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Desigualdad

Juan Camilo Carvajal Múnera


Teología y Mercado

Introducción

No es un secreto que, comparando nuestros tiempos con épocas anteriores,

estamos mejor que antes, que la pobreza y extrema pobreza han decrecido a lo

largo de los años, que la producción de alimentos y el acceso a necesidades básicas

han aumentado considerablemente. Pero es paradójico pensar que, a pesar de esta

mejora en las condiciones de vida de la mayoría de la población, aún existan lugares

del mundo donde no llega una red de acueducto con agua potable, que se

desperdicien cerca de 600 millones de toneladas de comida al año (cantidad que

alimentaría al mundo por lo menos 3 veces) y a la vez se mueran alrededor de 300

niños por desnutrición en Colombia. Esto puede pasar de ser un problema

económico a un problema política y de manejo de recursos.

Problema

¿Es la desigualdad en el mundo un problema económico o es un problema político?

Tesis

El manejo óptimo de los recursos siempre ha sido un objetivo de la economía, en

nuestro campo tendemos a hacer investigaciones y experimentos tratando de hallar

soluciones a este problema. Buscamos formas de acabar con la pobreza, que la


población pueda tener acceso a las necesidades básicas, que la desigualdad no

sea tan acentuada. Pero a veces estas investigaciones, con resultados y propuestas

consistentes, no son suficientes si no se aplican de manera correcta, y es aquí

donde entra la política.

Como se dice popularmente, la política es dinámica y mientras en campaña se dicen

unas cosas, por debajo de la mesa se hacen otras. Es muy fácil asesorar y proponer

soluciones a los problemas de inequidad y de distribución que tiene el mundo, pero

¿qué hacemos si los que tienen que tomar las decisiones, no las toman de la mejor

manera?

Solo con ver que los países más desiguales se relacionan con niveles de percepción

de corrupción más altos, tal como se ve en el Gráfico 1.

Gráfico 1. Índice de percepción de corrupción. 2016. Transparency.org


Un ejemplo de esto es La Guajira, donde se envían los recursos (dinero) necesarios

para suplir estas necesidades, pero el problema de corrupción es tan amplio que

estos dineros nunca se ven reflejados en mejoras del bienestar. Allá vemos niños

muriendo de desnutrición diariamente, un acceso limitado de agua y menos de agua

potable, mostrando como la corrupción se come todos los recursos que buscan

mejorar las condiciones de vida de todas las personas.

Sin embargo, no todo es tan malo, hay que tener en cuenta que los esfuerzos por

reducir la pobreza no han sido en vano, como podemos ver en el Gráfico 2, la línea

de pobreza y de pobreza extrema a decrecido considerablemente, y esto es debido,

principalmente, a políticas públicas y económicas ejecutadas de manera correcta,

como es el caso de China.

Gráfico 2. Porcentaje de población en pobreza y pobreza extrema. OWID.


Estas mejoras en las condiciones de vida no deslegitiman las luchas sociales por

una mayor igualdad en la sociedad. Como el caso del MST en Brasil, que busca una

mayor igualdad en la distribución de tierras, donde cerca del 50% de las tierras están

en manos de 36.000 familias. De todos modos, es imposible desligar estas luchas

sociales de lo político, ya que siempre buscamos que alguien represente nuestros

ideales y que se puedan tomar decisiones acorde a estas, pero es ahí donde

llegamos al problema expuesto anteriormente, ¿los políticos tomaran las mejores

decisiones?.

Referencias

El viejo topo. En línea: http://www.elviejotopo.com/topoexpress/sin-lucha-de-

masas-no-hay-cambios-posibles/

Oliveres, Arcado (2013) La base de la economía son las personas, no el dinero.

En línea:

http://www.servicioskoinonia.org/agenda/archivo/obra.php?ncodigo=791

Our World In Data. En línea: www.ourworldindata.org

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