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Lea a su hijo en voz alta y con frecuencia. Comience a leer a su hijo desde recién nacido
y continúe leyendo a medida que crezca. Al ir leyendo, hable con su hijo. Anímele a
hacer preguntas y a hablar de la historia. Pídale que pronostique lo que va a suceder
después.
Aliente a su hijo a leer por su cuenta. Los niños que se dedican a leer por gusto propio al
menos por 30 minutos cada día desarrollan las aptitudes necesarias para ser mejores
lectores en la escuela.
Designe un tiempo tranquilo de lectura para la familia. A algunas familias incluso les
gusta leer en voz alta, con cada miembro de la familia eligiendo un libro, una historia, un
poema o un artículo para leerles a los demás.