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Nicolás

Un beso puede robar más que un corazón.


Sinopsis
Karina Evans es una chica hermosa e inteligente, luego de marcharse de
su ciudad natal regresa a su amado Timesong City después de muchos años
debido a la muerte de un ser querido. Ella se sobrepone al dolor pero al entrar al
instituto TSC con su mejor amiga Emily y amigos de la infancia, por azares del
destino tiene un encuentro inesperado al entrar a clase de física con un chico
llamado Nicolás, éste le atrae de inmediato, e inconscientemente y aún sin
conocerlo; incluso ha soñado con él pero no es eso lo más extraño que le sucede
con el apuesto joven.

Nicolás guarda un secreto que no se puede ver a simple vista, es un fantasma y


ha perdido la memoria, Karina sin dudar querrá ayudar a descubrir el pasado de
Nicolás con la amiga de este, Lisa; pero no es solo el pasado de Nicolás lo que
debe descubrir Karina para conocer la verdad y poder liberarlo.

Roció S. Constanza.
Dedicatoria:

A Griselda Constanza por animarme y más que nada por


darme la motivación para terminar Nicolás (también a mi tía, las
quiero). A mi hermano que tiene una imaginación tan grande
como la mía. A esa persona especial que aguantó mi delirio de
escritora; no diré quién... Y claro está al lector que lea el libro
Gracias.
Capítulo I
Recuerdo perdido de Karina y El Relato
de la Abuela.

¿ Crees en los fantasmas? Fue lo que mi abuela preguntó una


ocasión mientras vivíamos con ella. Entonces vió mi rostro y dijo
-claro que si- yo solo era una niña de casi siete años, en aquel tiempo
le hubiera creído lo que fuera.

- Érase una vez –empezó a relatar- en un lugar hermoso pero solitario


y muy alejado de las personas, dos jóvenes amigos de toda la vida
que iban a jugar en el bosque desde niños. Él un era año mayor que
ella y mientras corrían muy alegres como siempre, exploraban la
misma ruta de ese bosque que les era tan familiar, pero sin saber
cómo, en su alegría no se dieron cuenta que habían tomado un
camino diferente. Cuando se dieron cuenta comenzaron a caminar en
distintas direcciones, hasta que encontraron un camino muy
interesante. No creían lo que estaba frente a ellos, nunca la habían
visto, ¿cómo había llegado eso ahí? un corto camino de piedras
adornado con flores silvestres a los lados que llegaba a una casa
enorme escondida dentro de los árboles, a pesar de que parecía no
estar habitada por nadie era evidente que estaba muy bien
conservada.

-¿Por qué nadie vivía ahí abuela?- pregunté tímidamente sacándola


de su relato-.

- Era obvio que no estaba habitada, porque en ese bosque nadie vivía-
dijo ella cambiando su vista de mí hacia vacío momentáneamente- No
era utilizada para acampar, ni para protegerse de los animales
salvajes que habitaban en el bosque o de las misteriosas
desapariciones que ocurrían; siempre atribuidas a que los lobos y los
Roció S. Constanza.
osos se comían a las personas. Nadie se atrevía a adentrarse
demasiado en el bosque, -hizo una pausa mientras parecía perderse
en mis ojos e intentó explicarme otra vez- El bosque era lo
suficientemente grande para extraviarse y de ser así, difícilmente
serían encontrados a salvo considerando todos los peligros que
habitan en él.

En mi mente imaginé la descripción de mi abuela, el enorme bosque y


peligroso casi de cuento de terror.

-Entremos – le dijo él a ella -será divertido. Ella estaba tan impactada


por la casa no pudo decir nada, así que solo lo siguió.
- Ellos no pensaron en las consecuencias – dijo mi abuela seguido de
un gran suspiro-.

-¿Y si está cerrada la puerta? –Al fin dijo ella, él prosiguió en el


caminito que llevaba a la puerta y sin mucha fuerza y solo tocándola,
esta puerta se abrió con facilidad. –Está abierta-le dijo-.

Al entrar en la casa observaron que era un lugar muy ostentoso; el


piso de madera color azabache combinaba muy bien con el conjunto
de muebles y las paredes blancas, había una hermosa iluminación
debido a los grandes ventanales, sin duda era una casa antigua pero
muy bien elaborada. A su derecha no muy lejos unas escaleras que
llevaban al segundo piso y delante de ellos observaron la sala,
realmente era grande esa casa; increíblemente más grande por dentro
que lo que aparentaba ser desde afuera. Y así continuaron explorando
la casa.
-Vamos arriba, puede que se pueda ver el río desde allí- le dijo él.
-Con tantos árboles no creo que sea posible-dijo ella-.

Subieron hasta la azotea y ciertamente se encontraron con la vista


hasta el río. Era una vista increíble, se podía ver claramente el camino
por donde habían entrado y unos metros más lejos el enorme río y su
corriente tan fuerte que podría arrastrar con facilidad a quien se callera
en él. Se quedaron observando el inicio del atardecer que caía
anunciando que el día estaba terminando y mostrando la más
preciosa gama de colores que habían visto. Ya era muy tarde tenían
que irse antes que anocheciera, los padres de ella se preocuparían
sino llegaban pronto, bajaron hasta la estancia y él se apresuró abrir la
puerta, ya era muy tarde, intentó abrirla, e incluso hizo un segundo y
tercer intento halando con fuerza, pero esta no se abría.

-¡Deja de jugar Nicolás!-pidió ella.

-¡No estoy jugando esto no abre! Entonces cuando menos lo


esperaron se escuchó un ruido tal que ella saltó del susto.
-Es el viento-dijo él- Quédate tranquila.

Nuevamente se escuchó el mismo sonido pero esta vez más fuerte,


se quedaron inmóviles en espera de adivinar que era ese ruido,
entonces empezaron a escuchar unos pasos en el piso de arriba y
sintieron escalofríos al oír que los pasos se acercaban cada vez más a
ellos.

-¿Quien está ahí?- preguntó aterrada-.


-Espera aquí iré a ver. –le dijo, y antes de que él llegara a las
escaleras vio como un hombre bajaba poco a poco.
-Buenas tardes- dijo el sujeto bajando – ¿Les puedo ayudar en algo?
-Buenas tardes- Respondió Nicolás acercándose un poco más y
subiendo unos cuantos escalones - no queríamos molestarlo señor, lo
que pasa es que encontramos la puerta abierta y creímos que la casa
estaba vacía.
-¿molestarme? para nada sean bienvenidos a mi morada. Pero pasad
a la sala, ¿les puedo ofrecer algo?
-No gracias, nosotros ya nos vamos-dijo ella titubeando del miedo por
este hombre- ¡Vámonos Nicolás!.
-Si, es cierto- dijo Nicolás - ya nos vamos, pero gracias, adiós.
-Yo creo que no- Dijo el hombre en un tono fuerte y tenebroso- Se
quedarán conmigo para la eternidad.

En un segundo el hombre estaba en la puerta a la par de Karina, sin

Roció S. Constanza.
más ni menos ella quedó petrificada del miedo viendo los ojos del
hombre que hace un segundo estaba delante de Nicolás en las
escaleras y ahora a la par viéndola directamente a los ojos. Ella jamás
había visto ojos como los de aquel hombre, negros como la noche y
tan profundos como el mar, y si no fuera por el chico ahí hubiera
quedado, si Nicolás no la hubiera jalado del brazo probablemente
hubiera sido inconsciente del tiempo, el lugar y el momento exacto
donde había caído en el hechizo de los ojos de este tipo. Empezaron a
correr con desesperación por la casa buscando una salida, pero fue
más que inútil, se quedaron estancados en la azotea estando
conscientes de que estaban en peligro. ¿Quién era este hombre?
¿Cómo pudo llegar tan rápido de un lado a otro? ¿Por qué no los
quería dejar ir? y lo más importante ¿Por qué este hombre dijo que
para la eternidad? ¿Acaso era un tipo de asesino que los mataría o los
torturaría hasta la muerte? Estaban asustados, sin salida en una
casa con un hombre que se había convertido en su verdugo y captor.

De la nada Nicolás anunció una idea diciendo: Tranquila ¿puedes ver


aquel árbol? está muy cerca y probablemente si saltas llegarás a él,
así podremos salir.

-¿Estás loco? ¿Cómo vamos a saltar hasta allá?- respondió en medio


de la desesperación y el miedo.
-Tienes que hacerlo no hay otra salida, ¡Vamos tu primero tienes que
hacerlo! Yo confió en ti.

- ¿Y si viene detrás de nosotros?- le preguntó.


-No te preocupes, yo lo detendré lo suficiente para que puedas
escapar.
-¿Y qué hay de ti?

-Iré detrás de ti, no te preocupes- le dio su mejor sonrisa para darle un


poco de confianza y la ayudó a subirse al barandal escuchando al
momento el estruendo de la puerta de la azotea que se abría con tal
fuerza que parecía como si una ráfaga de viento la hubiera golpeado,
pero en lugar de viento era una especie de sombra inmensa que salía
de ahí.
- ¡Salta ahora! -dijo Nicolás- ¡Corre!

Ella saltó de esa azotea y pudo llegar al árbol pero sus manos no
fueron lo suficientemente fuertes como para sostenerse, así que
resbaló y cayó en una rama un poco más abajo, pudo ver como
Nicolás también intento subirse al barandal y estando a punto de saltar
la sombra lo rodeó y a la vez que tomó la forma del hombre que
habían encontrado en la casa sujetándolo fuertemente del brazo.

-¡Nicolás! –Gritó ella con desesperación-.

- ¡Corre ahora!- grito Nicolás-.

Y así lo hizo; como pudo bajó de ese árbol y tropezando por todo el
bosque iba corriendo hasta que encontró el camino que habían dicho
con Nicolás para regresar a su casa. Corrió como nunca lo había
hecho, sentía la adrenalina en las venas que le había provocado todo
esto. Saliendo de ese inmenso bosque pudo ver como el ocaso
terminaba cuando…-

-¡Mamá, ¿qué estás haciendo¿!- entró mi madre y detuvo el relato de


la abuela- ¡no le cuentes esas cosas, la vas asustar!.
-Tranquila hija- intentó calmarla porque se miraba muy enojada por
alguna razón- Karina es valiente.

-Pero ese no es el cuento para una niña. Vamos Kari despídete de la


abuela que ya es hora de dormir, mañana tenemos la mudanza
¿recuerdas?

-Si mamá. Adiós abuela. Hasta mañana.

-Buenas noches Kari, descansa-dijo la abuela con melancolía.


Y así me llevó mi madre hasta mi cuarto esa vez. Me acostó y me dijo:

-No creas en todo lo que te dice la abuela Kari. A veces los abuelos
nos intentan asustar con cuentos de fantasmas.
- ¿Entonces la sombra que dijo la abuela era un fantasma¿-pregunté-.

Roció S. Constanza.
-Si eso era, pero solo es un cuento que a mi mamá le gusta contar
para asustar un poco antes de dormir, no te preocupes no era verdad.

-pero ella dijo que…

-No importa lo que haya dicho Kari solo era un cuento de miedo. Ahora
descansa, mañana será un día largo.

Y esa fue la última noche que dormimos en esa casa. Donde había
permanecido casi siete años desde mi nacimiento.

Al día siguiente aun teníamos mucho que empacar, mi madre se


levantó temprano y pude oír como lo hacía un poco frustrada, la
mudanza la estresaba más a ella que a mí pero su trabajo lo exigía
teníamos que cambiarnos de ciudad, una más grande donde la
empresa de mamá iba poder extenderse productivamente. Iba a
extrañar todo ahí mi escuela, mis amigos, la señorita Sol mi maestra,
la abuela y su gato Clementain. Un gato negro pequeño muy travieso y
juguetón que le habían regalado a mi abuela en su cumpleaños
número 87. Era el peor cazador de la historia de los gatos y eso lo sé
porque ni los ratones le tenían miedo y él ni se esforzaba por
atraparlos. Todo me parecía triste ahora que tenía que irme.

Sonó la alarma del mueble de mi cama diciéndome que era hora de


levantarme. Me levante y me duche luego fui abajo ayudar a mi mamá.

-Buenos días mamá.


-Buenos días Kari-dijo sacudiéndose un poco- ¿Ya tienes listo todo lo
que te vas a llevar?
-Ya casi-dije tomando un mechón de mi pelo mala costumbre y signo
de que estaba mintiendo-.
-Mmm Karina -entendió mi mentira blanca- tienes que hacerlo no
queras dejar nada ¿verdad?
-No
-Entonces ve alistar tus cosas, en un rato subo para ponerle nombre a
las cajas.
-¿Y la abuela?-pregunte.
-Creo que aún está dormida no la molestes. Sube a prepararte.
El día fue largo, pero estaba emocionada que llegara la tarde mi
madre dijo que si tenía listo todo para las tres podría salir con mis
amigos a despedirme. Y así fue.

-Así que ya son las tres eh?-pregunto mi madre cuando llegue con ella
y la abuela a la sala.
-Así es.
-¿Ya empacaste todo? ¿No olvidas nada?
-Completamente todo mamá
-Ok-suspiro- puedes ir y no tarden nos vamos en dos horas ¿Ok?
-Si mamá, adiós abuela.
-Adiós Kari no te vayas muy lejos-dijo la abuela-.

Salí corriendo en la bicicleta a toparme con mis amigos, en el camino


me topé con Andrés un amigo del jardín de niños, él es un poco más
alto que yo no mucho en realidad, su pelo negro y sus ojos verdes que
le hacen juego a una sonrisa traviesa y burlona. Andrés es un niño
muy competitivo siempre anda inventando competencias;
competencias que cualquiera puede ganar para ser justos, le encanta
correr en bicicleta ya que normalmente siempre andamos en bicicleta.
Y como era de esperarse hicimos una competencia hasta la casa de
Emi.

Emily y yo somos muy unidas ella y su mamá también se van a


mudar con nosotras a la misma ciudad, su mamá y la mía trabajan en
la misma compañía. Sara la mamá de Emily o tía Sara como le llamo
es muy amiga de la mía, ellas también estudiaron juntas y se conocen
de toda la vida, han tenido los mismos empleos e incluso casi se
embarazaron al mismo tiempo, excepto que Emilia es más grande que
yo por días lo que es inverso en nuestras madres la mía es más
grande que la de Emi. Incluso mi madre ha admitido que mira en Sara
la hermana que siempre quiso y tía Sara ha dicho lo mismo de mi
mamá. Mi mamá y yo tenemos mucho en común ambas somos hijas
únicas, sin papás y ambas tenemos una amiga de toda la vida que
consideramos como hermana. En lo personal podría aceptar

Roció S. Constanza.
despedirme de todo, de la casa, de esta ciudad, de las personas que
viven en la misma, de mi maestra, de mis amigos e incluso hasta de
mi abuela y el perezoso Clementain pero no de Emi ella es esa parte
de mi vida que jamás podría abandonar, incluso en pensar en el
cuento de mi abuela de cómo esa chica dejo a su amigo no lo puedo
entender. ¿Cómo pudo dejar a su amigo de toda la vida? Y ahora que
lo pienso nunca me dijo en que terminaron esos jóvenes…. ¿Que
habrá pasado con el chico y con ella?...
Faltaban tres casas para la de Emi y Andrés quiso acelerar y pasarme
pero no lo deje así que eche todas mis fuerzas y pedalee lo más
rápido que pude y por una llanta le gane a Andrés.
-Te gane
-Que te pasa Kari?-dijo en un tono decepcionado- yo llegue primero.
-no es cierto, yo gane Andrés.
Bajamos de las bicicletas y llegamos a la puerta de Emi. Saliendo ella
estaba cuando vi que detrás venia su mamá.
-Hola Emi, Hola tía Sara.
-Hola Kari, ¿Cómo estás? ¿Lista para la mudanza?
-SI.
-Que bien, llamo tu mamá y dijo que no se tardaran mucho entre dos
horas se van ¿de acuerdo?
-Si-dijimos en sincronía con Emi- adiós.
Emi se montó en su bicicleta y nosotros hicimos lo mismo fuimos una
cuadra después a la casa de Nora prima de Andrés y amiga nuestra, a
pesar de ser un poco estirada como su madre es una niña muy buena
y simpática un poco miedosa debo admitir lo contrario de su hermano
León, un niño dos años mayor que nosotros y técnicamente el
responsable del grupo. Al principio León no quería salir con nosotros
por tres razones: la mayoría de nosotros somos niñas, en el grupo
esta su hermana menor y técnicamente lo obligaban para ser niñero
de Nora. Pero poco a poco León también se empezó a divertir en
nuestras aventuras. En nuestros picnics en el bosque siempre
demostró ser el más responsable y valiente, incluso cuando
encontramos una serpiente y Nora se desmayó del susto el aparto a la
serpiente de nosotros y asistió a Nora, desde entonces cuando vamos
al parque de juegos a orilla del bosque León siempre está pendiente
de que eso no vuelva a pasar y si entramos a la villa del bosque él es
el guía.

Llegamos a la casa Nora y León ya estaban afuera esperándonos.


- ¿una competencia hasta el parque?-sugirió Andrés-.
-por supuesto-dijo León con una mirada de que era de esperarse-.

Todos corrimos, yo ya estaba cansada por la competencia que


hicimos con Andrés hasta la casa de Emi pero aun así les llevaba el
paso a León y Andrés, atrás venia Emi y de ultimo venia Nora. Era la
ultimas cuadras después de la vuelta solo era en línea recta a unos
metros del bosque Andrés se adelantó a León solo por un poco tomo
la vuelta muy abierta y León la tomo muy pegada, yo aproveche ese
exacto momento y pase en medio de los dos luego de haberlos
pasado otra vez tome todas las fuerzas y pedaleé muy rápido faltaba
tan poco y la victoria seria mía pero sorprendentemente León y Andrés
hicieron lo mismo me pasaron por unos centímetros, necesitaba más
potencia y me agache un poco y con lo que tenia de fuerza pedaleé
todo lo que podía, increíble los pase.

-¡Sí! y Kari gana de nuevo- Les dije anunciando mi victoria-.


-Bien hecho Kari-dijo Emi atrás apenas llegando.
-ha espérenme no sean malos- se venía quejando Nora atrás- porque
no pueden andar en bicicleta como gente civilizada parecen salvajes.
-No te quejes Nora-le reprendió León- tú también intentaste correr muy
rápido al principio.
-vamos Nora no seas tan aguafiestas-le dijo Andrés-¿empezamos el
partido?
-Sabes que yo no juego-dijo Nora algo molesta-.
-Lo sé- se rio de ella por un segundo- serás el árbitro.
-Este bien, entonces Emi y yo y León y Andrés como equipos-dije, eso
era más-.
-¡Yo creo que no! –Dijo León- esta vez tú y yo y Andrés y Emi.
-¿pero porque?-quiso saber Emi-.
-¿acaso tienes miedo de que dos niñas te ganen León?- sugerí en

Roció S. Constanza.
tono de burla-.
-Por supuesto que no-intervino Andrés- Lo que pasa es que me quiero
enfrentar a León a ver quién es el mejor.
-Bueno… siendo así-dijo Emi mirándome-.
-Está bien, entonces empecemos-concluí-.

Emi y yo fuimos porteras, León y Andrés se pusieron en medio de la


cancha pequeña del parque, Nora se acercó y con una ficha en mano
pregunto qué cara querían para elegir quien patearía primero León
volteo a mí y con su mirada me hizo la interrogante
-Cara-dije sin pensarlo mucho.
Andrés estuvo de acuerdo en ser escudo realmente a él no le
importaba tener la ventaja de empezar porque se creía autosuficiente
para quitar la pelota con facilidad y correr hasta la portería y anotar el
primer gol.
Nora lanzo la moneda al aire y esta giro por unos instantes cuando la
recibió con una mano y la coloco sobre la otra dramáticamente la vio y
dijo-Cara- coloco la pelota en el suelo y se apartó de la cancha lo más
rápido que pudo al llegar al extremo de esta dijo: -empiecen.

Ver a Nora de árbitro era muy entretenido a pesar de no saber jugar


puedo decir que es una gran narradora le pone un gran entusiasmo y
dramatismo al juego casi tan bueno como el de los narradores de los
partidos reales.

-Y León empieza el partido se mueve por la derecha pero Andrés le


tapa el camino y da un giro de 180 –empezó a relatar lo que pasaba
enfrente de nosotros como si se lo dijera a un público en realidad-
corre para su propia portería y vuelve a girar esquivando así a Andrés,
pero Andrés no le suelta y le logra quitar el balón, bruscamente se da
la vuelta y corre para la cancha enemiga, León intenta hacer una
maniobra defensiva pero no le funciona y Kari está sola en la portería.
Esto es lo que resta el primer gol puede ser en estos momentos.
Andrés lanza con mucha fuerza parece ser un gol y Kari salta por la
pelota y detiene el balón en el aire por poco era gol. Kari patea la
pelota a León, León corre para la portería de Emi, Emi se coloca en
posición defensiva lista para detenerlo, Andrés corre detrás de León
pero está muy lejos no lo podrá alcanzar, León lanza la pelota Emi
salta y puede parar la pelota. León marca Andrés, Emi lanza la pelota
muy lejos, Andrés y León corren detrás de ella y es un ¡saque! Andrés
la saco, es de León, León se la lanza a Kari en la portería, Kari la
regresa al centro de la cancha, pero esta vez Andrés la agarra primero
corre otra vez a la portería y León le quita el balón dan media vuelta y
siguen combatiendo por el balón, ¡es un juego reñido señores! , León
tiene la pelota la lanza casi de media cancha a la portería, ¡Emi no la
pudo alcanzar! y es un ¡Gol! El primer gol del juego.

León corrió a mí y me abrazo estaba tan contento y muy


entusiasmado
-¿Lista para salir? –me dijo-.
-Claro-respondí con entusiasmo-.
Salí al centro de la cancha me puse delante de Andrés y empezamos
a jugar
Nora empezó a relatar de nuevo:
-Sale Kari de la portería, León entra, se topan con Andrés en el centro
de la cancha empiezan a batallar por la pelota, Kari casi se la quita
cuando Andrés da media vuelta la tira a su propia cancha y Emi se la
lanza de una patada de regreso, esto confunde a Kari, ¡Andrés está
corriendo a la portería y la lanza! León sale y lo detiene, León lanza de
inmediato la pelota a Kari, ¡Kari corre a la otra portería y la lanza!
esperen no la lanza continua, sigue corriendo y burla a Emi, ¡Emi está
en el suelo no puede parar la pelota! Kari lanza y es ¡Gol!

-¡No!- oí decir a Andrés atrás de mi- No te preocupes Emi aún les


podremos ganar.
-ok yo salgo ahora -dijo Emi.

-y sigue el juego – continuo Nora- Emi sale Andrés lanza la pelota, Emi
la agarra corre al centro de la cancha Kari la intercepta pero Emi la
burla, parece que nadie puede parar a Emi, se acerca a la portería
¡lanza! y León para la pelota, se la lanza a Kari, Kari la agarra y corre
a la portería contraria, está corriendo, Andrés empieza a salir de la

Roció S. Constanza.
portería la intenta receptar pero Kari no se lo acepta, Emi entra y le
arrebata la pelota, corre, Andrés vuelve a la portería, Kari y Emi están
corriendo a la portería de León, Emi intenta dejar a Kari atrás pero no
lo logra, Kari le quita la pelota, la pelota la lleva Kari, Emi se lanza,
ambas pierden la pelota , está a punto de salir de la cancha pero Kari
la salva, Emi está de pie no deja de interceptar a Kari, Kari lanza un
poco más lejos la pelota ambas corren por ella, la patea Emi y sale de
la cancha, ¡Saque!, Kari baila la pelota en el aire, Emi cabecea la
pelota, la pelota está muy cerca de la portería de León, León sale a
buscarla pero Andrés también está afuera! ambos chocan, la pelota
aún está en juego! Emi toma la pelota la lanza y Kari se interpone para
que no sea gol, Kari corre a la portería no hay portero esta libre, pero
Andrés y Emi le llevan el paso ¡no tiene salida! Emi está enfrente le
quita la pelota, Andrés regresa a su portería y Emi corre a la contraria,
y ¡lanza! ¡Huy por poco, por poco la para León! ¡Y es un Gol de Emi!

Emi y Andrés celebraron entonces, me acerco a León y decidimos


cambiar de lugar.

Ahora es Emi contra León-dice Nora- Kari y Andrés están en la


portería. Van 2-1, León lleva la pelota, Emi lo detiene están luchando
por la pelota, se la quita a León, León no suelta a Emi está muy cerca
de ella, ¡Emi busca su segundo gol! Lanza la pelota pero Kari la
remata con un pelotazo y la pelota vuela fuera de la cancha.
-genial Kari la pelota se fue para el bosque- dijo Emi un poco cansada
ya.
-iré por ella-se ofreció León-.
-No iré yo- le dije- yo la pateé yo voy por ella.
-pero cayó en el bosque-dijo León recordándome-.
-No muy adentro- le dije ya yendo por ella-.

Camine para el bosque y cuando empecé a entrar a la villa vi la pelota,


corrí hasta ella estaba contenta que no tenía que buscarla mucho. Me
agache para recogerla pelota en eso estaba cuando escuche una voz,
era alguien que parecía estar cantando. Una canción melancólica, me
pareció conocida esta triste canción ¿pero de dónde? Entonces sentí una
mano detrás de mí.

-Kari – era León- que bueno ya la encontraste.

-Si- conteste aliviada de que fuera el-.

-Vamos

-Si- respondí-.

Seguimos caminando fuera del bosque pero antes de salir por completo
escuche la misma voz,

- ¿Escuchaste?-le pregunte a León-.

-No, ¿Qué cosa?

-Escuche como si alguien estuviera cantando.

-Mmm no, no escuche.

-Apúrate Kari!-dijo Emi- ya es tarde ya empezó el atardecer, recuerda que


nos dijeron que solo podíamos irnos dos horas.

-Sí.

Seguimos el resto del partido, al final quedamos 3-2, ganamos con León.
Ya era muy tarde. No se necesitaba ver un reloj para saberlo pero aun así
nos quedamos viendo los 5 al cielo en los columpios viendo como el día
se terminaba. Era tan triste para Emi como para mi decirles adiós a ellos.
Extrañaríamos estas actividades con ellos pero bueno no teníamos de
otra.

Nos empezamos a marchar de ahí, nos montamos a las bicicletas y nos


fuimos despacio como si con eso frenaríamos el tiempo, la mudanza, la
vida y la despedida.

Primero vimos la casa de Nora y León, en ella estaba parqueado el carro


del padre de Andrés lo que significaría que Andrés también pararía hasta
ahí con ellos y era hora de decir adiós a nuestros amigos. Paramos y

Roció S. Constanza.
Nora corrió abrazarnos a Emi y a mí. Era raro ver llorar a Nora pero esta
vez lo estaba haciendo.

-Las extrañare mucho-nos dijo-.

-Nosotras también-le aseguramos-.

-Prometan que escribirán-nos pidió-.

-Lo prometemos-dijo Emi también con lágrimas en los ojos-.

Cuando vi Andrés y León también estaban conteniendo las lágrimas-.

Andrés corrió a abrazarnos. Seguido de León, León abrazo a Emi y luego


a mí. Pero como iba a extrañar a León, no había pensado mucho en eso
esta mañana. En fin era hora de partir.

-Bueno chicos, es hora que nos vayamos-dijo Emi muy triste-.

-No nos olviden –dijo Andrés tiernamente-.

-Aquí estaremos esperándolas-dijo León-cuando regresen.

Nos dijimos adiós todos y Emi y yo seguimos. Llegamos a la casa de Emi


ella se bajó de la bicicleta en seguida ahí.

- Te veo allá- le dije-.

-Si nosotras nos iremos en la mañana-me recordó-.

-Sí, hasta mañana. Emi te espero allá-le dije y seguí mi camino hasta mi
casa-.

Regrese al camino de mi casa como si nada hubiera pasado. El viento


seco las lágrimas de mi cara, pero mis ojos querían humedecerla de
nuevo ante la despedida de mis amigos. Llegue a mi casa me despedí de
mi abuela y nos fuimos con mi mamá dejando la ciudad Timesong city
atrás.
Capitulo II:
Hogar dulce hogar.

Siempre soñé con volver a Timesong City, este hermoso lugar


que desde que me fui parecía no haber cambiado nada, imagine y
anhele regresar muchas veces desde mi partida. Siempre soñé como
sería mi regreso; tan luminoso y también acogedor, tan único e
inigualable sentimiento de felicidad que tendría por estar en casa…

Claro todo ese hermoso sueño ahora no sería más que una pesadilla
algo que nunca hubiera esperado-nueve años después de mi partida-,
la inigualable alegría que sentiría, la sensación acogedora que estaría
al entrar a esa vieja casa de la abuela había sido completamente
remplazada por la vil desagracia y desdicha, el dolor que ahora sentía
era simplemente devastador, nunca imagine que regresaría a mi
amada ciudad de la infancia con un ataúd; en cuyas entrañas estaban
ocupadas con el reposo del cadáver de mi madre.

Había sido un viaje largo y agotador, físicamente como


emocionalmente estaba agotada, había llorado en el hombro de mi
amiga desde que mi madre había partido de este mundo y toda la
noche en el velorio donde un pequeño grupo de amigos cercanos de
mi madre y Emi habían estado acompañándome. Ahora me
encontraba lista para decirle un último adiós a mi madre en el
cementerio de Timesong city donde ella siempre quiso que dejaran su
cuerpo.

En estos momentos solo unos cuantos amigos cercanos de nuestra


pequeña familia incluyendo a tía Sara y a Emi, dos hombres
enterradores y mi amada abuela estaban en este trago amargo viendo
el ataúd enfrente de nosotros al lado derecho y al lado izquierdo el
cárcava y en medio el sacerdote.

Roció S. Constanza.
El entierro había tomado su curso y el sacerdote ya estaba entregando
las palabras del último adiós a mi madre en ese preciso momento
empezaron a bajar el ataúd a la bóveda; su nuevo hogar donde
reposaría de ahora en adelante.

Miraba con gran amargura cada centímetro de descenso, cuando llego


al tope sentí como si nuevamente las lágrimas brotarían de mi rostro y
harían un rio en este fúnebre lugar lo que calcule imposible ya que
sabía que estaba más seca que un desierto en el verano, poco a poco
los sepultadores empezaron a apalear la tierra y lo que calcule
imposible se volvió posible las lágrimas nuevamente estaban en mi
rostro, las manos arrugadas y débiles de mi abuela me tomaron de los
hombros para darme apoyo y reconfortarme en estos momentos lo
único que podía hacer es intentar ser fuerte por ella y por mí, solo nos
teníamos la una a la otra; esa era toda nuestra familia ahora. Seque
mis lágrimas y levante la cara intente confortarla de igual manera y
empezamos a marcharnos de ahí. Todo había terminado la muerte de
un ser querido marcaba el fin de su vida pero no el olvido de esta
persona, amaba a mi madre y aun la amaría el resto de mi vida
siempre la recordaría no importa que.

Ayude con la puerta del auto a mi abuela ella tomo asiento en el sillón
del copiloto y yo me apresure a tomar el volante.

-¿Segura que quieres ir al asilo abuela?- le pregunte abrochando el


cinturón de seguridad.

-Si…-soltó un suspiro- al menos claro que quieras que vaya a casa


contigo por un tiempo.

-no es necesario-no quería que se preocupara por mí-.

-Entonces llévame al asilo-pidió con una nota triste en su voz-.

Conduje hasta aquel lugar, la deje ahí y tome mi rumbo para la casa.
Ahora viviré en la vacía casa de la abuela. La abuela lleva unos
cuantos años en el asilo de ancianos. Ella es muy feliz ahí. Tiene
amigos con quien hablar, atención médica y unas rutinas distintas casi
siempre. Fue duro volverla a ver en estas condiciones.

Conduje lentamente a pesar de saber que Emi y tía Sara estarían


esperándome afuera de la casa ellas habían decidido darnos un
tiempo a solas con mi abuela, tía Sara además se ofreció pasar unos
días conmigo para que no tuviera que vivir el duelo sola. Veo como la
vieja casa de la abuela está más cerca de mí. Recuerdos de mi niñez
inundan mi cabeza -tantos años y sigue igual –pensé, la casa de dos
niveles color azul pálido con el pequeño patio de enfrente, la puerta
negra la enorme pestaña del segundo piso y las ventanas que si mi
vista no me engaña tienen las mismas cortinas celestes con encaje
blanco y estampado a rayas que habían cuando nos fuimos. Ellas ya
estaban ahí, me estacione y camine hasta ellas y abrí la puerta para
que entráramos.

*******Unas semanas después*******

Aun no muy distante de la muerte de mi madre había empezado


planear que sería de mi vida, tendría que superar el duelo tarde o
temprano, ahora estudiaría en el instituto de aquí y luego buscaría
universidades si me era posible, conseguiría un trabajo de medio
tiempo y tía Sara luego de ser muy persuadida por Emi la dejaría vivir
por un tiempo conmigo por lo menos estos dos años del instituto, tía
Sara además se había ofrecido ayudarnos con la mudanza.

Empezamos a desempacar mis cosas en la casa. No eran muchas


cosas en realidad ya que la casa de la abuela conservaba casi todo lo
que tenía cuando me fui, no íbamos a necesitar de mucho, además
que tendría que vender la casa de mi madre que había heredado y los
muebles que tiene pero era algo a lo que tía Sara se ofreció, la casa
de la abuela sin embargo aún tenía la misma esencia y características
que recordaría mi vida entera; en la sala con el piso de madera, los
viejos sillones con bordado de flores, la mesita de madera y los
electrónicos seguían en el mismo sitio. Parecía como si el tiempo se
hubiera detenido aquí por diez años, a excepción de unas cuantas
decoraciones y nuevos cuadros en la pared, al entrar a la cocina y
Roció S. Constanza.
había algunos que otros electrodomésticos diferentes más recientes,
no había nada en la despensa más que comida enlatada. Si bien
nada estaba sucio estaba empolvado. Este era mi hogar sin importar
en las condiciones, no regresaría, no podría aunque quisiera, el
recuerdo de mi madre y de mí viviendo felices me destrozaría.

-ni modo, tendremos que comer sopa enlata. –dijo tía Sara al ver la
despensa vacía a excepción de la comida enlatada.

-si… o podemos pedir una pizza-dijo Emi

-Pizza-dijimos las dos con Emi en mutuo acuerdo.

-llamare ahora-dijo Emi ya marcando.

En realidad no estaba de ánimos aun para comer pero no quería


preocuparlas a ellas con mi poco apetito, almorzamos y continuamos
desempacando. Nos pusimos de acuerdo con las habitaciones Emi
estaría en la que era la de huéspedes y yo me quedaría en mi
habitación pero con la presencia de tía Sara dormíamos juntas.
Entonces dimos marcha a desempacar.

Mi cuarto esta tal como lo deje. La cama y los muebles de la cabecera


a los lados de ella viendo a la ventana que conecta con la pestaña, el
enorme mueble de madera con un espejo en el centro pegado en la
pared del fondo y al otro lado un escritorio ahora vacío donde solía
hacer mis tareas. Puse manos a la obra y empecé acomodar todo mi
lámpara de noche, mi ropa, mis marcos con fotos que traía, libros en
uno de los espacios del enorme mueble. Sin notarlo la tarde había
acabado estar ocupada me ayudaba a tolerar mi tristeza.

-¿ya terminaste?-pregunto Emi entrando a mi habitación.

-ya casi ¿y tú?

-Si ya termine. Tal vez sea hora de un descanso. Porque no salimos a


caminar.

-No estoy de humor para serte franca Emi…


-Lo sé Kari, es solo que debes distraerte un poco… -se quedó
pensando en silencio por un momento-pero podemos hacer… -estaba
diciendo cuando un ruido paro su sugerencia de repente, ambas
saltamos del susto.

-¿Que fue eso?-pregunto Emi aterrada.

-No lo sé.-dije tartamudeando- ¿Tía Sara?

-No ella salió a comprar la despensa.

Salimos de la habitación muy despacio buscando de dónde provenía


el ruido, hasta que lo volvimos a escuchar un sonido más leve, que
aparentaba surgir de la sala. Bajamos lo más silencioso posible las
gradas. Vimos que una de las cajas de la mudanza estaba caída de
lado. Nos asomamos más, y vimos cómo se movía algo dentro de
ella.

-¡Ahhhh! algo se mueve-grito Emi saltando para las gradas-.

-Es Clementain-explique con la primera sonrisa sincera en mi rostro


desde que llegue aquí.

-Creí que Clementain se había perdido cuando tu abuela se mudó al


asilo-dijo Emi.

-Si yo también-dije tomando a Clementain en mis brazos

-¡Que grande esta!

-¡Sí! Y viejo-reflexione-.

-bueno yo creo que ya es tarde, es hora de ir a dormir… ¡con el


tremendo susto que nos pegó Clementain se me quito las ganas de
salir!

-De acuerdo, vamos a dormir.

Escuchamos como el auto de tía Sara se estacionaba en ese


momento y entro con unas bolsas viendo el gato en mis brazos
pregunto-¿Qué hacen?
Roció S. Constanza.
-Nos dirigimos a dormir tía Sara-afirme el plan-.

-Si mamá-confirmo Emi-.

-¿y ese gato?-pregunto-.

-Es Clementain-conteste-ha regresado.

Subimos corriendo con Clementain a la alcoba

-¿Dormiremos con Clementain?-pregunto Emi ya que con tía Sara en


la casa ella se quedaba conmigo-.

-¿Eh?-no me había dado cuenta que aún lo tenía en mis brazos- Si


creo que sí.

-De acuerdo….-no objeto Emi-.

Creo que Clementain le debió dar un buen susto a Emi para que
desistiera de salir… nos acomodamos y acosté a Clementain en la
cama. Apague la luz y aun así la noche no es tan oscura como había
sido por 10 años. Veo por la ventana abierta la luna de la noche que
pareciera darme la bienvenida a mi hogar que me daba la sensación
que las cosas mejorarían o se acomodarían de alguna manera. Una
espléndida luna nueva que está en el profundo espacio exterior, de
pronto un escalofrió recorre en mi por alguna extraña razón y no me
siento sola. Es como si alguien estuviera conmigo, observándome y
noto que lo que me aterra en realidad es que me siento cómoda con
eso.

Me acuesto y Clementain se vuelve acomodar en la orilla de la cama.


Y luego de este largo día caigo en los brazos de Morfeo levemente.

Mi mente empieza a delirar… parece ser un sueño. Todo parece muy


antiguo, conozco el lugar mas no la época, las personas pasan
indiferentes a mi presencia como si yo perteneciera aquí, ¿bueno que
me extraña, si al fin de cuentas solo es mi sueño? Camino por la
plaza y con mi mano tomo algo que está sujeto a mi cuello, es el
relicario que me dio la abuela.
A lo lejos escucho un chico, me llama por mí otro nombre:

-Ada…

Volteo a ver inmediatamente pero no veo a nadie…

-¡Ada!

Esta vez lo escucho más cerca ¿de dónde proviene esa voz y quién
es? no reconozco la voz. Entonces lo veo pero muy borroso… ¡no sé
quién es! se acerca a mí y toma mi mano, ¿Quién es?

-¿Dónde andabas?-me pregunta.

No respondo intento ver su rostro pero es una laguna en mi mente que


no me deja verlo. Intento preguntarle quien es pero la voz no sale de
mi boca.

-Siempre me haces esperar- me dice en tono algo molesto pero


amigable - Pero bueno, ¿nos vamos?

Me jala con amabilidad y ya no estamos en la plaza, estamos en un


sendero… me parece conocido parece ser el sendero del bosque en
donde iba a jugar de niña solo que más alegre con el canto de las
aves y parece más nuevo de cómo yo lo recuerdo.

Lo escucho cantar y es como una psicofonía en el aire nada más, la


canción es conocida y algo me hace cantarla con él. Me siento feliz…
con este extraño, en este lugar un poco distorsionado de cómo lo
recuerdo, y creo que él también se siente así. Empezamos a correr en
el bosque jugando, es como si lo conociera de toda la vida y ya
hubiera hecho esto anteriormente.

En un instante no lo veo ¿Dónde está? lo busco pero es como buscar


una aguja en un pajar, solo que esta analogía se queda corta. Donde
se habrá metido este chico en este inmenso bosque. Camino pero
parece ser imposible estoy sola y perdida. Me siento en el suelo
desconsolada y algo asustada el bosque ahora me parece hostil y gris
hay un silencio rotundo en todo el bosque, ¿Cuándo dejaron de cantar

Roció S. Constanza.
las aves? nunca me había asustado estar sola… Nunca tanto silencio
fue tan incómodo y poco confortante…

-¡Boooh!- Escucho cuando unas manos me toman desde atrás. Me


congelo en el instante y creo estar perdiendo la cabeza porque una
sonrisa se desprende de mis labios…

-¡Kari despierta!-grita Emi saltando en mi cama- ya es tarde.

A sí todo era solo un sueño…

-¿Que pasa Emi?

-Hoy si te gane Kari-dijo Emi en tono triunfal- ¡me levante antes que tú!

-¿Qué horas son?

-Las 10:20.-respondió viendo al reloj que está en la mesita de noche-.

-¡10:20!-dije brincando de la cama y botando a Emi- tenemos que


terminar de desempacar si queremos ir a visitar a mi abuela y también
hoy tu mamá regresa a su casa.

-¡Auch!-dijo Emi para que notara que está en el suelo-.

-¿Eh? ¿Qué haces ahí? –dije como si no lo hubiera notado-.

-Tomando una siesta-dijo en tono sarcástico-.

Me reí y la ayude a levantarse. Bajamos a desayunar tía Sara ya había


preparado el desayuno. Cuando note la ausencia de Clementain.

-¿Y Clementain?

-No me preguntes a mí, él durmió de tu lado de la cama.

-¿Se habrá escapado otra vez?

-Lo dudo ha de andar por ahí. Ya aparecerá.

-Mmm supongo que si…


-Bueno chicas ya casi termino mi maleta- dijo tía Sara entrando a la
cocina- creo que me iré temprano para descansar un poco.

-Sí mamá es buena idea-concedió Emily-.

-¿Ustedes que harán?-pregunto sospechando del entusiasmo de


Emily-.

-Iremos al asilo al terminar de desempacar lo que falta- aclare-.

-Está bien- lo medito por un rato- es buena idea, salúdame a tu abuela


Kari.

-Sí.

Luego del desayuno tía Sara tomo su camino de regreso, ella tenía
responsabilidades que cumplir.

-Cuídense-nos dijo a las dos-.

Ella se abrazó fuertemente antes de partir con Emi y luego conmigo


“cuídate y cuida de Emi” pidió.

El resto de la mañana pasamos arreglando la casa, desde


desempacando hasta limpiando en todos lados, realmente era
cansado había mucho que desempolvar pero por fin estábamos
terminando cuando empecé a recordar lo que había soñado, no
recuerdo mucho en realidad, no todo el sueño pero si el relicario.
Entonces corrí a buscarlo.

Y ahí estaba donde lo deje.

Lo tengo desde que nací cuando mi abuela me lo dio, se ha


conservado desde hace muchos años, es muy hermoso en forma de
corazón con unas incrustaciones de zafiros y en el centro el nombre
de Ada. Es justo como lo recuerdo y como lo soñé, la verdad es que lo
he tenido guardado por miedo a perderlo pero creo que ya lo puedo
usar sin ese miedo.

Adoro el color azul del zafiro.

Roció S. Constanza.
Emi apareció detrás de mí- ¡Por fin terminamos!

-¡Sí! creo que sería mejor si nos arreglamos ahora.

-qué bonito collar, ya no te lo habías puesto.

-Sí creo que lo empezare a usar más.

-Luce con tus ojos… bien a prepararnos que se nos hace tarde.

-¡Sí!

Empezamos alistarnos, aunque la verdad ya estábamos exhaustas


con todo el oficio que hicimos.

-¿Kari ya estás?

-Si Emi- respondí terminando-

Nos subimos al auto encendimos el radio e iniciamos la marcha,


pasando por una intersección donde había un semáforo que nos
indicaba el rojo esperamos cuando note que una moto se paró a la par
nuestra. Era un chico sin casco, muy concentrado en su camino su
pelo negro y vestido con un pantalón negro y una chaqueta de cuero
negra. Entonces me di cuenta que no venía solo en otra moto también
había un chico muy semejante a este solo que su pelo era un castaño
muy oscuro. El semáforo marco amarrillo y empezaron arrancar más la
moto, se escuchaba el estruendo de las motos subiendo la velocidad
listas para avanzar a toda velocidad, sin duda estos dos habían
iniciado una carrera. Me emocione sin querer, el semáforo estaba a
punto de cambiar entonces paso a verde y las motos salieron volando
a toda velocidad y que bien que yo no estaba manejando que ya
estuviera detrás de ellos corriendo a toda velocidad como si fuera una
carrera oficial de Nascar o algo así. A Emi no le emocionaban tanto
las carreras como a mí. Incluso vi un signo de desaprobación en su
cara ante los dos muchachos que andaban en las motos. Bueno
seguimos nuestro camino pero mi curiosidad de quien gano persistió.
Llegamos al asilo y una señora en recepción nos atendió, nos condujo
hasta la habitación de mi abuela. Entramos y ahí estaba mi abuela.
Era una habitación muy poco pintoresca a como le gusta a mi abuela
pero muy ordenada y organizada. Ella se encontraba en una silla
mecedora bordando algo. Cuando noto nuestra presencia subió la
mirada y sonrió alegremente. Sus ojos azules como los míos se le
iluminaron de alegría. Y nos saludó caminamos hasta a ella
devolviéndole el saludo. La señora nos dejó solas, y mi abuela decidió
dar una caminata por el gran patio del asilo. Hablamos y le contamos
todo lo que habíamos hecho estos días y que Clementain estaba en la
casa todavía todo esto parecía que la ponía muy contenta aunque dijo
que ella ya sabía eso. Por alguna extraña razón dijo que Clementain
prefirió quedarse en la casa y no venirse con ella al asilo. Pero que se
escapa de día y vuelve en la noche. Como si fuera un guardián.

Pasamos la tarde con ella escuchando sobre su vida en el asilo, sus


amigos, sus pasatiempos que había tomado allí y compartiendo
nuestros planes de estudiar en la preparatoria de Timesong City. La
visita fue muy entretenida en realidad compartimos también un poco
con los ansíanos del asilo que eran los más cercanos a mi abuela.

Participamos en unos de los juegos como ajedrez y cartas todos ellos


eran personas muy conservadoras y con personalidades muy
marcadas como la señora Ester y Leticia quienes decían que se
deleitaban de ver a la juventud porque le recordaba a sus juventud. El
señor Enrique un señor algo amargado a mi parecer prefirió solo
observar y no decir casi nada. El señor Marco un señor muy entusiasta
quien jugó con Emi al ajedrez se la paso sugiriéndonos llegar más a
menudo.

Hasta que llegó la hora de partir nos despedimos de la abuela y sus


amigos. Y tomamos nuestro camino al centro comercial. No queríamos
cocinar de lo cansadas que estábamos así que preferimos pasar
comprando algo. Emi estaciono y a punto de bajarse estaba cuando la
frene en seco.

Roció S. Constanza.
Capítulo III
Rencuentro

-Espera-le dije.

-¿Qué pasa Kari?

-Haya adelante unos chicos se están peleando-le explique.

Subió su mirada un poco y era cierto vio como un grupo de chicos se


estaban peleando. Emi era cobarde para las peleas y tal como lo
pensé se quedó helada del susto al ver a los chicos. Entonces vi que
se asomaba una patrulla de policía uno de los chicos lo noto y grito
que venía la policía dos de ellos salieron corriendo y atrás de ellos
este que les alerto. De los dos chicos que quedaron uno como
adolorido en el suelo y el otro recostado tomando aire recostado sobre
un carro estacionado. No pensé tanto y salí a ver si estaban heridos.

-Están bien- les dije mientras me acerque al que estaba en el suelo.

-Si- respondió en una sonrisa que se convirtió en una mueca de dolor


él chico del suelo.

-Estamos bien-dijo seriamente el que estaba de pie.

Yo me quedé sorprendida de lo que estaba viendo, los dos chicos de


las motos eran ellos. Ahora un poco golpeados pero nada serio. Pude
notar que no tenían ninguna herida grave uno que otro golpe en la
cara que no pasaría de un moretón o hinchazón.

-¿Quieren que llame a la policía o a alguien?- pregunte aun


preocupada de que los hubieran asaltado.

-no es necesario-dijo el chico parado-no ha sido nada.


-¿Los asaltaron?-pregunte sin entender por qué no quería que llamara
a la policía.

-¿Qué? –dijo el chico en el suelo ahora levantándose y riendo un


poco- ¡No! solo era una pelea callejera pero no es nada.

-¿solo era una pelea?-dije en un susurro perplejo a mí.

-Mira te lo agradecemos pero no ha sido nada, esos chicos solo


buscan problemas pero no eran unos asaltantes y no necesitamos que
llames a nadie-dijo el chico del cabello castaño oscuro en un tono
confortante.

Me quede viendo a estos dos y me di cuenta de que realmente era


lógico lo que decían, jóvenes adolescentes peleando solo porque si en
la calle sin ningún motivo y huyendo de la policía por represarías todo
tomo sentido. Ya parados los dos note que eran realmente altos el de
pelo negro un poco menos pero alto al fin de cuentas y tenían un buen
físico como el de jugadores de futbol o corredores.

-oye ¿estás bien? – dijo el de pelo negro viendo que no hablaba y solo
los miraba.

Entonces vi los ojos verdes que este poseía y una sonrisa traviesa que
yo conocía.

-¿Andrés?

Ambos se quedaron sorprendidos mirándome boquiabiertos.

-¿Te conozco?-Me pregunto intrigado

-Bueno yo… yo soy Karina.

Ahora si los había sorprendido a los dos, pero para ser sincera Andrés
también me había sorprendido a mí. Nunca creí ver Andrés estar
involucrado en una pelea callejera.

Roció S. Constanza.
-¿Kari?-dijo el de pelo castaño, que deduciendo que me conocía
juraría que es León-.

-Kari vámonos-dijo Emi desde el auto donde nos habíamos


estacionados ah de estar asustada puesto que no dije nada solo me
baje a ver si estaban bien.

Los tres nos quedamos viéndonos por un instante incrédulos del


encuentro que habíamos tenido. Hasta que Andrés se acercó a mí y
me abrazo fuertemente.

-Tiempo sin saber de ti- dijo muy feliz-.

-Lo mismo digo- le dije respondiendo el abrazo- ¿y tú León no me vas


a saludar?

-Por supuesto- se acercó a mí y me dio un cálido abrazo- te hemos


extrañado mucho…

-¿Que tal Emi?- Pregunto Andrés mientras me abrazaba León.

-¡Dímelo tú!- le dije señalando al auto de donde Emi no se había


alejado de lo más mínimo- creo que piensa que son unos pandilleros y
probablemente crea que me están secuestrando ahora mismo.

-De ser así vamos con ella antes de que llame a la policía- dijo León
en un tono cómico-.

Caminamos hasta el lugar donde estaba Emi pude ver en su cara un


poco de miedo pero se hizo la fuerte.

-Emi ¿te recuerdas de mí?- dijo Andrés.

Emi intento buscar una respuesta en mi cara y al parecer la encontró.

-¿Andrés? ¿León?- dijo muy sorprendida.

-Si-dijo confirmándolo León.


Ninguna de las dos podíamos creerlo de todos los lados y de todas las
formas en que nos habíamos imaginado encontrarlos nunca habíamos
planteado una situación así.

-¿Pero qué les pasa chicas parece que han visto a un fantasma?

-¡Casi! ¿Saben el susto que me han dado con su riña muchachos? ¡Y


peor aún! tu Kari ¿Cómo se te ocurre bajarte a ver? ¡Se te ocurrió que
pudieron ser unos ladrones, asesinos o secuestradores en serie!
estaba preocupada. Pero en que estaban pensando.

Emi tenía razón y la verdad yo también quería saber que había


cambiado en nuestra ausencia desde las carreras de las motos hasta
las peleas callejeras.

-Bueno es una larga historia…-dijo Andrés.

-En otro momento se la contaremos, pero díganos ustedes ¿Están de


visita? ¿Cuánto tiempo se van a quedar? –dijo León un poco
entusiasta.

-bueno viviremos aquí por un tiempo-explique- venimos a estudiar


aquí.

-¿Qué escuela?- pregunto curioso Andrés.

-En el instituto T.S.C. –explique, y fue como si se le iluminara la cara


con estas palabras-.

-¡Estaremos juntos otra vez!

-¿Enserio? ¡Súper! –dijo Emi.

-¿Tú también León?- pregunte tímidamente esperando que sí.

-Si- dijo dándome su cálida sonrisa- pero en noveno.

-Mmm es cierto León tu eres mayor que nosotros.

Los cuatro caminamos por el centro comercial hablando de todo lo que


habíamos hecho estos años, al parecer León se volvió capitán del

Roció S. Constanza.
equipo de Futbol y Andrés estaba emocionado por su primer año en el
instituto T.S.C. al igual que nosotras dos, según lo que nos dijo León
Nora ya no salía con ellos porque no le gustaba que la vieran con su
hermano y su primo. Al parecer había desarrollado una gran pasión
por la moda, el estilo y la superficialidad que ya era característica de
ella desde niña y se había vuelto muy popular. Fue triste escucharlo
pero realmente no nos sorprendía mucho.

Después de unas horas regresamos al estacionamiento y nos


despedimos acordando encontrarnos en el colegio al día siguiente ya
que las clases iban a dar inicio. Todo empezaba a encajar poco a poco
tal como lo sentí la noche anterior.

Nos fuimos para la casa ya era muy de noche. Entrando a ella vimos
que Clementain estaba en la sala justo como dijo la abuela regresaba
en la noche. Nos fuimos directo a nuestros cuartos.

Al entrar a mi cuarto tuve una especie de esperanza de seguir con mi


sueño de ayer, volví a poner a Clementain en la cama, apague la luz,
me acosté y el sueño empezó a llegar a mí.

Nuevamente estaba en la plaza esta vez empecé a buscar al chico


antes de que me llamara. Cuando lo encontré tenía un diente de león
en la mano me lo entrego y se la acepte observe la flor por un
momento y con la otra me tomo de la mano y esta vez no estábamos
en el bosque sino en una tan característica feria del muelle de
Timesong City. Aun no sabía quién era este chico, quería saberlo así
que le intente preguntar pero cuando hable otras totalmente distintas
palabras salieron de mi boca:

-¿A cuál subimos?- me asuste pues esto no era lo que yo quería


decir.

-No lo sé, que te parece la montaña rusa.

-si- respondí de inmediato con una sonrisa. Cuando estaba con este
chico definitivamente algo malo me pasaba…
¿Porque me estaba pasando esto? ¿Porque en estos momentos del
sueño solo podía sentirme feliz?

Caminamos para la montaña rusa y como en todos los sueños


perfectos no esperamos, casualmente en este juego no había cola y
de inmediato como si nos estaban esperando empezó. Gritábamos y
gritaban los demás de miedo y emoción esos sentimientos verdaderos
cuando sientes la adrenalina por estos juegos donde muestras la
valentía y eso. Luego de subirnos a varios juegos y de varios intentos
fallidos de intentar ver su rostro descansamos a la orilla del muelle y
nos sentamos a ver el atardecer que se desplegaba me quede viendo
al cielo por un instante y sin ver sentí que él simplemente desapareció
otra vez. ¿Y ahora que se suponía que iba a pasar? ¿era momento de
despertar? no lo creo ya lo hubiera hecho quizás si lo busco y lo
encuentro vuelva a sentirme feliz… baje mi mirada al enorme rio que
provenía del bosque y llegaba a este muelle, el agua era transparente
y podía ver mi reflejo en él, cuando de repente una fuerza me
absorbió al rio y caí… intente y volví a intentar salir para poder
respirar pero el agua me jalaba… ¡me estaba ahogando! sin fuerzas
deje de luchar y jure que estaba muriendo cuando su mano me sujeto
y me guio hasta la superficie. Ahora no solo la fuerza que me ahogaba
había desaparecido sino me sentía segura nuevamente aun ahí sin
salir del rio en el que estaba a punto morir con solo sentir su mano.

Capítulo IV
Primer día de clases

El sueño fue desvaneciéndose… si ahora flotaba solo era en las


aguas de mis pensamientos. Mi sueño a terminado y nuevamente
siento como parecía tan real, todas las emociones que vivo en mi
inconsciente se sienten reales… ¿es normal extrañar a alguien que no

Roció S. Constanza.
conoces? al parecer si, si no lo es entonces la única explicación es
que me estoy volviendo loca. ¡Si eso puede ser! que esté perdiendo la
razón. Incluso podría decir que me estoy enamorando del chico de mis
sueño, el chico que solo es una alucinación de mi mente. Y el que
estoy completamente segura que no existe.

Siento como mis ojos se niegan abrirse y mi cuerpo a moverse para


salir de la cama, noto que ya es de día, la alborada entra por mi
ventana y ya consciente de que es hora de levantarme me motivo a
hacerlo.

Es lunes mi primer día de clases. Me levanto y me dirijo al cuarto de


Emi, ella estaba aún dormida y pienso pagarle con la misma moneda
lo del día anterior.

-¡Emi despierta!-grito saltando encima de ella.

-¿Qué hora es?- pregunta medio dormida.

-ya es tarde, es hora de levantarse.

-Cierto, nuestro primer día de clases- reacciona y ya bien consciente


me dice- debemos apresurarnos. Andrés y León nos estarán
esperando antes de que empiecen las clases.

-Si

-A por cierto Kari…

-¿Sí?

Haciendo una fuerza me lanza contra el piso en venganza por lo del


día anterior.

-¡Auch!- me quejo riéndome de su venganza.

Ambas nos apresuramos alistarnos para ir al instituto. Y pensando que


hacer de desayuno ya que me toca a mí hacerlo, termino de alistarme
y bajo a la cocina a preparar huevos, pan tostado y jugo de naranja.

-Emi baja a desayunar- le grito desde abajo.


-Ya voy- responde.

Bajando estaba cuando miro como lucia mejor que yo debo admitir,
luce una falda con pliegues color azul y una blusa de botones color
rosa y zapatillas, definitivamente si de crear un look se trata Emi es la
indicada. Su cuerpo la hace ver solo un poco mayor de lo que es, su
cabello liso y termino medio color negro hace que resalten sus ojos
verdes.

-Apresúrate que no quiero llegar tarde- le digo cuando toma asiento.

-¿Qué tal me miro?

-¡Bien Emi! ahora ya come y nos vamos.

-Está bien…

Desayunamos rápido y nos fuimos en el auto. Al llegar pude ver que


en una de las bancas cerca del estacionamiento estaban los chicos.

-Allá están los chicos- dijo Emi- ¿Quién será esa chica?

-Tal vez Nora o la novia de León…-dije observándola más


detalladamente- es muy bonita.

-Ni tanto-dijo Emi un poco celosa-.

La chica que estaba con ellos realmente era bonita, era rubia, pelo
largo, con buen físico y con un estilo en su ropa similar al de Emi.

-Hola Kari, Emi-dijo Andrés tan alegre como siempre.

-Hola chicos- respondió Emi.

-¿Emi? Qué bien te miras- dijo la rubia que si mi instinto no me engaña


es Nora.

-Gracias tú también…

-Nora- le recordó- por si no te habías dado cuenta-.

-Cómo crees Nora- ambas se dieron una mirada de competitividad-.

Roció S. Constanza.
-Hola Kari- me dijo Nora.

-Hola Nora tiempo sin saber de ti.

-Lo sé, como ha pasado el tiempo…

-y bien que les parece si entramos-dijo León sintiendo la vibra que se


llevaban Emi y Nora-.

-si- me apresure a decir antes de que pasara otra cosa incomoda-.

-¿tienen sus horarios?

-Si – respondimos todos.

-Está bien ¿qué les toca?

-Biología- respondió Andrés-.

-A mí también -dijo Nora-.

Emi y yo nos miramos, ya que las dos sabíamos que nos tocaban
horarios distintos y solo teníamos 6 periodos entre semana iguales.

-A mí también- dijo Emi-.

-A mi física- concluí viendo a León-.

-de acuerdo, ¿qué te parece si dejamos a ellos en el laboratorio de


biología y luego te llevo a tu clase?

-Sí.

Y así lo hicimos empezamos a caminar. Emi y Nora se pasaron


hablando de sus atuendos en todo la trayectoria, Andrés y León de las
pruebas para meterse al grupo de Futbol y yo divagando en mi mente
observando los pasillos, ya que si algo tenia este instituto era lo
grande y antiguo que era.

Dejamos a los chicos en el laboratorio de biología y seguimos


caminando para la clase de física. Íbamos en silencio cuando León se
acercó un poco más a mí.
-Nerviosa- me dijo poniéndome su mano en mi hombro-.

-Para nada- le dije entregando una amistosa sonrisa-.

- Te tocara con el señor Simmons, él es un poco complicado pero si


no le entiendes podría ayudarte con clases de refuerzo.

-León gracias.

-Ya sabes no es nada, bueno te dejo que tengo que irme a mi clase.

-Si adiós…

-Hasta luego.

Entre al salón y el Señor Simmons no había llegado aún, ya habían


estudiantes en el salón y busque un pupitre vacío, solo había dos
hasta atrás y uno hasta el frente así que opte por el de hasta atrás. Me
senté en el que estaba a la par de la ventana. Sonó la campana. Y un
chico entro muy rápidamente. Se sentó en el pupitre que estaba vacío
a la par mía.

El señor Simmons entro detrás de él cerrando la puerta. El señor


parecía un poco estricto pero su pelo desalineado me indicaba que era
algo desorganizado, sin decir nada escribió en el pizarrón su nombre
y el curso.

Entonces como todo un militar dio vuelta e intimido a la clase a


guardar silencio.

-Buenos días jóvenes-dijo en un tono serio- soy el señor o profesor


Simmons, yo soy el maestro de física saquen su cuaderno y libro de
texto.

Y sin decir nada más empezó a dar su primera clase, como dijo León
es algo complicado su método de estudio pero todavía puedo
comprenderlo bien. Empezó a explicar sobre las leyes de Newton un
tema que ya había visto anteriormente.

Roció S. Constanza.
De pronto me sentí observada lo que me hizo voltear hacia la
ventana, no había nadie que me pudiera estar viendo lo que no era
extraño porque no tenía a nadie detrás de mí. El más próximo era el
chico de la par. A voltear iba cuando el señor Simmons me hablo.

-¿Señorita está poniendo atención?- pregunto en un tono molesto


¿habrá notado mi distracción?-.

-si profesor Simmons

-Si es así no tendrá ningún problema en definirme la segunda ley de


Newton

-Eh... Si claro- tratando de recordar lo que vi el año pasado dije- la


segunda ley de Newton es la fuerza que actúa sobre un cuerpo que es
directamente proporcional a su aceleración.

-Correcto… -dijo serio-.

Dándose la media vuelta el señor Simmons volvió hasta el frente del


salón. Ahora que ya tengo el camino libre podría tal vez con mucha
cautela voltear a ver al chico de al lado. Está bien solo tengo que girar
la cabeza muy despacio y casual para el lado y así poderlo ver….
Estoy a punto de llegar a donde esta cuando toca la campana y doy un
ligero salto.

La clase termina y los demás se levantan de sus asientos y empiezan


a salir del salón y noto que el chico también lo hace, estoy paralizada
de mi intento fallido cuando siento como el chico se agacha y recoge
algo del suelo…

-Ada esto es tuyo.-me dice devolviéndome el lápiz que debió caer


cuando di el ligero salto.

-¿Eh? si supongo, gracias- digo viendo al lápiz que aún está en la


mano del chico.
-De acuerdo aquí te lo dejo.- dice dejándolo en el escritorio por alguna
razón no puedo pensar en otra cosa más que en la pena que me
causo todo esto.

¡Espera! ¿Cómo me llamó? subo la mirada buscándolo pero ya no


está. No sé quién ha sido pero ¿cómo supo que me llamo Ada?

Salí rápido del salón con la esperanza de encontrarlo pero no logro ver
a nadie. No es como si lo volviera a ver lo reconociera ya que no lo
pude ver pero tal vez si lo escucho logre reconocerlo…

El instituto es demasiado grande dudo encontrarlo hasta la próxima


clase de física.

Camino un poco desolada en el pasillo rodeada de personas pero aun


así como si en mi mente el planeta se hubiera vaciado por completo y
el inmenso mundo estuviera vacío solo para mí.

No sé quién sea este chico pero por alguna razón sabe mi nombre y
por otra extraña razón necesito saberla.

-Hey Kari! – saluda Andrés.

-Hola Andrés…

-¿Que tal física?

-Complicada como dijo León- dije tratando de ocultar mi distracción-.

-Si me imagino… ¿te pasa algo?

-¿eh no porque?

-Te miras un poco confundida tal vez hasta asustada como si hubieras
visto a un fantasma.-dijo riéndose- es eso o realmente la clase de
física está muy difícil.

-Sí creo que si…-dije divagando en las opciones que me dio- bueno te
dejo porque me toca Literatura.

Roció S. Constanza.
-A mí también.- dijo muy contento ofreciendo su brazo para que lo
entrelazara con el mío- ¿nos vamos?

-Si…

El resto del camino pasamos en silencio solo caminando hasta el


salón de la próxima clase.

Entramos y buscamos pupitres continuos para quedar juntos. Nos


sentamos y la profesora Eleonor no tardo en entrar al salón; una
señora grande y con el aspecto conservador como sus ojos en recelo
cuando se tomó un momento para observar a la clase. Luego de un
momento el salón estaba en absoluto silencio debido a la extraña o
particular conducta de la profesora Eleonor, entonces empezó hablar
su voz y sus expresiones eran como la de una señora de la alta
alcurnia, comenzó a dar algo sobre el maravilloso mundo de la
literatura intente concentrarme en la clase pero algo en mi mente no
me lo dejaba hacerlo.

Es esa sensación de un lapsus mental donde en lo único que puedes


pensar es en nada. Realmente quería poner atención pero no pude. El
día fue transcurriendo poco a poco las horas se me hicieron eternas,
no volví a tener otra clase con ese chico y aunque no sé cómo es o
quien es solo lo sé, esa energía que sentí no la volví a sentir.

Al terminar la jornada de nuestro primer día nos despedimos de


Andrés y León y nos subimos al auto, Emi quiso conducir como
siempre y mi mente estaba tan dispersa que no tuve ningún problema
con eso. Encendió el auto y coloco el radio no tengo ni la menor idea
de que música estaba pasando solo empecé a ver tras la ventana y
me distraje en casi todo el camino.

-Enserio fue tan malo tu día- Interrumpió mi distracción al fin-.

-No realmente estuvo bien- dije intentando parecer casual-.


-No te creo- me contradijo, observándome más directamente cuando
paramos en un semáforo- ¡te conozco! algo te pasa estas tan
distraída.

-No te lo niego-admití en otro intento para parecer casual- no sé qué


me tiene distraída.

-¿El primer día fue mucho para ti?-intento deducir-.

-no exactamente.

-¿Un chico?-dijo buscando cualquier razón para saber que iba mal
conmigo-.

-Algo así.

-¿Quién es?

-No lo sé.

-Mmm, ¿Es guapo?

-No lo sé.

-¿Cómo es?-Emi me tenia tanta paciencia ahora desde…-

-Emi realmente no lo sé.

-¿Entonces? –se forzaba por entenderme, siempre lo hacía, ella creía


fuertemente en el método de catarsis para aliviar cualquier malestar
emocional que pudiera tener-.

-Tampoco lo sé, solo sé que me recogió mi lápiz y me dijo Ada.

-Pero si así te llamas…-dijo en plena confusión-.

-sí pero nadie me dice así ¿cómo lo supo?, es nuestro primer día aquí
y al menos que lo conozca del jardín de niños y él tenga muy buena
memoria… no sé.

-Déjame ver… -me echo otro medio vistazo ya que seguía


conduciendo- tienes puesto tu relicario.

Roció S. Constanza.
-¿Y qué tiene que ver eso?- me dejo confundida su observación.

-¡Todo!-lo dijo en tono de que era extremadamente obvio- el relicario


dice Ada.

¡Quede en shock si lo sabía pero lo había olvidado completamente!


Ahora todo tenía sentido (bueno casi, aún faltaba porque me sentía
observada). ¿Es acaso que me estaba volviendo una paranoica, mi
estado hacia que hiciera un drama o agrandara cualquier cosa que era
del tamaño de una hormiga?

-Se me olvido completamente-dije muy sorprendida de lo observadora


que era Emi-.

-Si supongo que solo tuvo que leer tu relicario y por eso te dijo Ada.

-Sí creo… -dije ya más tranquila ya que era muy razonable, dejemos a
la paranoica solo exista en mí y solo yo sepa que existe no hay razón
para seguirle dando razones para que se preocupe por mí-.

La semana fue pasando, los días transcurrieron con total normalidad


a excepto de los misteriosos sueños que parecían hacerse más reales
con el tiempo… y claro los sueños no eran los misteriosos en si sino el
chico que aparecía en ellos, cada vez ya no parecían fantasías mías o
ilusiones de mi mente, ni esos sueños increíbles que parecen sacados
de una película de aventura y amistad sino más bien cada día lo sentía
como vivencias propias como si solo fueran recuerdos de una vida que
claramente no viví.

Capítulo V
El Partido
Llego viernes y Andrés y León nos invitaron a ver el primer
partido del instituto que sería en la cancha a la par del bosque donde
jugábamos de niños-el mismo bosque que aparecía en mis sueños
con bastante regularidad donde también jugaba con ese chico- el
partido seria después de clases.

Al salir del salón de historia que recibía con Emi quien ya estaba más
que emocionada, aunque no estaba muy segura del porque a Emi no
le emocionaba el Futbol pero me dio miedo preguntarle por alguna
razón. Al parecer por lo que nos habían dicho el campo lo habían
arreglado y ahora actividades como estas se hacían ahí.

-Listas-me asusto León por la espalda y tomándome por la cintura.

-Eso creo…-le dije sobresaltada por el susto.

-lo siento si te asuste-dijo León intentando ahogar una risa y


apartándose un poco de mí.

Caminamos para el estacionamiento nos íbamos a ir por separado y


nos encontraríamos haya en menos de una hora. León era el capitán
del equipo de futbol del instituto, en estos mini-partidos se jugaba con
el hecho de escoger a los nuevos reclutas del equipo compitiendo con
cada sección y grado, así no solo tendrían que pasar el examen de
prueba que hacen sino también tendrían que impresionar a los
miembros del equipo para ser aceptados.

Recuerdo muy bien lo bien que juega León y conociendo como es


Andrés dudo mucho que él no haya mejorado en este tiempo, Andrés
con su espíritu competitivo y su alma de jugador nunca dejaría que el
tiempo pasara sin que el avanzara en sus destrezas, realmente es
muy apasionante verlos jugar a los dos y será la primera vez que los
vea jugar desde hace muchos años.

Emi insistió en ir a la casa primero a cambiarse, su competencia de


estilo con Nora no había frenado en toda la semana, ya se me estaba
volviendo insoportable. Emi y Nora también iban a competir para
entrar al equipo de porristas. Bueno claramente no puedo estar del
lado de ninguna de las dos así que me eh apartado lo más que pude.
Emi y yo fuimos porristas en nuestro antiguo instituto cosa que no

Roció S. Constanza.
volveré hacer, y por eso sé que le irá bien y a Nora supongo que
también.

Milagrosamente se cambió más rápido de lo que había previsto subió


corriendo al auto y esta vez yo conduje ya que íbamos un poco tarde y
Emi conducía muy despacio. En cuestión de minutos llegamos al
bosque

-A mi parecer era innecesario usar el auto podíamos haber usado las


bicicletas.-dije manteniendo mi postura que le había planteado
anteriormente a Emi.

-¡¿Kari crees que me subiría a una bicicleta con esta falda?!-dijo en


queja.

Era cierto no me había dado cuenta de lo que se había puesto aunque


quisiera sería imposible que se subiera a una bicicleta con esa falda
negra.

-De acuerdo… pudiste usar algo menos llamativo-le dije en un tono


maternal.

-Esto es guerra Kari-en su tono de chica rebelde- no dejare que Nora


me gane.

Deje pasar su comentario solo porque si, como dije antes no quería
involucrarme en esta guerra nada sangrienta en las que las mujeres se
meten, esa guerra que suele ser más larga y dañina en mi opinión
llamada “la moda”. Incluso era cansado verla desde fuera como no lo
seria desde adentro.

Cuando bajamos del auto vi que muchas miradas se centraron en Emi


particularmente la de los hombres, entonces vi lo impensable, algo que
me dejo en shock pero no tanto como a Emi… tuve que esforzarme
mucho para no reír, Nora se había puesto el mismo atuendo que Emi a
diferencia del color rosa coral de la blusa que era solo unos tonos más
débiles que el rosa de Emi.
Ambas se dieron una mirada de shock tan graciosa que al parecer
solo yo disfrutaba, intente no reírme me esforzaba al máximo pero una
risa más juguetona pulso mi botón de irresistible y me reí con él,
Andrés y León se habían dado cuenta al igual que nosotras y también
les había parecido gracioso.

Entonces dos miradas mortales se concentraron en nosotros y nos dio


una bofetada de seriedad, al parecer a Emi y Nora no les causo tanta
gracia como a nosotros. Nadie dijo nada al respecto.

-¿Bueno quienes juegan hoy?-dije intentando liberar tensión.

-Último año contra primer año-respondió León.

-¿Es decir que vas a jugar tu Andrés?

-¡Sí!-dijo muy alegre como siempre.

Nora, Emi y yo caminamos para adentrarnos a las escaleras de metal


que rodeaban la cancha, realmente el lugar había cambiado un poco
ahora eran dos canchas una al lado de la otra, el parque para niños
seguía ahí aun con los columpios y a la par de todo esto el enorme
bosque, varios estudiantes ya estaban ahí. Al parecer todos estaban
muy excitados por el primer jugo del instituto,

Era un poco incómodo y estresante estar a la par de Emi y Nora, ya


estaba un poco desesperada cuando apareció Lucy mi compañera de
Biología, realmente era más agradable estar con ella en esos
momentos. Lucy es una chica extrovertida muy peculiar en sí, en lo
poco que llevamos de conocernos he notado que es una persona muy
fantasiosa e inteligente.

-Por fin las encuentro-dijo cuándo se sentó a la par mía-¿siguen en lo


mismo?

-¡Como si eso fuera a cambiar pronto!-ambas nos reímos cuando


notamos que el partido iba dar inicio.

Roció S. Constanza.
El equipo de León se ubicó del lado derecho y al contrario el equipo de
Andrés. No conocía muy bien al equipo de León pero si algunos del
equipo de Andrés, todos se miraban muy emocionados y atléticos
listos para jugar, la mayoría de estudiantes se acomodaron en las
bancas, los otros se dispersaron alrededor de la cancha.

El calor de esa tarde era poco, seguro hoy era una de esas tardes
perfectas aquí en Timesong City donde los niños salen a jugar y los
adolescentes salen de sus casas a dar paseos cortos.

El primer tiempo empezó y pasaban la pelota de un lado al otro,


realmente el equipo de León les estaba dando una lección de futbol a
los de primer año solo tres chicos de primer año les podía seguir el
paso a estos entre ellos Andrés, Julio un chico de mi clase de física y
Héctor que estaba en mi clase de gimnasia.

El primer gol lo metió León. Todos celebraron un momento. Y Héctor


salió con la pelota buscando el empate no lo consiguió, Raúl si no me
equivoco se la quitó limpiamente se la paso a otro chico cuyo nombre
no lo sé y este se la paso a otro pero Andrés se la arrebato antes de
que el otro la pudiera tomar. Julio y Andrés se las estaban intercalando
para evitar perder la pelota, y cuando bloquearon a Julio Andrés se la
paso a Héctor. Todo se miraba muy complicado y fascinante solo era el
primer tiempo y ya estaban dando todo de sí.

A pocos minutos de terminar el primer tiempo el equipo de León echo


otro gol, al parecer eran menos los de ultimo año en las bancas
porque la mayoría se deprimieron durante ese suceso. Las porristas le
daban mucho ánimo al equipo de León y al mismo León, no me había
dado cuenta de lo atractivo que les resultaba a las demás chicas del
instituto, nunca lo había visto de ese modo incluso cuando lo vi en
aquella tarde montado en su moto y en frente del centro comercial
cuando peleaba con esos chicos no me percate de lo atractivo que
era.

Lo seguí observando por un instante cuando se acercaba a mí


después de que habían pitado para el fin del primer tiempo. Era casi
imposible de lo poca observadora que había sido y detrás de él venía
Andrés cuyo objeto de admiración había sido también para las
porristas.

-¿Que les pareció?-dijo León sentándose a la par nuestra.

-¿listo para empezar a perder?-Le intercedió Andrés en un tono


juguetón, era obvio que Andrés, Héctor y Julio ya se habían cansado
técnicamente solo ellos habían jugado todo el partido lo cual era de
admirar.

-Si, al ritmo que van estaré esperándolos sentado-le molesto León.

-¡No es justo León!-le reprendí- Andrés ha estado constantemente


cerca de anotar un gol.

-bueno cerca no es lo suficiente para que empecemos a perder.-me


dijo en tono simpático

-prepárate León-le advirtió Andrés- en este segundo tiempo voy con


todo.

Al parecer hay cosas que no cambian son inmutables por ejemplo; la


constante competencia amistosa entre Andrés y León.

El receso termino era hora de continuar con el partido. Al parecer la


advertencia de Andrés iba en serio porque no dieron oportunidad ni un
minuto de quitarles el balón a su equipo, realmente se estaban
esforzando mucho se aproximó mucho a la portería y otro chico lo
intercepto pateando la pelota fuera de la cancha donde yo me
encontraba, me paralice un segundo la pelota se miraba justo en mi
dirección y con un golpe tan violento era seguro que me noquearía.
Cuando justo se desvió un poco y golpeo a Lisa (la invisible) la chica
cuya presencia era como la de un fantasma, era difícil de percatarse
de ella ya que era muy silenciosa y no llamaba mucho la atención, Lisa
con solo una semana de clases ya se había hecho fama de tener mala
suerte a pesar de ser casi invisible y justo como ahora de todos a los
que pudieron golpear la pelota fue a Lisa. Todos se asustaron Lisa

Roció S. Constanza.
quedo inconsciente del pelotazo, no fue hasta que a Lucy se le ocurrió
la idea de echarle agua encima para despertarla ella reacciono de
inmediato quejándose del dolor.

-Lo lamento- se disculpó el chico que lanzo la pelota que se


encontraba cerca de ella, había una disculpa sincera en su voz-.

Lisa parecía un poco aturdida aun-no importa- al fin dijo devolviéndole


el balón al chico.

Estaba preocupada por Lisa sin duda ese había sido un gran golpe.
Así que le ofrecí ir a caminar en lo que se terminaba el partido dicen
que un rayo no cae dos veces en el mismo sitio pero ¿lo haría una
pelota? si la fama de Lisa y su mala suerte eran cierta esto era
posible.

El partido continuo, preferí caminar debajo del espacio de las gradas


por seguridad, Lisa realmente era como un fantasma no hablaba ni
siquiera escuchaba sus pasos que eran tan silenciosos. Voltee a verla
solo para asegurarme que estaba a mi lado y así lo confirme pero en
ese momento ella paro su andar completamente, creí que la había
intimidado cuando me di cuenta que realmente algo más le había
llamado la atención. Seguí la dirección de su mirada que conllevaba al
enorme bosque.

-¿pasa algo?-le pregunte con curiosidad yo no podía ver nada.

-No exactamente.- respondió con mucha seriedad distinta a la chica


tímida y silenciosa.

Intente seguir observando en el bosque más fue inútil cuando me di


cuenta Lisa había seguido su marcha y ya me llevaba ventaja a lo que
supuse que se encontraba bien.

Mi madre decía que nada bueno ocurría en el bosque y lo peligroso


que era, a lo contrario de lo que recuerdo de la parte del bosque
donde hacíamos caminatas de niños un lugar hermoso y tranquilo con
una vida silvestre como ninguna.
Para esto era mejor seguir corriendo a Lisa.

-¡Lisa!-le dije alcanzándola- ¿te sientes mejor?

-Sí.

-¿quieres hacer otra cosa?

-Entrar al bosque.

-Mmm está bien- no entendía muy bien pero sentía una trampa en sus
palabras- busquemos el sendero.

-sí.

Caminamos hasta el sendero, Lisa era tan directa en su forma de


hablar, realmente su comportamiento se me hace sospechoso, pero
supongo que como la mayoría del tiempo se la mantiene sola no me
debería extrañar mucho su comportamiento algo antisocial.

-y ¿te gusta el instituto?-intente entablar una conversación.

-Sí.

-Eso es genial…- no me dio muchas oportunidades-¿para qué quieres


entrar al bosque?

-Hay alguien ahí.

-¿Un conocido me imagino?

-Sí.

-¿Familiar tuyo?

-No.

-¿amigo?

Solo me dio una breve mirada, pero guardo silencio ¿eso que
significaba?

-¿del instituto?

Roció S. Constanza.
-en teoría.

-Mmm entiendo-realmente no entendía nada-¿Qué hace en el


bosque?

Ignoro mi pregunta solo así no mas no dijo nada de nuevo. Llegamos


al sendero, ahora me estaba preocupando realmente Lisa me estaba
mostrando una persona totalmente diferente a la que yo había
pensado, no conocía mucho de ella, no sabía nada en realidad. ¿Y si
realmente era una asesina psicópata y me llevaba al bosque para
matarme donde nadie la viera? “paranoica”-recordé- Está bien, está
bien, estaba dejando volar mucho mi imaginación y mi gran
experiencia en películas.

-¿Dónde está la persona?

-No lo sé.-dijo perpleja.

-Si quieres la buscamos en el sendero… -no sé por qué solo lo dije


¿Talvez por amabilidad o porque había un cierto imán que me atraía al
bosque?

-No estoy segura, el debería estar aquí.

-¿Quedaron de juntarse aquí?

-No exactamente.-dijo buscándolo con la mirada-.

-¿Cómo es él?

Le observe en busca de ver si me daba una respuesta luego de un


minuto pero en lugar de eso solo siguió caminando en el sendero, a
este punto no sabía si seguirla o regresarme pero temí que algo malo
le pasara en el bosque así que la seguí.

-Lisa no creo que este más adentro- le aclare- nadie anda en el


bosque por lo peligroso que es.

-¿Acaso tienes miedo?-me miro directamente a la cara.

-No. pero sé muy bien que nadie entra aquí.


-Nadie es una generalización de una realidad inexistente-.

-¿Dices que personas viven aquí?

-No exactamente.

Lisa me estaba sacando de mis casillas con su repuesta automatizada


para no dar información, pero bueno ahora ya estaba con ella muy
adentro del bosque y no debería dejarla sola.

-Está bien-dije ya calmada- ¿Cuál es el plan?

-¿plan?

-Para encontrar a… a tu amigo.

-No hay ningún plan-concluyo pensando en otra cosa-creo que


debemos irnos mejor.

Y empezó a caminar de regreso, como si nada esta vez ya no parecía


la sombría Lisa parecía más bien otra vez la chica tímida, con mala
suerte y silenciosa que había medio observado en el instituto. Se dio la
vuelta y me pregunto:

-¿No vienes Ada?

-¿Cómo me llamaste?

-Ada ¿Por qué?-pregunto tímidamente-¿no te gusta?

-¿Cómo supiste que me llamo así?

- tu relicario.

-¡Ah cierto!-se me había olvidado otra vez por completo-Llámame Kari-


le sugerí amistosamente.

-Mmm ¿no te gusta Ada?...-repitió la duda pintada en su rostro-.

-Eh… bueno no es eso… lo que pasa es que no estoy acostumbrada.

-Entiendo… tu llámame Lis algunas personas me llaman así.

Roció S. Constanza.
-Me parece justo… ¿Dónde vives?

-Afueras de la ciudad… en la casa Dolían.

-¿La casa Dolían? ¿La mansión Dolían?-dije cuando caí en cuenta


que era una enorme mansión de una familia adinerada de Timesong
City, muchas etarias de terreno- ¿Por qué estudias en el instituto de
aquí entonces? –Considerando colegios privados más cerca incluso si
eso implicaba un corto tiempo en dirección a otra ciudad o algún
campus de mayor nivel que el instituto TSC-.

-Me gusta más que otros lugares…

-Entiendo…

-Además no esta tan lejos-.

-Supongo que no…-

Seguimos hablando un poco en el regreso. Nos apresuramos a salir


del bosque pero cuando llegamos al campo el partido ya había
terminado 2-3 gano el equipo de León, fue decepcionante por Andrés
pero me sentía feliz por León.

Lisa se apartó de mi cuando me uní a los chicos quienes ya estaban


reunidos cerca de las gradas planeando ir al cine, aun había varios
estudiantes en el campo parejas, amigas, grupos de amigos y Lisa se
había desaparecido, ya no la miraba por ningún lado.

Realmente Lisa era un poco inusual.

-¡Kari ahí estas!-dijo Emi- ¿dónde te habías metido?

-Fui a caminar con Lisa.

-Ah ¿Lisa?- dijo Andrés intentando recordar quién era-¿tal vez quiera
venir con nosotros al cine?

-¿Dónde está?-pregunto León.

-No lo sé-dije volviendo a buscarla- estaba aquí no hace un momento.


-¡Que niña tan rara!- dijo Nora-.

-Bueno será a la próxima-concluyo Emi- vámonos.

Pasamos la tarde muy divertida, fuimos al cine y a jugar videojuegos


en las maquinas del centro y luego a comer.

Estábamos regresando a casa, Emi manejaba y yo sentía una


sensación extraña, algo en la oscura noche no iba bien. Fue así todo
el camino. Esta sensación me aturdía, me sentía observada no era
como las otras veces era como si alguien me estuviera viendo
intensamente lo que era imposible porque no había nadie. Cuando
bajamos del carro un escalofrió atravesó todo mi cuerpo.

-¿Qué pasa?- pregunto Emi ante mi conducta.

-Nada-dije disimuladamente- Ah sido un día muy largo.

-Creo que sí- concordó conmigo.

Era hora de dormir, la sensación se desvaneció por completo al entrar


a la casa. Ahora podía dormir tranquila.

El sueño fue entrando en mí, mis ensoñaciones empezaron a fluir.

Entonces me encontraba en una habitación sentada en una mesa con


nada sobre ella más que un mantel negro y alrededor de ella o unas
cuatro personas que no se me hacían familiares; una anciana con su
pelo completamente blanco y una que otra arruga que delataba su
edad me observaba completamente seria solo había un asiento vacío
cuando atrás de mí el ruido de una puerta abriéndose y cerrándose se
escuchó nadie levanto la mirada y la persona rodeo la mesa.

-Llegas tarde-dijo la anciana quitando la mirada de mí y posándola en


la persona moví mi mirada junto con esta mujer y para mi sorpresa era
Lisa sentándose en el asiento vacío.

-Supongo que sí-dijo Lisa indiferente.

Roció S. Constanza.
Un silencio rotundo y una mirada de desaprobación de la anciana
inundo la habitación, a punto de hablarle a Lisa estaba cuando mi
sueño se cortó de inmediato. Y por primera vez desde que llegamos
aquí no soñé con él…

Capítulo VI
Nicolás… Mi compañero

Llego el lunes dejando un fin de semana “tranquilo”, fin de


semana que pase con Nora, Lucy y Hannah y por supuesto Emily,
todas ellas soñadoras de pertenecer al club de porristas. Según Emi y
Nora necesitábamos un fin de semana de chicas así que ese fue mi fin
de semana; no hicimos más que comer, ver películas, hablar de cosas
triviales como las acrobacias que harán en la prueba para entrar al
grupo porristas o que color de base quedaba mejor con su piel o cual
era el mejor estilo de zapatos al parecer el tacón mediano de aguja y
con punta redonda era el mejor, también hablaron de algunos chicos
del instituto al parecer clasificaron a León como el más guapo y
atlético; seguro fue porque es el capitán de futbol eso fue algo en lo
que Nora no estuvo de acuerdo lo cual era de esperarse ninguna
hermana dice que su hermano mayor es guapo.

Llegamos al instituto y Emily aparco en el lugar de costumbre, íbamos


un poco tarde así que nos separamos de inmediato para ir a nuestros
salones. Hoy era lunes lo que significaba que tendría física en la
primera hora. Llegue lo más rápido que pude y por un gran golpe de
suerte vi que el señor Simmons había sido detenido por el director, lo
que me daba el suficiente tiempo para entrar y a entrar iba cuando un
cuerpo choco conmigo. Mi sensación fue tan rara ante el contacto.

-Lo siento -dijimos al mismo tiempo.


-lo siento-le repetí levantando la mirada al chico con quien choque.

-Yo también lo siento- dijo el mostrándome una sonrisa amistosa-


entremos antes que el señor Simmons se dé cuenta.

-Si- pude decir asombrada por la sonrisa del chico.

Me dejo pasar antes me apresure lo más que pude y me coloque en


mi asiento, y él se sentó en que estaba vacío a mi derecha…
¿Entonces el chico de la semana pasada era él? al parecer sí, pero no
lo había visto el miércoles ni el viernes que recibí física, sin embargo
el asiento se había mantenido vacío hasta ahora.

Ahora pude voltear sin temor de ser descubierta al fin de al acabo era
relativamente normal verlo gracias al choque de la entrada, voltee y lo
pude ver completamente. Era un chico caucásico, pelo oscuro pero no
negro; dirigió su mirada a mí y sus ojos negros se conectaron con los
míos, sonrió nuevamente e inevitablemente yo también, esta
respuesta continua me aturdió un poco.

El señor Simmons entro cortando nuestra conexión, se disculpó por


su llegada de tres minutos tarde y prosiguió a dar su clase. No me
atreví a voltear de nuevo e intente concentrarme completamente en su
clase pero andaba un poco aturdida

-y ¿Qué dices quieres ser mi pareja?-me dijo de repente.

-¿Perdón?- ¡¿exactamente que me está proponiendo?!

-para el laboratorio que tenemos que hacer…-dijo levantando una ceja


de sospecha ante mi reacción.

Voltee al pizarrón y decía laboratorio en parejas ¡ah! era eso,


justamente hoy al señor Simmons se le ocurre hacer un laboratorio de
parejas así que su pregunta era eso, regrese mi mirada a él y ahí
estaba observándome esperando algo.

-¿Entonces?-dijo ladeando su cabeza solo un poco cuando no le daba


una respuesta-supongo que… ¿no?

Roció S. Constanza.
Todavía no le había respondido a su pregunta. ¡Sí! pensé de inmediato
solo tenía que poner la palabra fuera de mi boca, en eso se volteo
Micaela que estaba enfrente de el

-¿Quieres trabajar conmigo?-le pregunto a él-¿eres nuevo verdad?


soy Micaela, ¿y tú cómo te llamas?

Me quede viéndola incrédula que se le haya metido con tanta facilidad.

-Nicolás -le respondió simplemente.

Que se supone que debía hacer decirle que iba a trabajar conmigo.

-¿Entonces empezamos a trabajar Nick?-le dijo Micaela guiñándole un


ojo.

-Lo lamento Micaela-le dijo cortésmente- ya se lo había ofrecido a Ada


solo que no me ha dado su respuesta.

Ella me fulmino con la mirada a la espera de que respondiera. Yo no


sabía que decir en realidad ambos me habían dejado boquiabierta.

-Señor Nicolás Hall sino me equivoco-interrumpió el señor Simmons-


usted ha empezado atrasado así que si le sugiero que trabaje con su
compañero Pablo Torres él le podrá ayudar regularse en esta clase.

-Si-dijo dando una corta mirada hacia donde se encontraba Pablo y


pude ver que me vio ligeramente antes de ponerse de pie.

-Bien vaya a juntarse con el.-dijo aprobando la acción de Nicolás y se


regresó momentáneamente hablándonos a Micaela y a mí- ustedes
dos pueden trabajar juntas señoritas.

Era el colmo primero me quita a mi pareja y ahora me liga a Micaela


Stan así por así, pero ya lo había dicho no podíamos hacer nada al
respecto. No es que tenga nada en contra de ella <todavía no
personalmente> pero solo el hecho de cómo se le metió a Nicolás,
algo me dice que no me agrada y menos trabajar con ella.
Y por lo visto a Micaela tampoco le pareció en lo absoluto la
sugerencia del profesor Simmons ya que nuevamente me fulminaba
con la mirada otra vez, sus ojos cafés no le daban ningún respiro a mi
humanidad, ella solo estaba furiosa por atravesarme en su camino
hacia Nicolás.

No había de otra empezamos a trabajar, vi que de vez en cuando


Micaela levantaba la mirada brevemente hacia donde se encontraba
Nicolás, creo que solo se sentía tranquila de que Pablo fuera hombre.
Nora y Hannah mencionaron a Micaela el fin de semana quien ya
había estudiado con ellas anteriormente al parecer la chica de pelo
largo y piel tersa era obsesiva con quien le gustaba y siempre lograba
su objetivo de salir con quien ella quería.

Habíamos terminado el laboratorio y aun no terminaba el periodo, sin


querer mi mirada se dirigió a donde se encontraba Nicolás, al parecer
ellos también habían terminado y hablaban casualmente.

-¿Se conocen ya?-me pregunto Micaela descubriéndome mirándolo,


sus palabras no eran una furia fulminante pero su tono de voz
marcaba una arrogancia total.

-No.

-¿Entonces porque te pidió que trabajaras con él?

-No lo sé.-voltee a verla brevemente y ella parecía ofendida y


confundida en mi cabeza imagine a donde se dirigían sus
pensamientos; su indignación provenía de que Nicolás no la acepto
rápidamente cuando ella lo sugirió y su confusión tendría que ver por
qué no se lo pregunto a ella primero. En mi vida he conocido
personas como Micaela…

-Bueno supongo que solo fue amable-dijo indiferente.

-Lo dudo- intente herir por primera vez el ego de una persona, me reí
ante este nuevo hecho para mí, no contesto esto la debió enojar de
alguna manera.

Roció S. Constanza.
Sonó la campana y Nicolás regreso a su asiento a la par mía a
recoger sus cosas pero en eso Micaela se le atravesó cortándole el
paso con su brazo.

-¿Cómo te fue en el laboratorio?-Le pregunto para no dejarle


escapatoria de hablarle y luego retiro su delgado brazo para ponerse
en el camino con su cuerpo completo.

-Bien- fue simple nuevamente al responderle. ¿Era Nicolás un chico


de pocas palabras?

-¿Enserio? es que has de ser muy bueno…-un alago con algo oculto,
presentí- ¿entonces no te molestaría darme clases de reforzamiento?

Estuve en lo correcto.

-Realmente Micaela lo has hecho muy bien- interferí- no creo que


necesites reforzamiento.

Micaela ahora si me mataba con su mirada. Nicolás solo vio el cuadro


al que se sintió ajeno, no era con él el asunto sino sobre él.

-Realmente no soy tan bueno-le explico- deberías pedírselo a Pablo es


un gran tutor, si no te importa tengo que ir a mi otra clase.

-Por supuesto-dijo decepcionada moviéndose a un lado para que


pasara con toda libertad.

El chico realmente se debía de sentir incomodo entre nosotras dos ya


que no sonrió ninguna vez después de la segunda vez que me sonrió
a mí.

Yo también debía ir a mi siguiente clase así que me levante y recogí lo


más rápido que pude mis cosas pero torpemente bote mi libro de
literatura, Nicolás no dejo que me agachara a recogerlo él lo hizo de
inmediato.

-Ten Ada.

-¿Eras tú el de la vez pasada verdad?


-Si

-Soy Ada Karina- me presente- pero puedes llamarme Kari, aunque tú


ya me llamas Ada…

-No sabía que te molestaba-reflexiono para sí mismo.

-Solo me parece extraño-le confesé.

-Entiendo-su rostro no mostro ninguna señal de sorpresa.

-¿y porque entraste hasta ahora a estudiar?- le pregunte caminando


ya en el pasillo.

-Entre el lunes de la semana pasada, pero tenía cosas que resolver…

-Entiendo…

Nos detuvimos cuando iba a entrar al salón de literatura él me había


acompañado hasta acá, su rostro era inexpresivo y también observo el
mío antes de cambiar su mirada para el salón.

-¿También te toca literatura?-pregunte emocionada

-no –me sonrió-gimnasia.

-oh, qué bien… supongo que te veré después Nicolás.

-Te lo aseguro.

Su promesa me dejo sin aliento y sentí un escalofrío en mi espalda


que recorrió toda mi columna vertebral.

-Kari no entras-interrumpió Andrés.

-Si- respondí dirigiéndome al salón, él ya se había marchado.

-¿Quién era él?-pregunto curioso Andrés.

-Mi compañero… Nicolás- respondí.

Nos ubicamos en nuestros asientos y el día siguió con normalidad


hasta la refacción, deduciendo que Nicolás era nuevo estaría solo en

Roció S. Constanza.
la refacción al menos que Micaela lo encuentre y se le pegue como
chicle mascado en el zapato de un peatón, ya era costumbre que
León, Andrés, Emi, Nora, Hannah, Lucy y yo nos sentáramos en una
mesa en el patio trasero del instituto, ya que el lugar era muy
agradable y fresco además que en la cafetería siempre estaba llena y
había mucho ruido. En ocasiones León y Andrés no se sentaban con
nosotras por estar jugando o en grupo de futbol.

Si encontraba a Nicolás en la cafetería cuando compráramos el


almuerzo estaba decidida a invitarlo a sentarse con nosotros. Pero al
entrar a la única que vi fue a Micaela con sus amigas, no lo vi por
ningún lado…

Al salir a sentarnos a nuestra respectiva mesa lo vi en una mesa


esquinada bajo la sombra de unos árboles, estaba sentado con Lisa.
Ellos dos hablaban de algo cuando se percataron de nuestra
presencia los dos voltearon, sus inexpresivas caras estaban
esculpidas en sus rostros, se vieron nuevamente y ahora la plática
parecía más discreta ya que Lisa se recostó más en la mesa para
estar más cerca del.

-Al parecer estas muy pendiente de Lisa-comento en voz baja Emi


solo para mí.

-Para nada- no estaba mintiendo así que no se percataría de nada.

-Mmm lo pareces….

-¿Enserio? lo dudo…

La plática fue amena vi que Lisa y Nicolás se pararon y se fueron


juntos a algún lugar fuera de la vista del público, así que Lisa y Nicolás
eran algo…

-¿Vistes a ese chico?- le pregunto Nora a Emi.

-¡Si, que guapo!-contesto Emi-.

-¡Es mío yo lo vi primero!


-¡Ni se te ocurra Nora! – se alboroto Emi

-Chicas no se peleen al fin Kari ya les gano a las dos- dijo bromeando
Andrés. “gracias por quemarme” pensé-.

Ahora sentía las miradas de mis acompañantes en mí, esto era


incómodo.

-¿Lo conoces Kari?- pregunto ansiosa Nora

-Es mi compañero de Física…

-¿Cómo se llama?-ahora me preguntaba Emi emocionada.

-Nicolás-conteste.

-¡Nicolás!- ambas dijeron para sí mismas intentando memorizar el


nombre.

-No se emocionen-intercedió León-iba con Lisa tal vez sean algo.

-¡Cómo hermano tal vez!-dijo Nora a la defensiva

-Conocemos un poco sobre la familia de Lisa, sé que ella es hija


única.

-¿primos?-dijo esperanzada Emi.

-Lo dudo, no hay semejanza entre los dos.-hablo Andrés-.

-Novios-dijo Lucy- probablemente.

-Si eso creo-le apoyo Hannah-¿se miran bien juntos no?

Me hundí en ese pensamiento, no pude seguir la plática de mis


amigos… eso sonaba razonable Lisa era una chica muy bonita aunque
un poco extraña, nunca antes la había visto cerca de alguien más y
mucho menos hablándole a una persona.

Por alguna extraña razón volví a pensar en el sueño del viernes, Lisa
entrando en esa habitación, sentándose en aquella mesa con esas
personas y la mujer mayor con su expresión de desaprobación. Lisa

Roció S. Constanza.
de aquel sueño y Lisa de ahora no se miraban tan diferentes en
ocasiones se miraba una persona segura de sí misma, directa y tenían
su expresión seria la cual no se dibujaba siempre, normalmente en su
rostro cuando la miraba tenía una mirada dócil, tierna y tímida lo
contrario de la vez que anduvimos por el bosque, el sueño y ahora….

El receso termino era hora de regresar a dentro, Lucy y yo


empezamos a caminar al salón; me estaba hablando de algo pero
realmente no le estaba poniendo mucha atención por suerte no se
percató de mi ausencia en la plática.

Ya era hora de sacar todas mis distracciones de mi mente y poner


ahora si mi completa atención a las clases, el tema de hoy “música
clásica” la profesora Alice una señora ya entre los cuarenta o
cincuenta amante de la música dedico los siguientes cuarenta minutos
a poner sonatas de los representantes de la música clásica, decidió
que hiciéramos un trabajo de la sonata que más nos gustara y
buscáramos más sobre su autor.

Sonó la campana declarando que ese periodo ya había terminado y


me encamine para mi última clase.

Capítulo VII
El pelirrojo

Era hora de ir a gimnasia, esta clase no la llevaba con nadie así que
camine hasta el gimnasio que se encontraba cruzando los campos del
instituto, iba directo hasta que un niño en el columpio llamo mi
atención.

-¡Hey tú!-me hablo- ¿puedes empujarme?

-No puedo… tengo que ir a clases-le conteste indicándole el gimnasio.


-Solo una vez-suplico.

-De acuerdo-concedí-solo una vez…

Me coloque detrás del asiento del columpio y un frio estremeció mi ser,


sentía que el día se había vuelto noche… una noche fría de esas
congelantes que lo único que te hacen desear es entrar a cualquier
lugar cálido que te abrigue y rompa el frio. Pero este frio era distinto
inexplicablemente era distinto, ignore el repentino frio y proseguí a
empujar al pequeño pelirrojo, di un pequeño paso para atrás para
tomar más impulso y me lancé a empujar con todas mis fuerzas,
entonces algo extraño congelo mi ser, ya no era el frio ahora era algo
que me dejo sin respiración, una especie de visión cruzo por mis ojos
era el pequeño pelirrojo jugando en el columpio solo alejado de otras
personas que no le ponían atención de repente se escuchó unos
disparos voltee a ver en dirección del sonido y vi como en cámara
lenta una bala perdida se dirigía en mi dirección y solo me atravesó
como si yo fuera un fantasma la bala prosiguió y paro justamente entre
las cejas del pequeño entonces él cayo del columpio, una mujer se
percató de lo que había ocurrido y grito aterrorizada por este evento,
una multitud corre hasta el punto donde se encuentra el cuerpo y
alguien dice está muerto.

Regrese de nuevo a la realidad, mis manos estaban donde las había


puesto y el columpio vacío estaba en el aire ahora venía hacia mi
¿Dónde se había metido el niño que lo ocupaba? entonces mi nula
reacción hizo que no me quitara del camino de regreso del columpio y
me dio un fuerte golpe en mi abdomen, técnicamente pare con mi
cuerpo el columpio de dicha no había nadie ahí sino este me hubiera
aventado más de lo que ya lo hizo, el golpe hizo que me agachara del
dolor intente olvidarlo y con la mirada busque al niño aterrorizada baje
la mirada donde había visto el cadáver de la visión.

Solo subí ligeramente mi mirada para ver que unos chicos me miraban
extrañados de lo que me había pasado, entre ellos estaba León que
se acercaba preocupado a mí.

Roció S. Constanza.
-¡Kari! ¿Estás bien?

-Si… -dije intentando recobrar la compostura.

-¿Por qué empujaste el columpio y no te moviste para que no te


golpeara?

-¿Por qué el niño me lo pidió?-respondí

-¿Qué niño?-dijo completamente extrañado.

-El pelirrojo-explique-el que estaba jugando solo.

-No he visto ningún niño Kari-respondió confundido- aquí no hay niños.

Era cierto en el poco tiempo que llevaba en el instituto no había visto


andando a ningún niño en el instituto, solo a estudiantes…

-Creo que te distes un fuerte golpe-me dijo poniendo su mano encima


de mi cabeza como los viejos tiempos…-¿te llevo a la enfermería?

-No creo que sea necesario León…-replique-tengo que ir a gimnasia.

Le dije, dando marcha a mi rumbo, ahí se quedó parado… sentía su


mirada en mí, y no lo culpaba yo si fuera él también me observaría de
la misma manera, no tengo ninguna explicación para lo que me paso,
volví a dar un vistazo atrás con la esperanza de ver al niño otra vez…
más fue inútil, no había nadie ahí excepto León quien observaba el
columpio con curiosidad entonces sus amigos le llamaron y el regreso
con ellos.

Quería saber que paso ¡Necesitaba saber! habrá sido el producto de


mi gran imaginación quien me habrá hecho un juego. ¿Ahora mi propia
imaginación le gustaba jugarme bromas? Seré feliz si es eso con solo
saber que no he perdido la cabeza.

Al llegar la clase ya había empezado, la maestra Kelly no le gustaba


que llegaran tarde así que me castigo corriendo 10 veces más que los
otros, no me dejo de ver en toda su clase y me gritaba cuando hacia
mal los ejercicios… estaba agotada al límite por suerte el dolor hizo
que no tuviera noción del tiempo. Si hubiera podido hubiera salido
arrastrada del gimnasio hasta el parqueo para ir a casa pero aún tenía
un poco de dignidad que cuidar así que con todo lo que quedaba de mi
camine derecha hasta el estacionamiento y me subí al auto esperando
a Emily.

Me recosté en el asiento y le mande un mensaje a Emily diciéndole


que ya estaba ahí para que no perdiera el tiempo buscándome, baje la
ventana porque sentía mucho calor por el entrenamiento, encendí el
radio y cerré los ojos e intente descansar.

-¿te pasa algo?-pregunto alguien de repente.

Abrí mis ojos nuevamente y era Nicolás quien me hablaba…

-¿te sientes bien?-pregunto de nuevo.

-Si…-dije sorprendida.

-Te miras algo cansada- su mirada fija en mí no me decía mucho de lo


que pensaba.

-¡gimnasia fue mortal!-dije en un tono dramático.

-Me imagino… -una media sonrisa salió de sus labios.

Salí del auto y me coloque cara a cara con él. Solo me observo sin
decir nada.

-es una buena canción-dijo escuchando mi música ochentera que casi


nadie escuchaba-.

-lo sé-dije animada que la conociera-¿te gusta ese tipo de música?

-Sí, es buena-dijo cuándo volteaba para ver a otra dirección-

-¿ya te vas?- le pregunte.

-Si…

Entonces su mirada cambio de dirección hacia unos autos lejos de


nosotros y la dirigió para otro lado rápidamente.
Roció S. Constanza.
-¿Pasa algo?-le dije volteando para donde él había visto

-No nada-.

No le creí su expresión había cambiado cuando volteo- a algo


amenazante debo admitir- seguí viendo en ese lugar y por un breve
momento lo vi ahí estaba el pequeño pelirrojo debajo del auto de un
estudiante aparentemente jugando a esconderse.

-¿vistes eso?-le pregunte.

-¿ver qué?

-El niño-le dije señalando el lugar donde lo había visto.

-no veo nada-dijo observando aquel lugar nuevamente.

-Creo que es mejor que me vaya. –dijo repentinamente alejándose de


mí a toda prisa, algo me decía que me había mentido que tal vez si lo
había visto pero no estaba segura o pensó que había perdido la razón
y mejor huyo por cualquier cosa…

Empecé a caminar hacia aquel auto donde lo había visto y el viento


soplo fuerte en el llevaba una frágil risa juguetona de un niño, ahora si
estaba segura era ese niño pelirrojo, camine deprisa antes de que
alguien me mirara otra vez haciendo algo extraño,

-¿Dónde estás?- demande saber-¿sal de dónde estés?

Sentí una presencia que corrió detrás de mí y brinque de la repentina


presencia, ahora la risa venia de mi espalda otra vez gire nuevamente
y ahí estaba el pelirrojo riendo de tal vez las reacciones que causo en
mí.

-¿Quién eres?-le pregunte.

Entonces otra ráfaga de aire cruzo entre nosotros y el niño


desapareció con ella. Ahora no solo no lo miraba, ni lo escuchaba sino
tampoco lo sentía. Tuve que ordenar mis pensamientos antes de
moverme, ahora estaba más que aturdida no asustada pero si
aturdida.

-Kari ¿Qué haces ahí?-dijo Emi desde atrás. Esto me parecía más un
déjà vu sobre el incidente en el columpio con León, no le podría decir
me miraría igual de extrañada que León.
-Nada-.

-Solo creí ver algo-.

-¿Qué cosa?

-No lo sé.

-Supongo que no fue nada.

Nos fuimos a casa y nos repartimos las tareas que teníamos que
hacer, hacer limpieza tranquilizaba mi mente y la apartaba de ese
niño, la corta tarde se fue volando y el tiempo se esfumo la noche ya
había caído. Para antes de la cena ya había terminado mis actividades
pendientes así que empecé a cocinar.

-¿Kari?-dijo Emi desde la puerta de la cocina.

-¿Si?

-Tengo que ir a casa de Nora-me informo-se llevó mi libro.

-¿A esta hora?

-No tardare nada-dijo-lo prometo ¿sí?

-Está bien pero no te tardes, ya va a estar la comida.

-Si mamá-dijo en burla.

No pude evitar reírme de su comentario así que no le tome


importancia. Me encontraba sola en la casa con Clementain que recién
llegaba de su aventura del día, a veces me pregunto que hace en el
día, cazara ratones, tendrá una gata por ahí a la cual va a visitar, tal
vez ¡hasta familia! quizás tendría gatitos parecidos a él y a la madre de

Roció S. Constanza.
sus crías, quien sabe tal vez solo pasa el día acostado en alguna parte
si de algo tienen fama los gatos son de perezosos y no creo que
Clementain sea la excepción.

-¿Cómo estuvo tu día?-le pregunte acariciándole la cabeza, como si él


pudiera responder, de repente la habitación se congelo otra vez ese
frio intenso, Clementain se erizo y gruño a algo que estaba en la salida
de la cocina no necesitaba voltear para saber que era ya lo había visto
en dos ocasiones hoy. Pero moví mi mirada para poderlo observar y
ahí estaba el pelirrojo riendo muy feliz.

-¿Qué quieres?-le pregunte. Y a la vez Clementain se colocó en


posición de ataque como si fuera a cazar a su presa.

-Vengo a despedirme-dijo su voz de niño-y agradecerte.

-¿Por qué?

-Por liberar mi alma.

-No entiendo explícate- exigí.

-Necesitaba que alguien jugara conmigo, pero por años nadie lo hizo y
por eso eh venido agradecértelo.- sonrió de oreja a oreja.

-¿jugar?-dije incrédula-.

-¡Me tengo que ir!-dijo muy contento.

-¿A dónde?-le pregunte.

-Ah donde deben ir los que no están vivos-me explico.

De un momento a otro se acercó, estaba justo a unos centímetros de


mí y vi en sus oscuros ojos que estos se estaban volviendo claros en
ellos había alegría y felicidad muy diferentes a lo que había visto en mi
visión del medio día. Se le miraba tan contento y me arrodille a su
nivel para tenerlo cara a cara lo que el tomo como una invitación para
abrazarme.
Entonces igual al medio día otra visión cruzo por mis ojos pero esta
vez era una escena completamente distinta; una fuerte luz y en ella
una mujer con otro niño agarrados de la mano y al frente ellos el
pelirrojo tomado de mi mano este contacto causo que viera la vida del
pelirrojo pasar frente a mis ojos, el niño pelirrojo era huérfano, su
mamá y hermano que estaban enfrente de nosotros habían muerto por
una enfermedad y lo dejaron solo en este mundo, el empezó a divagar
por el instituto en busca de alguien que jugara y cuidara de él pero
nadie le hacía caso. sentía su tristeza como si fuera mía ahora la
escena de su muerte regresaba pero ya no lo miraba desde un lado
ahora era como si yo fuera él, sentía envidia de las demás personas
presentes en ese momento que se encontraban ahí por el día de la
competencia de tiro al blanco todas ellas con alguien en este mundo
que les hacía compañía me sentía dolida, sola y abandonada, veía a
la señora que gritaría cuando viera el cadáver, entonces el disparo se
hoyo y sabiendo lo que iba a pasar quería moverme de la trayectoria
de la bala más fue inútil el cuerpo de él estaba quieto en ese columpio
como si esperara a la misma muerte. la bala cayo y yo sentía el dolor
del disparo en mi rostro, el dolor era inmenso, la sangre brotaba y la
vida se escapaba de mi cuerpo, como lo vi al medio día la señora grito
y las personas se acercaron , el mismo señor dijo que había muerto y
las imágenes cambiaron repentinamente, ya no era el mismo día era
otro tiempo, el pelirrojo hacia lo que hizo hoy pedir que lo empujaran
pero las personas no lo escuchaban él les hablaba, gritaba y lloraba
por su atención más era inútil el ya no estaba vivo y nadie lo miraban
ni lo podía escuchar. Empecé a ver que él no había entendido que ya
no estaba vivo y su existencia era desolada y olvidada, aun sentía
como si fuera él sentada en ese columpio entonces alguien lo empujo,
alguien se fijó en él y él no sabía quién era. ¿Otro fantasma quizás?
cayendo en cuenta de su inexistencia.

-ven a jugar conmigo cuando quieras- le dijo. Esa voz me parecía


familiar…

Roció S. Constanza.
Eso le causo un alivio a su dolor por fin no iba a estar solo… pero
extrañaba mucho a su madre y a su hermano quería ir con ellos a toda
costa pero no sabía qué hacer.

Entonces el recuerdo fue el de esta mañana. -¿Hey tu puedes


empujarme?-dijo a otra yo que se encontraba enfrente de él y paso lo
que había hecho al medio día, cuando me arroje sentí mi alma
desvanecerse en el aire por la dicha de tener la atención de alguien.
Ahora entendía que tal como había dicho solo vino a agradecerme, su
alma había sido liberada, soltó su mano de la mía y corrió hasta su
madre y hermano y la luz se desvaneció como la niebla cuando sale el
sol. Otra vez me encontraba en la cocina arrodillada y las lágrimas
brotaron de mis ojos el niño se había ido con su familia y ahora
después de tanto tiempo era feliz.

Capítulo VIII
Encuentro en el amanecer

Mis lágrimas no paran, mi ajeno dolor no cesa, es tan cruel e


injusto el destino y la existencia tan desdichada en la soledad y en la
penumbra del olvido.

Solo saber que ahora él era feliz y que por fin se había reunido con su
familia aliviaba mi sufrir, al parecer esta especie de visión o
alucinación y este vínculo que había formado con él me había
transferido todo el dolor, sufrimiento y soledad que había sentido.
¿Cómo sino tuviera suficiente con el mío?

Forcé a mis ojos a ya no llorar, me acurruqué abrazando mis piernas


fuertemente, ‘no es mi dolor’ me recordé ‘todo está bien’ intente
calmarme y parecía funcionar me tranquilice poco a poco, Emi volvería
en cualquier momento y explicarle eso sería difícil, incluso hasta me
creería loca, tenía que calmarme antes de su regreso. Entonces
escuche como la puerta sonó de repente. Alguien estaba tocando
bruscamente.

Me levante, pase mis manos intentando ocultar mi llanto y corrí a la


puerta, al abrirla me sorprendí ya que era Lisa vestida completamente
de negro con una expresión fría y muy seria.

-¿Lisa?-dije completamente extrañada por su visita.

-Hola Kari-saludo bajando la vista a Clementain que se encontraba ya


en mis pies-bonito gato…

-Gracias, ¿te puedo ayudar en algo?-pregunte con curiosidad.

-Solo pasaba por aquí…

-¿Gustas pasar?

-Si-dijo pasando-¿estás sola?

-si-respondí-¿Por qué?

-¿Dónde está Emily?

-Fue a casa de Nora.

-Ya veo

Eh de estar perdiendo la cabeza porque casi juro que Clementain y


Lisa se están hablando con la mirada, él la miraba fijamente y ella
gesticulaba cautelosamente de manera de que no se notara, de ser
imposible juraría que tenían una conversación.

-¿te gustan los gatos?-pregunte.

-No exactamente-contesto.

-Creí que vivías lejos de aquí-dije indicándole asiento en el sofá.

-Solo un poco-dijo tomando asiento.

Roció S. Constanza.
-¿y qué haces aquí?-indague.

-ya te dije solo pasaba.- volvió a ver a Clementain- ¿me regalas un


poco de agua?

-Si-dije desconcertada- Vamos Clementain es hora de tu comida.

Quise llevármelo solo por curiosidad pero Clementain no se movió ni


un solo centímetro.

-Está bien-dije entendiendo que no quería- atiende a la visita.

Entre lentamente a la cocina en espera de escuchar algo, era tonto


pensar que Lisa hablaría con Clementain o el con ella, ya que desde
que llego no hace nada más que verlo. Me apresure por lo que venía y
regrese. Lisa ya estaba de pie y Clementain seguía en el mismo
lugar…

-Tu agua-recordé entregándole el vaso.

-Gracias-tomo un sorbo largo- creo que ya es tarde, me voy. Gracias


por el agua.

Empezó a caminar a la puerta cuando Emi llego.

-¡Oh Lisa!-dijo muy sorprendida Emi-No sabía que estabas aquí.

-Hola Emily-saludo deteniendo su marcha- solo estaba de paso.

-De acuerdo…- dijo mirándome buscando una respuesta de lo que


pasaba.

-Buena noche. –se despidió y agarro marcha hacia su auto- hasta


luego Kari.

-Adiós…-dije viendo como encendió el auto y se marchó.

-De acuerdo… ¡eso fue raro!-comento Emi cuando por fin quedamos
solas.

-Dímelo a mí.
-¿Qué quería?

-Nunca me lo dijo-reconocí-solo dijo que estaba de paso.

-¿Y Clementain?-pregunte notando su ausencia.

-¿Clementain? Mmm no lo eh visto.

-Estaba hace un momento aquí.

-Se habrá escondido por la presencia de Lisa-dijo.

-No se quedó todo el tiempo viendo a Lisa.

-Solo es un gato que esperabas Kari.

Termine de hacer la comida y cenamos luego busque exhaustivamente


a Clementain por toda la casa mas no la encontré, ya estaba cansada
había sido un extraño y largo día.

Cosas buenas y cosas malas que pasaban por mi cabeza, incluso


podría hacer una lista. Mmm vamos a ver número uno cosa mala me
topé con un niño que resultó ser un fantasma o algo así <no sé muy
bien que fue eso>, cosa buena número uno tuve dos golpes de
suerte sucesivos esta mañana al entrar al instituto, cosa mala numero
dos la profesora Kelly exprimió hasta la última gota de mi por llegar
tarde, cosa buena numero dos gracias a eso pude “hablar” con
Nicolás, cosa mala número tres el mismo “fantasma” deposito o yo me
adueñe de todo el dolor del niño pelirrojo en mí y cosa buena número
tres pude liberarlo de alguna manera gracias a eso.

Ahora tenía que dejar de pensar en todo eso… tenía que dormir
mañana será otro día para seguir perdiendo la cabeza.

“perder la cabeza”… ¿los locos se dan cuenta cuando pierden la


cabeza en el proceso o cuando ya no la tienen?

Como un rompecabezas mi sueño se fue armando de a poco esta vez


me encontraba en un rio muy tranquilo, estaba flotando boca arriba
viendo la luz atravesando por los árboles, escuchando el armonioso

Roció S. Constanza.
canto de la fauna que se encontraba en ese bello lugar, una cálida y
sutil luz solar tocaba mi cara, la brisa era refrescante y la corriente del
agua extremadamente relajante pero de repente todo cambio el rio se
había vuelto violento y muy fuerte intente nadar más fue imposible me
estaba ahogando, ¡no podía respirar! con todas mis fuerzas batalle
con la corriente pero era una guerra perdida, jamás había nadado en
aguas tan violentas parecía como si fuera un rio completamente
diferente me jala a sus profundidades entonces vi una sombra o
especie de silueta que parecía ser de otra mujer del miedo volví a
intentar salir pero en eso la corriente me jalo de nuevo y mi cabeza
golpeo brutalmente con una piedra y fui perdiendo el conocimiento
sentía como el poco aire que había retenido o intentado tener
desapareció, mis pulmones empezaron a llenarse de agua y mis ojos a
cerrarse….

Me levante de golpe estaba hiperventilando, por un momento


realmente todo mi cuerpo sentía como se ahogaba incluso mi cabeza
dolía como si realmente me hubiera golpeado, observe al reloj y eran
las tres de la mañana, entonces un bulto negro paso corriendo de un
lado a otro de mi habitación a la ligera encendí la luz de la mesa de
noche y entonces Clementain subió a la cama.

-¡Gato tonto!-exclame- ¿sabes que me has dado un gran susto?

Clementain solo se acostó al borde inferior de la cama viendo a la


ventana, mi susto no le importaba en lo absoluto.

No sabía que hacer era muy tarde para dormir y muy temprano para
levantarme. ¿Qué se hace en estas ocasiones? no tenía ni la menor
idea… así que me levante y me puse ropa para salir a correr. Un pants
y una sudadera porque había algo de frio en realidad solo caminaría
un poco para despejar mi mente, sería lo mejor que podría hacer en
estos casos caminar solo caminar… desconozco la distancia y el
tiempo que caminaría pero de alguna manera tenía que sacar estas
ideas de mi cabeza estaba perdiendo la cordura, sin hacer ruido salí
de la casa, estaba aún oscuro pero no lo suficiente podía ver
claramente todo. Tome mi rumbo para el campo cerca del bosque me
haría aproximadamente treinta a cuarenta minutos caminando a mi
paso.

A esta hora no había mucho movimiento, todo era tranquilo, realmente


caminar me estaba funcionando despejo mi mente e hizo que me fijara
en los pequeños detalles de alrededor, divague en cosas vanas como
que árbol era más alto, hice juegos de memoria recordando cada color
de las casa por las que pasaba, hice una lista de los vecinos del
vecindario de los que llegue a conocer y de los que recordaba, cuando
pase enfrente de la casa de León, no pude evitar parar y ver hacia su
casa, conocía esa casa desde pequeña cuando llegábamos con Emi a
jugar muñecas con Nora, en ese entonces empezamos a
relacionarnos más con Andrés y León, por su puesto a León no le
gustaba al principio pero intentábamos jugar toda clase de juegos
donde todos podíamos participar.

Seguí mi marcha y ahora ya había dejado de hacer listas y juegos de


memoria, ahora intentaba con esfuerzo identificar cualquier olor
proveniente de mi camino, sentía un olor muy sutil a pasto con roció
de mañana, un poco de madera, esta mañana la flora del lugar
entregaba un exquisito olor muy concentrado en flores silvestres, era
casi inexistente sentir estos olores siempre, realmente para
identificarlos se tenía que tener mucha concentración. Pero quien le
pondría atención a esto era una idea trivial y absurda, claro ese quien
seria yo a las tres de la mañana luego de despertarme por una
pesadilla.

Poco a poco fui llegando al bosque y no había nadie ahí, fui a una de
las bancas a sentarme por un momento cuando vi a lo lejos una
especie de silueta en el bosque… pensé en marcharme
inmediatamente pero no lo hice, no estaba segura de lo que miraba
así que me asome a la entrada del bosque para estar segura…

-Hola… -dije para ver si había alguien, nadie contesto todo se miraba
vacío di un paso adentro del bosque y de repente todo cambio, ahora
todo era más semejante como se presentaba en mis sueños. Sentía
escalofríos de lo que pasaba, estaba completamente segura de que no
Roció S. Constanza.
estaba dormida y eso significaba que mi poca cordura se había
extinguido ahora alucinaba.

Pensé nuevamente en marcharme pero quería saber que pasaba así


que seguí caminando en el sendero del bosque, no me importo y ni
pensé en el riesgo que presentaba; perderme, encontrarme con un
desconocido peligroso, toparme con un animal salvaje, nada solo
seguí caminando.

Al poco tiempo que llevaba de estar caminando en el bosque escuche


una voz a lo lejano, alguien estaba cantando una vieja canción…

-Hola- repetí- ¿hay alguien aquí?

-Hola-contestaron al fin-.

Voltee a donde me habían respondido, mis ojos no creían lo que


miraban era Nicolás quien estaba parado justo a unos escasos metros
de mí.

-¿Nicolás? ¿Qué haces aquí?-pregunte desconcertada-.

-¿Tú que haces aquí Karina? -me reprendió con otra pregunta- ¿no
sabes lo peligroso que es este bosque? no debes andar sola y a esta
hora.

-¿Tu qué haces aquí Nicolás?-pregunte nuevamente para que no me


regañara-.

-Yo vivo aquí- dijo y por alguna razón note algo triste en su voz-.

-No lo sabía…

-Es mejor que te vayas- dijo muy serio-El bosque puede ser peligroso.

-¿entonces porque vives aquí?-pregunte-.

-No tengo opción… - poso una mirada muy seria y fría en mi- vamos te
acompañare hasta la salida… ¿Eran sus padres algún tipo de
guardabosques?
Se aproximó a unos centímetros de mí pero no demasiado con su
mano me indico el camino de regreso y solo empecé a caminar
despacio cerca de él sin ningún reproche ni nada, me sentía como una
niña traviesa y a él el adulto que me reprende por mis malas acciones.

-¿y a tu opinión que es lo que lo hace tan peligroso?- le pregunte para


quitar el absoluto silencio de nuestra parte ya que para mí seguía
siendo como en mis sueños muy pintoresco y claro con las aves
cantando.

-¿iras hoy al instituto?-ignoro mi pregunta-.

-¿si porque?

-Por nada, es solo que es raro que una chica el día martes que tiene
que ir a estudiar se levante en la madrugada a caminar en el bosque.

-si supongo que es raro- me reí con el ante mi comportamiento poco


lógico. “Estas perdiendo la cabeza” me recordé- ¿Y qué hay de ti, eres
un chico que vive en el bosque y se levanta en la madrugada a sacar a
su compañera de física, un día martes que tiene que ir al instituto?

-Sí creo que también es raro -se rió ante mi argumento-.

La conversación era muy amena, era interesante y divertido hablar con


Nicolás, me sentía muy cómoda y extrañamente podía sentir como si
ambos estuviéramos acostumbrados a estas charlas del uno con el
otro.

A unos metros del fin del sendero paramos en un instante y nos


quedamos viendo mutuamente a los ojos, sentía que de alguna
manera sus ojos oscuros atravesaban mi ser y mi tiempo se congelo
en este momento, de repente escuche un ruido de tras de nosotros,
salte viendo que había sido y no pude ver nada, regrese mi mirada a
Nicolás quien estaba repentinamente aterrado observando en esa
dirección como si pudiera ver algo que yo aún no, di otra vista y a lo
lejano miraba una especie de sombra y no estaba segura si era mi

Roció S. Constanza.
imaginación pero sentía que se aproximaba, ahora si estaba
congelada del miedo.

-¡Kari corre!-me dijo Nicolás-.

Faltaba muy poco para salir completamente del bosque cuando vi


como una especie de sombra nos estaba rodeando, entonces sentí
que Nicolás freno su marcha y yo voltee a ver que le había pasado y
sin tocarme extendió su mano hacia delante y me expulso en una
especie ráfaga de viento o energía fuera del bosque.

Entonces inmediatamente volteo e hizo lo mismo con la sombra al lado


opuesto quien se dispersó casi al instante como yo al salir del bosque,
continuamente a esto Nicolás se dio la vuelta y me miró fijamente.

-¡No intentes entrar al bosque!-ordeno- ¡vete a tu casa!

-¿Nicolás que pasa?- pregunte aterrada.

-No te preocupes-me calmo-Todo estará bien.

Entonces su silueta empezó a ponerse borrosa hasta desaparecer.


Tuve que calmarme antes de intentar pararme de donde me había
dejado la ráfaga después de expulsarme justo a unos centímetros de
la entrada del bosque. Desde afuera y en esta posición el bosque
había tomado una apariencia tenebrosa y lúgubre.

Mi mirada no dejaba de ver en el bosque como si él mágicamente


fuera aparecer de nuevo, no sabía qué hacer, tenía muchas preguntas
aún no estaba segura si todo había sido una ilusión como me pareció
al inicio cuando entre al bosque. Por más que le di vueltas al asunto
nada tenía sentido, insegura de mi decisión tome rumbo hacia mi casa
antes de que Emily se despertara y notara mi ausencia. Con más
deprisa que antes camine hasta llegar, Emily no se había levantado y
camine directamente hacia mi cuarto, puse el seguro en la puerta y me
desplome en el piso no podía pensar en nada más que en todo lo que
había visto. ¿Exactamente que había sido eso?
La alarma de mi mesita de noche sonó, ya eran las seis y tenía que
empezar a alistarme para ir al instituto. No estaba segura si iba a ir
luego de lo que pasó pero tenía que hacerlo. Tenía que hacerlo para
ver a Nicolás, tenía la pequeña esperanza de encontrarlo ahí y ver que
nada de lo que imagine paso, que realmente había perdido la cabeza.
¡Me niego a creerlo! solo fue un juego de mi mente, una ilusión.

Me aliste e intente relajarme lo más posible para disimular todo lo que


se supone que había pasado, Emily grito desde abajo que ya había
hecho el desayuno, baje no antes sin tomar una respiración honda por
cualquier cosa.

-Buenos días-dijo Emily-.

-Buenos días- no quería entablar una conversación así que solo


empecé a comer como si tenía mucha hambre.

-¿Te levantaste con gran apetito hoy?

-Eso parece-le dije de manera casual-.

-Eso es bueno…

Terminamos de arreglar todo, salimos de la casa y nos subimos al


auto. Emily no arrancaba por alguna extraña razón.

-¿Qué pasa?- le pregunte ansiosa.

-Tu cinturón.

-Si es cierto, lo siento. – me lo abroche y tomamos nuestro rumbo para


el instituto.

Desde que nos bajamos eche una mirada a todo mi alrededor en


búsqueda de Nicolás mas no lo encontré… nos topamos con los
demás y como teníamos algo de tiempo empezaron a hablar de algo a
lo que no le preste la más mínima atención-

-¿te sientes bien?- pregunto León en tono bajo solo para que yo lo
escuchara-.

Roció S. Constanza.
-Sí.

-¿Qué buscas?-pregunto, al parecer era mala disimulando o León era


muy observador.

-Nada en realidad.

Entonces vi a Lisa cuando la vinieron a dejar, ella bajo del auto y


sintió mi mirada a lo que apresuro su paso en para entrar al edificio.

-¡Lisa!-le grite corriendo hacia ella.

-¿Qué pasa Kari?-pregunto tímidamente-.

Reaccione lo que había hecho así que intente calmar mi ansiedad.

-Nada en realidad. Hola-dije saludándola-.

-Hola- respondió confundida-¿Sucedió algo?

-Mmm ¡no nada!-exclame.

Quería preguntarle que sabía de Nicolás pero no hallaba la manera de


hacerlo…

-Es sobre Nicolás- dijo de repente.

-¿Qué sabes de él?-pregunte sorprendida de que haya adivinado lo


que le quería preguntar.

-¿Qué quieres saber?

Todo empezando como es que vive en el bosque, como me expulso de


ahí sin tocarme, que era la sombra esa y porque después se
desvaneció así por así y podrías continuar con quien es, y que era el
-pensé-.

-Nada en realidad-ahora seria yo la que le diera respuestas


automatizadas- ¿Cómo sabes que te iba a preguntar por él?

-Micaela lo hizo ayer era de esperarse que alguien más lo haría.


-Entiendo- dije odiando a Micaela por acosar a Lisa para sacarle
información de Nicolás, claro lo que yo estaba haciendo era
completamente diferente- ¿Es decir que no lo conoces?

Pude ver duda en su mirada antes de contestar, como si ella también


quisiera saber lo que sabía de él.

-Solo un poco… ¿y tú Kari hay algo que sabes de él?

-Nada en realidad.

Las clases terminaron y no lo vi por ningún lado, en otra ocasión que


me encontré con Lisa le pregunte nuevamente por él no lo había visto
tampoco, ni Emily ni Nora al parecer ese día se ausento.

Ahora si estaba preocupada y asustada, su ausencia era prueba de


que si paso algo esta madrugada.

Luego de llegar a casa aproveche que Emily saldría con Nora de


compras, yo me excuse diciendo que no quería ir porque tenía que
repasar física, ellas por su parte insistieron hasta que se aburrieron y
se fueron.

Como Emily se llevó el auto tome mi bicicleta y di marcha al bosque,


estaba decidida encontrar a Nicolás pasara lo que pasara. Me
apresure a caminar hacia el sendero cuando alguien me tomo del
brazo antes que entrara. Me di la vuelta al instante y me sorprendió lo
que estaba viendo.

-¿Lisa que haces aquí?

-Deteniéndote de que cometas una locura-explico muy seria-.

-¿De qué estás hablando?

-De entrar al bosque, es peligroso aun de día. ¿Te has puesto a


pensar si te pierdes y llega la noche?

-Solo caminare por el sendero-mentí-.

-no mientas sé que iras a buscar a Nicolás.


Roció S. Constanza.
-¿Cómo lo sabes?

-es una larga historia.

-Solo quiero asegurarme de que este bien…

De un momento a otro sentí como una avalancha de escalofríos


atravesó mi ser, Lisa cambio su vista de momento hacia el sendero y
yo la seguí, ahí estaba el parado al pie del bosque mirándonos a las
dos.

-¡Nicolás!-Dije aliviada de verlo-.

-Sabía que regresarías… ¡te dije que no intentaras entrar al bosque!

-Solo quería saber si estabas bien…

-Los dejare solos… -dijo Lisa de cuya presencia me había olvidado.

Se marchó sin decir nada más. Ahora solo estábamos él y yo en ese


lugar.

-¿Qué fue lo que paso esta mañana?-pregunte-.

-Es una larga historia…

-Adelante tengo tiempo-interferí antes de que decidirá no decirme-.

Capitulo IX
¿Crees en los fantasmas?

-¿Crees en los fantasmas?- me cuestiono-.

-¿Fantasmas? ¿Me dirás que la sombra de la mañana era un


fantasma?

-Exacto.
No sabía que decir, en toda mi vida no considere la existencia de algo
no vivo, un fantasma por ejemplo. Mi madre era una mujer escéptica
ante el tema, vagamente recuerdo una historia de mi abuela hace
muchos años y mi imaginación no prestaba atención a esas fantasías.
Claramente podría decir que no pero en vista de los últimos
acontecimientos no tenía otro argumento mejor, yo misma había
experimentado un suceso inexplicable al cual le había dado la misma
explicación. El pelirrojo aun divagaba en mi cabeza y no sabía si mi
cabeza lo había inventado todo.

-¿Cómo lo sabes? ¿Cómo sabes que es un fantasma?-pregunte.

-Porque yo-tomo una ligera pausa- yo soy un fantasma.

Mi cerebro se congelo con su última oración. ¿Podría ser cierto?


¿Nicolás un fantasma?

-No luces como un fantasma… -dije negando su afirmación-.

-Solo porque eh logrado plasmarme en este mundo terrenal.

Me desplome en el suelo intentando hallarle un sentido a sus palabras,


el intento acercarse a mí pero sus manos estaban en el aire
completamente presionadas como si fuera rehén de alguna barrera
mágica que no le permitía salir del bosque…

-¿Estás bien?-pregunto preocupado-.

Sin decir nada me levante despacio y coloque mis manos enfrente a


las de él comprobando si existía tal barrera, no sentía ninguna barrera
pero si sus frías manos, el escalofrió recorrió completamente mi
cuerpo pero… conocía estas manos y la sensación que estas me
provocaban no el frio sino el confortamiento y la estabilidad,
pertenecían aquel chico de mis sueños, que día a día fue apareciendo
desde que vivo en Timesong City… lentamente bajamos las palmas
solo un poco y entrelace mis dedos con los de él aun el aire.

-Eres tu-le dije viéndolo a los ojos- ¿eres tu quien aparece en mis
sueños?

Roció S. Constanza.
Esta pregunta le sorprendió de tal manera que no dijo nada solo me
miraba. Moví solo un centímetro mi mano hacia mi dirección ahora
sentía la barrera que había imaginado que paro a Nicolás, la barrera
no paraba mi cuerpo pero si mis manos que estaban entrelazadas a
las de él. La barrera existía, así como el existía. Ya no era solo el chico
de mis sueños sino que también era un fantasma esto no podría ser
más extraño.

Di un paso adelante y él lo permitió que entrara al bosque. Solté una


de mis manos y la aproxime a su cara; lo miraba, escuchaba y
sentía… con eso como podía creer que él era un fantasma.

-¿Quién eres Nicolás?

-No lo sé… realmente esa es la historia que quisiera recordar…

-¿No lo sabes? ¿Nada?

-No, nada. Solo sé que llevo mucho tiempo así…

Caminamos de la mano hacia adentro para que nadie nos mirara, a


unos metros de la entrada paramos en una vieja banca que se
encontraba ahí desde hace muchos años.

-mi único recuerdo de mi pasado es el atardecer de algún día… y que


me llamo Nicolás.

-¿Cómo supiste que estabas muerto?

-Por Helen Dolían… Ella intento liberarme de alguna manera hace


años mas no pudo.

-¿Dolían?-dije recordando el apellido en Lisa.

-la abuela de Lisa

-¿Ella intento liberarte?-dije confundida-.

- Conocí a Helen cuando ella era joven, ella caminaba recolectando


flores en el bosque cuando me encontró divagando perdido en el
bosque, en ese entonces yo no podía materializarme como ahora así
que para ella fue fácil entender que no era una persona viva. Intento
muchas cosas, más no funciono, en todo el proceso aprendí a
canalizar mi energía para ser una persona sólida, eso mucho antes de
que naciera Lisa. Ella es una médium al igual que Lisa por eso pude
conectarme muy bien con las dos.

-¿Lisa es una médium?

-Sí, el don fue heredado de su abuela. –dijo soltando mi mano y


tomando espacio entre nosotros-.

-¿Qué hay de la sombra de la mañana que nos persiguió?

-Es irónico como sé más de su vida que de la mía, tengo su memoria


pero no la mía… -dijo con tristeza- Su nombre es Saúl Black, es un
hombre que ha existido tal vez más del doble de tiempo que yo. En su
vida fue un hombre trabajador y amoroso. Tenía una esposa e hija
pequeña a la cual amaba más que a nada en este mundo, él siempre
trabajaba y daba todo de el por su familia. Hasta que un trágico día lo
perdió todo y quedo solo en este mundo.

-¿Qué fue lo que paso?

-Un día la esposa e hija decidieron salir de picnic, ya que era un día
soleado y aparentemente perfecto. El prometió alcanzarlas cuando
terminara los pendientes de la casa que llevaba construyendo por
varias semanas. Era la casa que tanto había anhelado con su esposa
donde viviría y vería crecer a su hija, y donde posteriormente a eso el
envejecería agradecido de todo lo que había realizado en su vida al
lado de su mujer. El tiempo fue transcurriendo y el absorbido por su
trabajo no se percató que ya era tarde, el día soleado había cambiado,
ahora era un día muy nublado y la lluvia había empezado a caer de
repente. Sabía que su esposa estaría molesta por dejarlas plantadas
así que tomo dos paraguas y dos abrigos y se encamino al rio donde
las encontraría. Llego de bajo de la gran lluvia al lugar y todo lo que
pudo ver fue la canasta del picnic y la manta sujetada a la raíz de un
árbol, el nivel del agua había subido mucho y la corriente era cada vez
más fuerte. Asustado empezó a correr rio abajo pensando lo peor, los
Roció S. Constanza.
rayos no paraban de caer y la lluvia cada vez se hacía más fuerte.
Pasaron unas cuantas horas la noche había caído solo una tuene luz
de luna alumbraba su camino, exhausto por su búsqueda no dejaba de
buscarlas por todo el bosque y cerca del rio, cuando observo flotando
en el agua una pañoleta roja de su hija, se metió al rio y la extrajo sus
ojos se llenaron de lágrimas al tenerla en sus manos, no se rindió,
guardo la pañoleta en su pantalón y siguió, no mucho tiempo paso
cuando vio un extenso cabello oscuro atorado en las raíces de un
árbol. Entro nuevamente al rio y le dio vuelta al cadáver dueño de ese
cabello y con sus manos lo apretaron contra su cuerpo, el cadáver de
su esposa a la que tanto amaba estaba todo lastimado tenía un golpe
fuerte en la cabeza y no se percató de la sangre que había en el agua
hasta que él estuvo ahí. –Miriam- exclamo con lamento y ojos llorosos.
No soltó el cuerpo en lo absoluto por un prolongado momento, sabía
que nunca encontraría a su hija pero el seguiría buscándola pasara lo
que pasara. Desenredo el cabello de su esposa y extrajo el cuerpo del
rio, lo llevo a su casa. Al entrar por la puerta cargando el cuerpo en
sus brazos le dijo- ¿recuerdas cuando hice esto cuando nos
casamos?- la llevo a su habitación, en donde la seco y cambio, peino
su largo pelo y la acomodo en la cama de manera que ella quedara
sentada. El tomo asiento delante de ella en una silla, la miro por un
largo tiempo hasta que voltio a la ventana a ver la despejada luna, se
aproximó al enorme ventanal y con un dolor pensó en su hija. –Volveré
pronto- le prometió y volvió a salir a buscarla con una lámpara… busco
por varios días seguidos sin descanso, no había comido ni dormido en
lo absoluto, no encontró nada. Hasta que una noche entro a su casa
después de tanto tiempo, corrió a la habitación principal que era la
suya y se acercó al cuerpo de su esposa y le dijo- cariño nuestra bebe
salió de viaje pero volverá pronto.- le aseguro. Y beso su boca, -es
hora de dormir- la acostó y él se acostó con ella en su lugar derecho
de la cama como siempre lo había hecho en todo su matrimonio.

-¿El la beso?- me aturdí-¿ella no estaba muerta?

-Así es… él le dio vida en su mente, a la mañana siguiente hizo todo lo


que hubiera hecho con normalidad, hablaba a su esposa, se mantenía
en su habitación, el tiempo siguió transcurriendo y su mentalidad fue
decayendo cada vez más, un día llego un amigo del pueblo
preocupado por su ausencia. Toco y toco la puerta pero él no abrió e
incluso le tapó la boca a su esposa y le dijo que no hiciera ruido nada
para que no se diera cuenta de que estaban ahí. Luego de eso mando
una carta a este señor inventando una historia de un gran viaje para
que no los molestaran más. Se preguntaba a sí mismo y a su esposa
de cuando acabaría el viaje de su hija. Como puedes ver perdió la
razón.

-¿Cómo sabes todo esto?

-No lo sé. Como te digo no recuerdo nada de mi vida, pero sé que


Black y yo tenemos una conexión de alguna manera. Puedo recordar
todo lo que fue de su vida pero después de que murieron su esposa e
hija todo se hace confuso. No sé si son recuerdos o imaginaciones
suyas.

-¿y cómo murió?

-Hablaba solo, andaba de un lado a otro dentro de su casa, su


desesperación cada vez fue más fuerte, hasta que un día bajo al
sótano y estuvo ahí por siete días sentado en el suelo pensando en
que podía hacer, la noche del séptima día un demonio se le apareció.

-¿Un demonio?-no entendía lo que decía en realidad.

-un espíritu maligno con atributos especiales. Dones por decirlo de


otra manera.

-¿Cuál era el don de este?

-Detectar victimas fáciles. Black fue un blanco fácil todo el tiempo, su


psicosis lo mantuvo en una especie de estabilidad emocional para no
decaer en el suicidio. Hablo con el demonio un largo tiempo, entonces
el demonio le prometió concederle dos cosas que él quisiera.

-¿Qué le pidió?

Roció S. Constanza.
-como su cordura no era buena, lo primero que le pidió fue que la casa
fuera siempre perfecta tal como el que la habitaba quisiera.

-¿Es decir que la casa existe todavía?

-Así es.

-¿Dónde?

Se quedó pensando en que responderme.

-Aquí en el bosque. Es la razón por la que él no ha dejado el bosque


después de tanto tiempo.

-¿Él tiene que ver con las desapariciones? –pregunte con escalofríos.

-Sí.

-¿Cuál fue la segunda cosa que pidió?

- Que volviera su hija.

-¿y volvió?

-Él le prometió que volvería. Pero a cambio él tendría que hacer un


ritual para que ella volviera. El demonio le pidió que hiciera un ritual a
él. Tomo cuatro espejos y los coloco desde cuatro ángulos distintos,
siguiente a esto hizo un circulo y en el coloco unos puntos en los que
después trazo unas líneas formando una constelación de lo cual no se
percató nunca. El demonio dijo que necesitaba unos ojos para que la
hija pudiera ver el camino a casa pero estos no tendrían que ser los
suyos. Y debían estar en el ritual el señor tomo su escopeta y una
navaja y salió a buscar un animal pero solo pudo encontrar un venado,
lo mato y llevo consigo todo el cadáver al sótano, extrajo los ojos con
cuidado y los metió en el círculo, tomo también tres velas y las coloco
en la orilla de este círculo formando un perfecto triangulo. El demonio
complacido dijo que solo faltaba que él se pusiera en el círculo y diera
su sangre completamente, porque su sangre llamaría a los de su
sangre. Tomo la navaja y se hizo cortes en las muñecas y la garganta,
se acostó dentro del circulo extendiendo las manos y cerró los ojos,
sentía su propia sangre abandonar su cuerpo pero también sintió algo
más desprenderse de él, su alma. Su alma abandono centímetro a
centímetro su cuerpo. Los cuatro espejos que estallaron en sincronía,
las tres velas se apagaron simultáneamente cuando su sangre se
derramo completamente y los dos ojos de venado habían cambiado de
un color negro a un color completamente blanco habían formado al
fantasma, se asustó a sí mismo al verse fuera de su cuerpo y por fin
después de tanto tiempo tuvo un momento de lucidez, se dio cuenta
de todo lo que había pasado y lo que había hecho pero ya no había
vuelta atrás.

-¿Qué paso después?

-Siguió siendo lo que es hoy en día, un fantasma. Un peligroso y


psicópata fantasma. Que sale de la casa de noche y divaga por el
bosque buscando energía y victimas para pagar la deuda de las
muertes que le debe al demonio y a si encontrar a su hija.

-¿Cómo obtiene la energía?

-Creo que ya te asuste demasiado por hoy-dijo con una media


sonrisa-.

-pero tengo curiosidad-replique-.

-La toma de las personas vivas.

-Oh!-exclame sin poder decir más-.

-No te preocupes no te hará nada-prometió- No importa que, cuidare


de ti.

-¿Por qué no fuiste hoy al instituto?

-La energía es algo difícil -explico- en la mañana utilice mucha para


sacarte del bosque y alejarlo a él, no pude materializarme por mucho
tiempo. Y sin ella no puedo salir del bosque ya que al igual que él
estoy atado, no importa cuánto tiempo permanezca fuera el bosque

Roció S. Constanza.
siempre me succionara a él nuevamente. Es como un imán enorme
que atrae a uno más pequeño.

-¿y tú?- pregunte con escalofríos…

-¿yo que?- pregunto confundido.

-También tomas la energía de otras personas-.

-Ah…-suspiro desalentado volteando el rostro para otro lado- sí.

-¿y esto daña a las personas?

-depende-tardo un momento de decir lo demás- de cuanta energía


absorbas de la persona.

-¿Qué pasa si se absorbe demasiado?...

-La persona probablemente muera…

La tensión se había vuelto algo incomoda, cuando volvió a ver mis


ojos vi algo que lo asusto y nuevamente cambio la mirada.

-¿Qué sucede?

-Hay distintas formas de tomar la energía de los demás-explico- una


de ellas es estar lo suficientemente cerca de esa persona y tener
algún tipo de contacto…

-¿Es decir que as absorbiendo la mía?-pregunte-.

-intente no hacerlo-dijo tomando una ligera distancia-intento rechazarla


lo más que puedo la tentación de hacerlo porque puede ser muy
peligroso.

Nos quedamos en silencio nuevamente, el me miraba fijamente tanto


que empecé a sentirme nerviosa, sin poderlo evitar mis mejías se
enrojecieron y tuve que bajar mi mirada.

-¿Qué sucede?- me pregunto sutilmente.


-Solo me pregunto porque me miras tanto… -dije encontrando sus ojos
negros-.

-¿Kari que has soñado conmigo? –Pregunto de repente-.

Me congele en el instante, yo misma me había delatado con ese


pequeño secreto mío. No necesitaba verme en un espejo para saber
que mi cara se estaba poniendo de un color rojo por la vergüenza.
Quite mi vista de sus profundos ojos de noche y vi hacia el suelo.

-bueno-vacile por un momento- realmente han sido sueños extraños.

-¿Qué tan extraños?-pregunto curioso- ¿A mí como el fantasma que


soy?

-No, en lo absoluto.-me sorprendió la manera en que lo dijo- Nada se


asemeja a lo que me has dicho… por alguna extraña razón te eh
soñado sin conocerte desde que vine a Timesong City… Es como si te
hubiese conocido de alguna vida pasada.

-¿Qué tu y yo nos conocimos?

-Si-dije más apenada-.

-¡Que envidia!-respondió-.

-¿A qué te refieres?

-me refiero a que me gustaría saber cómo hubiera sido si tan solo
quizás-suspiro-tu y yo nos hubiéramos conocido. Me gustaría soñar y
vivir en ese mundo ideal, rodeado de fantasía donde los dos estemos
en las mismas condiciones como iguales, y no como la realidad es.

Levante mi mano y la aproxime a su rostro pero él se alejó.

-Lo siento-.

-No te preocupes. –Respondió-Es solo que no quiero tomar más de tu


energía...

Roció S. Constanza.
-¡Oh!... cierto- dije recordando lo que me acababa de decir sobre el
contacto-¿Por qué un fantasma decide ir a un instituto?

-En realidad no fue una decisión concretamente-dijo recordando algo-


fue más una necesidad.

-¿Necesidad? ¿Por energía?...

-No. Necesitaba verte…

-¿A mí? ¿Por qué?

- Puedo garantizarte que no eh soñado contigo, pero la primera vez


que te vi pude jurar que te conocía.

-Creí que no recordabas nada de tu vida.

-Y así es no recuerdo nada de mi vida. Sin embargo me pareciste tan


familiar.-frunció el ceño- un día andaba caminando fuera del bosque,
vagando por esta pequeña ciudad cuando escuche a una persona
llorar en una casa… no es como si no hubiera escuchado antes llorar
a alguien, pero no pude evitarlo y me acerque a la casa, seguí el
sonido y al ver atreves de la ventana del segundo piso ahí te vi por
primera vez, eras tú la que lloraba en la oscuridad de la habitación…
cuando vi tu rostro sin saber cómo ni porque lo sentí tan familiar, tan
conocido y único. Seguí llegando los siguientes días, me acercaba a
la ventana y te miraba triste. A pesar que miraba que estabas
acompañada miraba tanta tristeza y soledad en tus ojos.

-Si lo sé-confesé- aun con compañía me sentía sola.

-Entonces quise acércame a ti, la soledad que ambos sentíamos era la


misma. Lisa me dijo que era mala idea pero como sentía conocerte de
alguna forma tal vez podrías ayudarme a recordar mi pasado.

-¿Cómo?

-No lo sé… Ella cree que tal vez tengas alguna relación con mi
pasado.
-¿Es eso posible?

-No lo sé, creo que no. Pero si recuerdo mi pasado tal vez encuentre
la forma de liberarme…

-¿Entonces como lo haremos?

-¿hacer qué?

-hacer que recuperes tu memoria.

-¿me ayudarías a recuperarla?- dijo sorprendido-.

-no te ayudaría-dije muy seria viendo su cara confundida- te ayudare.

-¿¡Donde empezamos!?-pregunte con entusiasmo.

-Empezaremos llevándote a tu casa-dijo observando al cielo- ya es


muy tarde y es posible que él salga en cuanto oscurezca. Es más
fuerte en la noche.

Empezamos a caminar a la salida juntos.

-¿él puede salir del bosque también?

-Si… pero solo en noches especiales… -aseguro-no te preocupes.

-¿tú puedes salir ahora?

-lamento haber tomado tu energía-dijo disculpándose- no ha sido mi


intención… cuando nos tomamos de la mano era imposible detenerla.
Así que si tengo la suficiente para llevarte lejos a tu casa.

-Entonces no esta tan mal-dije para quitar su culpa- tómala cuando


quieras.

Esto no le cayó en gracia, vi un gesto de disgusto en su rostro, así que


solo guarde silencio.

Al salir del bosque Lisa nos estaba esperando sentada debajo de la


sombra de un árbol. Esta tarde Lisa lucia algo diferente a lo normal, no
solo su expresión facial era distinta sino que su vestuario también

Roció S. Constanza.
vestía completamente de negro, una botas largas, pantalón ajustado y
blusa completamente de negro; su cabello corto y castaño estaba
sujeto en una coleta haciéndola lucir más adulta y seria. Al vernos se
puso de pie y se acercó a nosotros.

-¿y bien?-pregunto con cautela-.

-Nos ayudara a investigar quien fui-respondió Nicolás-.

-¿estás seguro de involucrarla en esto Nicolás?

-Si-respondió firmemente Nicolás-.

-De acuerdo- dijo Lisa con una cara de arrogante-¿Karina estás


segura de querer esto?

-¿no veo por qué no hacerlo?-Respondí-¿tu si Lisa?

-La peligrosa cercanía que pueda surgir entre ustedes dos es una de
ellas-dijo-pero ya que estamos en esto los tres podremos investigarlo
más pronto. Pero debes de saber de los riesgos del contacto físico…

-Ya le explique-la interrumpió Nicolás-.

-Haberse tomado las manos ha sido mala idea-regaño Lisa- Desde


hoy quiero que haya una distancia prudente entre ustedes dos.

-Lis ya pareces como una madre, sabias -dijo en broma Nicolás-.

Lisa se puso roja, al parecer había algo en ella que no había


observado hasta este momento, a Lisa le gustaba Nicolás. Como
había cambiado su rostro cuando Nicolás le dio su observación, la
manera en que lo protegía, lo ayudaba y celaba en este momento. Sin
duda Lisa y Nicolás habían hecho algún tipo de conexión en todo este
tiempo que se conocían y a ella le gustaba sin lugar a dudas… la
cuestión era si ella era consciente de este hecho y más importante aún
si Nicolás se había dado cuenta también.

-Bueno creo que es todo por hoy- dijo Lisa viendo al cielo- llévala a su
casa, necesito hablar contigo así que esperare aquí.
-Claro-respondió Nicolás-.

-Adiós Kari-se despidió Lisa sentándose nuevamente donde estaba-


nos vemos mañana.

-Adiós Lisa…

Tomamos la bicicleta y en lugar de montarnos en ella solo la


arrastramos por el camino. Íbamos caminando en silencio cuando me
vi en la necesidad de preguntarle a Nicolás sobre Lisa.

-¿Tu y Lisa son muy unidos?

-Si, como te he dicho antes conozco a Lisa desde hace mucho tiempo.
En realidad desde que era un bebe-dijo con ternura- Helen Dolían la
presento a mi unos meses después que nació.

-¿y Lisa siempre ha sido cómo es?

-¿A qué te refieres?-pregunto levantando una ceja.

-Bueno… como explicarlo, eh notado que Lisa tiene un carácter muy


cambiante, normalmente se muestra sumisa y tímida y otras tiene una
presencia fuerte y directa.

-Es un reflejo de su habilidad con lo sobrenatural. Puede sentir las


presencias negativas como las positivas… además ella es un conjunto
de maravillas…

-¿Ah sí?-dije un tanto celosa-¿Cómo cuáles?

-Es divertida, amable, confiable, realista, una persona tímida sin duda
pero con la suficiente fuerza para defender sus creencias y un gran
amor por la naturaleza, entre otras cosas… te darás cuenta mientras
se vayan conociendo.

-Si eso creo…

-¿y qué hay de ti?

-¿Qué hay de mi sobre qué?

Roció S. Constanza.
-¿Qué hay de tu vida?-dijo como si fuera obvio-.

-No sé por dónde empezar… -admití- ¿Qué quieres saber?

-¿Por qué te mudaste a Timesong City?

-hace muchos años yo viví aquí-explique- y cuando murió mi mamá,


ella siempre quiso que su cuerpo se enterrara aquí… entonces me
quede en esta ciudad.

-¿Cómo murió?

-Fue un accidente automovilístico… esa noche estaba lloviendo


mucho, el camino era poco seguro y su auto patino hasta impactar un
poste-dije conteniendo mi tristeza lo más que pude-ella murió
inmediatamente.

-Lo lamento-dijo con culpa-.

-No, está bien… es algo que voy superando poco a poco.

-¿y qué hay de tu padre?-cambio el tema-.

-Nunca lo conocí, él se fue antes de que yo naciera… nunca supe


nada de él.

-¿Y Emily?-.

-Emily es mi mejor amiga. Ella y yo crecimos juntas, nuestras madres


también fueron amigas… optaron por carreras iguales, trabajaron y se
volvieron socias de una empresa de publicidad, y cuando falleció mi
mamá la madre de Emi nos acompañó por un breve tiempo pero no
podía dejar su trabajo por mucho así que se regresó y Emily se quedó
a vivir conmigo.

-¿Timesong city es una ciudad pequeña porque quedarse aquí?

-Siempre ame este lugar. Mis más felices y viejos recuerdos son aquí.
Tenía amigos, conocía el lugar, mi abuela vive aquí y siempre había
soñado con regresar y formar mi vida aquí.
-Entiendo…. ¿tu abuela vive con ustedes?

-No ella vive en un asilo, disfruta estar ahí con los de su edad. Es
realmente feliz ahí. Algún día te llevare para la que conozcas… es una
persona muy grande pero con un espíritu de joven aventurera.

-¿Lo prometes?

-¿Qué?

-llevarme a conocerla.

-¡Sí! claro… te caerá muy bien.

La charla siguió siendo amena todo el resto del camino, hablamos del
instituto y muchas cosas más, hasta llegar a casa.

-Bueno es aquí, pero eso ya lo sabes verdad -dije riéndome de la pena


porque él me había visto llorar-.

-Si –dijo-Lo siento. Te prometo que solo fue por esos días…

-Está bien –dije despreocupada-¿y gustas pasar?

-Creo que por hoy no… hay personas adentro –Voltee a ver y ahí
estaba el auto estacionado, Emi ya había vuelto y no me había dado
cuenta de eso- además creo que a Lisa no le gustara si la hago
esperar mucho…-agrego.

-Lisa-por supuesto otro piquete de celos se apodero de mi- tienes


razón te está esperando.

-Cierto-dijo aproximándose más a mí, por un momento imagine esas


películas donde el chico lleva a la chica a su casa, caminan juntos
hasta la entrada, se paran en la puerta y antes que ella entre él le roba
un beso de los labios, esto era muy parecido a eso… excepto que
aquel chico no era un fantasma, me acerque un poco a él en
respuesta a la cercanía pero dijo-Creo que es mejor que entres, te veo
mañana Kari… -dijo y se dio la vuelta y empezó a caminar de regreso.

-Espera- le grite-.
Roció S. Constanza.
-¿Qué sucede?

-¿iras mañana al instituto?

-Si-dijo con una sonrisa en sus labios- te veo haya. ¡Hasta mañana!

-¡hasta mañana!-le respondí-.

Me quede observando su partida… él se desvaneció luego de unas


casas. Cuando la puerta detrás mía se abrió y me jalo para adentro de
la casa.

-¿Qué?-exigí saber-.

-¿Cuéntalo todo?-Dijo Nora

-No es justo Kari yo lo vi primero.-protesto Emi.

-¿De qué están hablando?

-De tu y Nicolás-explico Nora con decepción-.

Me asuste, que habían visto ellas… habían visto desvanecerse en el


aire a Nicolás.

-Explíquense-ordene-¿Qué vieron?

-que estaban en la puerta….-dijo Emi apenada- oímos cuando le


hablaste y luego él se marchó.

-Ah… si es que salí a caminar y me lo encontré, hablamos de física y


me acompaño hasta la casa… nada mas-explique omitiendo detalles.

-¿Solamente?-dijo escéptica Nora-.

-Si… les había dicho que estábamos juntos en física.

-¿y te explico lo de Lisa?-pregunto Emi-.

-¡Explicar! ¿Sobre Lisa? ¿A qué te refieres?-estaba algo confundida.

-¡Si son novios o no!-dijeron unánimemente-.

-Ah!.. Eso yo creo que no.


-de acuerdo-dijo Nora-.

-Eso significa que está disponible-interrumpió Emi-.

-¡No es así!-dije molesta, lo cual llamo ambas atenciones- Creo que


entre él y Lisa puede haber algo aunque no sean precisamente novios.

-¡ah por favor!-dijo decepcionada Emily-.

-Ni modo-se resignó Nora- A veces las cosas son así.

Eran sorprendentes las emociones que causaba Nicolás con las


demás chicas… El sin duda era muy atractivo, su físico era ideal y
perfecto al de un chico de 17 años probablemente pasaría de 18 si él
quisiera, vestía de negro siempre y aunque su vestimenta no era
llamativa atraía la atención de ellas. Sus brazos no tenían músculos
exagerados pero definidos completamente, tenía un torso semi-
delgado como si en vida hubiera sido muy atlético, era alto y su rostro
contenía muchos detalles como su mentón varonil y la alineación de
su cara que lo hacían ver aritméticamente perfecto, sus ojos oscuros
traspasaban los de cualquiera a pesar de lo negro que eran en esa
oscuridad se encontraba cierta luz, era la luz de su alma; era un alma
transparente y buena, sus labios eran los ideales para aquel rostro tan
perfecto y su pelo de azabache, despeinado y juguetón culmina su
aspecto físico con algunos mechones de su pelo que caen en su rostro
siempre, no era mucho ya que su pelo no era largo pero lo suficiente
para que unas cuantas puntas del pelo tocaran sus cejas. Pero
también había detalles invisibles que no se pueden apreciar en su
físico que podría decir de él, como el caballero que era puesto que es
muy educado, amable, protector, sincero, gentil. Su oscura apariencia
no mostraba eso. De no haberlo tratado probablemente solo lo
categorizaría como apuesto. Tal y como Nora y Emily lo hacen. La
noche paso lentamente tenía mucha información que procesar… le di
vueltas al asunto hasta que termine completamente dormida.

-La luna esta hermosa-reflexione en voz alta, estaba viendo el cielo en


una terraza que no conocía.

Roció S. Constanza.
- Lo se… esta noche es perfecta-me contesto Nicolás-.

-Pero hay un poco de nubes y casi no se miran las estrellas-dije

-Tonta-dijo obligándome a voltear con su mano en mi rostro-el cielo no


es lo que hace esta noche perfecta.

-¿Ah no? ¿Entonces qué?

-Estar contigo Ada-.

Nos miramos uno al otro, era Nicolás sin duda pero ahora en lugar de
ojos negros los tenia verdes, ¿realmente era Nicolás? era
exactamente igual a él, se aproximó a mí, nuestras manos se
entrelazaron… inconsciente cerré mis ojos y nuestros rostros
siguieron aproximándose cuando la puerta de la terraza se abrió
brutalmente, un humo negro empezó a surgir de está y Nicolás se
interpuso entre la especie de humo y yo.

-Aléjate de ella-ordeno-.

Pero esta en lugar de eso empezó a integrarse en un sitio enfrente de


Nicolás, estaba tomando una forma, yo estaba paralizada del miedo.

-¡Ada corre!-ordeno Nicolás-.

De la sombra que aún no se había terminado de formar salieron dos


brazos, que tomaron a Nicolás por el cuello y lo azotaron contra el
suelo… Él estaba muriendo y yo no sabía qué hacer, Nicolás quedo
completamente inconsciente o muerto no podría saber con exactitud y
ahora la sombra se movía hacia mí.

-¡Aléjate!-ordene pero no lo hizo-.

Con su mano estirada hacia mi roso mi rostro y una ola enorme de


escalofríos me atravesaron…

-Hija-dijo una voz mortífera, en un intento de alejarme caí por encima


de la barandilla de la azotea y estaba cayendo desde el segundo nivel
hasta que desperté por el golpe
-Todo era un sueño-me recordé.

CAPITULO X

Extracurriculares

El sueño había dejado una catástrofe en mis pensamientos… me


dolía la cabeza, tenía sueño y me sentía cansada. Solo deseaba
ahogar el recuerdo en mi cabeza, me levante rápido e intente disimular
el mal humor.

Al bajar a la cocina Emi ya estaba haciendo el desayuno y estaba muy


emocionada y alborotada.

-te ves muy mal-comento-.

-tuve un mal sueño-conté-.

-¿quieres hablar de eso?

No, no quería hablar de eso pero últimamente me había alejado de


Emi…

-No ha sido nada-dije de la mejor manera- ¿Qué harás hoy?

-¡como que qué hare hoy!-me reclamo- “elección de extracurriculares”


te dice algo, tienes que acompañarme ¿recuerdas?

-es que pensaba ir a la biblioteca hoy-recordé-.

-¡Kari! Tienes que acompañarme… -pidió- estoy nerviosa.

-Lo harás bien Em-la anime- yo aún tengo que decidir a qué voy a
entrar.

Roció S. Constanza.
-¿porque no entras a las animadoras conmigo y las demás?

-tengo cosas que hacer…-reflexione-además estoy pensando entrar al


club de ajedrez.

-¡ajedrez!-empezó a dramatizar- ¿ahora dar un jaque es más divertido


que estar con tu mejor amiga? ¿Desde cuándo el ajedrez se volvió
más divertido que yo?

-Emily-dije seriamente-.

-¿Qué?-dijo confusa-.

-en lugar de porristas deberías de entrar al club de drama se te daría


divino-.

-Muy graciosa-dijo en cautela-come y calla.

Puso un plato en frente de mí y saco un jugo del refrigerador… no se


había enojado pero realmente quería que la acompañara.

-¿entonces qué harás hoy?-pregunto cuando íbamos en el camino-.

-dudo mucho poder ir a verte-confesé-lo siento.

-lo entiendo-dijo decepcionada-¿entonces?

-no lo sé Em, tengo que entrar a algo fácil que no absorba mucho
tiempo si quiero trabajar de medio tiempo.

Y ayudar a Nicolás a investigar su vida pasada…

-Entiendo-.

-Andas muy comprensiva hoy Emi…-comente-.

-Somos mejores amigas Kari, nos conocemos desde que nacimos


prácticamente… te conozco y sé que andas en algo-afirmo y yo me
congele-pero sé que me lo dirás cuando lo creas conveniente. Desde
que murió tía Lía has cambiado mucho y te entiendo, cuando quieras
hablar solo dímelo.
-Gracias Emi.

Al llegar nos dirigimos a donde estaban León y los demás. Pero no me


quede mucho con ellos y camine a física. Al entrar vi Nicolás en su
asiento viendo a la ventana. Micaela estaba hablando con una amiga
pero viendo sin disimulo a Nicolás. Me dirigí a mi asiento pero antes
de que me sentara Micaela se acercó peligrosamente a Nicolás…
peligrosamente no por la habilidad de Nicolás de robar la energía sino
peligroso por mí, porque podría arrastrarla si intentaba algo con él,
como lo hace con todos aquellos que les gusta.

-Nicolás-dijo muy alegremente y le coloco una mano en el hombro-


¿Qué harás hoy?

Nicolás se ladeo un poco para quitarle su mano con educación.

-¿Por qué Micaela?

-Hoy estrenan una película y quiero ir a verla-explico-¿Qué dices?

-que vayas a verla-sugirió Nicolás de manera amable-no te quedes


con las ganas.

-No me refería a eso tontito-dijo Micaela ahogando más de algún


insulto en su mente me imagino- me refería a que ¿si quieres ir
conmigo esta tarde a ver la película luego del instituto?

-Lo lamento Micaela-se disculpó- tengo cosas que hacer.

-Ah entiendo-respondió Micaela-.

Solo se dio la vuelta. Y en su cara vi como su ego cayó al piso,


seguramente nunca la habían rechazado y su ego no lo soportaría.
Nicolás volteo a verme cuando ya estaba en mi asiento luego de su
breve charla con Micaela. Una sonrisa se salió de mis labios sin
saberlo… el me miro extrañado y podía ver la pregunta en su cabeza.

El señor Simmons entro antes de que él y yo pudiéramos hablar de


algo. Otra vez toco un ejercicio en parejas y Pablo se acercó muy
rápido y feliz a Nicolás, al parecer ellos habían hecho muy bien el

Roció S. Constanza.
anterior laboratorio y Pablo quería su compañía. Ni loca iba a trabajar
otra vez con Micaela. Nunca. Me niego. En eso Micaela tomo la mano
de Pablo y lo obligo a trabajar con ella. Solo le dijo-trabaja conmigo-y
Pablo no se negó pero volteo a ver a Nicolás para ver si estaba de
acuerdo. Nicolás solo se limitó asentar la cabeza… era como si ellos
se hubieran hecho amigos con solo una clase…

-Entonces creo que hoy trabajaremos tú y yo-dije antes que alguien


más se metiera-.

-Claro-respondió-.

Durante el transcurso del periodo Micaela coqueteo sin titubeo o


vergüenza con Pablo, era como si ella quisiera causarle algún celo a
Nicolás o darle una lección por rechazarla. Pablo era un chico tímido,
a cada insinuación de Micaela el solo se ponía rojo y tartamudeaba
alguna respuesta.

Trabajamos muy rápido y estábamos en plena conversación cuando


de repente Micaela se da la vuelta e interrumpe abruptamente.

-Hoy son las pruebas de animadoras-comento para Nicolás-¿vendrás


a verme?

-Claro-respondió Nicolás-.

¿Claro? ¿Qué demonios significa claro? Si Nicolás estuviera vivo lo


mataría. Micaela vio mi cara y felizmente se dio la vuelta. Nicolás
deslizo una mirada hacia mí y yo solo la esquive.

En eso sonó el timbre y apresure a tomar mis cosas e irme de ahí.

-Espera-dijo Nicolás en el pasillo-¿pasa algo?

-No.

-¿Segura? ¿Te miras molesta?-sugirió-.

-Si-.
-¿si estas molesta o si estas segura? O quizás sea que estés segura
que está molesta-bromeo-.

Solo le di una mirada seria y su alegría se detuvo. O por lo menos las


bromas. Me acompaño en silencio hasta el salón y solo me dijo-te veo
luego-al despedirse. En clase medite mi comportamiento, no está bien
que me ponga así… él y yo es algo que jamás podría suceder. Porque
él no existe realmente… puedo verlo, sentirlo, incluso tocarlo aunque
no deba pero no puedo estar con él, porque solo es un sueño que se
deshará en la mañana, no puedo enamorarme de Nicolás es como
lanzarme de un avión sin paracaídas. No puede gustarme y no puedo
celarlo, no entrare al club fan Nicolás… al cual varias habían entrado
sin saber. Decidí que lo dejaría pasar, ya no me importara más si hay
una, dos, tres, cuatro o un millón que se derritan con él, yo no sería
una de ellas. Quite todo pensamiento que podría tener de él e intente
poner atención a la clase… “intente” es un hermoso termino que todos
empleamos justamente porque no logramos lo que queremos.

Era momento de elección de extracurriculares, no había decidido a


que entraría. Así que solo camine donde habían varios stands de
información sobre cada club o taller a excepción de los deportivos o
académicos como teatro o lectura.

-Entra al club de canto-dijo una chica con una voz armoniosa-.

-Ven y enamórate de la fotografía –dijo un chico alto con pelo largo y


una cámara en manos.

Seguí caminando entre ellos y la multitud de estudiantes que se


inscribían a los talleres… un par de chicas pasaron frente de mía
gritando ¡teatro! Estaban emocionadas que como amigas iban a
entrar en el club. Pensé en Emi y las demás… talvez yo podría entrar
a la prueba de porristas y estar con ellas… luego mi mente fue
arruinada con un horrible pensamiento “Micaela” me recordé ella
también hará la prueba. Entonces eso fue un rotundo no para mi
cabeza. Por Em iría al gimnasio a darle ánimos y luego seguiría

Roció S. Constanza.
buscando un taller. Aunque tenga que ver a Micaela nuevamente lo
haría por mi amiga.

-Emi-la sorprendí por atrás- ¿ya van a empezar?

-Viniste-dijo muy animada-en una hora.

-¿harás la prueba Kari?-pregunto Nora-.

-No-dije en risa-solo les quería desear buena suerte, talvez venga


dentro de una hora a verlas.

-aun no decides a que entrar verdad-dijo Lucy-.

-Aun no-concedí-pero en esas estoy.

Vi extrañada a Micaela cuando me vio, le desagrado verme aquí y con


la mirada busco a alguien más…

-¿han visto a Nicolás?-dije sin poder retener mi pregunta-.

-¿A Nicolás?-dijo extrañada Hannah- mmm creo q no Kari.

-¿Por qué?-pregunto Nora-¿vendrá a ver la prueba?

-Así le dijo a Micaela-conté-.

-Ag Micaela-reflexionaron las chicas viendo a la mal humorada chica


que no había encontrado a Nicolás-.

-Bueno creo que entonces vendré en una hora… -dije-les veré al rato.

Camine entre los talleres pero ninguno me llamaba la atención a decir


verdad, pase delante del club de drama y la curiosidad se sumergió en
mí.

Había varias personas aquí, a su mayoría mujeres. Este era uno de


los salones más grandes del instituto era un auditorio en realidad, se
hacían dos obras todos los años con el fin de general presupuesto
extra para el baile de fin de curso Mercy Scott estaba en la puerta
entrando a futuros miembros y pidiendo que tomaran asiento y Wendy
Maphie atrayéndolos a los asientos de adelante, no quería estar tan
cerca así que me senté en una de las sillas más cercanas a la puerta.
Mercy cerró la puerta y las luces se apagaron todos hicieron silencio
absoluto por el susto y uno que otro murmureo se desato entre los
estudiantes, un reflector se encendió apuntando al escenario y una
señora que había visto antes empezó a dramatizar.

-“¡Ser, o no ser, es la cuestión!-estaba recitando Shakespeare, Hamlet


específicamente-¿Qué debe más dignamente optar el alma noble
entre sufrir de la fortuna impía el porfiador rigor, o rebelarse contra un
mar de desdichas, y afrontándolo desaparecer con ellas? –Y con esta
hizo su cuerpo estremecer-Morir, dormir, no despertar más nunca,
poder decir todo acabó; en un sueño sepultar para siempre los dolores
del corazón, los mil y mil quebrantos que heredó nuestra carne, ¡quién
no ansiara concluir así! Morir... quedar dormidos... Dormir....tal vez
soñar.”

-Eso es espeluznante-dijo alguien a la par mía-.

-¡Ah!-grite y tape mi boca lo más rápido posible y me agache, todos


voltearon a ver quién había sido. La Sra. Mildred encarga del curso de
actuación busco el origen del grito y al no encontrarlo solo una
reverencia al público dejo y su actuación concluyo, las luces se
apagaron completamente oscuro se quedó, algunos estudiantes
empezaron a aplaudir y otros a comentar la actuación.

-¿Qué haces aquí?-me queje-.

-tenía curiosidad por lo que elegirías-confeso- ¿así que teatro he?

-Solo era una opción-dije molesta por haberme asustado-.

Las luces se encendieron y pude ver más claramente a Nicolás quien


había cambiado su vista de mi hacia adelante, la Sra. Mildred había
empezado a dar información sobre el taller.

-¿no tienes que estar en otro lado?-me queje-.

-déjame pensar-se quedó en silencio simulando que lo reflexionaba-


creo que no.

Roció S. Constanza.
-Como sea- le dije marchándome para darle la espalda-.

-¿Por qué tan molesta?-pregunto siguiéndome-.

-¿Por qué le dijiste que irías a verla si estas siguiéndome?

-¿de qué?-se detuvo considerando el motivo de mi enojo- ¡ah esto es


por Micaela!

Solo seguí caminando como si no estuviera ahí.

-¿nunca te han rechazado dos veces el mismo día cierto?-dijo en


ironía-.

-¿a ti si?

-no lo sé-dijo indiferente-no podía hacerle eso, sería un golpe a su ego


de mujer…

-¿entonces iras?

-es lo más seguro-dijo despreocupado- me gusta cumplir mi palabra


Kari.

Me quede viéndolo fijamente y entonces subió la mirada a un reloj que


había en la pared.

-¿Qué?-quise saber-.

-llego tarde a mi compromiso-.

Rodee los ojos.

-entonces no pierdas el tiempo-le dije seriamente y seguí mi marcha


en el pasillo-.

Nicolás no me asustaba en lo absoluto pero tenía el don de hacer que


me alejara de él. Llegue a la puerta del fondo del cuarto nivel en ella
había un letrero que decía “club de ajedrez”, no estaba segura si
entrar o no pero me parecía una buena idea, nadie de los que conocía
estaba aquí y tendría este tiempo donde nadie me prestaría atención y
a lo sumo tendría que jugar un par de juegos nada más.
Abrí la puerta y 9 cabezas giraron en mi dirección-esta bien, esto no
era lo que esperaba- en esta habitación de grandes ventanales por
donde la luz del sol se filtraba en medio de las cortinas negras y las
paredes eran de un azul cielo y uno que otro cuadro de piezas de
ajedrez, solo habían muebles pegados a las paredes con libros, dos
sillones viejos con diseño de cuadros viendo a la ventana y 5 mesas
de juego donde habían colocado tableros con las piezas ya puestas,
pero las nueve cabezas que me miraban perplejos estaban
concentrados en solo una-solo eran hombres-dos chicos estaban
agarrados de las manos aparentemente jugando guerra de pulgares.

-hola-dije tímidamente-¿el club de ajedrez, cierto?

El chico más alto que tenía su mano atada con la del otro se soltó y
camino hacia mí.

-Sí, soy Derek-dijo presentándose-coordinador del club. Ellos son Billy,


Juan, Bryan, Marcos, Tomas, Eliot, Fred y Sami.

Dijo presentándome a cada uno de ellos.

-Soy Kari-dije presentándome cuando con su brazo me aproximo a


todos ellos-no quería interrumpir solo pasaba a ver cómo era el club.

-bienvenida a club-dijo Sami tomando mi mano-.

-gracias-dije lo más cordial posible-.

-¿Cuánto tiempo llevas jugando?-pregunto Tomas-.

Sin saber cómo me sentaron en una de las sillas que rodeaban a la


mesa.

-nunca he jugado en realidad-explique, a decir verdad solo dos veces


en las cuales había estado completamente perdida- pero me gustaría
aprender…

-yo te enseño-dijeron al mismo tiempo Juan y Eliot-.

Roció S. Constanza.
-Discúlpalos-hablo Derek-no se unen muchas chicas al club. Yo te
enseñare.

Eso era más que obvio viendo a mí alrededor.

-Gracias.

Todo me salió al revés no quería tener atención y ahora tenía a


dieciocho ojos viéndome. El tiempo fue pasando todos ellos al final
resultaron siendo muy amigables y cordiales conmigo. Las ocurrencias
de Juan, el enamoradizo Marcos o el creativo Bryan fueron los que
más me apoyaron cuando jugué contra Derek luego de la milésima vez
que me explico paso por paso las reglas, movimientos y posibilidades
del ajedrez. El pesimista Billy decreto al inicio de mi primer juego
“perderás”, la esencia de cada uno de ellos la llevaban a flor de piel y
su atención fue irritante a un inicio luego se volvió acogedora. No me
arrepiento de haber entrado, toda mi molestia se esfumo lo más bello
fue cuando todos se pusieron a jugar y nos quedamos solo Derek y yo
me sentía más tranquila él era amigable sin duda y de ultimo año. El
tiempo corrió y al sonar la última campana me despedí de todos y corrí
al auto ya que Emi me estaba esperando. Y me mataría si la dejaba
esperando mucho tiempo. Pero al doblar la esquina del segundo nivel
alguien choco contra mí y muchos periódicos flotaron en el aire.

-¡Ay!-se quejó- porque no te fijas por donde vas.

-Lo siento Lisa-dije levantándola y ayudando a recoger todos los


periódicos-.

-no importa-dijo molesta y luego de una pausa me informo- mañana iré


con Nicolás al cuarto del anuario pare revisar si el en su otra vida
estudio aquí.

-¿puedo ir con ustedes?-pregunte-.

-Está prohibido-advirtió- solo los del anuario y periodismo pueden


estar ahí.

-¿Nicolás y tu están ahí cierto?


-Sí.

-igual manera me gustaría acompañarlos….

-¿solo quiero saber una cosa?-mantuvo una seriedad inigualable por


un segundo-¿Por qué te molestas con todo esto?

-Nicolás es mi amigo-afirme-quiero ayudarlo. ¿Y tú?

-¿Qué?

-¿Por qué te molestas con todo esto?

-esa pregunta no tiene lugar aquí Kari-respondió fríamente-conozco a


Nicolás desde hace tanto… él y yo siempre hemos estado juntos y así
es como acordamos estar siempre… juntos.

Las palabras de Lisa eran más un golpe de realidad que una


confesión, el amor de Lisa al parecer oculto para ella misma era fácil
de ver… ¿acaso Nicolás podría verlo también? Estuve tentada a
preguntárselo directamente pero un mensaje de Emi avisando que se
iría con Nora me limito.

-¿pasa algo?-pregunto-.

-Te ayudare a llevarlos a su lugar, ¿Por qué sacaste tantos


periódicos?-pregunte-es algo de iniciación o algo por el estilo.

-intentaba ver si había algún reportaje o información que nos diera


algún indicio o algo sobre Nicolás… no sé qué tanto te conto Nicolás
pero él y mi abuela se conocen desde hace mucho tiempo. Nicolás
talvez este llegando a sus cien años de existencia.

Eso me hizo reflexionar de cuán grande era Nicolás y todo lo que


había transcurrido en su “vida”.

Al llegar a la biblioteca la bibliotecaria despego su vista un instante de


su lectura para ver que llevábamos y la regreso casi de inmediato.
Caminamos a una esquina donde había una mesa en forma de L

Roció S. Constanza.
pegada a la pared encima de esta unos estantes con fechas de años
que partían desde 1903.

-¿desde 1903 esta este instituto?-pregunte asombrada-.

-no exactamente-afirmo Lisa- en 1903 empezaron a crear en este


instituto el periódico escolar para tener más informados a los alumnos
de todo el caos que estaba a su alrededor.

-ya veo-dije sorprendida-.

-bueno hay que ordenarlos por fechas-concluyo Lisa-.

-¡¿es que no los tienes ordenados?!-exclame-.

-Los tenía hasta que chocaste conmigo-.

Ni modo, empezamos a ordenarlos por año y a colocarlos. A casi de


terminar nuestra faena Lisa me dejo sola porque tuvo que contestar el
teléfono. Me apresure a colocarlos lo más rápido posible. Cuando
tome el periódico lo vi, era él. No estaba loca, no estoy perdiendo la
razón, ¡es el! Mis manos temblaban del asombro, tuve que dar más de
dos miradas a la foto, no porque dudaba sino porque quería
reafirmarlo cuantas veces sea posible. Unas lágrimas quisieron
derramarse y mi corazón danzo lento. “bala perdida mata a niño en el
instituto” decía el enunciado. El pelirrojo. Una foto demasiado grafica
para esta época de él estaba debajo de este enunciado no era la foto
que una persona susceptible podría ver ni siquiera una persona con
estomago de hierro, el lugar era tal y como lo había visto ya en mis
visiones que había tenido cuando me lo encontré. Esto había pasado
hace tan solo tres décadas aproximadamente.

-¿Qué pasa señorita?-dijo una voz femenina y algo ronca-.

Brinque del susto, la bibliotecaria había entrado a ver lo que hacía en


este espacio.

-¿Qué es eso?-pregunto colocándose bien sus gafas-.

-Solo un periódico-explique-.
-déjame ver-exigió-.

La señora ya mayor echo un vistazo a la portada y tuvo casi la misma


reacción que la mía no pude detenerme a preguntarle si lo conoce.

-¿sabe quién es?

-no-suspiro- pero estuve presente cuando murió.

Dijo con sus ojos llenos de melancolía, así que intuí que ella había
sido la mujer que grito.

-Ese día nunca se borrara de mi mente-reflexiono en voz alta para


ella- ya lo había visto ahí sentado antes del accidente. Solo me
pregunto si ¿estará bien donde sea que este?

Un gran impulso en mí se encendió, quería decirle mi experiencia pero


me tomaría como loca.

-yo-empecé a decir cuando a entrada de Lisa nos interrumpió las dos


volteamos a verla y ella se nos quedó viendo con cautela.

-¿pasa algo?-pregunto-.

-apresúrense a terminar debo cerrar la biblioteca-pidió la bibliotecaria-.

-Si-dije en un tono bajo dudosa que me haya escuchado-.

Y así lo hicimos, Lisa estuvo trabajando en silencio y si he de apostar


diría que estaba pensando sobre lo que había ocurrido, no estaba
segura si contarle sobre el pelirrojo o no ya que era un secreto que ni
Emily lo sabía. No quería que las personas pensaran que había
perdido la cordura así que preferí callar lo ocurrido.

-¿Dónde está Nicolás?-pregunte cuando íbamos en el pasillo-.

-en el bosque-respondió desalentada-.

-¿así que ya era su toque de queda?

-así es-respondió insípidamente- necesitamos encontrar una pista, o


algo que nos dé un indicio de su pasado.
Roció S. Constanza.
Vi en los ojos de Lisa preocupación sin entender el motivo solo camine
a su lado hasta el estacionamiento. Conducía pensando ¿Cuál sería el
motivo porque a Lisa le preocupaba tanto?

Había pequeños detalles en relación con Lisa y Nicolás que seguían


siendo un misterio. Entonces algo evidente cruzo por mi cabeza; hay
cosas que nunca voy a comprender en su totalidad, siempre va a ver
un misterio, algo oscuro y oculto en las cosas, detalles que ya sean
relevantes o no se mantendrán enterrados como un tesoro en lo
desconocido, el reto en esto estaba en ver quien era capaz de
atreverse a encontrar el tesoro.

Cuando el pasado de Nicolás se aclare y recuerde quien es, él se ira.


Entonces el tesoro que esconderé del mundo serán mis recuerdos con
él. Será todo lo que tendré de él y todo aquello que no estaré nunca
dispuesta a perder.

Al llegar había ruido dentro de la casa y en el umbral de la puerta


Clementain se encontraba sentando como si estuviera esperándome.

-Vamos a dentro Clementain-le dije al abrir la puerta.

Nora y Emily estaban muy animadas y felices. Sin duda había sido un
gran día para ellas…

Capitulo XI
El Anuario

-¿Mamá?-pregunte adormitada en la oscuridad de la noche-.

La ventana se encontraba abierta y el frio era estremecedor.

-¿Cómo es que estas aquí?


Pregunte sumamente confundida.

-Cariño estas bien-dijo ignorando mi pregunta, acariciando mi pelo


como solía hacerlo-.

¿Qué hace mi difunta madre en mi habitación a media noche? Sus


ojos estaban llenos de ternura, su voz era dulce como siempre y la
media sonrisa en sus labios me decían que estaba preocupada,
sino supiera que está muerta esto me asustaría.

-¿Estoy soñando?-pregunte-.

-Vengo advertirte cariño-dijo preocupada realmente-aléjate del


fantasma, es peligroso. No te acerques a él.

-¿A qué te refieres?-pregunte en medio de mi confusión-.

-Mantente alejada y todo estará bien-prometió-No confíes en él.

¿Nicolás era peligroso?

-Es hora de irme-dijo en tristeza- mi pequeña todo estará bien.

-¡Mamá! No te vayas-suplique-no me dejes sola.

-Es hora de marchar lo siento Kari-respondió-.

-¡Mamá!-grite cuando ella estaba en el balcón- ¿Por qué me dejas


sola de nuevo?

-Lo siento Kari-se disculpó-pero recuerda que siempre estaré


contigo… no estás sola.

Me volvió a dar la espalda y su silueta desapareció.

-¡Mamá!-volví a gritar- ¡Mamá!

-Kari despierta-me pidió en la oscuridad absoluta-¡Kari!

-¿Emi?-dije en medio de la confusión-.

-Solo es un sueño-me dijo mi amiga abrazándome para


tranquilizarme- no pasa nada, cálmate.
Roció S. Constanza.
Voltee a ver en varias direcciones y tal como en mi sueño había frio
y la ventana estaba abierta ¿Qué había pasado?

-¿Qué paso?-pregunte-.

-Te escuche gritar y vine a ver que te pasaba-contesto Em,


preocupada como nunca la había visto- ¿Tuviste una pesadilla?

Solo asenté con la cabeza, no estaba segura mi cabeza daba


vueltas, despertarme de esa manera había sido como dar cien
vueltas en un mismo punto.

-Gracias Em, ya estoy bien-dije luego de un momento para


calmarla-.

-De acuerdo-me respondió soltándome-¿Quieres que me quede


contigo esta noche?

Dude tanto en responder que ella se respondió sola diciendo que sí,
se encamino a cerrar la ventana y volvió.

-la verdad que no tengo sueño Emi.

-Entiendo-dijo ladeando la cabeza-¿Qué quieres hacer a media


noche?

Levante los hombros en respuesta estaba abierta a cualquier cosa


en ese momento.

-¿Películas y helado?-propuso-.

-Claro.

Nos encaminamos a la sala y ella saco el helado de la nevera,


cambiamos los canales de la televisión hasta encontrar algo
decente que ver. Solo había una comedia romántica que nos llamó
la atención a ambas así que decidimos ver eso.

-¿Es buena idea comer helado con este frio?-pregunte


congelándome luego de la primera cucharada de helado en mi
boca.
-Por supuesto-dijo en plena tembladera-.

-No entiendo porque todas las novelas románticas tienen que ser
así-dije criticando la película cuando los protagonistas se dieron el
primer beso- el mundo se ha organizado para hacernos creer que el
amor existe y es correspondido.

-¿El felices por siempre no te complace Kari?

-Es solo la gran mentira-argumente-¿Cuántos de nosotros


realmente conoceremos a nuestra pareja ideal y nos
enamoraremos?

-Muy pocos-concedió Emily- pero eso es lo que lo hace tan bello


¿No crees?

-Solo lo hace más interesante-supuse-.

El día en el instituto se hizo eterno, esperaba ansiosa la hora en


infiltrarme con Nicolás y Lisa en la sala del anuario. En Timesong
City no hay muchos centros educativos en realidad el instituto TSC
era el más solicitado, entre los pocos que hay y el más antiguo. Si
Nicolás estudio en su vida debió estudiar en este. El timbre sonó y
yo ya le había avisado a Emily que no me iría a casa con ella, Lisa
se ofreció llevarme.

-¿Y Nicolás?-pregunte delante de la puerta blanca del salón del


anuario-.

-Del otro lado abriendo-.

Y la puerta se abrió él estaba del otro lado… “Es peligroso” fue lo


único que se me vino a la cabeza cuando lo vi. Lisa paso de largo
por la puerta y yo titubee al entrar.

-¿Te sucede algo?-pregunto confundido-.

-No-dije buscando a Lisa para ubicarla entre los dos-.

Roció S. Constanza.
Nicolás se puso detrás nuestra y eso me puso algo incomoda, -solo
fue un sueño- me limite a recordar.

-Son muchos-dijo Lisa viendo lo que los tres mirábamos-.

-Cada uno empiece con una década-dijo Nicolás y así lo hicimos-.

Tomamos anuario por anuario, las agujas del reloj dieron su marcha
y solo el tic tac sonaba en la habitación, todos estábamos
trabajando en silencio no podíamos hacer ruido por si alguien
pasaba por el pasillo, cada uno se ubicó en distintos puntos de la
sala.

Constantemente las hojas de los anuarios eran pasadas una tras


otra, solo se detenían cuando encontrábamos a alguien sumamente
parecido, Lisa y yo levantábamos la vista a Nicolás y él la subía con
una tensión en su rostro, pero luego de verlo nos dábamos cuenta
que solo eran parecidos. Así corrió el tiempo minuto tras minuto,
anuario tras anuario.

-Kari-llamó Lisa- ven.

Nicolás se quedó pasmado y yo me acerque, Lisa tenía el anuario


en sus manos y me quede paralizada al ver la foto. Ambas miramos
a Nicolás y luego nuevamente a la foto, repetimos la acción, Nicolás
se empezó acercar.

-Es muy parecido-empezó a decir Lisa-.

-Pero no es-concluí-.

-Tom Norton fue un estudiante de 1893-leyo Lisa- Lo siento Nicolás


no eres tú.

Nicolás se limitó asentar la cabeza y siguió revisando el anuario que


miraba. Yo también regrese a mi lugar y ya había terminado otra
década, así que era hora de tomar otra. 1920 nada. 1921 nada.
1922 nada. 1923 nada. ¿1925?, me levante a buscar 1924 pero no
lo encontré por ningún lado.
-¿Pasa algo Kari?-pregunto Nicolás-.

-No está 1924.

-Tenemos mucho que ver aun-interfirió Lisa cuando Nicolás se


levantó ayudarme-sigue con el siguiente.

-¿No se te hacer raro que no esté?-pregunto Nicolás hacia Lisa-.

-En efecto-respondió-pero no tenemos mucho tiempo ya.

-creo que tendré que continuar-le dije a Nicolás-

Y ambos volvimos a nuestro lugar. Seguimos buscando en silencio.


Teníamos pilas de anuarios a nuestro alrededor.

-Nada-dijo Lisa decepcionada-.

Termine el que estaba viendo. Nada coincidía con Nicolás. Las


personas parecidas no concordaban con el nombre o algún rasgo
facial, capilar o corporal.

Volví a ver al estante de los anuarios, tal como los periódicos los
anuarios estaban ordenados en muebles con espaciadores que
limitaban por décadas, cada división tenía diez placas con el año
específico donde era el lugar de cada anuario. 1920, 1921,1922,
1923, “1924”, 1925, 1926, 1927, 1927, 1928 y 1929. ¿Por qué tener
el espacio de 1924 sino pondrán nada ahí? Unos pasos me sacaron
de mis pensamientos.

-Alguien viene-dijo Nicolás y desapareció- escóndanse.

Solo su voz pude escuchar y Lisa me jalo de mi chaqueta.

-Apresúrate-ordenó Lisa-¿Qué esperas?

Los anuarios empezaron a moverse uno a uno y a colocarse.


¿Nicolás los está colocando?, Lisa y yo nos escabullimos detrás de
un sillón negro que estaba en la habitación. Nos quedamos
paralizadas, el sonido de una manija abriéndose sonó. Quien sea

Roció S. Constanza.
que era estaba entrando. Lisa coloco su dedo en la boca en señal
de que no hiciera ruido en lo absoluto.

-Está vacía-dijo un hombre, el profesor Simmons si no me equivoco-


creí haber escuchado algo.

La puerta se volvió a cerrar, dejamos unos minutos de espacio


suficiente donde se escuchaban los pasos del señor alejándose
hasta ya no escucharlos y me permití respirar con libertad, había
estado tan cerca. Al salir del escondite Nicolás estaba en el sillón
individual delante de este para tres personas.

-¿Qué hacían ahí?-bromeo-.

-Jugando-dijo sarcástica Lisa-.

Vi alrededor de la habitación todos los anuarios estaban en su lugar


otra vez así que volví a ver el espacio vacío 1924.

-¿Por qué poner el espacio de 1924 si no habrá nada ahí?

-¿Para tener algo simétrico?-sugirió Lisa-.

-¿Por qué no poner cualquier otro libro?-pregunto Nicolás-.

-No lo sé-reconoció Lisa- Nicolás ya es tarde.

-Sí, hora de irme-dijo-pero primero veré que no haya nadie para que
puedan salir.

Y desapareció de nuevo.

-Andando-dijo Lisa-.

-¿Cómo nos avisara si no lo podemos ver?

-Lo sentiremos.

Una corriente de aire corrió entre nosotras y era la señal para Lisa,
empezamos a caminar lo más rápido posible, alejarnos y fingir que
nunca estuvimos en esa habitación. Hasta que llegamos al
estacionamiento.
-Gracias-dijo la voz de Nicolás en el viento un tanto decepcionada-
Las veré mañana.

Y sin necesidad de verlo supe que se marchó.

*****

El fin de semana había llegado, Lisa, Nicolás y yo estábamos


decepcionados de nuestra investigación sin ningún resultado. No
teníamos ni idea de donde más buscar. No había ningún indicio que
nos diera alguna pista.

Me levante temprano sin ningún razón en particular, Emi todavía


dormía y teníamos dos días, varias tareas y muchas cosas por
hacer por delante este fin de semana. Cuando alguien toco la
puerta, al abrir la puerta me di la sorpresa de ver a Nicolás.

-¿Sucedió algo?-pregunte sin ocultar mi preocupación-.

-No-dijo aun confundido- ¿No puedo visitarte sin ningún motivo?

-No es eso-respondí-es extraño ¿Enserio no sucede nada?

-Bueno no creí que te molestara…. –dijo con una silueta de


incomodidad en su rostro- Es solo que…. –divago unos segundos
sin decir lo que quería que yo escuchara- ¿Sigues molesta
conmigo?

-¿Molesta?-me confundió— ¿Molesta porque?

-No lo sé…-mintió-solo siento que has estado extraña conmigo


desde lo de Micaela….

Ah… “Micaela”. Se me había olvidado absolutamente, tenía mejores


cosas en mente. Es peligroso recordé con pánico y tristeza.

-No-fue lo mejor que pude decir-.

-Bien…-susurro en un suspiro de conformidad-.

Roció S. Constanza.
El árbol genealógico
Capitulo XII

El tiempo transcurría en el instituto y que mejor para


recordarnos que no tenemos nada de la investigación que un
trabajo de biología sobre nuestro “árbol genealógico”, Nicolás
compartía esa clase conmigo gracias a un “misterioso” cambio de
horarios y claro por misterioso digo que Nicolás entro a la oficina y
cambio un poco su horario, así que ese viernes cuando la profesora
dijo: La tarea es sobre su familia, me preocupe y por inercia vi a
Nicolás quien parecía inmutable viendo a la ventana.

Al salir del último curso del viernes, él camino sin decir nada a mi
lado hasta el casillero.

-¿Iras a ajedrez?
-eso creo-le dije- ¿tú que harás?
-le enseñare a Lisa andar en motocicleta-.

¡Ah la motocicleta! La brillante idea de Lisa para subirle el animo a


Nicolás, rebatí mil veces la idea ¿Qué demonios haría un fantasma
con una motocicleta? Me preocupe sin razón cuando se subió a ella
por primera vez y la arranco, me abofetee mentalmente recordando
que él está muerto de igual forma si se caía no pasaba nada, y
luego brinco mi corazón cuando unos cuatro metros después de que
el empezara andar se callera “¿te dolió?” quise preguntar, pero Lisa
y el solo se rieron y yo solo respire profundo… Él siguió practicando
toda la tarde. Al parecer la motocicleta era como los demás objetos,
la materialización de Nicolás era muy efectiva, él en el día era
completamente sólido como yo, Lisa o cualquier otra persona viva
pero aun así ¿eso es una tontera? ¿Cierto? Ver a un fantasma en
una motocicleta en una moto me lo parecía a mí por lo menos. Una
vez Nicolás quiso explicarme mejor el método de materialización ya
que la energía no es materia, pero sigue el principio “la energía no
se crea ni se destruye solo se transforma”, a diferencia que para
que ocurrieran pasaron otras cosas no tan científicas difíciles de
explicar y recordar. Pero quitando todo eso Nicolás se le miraba tan
feliz… tan vivo cuando estaba subido a ese monstruo llamado
motocicleta. ¡Punto para Lisa! No era una competencia –declarada
al menos-. Pero Nicolás no podía estar divido en dos, era Lisa o yo.
Cuando los tres estábamos juntos una de las dos se mantenía
distante y en silencio normalmente.

-Claro diviértanse-me despedí-.

-Hasta pronto-respondió- ¿haremos algo divertido mañana?

-No-creo-creo que hare tareas-.

-¿Biología?

-y física, matemáticas-dije en un tono más cansado del que creí


entender-y no te olvides de literatura.

- ¡Cuanta diversión!-dijo-no lo olvido.

-Bueno llegamos tarde-le recordé-.

-Si-dijo- ¿Entonces mañana para la tarea de física?

-¿sin que Clementain te re-mate?-bromee <no del todo, a


Clementain no le agrada Nicolás>-.

-Sería lo más ideal.-dijo riendo un poco- Adiós Kari.

*****

Ya en casa sola-Emi estaba con Nora en una práctica- decidí


empezar con las tareas excepto física. Dos horas pasaron sin parar.
Me estire por el cansancio y proseguí con biología. Mmm ¿Cómo
hare un árbol genealógico sino se mucho de mi familia? Esta mi
abuela y mi madre, pero ¿Quiénes más conformaron mi familia?
¡Oh por Dios extraño tanto a mi madre! Podría llamar a tía Sara –

Roció S. Constanza.
siempre la llamo cuando me siento sola, me ayuda a llenar el vacío
momentáneamente-ella sabría un poco sobre mi familia. Incluso
sobre mi padre… nunca pregunte para no incomodar a mi mamá
pero ahora podía preguntar sin remordimientos, tía Sara sabría
quién es sin lugar a dudas. Tome mi teléfono y marque rápidamente.

-¿Bueno?-respondió tía Sara-.

-Hola tía…

-Hola Kari-dijo cariñosamente y aun mas maternalmente-¿Qué tal


están?

-bien, estamos muy bien-respondí aliviada de escucharla- Emi esta


en práctica de porristas ahora…

-¿y tú?-pregunto-¿Qué haces?

-un poco de tarea-estaba desistiendo de preguntarle-Tía necesito


preguntarte unas cosas…

-te escucho-dijo intensamente-.

-bueno veras… en el instituto nos dejaron un trabajo de árbol


genealógico…

-aja-dijo para que continuara-.

-y me preguntaba-estaba a punto de desistir completamente, fingir


que se había cortado la llamada y tirar lejos el celular y luego
inventar otra excusa para tía Sara- ¿Qué sabes sobre mi padre?

El silencio fue rotundo, me tense al no escuchar nada pero espere


alguna señal de vida, solo un profundo suspiro de tensión y nada de
sorpresa.

-Sabía que tarde o temprano ibas a preguntar-dijo en un tono que


no sabría decir que fue, ¿Algún tipo de te lo dije al aire?-se lo dije a
tu madre, Lía-dijo como si se estuviera refiriéndose a ella-Kari algún
día preguntara, es raro que no lo haya hecho ya….
Recordó con nostalgia y rio un poco para quitar un poco de tensión
pero yo solo escuchaba tan atenta que no pude regresarle la breve
risa.

-¿Qué quieres saber Kari?-pregunto a la espera de 1000


preguntas-.

-bueno-dije sin un índice del cuestionario que quería decirle en un


minuto- creo que su nombre me gustaría saberlo… todo… supongo
que quiero saberlo todo, tía.

-Thomas Scott-respondió lentamente-.

-¿A qué edad se conocieron con mamá?-.

-bueno, mmm déjame recordar-pensó un poco- a los 17, él era dos


años más grande que tu madre.

Mi madre me había concebido a los 25 años, siempre me dijo que


fui lo que más amo pero ella se sentía muy joven aun… a tía Sara le
había pasado lo mismo con Emi, solo que Emi no tendría que hacer
todas estas preguntas. Ella sabía bien quienes habían sido de su
familia,.. Su padre, el padre de Emi; Julián Bonet había fallecido
cuando Emi tenía cuatro años, hay fotos que comprueban eso,
incluso yo tengo fotos con él, supongo que el lleno algún tipo de
vacío paterno si es que existió ese espacio en mí en algún
momento. Además Emi tenía a su abuela paterna a solo unos 5 u 8
kilómetros de Timesong city, siempre que quisiera saber sobre su
familia paterna podría ir con ella…

-¿Qué fue lo que paso con él?-dije esperando a que explicara lo


que ya sabía; que murió o nos abandonó… en el fondo esperaba
que murió-.

-bueno este tema es difícil Kari-dijo para intentar no dañar mis


sentimientos- él se fue… a poco tiempo del embarazo de tu madre.

-la señora Eleonor-dio una pausa-siempre negó que su hijo las


había abandonado….

Roció S. Constanza.
-¿Eleonor?-interrumpí, era ese el nombre de mi abuela paterna y al
parecer el de mi maestra también-¿Eleonor qué?

-mmm-pensó-Eleonor Theodore.

La verdad cayó como granada sin aviso y letal.

-está viva verdad-dije afirmándolo-.

-Si…-dijo en cuestión si se lo pregunte o no- no sé qué fue de ella,


pero creo que si…

Yo sabía que fue de ella…

-¿porque mi madre nunca me la presento?-dije exigiéndole


respuestas, ya juzgándola, como si ella fuera mi madre y no su
mejor amiga, como si mi madre hubiera encarnado en tía Sara y ella
me tendría que dar respuestas ahora-.

-Bueno Kari-dijo en pena-cuando se fue tu padre, tu madre quedo


muy dolida, todo el amor que se habían jurado prometer había
quedado en el viento y este había arrastrado las palabras en un una
ventisca… quiso desaparecer todas las conexiones hacia él,
incluyendo a Sra. Eleonor…

-pero no era justo-dije sollozando en enojo- tenía derecho a


conocerla… ella pudo hablarme de mi padre…

-y es por eso que tu madre no lo hizo-explico-no quería que


sintieras la ausencia de alguien que nunca iba a volver.

-¡¿Cómo sabían que no iba a volver?!-dije molesta-.

-bueno-dijo de la mejor manera- No lo hizo.

Ya nada amortiguo esas palabras, era cierto. El nunca volvió,


nunca.

-Cuando alguien se va-dijo meditando las palabras, buscando las


correctas-más bien, decide irse deja atrás todo, no mira atrás, no
retrocede. Y las personas que se quedan atrás tienen que hacer lo
mismo… seguir su camino, recordar que existe un pasado, un
presente y un futuro.

-El futuro son las oportunidades que la vida te ofrece, el pasado las
que aprovechaste y perdiste y el presente las que tomas, eliges,
decides y exprimes o no-dijimos simultáneamente- El tiempo
representa oportunidades.

-lo sé-concedí- mi madre lo solía decir.

-pero no solo oportunidades Kari-dijo en consuelo-sino que también


decisiones, tu padre tomo una decisión y tu madre tomo otra. No sé
si tu padre lo eligió para bien o para mal pero si sé que tu madre lo
hizo pensando en ti.

-¿Cómo abandonarnos pudo ser una decisión para bien tía?-dije-


¿en que nos ayudaría mi padre dejándonos?

-Él…

-¿Qué?

-Él tenía un problema-su voz era tan cautelosa como caminar en un


piso lleno de vidrios rotos- un problema con las apuestas.

No hable, ahora debía escuchar…

-cuando estuvo con tu madre dejo de apostar pero… -paraba cada


vez que sentía que sus palabras me lastimarían-siempre sospeche
que se fue con otra mujer con dinero para seguir apostando… o eso
creía un “amigo” suyo.

-¿Qué mujer?

-una joven rica que vivía a las afueras-¿la familia Dolían?


¿Firstchet? ¿Clownter? ¿Paris? Mentalice a las familias cerca de
Timesong city pero que no viven estrictamente en la ciudad porque
sus grandes residencias son de propiedad privada y no se
“mezclan”- o eso fue lo que se pensó cuando la chica huyo de la

Roció S. Constanza.
casa de sus padres, luego la familia entera se mudó a Europa…
para tu madre y para mí fue una clase de confirmación...

Deje de pensar en responsables… ahora entendía porque mamá no


me hablo de él.

-no sé si debamos estar teniendo esta platica Kari-se lamentó- no


sé si sea la manera adecuada también.

-Estoy bien.-dije conteniendo cualquier lagrima bipolar que pudiera


salir de mí, estaba enojada, triste, me sentía abandonada pero feliz
de saber ya un poco de mi origen…

-¿Que más sabes sobre mi familia paterna?-pregunte fingiendo


normalidad-.

-Mmm creo que tu abuelo se llamaba igual que tu padre…-su voz


estaba un poco inquieta- la señora Eleonor adopto una niña unos
años más grande que tu… ella técnicamente seria tu tía, pero no
recuerdo su nombre.

Lleve mi mano suelta a la cara y eche mi pelo para atrás, para


quitarlo de mi frente y tome un profundo respiro; demasiado
necesario.

-Gracias tía-dije simulando tranquilidad-.

-de nada-tomo un momento de silencio-¿necesitas saber algo más?

-bueno-recordé que también tenía familia materna que sí estuvo


conmigo-no creo poder ir a ver a mi abuela… ¿sabes cuál fue el
nombre de mi abuelo? Mi madre no lo mencionaba mucho… no
recuerdo haberlo escuchado de niña.

-tu abuelo…-pensó en voz alta… ciertamente en mi familia la figura


paterna era algo desconocido-¡Nicolás Norton!-dijo entusiasmada
de recordar- Si no me equivoco…

Realidad desplomándose en mi planeta en 3, 2… 1; ¡Boom!


-¿Nicolás? –no pude evitar decir el nombre-Nicolás… Nicolás
Norton.

-¡Sí! ¿Por qué?-dijo extrañada-.

-¿Cómo lo sabes?-quise saber-.

-Tu abuela nos hablaba mucho de él…

-¿Lo conociste?-pregunte esperanzada de estarme equivocando en


lo que se me había cruzado por la mente-.

-No-dijo decepcionada-el murió cuando tu abuela estaba


embarazada…

-¿Cómo murió?

-Es complicado Kari…

-¡Tía quiero saber!

-¡Es que es una locura!-me dijo negándose rotunamente- No quiero


hablar mal de tu abuela Kari… es solo que ella fue un poco más
creativa en la explicación de por qué desapareció el padre de tu
mamá…

-¿a qué te refieres?-me dejo perdida completamente-.

-Es sobre una vieja historia, de fantasmas.

-¿Qué?- solo “fantasmas” tenía significado para mí-.

-Cuando tu madre y yo nos conocimos; ambas teníamos una muy


corta edad… éramos vecinas-explico- mi madre rechazaba a tu
abuela pero le agradaba Lía... Cierta vez en los párvulos nos
hicieron hablar sobre nuestros padres… Yo nunca le había
preguntado a tu madre sobre su papá así que me lleve una gran
sorpresa cuando Lía empezó a relatar esa vieja historia que tu
abuela invento…

-¿Qué historia?

Roció S. Constanza.
-¿Enserio no la recuerdas?-pregunto incrédula- Creí que tu abuela
te la había contado sobre cómo según ella había muerto su
esposo…

Intente hacer memoria pero la información en mi cabeza no entraba


ni salía, las vías neuronales habían quedado obstruidas gracias a la
masiva información que estaba recibiendo.

-¿y qué sucedió con mamá?-quise saber-.

-bueno empezando con que varios niños quedaron traumados-dijo


desalentada-y otros se rieron de ella y la maestra le castigo por
decir mentiras… al principio tu madre realmente creía en ese cuento
pero cuando creció se enojó mucho con tu abuela y se sintió mal
por haberle creído… así que se negó hablar de tu abuelo.

Quede sorprendida.

-¿Kari? ¿Sigues ahí?-pregunto después de que no hice ruido


alguno-.

-Si sigo aquí-respondí- Tía Sara ¿tú recuerdas la historia?

-Mmm-intento hacer memoria- no en su totalidad.

-¿Básicamente de que trataba?-tenía que eliminar cualquier


posibilidad que lo relacionara con Nicolás. ¿Es que acaso existía la
posibilidad de que fuera cierto? ¿Era Nicolás mi abuelo?

-Bueno… creo que básicamente hablaba de que habían entrado al


bosque Mighty-así se llamaba el bosque al cual estaba encarcelado
Nicolás- y una especie de “sombra” o algo así había matado a tu
abuelo.

-Entiendo-dije sumamente vacía sin emoción alguna- tía Sara


gracias por todo, pero me he quedado sin batería…

Mentí.
-Esta bien, si quieres hablar solo llámame -pidió- siempre estoy
disponible para ti. Saluda a Emi por favor.

-Claro-respondí-Adiós.

Colgué y deje caer el teléfono. Pose mi rostro en el cuaderno donde


había anotado los nombres que conocía ahora de mi familia, me
permití ver el de mi padre y abuela y note que aún no escribía el de
mi abuelo… de igual manera no necesitaba escribirlo “Nicolás
Norton” como podría olvidar o confundirlo. Hablar con mi “tía” me
había sacado de muchas preguntas que había tenido desde niña…
ahora ¿Cómo elimino las otras?

Corrí hasta la alcoba de mi abuela, hasta ahora se ha mantenido


completamente cerrada desde que ella se fue. Ella había dejado
algunas cosas fotos y documentos que no le servirían en asilo,
según como ella me había contado.

Al girar la llave en cerrojo de la puerta temblé.

Su cuarto era oscuro a comparación con los otros, tenía un tapiz de


estrellas, lunas y corazones… la cama estaba extendida pero algo
me decía que tenía bastante polvo en sima, al costado había un
ropero. El ropero era grande, de madera, de un color rojizo, de dos
puertas y en una de ellas miraba mi reflejo en el norme espejo que
se encontraba en la puerta derecha. Antes de empezar a
inspeccionar el ropero eche un rápido vistazo a la habitación en
general. Había una mini-biblioteca en la esquina y un sillón
individual pegado a la pared en dirección a la cama, solo.

Abrí el ropero esperando hallar algo, pero solo habían unos viejos
vestidos colgados en cerchas, unos botines negros y un sombrero
negro… vagamente recuerdo a mi abuela con un vestuario similar
en mis recuerdos de niña, de cuando íbamos a colocarle flores a mi
abuelo… intente recordar más la imagen pero estaba muy borrosa.

Roció S. Constanza.
Busque entre los cajones y por todas partes del ropero y nada. Lo
cerré desalentada y al salir iba cuando mi vista se quedó perdida en
la estantería de libros de mi abuela. 1924.

Desdicha
Capitulo XIII

Lágrimas. Ya no quiero llorar. ¿Es que acaso es normal que


una persona pueda llorar desoladamente por tanto tiempo? Ya era
de noche y seguía en el suelo con la espalda semi-recostada a la
mini-biblioteca. Página 42 foto de la segunda columna y tercera fila
nombre Ada Evans y arriba de este nombre una fotografía de la
juvenil chica de esa época que en unas cuantas décadas seria mi
abuela, pagina 53 última fila en la cuarta columna de las fotos de
los estudiantes de ese año; Nicolás Alexander Norton y arriba del
nombre; el retrato de Nicolás serio, gentil e inolvidable; el bello
rostro de alguien que no envejeció con el tiempo aun dos
generaciones después de él; dolorosamente mi abuelo. Y para ser
precisos de que se conocían una foto en blanco y negro de los dos
jóvenes juntos, felices...

Es insólito pensar que me gusta mi abuelo…

Pero una posibilidad se abrió ante mis ojos. Quizás la naturaleza


que me atrae a Nicolás era realmente lo que las personas le dicen
“la sangre llama”. Nicolás se sintió atraído hacia mi desde el día que
me vio; lastima, empatía, soledad… quizás amor; el amor que siente
un abuelo hacia su nieta sin necesidad de que ninguno de los dos lo
supiera realmente.
También empezaba a entender mis sueños desde que llegue… algo
muy retorcido y maligno me había mostrado la verdad todo este
tiempo; cada cosa encajaba, en mi recapitule los supuestos sueños
que había tenido ahora les daba un significado realmente habían
sido recuerdos vividos de mi abuela y Nicolás. ¿Cómo había sido
eso posible? No lo sé. Y en este punto realmente no estaba segura
si me interesa saberlo.

El teléfono sonó, me desprendí de lo que sentía en ese momento y


me moví a contestar, cerré la puerta del cuarto y lo deje casi intacto
como estaba a diferencia que había restado un anuario y la foto que
se encontraba dentro de este y sumado a cambio lágrimas en el
suelo.

-¿hola?-

-Buenas noches, ¿Con la señorita Karina Evans?

-Ella habla-dije secando cualquier rastro húmedo de mi rostro-.

-Señorita Evans, le hablo del asilo de ansíanos “eterna vida”-la


preocupación me invadió-la razón se debe a que su abuela se ha
puesto grave en la tarde… está estable ahora.

-¿Qué le ocurrió?

-Ha sufrido un desmayo muy extraño-quiso explicar-nunca le había


pasado y es por eso que notificamos el incidente. ¿Quiere Ud.
Venirla a ver mañana?

-¿puedo ir ahora?

-debido a que es muy tarde, lamento decirle que no. Además su


abuela ya está descansando y hay alguien a tanto de ella.

-Entonces mañana será-no lo pensé dos veces-iré mañana,


cualquier cosa manténgame informada, por favor.

-por su puesto.-concluyo-buena noche.

Roció S. Constanza.
-adiós-.

Y colgué.

-Ya llegue-grito Emi-¿estás en casa?

Oía su voz aproximándose, sabía que me vería demacrada ¿Qué


hago? ¿Puedo contarle todo a mi amiga? Me sentía como si lo
necesitase.

-¿Qué sucede?-pregunto cuando estuvo frente mía-.

-mi abuela se ha puesto mal-le explique-.

-¿Qué sucedió?-pregunto muy preocupada-.

-se ha desmayado-le conté, lo que sabía- mañana iré a verla al


asilo.

-lo siento Kari-dijo abrazándome-todo estará bien, no te preocupes.


Mañana iremos a primera hora ¿de acuerdo?

-Si-.

-creo que debes descansar-dijo retirando el teléfono de mi manos-.

-Solo déjame hacer una llamada-pedí extendiendo mi mano para


que me lo devolviera-.

-¿a quién?-pregunto-.

-Necesito hacer una llamada…

-está bien-dijo dejando el teléfono en mis manos de nuevo-.

Emi se empezó a marchar para dejarme privacidad.

-¿Hola?-respondió Lisa-.

-Lisa, soy Kari necesito hablar contigo es urgente.

-¿Qué ocurre?

-Descubrí quien es Nicolás-afirme-.


-¡¿Qué?!

-no puedo hablar mucho-voltio a ver si Emi estaba cerca-Emi está


en la casa.

-¿está bien que vaya a tu casa?

-¿estas cerca? –pregunte para medir el tiempo en que tardaría Emi


en dormirse-.

-Sí.

La manera en que lo hizo me obligo a llenarme de duda.

-¿Dónde?

-por el bosque.

-¿Qué haces ahí?

-difícil de explicar.

-¿Nicolás está a tu lado?

Contuve el aire, no estaba lista para explicarle porque la unión que


sentíamos el uno por el otro, difícilmente lo haría con Lisa.

-No.

Me relaje.

-Llevare una excusa para llegar-se le ocurrió-llegare pronto.

-ok.

Colgué. Emi se encontraba en la cocina.

-¿Qué haces?-pregunte al borde de la puerta-.

-un poco de café-ni siquiera me miro-¿quieres?

-Sí.

-¿Qué tal tu tarde?

Roció S. Constanza.
-Hice un poco de tareas-comente-¿y la tuya?

-Fue cansado-su voz lo comprobaba-¿estás bien?

-sí.

-¿te pasa algo?

-no.

-¿Por qué mientes Kari?-se dio la vuelta y me miro-.

-no estoy mintiendo-me defendí-.

-Lo haces-señalo mi postura y el mechón de mi mano-cada vez que


mientes tomas ese mechón.

Joder. Emi me conocía bien.

-¿Qué fue lo que paso?-pidió saber-.

-Hable con tía Sara-le dije lo que ocurría-Hablamos sobre mi


padre… y demás familia.

-¿Qué?-dijo preocupada-.

-te manda saludos.

-Al fin preguntaste sobre el-dijo sorprendida-.

-Abandono a mi madre cuando estaba embarazada…

-¿quieres hablar de eso?-sugirió-.

-No Emi, no quiero hablar de eso-dije irritada-no eres una psicóloga


eres mi amiga, yo no soy tu paciente.

Se mantuvo callada por un minuto y se volteo a seguir haciendo


café.

-Lo siento-me disculpe sin sentirlo-Es solo que así me tratan desde
que murió mi mamá.

-Nunca fue la intensión-concluyo- Creo que me voy a dormir.


Y dio marcha a su cuarto con su café entre las manos. Hasta que
tocaron la puerta. Emi se paró completamente y abrió.

-¿Lisa?-dijo sorprendida-.

-Hola Emily-saludo-.

Emily no le iba a dejar pasar sin ninguna excusa, así que me


adelante para hacerle pasar.

-Hola Lisa-salude-¿gustas pasar?

Emi solo se movió para que Lisa entrara, cerró la puerta y bebió un
poco de café.

-¿Qué haces tan tarde aquí?-pregunto Emi-.

-Se desinflo una llanta de mi moto-esa era la escusa- y tuve que


parar. Espero no molestarlas.

-Para nada-seguí el juego-.

Emi no se movía, ni comento nada. Solo nos vio en sospecha de


nuestras intenciones, un segundo después empezábamos a creer
que nunca se iría hasta que emprendió la marcha.

-Me voy a dormir-informo-Buenas noches.

-Buenas noches-respondimos-.

-Bien, dímelo todo-pidió Lisa-.

-Espera un momento-Emi no era tan rápida y estaba sospechando-


ahora vuelvo.

Lisa se quedó en el sillón. Subí por el anuario y la foto, era hora de


contarle a Lisa todo lo que había sabido en las últimas horas. Emi
me sorprendió, no está espiando en lo absoluto. Su puerta estaba
cerrada y sus luces apagadas.

Roció S. Constanza.
Al bajar no dije nada más que mostrarle el anuario. Ella quedo
sorprendida de verlo, lo tomo y empezó a buscar a Nicolás. Me
limite a que lo encontrara solamente.

-Nicolás Alexander Norton-concluyo cuando encontró su foto-


¿Cómo lo encontraste?

-hay más-le tome el anuario y busque la foto de mi abuela- Ella es


mi abuela… estudio el mismo año que Nicolás. Y más que eso, ellos
se conocían.

-¿Cómo lo sabes?

Tome la foto escondida en la parte final de anuario y se la mostré.


Su sorpresa era tan grande que no cabía en sus ojos.

-y…-continúe-.

-¿hay más?-me interrumpió-.

-Creo que Nicolás es mi abuelo-.

Se quedó muda. Sus ojos completamente en blanco y muy abiertos.

-¿Qué? ¡Estás loca!-.

-Estuve investigando sobre mi familia-explique- yo no conocía nada


sobre mi abuelo así que le pregunte a mi tía y me dio el nombre,
luego fui a buscar alguna prueba y encontré el anuario.

La acides estaba en cada palabra dicha, odiaba la idea de pensar


que fuera mi abuelo.

-Lo lamento mucho-dijo Lisa-.

-¿A qué te refieres?

-Sé que sientes algo por el-afirmo con desagrado-y esto no debe
ser fácil para ti. Solo estoy imaginando como va a reaccionar
Nicolás cuando se entere…
-Me gustaría que no se enterase-pedí- Digámosle que encontré el
anuario y ahí descubrimos su verdadero nombre pero aun no le
mencionemos que puede ser pariente mío.

-¿es que dudas?-pregunto-si es así ¿porque no vamos con tu


abuela y ella nos lo confirme?

-Ya lo había pensado-conteste a secas-pero hoy se puso mal y no


sé qué tenga… ¿Cómo le preguntaría de cualquier forma? Tengo
que esperar a que se recupere para siquiera mencionarle a Nicolás.

-¿y que le diremos a Nicolás?

-que contrataremos a un investigador u otra escusa-la mire


fijamente a los ojos-pero aun no le puedo decir…

-Entonces hagámoslo-propuso-Contratare a un investigador, con su


nombre podría investigar algo de él.

-De acuerdo-

-Bueno es hora de irme-dijo mirando el reloj y volviendo a revisar la


foto-Tú decides el momento en que lo haremos…

-Sera mañana en la tarde-finalice-después que regrese de ver a mi


abuela.

-está bien.

Y así quedamos. Lisa estaba sorprendida de la revelación de esa


noche y más aun de mi manera inflexible y segura de hablar…
talvez “segura” no era un adjetivo adecuado, pero me limite a no
pensar más.

La noche era tan fría y fue fácil dejar caer mi cabeza en la


almohada…

-¿Abuela?-pregunte-¿Por qué venimos aquí?

Era yo de niña con unas flores blancas en mano…

Roció S. Constanza.
-venimos por un amigo.

-¿cómo se llama tu amigo?

-Nicolás.

-No lo veo-dije intentando ver a las profundidades del bosque sin


ningún logro…-.

-Ni yo tampoco hace mucho tiempo-admitió con tristeza- ¿escuchas


eso Kari?

-No-dije intentando percibir cualquier sonido que apareciera-.

-¡es el! –dijo entusiasmada-.

-¡No lo escucho abuela!-cruce los brazos-.

Ella empezó a ladearse en el viento, bailaba con el alma de una


bailarina certeramente y hábil pero muy lentamente, casi era como
un vals… ¿bailaba sin música? No, puse más atención en el sonido
del viento, las aves y cualquier otro sonido que provenía del
bosque… era como una melodía, la combinación del sonido y su
distorsión que le provoca la mezcla del todo hacían una sinfonía.

-¿Qué es ese sonido?-dije al entender lo que escuchaba-.

-una psicofonía-su cuerpo se detuvo al hablar- es Nicolás.

La alegría se resaltaba en su rostro al pronunciar su nombre. Volví a


ver a las entrañas del bosque y el sonido paro, la luz se volvió una
profunda oscuridad y desperté.

La cita
Capitulo XIV
Ya había pasado más de un mes desde que descubrimos el nombre
completo de Nicolás y un poco de su misterioso pasado aun oculto
para él, Lisa había mantenido su palabra y ninguna de las dos
menciono a mi abuela y además si contrato al investigador privado,
quien no había avanzado nada... Mi abuela estuvo mal unos días y
poco a poco se ponía mejor pero la enfermera Wendy (enfermera del
asilo) pidió que hasta que estuviera al cien por ciento no recibiera ni
malas noticias o algo que la perturbara, ahora la visitaba casi todos
los sábados al salir del trabajo; trabajo que no me encantaba pero sin
duda no podía quejarme o mi jefe Steven se enojaría. Había
conseguido un trabajo de medio tiempo en un local de comida
mexicana en el centro comercial, ¿la especialidad del día? Tacos
picantes; era la especialidad del día y la especialidad de toda la
semana.

Ahora Lisa y Nicolás se habían unido a mi grupo de amigos, había


sido difícil y raro al principio pero poco a poco se nos hizo habitual
hacer cosas todos juntos, Nicolás se acoplo rápido siempre
manteniendo el contacto físico con cualquiera al margen.

Sin querer me había acercado a Nicolás cada vez más, el me


acompañaba casi todos los turnos; toda la tarde hasta que tenía que
irse al bosque o mejor llamado cárcel. Me preocupaba lo que sucedía
de noche ahí, Nicolás se encontraba cada día más tenso y no solo él,
sino que Lisa se encontraba más estresada por alguna razón. Al
finalizar mi turno, León venia siempre por mi

Era miércoles nos tocaba examen en física estaba tranquila; Nicolás y


yo habíamos estudiado en mis tiempos libres en la tarde, estuvimos
resolviendo ejercicios y técnicamente habíamos resuelto la mayoría...
Al entrar vi a Nicolás en su asiento y Micaela le hablaba; ella seguía
intentando algo con Nicolás cada vez que tenía oportunidad pero
Nicolás siempre la trataba fría y cortésmente para mantenerla alejada
lo más posible…

-Hola-salude al estar en mi asiento-.

Roció S. Constanza.
-Hola-respondió Nicolás y Micaela se limitó a ignorarme-.

Nicolás le estaba enseñando un rápido repaso a Micaela. Abrí mi


cuaderno para asegurarme que si estudie y recordé que no habíamos
podido hacer un ejercicio. Al buscar el ejercicio irresuelto me sorprendí
al verlo hecho. En la esquina superior se encontraba una pregunta
¿Quieres salir conmigo? Sorprendida voltee a Nicolás, el me miro raro
y se acercó a ver en mi cuaderno.

-veo que resolviste el problema-dijo indiferente-y alguien te ha invitado


a salir.

¿Qué? ¡No había sido el! Vi los números y los compare con los otros
ejercicios de al lado que hicimos juntos él y yo; tenía razón, no había
sido él. Ayer Nicolás se sentó en la esquina con el cuaderno, al irse lo
dejo en esta parte porque no pudimos hacerlo y él iba deprisa… el
único que estuvo ahí después de Nicolás fue León. León había
resuelto el problema y ¿me había invitado a salir? Estaba realmente
confundida ahora. Si había sido León ¿Qué le diría ahora? ¿Sí? ¿No?
¿Pregúntame en otro momento? Era uno de mis mejores amigos… no
estaba segura de poder rechazarlo… aunque en algún tiempo debí
admitir para mí; me sentía muy atraída a él ¿sentía lo mismo ahora?
No me dio tiempo de pensarlo claramente, el señor Simmons entro
con los exámenes en mano, creo el orden en el salón y empezó a
repartirlos.

-¿el señor Brown-se refirió al apellido falso de Nicolás- compartió con


Ud. la respuesta del ejercicio 9?

-Ella lo resolvió sola, señor.-respondió Nicolás-.

-Entiendo-dijo entusiasmado-cualquier duda que tenga puede


volverme a buscar señor Brown.

Nicolás había ido a consultar el ejercicio.

Saque todo de mi mente, me concentre en lo que tenía enfrente; 10


ejercicios que hacer en media hora. Empecé a resolver uno a uno,
revisándolo dos veces para asegurarme; estudiar con Nicolás me
había servido completamente. De reojo vi a Nicolás, se encontraba
igual que yo no parecía costarle… fui la tercera en terminar; al darle mi
examen al señor Simmons, él lo vio superficialmente.

-Bien hecho-me animo-.

Salí triunfal, con mi libro en mano y emocionada.

-Hola Kari-saludo León-¿Cómo te fue?

¡Esto no debería estar pasando! Me queje mentalmente; ahora era un


piensa rápido. León se miraba nervioso aunque intentaba no moverse
lo hacía. Tenía sus manos ocultas en la espalda, hoy llevaba una
bonita chaqueta de cuero, me recordaba la primera vez que lo vi al
regresar a Timesong city; cuando conducía en su moto. A diferencia
que su pelo en esta ocasión estaba muy arreglado.

-León, hola-respondí-me fue muy bien…

-me alegro-respondió asentando la cabeza con ganas de decir algo-


¿lograste ver el ejercicio resuelto?

¡Había sido el! Lo sabía… podía intentar correr ahora pero él era un
jugador de futbol me alcanzaría en un abrir y cerrar de ojos.

-Sí, gracias-controle el pánico-.

La puerta unos centímetros tras mía se abrió.

-Sabes me preguntaba si-dijo nervioso mostrando lo que ocultaba-¿te


gustaría salir conmigo?

-¿Qué?-dije sorprendida de que pasara-.

-¿quieres salir conmigo?

Nicolás dio paso a otro lado rápidamente, el había sido el que había
salido…

-León somos amigos desde hace mucho tiempo y…

Roció S. Constanza.
-me dirás que no-interrumpió, cambio su vista para el suelo-.

-Si León-me miro triste-quiero salir contigo.

Su mirada cambio rotundamente, me sonrió aun nervioso pero en


proceso de relajarse. Tome la rosa bicolor que tenía oculta en su
manos y la observe completamente; era blanca por fuera y un rojo
intenso por dentro y más en su centro.

-Nunca había visto una rosa así-le dije-.

-Es muy rara-dijo en risa-igual que tú.

-¿acaso me acabas de llamar rara?-me queje-.

-lo raro es bueno.

Lo mire escépticamente y se acercó.

-Nada es raro sino que todo es hermosamente desconocido.

Sonreí a su filosofía.

-¿soy hermosamente desconocida?-dije retándolo a decirme rara otra


vez-.

-No tu-concluyo-sino todo lo que te conforma para que seas así…


podría verte toda una vida y siempre encontrar un misterio oculto en
tus ojos.

Me sonroje y deje de verlo.

-y es simplemente fascinante-concluyo-.

-Vámonos Leon-pidio un chico al final del pasillo-.

Solo lo vio y regreso su atención a mí.

-¿te veo después del trabajo?-pregunto-.

-si-dije aun sonrojada-.


Empecé a caminar en la dirección opuesta a la de él, rumbo a mi
casillero; vi un chico de pie delante de él… Nicolás.

-¿Qué haces en mi casillero?-quise saber-.

-Esperándote-dijo irritado-.

-¿sucede algo?-intuí-.

-Nada.

-¿Qué tienes?

-¿Saldrás con León?

-¿a qué viene tu pregunta?

-Creo que no deberías salir con el…

-¿Por qué?

Sus ojos se fijaron en mí.

-me estas asustando-dije aterrada-¿Por qué?

-Bueno… te lo diré-dijo desconsolado-no tengo ninguna razón por la


cual no debas salir con él.

-¿entonces?

-te podría inventar cualquier excusa-apretó los labios frustrado-arruinar


su imagen, corromper todo aquello que crees bueno de él, hacer de él
el villano más retorcido y siniestro de la historia… y no solo de él, sino
de cada hombre con el que te tropieces pero la verdad es que no
puedo. No tengo ninguna razón en mente para darte que te parezcan
aparentemente aceptable pero tengo en mi corazón un sin fin de
emociones que me dicen que no podría verte con cualquiera…

-no entiendo a qué viene todo esto-me moleste, abrí el casillero y deje
el libro y la flor ahí, de un golpe lo volví a cerrar y me voltee a verlo de
nuevo-No tienes ningún derecho sobre mí. Y conozco a León desde

Roció S. Constanza.
hace mucho, jamás creería cualquier cosa negativa que me digieran
de él.

-¿tanto lo quieres?-me cuestiono-.

-Tanto lo conozco-respondí-¿Qué pasa contigo?

¿Era su lado paternal <aunque fuera mi abuelo> el que hacía que me


hablara así?

-Pasa- me arrincono-que estoy celoso.

Celoso. ¿Cuántas veces los celos habían pulsado en mí? ¿Cuántas


veces había visto a Nicolás con Emi o Lisa o Micaela o Nora o Lucy o
Hannah o cualquier otra y sentido algo similar?…

-sé que no tengo derecho-resoplo-que solo soy un alma vacía que se


infiltro entre la vida y la muerte. Muerto pero vivo. Viviendo estando
muerto. Causando una catástrofe en mis emociones…
enamorándome de ti. ¡Semejante estupidez la mía! Pensar que
nuestro imposible se haría posible con solo desearlo…

Sus ojos penetraron los míos, su mano alcanzo un mechón en mi


cabello. Titubeo mi mirada y él lo noto.

-pero está bien sé que no soy más que un fantasma que no ha hallado
su lugar y aunque creí haberlo encontrado en ti-suspiro-ya entendí que
no es así.

-Nicolás-dije cuando empezó a marcharse- ¡Nicolás!

Pero hizo caso omiso a mis palabras y siguió caminando, me mantuve


firme al piso; por más que quiera correr a él no podía, era aceptable
que el pensara de esa manera… no yo. Yo sabía la verdad, el no.

Me permití descansar en el tiempo que aun tenia libre en un escritorio


de la biblioteca y con mis ojos cerrados vagabundee en mi
imaginación, un montón de caminos por los que divagaba libremente
era la idea central de mi creatividad, una utopía para mí, quise
hallarme sola alejándome de lo que me hacía sentir; para bien o para
mal, solo quería dejar de sentir, alejarme de la realidad... pero aun así,
mi mente me traiciono, al final del camino observe una silueta ya
conocida… pare en mi mente. No era el lugar indicado para desviarme
de la razón.

-¿Te pasa algo?-pregunto Emi-.

Ya había pasado tiempo desde que Emi me hizo esa pregunta, mi


agresividad de la vez pasada le había molestado mucho y se había
limitado a dejar que me desatara emocionalmente cuando quisiera,
ella había dejado de ser mi confidente desde hace bastante tiempo…

-si-suspire al verla- León me invito a salir…

Emi no fue rápida en ocultar una desilusión. Por primera vez me di


cuenta de que no había sido tan observadora; Emi se interesaba en
León. Eso me hizo un nudo en la garganta… no debí decirle eso a mi
amiga casi hermana.

-no sabía que te gustaba-afirme-creí que Nicolás te gustaba…

-No me gusta León, me desilusiona que eso te decepcione-respondió,


pero no sabía si lo decía en serio o no-¿Cuál es el problema?

-Emi, nunca te lo he dicho pero…

¿Podía confiar en mi amiga?

-te gusta Nicolás.

-¿Cómo lo sabes?

-es semi-obvio -se burló-y también le gustas…

Me sorprendió.

-y ahora estas confundida, porque siempre has querido a León


¿cierto?-confirme su hipótesis-bueno creo que deberías salir con
León, experimentar tus emociones.

-¿experimentar mis emociones?

Roció S. Constanza.
-¡¿Cómo sabrás lo que sientes si solo lo sientes?! ¡Debes distinguir tus
sentimientos!

Quede perdida.

-no estoy diciendo que juegues con ellos-aclaro-estoy diciendo que


evalúes por quien estas enamorada y por quién no. Dos personas te
pueden gustar pero solo uno te puede enamorar.

-¿y si me enamoro de alguien que no puedo tener? ¿Qué sucede si


me enamoro y pierdo?

-Las personas son aire. No se tienen aun teniéndolos al alcance, a tu


alrededor hay aire pero ¿realmente todo ese aire es tuyo? Si lo
respiras sí, pero si contienes la respiración no. Somos seres
propensos a tener y perder aire. No te preocupes nunca te faltara aire.

Comprendí lo que decía…

-Gracias Emi.

-nada de gracias-reprendió sin motivo-saldrás con León y te divertirás


¿entiendes?

-Entiendo.

****

Ya al final de mi turno, sabía que León vendría por mí como siempre.


Estuve ansiosa y tentada a arreglarme un poco pero eso solo me
pondría más nervioso.

-¿Lista?-pregunto al llegar puntualmente a mi hora de salida-.

-Lista-respondí-.

Ofreció su brazo para que entrelazara el mío y caminamos al


estacionamiento.

-¿tu motocicleta?-pregunte sorprendida-.


-A Emily no le gusta la motocicleta-explico-pero me dijo que a ti si…
así que decidí traerla.

-de acuerdo-dije animada-¿A dónde iremos?

-¿Qué te parece la feria del muelle?-ofreció-.

-perfecto.

Luces de colores, niños corriendo seguidos de sus padres,


vendedores y demás se encontraban en la feria, muchos juegos
mecánicos y un ambiente muy agradable y activo.

-¿siempre se mantiene así?-quise saber-.

-no, lo que sucede es que ya pronto caerán las vacaciones de verano,


entonces se hace una cuenta regresiva en la feria para que los
estudiantes celebren.

-¿Enserio? ¡Increíble!

-la primera noche de vacaciones esto estará muy lleno-explico-


normalmente todos los estudiantes del instituto vienen a celebrar y
convivir aquí o a la playa.

Llegamos al centro de la feria y me tomo de la mano.

-¿y bien? ¿A qué nos subiremos primero?

Ladee mi cabeza buscando una atracción y empezamos nuestra


travesía, juego tras juego. Con León no tenía que fingir felicidad; era
feliz. Nada se atravesaba en mi cabeza más que vivir lo que estaba
viviendo, los bajones y subidas de la montaña rusa, los giros de la
rueda de la fortuna, los golpes de los carritos chocones y demás
sensaciones de los otros juegos de habilidad y entretenimiento
mecánico. Paramos para descansar un poco, compramos churros y
nos sentamos en una banca en la orilla del muelle levemente alejado
del ruido y de las personas.

Roció S. Constanza.
-sabes ¿nunca me dijiste porque estabas peleando el día que te vi por
primera vez es decir cuando regrese?

Se rio.

-¿Qué es tan gracioso?

-¿Por qué quieres saber?

-me dio curiosidad-admití-nunca creí encontrarte así.

-bueno veras… uno de los chicos de esa noche quería con Nora-
explico-Nora lo había rechazado pero el insistía una y otra vez, como
su hermano tenía que darle un alto al chico.

-nunca me lo imagine-admití con sorpresa- León no has cambiado


nada.

Observe feliz.

-pero tu si-respondió- desde que llegaste aquí, te noto distinta. ¿Fue


por tu mamá?

-sí.

-¿Cómo paso?

-en un accidente de auto-respondí mirando en otra dirección -.

-lo lamento.

-gracias-quería cambiar el tema pero no sabía cómo-este es un lugar


muy tranquilo.

Comente al ver a mí alrededor. Me acerque al borde del muelle y


observe al cielo recordando otra noche que fuera igual de tranquila a
esta. No la halle. O por lo menos últimamente eran aburridas pero no
tranquilas, me había divertido mucho con León; pero ninguna duda se
había disipado. León se acercó a mí, tomo mis hombros con sus
manos y luego rápidamente me abrazo. No dijo nada, no hizo nada.
Solo me dio lo que necesitaba; alguien en quien desahogarme.
El momento paso… me aleje un poco pero seguía unida a él, sus
brazos aún estaban en mí y lo mire directamente a los ojos. Me miró
fijamente de igual manera y se aproximó despacio como si pidiera
permiso para entrar en mi alma. Me aterre. Pero sus labios
encontraron los míos, mi corazón pálpito en taquicardia, sus labios
encontraron espacio en mí, como él había encontrado un espacio en
mi corazón desde hace ya bastante tiempo.

Al apartarse nuevamente no pude verle directamente otra vez, me


escondí en su pecho y el suspiro.

-lo siento-se disculpó-no debí pasarme.

-no es eso-asegure-.

-es por Nicolás.

Él lo sabía.

-¿cómo lo sabes?

-digamos que soy buen observador.

-Es solo que no sé qué es lo que siento-explique- Estoy confundida.

-Está bien-me aparto e hizo que lo mirara levantando mi barbilla en su


dirección- no me importa. Entenderé lo que me digas. Te esperare lo
que necesites hasta que dejes de estar confundida. Y cuando ese
momento llegue y si te decides por mí; me harás muy feliz… pero si tu
decisión no soy yo; lo entenderé y seré feliz si eso te hace feliz.

Acepte lo que me dijo y le abrace nuevamente.

-sabes…-me dijo luego de un momento-Emi me matara si no te llevo


antes de las once.

Busque mi celular y vi la hora, luego se la mostré a él.

-11:00-dijo-soy hombre muerto.

Me reí.

Roció S. Constanza.
-será mejor que te lleve si quiero sobrevivir.

-si-me divertí de la hora límite que se había impuesto por Emi,


normalmente es algo que yo haría-.

Al llegar a la casa, había una luz en la sala probablemente la


televisión, y de ahí todo estaba oscuro.

-Gracias por todo León-le dije entregándole el casco-.

-de nada Kari-lo recibió-¿talvez lo podamos volver hacer?

-Sí, claro.

Le bese la mejía en despido y me apresure a entrar a la casa, la moto


se arrancó solo un instante después y él se fue.

El Cementerio
Capitulo XV

Tal como pensé, la televisión estaba encendida. Emi y Nora


estaban en el sofá completamente dormidas. Había frio y ellas estaban
destapadas, así que subí por unas chamarras, cogí las más gruesas y
bajando las escaleras estaba cuando note que la atmosfera de la sala
era diferente… el frio no era congelante sino tétrico, un escalofrío
recorrió mi espalda por completa, abrace las chamarras como si
pudieran ser un escudo. A la luz de la televisión note que una especie
de humo negro empezaba a filtrarse por debajo de la puerta, ahogue
un grito en la garganta y solté las chamarras en las escaleras y baje a
buscar cualquier cosa que me diera un hilo de esperanza; encontré
una escoba. Al momento de tener la escoba en mis manos la especie
de humo parecía formarse en un punto frente de la puerta, ya había
visto esta especie de humo… el fantasma del bosque. Sus brazos
empezaron a formarse o tomar forma por lo menos y batí la escoba
como si esto le fuera a hacer algún daño pero en lugar de eso una de
las manos de la sombra solo lo sostuvo y agarro con fuerza; intente
con toda mi fuerza que lo soltara más fue inútil. Esto era tan parecido
a una pesadilla pero era peor a eso. Era la realidad.

-¡para!-me ordeno-.

Lo hice en el momento que solté la escoba y caí al suelo. Termino de


formarse y la tiniebla oscura que parecía humo se disipo.

-¡Nicolás!-dije en un alivio de terror-.

-¿Qué intentabas hacer?-dijo confundido con la escoba en su mano-.

-tu… ¿Qué haces aquí es de noche? ¿Por qué no te formaste más


rápido? ¡Me has asustado! ¡¿Por qué me asustas?!-grite en susurros
recordando que Emi y Nora estaban al lado nuestro-.

-No me forme rápido porque no puedo-susurro de la misma forma-me


has visto desaparecer nunca aparecer. No quería asustarte y estoy
aquí porque hay problemas.

Se quedó viéndome y algo lo molesto.

-¿hasta ahorita has llegado?-Dijo al ver que estaba completamente


vestida y arreglada- ¡Sabes qué horas son! No son horas para que
andes en la calle.

-no eres mi papa-le dije al sacarle la lengua-.

-y tú no eres una niña malcriada-me señalo de forma de regaño- te he


dicho que hay problemas.

-¿problemas?

-el hecho de que este aquí es prueba de ello.

-¿qué sucede?

Roció S. Constanza.
-Black está haciendo un alboroto-explico soltando la escoba-está
buscando víctimas, yo lo estoy frenando pero es demasiado fuerte,
temo que este fuera de mi alcance.

Me asuste de sus declaraciones.

-¿entonces qué haces aquí?

-Clementain me lo pidió.

-¿Qué?

-Clementain también es un guardián del bosque.

-¿Cómo es eso posible?

-Es un espíritu de una víctima de Black. Es una larga historia…

-acórtala-pedí-.

-Hace unos años Black se alboroto de igual manera. Su frenesí fue


imparable-recordó-yo estaba haciendo lo mismo que estoy haciendo
ahora, frenándolo. Pero de igual manera no era tan fuerte ni rápido en
la noche como lo es el. Cuando estaba extrayéndole el alma a su
víctima no lo hacía en el bosque sino que a unas casa de aquí, corrí y
lo jale a mí; eso interrumpió su extracción y el alma quedo en el aire,
Black me empujo e intento tomarla de nuevo pero en ese momento
Clementain estaba muy cerca cuando todo sucedía y el alma de la
víctima decidió meterse en el cuerpo del gato, Black lo dejo pasar y
lucho contra mi e iba perdiendo justo cuando salió el sol y fuimos
succionados por el bosque otra vez. Luego Helen secuestro a
Clementain y le ofreció la vacante de guardián de día.

-tienes razón… es una larga historia, necesitare que me la cuentes


más tranquilo después-pedí-¿Dónde está Clementain ahora?

-muy cerca de aquí-me alejo de la sala-sé que es mucha información


para asimilar pero por favor ven conmigo, necesito llevarte a un lugar
seguro.
-¿Qué hay de Emi y Nora?

-Clementain vendrá a cuidarlas-me calmo-pero necesitamos que estés


en otro lugar ahora mismo.

-¿entonces porque no me puedo quedarme aquí?

-necesito que vengas conmigo.

Volví a tomar las chamarras y tape con mucha cautela a Emi y a Nora,
no quería despertarlas. Al salir de la casa vi a Nicolás montado en la
motocicleta.

-por obvias razones comprenderás que no llevo un casco conmigo-


Explico-.

-no importa-me subí y me di cuenta de lo que tenía que hacer,


agarrarme de el- entonces ¿tengo que sujetarme de ti?

-si-dijo sin volverme a ver-hay algo que no te he dicho… esta noche,


yo también absorbí energía.

-¡mataste a personas inocentes!

-Solo la suficiente energía sin llegar a tanto-corrigió-estarán exhaustos


en la mañana, nada grave… ¡para enfrentarme a Black lo necesitaba!
Así que puedes sujetarte de mí sin ningún peligro. ¿De acuerdo?

No respondí, de mí se escapó un suspiro y lo abrace de la cintura para


que diera marcha, ya en el camino note que no tenía encendida las
luces.

-¿Por qué no enciendes las luces?

-no quiero llamar la atención.

-¿y si chocas con alguien por la imprudencia de no encender las


luces?

-es demasiado noche… no hay personas despiertas… Creo.

Roció S. Constanza.
Deje de preocuparme por un momento y me di cuenta de lo que
estaba haciendo… abrazando a Nicolás. Nunca lo había hecho. Nunca
había sentido su cuerpo de esta manera… solo aquella vez que
choque con él en la puerta cuando entraba a física y la otra vez en el
bosque donde tome sus manos y me confeso que era un fantasma.
Era como abrazar un árbol o algo así, alrededor de él siempre
encontraba una temperatura fría. Sin importar las razones que hicieron
este suceso posible me permití abrazarlo, algo en mi me decía que las
cosas no iban a durar y mi mente me obligo a no acostumbrarme a
algo que talvez solo viviría una vez. Las sensaciones de la experiencia
son únicas e irrepetibles…

-¿el cementerio?-pregunte cuando llegamos-.

Una puerta de rejas se abrió, parado a la esquina de esta se


encontraba un hombre vestido tal como se vería un guardián del
cementerio. Sus labios torcidos en disgusto y sus ojos petrificantes
nos observaron pasar. Nicolás no hizo comentario alguno solo siguió
su marcha con la moto, pero aquel hombre murmuro malhumorado;
algo que no escuche con claridad… unos metros después Nicolás
freno y baje enseguida.

-es por aquí vamos-pidió bajándose de la misma manera-.

Pasamos varios caminos rodeados de tumbas, a nuestro alrededor


las cosas estaban en silencio y calmadas… al pasar por un árbol me
tropecé con una rama y Nicolás extendió sus brazos para sujetarme.

-silencio-me ordeno-si haces ruido se podrían despertar… algunos


residentes.

-lo siento-me queje-.

Al doblar a la esquina de la recta que seguimos vi al fondo una de


esas construcciones grandes en forma de casa que hacen para
enterrar juntos a varios miembros de una familia, la construcción era
divina; propia de un estilo gótico… Nicolás cada vez se acercaba más
a ese lugar y yo me empezaba a ponerme nerviosa de lo que
encontraría dentro de esa casita… ¿sería Nicolás capaz de dejarme
encerrada en una tumba por mi protección? Toco la puerta negra, no
hubo respuestas… volvió a tocar.

-¿Quién es?-pregunto una voz femenina-.

-Sabes quién es-chispeo Nicolás-abre Ester, no tengo mucho tiempo.

La puerta se abrió enseguida y una señora de hermosa cabellera


blanca, alta, vestida con un largo vestido negro pero elegante abrió,
era algo mayor en apariencia pero en su rostro no se mostraba vejez
alguna. Ladeo su extenso y espeso cabello y se cruzó de brazos.

-¿cuéntame querido?-sonó su voz suave y femenina-.

-necesito que me hagas un favor.

Los ojos color miel de la señora se posaron de Nicolás a mí que me


encontraba escondida detrás de su espalda.

-¿está viva?-se sorprendió- Hola cariño, ¿Qué necesitan?

-que la cuides volveré por ella al amanecer.

-de acuerdo-no dijo nada más y se hizo a un lado para que pasara a la
pequeña casita-.

Nicolás me animo a pasar.

-Volveré pronto.

Se esfumo en mis ojos pero seguí su trayectoria de regreso…

-Entra, no te comeré-se rio Ester-Por lo menos ya no ahora, deje el


canibalismo hace un tiempo.

En su rostro se marcó una sonrisa de cortesía. Su manera de hacerme


sentir cómoda era…. No tenía definición para ese comentario. La
casita no era más grande por dentro, tenía unos cuadros exóticos y
extraños, muy oscurantista… habían dos sillas al fondo de una
esquina con una mesita en medio y una tetera en ella, dos tazas

Roció S. Constanza.
hacían juego con esta. En la otra esquina había un pequeño mueble
con libros… en el techo una tenue luz, lo suficientemente brillante para
alumbrar adentro pero opaca para que no saliera de este pequeño
cuarto. En las paredes un papel tapiz con calaveras y cruces, esto era
raro. Y uno que otro mueble en lo que quedaba de espacio pero no en
el centro para tener movimiento en la “habitación”.

-¿aquí vives?

-¡oh no!-se rio de la idea-que locura, este es mi lugar privado para


leer… y recibir visitas. Me encargo de que el cementerio este tranquilo
al mismo tiempo.

-es que harán mucho alboroto-propuse-.

-en realidad no-dijo luego de pensarlo-siéntate.

Me mostro una de las sillas que estaban a la par de la mesita.

-¿te?

-no gracias-le sonreí con esperanza de no enojarla-.

-Así que tú eres ella-me observo como si fuera algo que examinar-.

-¿perdón?

-Nicolás me hablo de ti.

-¿enserio?... ¿el viene mucho aquí?

-antes lo hacía-reconoció-cuando no iba al instituto.

-¿y Lisa también viene aquí?

-no realmente… solo Nicolás.

La puerta volvió a ser tocada.

-¡Nicolás!-dije en voz alta-.

-no-dijo Ester viendo a la puerta con desagrado-dos molestias…


¡Adelante!
Dos fantasmas entraron atravesando la puerta, no eran como Nicolás,
sus figuras eran casi perceptibles y no se escuchaba sus pasos solo
sus risas juguetonas en lugar… en realidad los dos chicos eran
muertos, su presencia era distinta a la de Nicolás o a la del pelirrojo.
Su palidez y sus ojos abiertos completamente sin necesidad de
parpadear; miraban a Ester con entusiasmo. Parecían no notar mi
presencia en lo absoluto o simplemente no les importaba.

-¿Qué quieren?-pregunto Ester en un tono irritada-.

-El guardián del cementerio vio entrar a Nicolás con una viva-dijo en
pleno éxtasis de curiosidad el más bajito-

-¿Nicolás está aquí?-pregunto el chico alto con lentes y por primera


vez volteo a verme -.

-no, no está aquí-dijo Ester y se levantó a buscar algo-.

-Es ella-pregunto curioso el de lentes y el otro me volteo a ver de igual


manera-.

-Si es ella-dijo Ester dándonos la espalda-pero no puede verte así que


no molestes.

-si no puede verme-quiso saber el bajito-¿Por qué no deja de hacerlo?

Ester se dio la vuelta cambie la vista a ella ya que había sido muy
ruidosa.

-¿puedes verlos?

-¿no debería?-me asuste-.

-solo en caso de que fueras una médium-razono-Nicolás lo sabía y por


eso te trajo. ¿Las demás también lo sabrán?

-¿a qué te refieres?

-pon atención-me exigió-¿cuéntame has visto otro fantasma antes?


Claro está que no incluimos a Nicolás, ni a Black y mucho menos a
estos dos.
Roció S. Constanza.
-bueno una vez a un pelirrojo.

-¿Cómo sabias que era un fantasma?-exigió saber-.

-me dio las gracias por “liberarlo”.

-¿Nicolás sabe esto?-me pregunto-¿le contaste a él o a Lisa sobre


esto?

-No-dude en responder-pero en esa ocasión Clementain estaba ahí y


Nicolás me conto que el gato….

-Entonces Clementain le conto a Nicolás-concluyo-entiendo.

Se sentó como si hubiera descubierto la respuesta de un acertijo


difícil…

-Es sorprendente-concluyo en un tono agotado-siete médiums se han


reunido… esto podría marcar el fin de Black. Las cartas han acertado
otra vez.

-¡vaya un médium!-dijo en sorpresa y entusiasmo el bajito- es un gusto


conocerte.

Asenté la cabeza y no quería ser descortés pero necesitaba que me


explicara exactamente a que se refería Ester.

-¿a qué te refieres con las cartas, Ester?

-En este cementerio, hay todo tipo de personas-conto-una gran


diversidad de vidas con distintas historias… en una de las reuniones
que tuvimos las 6 del consejo apareció un fantasma muy peculiar.
Normalmente los fantasmas vienen a nosotras porque podemos verlos
pero este venía con una tarea. Era una bruja, ella había habitado el
bosque y por lo tanto su espíritu descansaba en él, dijo que las cartas
habían hecho que viniera a nosotras porque necesitaban ser leídas. Al
leerlas nos explicó que siete médiums se reunirían; y que la séptima
en unirse encerraría el alma de Black para siempre y así las almas que
este tomo y están en su poder se liberarían para que fueran al
descanso eterno.
Me quede boquiabierta. Era muy confuso y enredado.

-¿crees que soy la séptima?

-Dime tu si conoces a otra médium que no conozca yo-replico-esto es


demasiado complicado. Necesitamos una reunión de emergencia…
con todo el caos de Black. Sentirá tu presencia y buscara matar a una
médium para no ser sellado…

-pero Nicolás está controlando a Black.

-Si-afirmo-pero Nicolás no podrá controlar a las almas que obedecen a


Black. Las almas que el hurto fueron convertidos en sus esclavos.

-¿creí que solo tomaba su energía?

-así es cuando solo le interesa su energía-el silencio macabro se


marcó entre nosotras-hay ocasiones donde extrae el alma y las vuelve
en sus títeres.

-¡¿entonces no hay manera de pararlo?!-dije aterrada-.

-necesitara mucha más energía si piensa sacarlos-reflexiono-no te


preocupes, entre menos victimas hayan menos oportunidades tendrá.
Y en eso está trabajando Nicolás.

Ester se levantó de su asiento y tomo un abrigo.

-tengo que salir-me dijo-ustedes dos ¡cuiden de ella! No la pierdan de


vista, o Nicolás hará que lo paguen.

Los fantasmas mostraron un rostro asustado de las palabras de Ester


y dejaron su tensión de lado cuando Ester se fue.

-porque todas las médium son tan terroríficas-pregunto el alto-.

-Segura que eres una médium-dijo el bajito-no das tanto miedo como
Lisa o Ester.

-Ester dijo que Lisa no venía aquí.

-Talvez a este lugar, pero a veces acompaña a Nicolás cuando viene.


Roció S. Constanza.
-¿acaso hay un problema entre Lisa y Ester?

-quien sabe-respondió el bajito- me llamo Toe.

-y yo Calen-respondió el alto-.

-Soy Kari. ¿Qué más saben de Black?

-No sabemos nada-respondió Toe-somos muertos no participamos en


problemas de los vivos.

-jamás hemos visto a Black-conto Calen-Ester no permite que nadie


salga del cementerio…

Me decepcione, quería más respuestas y ninguno de ellos dos me las


darían.

-Sabes que sería divertido-dijo Toe a Calen-llevarla al jardín.

-¿Qué jardín?-pregunte-.

-Si sería divertido-respondió Calen-.

-¿alguien me escucha?-quise saber-.

-pero Ester nos matara si se entera que la sacamos-dijo Calen-.

-Tonto-Toe golpeo la cabeza de Calen-ya estamos muertos.

Enserio eran molestos estos dos chicos.

-no tenemos nada que perder-respondió Toe-más que escondernos


por algún tiempo…

-Vamos al jardín Kari-pidió Calen-.

-Sera divertido-apoyo Toe-.

-no sé si Ester este de acuerdo…

-Volverás antes que vuelva-dijo Calen-nadie se enterara.

Toe me empujo desde atrás. Y no tuve más remedio que aceptar.


Anduvimos en los oscuros caminos del cementerio, pise el suelo con
máximo cuidado recordando lo que me dijo Nicolás de no hacer ruido.
Llegamos hasta un muro de espinas que parecía como una malla muy
alta y espesa para que nadie pasara por ahí.

-Es una lástima-dije animada-creo que yo no podre pasar… bueno


chicos regresemos.

-podrías pasar por aquel agujero-señalo Toe, a una esquina de la


malla de espinas donde se encontraba un espacio pequeño pero lo
suficientemente grande para que yo pasara-solo tienes que arrastrarte.

-Es increíble-susurre molesta, cuando empecé arrastrarme-.

Al pasar el muro con sumo cuidado y despacio, del otro lado pude
observar un jardín de rosas blancas, eran demasiado bellas para ser
de verdad.

-¡son hermosas!-exclame-.

Al momento Toe y Calen se colocaron a cada lado mío.

-podrías tomar una rosa-sugirió Toe, divertido-.

-No estoy segura de que sea buena idea.

-hazlo por Calen-insistió-es para su madre.

-Si-rogo en inocencia Calen-hoy es su cumpleaños.

-¡¿y porque no la tomas tú?!

-El jardinero nos cortaría las manos si tocamos una-advirtió Calen-.

-¿y cómo saben que no me hará nada?-quise saber-.

-tienes razón-dijo Toe-no lo sabemos. Ni modo, hay que sacrificarse


por el equipo, andando.

-yo no voy.

-no seas cobarde-dijo Calen-.

-¡sí! No seas cobarde-apoyo Toe-.


Roció S. Constanza.
-¡No soy cobarde!

-demuéstralo-reto Calen-.

-No lo hare.

-Cobarde-dijo Toe y tocio para enojarme-.

-está bien se los demostrare.

Seguí arrastrándome para llegar al rosal más cercano. Sus tallos eran
completamente verdes y largos, en el fondo sabía que no era buena
idea cortar una flor, incluso era un delito hacerlo siendo tan bellas. Me
arrodille para cortarla un poco más arriba y no de tan abajo. Tuve
problemas para hacerlo, jale para doblarla pero en ese momento una
furiosa ráfaga de aire paso. Me apresure lo más rápido que pude y me
tire al suelo cuando otra más violenta paso. Estaba helada; busque a
Toe y a Calen pero ya no estaban, me habían abandonado. Más que
eso me habían puesto una trampa y yo caí en ella.

-¿Quién se ha atrevido?-una dramaturga voz asesina grito- ¡que salga


ahora!

Sin ganas y con mucho miedo me levante con la flor en mano.

-he-e-e-he sido yo-temblé no solo en la voz- lo siento.

El fantasma era oscuro y siniestro, su cabello castaño se crispaba en


su enojo. Su ropa de jardinero era terrorífica, sucia y descuidada. Su
apariencia física y facial no era nada amigable.

-Lo lamento mucho-baje la cabeza-no ha sido mi intensión molestarlo.

Cerré fuertemente los ojos en el afán de esperar que esto fuera una
pesadilla y me despertara pronto.

-Está bien-dijo una voz más calmada y completamente desalentada-.

Subí la mirada al jardinero de nuevo, ya no era siniestro y tenebroso,


en su cara se marcaba la tristeza y decepción.
-ven conmigo-pidió-.

Camine detrás de él y vi el jardín de una mejor manera. Parada se


apreciaba mejor. Aun con la rosa en mano la observe, ya no era la
vivida flor blanca que había escogido en lugar de eso estaba seca y
sin pétalos.

-¿Qué le sucedió a la flor?-pregunte asustada-.

-La mataste-constato al momento que se paró en una especie de


cuadro en el centro del jardín-.

-Lo siento-dije culpable-.

-¿crees que disculpándote la volverás a revivir?

-no-conteste aún más culpable-lo siento.

-Nada vuelve a ser lo que era antes.

-lo sé.

Suspiro.

-pero a veces las cosas pasan y cambian para ser mejores de lo que
eran.

-¿a qué se refiere?

Abrió un agujero en el suelo.

-deposítala aquí-pidió-.

Hice lo que me dijo y eche la tierra que estaba a los lados. Vi como la
flor muerta empezaba a sanar, su tallo volvió a ser verde y el capullo
se formó lentamente hasta abrirse en su punto más bello. La flor era la
más radiante de todas, la fragancia de esta era más dulce a cualquiera
que hubiera olido antes.

-¿Cómo sucedió eso?

-el ciclo de las plantas.

Roció S. Constanza.
-cuando algo está mal se debe sacar lo mejor de eso. En este caso fue
volver a sanar lo que habías herido.

-no lo volveré hacer-dije-lo prometo.

-Cuento con eso-dijo en empatía- ¿pero qué haces aquí niña?

-Toe y Calen-los delataría por lo que me habían hecho-me trajeron


aquí, querían la rosa para su madre…

-¡pero si son huérfanos!-aclaro el jardinero-pero eso no es lo que


quería saber. ¿Qué haces aquí niña?

-Nicolás me trajo porque Black ha empezado a cazar a sus víctimas. Y


talvez yo sea un médium.

-sé que lo eres-corrigió el-de otra forma no podrías verme.

-¿usted sabe de Nicolás y Black?

-yo fui en el tiempo de Black-comento-a decir verdad él y yo fuimos


amigos.

-¿Quién es Ud.?

-Soy Edward Dolian…

-¿Dolian?

-Soy el padre de Emilia Dolian, abuelo de Helen Dolían, bisabuelo de


Margo Dolian y tatarabuelo de Lisa Dolian.

-han pasado cuatro generaciones desde que Black existe.

-y no solo eso. Yo fui el responsable de encerrarlo en esa casa.

-¿cómo es posible?

-Era muy joven cuando lo conocí, aun no tenía a mi hija Emilia y


trabaje en el inicio de la construcción de la casa en la que el habita
ahora. Él era un hombre respetable y bueno, nos volvimos amigos…
conocí a su esposa y a su pequeña hija en ese entonces… aun le
faltaba mucho a la casa cuando me llamaron para otra construcción,
Black me entendió y me dijo que hiciera mi trabajo, el terminaría
solo… los días pasaron en mi viaje y al tiempo regrese a ver qué había
pasado con mi amigo… toque varias veces y llegue por el muchas
más pero nada, investigue lo que había pasado en mi ausencia y
busque algún rastro de ellos, solo encontré a la pequeña Elizabeth...

-¿La hija de Black?-intuí-¿Qué sucedió con ella?

-la encontré en una familia muy bondadosa… la señora había dicho


que habían encontrado a esa niña a la orilla del rio inconsciente bajo
la lluvia. Habían pasado varios meses desde que había visto a la
pequeña niña pero algo en mi me decía que era ella. Mas nunca dije
nada a esa señora. Si era hija de Black, él la estaría buscando
desesperadamente.

-¿Elizabeth nunca dijo nada de su familia?

-intente hablar con la niña-admitió-pero se comportaba más tímida y


parecía no recordar absolutamente nada. Además esa familia no la
llamaba Elizabeth… Todo en ese momento me hacía dudar…

-¿entonces que paso?

-volví a intentar la semana siguiente a la casa de Black. Como nunca


hubo respuestas me escabullí por la casa y vi lo que ocurría. El ya no
era el mismo, estaba poseído e intento atacarme; fue en ese momento
en que comprendí lo peligroso que era… buscamos ayuda. Seis
mujeres más de Timesong city que habían visto divagar a Black me
siguieron para hacer un ritual para sellar su alma y así lo hicimos.
Primero le tendimos una trampa en su casa y luego alrededor de todo
el bosque por precaución. Pero sabíamos que no podríamos evitar que
alguien lo suficientemente insensato entrara y le diera la suficiente
energía para soltarse cuando quisiera. Luego de un tiempo se hizo
realidad. Y las desapariciones también se hicieron… con mucho
esfuerzo y manipulación hicimos que la menor cantidad de personas
entrara, exagerábamos el triple de peligro. Pero el alcalde se le ocurrió
hacer senderos para disfrutar paseos por el bosque… destruimos
Roció S. Constanza.
cualquier camino que pudieran llevar a esa casa. Hicimos todo lo que
estuvo a nuestro alcance más fue inútil. Muchos años después todo se
salía de control no había forma de mantener cautivo a Black, hasta
que un día mi nieta Helen me dijo que había encontrado a un chico, un
alma perdida en el bosque que había sido víctima de Black. Ella
realmente quería ayudar a ese chico, así que me aproveche de la
confianza que Helen y Nicolás habían hecho para usar a Nicolás como
guardián del bosque. Por fin algo había funcionado.

-¿Quién fue Nicolás?

-Nadie más que yo supo esto-me lo dijo de manera de guardarlo en


secreto- fue un estudiante del instituto al que ahora va mi tataranieta,
Nicolás era un joven que había perdido a sus padres solo un año
antes de su desaparición.

-¿Por esa razón nadie se preguntó por el cuándo desapareció?

-excepto una chica.

-¿Quién?-pregunte sabiendo la respuesta-.

-Ada Evans. Tu abuela sino me equivoco.

-¿Cómo lo sabes?

Tomo mi collar que cargaba en el cuello.

-ella usaba el mismo collar. Y a decir verdad te pareces mucho a ella…

-¿entonces sabes si Nicolás es mi abuelo?

Él se sorprendió y en su rostro vi la confusión.

-no lo sé-concluyo-¡me has sorprendido! Jamás creí que eso pudiera


ser posible. No recuerdo mucho de lo último de mi historia… ya era
muy viejo en ese entonces.

-¿Qué te dijo Ada Evans?


-No lo sé. Ella era joven y yo muy viejo.me contó la historia de cómo
había muerto Nicolás supongo… han pasado muchos años… al poco
tiempo después de que encontré a Ada Evans morí. Toda la carga que
había en mí se pasó a mi nieta Helen. Nunca me entere de algún hijo
de Ada.

-no puedo creer todo lo que me has dicho-dije sosteniéndome la


cabeza, -¿pero porque me lo has dicho?

-tienes que saber la verdad.

-¿tienes idea de cómo llamo aquella familia a la pequeña Elizabeth?

Solo negué con la cabeza.

-Ada-en mi familia mi tatarabuela, mi abuela y yo habíamos tenido el


mismo nombre-.

Mis ojos se abrieron absolutamente.

-La niña cuando la encontraron llevaba puesto un collar; con ese


nombre así que así la llamaron a ella-tenía razón este collar había sido
heredado-.

-¿estás diciendo que soy descendencia de Black?

-no lo puedo asegurar-admitió-pero cuando vi aquella niña jure que era


Elizabeth, nunca me fije en los accesorios que llevaba ella o su madre
pero si en lo hermosas que eran… tú te pareces a ella. No es
coincidencia de que seas la séptima médium que encerrara a Black
definitivamente. Cuando sea el tiempo la sangre te guiara a él y tú
terminaras lo que empezó hace mucho.

-¿Cómo lo hare?

-no lo sé-admitió-pero así fue dicho. Nadie sabe todo lo que te dije; los
cabos sueltos solo tu abuela puede resolverlos…

Mi mente absorbió toda la información dicha, cada cosa caía en su


lugar o eso parecía.

Roció S. Constanza.
-Qué bello amanecer…-dijo observando el cielo-es hora de irme.

-No te vayas-pedí-¿Qué hare con todo lo que se ahora? ¿Qué debo


hacer?

-es tu decisión…-se acostó-tampoco fue coincidencia que fueras la


primera en verme después de mi muerte.

-¿es decir que ninguno de tu familia te ha visto antes?

-no había motivo para que lo hicieran-cerro los ojos-pero siempre los
estaré cuidando…

Y desapareció.

Las flores que formaban el jardín también se esfumaron con el señor


Dolian. Ahora solo eran ramas secas y sin ninguna belleza que
admirar, la tuene alborada empezó a tocar el suelo y mi vista se perdió
en la única flor en pie y resplandeciente en aquel lugar. La flor que
habíamos plantado fue la única en sobrevivir.

A mi espalda escuche unas pisadas, al voltear vi a Nicolás que estaba


caminando hacia mí.

-hola-dijo- ¿Qué haces aquí?

Mi boca se abrió pero ninguna palabra fue emitida… ¿por dónde debía
empezar?

-¿Qué sucede?-dijo preocupado-.

-Nicolás-lo tome la mano-¿recuerdas que te prometí que iríamos


juntos a ver a mi abuela?

-sí.

-Creo que llego el momento.


El Asilo
Capitulo XVI

-¿Estas bromeando?-quiso saber Nicolás cuando íbamos en


camino a mi casa-.

-No-respondí sujeta a su espalda-hay muchas cosas que no te


he dicho… pero mi abuela está vinculada a todo.

-¿a qué te refieres?

-mi abuela puede ser la nieta de Black-.

Freno de inmediato. El semáforo se encontraba en verde pero él


había detenido la marcha. Por suerte era muy temprano y todavía
no había muchas personas despiertas.

-¿Qué?

-es una larga historia-no había tiempo para contarla-créeme tomo


mucho tiempo… apresúrate si las chicas se despiertan antes de que
lleguemos sospecharan que algo ocurre, Emi ya sospecha no puedo
darle más razones.

-¿Cuál es el plan?

-fingimos que no pasa nada-improvise-y al salir de clases nos


iremos directo al asilo.

Llegamos a mi casa, me escabullí en silencio… Emi y Nora dormían


aun. No me había percatado que estaba exhausta hasta que vi mi
cama. Pero no había tiempo para descansar, eran las cuatro de la
mañana. Nicolás se marchó a revisar el bosque una vez más. Antes
de irse al instituto. No sabíamos si era buena idea hacerlo pero Lisa
dijo que debíamos hacerlo hasta las vacaciones y después

Roció S. Constanza.
mentiríamos a los profesores sobre el traslado de Nicolás para que
nadie sospeche.

Me di la ducha más helada que he tenido en toda mi vida. Para que


la verdad se asentara en mi cabeza… tendría que dar muchas
explicaciones hoy. Tenía que ordenar cada idea en mi cabeza.
Nunca había descubierto tantas cosas juntas. Todo cayó como una
tormenta sorpresa. Mi despertador sonó. Me apresure a alistarme y
bajar hacer algo rápido de desayuno.

-buenos días-dijo Emi al encontrarme en la cocina-¿tan temprano


estas despierta?

-si ya se hace tarde para el instituto Emi-respondí-levanta a Nora.

-ya me levante-respondió adormitada Nora-que nadie me levante.

-no sentimos-dijo Emi-ayer fue un día muy cansado, entrenamos


toda la tarde. ¿Qué tal tu noche?

Bueno… vamos a ver; no he dormido nada, probablemente me


siento de la patada por no corresponder a León al cien por ciento y
el pasado de mi familia es espeluznante.

-buena.

-¿Qué tal tu cita con León?-quiso saber Nora-.

-Bueno fue muy agradable…-la minimice-vayan alistarse, el


desayuno estará listo pronto.

-De acuerdo-coincidieron ellas-.

En el instituto me concentre en lo que haría frente de mi abuela. Si


entraría en seguida Nicolás o no… o si él tendría que saber primero
sobre nuestro parentesco. Tendria que preguntarle a mi abuela
sobre su madre y sobre la historia de cómo murió mi abuelo…
además ella confirmaría si conoció al señor Dolian cuando era joven
y también del porque no notifico la desaparición de Nicolás o si lo
hizo. Mi mente solo titubeo en esos pensamientos cuando vi a la
profesora Eleonor. Cada vez que la veía o estaba cerca de ella;
recordaba que ella era mi abuela paterna; desde que me entere no
la enfrente ni tampoco le dije lo que sabía. ¿Ella también lo sabía?
Tenía que saberlo conocía a mi madre. Yo solo tenía el apellido de
ella. ¿Cuántos Evans existen en Timesong city? Era obvio que ella
sabía la verdad. Pero cuando ella se refería a mí solo me trataba y
miraba como una estudiante más, no había ningún sentido de afecto
de abuela en sus ojos o en su voz. Es más a veces sentía que en
cierto sentido me ignoraba.

En el receso todo parecía normal. Todos estaban hablando de


diferentes cosas en la mesa. Yo tome un libro para fingir interés en
él y que nadie me hablara. Al sonar la primera campana de aviso
todos tomamos nuestros rumbos a las diferentes clases. Caminaba
pensante atrás de Lisa y Nicolás hasta que nos topamos con
Micaela.

-Hola Nicolás-lo detuvo-.

-Hola Micaela-le respondió, Lisa solo se le quedo viendo a la chica


que nos paró-.

-Creo que no te he agradecido por ayudarme la vez pasada en el


examen de física-le soltó al momento de plantarle un beso-.

Nicolás no la tomo en absoluto y quedo helado al igual que Lisa y


yo. Unos chicos pasaron molestando a Nicolás por el repentino acto
de Micaela y siguieron su camino. Al breve tiempo de estar así,
Micaela se puso pálida seriamente. Nicolás le retiro con sus manos
pero la chica se desmayó, el de inmediato la tomo en sus brazos y
Lisa corrió a ver el estado de Micaela. Me asuste Micaela parecía
muerta.

-Solo esta desmayada-tranquilizo Lisa- chica tonta, esto ha sido


peligroso. Hay que llevarla a la enfermería.

Roció S. Constanza.
-yo la llevare-dijo Nicolás poniéndose en camino con Micaela en sus
brazos-.

-Estas seguro-quise decir ¿es seguro?-.

-te acompaño-le dijo Lisa-te mandare un mensaje cuando se


despierte Kari, no te preocupes.

Una hora más tarde mi celular vibro. Un texto de Lisa que decía que
Micaela estaba absolutamente bien y no recordaba porque se había
desmayado, la enfermera concluyo que fue por falta de comida que
se encontraba débil. Eso me tranquilizo. Y deje caer en mí un golpe
de celos. Besar a un fantasma era mortal. Pero Micaela había
besado a Nicolás lo que sí tuvo consecuencias... pero aun así me
daban celos. ¡Tonta! Tienes mejores cosas en que pensar. Me
recordé.

Las clases fueron eternas. Pero acabaron. Avise que no iría al


trabajo por problemas familiares y antes de encontrarme con
Nicolás tropecé con Lisa otra vez.

-Nicolás me conto que irán a ver a tu abuela-dijo mientras


caminamos-.

-creo que llego la hora.

-si yo también lo pienso… a decir verdad… si tomas mi opinión


deberías decirle antes de que mire a tu abuela.

-ya lo había pensado-conteste-no te preocupes le diré…

-Kari-me hablo Lisa-necesito que vayas con Ester hoy.

-¿Por qué?

-habrá una reunión a la que tienes que asistir.

-de acuerdo-respondí-iré tan pronto pueda.

-buena suerte-me sonrió para darme ánimos y continúo sola por su


camino-.
Al salir iba cuando alguien me llamo detrás de mí. ¿Es que acaso
no podía salir del instituto tranquila?

-Kari, hola -me hablo León-¿te llevo al trabajo?

-hola… no voy al trabajo León-explique-iré a ver a mi abuela hoy.

-¿se encuentra bien?

-sí. Creo que sí. Pero quiero ir a verla.

-Entiendo… -respondió-suerte.

Nos despedimos con un beso en la mejía y me marche. Me subí a la


moto de Nicolás y este dio marcha rápidamente. Al estacionar en el
asilo, mi estómago se estremeció de los nervios.

-Nicolás antes de entrar quiero decirte algo-le dije al bajarme- mi


abuela de niña me conto una historia… no la recuerdo bien, pero
trataba de dos jóvenes que entran al bosque y un fantasma.

Los ojos de Nicolás me miraron serios, en su rostro marcaba que


toda su concentración se centraba en mí.

-se supone que esa historia dice que mi abuelo murió en el


bosque… mi abuela le dijo a mi madre que su padre se llamaba
Nicolás Norton.

-¿Qué quieres decir?-dijo atónito-¿quieres decir que tu abuelo soy


yo?

-así parece.

Lo perdí. Nicolás se perdió en su mente, su cara solo mostraba


confusión, no podía ni dudar que fuera la misma expresión que yo
tuve al saberlo también. Saque la foto de mi mochila…

-esta foto estaba en el anuario que te enseñamos con Lisa. Mi


abuela estudio contigo y es por eso que encontré el anuario. Era de
mi abuela.

Roció S. Constanza.
La tomo y no hablo.

-Eres idéntica a ella-me miro desilusionado-ahora sé porque me


parecías familiar.

-no estoy seguro de estar listo de verla-su voz se quebró-lo siento,


no entrare.

-Está bien-concluí-entrare sola. Necesito saber varias cosas.

No había dado ni dos pasos cuando Nicolás me freno tomando mi


brazo.

-¿sabes, nunca te vi como una nieta?-dijo un tanto asqueado de sí


mismo-.

-yo tampoco como un abuelo-tome su mano y la aparte de mi brazo-


pero no lo sabíamos, no es nuestra culpa.

Entre al asilo, una señora se quedó viéndome extraña. ¿Cómo me


veré ahora? Casi podía jurar que me iba a preguntar si me sentía
bien.

-buenas tardes.

-buenas tardes-respondió-.

-hola-salude a la recepcionista-vine a visitar a mi abuela ¿será


posible que la mire?

-Hola señorita Evans-me respondió-claro, la llevare a su habitación.


La enfermera está en su almuerzo y por eso su abuela se encuentra
sola en estos momentos. Pero si quiere hablar del estado de su
abuela puedo llamarla...

-no será necesario-la interrumpí-solo vengo hablar con mi abuela…

-magnifico-termino de guiarme-cualquier cosa sabe dónde


encontrarme.

-Gracias.
Abrí la puerta y ella se encontraba en una mecedora, leyendo un
libro. Me asuste… más que eso me acobarde de lo que quería
hacer.

-¡Kari!-me saludo-¿Qué haces aquí?

-venia hablar contigo abuela…

-Claro pasa.

Camine a ella y la abrace, luego me senté en una silla frente de


ella.

-¿de qué quieres hablar?

-de varias cosas a decir verdad…

Ok… donde estaba mi lista mental.

-hace un tiempo… me dejaron un trabajo de mi árbol genealógico.


Quería saber sobre mi familia.

-¿es sobre tu papá?

-no, no es sobre mi papá-suspire-hable de eso con tía Sara…

-entonces dime.

-es sobre mi tatarabuela. ¿Quién era ella? ¿Cómo se conformaba


su familia, en fin todo?

-bueno algo que no sabes sobre mi madre-respondió intentando


hacer memoria-es que fue adoptada por la familia Evans. De ahí
adquirimos el apellido.

-¿Cómo fue eso posible?

-no lo sé bien… Ella hablaba con orgullo de sus padres adoptivos y


de lo amorosos que habían sido con ella.

-¿y sus verdaderos padres?

Roció S. Constanza.
-ella tuvo una especie de accidente o algo parecido que hizo que
perdiera la memoria de niña, por eso nunca los recordó. Al crecer
ella se enamoró perdidamente de un hombre de la familia Evans; un
pariente lejano, como era adoptada no hubo problema en la familia
que se casara con él y así fue como mi padre me dio mi apellido
Evans y es por eso que yo solo tengo un apellido para que las
personas no pensaran mal de la familia-explico-luego al poco
tiempo que nació tu madre él falleció.

-abuela quiero que me cuentes la historia-me detuve-aquella


historia que me contaste de niña…

-¿Cuál cariño?-me pregunto pero luego de un momento lo supo-¿la


historia de los jóvenes del bosque?

-si-pedí-nunca supe en que termino…

-¿en qué me quede la última vez?

-no lo recuerdo… pero me gustaría escucharla desde el principio.

-está bien-dejo el libro en una mesita-“Erase una vez en un lugar


hermoso y solitario, y peligroso lugar muy alejado de las personas,
dos jóvenes amigos de toda la vida que llegaban a jugar en el
bosque desde niños; él un año mayor que ella. Andaban corriendo y
muy alegres como siempre exploraban la ruta de ese bosque que
les era tan familiar pero sin saber cómo habían tomado una ruta
distinta. Luego de darse cuenta caminaron en varias direcciones
hasta que encontraron un camino. No creían lo que miraban, nunca
la habían visto, ¿cómo había llegado eso está ahí? un corto camino
de piedras adornado con flores silvestres en los lados que llegaba a
una casa enorme escondida dentro de los árboles.

-Entremos –le dijo él-será divertido.

Ella solo lo siguió.

-¿Y si está cerrada la puerta? –dijo ella.-


Él prosiguió en el caminito que llevaba a la puerta y sin mucha
fuerza solo el toco y la puerta se abrió con facilidad. –Está abierta-le
dijo-.

Al entrar en la casa observaron que era un lugar muy ostentoso y


muy bien elaborado. A su derecha no muy lejos unas escaleras que
llevaban al segundo piso y delante de ellos observaron la lujosa
sala, realmente era grande esa casa, se miraba más grande por
dentro que por fuera.

-Vamos hasta arriba, puede que se mire el rio desde arriba- le dijo
él-.

-Con tantos arboles no creo-dijo ella-.

Subieron hasta la azotea y ciertamente se encontraron con la vista


hasta el rio. Era una vista increíble se podía ver claramente el
camino por donde habían entrado y unos metros más lejos el
enorme rio y su corriente tan fuerte que podría arrastrar con
facilidad a quien se callera en él. Se quedaron observando el inicio
del atardecer. Ya era muy tarde tenían que irse antes que
anocheciera los padres de ella se preocuparían sino llegaban
pronto, bajaron hasta la estancia y él se apuró abrir la puerta, la
haló y la volvió a halar pero no se abría.

-Deja de jugar Nicolás-pidió ella-.

-¡no estoy jugando esto no abre!

Entonces cuando menos lo esperaron se escuchó un ruido y ella


salto del susto.

-Es el viento-dijo el- tranquila. No pasa nada…

Otra vez se escuchó el mismo sonido pero esta vez más fuerte se
quedaron inmóviles en espera de adivinar que era ese ruido,
entonces empezaron a escuchar unos pasos en el piso de arriba y
sintieron escalofríos al oír que los pasos se acercaban a ellos

Roció S. Constanza.
-¿Quien está ahí?- pregunto aterrada-.

-Espera aquí iré a ver. –le dijo y antes de que el llegara a las
escaleras vio como un hombre bajaba poco a poco.

-Buenas tardes-dijo el sujeto bajando – ¿Les puedo ayudar en algo?

-Buenas tardes-Respondió Nicolás acercándose un poco más


subiendo unos cuantos escalones - no queríamos molestarlo señor
lo que pasa es que encontramos la puerta abierta y creímos que la
casa estaba vacía.

-¿molestarme? para nada sean bienvenidos a mi morada. Pero


pasad a la sala, ¿les puedo ofrecer algo?

-No gracias nosotros ya nos vamos-dijo ella titubeando del miedo


por este hombre- Vámonos Nicolás.

-Si es cierto-dijo Nicolás, apoyando lo que su amiga decía- ya nos


vamos, pero gracias.

-Yo creo que no- Dijo el hombre en un tono fuerte y tenebroso- Se


quedaran conmigo para la eternidad.

En un segundo este estaba en la puerta a la par de ella, sin más ni


menos ella quedo petrificada del miedo. El sujeto se quedó
viéndola directamente a los ojos, ella jamás había visto ojos como
los de aquel hombre negros como la noche y tan profundos como el
mar y si no fuera por el chico ahí hubiera quedado, si Nicolás no la
hubiera jalado del brazo probablemente hubiera sido inconsciente
del tiempo , el lugar y el momento exacto donde había caído en el
hechizo de los ojos de ese tipo, y empezaron a correr por la casa
buscando una salida, mas fue inútil se quedaron estancados en la
azotea eran conscientes de que estaban en peligro. Estaban
asustados, sin salida en una casa con un hombre que se había
convertido en su verdugo y captor.
Cuando de pronto Nicolás dijo: Tranquila ¿miras el árbol? está muy
cerca y probablemente si saltas llegaras a él, así podremos salir.-
buscaba tranquilizarla y darle esperanzas-.

-¿Estás loco? ¿Cómo vamos a saltar hasta allá?- respondió en


medio de la desesperación y el miedo-.

-Tienes que hacerlo no hay otra salida, vamos tu primero tienes


que hacerlo confió en ti.- le animo-.

- ¿Y si viene detrás de nosotros?-le pregunto-.

-No te preocupes yo lo detendré lo suficiente para que puedas


escapar.- (de los ojos de mi abuela empezaron a surgir lagrimas)-.

-¿y tú?-pregunto la chica-.

-Iré detrás de ti, no te preocupes- le dio su mejor sonrisa para darle


un poco de confianza y la ayudo a subirse al barandal, pero se
escuchó el estruendo de la puerta de la azotea que se abría con
tanta fuerza como si una ráfaga de viento la hubiera golpeado pero
en lugar de viento era una especie de sombra inmensa que salía de
ahí.

- Salta ahora-dijo Nicolás-Corre.

Ella salto de esa azotea y pudo llegar al árbol pero sus manos no
fueron lo suficientes fuertes para sostenerse así que se resbalo y
cayó en una rama un poco más abajo, pudo ver como Nicolás
también intento subirse al barandal a punto de saltar estaba cuando
la sombra lo rodeo y empezó a tomar la forma del hombre de la
casa sujetándolo del brazo.

-¡Nicolás! –Grito-.

-Corre ahora- grito Nicolás-.

Ella no estaba segura si hacerlo o no pero empezó a correr,


tropezando por todo el bosque iba corriendo y encontró el camino
que habían dicho con Nicolás para regresar a su casa corrió como

Roció S. Constanza.
nunca lo había hecho, sentía la adrenalina en las venas, el miedo
saco eso de ella. Saliendo de ese inmenso bosque vio como el
ocaso terminaba cuando freno. No quería dejar a Nicolás atrapado
ahí. Se dio la vuelta y vio como la sombra la seguía, venia por ella.
El miedo la acorralo y obligo a salir completamente del bosque y vio
que donde el sol no pego dentro del bosque el fantasma se detuvo.
Si quería salvar a Nicolás necesitaba ayuda. Corrió a una estación
de emergencia. Los policías se asustaron de verla.

-¿Cuál es la emergencia?-le pregunto el oficial-.

-Mi amigo fue atrapado por una especie de sombra-grito-.

Al policía no le agrado nada, se molestó mucho con ella.

-Señorita esto no es un juego-le advirtió-no tengo tiempo para


creerle sus cuentos de miedo. Por favor retírese.

-no estoy diciendo ningún cuento-se defendió-mi amigo fue


atrapado por un sujeto.

-¿entonces vi al secuestrador? ¿Cómo era?

Se lo describió y el oficial empezó a tomar nota hasta el momento


en que ella dijo que se formó del humo. El oficial perdió la
paciencia. Él la monto en una patrulla y de mala manera le pidió su
información. La llevo a su casa-mi abuela hizo una cara de
decepción- y le dijo a sus padres lo que la chica decía. Sus padres
no le creyeron ninguna palabra… Nadie lo hizo. La insistencia de la
chica preocupo a los padres por lo que ellos decidieron internar a su
hija por un tiempo en un hospital psiquiátrico… Fue discriminada
como una loca por sus propios padres y lo que más le dolió en su
encierro fue la duda y la certeza. No sabía que le había pasado a su
amigo, que le habían hecho pero estaba segura que ya no estaba
vivo, la oscuridad lo había devorado.”

Mi abuela quito las lágrimas con sus manos arrugadas dignas de su


edad.
-Y eso es básicamente la historia cariño.

-¿Qué paso con la chica después?

-tuvo una hija que amo y luego una nieta que también adoro.

-¿la chica de la historia-mis palabras tambalearon- eres tú?

Mi abuela lloro nuevamente… solo asentó la cabeza… demasiado


doloroso para admitir en voz alta, la entendía. Nadie le había creído
y había pasado por mucho gracias a eso. Me acerque a ella y le di
apoyo.

-Está bien… no pasa nada abuela-quise consolarla, ¿Estaba lista


ella para lo que seguía?-Abuela necesito saber la verdad…
¿Nicolás Norton es mi abuelo?

Los ojos de mi abuela se abrieron de sorpresa.

-Nunca te dije que Norton era su apellido-respondió-.

-Lo sé, tía Sara me lo dijo…

Sentí la presencia de Nicolás en mi espalda, mi abuela levanto la


vista y se palideció por completo.

-¡Nicolás!-dijo aterrada observando al fantasma que se aparecía


delante de sus ojos-.

Al voltear a ver a Nicolás no podía entender su expresión. Solo la


miraba fijamente. Él había escuchado toda la historia ¿Había podido
recordar algo?

-Kari déjame a solas con tu abuela-pidió Nicolás-.

Estaba en medio de los dos. No entendía a Nicolás y mi abuela


estaba sumamente asustada. La mano helada de mi abuela se
colocó encima de la mía que tomaba la otra.

-déjanos solos por favor-pidió mi abuela-.

Roció S. Constanza.
Muy despacio me levante de donde estaba y camine confundida a la
puerta. No me atreví a ver atrás, solo camine fuera de esa
habitación y cerré la puerta. Me quede parada al lado de esta pero
no escuche nada. El silencio que provenía del cuarto era absoluto.

-¿Sucede algo?-pregunto la recepcionista al verme fuera de la


puerta-.

-Mi abuela me pidió un momento a solas.

-La entiendo, siempre lo pide-dijo en confianza la recepcionista-.

-¿Mi abuela pide que la dejen a solas?-me sorprendió-.

La recepcionista me encamino a alejarme de la puerta y me hablo


en voz baja.

-Su abuela todos los días entra a su cuarto y quiere un momento a


solas-comento-a veces abre un álbum de fotos y se pone hablar
sola. Entendemos que es por la edad y eso, así que se lo
permitimos normalmente.

-¿Qué es lo que dice cuando ve el álbum?

-No le sabría decir-dijo viendo al suelo-le damos la privacidad que


pide.

-Gracias-dije-.

-Si necesita algo llámenos- y ella se marchó-.

Me senté en el piso a la espera de que saliera Nicolás o mi abuela y


me explicaran que estaba pasando pero nada… el tiempo pasó; los
minutos se alargaron más que sesenta segundos o por lo menos
para mí. Todo estaba bien, hasta que vi a la enfermera correr hacia
mi dirección. ¿Alguien había tocado el timbre de alarma? La
enfermera correteo hasta la habitación de mi abuela y la abrió en
seguida. Entro apresurada y yo la seguí asustada de lo que haya
pasado. Mi abuela se encontraba en el suelo agarrándose del pecho
en un estado de crisis, un álbum de fotos se encontraba tirado a
unos centímetros de ella. Nicolás no se encontraba en la habitación.
¿Qué es lo que había sucedido aquí?

-No puede estar aquí-me jalo una segunda enfermera- tiene que
retirarse por ahora.

Me saco de la habitación y la recepcionista se acercó a


tranquilizarme, mi mundo se desplomo; en mi mente solo podía
pensar “no te vayas abuela”. Me acurruque en el suelo… talvez
traer a Nicolás había sido muy imprudente de mi parte y ahora
perder a mi abuela seria el precio que tendría que pagar. Parado a
la par de la ventana vi a Nicolás quien miraba preocupado a mi
abuela, en su rostro también veía tristeza y miedo... ¿miedo de
perderla? Nadie lo vio. Eso podría decir que él no estaba en su
forma materializada. En estos momentos solo yo podía verlo. Otra
enfermera, entro con unos aparatos y cerró la puerta. Ya no pude
ver más.

Las interminables horas pasaron como la cantidad de veces que


salían y entraban las enfermeras sin decirme nada. Ya era de
noche, había pasado aproximadamente unos veintiocho minutos
desde que nadie salía de ahí y solo mis recuerdos pasaban uno
tras otro con mi abuela. Abrieron la puerta y dos enfermeras
salieron, atrás de ellas venia la enfermera Wendy.

-¿Cómo está?-le dije cuando se paró enfrente mía-.

-ya está mejor-me explico y me extendió una mano a mi hombro-


está tranquila y estable.

-¿puedo verla?

-si-dijo con una sonrisa que se desvaneció-pero está durmiendo


ahora… no puedes quedarte mucho tiempo con ella.

Me levante y con miedo entre a la habitación, se encontraba


acostada en su cama y al lado de ella Nicolás estaba arrodillado a
su lado agarrando su mano. Cerré la puerta. Intente colocar mi

Roció S. Constanza.
mano en el hombro de Nicolás pero traspaso su cuerpo. Nicolás no
había vuelto a su otra forma, era el puramente fantasma ahora. Me
volteo a ver.

-Las enfermeras dicen que estará bien-me dijo cuándo volteaba su


rostro-que ya está estable.

-Lo sé.

-No pude hacer nada por ella cuando se empezó a sentir mal. Solo
pude tocar el botón de emergencia y ver como ella se retorcía del
dolor.

Mi celular empezó a sonar, al ver la llamada vi que era Lisa. Nicolás


tenía que hacer, no podía quedarse con ella ni yo tampoco.

-Es Lisa-le dije-ya es de noche Nicolás.

-No quiero ir-confeso-quiero quedarme con ella…

Entendí a lo que se refería completamente.

-Sino vas Black matara más víctimas…

-Lo he recordado ¿sabes?-me silencio rotundamente-recordé mi


vida… Recordé. Se lo debo a Ada, no puedo irme.

El celular sonó de nuevo.

-¿Lisa?

-¡Kari! ¿Dónde están?

-Nicolás no ira.

-¡¿Qué?!

Colgué. No podía hacer nada más.


Capitulo XVII
La reunión

Recordé que debía ir con Ester. Cuando la enfermera me dijo


que tenía que irme, me acerque a mi abuela y le bese la frente.
Nicolás se mantuvo a su lado todo el tiempo. Pero fue algo que la
enfermera no vio, solo yo.

Lisa llamaba a cada momento luego que le dije que Nicolás no iría.
Supongo que se había metido en un gran lio. Al salir del asilo tome
la moto de Nicolás y me marche lo más rápido que pude. Si Nicolás
no pararía a Black esta noche. Las médiums tendrían que hacerlo.
Fui a buscar a Ester primero. Al entrar al cementerio tuve que
soportar al portero. Su aterradora mirada esta vez fue más intensa.
Corrí por el camino y llegue a la puerta de Ester. Toque sin cuidado
ni educación.

-¿Quién es?-grito Ester-.

-Soy Kari.

-¿Qué Kari?

-La amiga de Nicolás-conteste-estuve ayer aquí.

-Vamos tarde cariño-dijo Ester al abrir la puerta- vámonos.

-¿A dónde vamos?

-No preguntes y andando.

Ester llevaba un bolso en mano, hoy lucía un pantalón oscuro y una


blusa de encaje todo de negro, aparentaba menos edad así,
además que caminaba mucho más rápido de lo que podría
imaginar. Atravesamos el cementerio caminando en silencio; apenas

Roció S. Constanza.
le llevaba el paso. Luego de que pasamos la última sección de
tumbas, seguimos por un camino de empedrado, al fondo de este
camino una casa de dos pisos con un estilo clásico se encontraba.
Ester me llevaba a ese lugar. Estaba temblando, tenía frio y miedo.
Paso delante de mí abrió la puerta y me condujo al segundo nivel
de la mansión, todo estaba oscuro apenas podía distinguir mis
pasos en la escalera de madera y era gracias al barandal del que
me agarraba. Una opaca luz se encontraba en el pasillo del
segundo piso.

-por aquí-me guio Ester-.

La seguí y en la tercera puerta a la izquierda entramos. No


estábamos solas.

-Toma asiento-pidió una señora.

En ese momento me encontraba en una habitación con poca luz,


sentada en la mesa con nada sobre ella más que un mantel negro
en centro de la habitación y alrededor de ella unas cuatro personas
que no creo haber visto antes, Ester por el contrario no tomo
asiento sino que se paró detrás de mí. Esto era un Deja vú. Una
anciana con su pelo completamente blanco y una que otra arruga
que delataba su edad. Todo me parecía sumamente familiar hasta
que comprendí había soñado con esto antes, la anciana me
observaba completamente seria. Solo había un asiento vacío
cuando atrás de mí el ruido de una puerta abriéndose y cerrándose
se escuchó nadie levanto la mirada y la persona rodeo la mesa. Yo
sabía quién era.

-Llegas tarde-dijo la anciana quitando la mirada de mí y posándola


en Lisa, moví mi mirada junto con esta mujer solo para comprobar
que era Lisa sentándose en el asiento vacío-.

-Supongo que sí-dijo Lisa indiferente como me lo esperaba-.


Un silencio rotundo y una mirada de desaprobación de la anciana
inundo la habitación. Esta vez no me despertaría y terminaría todo,
esto era la realidad y seguiría su curso.

-No importa-dijo la anciana-.

- ¿Qué sucede aquí, alguien podría explicar?-pregunto otra mujer


con lentes y molesta-.

-Nicolás se revelo-hablo la anciana-.

-¡Eso no es cierto abuela!-contradijo Lisa-.

La anciana que se sentaba en la cabeza de la mesa era Helen


Dolian.

-¿Entonces como le llamas tu a lo que me dijiste?

-Kari explicara que paso-Lisa y las demás mujeres que se


encontraban en la habitación se quedaron a la espera de que
hablara-.

-Nicolás… descubrió hoy su pasado-dije para todas las presentes-


mi abuela formaba parte de él. Ella… ella está muy delicada, por
eso Nicolás no pudo dejarla sola.

-No tenemos tiempo para sentimentalismos, niña-dijo una mujer


ruda con su pelo recogido perfectamente-.

-Clarín no hay necesidad de ser tan ruda-dijo la mujer que


aparentaba más edad en la habitación-

-Estoy de acuerdo contigo Etna, pero Clarín tiene razón las cosas
son complicadas para tomarlas a la ligera.

-¿Qué haremos?-la señora que me hizo tomar asiento hablo pero


dirigiéndose a Helen-.

-Tenemos que encerrar definitivamente a Black.

-¡Sí! ¿Pero cómo haremos eso? es el verdadero problema.

Roció S. Constanza.
-Ya somos siete-dijo Ester a mi espalda todavía-podremos hacerlo.
Fue lo que la bruja dijo.

-Exactamente de qué consiste todo esto-quiso saber la señora-.

-Haremos un ritual para encerrar a Black-dijo la abuela de Lisa-pero


necesitaremos unas cosas… no podremos hacerlo hoy.

-¡y que entonces Black haga lo que se le dé la gana hoy!-Dijo


molesta Clarín-.

-Lisa-hablo recio la abuela para silenciar otro comentario que se


pudiera dar-ve a donde se encuentra Nicolás. No importa cómo, has
que detenga a Black… dile que ya falta poco, el será liberado de
esa obligación pronto.

-Si todas estamos aquí… ¿Quién está parando a Black ahora?

-Clementain-dijo Lisa-me dijo que lo distraería lo más que pueda,


tenemos que ir al bosque cuanto antes para intentar retenerlo por
esta noche.

-¡Tu!-señalo Clarín en mi dirección-ya que has ocupado el lugar de


Ester esta noche vendrás con nosotras.

No entendía, hasta que me di cuenta que en la mesa solo había


seis asientos-.

-Ella no ocupo mi lugar Clarín-dijo Ester-No ocupe mi puesto porque


necesitaba pensar, y cuando estoy parada creo que se vienen más
ideas a la mente. La séptima banca sigue en aquella esquina.

Señalo a un lado de la habitación con menos luz y ciertamente se


encontraba un asiento pegado a la esquina.

-La última vez que tuvimos un séptimo médium él no se sentaba con


nosotras. Nos ocultaba cosas y prefería más la privacidad- Ester se
acercó a la mesa – ¿o han olvidado a Edward Dolian?
Lisa volteo la cabeza al lado contrario de Ester, Helen no dijo nada
y las demás tampoco. ¿Respeto o miedo? ¿Qué había producido
Edward Dolian en ellas?

Imagine al señor Dolian sentado en esa esquina, en esa misma


banca. Todas aquí sabían que él había guardado información pero
nadie sabía que la noche anterior me la había contado a mí.

-Creo que esta plática está avanzando mucho-dijo Lisa luego de un


momento-Es la primera de Kari y hemos hablado como si ella
estuviera al tanto de todo.

Las mujeres me miraban en recelo, Lisa había dicho algo que nadie
se había dado cuenta. Yo entendía algunas cosas pero las otras no.
Clarín incluso me había dicho que detendríamos a Black y yo no
sabía en como seria eso.

-Bien-hablo Helen-Ester te encargaras de explicarle todo a Karina


en el camino, Lisa ve y dile a Nicolás lo que te he dicho; luego se
encontraran con Ester, Clarín y Karina en el bosque, Etna te quedas
conmigo; tenemos unos preparativos que hacer.

Todas se levantaron de sus asientos al momento que mi teléfono


empezó a sonar.

-¿Hola?-respondí-.

-Señorita Evans-era del asilo, la recepcionista se escuchaba


agitada-Disculpe que la interrumpa tan tarde pero lamento
informarle que su abuela a fallecido.

-¡¿Que?!

-Estaba estable cuando se fue-explico-pero luego de un rato todo


empeoro. Lamento decirle esto realmente.

Sollozo la señora por el teléfono. Colgué y caí sentada en la silla de


la impresión.

-¿sucedió algo?-pregunto Lisa-.

Roció S. Constanza.
-Mi abuela acaba de morir-al terminar de decir eso no pude detener
las lágrimas-.

¿Escuche el silencio que fue absoluto por un momento o mis


sentimientos silenciaron lo que estaba a mi alrededor? Lisa coloco
su mano sobre mi hombro e intento darme apoyo, Ester hizo lo
mismo.

-¿entenderás que esto modifica los planes?-hablo Ester


dirigiéndose a Helen-.

-Puedes irte-me dijo Helen-.

Tome mi camino de regreso a la moto, necesitaba llegar al asilo.

Llegue lo más rápido que pude ¡como si eso arreglaría algo! La


recepcionista lloraba, una enfermera describió como había sucedido
a grandes rasgos, Nicolás se encontraba en la habitación en una
esquina acurrucado en el suelo. No dijo nada en todo lo que estuve
ahí, solo miraba hacia la cama donde se encontraba tendido el
cadáver. Me desplome. Había perdido al único familiar que me
quedaba.

-sabemos que usted es su única familia-hablo luego de un


prolongado tiempo la enfermera-pero necesitamos que un adulto
firme para empezar a preparar a su abuela…

-No sé si sea posible-dije en voz baja pero lo suficientemente clara


para que me entendiera-La persona que se hace cargo de mí no
vive en esta ciudad, probablemente llegue hasta mañana si le aviso
ahora.

-De ser así no habrá otra opción…-pensó en voz alta la enfermera-


creo que usted puede firmar. ¿Falta poco para que cumplas la
mayoría de edad?

-si-dije incapaz de seguir hablando-.


-De igual manera necesitare llamar al otro número que tengo
registrado que proporciono usted recientemente ¿puede decirme de
quien es el numero?

-de la mejor amiga de mi madre… mi encargada.

-Entonces te dejare el formulario aquí-dijo colocándolo en la mesita


de noche-Sé que es duro para ti. Lo lamento tanto, hicimos lo
posible.

Y se fue.

-¿Cómo paso esto Nicolás?

Pregunte sin voltear a ver dónde estaba.

-Él estuvo aquí-dijo luego de un rato, su voz era rota-no pude


detenerlo.

-¿Estás diciendo que él estuvo aquí?

-todo paso tan rápido, Ada había vuelto en si cuando apareció en la


habitación intente detenerlo y antes de que el llegara a ella y
pudiera hacerle algo… ella simplemente colapso. No soporto verlo,
le trajo viejos recuerdos… la pesadilla con la que había vivido la
encontró de nuevo y esta vez; aunque no tomo su alma ni energía
se la llevo para siempre. Por segunda vez perdí a mi mejor amiga.

Me acerque a Nicolás y me senté a su lado en esa esquina fría y


muerta.

-¿ahora solo somos tu y yo?-dije sin saber lo que significaba


realmente-.

-Si-dijo tendiéndome su brazo-Ya te lo había prometido y lo volveré


hacer. Kari pase lo que pase te protegeré de él. No dejare que me
quite a alguien que quiero nuevamente.

-mi abuela se ha ido-observe a la cama-y tenemos que detenerlo.


Soy la séptima.

Roció S. Constanza.
-¿así que Ester te lo dijo?

-¿si lo sabias porque no me lo dijiste?

-no estaba seguro. Clementain me conto sobre Mat.

-¿Quién es Mat?

-El niño pelirrojo que ayudaste-me hizo recordar-desde ese


entonces Lisa y yo teníamos la duda. Siento no habértelo dicho
antes.

-yo también siento no haberte contado sobre mi abuela-dije


completamente arrepentida- creo que era tu derecho.

-deja de llorar… te prometo que ella ya está en un lugar mejor.


Donde sea que este ahora ella cuida de nosotros…-dijo Nicolás
secando mis lágrimas del rostro con su fría mano-.

-¿si soy una médium porque no la puedo ver?

-Porque ha cruzado al otro mundo para descansar. Ni lo médiums


pueden ver al que quieran, las cosas no funcionan así por lo que
se…

Me deje llevar con la idea de que mi abuela estaba en paz, que no


sufría y se encontraba bien a donde sea que su alma se había ido.

El velorio se dio en una pequeña capilla del asilo, la presencia de


Nicolás no me dejo en ningún momento; siempre estuvo a mi lado y
a la otra tenia a Emily. León llego con Andrés y Nora a darme
aliento, los amigos del asilo de mi abuela con los que había
compartido vivían su duelo de igual manera… Lisa llego a principios
del amanecer, se miraba exhausta pero me acompaño de igual
manera como los otros. Estuve en una calma irregular hasta que tía
Sara llego, ella se apresuró a llegar para apoyarnos y se encargó de
todos los trámites, fue mi centro, mi apoyo y el pilar para que me
sobrepusiera a todo.
Me ausente unos días del mundo. Mis amigos vinieron día tras día.
León me daba todo el apoyo que podría darme. Emily incluso me
mantuvo al corriente en las clases haciendo mi tarea y justificando
mi ausencia con los profesores a mis espaldas… no me habría dado
cuenta si no fuera porque a Lucy se le escapo en una de las visitas
que tuvo. Nicolás sin embargo había decidido dejar de asistir; mi
primer día de ausencia fue el último de él., dijeron que se
trasladaría de instituto por problemas familiares y ya no volvió a
salir del bosque. Había hecho una promesa el dio su palabra de no
volver a dejar salir a Black, y ahora lo hacía por tiempo completo.
Clementain no volvió a la casa tampoco. No tuve la oportunidad de
verlo y preguntarle tantas cosas… Tía Sara estaba trabajando a
distancia. Me daba compañía tiempo completo pero esta noche se
tendría que ir… ella le costó mucho decírmelo pero yo lo tome de la
mejor manera que pude; le dije que no se preocupara e incluso le
prometí asistir mañana a clases, aunque dentro de mi decía que el
instituto no será lo mismo sin Nicolás. Por primera vez me atreví a
ver las cosas que me dieron en el asilo de mi abuela, todas las
cosas personales se encontraban en una caja blanca no estaba
segura de revisar y si era debido hacerlo.

-¿Qué haces Kari?-superviso mi tía postiza cuando vio que tenía la


caja en manos-.

-No sé exactamente lo que hay en esta caja-aclare-hemos donado


las prendas que había de mi abuela en su closet del asilo y las que
guardaba en su cuarto pero no me he atrevido a ver que hay en la
caja.

Mire en la caja como si fuera un cofre de recuerdos… sin tener la


más mínima idea de lo que podría encontrar me anime a abrirla.

-te dejare sola-dijo mi tía cerrando la puerta de mi habitación-.

Quite la tapa, había varios objetos en ella. Un álbum de fotos, un


diario y un espejo llamaron mi atención. Recordaba el espejo, lo
había visto varias veces cuando era niña. Tome el álbum con

Roció S. Constanza.
curiosidad la última vez que vi a mi abuela el álbum estaba
mezclado en mis recuerdos. Al revisarlo encontré fotos viejas, de
ella de joven y algunos familiares que ni conocía. En el centro del
álbum aproximadamente se encontraban varias fotos de ella y
Nicolás. Mi abuelo recordé con dolor. Al correr en las siguientes
hojas había una foto de un chico. Me llamo mucho la atención no
parecía como las otras fotos, sin duda era vieja la foto pero parecía
más la foto de un anuario… al quitarla de su lugar vi que atrás decía
“mi primer amor” ¿Qué es esto? ¿No era Nicolás su primer amor?
Mi abuela nunca hablo de otro chico que yo supiera. Seguí
avanzando en busca de otra foto de él pero nada. Solo este pedazo
de retrato estaba de este sujeto. Las demás hojas eran fotos de mi
madre, mías y de mi abuela; varios momentos; cumpleaños, días
festivos y otras fotos que mi madre había tomado y enviado a mi
abuela. Revise la foto del chico y era completamente desconocido
para mí. Baje las gradas y corrí hasta la cocina donde estaba tía
Sara con una taza de té en manos.

-¿Qué sucede Kari?-pregunto al verme-.

-¿conoces a este chico?-le pregunte-.

-No-dijo viéndolo detenidamente- no lo recuerdo, no sé quién es.


¿Por qué?

-estaba en el álbum de mi abuela.

-habrá sido un amigo de ella-dijo gentilmente-.

-atrás dice mi primer amor.

-¡oh!-dijo sorprendida mi tía- debió ser alguien importante para tu


abuela. Ella era muy hermosa igual que tú, seguro fue un
pretendiente.

-¿ella tenía muchos pretendientes?

-no que yo recuerde. A decir verdad no recuerdo ninguno. Siempre


fue una madre devota.
-Gracias tía.

Dije encaminándome a mi cuarto nuevamente. Al llegar vi sobre la


cama en donde estaba, el diario. ¿Era prudente ver los secretos de
mi abuela? La prudencia no me detuvo, era un viejo cuaderno con
candado, busque el candado en la cajita de madera y certeramente
ahí estaba la llave. El diario era de verdad muy viejo. Su letra era
muy fina y hermosa. Empecé a leer poco a poco empezaba con su
primer día en el instituto, hablaba de Nicolás y su experiencia
estudiantil, sus otras amigas y profesores. Al tiempo de seguir
leyendo mi atención se detuvo en un chico; el misterioso chico de la
foto del álbum supuse el cual se llamaba Morris. Al parecer a
Nicolás no le agradaba porque era muy idiota dicho en palabras de
mi abuela. Sin poder parar de leer seguí conforme me llevaba su
historia. Era como si ella me la estuviera relatando en un fragmento
leí “Nicolás es mi amigo y confidente pero este diario es aún más
cercano a mí, ya que no creo poder confesarle a Nicolás sobre mi
primer amor” ahora tenía claro que no se refería a Nicolás. Su año
escolar termino en el instituto y ella estuvo muy contenta pero volvió
hablar sobre su misterioso amor “no puedo creerlo, mi último día de
clases llego, Nicolás y yo entraremos a vacaciones. Y algo aún más
sorprendente paso: Morris al terminar el día me beso, quede helada
de la sorpresa, no sabía qué hacer y al terminar de besarme no dijo
nada y me dejo sola, solo la confusión me acompaño hasta que
Nicolás me encontró en el salón vacío, no pude decirle lo que había
pasado. ¿Qué debía hacer?”. Sus días transcurrieron y relataba
momentos que no pude evitar preguntarme si eran esos los que yo
soñaba y ella describió. Hasta que llegue a una parte que conocía
muy bien. La historia donde Nicolás pierde la vida en manos de
Black. Me dolió recordarlo de nuevo, empecé a llorar los
pensamientos escritos por mi abuela ahora contenían dolor y
angustia. Había sido tomada como una loca, sus propios padres
habían pensado eso de ella. Había sido encerrada en un manicomio
por unos meses, odiaba ese lugar. Escribió muchas veces “te
extraño Nicolás, daría todo por verte de nuevo” entre su estancia en

Roció S. Constanza.
el manicomio escribió “¿Dónde estás Nicolás?” “si pienso en ti
llorare y aunque evito hacerlo no significa que te olvide” “si quiero
salir de aquí debo pretender que nada paso, difícil decisión… te juro
Nicolás que no es una traición a tu memoria es solo que si sigo
encerrada aquí definitivamente me volveré loca” Al poco tiempo de
salir de ahí escribió “Hoy volví a llorar por mi amigo. No pude
dejarlo de hacer al relatar la historia completa por primera vez. No
sé si el viejo que me visito hoy me creyó o no pero me ayudo a
desahogar lo que llevaba dentro de mí. Si alguien se enterara de
que he hablado nuevamente del fantasma del bosque seguro me
encierran de nuevo ¡no quiero volver ahí! Me suicidare si es
necesario para evitarlo” “debo guardar el secreto sobre un bosque
que guarda algo maligno en él, mi mejor amigo se quedó a vivir con
él” las paginas siguientes eran similares, hasta que algo nuevo se
introdujo “Morris me invito a salir…………..” “hoy Salí con Morris fue
mágico…………..” “¿Por qué me usa y se deshace de mí?”
“definitivamente lo odio, lo odio y lo odio. Lo vi con una mujer hoy…
debería intentar que no me doliera pero me duele. Cualquier intento
que haga ahora es un acto fallido.” “me pide disculpas, no sé si
hablo enserio pero una parte de mi le creyó completamente y la otra
me odia a mí por ser tan ilusa…” “Cada vez que me besa, pierdo
conciencia, mi razón grita diciendo que no, pero mi alma es necia.
Mi corazón se mofa porque no pude evitar enamorarme de él”
“Querida razón ¿puedes largarte por favor? Sé que me dijiste que
no y yo desobedecí, a ti y a mi mejor amigo… tanto tu como mi
madre pueden ya decir “te lo dije” está bien. Cualquier cosa no
podría empeorar lo que paso. Morris paso de ser el príncipe que
salva a la doncella a ser el monstro que aterra a esta y usurpa a la
princesa, ¿Cuántas veces dije detente y el siguió? Lo inevitable
pasó. ¿Cómo le diré ahora a mi madre? ¿Cómo me levanto
después de haber caído tan bajo en las manos de un despiadado
que ha robado más que un corazón? Querido amigo tenías toda la
razón”…. “llevo tiempo sin ver a Morris cara a cara, siempre se
escapa como un ladrón profesional”… “estoy perdida. Hable con
Morris hoy y le dije que estaba embarazada. Se quitó toda la
responsabilidad. Dijo que me las viera como pudiera, el jamás se
hará cargo de un bebe que no quiere”.

Y entonces lo entendí Morris era mi abuelo. “La bestia había


usurpado a la princesa” mi abuela había parafraseado lo que había
pasado. El embarazo tomo su curso en el relato de mi abuela las
cosas cayeron de una manera realmente difícil a los meses de
haber nacido mi madre “Morris murió; no solo como padre, no solo
como mi amado sino que murió definitivamente por un accidente. A
estas alturas solo puedo hacer algo; perdonarlo.” Mi abuela escribía
cada vez más regularmente una que otra ocasión sobre mi madre y
mi tía adoptiva, “mi pequeña pregunta por su padre, no supe que
decir. Quisiera que su padre fuera un hombre bueno, honesto y
grandioso pero sé que no es así, no le pude decir la verdad así que
querido amigo por favor perdóname por usar tu nombre para llamar
a un padre que hubiese querido para mi hija, completamente
distinto al que fue.” …

Capitulo XVIII
Bosque Mighty

Estaba en Shock. Deje de leer. Ahora entendía del porque


“Nicolás Norton era mi abuelo” no tenía nada que ver con la sangre
sino con el deseo de una mujer por darle un mejor padre a su hija.

Tocaron la puerta y eso me saco de mi aturdimiento ¿Quién sería


tan tarde? Me aproxime las escaleras con mucho sigilo para no ser
escuchada, solo me asome a las gradas.

-Kari ¿Qué haces?-pregunto en voz baja Emi-.

Roció S. Constanza.
-Alguien toco la puerta-respondí-.

-¿y?-las dos nos asomamos-.

Tía Sara se aproximó y abrió la puerta.

-¿sí?-pregunto-.

No escuchamos la otra voz. Tía Sara solo se impresiono del


desconocido visitante y volteo a ver en nuestra dirección. Caímos
para atrás de inmediato por ser descubiertas.

-¿Kari?-me llamo-¿puedes venir?

Emily yo nos vimos confundidas. Y me indico que bajara.

-voy enseguida-respondió Emily para hacerme bajar-.

Camine poco segura sin tener algún motivo. Al bajar las escaleras
estaba mi tía parada y al ver en dirección al sofá la profesora
Eleonor Theodore se encontraba sentada viéndome de una manera
rara.

-Alguien vino a verte-me explico-.

-hola profesora Eleonor-abuela, recordé-.

-¿se conocen?-dijo mi tía-.

-es maestra del instituto-explique-.

-Hola Karina, gusto en verte-saludo-he venido a ver como estabas.

-creo que las dejare solas por un momento-comento mi tía y se fue


a la cocina-.

-iré mañana al instituto, no debió haberse molestado.

-quise ver personalmente que estuvieras bien.

-¿Por qué?-pedí saber cuándo estuve más cerca de ella-¿Por qué


de pronto se preocupa por mí?
-bueno-razono sus motivos antes de decirlos-porque eres más que
una estudiante para mí… tal vez no sabes pero-

-usted es mi abuela-la interrumpí y se calló-lo sé. ¿Por qué esta


aquí?

El silencio incomodo se sostuvo entre las dos.

-sé que es difícil para ti ver a alguien que no ha estado en tu vida


hacer presencia de pronto pero no sabía cómo acercarme a ti.
Desde que naciste tu madre decidió que no me relacionara a ti, pero
no quiero que estés sola. Sin tu abuela debes sentirte realmente
así-tambaleo al hablar-eres mi nieta y si algún día me pudieras ver
como una abuela… es decir si necesitas a alguien para hablar que
no sea un maestro estaré ahí para ti.

No supe que responder.

-Es hora de irme-se levantó-.

-Señora Eleonor-hablo mi tía- puede volver cuando guste.

Ofreció. No entendía porque de pronto era tan amable y cordial tía


Sara.

-Buenas noches-se despidió y salió de la casa-.

-¿Qué?-dijo mi tía cuando se fue la señora Eleonor-.

-¿es enserio tía?-dije escéptica-“puede venir cuando guste”

-¡¿Qué?!-se defendió-es tu familia…. Aunque nunca lo pareció es tu


familia. No me mires así. Terminare la cena y me iré, me sentiría
mejor si hay un adulto entre ustedes.

-¿segura que no quieres que te acompañe al instituto mañana?-


pregunto tía Sara en la cena-.

-segura-dije-no pospongas tus compromisos, estaré bien. ¿Verdad


Emily?

Roció S. Constanza.
-verdad-me apoyo Emi- mañana será el partido, el ultimo antes de
salir de vacaciones e iremos a verlo.

-Estaba pensando…-dijo tía Sara-¿ya que saldrán de vacaciones


porque no me visitan y pasan allá las vacaciones?

Nos quedamos viendo con Emi. Ella no quería o eso me dejaba ver
en su mirada y yo no podía, por mucho que me había escapado o
pospuesto las cosas aún tenía una responsabilidad encerrada en el
bosque.

-¡eso sería asombroso tía!-le incite-pero yo aún tengo que trabajar.

Ella volteo a ver a Emily.

-Bueno la verdad-quiso inventar algo Emi-habíamos hecho algunos


planes ya mamá…

-ya veo-dijo mi tía desolada- mis niñas ya no quieren estar conmigo-


había empezado un chantaje-me siento tan sola a veces. Creí que
ellas querrían acompañarme aunque sea solo unos días.

-te prometo que pasaremos todas las fiestas importantes contigo


tía-le calme-pero estas son nuestras primeras vacaciones como
personas independientes y tenemos diferentes compromisos.

-De acuerdo-dijo sin más remedio-.

Solo falta una semana más para que se terminen las clases. La más
difícil, de exámenes. Llegue como dije, me sentía tranquila. Estos
días encerrada me habían calmado. Era viernes y me sentía
completamente aburrida, la señora Eleonor paso por el pasillo sin
voltearme a ver. El señor Simmons me llamo para su espacio
personal para darme condolencias y sugerirme un buen terapeuta
por si lo necesitaba… Todos los estudiantes seguían su horario y
yo ahora solo miraba un instituto vacío, lleno de estudiantes,
muchos profesores y un gran establecimiento. Era vacío sin Nicolás.
Cuando caminaba a mi último curso vi a Lisa, no me hablo ni hizo
nada solo estaba caminando a la dirección opuesta. En su cara se
notaba el fastidio y cansancio, seguramente había estado con
Nicolás últimamente.

Había algo que me tenía inquieta todo el día. El partido. El juego


seria en la cancha al lado del bosque. A pesar de ser de día, eso me
ponía nerviosa. Mis amigos estarían ahí.

Llego la hora del partido. Todos los chicos se aglomeraron en el


campo, hoy el juego sería diferente. Todos los equipos jugarían, de
los dos primeros que empiezan el partido; el primero que echara el
gol ganaba y el otro perdía inmediatamente y se salía para que
entre un equipo nuevo y compitiera con el que echo el gol. Esto iba
a tomar mucho tiempo, los dos primeros equipos eran tomados al
azar de una bolsa negra con papelitos con los nombres de cada
equipo.

Vi a Lisa caminando hacia el bosque. Y empecé a seguirla.

-Lisa-le llame cuando estaba cerca-¿vuelves a entrar al bosque


como aquella vez?

-Esa vez Nicolás me había hablado de ti, quería verte de cerca para
ver si podía reconocerte así que cuando te ofreciste a caminar
conmigo te traje pero él no estaba-se recordó del primer juego-.

-ya veo-le dije cuando estábamos en la entrada del sendero del


bosque- ayudare con lo de Black, no se me ha olvidado. ¿Qué ha
pasado últimamente?

-Entremos antes que alguien nos mire y nos siga-sugirió y


caminamos solo un poco pero lo suficientemente para estar
escondidas de los demás-Black ha sido encerrado en la casa, de
día él se mantiene en su habitación como siempre o en el sótano.
Todo estaba bajo control hasta que soltó a las sombras.

-¿Qué son las sombras?

-Son víctimas que el mato y maneja como títeres para poder


obtener energía. Lo bueno es que solo salen de noche.

Roció S. Constanza.
-¿y lo malo?

-no podemos detenerlas son demasiadas… intentamos encerrarlas


en espejos y objetos pero no se puede; ellas solo son el espejismo
de su alma que se encuentra sellada en algún lugar de Black. Para
detener a las sombras debemos detener a Black.

-Lisa-dije seriamente-¿Qué es lo que tengo que hacer para


detenerlo?

-tenemos que encerrarlo en el sótano y practicar un ritual como el


que él hizo. Es algo complicado en relación a los espejos pero no te
preocupes, te explicaremos como se debe hacer y no estarás
sola…. Necesito preguntarte algo importante.

-¿dime?

-Nicolás dijo que creías ser descendiente de Black. ¿Cómo has


llegado a esa conclusión?

-Cuando Nicolás me llevo al cementerio la primera vez conocí a un


amigo de Black….

-mi ancestro-ella sabía la relación de su familia y Black-.

-Él me dijo que la hija de Black no murió y tuvo una hija que es mi
abuela. Me conto varias cosas a decir verdad…

-sabes una vez creí verlo-se refería al señor Dolían-pero también


creí que fue mi imaginación. Nunca se nos ha presentado a
nosotras, eso prueba que eres la séptima… hay algo más que no te
he dicho. Las demás saben de tu parentesco y creen que talvez nos
pueda servir de señuelo si tú le dices a Black que eres su hija.

-¿Qué?-dije sorprendida-él jamás creerá eso.

-puede que lo haga Kari. Y si lo hace nos servirá de mucho-se


recostó en un árbol y me miro-debo decirte algo más.

-¿Qué más?-dije asustada-.


-Nicolás no es tu abuelo-dijo-el al recordar su vida me conto varias
cosas y aseguro no haber tenido una relación amorosa con tu
abuela. Era muy buenos amigos pero no la amaba de esa manera.

-lo sé.

El celular de Lisa vibro, y contesto de inmediato.

-Entiendo.-fue lo único que dijo y colgó-debemos separarnos y ver


que no haya nadie en el bosque. Intenta salir de aquí antes del
atardecer o por lo menos encontrarnos a nosotras, las demás
vienen en camino. ¿Tienes tu celular?

-Si-dije tomándolo en mi mano-le mandare un mensaje a Emily


diciéndole que estoy contigo para que no se preocupe.

-Buena idea-apoyo-decide para dónde quieres ir.

Vi en varias direcciones e indique en silencio.

-bien iré por allá-dijo señalando al lado opuesto-intenta abarcar


bastante espacio si te da tiempo pero no corras riesgos si vez que
empieza a hacerse tarde busca la salida inmediatamente o
llámame.

-Sí.

Ambas caminamos fuera del sendero solas. No tarde mucho tiempo


en encontrar una pareja de novios en el bosque siendo románticos.
Tenía que ahuyentarlos.

-¡Ah! Una serpiente-grite y los dos se voltearon deprisa y salieron


corriendo-.

Árbol tras árbol me acompañaba, mis pies pisaban hojas secas,


raíces y otras cosas. Fuera de que este bosque era un lugar de
terror me empezaba a sentir cómoda en el. Podía escuchar el
sonido de la naturaleza y muy a lo lejano escuchaba cuando todos
los estudiantes gritaban “gol” o “falta” o cualquier otro comentario
típico de un partido de futbol. Seguí caminando y el sonido del

Roció S. Constanza.
partido dejo de escucharse. Nunca había llegado a esta parte del
bosque. Había tanta tranquilidad a mí alrededor. Oí a unos metros
una corriente de agua. Sabía que aquí había un rio pero nunca lo
había visto. Olvidando mi deber camine hacia él. Se miraba
tranquilo pero al meter una mano vi que tenía bastante corriente.
Escuche un siseo que solo había oído en un zoológico. Una
serpiente. No tenía previsto eso. Me di la vuelta y una serpiente
estaba en la rama de un árbol, me asechaba y siseaba.
Inconscientemente me levante lentamente, la serpiente lo tomo
como un reto al parecer, levanto su cabeza y sus ojos me aterraron.
Di un paso para atrás al mismo tiempo que ella se lanzó directo a
mí, pero mi pie se tropezó con una rama y caí de mala forma al rio,
doble mi dorso de manera de dar una vuelta a mi cuerpo y este bajo
hasta el suelo del rio. Al estar bajo el agua solo en “aire” pude
pensar pero estaba siendo arrastrada y el agua entraba en mí.
Intente llegar a la superficie y tome aire pero no me percate de un
tronco de árbol estaba caído formando una especie de puente entre
las dos orillas. Mi cabeza se golpeó fuertemente contra el tronco
quitándome el aire que tenia ya que nuevamente estaba bajo el
agua. Otro tronco estaba tirado de la misma manera e intente
agarrarme de él pero no podía subir mi cabeza o sacarla fuera del
agua por lo menos me resbale nuevamente. Estaba perdiendo
consciencia, el poco aire que tenía en mis pulmones estaba
cesando. Cuando sentí la presencia de alguien debajo de mí. Me
asuste y empecé a agitarme entonces sentí unos brazos
tomándome, primero me atrajo hasta el fondo del agua ¿intentas
ahogarme?-me pregunte en mi terror interno-pero luego me impulso
fuera del agua y acerco a la orilla. Seguí la ruta del agua que estaba
más calmada ahora y al estar agarrada en la raíz de un árbol, vi
como una especie de espectro de una mujer estaba en el rio. Tenía
cerrados sus ojos y su pelo ondeaba con la corriente. Vestía un
vestido azul y estaba descalza. No fue hasta ver bien la imagen en
que note que en su pálida piel habían golpes también alrededor de
su silueta estaba rodeada de un tono rojizo en el agua, similar a la
sangre. La mujer siguió unos metros después hasta que
desapareció ante mis ojos. ¿Dónde estaba ella ahora? ¿Dónde
estaba yo ahora? Salí del agua. Mi ropa estaba empapada
completamente, había bastante aire y vi al cielo, aun no era el
atardecer pero había olvidado medir el tiempo. Al sacar mi teléfono
del bolsillo de mi pantalón era obvio que estaría lleno de agua. No
servía. ¿Qué debería hacer ahora? Quise saber. Si seguía
caminando en contra de la corriente que me había arrastrado talvez
llegaría al lugar donde me caí pero no me percate en la dirección
exacta que me llevo a ese lugar. Podía intentar seguir mis pasos
pero eso también podría perderme. Si seguía el camino en contra
de la corriente, este me llevaría fuera del bosque; estaba
completamente segura de eso pero no sabía cuánto tendría que
caminar para eso podría tardarme varios minutos o incluso varias
horas. Estaba completamente perdida. Camine entre los arboles
buscando el sendero, sin estar segura en qué dirección me dirigía
solo divague con la esperanza de encontrar a Lisa o a las otras
mujeres que venían en camino. El tiempo pasaba y empecé a
preocuparme de haber caminado en círculos todo era muy parecido
y no encontraba la solución. La tarde se aproximaba ¿desde cuándo
el tiempo corre tan rápido? Era algo inútil, estaba completamente
exhausta con la ropa mojada, solo mi pelo se había secado ya.
Tengo que seguir intentándolo me motive a mí misma. Camine sin
parar en línea recta, esto tenía que llevarme a algún lugar.

La tarde se había quitado del camino pronto se terminaría el


atardecer y la noche marcaria su presencia. Estaba empezando a
temblar de frio y miedo, bonita combinación dijo mi razonamiento.
Atormentada de lo que pasaría si no salía a tiempo empecé a correr
pero escuche una melodía triste que me freno en seco y me atrajo a
caminar en medio de unos árboles. Mis ojos se abrieron
enormemente al ver a donde había llegado. Unos metros más lejos
de mí estaba la casa. Un sendero de piedras me invitaba caminar
hacia ella, pero sabía que no debía hacerlo. Sin embargo era algo
inevitable como dos átomos sumamente atraídos a formar una
molécula. Di cada paso lentamente como si fuera un campo repleto

Roció S. Constanza.
de explosivos. ¿Nicolás se encontraría ahí adentro? El sonido seso
y mis piernas también lo hicieron. Tenía que terminar lo que había
empezado, más cautelosamente me propuse a seguir caminando
aun muerta de miedo me desvié de la puerta hacia un ventanal.
Aproxime mi rostro y su presencia se mostró en un segundo.
Nicolás. Su rostro estaba aterrado pero lo ignore inconscientemente
y sonreí de felicidad al verlo. Dijo algo que no escuche, movía sus
labios pero el sonido en ellos no estaba al alcance de mis oídos.
Coloque mi mano en la ventana y él se detuvo de hablar. Decidida a
entrar camine hacia la puerta pero esta se abrió repentinamente y
diversas figuras oscuras se desplazaron alrededor de la casa,
estaban detenidas a unos pocos metros alrededor de mí. Una mano
helada tomo la mía y me jalo hacia adentro de la casa. Atravesé la
puerta y nuevamente las sombras se disponían a entrar, mi
garganta se hizo una bóveda cerrada donde ningún grito podía salir.
Nicolás me arrastraba al segundo piso por las escaleras de caoba.
Torpemente tropezaba porque él iba deprisa y yo ni siquiera
entendía que estaba pasando. Me tiro dentro de una habitación y
cerró la puerta rápidamente. La pequeña habitación rosa. Voltee a
ver en mi entorno. Todo era rosa y de niña. Nicolás se sostuvo a la
puerta y me miraba aterrado. Estaba en la boca del lobo.

La Casa del Bosque


Capitulo XIX

Todo había pasado muy rápido. Me levante de donde había


caído. Y eche otro vistazo a la colorida habitación rosa. Muñecas, osos
de peluche, una pequeña cama, un ventana donde ya no penetraba la
luz del atardecer y un armario con espejo donde podía verme, la
perplejidad que me confundía se desvaneció de mi rostro, había caído
en cuenta ahora. Efectivamente esto era malo.

-¿estás bien?-pregunto en voz baja Nicolás al acercarse a mí-.

-Si-dije aturdida y lo abrace-¿Qué fue lo que pasó?

-Las sombras están rondando la casa en tu búsqueda pero aquí no


pueden entrar. Todo estará bien. Las atrajiste como un imán, te dije
que corrieras.

-no te escuche-dije asentando todo-¿Por qué no pueden entrar aquí?

-Black nunca entra. No pueden estar donde él nunca ha estado


después de que murió y creo a las sombras.

-¿Por qué tú no eres una sombra?

-porque mi alma no le pertenece-dijo apartándome de él y fijando sus


oscuros ojos en mí-Cuando él me tomo para absorber mi alma aquella
tarde que me asesino luche para escapar, escape… por Ada.

-¿no tienes miedo que la tome ahora?-pregunte mortificada de lo


complicado que estaba todo-.

-Es que ya no la tengo-dijo suavemente para tranquilizarme- mi alma


ahora te pertenece a ti.

-Nicolás sé que no es el momento-dije redactando mis ideas y


emociones que danzaban sin parar y formaban un tornado de
confusión-pero te extrañe tanto.

Y lo abrace nuevamente. El solo me tomo en sus brazos y me sentí


completamente protegida. Escuche un suspiro y fue esa su respuesta,
también me había extrañado.

-Debo salir-me explico-pero tú no, tú quédate aquí. No te pasara nada


lo prometo. Debo decirle a Lisa lo que está pasando. Con algo de
suerte Black no se dio cuenta.

-no te vayas-pedí y todo se estremeció-¡¿Qué fue eso?!


Roció S. Constanza.
-Esas son las sombras están realmente inquietas pero insisto-hizo que
lo viera-no te harán daño. Digamos que este cuarto es el ojo de la
tormenta. No te preocupes, volveré pronto.

-¿y si Black viene?

-Eso…-dejo la oración en el aire-no es probable. Nunca entra por aquí.


Kari no salgas ¿entiendes?

Asenté mi cabeza en aprobación, Nicolás me dio una sonrisa de


aliento y me beso la frente antes de desvanecerse como el aire, tal
como lo dijo Emi; las personas son aire. Emi ¿Dónde estaría Emi?
¿Se habrá marchado ya?

Las cosas se movían un poco, estaba paranoica en cualquier


momento alguien entraría aquí y arrastrarían mi alma a la oscuridad.
El tiempo corrió y el miedo evito que bajara la guardia, me encontraba
escondida en la esquina de la habitación deseando que Nicolás
volviera mientras que escuchaba crujidos y azotes de ventanas e
incluso puertas y todo eso sin mencionar el escalofrío infernal que
sentía cuando escuchaba a las sombras pasar como ráfagas de
viento. La peor noche de mi vida. Nicolás me había ordenado
quedarme aquí pero no puedo hacerlo, mis amigos están a las afueras
del bosque ¿Qué pasara si ellas deciden dejar de buscarme y salen?
Me impulse a caminar a la puerta y vi por debajo de la puerta si había
algo. Era la primera vez que estar en una casa desconocida era
terrorífico. El silencio se dispuso luego de unos momentos. Sin tener la
más mínima idea de que hacer me arrastre en contra de mi razón
fuera de la habitación de princesa. Camine por un pasillo oscuro
guiándome de la pared. Mis ojos se habían acostumbrados a la
oscuridad que se formó en el tiempo que cayó la noche y estuve en la
habitación. Encontré otras gradas y sigilosamente subí los escalones
que me llevaron a una puerta. Al cruzar la puerta de la terraza que
estaba en esta casa me sorprendí de lo estrellado que estaba el cielo.
No había ruido aquí afuera. Busque una salida, quizás unas escaleras
de emergencia o algo que me ayudara a bajar. Nada. Me acerque al
barandal y vi el frondoso bosque de una manera que no había visto
antes, las aves nocturnas hacían los sonidos de la noche. La puerta
que había cerrado en silencio se estremeció brutalmente. Una de las
sombras me había encontrado y ya se lo que venía. Mi fin.

Corrí al otro extremo de donde estaba para intentar huir dentro de la


casa otra vez pero la oscura neblina que parecía humo me acorralo y
la figura de un hombre me tenía tomada. Azoto en un instante mi
cuerpo contra el suelo, sus manos de hielo me sostuvieron contra el
piso. Mis piernas pateaban para liberarse sin éxito en el aire. Me
empezaba a sentir débil como si mi vida se estuviera escurriendo
como agua entre las manos. Los ojos del tipo me forzaron a verlo
fijamente y una de sus manos tomo mi garganta con demasiada
fuerza. ¡Suéltame! Grite pero el grito solo estaba entre mis adentros su
mano no me dejaba gritar y ahora ni respirar. Vi mi vida de repente, los
momentos buenos, malos y tristes. Todas las personas que habían
sido importantes en mi vida llegaron a mi mente. Mamá. Fue la última
imagen que llego y me detuve a ver cada detalle del recuerdo. La
mano del sujeto se aflojaba en mi consciencia por lo menos ya no
sentía presión en mi cuello pero podía sentir como fuego en los
espacios donde habían estado sus dedos. Entreabrí los ojos y vi el
rostro de mi agresor. ¿Es confusión lo que se encuentra en el fondo
de su pupila? ¿O es el reflejo de mi alma que huye de mi cuerpo?

Otra silueta quito de encima a este, recuperaba mi compostura en


esos segundos donde Nicolás había llegado a mi rescate, aun no
podía caer. Observe al lado Nicolás peleaba con la sombra
agitadamente. Pero la sombra le dio una patada y lo saco de su
camino no por muchos momentos ya que enseguida lo sujeto del
tobillo y le profundizo otro golpe en seco. Intente hacer algo pero en
este punto no sabía qué hacer.

-Corre-dijo en su forcejeo Nicolás-.

Intente avanzar pero ellos estaban en la puerta, solo podía saltar de la


barandilla. No tenía el valor, la oscuridad la hacía ver como un abismo
sin fondo. Mi mirada se petrifico en la batalla de los dos fantasmas. Al
lanzar nuevamente a Nicolás en otra dirección el sujeto intento
Roció S. Constanza.
agarrarme de nuevo. Nicolás intento detenerlo pero los pies del tipo se
hicieron humo solo sus manos estaban en mi búsqueda y la mitad de
su cuerpo estaba a medio formar en esa neblina oscura. Se dirigía a
mí, sin ningún remedio cerré con fuerza mis ojos y me tire al suelo
cubriéndome con mis brazos.

-Hija-Soltó la voz escalofriante-.

Abrí los ojos al instante. Su palabra me quito el aliento. ¿Era este el


fantasma del bosque? ¿Era el Black, quien me había confundido con
su hija?

Nicolás se impuso delante de mí para apartarme de él, y la sombra


nuevamente lo golpeo arrojándolo al otro extremo. Sin ninguna
protección el sujeto termino de formarse. Vi al señor y mi lengua muda
no intento ni moverse. La sombra se movió en mi dirección y su frente
estuvo a unos diez o cinco centímetros de la mía. Quito una parte del
pelo que me caía en la cara y me vio con recelo.

-¿eres hija de Lía?-pregunto- ¿Eres Kari?

Voltee a ver a Nicolás quien se encontraba donde había caído y su


mirada era de la misma confusión que la mía.

-No temas-me pido endulzando su voz-nunca te haría daño.

¿Acaso tiene amnesia a corto plazo? Hace unos momentos me


estabas quitando la vida.

-¿Quién eres?-mi asustada voz lo desconcertó-.

-Tu padre-su cara se ilumino, me mostro una sonrisa de disculpas y al


cerrarse un poco sus ojos unas lágrimas brotaron-Nunca creí que
llegara el día en donde te vería, mi pequeña Kari.

-¿Cómo sabes mi nombre?-me aparte de el-¡abandonaste a mi madre!


Nos dejaste antes de que yo naciera.

-Porque yo elegí tu nombre-dijo melancólico-nunca abandone a tu


madre…
-¿Entonces porque te fuiste?

-No fue mi decisión-frunció el ceño-ahora lo recuerdo bien; fue ese


hombre, el señor de esta casa quien me capturo y me cegó de alguna
manera. Me volvió lo que soy ahora, me arrebato todo lo que era y
quien era.

Una ira absoluta domino mi mente, ya era suficiente; Black arrebataba


a todos a mi alrededor.

-¿Fue Black el culpable de que no estuvieras conmigo-pregunte


herida- papá?

Asentó la cabeza. Nicolás se empezó a desplazarse hacia mi


dirección pero mi padre se interpuso entre él y yo.

-¿Quién eres?

-Un amigo de la familia-le dije apresuradamente-.

Su guardia se aflojo solo un poco y Nicolás hizo igual.

-¿pero qué haces aquí?-dijo mi padre-Si él te encuentra te hará lo


mismo que a nosotros.

-te lo dije antes de irme ¡Tenías que quedarte en la habitación!-Regaño


Nicolás-.

Mi padre lo miro molesto.

-¿Cómo que habitación?-le lanzo una mirada mortal-¡¿exactamente


qué clase de amigo eres tú?!

-Soy el amigo de su suegra la abuela de Karina-dijo Nicolás a la altura


de mi padre; directo y serio pero no de manera ofensiva o para hacerlo
enojar, y una sonrisa traviesa se formó en sus labios- y quien sabe
talvez su futuro yerno. ¿Podría casarme con su hija?

Los ojos de mi padre y los míos se abrieron como platos. Bonito


momento para hacer bromas Nicolás.

Roció S. Constanza.
-creo que te mandare al infierno-dijo decidido mi padre-.

-No-pedí pero al intentar tomarle del brazo mis manos traspasaron y


el volteo a verme-.

-Él no es tangible Kari-dijo Nicolás- Debemos sacarte de aquí, si las


otras sombras te encuentran no pasara lo mismo que paso con tu
padre, su lazo paterno fue lo que lo desencadeno de Black, un gran
golpe de suerte de que el haya sido la sombra que te encontró y no
una de las otras.

-Las otras se aproximan-dijo mi padre viendo la puerta-debes


marcharte, pero no por la casa si entras de nuevo te atraparan.

-¿entonces cómo?-dije aterrada-.

-Tendrás que saltar-dijeron unánime-.

Se dieron una rápida mirada de desagrado y yo voltee a donde ellos


querían que saltara.

-intentare detenerlas lo más que pueda-ofreció mi padre-.

-Creí que las sombras son indetenibles-dije meditando su propuesta-.

-No pasaran de mi-respondió-ellas no acaban de conocer a su


pequeña por primera vez.

-y yo detendré a Black-dijo Nicolás- intenta salir lo más pronto posible


del bosque, las demás andan en distintos puntos haciendo guardia
porque hay estudiantes todavía en el campo.

-Es hora de irte-insistió Nicolás- tu podrás hacerlo.

Voltee a ver a mis dos “fantasmas de la guardia”, no quería irme


aunque la situación lo dictaba, necesitaba decirle varias cosas a mi
padre pero no había tiempo alguno. ¿Volvería ver a Nicolás o a mi
padre después de esto? Suspire. Nada me lo garantizaba.

Me subí en el barandal.
-Delante de ti hay un árbol-explico Nicolás-como a un metro y medio,
salta en esa dirección con todas tus fuerzas no dudes y agárrate lo
más fuerte que puedas, luego corre entre los arboles lo más recto
posible, Lisa estará esperándote y luego estarás a salvo.

-Puedes hacerlo mi niña-sus palabras de aliento me dieron fuerza-te


daremos un pequeño empujón.

Sentí ambas manos de los dos en mi espalda.

-¡ahora!-dijeron al mismo tiempo y salte-.

Sentí como una corriente me empujo como un velero en el mar.


Choque con una rama del dichoso árbol y me sostuve a ella, luego me
aproxime al tronco y sin ver bien lo que hacía empecé a descender.
Sentía dos corrientes de aire a mí alrededor en espiral en lo que
bajaba por el ancho tronco. Sentí la gloria al tocar el suelo y empecé a
correr como me lo habían indicado. Llevaba corriendo tan solo unos
metros cuando escuche atrás mía unos sonidos brutales. Estaban
peleando. Intente no pensar en ello y obedecer las órdenes de mi
padre y de Nicolás. Confié en que sabían lo que hacían. Otros metros
más tarde mi consciencia de los sucesos se hizo presente; porque
estos fantasmas no son como los que se aparecen y dicen “Boo”. Mis
piernas se tropezaron con un cuerpo suave y pequeño y el mío se
estrelló contra el suelo. Un quejido felino salió del pobre animal con el
cual había chocado.

-¡Clementain!-me retorcí a ver si lo había dañado-.

-Eso sinceramente dolió-dijo un espíritu que salió del cadáver del


pobre gato al cual nombre-.

-¡te he matado!-dije asustada al ver su pequeño cuerpo-.

-¡No!-dijo golpeándose la cabeza en signo de que no había entendido


nada- Yo Salí del cuerpo para poder hablarte, no me entenderías si
maullara todo el tiempo.

-Clementain-dije anonadada-¿este eres tú?

Roció S. Constanza.
-Clementain es el gato-dijo viendo al gato-mi nombre es Drake. Y soy
el alma que vive en el gato por decisión propia.

-¿tú lo decidiste?-dije asombrada-.

-Bueno no es tanto como mi decisión-reconoció-no puedo irme hasta


que Black se vaya. Estoy como los demás.

-pronto podrás irte-le dije desolada-como todos los demás…

-pero ahora te sacare de aquí-dijo decidido- las ventajas de ser gato


es que no necesitas luz para andar en la noche.

El espíritu se metió nuevamente al gato y este se reanimo y empezó a


llevarme por un sendero destruido entre los árboles, intentaba no
pisarle la cola así que iba despacio detrás de él. El maulló y se
detuvo, me jalo de la pierna de mi pantalón para entrarme en el tronco
de un árbol.

-¿Qué sucede?-pregunte en voz baja-.

Solo maulló y aproxime mi ojos fuera del refugio del tronco. Mis ojos
se abrieron enormemente al ver un espectro de un venado sin ojos
andando entre los arboles con lentitud. Se escuchaban las pisadas de
sus patas y movía la cabeza como si tuviera los ojos puestos en lugar
de esos agujeros negros. Era el animal más horrible que he visto en mi
vida y me tenía cautivada. Clementain digo Drake me halo de nuevo
para que me escondiera completamente en el tronco de este enorme
árbol. Los instantes pasaron y Drake se empezó a mover despacio
para afuera… rodeamos el tronco vigilando que no hubiera nadie
asechándonos y tal fue nuestro susto que choque con Lisa.

-¡Kari!-dijo alegre Lisa-estas bien, te di por muerta. ¡¿Por qué no


contestas tu teléfono?!

-Él se dio una pequeña ducha en la tarde.

-Bien hecho Clementain-felicito Lisa- Vámonos, tenemos rodeado el


perímetro para que nadie entre ni tampoco salga pero hay dos puntos
descubiertos. Uno de ellos es la entrada al sendero que tú y
Clementain vigilaran y otro es cercano a ese pero yo lo veré.

-¿Todavía nos quedaremos en el bosque?

-¡Claro que no! Tú te saldrás e iras con Emi y los demás ellos están en
una fogata que hicieron en el campo.

-¿Qué hay de ti?-pregunte-.

-No soy fácil de asustar me quedare entre los arboles vigilando.


Clementain tienes autorización de morder a cualquiera que quiera
entrar…. Kari, Emi ha estado va de llamar le he dicho que andábamos
haciendo senderismo con mi abuela y que pronto llegaras con ellos.

-Gracias Lisa.

-Por fin vamos tomando el control. Tenía miedo de que las sombras los
encontraran antes de que Nicolás pudiera sacarte de ahí.

-mi padre es una de las sombras-se detuvo en impresión-el también


ayudo a que saliera de ahí.

-¿Noche interesante he?-dijo asombrada-Estas más enredada en este


problema de lo que creí.

Llegamos al final del camino unos pasos más y estaría fuera del
bosque. Abrace a Lisa y le dije que tuviera cuidado.

-Tú también. Por hoy mantente fuera ¿de acuerdo?

-Sí.

Salí y en medio del campo se encontraba un grupo de jóvenes. De


lejos vi a mis amigos y sonreí al ver que estaban bien. Corrí y abrace
de sorpresa por detrás a Emily.

-¡Kari! Has llegado-dijo contenta Emily-.

León también me tomo por sorpresa y me levanto entre sus brazos.

-“alguien está feliz”-comente-.


Roció S. Constanza.
-“Alguien” gano el torneo del instituto.

-Felicidades-lo abrace fuertemente y me voltee a ver a Andrés-lo


siento mucho Andrés.

-¿de qué hablas? No habrían ganado si no fuera porque fui parte de


su equipo.

-Creí que era por grado y sección y subgrupos que se formaron en el


instituto.

-si por eso jalamos a Andrés al equipo.

-Entonces ¡Felicidades a los dos!

Extendí el brazo para que Andrés se uniera al abrazo, pero aun en


medio de las buenas nuevas vi en dirección al bosque y recordé mi
traumatizante experiencia que no se compararía al final de esta
historia de miedo.

Capitulo XX

Amanecí en mi cama, por primera vez en una semana. Noche en


noche hacia vigilancia en el bosque. Daba la excusa de que estudiaba
para los exámenes con Lisa para mantenerme lejos de casa a tales
horas. A mi regreso Emily siempre estaba dormida así que no se daba
cuenta de cuando entraba. Realmente era cansado pero el fin se
acercaba, la noche perfecta en condiciones perfectas se aproximaba.
Hoy. Al pasar el día y caer la noche entraríamos en acción. Conocería
por fin al misterioso y maligno Black, mi tatarabuelo. Al pensar en mi
cansancio lo multiplicaba por diez o cien cuando recordaba que Lisa
daba su energía para que Nicolás pudiera materializarse y hacerle
frente a Black. Los exámenes habían terminado ayer y hoy no tenía
excusa para escaparme de casa, es mas a decir verdad los chicos
querían celebrar el inicio de vacaciones. No tenía ni la menor idea de
cómo me iba a escapar de esa pero en algo tenía que pensar. Disfrute
mi almohada que se encontraba en mi cabeza, vi al techo como si
hubiera algo interesante que ver y luego vi una foto que se encontraba
en la mesita de noche, en ella estaba mi mama, mi abuela y yo. Frente
del portarretrato había depositado mi relicario con mi nombre. Lo
usaría hoy, ya que era la carnada. Black había evaporado las sombras
luego de que estuve en esa casa con ellas mi padre. Era una pena
menos para todos y una tristeza más para mí.

-¡Buenos días!-salto Emi encima de mí-.

-Buenos días Emi-la tire al lado mío-.

-Estas de buen humor.

-y no es para menos. Por fin se ha acabado-dijo aliviada-vengo a


decirte que te apresures el desayuno estará listo pronto.

-¿has hecho el desayuno? Creí que me tocaba a mí.

-he… bueno veras yo no lo he hecho hoy.

Me dio una punzada de curiosidad.

-¿Quién?

-León está cocinando apresúrate a arreglarte. Saldré con Nora a


desayunar.

-¿me dejaras sola con él?

-Kari el no muerde-dijo poniendo los ojos en blanco-espero. Más le


vale que se comporte.

-Lo hará. Pero ¿Por qué hace esto?

-Creo que te ha visto más estresada que nunca. ¡Quiere darte un


detalle! ¿No es encantador?-dijo con una sensibilidad extraña- bueno
yo me voy. No lo dejes esperando.

Roció S. Constanza.
Me di un baño y me arregle como siempre. Cuando cepillaba mi pelo
recordé lo que Nicolás le dijo a mi padre “¿Podría casarme con su
hija?” La idea me lleno e inflo mi corazón de felicidad y tristeza. Eso
no era posible pero me hacía feliz. Baje a la cocina y vi un León
cocinando como si fuera su propia cocina con tanta naturalidad.

-¿Hola…-le sorprendí con la guardia baja-que haces?

-¡Hola!-me recibió-preparo el desayuno. ¿Comemos ya?

-Claro-dije amistosamente-.

Sirvió y desayunamos hablando de varias cosas. Pero luego de un


rato me sentí mal de que el pudiera tomar esto como una cita.

-León, yo…-como le digo para no hacer sentir mal a mi amigo-.

-tranquila no es un desayuno de cortejo-aseguro-es el desayuno que


te hace tu mejor amigo que te quiere mucho.

Me lleno de ternura. Su respuesta.

-¿eso significa que lo has elegido verdad?-dijo sin levantar su mirada


del plato-.

-Si…

-Vaya…. Creí que esto sería menos doloroso-admitió y suspiro-.

-Lo siento.

-No lo sientes-me retracto- y eso está bien. En la guerra y en el amor


se gana y también se pierde…. Si la mayoría pierde. Pero como te dije
si eso te hace feliz, también seré feliz. Amiga.

Acento la palabra amiga para hacerme sentir cómoda.

-Vamos-le anime-debe haber alguien más. No todos pierden, solo les


falta ver a la persona.

-¿Lo dices con hecho pensado?


-No-mentí-No apostaría un ojo pero algo me dice que esa persona
está muy cerca.

-Bueno lo último que se pierde es la esperanza-dijo viéndome


sinceramente-te tomare la palabra. No sé de quién hablas pero si esa
persona existe solo espero estar emocionalmente completo para ella.

Luego de pasar el día entero con mis amigos al llegar la tarde me


escape de ellos, dejándolos para ir con las demás médiums. Al entrar
a la casa de Ester donde había sido aquella reunión vi a Lisa en la
sala tirada como un cadáver sobre el sofá.

-¿Te sientes bien?-pregunte-.

-Si-abrió los ojos-cansada pero bien.

-¿volviste a darle energía a Nicolás?

-Si-confirmo-la necesitara hoy. Descansare en el tiempo que tenemos.

Dos horas más tarde me encontraba en el sendero. Con las demás


mujeres fuertes. Ya había pasado la hora en que Nicolás tenía que
toparnos en el lugar acordado pero en lugar de eso no se aparecía por
ningún lado.

-Nicolás no viene-dijo desesperada Helen-.

-¿Se le habrá olvidado?-dijo Ester-.

-Lo dudo-le respondí-él siempre es responsable.

-Algo está mal-comento Clarín-Debemos buscarlo.

-Estoy de acuerdo-dijo Ester-debemos buscar a Nicolás.

-Podríamos separarnos-planeo Lisa-.

-Pero nadie puede faltar al ritual para encerrar a Black en el espejo-


dijo Helen irritada- no importa que, eso pasara con Nicolás o sin
Nicolás.

-¡empezaremos a buscarlo entonces!


Roció S. Constanza.
-Kari-hablo Lisa por encima de las demás-esta vez no te pierdas, te
iras en el camino del sendero. Fíjate bien en la hora cuando llegue el
momento nos uniremos y entraremos en la casa.

-Sí.

-Andando-dijo Helen sin más prolongación y todas se dispersaron,


empecé a caminar por el sendero tal y como lo dijo Lisa-.

Ciertamente no había pierde. Sentía mariposas en el estómago. No


espera eso es lo que sientes cuando estas “enamorado” sentía…
¡sentía una fiera mítica en mi abdomen! Estaba muy nerviosa, no ver a
Nicolás me puso así. A un lado del sendero a lo lejos vi una banca en
ella se encontraba un hombre vestido con un traje negro. Me puse
nerviosa de encontrar a alguien solo sentado en este bosque. Lo mejor
sería sacarlo de aquí.

-Hola-dije amistosamente y el caballero me vio a los ojos-Señor sabe


que es peligroso estar en este bosque.

-Lo sé-respondió sin titubeo y me perdí en el agujero negro de sus


ojos, empecé a sentirme mareada en verdad, tanto que perdí el
equilibrio y caí sentada, intente apartar la vista de los ojos del señor
pero caí en una especie de embrujo que lo impidió-.

¿Dónde estoy? ¿Por qué mis ojos están cerrados? ¡Tengo que
abrirlos! Un rosado pastel poderoso se encontraba a mí alrededor.
Conocía este lugar muy bien. El cuarto de princesa rosa. ¿Cómo es
que llegue a la casa otra vez? Estoy sola. Me levante precipitada de la
pequeña cama rosa y vi sentado en una silla al señor que encontré en
la banca del sendero.

-¿Cómo llegue aquí?

-Te has portado muy mal Elizabeth-dijo el señor- sabes por cuanto
tiempo te espere.

En el rostro de mi secuestrador daba miedo pero causaba un efecto de


ambivalencia en mí.
-¿Black?

-¿Desde cuando mi propia hija me llama por mi apellido?-pregunto-ha


pasado mucho tiempo Elizabeth.

Y sobo mi cabello con ternura. Quise alejarme de inmediato pero me


dio miedo. El creía que era su hija esto podría ayudarnos a tenderle la
trampa fácilmente.

-Siempre que tengas esos ojos y ese collar te reconoceré-afirmo-mi


pequeña regreso a casa. Tu madre estará muy feliz.

-¿mi madre…?

-Ven conmigo Elizabeth-tomo mi mano y era la misma sensación que


tenía con Nicolás pero esta era una sensación que quería rechazar
con todas mis fuerzas-.

Me llevo fuera del cuarto y me preocupe por las sombras.

-¿Qué paso con las sombras?-quise saber-.

-Oh cariño las he eliminado.

-¿Por qué?

-Ya eran inútiles-dijo como si no fuera raro que preguntara-una se


revelo y tuvo que ser castigada.

Papá.

-¿Dónde está Nicolás?-pregunte sin ocultar mi desesperación-.

-¿Quién?

-Nicolás-pare de caminar para que me mirara-un chico alto de mi


edad, que fue tu víctima.

Los ojos de mi tatarabuelo se volvieron oscuros y malignos y toda la


atmosfera alrededor de él se volvió congelante.

-me encargue de él.

Roció S. Constanza.
-¿Dónde está?

-¿Cómo sabes de él?-dijo molesto e inquisitivo-.

-Es un chico que conozco-quise endulzar la historia-me gustaría


verlo…. Papá.

El aura de Black cambio nuevamente.

-Si te portas bien talvez lo veas.

Me dio paso para la habitación, la cual parecía ser la principal. Había


una cama con cuatro columnas que mantenían cortinas color rojo
carmesí cerradas.

-Ahí esta-me hizo acercarme a un lado de la cama-salúdala.

Al ver el cadáver putrefacto de la esposa de Black con un vestido azul


en ese esqueleto que un día se llamó cuerpo sentí más que una fiera
dentro de mí, mi estómago era débil o lo suficiente para no soportar
vomitar.

-¿Dónde está el baño?-pregunte resistiendo el impulso de hacerlo ahí


mismo-.

-te vas por un largo tiempo-dijo molesto nuevamente-¿y no le darás un


beso a tu madre?

Él no me diría nada hasta que hiciera lo que me pedía. Bloque toda


consciencia de mi ser, expulse mi asco en el espacio más recóndito de
mi ser y deje de ver, oler y respirar para besar el cadáver de una mujer
que lleva mucho, enserio mucho tiempo muerta. Cerré los ojos y por
una milésima de segundo me imagine que en lugar del cadáver estaba
besando aquel espectro que me salvo en el rio solo que en lugar de
estar rodeada de sangre estaba viva y se miraba viva. Abrí demasiado
rápido mis ojos cuando aún mis labios estaban en lo que era su
cabeza. Me aleje lo más que pude y volví a respirar para evitar las
náuseas que luchaban dentro de mí.

-¿Dónde está el baño?


-En el corredor dos puertas a la izquierda-me dijo en el tono de lo más
obvio del mundo-.

Salí precipitada al baño. Y aleje la imagen de mi mente. Abrí del grifo


del cual salió un pequeño chorro de agua y me lo tire a la cara.
¡TRAQUILIZATE! Black no podía sospechar nada, aun.

Saque el celular de mi bolsillo y llame a Lisa.

-¿Lisa?-susurre-.

-Kari ¿encontraste a Nicolás?-dijo rápidamente-¿Por qué susurras?

-Black me atrapo y me trajo nuevamente a la casa, cree que soy su


hija Elizabeth -dije en medios susurros en el suelo intentando aliviar mi
asco-Creo que le hizo algo a las sombras… y también a Nicolás.

Solloce. Y el silencio de Lisa se prolongó, ¿talvez escuche mal pero


creí escuchar un sonido similar a cuando intentan no llorar, y tragarse
el dolor?

-Kari, te sacaremos de ahí-dijo Lisa, definitivamente intentaba no


llorar-sigue el plan, llévale la corriente; as que crea que eres su hija.
Luego nos escabulliremos por el sótano y lo encerraremos para
siempre.

-Si-mitigue mi dolor de igual manera-.

-¿Elizabeth estas bien?-pregunto Black-.

-Es él-le susurre a Lisa-Si estoy bien, salgo enseguida.

-Con mucho cuidado Kari-dijo Lisa-no tengas miedo. Eres más valiente
y fuerte de lo que había pensado.

Colgué. Me aferre a las palabras de Lisa. Tenía mucho tiempo por


delante que soportar. Al salir él estaba en el pasillo. Temblé pero por
primera vez >creo< saque todo el coraje que tenía dentro.

-¿Por qué no tocamos unas piezas?-me dijo-.

Roció S. Constanza.
Bajo a la planta y me llevo a otra habitación bien iluminada donde se
encontraba un piano. Habían unos cuadros en él. Retratos de una
mujer probablemente su esposa y una niña quizás “Elizabeth”. Y otro
de él me imagino pero mucho más joven al lado de su esposa.

-prefieres tocar tú primero-ofreció-.

-A decir verdad-tenía que inventar algo-se me ha olvidado como tocar


piano.

El frio otra vez se apareció.

-¿podrías tocar algo tú?-endúlzalo un poco más-papá.

Y funciono.

Se sentó en el banco negro del piano. Y la melodía triste que me atrajo


la vez pasada empezó a salir de aquel bello instrumento. Prosiguió
con otras melodías reconocidas y otras talvez inventadas. La luz de la
habitación ya no era tan fuerte significaba que el tiempo estaba
pasando y pronto esto acabaría. Me había perdido en las melodías
para perderme en el tiempo y solo encontrarme cuando esto llegara a
su fin.

-Ya es tarde es hora de ir a dormir-declaro-.

-Podemos estar en tu habitación con mamá-mi estómago se revolvió


con esa palabra y la imagen del cadáver-.

El sonrió feliz y me ofreció su brazo para que camináramos juntos.


Nuevamente estuvimos ahí pero esta vez me hizo leer un libro “Las mil
y una noches” Leí todo el tiempo que considere oportuno para que les
diera tiempo de tender la trampa a Black. Me senté en un sillón
individual y no levante mis ojos ni sentidos del libro. Vi el reloj de
pared, increíblemente estaba funcionando.

-¿papá?-dije cuándo el momento llego-¿me he portado bien?

Él se quedó pensativo y sonrió.


-Sí.

-¿puedo ver ya a mi amigo?

Pude ver que se debatía entre si hacerlo o no. Era como si estuviera
dividido en dos.

-Está en el sótano-dijo, perfecto- antes te daba miedo ¿segura que


quieres bajar?

-Sí.

Concedió la autorización para hacerlo y empezó a caminar para bajar,


abrió la puerta debajo de las gradas en ella había otra puerta. Solo
esperaba que Lisa y las demás hayan hecho lo que tenían que hacer.
Me fije en el suelo, estaba un polvo blanco esparcido alrededor de las
gradas, Black parecía no darse cuenta. Había un extraño olor de
putrefacción aquí también pero esta vez no me afectaba tanto como
antes porque había pasado un largo tiempo al lado del otro cadáver.

El sótano era grande y tenía varios puntos donde se podrían ocultar


las demás esperaba que si estuvieran ocultas porque yo moría de
miedo. Habían espejos quebrados los del relato de Nicolás sospeche
pero disimuladamente también habían nuevos. Había una estrella
dibujada de siete picos algo grande en el suelo de un color poco
visible. Black no había hecho comentario alguno, estaba
completamente perdido en sí mismo.

-¿Dónde está Nicolás?-pregunte-.

Black saco un rectángulo de un mueble y sin siquiera mirarlo lo mostro


ante mí, era un espejo en él no se encontraba mi reflejo sino el de
Nicolás. Él estaba atrapado en el espejo Black tiro el espejo y este
cayo rompiéndose en varios pedazos. El espectro de Nicolás quedo
liberado pero no era como solía ser ahora él también era intangible
completamente.

-¡Nicolás!-dije cuando su figura estaba tirada en el suelo-¿Qué


sucedió?

Roció S. Constanza.
-Robo toda la energía que tenía-respondió-.

-Toma la mía-le ofrecí-.

Pero en un cerrar de ojos el espectro de Nicolás se encontraba atado


a la pared.

-¿Por qué le haces esto?-exigí saber-.

-El interfirió muchas veces en mis planes-dijo y una risa malvada soltó
de su ser- era tiempo de atraparlo.

Sin que lo sospechara hice que caminara al centro de la estrella y me


coloque en mi posición.

-Ahora-grite-.

Las otras mujeres salieron de sus escondites y Black se mostró


molesto como tigre salvaje enjaulado. La tiniebla se empezó a
disiparse pero no a salir de la estrella, esto no le agradaba nada.
Helen empezó a soltar un rezo en una lengua antigua. Era una parte
tan vital para este ritual Black empezó a empujar la energía como olas
agresivas de viento pero no pasaba nada siempre y cuando todas no
saliéramos de la estrella. Conforme Helen decía el “rezo o conjuro” el
techo empezaba a cambiar. Se estaba transformando en un espejo.
Por un momento todas miramos al espejo y Black inconscientemente
subido la mirada. ¡Ya estaba! Ahora podía ser capturado, en donde se
encontraba parado se miraba como su niebla oscura y espesa
empezaba a penetrar el espejo. Helen estaba por terminar luego cada
una tenía que decir otro fragmento en español, el orden era simple;
con forme se habían unido en esta travesía era su turno. Yo había sido
la última y terminaría con “y desaparece para toda la eternidad” Lisa
había terminado de decir su fragmento cuando Black se agito y
expulso como una bomba de odio completamente letal y obligo a todas
a salir de la estrella, sus ojos eran negros y de estos salían sangre, su
cuerpo expiraba una gama oscura y tenebrosa en todo su cuerpo, me
miraba con ira. Aún tenía una mano en esta estrella, vi a mí alrededor
y todas estaban inconscientes, solo Nicolás que ahora si parecía un
muerto miraba con sus ojos de cristal y se encontraba agonizando. El
cayó de la pared y quedo junto a Lisa. En el espejo ya estaba abierto
el portal al inframundo solo tenía que decir mi frase y esto acabaría.

-y desaparece-grite levantándome y colocándome en mi lugar con


dolor el odio había penetrado como millones de trocitos de vidrio en mi
piel-.

-¡Silencio!-ordeno la voz más oscura que había escuchado jamás en


mi vida-si lo haces Nicolás caerá conmigo y ambos caeremos al
inframundo para siempre.

Me callo. No podía dejar que eso pasara.

Con su energía total que había venido adquiriendo todos estos años
de sus víctimas halo arrastrado hacia la estrella a Nicolás.

-¡déjalo en paz!-ordene-.

Nicolás intento agarrarse de Lisa quien seguía inconsciente como las


demás pero fue inútil, Black era más fuerte. Lo tomo por el cuello.

-Una palabra más y será el primero que se vaya.

Las lágrimas de desesperación empezaron a brotar, tonta no es el


momento. Vi a mí alrededor, estaba sola.

-Déjalo ir.

-Desase el ritual.

-No se puede-confesé-Helen dijo que una vez que se inicia se debe


terminar hasta que el ente desaparezca.

-Entonces tu querido Nicolás se ira conmigo-dijo la parte más maligna


de Black-.

-debe haber una solución-llore, no dejaría que eso le pasara a


Nicolás-.

-El fin en una eternidad de tortura en el inframundo-dijo-.

Roció S. Constanza.
-Pero no es a Nicolás a quien quieres-le grite-es a mí.

-¿Por qué quería a alguien que me ha traicionado Elizabeth?

-No soy Elizabeth-le aclare-Soy tu tataranieta.

-Ahora no me importa-dijo sin piedad-Perderás todo lo que te queda.

-Hay otra forma-recordé en desesperación-leí en el libro del ritual que


el ente puede escapar si posee con el permiso de la persona su
cuerpo.

Black descendió un poco a Nicolás.

-Dices que me darás tu cuerpo-se mofo-.

-Yo en lugar de Nicolás-finalice-.

-Kari no-dijo Nicolás en susurros por su debilidad-.

-De acuerdo-dijo Black extendiéndome su mano para cerrar el trato-.

-tira a Nicolás fuera de la estrella primero-pedí-.

-¿y cómo sé que no me engañaras si lo hago?

-podrías arrastrarlo nuevamente adentro, no tengo forma de


engañarte.

Empujo a Nicolás a otro espejo y este rápidamente lo absorbió.

-¡Kari no lo hagas!-gritaba una y otra vez encerrado-.

Estire mi mano en el momento que una luz cegadora inundaba el


sótano. El señor Dolían, la esposa de Black, mi bisabuela si no estoy
mal, mi abuela y mi madre estaban presentes. Todas tenían la
apariencia con la que habían muerto pero destellaban en luz. El
espíritu de mi abuela estaba lanzándose a impedir que nuestras
manos se unieran pero una milésima de segundo llego tarde. Mi palma
fría por el miedo y la suya congelada por la muerte se habían unido ya
y no había vuelta atrás. Mi abuela atravesó como todo fantasma lo
haría nuestra unión. Ahora yo estaba perdida. El señor Dolían, la mujer
que era la esposa de Black, mi bisabuela y mi madre se colocaron a la
espalda de Black y empezaron a halar al demonio que sujetaba mi
mano pero este estaba pegado en nuestro contacto físico como si
hubieran fundido nuestras manos. Mi abuela se les unió y el demonio
se partió en dos, un alma destellante como los que me ayudaban en
estos momentos apareció, era la imagen de Saúl Black mi tatarabuelo.
Él se había dividido en su parte maligna y esta era su parte buena.
Otro portal se abrió en la pared que estaba frente mía pero este era
como un túnel de inmensa luz.

-No podemos hacer más-dijo el señor Dolían-es hora de irnos, nuestra


misión ha terminado.

Vi como las almas de mis seres queridos y la del señor Dolían


empezaban a rejuvenecerse conforme era absorbidos, era como si
todo pasara en cámara lenta. El demonio con el que me había
entrelazado gruño al ver que la parte buena y libre de odio de mi
tatarabuelo fue el primero en desvanecerse en ese túnel de luz,
seguido por mi bisabuela y el señor Dolían quienes ya aparentaban su
clímax de juventud y adultez. Me quede boquiabierta de la apariencia
de mi bisabuela y mi abuela era como verme en un espejo, mis
abuelas levantaron la mano en despido y mi madre también
rejuveneció de igual manera. Ella soltó unas lágrimas antes de
empezar a entrar a la destellante luz.

-Te amo-grito-.

La bestia o demonio como denominaba ahora era una gama sin


estructura humana que expiraba completamente odio pero aun
seguíamos atados y no había solución. Era una doble contradicción
que me expulsaba y me atraía hacia él.

-¡¿Qué esperas para terminar el ritual y acabar con esto de una vez?!-
exigió saber- o debo motivarte una vez más con tu amigo Nicolás.

-¡Una cosa más!-le exigí de igual manera-¿Qué pasara con las


sombras que has convertido en tus esclavos?

Roció S. Constanza.
-hablas de estas.

De las paredes las sombras con formas humanas empezaron a salir.


Vi la sombra de mi padre entre ellas.

-Serán liberadas-se rio-o talvez no.

Era ahora o nunca.

-y desaparece-dije rápidamente-dentro de mi cuerpo para toda la


eternidad.

El aura maligna de Black entro por mi cuerpo mientras él se negaba en


un grito de ultratumba, se terminó de completar el sello, en lugar de
mandarlo al inframundo como se había planeado cambie la frase por
una selladora en el cuerpo de un vivo tal y como lo leí en el libro de
Ester en la última semana. Ahora en mi mano derecha en la cual había
cerrado el trato solo había quedado la estrella que había en el suelo tal
como un tatuaje. El portal del techo se cerró y las sombras también
empezaron a destellar y empezaban a caminar hacia la luz.

-gracias pequeña-dijo mi padre-nos has liberado, es hora de decir


adiós.

Las lágrimas salieron de sus ojos y en su rostro se marcaba una


sonrisa. Lloraba de felicidad me imagino porque su sonrisa subió en
sus pupilas.

-No habría podido pedir una hija mejor-se empezó a absorber en la luz
pero sin dejarme de ver-por cierto la propuesta de aquel chico… si tú
lo quieres es un si para mí. Por favor no llores, me llegó la hora e iré
con tu madre y siempre estaremos contigo… Estoy orgulloso y aunque
nunca estuve contigo, te amo por cada segundo y respiro que has
tenido, y te amare diez veces más por todos los que tendrás… Cuídate
mi pequeña Kari.

Y se marchó. Pero el portal aún no se cerraba, alguien no había


atravesado aun. Nicolás. Corrí al espejo que lo mantenía cautivo y lo
lance contra el suelo su alma también resplandeció de inmediato y
estaba en mis brazos, imposible, se miraba más hermoso de esta
manera, sus ojos ya no eran negros y su presencia era cálida y
acogedora.

-te diría que te esperaría toda una vida-comento con una media
sonrisa-pero la verdad es que no la tengo. Kari todo este tiempo que
estuvimos juntos fueron hermosos, extrañare tus ojos y tus sonrisas y
todos los detalles que vienen de ti. ¿Suena muy mal si te digo que te
cases conmigo en estas condiciones?

-pero debes irte-le dije con todo el dolor que me provocaba la idea-.

-pero algún día caminaremos juntos de nuevo y ni la muerte nos podrá


separar…-se rio-eso te lo asegura alguien que ya murió.

Se levantó y lo deje de ver, no quería que se fuera pero no dejarlo que


lo hiciera era egoísta, se arrodillo enfrente de mí y me beso. Mi
corazón se paró, acelero, volvió a parar y se estremeció como nunca
lo había hecho. Dejo de besarme y me abrazo y sentí su fuerza
apretándome contra él en su abrazo, también lo abrace. Pero su alma
se empezó a desvanecer y se escapó entre mis dedos otra vez.

-Te amo-grito cuando se iba-.

-Nicolás acepto-le grite en promesa de vernos de nuevo-.

Sonrió.

-hasta la próxima vida.

Y todo se oscureció.

Mire a mi alrededor era la única en pie pero me sentía vacía como si


solo fuera un cadáver. El beso robo más que mi corazón, esos
segundos de unión hurtaron más que un órgano vital de mi vida,
pensamientos, conciencia, alma. ¿Cuánto más puede quitar una
unión de labios?

Me permití llorar en silencio en la oscuridad del sótano por un


momento, cuando roce el dorso de mi mano para secar mis

Roció S. Constanza.
lágrimas no puede evitar voltearla para ver la marca. Ahora no
estás sola. El hablo dentro de mí. Pero la fuerza fue más grande
esta vez.

-Ahora no estoy sola y tú no saldrás-le hable-míralo como quieras


pero ambos ganamos.

Pero por cuanto tiempo podrás soportarme. Él se rio.

-Tranquilo demonio-le ordene-te soportare el tiempo que sea


necesario.

*****

Diez años han pasado. Diez años han pasado.

-Diez años han pasado-dijimos juntos mi demonio y yo-.

-y todo es como debería ser. Timesong city nunca fue tan segura, nada
de desapariciones extrañas ni fantasmas acabando con vidas
inocentes-le conté al demonio cuando me tome un respiro en el
cumpleaños número cinco del hijo de Emily y León- Pero que bella
pareja hacen esos dos.

Tus amigos no saben de mí. Todos ellos tienen una vida y tú me tienes
a mí, ya estarás feliz por haber decidido encerrarme en tu cuerpo.

-Si a decir verdad estoy feliz de haberlo hecho-volví hablar con el


demonio-mira al pequeño bebe de Nora y su esposo. Y ni hablar de la
pequeña Valeria hija de Andrés y Lisa.

¿Y qué hay de ti? estas sola-provoco el demonio-como puedes ver la


felicidad de los demás y no importarte la tuya.

-en primera, parte de mi felicidad es ver felices a las personas que


amo-corregí- y en segunda como tu dijiste el día que te selle en mi
“ahora ya no estoy sola”.

Se rio con gran burla para “nuestros adentros”. ¿Ahora me dirás que
te gusta mi compañía?
-Bueno mi tatarabuelo te creo por la soledad y dolor de perder a su
familia, eres toda esa energía negativa de odio que se formó en el… y
aunque yo no te forme has quitado ciertamente mi soledad y con
respecto a perder a mi familia bueno eres el lado bipolar malo de mi
tatarabuelo eso te hace mi tatarabuelo malo pero mi tatarabuelo malo
que tengo. Y aun esta la familia de mi padre por lo menos mi abuela
Eleonor y no te olvides de la tía Lía.

El demonio razono mis palabras.

-Además ves lo que yo veo-indique viendo a la fiesta-ahí también


tengo una familia. No estamos solos tú y yo. Desde que formas parte
de mí; mis amigos se han vuelto nuestros. Y hablo de todos;
incluyendo a Toe y Calen aunque molesten y lleguen a desesperarme
a veces.

Jóvenes molestos-coincidió mi demonio-¿y qué crees que por


compartirme todo eso te dejare de torturar en pesadillas y demás?

-Disfruta la fiesta-le recordé-es un cumpleaños. Además sé que no


dejaras de hacerlo porque es tu naturaleza pero recuerda que cuando
yo deje de existir tu iras al lugar al que perteneces inmediatamente.
¿No querrás regresar al manicomio una temporada verdad?

El demonio se estremeció mentalmente, eso había sido un gran


castigo para él… y un poco para mí también. Ahora este era nuestro
vals la tortura mutua.

*****

“Es hora-comento el demonio-fue un placer torturarnos y


acompañarnos toda un vida”

-Lo mismo digo-dije viendo el techo de mi habitación por última vez


cuando cerré los ojos, mi mente se llenó de luz y camine por el portal
que vi aquella vez-.

-¿Nicolás?-dije corriendo de alegría cuando lo vi recibiéndome en la


resplandeciente luz-.

Roció S. Constanza.
-¡Hola Kari!-saludo y me recibió entre sus brazos-Ahora estaremos
juntos para siempre.

Y me beso.

Fin.
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