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6 fdes/opinión EL OBSERVADOR

Sábado 5 de julio de 2003

la columna
DE RAMÓN DÍAZ
SOBRE ESTO Y AQUELLO

La eficiencia es un valor relegado a un desván en nuestra subcultura, y sólo ello explica la


predilección nacional por las empresas públicas

Por qué no sirven

T
res semanas atrás sos- nidad, de todas maneras, pues,
tuve en esta misma pá- ellas no servirían al interés públi-
gina que el estatismo co. Pero, por supuesto, aquél no es
que sigue avanzando el caso. Los empresarios estatales
en el Uruguay es un de hecho buscan, desde sus posi-
síntoma de masoquis- ciones de poder, su felicidad indi-
mo. Argumenté en base al fracaso vidual. Ésta suele traducirse en un
de las empresas públicas en Rusia y afán de promover sus carreras
Europa del Este, así como en nues- políticas, lo cual nunca ha sido vis-
tro país, pero no tuve espacio para to como corrupción en nuestro
un análisis de fondo. Es lo que hoy medio, sino como resultado (que
intentaré. lo es, efectivamente) de su huma-
Ante todo, hay que tomar la na condición. Ello llevó a la buro-
ruta apropiada, lo que suele resul- cratización de la empresa del Esta-
tarles difícil a nuestros compa- do, en grados increíbles. Pocos fac-
triotas. Antes de la carretera cier- tores de nuestro retardo económi-
ta se abre otra que parece promi- co pueden compararse a éste por
soria, pero que es una garantía de sus fatales efectos. ¿Por qué un
no llegar a conclusión alguna. dirigente de la empresa pública
Consiste en discutir si el Estado es optaría por centrar su esfuerzo en
o no un mal administrador. Si uno el servicio de los consumidores
se mete por ese desvío, termina en –que es lo que al privado le lleva a
un berenjenal. Una de las partes hacer su ánimo de lucro– más bien
dice: “El Estado no sabe adminis- que ser leal por sobre todo al inte-
trar; nunca lo supo”. El otro res- rés, en el sentido más vasto posi-
ponde: “¿Por qué va a ser así siem- ble, del personal, que lo conoce
pre? Probablemente haya sido mal por su nombre y cuya gratitud
administrador en el Uruguay en garse”. Lo que el visitante ha pre- mente deseable, incluso preferi- por el deseo de maximizar ganan- puede serle vital en la próxima jor-
los últimos años; pero cuando guntado es qué clase de felicidad ble a una empresa orientada hacia cias pueden ser eficientes. nada electoral?
nosotros seamos el Estado, verá persiguen los que dirigen la el bien comunitario?” Así es, y por La eficiencia es un valor rele- Sería difícil encontrar un ejem-
usted que administrará bien”. empresa cuando ponen manos a dos razones. La primera razón gado a un desván en nuestra sub- plo mayor de la desafección de la
Nada de eso tiene sentido. Ni lo la obra. Si le responden: “Buscan supone enfocar la cuestión con un cultura, y sólo ello explica la pre- empresa estatal por la eficiencia
que dice el uno ni lo que respon- ganar dinero”, en seguida diag- lente gran angular: sólo una dilección nacional por las empre- que el que –en más de un sentido–
de el otro. Por una sencilla razón: nosticará: “Se trata de una empre- comunidad de empresas orienta- sas públicas. Una consecuencia nos ofrece la torre de Antel. No es
el Estado como tal nunca puede sa privada”. Si, en cambio, le dicen das hacia maximizar sus benefi- directa del propósito de maximi- sólo la iniciativa del entonces pre-
regir ni administrar una empresa. que se esfuerzan por prestar el cios puede conducir al estableci- zar ganancias que anima a la sidente de dicho ente, Ricardo
Eso sólo lo pueden hacer seres mejor servicio posible a la comu- miento de mercados libres capa- empresa privada es su esfuerzo Lombardo, lo que debe preocupar.
humanos, hombres y mujeres. nidad en que viven, el visitante se por minimizar costos. Este obje- Que éste procuraba con ello
Ellos son los únicos que pueden sonreirá, y en seguida dictamina- tivo suele estar erizado de dificul- impulsar su candidatura a la pre-
adoptar decisiones: invertir, no rá que se trata de una organización “Nunca supe que hiciesen tades. Un empresario triunfador sidencia de la República no puede
invertir, tomar empleados, despe- estatal. en este terreno debe ser un líder, suscitar dudas, pero se ha dicho
dirlos, contratar asesores, no A veces los hombres y mujeres
mucho bien los empresarios capaz de infundir un espíritu de que el espaldarazo que el entonces
renovar sus contratos, cerrar plan- de negocios declaran trabajar en que declaran desvivirse por mutua colaboración en su fuerza presidente, Luis María Sanguinet-
tas, comprar otras empresas, lan- procura de hacer bien a los consu- laboral; se necesita un conductor ti, dio a la idea tuvo que ver con la
zar un producto nuevo al merca- midores, pero invariablemente se
el bien público” escribió
que premie el esfuerzo inteligen- concepción del dos veces primer
do, discontinuar la producción de trata de un género de hipocresía. Adam Smith en 1776 te y sancione la laxitud; que pro- mandatario sobre la recuperación
otro, elevar los precios de lo que Palabra más, palabra menos, escri- mueva a quien se alinea en la edilicia de la Aguada; tema que
venden, o reducirlos, solicitar bía en 1776 Adam Smith: “Nunca estrategia del equipo, no a quien recurre en las discusiones que el
préstamos, etcétera, etcétera. supe que hiciesen mucho bien los ces de ordenar la producción en la le inspire simpatía o –dados los conocimiento del verdadero costo
Si alguien llega del exterior sin empresarios que declaran desvi- dirección de las preferencias del vaivenes de la vida– solidaridad; de la obra ha suscitado. De tomar-
saber nada del país, y lo llevan a virse por el bien público”, y se feli- consumidor. que haga del incremento de la se en serio, ese enfoque liquidaría
una empresa, en un primer citaba de que fuesen muy pocos Sólo esa clase de incentivo pue- productividad una obsesión. En toda posibilidad de evaluar la ges-
momento no tendrá la menor idea quienes proponían tal fábula, y tan de poblar la economía de empre- los albores del estatismo urugua- tión de cualquier empresa en base
de si es privada o estatal. Si lo desa- fácil el hacerles reconocer la ver- sarios dispuestos a mantener ojos yo los prohombres de éste hacían a sus estados financieros. Desde
fían a que resuelva el acertijo des- dad. Ésta, para él, no ofrecía y oídos abiertos para saber qué les valer la generosidad del Estado ese punto de vista cualquier direc-
pués de formular una sola pre- dudas. Decía Smith: “Todo pide el mercado, y a esforzarse como patrono. Esa supuesta vir- torio podría justificar inversiones
gunta, y se trata de alguien enten- [empresario] se esfuerza para para ofertar, no los bienes que les tud llevó a que todos los urugua- suntuarias, u otras medidas igual-
dido en la materia, inquirirá de encontrar el empleo más ventajo- gusta elaborar, tampoco aquellos yos tuviesen que pagar servicios mente ajenas a la actividad del
inmediato: “Los que manejan la so para su capital que se halle a su de que se han encariñado porque públicos caros, incluyendo com- ente, en función de intereses que
empresa, ¿en base a qué incentivos alcance. Es su propia ventaja, cier- les deben sus fortunas, sino, estric- bustibles y transporte, bajo la incumben a una intendencia o a
desarrollan su acción?” tamente, y no la de la sociedad, la tamente, lo que el mercado a lo tiranía del monopolio. cualquier ministerio. Obviamen-
Decía Pascal: “Todos los hom- que tiene en cuenta”. largo del tiempo le pide. La segun- Si los dirigentes de las empresas te, la eficiencia es ajena a la empre-
bres tratan de ser felices; aún el que “Y esto”, presumo que algún da razón enfoca un área más con- estatales estuviesen imbuidos de sa estatal, no por accidente, sino
va en busca de una soga para col- lector se preguntará, “¿es real- creta: sólo empresarios motivados un espíritu de servicio a la comu- por naturaleza.

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