El agua llega a plantas purificadoras donde se le adiciona cloro al 12 o 13% por
un periodo de 30 minutos y posteriormente es desplazada a unos cilindros que contiene medios filtrantes y donde se retienen de sólidos disueltos e impurezas. En forma general en el primero se filtra por arena, en el segundo por un filtro de carbón activado y finamente por un cilindro que contiene agua con sal, llamada salmuera. El proceso continúa y el agua filtrada se hace pasar por una cámara de luz ultravioleta que juego su rol de germicida, finalmente se conduce a la empacadora. En los casos en los cuales la dureza es muy elevada, suelen utilizarse métodos de separación de sales aplicando los sistemas de osmosis inversa, además para mejorar los niveles de purificación, sobre todo en las presentaciones de agua embotellada, se utilizan generadores de ozono como germicidas.