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SISTEMA CAPITALISTA.
Este no es el único problema de esa periodificación, sino que además tiene carácter
europeo céntrico.
Las raíces del mundo medieval se pueden remontar a la crisis del bajo imperio romano,
estaba dividido en dos partes: Oriente, urbano y más próspero y Occidente,
considerado como la fuerza dominante. La mencionada crisis afecta las diferentes
áreas de la vida romana: en lo económico, tanto en la baja de los rendimientos
agrícolas, como en las dificultades comerciales. En lo social: el descenso demográfico
relacionado con plagas y epidemias, afecta las actividades militares y económicas. En
lo político: se inician largas luchas por la ascensión al poder que crean inestabilidad
interna. En lo militar: es cada vez más difícil reclutar soldado y de allí la necesidad de
acudir a los bárbaros para la defensa de las fronteras.
El caso de Roma ha interesado mucho más que otros casos. Se reconoce el papel
importante de lo político, un componente importante ha sido el religioso, porque nuevos
credos religiosos adquieren mayor fuerza en este período. El caso del cristianismo se
destaca porque su fuerza se encontraba inicialmente entre las clases menos
privilegiadas, luego ingresa en los estratos superiores de la ciudad, pero nunca logra un
dominio total. Los valores del cristianismo en cuanto a costumbres y a la mayor
espiritualidad han sido muy importantes porque fomentaron la fe, la claridad, el amor al
prójimo. Sin embargo, afectó la ideología que ligaba la política a la religión, impidiendo
que se mantuvieran objetivos como el culto al emperador, la necesidad de las guerras
de conquistas, fomentó una nueva visión del mundo que dificultaba la aceptación de la
cultura clásica.
En los siglos iniciales del medioevo crearon un espacio más amplio, se fueron
integrando territorios con mayor o menor grado de romanización, de tal manera que a
finales del siglo X se había conformado un nuevo espacio europeo, más ligado a las
regiones septentrionales de Europa, costas más extensas y quebradas, la variedad y
discontinuidad en su relieve, el gran número de penínsulas, sistemas fluviales y mares
que junto con el Océano Atlántico ejercían considerable influencia en las diferentes
áreas de la vida de la época. La fauna era bastante diferente a la actual, eran muy
abundantes los animales salvajes. En cuanto a la flora, destacaban las zonas boscosas
y selvas.
Los siglos iniciales nos permiten comprender la importancia que ha tenido para la
conformación del espacio europeo y de la elaboración de una sociedad que integraba
los elementos procedentes del mundo romanizado y de las poblaciones bárbaras.
El mundo romano dejó como herencia el sistema dominical, ligado a la villa o gran
propiedad. El mundo bárbaro contribuyó con un importante sistema de relación entre
los jefes y guerreros. Esta forma de relación no implicaba labores manuales y se
establecía mediante ceremonias; un homenaje o compromiso personal entre el señor y
el vasallo, quien mediante la investidura recibía un beneficio: armas o caballos
inicialmente y más tarde un cargo o una tierra. La fe o fidelidad, el juramento sobre un
objeto religioso.
Los monarcas cuentan con "derechos reales" o regalía y que corresponden a lo militar,
judicial, fiscal, monetario y religioso, constituyendo los elementos reales de la potestad
pública.
El período que transcurre entre finales del siglo VIII e inicios del siglo IX, no solamente
se interesa por lo escrito, sino que además da lugar a la creación de un tipo de letra: la
llamada carolingia que unificó el mundo medieval y se difundió por los siglos siguientes
y ha llegado hasta nosotros. Su objetivo era la comprensión de libros sagrados y su
difusión entre los miembros del clero. Este movimiento de renovación tiene
limitaciones, ha restringido el estudio, creación de talleres, bibliotecas y escuelas.
En Europa, a partir del siglo XIX, Carlomagno va a convertirse en el patrón laico de las
escolares y desempeña un papel importante en las últimas décadas del siglo XX en la
construcción de la unidad europea.
Es importante conocer que la Europa a fines del siglo X era diferente de aquella de los
inicios de la alta edad media, por la desintegración del imperio carolingio.
En este período los poderes locales, es decir, los señores se apoderaron de la regalía o
derechos del monarca. La iglesia poseía estructuras administrativas con gran cohesión
y sus miembros cuentan con prestigio en lo religioso y cultural. A finales del siglo X,
tuvo que enfrentarse a problemas muy graves como tráfico de objetos sagrados, el
nicolaísmo (doctrina que defendía el concubinato de los religiosos), etc.
Sabemos poco de esas sociedades que han sufrido variaciones respecto de los siglos
anteriores y en términos generales todavía padece las dificultades propias del mundo
preindustrial. Esta población cuyas cifras son difíciles de precisar presenta cierta
homogeneización étnica.
Ese marco cronológico debe ser complementado con la referencia geográfica. Durante
siglos se ha considerado la importancia de la geografía como ciencia auxiliar de la
historia, y así se van aclarando una serie de interrogantes sobre lo que ocurrió entre los
siglos X al XIII, gracias a la ayuda de diferentes disciplinas como la palinología, la
dendrocronología entre otras, y los aportes de los historiadores y científicos sociales.
Todavía no es posible determinar sus características con toda exactitud, a medida que
se van presentando los resultados de nuevas investigaciones podemos afirmar la
estabilidad que marcó este período.
DEMOGRAFÍA Y SOCIEDAD
Desde finales del imperio carolingio, se había notado ciertas mejoras y difusiones de
elementos: como el molino, el arado, la herradura, entre otros. Es sobre todo a partir
del siglo X en adelante que su difusión fue mayor en los territorios europeos.