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Aire
Aire
Cuando este gas se encuentra en el aire que se respira, es decir bajo los 25
kilómetros de altura habituales, es contaminante y constituye un poderoso
antiséptico que ejerce un efecto dañino para la salud, por lo cual en esas
circunstancias se le conoce como ozono troposférico u ozono malo.
Sin embargo, el mismo gas, cuando está en la estratosfera, forma la capa que
protege de los rayos ultravioleta del Sol a todos los seres vivientes (vida) de la
Tierra, por lo cual se le identifica como ozono bueno.
Los romanos adoraban al aire, ya bajo el nombre de Júpiter a quien tomaban por
el aire más puro o por el éter, ya bajo el nombre de Juno a la cual consideraban
como el aire más denso que nos rodea, ya con el de Minerva además de otras
veces que solían hacer del aire una deidad particular a la que le daban por esposa
la luna y por hija el rocío.2
Agua
El agua ( escuchar) (del latín aqua) es una sustancia cuya molécula está
formada por dos átomos de hidrógeno y uno de oxígeno (H2O).2 El término agua
generalmente se refiere a la sustancia en su estado líquido, aunque la misma
puede hallarse en su forma sólida llamada hielo y en su forma gaseosa
denominada vapor.2 Es una sustancia bastante común en la tierra y el sistema
solar, donde se encuentra principalmente en forma de vapor o de hielo. Es
esencial e imprescindible para el origen y la supervivencia de la gran mayoría de
todas las formas conocidas de vida.
El agua es una sustancia que químicamente se formula como H2O, es decir, que
una molécula de agua se compone de dos átomos de hidrógeno enlazados
covalentemente a un átomo de oxígeno.
Fue Henry Cavendish quien descubrió en 1782 que el agua es una sustancia
compuesta y no un elemento, como se pensaba desde la antigüedad. n. 1 Los
resultados de dicho descubrimiento fueron desarrollados por Antoine Laurent de
Lavoisier, dando a conocer que el agua estaba formada por oxígeno e
hidrógeno.1011 En 1804, el químico francés Joseph Louis Gay-Lussac y el
naturalista y geógrafo alemán Alexander von Humboldt demostraron que el agua
estaba formada por dos volúmenes de hidrógeno por cada volumen de oxígeno
(H2O).11
Propiedades moleculares
La molécula de agua adopta una geometría no lineal, con los dos átomos de
hidrógeno formando un ángulo de 104,45 grados entre sí. Esta configuración, junto
con la mayor electronegatividad del átomo de oxígeno le confieren polaridad a la
molécula, cuyo momento dipolar eléctrico es de 6,2x10-30 C m.
Propiedades mecánicas
El agua líquida puede considerarse a efectos prácticos como incompresible, efecto
que es aprovechado en las prensas hidráulicas;35 en condiciones normales, su
compresibilidad abarca valores desde 4,4 hasta 5,1×10 -10Pa−1 .36 Incluso a
profundidades de 2 km, donde la presión alcanza unas 200 atm, el agua
experimenta una disminución de volumen de solo un 1 %.37
Reacciones químicas
El agua es el producto final de reacciones de combustión, ya sea del hidrógeno o
de un compuesto que contenga hidrógeno. El agua también se forma en
reacciones de neutralización entre ácidos y bases.
Suelo
Son muchos los procesos que pueden contribuir a crear un suelo particular,
algunos de estos son: la deposición eólica, sedimentación en cursos de agua,
meteorización, y deposición de material orgánico.
Tipos de suelos
Existen dos clasificaciones para los tipos de suelo, una según su estructura y otra
de acuerdo a sus formas físicas.
Por estructura
El suelo también se puede clasificar por sus características químicas, por su poder
de absorción de coloides y por su grado de acidez (pH), que permite la existencia
de una vegetación más o menos necesitada de ciertos compuestos.
Los suelos no evolucionados son suelos brutos, muy próximos a la roca madre y
apenas tienen aporte de materia orgánica. Son resultado de fenómenos erosivos o
de la acumulación reciente de aportes aluviales. De este tipo son los suelos
polares y los desiertos, tanto de roca como de arena, así como las playas.
Ciclo hidrológico
El ciclo hidrológico o ciclo del agua es el proceso de circulación del agua entre los
distintos compartimentos que forman la hidrosfera. Se trata de un ciclo biogeoquímico en el
que hay una intervención mínima de reacciones químicas, porque el agua sólo se traslada
de unos lugares a otros o cambia de estado físico.1
Por último, una fracción menor está presente en la atmósfera, en estado gaseoso (como
vapor) o en estado líquido, formando nubes. Esta fracción atmosférica es muy importante
para el intercambio entre los compartimentos para la circulación horizontal del agua, de
manera que, se asegura un suministro permanente de agua, a las regiones de la superficie
continental alejadas de los depósitos principales.2
El agua de la hidrosfera procede de la desgasificación del manto, donde tiene una presencia
significativa, por los procesos del vulcanismo. Una parte del agua puede reincorporarse al
manto con los sedimentos oceánicos de los que forma parte cuando éstos acompañan a la
litosfera en subducción.3
Fósil
Los fósiles (del latín fossilis, que significa ‘excavado’) son los restos o señales de la
actividad de organismos pretéritos.1 Dichos restos, conservados en las rocas sedimentarias,
pueden haber sufrido transformaciones en su composición (por diagénesis) o deformaciones
(por metamorfismo dinámico) más o menos intensas. La ciencia que se ocupa del estudio
de los fósiles es la paleontología. Dentro de la paleontología están la paleobiología, que
estudia los organismos del pasado —entidades paleobiológicas, que conocemos solo por
sus restos fósiles—, la biocronología, que estudia cuándo vivieron dichos organismos y la
tafonomía, que se ocupa de los procesos de fosilización.
Placa tectónica
Una placa tectónica o placa litosférica es un fragmento de litosfera que se mueve como
un bloque relativamente rígido sobre la astenosfera (manto superior) de la Tierra. La
palabra tectónica deriva del griego antiguo τέκτων, τέκτωνος: nominativo y genitivo de
singular de constructor, carpintero, y del sufijo ικα: relativo a.1
La Tierra es el único planeta del sistema solar con placas tectónicas activas, aunque hay
evidencias de que en tiempos remotos Marte, Venus y alguno de los satélites galileanos,
como Europa, fueron tectónicamente activos.