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Qué es

Los pulmones son los órganos incluidos en el aparato respiratorio que están
encargados de realizar la función respiratoria, es decir, a través de las vías
respiratorias suministran oxígeno al cuerpo y expulsan el dióxido de carbono,
un producto de desecho producido por las células del cuerpo.

El cáncer de pulmón se produce cuando hay un crecimiento exagerado de


células malignas en este órgano. Si no se diagnostica a tiempo se puede
producir la metástasis del tiempo, en estos casos las células cancerosas se
desplazan hacia otros órganos del cuerpo.

Es la causa más frecuente de muerte por cáncer tanto en hombres como en


mujeres.

Causas

Los motivos que pueden provocar la aparición del cáncer son:


 Tabaco: Es la principal causa. El humo de tabaco, con su elevada
concentración de carcinógenos, va a parar directamente al aire y es
inhalado tanto por los fumadores, como por los no fumadores.

Dejar de fumar reduce de manera significativa el riesgo de desarrollar


esta patología así como de contraer otras enfermedades relacionadas
con el tabaco, como las enfermedades del corazón, el enfisema y la
bronquitis crónica.

 Efectos del radón: El radón es un gas radiactivo que se halla en las


rocas y en el suelo de la tierra y que se forma por la descomposición
natural del radio. Al ser invisible e inodoro, la única manera de
determinar si uno está expuesto al gas es medir sus niveles. Además, la
exposición al radón combinada con el cigarrillo aumenta
significativamente el riesgo de contraer cáncer de pulmón. Por lo
tanto, para los fumadores, la exposición al radón supone un riesgo
todavía mayor.

 Exposición a carcinógenos: El amianto es tal vez la más conocida de las


sustancias industriales relacionadas con el cáncer de pulmón, pero hay
muchas otras como el uranio, arsénico, ciertos productos derivados
del petróleo, etc.

 Predisposición genética: Se sabe que el cáncer puede estar causado


por mutaciones (cambios) del ADN, que activan oncogenes o provocan
que los genes supresores de tumores permanezcan inactivos. Algunas
personas heredan mutaciones del ADN de sus padres, lo que aumenta
en gran medida el riesgo de desarrollar cáncer.

 Agentes causantes de cáncer en el trabajo: Entre las personas con


riesgo se encuentran los mineros que tienen posibilidad de inhalar
minerales radiactivos, como el uranio, y los trabajadores expuestos a
productos químicos como el arsénico, el cloruro de vinilo, los cromatos
de níquel, los productos derivados del carbón, el gas de mostaza y los
éteres clorometílicos.

 Marihuana: Los cigarrillos de marihuana contienen más alquitrán que


los de tabaco. Igualmente, el humo se inhala profundamente y se
retiene en los pulmones por largo tiempo.

 Inflamación recurrente: La tuberculosis y algunos tipos de neumonía a


menudo dejan cicatrices en el pulmón. Estas cicatrices aumentan el
riesgo de que la persona desarrolle el tipo de cáncer de pulmón
llamado adenocarcinoma.

 Polvo de talco: Algunos estudios llevados a cabo en mineros y


molineros de talco sugieren que éstos tienen un mayor riesgo de
desarrollar dicha enfermedad debido a la exposición al talco de calidad
industrial. Este polvo, en su forma natural, puede contener amianto.
 Otros tipos de exposición a minerales: Las personas con silicosis y
beriliosis (enfermedades pulmonares causadas por la inhalación de
ciertos minerales) también tienen un mayor riesgo de padecer cáncer
de pulmón.

 Exceso o deficiencia de vitamina A: Las personas que no reciben


suficiente vitamina A tienen un mayor riesgo de desarrollar cáncer de
pulmón. Por otra parte, tomar demasiada vitamina A también puede
aumentar el riesgo.

 Contaminación del aire: En algunas ciudades, la contaminación del aire


puede aumentar ligeramente el riesgo del cáncer de pulmón. Esta
posibilidad es mucho menor que la que provoca el hábito tabáquico.

Signos y síntomas del cáncer de pulmón

La mayoría de los cánceres de pulmón no causa ningún síntoma sino hasta


que se han propagado demasiado, pero algunas personas con cáncer de
pulmón en etapas tempranas presentan síntomas. Si acude al médico cuando
comienza a notar los síntomas, es posible que el cáncer se diagnostique en
una etapa temprana cuando es más probable que el tratamiento sea más
eficaz.

Es más probable que la mayoría de estos síntomas sean por una causa
distinta al cáncer de pulmón. No obstante, si tiene cualquiera de estos
problemas, es importante que consulte con su médico de inmediato para que
se pueda determinar la causa y recibir tratamiento de ser necesario. Los
síntomas más comunes del cáncer de pulmón son:

 Una tos que no desaparece o que empeora


 Tos con sangre o esputo (saliva o flema) del color del metal oxidado
 Dolor en el pecho que a menudo empeora cuando respira
profundamente, tose o se ríe
 Ronquera
 Pérdida de peso y pérdida de apetito Dificultad para respirar
 Cansancio o debilidad
 Infecciones como bronquitis y neumonía que no desaparecen o que
siguen recurriendo
 Aparición de sibilancias (silbido de pecho)

Cuando el cáncer de pulmón se propaga a otras partes del cuerpo, puede


causar:

 Dolor en los huesos (como dolor en la espalda o las caderas)


 Alteraciones del sistema nervioso (como dolor de cabeza, debilidad o
adormecimiento de un brazo o una pierna, mareos, problemas con el
equilibrio o convulsiones) a causa de la propagación del cáncer al
cerebro.
 Coloración amarillenta de la piel y los ojos (ictericia) a causa de la
propagación del cáncer al hígado
 Protuberancias cerca de la superficie del cuerpo, debido a la
propagación del cáncer hacia la piel o hacia los ganglios linfáticos
(acumulación de células del sistema inmunológico), como los que se
presentan en el cuello o sobre la clavícula.

Algunos cánceres de pulmón pueden causar síndromes, los cuales son grupos
de síntomas específicos

Síndrome de Horner

A los cánceres de la parte superior de los pulmones a veces se les llama


tumores de Pancoast. Hay más probabilidad de que estos tumores sean
cáncer de pulmón no microcítico que cáncer de pulmón microcítico.

Los tumores Pancoast pueden afectar ciertos nervios de los ojos y parte del
rostro, causando un grupo de síntomas llamados síndrome de Horner:

 Caída o debilidad de un párpado


 Una pupila (la parte oscura en el centro del ojo) más pequeña en el
mismo ojo
 Transpiración reducida o ausente en el mismo lado de la cara

En ocasiones, los tumores de Pancoast también pueden causar dolor severo


del hombro.

Síndrome de la vena cava superior

La vena cava superior (VCS) es una vena grande que lleva sangre desde la
cabeza y los brazos de vuelta al corazón. Esta vena pasa cerca de la parte
superior del pulmón derecho y de los ganglios linfáticos dentro del tórax. Los
tumores en esta área pueden hacer presión en la vena cava superior, lo que
puede causar que la sangre se retenga en las venas. Esto puede causar
inflamación en el rostro, el cuello, los brazos y la parte superior del tórax
(algunas veces con una coloración roja azulada de la piel). También puede
causar dolores de cabeza, mareos y, si afecta el cerebro, alteraciones del
estado de conciencia. Aunque el síndrome de la vena cava superior puede
desarrollarse gradualmente con el pasar del tiempo, en algunos casos puede
poner en peligro la vida, y requerir tratamiento inmediato.

Síndromes paraneoplásicos

Algunos cánceres de pulmón producen sustancias similares a hormonas que


ingresan en el torrente sanguíneo y causan problemas en tejidos y órganos
distantes, aunque el cáncer no se haya propagado a esos tejidos u órganos.
Estos problemas se llaman síndromes paraneoplásicos. Algunas veces estos
síndromes pueden ser los primeros síntomas de un cáncer de pulmón.
Debido a que los síntomas afectan otros órganos, los pacientes y sus médicos
al principio pueden sospechar que otra enfermedad, y no el cáncer de
pulmón, los están causando.

Algunos de los síndromes paraneoplásicos más comunes relacionados con el


cáncer de pulmón microcítico son:

 SIADH (síndrome de secreción inapropiada de hormona


antidiurética): en esta enfermedad, las células cancerosas producen
una hormona (ADH) que ocasiona que los riñones retengan agua. Esto
reduce los niveles de sal en la sangre. Los síntomas del SIADH pueden
incluir cansancio, pérdida del apetito, debilidad o calambres
musculares, náusea, vómito, nerviosismo y confusión. Si no reciben
tratamiento, los casos graves pueden conducir a convulsiones y coma.
 Síndrome de Cushing: en esta afección, las células cancerosas del
pulmón producen ACTH, una hormona que causa que las glándulas
suprarrenales segreguen cortisol. Esto puede causar síntomas como
aumento de peso, moretones que ocurren fácilmente, debilidad,
somnolencia y retención de líquido. El síndrome de Cushing también
puede causar hipertensión arterial y altos niveles de azúcar en la
sangre (o incluso diabetes) .
 Problemas del sistema nervioso: el cáncer de pulmón microcítico
algunas veces puede causar que el sistema inmunitario del cuerpo
ataque partes del sistema nervioso, lo que puede ocasionar problemas.
Uno de éstos es un trastorno muscular llamado síndrome Lambert-
Eaton, en el cual los músculos cercanos a la cadera se debilitan. Uno de
los primeros signos puede ser dificultad para levantarse cuando se está
sentado. Luego, los músculos que están alrededor del hombro pueden
volverse débiles. Un problema poco común es la degeneración
cerebelosa paraneoplásica, la cual puede causar pérdida del equilibrio
e inestabilidad en el movimiento de brazos y piernas, así como
dificultad para hablar o tragar. El cáncer de pulmón microcítico (SCLC)
también puede causar otros problemas del sistema nervioso, tal como
debilidad muscular, cambios en la sensibilidad, problemas de visión o
incluso cambios en el comportamiento.
De nuevo, muchos de estos síntomas también se pueden presentar por una
causa distinta al cáncer de pulmón. No obstante, si tiene cualquiera de estos
problemas, es importante que consulte con su médico de inmediato para que
se pueda determinar la causa y recibir tratamiento de ser necesario.

Prevención

Entre el 80 y el 90 por ciento de los cánceres de pulmón se desarrollan en


fumadores o en personas que han dejado de fumar hace poco tiempo. Por
este motivo, la mejor forma de prevenir la aparición de la enfermedad es
dejar de fumar.

El riesgo de tener cáncer de pulmón de un exfumador se iguala al de un no


fumador cuando han transcurrido 15 años aproximadamente.

Las fibras de asbesto, cristales parecidos al cabello que se producen en


muchas rocas y que se utilizan como aislante o como material de
construcción a prueba de incendio, pueden irritar los pulmones. De hecho,
los fumadores que en el trabajo están expuestos al asbesto (reparación de
frenos, aislamiento o construcción naval, por ejemplo) tienen más riesgo de
tener cáncer de pulmón. Utilizar equipos de protección para respirar puede
reducir ese riesgo.
Dejar de fumar reduce de manera significativa el riesgo de desarrollar cáncer
de pulmón.

Tipos

Según la apariencia de las células al ser examinadas a través del microscopio,


los cánceres de pulmón pueden dividirse en dos tipos:

 Cáncer de pulmón de células no pequeñas: Este tipo se desarrolla en


personas fumadores, ex fumadores, fumadores pasivos o personas que
han estado expuestas al radón.

Los tipos principales de cáncer de pulmón de células no pequeñas reciben su


nombre dependiendo del tipo de células encontradas en el cáncer:
carcinoma escamocelular (también llamado carcinoma epidermoide),
adenocarcinomas, carcinoma de células grandes, carcinoma
adenoescamoso y carcinoma no diferenciado.
 Cáncer de pulmón de células pequeñas: Sólo se desarrolla en
fumadores y ex fumadores.

Diagnóstico

Debido a que los síntomas del cáncer de pulmón a menudo no se manifiestan


hasta que la enfermedad está avanzada, solamente un 15 por ciento de los
casos se detectan en sus etapas iniciales. Muchos casos de cáncer de
pulmón en etapa precoz se diagnostican accidentalmente, como resultado de
pruebas médicas que se llevan a cabo por otro problema de salud no
relacionado con el cáncer.

Una biopsia del tejido del pulmón sirve para confirmar o desmentir un
posible diagnóstico de cáncer, además de proporcionar información valiosa
para determinar el tratamiento adecuado. Si finalmente se detecta un cáncer
de pulmón, se realizarán pruebas adicionales para determinar hasta qué
punto se ha propagado la enfermedad, entre ellas:

Historial clínico y examen físico

En el historial clínico se registran los factores de riesgo y los síntomas que


presenta el paciente. El examen físico proporciona información acerca de los
indicios del cáncer de pulmón y otros problemas de salud.
Estudios radiológicos

Estos estudios utilizan rayos X, campos magnéticos, ondas sonoras o


sustancias radiactivas para crear imágenes del interior del cuerpo.

Con frecuencia se utilizan varios estudios radiológicos para detectar el cáncer


de pulmón y determinar la parte del cuerpo adonde haya podido propagarse.
La radiografía de tórax se suele utilizar para ver si existe alguna masa o
mancha en los pulmones.

Tomografía computarizada (TC)

Da información más precisa acerca del tamaño, la forma y la posición de un


tumor, y puede ayudar a detectar ganglios linfáticos aumentados de tamaño
que podrían contener un cáncer procedente del pulmón.

Las tomografías computarizadas son más sensibles que las radiografías de


tórax de rutina para detectar los tumores cancerosos en etapa inicial.

Exámenes de imágenes por resonancia


magnética (RM)

Utilizan poderosos imanes, ondas radiales y modernos ordenadores para


tomar imágenes transversales detalladas. Estas imágenes son similares a las
que se producen con la tomografía computarizada, pero son aún más
precisas para detectar la propagación del cáncer de pulmón al cerebro o a la
médula espinal.
Tomografía por emisión de positrones (PET)

Utiliza un indicador radiactivo sensible de baja dosis que se acumula en los


tejidos cancerosos. Las tomografías óseas requieren la inyección de una
pequeña cantidad de sustancia radiactiva en una vena. Esta sustancia se
acumula en áreas anormales del hueso que pueden ser consecuencia de la
propagación del cáncer.

Citología de esputo

Se examina en el microscopio una muestra de flema para ver si contiene


células cancerosas.

Biopsia con aguja

Se introduce una aguja en la masa cancerosa mientras se visualizan los


pulmones en un tomógrafo computarizado. Después se extrae una muestra
de la masa y se observa en el microscopio para ver si contiene células
cancerosas.

Broncoscopia

Se introduce un tubo flexible iluminado a través de la boca hasta los


bronquios. Este procedimiento puede ayudar a encontrar tumores
localizados centralmente u obstrucciones en los pulmones. También puede
utilizarse para hacer biopsias o extraer líquidos que se examinarán con el
microscopio para ver si contienen células cancerosas.
Mediastinoscopia

Se hace un corte pequeño en el cuello y se introduce un tubo iluminado


detrás del esternón. Pueden utilizarse instrumentos especiales que se
manejan a través de este tubo para tomar una muestra de tejido de los
ganglios linfáticos mediastínicos (a lo largo de la tráquea y de las áreas de los
principales tubos bronquiales). La observación de las muestras con un
microscopio puede mostrar si existen células cancerosas.

Biopsia de médula ósea

Se utiliza una aguja para extraer un núcleo cilíndrico del hueso de


aproximadamente 1,5 milímetros de ancho y 2,5 centímetros de largo. Por lo
general, la muestra se toma de la parte posterior del hueso de la cadera y se
estudia con el microscopio para ver si existen células cancerosas.

Análisis de sangre

Con frecuencia el especialista puede realizar ciertos análisis de sangre para


ayudar a detectar si el cáncer de pulmón se ha extendido al hígado o a los
huesos, así como para diagnosticar ciertos síndromes paraneoplásicos.

Tratamientos

La elección de tratamiento dependerá de la etapa y de la extensión del


cáncer, del tamaño del tumor o el tipo de cáncer de pulmón. Las principales
opciones son:
Cirugía

El objetivo de la cirugía es la extirpación del tumor y los ganglios linfáticos


cercanos en el tórax.

Si el paciente tiene cáncer de pulmón de células no pequeñas, los


especialistas recomiendan que durante la operación se realice una
lobectomía pulmonar (la extirpación del lóbulo pulmonar completo), incluso
si el tumor es pequeño.

El periodo de recuperación después de la cirugía depende de la cantidad


extirpada y de la salud del paciente antes de realizar la operación.

Radioterapia

La radioterapia consiste en la aplicación de dosis de radiación graduadas


dirigidas para destruir las células cancerosas y reducir el tamaño del tumor.

Desde SEOM especifican que este tipo de terapia, al igual que con la cirugía,
no se utiliza para tratar cánceres diseminados porque la radiación también
daña las células que no son cancerosas.

Quimioterapia

Esta opción se utiliza para destruir las células cancerosas en todo el cuerpo.
La mayoría de los medicamentos se suelen aplicar por vía intravenosa.

Los medicamentos que se utilizan en este tratamiento también pueden dañar


las células normales del cuerpo y puede provocar que el paciente presente
un recuento bajo de glóbulos rojos, blancos, plaquetas y alto riesgo de
infección.

Además, los pacientes pueden tener efectos secundarios como pérdida de


cabello, llagas en la boca, náuseas, vómitos y fatiga.

Inmunoterapia

El desarrollo de cualquier tipo de cáncer se asocia a un fallo del sistema


inmunológico, incapaz de detectar y destruir las células tumorales. Hasta
hace poco, no se había logrado que el sistema inmunológico actuara de
forma activa contra el tumor, de modo que el abordaje tradicional de esta
enfermedad se centraba en eliminar las células cancerígenas mediante
fármacos (quimioterapia) o radiación (radioterapia). Con la inmunoterapia, el
tratamiento deja de dirigirse al tumor para dirigirse a reforzar los recursos
del sistema inmunológico del enfermo. “Mediante los nuevos fármacos
inmuno-oncológicos estamos logrando que sea el propio organismo el que
actúe contra el cáncer, una estrategia radicalmente distinta a la
quimioterapia convencional”, explica Javier de Castro, jefe de sección del
Servicio de Oncología Médica del Hospital Universitario La Paz, de Madrid.

Según el experto, los nuevos tratamientos inmunoterapéuticos han


conseguido que entre un 20 y un 30 por ciento de los pacientes con este
tipo de tumor sobrevivan cinco años. No obstante, todavía no es posible su
aplicación en todos los enfermos. “Los primeros resultados obtenidos en los
ensayos clínicos realizados con el tratamiento de segunda línea han
demostrado un beneficio superior a la quimioterapia habitualmente
empleada; todo ello, en las distintas variantes de cáncer de pulmón y en
pacientes ya tratados previamente con otras opciones de tratamiento que
habían fracasado”, detalla de Castro. Sin embargo, la inmunoterapia tiene
grandes retos por delante: “Quedan cuestiones por determinar como, por
ejemplo, en qué momento de la enfermedad es mejor aplicar la
inmunoterapia o si será eficaz en todos los pacientes”, advierte.

Los fármacos inmuno-oncológicos parecen ser más eficaces cuanto mayor


sea el número de mutaciones genéticas sin identificar que tenga el tumor.
Por esta razón, la inmunoterapia tiene más éxito en pacientes fumadores,
los que tradicionalmente tenían peor opciones de tratamiento.
“Posiblemente el carcinógeno tabaco ha causado tales alteraciones genéticas
en la célula tumoral que las células tumorales de los pacientes muy
fumadores son las que están más preparadas para que el tratamiento
inmunológico sea útil”, afirma Castro.

Incidencia

El cáncer de pulmón es el más frecuente en hombres y mujeres. Según la


Asociación Española Contra el Cáncer (AECC), en España se diagnostican al
año unos 20.000 casos nuevos, lo que supone el 18,4 por ciento de los
tumores en los hombres y el 3,2 por ciento en las mujeres.

Esta incidencia es alta para los hombres y sólo se supera en los países de
Europa del Este y América del Norte. En el caso de las mujeres, la incidencia
puede considerarse baja. Sin embargo, en los últimos años el número de
diagnósticos en mujeres ha aumentado. Esto se atribuye a que la cifra de
fumadoras se está incrementando.

Este tipo de cáncer suele diagnosticarse entre los 55 y los 75 años, aunque
existen casos a partir de los 35 años.

Pronóstico

El pronóstico de la patología depende del estadio en el que se encuentre el


paciente, ya que si bien el cáncer de pulmón se puede tratar en cualquier
estadio, sólo algunos de ellos se pueden curar.

Etapas

El médico necesita saber la etapa en que se encuentra el cáncer para poder


planificar el tratamiento adecuado.

La clasificación del cáncer de pulmón de células no pequeñas pasa por las


siguientes etapas:

 Etapa oculta: Se encuentran células cancerosas en el esputo, pero no


se puede encontrar ningún tumor en el pulmón.

 Etapa 0: El cáncer se encuentra localizado en una sola área, en algunas


capas celulares únicamente y no presenta crecimiento a través del
recubrimiento superior del pulmón. Otro término para referirse a este
tipo de cáncer de pulmón es el de "carcinoma in situ".

 Etapa I: El cáncer se encuentra únicamente en el pulmón y está


rodeado por tejido normal. * Etapa II El cáncer se ha diseminado a los
ganglios linfáticos cercanos.

 Etapa III: El cáncer se ha extendido a la pared torácica o al diafragma


cerca del pulmón; o el cáncer se ha diseminado a los ganglios linfáticos
en el área que separa los dos pulmones (mediastino); o a los ganglios
linfáticos al otro lado del tórax, o a los del cuello.

 Etapa IV: El cáncer se ha diseminado a otras partes del cuerpo.

 Recurrente El cáncer ha reaparecido después de haber recibido


tratamiento.

En la clasificación del cáncer de pulmón de células pequeñas se habla de las


etapas que siguen a continuación:

 Etapa limitada: El cáncer se encuentra sólo en un pulmón y en los


ganglios linfáticos cercanos.

 Etapa extensa: El cáncer se ha diseminado fuera del pulmón donde se


originó a otros tejidos del tórax o a otras partes del cuerpo.
 Etapa recurrente: La enfermedad ha vuelto a aparecer después de
haber sido tratada, ya sea en los pulmones o en otra parte del cuerpo.

Tabaco y cáncer de pulmón:

El cáncer de pulmón ha evolucionado en la última década en función de


muchos factores, entre ellos, el hábito tabáquico. En los años 80 y 90 los
tumores escamosos representaban el 60 por ciento de los casos. La
sustitución masiva por parte de la población del tabaco negro por el rubio ha
invertido esta tendencia. “Se dice que el tabaco rubio no es agresivo pero es
absolutamente nocivo, si bien en lugar de producir carcinomas escamosos ha
empezado a producir adenocarcinomas: hoy en día, el 60-70 por ciento de los
cánceres de pulmón son tumores no escamosos", asegura Javier de Castro,
jefe de sección del Servicio de Oncología Médica del Hospital Universitario La
Paz, de Madrid.

El jefe de sección del Servicio de Oncología Médica del Hospital Universitario


La Paz ha advertido también sobre el riesgo de los cigarrillos mentolados y
las nuevas formas de fumar. "El cigarrillo electrónico es otra forma de
fumar, pero una forma de fumar", alerta. En este sentido, ha concluido que
“aunque quien tiene pulmón puede tener cáncer, el cáncer de pulmón sigue
teniendo mucha relación con el tabaco y, por eso, tenemos que cuidarnos
cuanto más mejor”.

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