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Cualquier truhan puede llegar

La cualquierización es un fenómeno que se ha puesto de moda en los


estamentos de poder en La República Dominicana, por eso en el año 2000
ascendió a la presidencia del país, un sujeto que se constituyó en una vergüenza
y hazme reír para los dominicanos que queremos ver un país próspero, decente
y con ciudadanos antes que habitantes.

"El legado y el ejemplo" que dejó este personaje a su paso por la primera
magistratura del Estado, fue la incongruencia, la multiplicación de los actos de
corrupción, la incoherencia, el descaro y chabacanería, y muy especialmente en
el tema referente su falsa posición frente a la repostulación presidencial, tanto
así, que le llamó "carguito" a tan importante función de ser presidente.

Todo esto fue muy bien emulado por sus sucesores, ocho años después, con el
agravante de que apuestan a la falta de memoria de un pueblo que permanece
en un estado de alienación, que vive el día a día, entretenido entre la cerveza, el
ron, la bachata, el dembow, el consumo de drogas ilícitas y la admiración y los
aplausos a la exhibición de fortunas mal habidas.

Ya hemos visto candidatos homosexuales a diputaciones, diputados que se


involucran en relaciones amorosas con menores de edad y hasta una "ex
prostituta" tenemos como diputada y que también fue regidora por el municipio
de Haina.

Hoy vemos cómo un cualquiera aspira a la presidencia de la república.

Tal es el caso de dirigentes choferiles que en su haber poseen un extenso y


funesto historial, dirigiendo vándalos que dominan el sector transporte, así como
otros que aunque no han delinquido de esa manera, han asaltado al Estado por
medio de la sustracción de recursos cuando han sido funcionarios, tanto de la
oposición como del partido en el gobierno.

Ante este panorama me pregunto: ¿hacia dónde se dirige el pueblo dominicano?

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