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Invictus es un poema breve escrito por el poeta ingl�s William Ernest Henley (1849-

1903) en 1875, fue publicado por primera vez en 18881? en su Libro de poemas, donde
se hallaba el cuarto de una serie titulada Vida y muerte (ecos).2? No ten�a t�tulo
originalmente:2? las primeras ediciones conten�an solo la dedicatoria A R. T. H.
B.�en referencia a Robert Thomas Hamilton Bruce (1846-1899), un exitoso comerciante
de harina y panadero que era mecenas de literatos�.3? El t�tulo de "Invictus"
(invicto, inconquistable en lat�n) fue a�adido por Arthur Quiller-Couch al
incluirlo en el Oxford Book of English Verse (1900).4?5?

Trasfondo[editar]
A la edad de 12 a�os, Henley fue v�ctima de la tuberculosis a los huesos. A�os
despu�s, la enfermedad hab�a alcanzado un pie y los m�dicos anunciaron que la
amputaci�n por debajo de la rodilla ser�a la �nica forma de preservar su vida. En
1867 hab�a logrado pasar con �xito el examen de entrada a la Universidad de Oxford.
En 1875 escrib�a el poema desde una cama de hospital. A pesar de sus problemas de
salud, vivi� su vida de una forma activa hasta su muerte a los 53 a�os. Su amigo
Robert Louis Stevenson bas� su personaje del capit�n Long John Silver (en espa�ol
John Silver el Largo) de La isla del tesoro, en �l.

Texto original en ingl�s[editar]


Out of the night that covers me,
Black as the pit from pole to pole,
I thank whatever gods may be
For my unconquerable soul.

In the fell clutch of circumstance


I have not winced nor cried aloud.
Under the bludgeonings of chance
My head is bloody, but unbowed.

Beyond this place of wrath and tears


Looms but the horror of the shade,
And yet the menace of the years
Finds and shall find me unafraid.

It matters not how strait the gate,


How charged with punishments the scroll,
I am the master of my fate:
I am the captain of my soul.
En espa�ol[editar]
M�s all� de la noche que me cubre,
negro como el pozo de polo a polo,
doy gracias a los dioses que puedan existir,
por mi alma inconquistable.

En las azarosas garras de las circunstancias


nunca me he lamentado, ni he pesta�eado.
Sometido a los golpes del destino
mi cabeza est� ensangrentada, pero erguida.

M�s all� de este lugar de c�lera y l�grimas,


donde yacen los horrores de la sombra,
sin embargo, la amenaza de los a�os
me encuentra, pero me encontrar� sin miedo.

No importa cu�n estrecho sea el camino,


cu�n cargada de castigos la sentencia,
yo soy el amo de mi destino,
Soy el capit�n de mi alma.

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