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La Importancia de la Competencia Lingüística y Cultural

Tener la competencia lingüística y cultural es de suma importancia cuando dos personas

de distintas culturas y lenguajes tienen que entenderse – y no basta entender para ‘just get by,’

sino entender clara y completamente. La competencia lingüística es la maestría de un idioma – su

vocabulario, gramática, entonaciones, y todo lo que le permite a uno entender y comunicar bien

con otros en su idioma. La competencia cultural es el entendimiento de las costumbres, la

religión, las perspectivas, y las razones por las cuales las personas de una cultura se comportan.

Permite que una persona entienda a otro de una manera más completa y más allá del lenguaje.

Yo creo que es posible que una persona pueda tener la competencia lingüística o la competencia

cultural sin la otra, pero estas competencias serían parciales. Sin embargo, la cultura está muy

vinculada en los componentes de la vida diaria, como el lenguaje, que es muy difícil tener uno

sin el otro. Si alguien no tiene la competencia lingüística ni cultural, o solamente uno de los dos,

es difícil comunicar bien con los nativos de este idioma, y puede causar problemas graves en

ciertas circunstancias.

Una situación cuando la falta de competencia lingüística o cultural puede tener una grave

consecuencia es el sistema de salud, donde los errores nunca deben pasar. El caso del cubano

Willie Ramírez es un ejemplo de esta falta de competencia y de los errores que no deben pasar.

Cuando Willie tenía 15 años, un día se enfermó de repente, posiblemente por ser intoxicado por

una hamburguesa mal preparada o demasiada exposición a gasolina según los pensamientos de

su familia. Cuando llegaron los paramédicos, la familia trató de contarles sus pensamientos, pero

la familia no hablaba bien el inglés y los paramédicos no hablaban el español. Desde el principio,

había una falta de comunicación – los paramédicos entendían que él estaba embriagado por

alcohol o drogas, las cuales no fueron consumido por Willie. Esto era el primer error: para evitar
una falta de buena comunicación, los paramédicos debían haber pedido un intérprete en el primer

momento posible para entender bien la familia. En el hospital el doctor que trató a Willie (quien

no hablaba el español) le dijo a la familia que la enfermedad de Willie fue causado por drogas, y

aunque ellas no querían creerlo, tenían respeto para la autoridad y el conocimiento del doctor y

no protestaron. Los doctores asumieron que su diagnóstico de sobredosis de drogas era correcto

entonces no seguían los procedimientos normales para un paciente inconsciente como Willie.

Repitieron los mismos exámenes en vez de pedir nuevos que averiguarían mejor lo que estaba

pasando con Willie. Si hubiera un intérprete con la competencia lingüística y cultural, los

doctores pudieran haber evitado malinterpretar la situación. En unos momentos, la comunicación

era tan mala que los doctores y la familia ni sabían quién era quién. Aun cuando Willie estaba en

el cargo de un nativo hablante del español, no recibió la atención médica que necesitaba por los

prejuicios y la falta de competencia cultural. Por fin, averiguaron que el problema de Willie no

era sobredosis de drogas, sino que tenía aneurisma cerebral, pero lo entendieron demasiado tarde.

Ahora es tetrapléjico, una consecuencia de la falta de las competencias lingüísticas y culturales.

Otro ejemplo es lo de Rafael Hernández, quien llegó a la sala de emergencias por la fatiga

(dificultad para respirar y dolor del pecho). Sin embargo, no recibió el trato necesario tan pronto

como lo necesitaba por la malinterpretación de la palabra ‘fatiga.’ Los casos de estos dos

hombres solo son dos de “at least 8.6 percent of the U.S. population…at risk for adverse events

because of barriers associated with their language ability” (Improving patient safety systems for

patients with limited English proficiency).

Las consecuencias de la falta de competencia lingüística son obvias en casos como el de

Willie, pero la salud también es vinculada con la cultura. El tratamiento de las enfermedades y

heridas depende de las creencias de cada persona – su religión, las costumbres de su familia y
comunidad, etc. Entonces, personas fuera de su cultura normal van a esperar cosas diferentes, y

es importante para los profesionales de la salud entender esto.

El curanderismo es muy buen ejemplo de la conexión entre la cultura y la salud. El

curanderismo es una tradición del don de Dios de curación holístico que se enfoca en medios

más naturales y espirituales para sanar. Los tres niveles vinculados del curanderismo son el

material, el mental, y el espiritual. Los curanderos usan las yerbas, la religión, los objetos y las

rituales simbólicos en sus trabajos, y se enfocan mucho en el paciente y toda la familia suele

estar involucrado en el tratamiento. El saber la cultura latinoamericana y las tradiciones del

curanderismo puede ayudarles a las profesionales de la salud entender lo que sus pacientes

latinos esperan y quieren con el cuidado de la salud.

En el mundo del cuidado de la salud, es muy importante tener la competencia lingüística

y cultural para entender mejor las personas de otras culturas y evitar accidentes o

acontecimientos adversos.

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