero residente en Cataluña des- da la exanguinotransfusión. Los criterios de la exsanguino-
de 1997, y desde entonces no había realizado viajes a su transfusión se han modificado recientemente. Así, se consi-
país ni a otras zonas endémicas. Había padecido paludismo dera indicada con parasitemias superiores al 30% aunque
hacía 8 años, pero la serología a paludismo fue negativa. no exista clínica, o con parasitemias superiores al 10% si
además coexiste distrés respiratorio, criterios de paludismo
Dr. R. Mazzara. Este caso, junto con otros de la bibliografía, cerebral, insuficiencia renal, esquizontes en la fórmula peri-
plantea el interrogante de si estas medidas son suficiente- férica o se trata de niños pequeños o pacientes de riesgo.
mente seguras en la actualidad. De hecho, existen 2 casos
bien documentados en EE.UU. y Francia de paludismo pos- Dr. J.M. Grau. ¿Cuál fue la evolución clínica?
transfusional en los que se encontró el parásito en el estu-
dio posterior del donante, y en dichos donantes había trans- Dra. Josep M. Nicolás. Debido a la hiperparasitemia (30%) y
currido un tiempo desde su viaje a la zona endémica a la gravedad de la clínica del paciente, se realizó exangui-
superior al que requiere la normativa de exclusión. notransfusión urgente y se consiguió reducir la parasitemia
hasta el 2%. Asimismo, se instauró tratamiento con sulfato
Dra. N. Sopena. ¿Y qué opinión les merece la posibilidad de de quinina y clindamicina durante 10 días. El paciente pre-
incluir determinaciones por PCR de Plasmodium en los do- sentó rápida mejoría de su estado general, desapareció la
nantes? fiebre y se normalizaron las alteraciones analíticas. Se le dio
de alta hospitalaria a los 15 días, sin secuelas derivadas del
Dr. R. Mazzara. Resultaría lento y caro. En la actualidad no paludismo.
se realiza. Hay quien determina anticuerpos antimalaria en
los donantes procedentes de países endémicos.
DIAGNÓSTICO ANATOMOPATOLÓGICO
Prof. Ciril Rozman. Aunque es posible que no tenga que ver Paludismo por P. falciparum.
con las transfusiones, la palabra «críptico» no es acertada,
ya que sólo refleja la falta de diagnóstico epidemiológico fi- REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
nal.
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