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AL DE ENTRE RIOS
SOCIAL EN
ROSARIO
Historia de su
formacin profesional
GABRIEL BRITOS
U4 29?CAPITULO
LA EMERGENCIA DEL TRABAJO SOCIAL ARGENTINO:
ENTRE LA MODERNIDAD Y LA ANTIMODERNIDAD
Como se pudo apreciar, la emergencia de la formacién profesio-
nal en Argentina, estuvo determinada en primer lugar por el interés
de los médicos higienistas y en segundo lugar por la preocupacién
del Estado. Estos intereses se enmarcaron en un particular contexto
histérico, el del desenvolvimiento de la cuestién social en las prime-
ras décadas del siglo XX. Estas afirmaciones fueron claramente ex-
puestas en los estudios mas conocidos sobre el desenvolvimiento de
la profesion en el pais, como son los de Norberto Alayén y Estela
Grassi. A esas afirmaciones, el trabajo de Gustavo Parra incorpora
una discusién en torno a las principales caracteristicas de la profe-
sién en su emergencia, que trabajaré especialmente en este capitulo.
En su trabajo, Parra plantea la propuesta de comprender la emer-
gencia de la profesién, dentro de un claro carécter antimoderno y
profundamente conservador. Antes de discutir esta propuesta, se
quiere dejar en claro la interpretacién adoptada sobre la Moderni-
dad y el conservadurismo, para después si, entrar directamente en la
discusiOn. En la interpretacién de la Modernidad, se utilizan autores
como Giddens, Boaventura o Cassirer, que si bien se ubican en mar-
cos teéricos diferentes, son recuperados porque desarrollan explicita-
mente la doble racionalidad de la Modernidad, las dos columnas en las
cuales se sustenta este proyecto socio cultural; entre ellos particularmen-
te Giddens y Boaventura. Ese andlisis de la Modernidad es fundamental
para encaminar la discusién que se plantea aqui, sobre el cardcter
antimoderno y profundamente conservador propuesto por Parra.
Modernidad y Conservadurismo
La Modernidad es comprendida como un proyecto socio cultu-
tal que se inicia y desenvuelve, en primer lugar en Europa Occiden-
tal, para luego expandirse por otros territorios. No existe consenso
para determinar el acontecimiento hist6rico que le da inicio, presen-
téndolo desde fines del siglo XV con el descubrimiento de América,
35hasta fines del siglo XVIE con la Revolucién Francesa. Sin embargo,
lo que interesa remarcar aqui, es que permitié el surgimiento de una
época radicalmente nueva para la humanidad, principalmente por
retirarla del oscurantismo en el que se habia encontrado durante si-
glos, viviendo en un mundo encantado, fantastico. Mundo recreado
por las clases dominantes que detentaban el poder y control del co-
nocimiento: la iglesia, el poder feudal y el Estado monarquico*.
La posibilidad de producir un cambio radical se encuentra en la
utilizacién de la razén, que buscaba la socializacién del conocimien-
to, alcanzar una total racionalizacién de los fenémenos que determi-
nan la existencia del hombre. Oponiéndose de esa forma al escolasti-
cismo aristotélico medieval y a la filosofia de la naturaleza del Rena-
cimiento*. La razén ir4 desplazando progresivamente las preocupa-
ciones teolégicas —teocentrismo- como tinico interés valido de cono-
cimiento. Como bien lo expresa Cassirer, la raz6n en el inicio de la
Modernidad, se encuentra con la posibilidad histérica, de citar ante
su tribunal al antiguo régimen, con sus respectivas normas y valores,
con el fin de exigirles sus fundamentos de verdad y validez. Se desata
una lucha contra el temor de tiranos invisibles que habian sido im-
puestos por los representantes del antiguo régimen al resto de los
morales, convirtiéndolos en serviles y cobardes, ante los déspotas
reales que habitaban la tierra’.
La complejidad del proyecto socio cultural de la Moderni-
ad, que lleva a la humanidad a experimentar un cambio radi-
cal, en la manera de comprender y experimentar las diferentes
situaciones en la cual se encuentra envuelta cotidianamente, di
ficulta el intento de querer dar cuenta de ella en pocas palabras.
Aunque en el parrafo que reproducimos a continuacién, Marx lo
consigue en estos pocos renglones y aun poéticamente:
“La critica no arranca de las cadenas las flores ilusorias para que
el hombre soporte las sombrias y desnudas cadenas, sino para
que se desembarace de ellas y broten flores vivas. La critica de la
religién desengafia al hombre para moverlo a pensar, a obrar y
organizar su sociedad como hombre desengafiado que ha entra-
do en raz6n, para que sepa girar en torno de si mismo y a su yo
real. La religion es, simplemente, el sol ilusorio que gira en torno al
hombre mientras éste no se decide a girar en torno a si mismo”**.
% Michel LOWY Ideologias e ciéncia social. Elementos para uma andlise marxista. p. 37.
* Karl MANNHEIM. O Pensamento conservador. In: MARTINS Introdugio critica a sociologia
rural. p. 90.
» Ernest CASSIRER. La filosofia de la Ilustracién. pp. 34 y 156.
®Carlos MARX. Ent torn a le critica de la flosofia del derecho del Hegel. p. 492.
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