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MADRID CENTRAL ›
Manifestación a favor de Madrid Central, el pasado día 17 de noviembre. FOTO: A. GARCÍA | VÍDEO: EPV
Preguntas y
espacio urbano —en Madrid, por ejemplo, el 80% de la ciudad—. Por
respuestas sobre el eso, los Ayuntamientos quieren redimensionar sus calles para
área de tráfico
proteger la salud y el medioambiente y dotar de mayor
restringido Madrid protagonismo a peatones así como a otros tipos de movilidad.
Central
Londres, Berlín y París avanzan en esa línea, como Barcelona,
Sevilla, Pontevedra y Zaragoza.
En el sistema establecido con carácter nacional, existen cinco categorías y solo las
cuatro más limpias llevan distintivos. Para conocer la categoría ambiental de un
vehículo, se puede consultar en la web de la DGT (www.dgt.es). Los coches de gasolina
matriculados antes de 2000 y diésel anteriores a 2006 carecen de etiqueta. La etiqueta
B se corresponde con coches de gasolina de entre 2000 y 2006 y diésel de 2006 a 2013.
La C, de gasolina posteriores a 2006 y de gasóleo posteriores a 2014. Eco: los híbridos
en general. Cero: los eléctricos o los híbridos con una autonomía de más de 40
kilómetros. Los vehículos que a partir del 24 de abril no lleven esta etiqueta pueden ser
multados.
Sí, se puede llegar al centro de la capital en vehículo privado. Los residentes tienen
permiso para entrar y aparcar en su barrio. Los coches de los no residentes, siempre y
cuando cuente con etiqueta ambiental, pueden entrar a Madrid Central. La clave es
dónde aparca el vehículo: la medida prohíbe aparcar en superficie excepto a residentes o
coches Eco o 0 emisiones. Los vehículos B y C podrán aparcar en cualquier parking de
acceso público. Según datos del Gobierno municipal, en esta parte de la capital existen
5.946 plazas disponibles en estacionamientos subterráneos, tanto de titularidad pública
como privada.
Si duermo en un hotel, ¿puedo pasar?
Sí. Las motos sin etiqueta ambiental de no residentes tampoco podrán entrar a la zona.
Las que tengan etiqueta B y C podrán entrar y aparcar en la calle, pero con horario
restringido: el acceso será de 7.00 a 22.00. El Ayuntamiento ha doblado las zonas de
reserva de aparcamiento para motos en calzada: han pasado de 1.276 a 2.693, además
de añadir 61 nuevos espacios reservados para motocicletas.
El Consistorio ha explicado que quienes incumplan la norma serán sancionados con una
infracción leve: una multa de 90 euros (45 si se pagan en el plazo de 20 días naturales).
Es la misma cuantía que ya se aplica en Embajadores, Las Letras, Cortes y Ópera, las
Áreas de Prioridad Residencial que funcionan desde hace años (la primera data de
2004).
Los residentes podrán solicitar 20 invitaciones al mes para vehículos, que podrán
acceder a Madrid Central para estacionar en la calle durante dos horas como máximo (o
sin límite en el garaje de tu amigo). Durante este año y el que viene, se puede invitar a
todo tipo de vehículos, pero a partir de 2020 no podrá invitarse a ningún vehículo sin
distintivo ambiental.
Solicitar invitaciones para Madrid Central es un proceso que conlleva dos pasos: en
primer lugar, hay que acercarse a una oficina municipal —hay, por ejemplo, en Atocha,
70; Moncloa, 1; Paseo de la Chopera, 10 y Monte Oliveti, 14— con el DNI para que un
funcionario compruebe que la persona está empadronada en el área que se incluye en
Madrid Central. Una vez hecho esto, el Ayuntamiento da a la persona un código de
identificación. Este código es el que sirve para invitar hasta a 20 personas motorizadas
al mes. Este trámite se puede hacer, bien por teléfono (llamando al 010), o bien a través
de la web municipal. Una vez que accedan, los invitados podrán luego aparcar dos horas
en la zona SER o bien todo el día en un aparcamiento público. En cualquier caso, los
vehículos invitados sin etiqueta ambiental no podrán entrar al centro a partir de 2020.
Cualquier titular de plaza de garaje particular ubicada en Madrid Central tendrá permiso
de acceso con un vehículo, independientemente de la titularidad y etiqueta ambiental
del vehículo. Aunque esto también tiene fecha de caducidad: 2020.
Todas las vías de un carril o de un carril por sentido están ya limitadas a 30 kilómetros
por hora en la capital. Esta limitación afecta al 80% de las calles de toda la ciudad —no
solo las de la almendra central— y al 85% de la longitud total de ellas (ya que algunas
vías tienen un carril en algún tramo y dos o más en otros). Las vías limitadas a 50 por
hora serán solo las avenidas de dos o más carriles por sentido, y no todas: en algunas
calles de dos carriles por sentido, como algunos tramos de Alcalá, uno de los carriles por
sentido es carril bus, mientras que el otro está limitado a 30 kilómetros por hora. El
Ayuntamiento ha manifestado su intención de controlar la velocidad en estos puntos
para hacer cumplir la nueva norma, que busca reducir los atropellos mortales. En el
primer semestre de 2018, 869 personas han sido atropelladas en Madrid, un 17,9% más
que en el mismo periodo de 2017; 14 han fallecido.
En Valencia (780.000 habitantes), están haciendo algo parecido: peatonalizar partes del
centro y crear una amplia red de carriles bici a costa de quitar espacio al coche (en carriles
y aparcamientos). El resultado es un aumento exponencial de la gente que se mueve en bici
y una revalorización de los locales comerciales en el centro.
Londres, por ejemplo, fue un paso más allá e implantó una tasa de congestión en la zona
central de la ciudad hace 15 años con mucha polémica, pero que ahora tiene un amplio
apoyo de la población. La tasa abarca un área de 21 kilómetros cuadrados y cualquier
vehículo que acceda entre las siete de la mañana y las seis de la tarde en días laborales
paga unos 12 euros (al principio eran 5 euros); los residentes obtienen un descuento del
90% y las personas con discapacidad pueden circular gratis por toda el área. El volumen de
tráfico en la zona se ha reducido en un tercio respecto al que suponía hace década y media.
El peaje para entrar al centro de la ciudad también se aplica en Milán (Italia), Estocolmo y
Gotemburgo (Suecia) y Singapur, y Nueva York lleva años estudiando implantarlo. Oslo, por
su parte, se ha propuesto eliminar la emisión de gases nocivos para 2025 y para ello
prohibirá la circulación de vehículos que se mueven con diésel y gasolina. Uno de cada tres
coches ya tiene enchufe y los Tesla son una estampa de lo más habitual en las calles de la
ciudad. Además, la flota de transporte público –autobuses y barcos— está en constante
renovación para cumplir con las reducciones de CO2 y contribuir al cumplimiento de los
Acuerdos del Clima de París de 2015.
Mientras, Roma está en pleno debate sobre la movilidad en el centro histórico y ya existen
varias Zonas de Tráfico Limitado con diferentes horarios y condiciones: la más restrictiva es
la del centro, que está cerrada hasta las 18.00 de lunes a viernes y solo pueden circular
residentes, transporte público, motos, taxis y coches eléctricos.
En Berlín no existen medidas para reducir el tráfico, pero se aplica el límite de 30 kilómetros
por hora en calles importantes de la ciudad. Desde 2008 también existe un área
medioambiental de 88 kilómetros cuadrados donde solo se pueden circular los coches con
distintivo verde, que reciben los vehículos cuyo estándar de emisión corresponda a Euro 4 o
superior.
En París se han cerrado vías rápidas para reconvertirlas en zonas peatonales, un proceso
denunciado en los tribunales —el PP de la Comunidad de Madrid también ha denunciado
Madrid Central—. Los jueces dieron la razón a la primera edil. Hace unos días, la regidora
socialista manifestó que en la próxima legislatura quiere peatonalizar los distritos más
céntricos para paliar el negativo impacto de los vehículos en la calidad del aire y en los
monumentos.
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