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PROFESORADO EN CIENCIA SAGRADA

INSTITUTO ESPIRITU SANTO

ALUMNA: MARISOL RODRIGUEZ URIBARRI


CURSO: 3ERO
MATERIA: TEOLOGIA DOGMATICA II (ECLESIOLOGÍA)
PROFESOR: LUCAS EMMANUEL CECCOLI
Teología Dogmática II Eclesiología.
Parcial Domiciliario

La intención de este parcial es que los alumnos puedan desarrollar de


una manera más sistemática los contenidos dados en clase, como la
profundización y comprensión de los distintos textos.
El desarrollo del parcial comprenderá las unidades IV-VIII.
La realización del parcial es estrictamente personal. Presentado escrito en
PC. La fecha de entrega máxima: 16/11, entregando una copia impresa al
docente.
El material a utilizar es el que se le ha entregado a los alumnos
correspondientes a las unidades y la utilización de los manuales propuestos por
la Cátedra.

a. Describa en forma de punteo, los presupuestos básicos de la Doctrina del


Primado.
b. Desarrolle el contexto y formulaciones del Concilio Vaticano I (tener en
cuenta el contexto histórico)
c. Asumiendo el concepto de aggiornamento (contexto de su aplicación).
¿De qué manera lo podes relacionar con los puntos fuertes de la Doctrina
del Concilio Vaticano II?
d. Tomando el Capítulo II de la Constitución Dogmática Lumen Gentium, “El
Pueblo de Dios”, desarrolle una síntesis de todo el capítulo. La misma
deberá de ir punto por punto describiendo de manera personal los
presupuestos básicos contenidos en ellos.
e. Asumiendo las Propiedades de la Iglesia realice una planificación áulica.
El nivel es a elección.
A. *El Papa es obispo con los demás obispos, al igual que Pedro formaba
parte del grupo de los Doce, pero asi mismo tiene un encargo particular,
liderar la Iglesia.
*Es portavoz de la Iglesia al igual que Pedro portavoz de los discípulos. Es
el representante de la fe de todos los creyentes; especialmente en los
momentos de mayor crisis para mantener a los fieles cerca del Maestro
durante la tormenta.
*Es el “Vicario de Cristo”, esto implica que él tiene el mismo poder y
autoridad que Cristo tiene sobre la Iglesia.
*Es la cabeza de la Iglesia y cabeza del colegio episcopal, el Papa
personifica la colectividad, por lo tanto sus acciones nunca se producirán
a partir de un sujeto aislado.
*Tiene la misión de unir a todos los obispos y a todos los fieles.
*Ejercita su infalibilidad escuchando atentamente al Espíritu Santo,
buscando resolver disputas doctrinales y permaneciendo abierto al
discernimiento con los demás obispos.

B. El papa Pio IX condenó 80 errores contemporáneos constituyendo así el


Syllabus; declarando públicamente la incompatibilidad entre la doctrina
católica y todos los modos de vida y pensamiento de la época. Pero la
condenación de un error no indicó necesariamente cual era la doctrina
positivamente correcta a lo que se vivía aquellos días:
*Perdida de los Estados pontificios debido a la conquista de Víctor Manuel
en alianza con Napoleón III.
*División de los católicos en torno al liberalismo burgués y democrático.
Algunos intransigentes, representados en Francia por Louis Veuillot,
querían que la Iglesia recobrara su influencia y sus privilegios; y estaban
dispuestos a alzarse en armas para conseguirlo. El resto de los católicos,
más realistas, tenían encuentra la evolución social y el retroceso religioso.
*Discusiones filosóficas en torno a la relación fe y razón.
*El Papa proclamaba el dogma de la Inmaculada Concepción de María,
afirmando indirectamente su infalibilidad, pero aun así era puesto en
ridículo por los modernos que lo llamaban “el vice-Dios de la humanidad”
o “el Verbo encarnado continuado”.

En el Concilio participaron algo más de 700 obispos. Las comisiones


prepararon muchos informes sobre una multitud de temas pero las
circunstancias político-militares limitaron los trabajos en dos terrenos:
discusión entre la fe y la razón, a la que se daría respuesta con la
constitución “Dei Filius”, votada el 24 de Abril de 1870; y el primado y la
infalibilidad pontificia. También toco temas como el socialismo, el
comunismo, las sociedades secretas y sociedades bíblicas, sociedades
clericó-liberales, errores acerca de la Iglesia y sus derechos, errores
tocantes a la sociedad civil considerada en sí misma o en sus relaciones
con la Iglesia, errores acerca de la moral natural y cristiana, errores sobre
el matrimonio cristiano, y errores relativos al liberalismo de aquellos
días.
Algunas definiciones de la constitución “Dei Filius”:
- Si alguno dirige que es una sola y la misma sustancia o esencia de Dios
y la de todas las cosas, sea anatema.
- Si alguno dirige que Dios vivo y verdadero, Creador y Señor nuestro,
no puede ser conocido con certeza por la luz natural de la razón
humana por medio de las cosas que han sido hechas, sea anatema.
- Si alguno dirige que puede suceder que, según el progreso de la
ciencia, haya que atribuir alguna vez a los dogmas propuestos por la
iglesia un sentido distinto del que entendió y entiende la Iglesia, sea
anatema.
El primado y la infalibilidad pontificia
La infalibilidad pontificia no había sido inscrita oficialmente en el
proyecto relativo a la Iglesia. Una mayoría de obispos pidió la
introducción de la discusión sobre la infalibilidad, mientras que una
minoría se opuso a ello, considerándola una definición inoportuna. Entre
estos últimos se encontraba Döllinger, quien fue excomulgado el 17 de
abril de 1871. Los padres votaron la constitución “Pastor Aeternus”, dicho
documento tiene esencialmente la afirmación del primado y de la
infalibilidad del papa que después de muchas exageraciones verbales
quedaba reducida a sus justas proporciones.

Las definiciones del Vaticano I aumentaron la tensión entre la sociedad y


la Iglesia, lo cual fue un pretexto valido para tomar medidas anticlericales
en varios países.

C. El Concilio Vaticano II tuvo lugar en la ciudad de Roma y duró poco más


de tres años (1962 – 1965). Durante las cuatro sesiones, en las que
participaron más de 2400 obispos, se buscó adaptar la vida de la Iglesia a
las necesidades de nuestro tiempo, pero no fue nada sencillo ya que la
Iglesia parecía vivir con doscientos años de atraso. Hubo dos bandos
enfrentados durante todo el concilio: por un lado, los teólogos que
buscaban renovar la iglesia logrando una comprensión actualizada de la
experiencia cristiana, y por otro, los que se habían formado dentro de la
tradición escolástica y no podían comprender ni asimilar una nueva
mentalidad eclesial. Para unos, el CV II provocaba angustia y temor sobre
la integridad de la fe, y para otros era un punto de partida donde se
podría recuperar con urgencia el tiempo perdido.
Este de algún modo era el esquema de fondo en el que se entablaba el
concilio, pero claro está que entre estos dos polos también se
encontraban posturas intermedias. Con este escenario podemos
visualizar una gran mezcla de paradigmas, de mentalidad antigua y
moderna que hasta el día de hoy, siguen coexistiendo en la misma Iglesia.
A cinco décadas de la clausura del Concilio, estas fueron las palabras de
Benedicto XVI: “Fue un momento de extraordinaria expectación. Grandes
cosas debían suceder. Los concilios anteriores habían sido convocados casi
siempre para una cuestión concreta a la que debían responder. Esta vez no
había un problema particular que resolver. Pero precisamente por esto
aleteaba en el aire un sentido de expectativa general: el cristianismo, que
había construido y plasmado el mundo occidental, parecía perder cada vez
más su fuerza creativa. Se le veía cansado y daba la impresión de que el
futuro era decidido por otros poderes espirituales. El sentido de esta
pérdida del presente por parte del cristianismo, y de la tarea que ello
comportaba, se compendiaba bien en la palabra “aggiornamento”. El
cristianismo debe estar en el presente para poder forjar el futuro. Para que
pudiera volver a ser una fuerza que moldeara el futuro, Juan XXIII había
convocado el concilio sin indicarle problemas o programas concretos. Esta
fue la grandeza y al mismo tiempo la dificultad del cometido que se
presentaba a la asamblea eclesial.”
Estas palabras sintetizan a la perfección el espíritu del concilio y la
categoría aggiornamento, expresada por San Juan XXIII al convocarlo,
acentúa la búsqueda de transformación honda del ser y del conocer
dentro de nuestra Iglesia. Esto no aseguraría que la teología pos conciliar
sea infalible, sino que ella buscaría actualizar las convicciones, valores y
normas practicas a través de un nuevo paradigma eclesial.
El ecumenismo, la eclesiología, la liturgia y los sacramentos serán las
puertas de este aggiornamento, que buscará promover la restauración de
la unidad entre todos los cristianos y acercar la Iglesia a la experiencia del
Evangelio, para que sean muchos los que puedan conocer al Señor y tener
una fe viva.
Si bien este concilio no dio una respuesta acabada, fue la entrada decidida
en un camino donde aún queda mucho por recorrer.

D. Punto 9: El Señor eligió un pueblo como suyo y a través de la historia fue


revelándole su voluntad, hizo una alianza con ellos. Pero todo esto
sucedió como preparación y figura de la alianza nueva y perfecta que
había de pactarse en Cristo, a través de su sangre y en el Espíritu Santo
constituyendo asi un pueblo santo.

Punto 10: A través del bautismo el Señor nos llamó a un sacerdocio


común, al que podemos clasificar entre sacerdocio de los fieles y
sacerdocio ministerial, ambos se ordenan entre sí y participan de un
único ejercicio: el sacerdocio de Cristo.
El sacerdocio ministerial dirige al pueblo sacerdotal, efectuando el
sacrificio eucarístico de Jesús y el sacerdocio común se dedica a la
oración, a la participación de los sacramentos, a la acción de gracias y a
dar testimonio de una vida santa.

Punto 11: A través del bautismo somos incorporados a la Iglesia y


destinados a participar del culto de la religión cristiana. Luego del
sacramento de la confirmación nos convertimos en testigos de Cristo
hasta los confines de la tierra por medio de la fuerza del Espíritu Santo.
La eucaristía es el alimento, la fuente y culmen de nuestra vida cristiana.
El sacramento de la reconciliación nos otorga la absolución de los
pecados, nos amiga con Dios, y al mismo tiempo nos reconcilia con la
Iglesia y colabora con nuestra conversión a la caridad.
A través del sacramento de la unción de los enfermos se le pide al Señor
que fortalezca a los hermanos en medio de la dificultad, los alivie y los
salve.
Aquellos que reciben el orden sacerdotal son destinados a apacentar a la
Iglesia y en el sacramento del matrimonio los cristianos son llamados a
buscar la santidad en el vínculo conyugal, en la procreación y en la
educación de los hijos.

Punto 12: Todos los fieles, desde los pequeños hasta los que cumplen el
rol de Obispos son llamados a dar testimonio con su vida de lo que han
visto y oído, manifestando en todo lugar y tiempo su fe en el Señor
Jesucristo; es el Espíritu Santo el que los asiste en esta misión,
derramando en ellos los dones que necesitan para construir la
comunidad.

Punto 13: Todos los hombres son llamados a ser parte de este Pueblo de
Dios, teniendo en cuenta todos los lugares y tiempos de la historia en
medio de las distintas culturas. Esta diversidad hace que cada una de las
partes colabore usando sus dones propios con las restantes partes y así
con toda la Iglesia, de tal modo que el todo y cada una de las partes
aumenten a causa de todos los que mutuamente se comunican y tienden a
la plenitud en la unidad haciendo de todos un único Pueblo.
Punto 14: Todos están invitados a participar con un corazón fervoroso de
los sacramentos, la profesión de fe, el régimen eclesiástico y la comunión
con el cuerpo visible de Cristo. La Iglesia peregrinante es necesaria para la
salvación aunque el único Mediador y camino de salvación es Cristo,
quien se hace presente a todos nosotros, en su Cuerpo, que es la Iglesia.

Punto 15: La Iglesia reconoce que hay muchos discípulos de Cristo


desparramados por el mundo, lejos de la fe católica pero que aun asi
responden al Evangelio de Jesús y anhela que podamos unirnos en la paz,
como un solo rebaño, bajo un solo pastor.

Punto 16: Dios quiere que todos se salven y nos invita a buscar la
comunión con todos, especialmente con aquellos cristianos no católicos
que ignorando sin culpa el Evangelio de Cristo y su Iglesia, buscan a Dios
con un corazón sincero y se esfuerzan por vivir bajo su voluntad.

Punto 17: La Iglesia tiene un llamado misionero que brota de su identidad


más profunda, del mismísimo mandato de Jesús: “Vayan entonces y hagan
que todos los pueblos sean mis discípulos, bautizándolos en el nombre del
Padre, del Hijo y del Espíritu Santo; y enseñándoles a cumplir todo lo que
yo les he mandado. Yo estoy con ustedes hasta el fin del mundo” (Mt 28,
19-20), y responde a éste llamado trabajando para que la totalidad del
mundo se integre al Pueblo de Dios.

E. Planificación áulica, 4to año nivel secundario (1h)

Actividad inicial (15min)


Trabajaremos con la siguiente anti-parábola:
Un día los peones de un campo fueron a conversar con su patrón, ellos le dijeron:
“Señor, el campo de trigo está completamente lleno de yuyos. ¿Qué debemos
hacer?”. El patrón les contesto: “Seguro que mi vecino envidioso sembró cizaña
entre el trigo… ¡Vayan y arranquen las raíces!”. Los peones fueron a carpir el
campo. Si bien destruyeron también muchas plantitas de trigo, al final el campo
quedo libre de yuyos. Pasadas dos semanas, los peones volvieron al patrón con la
misma mala noticia, él les contesto “Arránquenlo de raíz”. Los peones cumplieron el
mandato y lo mismo se repitió una tercera vez. Cuando entonces el patrón
inspeccionó sus propiedades, constató con sorpresa que efectivamente no había
ningún yuyito en el campo, pero que lamentablemente, solo había quedado una que
otra plantita de trigo. Entonces el patrón se puso a pensar…

Pregunta disparadora para debatir: ¿Cómo puedo relacionar este campo con la
Iglesia?

Desarrollo: La Iglesia es a la vez santa y a la vez pecadora (25min)


La Iglesia es Santa por su cabeza, Cristo y por ser obra de Dios. Pero también es
santa por su misión: buscar que todos los hombres se salven.
Santos son sus miembros en cuanto estén animados por este Espíritu pero al
mismo tiempo conformamos una Iglesia de pecadores, ya que la Iglesia tiene
también nuestros defectos, y en la medida en la que nos dejamos conducir por el
Espíritu Santo nos renovamos y convertirnos más en el amor.

Actividad (10min)
A la luz de lo desarrollado reflexionamos entre 4: ¿Qué me gusta de nuestra
comunidad? ¿Qué tendría que ser mejorado? ¿Cómo podríamos hacerlo?

Cierre (10 min)


Ponemos en común las respuestas, buscando escucharnos y respetando
opiniones, y al finalizar hacemos una oración ofreciéndole al Señor nuestra
comunidad, para que siga convirtiéndola en lo que él soñó.

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