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INTRODUCCIÓN

Freud creía que algún día el psicoanálisis descubriría sus fundamentos orgánicos. En mi
libro sobre Wilhelm Reich ] he demostrado que el desarrollo coherente por Reich del
análisis del carácter hasta lo que denomino "vegetotcrapia" (una terapia que aborda las
raíces fisiológicas de la neurosis) proporcionó precisamente esos fundamentos orgánicos.
Reich sentó las bases de una psicología somática. Hoy podemos ver en él al gran
patrocinador de todas las terapias actuales que operan con la vida emocional del cuerpo. La
terapia guestáltica fue creada por Fritz Perls, un ex paciente y discípulo de Reich. El análisis
biocnergético, con base en Nueva York, fue fundado en 1956 por Alexander Lowen y John
Pierrakos, dos médicos también formados por Reich. En 1970, Cerda Royesen fundó en
Londres su Centro de Psicología Biodinámica, donde continuó desarrollando el trabajo
terapéutico iniciado por Reich en Escandinavia.
En la actualidad la psicología somática se inspira en muchas fuentes, además de Reich.
Stanley Keleman, destacado profesor de bioenergética, creó en 1970 el Centro de Estudios
Energéticos y desarrolló una rica teoría y práctica de los procesos somáticos, vinculando el
tono muscular y la pulsación de los tejidos con la biología del soñar y la poseía de la
encarnación.
Yo inicié mi trabajo terapéutico basándome en el enfoque biocnergético de Reich; para mí,
la palabra "bioenergético" se aplica a todos los procesos vitales del cuerpo. Después de
veinticinco años de trabajar en este campo, empecé a usar la palabra "biosíntesis'1 para
denominar mi enfoque terapéutico personal.
Biosíntesis significa integración de la vida. El término fue empleado inicialmente por
Francis Mott, un inglés que creó un método de psicología configuracional basado en el
profundo estudio de la vida intrauterina. Desde 1975 yo mismo he ido elaborando una
terapia fundada en ideas derivadas de la embriología.
El concepto central de la biosíntesis es que en el cuerpo fluyen tres fundamentales
corrientes energéticas o corrientes de vida, asociadas con las capas embrionarias
celulares (el ectodermo, el endodermo y el mesodermo) del óvulo fertilizado, a partir de
las cuales se forman los sistemas orgánicos distintivos. Estas corrientes se expresan
como un flujo de movimiento a través de las vías musculares; como un flujo de
percepciones, pensamientos e imágenes a través del sistema neurosensorial, y como un
flujo de vida emocional en el núcleo del cuerpo a través de los órganos profundos del
tronco. El estrés antes del nacimiento o durante la infancia y en la vida adulta quiebra la
integración de esas tres corrientes.
En la biosíntesis, la reintegración terapeutica se logra por medio de la liberación de la
respiración y el centramiento (centring) emocional; con la retonificacion de los
músculos y el enraizamiento (grounding) de la postura, y con contacto cara a cara
(facing) dándole forma a la experiencia a través del contacto visual y la comunicación
oral.
La embriología ha profundizado considerablemente su comprensión gracias a los
aportes de la psicología configuracional de Francis Mott, la teología clínica de Frank
Lake y la morfología dinámica de Otto Hartmann.
La tarca de integrar acción, sentimiento y pensamiento forman el enraizamiemo externo
de la biosíntesis. Debajo del cual hay un enraizamiento interno que expresa la esencia o
espíritu de cada persona. El trabajo de Robert Moore (en Dinamarca) sobre el
centiramiento psíquico a través de la imaginación de la respiración y el restablecimiento
del equilibrio del campo energético corporal ha sido una de las influencias más directas
en este sentido.
En biosíntesis, yo he desarrollado una teoría del trabajo terapéutico de re-integración
demostrando que es la expresión de dos temas fundamentales, más profundos que la
psicología o la biología. Parecen ser temas básicos subyacentes en la emergencia de la
materia y la vida, así como en la integridad del cuerpo y la formación del self. Esos
temas son los siguientes:
1. El proceso formativo en la naturaleza. La aparición de niveles superiores de orden a
partir de los niveles inferiores es una ley natural básica de los sistemas abiertos. El
principio de la autocuración, que es el núcleo de la terapia, constituye una expresión de
esta ley.
2. El campo organizador. El proceso formativo debe ser potenciado por un conjunto
adecuado de condiciones. Sin ellas no se produce la autoorganización. El desarrollo
sano del niño exige la presencia de progenitores con los que tenga profundos contactos
para obtener el "organizador biológico" (Mahler) para un crecimiento normal. Al
trabajar en la transformación de los patrones emocionales y expresivos bloqueados, la
herramienta esencial es la respuesta sensible de vida de otro ser humano. Reich
denominaba "identificación vegetativa" a la aptitud para sentir en el propio cuerpo los
patrones expresivos bloqueados que están constriñen-do a otro. Stanley Kelefnan llamó
"resonancia somática a la relación biológica entre dos personas. La resonancia somática
délas manos, la voz y/la presencia del terapeuta es el campo organizador en el que lugar el
proceso formativo de re-integración de cuerpo, mente y espíritu.
He trabajado como terapeuta con un origen vinculado a estas tradiciones de comprensión de la
dinámica del cuerpo durante los últimos treinta años. En las páginas que siguen trato de dejar
establecidos algunos de los principios de mi práctica.
He tratado de no excederme en el uso de artículos o pronombres masculinos y de no recurrir a la
"convención*1 de que con ellos se hace referencia a los dos sexos. Lamentablemente, la mayor
parte de las alternativas me parecen incómodas o inaceptables. Espero que el lector no presuma
que cuando digo "los" o "ellos" me estoy refiriendo a los hombres, al desarrollo o a los
principios "masculinos, pues tal no ha sido mi intención.
DAVID BOADELLA
Centro de Biosíntesis
BCM Chesil
Londres WC1N 3XX
NOTA
Boadclla. David, William Reich: The Evolución of his Work, Rouúedge y Kegan Paul, 1985.

1. LA EXPRESIÓN EMOCIONAL Y EL CUERPO


El lenguaje de la bioenergía
Hay que reconocer desde el principio que es imposible que un individuo no se comunique.
Incluso el silencio total nos dice algo sobre una persona y sobre el modo en que aborda el
mundo. El enfoque de los sintonías neuróticos descritos con palabras por el sujeto perturbado
se complementa en la terapia bioenergética con un enfoque de los -signos del estrés emocional y
el trastorno expresivo revelados por los aspectos -no verbales del paciente.
El primer científico que subrayó la importancia fundamental de la comunicación no verbal fue
Charles Darwin, en su notable libro The Expression ofthe Emotions in Man and Animals, que
debe considerarse un texto básico de la psicología y la etología.
Deseo incluir una cita breve de lo que dijo Darwin, porque ello ayudará a establecer el marco de
referencia para el trabajo que describiré.
"• Los movimientos expresivos del rostro y el cuerpo tienen gran importancia para nuestro bienestar. Son los
primeros medios de comunicación entre la madre y su niño; ella sonríe con aprobación o frunce el ceño
desaprobando, y así alienta al niño a lomar la senda correcta... Los movimientos expresivos dan vivacidad y
energía a las palabras pronunciadas; pueden revelar —y a menudo revelan— los pensamientos con más sin-
ceridad que las palabras, que pueden ser falseadas La expresión libre de una emoción se intensifica por medio
de signos extensos. Poniendo a las personas es actitudes apropiadas, es posible generar pasiones. Por otro
lado, la represión de lodos sus signos exteriores suaviza nuestra emoción. 1
Esto fue escrito en 1872, un cuarto de siglo antes de que Freud empezara a descifrar el
inconsciente. En la historia temprana del psicoanálisis2 hay muchas pruebas de que Frcud
había descubierto el principio fundamental que Darwin bosquejó en el pasaje citado. Por
ejemplo, Frcud reconoció muy pronto que recordar experiencias infantiles olvidadas no
tenía ningún efecto curativo á menos que también se recobrara la emoción enterrada.
Mediante sus técnicas verbales trataba de alentar los recuerdos afectivos, pero muchos
pacientes parecían incapaces de experimentar sus emociones largo tiempo contenidas. Algo
parecía interponerse en el camino. En la terminología freudiana se habla de "resistencia" a
la curación: la resistencia a enfrentar lo que un amigo mío denomina "la crir sis suprema de
ser ayudado".
Wilhelm Reich, uno de los primeros estudiosos del marco de referencia psicoanalítico, fue
quien empezó a comprender cuál era el obstáculo. Reich es bien conocido por su libro clá-
sico Character Analysis,5 en el cual proporcionó el primer mapa detallado de los elaborados
sistemas de defensa que construyen los pacientes neuróticos para protegerse del mundo
exterior y del impacto de sus propios sentimientos. Pero no quedó satisfecho con esa
importante comprensión del funcionamiento de la personalidad neurótica, y desarrolló la
teoría bioenergética. Después fue mucho más lejos. Desde 1935 realizó una cuidadosa
investigación de las tensiones musculares de sus pacientes.
Es cierto que, independientemente de Reich, autores como Jacobsen y Schulze habían
publicado libros sobre sistemas de relajación. Rudolf Laban4 asimismo, había creado un
sistema completo de movimientos expresivos que revitalizó la enseñanza de la danza del
ritmo en el trabajo y los principios de la educación física en las escuelas. En 1966 el
Instituto Laban convocó a su primera conferencia sobre "el movimiento como terapia" (Sen
a te House, Londres) en la cual se exploró la posibilidad de utilizar la terapia del
movimiento con niños y adultos emocionalmente perturbados.
El abordaje de Reich era más profundo y dinámico, precisamente por su orientación
psiquiátrica. A Reich le preocupaba el hecho de que sus pacientes se comportaran como si
estuvieran medio muertos, con su funcionamiento normal bloqueado en todos los niveles.
Advirtió que tenían problemas sexuales, que en el trabajo sus procesos corporales carecían
de ritmo, y que respiraban sin coordinación. En otras palabras, Reich comenzó a estudiar y
abordar a sus pacientes como lo había propugnado Darwin, considerándolos primero y
principalmente organismos en cuyas dificultades neuróticas estaba involucrada su conducta
total.
El abordaje terapéutico de Reich fue poco comprendido porgue las escuelas terapéuticas de
la época no tenían cómo orientarse con este marco de referencia. La etología, el estudio
sistemático del carácter humano, había surgido muy poco antes. La mente era todavía
considerada una especie de compartimiento separado del cuerpo. El énfasis de Reich en la
expresión corporal divergía tanto de muchas de las prácticas prevalecientes de los otros
analistas que se lo vio como una herejía excéntrica; muchos pensaron que Reich iba por mal
camino.
En este punto desearía referirme brevemente a las cuatro personas que más han hecho por
seguir desarrollando el sistema terapéutico de Reich, por enseñarlo y preparar a otras per-
sonas para que lo apliquen. Fin Escandinavia, donde Reich trabajó inicialmente, el doctor
Ola Raknes utilizó esta forma de terapia durante más de 35 años. 51.a doctora Nic Waal, que
ocupó muchas posiciones destacadas en psiquiatría en Noruega y Dinamarca, y fue también
directora del Institut for Psykiatri de Oslo, se formó con el propio Reich y, a su turno, entrenó
a muchos grupos en este enfoque bioenergético. 6 Uno de los múltiples vástagos de su trabajo es
la escuela de "terapistas del movimiento", que en los hospitales psiquiátricos de Holanda están
tratando a sicóticos severamente perturbados.
De Escandinavia, Reich pasó a Estados Unidos donde el doctor Elsworth Baker ha formado a
toda una generación de terapeutas jóvenes en los métodos que aprendió de Reich. 7 Finalmente,
el doctor Alexander Lowen ha ampliado y desarrollado el trabajo de Reich, en muchos sentidos
radicalmente, y es el fundador del Instituto de Análisis biocnergctico de Nueva York. 8A través
de su influencia, el conocimiento de los principios y la práctica biocnergéticos se ha difundido
'ampliamente en Estados Unidos y otras partes.
Llamamos "bioenergéticas" a esas terapias porque abordan reacciones emocionales poderosas.
Es bien conocida la capacidad que tienen las emociones para movilizar o paralizar el cuerpo.
Además puede decirse que, sin excepciones, un neurótico o un psicótico han perdido una parte
de la gama total de las expresiones emocionales humanas. Han perdido, o nunca desarrollaron,
ciertos movimientos que puede hacer el niño sano. En alguna medida está perturbada la
movilidad. Una neurosis equivale entonces a un sistema de bloqueos que impiden el libre flujo
de los sentimientos a través del cuerpo. La meta de la terapia bioenergética es superar esos
bloqueos y restituir el libre flujo.
Antes de describir detalladamente algunos de los bloqueos sobre los que hablaremos, y los
medios empleados para removerlos, debo dejar en claro que en esta obra definimos la emoción
como "moción o movimiento hacia afuera.". En este sentido constituye una expresión
fundamental de todas las formas de vida. Incluso los animales unicelulares presentan una
función simple de expansión y contracción del protoplasma en respuesta a estímulos.
Esa función simple podría considerarse el prototipo de lo que en los animales superiores
reconocemos como una extensión hacia el medio cuando se prevé un goce, o como un repliegue
doloroso ante situaciones desagradables. En el caso de las reacciones protoplásmicas, el término
"flujo" tiene un significado literal. En los organismos superiores, los procesos de expansión y
contracción son mediados por las dos ramas del sistema nervioso autónomo, cuyos impulsos
pasan a los órganos y músculos del cuerpo. Esos impulsos regulan el metabolismo energético
del cuerpo y controlan funciones básicas tales como la circulación y los latidos cardíacos, los
procesos digestivos, la respiración, la sexualidad y el orgasmo. En un estado de salud, o de
funcionamiento maduro, todos esos procesos se producen rítmicamente. Los seres humanos, que
pueden -verbalizar sus emociones, describen como agradable la experiencia de tales procesos
rítmicos. En todas las neurosis y psicosis esos procesos rítmicos de libre flujo están consi-
derablemente perturbados.
Si un animal es amenazado por algún hecho u objeto de su ambiente, aparece un estado de
tensión y reacciona a la amenaza como a una emergencia. Cuando el cuerpo es movilizado por
el sistema nervioso para enfrentar las emergencias, por lo común hay dos reacciones posibles,
que son en síntesis las de “lucha y fuga”. Si el animal se zafa de lo que amenazaba, sea
atacándolo o huyendo, ha logrado manejar la emergencia con éxito, y puede volver a su estado
rítmico normal. La perturbación es temporaria y aguda. La excepción se presenta en ciertos
animales domésticos o de laboratorio, sometidos a un tratamiento humano (tal vez deberíamos
decir inhumano) que los mantiene permanentemente en situaciones en las que no pueden ni
atacar ni escapar. Esos animales se neurotizan y presentan síntomas psicosomaticos es el caso de
las úlceras desarrolladas por monos repetidamente colocados en situaciones de estrés que ellos
no pueden evitar.
En el caso de la existencia humana, vemos que casi todas las personas mal adaptadas
viven como en un estado permanente de emergencia. Los estados de tensión, y la
hiperactividad del sistema nervioso simpático que los mantiene, se han vuelto crónicos.
En este punto encontramos que los procesos normales de autorregulación han dejado de
funcionar, y se necesitan estímulos o ayuda externa. El único modo de restituirles a las
personas la aptitud para encarar su ambiente de modo racional y sano consiste en
disolver los bloqueos para un libre flujo.
Lo que esos sujetos necesitan, más que ninguna otra cosa, es relajarse, precisamente lo
que no pueden hacer. Si a quienes durante años han encapsulado sus sentimientos de
(digamos) rabia les pedimos que se relajen no pueden hacerlo. Tienen que abroquelarse
para contener su ira. Si un niño no puede
liberar tensiones de estrés inevitable mediante el llanto, debe seguir en tensión como si
subsistiera el estado de emergencia. En cambio, sí puede llorar, el estrés es más
soportable.
En la terapia bioenergética se ayuda a los pacientes a experimentar su rabia, su tristeza,
su ansiedad y sus anhelos subyacentes, y a expresarlos en las sesiones del modo más
completo posible. Sólo después de que el cuerpo ha cedido a sus impulsos bloqueados
puede empegar a recuperar una verdadera capacidad para la alegría y para un
funcionamiento vital rítmico y agradable. Para la terapia somática es esencial com-
prender de qué modo comienza y se refuerza un estado de tensión hasta constituirse en
una situación crónica imposible de liberar. Esta comprensión, que surge esencialmente
de la propia experiencia, elimina toda forma de lastre neurótico y por lo tanto es un
prerrequisito necesario y deseable para ser terapeuta.
Desearía ahora entrar más específicamente en los detalles de algunos de estos bloqueos
musculares, y describir algunos de los cambios que se advierten al disolverse esos
bloqueos.
Los patrones de tensión corporal se pueden describir de dos modos posibles. Puedo
examinarlos diferentes segmentos del cuerpo, exponiendo las principales inmovilidades
que se presentan y relacionándolas con el bloqueo expresivo subyacente, o bien puedo
tomar los diferentes patrones de carácter y tratar de postrar las tensiones subyacentes
especificas de cada patrón en los distintos sistemas. El segundo enfoque es por mucho el
más sutil y discriminativo,9 pero exige un excesivo detallismo. Además un individuo no
necesariamente sufre de todos los sistemas de tensión al mismo tiempo.
Volviendo por lo tanto al primer método, podemos ver las tensiones del cuerpo como
una serie de construcciones creadas en situaciones de emergencia cuyo propósito y
efecto son limitar el movimiento, la respiración y los sentimientos como única
alternativa disponible a la acción efectiva. Cada constricción divide el cuerpo en
segmentos separados, a la manera de un ajustado aro de presión que escinde el
movimiento fluyente de una serpiente en dos mitades disjuntas. Reich identificó varios
segmentos corporales a lo largo del cuerpo, desde la cabeza hasta los pies.
Si por un momento nos concentramos en la mitad, superior del rostro, al terapeuta le
interesa de inmediato la expresión de los ojos. El paciente puede mirar al terapeuta con
una seriedad estudiada o con ojos ansiosos y huidizos, con un gesto de superioridad o
con el ceño fruncido. El esquizoide tiene una mirada característicamente vacía, como si
mirara a la distancia; Reich la llamaba "mirada lejana". Las diferentes expresiones
reflejan el modo en que esas personas enfrentan el mundo; también contienen, en forma
condensada, la historia del modo en que se experimentaron las primeras relaciones con
padres y hermanos.
Los patrones de tensión del cuerpo pueden verse como la historia congelada de la
persona. La verdad de esta afirmación surge primero en la cara. Se ha demostrado la
importancia vital del contacto visual en el tratamiento de los niños autistas,6 pues éstos
presentan inmovilidad y bloqueo masivos en esa área en particular. Todos los neuróticos
tienden a presentar algún grado de perturbación en el área ocular, que se extiende desde
los propios ojos, a través de la frente y los músculos largos del cuero cabelludo, hasta el
punto donde éstos se insertan en el cuello. La inhibición del llanto, del miedo o de la
cólera puede establecer tensiones severas en el cuero cabelludo y los músculos de la
base de cráneo. Esas tensiones constituyen la base fisiológica de los severos dolores de
cabeza frecuentes en muchos tipos de carácter.
Para movilizar esa área es necesario mover el cuero cabelludo y abrir grandes los ojos.
Hay también mucho margen para trabajar desarrollando la conciencia de los modos en
que reaccionan o no reaccionan los ojos del paciente ante el terapeuta. Entre las
emociones que hay que liberar en esa área para que pueda restaurarse el ver y mirar con
contacto total se cuentan el pánico, la desconfianza soterrada, la ira asesina, expresadas
en los ojos, y el llanto, ligado particularmente a los músculos interoculares.
Esto indica el tipo de tensiones, las emociones que están detrás de ellas, y permite un
cierto discernimiento del modo en que se las puede liberar. Desde luego, el tratamiento
completo de este tema tornaría todo un manual de entrenamiento en biosíntesis, que no
es nuestro propósito escribir ahora. Pero confío en que lo que hemos dicho y lo que
"sigue sirva para introducir e ilustrar algunos de los elementos básicos.
Naturalmente, cada área del cuerpo está vinculada a las adyacentes, y dividirlas es un
tanto arbitrario. Las tensiones de la mitad .superior del rostro están relacionadas
funcionalmente con la mitad inferior, centrada en la boca y las quijadas. Los pacientes
llegan con muecas fijas o con la boca curvada hacia abajo típica de la desesperación. El
carácter compulsivo se ve casi siempre entristecido por un labio superior rígido. Hay
mandíbulas apretadas, barbillas débiles y mejillas magras, todo lo cual refleja el uso que
el paciente ha aprendido a hacer de los músculos faciales. El niño o el adulto sanos tie-
nen músculos capaces de expresar toda la gama de las emociones, según sean los
requerimientos de la ocasión. Son personas cambiantes y agradables. La persona tensa
está restringida y limitada a una gama estrecha de expresiones faciales que ha adquirido
para tratar con el estrés. Esta persona no puede modificar fácil y conscientemente sus
expresiones, que sólo cambiarán a fondo cuando pueda liberar la emoción que está
detrás de las tensiones del rostro.
Tales emociones, cuando surgen en una sesión, son naturalmente infantiles, puesto que
los primeros bloqueos de la expresión emocional por lo general se producen en infantes.
En la terapia es posible liberar de esas áreas del rostro impulsos reprimidos a morder,
chupar, llorar y hacer gestos. Con cada uno de tales estallidos y liberaciones, el paciente
suele recobrar el recuerdo de alguna experiencia traumática infantil, pero esto no es
esencial para la mejoría. Lo esencial es liberar la emoción ligada de las tensiones que
bloquean su expresión. El rostro puede entonces relajarse adecuadamente, tal vez por
primera vez desde la época del trauma original, y el paciente es más capaz, de enfrentar
el mundo sin las limitaciones mutiladoras del pasado literalmente corporizadas.
El cuello es uno de los dos estrechamientos principales del esquema corporal; el otro es
la cintura. El cuello puede verse como un tubo conductor que vincula la cabeza con el
resto del cuerpo. Las tensiones en su área son particularmente comunes. Además de
Reich, las han descrito Feldcnkrais10 y Alexander, n y sirven para privar a la cabeza de la
sensación de estar conectada con el cuerpo. Muchas personas se identifican con su
cabeza y se sienten separadas del cuerpo. En cambio, algunos esquizofrénicos sufren
presiones tan intolerables en la cabeza (inducidas por esas constricciones) que se
identifican con el cuerpo y sienten la cabeza como ajena; incluso quieren que se la saquen y
la reemplacen por una nueva. La sensación de identificación es proporcional a la capacidad
para tomar conciencia de lo que se siente en el cuerpo.
Las principales emociones refrenadas en el área de la garganta tienden a ser expresiones
ruidosas, tales como sollozos, gritos y alaridos. En nuestra cultura se supone que los niños
no harán demasiado ruido. Pero, ¿qué puede hacer un infante en situaciones" intolerables de
estrés? Sólo aprender a tragarse su cólera y sofocar su pena. Años más tarde, en la terapia,
es posible reactivar esos sentimientos inexpresados y refrenados, con toda su fuerza
original, mediante la estimulación de los músculos del cuello y la garganta. Son notables los
cambios de color entre el rostro y el tronco cuando se liberan esas emociones. Los pacientes
sienten que la cabeza se les "despeja". Se desarrolla una sensación de unidad del tronco y la
cabeza. Empiezan a experimentar la sensación de coordinación y gracia que una persona
exenta de tales tensiones tiene la suerte de dar por sentada. -
El enojo retenido en el cuello está conectado con tensiones en los músculos de los hombros,
que abarcan grandes áreas de la espalda. Desde luego, es ira letal, que condena a Hombros y
espaldas rígidos, así como a brazos anestesiados, en muchos casos con una circulación
sanguínea pobre. El único modo de restituir la movilidad en esa área consiste en propor-
cionar oportunidades para la descarga segura de la cólera en una situación controlada, con la
forma de movimientos violentos de brazos y puños. Ciertas disposiciones especiales del
consultorio le permiten esa salida segura a impulsos como los de golpear y pegar, en los que
puede estar involucrada toda la espalda. Por supuesto, tiene que existir una relación muy
buena entre terapeuta y paciente. Pero es perfectamente posible ventilar de este modo una
cólera antigua, y al mismo tiempo tener conciencia de la situación presente y no dañar la
habitación ni al terapeuta. Poder evaluar las condiciones correctas para liberar la ira de esta
manera es una de las aptitudes que se le requieren a un terapeuta bioenergético.
Después del estrechamiento del cuello, pasamos al segmento del tronco, que contiene uno
de los indicadores clave de este tipo de terapia: la respiración. Como la respiración es tan
básica para la vida y la expresión emocional en cualquier forma, el trabajo sobre la
respiración resulta esencial en esta terapia. Subyace y acompaña a todo el trabajo sobre
tensiones específicas en distintas partes del cuerpo.
La totalidad del tronco, en estado de salud, pulsa suavemente, con movimiento de onda,
durante la respiración. Si observamos a un niño o un animal sanos mientras respiran, vemos
que la respiración envuelve la movilidad total del pecho y el abdomen. Pero una de las
primeras cosas que aprende el niño cuando procura suprimir un sentimiento es a controlar
su respiración. Ese control sirve para someter los procesos del cuerpo a los fines de la
mente, que en este caso tratan de evitar los conflictos que la expresión abierta de los
sentimientos puede provocar en los hogares represivos.
Todos los neuróticos presentan perturbaciones en su respiración; hay dos formas extremas:
el pecho saliente y el abdomen entrado de la característica postura militar (criticada por
Matthias Alexander en sus libros sobre coordinación y postura), y, por otro lado, una
respiración deficiente en términos generales, que sólo lleva a los pulmones una cantidad
mínima de aire. Los esquizoides, y particularmente algunos histéricos, se marcan pronto
cuando profundizan su respiración; lograr que esas personas acepten una respiración más
completa se parece a una aclimatación: hay que obrar gradualmente para que aprendan a
tolerar un nivel mas alto de vitalidad.
Al final del tronco encontramos otro estrechamiento: la cintura. Esta se vincula con
tensiones en la parte inferior del abdomen, en la baja espalda y en los músculos del piso
pélvico, todo lo cual sirve para constreñir la pelvis, que en muchos neuróticos está fijada
en una posición retraída. La inmovilidad de la pelvis genera naturalmente dificultades
sexuales, pero no se puede considerar que los problemas sexuales están confinados en
esta área de un modo disociado. El buen funcionamiento sexual supone la completa
expresión de la personalidad. La descripción explícita por Reich de las perturbaciones
del orgasmo fueron en algunos casos mal comprendidas por quienes creyeron que el
había ofrecido una especie de panacea sexual. Nada podría estar más lejos de la verdad.
La capacidad para entregarse completamente a una experiencia es una e indivisible, ya
sea que se trate de un compromiso con el trabajo, de la reacción a una pieza musical o
un cuadro, de una interpretación teatral sincera, de la participación profunda en una
relación estrecha con oirá personado de cualquier otra experiencia vital fundamental. La
tensión excesiva en cualquier parte del cuerpo restará intensidad a la experiencia.
La pelvis conduce naturalmente a las piernas, que son tos principales soportes del
cuerpo. Las tensiones en las piernas provocan una perturbación en el contacto con el
sudo. La expresión refrenada en las piernas es principalmente el pataleo, al mismo
tiempo agresivo y agradable. Lowen, en particular, y también Keleman han subrayado la
importancia de establecer un flujo libre de sentimientos en las piernas como para
generar una sensación de estar "enraizado". Si consideramos algunos de los trastornos
más comunes, resulta fácil ver lo que queremos decir con esta palabra. Muchas personas
sienten literalmente que no tocan el suelo, mientras que algunos esquizoides pueden
incluso tener la sensación de flotar. La debilidad en las articulaciones es una
característica de la perturbación esquizoide. Las piernas demasiado rígidas pueden
proporcionar un soporte firme, pero impiden la flexibilidad. La falta de elasticidad en
las piernas se relaciona con la perdida de la alegría de vivir. Obsérvese a cualquier niño
bailando por placer y se comprenderá lo que digo.
Cuando las principales tensiones del cuerpo se eliminan por medio de formas especiales
de masaje y movimientos posturales, suscitando expresiones corporales fundamentales,
el paciente experimenta su cuerpo de un modo nuevo. Se valora a si mismo y valora su
mundo de una manera diferente. La palabra "valor" proviene del latín valere, "estar
bien". Estar bien en términos bioenergéticos es estar libre para funcionar rítmicamente
sin los bloqueos debidos a tensiones musculares crónicas. Este era el criterio de Reich
para descubrir las relaciones sutiles entre las defensas del cuerpo y la vitalidad emo-
cional que contenían, y por lo tanto para idear modos de alterar el equilibrio de fuerzas
en dirección a la salud. Esta salud es al mismo tiempo psíquica y fisica.
Hay un pasaje de D; H. Lawrcnce que resume el tema. Lo citamos a continuación.
La vida del cuerpo es la vida de las sensaciones y emociones. El cuerpo siente un hambre real, sed
real, alegría real al sol o en la nieve, placer real con el perfume de las rosas o la visión de un ramo de
lilas; cólera real, pena real, ternura real, calidez real, pasión real, odio real, aflicción real. Todas las
emociones pertenecen al cuerpo y la mente se limita a reconocerlas. 1?
NOTAS
1
Darwin, Charles: The Exf/ression of the Emotifms in Man and Animah, Chicago Universiiy Press,
1965 (publicado por primera ve/, en 1872).
2
Frcud, Sigmund: The origin and dcvelopment of psychoanalysis*, American Journal of
Psychology, XXI, J911.
3
Rcich, Wílhclm: Characler Analysis, Vicna, 1933; reeditado por Parrar, Strauss & Giroux, 1969.
[Tracl. casi.: Análisú del carácter, Buenos Aires, Paidós, 1957. J
4 Laban, Rudolf: Ttie Masíery ofMovemenl, Macdonald & Evans, 1971.
5
Raknes, Ola: The orgonomic concept of health and its social conse-quences", Orgonomic Medicine, I, 1955.
6
Waal, Nic: "A'special tcchnique of psychotherapy with an autistic child", en Geralcl Caplan (comp.),
Emotional Problema ofEarly Child-hoodt Basic Books, 1955.
7
" Baker, Elsworth: Man in Lhe Trap, Macmillan, 1968.
8
Lowen, Alexander: Physical Dynamics of Qiaracler Slruclurc. Gruñe Se Stratton,' 1958; reeditado como
Language of Ihe Bodyt Macmillan, 1969.' „
9
Boadella, David: "Stress and character", Energy and Character, VI, 1, 1974; y "Organ systems and lifc
stylcs", Energy and Characler, VII, 3, 1975-\ail,3, 1976.
10
Feldcnkrais, Moshc: Rody and Malure Behaviour, New York International Universiiy Press, 1973.
11
Alexander, Matthias: The Use ofSelf, Chatcrson, 1932.
12
Lawrcncc, D.H.: Sex, IMeralurc and Censorship, Heinemann, 1955.

2. CENTRAMIENTO, ENIIA1ZAMIENTO Y FACING*


Embriología y terapia
En mi desarrollo de la terapia centrada en el cuerpo que he denominado biosíntesis,
trabajo con el supuesto de que hay tres -modos primordiales de terapia, que llamo
centramiento, enraizamiento y facing. LAS tres tienen que ver con el funcionamiento
armonioso de los sistemas de órganos derivados de las capas celulares primarias de la
organización embriológica del feto. El estrés excesivo, sea antes, durante o después del
nacimiento, rompe la" cooperación e integración entre los reinos de esas tres capas
celulares. La terapia puede definirse como un intento de restaurar esa integración.
La capa interior del cuerpo fetal (el endodermo) produce tejidos que metabolizan la
energía. Ellos proporcionan el revestimiento del tubo intestinal, todos los órganos
digestivos y los tejidos de los pulmones. El nivel energético de una persona depende de
la movilización eficiente de la energía, y este metabolismo es poderosamente influido
por las emociones. Esto resulta obvio cuando vemos a una persona emocional-mente
deprimida. Todo el metabolismo corporal se hace más lento, hay pérdida del apetito y la
respiración se reduce drásticamente.
El equilibrio emocional de una persona es mediado por
*[ El término facing encierra múltiples sentidos: contacto cara a cara, mirar al otro y al mundo,
diferenciar entre mundo interno y mundo externo. Ante la dificultad para encontrar un equivalente
castellano adecuado, se ha optado por conservaren la traducción el término original. (Ed.)]

las dos grandes ramas del sistema nervioso vegetativo, el sistema simpático y el
parasimpático. El sistema simpático nos prepara para la acción de emergencia, la lucha o
fuga, y está asociado con las emociones del enojo y el miedo. El sistema parasimpático nos
prepara para renunciar a luchar o a huir: está asociado con otro par contrastado de
emociones, la relajación agradable y el abandonarse a la tristeza y la pena.
Ambas mitades del sistema nervioso vegetativo envían ramificaciones a todos los órganos
internos que metabolizan la energía. La contracción y expansión de los pulmones al respirar
y el movimiento peristáltico de los intestinos en la digestión responden a señales de los
nervios vegetativos. Este ritmo de expansión y contracción es uno de los fundamentales de
la vida. Se lo encuentra en los organismos unicelulares primitivos, mucho antes de la
aparición evolutiva del sistema nervioso central.
El trabajo terapéutico de centramiento apunta a restablecer un ritmo de funcionamiento en
el flujo de la energía metabólica y el equilibrio entre las dos mitades del sistema nervioso
vegetativo, En la práctica, esto significa ayudar a la recuperación del equilibrio emocional y
la respiración armoniosa. En el capítulo 6 describiremos detalladamente el aspecto que esto
toma en la práctica.
La capa celular media del feto (el mesodermo) se convierte en el sistema muscular, el
esqueleto, los vasos sanguíneos y el corazón. Es un sistema para el movimiento y la acción.
El corazón y los músculos lisos son regulados por nervios vegetativos, como los otros
órganos internos. El sistema muscular del esqueleto, por otra parte, tiene tres formas
diferentes de control: cortical, subcortical y espinal. El control cortical se realiza a través de
las principales vías nerviosas voluntarias (el sistema piramidal). El control subcortical se
realiza a través de un sistema nervioso especial vinculado con los ganglios básales, el
cerebro medio y el cerebelo: es el sistema extrapiramidal, responsable del equilibrio, la
preparación del tono muscular y la postura. La tercera forma de control se realiza en las vías
reflejas espinales. Todos conocemos la respuesta instantánea de apartar rápidamente la
mano cuando se ha tocado un objeto que quema. Reflejos de ese tipo existen en todo el
cuerpo y se los puede encontrar en los movimientos del nacimiento (reflejo del nacimiento),
en muchas de las pautas reflejas del niño pequeño (reflejo tónico del cuello, reflejo de
Babinski, etcétera) y en el reflejo del orgasmo en la sexualidad. Más adelante exploraremos
con mayor detenimiento la interacción entre estos tres sistemas.
El trabajo terapéutico de centramiento tiene que ver con el establecimiento de una buena
relación entre el movimiento voluntario, el semivoluntario y el involuntario, y con la
recreación de un tono muscular más apropiado. El tono muscular puede estar desequilibrado
en dos direcciones. El hipertono es un exceso de tensión, más que la requerida por una
acción particular; los músculos se sienten tensos, anudados y rígidos. El hipotono es una
deficiencia de tono que el necesario para una acción particular; los músculos se sienten
flojos, fofos y demasiado sueltos.
Estar bien enraizado es encontrarse en un estado tónico apropiado para un conjunto
particular de condiciones. Un marinero en el puente del barco está bien enraizado; conti-
nuamente puede adaptar su postura a las condiciones cambiantes del "piso". Una persona
que duerme tiene que relajar su tono muscular después de la acción cotidiana; está bien
enraizado en el lecho cuando su tono muscular es el apropiado para dormir. Un individuo
que se endurece en el agua es un nadador incompetente; está mal enraizado en el agua. Estar
enraizado en la tierra es tener un buen torio muscular en las piernas, sin tendencia al
endurecimiento ni al colapso. El entrenamiento en artes marciales, que hace hincapié en el
equilibrio dinámico y la atención relajada sin malgastar ener gía, demuestra una
comprensión excelente de los principios del enraizamiento.
Los pacientes que piden terapia presentan excesos o deficiencias del tono muscular, que
se expresan en perturbaciones de la postura, a su vez reflejadas en la expresión somática
de la estructura caracterológica. El modo en que nos mantenemos de pie revela algo de
la manera en que estamos en el mundo y sentimos, y de quiénes somos. Cambiar de
postura supone la posibilidad de fuertes reacciones emocionales y el descubrimiento de
actitudes caracterologías profundamente inculcadas.
La tercera capa celular del feto es la exterior, el ectodermo, que forma todos los tejidos
nerviosos y los órganos de los sentidos incluso la piel. Es un sistema destinado a reunir
e integrar información sobre el mundo. El sistema nervioso trata con tres tipos de
percepciones: la percepción proveniente de los órganos internos (interocepción) ; la
percepción del sistema muscular (propiocepción) , y la percepción proveniente de los
cinco órganos de los sentidos (exterocepción). Podemos considerar que ésta es una
división del sistema sensorial que refleja la organización tripartita del cuerpo: los
nervios conducen información desde el endodermo, el mesodermo y electodermo.
Recibimos información canalizada a través de los ojos, los oídos y el sentido del tacto,
primordialmente, y los sentidos especializados del olfato y el gusto, en un segundo
plano. El modo en que pensamos se basa en esos canales sensoriales. Pensamos con
patrones visuales, en patrones auditivos (habla), o con patrones táctiles.
Los desequilibrios típicos que encontramos en el ectodermo son patrones de
hipersensibilidad e infrasensibilidad. La persona hipersensible tiene un umbral de
excitación bajo; pequeñas señales bastan para ponerla en tensión. La persona
infrasensible tiene un umbral de excitación alto y bloquea mucho: tiene ojos pero no ve,
oídos pero no oye. La persona con un umbral bajo es poco controlada, susceptible, es
fácil que le resulten amenazantes y la invadan un espectáculo desagradable, un ruido
fuerte o un contacto inesperado. La persona con umbral alto es controlada en exceso,
toma las cosas con calma y está bien defendida contra la invasión.
De modo que el trabajo terapéutico de facing opera con el contacto ocular, con el
contacto de la voz y con la integración de lenguaje, percepción y sentimientos. Lo
describiremos más detalladamente en el capítulo 8.
En la capa embrionaria celular encontramos los reinos de experiencia de la respiración y
el sentimiento, la acción y el movimiento, el pensamiento y la sensación. Así como los
niveles altos de estrés quiebran la integración de sentimiento, movimiento y
pensamiento, encontramos que los sistemas terapéuticos tienden a reflejar esa
disociación. Hay terapias que se concentran en la liberación emocional, o en liberar la
respiración, comprendiendo poco o nada de la postura, el movimiento o las sutilezas del
lenguaje. Otras terapias se especializan en movimientos curativos y en la corrección de
la postura, negando la vida emocional y la formación conceptual. Un tercer grupo de
terapias son muy hábiles en el análisis dé las pautas de pensamiento, pero ciegas al
fundamento orgánico de la experiencia en los ritmos vegetativos y la adaptación
postural.
Los tres términos psicoanalíticos que designan las estructuras psíquicas, “ello”, "yo" y
"superyó", están correlacionados con fundamentos orgánicos. El ello, ese depósito de
sentimientos primitivos corresponde a la carga de energía emocional asociada con los
sistemas orgánicos profundos del endodermo. Cuando la ira hierve en el intestino y el
miedo nos anuda el plexo solar, el ello nos tiene en sus garras.
El yo se divide en dos partes: la perceptual y la motriz. El yo sensorial le da sentido a la
percepción. Organiza un cuadro mental, un mapa mental del mundo. La otra rama del
yo, el yo motor, coordina los movimientos en una acción eficaz. El yo sensorial está
estrechamente ligado con el ectodermo, mientras que el yo motor se expresa a través del
mesodermo. Ambos están vinculados a la columna vertebral, a la que se puede
considerar "el canal del yo”. De modo que volvemos a encontrar el patrón triple, que en
este caso relaciona el psicoanálisis con la embriología.
El concepto de superyó es de carácter sociologico y su origen no tiene un fundamento
directo en las capas embrionarias. Corresponde al progenitor internalizado, es la voz de
lo que deberíamos ser, implantada fisiológicamente en lo que Reich denominó "coraza".
Está por sobre el yo, y es un sistema de tensiones destinado a lograr lo que desde afuera
se nos pide o se espera que logremos, en vez de responder a los sentimientos y deseos
internos del self.
El superyó se convierte en un policía que pretende controlarnos con una porra. Mi
trabajo terapéutico trata tanto de reducirla influencia de este policía como de ampliar el
territorio del yo, que es el mejor regulador de las energías del ello. La integración del
ello con las dos ramas del yo corresponde á la coordinación armoniosa de los tres reinos
embrionarios.
En la embriología del cuerpo encontramos tres corrientes de afecto asociadas con las
tres capas celulares. Hay un afecto sobre la superficie de la piel que Francis Mott
denominó "afecto fetal dérmico".1 Se experimenta como ondas de placer o desplacer
sobre la piel en respuesta al contacto; tiene una forma positiva y otra negativa, que
reflejan el modo en que el niño pequeño fue manejado. Cuando se emplea el contacto
terapéutico en diferentes formas de masaje, hay que observar el tipo de corriente de
afecto presente. Puesto que el ojo y el oído son formas especializadas del desarrollo de
la piel (ectodérmica), la respuesta del ojo a la luz y del oído al sonido (que también
asumen formas positivas y negativas) son asimismo expresiones del "afecto fetal
dérmico". Así podemos bañar los ojos con colores en la cromoterapia, y lavar los oídos
con sonidos en la músicoterapia.
El afecto kinestésico es el flujo de sentimientos asociados con los movimientos. Los
movimientos graciosos y jubilosos llevan consigo un afecto kinestésico agradable y
positivo; los movimientos tensos y constreñidos son acompañados por un afecto
kinestésico penoso y negativo. Los movimientos espontáneos se asemejan a la danza
por su coordinación sin esfuerzo. Los movimientos natatorios fetales, el pataleo gozoso
de un bebé, el placer de correr y saltar, las acciones coordinadas del atleta y el
deportista, están cargadas de afecto kinestésico. Este afecto está relacionado con la capa
mesodérmica.
El afecto umbilical es el flujo de sentimientos asociado con una sensación de vida y
energía bombeadas al centro del cuerpo a través del cordón umbilical (endodermico). El
afecto umbilical positivo tiene como correlato una sensación de bienestar y vitalidad, un
calor dorado en el fondo del estómago. El correlato de un afecto umbilical negativo es
una sensación de malestar, angustia, desesperación y pérdida de bienestar; es una oscura
sensación de estar envenenado o de haber sido ensombrecido en la fuente de la vida.
Cuando el niño nace y se corta el cordón umbilical, el afecto umbilical subsiste como
una memoria somática capaz de afectar poderosamente los sentimientos y la
distribución de la energía en el abdomen. El modo como el niño digiere el alimento está
relacionado con el modo como digiere los sentimientos. Cerda Royesen se ha explayado
acerca de esta vinculación en su teoría del psicoperistaltismo.2
El flujo de afecto en el abdomen es también regulado por el modo como respiramos y
por la actividad del diafragma. En el inicio del psicoanálisis, Josef Brcucr, el primer
asociado intelectual de Freud, describió tres canales de excitación que tienen una
estrecha relación con las tres corrientes vitales embrionarias. En la obra de Breuer
enconáramos alguna raíz histórica de la concepción tripartita de la terapia que desarro-
llamos aquí (véase el apéndice 1).
La concepción embriológica de la terapia se puede considerar un modo más amplio de
comprender la organización * somática. Desarrollaremos esto más completamente en
el capítulo sobre la estructura del cuerpo (capítulo 5). Este modo de ver las raíces
orgánicas del ello y las dos ramas del yo, y sus vínculos con los conceptos energéticos
de Breuer, permiten iluminar los mecanismos de la psique. Existe, por lo tanto, una
conexión más, que es preciso explorar.
Los videntes que estudian el campo energético (o aura) encuentran que tiene un
componente vital, un componente emocional y un componente mental. El componente
vital puede relacionarse con la carga de sangre y, a través de ella, con el mesodermo. De
modo análogo, el campo emocional puede vincularse con el endodermo, y el campo
mental con el ectodermo. El curador que procura equilibrar la energía de esos tres
campos y ayudarlos a funcionar de modo integrado, hace lo mismo, en el nivel sutil, que
el trabajo de centramiento, enraizamiento y facing en el nivel orgánico. De modo que
podemos considerar las capas celulares como generadoras de los tres campos de
energía, o bien los tres campos interactivos como organizadores de las capas
embrionarias.
El curador puede incidir sobre la energía somática por medio de su trabajo con la fuerza
vital, y el terapeuta somático puede modificar la energía sutil de los campos vitales con
su trabajo sobre la respiración, los movimientos y la percepción. El abordaje
embriológico de la comprensión de la organización somática y psíquica es la raíz de la
biosíntesis.
NOTAS
Mott, Francis: Nalure ofthe Sclf, Alien & Wingate, 1959. Boyesen, Cerda: Entre.psyche el soma,
París, Payol, 1985.

3. LA ENCARNACIÓN ANTES DEL NACIMIENTO


La vida en el útero
Como el enfoque embriológico es básico en mi abordaje terapéutico, el conocimiento claro
del desarrollo en el útero y de la transición a la vida en el mundo externo constituye un
trasfondo esencial para entender no sólo los conflictos neuróticos, sino también la más
primitiva historia emocional del cuerpo y el plan de su organización. Por eso este capítulo y
el siguiente están dedicados a la descripción de este proceso temprano de desarrollo.
Cuando un paciente pide la ayuda de un terapeuta, trae problemas que tienen una historia
emocional. Los síntomas que presenta pueden verse como la punta de un iceberg. La parte
del iceberg invisible para el paciente es su propia estructura caracterología, que es la que
genera los síntomas. Para Reich, la estructura caracterológica de una persona es su historia
congelada.
El psicoanálisis retrotrae la memoria hasta el principio del lenguaje. Melanic Klein rastreó
los orígenes de algunas neurosis más definidamente, hasta el primer año de vida. Según
Otto Rank, el trauma del nacimiento era el generador central de estrés emocional. Frank
Lakc y toda una escuela de psicólogos prenatales retroceden hasta el período in útero para
estudiar las raíces de los problemas emocionales. De modo .que ahora, al presentar mi
perspectiva de la relación entre energía y carácter, proporcionaré una visión interna de la
vida en el útero.
Para formar el cuerpo de un nuevo ser, las células germinales alojadas en los- tejidos de
los progenitores primero deben ser liberadas V quedar en flotación libre. Estos son
acontecimientos explosivos y culminantes. La ovulación, filmada con la ayuda de
técnicas de fibra óptica, es un proceso espectacular e impresionante; la visión del
folículo maduro estallando para expulsar el óvulo provoca admiración y temor
reverente. El propio orgasmo, durante el cual los espermatozoides son lanzados por las
contracciones eyaculatorias a una distancia miles de veces mayor que su propia
longitud, difunde en todos los tejidos del cuerpo una onda de excitación.
El espermatozoide y el óvulo, motas microscópicas de plasma germinativo "de origen
prehistórico, empiezan a acercarse. El óvulo flota oviducto abajo, impulsado por ondas
peristálticas y por el movimiento rítmico de los cilios que tapizan las trompas de
Falopio. Cuatrocientos millones de espermatozoides nadan contra la corriente como
salmones diminutos que-se abren camino río arriba, exponiéndose a las estructuras
moleculares del mucus, que durante la ovulación tiene la máxima densidad. Sus
estructuras cristalográficas, vistas al microscopio, parecen hojas de helécho, ramas de
coral o fragmentos de copos de nieve. Lennard Ñilsson las describe bellamente en su
libro The Everyday Miracle:
Oscilan constantemente y a veces la trabazón se afloja por un momento. Entonces un
espermatozoide aprovecha la oportunidad para avanzar nadando por el espacio libre, tanto como
pueda. Cuando uno es tan pequeño como un espermatozoide, tiene que prestar atención a las
moléculas y sus posiciones. La penetración del espermatozoide en el mucus cervical se parece
mucho al progreso de una flota dé botes remontando un río lleno de troncos sumergidos. 1

La corriente mucosa que lleva esa fantástica multitud de espermatozoides no sólo los
nutre; parece que también les abre el apetito. Alguna característica cíe las secreciones
los energiza y los atrae hacia el óvulo. El primero que toma contacto con la membrana
gelatinosa del óvulo suscita una respuesta. La membrana forma un cono y se ablanda lo
suficiente como para que el espermatozoide entre en el fluido interior de la célula. En
cuanto ha pasado, la membrana se vuelve impermeable para los espermatozoides
restantes que embaten desde todas las direcciones.
El cigoto en flotación libre, pero ya fertilizado, continúa su lento viaje oviducto abajo.
Al cabo de unas treinta horas habrá logrado su primera división en dos células. Stanley
Keleman escribió:
Al observar la división de una célula, lo primero que se ve es que está excitada y vibrando. Se
forman dos polos, dos áreas de intensa actividad interna. Se puede ver realmente la radiación entre
un polo y el otro, y el alineamiento de los cuerpos cromo-somáticos en ese campo. La radiación
entre los dos polos se intensifica, hasta convertirse en una pulsación, y después en un fluir. El fluir
comunica la información más profunda sobre la vida, como cuando nos comunicamos entre
nosotros. Para bien o para mal, todos estamos armonizados con esos patrones de excitación
intensamente humanos.2
Después de seis o siete divisiones, el grupo celular de uñar semana se fija a la pared del
útero y hace su primera experiencia de anidación. Filmada, la implantación parece un
descenso en la luna. R. D. Laing ha puesto mucho énfasis en la importancia de esta
transición en una charla titulada "La vida antes del nacimiento". Dijo que la
implantación equivale a una adopción, y que el cuerpo celular que se implanta está de
algún modo sensibilizado a la receptividad del útero. El estado de conciencia en
flotación libre, conocido en algunas condiciones místicas y disociadas, supone también
el miedo a ser arrastrado. Los mitos del héroe que, muy temprano en su existencia, es
abandonado a la deriva en algún tipo de receptáculo que flota aguas abajo hasta que se
detiene en un lugar adecuado, corresponden, a juicio de Lairig, a ese período de
desplazamiento por las trompas de Falopio. Si se siente que el útero no es receptivo,
mas tarde la conciencia puede ser acosada por fantasías o pesadillas de hundirse en
arenas movedizas. Si el útero es receptivo, la masa celular echa raíces en una tierra
fértil.
Durante el resto de su vida en la matriz, el organismo en crecimiento seguirá arraigado,
como una planta, hasta la separación final en la tercera etapa del trabajo de parto. En ese
momento el bebe recién nacido ya tiene que estar reposando sobre el abdomen o el seno
de la madre. El corte prematuro del cordón umbilical puede llevar a un estado de
desconexión o desarraigo.
En las fértiles imágenes de Laing, la pared de la matriz es la tierra; el embrión es la
semilla; las vellosidades del corion son las raíces primarias; el ombligo en desarrollo es
el tallo, y el feto es el fruto en desarrollo de la plañía. Laing escribe:
Antes de la implantación, las secreciones del tubo uterino pueden ser sosegadas o tempestuosas...,
abundantes o escasas; antes de qué el viaje termine, uno puede girar como un trompo, flotar, volar,
ser arrojado contra las rocas, arrastrado a la costa y después de nuevo mar adentro. Antes*de la
eventual implantación de fin i uva puede haber muchas aventuras. Este viaje a la implantación puede
dar forma a un modelo de los patrones siguientes. Una implantación puede proyectarse sobre el
nacimiento...
El nacimiento es la implantación a la inversa, y la recepción que nos brinda el mundo posnatal
genera en nosotros una resonancia simpática a nuestra primera adopción por nuestro mundo
prenatal.s
En las dos semanas siguientes, este grupo de unas cien células se multiplicará mil veces,
convirtiéndose en un disco alargado con la cabeza en un extremo y una cola en el otro;
ese disco ya consta de tres capas: una posterior, una media y una anterior. En este
período de crecimiento máximo, también se enrolla en una serie de tubos. Hay que ser
un especialista en geometría tridimensional para seguir las transformaciones topológicas
de este período, pero esta embriología básica es esencial para comprender los flujos
energéticos ulteriores.
Una única célula huevo da origen en esta etapa a las células nerviosas, musculares,
sanguíneas y óseas. Originalmente, las células tienen "pluripotencia", es decir, el mismo
potencial para generar cualquier parte del cuerpo. De algún modo son "guiadas" a actuar
con sólo una parte de su programación genética total. "Señales” provenientes del medio
de la célula que se divide pueden activar o inhibir a una célula hija para que se
desarrolle en la dirección de una nariz o un dedo, un pulmón o un riñón. Sólo con esta
división en capas embriológicas empichan realmente a especializarse. La morfogénesis
—el origen de la forma— y lo que la controla aún no han sido comprendidos. Lo que
los biólogos describen es un proceso de movimiento direccional protoplásmico cuando
las células empiezan a migrar y reposicionarse en el cuerpo de la masa celular que se
alarga e invagina. Ese proceso, denominado de "corrientes morfogenéticas", sugiere que
entre las células hay comunicación a través del contacto mientras se deslizan por
pendientes bioeléctricas y químicas hacia localizaciones funcionales organizadas en el
cuerpo. A medida que se dividen, se van diferenciando. Ante este proceso de
autoformación sólo cabe maravillarse.
El embrión se constituye de fuera hacia adentro. Olio Hartmann ha descrito de qué
modo se forman las tres capas o discos embriológicos,4 y es necesario que nos
detengamos en estos detalles para obtener una comprensión completa de lo que
diferencia a esas capas (véase la figura.3.1).
Se forman dos burbujas celulares elípticas huecas: la bolsa amniótica y el saco vitelino.
Células de magma rellenan el espacio intermedio. No hay todavía nada que se parezca a un
organismo, sino sólo dos bolsas nadando en magma dentro del perímetro del cigoto. Pero a
partir de las células que tapizan la superficie inferior de la bolsa amniótica se desarrolla el
ectodermo, que después se convierte en la capa exterior del cuerpo. De las células que
recubren la superficie superior del saco vitelino se desarrolla el endodermo, el revestimiento
interior del cuerpo. Las células de magma se convierten en el mesodermo, el material
corporal de relleno.
Cada una de las tres capas del disco original —la exterior (ecto), la media (meso) y la
interior (endo)— tiene un sistema asociado en forma de tubo. A lo largo de la parte posterior
de la capa ectodérmica se forma un surco cuyos bordes se repliegan para encerrar el canal
neural, un tubo hermético lleno de fluido del que pronto brotarán tres protuberancias en la
cabeza. Se trata de la aparición de lo que más tarde serán las tres partes del cerebro: el
cerebro anterior, el cerebro medio y el cerebro posterior. A continuación todo el disco de
tres capas se pliega y enrolla para formar un cilindro triple, largo y curvado. El tubo interior
(endodérmico) se convierte en el tubo digestivo. Todos los órganos de la digestión se for-
marán a partir de él a su debido tiempo, diferenciándose en estómago, hígado, páncreas,
etcétera. Los pulmones surgen también del extremo frontal, como dos pequeñas vainas que
a continuación se subdividen y ramifican en tubos bronquiales de aspecto arbóreo. En la
capa media (mesodérmica) se desprenden células desde ambos lados hacia el centro, para
formar las dos mitades de un tercer tubo que se fusionarán conformando el corazón
primitivo. A los veinticinco días, en un organismo que pesa menos de una milésima de
gramo, el corazón empieza a latir; el tubo pulsa espontáneamente.

figura 3.1. La formación de las tres capas embriológica:,


Theodore Schwenk describe con sensibilidad este caos, en términos de ritmos:
El tracto digestivo como un todo, empezando por los labios, no es simplemente una cañería cilíndrica, sino una
estructura articulada rítmicamente, que divide el proceso del metabolismo, espacial y temporalmente, en varias
partes principales, que se expanden y contraen. Es como sí este ritmo se hubiera convertido en una forma y en
ella estuviera superpuesto el peristaltismo del intestino, que sin embargo es puro movimiento.
La totalidad de la función y la forma del corazón reflejan los procesos del fluir del agua...; en sus movimientos
de expansión y contracción es como si se formaran continuamente espacios separados...; el órgano pulsa con el
ritmo de la corriente de líquido de la cual ha recibido su forma, con lo cual simplemente vuelve visible ese
ritmo.5
Sólo al cabo de las primeras tres semanas a este conjunto de tubos se lo denomina embrión:
En las cinco semanas siguientes quedarán establecidas todas las estructuras fundamentales
del cuerpo humano. Ríos de células fluirán para dar forma a la carne, los músculos y, algún
tiempo después, los huesos. Los nervios surgirán de la primitiva columna vertebral como
raíces delicadas que se dirigen hacia los órganos con los que habrán de comunicarse.
Aparecen islas de sangre, que se prolongan y unen como gotas de lluvia para formar
arroyuelos mientras se va constituyendo el sistema vascular. Del cerebro surgen dos
excrecencias que se acomodan a un par-de depresiones de la piel exterior mientras las dos
mitades de cada ojo van haciendo contacto. En algún lugar entre el corazón y la boca brotan
yemas de carne que se convierten primero en tocones y después en brazos, de los que crecen
manos que se abrirán como toscas estrellas en las que finalmente se perfilan los dedos. Un
poco después los brotes de las piernas seguirán un curso similar de desarrollo.
A los lados del tronco, las células se mueven en doce corrientes horizontales que darán origen a las costillas..
Se encuentran en la línea media del pecho, donde contribuyen a formar el esternón. Entre las costillas y la
pared del tronco debajo del pecho están migrando futuras células musculares. E inmediatamente debajo de la
superficie está tomando forma la piel,1

La forma de los órganos internos y la cubierta externa de carne que los envuelve reflejan los
movimientos serpenteantes y migratorios de las primitivas corrientes celulares, así como las
rocas volcánicas conservan las líneas de flujo del magma fundido, y un florero de cristal
conserva la forma con la que se lo sopló. Schwenk también describe esto.
Por los miembros corren sistemas completos de corrientes y los músculos más o menos los siguen. Músculos y
vasos hablan de lo mismo: corrientes de forma espiralada. Este movimiento atraviesa los tendones y penetra en
los huesos. El hueso es un monumento de piedra al movimiento fluyente en el que se origina: por cierto, se
podría decir que el líquido "se ha expresado” en el hueso. 5

El periodo de formación de órganos y desarrollo de tejidos concluye al cabo de unos cien


días. En los restantes seis meses de embarazo el feto multiplicará seiscientas veces su
tamaño, pero no establecerá ninguna estructura básicamente nueva.
Los biólogos del desarrollo, en su lucha por dar forma a un lenguaje que exprese esta
organización y sincronización, un millón de veces más compleja en su progresión temporal
que el lanzamiento de un cohete a la luna, se ven impulsados a adoptar términos que suenan
sorprendentemente psicológicos. Hablan de "competencia" y "compromiso", "atracción",
"contacto", "orientación", "información", "organización", "determinación" y "estrategia".
¿En qué etapa de este cuerpo en formación podemos hablar de experiencia, sensibilidad y
memoria primitiva? Los oídos pueden oír antes de que el rostro haya terminado de
modelarse, seis semanas después de la concepción. La succión del pulgar puede aparecer
antes de la mitad de ese periodo, cuando los dedos todavía no tienen huesos. Más o menos
en esa época, la madre, notando los movimientos más vigorosos dentro de la matriz cuando
el feto agita el agua reconoce lo que se denominan "pataditas". Los primitivos movimientos
natatorios del feto son prototipos de los movimientos que hará en la vida posnatal cuando
aprenda a resistir la gravedad.
Son los fundamentos biológicos de la agresión (en el sentido de un movimiento hacia
adelante), que se basa en la movilización de los músculos espinales. Liley describe los
tempranos movimientos fetales por medio de los amplios reflejos espinales observados
a las veintiséis semanas.6 Se puntualiza que “una maniobra simple en un estado de
flotación neutra se vuelve difícil bajo la nueva tiranía de la gravedad", al punto de que
esos movimientos no vuelven a verse después del nacimiento hasta que el bebe tiene de
catorce a veinte semanas.
Ahora bien, los más antiguos recuerdos conscientes de la mayoría de las personas datan
de más o menos los dos años de edad. El psicoanálisis nunca ha podido llegar más atrás,
puesto que su instrumento es el lenguaje. Un niño de dos años ya tiene treinta y cuatro
meses de experiencia corporal —diez meses en el útero—. ¿Vamos a creer que ese rico
período primordial, en e] que el organismo crece más rápido que en cualquier otra fase
de su vida, no deja ninguna huella en los tejidos? En muchas formas de terapia —la
hipnoterapia, la terapia primal, la terapia reichiana, la terapia con LSD— los sujetos
dicen recordar y reexperimentar hechos anteriores, preverbales y prenatales. Hay
pruebas crecientes de que las pautas de excitación del feto, tanto las agradables como
las ' desagradables, y las pautas motrices reflejas asociadas con aquéllas, se conservan
en alguna forma recuperable. Si esto es así, resulta legítimo el supuesto de que el
proceso de establecimiento del recuerdo de esas experiencias también dará forma y
dirigirá al organismo.
En este sentido, no es necesario que limitemos la memoria organismos sin tejido
cerebral o sistema nervioso también tienen experiencias. Son sensibles y responden al
medio y actúan sobre el. Incluso las células simples parecen tener algún sistema
primitivo de recuerdo de los estados organísmicos pasados.
Muchas personas que hayan leído relatos de tempranos, estados preverbales, o
presenciado la aparente revivencia de esos estados, aceptarán la realidad de los
recuerdos prenatales. Pero incluso es más lo que se pretende. Bajo el efecto del LSD,
algunos sujetos sostienen que han experimentado "estados preembrionarios y
conceptuales. Algunos de los hechos "aparentemente" recordados no podrían haber
sucedido en el útero. Denys Kelsey y Joan Grant escribieron un libro titulado Many
Lives [Muchas vidas] en el que pretenden recuperar recuerdos de muertes y experiencias
anteriores, en vidas pasadas. Existen otras manifestaciones similares.7
No quiero entrar aquí en controversias sobre la preencarnación, la naturaleza de la
conciencia y la posibilidad de que exista como una entidad separada del cuerpo. De
modo que parto desde la concepción. No importa que pensemos que los informes que
siguen son "recuerdos", "fantasías" o "reconstrucciones imaginativas". Son experiencias
profundas que afee-, tan la conciencia, y a menudo la vida siguiente, de quienes las
tienen. Son lo más próximo posible a la recuperación de nuestros orígenes subjetivos. Al
primer relato la llamo "él sueño del espermatozoide"; se trata de una experiencia
relatada por un psiquiatra después de una sesión de entrenamiento con LSD;
Empecé experimentando .una extraña excitación distinta de cualquier otra cosa que hubiera sentido en
mi vida. La parte media de mi espalda estaba generando impulsos rítmicos, y tuve la sensación de ser
propulsado a través del espacio y el tiempo hacia alguna meta desconocida; tenía una conciencia muy
vaga del destino final, pero la misión parecía de importancia suprema. Después de cierto tiempo pude
reconocer, para mi gran sorpresa, que yo era un espermatozoide y que los explosivos impulsos regulares
eran generados por un marcapasos biológico y transmitidos a un largo flagelo que estallaba en
movimientos vibratorios. A pesar de que toda esta escena le parecía absurda y ridícula a mi sobria mente
científica/no pude resistir la tentación de participar en la carrera con toda seriedad y con un despliegue
total de energía.
Experimentándome como un espermatozoide en competencia por el huevo, era consciente de todo el
proceso involucrado. Lo que estaba sucediendo tenía la característica básica del hecho fisiológico
tal como se lo enseña en la facultad de medicina; no obstante, había muchas dimensiones
adicionales que iban mucho más allá de lo que uno podría producir con la fantasía en un estado
mentar corriente. La conciencia de este espermatozoide era todo un microcosmos autónomo, un uni-
verso en sí mismo. Había una clara percatación de los procesos bioquímicos en el núcleo; en una
atmósfera nebulosa podía reconocer la estructura de los cromosomas, los genes individuales y las
moléculas de ADN. Podía percibir su configuración fisioquímica: eran simultáneamente elementos
de recuerdos atávicos, formas filogenéticas primordiales, formas nucleares de acontecimientos
históricos, mitos e imágenes arquetípicas. La genética, la bioquímica, la mitología y la historia
parecían estar inextricablemente entretejidas, y ser sólo diferentes aspectos del mismo fenómeno...
La excitación de esta carrera le daba tensión a cada segundo, y el ritmo febril parecía acelerarse a
tal punto que se asemejaba al vuelo (J<* una nave espacial acercándose a la velocidad de la luz.
Entonces se produjo la culminación en. la forma' cíe una ^ implosión triunfante y una fusión
extática con el huevo.8

La misma persona informó haber experimentado los primeros acontecimientos que


siguieron a la concepción, como parte de la misma sesión. Parece una escena de la
película Fantastic Voyage [Viaje fantástico] que se desarrolla en el interior del cuerpo.
El brillante filme de Moyotuka Hayashi titulado El principio de la vida, que R. D. Laing
presentó en Londres para acompañar su charla sobre la vida antes del nacimiento
(noviembre de 1975) es más colorido que cualquier escenario de película psicodélica, e
intensamente conmovedor, pues saca a luz algunos de los acontecimientos
extraordinarios de b génesis del embrión. Esos acontecimientos fueron experimentados
como sigue por el hombre del sueño del espermatozoide:
De un modo condensado y acelerado experimenté la embriogénesis siguiente a la concepción. De
nuevo había una completa conciencia de los procesos bioquímicos, las divisiones celulares y el
crecimiento de los tejidos. Debía realizar muchas tareas y superar períodos críticos. Estaba
presenciando la diferenciación de los tejidos y la formación de nuevos órganos. Me convertí en los
arcos braquiales, en el pulsante corazón fetal, en columnas de células del hígado y en células de la
mucosa intestinal. Una enorme liberación de energía y luz acompañaba al desarrollo embrionario.
Sentía que esa incandescencia enceguecedora tenía algo que ver con la energía bioquímica
involucrada en el abrupto crecimiento de células y tejidos.8

Un estudiante de veintiséis años, llamado Richard, que entró en terapia en busca de


alivio a una depresión suicida, describió una experiencia intrauterina que se adecúa más
al conocimiento moderno:

Se sintió inmerso en fluido fetal y fijado a la placenta por el cordón umbilical. Tenía conciencia del
alimento que llegaba a su cuerpo a través del área del ombligo y experimentaba maravillosas
sensaciones de unidad simbiótica con la madre. Entre ellos había una continuidad de circulación:.el
líquido dador de vida (la sangre) parecía crear un vínculo mágico entre él y ella. Oía dos conjuntos
de sonidos cardíacos con diferentes frecuencias que se mezclaban en una pauta acústica ondulante.
Esto se acompañaba de ruidos huecos y semejantes 3 ronquidos que después de algo de hesitación
identificó como los producidos por el gas y el líquido en los movimientos peristálticos de los
intestinos de la madre, adyacentes al ulero. Con plena conciencia de su propia imagen corporal,
reconocía que era muy diferente de la que tenia de adulto: la cabeza era desproporcionadamente
grande en comparación con el cuerpo y las extremidades. Sobre la base de indicios que no podía
identificar ni explicar, se diagnosticó cómo un feto maduro inmediatamente antes del parto. 8

Inmerso en líquido amniótico, con las presiones externas amortiguadas, y prácticamente


sin peso, el feto flotante arraigado a la pared uterina está en un estado de seguridad y
contento que tal vez no supere nunca. Este es el período que Le Boyer llamó “la edad
dorada" y que Stanislav Grof compara con el Paraíso.
Francis Mott dice que algunas de las primeras sensaciones libidinales son generadas
sobre toda la piel del feto por los movimientos del lanugo en el líquido amniótico.

Ese pelo aparece normalmente durante el cuarto mes de la vida fetal, y lo más común es que
desaparezca antes del nacimiento. Los movimientos del feto suelen comenzar durante el quinto mes,
de modo que por lo general hay tres o cuatro meses en cuyo transcurso el cuerpo fetal se mueve en
el agua, del amniós, y el lanugo sufre pequeñas oscilaciones de ida y vuelta como la hierba en una
laguna rozada por el viento.9

Cuando se recobra la condición de serenidad y tranquilidad en el utero, se experimenta


un estado libre de tensión de fusión; de éxtasis oceánicos Grof lo relaciona con las
experiencias de la unidad y la fusión místicas, con las experiencias cumbres de la vida
ulterior. De modo análogo, Freud habló del "sentimiento oceánico" y Reich de
"corrientes cósmicas". El útero podría ser lo más próximo posible a la experiencia del
Cielo.
Puesto que el niño en crecimiento sigue dentro del cuerpo de la madre y nutrido por ella
como si fuera uno de sus propios órganos, esta buena sensación corporal tiene una
precondición esencial: que la madre que lo lleva y contiene se sienta en términos
generales bien en su cuerpo, y que sus sentimientos sean buenos respecto de la criatura.
Si la madre está tensa o llena de sentimientos corporales malos, puede comunicárselos
al feto, lo mismo que sentimientos de rechazo, culpa u hostilidad respecto de él. Sobre
la base de recuerdos de pacientes en terapia sobré este temprano período de la vida,
podemos concluir que el feto es sensible no sólo a perturbaciones importantes de su
existencia (como por ejemplo presiones mecánicas, sonidos fuertes y vibraciones
intensas), sino también al malestar de la madre cuando ella está enferma, agotada o
intoxicada. (Sabemos que el efecto de la nicotina cruza la barrera de la placenta y
reduce el nivel de oxígeno en la sangre del feto.)

Incluso más sorprendentes son las numerosas afirmaciones


independientes en cuanto a que el feto tiene conciencia de, o comparte, los estados afectivos de la
madre; algunos sujetos han informado, en relación con esto, la existencia de una participación fetal
en los ataques de angustia, los choques emocionales, los estallidos de agresión u odio, el humor
depresivo o la .excitación sexual de la madre —o, a la inversa, en sus sentimientos de relajación,
satisfacción, amor y felicidad—. Otro aspecto interesante de este tipo de fenómenos son los informes
sobre el intercambio de pensamientos entre la madre y la criatura en el útero, que tienen la forma de
una comunicación telepática... lista comunicación con la madre en niveles múltiples les procura una
aguda conciencia de ser queridos y amados, o in deseados y lamentados.6

El afecto fetal dérmico, descrito por Mott, es la base de la sensibilidad adulta a los
impactos del mundo exterior, no sólo sobre la superficie de la piel, sino también en los
órganos sensoriales derivados del ectodermo, en particular los ojos y los oídos. Más
adelante consideraremos la significación del contacto visual y auditivo. Le Boyer
describe la sensibilidad del feto a la luz.lo Si la madre está desnuda bajo "una luz solar
intensa, el feto percibe como una bruma dorada resplandeciendo a través de la pared
abdominal. Según Smythe, del University Gollege de Auckland, luces relampagueantes
que incidan sobre la pared abdominal de la madre producen fluctuaciones en el ritmo
cardíaco del feto.
También los sonidos quedan impresos en la conciencia del feto. Puesto que después del
nacimiento puede ser tranquilizado por el sonido de latidos del corazón, parece claro
que ya lleva impreso ese sonido desde su vida en el útero. También la-voz de la madre
puede dejar huellas en ese período:

Por lo menos desde las veinticinco semanas, el feto salta sincrónicamente con la partitura del
timbal en la interpretación de una orquesta... Elias Canetti señala que todos los ritmos de los
tambores del mundo pertenecen a uno de dos patrones básicos: el repique rápido de los cascos de
animales o el latido mesurado del corazón humano. El patrón de los cascos es fácil de comprender
a partir del ritual y la magia simpática de la cultura de cazadores. Pero resulta interesante que el
ritmo del laudo cardíaco está más difundido en el mundo, incluso en grupos como el de los indios de
América del Norte, que daban caza a grandes rebaños de "bisontes. ¿Está este ritmo profundamente
impreso en la conciencia humana desde la vida fetal? 6

Según Janov, ciertos experimentos realizados en Suecia demostraron que el feto


responde a un ruido moderado acelerando el ritmo cardíaco: "El hecho de que el feto no
pueda conceptual izar la tensión no significa que ésta no lo hiera, ni que no tiene efectos
duraderos en la conducta ulterior”.11
Otro notable informe sobre la sensibilidad del feto al sonido, verificable
independientemente, es el que debemos al sujeto de Grof llamado Richard:

En este estado oyó de pronto ruidos extraños provenientes del mundo exterior. Tenían un muy
inusual aspecto de eco, como si resonaran en un gran salón o atravesaran una capa de agua. El
erecto resultante le recordó el tipo de sonido que se logra por medios electrónicos en la grabaciones
modernas. Finalmente llegó a la conclusión de que los responsables de la distorsión eran la pared
abdominal y el líquido fetal, y que era así como los sonidos exteriores le llegan al feto. Trató dé
identificar la fuente y el lugar del que provenían. Después de algún
tiempo, pudo reconocer voces humanas riendo y gritando, y sonidos que se asemejaban a trompetas
de carnaval. De pronto se le ocurrió que se trataba de la fiesta anual de su pueblo natal, realizada
dos días antes de su nacimiento.8

La madre de Richard fue vista por separado y no se le dijo nada del relato de su hijo.
Ella había ido realmente al carnaval del pueblo antes del nacimiento, y creía que la
excitación y el ruido habían contribuido a precipitar el parto, que se produjo dos días
después.
La conciencia del feto es probablemente lo más próximo la conciencia del sueño. De
hecho, hay pruebas de que el feto sueña mucho más que el bebé recién nacido, así como
el bebé sueña más que el adulto. Los bebes prematuros sueñan el 85 por ciento del
tiempo que pasan durmiendo (a juzgar por los movimientos rápidos de los ojos),
mientras que un bebé "normal sólo sueña durante la mitad del tiempo que duerme. La
lasa de los adultos es del 25 por ciento. Howard Roffwarg y sus colaboradores del
Hospital Moniefiore de Nueva York han sostenido que el soñar podría ser esencial para
el sisicma nervioso en desarrollo del feto. Durante el soñar —según Gay Luce en su
libro sobre los ritmos biológicos—, "el bebe a veces parece consciente, pues patea,
realiza pequeños movimientos contractivos de los dedos, y quizá chupe, sonría y haga
muecas... Es posible que hará tenido práctica prenatal de conductas de supervivencia
tales como patear y chuparse el pulgar durante los estados de movimiento rápido de los
ojos”.12
El útero es la madre de los sueños. En los mitos de aborígenes se refieren a sus orígenes
como un tiempo de sueño. Muchos adultos adoptan al dormir la posición del feto en el
útero. El feto también responde al soñar de la madre; los estados de actividad fetal
suelen sincronizarse con el ciclo del soñar de la madre, según investigaciones de
Stermañ.12
En la matriz, el embrión atraviesa los estados de imagen de las decenas de miles de años que
precedieron a su desarrollo. En esos estados es razonable suponer que el feto en desarrollo puede estar
por lo menos un tanto sometido a las imágenes de la madre, que tal vez trate desesperadamente de
librarse de él. Su comunicación con la imagen sensible del feto debe seguramente ser de algún modo
distinta de la de la madre que acoge la nueva vida con su imagen en desarrollo atesorada en el corazón,
13

Durante la primera mitad de la vida fetal, el receptáculo (el amnios) crece más rápido
que su contenido, pero en los últimos meses del embarazo la situación cambia
drásticamente cuando el feto crece hasta tomar contacto con la membrana que lo rodea.
El océano uterino tiene costas. Así conceptualiza Frederick Le Boyer el descubrimiento
por el feto de que está viviendo en un universo que se estrecha:
La criatura se siente encerrada; el universo está contrayéndose. Lo que era espacio ilimitado lo está
confinando cada vez más. Ha desaparecido el océano sin fronteras de los antiguos 1 —y más felices—
días; ya no existe esa libertad absoluta. Y un día el bebé se descubre... prisionero. ¡Y en qué prisión!
La celda es tan pequeña que el cuerpo del preso toca las paredes, todas a la vez. Paredes que se
estrechan continuamente, al punto de que un día la espalda de la criatura y el útero materno parecen
fusionados.10

Por primera vez el bebé está encerrado en un abrazo de carne. No hay razón alguna para
suponer que ese aferramiento terrenal sea desagradable después del gran espacio acuáti-
co. Mucho depende del tono del útero y de las sensaciones corporales de la madre.
Como en la primera infancia, la forma en que se abrace y sostenga determinará que a la
criatura la deleite ser estrechada, encerrada y envuelta en los brazos de los padres, o que
luche con malestar.
Durante el noveno mes, los brazos estrechadores del útero reiteran los movimientos
contractivos. Janov sugiere que las contracciones tienen la función de estimular la piel
del bebé, lo que a su turno estimula los sistemas corporales que la criatura necesitará
después del nacimiento, del mismo modo que los animales estimulan la piel lamiendo a
la prole. Escribe Le Boyer:
En cuanto la criatura se recupera de su miedo inicial las contracciones llegan a gustarle. Las espera, las
desea.
Cuando llegan —abrazando, estrechando al bebé— él se entrega a ellas; arquea la espalda, tiembla de
placer en ese juego sensual.10

Investigaciones recientes sugieren que el feto elige su posición en el útero y el momento


del parto:
La comprensión de que el propio feto determina el modo como se colocará durante el embarazo y se
presentará en el trabajo de parto, haciendo el mejor uso del espacio y la forma con los que cuenta, pone
bajo una nueva perspectiva la práctica do la versión,* y hoy en día son menos los obstetras que suponen-
saber mejor que el feto cómo éste se va a sentir más cómodo. Desde luego, al optar por una posición
cómoda al final del embarazo, el feto puede haber, dificultad o imposibilitado la salida por la vagina. En
tal sentido se le puede imputar falta de previsión, pero éste es un rasgo no desconocido entre los adultos.6

El cuerpo del bebe desarrollado reposa en el líquido amniótico. Late con la vida y la
única cultura que conoce es el océano uterino. Está listo para entrar en el mundo
gravitacional de la tierra por la que se camina y el cielo en el que se respira, aunque aún
faltan veinte años para que el lento .crecimiento de los tejidos complete el desarrollo
fisiológico. Ya
* Maniobra que cambia la presentación del feto por otra más favorable para el parto. [T.]
encarnado, el niño se prepara para el viaje de treinta centímetros al mundo que está más allá
del útero.

NOTAS

1 Nilsson, Lennard y otros: THE EVERY DAY MIRACLE*, Alien Lañe, 1967.
2 Keleman, Stanley: YourBody Speks ils Mmind, Simón & Schuster, 1975.
3
Laing, R. D.: ThcFacts of Life, Allen Lane, 1976.
4
Hartmann, Otto: Dynamische Morphologie, Klostermann, 1950. -
5
Schwenk, Theodore: Sensilive Chaos, Anthroposophical Publishing House, 1965.
6
Liley, A. W.: The Foelus as a Personality, School of Obste tries and Gynaecology: University of
Auckland, Nueva Zelanda.
7
Heuer, Cottfried: "Hypnosis, rcincarnation therapy and biodynam ic: psychology I: A translucent
turüe ascends to the stars", Journal of Biodynamic Psycholog}> 2,1981.
8
Crof, Stanislav: Realms ofíhe Human Unconscious, Viking, 1975.
9
Moit, Francis: Bio-syulhísis, filadelfia, David McKay, 1948.
10
Le Boycr, Frcdcrick: fíirth withouí Violencc, WiJdwood Ilousc, 1975.
11
Janov, Arthur: TheFceling Child, Simón & Schuster, 1973.
12
Luce, Cay: Biológica! Rhythms in Human and Animal Physiology, Dover,1971
13
Howe, E. Craham: CureorHeal?, Alien Se ünwin, 1966.

4. LAS TRANSICIONES HACIA "EL ESTABLECERSE"


Primeras impresiones del mundo
El nacimiento es un drama formativo que puede potenciar algunos de nuestros patrones de
personalidad más profundos. Que también sea un trauma depende en gran medida de las
condiciones prevalecientes en ese momento, y de las actitudes de los participantes. En un
nacimiento normal, el bebé entra en el mundo descabeza; ése es su primer enraizamiento.
Cualquier comprensión de la dinámica caracterológica ulterior reposa en ese primer
compromiso con el mundo exterior.
Cuando el feto ya está preparado, induce el trabajo de parto. Este parece ser también
desencadenado por un reloj biológico, vinculado con la edad de la placenta, que asegura
que, más o menos unas cuarenta semanas después de la ovulación, comiencen en el útero las
contracciones propiamente dichas. Empieza la primera etapa del parto. Lamaze ha
comparado las contracciones uterinas con la marca; el aumento de las contracciones es la
marea creciente, el apogeo es la pleamar y la declinación de las contracciones es como el
reflujo —una vez más una pulsación.
Grantlcy Dick Read, ' uno de los primeros pioneros modernos del parto natural, remarcó
que sería sorprendente que el parto fuera la única función natural vinculada orgánicamente
con el dolor. No hay ninguna razón para dar por sentado, como lo hizo Rank,2 que para el
bebé el nacimiento debe necesariamente ser una experiencia traumática. “Sólo el
nacimiento traumático es traumático", nos recuerda Janov. 3
Dado que un parto doloroso para la madre probablemente sea estresante para el niño/vale la
pena recordar la dinámica del dolor en las primeras etapas del trabajo de parto.
El útero tiene tres capas de músculos: una exterior de músculos longitudinales, una media
de fibras dispuestas en direcciones múltiples, y una interior de músculos circulares. La
función de estas tres capas es la que sigue. Los músculos longitudinales abren la boca del
útero, dilatando el cuello y abriendo el canal para que el feto empiece a descender. Las
fibras de la capa media están estrechamente entretejidas y rodean los grandes vasos
sanguíneos con formaciones "en ocho". Cuando estas fibras se contraen oprimen los vasos
sanguíneos, y al relajarse los abren para oxigenar el útero. La capa interior de músculos
circulares cierra la boca del útero. Los músculos longitudinales son gobernados por el
sistema nervioso simpático. Lo que sigue .está en función del modo como esos sistemas se
adapten, o no se adapten, recíprocamente.
Una madre relajada, que no sufre estrés consciente ni inconsciente, estará bajo la influencia
predominante del sistema parasimpático. Los músculos longitudinales dilatarán el cérvix.
Los músculos -en ocho" abrirán los vasos sanguíneos para barrer los productos químicos del
esfuerzo y aportar oxígeno fresco. Los músculos circulares se relajarán. Así es como debe
funcionar el sistema. Estas contracciones no deben ser dolorosas, salvo tal vez durante la
última media hora, más o menos, cuando el cérvix se dilata al máximo antes de que empiece
la segunda etapa.
Entonces/como dice Sheila Kitzinger.

El feto siente cada contracción como una ola que se pierde a la distancia. La madre adapta
automáticamente su ritmo respiratorio a esas contracciones, y cuando le llegan "nada" sobre ellas con
brazadas cuidadosas y deliberadas, hasta la cresta; después empieza a sentir que la contracción pasa, su
respiración se vuelve más suave, y reposa. Al final de cada contracción da unas cuantas inspiraciones y
espiraciones profundas.4

El bebé debe experimentar esas contracciones como un abrazo cada vez más estrecho, un
masaje cada vez más firme, pero de ningún modo como una presión que lo aplasta. Ashley
Montague escribe:

Durante este período las contracciones del útero proporcionan estimulaciones masivas de la piel del
feto... Estas estimulaciones se intensifican considerablemente durante el trabajo del parlo para preparar
los sistemas de mantenimiento para el funcionamiento posnatal... un tanto diferentes de los necesarios en
el medio acuático en el que hasta entonces el feto ha pasado su vida.5

Alternativamente, una madre tensa, estresada o con miedo al dolor será gobernada por el
sistema nervioso simpático, que domina en situaciones de tensión y angustia. Esto significa
que el cérvix se contraerá, bloqueando la salida del útero. También se contraerán los
músculos “en ocho", constriñendo los vasos sanguíneos y reduciendo el flujo de sangre y la
provisión vital de oxígeno a las paredes uterinas.
La constricción de los vasos sanguíneos también afecta las terminaciones nerviosas. "Se
registra dolor en el útero —señala Norman Casserley— cuando las terminaciones nerviosas
no reciben un suficiente bañó de sangre. Un útero tenso exprime la sangre y de ello resulta
el dolor."6 Una consecuencia adicional de la acción simpática es que los músculos
longitudinales reciben menos impulsos del sistema parasimpático. No obstante, seguirán
contrayéndose porque están primordialmente gobernados por la hormona oxitócica, que los
estimula a hacerlo.
Ahora tenemos una situación en la que la matriz trata de hacer al mismo tiempo dos cosas
antagónicas: intenta abrirse, bajo la influencia del reloj biológico que actúa a través de la
hormona preparando el camino para que el bebé nazca, pero también se esfuerza por
permanecer cerrado, bajo la influencia de los nervios simpáticos puestos en juego por el
miedo. Es como tratar de doblar el brazo y enderezarlo al mismo tiempo; el brazo cae en
espasmos y duele. Esto es exactamente lo que le sucede al útero en una madre incapaz
de relajarse y condicionada para esperar dolor.
¿Cuáles son los efectos en el bebé? Se encuentra en una situación intolerable, en la que
lo que podría haber sido un masaje firme empieza a parecer un estrujamiento mortal.
Grof la describe como la experiencia de "sin salida" o infierno. Un sujeto de su terapia
recordó ese estado con las siguientes palabras:
Estaba totalmente sumergido en una situación de la que no tenía mas salida que la muerte. Habría hecho
cualquier cosa por huir, pero ¿había acaso alguna vía de escape?... Me sentía atrapado en un laberinto
del que" no se podía salir. Estaba atado y ése era mi destino: estar en un lugar que no era la creación de
la vida, estar apresado en la rueda del sufrimiento... Era como si fuera un prisionero de un campo de
concentración, y cuanto más me esforzaba por salir, más golpeado era; cuanto más luchaba por
liberarme, más me oprimían las ataduras.

Las personas que establecen contacto con malas experiencias en esa etapa del parto las
asocian con sentimientos de horror intolerable, alienación total, desvalimiento y
desesperanza. Grof distingue esos sentimientos, y las dificultades con que se tropieza en
la segunda etapa del parto, por el énfasis singular en "el papel de la víctima y el hecho
de que la situación es insoportable, ineludible y eterna: no hay salida alguna ni en el
espacio ni en el timpo".7
Parece no haber salida. Pero incluso en una madre tensa las olas incesantes de las
contracciones uterinas finalmente prevalecen sobre los músculos constrictores renuentes
que ciñen el cérvix si ella es incapaz de relajarse. Fácilmente o con dificultad, el cervix
finalmente se abre y deja paso para que el bebé descienda. La segunda etapa del parto
está por empezar. En adelante, cada contracción uterina ejerce una presión sobre el feto,
a la cual éste sólo puede ceder cuando, centímetro a centímetro, empieza a avanzar por
el canal del parto. Ahora la madre puede participar más activamente. En la primera
etapa se la incita a relajarse, pero ahora se apela a su esfuerzo activo. Reteniendo la
respiración para mantener el diafragma hundido, ella puede facilitar y ayudar al proceso
del parió. Pero también en este caso la madre puede caer en un error perturbador. Los
músculos del diafragma y del piso pélvico son antagónicos entre sí; si bien la
contracción de los músculos abdominales "hundidos" ayuda, al piso pélvico se le* pide
que se relaje. Muchas parturientas, en particular aquellas cuyo carácter es "empujador y
estructurador", involuntariamente anudan sus músculos pélvicos y así obstruyen el
alumbramiento. Pierre Vcllay explica el proceso como sigue:
Una mujer que durante el parto empuja de este modo crea un obstáculo al pasaje del bebe a través de la
vagina. Este esfuerzo no sólo no responde a las necesidades del momento, ' sino que es contrario a ellas.
No hay que empujar así. Desde luego, el bebé nacerá de todos modos. El logra cruzar ese obstáculo,
simplemente porque las tres fuerzas juntas de la contracción del útero, el trabajo de los músculos
abdominales y la presión del diafragma componen una fuerza mayor que la constricción de la cavidad
vaginal por los músculos del piso pélvico. Pero el obstáculo se: atraviesa por la fuerza, lo que significa
que la mujer debe realizar esfuerzos mucho más intensos y especialmente mucho más prolongados. 8

Sheila Kir/.inger explica que la acción de los músculos abdominales en realidad es no


sólo innecesaria sino también indeseable:

La acción por la cual el bebé es empujado hacia abajo en el canal del nacimiento debe ser como la
de un pistón, con toda Opresión ejercida desde arriba hacia el fondo del útero, y los músculos del
fondo pélvico completamente relajados. Si sostenemos en la mano un tubo de cartulina y dentro de
él presionamos una bolita desde arriba (con el dedo de la otra mano en el papel del diafragma), el
tránsito será difícil cuando apretamos el cilindro, y se facilita si aflojamos la mano. Si la pared
abdominal está tensa y presiona sobre el útero que se contrae, necesariamente le oprime los flancos,
y de este modo se impide que la presión desde arriba tenga todo su efecto.4 :

La investigación de Constance Benyon sobre la segunda etapa del parto demostró que el
alumbramiento más fácil se produce cuando la madre ahorra sus esfuerzos musculares y
no es alentada a pujar de ningún modo, salvo cuando el impulso a hacerlo es
involuntario. Su trabajo empezó con un estudio de pacientes cardíacas a las que no se
les permitía esforzarse durante el parto, y que como resultado tenían los bebés con
mayor facilidad. Esta autora escribe:

Además, en casi todos los casos se desarrolla una tensión refleja endurecedora en el perineo, y esto
presenta dificultades. Es muy infortunado porque, durante el alumbramiento, la cabeza del bebé que
deja el útero presiona detrás de los tejidos del perineo y mientras avanza los
empuja....Gradualmente, esos tejidos se estiran mucho, pero sólo con una condición. Para que un
tejido se estire, debe permanecer elástico. Ahora bien, cuando las mujeres pujan mal, esos tejidos
pierden su elasticidad y crean un obstáculo al progreso de la cabeza. Se puede comprender por qué
las mujeres se desgarran. Esos músculos y tejidos no pueden estirarse, y llega un momento en que
ceden.9

Una consecuencia es que algunos médicos realizan una episiotomía (incisión en el


perineo) como medida rutinaria, considerada preferible al desgarramiento. Pero es
posible evitar ambas cosas si se ayuda a la madre a relajarse y el parto se realiza sin
ninguna urgencia. El doctor Fred W. Petersen, en su libro Experiences in Obstetrics,
escribe lo siguiente:

Nunca he visto ninguna lógica en las episiotomías, y por cierto no les veo utilidad antes del
alumbramiento. ¿Por que, en qué circunstancias, habría que cortar en un punto por el que pasan
vasos sanguíneos, nervios y músculos? Muchas mujeres episiotomizadas se han quejado durante
años de entumecimiento debajo de la cicatriz, como resultado de una importante escisión de
nervios... Sólo después de años de experiencias penosas descubrí que si hacía más lento el
alumbramiento, dando a las partes un tiempo amplio para estirarse, reservando el perineo hasta el
final, no se necesitaba laceración alguna. l0

Estamos describiendo los resultados de una segunda etapa tensa y forzada. ¿Cómo los
experimenta el bebé? Stanislav Grof los compara con una batalla de muerte y
renacimiento, con una atmósfera de lucha titánica más próxima al Purgatorio que al
Infierno. A su juicio esa lucha está en una zona fronteriza entre la agonía y el éxtasis. Es
una experiencia volcánica en comparación con* las etapas oceánicas dentro de la
matriz. Entre las manifestaciones físicas que describe se incluyen:

Una presión enorme en la cabeza y el cuerpo, ahogo, sofocación y estrangulamiento; dolores


atormentados en diversas partes del organismo; malestar cardíaco severo; escalofríos y olas dé
calor alternantes; sudor profuso; náuseas y vómitos; movimiento intestinal acrecentado; urgencia
de orinar, acompañada de problemas de control de esfínteres, y una tensión muscular generalizada
que se descarga en diversos temblores, crispamientos, sacudimientos, estremecimientos y complejas
contorsiones.7

Frank Lake, en un artículo publicado en Energy and Character, u proporciona un


informe muy completo sobre las experiencias subjetivas de la revivencia del nacimiento.
Esas experiencias traumáticas no tienen por que producirse si las fuerzas que asisten al
descenso del bebé actúan armónicamente entre sí.
Se puede utilizar una fuerza adicional, y resulta sorprendente que no se saque más partido
de ella: la fuerza de la gravedad. Barbara Yunker, en un artículo sobre los métodos de parto,
describe como sigue la posición gravitacional para el alumbramiento:

La posición natural para un nacimiento humano consiste en que la madre esté en cuclillas —o, después
de que la civilización ha introducido la obstetricia— que se siente en una silla especial, abierta en el
asiento, con la espalda sostenida. Ahora bien, la posición acostumbrada, que se empezó a adoptar cuan-
do los médicos iniciaron la atención de los partos de mujeres de clase alta, en el siglo XV111, pone a la
mujer echada sobre la espalda y con las piernas alzadas.
Lamentablemente, en esta posición la gravedad actúa contra la madre, y no a favor de ella. El peso del
útero presiona sobre la vena principal de la parte inferior del cuerpo. Esto reduce la presión sanguínea
de la madre, lo que puede hacer más lento el pulso del feto. También queda comprimida la principal arte-
ria que le lleva oxígeno al bebé. Si la madre está de lado, o sentada, o caminando, la sangre circula
libremente.12

Norman Casserley, una partera que practica el alumbramiento natural y ha asistido al


nacimiento de miles de bebés mediante métodos más-naturales, normalmente los recibe con
la madre sentada o semirreclinada. "Yacer de espaldas, amarrada y con las piernas sobre
estribos es la peor posición posible para dar a luz", dice Casserley. "Las principales venas y
arterias corren a lo largo de la columna vertebral, y en esa posición el peso del bebé, el útero
y el líquido amniótico cargan sobre la espalda. Por ello son frecuentes los coágulos."fc En
contraste, una madre que puede participar armoniosamente en la segunda etapa del
nacimiento no pasa por una lucha titánica, aunque esté totalmente comprometida en ayudar
al descenso del bebé.
Una paciente de terapia bioenergética, mujer casada de treinta y cinco años y madre de
cuatro niños, desarrolló dolor en las articulaciones y otras partes del cuerpo, en especial en
la zona de los hombros. Zelig Selinger, el terapeuta, describe la intensificación de sus
estados de miedo y pánico. Esto es lo que sucedió después:

Hace un mes, con cierta turbación, me confesó una sensación que había tenido durante dos meses. Era
casi una visión; estaba por entrar en un tubo oscuro, lo que la aterrorizaba. "Parece loco,"pero esto es lo
que me enfermaba." Al continuar el interrogatorio ella empegó a “ver" que el tubo tenía una pequeña
abertura en el otro extremo, y que allí había luz.
Los comentarios me recordaron los artículos de Nandor Fodor (Psychiaíric Quarlerly, 1945) y su libro
Search for the Beloved, una investigación clínica sobre el trauma del nacimiento y el condicionamiento
prenatal [Hcrmitagc Press, Nueva York, 1949]. También me llevaron a pensar en mis experiencias con el
hipnoanálisis, durante las cuales, en regresión, algunos pacientes se sentían espontáneamente en cuevas
oscuras con agua y aberturas por las que entraba luz, reexperimentando lo que,' para los pacientes y
para mí, había sido un trauma del nacimiento. Las experiencias revividas eran de gran beneficio para
ellos.
Esos pensamientos y recuerdos me llevaron a pedirle a la mujer que se tendiera de espaldas sobre la
cama, con las rodillas alzadas. Yo me senté al borde, con su cabeza entre mis manos y aplicándole una
presión suave en ambos costados. La cima de la cabeza, donde alguna ve/, había estado la fontanela, le
dolía mucho, algo que nunca había ocurrido antes cuando yo trabajaba con ella. La alenté a entrar en el
tubo. Sentía que se deslizaba lentamente en el, hacia la abertura. Estaba aterrorizada y le dolía mucho la
cabeza. Seguía alentándola mientras le aplicaba una presión mayor en la cabeza. Al cabo de dos o tres
minutos, empezó a sentir una gran fuerza en las piernas, que empujaban su cuerpo hacia la salida. Se
aterrorizó. Mientras yo hacía girar su cabeza sentí en la paciente la misma fuerza; ella seguía pujando
hacia mí, con la cabeza saliendo del lecho y apuntando hacia el suelo. En tanto yo continuaba soste-
niéndole la cabeza, sus movimientos corporales me recordaron los partos que yo atendí.
Dé pronto se relajó completamente, con lentitud fue apoyándose en los codos y después se sentó
sonriéndome; parecía muy complacida. Examinó su experiencia paso a paso, especialmente
impresionada por la fuerza que sentía en el cuerpo mientras se extraía del tubo y entraba en la luz. Ya no
sentía dolor y presión en la cima de la cabeza. Dejó el consultorio con ánimo excelente, algo que no
ocurría desde hacía mucho tiempo. ™

Paul y Jean Ritter, en un importante artículo sobre el nacimiento, han subrayado el


placer asociado con el alumbramiento sano, y han resumido las siguientes semejanzas
características entre el nacimiento y el orgasmo.
1. La naturaleza involuntaria de los movimientos, es decir, las contracciones y
convulsiones que envuelven a todo el organismo.
2. La tensión y carga crecientes, que por la naturaleza de las cosas sólo se advierte en
la madre.
3. La marcada y extraordinaria experiencia de liberación y placer, intermedia entre
contracciones, que corresponden a los puntos bajos del coito.
4. El éxtasis experimentado después del acmé del coronamiento.*
5. La misma angustia y el mismo miedo a la muerte, estallando y fragmentándose
como en la angustia extrema del orgasmo copulativo en los sujetos incapaces de
soportar el placer total.
6. Los rostros llenos, radiantes, satisfechos de la madre y
* Emergencia de la cabeza del bebé en el momento del parió. [T.]

el niño después de un nacimiento sano (Dick Read llama a esto "transfiguración"), que
recuerdan tanto a los rostros de los amantes después de un abrazo sin inhibiciones. O
bien el altamente neurótico anticlímax deprimido de un nacimiento no sano, que
corresponde a la estela de una cópula inhibida, 14

Uno de los rasgos del alumbramiento natural es que suele inducir un orgasmo en la
madre mientras da a luz. Norman Casserley sostiene; "Un bebé que pasa a través del
canal de nacimiento toca y estimula las mismas áreas que son estimuladas en el
intercambio sexual". * Eva Reich, pediatra, hija de Wilhehn Reich, llega a sugerir la
estimulación de los geni tales para facilitar el paño.15
Pero hay más. Como los Ritter lo demostraron en su artículo clásico, estamos ante la
superposición y el climax de dos sistemas energéticos. Wilhelm Reich nos recordó ya
hace mucho que el feto era otro sistema de energía dentro de la madre. Los Ritter
también describen el proceso como sigue:

Las convulsiones del "quiero salir" del feto son una fuerza, y las convulsiones del "quiero que
salgas" de la madre son la otra. Las primeras actúan dentro del útero en primera instancia y pueden
inferirse u observarse como una acción positiva realizada por el feto a lo largo de todo el parto,
particularmente en el momento del coronamiento. La fuerza del "quiero que salgas" es la presión
involuntaria de las contracciones de los músculos uterinos en conjunción con las presiones
auxiliares. El punto de encuentro es el perineo. En términos gráficos, las dos fuerzas representan
dos brazos en espiral que se superponen y fusionan en este punto. El impulso a salir y el esfuerzo
por expulsar al feto llegan a un climax. La tensión alcanza su pico y es seguida rápidamente,
después del coronamiento, por una tremenda relajación en ambos sistemas, primero fusionados, y
después como dos organismos separados.u

Que el nacimiento puede ser una experiencia orgásmica para el bebé tanto como para la
.madre es un hecho .también confirmado por el recuerdo subjetivo en la terapia preverbal.
Muchas personas que han revivido su nacimiento describen sensaciones de corrientes
poderosas de energía que recorren todo su cuerpo. Uno de los pacientes de Grof describió
su reex-perienciación del alumbramiento con las siguientes palabras.

Se volvió muy claro para mí que no había ninguna diferencia entre el sexo y el proceso del
nacimiento, y que los movimientos resbaladizos del sexo eran idénticos a los movimientos
resbaladizos del nacer. Aprendí fácilmente que cada vez que una mujer me estrechaba sólo tenía que
aflojarme y desligarme hacia donde me empujara. Si no luchaba, el estrechamiento resultaba
intensamente agradable. A veces me preguntaba si no habría ni fin ni salida y si no sería ahogado,
pero cada vez que me sentía empujado y mi cuerpo se contorsionaba, me dejaba ir y me deslizaba
fácilmente hacia dondequiera me estuvieran llevando. Mi cuerpo se cubría de la misma viscosidad
que al comienzo de la sesión, pero ya no era nada desagradable. Era el lubricante divino lo que
hacía tan fácil ceder y ser empujado y guiado. Una y otra vez tuve la experiencia de que "eso es
todo" y de que "es increíblemente simple", de que todos los años de lucha, de dolor, de tratar de
comprender, de reflexionar, habían sido absurdos, y que constantemente lo había tenido todo frente
a mí, que era muy simple. Uno simplemente se abandona y la vida lo empuja, lo presiona, lo doma
con suavidad y lo guía a través del viaje. 7

La madre capaz de participar completamente en el climax convulsivo del reflejo del


orgasmo estará mejor preparada para el empuje energético del reflejo expulsivo. Ella da a
luz. No es que le sacan el bebé, sino que al bebé, como al orgasmo, se le permite que llegue.
Michael Silvert, un colaborador de Reich particularmente interesado en las condiciones del
nacimiento sano, escribió lo que sigue sobre el alumbramiento satisfactorio.

El aliento constate a la madre para que ceda a sus contracciones lleva al progreso gratificante del
bebé por el canal del nacimiento. Especialmente sorprendente es la respuesta del feto, en términos
de ritmo cardíaco y de movimiento», a las contracciones suaves en forma de onda, contrastadas con
las contracciones en las que la calidad de onda no se loga... La madre capaz de ceder al proceso del
nacimiento se apoya ligeramente en una pared a la altura de los senos, con lo codos doblados y
relajados. Su cabeza cae hacia atrás y el pecho desciende suavemente cuando respira, la pelvis se
adelanta en un movimiento que sugiere entrega sexual; ella dobla las rodillas y emite leves suspiros
por la boca parcialmente abierta.Está sonrosada, sus ojos brillan y sus pensamientos son
igualmente expresivos: "Vaya, esto es como el sexo. Realmente lo disfruto. ¿Por qué no lo sabrá la
gente? Es maravilloso. Soy tan felíz 16

Si el momento culminante del coronamiento es el acto final del parto, es también el primer
momento de la legada. El bebé abre los ojos al mundo por primera vez.
He descrito detalladamente el proceso del nacimiento, no sólo para ayudar a comprender
algunas de las fuerzas involucradas y los posibles traumas siguientes, sino también para
abogar por partos más naturales, de los que se puede esperar que reduzcan la incidencia de
los traumas del nacimiento.
Le toca el turno a la llegada: el establecimiento del recién nacido en el mundo exterior.
En el nacimiento, el niño hace una transición cutre el mundo del líquido amniótico y el
terrestre, el mundo luido y casi sin peso y el mundo de la gravedad y la solidez. La última
vez que aterrizó era un cigoto microscópico, de apenas una semana, que se asentaba en la
pared uterina. Ese primer aterrizaje fue una implantación, un arraigamiento. El nuevo ate-
rrizaje supone un desarraigo radical. El sistema de arraigo del bebé, la placenta, que ha sido
la única fuente de nutrición en su existencia ulterior a la primera semana, está muriendo. El-
cambio de existencia es casi total, tan dramático como el pasaje desde el océano a la tierra
en el curso de la evolución, que tardó millones de años en completarse. El bebe lo recorre
en ' menos de un cuarto de hora. Theodor Schwenk lo describe como sigue:

Ames del nacimiento, el niño está en una envoltura protectora de agua, previamente a su entrada final en
la esfera de la actividad terrestre. Como si reposara dentro de una esfera, moldea su forma todavía
líquida, que gradualmente se condensa. Al nacer abandona el espacio esférico de agua y entra en
relación con las fuerzas direccionales de la tierra. Cuanto más cede a esas fuerzas, más se solidifica su
cuerpo, lo cual es esencial para ponerse de pie y aprender a caminar.17

Los paralelos entre la vida en la matriz y la vida en un módulo espacial han sido trazados
por muchas personas, pero están captados particularmente bien en el poema "Cosmonauta"
de GeofF Roberts.

Intemporal, ingrávido,
floto libremente en órbita
cómodamente en capsulado
en una oscuridad con aire acondicionado,
seguramente aislado
pero con mis cinco delicados instrumentos de precisión
a la espera de ser usados
amarrado al intercomunicador, entibiado, alimentado,
escuchando el bombeo del mecanismo,
flotando libremente en órbita,
cabeza abajo, aguardando el impulso ,y dejando en las manos de algún otro
toda consideración
de los problemas del reingreso
al final de los nueve meses.

También presentaremos la forma como una niña de once años expresó su percepción de lo
que es emerger del mundo de las aguas.

El bebé se desliza de la madre como una nutria en el agua. Cuando el bebé está fuera de la madre está
tan mojado como una planta acuática. Tiene las manos arrugadas como conchas marinas llenas de agua.
Por sus costillas parece que dentro de él tuviera una fina jaula de pájaro. Sus ojos son como ostras sin
abrir. Su cordón umbilical está un retorcido como un tallo de enredadera, con muchas vueltas de venas
lechosas y rojas. Su pelo es tan suave como el de una rata de agua. Abre la boca y emite su primer
sonido. Parece muy nuevo y pulido.18

En este proceso hay involucradas por lo menos cuatro transiciones separadas, y cada una de
ellas puede experimentarse como una expansión agradable o un choque catastrófico, según
el modo en que se maneje la lle.eada.del bebé.
La primera transición es id transición sensoríaL El niño sale de la oscuridad y entra en un
mundo de luz enceguecedora. Deja un mundo en el que, si no había silencio —ya hemos
visto que no lo había— todos los sonidos eran amortiguados por el agua. Entra en un mundo
de sonidos ásperos 'y ensordecedores. Frederick Le Boyer, en su poema en prosa Birth
without Violence, entre las primeras recomendaciones para humanizar y sensibilizar las
condiciones en las que llega el recién nacido subraya la importancia de las luces tenues y
los sonidos apagados, para evitarle un choque innecesario al sistema sensorial: la luz
excesiva puede arder en los ojos, así como los oídos pueden sentirse agredidos por el
excesivo ruido.19
El líquido amniótico está a la temperatura de la sangre. La sala de partos probablemente no
está a más de 20°. La caída de la temperatura para el bebé es del orden de los 16°. El acto
del nacimiento desencadena los procesos cerebrales que regulan la temperatura, pero llegar
a la eficiencia les toma muchas semanas. Para algunos bebés hay un peligro real de
hipertermia.
La piel es el órgano más grande del cuerpo, y ofrece el área más amplia para la experiencia
sensorial. A través de las primeras experiencias del contacto, el infante aprende cómo
es el mundo en el que ha entrado: un mundo que le da caricias y calor, o un mundo
considerablemente frío. Janov ha sugerido que la sensibilidad a la temperatura en la vida
ulterior depende en parte de esas experiencias tempranas: "Bien puede ser que un
nacimiento difícil, sumado al choque de la caída de la temperatura en el nacimiento,
dañe de modo permanente el funcionamiento adecuado de los mecanismos del control
térmico, de modo que la persona en adelante tendrá una temperatura demasiado alta o
baja".5
Le Boyer aconseja dos modos de reducir el choque de la caída de la temperatura en el
recién nacido: colocar al niño en decúbito supino sobre el abdomen de la madre
inmediatamente después del nacimiento, y un siguiente baño tibio como experiencia
sensorial agradable. Sobre el último punto, recomienda lo siguiente:
Coloquemos al infante en agua —más bien, volvamos a ponerlo—. Pues el bebé ha emergido del agua,
de las aguas maternas que lo han llevado, acariciado y acunado. Hay que hacerlo con la levedad de una
pluma. En una bañadcríta se ha preparado un baño a la temperatura aproximada del cuerpo —unos
treinta y seis grados—. En él colocamos al niño. Cuando éste es sumergido, deja de pesar, y se libera del
cuerpo que lo abruma —ese cuerpo con toda su carga de ásperas sensaciones nuevas—.19

Hay un libro encantador titulado Water Bables, de Erik Sin-denbladh.20 que demuestra
cuan natural es el medio acuático incluso para el bebé que está en la matriz. Esto puede
relacionarse con las teorías evolucionistas de sir Alister Hardy, expuestas en el libro de
Elaine Morgan titulado The Descent of Woman, 21 donde la autora postula que el
desarrollo durante los doce millones de años del árido plioceno se produjo a la orilla del
mar—dentro y fuera del medio acuático— y que los beneficios de esa evolución
convirtieron al resultante humanoide del plioceno en nuestra tatarabuela.
Son muchas las ventajas de poner .al recién nacido en un contacto inmediato con el
abdomen de la madre. Primera: esto puede hacerse antes de que se corte el cordón
umbilical. Segunda: ése es el lugar más tranquilizador para el bebé, vientre a vientre con
el cuerpo que lo encerró durante toda su existencia hasta ese momento. Volveremos a
hablar sobre esto.
¿Qué mejor lugar podría haber? El vientre de ella tiene la forma y las dimensiones exactas del bebé.
Protuberante un momento antes, hueco ahora, el vientre parece aguardar como un nido. Y su calidez y
flexibilidad mientras asciende y desciende con el ritmo de la respiración de la madre, su suavidad, la
.luminosidad de la piel, todo se conjuga para crear el mejor lugar posible de reposo para el niño.-1

La segunda transición es la transición circulatoria y el nací-Amiento de la respiración.


Durante los diez meses anteriores el bebé fue oxigenado con aire de la respiración de la
madre. Por el resto de su vida respirará su propio aire. Aunque su corazón ha estado
bombeando sangre hacia todo el cuerpo desde el vigésimo día posterior a la concepción,
muy poca o ninguna llegó a los pulmones, mientras que una gran cantidad iba a la
placenta. Eso debe cambiar en adelante.
Las transformaciones que se producen en el sistema circulatorio durante los primeros
segundos y minutos después del nacimiento son revolucionarias. El sistema vascular
tiene que ser recanalizado. El mejor modo de comprender el fenómeno consiste en
observar cuidadosamente lo que ocurre en las cuatro cámaras del corazón antes y
después del nacimiento.
Antes del nacimiento, en la circulación placentaria, el corazón recibe y expulsa la
sangre como sigue.
Ventrículo izquierdo. Cuando este ventrículo se contrae, impulsa la sangre a través de la
aorta y del cuerpo del feto, pero una gran proporción del flujo pasa por la dos arterias
umbilicales hacia la placenta, donde es reoxigenada.
Aurícula derecha. Esta cámara del corazón recoge la sangre que vuelve de dos fuentes:
el cuerpo del feto y la placenta. La sangre recién oxigenada que llega desde la placenta
fluye a través de la vena umbilical, volviendo al corazón por la vía del hígado o de una
conexión desviada del circuito principal, denominada conducto venoso.
Ventrículo derecho. Este ventrículo toma una porción de la sangre que sale y dispone de
ella como sigue. Una parte fluye a través de las arterias pulmonares hacia los pulmones,
pero el mayor porcentaje pasa a otra conexión, el conducto arterioso, para unirse al flujo
aórtico principal que recorre el cuerpo.
Aurícula izquierda. Sólo una parte de la sangre le llega desde los pulmones por la vena
pulmonar. La mayor proporción entra desde la aurícula derecha a través de una abertura
de la membrana que separa las aurículas, el agujero oval. (Si éste queda abierto después
del nacimiento, origina el síndrome del "agujero oval permeable a la sonda".)
Después del nacimiento, los impulsos reflejos vasodilatadores abren el flujo vascular a
los pulmones y al mismo tiempo los impulsos reflejos vasoconstrictores cierran el
conducto arterioso. Como consecuencia, aumenta la presión en la aurícula izquierda de
la sangre proveniente de los pulmones. Las arterias umbilicales también se estrechan,
reduciendo la presión de la sangre que entra en el ventrículo derecho desde la placenta.
Estos dos efectos llevan a que la presión en la aurícula izquierda sea mayor que la
presión en la aurícula derecha, lo cual cierra la membrana entre las aurículas, que
después de unos días se consolida como una barrera permanente entre los dos lados del
corazón.
El primer llanto del infante expande los pulmones y desencadena esos cambios
circulatorios reflejos. Estos son rápidos, pero no instantáneos. El cordón umbilical
continúa pulsando muchos minutos después del nacimiento. La corriente final de sangre
proveniente de la placenta vuelve al cuerpo del recién nacido. Si el cordón umbilical es
cortado antes de que haya dejado de pulsar, el niño experimenta un shock doble:
circulatorio y respiratorio. El shock circulatorio es consecuencia de la sangre que
todavía corre por la arteria umbilical que está Siendo atada, creando lo que R. D. Laing
caracteriza como un reflujo abrupto (wash-back), una presión de rebote en la circulación
general del cuerpo, que somete a una tensión innecesaria al corazón en su nuevo
funcionamiento. La interrupción de las últimas pulsaciones del flujo placentario por la
vena umbilical priva al bebé de un valioso oxígeno y puede determinar la reducción del
número de glóbulos rojos en circulación. El shock respiratorio surge de la necesidad de
tomar todo el oxígeno de golpe por medio de los pulmones que acaban de expandirse.
Frederick Le Boyer lo explica de este modo:

Dos sistemas que funcionan simultáneamente y aliviándose entre sí: el antiguo, el ombligo, continúa
proveyendo oxígeno al bebé hasta que el sistema nuevo, los pulmones, ocupe totalmente su lugar.
Pero cuando el niño ha nacido y salido de la Madre, sigue ligado a ella por ese ombligo, que
continúa latiendo unos cuantos minutos: cuatro, cinco, a veces más.
Oxigenado por el ombligo, protegido de la anoxia, el bebé puede empezar a respirar sin peligro ni
shock. Sosegadamente, sin prisa.
Además, la sangre tiene mucho tiempo para abandonar su antigua ruta (que lleva a la placenta) y
llenar progresivamente el sistema circulatorio pulmonar.
En ese tiempo, paralelamente, en el corazón se cierra un orificio y queda sellada para siempre la
ruta antigua.
En síntesis, durante unos cuatro o cinco minutos, el recién nacido está a horcajadas sobre dos múridos.
Tomando oxígeno de dos fuentes, pasa gradualmente de uno al otro, sin una transición brutal. Casi no se
lo oye llorar.19
Como hemos visto, el mejor lugar para el bebé durante ese período de transición es el
abdomen de la madre, o incluso el pecho.
Quienes han visto llegar a un bebé atendido con los métodos de Le Boyer,
personalmente o en película, habrán observado cómo (en lugar de llorar sintiéndose
molesto, con un uso casi instantáneo de los pulmones llenos de sangre, sin que los
tejidos sensibles tengan tiempo de aclimatarse a las bocanadas de aire) la respiración del
bebé seva imponiendo con lentitud, de modo vacilante. El niño da suspiros del placer;
las ondas de la respiración son como las de un remanso, y no como las olas de la marea
rompiente.
Si la experiencia ha sido traumática, como lo es para muchos niños, hay razones aún
mayores para prestar una atención máxima a las condiciones de la llegada y la transi-
ción, para hacerlas tan suaves, sosegadas y armoniosas como resulte posible. Nada es
mejor que estudiar el notable libro.de Le Boyer, con su énfasis en las cualidades
graduales y suaves del tacto y la manipulación, y un respeto total por la extrema
sensibilidad del recién nacido. Un trabajo muy similar, con gran respeto por la madre y
sus aptitudes naturales para engendrar a su hijo con seguridad, se realiza en el hospital
de Michel Odent en Pithiviers. Para estos dos pioneros y todos íos que participan en este
tipo de tarea, la llegada de cada bebé es una verdadera natividad.
La tercera transición es la transición gravitacionl Le Boyer la llama el cuarto paso en la
senda del nacimiento, y en él el recién nacido es puesto por primera vez en contacto con
la "tierra firme". Lo describe como sigue:
Al dejar el agua, el bebé se encuentra con un nuevo amo, otro tirano: el peso de la gravedad, La nueva
carga de su propio cuerpo.
Durante nueve meses el bebé ha sido un viajero permanente: su mundo cambiante nunca ha dejado de
moverse. c-No estuvo siempre en movimiento el cuerpo de la madre? Y cuando ella estaba quieta o
durmiendo, quedaba el gran ritmo de su respiración, de su -diafragma. El bebé .ha vivido en perpetuo
movimiento. Ahora se produce' un cambio espantoso: todo se detiene. Por primera vez. Nada se mueve.
El mundo se ha congelado, ha muerto. Es lo desconocido. 19 .

Las características de esta experiencia de contacto con la tierra dependerá de cómo le


hagamos conocer la tierra a la criatura. Para algunos se trata de un completo abandono y
desolación. -El niño se siente amenazado por la vastedad del espacio con la tierra
congelada. Le parece que se fragmenta. Esta es la base de la sensación de agorafobia, el
miedo a los espacios abiertos e ilimitados, a ser "desmatrizado ". Es exactamente lo
contrario de la experiencia claustrofóbica, en la que uno se siente confinado, oprimido,
atrapado en la matriz. Pero si al niño se le .hace conocer la "tierra firme" de modo
gradual, como lo propone Le Boyer, la experiencia puede ser atractiva por su novedad.
Allí hay algo firme y sólido contra lo que la criatura aprende a hacer presión. En el
marco de esa solidez, el bebé pone a prueba los ritmos vitales de su propio cuerpo, y
aprende a diferenciarlos de los ritmos vitales de las otras personas. Las personas que en
algún sentido no están bien enraizadas en el sucio, que se abstienen de poner a prueba
su fuerza contra la solidez del piso y retienen su agresión, tienden a tener deficientes
límites yoicos y a no saber con seguridad donde empiezan ellas y dónde terminan los
otros. Son más fácilmente invadidas.
En el niño pequeño ,el sentido de la gravedad está relacionado con la experiencia de
caer. Si es sostenido con seguridad, y mecido, levantado o depositado, los movimientos
con una temporaria ausencia de peso le permiten volver a sentirse acunado en los fluidos
uterinos en el cuerpo de la madre. Jugar con la gravedad se parece a volar.
El niño inseguro, por otra parte, teme caer. La gravedad es una amenaza, el suelo es el lugar del
abandono o la superficie contra la que se golpeará si lo dejan caer. Ningún niño puede caerse
dentro de la matriz, pero sí fuera de ella. El miedo a caer conduce a una contracción del
organismo, a la congelación del flujo de las sensaciones y de las corrientes agradables del
cuerpo. También lleva a la impresión de las pautas primitivas del reflejo de alarma subyacentes
en todas las ulteriores pautas de tensión neurótica. Wilhelm Reich describe como sigue la
angustia de caída en un infante de tres semanas:

Al final de la tercera semana de vida se presentó una aguda angusúa de caída. Se produjo cuando el niño
fue tomado del baño y depositado de espaldas sobre la mesa. No resultó claro de inmediato si ese
movimiento había sido demasiado rápido, o si el enfriamiento de la piel precipitó la angusúa de caída.
De todos modos, el niño empezó a llorar violentamente, retrajo los brazos cómo buscando apoyo, trató
de adelantar la cabeza, demostró intensa angustia en los ojos, y no era posible tranquilizarlo, **

Al día siguiente Reich observó que el omóplato derecho y el brazo del mismo lado estaban
retraídos y tenían menos movilidad que el brazo izquierdo. Durante su ataque de angustia el
niño había tensado sus músculos como para sostenerse. Reich describe lo que sucede ante el
súbito repliegue de la bioenergía (orgón) desde la periferia del cuerpo hacia el centro.

La sensación de caer es la inmediata percepción interna de la inmovilización de la periferia del cuerpo,


de la pérdida de equilibrio. De ello se deduce que el equilibrio del cuerpo en el campo de la gravedad es
una función de la pulsación orgánica completa en la periferia del sistema orgánico.*2

En otro contexto desarrollaremos todas las consecuencias de la angustia de caída. Por el


momento basta con que establezcamos que el modo como manipulemos al niño en esas
primeras horas y esos primeros días establece pautas básicas atinentes a la manera como él
sostiene su cuerpo, a su organización muscular mientras resiste y se opone, o se rinde a la
gravedad.
La cuarta transición es transición alimentaria que tiene lugar cuando el infante toma su primer
alimento externo y su sistema digestivo aprende a funcionar lentamente. Esta es una transición
más prolongada, que puede extenderse varias semanas. Se la suele denominar "forma de
establecerse". Mientras que el cordón umbilical le aseguraba al feto una provisión constante de
comida, el recién nacido sólo tiene una conexión temporaria, el acoplamiento de boca y pezón.
Es significativo que el cordón umbilical tenga la longitud exacta para permitir que la madre se
ponga el niño al pecho antes del corte de ese cordón o del desprendimiento de la placenta. Sin
duda la acción de amamantar provoca una liberación hormonal que cierra la provisión de sangre
al útero e induce contracciones —precisamente lo que se necesita para reducir el riesgo de
hemorragia.
El infante tiene que aprender a coordinar los movimientos de beber y respirar, para no ahogarse
llevando leche a los pulmones, o provocarse dolor de estómago por llevar aire a los intestinos.
Sus tendencias autorreguladoras sólo pueden actuar en presencia de una madre lo
suficientemente sensible a sus propios ritmos como para adaptar el flujo alimentario a la
demanda del niño, aprendiendo a distinguir el llanto de hambre del llanto de malestar, tal vez
debido a gases. En este período es tan común el dolor que se lo llama "cólico de los tres meses".
Bevan-Browne, pediatra de Nueva Zelanda, ha descrito de qué modo la relación de lactancia es
la primera experiencia del bebé en la que tiene que buscar activamente la fuente del
-alimento y fijarse a ella. En inglés, la palabra rooting ("arraigo") con la que se
describen los movimientos que realiza la cabeza del bebé de lado a lado cuando éste
busca el pezón, subraya que se trata de un restablecimiento, a través de la boca, del
arraigo que podía darse por sentado dentro de la matriz a través del ombligo. - ,

A este instinto o tendencia la llamamos tendencia copulativa. Es observable en criaturas tan


remotas como los protozoos... En los mamíferos y el hombre esta tendencia copulativa tiene una
importancia suprema en los primeros meses de vida. Pretendemos señalar que el infante tiene una
necesidad urgente de copular con una persona, a saber, con la madre, por medio del pezón y la
boca, y esta necesidad trasciende la mera necesidad de mantenimiento químico. En otras palabras,
mamar es una experiencia sensual que incluye:
1. Sensaciones intensas derivadas del contacto de los labios, la lengua y el paladar con el pezón.
2. Sensaciones provenientes del contacto de la nariz y la mejilla con el pecho.
3. Sensaciones generales de suavidad y calidez.
4. Sensaciones de ser envuelto, sostenido o abrazado.
5. Olores corporales de la madre.
6. Sensaciones de satisfacción en la boca, la faringe, el esófago y el estómago por recibir leche
tibia.
7. Sonidos adecuados emitidos por la madre.
8. Sensaciones en las manos de acariciar, estrujar y dar palma-ditas al pecho.
9. Impresiones visuales de la expresión facial de la madre. 2S

Los niños que tienen la suerte de hacer la experiencia de


mamar en este sentido pleno y realizador suelen presentar
una respuesta corporal total, que es el prototipo del orgasmo
del adulto. El reflejo de succión se convierte en temblores del
cuerpo, los brazos y las piernas: un orgasmo oral.
Biólogos del Peckham Health Center reconocieron las sutilezas del proceso de aprender
a relacionarse no sólo con el estado de ánimo de la madre, sino también con la admisión
de alimento externo.

Después del nacimiento, el niño tiene que alimentarse a través de su propio canal alimentario, todos
los órganos que lo conforman están listos para su uso. Pero no puede dominar de inmediato el
empleo de esos órganos,- del mismo modo que no puede usar en seguida las piernas para caminar ni
los ojos para ver. Es un aprendiz desde el momento de nacer, así como lo fue en el interior de la
matriz. El infante tiene que aprender el proceso de asimilación de la leche por medio de su aparato
digestivo. Así, uno de los primeros signos que el biólogo busca en la vida del recién nacido es su
establecimiento, entendiendo por esto que ha dominado el proceso de la digestión de la . leche de la
madre.
El establecimiento se reconoce por el aspecto general del niño, que pierde lo que a veces es un
semblante angustiado y siempre preocupado, y adquiere serenidad. Su cuerpo es lleno, no le sobra
piel; cuando está despierto tiene los ojos bien abiertos, y en los intervalos duerme profunda y
pacíficamente como un animalito satisfecho.24

Un recién nacido satisfecho alterna entre períodos de amamantamiento y períodos de


sueño, pero también experimenta que ninguno de esos procesos es intemporal. El aco-
plamiento al seno es un comportamiento receptivo activo —capaz de establecer los
cimientos del contacto y la terminación del contacto en la vida ulterior—. Los períodos
de inmersión en el flujo de la leche y el contacto con el pecho alternan con períodos
despiertos de contacto y manipulación generales con la madre, igualmente básicos para
el desarrollo de un bien arraigado sentido del self. Se suele decir que el contacto visual
con la madre no se desarrolla hasta por lo menos cuatro semanas después del
nacimiento, pero la obra de Le Boyer y otros sugiere que puede estar presente desde
mucho antes. Miriam Dror describió como sigue los ojos de su hija Alissa: •

Sentí salir un maravilloso cuerpo escurridizo lleno de vida, y allí estaba ella sobre mí, alzándose sobre
sus manilas y mirándome a los ojos como nunca me habían mirado antes. Y es esa mirada lo que aún no
he logrado reflejar en palabras. Aun no había tomado ni una bocanada de aire del mundo, todavía con
conectada a mi cuerpo y respirando por el cordón umbilical, y sin embargo... con una sabiduría que está
mucho más allá de toda comprensión. La mirada segura y aseguradora me dejó en suspenso. Sé que mi
corazón dio un salto y que las dos permanecimos en un espacio fuera del tiempo durante ese breve
intercambio. ^

Así llegamos a los dolores de la transición pues las transiciones mencionadas hasta ahora
son básicas para el emergente sentido de sí mismo del niño fuera del útero. Ellas pueden ser
experiencias que nutren y llenan el cuerpo del bebé, o bien experiencias que lo estresan y lo
pliegan en nudos de tensión y gritos de dolor.
Una paciente de Francis Mott tuvo una pesadilla en la que padeció cuatro miedos específicos:
terror a los relámpagos, terror al trueno, terror al viento huracanado y terror al agua
precipitándose en olas furiosas a través de una brecha en los médanos. Mott comenta el origen
biológico de esos miedos

La razón por la cual ella siguió tanto tiempo "nonata" es que había reaccionado con mucho miedo a la
apertura de los orificios de la cabeza en el momento del nacimiento. Había temido la luz en los ojos, el
sonido en los oídos, el aire en los pulmones y la comida en la boca. Esos miedos había sido revividos por
la tormenta. Los relámpagos evocaron el miedo a la luz en los ojos. El trueno volvió a despertar el miedo
a los sonidos en los oídos. Los vientos huracanados volvieron a despertar el miedo al aire irrumpiendo
en los pulmones. Las olas impetuosas habían vuelto a despertar el miedo a la leche precipitándose en la
boca. En suma, mi paciente nunca se abrió a la recepción libre y sin miedo del mundo, y así había
seguido siendo un individuo fe tal.

Mott ha construido toda una teoría del desarrollo humano —que él denominó "biosín tesis71
— a partir de esta comprensión de la naturaleza de la transición entre la matriz y el mundo
externo. Pues si el arraigo básico de una persona en el mundo se convierte en una
experiencia chocante u horrible, de modo que los órganos de contacto sólo se despliegan de
manera vacilante, queda minada, debilitada o destruida la base de la seguridad en el mundo,
en el propio cuerpo o entre los cuerpos de los otros. En mi práctica, yo me he basado en esta
teoría y, como el concepto es esencial para mi trabajo terapéutico, adopté ese mismo
nombre ("biosíntesis"), como ya lo he señalado.
Antes de la aparición del lenguaje, antes de que se pronuncie la primera palabra, ya está
constituido el sentido básico déla identidad (o de su falta). Fluye desde el molde de las
pulsaciones umbilicales que se detienen cuando se corta el cordón y son reemplazadas por
los ritmos de la respiración y el amamantamiento. Es inducido por el contacto de piel con
piel, que reemplaza al movimiento del fluido uterino sobre el lanugo, y los sonidos rítmicos
de la voz que acaricia el oído, familiar desde el período intrauterino. Surge de los movi-
mientos espontáneos del cuerpo que, contenidos durante nueve meses en los fluidos
amortiguadores de la matriz, ahora se despliegan y hacen la experiencia de la infinitud y la
solidez de la tierra. Le dan forma las tensiones y relajaciones de los músculos en respuesta a
la gravedad.
1:- El recién nacido ha llegado a la tierra y lo manipulan los progenitores. Las complejas
relaciones sociales de su particular lugar del mundo lo rodean por todas partes, pero todavía
no tiene conciencia de ellas. Desnudo de cultura, aguarda el proceso de condicionamiento
que conduce a la formación del carácter.

NOTAS
1
Dick Read, Grantley. Revelalion of Childbirth, Heinemann, 1946.
2 Rank, Otto: The Trauma of Birth, Harcourt & Brace, 1929. [Trad.
casL: El trauma del nacimiento, Buenos Aires, Paidós, 1972.] 3Janov, Arthun Imprints, Sphere, 1985.
4
Kitzinger, Sheila: The Experience of Childbirth, Penguin, 1972.
5
Montague, Ashley. Touching, Harper & Row, 1971.
6
Casserley, Norman: citado en Life-News, 22 de enero de 1975.
7
Grof, Stanislav: Realms ofthe Human Unconscious, Viking, 1975.
8
Vellay, Pierre: Childbirth wilhoulFear, Hutchinson, 1959.
9
Benyon, Constance: "The normal second stage of labour", Joumal of Obsteirics and Gynaecology, 64, 6,
1957.
10
Petersen, Fred: Experiences in Obstetrics.
11
Lake Frank: "Birth trauma, daustrophobia and LSD therapy", £72^7-
gy and Character, 4, 1, 1973.
Yunker, Barbara: "Delivery procedures that endanger a mother's
Ufe", Cood Housekeeping, agosto de 1975. 15 Selinger, Zelig: en Newsletter ofthe Instituís of Bio-energetic
Analysis, 3
de septiembre de 1975. : 14 Ritter, Paul y Ritter, Jean: "An orgonomic funcüonalist theory of
birth", OrgonomicFunctionalism, 1, 2 de marzo de 1954.
Reich, Eva: "The prevenn'on of neurosis, self-regulation from birth
on"', Journal of Biodynamic Psychology, 1, 1980. 16 -Silvert, Michael: "Orgonomic practice in obstetrics",
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Medicine, 1 de junio de 1955.
Schwenk, Theodor: .Sensitive Chaos, Anthroposophical Publishing
House, 1965.
Bowditch, Valerie: "Beginnings", Handfuls of Light, Abbotsbury,
1971.
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Health Experiment, Alien & Unwin, 1943.
Mott, Francis: The Universal Design of Birth, David McKay, Filadelña 1952. ;

CABEZA. CORAZON y HARA


La morfología dinámica del cuerpo
Continuando con el informe de los dos últimos capítulos sobre el desarrollo
embrionario y posnatal temprano, podemos empezar a ver de qué modo la historia
embriológica se expresa en el cuerpo adulto. Por lo tanto, en este capítulo pondremos
énfasis en la comprensión de algunos aspectos de la constitución corporal y en la
relación entre las capas embrionarias y el desarrollo regional del cuerpo. Pasamos de los
procesos formativos a las estructuras, de la historia de la vida en el útero a la morfología
del cuerpo.
Los tres reinos embrionarios se diferencian en las tres regiones primordiales del cuerpo.
Los principales órganos ectodérmicos, salvo la piel, están concentrados en la cabeza: "
los ojos oídos, la nariz, la lengua, el cerebro. El centro organizador de los principales
músculos del cuerpo y de la estructura ósea del esqueleto es la columna vertebral
vertebral, con sus extensiones de los brazos, las piernas y la cabeza —la estructura
externa de esta última puede usarse como un quinto miembro, por ejemplo en la postura
yoga cabeza abajo, o en el descenso por el canal del parto—. La columna y las
extremidades son los principales órganos ejecutivos del mesodermo. Los órganos
internos del tronco, los pulmones y las visceras abdominales, Se pueden pensar como el
principal depósito de energía del endodermo.
"Podemos ver la morfología del cuerpo en términos del modo como están vinculadas
esas tres regiones de la cabeza, la columna vertebral y los órganos internos.1 Las tres
principales articulaciones del cuerpo vinculan esas tres regiones. La cabeza se articula con
la columna vertebral en la base del cuello. Si el cuello está tenso, se interrumpe el flujo
conectivo entre el ecto-dermo y el mesodermo. Se disocian la acción y el pensamiento. Si
en el bloque que está sobré el cuello queda atrapada más energía que debajo, tendemos a
una identificación excesiva con el pensamiento, a expensas del movimiento. In extremis,
esto crea una pauta de conducta compulsiva u obsesiva. La persona obsesiva dedica una
desmesurada cantidad de tiempo a planificar actividades, pero la energía libre para entrar en
actividad está bloqueada en la cabeza. El modo de pensar se convierte en bloqueo del
pensamiento. El aflojamiento de la tensión en el cuello típicamente permite que la actividad
descienda por la columna como una corriente de movimiento expresivo. La tensión en el
cuello es el origen de muchos dolores de cabeza, y puede aliviarse cuando la energía se
redistribuye siguiendo la corriente del movimiento expresivo.
Si la energía queda atrapada debajo del bloque de la cabeza, puede haber una pauta de
hiperactividad con falta de previsión, una pauta de movimiento típicamente impulsiva. El
cuerpo puede estar cargado en exceso y la cabeza «menos de lo necesario. La persona está
en fuga del pensamiento. El aflojamiento de la tensión en el cuello permite que la energía
fluya hacia arriba, al rostro, los ojos, la voz y el cerebro, generando más posibilidades de
reflexión y comunicación.
La articulación entre la cabeza y las visceras del tronco es la garganta. Allí la región
ectodérmica de la cabeza se une con la región endodérmica de aquellas visceras.
Pensamiento y sentimientos se integran a través de la función expresiva de la voz. Si la voz
es mecánica, el lenguaje es explicativo. Un sinónimo de explicación es explanación:
aplanamiento. La charla de la cabeza está segregada del sentimiento. Exploración significa
fluir hacia afuera: el lenguaje exploratorio integra pensamiento y sentimiento.
.98
Cuando un niño aprende a tragarse los sentimientos, el bloque de la garganta mantiene los
sentimientos abajo. La energía emocional queda atrapada en el tronco y no tiene salida al
rostro. Esa persona siente la presión de emociones fuertes, pero le parece que está mal que
las demuestre. El rostro permanece impasible — sin sentimientos, en contraste con la
presión emocional interna — . En el patrón opuesto se expresa mucha emoción a través del
rostro, pero se mantiene poco contacto con el centro del cuerpo. Es como si se vomitara la
emoción para aliviar la presión interna.
Una mujer con la que yo trabajé, y que presentaba este patrón, tenía tendencia a gritar y
llorar en respuesta al estrés. Se le congestionaba el rostro y toda la energía era bombeada a
la garganta y la cara. Le puse la mano sobre el vientre, que parecía una bolsa de plástico
estallada, blando y sin vida. Lo que necesitaba era aflojar la presión emocional atraída a la
garganta y más arriba, y permitir que su energía expresiva se distribuyera a lo largo de todo
el cuerpo. Guiando se relajó la presión en la garganta y la cara, su vientre empezó a madurar
y llenarse como si estuviera preñada de una nueva vida.
El patrón de tragarse las emociones y mantenerlas fuera del rostro es típicamente
masoquista. El patrón de bombear energía a la voz y el rostro es tìpicamente histérico. Pero
una persona en estado histérico puede optar por gritar, en lugar de expresar sus sentimientos
por medio del lenguaje, con su nivel más alto de percepción yoica. De modo que el trabajo
de disolver el bloqueo en la garganta en un caso ayuda a la persona que se traga los
sentimientos a rebelarse catárticamente, y en el caso de la persona hipercatártica supone
ayudar a que pasen al primer plano las funciones integradoras del lenguaje. La tercera
articulación primordial del cuerpo vincula la columna vertebral y las visceras del tronco, el
eje mesodérmico y la energía endodérmica. El puente es tendido por el diafragma, que es la
bomba principal del cuerpo en la respiración: Cuando el diafragma está libre, es el principal
regulador de la respiración y también aplica un masaje eficaz a los órganos internos. Lo
explicaremos más detalladamente en el próximo capítulo, sobre la respiración. No obstante,
el diafragma está anclado en la columna a la altura de las vértebras dorsales superiores. Un
diafragma tenso actúa como un cable de retención sobre la columna y la tensa. Esto escinde
la unidad de respiración y movimiento. Cuando observamos a un bebé feliz pataleando de
espaldas, vemos la integración de movimiento y respiración; para el bebé, el pataleo es
respiración y la respiración es pataleo.
Una vez más, hay dos patrones típicos de fragmentación. En uno de ellos, la persona se
mueve mecánicamente con poca emoción y poco cambio respiratorio visible. En el patrón
opuesto, el sujeto acelera su ritmo respiratorio, típicamente en un estado de angustia, pero
no encuentra modo de traducir en movimiento la energía movilizada por la respiración. La
respiración es hiperactiva y el sistema muscular subactivo. Esta condición suele producirse
con hiperventilación, fenómeno que examinamos en el capítulo 6.
Los tres puentes son claramente la garganta, la nuca (parte de adelante y parte de atrás del
cuello) y el diafragma. Pero el diafragma se puede considerar el fondo del cuello, pues
embriológicamente es allí donde se origina y crece hacia abajo durante el desarrollo fetal. El
principal nervio frénico, que llega-.al diafragma, atraviesa la columna por la cuarta vértebra
cervical —en el cuello—. El masaje del cuello y la movilización de los tejidos de esa área
suele provocar la relajación del diafragma.
Las dos tensiones del cuello se combinan para formar un anillo que separa la cabeza del
cuerpo. En idioma japonés, el diafragma se llama o-kaku-maku, que significa "membrana
horizontal separadora". Cuando esta membrana está crónicamente tensa, divide el tronco en
dos compartimientos con poca conexión. El corazón queda encajonado entre las tensiones
de la cúpula del pecho (en el cuello) y las tensiones del piso del pecho (en el diafragma).
Esto le abre una nueva perspectiva al trabajo terapéutico. No sólo se trata de un proceso que
unifica los tres reinos embrionarios y las tres regiones del cuerpo que los representan, sino
que también alienta la integración del área de la cabeza, el área del corazón y el hará—
nombre japonés de la región abdominal.
Wilhelm Reich describió siete anillos de tensión, 2 debidos a la armadura o coraza
muscular, perpendiculares al eje principal del cuerpo, que dividen .a éste en otros tantos
segmentos. La cabeza incluye dos segmentos: el segmento ocular (que consta de los ojos, la
frente y los músculos largos del cuero cabelludo), y el segmento de la boca (que consta de
los músculos que rodean los labios, la barbilla, los músculos de las mandíbulas y los
músculos expresivos de las mejillas). El tercer segmento es el cuello, con los intrincados
músculos de la garganta y la laringe, así como los músculos esqueléticos del cuello —los
escalenos, los elevadores de los omóplatos y el esternocleidomastoideo—. El cuarto
segmento, el torácico, contiene el corazón, los pulmones y los brazos. El quinto segmento
es el diafragma. El sexto segmento es el área abdominal de los intestinos y la parte inferior
de la espalda, mientras el séptimo segmento incluye la pelvis, los órganos sexuales y las
piernas.
No sólo el tronco puede dividirse en segmentos: también pueden serlo las extremidades.
Cada división se produce naturalmente en las importantes articulaciones que marcan tres
segmentos, que podemos considerar cabeza, corazón y vientre de cada extremidad. El pie y
la mano, extremos de los miembros, corresponden a ula cabeza"; el antebrazo y la pierna
corresponden al "corazón", y el brazo y el muslo al "vientre". La muñeca sería "el cuello"
del brazo,7 el tobillo, "el cuello" del pie. A menudo, cuando la garganta está subcargada con
una restricción del flujo energético a la cabeza, las muñecas y tobillos también se encuentran
constreñidos y cortan la provisión de sangre y la circulación energética a manos y pies. El
aflojamiento de tobillos y muñecas puede reestimular la relajación y la expansión en el cuello.
La formulación reichiana de los siete segmentos tiene una estrecha relación con el sistema
oriental de los siete chakras, a los que nos referiremos más adelante. Los chakras también
dividen el cuerpo en segmentos (cada uno de los cuales está bajo la influencia del chakra
correspondiente) y también se .* encuentran centrados en la columna vertebral. Se los numera
desde el extremo inferior de la columna hacia arriba, y cada -uno parece asociado con un centro
nervioso o plexo específico: El primer chakra es el chakra de la raíz, asociado con el sacro y
coxis; su centro se encuentra en el perineo. Regula la energía del plexo sacral en la pelvis y las
glándulas adrenales. El segundo chakra está relacionado con el hará y el plexo lumbar,
incluyendo el bazo. El tercer chakra está relacionado con el plexo solar, inmediatamente debajo
del diafragma, y con las glándulas pancreáticas. El cuarto chakra es el del corazón, también
asociado con el timo y el plexo cardíaco. El quinto chakra es el de la garganta, conectado con el
plexo faríngeo y la glándula tiroides.
Estos cinco chakras corresponden muy estrechamente a los cinco segmentos inferiores de Reich.
Por encima de la garganta hay una leve diferencia. En el sistema hindú, el segmento oral de
Reich es una subdivisión del área de la garganta. El sexto chakra está entre los ojos y se
relaciona con la glándula pineal. Corresponde a la parte inferior del segmento ocular de Reich.
El séptimo chakra está en la cima de la cabeza, en el área de la fontanela. También forma parte
del segmento ocular de Reich, en el centro del cuero cabelludo.
Si alguien cree que Reich o los creadores del sistema de chakras hindú fueron arbitrariamente
fascinados por el número místico "siete", es importante que advierta que la anatomía de la
columna vertebral genera de modo natural siete nodos correspondientes a los chakras. La
columna vertebral puede pensarse como una onda sinusoidal pulsante, en forma de "eses
sucesivas, con dos superficies cóncavas en la nuca y la región lumbar, tres superficies convexas
en el occipucio, los omóplatos y los glúteos, y dos extremos en la cima de la cabeza y el coxis
(véase la figura 5.2).
En acupuntura, se cree que la energía fluye en una circulación cuádruple que rodea tres veces el
cuerpo, generando doce meridianos. Si tomamos como punto de partida arbitrario el primer
punto del meridiano de los pulmones, en el pecho, la energía pasa del pecho a los meñiques,
desde allí vuelve a subir por el brazo y asciende al rostro, desciende por el cuerpo hasta un
punto de los dedos del pie y sube de nuevo por las piernas hasta un punto en el pecho. Podemos
representar esquemáticamente este flujo como pasando del "corazón" a "la mano", "la cabeza",
"el tobillo", "el corazón", y vemos que describe la conducción de la energía desde el tronco
(centro) a las manos (enraizamiento superior), el rostro, y después hacia abajo, hasta los pies
(enraizamiento inferior), y de vuelta. El flujo energético presenta un movimiento centrífugo (del
corazón a las manos), seguido por un movimiento corticópeto (de las manos a la cabeza), y otro
corticófugo (de la cabeza a los tobillos), para concluir en un. movimiento centrípeto (de los
tobillos al corazón). Este movimiento cuádruple combina claramente los principios de
centramiento , enraizamiento y facing con las tres regiones de pecho y brazos; rostro y cabeza, y
vientre y piernas. La importancia práctica de estas relaciones se verá con mayor profundidad en
los capítulos siguientes.
Ahora podemos considerar al carácter, como expresión del modo en que una persona organiza la
carga, centrada en las visceras del tronco y concentrada :en el abdomen. Esto será indicado por
el nivel del tono en las capas musculares y la cantidad de enrizamiento presente en las
extremidades y la •columna vertebral; tamben por el grado de foco del sistema perceptual. Se
trata de estilos preferidos de conducta utilizados para protegerse de diversas formas de amenaza.
Estos estilos conductales, que constituyen la base de la diferenciación caracterología, son en
parte genéticos (y reflejan la dotación embriológica, como se ve en la obra de Sheldon) * y en
pane responden a la tensión ambiental, desde el período intrauterino y a lo largo de la infancia.
El ser humano tiene tres subsistemas nerviosos principales, cada uno de los cuales proporciona
un particular ingreso sensorial. El sistema nervioso se origina en el ectodermo, pero cada uno de
estos tres subsistemas parece tener una relación funcional con las tres capas embrionarias, y su
interacción puede utilizarse como base para la diferenciación caracterológica. El subsistema
sensorial cortical funciona según los principios gemelos de la facilitación y la inhibición. La
persona con inhibición baja tendrá un umbral bajo a los estímulos que ingresan, que serán
difíciles de inhibir. La información (estímulos visuales, auditiivos, sentimientos de otras
personas, influencias psíquicas, (etcétera) la inundará fácilmente. Esto provoca una tendencia a
subenfocar. Por otra parte, la tendencia demasiado inhiibida elimina las impresiones "indesea-
das" y genera una visiión de la vida sobreenfocada, incluso obsesiva.
El subsistema cortccal o extrapiramidal regula la postura. Cuando el tono muscular es
hipertenso, el cuerpo está abroquelado para la acción y rígidamente defendido contra el colapso.
Esa actitud muscular puede denominarse "sobreen-raizada", pues emplea L más energía que la
necesaria para mantener la postura erecta. Esa persona puede ser adicta al trabajo y se
identificará con la acción y el mundo material.
Alternativamente, cuando el tono muscular es demasiado laxo (hipotonía) el cuerpo se siente
indolente y tiende a la debilidad y el colapso. La falta de confianza en el suelo puede llevar a
una vida imaginativa desarrollada en exceso, junto con un sentido debilitado de la realidad
externa.
El tercer subsistema nervioso es el vegetativo, que regula el flujo de la vida emocional. Tiene
dos grandes ramas: el simpático, que nos prepara para la lucha o la fuga en respuesta al miedo o
la emergencia, y el parasimpático, con su influencia más tranquilizadora y sosegada dirigida al
bienestar y la restauración. Un individuo que está bajo la influencia dominante del simpático
tenderá a la sobrecarga; en realidad parecerá un "descargador" que trata de dar salida a su
sobrecarga en una emocionalidad fácil de suscitar. La persona que está bajo la influencia
opuesta del parasimpárico tendrá renuencia a cargarse, y frente a una crisis tenderá a ser
"relajadora", con propensión a la pasividad emocional o a retirarse del conflicto. En sus formas
extremas, esta subcarga puede presentarse como depresión.
Combinando esas tres funciones —foco, enraizamiento y carga—, cada una' con dos estados
extremos posibles, podemos considerar que el carácter está constituido por tendencias bipolares.
Tenemos un esquema de 2 x 2 x 2 que nos permite abordar la dinámica del carácter en términos
operativos, de modo que la terapia puede verse como un modo de ayudar al paciente a lograr un
mayor equilibrio desarrollando las cualidades de la función polar excluida. Podemos expresar
las ocho tendencias caracterológicas en forma de diagrama (figura 5.1). Las seis caras del cubo
definen los seis estados polares: subenfocado, subenraizado y subcargado, y sobreenfocado,
sobreenraizado y sobrecargado. Los ocho vértices caracterizan las ocho tendencias
caracterológicas: fálico-narcisista, pasivo-femenina, psicopática, histérica, depresiva,
masoquista, esquizoide y oral Estos conceptos reciben un desarrollo mayor que el que les dio
originalmente Reich y son expuestos más acabadamente en el libro Maps ofCharacter,
que he escrito en colaboración con David Smith.4 En EmotionalAnatomy,5 de Stanley
Keleman, hay una caracterología profundamente fundamentada y detallada a partir de
principios embriológicos.
Un modo alternativo de ver las principales estructuras caracterológicas y sus problemas
consiste en considerarlas perturbaciones del funcionamiento de los siete chakras. Estos
centros de energía en el cuerpo son reconocidos en el yoga, la acupuntura y en muchas
disciplinas diferentes'y bien establecidas. No es precisamente un mérito que ellos y el
concepto de energía dentro del cuerpo no sean reconocidos en la moderna medicina
occidental. Ya nos hemos referido a la übi-

Figura 5.L Diagrama que muestra los seis estados polares como caras de i
cubo.
106
cación de los chakras y sus asociaciones anatómicas y neuroló-gicas, de modo que sjiora
vamos a describir sus relaciones con las pautas caracterológicas. Mucho se ha escrito
sobre el tema como para recomendar algo específico, pero un folleto de John Pierrakos
titulado The Energy Field in Man andNaiure, originalmente publicado en Energy and
Character, proporciona una buena introducción.6
EL CENTRO DE LA RAÍZ
. Su función principal es el enraizamiento, en el sentido de compromiso con el cuerpo y
voluntad de sobrevivir. El chakra de la raíz está relacionado con la sensación de tener
una buena columna vertebral que puede erguirse en el mundo. En la persona con el
chakra de la raíz bien desarrollado hay una sensación de independencia y poder
personal.
Las disfunciones aparecen como una tendencia al sobre-enraizamiento y miedo a la
dependencia, o la tendencia al subenraizamiento y miedo a la independencia. Surge una
polaridad entre rigidez y desvalimiento, control y colapso.
EL CENTRO HARA
Su función primaria es de carga. Este centro está estrechamente relacionado con el
ombligo y el contacto sensorial (a través del cordón umbilical). En la infancia es el
centro del bienestar, sostenido por buenas experiencias en el pecho materno ("buena
crianza"). En la adolescencia y después, se relaciona con el centro sexual.
Las disfunciones aparecen como sobrecarga y subcarga; la sobrecarga se relaciona con
problemas de hipersexualidad y contactos casuales, con la dificultad de lograr una
relación satisfactoria; la subcarga, con la hiposcxualidad, problemas de impotencia,
frigidez y anestesia sexual, como consecuencia de la incapacidad de salir y establecer
contacto satisfactorio.

EL CENTRO DEL PLEXO SOLAR


Este chakra está conectado con las luchas del niño por el poder y el dominio, con su manejo
de los conflictos y su capacidad para cooperar. Allí hay una fuerte carga vegetativa que
puede arrastrar al sujeto a la identificación con el enojo o la angustia.
En el enojo hay tendencia a invadir a otros; en las situaciones de angustia los otros pueden
invadirnos fácilmente. Este centro, por lo tanto, tiene que ver con los límites. Los conflictos
básicos se expresarán con identificación con el poder sobre otros y la dominación, o con la
rendición al poder de otros (sumisión), en lugar de una combinación de los poderes en actos
de cooperación.
EL CENTRO DEL CORAZÓN
Su función nuclear es la compasión. La capacidad de amar profundamente y de establecer
fuertes relaciones humanas es esencial para la humanidad. El chakra del corazón es el cha-
kra del vínculo afectivo.
Este vínculo puede ser perturbado de dos modos. El sujeto puede quedar sobreligado,
desarrollando patrones adictivos en las relaciones y fusionándose con el ser amado de un
modo que bloquea la individualidad de los dos miembros de la pareja. Alternativamente,
puede conducir a una subligazón, que se expresa en relaciones superficiales o transitorias,
tal vez con cierto grado de indiferencia, o como una retirada total de las relaciones.

EL CENTRO DE LA GARGANTA
Su función nuclear es la comunicación o sonorización. Está relacionada con lo bien que
podamos expresar al corazón por medio de la voz, y hablar claramente sobre nuestras
percepciones y sentimientos. Nuestra capacidad para ser expresivos en general y creativos
en nuestro lenguaje y voz es indicativa de la salud de este centro.
Sus perturbaciones aparecen como dos distorsiones en el lenguaje: la introyección (que
consiste en aceptar las opiniones de los otros y tragarlas sin ningún discernimiento y sin
prestar atención a lo que uno mismo siente), y la proyección (que consiste en atribuir a los
otros características que uno no está dispuesto a reconocer en sí mismo). Cuando este centro
está bloqueado, proliferan las culpas y las acusaciones.

ÉL CENTRO DEL ENTRECEJO


Aveces denominado "tercer ojo", este centro tiene que ver con la visión y la contemplación
—mirar afuera y verse dentro—. Posee la aptitud de enfrentar claramente a los otros y a
uno mismo. Está relacionado con la capacidad de imaginar y también de ver profundamente
la esencia de una situación.
Las disfunciones se presentan como obsesiones, .estrechamiento de la visión a un único
RAYO FIJO y la pérdida de comprensión imaginativa. Este centro tiene que ver con la
sensación de ser poseído, es decir, de haber sido invadido por las imágenes o las intenciones
de otros; en esa situación la persona también está abierta telepáticamente. Se trata de algo,
común en la esquizofrenia.

EL CENTRO DE LA. CORONILLA


Desde este centro nos comunicamos con el cosmos. Tiene que ver con estar abierto a algo
más grande que uno mismo, en un sentido religioso o naturalista.
Si está perturbado puede .conducir a una inflación mesiánica, con sensación de
omnipotencia, o a una deflación nihi-listai con depresión existencial, o miedo a la muerte, y
un final sin sentido.
' La función de este chakra es interconectar espacios, el espacio interno y el espacio
externo. Sus perturbaciones están relacionadas con perderse en el espacio y el miedo a la
extinción en el vacío.

Ya hemos visto que existe una interesante semejanza de ubicación entre estos centros y los
"anillos" o «SEGMENTOS " de la coraza que Rcich describe en Análisis del carácter. Esto
se muestra en la figura 5.2. Como antes en el caso del sistema nervioso, vemos la relación
de analogía que existe entre la energía y la estructura del carácter.
110 '

Figura 5.2. Comparación de los siete segmentos de la coraza muscular según Reich y la concepción oriental de
los siete centros energéticos (chakras). Los puntos que se muestran son la proyección horizontal sobre el frente
del cuerpo de los chakras ubicados en la columna vertebral.

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