REVISTA INTERNACIONAL
DE CIENCIAS SOCIALES Y HUMANAS
IN≈DAGA
INTERNATIONAL REVIEW
OF SOCIAL AND HUMAN SCIENCES
Artículos / Articles
005 JAMES PETRAS
El antiimperialismo, ¿es compatible con la inversión extranjera?
Anti-imperialism: Is It Compatible with Foreign Investment ?
025 ED BROWN Y JONATHAN CLOKE
La cruzada internacional contra la corrupción: una respuesta crítica
The International Anti-Corruption Crusade: A Critical Response
053 RAIMUNDO CUESTA FERNÁNDEZ
La escuela y el huracán del progreso. ¿Por qué todavía hoy es
necesaria una crítica histórica de la escolarización de masas?
The school and the hurricane of progress. Why historical criticism of mass
education is still necessary ?
095 JOÁM EVANS PIM
D-learning = tecnología + educación + desarrollo
D-learning = technology + education + development
111 BÁRBARA KRISTENSEN
O mosaico lingüístico em Rayuela: a linguagem do exílio como
reflexo da (des)construção da identidade do exilado
The linguistic mosaic in Reyuela: the exile’s language as reflex of the
identity’s (de)construction of the person living in exile
131 PAOLA IVONE DRUILLE
Teoría de la Pornografía: las fisuras del espacio revelado
The theory of Pornography: the disclosed space’s fissures
153 FERNANDO GONZÁLEZ GARCÍA
Accattone, de Pier Paolo Pasolini. Una solución provisional para una
encrucijada
Accattone, of Pier Paolo Pasolini. A provisional solution for a crossroads
171 MANUEL BOTE DELGADO
Lenguaje urbano y complejidad en el Movimiento Moderno
Urban language and complexity in the Modern Movement
183 JUAN RAMÍREZ GUEDES
Algunas consideraciones sobre el espacio contemporáneo
Some considerations on the contemporary space
191 Mª REMEDIOS ZAMORA ROSELLÓ
Perspectiva crítica de las respuestas comunitarias ante las crisis
marítimas
Critical perspective of the EU’s answers about the maritime crises
209 CARLOS M. RODRÍGUEZ DOMÍNGUEZ
Luces y sombras del Tratado constitucional europeo
Lights and shades of the European Constitutional Treaty
Homenaje / Honoring
223 SHEILA DELANY
La priora de Chaucer, los judíos y los musulmanes
Chaucer’s prioress, the Jews, and the Muslims
Documentación / Documents
259 ORESTES GÁRCIGA GÁRCIGA
El valor patrimonial del Archivo de Fernando Ortiz
The patrimonial value of Fernando Ortiz’s Archive
JAMES PETRAS
El antiimperialismo,
¿es compatible con la inversión extranjera?
Anti-imperialism : Is It Compatible with Foreign Investment ?
INTRODUCCIÓN
*
FI es la abreviatura inglesa de foreign investment, lo que equivale a ‘inversión extranjera’
en español. [N. del T.].
*
MNC es la abreviatura inglesa de multi-national corporation, lo que equivale a ‘corpora-
ción multinacional’ en español. [N. del T.].
*
IFI es la abreviatura inglesa de Institution International Financial, lo que equivale a
‘Institución financiera internacional’ en español. [N. del T.].
bajar las ganancias y los ingresos para evadir los pagos fiscales co-
rrespondientes.
8. Las contribuciones territoriales graduadas y la expropiación por sub-
utilización o especulación inmobiliaria pueden proporcionar tierras
para la reforma agraria y viviendas protegidas para la población con
ingresos bajos. Esto aumentará la productividad agrícola y los ali-
mentos para el consumo local y las exportaciones. Las fincas y culti-
vos extensos que ocupan tierras públicas ilegalmente deberían ser ex-
propiados sin compensación. La compensación por la tierra expro-
piada debería ser pagada mediante obligaciones a largo plazo basadas
en el valor fiscal declarado en el pasado (o en el valor de mercado, si
los propietarios están dispuestos a devolver los impuestos atrasados
sobre la diferencia entre lo declarado y el valor de mercado).
9. Las posesiones o inversiones en el exterior de las compañías públicas
deberían ser liquidadas y los ingresos reinvertidos en la mejora de la
infraestructura productiva nacional y las industrias de transformación.
Las reservas exteriores excesivas deberían ser reducidas y aplicadas a
la diversificación de la economía. Las reservas deberían estar susten-
tadas en diversas divisas y no estar depositadas en bancos del exterior,
donde un adversario imperial podría retener los fondos. La tenencia de
una moneda “devaluada” debido a la antigua ‘reputación’ o a vínculos
‘neocoloniales’ es tanto una mala política como una mala economía.
10. Maximizar el empleo de mano de obra subempleada –que ronda en
algunos casos el 80 % de la fuerza de trabajo– en proyectos de in-
fraestructura a gran escala puede compensar la “escasez de capital” y
convertirse en una fuente para la acumulación de capital inicial. De
la misma manera, el subutilizado culto, los trabajadores cualificados
y los profesionales pueden proporcionar innovaciones y reformas
organizativas, que pueden aumentar la producción total y la
productividad.
Cualquier examen serio de la economía social de la mayor parte de
los países descubriría que hay múltiples fuentes nacionales de capital sin
necesidad de confiar en el capital foráneo. Estas fuentes tienen todas la
ventaja de elevar los índices de inversión de capital sin las incertidum-
bres políticas, vulnerabilidades económicas y desigualdades sociales que
acompañan al capital extranjero.
VENTAJAS DEL
CONTROL PÚBLICO POR INSPECCIÓN OBRERA (WEPC)*
*
WEPC es la abreviatura inglesa de Worker-Engineer Public Control. [N. del T.].
*
CEO es la abreviatura inglesa de Chief Executive Officer, lo que equivale a ‘Director
Ejecutivo’ en español. [N. del T.].
una clase obrera políticamente culta que esté expuesta al debate público,
son el mejor antídoto contra el burocratismo incipiente.
La indisciplina del trabajador no “debería” ocurrir bajo el WEPC,
pero sucede o sucederá: algunos trabajadores tratarán de disminuir su
trabajo oficial para continuar haciendo “cáncamos”; otros se aprovecha-
rán de un régimen laxo o de la manifiesta ausencia de sanciones e incre-
mentarán el absentismo o las bajas por enfermedad; otros pueden ser
permanentemente lentos o negligentes a la hora de cumplir con sus obli-
gaciones y descuidar el control de la calidad. La educación social sobre
los derechos y responsabilidades debe ser inculcada a todos los trabaja-
dores, apoyada por sanciones que incluyan la pérdida del salario, las
ventajas y el despido sin sueldo para los infractores crónicos. Una com-
binación de gratificación y multas deberá continuar durante un tiempo
indefinido, pues de otra manera la mayor parte de los trabajadores ten-
drían que sobrellevar cargas sociales suplementarias debido a una mino-
ría de gandules.
Mientras la economía del WEPC opere en una plaza del mercado ca-
pitalista mundial, las empresas deben combinar unas relaciones sociales
de producción más humanas con la mejora de la competitividad. Todo
WEPC de cualquier tamaño, recurso básico, proximidad a los centros
imperiales, nivel y diversidad de la producción, necesita invertir en in-
vestigación y desarrollo (I + D), alentar las innovaciones en productos
farmacéuticos, tecnologías, productos de calidad, etc. para estar en dispo-
sición de tener productos comerciales a precios competitivos. Debería
haber producción especializada en los países con favorables dotaciones
en cuanto a situación, recursos básicos o cualificaciones. Los aumentos
de productividad deberían reducir las horas y los años de trabajo, ampliar
el tiempo para las actividades de ocio y descanso, proporcionar oportuni-
dades para prolongar la formación así como el tiempo de calidad para las
relaciones personales, familiares y amistosas. Sin innovaciones y com-
petitividad constantes, las pérdidas del mercado obstaculizarán seria-
mente el crecimiento de relaciones sociales humanas.
La socialización de la producción no cambiará automáticamente las
desigualdades en las relaciones raciales y sexuales entre los trabajadores
y profesionales. Una ‘revolución cultural’ concertada, basada en iniciati-
vas legales, educativas y gubernamentales será necesaria para comenzar
el proceso de transformación del racismo y el sexismo institucional y de
los comportamientos en todas las esferas de la producción, el consumo y
CONCLUSIÓN
La cruzada internacional
contra la corrupción: una respuesta crítica
The International Anti-Corruption Crusade : A Critical Response
INTRODUCCIÓN
1
El Banco de Desarrollo Interamericano es probablemente el contribuyente más espléndido a los
programas de gobernación en Centroamérica (ver <http://www.iadb.org/exr/topics/modstate.htm>).
No obstante, el Banco Mundial también tiene una cartera de proyectos relacionada
(orquestada bajo los auspicios de su Grupo de Sector Público formado en 1997: ver
<http://www1.worldbank.org/publicsector/>). Así mismo, la USAID también ha apoyado
programas de gobernación en varios países. En Nicaragua, por ejemplo, se programaron
proyectos USAID para el ‘Imperio de la Ley y el Buen Gobierno’ por valor de 43,6 millones
de dólares US entre 1998 y 2003 (ver <http://www.usaid.org.ni/devprogfeb2002.htm>). Estos
proyectos han sido apoyados por otros programas financiados (entre otros) por gobiernos
concretos de Europa y Asia (Taiwan, por ejemplo), la Unión Europea y el Programa de
Desarrollo de las Naciones Unidas.
4
Hay una excepción. Costa Rica ha registrado constantemente índices de transparencia
mucho más altos que sus vecinos (40º en 2001); aunque informes recientes sugieren que la
corrupción también puede estar en aumento allí (Gutierrez 2001).
5
Los ejemplos incluyen la corrupción política presente en el vaciamiento del poder político
durante el pacto con Daniel Ortega y el FSLN (hay una cobertura substancial del pacto en
varias ediciones de Envio y Confidencial durante los últimos años); el socavamiento de las
instituciones que podían haber impedido el continuo uso personal de los recursos del Estado
(sobre todo la Contraloría General: ver El Nuevo Diario, 8-XI-1999); la cuantiosa
malversación de fondos públicos probada contra socios cercanos, tales como Byron Jerez
(Bodan 2000a; Miami Herald, 22-V-2000); evidencias crecientes de procedimientos
manipulados en la licitación de contratos, evasión fiscal y quiebras fraudulentas (Envio
2002) y la enorme fortuna personal de Alemán amasada durante su etapa oficial.
6
Donantes individuales expresaron fuertes reservas acerca de los niveles de corrupción de
los gobiernos nicaragüenses en los primeros meses que siguieron al Mitch (Vukelich 1999)
y, después de Estocolmo, diversos proyectos particulares fueron abandonados cuando los
donantes descubrieron irregularidades (e.g. Dinamarca – La Tribuna, 2-XI-1999), mientras
el desembolso de las cantidades de otros proyectos fue retrasado por temor a la corrupción
(El Nuevo Diario, 23-X-1999; La Prensa, 29-X-1999). Además, se plantearon nuevas
reservas en el mismo sentido antes de la aceptación de Nicaragua en la Iniciativa de Países
Pobres Altamente Endeudados (HIPC). Por ejemplo, en septiembre de 1999 el FMI tomó el
acuerdo sin precedentes de condicionar su apoyo al progreso de la lucha contra la
corrupción (Envio 1999). Finalmente, incluso el embajador de EE. UU., Oliver Garza,
comenzó a presionar a Alemán sobre las cargas de la corrupción en marzo de 2000. Todas
las advertencias y amenazas, sin embargo, parecen haber tenido muy poca influencia en el
comportamiento de la administración Alemán.
7
Para Nicaragua, los ejemplos incluyen: Seligson (1997 y 1999) realizado para la USAID;
CIET International (1998, citado en Langseth y Pezullo 2000) realizado para el Banco
Mundial y la vicepresidencia de Nicaragua; una encuesta de negocios realizada por M&R
Consultants para Confidencial (Bodan 2000b) y una variedad de exámenes realizados por
el IEN (Instituto de Estudios Nicaraguenses) – ver <http://www.ibw.com.ni/~ien/>.
8
A continuación discutimos con más detalle ese acercamiento a la búsqueda del rédito.
10
Lógicamente, el Banco omite establecer cualquier conexión entre el crecimiento en la
dimensión del problema y el impacto de las reformas económicas que ha ‘inspirado’ por
todo el mundo durante el mismo período.
11
Los ejemplos incluyen la quiebra del sistema político italiano a principios de los años
noventa, las acciones practicadas contra Jacques Chirac y Helmut Kohl y las alegaciones
del ‘efectivo para preguntas’ [cash for questions] que desempeñaron un papel importante en
la derrota de los conservadores en las elecciones británicas de 1997.
12
Para exámenes más detallados de este punto, ver Morris (1999).
13
El índice se basa en las percepciones de personas «que trabajan para empresas e
instituciones multinacionales del nivel al cual la corrupción impacta en la vida comercial y
social» (Heywood 1997: 425). Estas opiniones son trazadas a partir de observaciones reali-
zadas por diversos consultores internacionales del riesgo y respuestas anónimas a encuestas
individualizadas de la propia Universidad de Gottingen. Esto tiene dos implicaciones parti-
culares. Primero, las evaluaciones de TI se fundan substancialmente (aunque no exclusiva-
mente) en percepciones de elites internacionales y regionales. Segundo, como precisa Hey-
wood (1997: 425), algunas observaciones se basan en un número muy pequeño de encues-
tados (como mucho, tres por país para una fuente), con el resultado de que una ausencia de
datos significa que una amplia gama de países queda excluida de las listas en años determi-
nados (e.g. Nicaragua en 2000 y Kenya en 1997).
14
Algunas de las críticas pueden ser respondidas por la publicación del nuevo informe
annual de TI, el Global Corruption Report, presentado en octubre de 2001 a la X Conferen-
cia Internacional Anticorrupción celebrada en Praga (Transparency International 2001b).
15
Hawley (2000) plantea una discusión interesante sobre la falta de responsabilidad del
Banco Mundial en la inspección de sus propias actividades. Esto advierte de los impactos
masivos del cabildeo en la distribución del 45% de las actividades del Banco que están
sujetas a una oferta internacional competitiva. Indica también que las firmas que auditan los
proyectos del Banco son con frecuencia las mismas que establecieron los sistemas
financieros del propio Banco.
de las reformas han aumentado la distancia entre los cada vez más
tecnificados asuntos del gobierno y la tarea de satisfacer las necesidades
básicas de los pobres. En una línea similar, no está claro cómo una
burocracia estatal que ha sido severamente reducida, que está pobremente
remunerada y que es tratada como un ‘enemigo’ por parte de las moder-
nizantes fuerzas neoliberales, va a ser un recurso más eficaz en la lucha
contra la corrupción que empleados estatales seguros y estimulados que
carezcan de motivos para meterse en una corrupción de poca monta16.
Además, la liberalización de los mercados financieros ha servido para
que las personas ya no tengan que proporcionar justificación económica
alguna para sus transacciones de dinero, lo cual ha hecho que los frutos
de las actividades de la corrupción sean más difíciles de rastrear.
Desgraciadamente, es muy frecuente que el papel de los agentes in-
ternacionales en la conformación de la naturaleza de las prácticas de co-
rrupción también sea pasado por alto17. En el propio lenguaje del Banco,
la expansión y liberalización exterior, el comercio y la inversión pueden
actuar como fuentes importantes para los comportamientos que buscan
ganancias. Tal vez el ejemplo más evidente de las oportunidades que han
suministrado las reformas económicas a las actividades de corrupción sea
el amplio número de privatizaciones de empresas y servicios del Estado.
Hay abundantes casos en que los servicios públicos fueron vendidos an-
tes de redactarse algún marco regulador aplicable a la venta; resultaron
así procesos de licitación corruptos conocidos por todos, robo de activos,
ventas a valores muy inferiores a los del mercado y otros casos por el es-
tilo (Bayliss 2000). Por su parte, Williams (2000: xii) afirma que «en
muchos casos, la privatización ascendía a poco más que los robos autori-
zados de la propiedad estatal». Además, una vez que los servicios públi-
cos han sido privatizados, los nuevos sistemas de contratación externa y
aseguramiento de concesiones abren gran cantidad de oportunidades para
el soborno y las ganancias ilícitas (ver Hall 1999). De esta manera, la
16
El propósito de la motivación se desmonta, además, cuando los empleados del Estado ven
los altos salarios pagados a los ‘expertos’ externos traídos bajos los auspicios de los
préstamos de ayuda técnica a las instituciones.
17
Una excepción a esto es el reciente trabajo dentro de la investigación del Banco Mundial
sobre el gobierno, que ha comenzado a explorar las vías por las cuales las grandes firmas
están en disposición de adquirir beneficios privados del Estado (ver Hellman, Jones y
Kaufmann 2000).
CONCLUSIONES
Para concluir esta breve revisión del tema, creemos que la explosión
de las actividades anticorrupción en los últimos años, a pesar de los in-
dudables beneficios que se han derivado de la iluminación de un pro-
blema largamente descuidado, muy improbablemente llevará a resultados
significativos. Desde nuestro punto de vista, esto se debe a que el diseño
de tales programas (como es el caso de la totalidad de la agenda del
‘Buen Gobierno’) se ha levantado sobre bases muy frágiles. En primer
lugar, se abstraen de los contextos políticos y económicos concretos,
concediendo a las normas burocráticas occidentales el carácter esencial
de normas universales. Segundo, identifica inútilmente la corrupción
como causa de los ‘fracasos’ de la política y del desarrollo, en vez de
verla como una consecuencia. Esto impide observar los impactos que
otras políticas, derivadas de la misma orientación neoliberal, pueden te-
ner en la incidencia de la corrupción. Tercero, y como propone Szeftal
(1998: 420) en un contexto muy diferente, los promotores internacionales
del ‘Buen Gobierno’ han socavado el verdadero «desarrollo institucional
BIBLIOGRAFÍA
18
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LANGSETH, P., y D. Pezzulo. 2000. Corruption in Nicaragua:
Analysis and Suggestions for next steps [en línea]. Ponencia preparada
RAIMUNDO CUESTA
...Los bienes culturales que abarca con la mirada [el materialista histórico],
tienen todos y cada uno un origen que no podrá
considerar sin horror. Deben su existencia no sólo al esfuerzo
de los grandes genios que los han creado, sino también
a la servidumbre anónima de sus contemporáneos. Jamás se
da un documento de cultura sin que lo sea a la vez
de barbarie. E igual que él mismo no está libre de barbarie,
tampoco lo está el proceso de transmisión
en que pasa de uno a otro. Por eso el materialista histórico
se distancia de él en la medida de lo posible. Considera
cometido suyo pasarle a la historia el cepillo a contrapelo.
(W. Benjamin, Tesis de Filosofía de la Historia. Discursos interrumpidos I).
Abstract. The aim of this paper is to present several reasons and lines of thought
that make possible and advisable right here and now to use historical criticism of
the school in the age of capitalism. In order to do so, we take a genealogical and
ambivalent view of the relationships among the State, the Church and the
education processes, challenging the transcultural consensus according to which
schooling institutions follow a continuous trend towards progress, prosperity and
endless happiness. Radical traditions and a certain heuristics of suspicion allow
for a historical research approach which is not satisfied with our current
education system. In this context, we advocate a critical didactics capable of
nourishing the desire to have a different school and a different society.
Key words: Genealogical method, modes of education, critical didactics,
education criticism and critical education.
1
Mi libro (Cuesta 2005a), titulado Felices y escolarizados, lleva precisamente el subtítulo
de Crítica de la escuela en la era del capitalismo, y en este artículo pretendo efectuar una
explicación de las explicaciones que allí se dan, una suerte de metaexplicación que
contribuya a dar cuenta de la razón de mis razones.
2
El término griego scholé se remite a ‘descanso’, ‘inactividad’, ‘ocio’. El helenista
norteamericano Moses I. Finley (1977: 299-300) ha sabido captar perfectamente la relación
del concepto con el ethos de las clases dominantes de la sociedad esclavista.
3
Véase Agustín Escolano (2000: 17), donde junto al texto se muestran, tomadas de una
edición facsímil de 1970, en Praga, las figuras que representan el espacio escolar que
describe con palabras. Libro, por otra parte, muy recomendable de este historiador hispano.
4
«Llamo escuela, que perfectamente responde a su fin, a la que es un verdadero taller de
hombres, es decir, aquella en la que se bañan las inteligencias de los discípulos con los
resplandores de la Sabiduría para poder discurrir prontamente por todo lo manifiesto y
oculto (como dice el libro de la Sabiduría, 7.17); en la que se dirijan las almas y sus afectos
hacia la universal armonía de las virtudes y se saturen y embriaguen los corazones con los
amores divinos de tal modo que todos los que hayan recibido la verdadera sabiduría en
escuelas cristianas vivan sobre la tierra una vida celestial. En una palabra; escuelas en las
que se enseñe todo a todos y totalmente» (Comenius 1986: 82).
5
Este subtítulo seguido de un largo párrafo y un prólogo consta en la primera edición
española del texto realizada por Saturnino López Peces (Madrid, Editorial Reus, 1922) e
incomprensiblemente desaparecido de la reedición, con Introducción a cargo de Mariano
Fernández Enguita, publicada en editorial Akal en 1986. Para contextualizar la obra de
Comenius, vid. James Bowen (1985: 127).
6
Immanuel Kant, en sus fragmentarios escritos pedagógicos, muestra ya una horma discursiva
que ha embebido el sentido común respecto al vocablo “disciplina”: «la disciplina convierte la
animalidad en humanidad» y «el que no es ilustrado es necio, quien no es disciplinado es
salvaje. La falta de disciplina es un mal mayor que la falta de cultura; ésta puede adquirirse
más tarde, mientras que la barbarie no puede corregirse nunca» (Kant 2003: 29 y 32).
7
Dice Isidoro de Sevilla, en sus Etimologías, que «el término disciplina tomó su nombre de
discere (aprender), ya que nadie scit (sabe), sino el que discit (aprende)», y añade una cu-
riosa distinción que legitima con la autoridad de Platón y Aristóteles, entre disciplina y
arte: «Cuando algo se razona con argumentos indiscutibles, pertenecerá al campo de la dis-
ciplina; se hablará, en cambio, de arte, cuando lo que se debate es verosímil y opinable»
(Isidoro de Sevilla 2000, I: 277). Y ya se sabe... lo indiscutible por fuerza ha de ser im-
puesto.
un mundo ultraterreno, bien los de los estados que, desde las revolucio-
nes liberales, incrustaron el derecho a la felicidad en sus códigos legis-
lativos. Hasta cierto punto, la historia de la institución escolar del capita-
lismo ha discurrido entre Scilla y Caribdis, entre la Iglesia y el Estado.
Ambas, a menudo, lucharon entre sí por la imposición de un modelo de
sujeto sumiso y culpable. El individuo de la modernidad se forja así, en
tanto que sujeto mónada capaz de pensarse a sí mismo, entre la interiori-
zación de la culpa religiosa y la responsabilidad ciudadana, entre la sumi-
sión a Dios o al César. Los heraldos de la educación obligatoria, como
Lutero, percibieron tempranamente que si se podía obligar a empuñar las
armas para la guerra más todavía debía ser impuesta la asistencia escolar
pues en tal negocio se libraba «una guerra aún más terrible contra el sa-
tánico demonio»8. El sujeto escolarizado resulta así una encarnación del
hombre cristiano, semper peccator, marcado por la culpa y la búsqueda
de la redención por la gracia escolar. Pero también constituye la arcilla
blanda para inscribir en su cuerpo y marcar en su alma los signos que
permiten la erección y funcionamiento del Estado-nación. Según transcu-
rre el tiempo, el Estado, sin apartarse en lo esencial del molde de escuela
inventada por los clérigos, se va apropiando de una función de regulación
de las poblaciones conforme a una promesa de salvación terrenal y feli-
cidad material sin cuento. Es muy frecuente, muy especialmente en paí-
ses como España donde sólo hubo una y muy verdadera Iglesia, que,
cuando se estudia la historia de la educación, desde posiciones “progre-
sistas”, este cambio de patrón escolar se intuya como una conquista de
singular trascendencia. Por fin, el Estado constitucional y la escuela laica
habrían transportado, después de vicisitudes sin tasa, a la ciudadanía a un
horizonte de dicha sin límites. Desacralizado el artificio comeniano y re-
cuperadas las esencias republicanas de los primeros proyectos educativos
de la Revolución francesa, algunos de los cuales evocan el estremeci-
miento de los campos de concentración o los denostados precedentes de
la educación militarista espartana9, se accedería, por fin, a la soñada con-
8
Se trata de un fragmento de la obra de Martin Lutero Sermón sobre la necesidad de
mantener los niños en la escuela (1530), tomado de A. Querrien (1994: 14).
9
Me refiero al plan educativo del marqués de Saint-Fargeau, cuya propuesta, en 1793, de
crear établissements d´éducation nationale, repartidos estratégicamente por campos y
ciudades, en donde se impartiera una enseñanza común a todos los niños y niñas representa
una exaltación y consagración laicista del internado moderno. Las llamadas casas de la
igualdad donde, gratuita y obligatoriamente, se forjaba la moral cívica constituían una
quista del derecho a la educación que hoy ofrece el actual Estado social y
democrático de derecho10.
Pero si la sospecha respecto a la escuela gobernada por las iglesias
entra en el terreno de lo razonable, resulta curioso cómo ese mismo pro-
cedimiento crítico se desvanece cuando es el Estado capitalista quien
toma las riendas de la vida escolar. Entonces ocurre como si para la doxa
liberal-democrática el Estado fuera una instancia neutral de la vida so-
cial, como si, una vez más, la cosa (el Estado) se hubiera embebido de
razón ocultando su indigno origen:
Una horda cualquiera de rubios animales de presa, una raza de
conquistadores y de señores, que organizados para la guerra, y
dotados de la fuerza de organizar, coloca sin escrúpulo alguno sus
terribles zarpas sobre una población quizás tremendamente superior
en número, pero todavía informe, todavía errabunda. Así es, como en
efecto, en la tierra se inicia el “Estado”: yo creo que así queda
refutada aquella fantasía que le hacía comenzar con un “contrato”
(Nietzsche 1984: 98).
En efecto, lo del “contrato” constituye poco más que una fantasía teó-
rica absolutamente vacua. Una cosa es lo que dice el liberalismo sobre lo
que es el Estado y otra cosa lo que realmente es. En efecto, el Estado
moderno representa una construcción política que perfecciona y amplía
considerablemente los espacios de intervención del antiguo aparato ins-
titucional absolutista. Lejos de ser progresivamente menos intervencio-
nista, como a menudo se dice, absorbe cada vez más facetas de la socie-
dad civil y esa apropiación se verifica en nombre de una racionalidad
dominadora de carácter burocrático, que se sustenta en la neutral probi-
dad de un ejército de expertos y en la gestación de subjetividades capaces
de soportar y tatuar en sus propios cuerpos las condiciones de domina-
ción. Las sociedades disciplinarias y de control del capitalismo tardío son
la desembocadura de un largo y contradictorio proceso de extensión de
11
Ya el lector o la lectora avisados habrán podido colegir que utilizo libremente conceptos
procedentes de las formulaciones de Michel Foucault (1984 y 1998) a propósito de la géne-
sis de las sociedades disciplinarias, y de Gilles Deleuze (1999) en relación a cómo esas so-
ciedades se tornan más sutiles a través de un control cada vez más invisible, éste último
consustancial a lo que llamo actual sociedad educadora y su correlativo Estado evanes-
cente.
12
Lo que creo haber demostrado en la historia de España, comparando la evolución y
distribución del gasto público, que se incrementa hasta llegar tardíamente al modelo de
Welfare State, al mismo tiempo que se dirige cada vez más hacia sectores no directamente
represivos (sanidad, educación y otros): vid. Cuesta (2005a: 209-217).
y merece todavía hoy, pese a quienes ofuscados por los dones (el saber) y
los favores meritocráticos (el ascenso social) que a veces concede, una
crítica histórica a propósito de su significado. Y ello porque, entre otras
razones, los prejuicios complacientes y acríticos sobre la historia de la
escuela siguen en pie y su erosión está lejos de remitir, a pesar del
recurrente y aburrido tópico mediático y académico sobre la crisis de la
institución escolar. Tal persistencia ha cabalgado sobre el omnipresente
mito de la continuidad histórica (Citron 1982) esgrimido una y otra vez
por los apologistas de una concepción “progresista” del progreso. Ayer y
hoy, tal narrativa feliz acerca de la explicación del desarrollo histórico de
la escuela en la era del capitalismo se despliega en dos paradigmas
dominantes: el economicismo y el ideal-progresismo. Haz y envés de la
feliz escolarización.
El economicismo constituye una auténtica peste negra (mortal y
recurrente) de los teóricos sociales dedicados a relacionar la escuela con
las teorías de la modernización. Este paradigma, verdadera doxa
académica de los intelectuales que ocupan el campo de la educación, se
ha convertido también en la razón económica de las ideologías prácticas
y de sentido común, que representan la educación como un capital
personal y social, una inversión rentable y un medio de ascenso social, de
igualdad de oportunidades y de otros supuestos beneficios de una
felicidad social e individual sin barreras. Así, aplicando este molde
retrospectivamente, los especialistas en el campo de la educación más
comprometidos en difundir las teorías economicistas de la modernización
y de capital humano están ayudando a edificar un entramado de verdades
incompletas, acríticas, y mistificadoras de la escuela del capitalismo y de
los procesos de escolarización, que se presentan casi exclusivamente bajo
el único signo de la riqueza, la prosperidad y la felicidad.
El análisis de la escuela del capitalismo y del proceso de
escolarización queda así apresado bajo la racionalidad de un prejuicio
antropológico, el del homo oeconomicus. Metamorfoseado el sujeto de la
acción social en un optimizador de resultados individuales de carácter
material, inventado el mercado como burbuja protectora de las elecciones
libres y racionales, la escuela, entendida como inversión en capital
humano, no podría ser otra cosa que una imprescindible palanca de
prosperidad material de todos y fuente de felicidad individual y colectiva.
Así, desde la Ilustración hasta hoy, las representaciones de la escuela a
menudo se expresan, para utilizar literalmente dos célebres trabajos de
13
Éstos son los títulos de dos libros (Núñez 1992; y Tortella-Núñez 1993), que representan,
especialmente el primero de ellos, de forma sumamente ilustrativa la aplicación del
mencionado paradigma economicista a la historia de la educación en España. De ellos y de
sus implicaciones teóricas e historiográficas he dado detallada cuenta en Cuesta (2005a).
14
El canon de tal interpretación aplicada a la historia escolar en España creo que puede
apreciarse inmejorablemente en el conjunto de la obra de Manuel Puelles, que también es-
tudié con algún detalle (Cuesta 2005a), como ejemplo más preclaro del ideal-progresismo.
Uno de los últimos productos, excelente por cierto, de la concepción historiográfica del ci-
tado autor, puede consultarse en Puelles (2005).
15
Nadie mejor que Carlos Lerena (1976 y 1983) supo desentrañar las claves de esa
ambivalencia del sistema de enseñanza. La huella de su pensamiento está muy presente en
17
Una exposición muy pertinente acerca del potencial crítico de dichos intelectuales puede
consultarse en el libro ágil e inteligente de Enzo Traverso (2001).
18
Las condiciones que hicieron posible la incubación de los huevos de la serpiente son, sin
duda, complejas, pero demuestran históricamente cómo de una democracia liberal demo-
crática puede llegarse, por vía parlamentaria, a un régimen de terror indecible. Cabe recor-
dar a los albaceas de los santos laicos de la pedagogía hispana, que la República de Weimar
fue un avanzado laboratorio pedagógico de la nueva escuela y la nueva educación, en la que
tantos intelectuales, desde Platón a Kant, por lo menos, habían depositado una desmesurada
confianza, confundiendo, como de costumbre, el rábano con la hojas. Confusión muy evi-
dente en la vida de la ILE y durante el bienio reformista de la II República española.
19
Publicado originariamente en el exilio americano (1944) con el nombre de Fragmentos
filosóficos, apareció como libro en 1947 con el nombre de Dialéctica de la Ilustración. Las
citas las hago por Horkheimer-Adorno (1998).
20
Este es el subtítulo de una interesante obrita de Francisco Vázquez Díaz (1995). También
utilizo a menudo con provecho propio el libro de Javier de la Higuera (1999).
21
Mi aprendizaje, en una ósmosis muchas veces inconsciente, ha sido muy fructífero al
lado de la tradición de los historiadores marxistas británicos, especialmente de Edward P.
Thompson, que tanto insistió en las formas de dominación de clase y resistencia popular en
términos de luchas por la hegemonía cultural. Siguiendo su rastro he podido entrever las
formas históricas en España de oposición popular a la escolarización obligatoria como
respuestas culturales de clase dentro de una economía moral distinta a la de la burguesía.
Las aportaciones de los estudios culturales, superadores de marxismo más vulgar, muy
particularmente las obras de Raymond Williams, me ayudaron a entender las tradiciones
como estructuras profundas que marcan profundamente la acción, la percepción y las
emociones de los participantes en los procesos históricos.
22
Es discutible que la benjaminiana manera de captar el momento y el todo autorice, como
sostiene Josep Fontana (2001: 354), a pensar en un «nuevo tipo de historia total». La
historia total ya ha ejercido de paraguas para cosas tan distintas que quizás fuera mejor
hablar de “otra” historia.
23
El libro de Eduardo Terrén (1999), esa irresuelta contradicción entre las dos caras de la
escuela: utopía y poder. Vid. la interpretación sumamente interesante del paralelismo entre
el texto de Horkheimer-Adorno y Nietzsche en Rüdiger Safranski (2001: 369-371). Ya
Jürgen Habermas (1989), en una de sus doce lecciones contenidas en El discurso filosófico
25
El planteamiento genealógico sobre este tema y otros puede consultarse en la colección
Genealogía del poder de la Editorial La Piqueta. Por ejemplo, para la génesis de los
sistemas educativos, interesa Anne Querrien (1994), y sobre todo los coordinadores de la
misma Julia Varela y Fernando Álvarez-Uría (1991), asimismo el postfacio de la citada J.
Varela (1994) a la obra de A. Querrien.
26
Como he explicado con detalle en mi libro, entrelanzando la génesis de las edades de
obligatoriedad escolar, las de acceso al trabajo y las de imputabilidad penal de los menores.
Las tres edades normalizadoras (escolar, laboral y penal) dibujan la malla de posibilidades
discursivas y prácticas sociales que tejen las subjetividades y habilitan las instituciones
disciplinarias correspondientes (la escuela, la fábrica, la cárcel). Para una información más
precisa, véanse, por ejemplo, los cuadros que explican cómo, en el curso de la historia de la
educación en España, se van configurando las tres edades normalizadoras (Cuesta 2005a:
223, 237 y 243).
27
«Históricamente el proceso por el cual la burguesía ha llegado a ser en el curso del siglo
XVIII la clase políticamente dominante se ha puesto a cubierto tras la instalación de un
marco jurídico explícito codificado, formalmente igualitario y a través de un régimen de
tipo parlamentario y representativo. Pero el desarrollo y la generalización de los dispositi-
vos disciplinarios han constituido la otra vertiente, oscura, de estos procesos. Bajo la forma
jurídica general que garantiza un sistema de derechos en principio igualitario había, subya-
centes, esos mecanismo menudos, cotidianos y físicos, todos esos sistemas de micropoder
esencialmente inigualitarios y disimétricos que constituyen las disciplinas» (Foucault 1984:
224-225). Al respecto, la historia del derecho penal, la laboral y escolar (y sus correspon-
dientes teorizaciones, tales como la pedagogía o la psicología) forman un suelo único sobre
el que estudiar la escuela de ayer y de hoy. Por mi parte, he intentado un paralelismo entre
formas pedagógicas y modelos de justicia (liberal, proteccionista y educativo) y de edad
penal dentro de la sucesión de dos grandes fases de la educación en España: el modo de
educación tradicional-elitista (entre mediados del XIX-mediados del siglo XX) y el modo
de educación tecnocrático de masas (desde los años setenta del siglo XX hasta la actuali-
dad).
28
Esta recuperación genealógica de los clásicos es tarea practicada con reiteración y fortuna
en la obra de Fernando Álvarez Uría y Julia Varela (2004). Por otro lado, para mi
periodización de la historia de la educación española me ha sido de ayuda inestimable la
conceptualización weberiana acerca de la escuela como aparato de coacción psíquica y, en
general, sus tres modelos de legitmación, algunas de cuyas categorías empleo libremente en
la sucesión de lo que llamo modos de educación.
¿Por qué fui a buscar esta vieja palabra? Porque esta noción de habi-
tus permite enunciar algo similar a lo que evoca la noción de hábito,
al tiempo que se distingue en un punto esencial. El habitus, como in-
dica la propia palabra, es lo que se ha adquirido, pero se ha encarnado
de forma duradera en el cuerpo en forma de disposiciones perma-
nentes. La noción recuerda así constantemente que se refiere a algo
histórico, que está vinculado a la historia individual, y que se inscribe
en un modo de pensamiento genético, en oposición a modos de pen-
samiento esencialistas... Además, la escolástica incluía también bajo
el nombre de habitus algo así como una propiedad, un capital. Y, de
hecho, el habitus es un capital, pero que, al estar incorporado, se pre-
senta bajo la apariencia de lo innato. ¿Y por qué no decir hábito? El
hábito se considera espontáneamente como repetitivo, mecánico, au-
tomático, más reproductor que productor. Mientras que yo quería in-
sistir en la idea de que el habitus es algo potentemente generador. El
29
Por ejemplo, véase Julio Ruiz Berrio (ed.) (2000), o más recientemente en la misma
editorial y colección la recopilación dirigida por Manuel Ferraz (ed.) (2005). El término
“cultura escolar” propuesto por Dominique Julia, en efecto, ha tenido una acogida muy fa-
vorable, unas veces usado en singular y otras en plural (un muy sobresaliente empleo se re-
fiere al estudio de las materias de enseñanza, tal como hace André Chervel (1998) entre los
más eminentes historiadores de la educación. Por su parte, Antonio Viñao (2001) tuvo oca-
sión de describir con detalle los límites y peligros del término cultura escolar. Para una
comprensión más amplia del significado y actualidad de la historia cultural a través del es-
tudio de la obra de ese excelente historiador puede leerse el trabajo de Raimundo Cuesta y
Julio Mateos (2002).
30
Cuando escribía este texto aparecieron sendos artículos en El País (27 de julio y 7 de
agosto) de Fernando Álvarez-Uría (“Londres: otros tiempos difíciles”) y Mario Vargas
Llosa (“Hacerse el sueco”), que nos invitaban a proseguir, en el primer caso, apuntalando el
Welfare State (como los londinenses en plena guerra bajo el mandato de Wiston Churchill),
y, en el segundo, a todo lo contrario, a hacer como los suecos (a “hacernos los suecos”),
desmantelando y olvidando el viejo jardín de su Estado de bienestar. Ambas posiciones
antagónicas niegan, sin embargo, lo mismo: la crítica radical (y global) del Estado y el
capitalismo en el mundo actual, que, ya se imaginará el lector, no puede ser solo cosa de
londinenses o suecos.
31
Fedicaria es una federación de grupos de renovación pedagógica de toda España que
funciona como plataforma de reflexión y práctica colectivas de profesorado de todos los
niveles educativos empeñados en la búsqueda de espacios públicos para emplear la escuela
críticamente, es decir, para actuar contra la misma lógica de la institución escolar. En esta
federación se simultanea la investigación de tipo académico en formato, por ejemplo, de
tesis doctorales, con múltiples intervenciones, encuentros, producción de materiales
didácticos, etc. El lector o lectora interesados en conocer su trayectoria y producción
intelectual en sus diez años de vida puede consultar su página web (www.fedicaria.org) o
los números de su anuario, titulado Con-Ciencia Social, editado por Díada (Sevilla). Lo que
aquí digo sobre didáctica crítica, que por razones de espacio sólo queda meramente
esbozado, puede verse con mucha mayor amplitud en dos artículos publicados en nuestra
revista (Cuesta 1999, y Cuesta y otros 2005), especialmente el segundo de ellos firmado por
mí mismo y otros cuatro colegas que dentro de Fedicaria desarrollamos el Proyecto
Nebraska, que coordino y del que han salido ya dos libros (Cuesta 2005a; Merchán 2005),
dentro de un colección, Educación, historia y crítica, dirigida por Juan Mainer, uno de los
integrantes del mencionado proyecto.
ciales se solucionan con más escuela, más educación y más infancia in-
fantilizada. En cierto modo, esa tradición pedagógica ha reducido, si-
guiendo la estela platónica que asimila el conocimiento a la virtud, el
cambio social a un problema de difusión del conocimiento, como si cual-
quier tipo de conocimiento llevara ineluctablemente las señas de la
emancipación de las clases y otros grupos sociales subalternos.
Por tanto, es necesaria la crítica para actuar; no para invitar a la
resignación, aunque quien aumenta su ciencia, decía Descartes, aumenta
su dolor. En efecto, el conocimiento crítico nos libera de la ignorancia y
de las fantasmagorías con las que se mecen nuestros ingenuos sueños,
por ejemplo a propósito de lo que sea la institución escolar, pero al
tiempo nos arrebata la inocencia y nos sitúa ante la cruel cara del devenir
humano. En ese momento de angustia, allá lejos en el horizonte se dibuja
la trémula y prometeica esperanza de poder esgrimir un saber
desmitificador como herramienta para la acción colectiva; es entonces, y
sólo entonces, cuando se vislumbra una suerte de «utopismo racional
capaz de jugar con el conocimiento de lo probable para lograr que ocurra
lo posible» (Bourdieu 2000b: 78). Ese utopismo racional rechaza la
existencia de “una” alternativa escolar o pedagógica, que, una vez
descubierta por la razón, conduzca inexorablemente a la salvación, o que
sirva de norte seguro para reconciliar, de una vez por todas, la teoría con
la práctica. En esta perspectiva angustiosa que admite la contradicción y
la aporía como atributos del pensar y el hacer, y no en el de la mera
autocontemplación o el simple uso instrumentalista del conocimiento, se
sitúa el trabajo intelectual del que reclamo la condición de crítico.
De ahí que la concepción de la didáctica que conviene a esta manera
de pensar huya del sesgo tecnicista y metodologista que habitualmente se
asocia a esta palabra. Para mí la didáctica crítica representa una actividad
teórico-práctica muy lejana a la que se aloja en los nichos académicos
donde tal saber encuentra justificación y funcionarios a su servicio. Y así
como la crítica de la escuela no puede ser desgajada de la crítica de la
cultura (de la mentira, de la tartufería y la barbarie que tradicionalmente
se ha alojado tras esa palabra), tampoco la didáctica es nada fuera de una
determinada política de la cultura. Esta política de la cultura consiste en
una suerte de repolitización, de devolución a la arena de la polis, del
campo de fuerzas donde se relacionan, en sucesivos círculos envolventes,
la cultura, la escuela y la didáctica. Se trataría, como habitualmente re-
cuerda Apple (2002), de reordenar las estrategias de poder y saber dentro
32
En efecto, a veces siguiendo una senda etimológica errónea, como indica Moses I. Finley
(1977: 307), el adjetivo latino liberalis se derivaba, en la tradición cristiana postclásica, de
liber, en su significado de ‘libro’, y no en su genuina y prístina significación de ‘libre’. Por
ejemplo, Isidoro de Sevilla, en el siglo VII, distingue dentro de las letras latinas entre
“comunes” (las necesarias para leer y escribir) y “liberales”; estas últimas «son las que
conocen quienes redactan libros y practican el arte del bien hablar y declamar» (Isidoro de
Sevilla 2000, I: 282-282). Claro que precisamente éstos eran los hombres libres (hombres y
libres) de la antigüedad capaces de disponer de su tiempo y formación ejercitándose en la
economía de un calculado ocio a costa de las clases serviles. Cierto que el carácter libresco
de las artes liberales fue creciendo y convirtiéndose en signo de distinción a medida que se
insertaron en los niveles educativos no primarios de la escuela en las primeras fases del
capitalismo y durante el modo de educación tradicional elitista.
33
El concepto acuñado por Fernando Bárcena (2004) alude a la dificultad que entraña el estu-
dio de las experiencias extremas como el Holocausto, que nos obligan a que nuestro alumnado
entienda una cierta captación de lo inhumano de la historia humana, de modo que el estudio
del pasado, en cierta manera, nos enfrenta a todos, con una recurrente decepción ante el com-
portamiento de nuestros congéneres. En tal sentido, la decepción posee un alcance crítico.
BIBLIOGRAFÍA
D-learning =
tecnología + educación + desarrollo
D-learning = Technology + Education + Development
INTRODUCCIÓN
BIBLIOGRAFÍA
<http://inet2002.org/CD-ROM/lu65rw2n/papers/u02-a.pdf>. [Consulta:
30-IX-2005].
PEÑA LÓPEZ, Ismael. 2001. «La coordinación y el trabajo en red.
Gestión de las ONG, proyectos y formación webcéntricos: el Campus for
Peace» [en-línea]. Disponible en:
<http://www.uoc.edu/web/esp/art/uoc/penal201/penal201.htm>.
[Consulta: 30-IX-2005].
PEÑA LÓPEZ, Ismael. 2002. «Cooperación y voluntariado en red».
Documentación Social: Trabajo en Red 129:187-203. Madrid: Cáritas.
PEÑA LÓPEZ, Ismael. 2005. «E-learning for Development: a model»
[en-línea]. Disponible en:
<http://www.ictlogy.net/ictlogy/articles/ismael_pena_elearning_for_deve
lopment.pdf>. [Consulta: 30-IX-2005].
[\
Para la elaboración del presente artículo han servido como base los materiales
proporcionados por la profesora Barbara Fillip del Knowledge for Development
(LLC), en su Curso ICT4D: Information and Communication Technologies for
Development.
BÁRBARA KRISTENSEN
I. DEFININDO OS JOGADORES
1
Costuma-se traduzir Rayuela, em Português, como o jogo da amarelinha. A edição
traduzida desta obra de Cortázar tem esse nome, inclusive. Para este artigo, respeitando a
língua original, nos baseamos na edição em língua espanhola da editora Cátedra.
2
Cf. Vidal (1994: 45).
3
Cf. Said (2003: 50).
4
Apesar de explicarmos adiante cada um desses conceitos, vale já introduzi-los para melhor
compreensão dos objetivos da pesquisa: por dialogismo, estamos considerando a construção
– dialógica – que existe da existência, e conseqüentemente, da linguagem do ser humano.
Isto é, como ele (e seu discurso) se constrói através da visão de mundo que possui e através
da sua autovisão. Já a intertextualidade, a estamos considerando como a presença dos
variados textos na composição do discurso. Tal conceito acaba trazendo à tona o de
polifonia, que é justamente a explicação para essas as vozes que compõem os enunciados e,
por fim, plurilingüismo, que é, de certa forma, a perspectiva lingüística dessa variedade de
vozes nos discursos produzidos. Tais conceitos, trazidos à tona por Bakhtin, foram
abordados de maneira mais ampla essencialmente nas obras Marxismo e filosofia da
linguagem, Problemas da poética de Dostoievski, Questões de literatura e estética e
Estética da criação verbal.
5
Dentre muitas outras, Rodríguez Monegal (1972b) cita obras e autores que, anteriores ou
presentes conjuntamente com Rayuela e Cortázar, são considerados pilares do boom: Pedro
Páramo (1955), de Juan Rulfo; El sueño de los héroes (1954), de Adolfo Bioy Casares; La
región más transparente (1958), de Carlos Fuentes; Los ríos profundos (1959), de José
María Arguedas; 62, Modelo para armar (1968), de Cortázar; de Mario Vargas Llosa La
ciudad y los perros (1964), La casa verde (1966) e Conversación en la catedral (1968); de
José Lezama Lima, Paradiso (1966); de García Marquez (1967) Cien años de soledad.
6
Rodríguez Monegal (1972b) comenta a respeito do impacto de Rayuela, essencialmente
no que concerne à estrutura “externa e interna” da narrativa, chegando inclusive a enumerar
três obras posteriores que refletiram mais intensamente as influências desta obra. São elas:
Cambio de piel (1966), de Carlos Fuentes, Conversación en la catedral (1968), de Mario
Vargas Llosa, e El obsceno pájaro de la noche (1970), de José Donoso.
7
Octavio Paz (2000: 36), a respeito disso, comenta: “De esa conciencia ha nacido Rayuela,
del ‘sentimiento continuo de estar en un mundo que es lo que debería ser’”.
8
Cf. Pereira (1985: 93).
9
A morte encontra-se narrada no capítulo 28 da obra, apesar de haver muitas outras
referências nos capítulos subseqüentes.
10
Ainda que se faça referência a esse “triângulo” em outros capítulos, é no 56 que,
principalmente Talita e Oliveira e, posteriormente, Talita e Travelver, se dão conta da
profundidade do relacionamento dos três. Pereira (1985), em sua obra Deseo y escritura (v.
Referências) usa todo um capítulo para descrever o processo de triangulação em Rayuela.
11
Conforme citamos na introdução a este artigo, a tradução para o título da obra de
Cortázar é justamente esta.
12
Julgamos ser importante, aqui, explicar como funciona, para Oliveira, o jogo da
amarelinha, conforme citado no capítulo 36, já que se difere, em alguns aspectos, da
maneira como se joga no Brasil:
“La rayuela se juega con una piedrita que hay que empujar con la punta del zapato.
Ingredientes: una acera, una piedrita, un zapato, y un bello dibujo con tiza, preferentemente
de colores. En lo alto está el Cielo, abajo está la Tierra, es muy difícil llegar con la piedrita
al Cielo, casi siempre se calcula mal y la piedra sale del dibujo. Poco a poco, sin embargo,
se va adquiriendo la habilidad necesaria para salvar las diferentes casillas (rayuela caracol,
rayuela rectangular, rayuela de fantasía, poco usada) y un día se aprende a salir de la Tierra
y remontar la piedrita hasta el Cielo, hasta entrar en el Cielo (...)” (Cortázar 2000: 367).
13
Cf. Pereira (1985).
14
Cf. Idem, Ibidem: 92.
15
Rodrigues Monegal (1982) comenta a respeito do exílio na literatura hispano-americana:
“El tema de exilio y literatura es el tema de la literatura latinoamericana. La literatura
latinoamericana ha sido siempre exiliada. Cuando las circunstancias políticas ayudan, esto
resulta más notorio”. Costuma-se considerar que já a partir do século XIX a literatura
latino-americana se mostre marcada por uma tradição de exílio. Isso talvez se explique pelo
fato de os escritores românticos estarem preocupados com os destinos políticos dos países
aos quais pertenciam. Geralmente, tais escritores eram sociólogos, reformadores, e
propagandistas das novas idéias importadas da Europa. Alguns escritores dessa geração
fundacional participavam na vida da nação e distinguiam, na paisagem e no folclore local, o
que devia ser a essência da literatura latino-americana em sua essência e conseguiam
conjugar as atividades políticas com as literárias. Como exemplo desses autores,
encontramos na Argentina Estebán Echeverría, José Faustino Sarmiento, Mitre, Alberdi,
José Hernández, entre outros. Pensando-se em tempos modernos, o tema do exílio
continuou mostrando-se presente, como em El libro de los abrazos de Eduardo Galeano;
Primavera con una esquina rota e Viento del exílio de Mario Benedetti e outros.
suspensa como num sonho (...) No exílio, a utopia, esse espaço futuro de
redenção do presente, cede lugar à atopia, um não-lugar que congela o
tempo”.
E é neste não-lugar quase surreal que se desenvolve e se torna
complexa a trama de Rayuela. A condição de estar em exílio, neste
contexto, é a representação exata daquilo que Cortázar (1994: 170)
considerou como sendo uma revisão de si mesmo, como sendo uma
viagem iniciática, o acesso ao Santo Graal da existência, a busca pelo
kibbutz, pelo “céu” (ou, talvez, pelo inferno) do jogo da amarelinha.
Em Paris, Oliveira e seus amigos do Club de la Serpiente, todos
imigrantes, fundem-se em discussões intelectuais e ontológicas,
percorrendo o que La Maga chama de “ríos metafísicos”, que traçam esse
caminho de busca incessante, regado a vinho e jazz, consagrando o estar
distante como um espaço de diferença, de criação e consolidação de uma
identidade própria que se demonstra fundamentada por memórias
impessoais, citadas, reinventadas, transfiguradas no íntimo e procurando
retomar uma “tradição” de existência que a experiência do exílio
desequilibrou.
E nutrindo esse momento suspenso (como em um close up
fotográfico, em que por um instante a vida se congela por um curto
tempo, para se refazer imediatamente), o exílio se revela, então, como
um entre-lugar; como o que, em Rayuela, se conhece por “el lado de
allá”, “el lado de acá” e os “otros lados”, que representam um
movimento exploratório incessante, paradoxal, de caça e fuga. Uma
“sensação de desorientação, um distúrbio de direção” (Bhaba 2003: 19),
de dispersão, em um universo existencialista cujos caminhos precisam e
são constantemente (re)descobertos.
Intimamente, nas palavras de Oliveira: “(...) y todo eso va tejiendo un
dibujo, una figura, algo inexistente como vos y como yo, como los dos
puntos perdidos en París que van de aquí para allá, de allá para aquí,
haciendo su dibujo, danzando para nadie, ni siquiera para ellos mismo,
una interminable figura sin sentido (Cortázar 2000: 347)”
Na ânsia de definitivamente encontrar-se no fora-de-si, os
personagens de Rayuela se alicerçam como personificação da lembrança,
que fundamenta a nostalgia e a busca incessante, a qual, conforme
comenta Pereira (1985: 90), “no ocurre en otra región que en la de la
memoria”. Desta forma, percorre-se um caminho de procura pessoal,
retomando a todo instante um passado de identidade menos fragmentada,
16
A certa altura do primeiro capítulo, Oliveira comenta sua chegada a Paris, quando ainda
não tinha encontrado uma identidade, nem sequer para perdê-la - era o que os outros eram:
“Sé que un día llegué a París, sé que estuve un tiempo viviendo de prestado, haciendo lo
que otros hacen y viendo lo que los otros ven” (Cortázar 2000: 123).
17
Pensou Oliveira narrando o que faziam e liam as pessoas ao seu redor, numa praça em
Paris: “estoy yo un argentino afrancesado (horror horror)” (Cortázar 2000: 229).
18
Rodríguez Monegal (1982) a respeito do trabalho criador, confere este papel também ao
leitor: “El autor es apenas el padre o la madre natural de la obra. Pero son los lectores los
padres culturales de ella: los que la educan, orientan y sacan al mundo. Sin lectores podrá
haber obras pero no literatura que (como ha definido magistralmente Octavio Paz) es el
espacio donde las obras se relacionan y dialogan.”
19
Cf. Pereira (1985: 148).
20
Conforme comentamos já na nota 23.
21
Para ilustrar, vide capítulos 11, 26 e 31, entre muitos outros de Rayuela.
22
Bakhtin (1997: 50), grifo do autor.
23
A intertextualidade é, também, outro conceito proposto por Bakhtin e que foi
aprofundado e revisto por outros autores e consiste na interferência de variados textos e
discursos na produção de enunciados. Kahmann (2004) propõe, a fim de resumir, a
conceituação de Kristeva, que consiste em considerar todo o texto como um “mosaico de
citações”. É também desse conceito que parte o título deste artigo.
24
A essa afirmação de Steiner relacionamos o que disse Said (2003: 59) a respeito da
pluralidade de visão que a vivência do exílio fornece, transcrito na terceira seção deste artigo.
REFERÊNCIAS
Teoría de la Pornografía:
las fisuras del espacio revelado
The theory of Pornography: the disclosed space’s fissures
Abstract. There are two concepts directly connected with the field of sexuality:
eroticism and pornography. The first has been ever analyzed by the different
streams of literary studies whereas the second has been scarcely delved into.
This paper is an attempt to evaluate the current literature available on the
theory of the pornography which will allow us to disclose the workings of a bio-
politic vigilance system imposed by an hegemonic power. The material examined
is eclectic, covering all the different expressions of art, from literary to graphic
design texts. By examining the historic, legal and social aspects of pornography
we intend to look into the fissures of a semiotic and cultural system to arrive at
an approximate definition of the kind of literature named pornographic.
Key words: sexuality, pornography, eroticism.
132 \ Paola I. Druille, Teoría de la Pornografía: las fisuras del espacio revelado
INTRODUCCIÓN
mino ‘obsceno’ remite a los trabajos pornográficos que la ley intenta re-
primir.
Posner utiliza la categoría general de representación erótica, y le im-
pone distintas funciones: la función metafórica alude a categorías eróti-
cas, no necesariamente sexuales, que actúan como aparato de mostración
de la decadencia y la desecación de la sociedad moderna, des-erotizando
la representación al añadirle una dimensión formal de compromiso so-
cial; la informativa, satisface la necesidad de conocimientos registrados
sobre el campo de la sexualidad (variedad de cuerpos desnudos, dife-
rentes formas y tamaño de los órganos sexuales y prácticas sexuales) y
busca persuadir a partir de la creciente acumulación de hechos prefigura-
dos en la trama narrativa (Posner 1997: 86-93).
Estas funciones relacionan el término erótico con lo sexual pero no con
la función de excitación inclinada a la concreción por medio de la
violación, el daño corporal o la masturbación, como supone el feminismo
radical. Sin embargo, una de las funciones dominantes y performativas de
las representaciones eróticas es la estimulación del deseo sexual. En este
caso, Posner incurre en la falta de discutir acerca de la función afrodisíaca
de lo erótico sólo en términos del consumidor masculino, y lo justifica con
explicaciones provenientes del ámbito de la biología. Los hombres
contienen mayor fuerza del instinto sexual comparada con las mujeres, y le
procuran mayor importancia a las señales visuales para la receptividad
sexual. Perspectiva masculina dependiente de un pensamiento satiriásico
tributario de la condición lasciva del hombre adulto. No resulta difícil
imaginar la respuesta feminista sobre esta condición reluctante, receptora
del poderío masculino que amilana su inconfiscable supremacía.
El daño que la pornografía ejerce sobre la integridad física y
psicológica de las mujeres ha sido abordado en un marco legal, en
especial en Estados Unidos gracias a la presión ejercida por los grupos
del feminismo radical. Con este parámetro, se discute acerca de la
protección de la pornografía, amparada por el derecho a la libertad de
expresión consignada en la Primera Enmienda, y del derecho a la
igualdad consignada en la Decimocuarta Enmienda. No obstante, la
cosmovisión jurídica no resguarda a las mujeres del detrimento físico y
moral que la sexualidad pornográfica impone como unívoca posibilidad
de relación sexual.
La preocupación feminista en relación con este punto se concentra en
el circuito vicioso de la oferta y la demanda en el mercado occidental:
venta de sexo forzado con mujeres reales que genera ganancias e incita a
más sexo forzado, operando como el origen de actitudes y conductas
violentas y discriminatorias que definen el lugar que ha de ocupar la
mujer en el mundo. Así, la pornografía termina siendo un patronato de la
desigualdad de sexos.
MacKinnon considera que las mujeres en la producción pornográfica
–expuestas en la pantalla de televisión, al usar una cámara o una im-
prenta– representan objetos predispuestos a ser violados y poseídos, do-
blemente cosificadas por el emisor-receptor masculino, cuya percepción
erotiza el sometimiento de la mujer. En este sentido, para Andrea
Dworkin la sexualidad deviene en una construcción social ancorada en el
género. La pornografía reproduce la realidad sexual. En su libro, Porno-
graphy: Men Possesing Women (citado por MacKinnon 1997: 50), pre-
senta una teoría sexual de la desigualdad de género en la que la por-
nografía se erige como la práctica constitutiva central. En tanto produce
su propio significado, la pornografía construye las categorías de hombre
y mujer, basada en una desigualdad genérica de los sexos.
En consideración de Posner, toda obscenidad impresa, las fotografías
viejas, los trabajos de artistas reconocidos y los trabajos de artistas
desconocidos con mérito artístico (ubicados canónicamente en la mal
reputada cultura baja) deberían estar eximidos de prohibición, aunque no
de la regulación tendiente a proteger a las audiencias o a los niños de una
exposición no deseada. Así pues, la Primera Enmienda protege las
representaciones ideológicas amparadas por el derecho a la libertad de
expresión. Las obras artísticas que provengan de un proyecto intelectual
y estético cuya decodificación abarque algunas de las funciones antes
expuestas, merecen ser resguardadas por su calidad artística y analizadas
en torno de tales categorías ideológicas. Por tal razón, Posner pretende
solevantar la protección del arte contra los efectos devastadores de la
censura (1997: 129-130).
En el razonamiento de MacKinnon la pornografía no puede ser re-
formada, suprimida o prohibida, y menos resguardada o protegida en
tanto emblema de la institucionalización de la superioridad del hombre
(1997: 46). Sólo puede ser cambiada. Actividad abordada por una doc-
trina legal incompetente, protectora de la libertad de expresión infun-
cional en tanto obstáculo central del proceso de salvaguardia de la in-
tegridad personal, libertad que escamotea la esclavitud femenina. De esta
manera, la sexualidad pornográfica priva de la categoría de humano a la
BIBLIOGRAFÍA
los años cincuenta, a una nueva escisión entre lo que podemos denominar
de manera provisional como cine comercial y un cine “de autor” cada vez
más complejo, más necesitado de mediación, de interpretación. El
recorrido de Antonioni podría proponerse como un caso paradigmático.
Podemos intentar establecer una equivalencia ahora entre la nostalgia
del Neorrealismo que se vive en Italia hacia 1960, y la de aquella litera-
tura nacional-popular que reclamaba Gramsci, con la diferencia de que
Gramsci se quejaba de la inexistencia de ese tipo de literatura, y el neo-
rrealismo había sido un fenómeno concreto, datable, y específicamente
italiano. Lo que asimila ambos problemas, hacia 1960, es precisamente la
constitución de otro campo artístico específico, el del cine, que entra
ahora de lleno en los planteamientos de la modernidad artística, y co-
mienza a exigir un público tan competente como el de la literatura más
compleja.
Como vamos viendo, el problema de la competencia profesional o
artística, no puede deslindarse de la relación artista/medio intelectual, por
una parte, y artista/público, por la otra, sirviendo como puente entre
ambas relaciones el problema de la competencia lectora y ya, si se quiere,
espectatorial.
Pasolini no estaba satisfecho con las películas que habían resultado de
adaptar obras literarias o guiones suyos. Como autor literario, desde el
ámbito cinematográfico, se le considera lo suficientemente atractivo
como para adaptarlo, o lo suficientemente interesante desde el punto de
vista del posible impacto comercial de sus argumentos como para
solicitarle uno nuevo. Pero, cuando quiere hacer él mismo un película
tiene que entrar en una estructura que está muy alejada de la del mundo
literario. De hecho, Brunetta apuntaba que, para los escritores, en
general, el cine era lo Otro: algo semejante y a la vez muy diferente, algo
así como un doble liberado del marco del espejo. Lo que no sabemos es
cómo son considerados los escritores desde ese Otro, pero la aventura
inicial de Accattone podría sugerir alguna pista. Pasolini intentó llevarla
a cabo con la Federiz, una productora recién creada por Fellini y la
Rizzoli para La dolce vita. Antes de tomar una decisión definitiva, se le
permitió a Pasolini realizar unas tomas como prueba, pero, al parecer, la
empresa las consideró “inmontables”, “tecnicamente non sta in piedi”, se
dijo tras verlas proyectadas (Bini 1975). La inusual propuesta de un
estilo absolutamente fragmentario para Accattone, característica también
de toda la obra posterior de Pasolini pudo ser vista, en aquel momento, a
1
Para analizar convenientemente ese intercambio, sería necesario avanzar hasta, al menos
la película Ostia, de Sergio Citti, y retroceder hasta los tiempos en que Pasolini entró,
guiado por él, en la lengua de las borgathe.
BIBLIOGRAFÍA
Resumen. En los años 20 del siglo pasado surgió un nuevo lenguaje urbano. El
bloque lineal y el amplio espacio libre fueron la base del cambio del llamado
urbanismo de ‘planta abierta’. Un lenguaje que, aunque parece simple no lo es, es
complejo. El estudio tiende a ir desvelando la complejidad a partir de la
confrontación del nuevo lenguaje consigo mismo y con el lenguaje decantado por
la historia. Además, este cambio de lenguaje no sólo afectó a lo urbano, en
realidad está inserto en un cambio más amplio que afectó a toda la cultura en
general. Por ello se ha establecido paralelismos con dos experiencias vinculadas
al arte; la pintura y la poesía, que son clarificantes ya que éstas también
rompieron con los cánones clásicos para hacer aflorar nuevas formas.
Palabras clave: urbanismo de planta abierta, bloque lineal, Movimiento
Moderno.
Abstract. In the twenties of the last century a new urban language appeared. The
linear block and the extensive free space were the base of the change of the so-
called new urban design of the Modern Movement. Although this language could
appear to be simple, it is in fact rather complex. In a closes study of the language
this is revealed in the confrontation that exists between the new language and
that favored by history. Besides, this change in the language has notr only
affected urban culture, but also it has been introduced on a much wider scale,
affecting culture in general. As a result parallelisms related to art have been
established; art and poetry which have acted as clarifiers, as they also broke
classic canons giving rise to new forms.
Key words: Urbanismo de planta abierta, Bloque lineal, Movimiento Moderno.
172 \ Manuel Bote, Lenguaje urbano y complejidad en el Movimiento Moderno
1
E. H. Gombrich. 1997. La historia del arte contada por E.H. Gombrich. Arte
experimental. Primera mitad del siglo XX. Ed. Debate. Madrid. Pg 583 y sig.
Y sigue: ‘Este último sabía qué se proponía; contaba con una tradición por la que
orientarse, y la cantidad de decisiones con las que tenía que enfrentarse era limitada. El
pintor abstracto, con sus dos rectángulos, se halla en una posición menos envidiable. Puede
trasladarlos de lugar por toda la tela, intentar un número infinito de posibilidades y no saber
nunca cuándo y dónde detenerse. Incluso aun no compartiendo su interés, es preciso que no
tomemos a broma la tarea que se ha impuesto a sí mismo.’
2
Rafael Moneo, Op. Cit., 1985.
‘De la intersección de ambos sistemas, una intersección que, naturalmente, es virtual,
depende la estructura formal de la mezquita. En ella radica, en última instancia, la
definición arquitectónica de la misma: tal ‘intersección virtual’ es la que permite al
arquitecto la construcción. De ahí que el espacio real de la mezquita contemple la supresión
de ambas direcciones y que la insistente y poderosa presencia de las columnas pueda ser
entendida como resultado de la intersección de dichos planos virtuales. El espacio definido
por las columnas, la malla abstracta que forman, en la que toda alusión al pasado se
disuelve, es una clara expresión del nuevo espacio religioso, neutro e indiferente, que
hemos descrito antes; pero también cabe entenderla en términos estrictamente formales, en
aquellos de los que el arquitecto ha de servirse para poder sentar las bases desde las que
construir su obra.’
existencia de tres lados, se dibuja una ‘U’. De ahí esa cierta neutralidad
respecto a las dos direcciones, pero sin llegar a la señalada por Moneo
con relación a la Mezquita de Córdoba. En ésta la intersección entre los
muros y las bóvedas «... radica, en última instancia, la definición
arquitectónica de la misma…» (Moneo 1985: 29). En la Siedlung Am
Lindenbaum se marca la dirección norte-sur, no tanto por la longitud de
los bloques largos con relación al tamaño de los más pequeños, sino por
la existencia de la abertura de los patios que polariza esta dirección. Los
patios se abren al Sur y con ello arman un sistema de referencia, un lado
está abierto mientras que el resto está cerrado. Esto provoca un discreto
desequilibrio que hace inclinar la Siedlung hacia el lado abierto, como si
por ese lado se ‘escapara el espacio. Lo realmente interesante es que esto
se produce manteniendo la diversidad de puntos de vista, lo que atempera
la direccionalidad.
Hay en este juego dos geometrías presentes que se superponen, una,
la de la repetición, la de un bloque tras otro, y otra, la de la singularidad,
esa estructura en ‘peine’ que parece subyacer en la planta general. Dos
geometrías que están en gran parte de las propuestas de los arquitectos de
la vanguardia de los años 20 y 30 cuando afrontan la proyectación de
tejidos residenciales. El resultado, pues, es totalmente distinto al
experimentado por la calle de la ciudad compacta limitada por su
característica sección, los dos planos de fachada y el suelo. Aquí dos
armaduras geométricas se conjugan, interactúan para articular una
respuesta compleja.
La complejidad no deriva, por consiguiente, de la presencia de signos
fuertes, sino de la coexistencia de elementos o de sistemas, por utilizar la
misma palabra que Moneo, propiedad que provoca lecturas simultáneas
novedosas. Una simultaneidad que, en términos urbanos, podría ser
entendida de manera similar a la visión plasmada en el cuadro de Gino
Severino; ‘Tren de cercanías llegando a París’ de 1915. En éste, todo
un paisaje parece condensarse en un espacio reducido. Expresa, de esta
manera, la velocidad, pero también muestra los órdenes diversos
encontrables en una porción de territorio que se agolpan unos contra
otros, al comprimirse casi a cero el tiempo que se tardaría en recorrerlos.
Esta iconografía y otras parecidas, un tanto futuristas, darán más de una
prueba sobre la nueva mirada que se arroja sobre el espacio urbano; el
intento captar la multiplicidad espacial. Multiplicidad que constituyó, en
gran medida, el eje de desarrollo de la técnica del fotomontaje. En ‘La
BIBLIOGRAFÍA
Dr. Manuel Bote Delgado (La Laguna, Tenerife, 1957). Escuela Técnica
Superior de Arquitectura, Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (Islas
Canarias).
E-mail: emebe@arquied.es
Algunas consideraciones
sobre el espacio contemporáneo
Some Considerations on the Contemporary Space
Resumen. Este artículo intenta plantear una discusión sobre el problema del
espacio contemporáneo en el contexto urbano de la ciudad contemporánea. La
primera hipótesis (desarrollada más ampliamente por el autor en el libro que se
cita en la bibliografía) adelanta el principio de identidad ciudad contemporánea-
periferia, no en función de su posición geográfica o topológica: esta identidad
reside en su propia forma de ser, en la propia estructura interna del espacio en la
ciudad contemporánea y su forma de construcción.
Este carácter del espacio urbano contemporáneo es puesto en discusión
mediante los conceptos de lugar y no-lugar, las relaciones espacio-tiempo y
espacio-paisaje, entendiendo este concepto de paisaje no sólo como una categoría
visual sino como una categoría interpretativa.
Palabras clave: espacio, ciudad contemporánea, periferia, no-lugar, paisaje,
escala.
Abstract. This paper tries to open a discussion about the problem of the
contemporary space in the urban context of the contemporary city. The first
hypothesis (development for the author in his work on bibliography) advance the
principle of identity contemporary city-suburb, not in function of the
geographical or topological location: this identity resides in the own form of to
be, in the own internal structure of the space in the contemporary city and the
form of construction.
This character of the urban contemporary space is discussed by means of the
concepts of place and no-place, the relationship space-time and space-landscape,
intended this concept of landscape not only than visual category, but
interpretative category.
Key words: Space, contemporary city, suburb, no-place, landscape, scale.
184 \ Juan Ramírez, Algunas consideraciones sobre el espacio contemporáneo
BIBLIOGRAFÍA
INTRODUCCIÓN
1
El vertido de hidrocarburos desde buques a los mares y océanos de Europa. La otra cara
de las mareas negras, Informe OCEANA http://europe.oceana.org, pág. 3. En este Informe
se pone de manifiesto que las mareas negras tienen su origen no sólo en los accidentes de
los petroleros, sino también son consecuencia de la realización de operaciones rutinarias en
los buques y de vertidos ilegales, entre los más contaminantes se encuentran el lavado de
los restos de crudo depositados en los tanques, y que son arrojados al mar, y el vertido de
los residuos oleosos de las sentinas.
2
Comunicación de la Comisión al Parlamento Europeo y al Consejo, de 21 de marzo de
2000, sobre la seguridad marítima del transporte de petróleo [COM (2000) 142 final - no
publicada en el Diario Oficial].
8
Art.2.2 del Reglamento.
9
Directiva 2002/59/CE del Parlamento y del Consejo, de 27 de junio de 2002, relativa al
establecimiento de un sistema comunitario de seguimiento y de información sobre el tráfico
marítimo y por la que se deroga la Directiva 93/75/CEE del Consejo (DO L 208, de 5 de
agosto de 2002).
10
GIANETTI, M., y VANNI, L., Norme..., op.cit., pág. 37. En esta obra se encuentran
algunas referencias a las novedades que incorpora esta Directiva, los autores consideran
que: “La direttiva in confronto alla precedente da una maggior importanza al monitoraggio
delle navi nell’area portuale en el mare, in caso di necessità e allo scambio continuo di
informazioni tra le autorità competenti di un singolo stato e tra più stati appartenenti alla
Comunità europea”.
11
Considerando 18 de la Directiva.
sino que también comprenden las obligaciones sobre los buques que
enarbolen su pabellón.
El sistema comunitario de seguimiento y de información sobre el trá-
fico marítimo parte de los sistemas obligatorios de notificación de bu-
ques y los servicios de tráfico marítimo y de organización del tráfico, que
estaban ya funcionando.
El empleo de estos sistemas y avances tecnológicos, tiene como
finalidad que los Estados miembros puedan realizar un seguimiento
constante de los buques que se encuentran dentro del ámbito de aplica-
ción de la Directiva12; desde el mismo momento en que un buque se
adentra en una zona de notificación, sistema de identificación o de orga-
nización, es controlado por el Estado miembro competente. Este control
exhaustivo permite organizar de forma más eficaz y segura el tráfico ma-
rítimo, identificar a aquellos buques que transporten mercancías peligro-
sas o contaminantes, y facilitar las labores de lucha contra la contamina-
ción procedente de buques.
Los medios técnicos y humanos, que prevé la disposición comunita-
ria, se sitúan al servicio prioritario de la prevención e investigación de las
causas de los accidentes. De esta forma, los sistemas registradores de
datos de la travesía, se ponen a disposición de los Estados miembros
afectados por un accidente13. Asimismo, la investigación de los inciden-
tes y accidentes marítimos seguirá las reglas previstas por la OMI, y en
los supuestos en que esté involucrado un buque que enarbole pabellón de
un Estado miembro, regirán los principios de cooperación y colaboración
por parte de dicho Estado14.
Una de las novedades más destacadas que ofrece esta Directiva es el
impulso a las facultades de intervención de los Estados15. De esta forma,
la autoridad competente de cada Estado miembro ve ampliada sus posi-
12
El art. 2 de la Directiva establece que será de aplicación a los buques de un arqueo bruto
igual o superior a 300 toneladas, siempre que no se establezca otra cosa. Pero se establecen
una serie de excepciones, la Directiva no será aplicable a: “a) los buques de guerra,
unidades navales auxiliares u otros buques propiedad de un Estado miembro o que estén a
su servicio y presten servicios públicos de carácter no comercial, b) los barcos de pesca, los
buques tradicionales y las embarcaciones de recreo de una eslora inferior a 45 metros; c) los
buques cisterna de menos de 5.000 tonelada, las provisiones de a bordo y el equipo de a
bordo de los buques”.
13
Art. 10.2 de la Directiva.
14
Art. 11 de la Directiva.
15
Art. 19 y Anexo IV de la Directiva.
16
MEILÁN GIL, J.L. (dir.), Problemas Jurídico-Administrativos Planteados por el
Prestige, Aranzadi, Elcano (Navarra), 2005, pág. 92, a propósito de estas disposiciones,
considera que “ciertamente son medidas que están en el filo del Derecho internacional, es
decir, bordeando peligrosamente el límite de lo permitido por ese ordenamiento, que no
autoriza medidas extremas de este tipo salvo en caso de incidente o accidente en el mar.”
17
Arts. 17 y 19 de la Directiva. En el Anexo IV se incorpora un listado de medidas que
pueden tomar los Estados miembros cuando se produzca uno de los supuestos enumerados
en el art. 17. Las autoridades competentes podrán ordenar la imposición de un itinerario
determinado, dirigir al capitán, o embarcar en el propio buque un equipo de evaluación del
riesgo. Todas estas medidas son simplemente ejemplificativas, desde el Estado miembro se
podrán adoptar todas aquellas decisiones, de acuerdo con el derecho internacional, que
protejan los bienes en juego: seguridad de las personas, seguridad marítima y protección del
medio ambiente.
18
El art. 16, en el que se enumeran las circunstancias que llevarán a la consideración de un
buque como potencialmente peligroso, dispone una referencia expresa a los vertidos
voluntarios de hidrocarburos que se producen desde los buques, a pesar de ser una más de
las infracciones recogidas en el Convenio MARPOL. Esta significación es consecuencia de
los importantes daños ambientales que causan estos vertidos, a consecuencia de su mayor
potencial contaminante y por su cotidianeidad en las labores de limpieza o reparación de los
buques.
19
El art. 23 d) establece que “los Estados miembros y la Comisión cooperarán para la
elaboración, en su caso, de planes concertados para albergar buques en peligro”.
20
El art. 23 de la Directiva incide sobre la idea de cooperación entre los Estados miembros
y la Comisión, y la necesidad de establecer un sistema telemático de intercambio de
información.
21
El accidente del buque Prestige tuvo lugar unos meses después de la publicación de la
Directiva 2002/59/CEE.
22
Directiva 2001/105/CE, del Parlamento Europeo y del Consejo, de 19 de diciembre de 2001,
por la que se modifica la Directiva 94/57/CE del Consejo sobre reglas y estándares comunes
para las organizaciones de inspección y peritaje de buques y para las actividades correspon-
dientes de las administraciones marítimas (DO L 19, de 22 de enero de 2002, pág. 9).
23
Directiva 2001/106/CE, del Parlamento Europeo y del Consejo, de 19 de diciembre de
2001 (DO L 19, de 22 de enero de 2002, pág. 17).
24
La Agencia Europea de Seguridad Marítima se creó mediante el Reglamento 1406/2002,
del Parlamento Europeo y del Consejo, de 27 de junio de 2002 (DO L 208, de 5 de agosto
de 2002).
25
Art. 1, apartados 1 y 2, modificados por el Reglamento 724/2004.
26
El Reglamento 724/2004, del Parlamento Europeo y del Consejo, de 31 de marzo de
2004 (DO L 129, de 29 de abril de 2004) incorpora entre los objetivos de la Agencia la
lucha contra la contaminación por los buques y la protección marina, fruto de la actividad
de la OMI y de las propias instituciones comunitarias en este ámbito, y de la necesidad de
que la Agencia brinde el adecuado apoyo técnico a los Estados en estas cuestiones.
27
MEILÁN, Problemas..., op. cit., pág. 30, se hace eco de las propuestas de mejora que han
acompañado a la Agencia desde su creación, entre ellas destacan: “la necesidad de reforzar
el funcionamiento de la Agencia con una dotación presupuestaria suficiente”, junto con la
propuesta de “incrementar la intervención de la Agencia en la consecución de objetivos de
seguridad marítima”, y la creación de un Servicio de Guardacostas Europeo, dotado de las
competencias y de los instrumentos necesarios.
28
Sobre las consecuencias económicas, sociales y ambientales del vertido del Prestige,
PRADA, A., y VÁZQUEZ, M., (coord.), Efectos económicos, sociais e ambientais da
marea negra do “Prestige”, Seminario Científico Internacional, (Santiago de Compostela,
7-8 de marzo de 2003), Consello da Cultura Galega, Santiago de Compostela, 2004.
31
Este Comité tiene su origen en la Resolución de 8 de junio de 1993, sobre una política de
seguridad marítima, mediante la que el Consejo aprobó la creación de este Comité, e instó a
la Comisión a presentar una propuesta al respecto.
32
El ejercicio de las competencias de ejecución atribuidas a la Comisión, se lleva a cabo a través
de los procedimientos establecidos en la Decisión 1999/468/CE del Consejo, de 28 de junio de
1999, en cuyo art. 5 se regula el procedimiento de reglamentación, que establece la necesaria
asistencia entre la Comisión y el Comité correspondiente (DO L 184, de 17 de julio de 1999).
33
DO L 324, de 29 de noviembre de 2002, pág. 53.
36
La asociación que representa al sector naviero europeo, ECSA (European Community
Shipowners’ Associations), se ha manifestado favorable a las medidas propuestas, tras una
primera lectura de las mismas. ECSA Newsletters, nº5, 2005, pág.1: “Vice President and
Transport Commissioner Jacques Barrot attended the ECSA Board meeting held in Brussels
on 25 November. An open exchange of views took place on the Maritime Safety Package
III that had just been adopted by the Commission. ECSA expressed appreciation for the
proactive character of he Package and the respect for international rules expressed in it
(IMO). ECSA advised that the different proposals of this extensive package need of course
further analysis and study, whereafter the industry will come forward with detailed
comments”. (http://www.ecsa.be).
37
Libro Blanco “La política europea de transportes de cara al 2010: la hora de la verdad”,
COM (2001) 370 final, Bruselas, 12 de septiembre de 2001. El desarrollo del transporte
marítimo se prevé que esté acompañado por normas que refuerce la seguridad marítima.
Asimismo, desde el Libro Blanco se dispone que las investigaciones técnicas
independientes son la fórmula adecuada para identificar los focos de riesgo, y mejorar la
legislación comunitaria.
38
SANZ LARRUGA, F. J., “Nuevos Planteamientos Jurídicos sobre la Seguridad Marítima
en España tras el Caso Prestige”, Jornada sobre Seguridad Marítima, La Coruña, marzo de
2005: “Ha sido una constante histórica y universal que en este terreno de la seguridad
marítima y, más concretamente, en la Política y en el Derecho marítimos, se ha producido
un claro efecto de acción-reacción, por el cual, a una gran catástrofe ecológica originada
por buques petroleros han seguido –en los casos más significativos- medidas e instrumentos
normativos que han mejorado la protección ambiental del medio marino, si bien, no hasta el
punto -como es palmario- de hacer desaparecer todos los riesgos”.
39
AA.VV., “¿Cómo han evolucionado los mecanismos europeos de regulación y de
seguridad marítima internacionales después de la catástrofe del “Prestige”?. Una especial
referencia a España”, II Jornadas Internacionales sobre Seguridad Marítima y Medio
Ambiente. Nuevos horizontes ante la globalización, La Coruña, 1 y 2 de diciembre de 2005:
“El marco institucional europeo relacionado con las mareas negras ha sido hasta los
accidentes de los buques Erika y Prestige bastante limitado y difuso. Limitado en la medida
que los instrumentos existentes para la regulación de las actividades marítimas mostraban
un corsé muy estrecho. El control del tráfico marítimo, el examan de las características de
los buques que llevan marcancías peligrosas, las condiciones de entrada en los puertos
europeos, el conocimiento de los operadores, o las propias responsabilidades en lo
concerniente a las indemnizaciones, son ejemplos de ese papel secundario y difuso que
adoptaron las instituciones europeas”.
40
SOBRINO HEREDIA, J., “La acción de la Unión Europea en materia de seguridad
marítima”, Revista Española de Derecho Internacional, vol. LV(2003), 1, pág. 92. Este
autor considera que la legislación comunitaria en materia de seguridad marítima “intenta
conciliar dos exigencias no fácilmente conciliables: la derivada de la necesaria protección
PREFACIO
*
Este artículo es continuación de la conferencia «La Constitución Europea desde una óptica
canaria», pronunciada el 17 de febrero de 2005 en el Espacio Cultural La Casa (La Orotava,
Tenerife).
1
Exempli gratia, Francia ha estado en guerra permanente durante cinco siglos con todos los
estados europeos salvo Dinamarca. Alemania, por su parte, desde su unificación ha
protagonizado tres guerras totales europeas en menos de setenta años.
210 \ Carlos Rodríguez, Luces y sombras del Tratado Constitucional Europeo
2
Nacía así la Europa “de los seis”, constituida por Francia, Países Bajos, Bélgica. Luxem-
burgo, Italia y la República Federal Alemana.
3
Este economista francés fue el máximo impulsor de la creación de la Comunidad
Económica del Carbón y del Acero (CECA), que presidió de 1952 a 1955, habiendo sido
8
DO C80, de 10 de marzo de 2001.
9
OLESTI RAYO, A., «Las modificaciones institucionales en el Tratado de Niza». Boletín
Europeo de la Universidad de La Rioja (2001) 7-8: 14-26.
10
Ex presidente de la República francesa, amén de un centenar de representantes del
Parlamento Europeo, los Gobiernos, la Comisión y los Parlamentos estatales; también en el
caso de los 12 países candidatos a la adhesión.
11
DO L236, de 23 de septiembre de 2003 y DO C227E, de 23 de septiembre de 2003.
Finalmente, la adhesión de Bulgaria y Rumanía quedó postergada.
12
En la misma sala del Capitolio romano donde se firmó el Tratado de Roma en 1957.
13
Decreto Presidencial Nº 3, de 2 de febrero de 1999, por el que se convocó un referéndum
consultivo para que el pueblo se manifestara en relación a si estaba de acuerdo con una
nueva Asamblea Constituyente. Esa consulta se saldó el 25 de abril con un resultado
abrumador, 90% a favor.
14
La ANC fue elegida el 25 de julio de 1999 iniciando sus trabajos el 15 de agosto. Este
proceso de discusión, consultas, participación y consenso penetró en todos los ámbitos del
país, hubo propuestas de sectores muy diversos como son los empresarios, obreros,
estudiantes, indígenas, campesinos, etc. todos a través de organizaciones, agrupaciones,
sindicatos, colegios, universidades, etc.
Una vez concluida esta histórica misión de elaborar una nueva carta
magna para Venezuela, la Asamblea Nacional Constituyente consultó a
la población venezolana a través de un plebiscito la aprobación de este
proyecto el 15 de diciembre de 1999. El resultado fue 71,19% de aproba-
ción y una abstención del 53%15. La Constitución Bolivariana fue publi-
cada en la Gaceta Oficial el 30 de diciembre de 1999.
De esta manera el pueblo venezolano fue un directo actor en las
decisiones del país y por primera vez en la historia venezolana16 que una
constitución fuese sometida a la aprobación de sus principales interesa-
dos, una especie de nuevo contrato social diría el francés Jean-Jacques
Rousseau.
Entre las principales novedades de este sui generis proceso destaca-
mos: El respeto a los derechos humanos, la integración regional y el
fenómeno globalizador, la democracia participativa, la adopción de la do-
ble nacionalidad; la protección de las empresas básicas del Estado contra
cualquier intento de privatización; y para mayor participación de la
población en el quehacer nacional o internacional del Estado se estable-
ció las figuras del referendum consultivo y revocatorio17; así como tam-
bién la creación de nuevas instituciones públicas para la administración
del poder público en Venezuela.
Así las cosas, y aun a pesar de la denostada imagen que la mayoría
de medios de comunicación nos dan del proceso que se vive en el país
hermano, lo cierto es que la Constitución Bolivariana es considerada
como una de las más avanzadas del mundo por su carácter democrático,
derivando el poder constituyente en estado puro de la soberanía
popular.
15
El Nacional, edición del 16 de diciembre de 1999.
16
BAUTISTA URBANEJA, D., La Política Venezolana desde 1958 hasta Nuestros Días.
Caracas: Centro Gumila, 1997.
17
Previsto en el artículo 73 de la Constitución Bolivariana, tras cuya aprobación en 1999,
Venezuela se convirtió en el único país de América Latina en el cual los ciudadanos,
cumpliendo determinados requisitos, tienen la facultad de revocar el mandato de cualquiera
de sus funcionarios públicos electos, incluyendo al presidente. A este derecho
constitucional se le denominó como referendum revocatorio, y ya fue ejercido por el pueblo
venezolano el 15 de agostro de 2004 siendo su resultado negativo y permaneciendo Hugo
Chávez en el poder.
18
DO 364, de 18 de diciembre de 2000.
19
ROLDÁN BARBERO, J., «La Carta de Derechos Fundamentales de la UE: Su estatuto
constitucional». Revista de Derecho Comunitario Europeo (2003) 16: 943-991.
20
Bioética, protección de datos, etc.
21
El art. I-41 establece que «la Unión respetará las obligaciones derivadas del Tratado del
Atlántico Norte (OTAN), que seguirá siendo el fundamento de su defensa colectiva». Esta
pretendida Constitución avala la guerra preventiva y fomenta el militarismo al crear una
Agencia Europea de Armamento, Investigación y Capacidades Militares, que obliga a los
Estados miembros a incrementar su gasto militar y que apuesta por la cooperación con la
OTAN.
V. LA POSICIÓN CONSTITUCIONAL
DE LAS NACIONALIDADES Y RUP: NULA PARTICIPACIÓN
DE LAS ENTIDADES SUBESTATALES EN EL PROCESO
22
El TCE habla de «economía social de mercado altamente competitiva» (art. I-3) y
menciona el concepto “competitividad” nada más y nada menos que en 27 ocasiones.
23
ENGUIDANOS WEYLER, A., «Las regiones y la Constitución Europea». Cuadernos de
integración Europea (2005) 1: 28-44. Valencia.
24
Artículo I.5.1.
25
Insigne Catedrático de Derecho Internacional Público de la Universidad de Almería. Vid.
ROLDÁN BARBERO, J., «El Derecho internacional y el Tratado Constitucional Europeo».
Revista Electrónica de Estudios Internacionales (2004) 8.
26
Llama la atención que en la primera versión del proyecto se hiciera referencia a la
«voluntad de los pueblos» y al modelo de «relación federal», pero ese reconocimiento
implícito de las nacionalidades quedó posteriormente anulado por el veto que ejercieron los
Estados centralistas de la Unión: España, Francia e Inglaterra, precisamente aquellos que
tienen cuestiones nacionales pendientes en su interior.
27
Análogamente, Altiero Spinelli propuso, en 1984, la creación de una Constitución de la
UE, la cual tendría que ser ratificada por el pueblo mediante un referendum.
28
Inter alia, el Instituto por la Iniciativa y el Referéndum Europa (IRI Europe) y Mehr
Demokratie.
29
Aunque el resultado negativo en Dinamarca se produjo por una escasa diferencia de
50.000 votos, la Unión le concedió un protocolo especial de adhesión (una cláusula de
exclusión en determinadas materias denominada opting out). Posteriormente, el 20 de mayo
de 1993, el pueblo danés aprobó en referéndum este acuerdo con un 53.8% de votos
favorables.
31
Lituania, Hungría, Eslovenia, España, Italia, Grecia, Eslovaquia, Austria, Alemania,
Letonia, Bélgica, Chipre, Luxemburgo y Malta
32
Francia y Países Bajos.
33
República Checa, Irlanda, Polonia, Dinamarca o Reino Unido.
34
Eurobarómetro 63, julio de 2005, p. 37.
35
JIMENA QUESADA, L., «La participación ciudadana en la Constitución Europea».
Cuadernos de integración Europea (2005) 1: 95-106. Valencia.
BIBLIOGRAFÍA
SHEILA DELANY
La priora de Chaucer,
los judíos y los musulmanes
Chaucer’s Prioress, the Jews, and the Muslims
HOMENAJE ≈ HONORING
224 \ Sheila Delany, La priora de Chaucer, los judíos y los musulmanes
1
F. P. Magoun, A Chaucer Gazetteer. Chicago: University of Chicago Press, 1961.
2
La Casa de la Fama. Libro III, verso 249.
3
Otros milagros marianos, no relacionados con el “Cuento de la Priora”, suceden en
diferentes lugares “asiáticos” y europeos. De hecho, se localizan tantas veces en Europa,
que el escenario “exótico” o del Este no puede considerarse una convención del género, tal
y como algunos críticos han afirmado. Dentro de los escenarios del Este encontramos
Bizancio, Cesarea, la Baja Armenia, Alejandría, Lod y Jerusalén; y de los europeos,
Bourges, Roma, Pisa, Hungría, Toledo, Inglaterra, Lincoln, Cluny, Chartres, St. Ouen,
Cambray, Orleáns, Reims y Dinamarca. Ver, por ejemplo, Evelyn Faye Wilson (ed.), The
Stella Maris of John of Garland. Cambridge, Mass.: Wellesley College y Medieval
Academy of Ámerica, 1946.
*
Carcasona es una región francesa y Lincoln, una ciudad inglesa. [N. de la T.].
4
Ver mi The Naked Text. Chaucer’s Legend of Good Women. Berkeley y Los Ángeles:
University of California Press, pp. 164-186; «Womanliness in the Man of Law’s Tale», en
S. Delany, Writing Woman, Nueva York: Schocken, 1983; «’Loi’ and ‘Foi’ in the Man of
Law’s Introduction, Prologue and Tale», Mediaevalia 8 (1985 y 1982): 135-149.
5
Ver María Menocal, The Arabic Role in Medieval Literary History: A Forgotten Heritage.
Filadelfia: University of Pennsylvania Press, 1987, y Dorothée Metlitzki, The Matter of
Araby in Medieval England. New Haven: Yale University Press, 1977.
6
André Gunder-Frank, The Centrality of Central Asia. Amsterdam: VU University Press,
1992, 2 (en cursiva en el original).
7
Sherman Hawkins, «Chaucer’s Prioress and the Sacrifice of Praise». Journal of English
and Germanic Philology 63 (1964): 599-624; cita de la pág. 599.
8
Edward H. Kelly está de acuerdo con la afirmación de Hawkins de que «el
antisemitismo… no viene al caso» en su artículo «By Mouth of Innocentz: the Prioress
Vindicated», Publications in Language and Literature 5 (1969): 362-374; pág. 368, n. 9.
Kelly tuvo en cuenta el escenario asiático y dijo que no fueron los cristianos los que
castigaron a los judíos, sino el preboste de la comunidad. Esta observación podría dar a
entender que el preboste no era cristiano. Sin embargo, el texto dice claramente que el
preboste «herieth Crist…And eek his mooder», pp. 618-619 [«alababa a Jesucristo… y a su
Madre»] antes de encarcelar a los judíos, así que obviamente, él también debía ser cristiano.
9
Daniel Boyarin, Carnal Israel: Reading Sex in Talmudic Culture. Berkeley y Los
Angeles: University of California Press, 1993, 6.
10
Louise O. Fradenburg, «Criticism, Anti-Semitism, and the Prioress’s Tale». Exemplaria 1
(1989): 69-115.
11
Fradenburg, «Criticism», 99.
12
Fradenburg, “Criticism” 110-111, n. 28.
13
Por supuesto, los judíos exegetas también usaban métodos no literales, tanto numéricos
como alegóricos. Sin embargo, intentaban evitar la violación del sentido literal, y cuando
lanzaban un ataque anticristiano, la literalidad historicista les era de gran ayuda. Ver Esra
Sherevsky, Rashi: The Man and His World. Nueva York: Sepher-Harmon Press, 1982;
Northvale, N. J. y Londres: Jason Aronson, 1996), 61-66, 122-29. Con respecto a Kimhi:
The Book of the Covenant, traducido por Frank Talmage. Toronto: Pontifical Institute of
Medieval Studies, 1972.
14
P. E. Russell, The English Intervention in Spain and Portugal in the Time of Edward III
and Richard II. Oxford: Clarendon, 1955, 444.
15
Para una exposición más detallada de esta información, ver mi libro The Naked Text, 164-186.
los fundadores eran judíos, sino en una moda más arbitraria. A Abraham
no se le consideraba un judío, sino un protoislámico16. Se decía que los ju-
díos eran originariamente musulmanes que se desviaron de la voluntad de
Alá al exigir un rey y establecer la dinastía de David. Mahoma consideraba
a Moisés su modelo y precursor17 y, además, muchas partes del Corán con-
tienen historias bíblicas hebreas ampliadas con comentarios rabínicos y
otras leyendas judías. De alguna manera, el Islam se posicionó como fun-
damentalismo judío, volviendo al período de los fundamentos patriarcales
de la historia judía. Se veía a sí mismo como el verdadero judaísmo, el
temprano judaísmo de un verdadero Islam.
El cristianismo se apropió también del judaísmo de alguna manera,
pero aparentemente los teóricos del Islam no sintieron la necesidad de
despreciar a su precursor hasta el punto que lo hizo el cristianismo. Esto
se debió, en parte, a que el Islam carecía de un mito de deicidio judío; o
quizá, por el contrario, no desarrolló ningún mito sobre la criminalidad
inherente de los judíos porque carecía de animosidad. Mahoma, el
fundador del Islam, exigió la conversión de los judíos en gratitud a Alá
por haberles salvado del faraón Firwa. A algunos judíos de manera
obligada, ya que para ellos el rápido y masivo éxito político del Islam
ante Roma, Persia y Bizancio «parecía presagiar el cumplimiento
inminente de las profecías judías y la llegada de la época mesiánica»18.
La resistencia por parte de otros judíos tuvo consecuencias reales y
literarias: guerra y masacre, comentarios coránicos y varios cuentos
antisemíticos que mostraban cierta falta de respecto por parte de los
judíos hacia Mahoma y la nueva religión. Sin embargo, estas hostilidades
no terminaron en una auténtica tradición antisemita ni en la esfera social
ni en la cultural. Tal y como observa Stillman: «[A los judíos y los
cristianos] Una vez sometidos y convertidos en portadores de tributos, se
les mostraba respeto»19.
16
Helmut Götje, The Qu’ran and Its Exegesis. Oxford: Oneworld, 1971; reimpreso en
Routledge, 1997, 98-100, 135, 245.
17
Marie-Rose Séguy, Introduction and Commentary to “The Miraculous Journey of
Mahomet”. Nueva York: Braziller, 1977, comentarios de la ilustración 23.
18
Bernard Lewis, The Jews of Islam. Princeton: Princeton University Press, 1984, 93;
consultar también Norman Stillman, «Jewish Life in Islamic Spain», en Paul Szarmach
(ed.), Aspects of Jewish Culture in the Middle Ages. Albany: SUNY Press, 1979.
19
Norman Stillman, The Jews of Arab Lands: A History and Source Book. Filadelfia:
Jewish Publication Society, 1979, 18.
20
Bat Ye’or, The Decline of Eastern Christianity under Islam. Madison, 1996, 151.
21
Mark R. Cohen, Under Crescent and Cross: The Jews in the Middle Ages. Princeton:
Princeton University Press, 1994, capítulo 7. Hago uso del libro de Cohen en otras partes de
esta misma sección.
25
Epstein, Ottoman Jewish Communities, 42-44; Avigdor Levy, The Jews of the Ottoman
Empire. Princeton: Darwin Press, 1994.
26
Richard Emmerson, Antichrist in the Middle Ages. Seattle: University of Washington
Press, 1981, 216. Hay otras citas en este párrafo de la pág. 91 y la 197.
27
David Burr, «Antichrist and Islam in Medieval Franciscan Exegesis», en J. V. Tolan
(ed.), Medieval Perceptions of Islam. Nueva York: Garland, 1996, cita de la pág. 152 n. 50.
28
Las posturas aquí expuestas ni eran comunes en todos sitios ni fueron siempre aceptadas;
había variabilidad. A menudo los gobernantes y la población católica invitaba, aceptaba y
protegía a los judíos. En 1387, por ejemplo –por mencionar un gobernante con el que
Chaucer estuvo familiarizado– Gian Galeazzo Visconti le garantizó a los judíos «el disfrute
de los derechos civiles», la desgravación fiscal y el derecho a trabajar como prestamistas
entre otras ocupaciones, terminando, de esta manera, con más de un siglo de exclusión. El
fuero está impreso en Shlomo Simonsohn, The Jews in the Duchy of Milan. Jerusalén:
Israel Academy of Sciences and Humanities, 1982, vol. 1, 1387-1477. En 1394, cuando los
judíos fueron expulsados de Francia por Carlos VI, algunos nobles regionales protestaron y
se negaron a acatar la ley.
29
Bernard Lewis, «An Apocalyptic Vision of Islamic History». Bulletin of the School of
Oriental and African Studies, University of London, 13, parte 2 (1950): 308-338; cita de
las páginas 321-322.
30
John C. Lamoreaux, «Early Eastern Christian Responses to Islam», en J. V. Tolan,
Medieval Perceptions, 14.
31
Stillman, «Jewish Life», 53.
32
Benjamin Z. Kedar, Crusade and Mission: European Approaches Toward the Muslims.
Princeton: Princeton University Press, 1984, 137, 175, 187.
33
John Philip Lomax, «Frederick II, his Saracens, and the Papacy», en J. V. Tolan,
Medieval Perceptions, 191, n. 6.
34
Brenda Bolton, «A Show with a Meaning: Innocent III’s Approach to the Fourth Lateran
Council». Medieval History 1 (1991): 53-67 y reimpreso en Innocent III: Studies on Papal
Authority and Pastoral Care. Aldershot: Variorum, 1995, cita de la pág. 58.
35
Ver los documentos 27 y 44, datados en noviembre del año 1199 y abril de 1213, en
Christianità-Islam: Cattività e Liberazione in Nome di Dio. Roma: Editrice Pontificia
Università Gregoriana, 1992, 508 y 537-538.
36
Ver las “constitutiones” 68 y 69 del IV Concilio Lateranense, en Joseph Alberigo et al. (eds.),
Conciliorum Oecumenicorum Decreta. Basil: Herder, 1962, 242-243. Se junta de nuevo a judíos
y “sarracenos” en la última resolución (nº 71) en relación a la complicada situación financiera de
la cruzada. Muchos partidarios estaban condicionados debido a sus deudas con los judíos o a su
necesidad de pedirles prestado; mientras que otros cristianos traidores vendieron armas y barcos
al enemigo sarraceno. Por ello estarían excomulgados y anatematizados por adelantado.
37
Ver mi «Womanliness», en Writing Woman, y «’Loi’ and ‘Foi’»; también, Christine
Rose, «The Jewish Mother-in-Law: Synagoga and the Man of Law’s Tale», en Maud
McInerney (ed.), Hildegarde of Bingen: A Book of Essays. Nueva York: Garland, 1998.
38
Vincenzo Cioffari (ed.), Guido da Pisa, Expositiones et glose super comediam Dantis…
Albany: SUNY Press, 1974, 559.
39
Ver Sylvia Tomasch, «Judecca, Dante’s Satan, and the Dis-placed Jew», en S. Tomasch y
Sealy Gilles (eds.), Text and Territory: Geographical Imagination in the European Middle
Ages. Filadelfia: University of Pennsylvania Press, 1998, 247-267; referente a las pp. 248 y
265, n. 2.
40
A pesar de que probablemente Dante haya estado influido por la literatura islámica, sobre
todo por las visiones musulmanas del cielo y del infierno, sobre las que pudo haber
aprendido a través de muchas fuentes, incluido su querido profesor Brunetto Latini, que
residió en la corte de Alfonso el Sabio en España, y cuyo trabajo está lleno de material
islámico. Ver Miguel Asín Palacios, Islam and the Divine Comedy. Lahore: Quasain, 1977.
Recordemos que es probable que Chaucer leyera una versión anotada de la Comedia o
quizá algún comentario; al igual que de otros textos monumentales y de “autoridad”, como
La Metamorfosis de Ovidio.
41
Algunas de las obras son post-chaucerianas, pero reflejan claramente que ya existía una
tradición al respecto. Rosemary Woolf escribió que York celebró un ciclo en 1376, aunque
no se tengan detalles sobre él: The English Mystery Plays. Berkeley y Los Angeles:
University of California Press, 1972, 305. La secuencia existente sobre la Pasión y otras
obras del ciclo se escribieron de nuevo después de 1415. John Ganim sugiere que la
supervisión de obras podría haber sido una de las responsabilidades oficiales de Chaucer:
Chaucerian Theatricality. Princeton: Princeton University Press, 1990, 38.
*
Tengamos presente que Mahoma no es el dios de los musulmanes, sino su último y gran
profeta. [N. de la T.].
cargo viajó a las mayores ciudades europeas, en las que había comunida-
des judías. Es probable que se haya encontrado con los físicos, mercade-
res, vendedores de libros, iluminadores, escribas, músicos, actores, pres-
tamistas o eruditos judíos que vivían y trabajaban en algunas de las cor-
tes y las ciudades que visitaba, sobre todo en España, particularmente en
Navarra y Castilla, donde se sabe que Chaucer estuvo en febrero de 1366
y seguramente durante algunos meses con posterioridad. Navarra, la
aliada de Inglaterra durante la guerra en curso, la llamada Guerra de los
Cien Años contra Francia, recibió tanto a judíos como a musulmanes y
trató igual de bien a ambos grupos45. Pedro de Castilla, el suegro de Juan
de Gante, al que celebró Chaucer en el “Cuento del Monje”, tenía buenas
relaciones con musulmanes y judíos y contrató a muchos de ellos en
puestos importantes. Baer observa que a Pedro «generalmente, lo llama-
ban el “rey de los judíos”». Sin embargo, numerosos incidentes tuvieron
lugar. De hecho, en la época en que Chaucer viajaba por la región gracias
a un salvoconducto del rey de Navarra (Carlos II el Malo), una co-
munidad entera en Briviesca (alrededor de doscientas familias) fue asesi-
nada a manos de mercenarios franceses y de las tropas de Enrique de
Trastámara46. El acuerdo entre los Lancaster y Castilla algunos años más
tarde impuso nuevas medidas para segregar a judíos y musulmanes de
cristianos47. Chaucer no podía estar ajeno a todo esto: la cercanía, el inci-
dente, el cambio o incluso las masivas persecuciones que comenzaron en
Castilla y se expandieron hacia Andalucía y Navarra en 1391.
De la misma manera, es imposible que Chaucer no supiera nada sobre
la expulsión de los judíos en Francia por Carlos VI en 1394 o pasara por
alto los acontecimientos públicos que la precedieron, ya que Francia era
el país con el que Inglaterra se encontraba en guerra y en tregua48. Así
45
Ver Beatrice Leroy, «Le Royaume de Navarre et les Juifs aux XIVe et Xve Siècles: Entre
l’Accueil et la Tolerance». Sefarad 38 (1978): 263-92, y Leroy, «Dans le royaume de
Navarre à la fin du XIVe siècle: les Juifs, la Cour et la diplomatie», en Gilbert Dahan (ed.),
Les Juifs au regard de l’histoire. París: Picard, 1985.
46
Yitzhak Baer, A History of the Jews in Christian Spain, 2 vols. Filadelfia: Jewish
Publication Society of America, 1966, 1: 364-365.
47
Russell, English Intervention, 497.
48
Para un estudio de estos sucesos y su posible relación con el “Cuento de la Priora”, ver mi
«The Jewish Connection: Chaucer and the Paris Jews, 1394», una conferencia que expuse en
la Universidad Hebrea, en Jerusalén, en 1998. Agradezco a Larry Besserman el haberme invi-
tado a presentarla y su afectuoso apoyo del proyecto. En el mismo año, presenté también la
comunicación en el Green College en la Universidad de British Columbia; mi agradecimiento
a Paul Yachnin, director del programa medieval y renacentista de Green College. La versión
más reciente la expuse en Kalamazoo en 1999.
*
Judenrein significa ‘limpia de judíos’. [N. de la T.].
**
Un variorum es una edición que incluye comentarios de diferentes especialistas. [N. de la T.].
***
Regensburgo es una ciudad alemana; Alepo, una ciudad siria; y Adén, una ciudad del
Yemen. [N. de la T.].
49
Beverly Boyd, ed., The Canterbury Tales: Part 20, “The Prioress’s Tale”. Norman:
University of Oklahoma Press, 1987.
****
The Riverside Chaucer recoge todas las obras que se le han atribuido a Chaucer y las
analiza en profundidad: sus fuentes, sus características, etc. [N. de la T.].
50
Para hacerse una idea de la tenacidad de actitudes similares a las que encontramos en el
cuento de la priora, ver lo siguiente: 1) En el Concise Biographical Dictionary of Saints de
John Coulson (Londres, 1958, 47), leemos en relación a los supuestos asesinatos rituales de
Simón de Trent y Guillermo de Norwich: «La sangre se usaba en algunos ritos mágicos y
puede ser que los niños muriesen a manos de magos, que, a su vez, podían ser judíos. Otra
explicación podría ser que, como las persecuciones cristianas a los judíos alcanzaron su
climax en la Pascua, en la época de la “pasch” judía (este autor es incapaz de pronunciar el
término “Pascua judía”, en inglés “Passover”), algunos judíos podrían haber sido acosados
(¿acosados por quién se pregunta uno? ¿Satán, quizá?) para que tomaran represalias a tra-
vés de los cristianos más indefensos que podían encontrar, niños como Simón de Trent y
Guillermo de Norwich». 2) En John J. Delaney, Dictionary of Saints (Nueva York, 1980),
nos encontramos con el pequeño Hugo, «una de las historias más trágicas de la Edad Me-
dia», donde «el asesino confesó» después de haber sido torturado. El escritor sigue: «Puede
haber ocurrido que el niño cristiano fuera asesinado por un judío o por varios, pero nunca se
pudo probar». Es increíble la desesperación con la que estos autores se aferran al mito de la
calumnia del asesinato. Aunque más sorprendente sea la existencia de este antisemitismo
demoníaco fuera del ámbito académico, tal y como nos corroboran los diferentes incidentes
que se registraron en noticias de periódicos.
51
James Saphiro, Shakespeare and the Jews. Nueva York: Columbia University Press,
1996, 2-3.
52
Libro 3: 2487-2489 y 2513; Libro 4: 1679-1681.
53
Fragmento X (I), 590-599. [De la edición The Riverside Chaucer. N. de la T.].
54
Tal y como Stephen Spector observa en «Empathy and Enmity in the Prioress’s Tale», en
Robert Edwards y Stephen Spector (eds.), The Olde Daunce: Love, Friendship, Sex and
Marriage in the Medieval World. Albany: SUNY Press, 1991.
Abstract. El Hierro, the smallest of the Canary Islands, has been traditionally an
island scantily approached by the scientific analyses and, between them, there’s
abounding those that they present an explanatory model of his social and
territorial development centred on strictly natural variables. The object of this
paper, partial recapitulation of our Doctoral Thesis, is to criticize the principal
ideas that slip on works of this type. Studies in the main realized across
aprioristic appraisals that insist on constructing an ideal world in which the
determinism, of a part, and the contingent, for other one, they mark the different
causal speeches around particular social and territorial developments. To argue
the critique, we will use the happened in this small island as a territory -
laboratory that exemplifies perfectly similar speeches which are exposed for
other territorial realities.
Key words: backwardness, determinism, possibility, El Hierro.
INTRODUCCIÓN
1
Al respecto, ver la extensa bibliografía comentada que publica el Banco Interamericano de
Desarrollo (BID) en: <http://www.iadb.org/res/publications/pubfiles/pubr-389.pdf>.
2
El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) se creó en 1959 como una asociación entre
19 países latinoamericanos y Estados Unidos. A partir de 1976 ingresan en la organización
18 países miembros no regionales, constituyendo en la actualidad un total de 47 países per-
tenecientes a los cinco continentes. Su principal actividad son sus programas de préstamos
y cooperación técnica para proyectos de desarrollo económico y social. El BID es el mayor
de todos los bancos regionales de desarrollo del mundo y constituye la principal fuente de
financiamiento multilateral para los proyectos de desarrollo económico, social e institucio-
nal, y los de comercio e integración regional, en América Latina y el Caribe.
3
De una forma semejante se valoran otros espacios. En Canarias, su configuración archipielá-
gica y la distancia al continente europeo, es decir, parámetros geográficos de localización y
configuración, la convierten en región ultraperiférica, que le permite ser considerada como zona
de objetivo 1 o zona preferencial en el reparto de los fondos estructurales de la Unión Europea.
4
Para una crítica a las posiciones institucionales de corte determinista del Banco Interameri-
cano de Desarrollo, se puede consultar Gudynas (2000).
5
Condensación de gotitas de agua procedentes de las nubes tras su choque con cualquier
obstáculo, preferentemente la vegetación.
EL “ATRASO HERREÑO”:
ENTRE EL DETERMINISMO Y EL POSIBILISMO
6
Destacan, en contradicción con esta versión: Díaz Rodríguez, Martín Ruiz y Pulido Mañes
(1983) y Cucó y Fenollar (1983).
BIBLIOGRAFÍA
[ DOCUMENTACIÓN ≈ DOCUMENTS \
260 \ Orestes Gárciga, El valor patrimonial del Archivo de Fernando Ortiz
Los estudios realizados por varios especialistas en el archivo de Fer-
nando Ortiz han contribuido notablemente en las investigaciones y publi-
caciones de diversos temas y disciplinas.
Sin embargo, todo lo hasta ahora trabajado en estas direcciones es ín-
fimo para lo que el archivo reclama. Considérese que está formado por
muchos miles de documentos, agrupados en series diferentes; algunas de
ellas, como "Negros", “Indios”, etc., resultan, por su dimensión, fondos
particulares dentro del mismo.
Los documentos están conformados por fichas de contenido de distin-
tos autores y obras, predominando las mecanografiadas; cuartillas mecano-
grafiadas de Fernando Ortiz y de otros autores; manuscritos que pueden ser
libros, folletos, artículos, fragmentos y apuntes inéditos; manuscritos de
publicaciones, documentos de archivos y de otros autores que ofrecieron
testimonios o datos científicos sobre distintas materias; publicaciones,
como libros, folletos, revistas, separatas, periódicos, oraciones, manifies-
tos, boletines, notas informativas, catálogos, pruebas de galera de obras de
diversos autores, recortes, etc.; obras de Fernando Ortiz que pueden pre-
sentarse en pruebas de galera, libros, cuadernillos de libros, artículos,
fragmentos de éstos, fichas mecanografiadas o manuscritas, propuestas im-
presas, etc.; ilustraciones, como fotos, grabados, fotocopias, litografías, re-
producciones de pinturas y esculturas; dibujos realizados por don Fernando
y otros autores; correspondencia recibidas, como cartas, mensajes, invita-
ciones, tarjetas de presentación, tarjetas postales, memorando, cables, tele-
gramas, tarjetas divulgativas, etc.; fichas de contenido de fragmentos de las
obras de la literatura universal, sobre todo española, como fuente y parte
del contenido del documento; referencias bibliográficas en listados y otras
manuscritas por Ortiz, fundamentalmente en pequeños papeles, clasifica-
das por materia, aunque pueden hallarse también en las fichas manuscritas
del formato predominante; libretas de testimonios dados por informantes
sobre prácticas mágico-religiosas; traducciones realizadas por él; docu-
mentos históricos copiados de archivos y publicaciones; música escrita;
mapas geográficos, históricos, arqueológicos y etnográficos; varios mate-
riales, como solicitudes de inscripción, actas, bases y acuerdos de institu-
ciones, boletas de bibliotecas, programas, plegables turísticos y de aconte-
cimientos culturales y científicos, cuestionarios, planillas, recibos de pago,
boletas electorales, etc.
Todos estos materiales, que constituyen fuentes para la investigación,
fueron reunidos por Fernando Ortiz para el análisis de las más variadas
39. Dilogún
40. Dioses
41. Economía
42. Ediciones Libros Cubanos
43. Embó. Egó. Iyafé. Amarre. Limpieza
44. Entre Cubanos
45. Esclavitud
46. España
47. España-Negros
48. Espiritismo
49. Etnografía-Cuba
50. Folklore
51. Habana
52. Hampa Cubana siglo XVIII
53. Hampa Sevillana
54. Hispano América
55. Historia de Cárdenas
56. Historia de Cuba
57. Historia de la esclavitud en las Antillas francesas
58. Historia General
59. Humboldt
60. Huracán
61. Iglesia- Cuba
62. Ilustraciones
63. Indios
64. Instituto universitario de investigaciones científicas y
ampliación de estudios
65. Instrumentos
66. Italianos
67. Juglares
68. Kimbisa
69. Lenguaje
70. Leyes
71. Liberalismo-Cuba colonial. España. Voluntarios
72. Libretas Afro
73. Literatura cubana
74. Lucumí
75. Mala Vida
CONCLUSIONES
Recensiones
Reviews of Books
In≈daga (2006) 4
273
comunidad. En el proceso para lo- blime, que lo conduce al territorio
grar ese equilibrio, jugará un papel de lo suprasensible, de la razón.
primordial la Estética, puesto que, Las emociones sublimes facilitan,
en ella, se sintetizan las pulsiones pues, la resistencia frente a la na-
sensibles y los impulsos intelec- turaleza y, en medio de ellas, se
tuales y formales del hombre. Esto desarrolla lo patético, que situaría
supondría una especie de juego : al hombre ante la representación
de la misma manera que el hombre del dolor, del sufrimiento (la tra-
está sometido al determinismo de gedia). Su entereza moral frente al
la naturaleza (a la necesidad fí- padecimiento, frente a la violencia
sica), su voluntad le pertenece y que el mundo exterior le impone,
esta voluntad, base de la libertad, llevan al ser humano a la libertad
necesita de la racionalidad para absoluta y, por ende, a la forma
domeñar a aquella, convertirse en más perfecta de lo sublime, lo su-
un ser verdaderamente libre e ins- blime patético. Dos normas bási-
talarse en una segunda naturaleza, cas se hallan en lo patético: la re-
propiamente humana, que es la presentación de la naturaleza en su
moralidad, de la que lo estético es sufrimiento y la manifestación de
condición indispensable. En este la naturaleza moral doliente. Ya la
marco hemos de entender propia naturaleza nos proporciona
las nociones de lo bello, lo su- numerosos objetos que permiten
blime, lo patético, lo vulgar, lo ejercitar las posibilidades de lo
bajo, etc., que presenta Schiller a bello y lo sublime, aun vulgares o
lo largo de estos cuatro escritos bajos. El arte, con su tendencia a
que se complementan a la perfec- la imitación, tiene la cualidad de
ción. Así, para nuestro filósofo, lo serle lícito todo lo que la natura-
bello es un sentimiento liberador, leza le presenta, puesto que el arte
que permite al hombre, hasta es, ante y sobre todo, para Schiller
cierto punto, librarse de las atadu- libertad.
ras de la naturaleza, pero que no lo Nos ha parecido un gran
eleva por encima de lo sensible, no acierto la selección de estos textos
le concede la libertad total. Ésta de Schiller en esta edición espa-
sólo se alcanza a través de lo su- ñola, pues, como señalábamos más
arriba, las ideas que el pensador
según Kant, nos puede llevar a alcanzar lo alemán expone en cada uno de
sublime en el arte. Lo sublime consistiría, ellos se complementan a la perfec-
por tanto, en adoptar una posición de
resistencia frente a la naturaleza y no en
ción. Hemos echado en falta, sin
obedecerla. embargo, algunos datos más espe-
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274
cíficos acerca de los avatares de la lizados, ya que nosotros no la
publicación de estos escritos de hemos constatado en las ediciones
Schiller, puesto que ésta es una que hemos consultado.
cuestión no demasiado pacífica. Aparte de estas cuestiones
En concreto, de los pormenores formales, que podrían subsanarse
que hemos expuesto cuando pre- en una futura reedición del libro,
sentábamos cada uno de los ensa- creemos que merece ser aplaudida
yos no se nos ofrecen, en el libro la iniciativa de la editorial Doble J
que reseñamos, más que referen- de publicar estos ensayos, que
cias marginales. Desde luego, és- permitirán a los lectores de habla
tos no son exigibles, pero sí hubie- hispana tener una visión más am-
ran sido recomendables para todos plia de la obra de Schiller y, parti-
los lectores, interesados en la obra cularmente, de su pensamiento
del autor alemán, pero no especia- estético. Meritoria también nos pa-
listas en la misma. También nos rece la labor de los traductores, los
hubiera resultado recomendable profesores del Departamento de
que se hubiera señalado la edición Filología alemana de la Universi-
de la que proceden los originales dad de Sevilla, Juan Pablo Larreta
alemanes, ya que nos han surgido Zulategui y Víctor Borrero Zapata,
ciertas dudas de carácter tipográ- pues, aunque disentimos de algu-
fico: en la traducción aparecen nas de sus propuestas de traduc-
determinados vocablos y expre- ción y de algunos de sus procedi-
siones en cursiva y no sabemos si mientos traductológicos, conside-
este hecho obedece al deseo de los ramos que han llevado a cabo una
traductores de resaltar esos ele- empresa que no cualquier traduc-
mentos o a la existencia de esa tor se atrevería a acometer.
cursiva en los textos alemanes uti-
[\
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275
CUESTA FERNÁNDEZ, Raimundo: Felices y escolarizados. Crítica
de la escuela en la era del capitalismo. Barcelona: Octaedro-
EUB, 2005, 274 pp. ISBN 84-806374-2-0.
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276
rente de prejuicios. En pocas pala- como en sus numerosos artículos y
bras, y en contra de lo que pudiera comunicaciones, ha demostrado
pensarse a primera vista, es un li- sobradamente su valía intelectual,
bro que no ataca ninguna teoría o su honestidad personal y su inde-
interpretación acerca del objeto de pendencia profesional. Pero vaya-
estudio en cuestión, pero sí los mos por partes y centrémonos en
fundamentos de las múltiples justi- nuestro particular y específico ob-
ficaciones teóricas o intelectuales jetivo.
–a veces pasionales– que, por va- La idea que recorre todas las
riados intereses, las han determi- páginas y que a medida que avan-
nado. Por este y otros motivos que zamos se convierte en trama y ar-
señalaremos a continuación, la gumento principal, no es otra que
obra del profesor Cuesta llega a la de desmitificar el supuesto ca-
convertirse en un instrumento de rácter progresista de la educación
análisis tenaz, intempestivo, sin pública y obligatoria de la con-
espacio para las concesiones (aun- temporaneidad, tan defendida en
que sí para la formulación de con- los manuales y libros de lectura ad
tradicciones) y repleto de princi- usum, al afirmar que la escuela de
pios, compromisos y convicciones. la modernidad no es una creación
Como él mismo llega a expresar transhistórica y atemporal sino una
en la presentación, «este libro nace realidad vinculada a los orígenes y
del encuentro impremeditado de desarrollo del capitalismo y, por
una pasión y una ambición. La pa- tanto, de un tipo de sociedad y de
sión obedece al deseo irrefrenable Estado concretos. Su finalidad se
de mirar la realidad sin miedo [...], centra en presentar y representar
la ambición consiste en el propó- un abanico de utilidades de incul-
sito de traspasar los límites aca- cación, reproducción y legitima-
démicos y los imperativos de toda ción de las estructuras clasistas y
clase que constriñen la factura de de las formas de poder dominantes
las obras "de autor"» [p. 9]. No es [p.103]. Ahondando en esta re-
algo nuevo en su habitual queha- flexión –añade– se pasa por ver-
cer. Tanto en sus obras anteriores: dadero y natural un modelo de en-
Sociogénesis de una disciplina es- señanza que no es más que una
colar: la historia (Barcelona: Po- construcción sociohistórica con-
mares, 1997) y Clío en las aulas. tingente y de interés social harto
La enseñanza de la Historia en discutible.
España entre reformas, ilusiones y Aunque estos planteamientos
rutinas (Madrid: Akal, 1998), ya habían tenido amplia acogida
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277
en algunos de los análisis sociales es atravesado por etapas de transi-
realizados por la Sociología (de la ción.
Educación) y, en otros casos, tam- Pues bien, partiendo de esta
bién habían despuntado en mono- concepción –y con la pertinente
grafías de Historia (de la Educa- intención de hacerla explícita en
ción), nunca habían tenido un tra- cada uno de los análisis realiza-
tamiento tan minucioso y singular. dos– el autor divide el libro en
Y lo decimos porque hasta ahora cuatro amplios y amenos capítu-
no se había diseñado un modelo los: en el primero hace un reco-
explicativo de trabajo para anali- rrido en el tiempo desde la moder-
zar con exhaustividad las claves nidad del siglo XVI –para dar a
que se tratan de desarrollar, y que conocer la protohistoria de la es-
en el libro quedan perfectamente cuela obligatoria– hasta llegar al
establecidas al recurrir tanto a la siglo XX, momento de su consoli-
modalidad de explicación crítica dación definitiva: Lutero, Ignacio
como al modo de análisis genealó- de Loyola, José de Calasanz, el
gico. Ese modelo, tipo ideal o Estado prusiano, Comenio, Kant,
concepto heurístico, vendría dado Condorcet, y ya de manera más
por lo que el autor denomina sin específica, Manuel José Quintana
ningún tipo de parafernalias o de y los distintos planes de estudios
adornos retóricos modos educati- desarrollados en el siglo XIX en
vos, siguiendo la estela tipológica España, amén de la Ley Moyano,
e intelectual dejada en su día por de proyectos como los de Jules Fe-
Carlos Lerena. Para Raimundo rry en Francia o, incluso, de las
Cuesta habría fundamentalmente nada desdeñables leyes educativas
dos: el modo de educación tradi- y prácticas escolares franquistas,
cional-elitista, que comenzaría a son buenos ejemplos de legitima-
mediados del siglo XIX y llegaría ción de la escolarización obligato-
hasta finales de los años 60 del si- ria. «La escuela ya entonces deja
glo XX, y el modo de educación de ser una esperanza concebida
tecnocrático de masas que arranca- por clérigos atormentados por la
ría en los años 70 y arribaría hasta idea de pecado y por ideólogos
la actual sociedad mal llamada del henchidos de mística fe patriótica
conocimiento. Un vasto itinerario, (defectos perfectamente intercam-
por tanto, que se subdivide en biables) y se convierte, cada vez
nuevos períodos de continuidades más, en una sistemática empresa
y rupturas y que, además, como del Estado benefactor del ciuda-
didácticamente expresa en el libro, dano» [p. 45].
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En el capítulo dos, se detiene prueba el deseo de trabajar los
en el análisis de la normalización marcos temporales superando los
historiográfica del pasado español cortes políticos y favoreciendo el
y entra de lleno en el desmenuza- análisis estructural de la evolución
miento y desmitificación de los histórica.
paradigmas economicistas e ideal- Por último, en el capítulo
progresista, base y fundamento de cuarto se ponen las bases de lo que
la actual interpretación lineal y ha sido la forja del Estado social y
monocausal tan de moda sobre el su consecuencia y deriva más lla-
progreso educativo. En contrapo- mativa: la creación de la infancia
sición, se aboga por una concep- feliz y obligatoria en cuanto a la
ción crítica de la historia que des- escolarización de masas se refiere.
place paulatinamente la razón Ahondando en un perfil que se
historiográfica dominante, para la suele obviar por parte de los histo-
cual el emparejamiento feliz entre riadores de la educación, el profe-
escuela y Estado se produce siem- sor Cuesta tiene muy en conside-
pre idílicamente y sin sobresaltos; ración el tema de la infancia desde
una relación que, al decir del autor una triple perspectiva: escolar, la-
y después de una amplia exposi- boral y penal. En esta línea argu-
ción de motivos, ha perdido todo mental llega a mantener foucaulti-
su potencial emancipador. namente que la escuela y la cárcel
Por su parte, en el capítulo tres son dos entidades distintas aunque
se habla del marco de categorías social e históricamente coetáneas
analíticas que ayudan a pensar en y complementarias [p. 230]. Todos
las continuidades y discontinuida- los contenidos y la justificación
des históricas capaces de trascen- explicativa que los acompaña se
der el estrecho corsé impuesto por desarrollan a través de un esfuerzo
el pulso político de los aconteci- consciente –muy de agradecer por
mientos. Los modos de producción parte de los lectores– de ir de lo
tradicional-elitista y tecnocrático general a lo particular para hacer
de masas y su impacto en la socie- más entendible y coherente la ex-
dad española así como sus respec- posición.
tivas dimensiones explicativas, se Como se puede apreciar, el li-
convierten en los ejes vertebrado- bro es una puesta al día de la his-
res convenientemente ilustrados toria de la educación contemporá-
por el autor con algún que otro nea desde una perspectiva estruc-
cuadro sinóptico gráfico y deta- tural, holista y crítica. Cargado de
llado. En este apartado se com- los instrumentos teóricos y meto-
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dológicos precisos, y prescin- conflictos sociales y la carencia de
diendo de la anécdota y del croni- protagonismo de los grupos más
cón tan recurrentes en el gremio, reivindicativos, alternativos o
el profesor Raimundo Cuesta des- marginales que a través de la pre-
cubre las andanzas de la escuela y sión social ejercida coadyuvaron a
de la escolarización abordadas conformar la educación en España,
desde un optimismo perspicaz- merman calidad en el análisis heu-
mente calificado de ‘panglos- rístico y hermenéutico presentado
siano’, por su poco rigor analítico por el autor.
y sus altas dosis de eclecticismo En fin, como acertadamente
doctrinario. Siguiendo la estela de afirmara en la recta final de los
renovación historiográfica más re- años 20 del siglo pasado Teófilo
ciente presentada por Agustín Es- Sanjuán, en su conocida obra
colano y Antonio Viñao en el ám- Cómo se enseña la historia2,
bito de la educación en España1, «¿Quién que va de camino no vol-
Raimundo Cuesta despeja ciertas verá la cabeza al advertir a su es-
dudas y aflora algunas contradic- palda murmullo de voces? Aun sin
ciones acerca de la implicación detenerse, por abstraído y resuelto
económica y social en el mundo que haga su jornada, el gesto es-
de la cultura y de la educación, pontáneo de la retrospección se
hurgando en los perfiles más si- cumple sin querer». Pues bien, el
nuosos y un tanto inadvertidos libro que invitamos a leer tiene esa
existentes en dichos procesos virtualidad: nos obliga a volver la
siempre complejos, dinámicos y cabeza para conocer con más pre-
contingentes. A todo ello habría cisión y fundamento lo que ha
que añadir, además, que es un li- acontecido en torno a nuestros orí-
bro enriquecido –y por qué no de- genes sociales y educativos. Un
cirlo, también embellecido– por su trabajo, por tanto, serio y bien en-
claridad expositiva y su enorme samblado que se convierte en pa-
viveza intelectual. Ni siquiera la trón de referencia y que hay que
difuminación o atenuación de los saludar –como no puede ser de
otro modo– con intelectual gozo,
1
En sendos libros que llevan por título La
al aportar una nueva mirada pro-
educación en la España contemporánea. veniente del uso de renovadas ca-
Políticas educativas, escolarización y tegorías analíticas y explicativas
culturas pedagógicas. Biblioteca Nueva,
Madrid, 2002 y Escuela para todos.
2
Educación y modernidad en la España del Publicación de la Revista de Pedagogía,
siglo XX. Marcial Pons, Madrid, 2004. Madrid, 1929, p. 5.
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capaces de definir la naturaleza de ción, su equipaje teórico y sus
los procesos en estudio. Espera- herramientas conceptuales cundan
mos que la obra tenga amplia aco- ejemplo entre todos nosotros.
gida y que sus pautas de investiga-
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Información editorial
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• «[...] la hipótesis ya fue sugerida por algunos investigadores (Daniels 1992: 24-
32; Etkin 1994: 3-7), tras comprobar que [...]».
Estilo. Se evitarán las negritas y los subrayados en todos los encabezamientos.
Las palabras sueltas (o frases) de otras lenguas, los neologismos y las
abreviaturas latinas se escribirán siempre en cursiva.
Los párrafos citados textualmente dentro del artículo se reproducirán en
cuerpo menor (10 puntos), sangrados y sin entrecomillar, siempre que superen los
tres renglones. Ejemplo:
Obviamente, como se argumentará en mayor detalle luego, ése no puede ser
un criterio útil para el uso de un concepto teórico. De este modo, las
ideologías sólo serán (generalmente) definidas en términos de sus contenidos
y estructuras, así como en términos de sus funciones cognitivas y sociales (T.
van Dijk 1998: 25).
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Editorial information
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Style. The bold faced types and the scored words in all the headings will be
avoided, and will be composed according to the following model:
The loose words of other languages, the neologisms and the Latin
abbreviations will be always written in cursive.
The paragraphs mentioned very textually within the article will reproduce in
smaller type body (10 points), croppeds and without quotation-marks, whenever
they surpass the three lines. Example:
Obviamente, como se argumentará en mayor detalle luego, ése no puede ser
un criterio útil para el uso de un concepto teórico. De este modo, las
ideologías sólo serán (generalmente) definidas en términos de sus contenidos
y estructuras, así como en términos de sus funciones cognitivas y sociales (T.
van Dijk 1998: 25).
If the textual paragraphs did not exceed the three lines, they will get up into
quotation-marks («...») to the general corpus, having added the reference
according to the model already enunciated (Author year: page).
The simple quotation-mark (‘...’) it was used a) to indicate the meaning of
certain words; b) when it is wanted to call the attention about a word technical,
specially when this one is of infrequent use and it's going away to explain; c)
when a word is used in peculiar sense.
If the foot-note references were necessary, will appear corelatively numbered
throughout all the article (not by page) and written in smaller type body (9
points). Gratefulness, if there were them, or any other circumstance that is
wanted to point out, must constitute the first note.
The tables will have to be numbered of consecutively, to present a brief
explanatory title, and to be mentioned in the text. The photographies and
illustrations will have to appear prepared for their reproduction.
1. The review will be head with the complete data of the work, including the
number of pages and the ISBN.
2. The text will provide of information and evaluation:
a) Information:
• Presentation of the subject and the central problem.
• Structure (chapters and parts) of the work, with a synthesis of the
content.
• Mention of the glossaries, appendices and commented bibliographies.
b) Evaluation:
• Determination of the address or potential reader.
• Location of the work in the production of the author.
• Relation of the work with other works on the same subject.
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ISSN 1695-730X
Nómina de colaboradores
Contributors roll
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REBECA CUBAS PEÑA. Ha cursado estudios de filología inglesa en la
Universidad de La Laguna, donde obtuvo la licenciatura en el año 2003. Desde
entonces realiza estudios de doctorado, centrando sus investigaciones en el
campo de la literatura medieval inglesa. En la actualidad, analiza una de las obras
del poeta medieval inglés Geoffrey Chaucer, destacando ciertas cualidades de sus
figuras femeninas.
RAIMUNDO CUESTA FERNÁNDEZ. Es doctor en Historia por la Universidad de
Salamanca y catedrático de educación secundaria. Fue director del Centro de Pro-
fesores (CEP) de Salamanca y, en la actualidad, es colaborador, como profesor de
didáctica, en programas de doctorado del Departamento de Teoría a Historia de la
Educación. Premio Nacional a la innovación educativa con el grupo Cronos es,
además, miembro del consejo de redacción de Con-Ciencia Social, órgano de ex-
presión del grupo Fedicaria. Entre sus publicaciones, cabe destacar los siguientes
libros: Sociogénesis de una disciplina escolar: la Historia (Pomares, 1997); Clío
en las aulas. La enseñanza de la historia de España entre reformas, ilusiones y
rutinas (Akal, 1998); y, más recientemente, Felices y escolarizados. Crítica a la
escuela en la era del capitalismo (Octaedro-EUB, 2005).
SHEILA DELANY. Doctora en Literatura inglesa y comparada por la Universi-
dad de Columbia (Nueva York) desde 1967, año en el que comienza a impartir
docencia en el Queens College (CUNY) sobre composición avanzada, poesía,
novela y estudios medievales. En 1970 ingresa en la Universidad Simon Fraser
(Canadá), donde ha transcurrido el resto de su vida académica. Allí se ha ocu-
pado de numerosas materias en estos treinta y cinco años, como por ejemplo: la
prosa de géneros, el Viejo Testamento, las versiones de la utopía, el marxismo y
las Artes, la tradicción judeo-cristiana en la cultura occidental, la prosa de fic-
ción, el matrimonio medieval, las políticas sexuales, los contactos y conflictos
culturales en la literatura occidental, la literatura medieval judía, autores como
Chaucer, cuyas obras ha editado, Rabelais, Cervantes, entre una amplia temática
sociohistórica y literaria. Una docencia que ha desplegado también como profe-
sora visitante, ponente en congresos, seminarios y simposios profesionales y con-
ferenciante en Inglaterra, EE.UU, Australia, Bélgica, Holanda, Italia, Polonia,
África del Sur, Israel, etc.
Su bibliografía refleja también esa amplia experiencia en temas diversos:
Chaucer's House of Fame. The Poetics of Skeptical Fideism (University of Chi-
cago Press, 1972; reimpreso por la University Press of Florida, 1994); Writing
Woman. Women Writers and Women in Literature, Medieval to Modern
(Schocken, 1983); Medieval Literary Politics. Shapes of Ideology (Manchester
University Press and St. Martin's Press, 1990); Telling Hours and other journal
stories (Vancouver: New Star, 1991); A Legend of Holy Women (University of
Notre Dame Press, 1992); The Naked Text. Chaucer's Legend of Good Women
(University of California Press, 1994); Impolitic Bodies. Poetry, Saints and So-
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291
ciety in Fifteenth Century England. The Work of Osbern Bokenham (Oxford Uni-
versity Press, 1998, libro que mereció el premio Labarge a la mejor publicación
de estudios medievales, concedido por la Sociedad Canadiense de Medievalistas
en 1999); ‘Turn it and turn it again’: Medieval Jewish studies and literary theory
(edición especial de la revista Exemplaria 12, primavera de 2000); Chaucer and
the Jews: Sources, contexts, meanings (Routledge, 2002).
Un trabajo de investigación y edición al que habríamos de añadir más de un
centenar de artículos. Además, ha colaborado con no pocas revistas especializa-
das (Chaucer Review, Signs, PMLA, Science & Society, Style, Mediaevalia, Fe-
minist Studies, Assays, PLL, Exemplaria, Studies in the Age of Chaucer, Cultural
Anthropology), así como en diferentes publicaciones universitarias (Oxford,
Cambridge, Florida, Stanford) y extra-universitarias.
Una dilatada, intensa y rigurosa trayectoria profesional que, finalizada ahora
a efectos laborales, representa –sin duda alguna– una gran contribución a los es-
tudios medievales y literarios en lengua inglesa.
PAOLA IVONE DRUILLE. Estudiante avanzada de la carrera Licenciatura en
Letras en la Facultad de Ciencias Humanas de la Universidad Nacional de La
Pampa (Argentina). Pese a su juventud, ha comenzado ya a desplegar una intere-
sante actividad investigadora, en la que cuenta con algunas contribuciones im-
portantes: «El Evangelio según Jesucristo: parodia y erotismo», en Anuario de la
Facultad de Ciencias Humanas 7 (Santa Rosa: EdUNLPam, 2005); «Teoría de la
Pornografía. Estado de la Cuestión» y «Antígona en clave moderna y posmo-
derna», en XVI Jornadas de Investigación de la Facultad de Ciencias Humanas,
UNLPam (General Pico, septiembre de 2005).
JOÁM EVANS PIM. Presidente del Instituto Galego de Estudos de Seguranza
Internacional e da Paz. Doctorando en Comunicación y Periodismo en la Univer-
sidade de Santiago de Compostela y Doctorando en Paz y Seguridad Internacio-
nal en el Instituto Universitario Gutiérrez Mellado (UNED). Posgraduado en Mi-
norías y Ciudadanía por la Universidade Fernando Pessoa (Oporto) y en Paz, Se-
guridad y Defensa por la UNED. Licenciado en Periodismo por la Universidade
de Santiago de Compostela y estudiante de la Licenciatura en Antropología So-
cial y Cultural en la UNED.
MANUEL FERRAZ LORENZO. Doctor en Ciencias de la Educación, es profesor
titular del Departamento de Historia y Filosofía de la Ciencia, la Educación y el
Lenguaje de La Universidad de La Laguna desde 1989, donde imparte docencia
en el área de Teoría e Historia de la Educación. Entre otras publicaciones suyas,
destacan: Repensar la Historia de la Educación. Nuevos desafíos, nuevas pro-
puestas (Madrid, Biblioteca Nueva, 2005), obra colectiva en la que ha interve-
nido como autor y editor; el libro La Palma: sociedad, educación y cultura
(1931-1939) (Tenerife, 1997); los artículos «Lo más explícito de un currículum
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poco oculto. La visión de la Historia de España en los primeros manuales escola-
res franquistas (1936-1939)» (Universidad de Granada (1998) 297-306); «Es-
cuela Azul (1932-1952: un canto insular a la instrucción patriótica, nacional, sin-
dicalista y catolicista estatal» (Bordón (1998) 50: 93-106); «Acotaciones a la
historia de la educación en Canarias (1975-1999) Rasgos generales y reflexiones
finiseculares» (Boletín Millares Carlo (1999) 18: 11-35); «La educación en Te-
nerife durante el antiguo régimen: entre el estatismo medieval y el pseudorrefor-
mismo borbónico» (Revista de Educación (2003) 331: 265-285).
ORESTES GÁRCIGA GÁRCIGA. Es Licenciado en Historia (1978) por la Uni-
versidad de La Habana. En 1969 ingresó en el Instituto de Historia, adscrito a la
Academia de Ciencias de Cuba. Al constituirse el Instituto de Cuba del Comité
Central del Partido Comunista, en 1987, se incorporó a él en las tareas de investi-
gación. Actualmente trabaja como investigador auxiliar en el Instituto de Litera-
tura y Lingüística “José Antonio Portuondo Valdor” del Ministerio de Ciencia,
Tecnología y Medio Ambiente de Cuba, en el Archivo de Fernando Ortiz.
Como parte de su quehacer científico, integró los colectivos de autores de las
siguientes obras: Historia de Cuba (Tomo I) (La Habana, l996), la cual mereció
el premio de la Crítica y el premio Ramiro Guerra; La Esclavitud en Cuba (Ed.
Academia, l986); Temas de la esclavitud (Ed. Ciencias Sociales, l988); Agustín
Guimerá y Fernando Monge (coords.), La Habana, Puerto Colonial. Siglos XVII-
XIX (Fundación Portuaria y CSIC, España, 2000).
El libro Historia de la esclavitud en las Colonias Francesas (La Habana: So-
ciedad Económica de Amigos del País y Editorial de Ciencias Sociales, 2001), de
José Antonio Saco, para el cual realizó la introducción, compilación de textos y
notas, obtuvo la condición de Logro Científico Institucional en el Instituto de
Historia de Cuba. Ha publicado también artículos y ensayos especializados sobre
historia económica y social en una docena de revistas, y ha impartido conferen-
cias y ponencias en numerosos encuentros científicos cubanos e internacionales.
BÁRBARA KRISTENSEN. Licenciada en Filologia Portuguesa y Española por
la Universidade do Vale do Itajaí (UNIVALI – Brasil), es vicepresidenta del Ins-
tituto Galego de Estudos de Segurança Internacional e da Paz (IGESIP), posgra-
duada en Minorías y Ciudananía por la Universidad Fernando Pessoa (Porto –
Portugal) y exbecaria de la Fundación Catarinense de Ciência e Tecnologia
(FUNCITEC) y del Programa de Bolsas de Iniciação Científica (ProBIC) de la
República Federativa de Brasil, a través de los cuales ha desarrollado investiga-
ciones literarias y lingüísticas.
CARLOS SANTIAGO MARTÍN FERNÁNDEZ. Es Licenciado en Geografía por la
Universidad de La Laguna (1993), donde ejerce desde el año 2001 como profesor
asociado adscrito al Área de Análisis Geográfico Regional. En dicha institución
defenderá en el presente año su tesis doctoral, titulada Articulación del territorio
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293
en el proceso reciente de desarrollo económico de la isla de El Hierro (1960-
1990). Su actividad profesional y sus investigaciones se relacionan con el espa-
cio, los recursos y las estrategias de desarrollo, intereses que ha concretado en la
realización de un Máster universitario en Desarrollo Local (1998) y una docena
de artículos y ponencias.
JAMES PETRAS. Doctor en Filosofía por la Universidad de California, es pro-
fesor de Sociología política en la Universidad de Binghamton (Nueva York,
EE.UU.). Especialista en el área latinoamericana, donde ha impartido docencia e
investigado desde los años sesenta, ha dedicado casi toda su producción intelec-
tual al estudio de la economía mundial y las formas de dominación imperialistas,
las relaciones de producción y los conflictos de clases, la transición a la democra-
cia y la revolución. Una actividad teórica y analítica que ha conjugado siempre
con un permanente compromiso social e ideológico, fruto del cual fue su colabo-
ración con el gobierno del presidente Salvador Allende o su participación en el
movimiento de derechos humanos contra la tortura y las desapaciones en Amé-
rica Latina. Es autor, entre otros títulos, de Perú: ¿transformación revolucionaria
o modernización? (1971); América Latina: economía y política (1972); Política
de poder en América Latina (1974); Cómo cayó Allende: un estudio de las rela-
ciones entre Chile y Estados Unidos (1974); Clase, Estado y Poder en el Tercer
Mundo: casos de conflictos de clases en América Latina (1986); Frágiles demo-
cracias: problemas de transición (1990); Clinton: la política del actual gobierno
de los Estados Unidos (1994) y Globaloney (2000).
JUAN RAMÍREZ GUEDES. Arquitecto y Doctor en Arquitectura (2001), es pro-
fesor titular de Proyectos Arquitectónicos en la Escuela Técnica Superior de Ar-
quitectura de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria. Investigador Be-
cado en el Istituto Universitario di Architetura di Venezia (IUAV), también ha
ejercido en esa institución como profesor invitado, así como en la Escola Supe-
rior d'Arquitectura de la Universitat Internacional de Catalunya, la Universidad
Internacional de Catalunya, la Universidad Internacional Menéndez y Pelayo y el
Politecnico di Milano durante el presente curso (2005-2006). Entre los libros que
ha publicado, el último se titula: Fragmentos para una poética de la ciudad con-
temporánea (Granada: Proyecto Sur, 2003). Ha escrito también numerosos artí-
culos en revistas de arquitectura estatales e internacionales, como «Entre las lí-
neas abiertas – Between open lines» (Quaderns d’arquitectura i urbanisme 223);
capítulos de libros, como Arquitectura del Sol – Sunland Architecture (Barce-
lona: CCAA de España, 2002); y edición de diferentes obras colectivas, como
Arquitectura y urbanismo en Canarias 1068-1988 (Las Palmas de Gran Canaria:
E.T.S. de Arquitectura, 1989). Ha sido ganador de un primer premio en un con-
curso estatal de arquitectura, accesits y diplomas, así como de una mención hono-
rífica en el Premio Oraá de Arquitectura de Canarias.
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CARLOS M. RODRÍGUEZ DOMÍNGUEZ. Es Licenciado en Derecho por la
Universidad de La Laguna, donde también cursó estudios de periodismo.
Posteriormente se especializó en Derecho internacional y comunitario por la
Universidad Politécnica de Cambridge, posgrado que posee Mención de Calidad
por parte de la Comisión Europea. En la actualidad compatibiliza su actividad
profesional como abogado con la realización de una tesis doctoral en la Facultad
de Derecho de la ULL. Ha participado en diversos congresos y publicado
artículos doctrinales en revistas especializadas. Es autor del libro Essays on
International and European Law, de la monografía International Watercourses:
Implications for the Environmental Protection and International Law, y de
European Competition Law: A comparative study, que pronto verá la luz. Así
mismo, es miembro de la International Law Association, de la Cambridge
University Law Society y de la Asociación Española de Profesores de Derecho
Internacional y Relaciones Internacionales, y preside el recientemente creado
Instituto Canario de Estudios de Derecho Internacional.
ENCARNACIÓN TABARES PLASENCIA. Estudió Filología y Derecho en la Uni-
versidad de La Laguna. Se doctoró en Filología española, también por la Univer-
sidad de La Laguna, con su trabajo El habla tradicional de La Gomera, que se
encuentra en preparación para su publicación. Desde 2003 trabaja como docente
en el Departamento de Lingüística Aplicada y Traducción de la Universidad de
Leipzig. En la actualidad, cuenta con una decena de artículos, cuyo eje central
son las relaciones entre la Literatura y el Derecho y entre las lenguas jurídicas
alemana y española. En breve aparecerá publicado su libro Literatura y Derecho
en el Libro de buen amor. La fábula del lobo y la raposa.
Mª REMEDIOS ZAMORA ROSELLÓ. Licenciada en Derecho por la
Universidad de Málaga, es becaria de Investigación del Programa de Formación
de Profesorado Universitario del Ministerio de Educación y Ciencia. Ha
completado los cursos de doctorado, y se encuentra realizando la tesis doctoral
bajo la dirección del Dr. D. Ángel Sánchez Blanco, en el Área de Derecho
Administrativo de la Facultad.de Derecho de Málaga (España). Ha participado en
congresos y seminarios, y publicado artículos en revistas especializadas.
In≈daga (2006) 4
IN≈DAGA
Revista internacional de Ciencias Sociales y Humanas
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Información catalográfica
Indexing
Número 1 (2003)
AGNES HELLER, «Memoria cultural, identidad y sociedad civil»
MICHAEL ESFELD, «What are Social Practices ?»
CIRO MESA, «Sobre las anticipaciones del apocalipsis en Marx»
DANIEL GAIDO, «La historiografía marxista norteamericana»
IMMANUEL WALLERSTEIN, «Una política de izquierdas para una era de
transición»
MONTSERRAT GUIBERNAU, «Nationalism and intellectuals in nations
without states : the Catalan case»
JOSÉ MANUEL MARTÍN MORÁN, «El salario de Sancho Panza: trasfondo
político-literario de una reivindicación sindical»
Entrevista
JOSEP FONTANA: «Buscar solidaridades más allá de los reductos»
Número 2 (2004)
ALEX DEMIROVIĆ, «Libertad y Humanidad»
HANS-HELMUTH GANDER, «Responsabilidad para con el otro. El nuevo
planteamiento del ideal de humanidad en Levinas»
ALEXANDRE DORNA, «La psicología política: un paradigma transversal para
las ciencias humanas y sociales»
ETSURO MAKITA, «Tradición e historia: Gadamer y Krüger»
ALEX DEMIROVIĆ, «El espíritu que quiere volar. Adorno bajo el hechizo»
Entrevista
JUAN CARLOS TEDESCO: «Si algo es necesario, tiene que ser posible»
Recensiones
Dieter Schönecker y Thomas Zwenger (eds.), Kant Verstehen / Understanding
Kant. Über die Interpretation philosophischer Texte.
Por JOSÉ Mª. GARCÍA GÓMEZ DEL VALLE
Isidro Moreno, Musas y nuevas tecnologías. El relato hipermedia.
Por JOSÉ A. GÓMEZ MUNICIO
Jaime Gil y Marta Peña, Batatas de Anaga. Inventario e identificación.
Por CARLOS S. MARTÍN FERNÁNDEZ
In≈daga (2006) 4
Homenajes
ANTONIO SANTONI RUGIU
Ferrer e la “Scuola Moderna”
JEAN-MARC LÉVY-LEBLOND
El espejo, la retorta y la piedra de toque o ¿qué puede aportar la
literatura a la ciencia?
JOSÉ LUIS ESCOHOTADO
Entrevista
Laudatio de Emilio Lledó
Los nueve problemas más urgentes para la supervivencia de Canarias
La metamorfosis del fascismo en la forma-estado del capitalismo
Una lectura prohibida: el Manifiesto Comunista
Tesis sobre la privatización del saber y los exámenes
Escolio contra lo disciplinar, -meta-pluri-multi-inter-disciplinar
Manifiesto de los Amigos de la República de Tenerife (2003)
Número 3 (2005)
OSVALDO COGGIOLA, «História e História Econômica: relações e
contradicões»
HOWARD ZINN, «Las intervenciones militares de los EE. UU. desde una
perspectiva histórica»
BLAS CABRERA MONTOYA, «¿Qué formación para qué empleo? Educación,
trabajo y retórica»
GILLES MOREAU, «¿Qué significa formar a un trabajador?»
FRANCISCO JAVIER GARCÍA YANES, «La LOCE como ley de clase: el
tratamiento de los actores sociales»
THORSTEN BONACKER, «Inclusión funcional, desigualdad social e
integración simbólica. Sobre los problemas estructurales de las
sociedades de migración funcionalmente diferenciadas»
CARLOS M. RODRÍGUEZ DOMÍNGUEZ, «Transfer pricing and multinational
entreprises : a critical analysis in the global economy»
Pierre Aubenque: «Sentido y función de la aporía socrática»
Recensiones
Martin Heidegger, Aportes a la filosofía. Acerca del evento.
Por RICARDO BAEZA GARCÍA
Doris Moreno Martínez, La invención de la Inquisición.
Por NÚRIA RODRÍGUEZ BERNAL
In≈daga (2006) 4
Patricia Ranft, Women in Western Intellectual Culture, 600-1500.
Por REBECA CUBAS PEÑA
Mar Gallego, Passing Novels in the Harlem Renaissance: Identity Politics and
Textual Strategies.
Por PATRICIA ROSA NÚÑEZ
James C. Scott, Los dominados y el arte de la resistencia.
Por JORGE SÁNCHEZ MORALES
Juan José Gómez (ed.), Crítica, tendencia y propaganda. Textos sobre arte y
comunismo, 1917-1954.
Por JOSÉ JUAN BATISTA RODRÍGUEZ
Cultura Moderna (2004) 0. Revista semestral de pensamiento
contemporáneo.
Por JOSÉ JUAN BATISTA RODRÍGUEZ
Entrevista
ENRIQUE MELÉNDEZ HEVIA: «La cultura alimentaria no está basada en lo
que necesita nuestro metabolismo, sino en lo que ofrece la industria»
Documentación
Sobre la libertad de expresión e información en Canarias
IN≈DAGA
S≈ST́N · Tasγunt Tagraγlant n Tussniwin deg Temette d Ales
http://www.indagareview.com
In≈daga (2006) 4