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TÉCNICAS DE CONSTRUCCIÓN
Otra técnica que emplearon y que aparece a lo largo de todo el Tahuantinsuyo son los
galpones, llamados así por los españoles. Los arqueólogos señalan su presencia en casi
todos los centros urbanos incas, pues esta técnica se trata de grandes construcciones
con cimientos de piedras talladas y labradas, con paredes de adobes y techo a dos aguas,
cuyas funciones fueron diversas. Algunas veces han sido identificadas como templos. La
puesta a punto de los bloques de piedra, esto es, el desbaste, pulida y acabados tampoco
eran, desde luego, labores sencillas. Quienes han observado por ejemplo, en el Cuzco a
las famosas “piedras cansadas” cuyo rastro va desde las canteras de Rumicolca, no
puede menos que maravillarse al reflexionar que allí no se utilizaron herramientas
sofisticadas de corte ni pulido, sino el sistemático golpe del canto rodado, el corte
mediante “guijarros negros y duros de los ríos” según cita otro cronista, el español
Bernabé Cobo, también del siglo XVI, en su “Historia del Nuevo Mundo”. Por último, las
técnicas que también se utilizaron fue el de los ajustes de las piedras en los aparejos,
esta era tan perfecta que entre piedra y piedra no quedaba espacio alguno, en estos
caso para la unión de las piedras no se utilizaba ningún tipo de argamasa, solo se
colocaban piedras que encajaran perfectamente con otras a manera de rompecabezas.
No obstante, no solo se trabajaba los lados en sus esquinas visibles, sino toda la
superficie de las piedra que tenía que adaptarse a las inclinaciones onduladas de los
lados laterales de cada una de las piedras vecinas, como puede observarse en Machu
Picchu, otra de las técnicas empleadas fue también la del tipo de aparejo de doble hilera
y argamasa en el centro, para los muros. Y entre otras formas de aparejo para los muros
están: el aparejo de bloques de hileras horizontales regulares (Machu Picchu); aparejo
trabajado con piedras biseladas (cusco); aparejo poligonal ciclópeo (Hatunrumiyoc,
Cusco); aparejo de piedra sobre el que se levanta una pared de adobe (Accllahuasi,
Cusco); aparejo de hileras horizontales, de piedras de diferentes tamaños (Machu
Picchu, sector civil) y por último el aparejo colonial nativo que se parece a la anterior.
Construyeron sus techos con técnicas muy calificadas, eran hechas en su mayoría con
vigas de madera y cubiertas con paja o “ichu”, y según la forma de su techado, los
tejados pueden ser clasificados en cuatro: de una sola cuesta, de dos cuestas, de cuatro
cuestas o por último cónicos.
Se sabe muy poco respecto a los instrumentos de ingeniería. Es seguro que se conocía
la plomada y quizás instrumentos para determinar los niveles, medir ángulos y
distancias. La mayor párate de las herramientas que se utilizaban para tratar los
materiales pétreos, así como los martillos y hachas eran de piedra, pero también había
cinceles de bronce. Se sabe muy poco respecto a los instrumentos de ingeniería. Es
seguro que se conocía la plomada y quizás instrumentos para determinar los niveles,
medir ángulos y distancias. La mayor párate de las herramientas que se utilizaban para
tratar los materiales pétreos, así como los martillos y hachas eran de piedra, pero
también había cinceles de bronce. Como elemento constructivo y como martillos y
percutores están: Hiwaya, Diorita verde, y Hepatita, que es un tipo de hierro oligistico
de origen meteórico, entre otras piedras de mayor dureza, comúnmente conocidas
como las piedras de río. También están los instrumentos pulidores que ayudaban a
encajar mejor las piedras; pero como si este proceso fuera poco se encuentran las
piedras y arcillas que usaron como abrasivos, entre ellos: Cuarzo, Calcita y la arcilla pero
esta última no es cualquiera, sino es la que se forma del intemperismo químico de los
silicatos, utilizada para pulir y dar brillo a las piedras (ídem). Los bloques eran tallados y
perfilados. Había que adaptar el bloque uno con otro, lo que se conseguía después de
un largo trabajo de desgaste o de frotación entre ellos (poniendo arena en los
intersticios) hasta que las respectivas superficies quedaran respectivamente encajadas.
Las aristas de los bloques solían biselarse para obtener un efecto artístico. Los bloques
eran partidos utilizando varias técnicas. No solo difiere un edificio del otro en cuanto a
su factura, hasta en un mismo muro son visibles diferentes técnicas y grados de
perfección.
Entre otros personajes que entendían del lugar y espacio estratégico para darle el
significado mágico-religioso, y como muchos autores señalan que la ubicación además
de estar alineado con los astros, están en relación con los apus que lo rodean a Machu
Picchu; no sigue proporcionando datos el autor sobre los ingenieros que llevaron a cabo
esta obra; seguramente los ingenieros eran los mismos que los expertos maestros del
Collao y de otras partes del imperio que fueron traídos y son de mitmas, estos ingenieros
bajo la dirección de los arquitectos fueron los que desarrollaron las increíbles soluciones
técnicas para cada problema que presentaba la difícil geografía de Machu Picchu. Por
debajo de ellos estaban los mamposteros, alarifes y los obreros seguramente traídas
desde todos los rincones del imperio, quienes pertenecen al grupo del pueblo llano o el
ayllu; enfatiza el autor en este tema los obreros no fueron los de la elite, sino la masa
quien por el sistema de mita acudirían a Machu Pichu en grupos o cuadrillas por
temporadas de tres meses, como era costumbre entonces. El mega proyecto fue
concebido desde el inicio con un plan sacro que implicaba desde la disposición de las
rocas hasta la elección del Intihuatana bajo un plan en consenso con todo los entendidos
(directores técnicos), de la época, y esto se muestra a la simple observación de la
distribución y aprovechamiento del espacio en dos sectores: Zona agrícola y urbana y
esta a su vez en Hanan y Hurin , con esto siguiendo, a la configuración de Cusco y
cumpliendo con la ley abstracta de la dualidad andina que se refleja en casi todos los
aspectos del incanato. Los mamposteros incas fueron locamente geniales y locamente
respetuosos de la naturaleza, mientras en el mundo occidental el hombre entendía que
la forma más práctica de cortar un sillar era en cuadrículas o paralelepípedos de tal
manera que es estándar y puede usarse en cualquier parte de la obra, los alarifes
andinos tenían otros conceptos, como el máximo aprovechamiento de la roca.
MACHU PICHU
CIVILIZACIÓN