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- ¿Cuál considera usted que es el dilema moral presentado en el

cortometraje? Opine al respecto.


Como la sociedad asume la postura machista como correcta, presentando
a los victimarios como víctimas y viceversa. Que mucho de este maltrato
se queda dentro de las cuatro paredes que se llama hogar y solo es
conocida por miembros de la familia que la justifican y la repiten de
generación en generación.

- ¿Está de acuerdo con la postura asumida por la protagonista? Sí,


no, ¿Por qué?
No, porque ella asume una postura muy pasiva frente a la problemática;
es importante recalcar que ella presenta una actitud silenciosa y hasta
cómplice, que es considerada como rebelde por algunos miembros de la
familia, incluso por aquellas que también son víctimas de este tipo de
maltratos.

- ¿Qué interpretación le da a la escena final del cortometraje?


Que al final ella enfrenta a su victimario y asume una posición activa
frente a lo que le pasa; su liberación es representada por el mar y su
salida de la bañera a un nuevo mundo, donde ella se encuentra con
personas que han su sufrido su mismo padecimiento y entiende que no
es la única víctima de este tipo de violencia; que han pasado por el mismo
calvario hasta que deciden parar y asumir una posición más activa.

- ¿Qué reflexión le dejó el cortometraje?


La reflexión es sobre el rol de la víctima, que es ella la que debe ser
consciente del maltrato del que es víctima, y como tal debe asumir la
defensa de sus derechos y dar a conocer la situación para recibir el apoyo
de las entidades que combaten o previenen este tipo de violencia

Cordial saludo compañero Elviz,


comparto tu postura frente a la sociedad en la que vivimos, es muy MACHISTA,
queriendo tener siempre a la mujer sometida y justificando casos de maltrato como es que
ella no hace caso, ella se lo busco, porque no lo deja que el haga lo quiera, mamita
aguántese, expresiones como estas que llevan a la víctima a sentirse culpable del maltrato, y
en ultimas que se lo merece, hundiéndola cada vez más en esa tina de miedo y silencio que
viven muchas mujeres.

Atentamente,

Keiry Andrea Grisales Muñoz.

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