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Cristina Daniela Olague Becerra 1er año Administración Agropecuaria

ECONOMÍA MODERNA, SUS PROBLEMÁTICAS Y


EXPECTATIVAS DE FUTURO
La economía se conoce como la ciencia de la escasez, es decir, como la sociedad hace uso
de los recursos escasos para producir bienes y estos sean repartidos a diferentes personas.
Se encarga de analizar el comportamiento de los mercados financieros, la inflación y
deflación que tienen, y los ingresos que tienen las personas tratando de implementar
soluciones para hacer crecer los ingresos de algunos sin afectar la economía.
Un sistema económico tiene por base la estructura económica que surge de las necesidades
humanas (biológicas, físicas, culturales, psíquicas) que plantean los problemas económicos
básicos para producir, abarcando el qué, cuánto, cómo y para quién. Estas estructuras están
delimitadas por los propietarios de los medios de producción los cuales se resuelven a
través de las actividades económicas fundamentales (producir, distribuir y consumir) las
cuales se realizan por la existencia de materia prima, capital, tecnología, buena
administración y tiempo de calidad.
La sociedad debe encontrar el equilibrio adecuado entre la disciplina del mercado y la
compasión por los programas sociales del Estado.
Adam Smith es considerado el padre de la Economía Moderna. La idea que tenía era que la
economía del mercado es la herramienta para alcanzar un bienestar social, mientras cada
uno busca su propio interés.
La economía mundial ha entrado en una nueva fase de desarrollo, en la cual el elemento
más importante es la conversión del conocimiento en la principal fuerza productiva, lo que
se traduce en un incremento notable del conocimiento incorporado a la producción social.
Debido a la gran importancia del conocimiento en la reproducción de la economía, se
propone el capitalismo del conocimiento.
La economía moderna ha creado un muro entre la producción-cambio de materia a todas
las demás actividades socioculturales, esto crea un mejor análisis a las actividades
productivas y el cambio o intercambio de materiales teniendo en cuenta un comercio
lucrativo. Es tal el grado de perfección otorgado a la Economía Moderna, que se le ha
llegado a elevar a nivel del único camino posible y eficaz de lograr el progreso material. El
cual, en su aceptación de crecimiento económico, es el patrón con que a la fecha se crea el
avance de las sociedades.
Los enfoques económicos modernos que hoy dominan la disciplina son la existencia de la
naturaleza egoísta del ser humano y de un sistema regulado de precios. Por su naturaleza
egoísta el humano busca un beneficio más alto que el costo del producto o servicio. El
hombre siempre buscara crecer en sus ganancias monetarias, queriendo vender a lo más
caro posible y comprar a lo más barato que se pueda. Por ese proceso el mercado
determina, de manera automática, todos los precios en todos los ámbitos de la sociedad.
Las sociedades están constituidas por diferentes mercados; trabajo, salud, tierras,
alimentos, vestimenta, educación, materias primas, dinero, etc. Se asume que quienes
participan en ellos se guían por los precios para maximizar su dinero.
Nunca ha existido la economía aislada o por sí sola. Desde hace miles de años, la producción
y los intercambios materiales han sido fenómenos de gran auge en la socio-cultura, es decir,
han estado presentes en las relaciones de las actividades e ideas de las sociedades históricas
La economía genera dos grandes problemas: la riqueza y la pobreza.
No existe una receta única e infalible para garantizar un funcionamiento armónico y
uniforme de un sistema complejo en crecimiento. Sabiendo que todo cambio social sugiere
un cambio en las creencias; y todo cambio en las creencias estimula al cambio social.

Kenneth Rogoff, ex economista jefe del Fondo Monetario Internacional y profesor de


Economía en la Universidad de Harvard, enumeró las grandes trabas que amenazan en
estos momentos al capitalismo moderno.
Para encontrar la solución, es necesario identificar los problemas generados con el paso
del tiempo e intentar corregir el mal funcionamiento de un sistema

 No apreciar adecuadamente los bienes públicos


En primer lugar, incluso en las economías capitalistas líderes no se ha logrado poner un
precio eficaz para los bienes públicos.

 Desigualdad social
El capitalismo y las riquezas han creado extraordinarios niveles de desigualdad. La
creciente brecha es, en parte, una consecuencia de la innovación y el espíritu empresarial.
Las personas no critican el éxito obtenido por Steve Jobs, sus contribuciones al mundo son
evidentes. Pero esto no siempre es así: la gran riqueza permite a los grupos e individuos
comprar poder e influencia política, que a su vez contribuye a generar aún más riqueza
individual.

 Suministro de atención médica


Un tercer problema es el suministro y la distribución de la atención médica, un mercado
que no cumple con varios de los requisitos básicos necesarios para garantizar la eficiencia
económica. El costo de los servicios sanitarios en proporción al ingreso ha aumentado a
medida que las sociedades se han hecho más ricos y, posiblemente, superará el 30% del
PBI en las próximas décadas.

 Subestimar el futuro de las próximas generaciones


Los sistemas capitalistas de hoy en día subestiman el bienestar de las generaciones futuras.
Para la mayoría de las generaciones desde la Revolución Industrial esto no ha importado,
gracias al continuo avance tecnológico.

 Las crisis financieras


Las crisis financieras engloban los problemas anteriores. La innovación tecnológica no se ha
utilizado para reducir notablemente los riesgos sino más bien podría haberlas magnificado.
El crecimiento del bienestar de la población en México durante los últimos años del siglo XX
ha sido, demasiado bajo; el PIB por habitante del 20% de la población más pobre era de
aproximadamente mil quinientos dólares anuales, mientras que el PIB per cápita del 20%
de la población más rica llegaba a casi 20 mil dólares al año. Una brecha de más de 18 mil
dólares divide a los mexicanos ricos de los más pobres, y la brecha sigue ampliándose. Desde
que en 1935 se estableció el salario mínimo, nunca su poder adquisitivo había alcanzado un
nivel tan bajo como en 1997. En ese año el salario mínimo se encontraba en un nivel 25%
más bajo que el que tuvo en los años 50. Tan bajo era el nivel del salario, que sólo alcanzaba
para adquirir 6 de los 25 productos que formaban la canasta básica. En la década de los 50,
los economistas no consideraban importante como meta explícita de política económica la
distribución del ingreso. El punto de vista aceptado era que el rápido crecimiento de la
economía llevaría a mejorar las condiciones de vida de todos. Sin embargo, para mediados
de los 60, era ya evidente que los efectos del desarrollo económico beneficiaban sólo a una
minoría. Lo peor es que algunos aceptaban dicha distribución económica.
Ahora, al empezar el siglo XX, se juzga errónea la política que confió el desarrollo económico
del país al proteccionismo y a la sustitución de importaciones. Pocos creen la política que
fincó el desarrollo económico del país en los ingresos que se obtenían de la venta del
petróleo, el recurso que permitió gran número de ilusiones y desequilibrios económicos. Es
por eso que hoy se piensa que los recursos necesarios para el crecimiento pueden
obtenerse de ventas interminables de productos con un mercado tan inestable. A finales
del Siglo XX, la historia vuelve a repetirse; la política económica aposto un desarrollo del
país con propuestas económicas. La política económica apostó nuevamente el desarrollo
del país a un par de propuestas económicas. Esta vez les tocó el turno a la inversión
extranjera y a la apertura acelerada del comercio, variables volátiles sujetas a fluctuaciones
impredecibles sobre las que México tiene poca o ninguna influencia. Anteayer, la
sustitución de importaciones, se pensó, nos sacaría del atraso económico, ayer, el petróleo,
hoy son las exportaciones, la inversión extranjera y los tratados de libre comercio. Sólo nos
falta 100 firmar un Tratado de Libre Comercio Globalizador y Sustentable con Todos. Por
tratados no quedará. Por otra parte, México, al final del milenio, es un país abierto al
comercio, donde la intervención del gobierno en la economía es cada vez más limitada; el
mercado sustituye cada vez más a las regulaciones económicas; la propiedad privada al
estado-propietario; y la competencia internacional a la protección. Para bien o para mal,
aunque lo más seguro sea que para mal, México es también hoy un país de bajos niveles de
ahorro e inversión; donde ni siquiera la inflación, mucho menos la economía, crecen; donde
el desempleo es cada vez más pernicioso; el déficit comercial y la deuda externa crecientes;
los salarios reales cada vez más bajos y, para colmo de colmos, la distribución de lo que se
produce en el país es cada vez más desigual. De hecho la distribución del ingreso en México
es tan desigual, o más, que las más desiguales del mundo.

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