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R ESEÑ A S
liem¡)() del 1Jo 111b re. lo tragedia del explicacio nes de n ui as palabras de t ~ rmin a hacie ndo reagru pamie ntos
l10111 h re ocuwl: e n ti n. para se r un uso bastant e común . como c uand o y síntesis d~ las obras me diante pa-
tex to de crítica lit era ria que contie- en e l re lato de l Mo há n se define n ra le lismos - e ncuent ro los siguie n-
ne refe re ncias a la lit e ra tura e cri ta in necesa ri a me nte los instrum e ntos tes grupos: histo rias precolo mbinas
po r .. mino ría ···. es mu y .. mode rn o ... para pesca r: (3): histo ri as de te ma ind ige nista
e rror que resa lta aú n más. e n vista donde se eviden cia un choque ideo-
de que e l profeso r Ló pez sí conoce ... el anzue lo. que es un dardo con lógico- cultura l (2): e res sobre natu-
la crítica fe m inista y posible me nte ganch os pequei'los que cuelga de ra les (6): dos de carácte r históric o:
debe conoce r la li te ratura de muje- un hilo (... ) caña de pesca r. don- un raro cue nto -en e l contex to in-
res y los a portes de éstas. sie ndo así de se aw el hilo del an zuelo \' unas te rno de la obra- de pre te nsiones
que la lite ra tura feme nina ha contri- carnad as o alimem os para" aira- borgia nas y otro, e l último , de un
buido a transfo rmar y re novar ta nto par a los peces (pág. 20). a rgume nto tan fantást ico que tiene
la crítica como la literatu ra conte m- más visos de invenc ión person al que
poráne as. como ya lo ha n recono ci- Por razone s como la ante rior, e l gé- a nó nima.
do críticos como J onatha n C ulle r o ne ro de la literatu ra infanti l siempre
Ánge l Lourei ro. Sé por experi encia será objeto de reflexión y cuestio na-
propia que es difícil escribi r e n un miente s: ¿cuál ha de ser el material
le nguaje incluye nte y más a un rom- apropi ado?, ¿cuáles las palabra s? Si
pe r con las pautas dictadas por nues- mucha s ave nturas e imagin ació n, si
tra cul tura , e n que la invisibilizació n un le nguaje di recto o excesiv amente
de las muj eres ha sido una consta n- me tafóric o ... Y el aspect o mora l.
te durant e mile nios, pe ro esto no es Sie mpre e l aspecto mora l, que, por
e xcusa para no hacer e l intento de un lado, puede hace r de l propio a u-
tran sfo rmar una rea lidad op resora tor el ma yo r censor de su obra,
de mucha s person as e n e l m undo. Lo limitán dola hasta la comple ta estre-
siento , pro fesor L ópez, pe ro, as í chez; y, en otro sentido , compro me-
como reflexio na sob re la forma de ter la esencia de la li te ratura, conviT-
escribi r de o tros a uto res, deberí a tié ndola en un instrumento comercial
hacerlo sobre como uste d lo hace. disfr azado de preocu pación pedagó -
gica. En este sentido , he llegado a
L EO NARD O M o NTEN EGRO pregun tarme si el auge de la literatu -
ra infanti l no se relacio n a con los
1. Aquí el autor sigue a H orkheim cr y anunci os comerc iales de la televisi ón
Adorno. que pican a los niños para hacer gas-
tar a los adultos .
P e ro, deja nd o al ma rgen estos
cuest iona mi entos q u e darían p ie
Para mayores para una discusi ón mucho m ás e x-
de nueve tensa (y ahí queda la idea para un
númer o de l Boletín C ultural que gi- Com o se ve , desde el punto de
raría en torno al ser de la literatu ra vista temáti co este libro posee un
Cuentos y leyenda s de Colomb ia infantil colomb iana), y atenién dome carácte r miscelá neo y carece de un
José Luis Díaz Granados a la buena fe manife stada por Díaz orden te mporal, pues e l prime ro de
Editori al Norma , Bogotá , 1999, 90 Gra n ados e n las " Pa labras li m i- los relatos que lo constit uyen, situa-
págs. , il. n ares", donde aclara las fuente s de do e n la é poca de la emanc ipación ,
sus version es y expres a el deseo de se refie re a un conmo vedor encuen -
q ue su o bra sea como " un delicioso tro e ntre una ancian a y e l Liberta -
Cuand o un autor tiene de masiad o en aperitivo q ue estimu le a los niños y dor; en ta nto e l segund o, ubicad o e n
mente ~n público específ ico pue de a los jóvene s de mi país par a a pren- e l " pasado absolu to" , como se de-
come ter ciertos exceso s, que e n este der a conoce r y a a ma r a su 'm ás in- duce desde e l típico comien zo: " H a-
caso - se trata de un a obra com- m e diata semeja nza ' . Como qu ie n bía una vez ... ", n arra una aventu ra
pre ndida en una colección dirigid a dice, a ellos m ismos. A nosotr os mis- de ese demon io travieso y rústico del
a niños mayor es de n ue ve años- mos" (págs. 9-10), m e limito a resu- campo colomb iano que es el Mohán .
traspas an ya los límites de la simpli- m ir, con alguno s breves comen tarios, De es ta histori a se p asa secuen -
cid ad , cosa eviden te e n el glosa rio estas q uince version es legend arias: cialme nte en e l libro a un bello idi-
de seis página s de este volum en, que Al orga nizarlas , para un mej or lio cuyos protag onistas son dos jó-
e n conten ido pro piame nte dicho no a ná lisis , segú n un orden temáti co venes indíge nas: e lla , la pri ncesa,
exce de las sesenta y cinco, o e n las -al fin y al cabo, e l lector siem pre he rm osa pe ro dueña a la vez de un
B O t..J>lÍN CU LTU RAl.\' DIU L JO(; R,\ F l CO. VO L . 41, NÚM . 6 5 ,2004
Digitalizado por la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la República, Colombia.
RE SEÑAS C 1~ Í T 1 CA 1. 17 E U A U 1 A
corazón inquebrantable, corno una para su contenido el adjetivo apro- palabras e imágenes más comunes
piedra, y él. el típico pastor humilde piado sería "trucule nt o"- de un para decir las cosas más extraordi-
y rechazado. Sigue a esta historia bebé cíclope y glotón. narias. Cuando uno lee la leyenda de
otra de tipo intempora l, titulada El San Jorge y el dragón de Jacobo de
tesoro de la Gurupera, mítico cerro la Vorágine, se maravilla tanto por
antioquei1o de cuyo interior brota la la s impli ci_dad del lenguaje del
música de un órgano ejecutada por hagiógrafo medieval corno por lo
un monje maldito y descabezado. El extraordinario del asunto tratado. Sí.
quinto relato es el de Bachué, la gran Los argumentos mismos de las le-
mamá - ¿título que parodia el de la yendas son suficie ntes para maravi-
Mamá Grand e?- . de argumento llar y, por eso, un buen escritor
bastante conocido. Sigue, e n su or- folclorista debe ser ante todo alguien
den, ¡V/al de amores, típico cuento muy cercano a la esencia, siempre
basado en la salida ingeniosa de un sabia y creativa, pero básicamente
emisario de la vox populi; en este espon tánea, del lenguaje popular.
caso se trata de un cacique que , ante Las mismas leyendas de Bécquer,
la recriminación de un médico por- cargadas de los excesos sentimenta-
que los curanderos del pueblo no les del romanticismo, participan de
han podido curar una epidemia, re- esta característica, a pesar de ser re-
futa al engreído doctor, diciéndole feridas desde la voz y la ideología
que su medicina tan poderosa no ha contradictoriamente aristocrática de
podido hallar la cura para el simple los más grandes románticos. D íaz
mal de amores. Aparece, a continua- Granados entiende esto y, a pesar de
ción, un personaje del mundo colo- las marcas comerciales de su "pro-
nial, el virrey Solís, quien una noche ducto" y de su desfase final, lo prac-
acude a sus propios funera les. La
octava historia, también de carácter
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tica en forma bastante aceptable.
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