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REFLEXIÓN SOBRE UNA SITUACIÓN DE CRISIS DE LIDERAZGO (SEMANA 2).

Recuerdo haber vivido una experiencia en la que me consideré en


desventaja y con falta de herramientas, sobre todo emocionales, como líder.

Hace algunos años apliqué para un puesto de dirección de una escuela y fui
aceptada. La capacitación constaba de un mes en oficinas para revisión de temas
generales de la administración y 3 meses más en un puesto de subdirección,
acompañada del director de la escuela, con el fin de aprender toda la parte
administrativa y la operación diaria.

Al mes de estar en capacitación, me envían a la escuela para comenzar la


parte operativa y a una semana de estar allí me informan que no hay posibilidad
de que el director pudiera estar conmigo porque debía salir de la empresa para
resolver temas personales que no podían esperar.

A partir de ese momento debí aprender los procesos por mi cuenta,


preguntando, buscando opciones de ayuda con personal que estuviera
relacionado con las diferentes tareas que debía realizar, etc.

Considero que el resultado de mi gestión no fue el adecuado debido al poco


tiempo que tenía en el puesto, además de la ansiedad que generé al sentirme sin
apoyo y con tiempos muy limitados para resolver las situaciones que se iban
presentando.

Asimismo, en el lapso de las siguientes 2 semanas, me informaron que la


escuela se cerraría por falta de currícula y que debía platicar con los alumnos para
explicarles la situación, realizar cierres contables y administrativos, lo cual
aumentó la complejidad de las labores.

Al solictar apoyo a las oficinas generales, me indicaron que se presentaría


una persona para acompañarme en el cierre de la escuela, sin embargo, la
persona se presentó solo una semana antes de hacer la entrega de dicho cierre.

Al mismo tiempo que trabajaba en ello, debí optimizar el acomodo de


horarios de las clases que aún se darían debido a que los profesores fueron
asignados a otras escuelas de la misma cadena, pero también debían cumplir con
las horas de los últimos alumnos que quedaban en el campus. Algo complejo de
manejar debido a que ya su disponibilidad de horario era limitada.

Tiempo después de haber cerrado la escuela, platiqué con los directivos de


la empresa, quienes me permitieron analizar el resultado, yo no me sentía bien
con lo que se había llevado a cabo y cómo se había realizado. Al término,
coincidimos en que el momento de enviarme a realizar un cierre que ellos veían
inminente, con tan poco tiempo de capacitación y prácticamente nada de
experiencia en el puesto llevó a que el cierre de la escuela no se llevara a cabo de
la mejor manera. Indicaron que no les fue posible enviar a tiempo el apoyo de
personal, tanto de profesores, como de administrativos debido a una falta de
planeación que se dio porque la decisión se tomó muy precipitadamente. A partir
de ello, se decidió contar con una política en la que la apertura y cierre de los
campus, de hacerse necesario, debería llevarse a cabo por personal con
experiencia.

Al enfrentar esta situación, la institución también vio la necesidad de crear


un manual de operaciones ya que en ese momento no se contaba con uno.

En retrospectiva, noto que fue una crisis tanto personal como institucional,
en la que no se tomaron las mejores decisiones, quizá por la premura y considero
que se pudo haber evitado al haber manejado las piezas de diferente manera.
Como empleada, me hubiera gustado recibir la capacitación suficiente y quizá, con
alguien con experiencia. En una situación como la que describo, deben verse
todos los procesos, tanto financieros como administrativos, pasando por manejo
del personal, inventarios, entregas, etc. y representaba una buena oportunidad de
aprendizaje.

En cuanto a los temas que hemos visto en el curso, puedo mencionar que,
en lo personal, me preocupaban las actitudes que los empleados (tanto profesores
como administrativos) pudieran tomar con respecto a la empresa y me enfoqué en
las relaciones. Me di cuenta de que el personal se encontraba con incertidumbre y
con cierta molestia, el estrés que generan los cambios siempre influye en el
compromiso que los empleados muestran en sus actividades. Sin ser consciente,
de un objetivo como tal, decidí involucrarlos en el proceso de transición, sobre
todo como apoyo en el proceso que llevarían los alumnos, me parece que eso
funcionó ya que se compartió la responsabilidad de cuidar de nuestros clientes y
eso permitió bajar el estrés que ellos mismos tenían y formar un equipo que, lejos
de generar problemas, aportó su experiencia en el manejo quejas y comentarios
de los chicos.

De igual manera, me dediqué a platicar con los alumnos de la escuela,


atender sus dudas y quejas dado el cierre de la escuela con tan poco tiempo de
aviso. Sin embargo, observo que dejé de lado las acciones. Considero que mi
manejo del tiempo no fue el mejor en cuanto a la realización de las tareas, sobre
todo administrativas, por el tiempo que me tomaba investigar el correcto
procedimiento en cada uno de los casos.

También noto que la institución se dio cuenta de la importancia de generar


un comportamiento de ciudadanía organizacional que permita a los empleados
desarrollar sus labores con sentido, percibiendo la importancia que tiene su
desempeño en el trato con los alumnos, trabajando como un equipo, con cortesía
y buena voluntad para beneficio de ellos mismos y de la institución.
Importante mencionar que, aun cuando la experiencia no fue nada grata ni
sencilla de manejar, me dio una perspectiva mayor de lo que soy capaz de hacer y
el tipo de líder que puedo y deseo ser.

De pronto, de las experiencias fuertes se aprende mucho más que en


experiencias sencillas o en zona de confort.

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