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erecho económico

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El Derecho económico es el conjunto de principios y de normas de diversas jerarquías,


generalmente de Derecho público, que inscritas en un orden público económico plasmado en
la Constitución Política o carta fundamental, facultan al Estado para planear indicativa o
imperativamente el desarrollo económico y social de un país y regular la cooperación humana
en las actividades de creación, distribución, cambio y consumo de la riqueza generada por
el sistema económico, así como indicar los lineamientos a los cuales se someterá la actividad
privada.

El juez, en el Estado social de derecho también es un portador de la visión institucional del


interés general. El juez, al poner en relación la Constitución -sus principios y sus normas- con la
ley y con los hechos hace uso de una discrecionalidad interpretativa que necesariamente
delimita el sentido político de los textos constitucionales. En este sentido la legislación y la
decisión judicial son ambas procesos de creación de Derecho.

En este sentido, se define como el papel que tiene el Derecho (entendido en este caso
como sistema jurídico) en la regulación de la actividad económica. Este marco legal que
establece las "reglas del juego" neutrales para los actores diversos económicos1 abarca las
transacciones bursátiles, la auditoría de negocios, las leyes referentes a la economía (como las
leyes monetarias, por ejemplo), y en general todas las actividades comerciales y de
funcionamiento de los mercados. Se observa entonces hasta qué punto los campos de
la Economía y el Derecho están íntimamente ligados y mantienen una interacción constante
entre sí. Asimismo, cabe anotar que el hecho de ejercer influencia en la esfera económica le da
al Derecho un carácter multidisciplinario, amplía notablemente su campo de acción y hace un
distanciamiento de la tradición antigua europea.1

Derecho económico en los modos de producción del Derecho antiguo europeo y


estadounidense[editar]

Los principios del Derecho económico se derivan y aprenden de la práctica. Lo anterior, si bien
responde al modelo estadounidense, contradice el modelo antiguo europeo. Este último se
aislaba completamente del conocimiento jurídico en la práctica e incluso a los practicantes que
día a día estaban en contacto con las realidades de la vida cotidiana se les consideraba
inferiores a los líderes académicos del ámbito espacial jurídico en donde tiene vigencia la
norma jurídica de un estado. Por otra parte, en ese mismo sistema los jueces y abogados
lograron su autonomía aparentando renunciar al mundo comercial, lo cual conllevó a que la
idea del abogado como un consejero de negocios, por ejemplo, se desarrollara muy despacio.
Conforme fue pasando el tiempo, fue necesaria una estadounización del sistema antiguo
europeo, ya que poco a poco se vio incapaz de satisfacer las demandas de regulación del
mercado en Europa. Aun si esto reñía con la tradición de los jueces, muchos de los cuales
querían conservar las viejas tradiciones y el culto al derecho puro,1 no quedaba otra salida para
resolver las disputas económicas a las que se enfrentaban. Fue así como se transformó el
sistema de producción de Derecho europeo. El papel de sus actores tuvo la oportunidad de
transfigurarse tanto dentro del campo jurídico como en cuanto a su relación con el Estado, y se
pudo dar cabida al derecho económico y a una nueva forma de doctrina y educación jurídicas.
La doctrina mexicana, argentina, española y colombiana2 hace una histórica referencia al
carácter público del Derecho Económico, aunque en la práctica, dicha distinción se encuentra
en proceso de obsolescencia. Inevitablemente, esta regulación por parte del Estado afectará
las relaciones jurídicas más privadas. En efecto, el Derecho Económico ha progresado hacia
diversos campos complementarios o más recientes, tales como el Derecho Administrativo
Económico, el Derecho Internacional Económico, el Derecho Penal Económico ó el Derecho
Constitucional Económico.

En efecto, este fenómeno puede denominarse "Transversalidad del Derecho Económico", el


cual significa que el componente económico del Derecho puede ser identificado en sus
disciplinas más tradicionales, tales como el Derecho Penal, el Derecho Constitucional, entre
otros. Esta "Teoría Transveral" del Derecho Económico ha sido rescatada por José-Manuel
Martin Coronado (2011),3 con la finalidad de otorgarle una autonomía propia.

De otro lado, corrientes estudiantiles suelen confundir el Derecho Económico con el Análisis
Económico del Derecho, no obstante, según Witker (1999) y Martin (2011) la distinción es
clara, pues se trata de un lado un sistema jurídico-económico y de otro un método de análisis
de tipo económico.

Véase también

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